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ilusión y belleza, de fe en el progreso, de una ciudad como Brasilia,

capital de un país en el que aún hoy ondea escrito en su bandera el Picasso de vacaciones: la casa fenomenológica
lema que fue el/eit motiv del credo positivista: "Orden y Progreso"?
Como el nirio de los Arpe!, nos sabemos condenados a esta fascinación
eíecca oor el mundo del que venimos, que nos ha hecho como somos,
que nos ha dado las normas con y contra las que vivir; lo que siempre se
ha denominado "tradiCÓl".

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Para hacer aparecer 13 idea existencial de la casa teniamos un ponte de de un niño: ese desord en y libertad Que tanto aroreba el hijo de los Arpel
arranque certero -la suma de una investigación etsrolóqlca sob re la pala- en su inrnaculada casa positivista. Miremos octcnocrroote esos docu -
b a bauen, la imagen heuristica del puente y la desaipción de la propia mento s, hagamos nuestro ese espacio y esa form a do tk1hitélf, entremos
cabaña de Heidegger-. la casa fenomerdógica puede ccosnese a par- en posesón de todo ello y habr emos conseguido comenzm a construir
tir de dos textos y dos referencias visuales Que alimentan su configu'"a· en nuestra fantasía la casa fenanenológica.
ci6n arQJetipK::a: pct ma parte el texto clásico de MaLXiCü tv1er1eau-Ponty, ¿0Jién es el soeto que hab ta esta idea de casa? ¿Cómo construye su
FeranenoIogia de la Percepción (1945)-especiah1enle en tos ceonsos roma de habta? Para dar ma respuesta tendr emos Que sp eooe- SUS
oedcedos al cuerpo Y al especo-. y, por otra, esa otra tan popular entre técncas en los dos textos citados p-eviamente . Ya homos descri to a.ál-
tos eunecos. La poéIica del €lS¡XlOÚ (1957), coua o.e cesco eccreeo to, al meros en Ofigen, el pensamiento lencmenoIógic:o --el de l-losset . el
oonstruy6 u-e corroeta top:Lgia de la casa feroT'e1OlóJica. Pero, para- de Merle..au-Ponty- está dirigido a rescatar para la subjetividad una capa-
dójicarnente, ningún otro tipo que describamos será menos libresco, cidad de explicar el mundo capaz de aIluk"lr la hegemónica constitución
menos abstraído de la experiencia, Que esta casa Que se COrlstituye, por del objctivismo pos itivista en pensamiento úoco . El f8nornenólogo pensa
ast decirlo , sólo a través de una determinada actmxí vtal. que ce-eco tan sólo el hecho de su propia vida: qu e éste es su único
Por 0110 preferimos inicialmente rec ordar dos referencias más co ncretas. dato de part ida -de ahí su sulJjetividad rerñcal-. Por olio desea ente tod o
famíieros para tod os nosotros a través de documentos gráficos tan pro- volver a encontrar 'UI/ contacto ingenuo con el Inund o ": su tarea ños ótca
pios dol siglo xx como la fotografía y el cine, De una de ellas ya horno s no es lento analilnr o explicar sino 'ciescrlbir las vivcnciDs'. Mamce
hablado al tratar la casa posit iv ista: In oomploja y absurda -a rrcros JIAorIc.1u -Ponty lo doscr ibe nítidamente: "El mundo no es un objeto cuya ley
desde el punt o de vista funciürlr'1l- casa de vec inos en cuyas buhardillas de consñtocón yo tend ría en mi poder: es el medio natural y el cerco de
'vive rroose.r Hulot ir"W"f1erso en su l"11lJ'do lentástco, cuya contraposición ledo s mis pe nsamentos y de ted as mis percepciones explícitas. La ver-
a In casa de los Arpe! ponía en evidencia ta distancia entre dos concep- dad ro 'habi!<'1' t.'J1icarnento en el 'tunb'e interior'; rTlflPr atin, no hay bon-
ec-os de la existeoca I::m fln:lamente antagónicas. A la otra tero reros bre inlaior. e boobe está en el rro-co. es en el rl"lJ"'do dorde se co-o-
acceso a través de los reootaes de Nl::lré Villers Y de Devd lhJ;:¡Ias ce". Este sujeto, "un SUJeto bnrdackJ al rmndo°, obtiene la vivencia de las
Dcrcen, registros de lfi1 gozosa intimidad: dos libros. VNa Acasso epojé cosas Yde sí rrésrro a través de la epqé (la rec:tucciOO). del asoroo rote
(1980) Y PIcasso, L~ de un siglo (1999) en tos qo..e con ledo oeta - el mn:1o, Lr1a forma de aistcrniento de la ce-ceca frente al fer'ÓTlEfiQ
lle asistimos a ma torra de entender y usar el espacio fascinante y rr att- que desvela su intcn:;i(naldad COl la visión, Que re-os hios entre eubos
ca: ma forma de habitar QUC perterece en plenitud al siglo xx, a sus hilo s entre sujeto -yo y mlrl), Slf3to y coeto- formando así la tfiidfKi r~lLXaI del rTU1do Y
rroores logros para ccosmjr lXl irdividuo libre y creativo, capaz de esta- y objeto la vida. Nada parecido a un especteoor imparcial o 1.I)8 mirada m rosoec -
blecer un dialogo desinhibido con las convenciones. Pcasso pintando liva o ceonñca. En esa virculación el sujeto y los obje tos se constituyen a
