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La del Acompañante Terapéutico es una práctica que en nuestro país ha tenido un gran
desarrollo en los últimos años. Surgió como consecuencia de la búsqueda de recursos clínicos
alternativos para el abordaje de pacientes que, muchas veces, desbordan los límites del
consultorio o el ámbito institucional. La necesidad se evidencia especialmente en casos en que
resulta conflictiva la dirección del tratamiento (psicosis, crisis neuróticas, adicciones, problemas
psicopatológicos en la tercera edad, pacientes con riesgo suicida, etc.) Estos casos hicieron
necesaria la elaboración de dispositivos y propuestas de tratamiento que permitieran otras
modalidades de atención, contemplando la necesidad de una presencia en la cotidianeidad de
la vida del sujeto, o en la inmediatez de una crisis; es decir, en actividades que no era posible
llevar a cabo por medio de las instancias terapéuticas tradicionales.
Desde nuestro criterio, la función del A.T. sólo puede definirse en relación a la estrategia de un
tratamiento e irá cobrando sentido en la medida en que éste avance, en relación a las
particularidades de cada caso.
El A.T. es un trabajador de la salud, en el sentido integral del término. Forma parte de un Equipo
Interdisciplinario, desempeñando su función tanto en la cotidianeidad del paciente como en las
instituciones asistenciales, comunitarias y recreativas favoreciendo la integración del paciente.
Debe ofrecerse como sostén, acompañando al paciente en su ansiedad, su angustia, sus miedos,
su desesperanza e incluso en aquellos momentos de mayor equilibrio.
El acompañamiento terapéutico es una práctica de y en la Salud Mental. También es un
dispositivo de abordaje ambulatorio que se implementa en situaciones de crisis o emergencias
de un sujeto, la cual está inserta dentro de un equipo de salud interdisciplinario (medico,
psiquiatra, psicólogo, psicopedagogo, trabajador social, abogado, neurólogo, terapista
ocupacional, enfermera, entre otros).
Como agente de salud, el AT re-socializa, asiste, sostiene y estimula la reconexión del sujeto en
crisis con la realidad de la vida cotidiana. Su acto terapéutico lo desempeña en el entorno
cotidiano - familiar y social del sujeto: desde el domicilio hasta en la vía pública, también en
clubes, ámbitos instituciones.; y buscando con ello ver el desarrollo de un plan terapéutico.
Esto quiere decir que, el A/T facilita el lazo social, incentivando la inserción educativa, laboral y
recreativa de un sujeto. Es además un recurso para evitar la estigmatización social, la
segregación y la cronificación de la crisis o emergencia del sujeto.
En su trabajo con niños, el AT ofrece una intervención que llega al medio familiar, social o
educativo del niño, tanto como a las instituciones asistenciales con objetivos puntuales y
trabajo interdisciplinario.
Lo esencial para el trabajo del AT es poder establecer un vínculo de confianza mutua entre él y
el sujeto acompañado, porque es un encuentro entre dos personas que necesitan de tiempo y
espacio para desenvolver y desarrollar el plan de trabajo y alcanzar los objetivos propuestos,
por ello para que tal vinculo advenga, el acompañamiento terapéutico no obedece a recetas
mágicas, sino que requiere de su tiempo y espacio para su desarrollo.
También trabaja acompañando personas con discapacidad, sea trasladándolos a su lugar de
rehabilitación como asistiendo como auxiliar en diversos tratamientos indicados por terapistas
ocupacionales, kinesiólogos, médicos.
Entre las ventajas del acompañamiento terapéutico se pueden señalar:
Facilitar la contención del sujeto en crisis y su familia en situaciones de emergencias clínicas.
Facilitar la autonomía y confianza en si mismo del sujeto, en el devenir del proceso del
acompañamiento terapéutico.
Brinda atención permanente y seguimiento personalizado de la evolución del sujeto.
Promueve la reinserción educativa, laboral y recreativa.
Permite sostener los vínculos familiares y sociales que resultan convenientes en función del
tratamiento terapéutico.
Propicia la detección temprana de síntomas ante una posible recaída, disminuyendo los riesgos
a través de una adecuada contención
Brinda alternativas a la cronificación y a la internación institucional reiterada.
En este marco es central garantizar una formación que posibilite la articulación teórica y práctica
del acompañamiento terapéutico, desde este lugar se fundamenta la importancia de la
aproximación a las situaciones reales de aprendizaje.
Establecer vínculos adecuados con los docentes de la institución, con los equipos profesionales
de la institución en el marco dentro del que se desarrolla la práctica.
Con la finalidad