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ARTICULO 2 -> TOMADO DE SCIELO:
Archivos argentinos de pediatría
versión impresa ISSN 0325-0075
Arch. argent. pediatr. vol.109 no.4 Buenos Aires jul./ago. 2011
ACTUALIZACIONES
Conceptos actuales en la parálisis braquial perinatal. Parte 1: etapa temprana
Current concepts in perinatal brachial plexus palsy. Part 1: Early phase
Dr. Andrés Alejandro Dogliottia
a. Hospital Nacional de Pediatría "Prof. Dr. Juan P. Garrahan". CABA
Correspondencia: Dr. Andrés A. Dogliotti. andresdogliotti@yahoo.com.ar
Conflicto de intereses: Ninguno que declarar.
Recibido: 16-2-2011
Aceptado: 6-5-201
RESUMEN: La parálisis braquial perinatal tiene una incidencia similar a otras patologías frecuentes de la ortopedia infantil.
Su tratamiento ha sido tradicionalmente conservador, con seguimiento pediátrico y consultas a los distintos especialistas para
tratar las secuelas. Existen controversias respecto de la historia natural y el tratamiento. Las secuelas comienzan cada vez más
tempranamente, por lo que debe ser pesquisada en las revisaciones y ser considerada en la táctica terapéutica al mismo
tiempo que la reparación de los nervios. Se analiza la clasifcación clínica y los parámetros de recuperación nerviosa,
fundamentales para decidir el momento de indicar una exploración del plexo. Palabras clave: Parálisis braquial obstétrica;
Parálisis obstétrica; Parálisis braquial; Microcirugía; Exploración quirúrgica del plexo braquial.
GENERALIDADES: La parálisis braquial perinatal (PBP) o lesión del plexo braquial al nacimiento1 agrupa diversas
patologías con un origen común, la característica de producirse durante el proceso del parto y la de afectar todo el miembro
superior o parte de él, con disminución o anulación de su movimiento activo por alteración de la transmisión eléctrica debida a
la lesión mecánica de los nervios del plexo braquial.La incidencia es variable (0,38-5,1 cada 1000 nacidos vivos) dependiendo
de las diferentes regiones geográficas.2,3 A pesar de los avances en obstetricia, la incidencia no se ha modificado
sustancialmente; las cifras son de 1,51 por mil nacidos vivos.4 Parece una patología poco frecuente, pero su incidencia es
mayor a la del pie bot y similar a la de la displasia de cadera.En la etapa temprana/aguda, dentro de los 12 meses de vida,5 las
técnicas microquirúrgicas de reparación nerviosa se emplean con mayor frecuencia y de una manera precoz, pero no como una
opción de tratamiento que compita con las cirugías secundarias (paliativas), sino como una herramienta más, complementaria
de una terapéutica multidisciplinaria y prolongada durante el tiempo de crecimiento.El déficit definitivo de inervación muscular
(después de los 12-24 meses) dará lugar paulatinamente a deformidades osteoarticulares, por desequilibrio de fuerzas entre
músculos activos y sus antagonistas, paralizados y retraídos. Sin embargo, esta etapa tardía/secuelar, tiende a comenzar más
tempranamente y debe ser pesquisada en los controles clínicos; muchas veces, debe ser considerada en la táctica terapéutica
al mismo tiempo que la reparación de los nervios. Por ello, las estrategias del tratamiento quirúrgico se han modificado, son
diversas y requieren ser individualizadas para cada tipo de parálisis y sus distintas recuperaciones.Es indispensable un abordaje
multidisciplinario, liderado por obstetras/perinatólogos y pediatras/neonatólogos, que inician y ayudan a diseñar un programa
de atención para el cuidado y la seguridad perinatal del paciente, de modo de prevenir las complicaciones y llevar el bienestar
a la madre y el niño.6 Es muy importante coordinar todas las áreas involucradas: obstetra-obstétrica-enfermero, neonatólogo,
pediatra de cabecera, ortopedista infantil, neurólogo, cirujano de mano y/o neurocirujano, neurofisiólogo, especialistas y
técnicos en imágenes, psicólogos, fisiatras, kinesiólogos y terapistas ocupacionales; sin olvidar el equipo fundamental que
forma el entorno familiar del bebé, junto con los grupos sociales de apoyo de otros pacientes y familiares. La información en
internet debe ser consultada con el pediatra o especialista, para discernir lo que es serio y lo que no lo es; para evacuar dudas y
orientar en lo que no se comprenda.