absorto , la casa desordenada al atardece", Pcasso haciendo payasada s sí mismos. la 'red lJCCÍÓf1 eid61iCc-l", I<l epojé busseüem. es matécnca de
en calzoncillos o jugando a la corroa cm su hija Poco o nada nos irnrxx - olvklo de todas ~ IS preco nccpcb nes y de restablecmeoto do vinculos
tara qu e esos documentos lotojráñcos reallzaoos por David Doug las direc tos entre los tcrómenos y la po rcepclón irxjlvid usl; es , en este sen-
DUr1C<1r1 y J\ndré Villors oet ona-can a LR California, la villa situada en tido, una técnica do susp..m~ ión del tiempo , de '~ x)ner entre (..Klrént esis' la
Carnes . en la Riviera francesa. o al Cháteeu de VaLNOnargu8s, o a Notre he torickíad eJel conocer y del ser humano, en tcvor de urk'1 vuelta ideaüs-
Dame de Vie - sus distintas ca sas-: en teda s ellas se dosploqama idén- la a '/;:¡s Co..'><18 misrn.:'ls', cuya esencia nos sería revolada por uoa 'viven-
tica forma de habitar. Corroo-en en nesua memoria una casa desme- cia depurada". Esta vivencia deporada no es otra cosa QUC un p.-irnado
surada Y anárquica, vivida con el desorden y la despr eocupac ión propios absolu to de la pcrcepcón sobre las restantes formas de aproximación a

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la realidild . En ellorórrero tal c orno lo 've" el fenomenó logo so ca pta la relaci ó n in stant án ea YO-rTlurK,>O que se alimenten rnnuerrente: cna relación purmnonto insten-
cosa msma a trav és de su intención significativa: se atiene a la intuición y reme m o rac ión ténea. activada por la Acc ión de las (,..o&-"1S trento al sujeto en su mera p'e-
y a la inter!Ción, a la unión de ambas como fumerrento de su conoci- sonda simutáoea -jos 'hilos' rrencicoados. que la teoría pscoóqca ges-
miento . Y ello rn plka esa inlonsi/icación de la experienca que necesita táltca cstooará- . y otra on la quo 01to mpo quedaría activado a través de
!XX" así dec irlo congelar eltempo, aisle . olvidar, devotver su pereza al acto la rememoración y la ensoñación (Bachelard). Pero nótese CÓlTú ese
mism o de exper imentar. temoo. el de la rememorac ión , es a la vez retroactivo y autobkxjráñco: un
tv1onsiour Hulot sorprendido y absoto ante cualquier tcrórrero. ligado a tiempo individual, lila memoria pertcuer. De esta terna poocrros des-
él por vínculos casi físicos en una perrrerente ioocercia infant il; PIcasso cribir el tiempo fa-lOfnenológico como un tiempo moroso y suspendido.
disfrutardo de esa rnisrna ecunxí con su propio trabajo en el marco de un ' poesto ent re paréntesis'. como prodocto de lT1 ensimismamiento que lo
gran palacio rural, ccuoeroc ese espacio - se podría decir "d<upando' hace también cutooooatco. indMdualizado. El de verrec, el de Pcasso
ese espacio- con el desparpajo de l.Xl rrn rebede y caprcroso. expi_ trabajéYdo o charlando. el de Hulot; m tiempo al m....gen de cualq....a
can la meeoa fmornenológica de torna intUliva e r-me.:liata. velocidad impJsada por la nostalgia del oaseoo Y del lunso. tv1er1oau·
Lo ooo esto nos mica desde 11l pme- instalte es ooe la mr<Kia te-o- Ponty lo re definido COOlO ti) cojmto de p.recs. de ínstmlos múltiples.
menoIógica ro acarea Iras de si la consistencia temporal asociable a m el t ie m po, red de lI1 tempc sin o seccóo. carente de inealidacl: "El tiempo no es lila lfiea
"pertenecer" estable, a m hnaje ya ti) 1ug¡:J'" que daían sentido a la casa inten c ional idad e s soo lJ"la red de in!a-lCionalidades".
existEficial. soo lOO rnayur intensidad de la vi"n.JIaciá1 ccsooa con el inte nsid ad En tv'a1ec'JJ ·Ponty ¡::rin.-...-á la int01Siticadó1 de B exper1ertia en tmlo CJJB
escoco corno Ia-ÓTlerO del sentido -tento enoccoat corno intelectual--. sesee-seo da serco. En 8ao:::t'elad 1000 será octivacól de la rti'na'l'K.ltfl-
Dcro de torra directa, el s4üto protagorista no sería en absouto ac.¡uól eco. da 0lSl.I8f"0. La pese-tacón de la casa I~ rl:Q..ÍO'e en
encamado por la autoridad patena y su cdlesi<'.n b niliar, piramidal, SInO f3ac:tOO"d esta técnica del o-see-o o.e r'OS reuouao a la inf<YlCia Y a la
l .... roividuo frente a si mismo y al rrcroo. cuerpo sen..c;ible constituido a casa natal cero rroreotos s .crerce al jos que la reecco couc el yo Yel
través de SU experioncia, vinculado con hilos intenciona les al lTlLIfX:kJ y las tTU1do ro ha soo detercrada JX;f la rnfX)Sri'.ltl de lT1 mc:dcb racional a
cosas, Esta experiencia se torna mediante una particular relación con fllJAStrfllooM de ~ , Es la visó"l del nif'lo , su rerrerroracón. lo que guía
cada pieza o cada ooeto . . "intensidad' sería la P<'llabra que descr ibiría el rrétooo b:'X'hd ardiano y lo que liga al Pcasso ele las fotografías (;0'1 el
esta relación igual que "consistencia" sería la adecuada para la casa exis - cosc-oo do ~ lulot. ambos habitantes de casas CO"l rremcía de si rresms.
teocial-. de manera que la epojé es esa técnica de intensili c»ción que />sí, el sujeto que constituye y pola riza la casa fenornenolóy ÍCfl es un indio
consiste en sus traernos al tiempo y a los argu menf os dellogos para log rar viduo cuya experiencia del espacio se hga a recuerdos y ranornor aciones
una percepción d irec ta oe las COMS "en sí mismas", Pero esa sustracción del pasa do y a experiencias seosooaes del presente: no tieno un pasado
parece más uoa suspensión , pU OS en esa aproxirnación Queda con tenido trasc endente ligado al lim je sino uno mancnte e ind ividual. ligado a la
también el rcroo de nuestra rrcrroda . La m irada absorta tras la ventalla, la mirad a a bso rta infar cía y a la doble acc ión dol sec reto y los descubrim ientos, FI sujeto
rocbizaoos 01cuerpo y la monte !XlI la presencia intensa del mu ndo alre- el niño es condido fonomenológico podrn sor el nillo escondido en cada uno oe 110 SOtIOS,
cede: nes croiondo vagos círculos romerroraifvos -esa imagAr1co tocm (Jisfrutllndo de 111 placentera situación Que proporcionarma Inrgn estan -
que Vormaer supo resc atar de la irKiii(..¡rel1cia hasta hacerla motivo central cia vac acional en osa imaginaria casa natal. en In que la c onvivencia de
de su propia formn de entOlldel 18 existenda- , sería una imogon precisa much os fac ilita la mu ltiplica ció n, y por tanto, In d isolución do 13S jerar-
en la que la casa, el mundo y la propia slJbjetividi-ld encuentran su sínte- quías farniliares oofk flenas .
sis, su momento priviJogiado. Si queremos ap ronder n pensar y proyec tar hacendo nuestro este filón
La porcepdón fenornenolóyica está atravesada JX;f dos tipos oe reacores del pensamiento cco terooé-eo debemos hacer el f'_,>fliAr/O de apre nder

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a dv'idar de roeo. ejerd tén:1o nuestra inteligencia y roesnos sentidos rraüzeda roodeIadá"l sensorial del aire. coro comprobamos en \Iermeer
para ver el mrjdo -4a erqcitectua- a travéS de la mirada de este sujeto al o en los interiores pcasseros. la casa fenomenológica construye SU idea
que probableme nte ned a - absoutament e nada- de lo que p-opugna la de es pacio a través do la exc itación d el aire. de una ecnvación completa
torma po sitivista do I e nsar la casa - la que pervive m'm ro v en In pr áctica de su aparente inerc ia, El osoacio dejA dA entenderse cero aquella
totejo ad de las arqotecnms-, nace lA irnP01 ta, nada le interesa. extensión neu tra propia del c ienlifismo doscateno para pasar a ser un
Aprendizaje por tanto , él pesar oe su aparente sencillez, difícil, que obliQ<'l "enfe habitado' por estrroos y reacciones , por vectores. por deseos y
a oose-oe Ul laIgo trayecto. ¿Cáno podría provecter coa casa este nro afectos Que OfiefIlérl, <Yllicipal Y dan sentoo a laS cosas. y a nesuo
o niña arquitectO? ¿Ot€ vería romo decisM:>? ¿Cuáles serian las ideas OJ8I"PO entre caas. Ooeda cn..tólda la prestrdérl de c:uak:luier objetividad
oese-ceoeoouesz Desde el PJ1to de vista fencxnenológico la casa en lavar de ma p'esercia p oteooosta polarizada por la revelación de los
podría describirse ro unaprimera aproximación como esa gran casa fami- fen órreroa físic os en interacción con la propa subjetividad .
liar habitada en larqos periecos vecaco naes. una casa "bachclardana'. Esta acnvación de l aire llevada a cabo por la fenomenología recibió una
con sótanos y buhardillas. con rincones secretos y largo s corredores. atención crec iente por parte de los arqui tec tos sogl'Jn se divulgflban os.
constituida ro- una mulllpliciclad inaprensible de bebitaclo oes cuya orga - escritos clásicos de la lero nenología ~enomenologia de fa percepción
nización fuese similar a la de m espacio IaberÍlltico. Una red de momen- fue escrito en 194 5; La poética del espado en 1957- y los de la Gestalt
los yuxtapuestos en la QUe ro podIía d stinguilSe m esquema jeéuoco -K!n Kol1ka. Fmcipios de psiooIogia de la torre. 1935; Wolfga>g KOhIer.
o funcional capaz de condensa r la representanvcíad de la casa. Es preci- Psicología de la forma, 1947; RLdoIr:fl Asnheim, M e y percepdón visual.