ETIOLOGÍA: Lo habitual es que se asocie a partos cefálicos dificultosos en los que existe una tracción y compresión del
plexo braquial durante las maniobras de liberación del hombro anterior. También se la describe en cesáreas y partos de nalgas.
Los factores de riesgo perinatal predisponentes son: el alto peso para la edad gestacional (más de 4000 g o macrosómicos);
madres multíparas; un trabajo de parto prolongado o dificultoso; un parto instrumentado (fórceps) y un parto en podálica.7,8
La distocia de hombros es un término que se utiliza con mucha frecuencia asociado a la PBP, pero es muy difícil corroborar su
existencia real. Significa una "falla en la salida de los hombros del bebé, luego de la salida de la cabeza, con maniobras
habituales (cantidad usual de presión) en la presentación cefálica, por lo que requiere tracción y maniobras especificas para
desimpactar la cintura escapular".9 Este concepto dependerá del grado de esfuerzo y el sentido de urgencia que exista en ese
momento, dependiendo de cada caso en particular; y de la objetividad-juicio del obstetra a cargo.10 Es un hecho infrecuente,
no anticipable e impredecible, que muchas veces no se asume ni se informa. Ocurre en el 0,37-1,01% de los partos vaginales (y
desciende a 0,23% si se realiza episiotomía); y de ellos, el 6,7-15,8% tiene alguna parálisis superior.11 A su vez, la distocia puede
causar otras afecciones al neonato (muerte, apoplejías, fracturas) y a la madre (hemorragias postparto, laceraciones, desgarros
de 3er grado, atonía uterina, infecciones); y tiene factores de riesgo que se superponen con las de la PBP.10El hecho de que el
50%12 o el 25%13 de los pacientes no presenten al menos 1 factor de riesgo para PBP, que se describan casos sin asociación con
distocia de hombros,14,15 que puedan existir casos intrauterinos, que la cesárea también pueda generarla16 y que pueda ser
también el hombro posterior el que se comprometa,14 determina el concepto de que la verdadera etiología de la PBP no es del
todo conocida.12
SEMIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN: Los estudios sobre la "historia natural" de la enfermedad presentan defectos
en la metodología o pérdida de los pacientes en el seguimiento, pero se pueden extraer ciertas conclusiones. Se estima que un
80-90% de los pacientes se recupera espontáneamente en los primeros dos meses de vida, con la consecuente función normal
del miembro superior.17,19
Entre 2-3 meses de edad se pueden emplear los siguientes posibles indicadores pronósticos:
1. La naturaleza del daño (es decir el tipo de lesión nerviosa directa inicial: avulsión, ruptura o elongación de las raicillas
nerviosas) (Figura 2).
Figura 2. A. Corte transversal de la salida de las raíces. B. Diferentes tipos de lesiones mecánicas que pueden coexistir en una
misma raíz. Una lesión grave causa avulsión.