semente este aparecerse como acumul ac ión soprerdentc. corro multi - 1954 -. La percepción visual y fenoménica será asi mo tivo direc to O indi-
plicidéld de microcosm os lo que co nstituye su experiencia m ás nítida. recto do un imrx xtante conjunto do textos proíeslcnales. entra los que
La casa tororre rolóqica sería una mu ltiplicidad de microcosmos. cada destacan El f1U(fII() paisaje, 1956, de Gyorgy Kepos -que dirige on el MrT
uno de los OJales ob tend ría su iclHntidad a través do SUS p ocos Y dife - de Massachusotls el Ce nter far Advanced Visual Studies-; us imagen de
renciados ambatos topológicos. Caro en los dib.Jjos inf<Yltiles de interio- /.-1 ciudad. de KevI"l Lynch . 1960; Intenciones en arquitectum, de Crnsten
res de casas. esta ccoccocco req uiere la frag-nentación del ron;.nto en Ncrtlefg-Sc.tUz. 1967; La dimensión oculta. de Edward T_Hall. 1969, Y
una surna de esoecos autónomos, sin LIlicb::l ni ce-corea final; una que contribJyeron docisivamcnte a desviar el ideal espacíal moderno
proliferación de hebitacicoes y cosos cuya relación úocerrcnte puede ser hacia concepciones del ambiente mis elatxmdas. Aklo Van Eyck, Jóm
descrita por las proposiciones. Una org.¡-mi7ación cuyo modo taxoró rrico Utzon. Juhani Palnsrrea , Juan Navarro l3aldcwog , StovcnHall serán algu -
ha sido estudiH(io y poesto en práctica por Steven Ha ll a través de la ela - nos de los arquitect os más significativos influidos por las teorías de la per -
boración de unas cetcs topol6gicas (correlationa! cJli.lrts) en las que se
describen 10'ma8 de aganización de ces. ues y cuatro elementos SO!'}'X"l
~;¡¡:;;;';fii:ii{;iJ;('\",~;"";r"Ji
.,
ceoc óo fencxnenológiea
Pocas inslalaciones sintetiZan más certeramente
rosccoes variables Yeuya poesta en práct ica reqacre el estallido inicial esta idea de espacio fenc:ménico que la realizada
de cualquier posble entidad esoeca en una ama de distintas piezas o por Juan Navarro Beldeweq en la Sala Vinc;on de
salas mñórornas. se preterde rerrodocr así de forma metódica la irra- Barcelona on 197o , suspordicndo el tiempo en
cionalidad poética con la que monsiocr Hulot habita y Picasso oc upa su un instante y polerizarco 13 visión en el momonto
palacio rrcdter áreo. Pero esa n1ulliplickj;-¡d buscada quedaría oxoesca- feliz qu e rememor a la experiercia infantil de la
mente simplific:::ad<l si sólo atend iésemos a lila cierta ccrroejdad y varie- irgr avidez. mentras la kJz Queda detenida y fijada
dad topológic a . Que seria LIla ccoocoo ¡:rinefa, La rnJllintti:lad \'8fÓ'Ía a su loco mIlla!, la venlaf1<'¡, mediante 1Í18élS y
activad a. además, por lila diferente relación con el medio nallJal, LIl8. vectores en una escenificación de ecos verree-

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renos.Todos los elementos, inc luso el punto de vista de la fo tog rafí<l a la Frenciscc J. Sáenz de Oiza la ha descrito tantas vec es, un umbral c on ti-
altura de If:l mrada atón ita de un niño, c on tribuyen a deshacer la neuírali- nuo, un espacio de transición donde se regula rían los iJllermml1iOs y se
dad de la res extensa ríescetena, dando al espacio presencia, sentido e organizaría la com plejidad labemtica. Por lo tanto. si qulsérarros ahora
intencionahdoo , En ese espacio el medio natural aparece no corno algo subraY'dr un rron e nto privilegiado de la casa en ía que esta llega a su ¡>IA-
exterior que estuviese ahí nera. esperando a ser visitado, sino como nitud. ro S8fL<:l en absoluto la tormenta heideggeriana, Que nos oblig a él
aquello que peticpa de la acticídad de la casa. que modela su experen -
cla sensoíaí y otopa su sign ificado a la c omplejidad topolóqca. Ángel
) urlfl concepción defensiva de la casa, que ciera al habitante 81'1 un espa-
c io casi ooocce. sro un momento de especial esplendor fenomenológi-
González ha descrito esta revelación fenoménica en ül caso de Ju..'1I1 co amanecer o el momento en el quc la lloviz-
la luz mediterránea de un
Navarro: "En las habitaciones de lkrmeer, precisamente, descutxe J!.k?n na se oetee y todo el ambiente natural vuetve a abrirse.
Navarro lo que él msma ha definido COfT'O sentimiento de una realidad La casa de Ulzon en fvt.,I1lcxca o la de Juan Navarro en Cantabria son
encendida. Estas habitaciones activan lodos aquellos atributos do la evi. e)emplos eocoentes. aÚl con las jrratacooes que la rcalidad o-oc-e. do
dencta Y de la presencia que los caravaggislas ingeruos dejaban e.c;capar C6 T() estos esquemas desplegados implican pieles sensibles. evedas.
txr SU descabalada red de sombras Y mUscuIos: a ceca de las cosas. su ligad'lS a <X:luclos Icnómeros relevan tes en cada caso: en el Pl'1"ne'0. al
peso y signo, las tTW'adas perdidas Y las recompensadas, la Simetria Ysu d ima rrediteréreo: en el seco-oc. al auéntco. AAbas casas. denomina-
enfermedad, e/Rujo y el rellujo de las direcdQnes, el rastro de la tJz, el das si!Jlilicativamente "casa del $d" Y "casa de la BLIVia", neceo lna
aire... O, corro dlla Juan Ne-warro de un modo elíptico, peto sugestivo, la máxima Iltensifica<::iéfi de la expaiE'rcia a través de sus esquemas des-
apretada est1Uctura do relaciones y reflejos" . Un sen timiento de realidad plegados YIaberillioos. delwnándose cada LI18 segJl su patia..Jla' me.
mcendid::l Que podremos trasladar 'ác imente desde la habitaeió'1 de petecón del paisaje. la casa de la Iuvia quedar á "peOada" pe ésta rola
Juan NavaITO a la gran casa compacta a la Que se remi te siemprü Q Jbier1a a dos aguas que exhibe con sus canaJones y bajantes enterdi -
I3ache1ard, con los di ferentes ocres y densidad ll.KT1imsa de las estancias dos casi romo si de lXl baldaquino superpuesto se naiea. mientras la
segÚl su poscón -véanse de f1JeVO las estancias de la casa pcassena casa del sol buscará el ercuentro de éste con el mar, con ventanas Que
y comrxuébese el paralelismo exis tente con la fotog rafía en la Que su hija quedan ooionzaoas DO'" el sol, transfoonadas ellas mismas en habitáculos,
Paoma salta a la com ba-, así corno a los 8SqLX:ffi3S espaca es m ás hori-
zontales. cuya cxg.1fU,zación de lo. complejidad topológica se realiza des-
pIeg<lndo las casas alrededor de pa tios, estanc ias exteéores y embaes de
toco too Que buscan una rna.yor presencia del medio na tural en el interior.
De acuerdo con ello obtendríamos una dualidad ya seúatada en
Bacneterd y en Medoau -Ponty: por una pete el vioio c aserón -las vaca -
coros ociosas- : po otra, el esqcerm horizontal desplegado, más
rrodemo. que en fatiza su c ontac to abrazaooo el medio natural; un esc,o-
rnc rememorat ivo y o tro intensiñcador (que sin d ud a no son exc luyentes
sino co nsocuenc ia de la dlversidao de opciones to poló pcas).
Por 0110 la casa /(~nomenol6gic-1 corñeva una concepción de la piol bien piel s ensib le
distinta ala oxiatencial. Ésta es ahora ex nemadarrenta soñstcada. un filtro
erroco ral. er izado y sen sible, y m tanto 0.190 que cie rra ám bitos o señala
'es tabilkk1(1", Para el fenomenólogo IH casa es "un ser- entrea bierto' , como

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mostrando cómo la casa fenomenológi ca y sus habitantes mant ienen colonizan yactivan esos espacios, se mu ltiplica sscalarrnente sin soecco
una relación implicada. activa. con el medio físico . ajena por completo a de contOJidad.
la idea defensiva existencial. a la higién ica po sitivista . o a la coorerrolati- B sujoto fcnomónico se rodea de colecciones de objetos de afec to que
objet o s de afecto
va ne tzsctaara . constituyen el levantamiento rotmial. la rrerrcda de su actividad. Pero \o
En la versión más esquemática o caricaturesca de lo qua esta relación constituyen a través de su peco desorden Ydesjef8rqLización. en a\gJ-
con el medio ratua implica podríamos docir que el habitante de esta na medida a través de objetos organizados también en fonna de laberin-
casa cuida personalmente y con primor su hipotético jardín, en el que no to. que sería así reprod ucción u homctecia de la ca sa: una organización
faltarán huertos ni árboles frutales , flores y columbarios si el dima lo per- rnivdual. jabemtca. a través de la cual se ap'"opiéria el habitmte del
mite. Una relación crea tiva que en su versión más sonsuceoa dará lugar a espacio. la ligazón entre la idea de IJM SIma grande de dcpendeOCias
esas ventanas con las que Pcasso fijó en nuestra memoria la presencia distintas y la proyección so bre los objetos personalizados será algo siem-
de una naturaleza rrecñerré rea . fértil y bondadosa, en la vivencia de la pre presente en estos n tüOCJres. que sólo podrán venir cese-tos desde la
casa lenornenológ ica . rximacía en su co ceocóo de la 'intimidad" sobre cualq uier otro pauón O
intimidad
Como cmsocuencia de esta primacía del aire sobro os límites q ue lo valor de la dom esticidad -el con fort, la funcionalidad . el lujo etc ,
contormen. la materleñded de la casa fenomenológíca pasa rá a ser de materiali dad ad -h oc B rebitente fenomerdóQico buscará el bienestar a través de relaciores
un orden poco probemát co. En una descripción pestáltca. seria el esencialmente atecüvas con los obje tos, recreando a través de ellOS un
"fondo' do la "figura' que es el es pacio. Por ello no aplicará especiales mundo mblannzad o pa ra el que los juguetes infantiles serán una referen-
categorías o valores a priori y podr á. irnistlnlc'1lT"lenle. utiliLar materiales cia precisa. deSinteres<'lrdose por cuaquer visión tccnicista del ambien-
más arlif¡ciales o natu ales. to-do-do a un uso ed-rcc e híbrido de éstos. te. Los objetos pcojrán de relieve el carácter individual, íntimo y casi
tal y cono los mismos ejemplos de la casa de sol y de la IILl\lÍa muestran, infantil de la casa fenomenológ ica: baúles, cofres, armarios, cajas, üaves.
más dirigido hacia la ob tención de una congruercia y economía sensorial habitarán y colonizarán su espacio. Se trata de una descomposición
-cn lo táct il, en lo háptico- que técnica o ccosuucfjva. Las texturas. la escalar que rompe todo sistema ja"arQuizado de conc:ebi" la vivi€ffja, que
temperatura del colo r refle¡Ado . la sono ridad de las estancias reg irán los llaga sin pe rder intensidad hasta e\ aroma del interior dol cajón y q ue impli-
criterios selectvos «corpoanoo act ivamente elemen tos ra tweles -lámi- ca por tanto una dificil línAa de diferenciación entre la construcción y la
nas de agua. sombras arboIacbs etc.- que pasarán a ser entendidos y ocupación de la casa. alg:) que en términoS convene;ionates peoría expli-
utilizados como verdaderos ma teriales de construcción.Se trata por tanto carse subrayando cómo 01detallo. la "decoración" , forma parte consus-
de una materialidad desinhibida y sensual. más propia de un bricoleur que tancial del método teoorerolóqcc. que se despliega ahi con el mismo o
de U'1 irvJeniero. más táctil que tectóoca. rrevc énfasis que seo-e los aspectos constructivos. esírucnraes o ener-
Volvamos ahora a las fotografías de los interiores domésticos de Picasso géticos.