2. La extensión (alta o completa).
3. La ubicación de la lesión (preganglionar o postganglionar) (Figura 3).
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ARTÍCULO MÉDICO 3:
Patrones de lesión en parálisis obstétricas
del plexo braquial
Hallazgos morfológicos en 27 exploraciones microquirúrgicas
SEBASTIÁN VALBUENA
Sector Miembro Superior y Microcirugía, Servicio de Ortopedia y Traumatología,
Hospital El Cruce “Dr. Néstor Carlos Kirchner”, Buenos Aires
RESUMEN :
Introducción: El objetivo del estudio es evaluar los patrones morfológicos de lesión en parálisis obstétricas del plexo braquial
en 27 casos. Materiales y métodos: Se evaluaron retrospectivamente los datos de las historias clínicas de 27 exploraciones
microquirúrgicas realizadas durante el período 2009-2012. Se usó la clasificación clínica de Narakas. Se compararon los
hallazgos operatorios con el patrón clínico de lesión. Resultados: Se observaron 18 patrones diferentes de lesión. Las parálisis
totales mostraban el mayor tipo de diversidad de lesiones, en general, presentaban roturas de raíces altas con avulsiones de
raíces bajas. El compromiso clínico de la raíz de C7 no siempre se correlacionó con los hallazgos quirúrgicos. Conclusión: Las
parálisis obstétricas del plexo braquial muestran una gran diversidad de lesiones. La cirugía es altamente demandante,
requiere el manejo de todas las estrategias de reconstrucción, según los hallazgos quirúrgicos.
INTRODUCCIÓN : Las parálisis obstétricas del plexo braquial (POPB) se producen durante el trabajo de parto, producto de
la tracción ejercida sobre el plexo braquial (PB) de fuerzas directas o indirectas, entre la cabeza y el brazo o antebrazo del
neonato. La primera descripción fue realizada por Smellie, en 1774. 1 Históricamente, se clasificaron en parálisis altas, tipo Erb-
Duchenne (C5-C6); bajas, tipo DejerineKlumpke (C8-D1) y totales (de C5 a D1). 1 Algunos autores ponen en duda la real
existencia de las parálisis aisladas de C8-D1. 2 Narakas clasificó clínicamente las lesiones en 4 grupos: I: lesión de C5-C6 con
aducción y rotación interna del brazo, codo en extensión y muñeca en flexión; II: lesión de C5 a C7, mismo patrón, pero con el
codo en ligera flexión; III: lesión de C5 a D1 con miembro flácido, y IV: grupo III, pero con síndrome de Claude Bernard-Horner
(SCBH). 3 La incidencia de las POPB oscila entre el 0,4‰ y el 4‰ de los nacidos vivos. 4,5 El tipo de lesión predominante que se
observa en el 46% de los casos corresponde a las raíces de C5-C6, seguida de las lesiones de C5 a C7 (30%) y parálisis totales del
PB (PTPB) (20%), estas últimas plantean el peor pronóstico funcional. 4 A partir de la década de 1980, gracias a los avances de
las técnicas anestésicas y de la microcirugía, la reconstrucción del PB se propone cuando no hay recuperación motora o existen
raíces avulsionadas. 6 El propósito de este trabajo es determinar los patrones morfológicos de lesión detectados en las
exploraciones microquirúrgicas del PB realizadas en nuestra Institución y las eventuales estrategias de reconstrucción.
Materiales y métodos Entre febrero de 2010 y enero de 2012, el autor llevó a cabo 27 exploraciones microquirúrgicas por
POPB. Los datos fueron tomados de las historias clínicas y del análisis de elementos complementarios, como fotografías y
videos. Retrospectivamente se evaluaron datos demográficos, factores de riesgo, edad y datos clínicos. Se usó la clasificación
clínica de Narakas. 3 Se observó la descripción morfológica detallada en los partes quirúrgicos, así como la estrategia de
reconstrucción empleada. Se comparó el tipo clínico con los hallazgos morfológicos intraquirúrgicos. Técnica quirúrgica: Bajo
anestesia general intravenosa, sin el uso de bloqueantes neuromusculares para no interferir con la neuroestimulación
intraoperatoria, se ubica al paciente con la cabeza mirando hacia el lado contralateral, y se coloca un pequeño rollo de tela
entre los omóplatos para desplegar el PB. Los campos quirúrgicos se posicionan de tal manera que el cuello, todo el miembro
superior afectado, el hemitórax correspondiente hasta el 7mo arco intercostal, y ambas piernas y muslos sean accesibles. De