para identificar la lógica con la que éstos se organ izan en la casa feno- De igual manera, si ateodéserros al esqoerna Púl"llicolPtrvado, cnconíra-
menológica. En ellos reina un espléndido desorden aparente, Ul profuso ríaroos LOa mecánica sinila de reprüd ucx:ión escaer del mK::rocosmoS de
despliegue de obje tos personaos. lienzos. boles de pintura y pinc eles. multiplicidades desde la casa hacia los modelos urbanos a los que se
sillas y mesas, cerámicas y platos amontonados a ca pricho. Podernos remitiría la casa ferKlmenológica . Los arquitectos de l Congreso ClAtv1 de
oler esas habitaciones y ver su colorido y desorden, propio de un lOCO D..UQVf'lick (1956) así lo eotoooeco cuafleb enlrentabm poIémicamente
-o de una habitación infantif-- y sentir así hasta qué pcnto el laberinto la vitalidad de la kasbah y su laberintica crganilRción espacial con la pere-
topológico, el microcosmos de mu ltiplicidades que de scribe la casa za de los prismas moderros; propusiero n sustiíus las cua tro fu-clones
como un todo. se traslada al territorio de los rruebles y objetos que QJE! estn.cum la Carta de Almas por otras cuatro categ:::ri3s d sec ta-

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mente ligadas a la experienc ia: casa , calle, distrito. c iudad. Del mismo que so elabora se crganLm desde modelos tradicionales
modo Ifl co mplejidad espacial de los grames edificios termales romanos rerrorroratvos : "Desde luego, al conskJcm.r la ciudad
así cano los vírnJlos sensoriales que éstos estabIecian cm el cuerpo y moderna desde el punto de vista de la capacidad percep-
la naturaleza. proveen de U1 modelo coherente, LI1a eqctecnsa de reso- tiva, segUn el criterio de la Gesta/t, sólo cabe condenarta.
nancias praresenas. en la que se corceccn la propuesta de Oudad Collag e-C ity Prxque SI se supone que la apreciación o percepCIÓn del
CooI3ge (19811. de Col" fbNe y FIBd Koonl> (y tan_la ooocesa de la objeto o figura requiere fa presencia de un cierto tipo
CU:Jad análoga de AIOO roes. U1 ~ reseco en asocecooes reme- de arreo o fondo, si el reronocirniento de cesa clase de
morativas y aJtobiog-árlCaS). La ct.dad fencmerdógica tcncM así caree- campo acotado de cualquier modo es un prerrequisito
ter fragmentario, escenográfico y complejo, suma densa de pezas que la de roca
experiencia perceptiva, Y si la conciencia de
experiencia y er ueroo han ido destilardo. '¿Por qué habríamos de ver- campo precede a la concienda de figura, enlmees, cuan-
nos obiqeoos él preferir la nostalgia oor futuro a la del pasado? ¿No podría do la figura no está soportada por ningún marco iden tifica-
la ciudad modelo que llevarnos en el poosemento tener en cuenta noes- ble de referencia, forzosamente ha de debilitarse y aee-
tra constitución psicológica ccrockja? ¿No pod ría esta c iudad kíeal com- truirse a sí misma". Contra esta eusercia de contraste
portarse al mismo tiempo . y explícitamente, como un tcauo de 18 profecía forll lo-figura se propone una vuelta a la espacialidad tradi·
y co rno un teatro de I;:¡ memoria?' . ROW8 y Kcetter, nos prop onen en cloral poro ya no de la peq ueña cludad tesserowana sino
CrudndColk-1ge una vuelta a 18 meno-la y a la experiencia mediante la téc- a un modelo rretropoltaro . complejo y monumen tal, basa-
nica de ~1 'y\Jxtaposic ión dcsccotextuejzada: una ciudad constituida toda do en apropiaciones de fragmentos urbanos de grandes
ella por oIcmcntos memorables. ajena por completo a tas categorías y téc- ejemplos históricos . Venecia, Rorro , Bertn, Londres, París
nicas de a-ganización espacial oe la Carta de Arenas: lJ"I8 ciudad repre- o Nueva York -cooedes todas ellas destino habitual del turismo cultural-
sentada idealmente por el frag - serán ooooesas coro modelos, objeto de análisisy epropacón . Nótese
mento urbano dibujado por que se trata de ccocccs que no resisten un análisis funcional; es su
David GrifHn y l-IalS KoIho ff cm exceso, p ecserenie. \o que las hace memorables. Más allá de los IXO-
el QJe se ilicia el texto - tal pró- bIemas técrécos que esta idea de ctJdad-coIlage inpIica -oo es difícil ver
xiro a la ciu::Jaj cnáIoga ~la­ QJe tal dudad cbia U;}ar a LI1a especie de parque tenátco rotura!- de
da pOr ArdLino Oeua íca baP mevo lo más interesante será enterder que el rasgo difererrn de la argJ -
la Olspi'adál de Bossi. mentaeión teromenológica es el remitirse a la experiencia corno mica
En Qudad-CoItage encontra- certeza. el recto de carecer de los modelos abstractos a los que otras
mos el rrésmo desdoblamiento lógicas inducen. Por el contrario, y en esto 8eg<Jramonte Tatl supera a
qLC re-ros visto en la casa Rowe y a Kcetrer. la c iudad de rronsiec HuID! es aquélla que contiene no
fenoménica pe- una pete la sólo espac ios públicos y monumentos sino lo qua interesa a su visión de
reremracíó-: por otra ti inten - la ciuciHd existente. Y ello inc luye no sólo los tradicionales espacios de
sificación postáltca de la JJOr- d esc ampad os sociabilidf1d -01café, el mercado, la pazoíeta- sino también los descam-
ce pcón . Vemos que si la c iu- paoos. aquellos lugares que, como la gran casa p icassiana , sólo adquie-
dad moderna que se pretende ren pleno sentido IXX el uso que de eñe s se da, por cómo seamos capa -
combatir se co-dera desde en- ces de apropiarnos de ellos.
te-os qestáltcos. la propoesta Nos ercontraroosasícon una visOl de lo plbIico QJE! es una rnatOOaliZación

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de esa red de esmuos e o tcoccoeoeoee que conoooeo la lemJXlra~ ­ -o manlenerlas- con Os resrcs de an terictes anstn;cciones o cJestnx;do-
dad y esceccso so fenomenológicas , entendiendo la ciudad moderna y ros. Por tanto, la serie de m:xlios del t~ no puede ser definida en
burguesa de forma análoga a corno Pcasso ocupa su reside ncia vas - función da un pra¡ecto (que presupondria fjriem/ls que. corno en el C8~'O
niega. Lo decisivo de la CiLKj8d Ie norénica. del ám bito públic o al que se del ingeniero, hubiera. al meros f]{) tcorta, tantos juogos de hormmiontas y
rem ite seria así, desde el punto de vista del proyecto. la suspensión de de materiales, o 'juegOS instflJmentales', corro diferentes cJases de o o-
toda linealdOO de los argJllCl1los , la puesta en cuestión de los mét odos
ooeñvistes. la confianza a'l los modelos subjolMJS propios de la expe-
) yeclos). Debe definise ún cafra-lte oa su uro potencial... paoue los eJe·
montos se reúnen o CQflSCfVéJn bajo el pnncipio de que »eroe pueden
riencia: la kasl"k'1h, el 'descampado' y las terma s como idea misma de lo rosl.Jflar Ú/lIeS'. TaJes elemen tos son especi8fírados flf/sta un cierto punto, lo

·
·•
público fenoménico. suficiente para qu e el brico leur no nocosile el equipo y 1m con<x:imienlos
Picasso y rronsier Hulat sintetizan es el universo feromenológico en el '--r,' ,J de todos kJs ofidos Yfas profesiones, y /o suficiente para que C:1da uno de
ámolto privado y en el Público, componiendO una forma de habitar la casa ,' ~ , eIkJs ro tenga tan sólo un uso defirido y detemlnado. Representan una
~ al cerácte- heroico del ~e rWlilista; ajena pe- corceto él seoe de roIadonos reales y posibles; soo coeecoes; pero pueden
la sunisión social del positivista; ajena igualmente a ese homt>re interior errplearse para cualosQuiera operackJnes del mismo tipo".
tleideggAriano. "Un sujeto brindado al mundo", tal y corno Merleau·Ponty Es esta rTlultiphc idad de o oeeooes reteroqéoeos la que guarda una.
lo definió , q ue desarrolla sus propias téc nica s proyectuaes con las que rnavo ernpéltía natural con osa aira heíe rcqénea Illultiplicidad de espacios
materializar esta idea . No basta, obviamen te, una actitud que emulase la y expcriwcias sensoriales en las Que se resuelve la mrada ferrrnerol6gi-
mirada infantil. ni man ipular las cuestiones toooóccas fren te a las geo - ca; ma m.Jltirkdad QLe c.lillrrWla la ateocéo y las herranenlaS del p o -
métricas , o trabajar con el aire y la luz O scoo tJl cierto adtxJdsrno mate- yecto en LI"l proceso no 1i1eaI ni .íffárQLico. Si vd\.uOOS a rnrar el osc,e-
rial. Es esa sorpresa frente a todo lo q ue se presenta ante este sujeto txi n- ma metodológico lineal y arboresceote de .AJexander KJein podemos com -
dado al mundo lo que induce al u so de multiplicdad de tócnicas dispa- prender la dferercia sustercial de po sición del proyectista: su imagen os
res, a fmbaiar como un aficionado o un bticoleu r antes que corno un cien - más la de una "red de btorconelcíades dispersas' , sin prir'Cipio ni fin defi-
tifico o un artesano - tal y cono el ejemplo de P icasso hace explicito de nidos. Es la cabeza ele Hulot y 1<'1. a e:-divicRi rrnl ifAr"Rnle y rlP.Stx:lfdélCi:-:I de
8 edJage ro es soo ua rereeoce para pansa la ciu-
forrlli;t p-M1egiada.-. Pcasso - s es ooe esta rrente sfig.jar oceoe lJOIlE'SC por ejerr(Jlo-. No
dad sbo LJ1í) iécoca del e qtñecto bricoIeur, ajena al sontdo cotrreeco arq uitecto bricofeur hay lX1 ln pa-seg..OCIo, una casa que ya cc-océseros en sus vakxes
del ingAniem . Claude Levi-Strauss, en B pensamiento salvaje (1962), arquetípicos , un proceso Que tuviese los pasos prefjaoos: el provecto
deocaoo procisaronto Mer leeu-Pcoty oesarrola esta idea puntual-
1] fenomenológ ico es un vagabundeo de la mont o y los sontidos que no
men te reccoica por RO'Ne y Koetter : 'El bocoleu- es aficiork'Joo a realizar conoce ni desea acerca-se a ninguna imag3l1 p eneca. por el contrario,
un gran romero de t8fe8S, pero, a diferonda del ingeniero, no subordina b.JSCa ene todo evitala.