esta manera, se podrá observar la respuesta a la estimulación nerviosa del miembro, se podrá extender el abordaje al brazo, y
abordar el tórax, si fuese necesario, tomar los nervios intercostales. Al comienzo de mi experiencia practicaba el abordaje
clásico del PB siguiendo el borde posterior del esternocleidomastoideo, curvándolo supraclavicular hacia externo en parálisis
altas y prolongando por el surco delto-pectoral en la PTPB. Actualmente, efectúo una incisión supraclavicular transversal con
posibilidad de extensión hacia el surco delto-pectoral. Se inyecta una dilución de adrenalina al 1‰ en el tejido celular
subcutáneo con el fin de disminuir el sangrado. Se desinserta parcialmente el esternocleidomastoideo de la clavícula. Se
identifica y secciona el músculo omohioideo. Se diseca el PB reparando la arteria cervical transversa, que se usará de guía
anatómica para localizar el nervio espinal accesorio (XIa). La vena yugular externa es respetada ligando sus aferencias y
reparándola; en algunas ocasiones, esta debe ser sacrificada y ligada. El nervio frénico es reparado sobre el músculo escaleno
anterior y usado para localizar la raíz de C5. Se identifica cada una de las raíces nerviosas que forman el PB hasta el foramen
mediante electroestimulación prelesional y poslesional para interpretar el tipo de lesión. Se efectúa una cuidadosa disección
microquirúrgica interfascicular del neuroma. La ausencia de estimulación nerviosa de las raíces de C8-D1 intraforaminal en una
raíz que aparenta ser normal se considera como una raíz avulsionada. En algunos casos, es necesario practicar una osteotomía
oblicua de la clavícula para reparar cuidadosamente la arteria y la vena subclavia que están en íntima relación con C8-D1. La
reparación posterior de esta se realiza con una lazada de hilo de sutura no absorbible. Una vez que se identifica el tipo de
patrón de lesión, se procede a la reconstrucción microquirúrgica (con injerto de nervio o con transferencias nerviosas)
privilegiando, primero, la función de la mano, segundo la flexión del codo y, por último, la función del hombro. Se coloca un
yeso cefalobraquial por un período de 3 semanas.
Resultados: Datos demográficos y factores de riesgos asociados: 16 varones (59,2%) y 11 niñas (40,7%). Veintidós miembros
derechos afectados (81,5%) y 5 izquierdos (18,5%). Once pacientes habían nacido en la región del conurbano de la provincia de
Buenos Aires; 9, en el interior de la provincia de Buenos Aires; 3, en la región de Cuyo; 2, en la Patagonia; 1, en el Litoral/Centro
y 1, en el Norte argentino. En 13 casos, se trató de partos en madres multíparas, el promedio de gesta fue de 2,3 (rango 1-10).
Once partos fueron inducidos, 9 se desencadenaron naturalmente y, en 7, no se pudo obtener la información. No fue posible
acceder a los registros sobre uso de fórceps o vacuom, asfixia perinatal o valores de Apgar, debido a que todos los pacientes
fueron derivados de múltiples centros asistenciales. El promedio de la gestación fue de 40 semanas (rango 39-42). El peso al
nacer fue de 4,3 kg (rango 3-5,35 kg). Cuatro madres eran diabéticas; 6, obesas y 25 tuvieron un embarazo controlado.
Valoración clínica: Tres pacientes presentaban un patrón clínico correspondiente al Grupo I de Narakas (11,1%), 9 pertenecían
al Grupo II (33,3%); 5, al Grupo III (18,5%) y 11, al Grupo IV (40,7%). En este último grupo, un paciente fue evaluado, por
primera vez, a los 11 meses y tenía una lesión tipo baja con SCBH y una función M3 del bíceps y el deltoides interpretada como
PTPB con recuperación de C5 y C6.
CONCLUSIÓN: Este trabajo muestra que las lesiones del PB encuentran múltiples patrones de lesión que, a pesar de la
información aportada por la clínica, la diversidad observada sobre todo en las PTPB es muy frecuente. El cirujano que se
embarque en el tratamiento microquirúrgico del PB debe estar preparado para enfrentarse con diferentes situaciones y, por lo
tanto, deberá conocer y manejar las diferentes alternativas de tratamiento descritas para poder brindar la mejor estrategia de
reconstrucción al paciente.
LINK DEL ARTÍCULO: http://www.scielo.org.ar/pdf/raaot/v77n4/v77n4a03.pdf
INFORMACIÓN INVESTIGADA SOBRE LA PARÁLISIS DEL PLEXO BRAQUIAL:
ARTICULO:
Parálisis del Plexo Braquial es causada por una lesión del plexo braquial (red nerviosa que controla los movimientos y
sensaciones del brazo) durante el nacimiento. El principal resultado de esta lesión es debilitamiento o parálisis muscular en el
hombro, brazo y mano. Afortunadamente, la mayoría de los bebes con esta condición logran una recuperación espontánea. Sin
embargo, algunos quedan con algún grado de debilidad en el brazo.De aquellos niños que no se recuperan espontáneamente,
algunos solo requieren terapia física y ocupacional y otros no solo necesitan terapia sino también necesitan cirujía. Los niños
que desarrollan deformidades en el hombro, brazo o mano podrían necesitar tratamiento ortopédico . En todos los casos los
tratamientos deben empezar tempranamente para asegurar un mejoramiento máximo. La parálisis del plexo braquial se
diagnostica desde la salacuna.. Los médicos necesitan identificarla y referir a los pacientes al equipo multidisciplinario del plexo
braquial. De los dos a los seis meses de nacido los especialistas trabajan juntos para restaurar el funcionamiento normal del
brazo del niño.
Obstetra/pediatra: hacen el diagnóstico
Pediatra:refiere al niño al centro para el tratamiento de la parálisis del plexo braquial
Neurólogo y neurocirujano:determina si el niño tiene la probabilidad de recuperarse completamente o si necesita cirujía
Neurocirujano: realiza la neurocirujía necesaria
Terapista físico y ocupacional:evaluan el funcionamiento del brazo realiza el tratamiento para maximizar el mejoramiento
en la función del brazo instruye a los padres acerca de las técnicas de ejercicio para hacer en la casa
Cirujano ortopédico:realiza la cirujía para niños mayores de un año quienes desarrollan deformidades en el brazo, hombro y
mano
Padres:Realizan una variedad de ejercicios motores para los niños en el hogar
Esta página de internet provee información actualizada para los padres, médicos, terapistas y
enfermeras acerca de la lesión del plexo braquial de nacimiento y su manejo. La información se basa en
los reportes médicos y nuestras propias experiencias clínicas y unicamente nos interesa su exactitud.
Parálisis del Plexo Braquial Obstétrico
Ocurrencia
Qué tan común es la Parálisis del Plexo Braquial?
La ocurrencia estimada de la lesión al nacer del plexo braquial fluctua de 0.2 a 2.0 por cada 1000 nacimientos, y el
debilitamiento significativo del brazo persiste en 0.4 a 5.0 por cada 10000 nacimientos.Se ha reportado un amplio rango de
ocurrencia y persistencia del debilitamiento del brazo debido a la lesión del plexo braquial. Esta variación es probablemente un
reflejo de la población de pacientes tratados en centros individuales. Por ejemplo, un centro de remisión ve las peores lesiones
y probablemente desestime la ocurrencia de la lesión al nacer del plexo braquial y sobreestime la persistencia relativa de la
debilidad. Debe anotarse, sin embargo, que el mejoramiento del cuidado obstétrico no ha eliminado la lesión al nacer,
principalmente por factores de riesgo inherentes (descritos en la siguiente sección).
El plexo braquial se lesiona debido a una tracción durante el parto. Los bebes que se afectan son Patogénesis
generalmente grandes por lo que se hace necesario el uso de forceps para sacarlos del canal de
nacimiento. Cuando el hombro se presiona fuertemente hacia abajo, el plexo braquial puede ser
ensanchado o lastimado.