cada lHlIl de ellas a la disponibi/idad de materias txrres y hetramientas eocwercoos. pea carlJir esta visita, en las casas de! la. kNia Ydel sol
concebidas y obtenkfas P8f8 la finalid ad del proyecto. Su universo de re- Ycomp-ohArnos esa aterOO"l difuminada del arquitecto en rroreoios sus -
Irumentos es cerrado y las reglas de su JIJego son eoroe las de actuar pendidos {ln o s que os tópicos decisivos del proyocto positivista .osuuc -
con 'cualquier cosa que estéa ma no ', es decir, con una serie do rene - nra. piol, eficiencia rñsíríboñva-. y su rrocérica de erélisis en planta y do
es siempre finita y que es también heterogénea,
mienta s V materiales que avance de lo general al de talle, son incapaces de explicar tanto las técni-
fXX'que /o que coxece no guarda relación con el proyecto en sí, n en rea · cas p-oyectuales <::oTO Os valores de! la casa. La casa de! la lluvia da la
fidad con nir'IfPJ proyecto particular, sino que es el resultado contingente bicrNerida al visila"1te orgarizando bao ma bóveda ebercante LI"l peo.e-
de tcdes las ocasiones habidas para renovar o enriquecer las existencias ño Iabefinto con vitrinas. En las vitrinas dispuestas en eceoco. las distintas

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coeccc-es de coetos "'!Jstrm las aficiones nt<ms del p-o¡:;eum y Oczás sea Ilteresante Slbayar aqI..i QUE! hay aIo;;p Que diferencia la casa
visiéfi dol paisaje en trllrico gesto de t~ , La dt.pIica-
EJTnaI'"CéflIa re o-eooóoca del resto de las casas que visseros. Y es que ésta es
ción de occeco-ce en cru de las alas permite 11cr00000lt<Y os gados de ,
tanto prodoctc de-una decisión de quien povccta. como obcto de la
compejidc1d y las famas do aganiZacim de una casa aJyO t¡:¡rflélm es roa oxponc cia de Quit:t> la vive, Dicho de otra forma, la arquitectura es feno-
üverroote pecaero: los muros exterkxes incluyen el alrnac:enaje de coetos menológica en sí dllsrna, todas las casas por el hecho de ser objetos físi-
dardo así c 'o proteccón címátca extra; el acercamiento hace la casa se cos puestos ante alguien, SOl casas fenornenc:*Jgicas, pues esta discipli-
realiza COl Ln lTlCJ'o.o'fTlento. casi lJl ballet, cp3 realza el valle y la casa en él. na ante toco estoda esas reeccoes y poeee de cletos ccrocsneotos
La casa del rol bcscaá U1 aTaÍ!}j se-eoee en el cma soeeoo rreoe-ae pea ntensmear la experiencia de los cqel05. La a""too leranerotógiCa
la ccosmccoo de estacas en el eoecc exagerará su tamaño des - enseña a coesto-e- el txrccrátco rrétooo positivista a través de la prooa
memtxándose en distintos cuerpos Que crean un efecto de mayor escala experiencia vital. y da al arquitecto unos conocmeotos técnicos, ma
y libertad 00 uso; utilizará con delectación motivos decorativos que reñeian ' coom', que difícilmente puede ser dcspociada si se desea escapar de
el canc -o y os gustos de quien la babta , l xecerá u-o relación cuerpo a la ¡nula positivista. Pero tiene también sus propias limitacicnes, corno las
cuerpo COl 0 1 medio físico definido oc- el sol, el mar y el acantilado; fijará tiene en la esfera del arte. Una de las Iirnilaca18s citadas de forma máS
laooscoo de sus mebee más siglifieativos conlorrrál:bbs rorro arqj· recurente es el olvido de toda labor cñca. de toda posición poñca, en
tecnra petrereote. fa\l(X" de m acusado roividualismo "senstJélflSla-, aítica ésta CJJ8~ '
Estos rrxmentos del p-ayeclo. decisivos desde el punto de vista de la ña a rruchas de las manifestaebnes de este filón del pensamiento con -
experiencia de habitar estas casas, han suplantado de forma no casual a terxxxáneo. Otra, especialmente entre los cctcros de Bachelard , es la
aquéllos ceroolzacos por I<J otoooxla rrooema a ta b(Jsqu ed a de una (',aídil on ma nostalgia excesivamente jtoral. en UIl perpetuo ensimisma-
intensificación de la percepcón. transformando esta b úsqueda en el miento, en la fII \.~ f'8(;lór) re remoratva .
desen:::adenante de III métedo especifico de provecto. El roto ante el que el ferunenólogo nos po-rra seta precisarnenle el
Herros cisco el ceáctee vacacK:lnaI de esta idealiza:::Ol de la casa y qj- opuesto: cómo rec.oaa esa complejidad de la expaieocia; como recu -
zas. a L3 roa de precisar el métedo len:::menoIógico. deberiamos insistir pea- los eoemtos topológioos de los gar1des caceo-es nsaes en 'Jivien.
en esta oco-eiorce pues se trata de una ecooeoca por todos ce-oc - das y apartamentos que apenas tienen cien metros cuadrados: córro
da -ía vacación oc iosa y la esoectcr predisposcón seoscdal que tal sñoa- vac ac ión orgémi1ar una piel entreabierta, proveedora de intensidad, en una fachada
eón provoca- que permite subrayar las distanc ias con las idealizaciones con superficie y técnicas limitadas y en lugares sin cualidad alguna: có mo
funcionalistas ccoverco nales. ¿Cómo pensamos QS¡) casa ide.al de vaca- roaclcoer el palacio en el que Picasso disfrutaba de largas, gozosas y pro-
ciones? ¿OLétentases la OOlStn1y'€ll? ¿Alguien, algma vez. ni PO" lJ"li"lS- dcctvas vacaciones eco tantas periferias deprimentes y sin atributos.
teote pensó en la racicn3lidad distributiva en nlErlta. 61 la econcnía de CÍ'"- Puede -por Qué no- sinlJIemente ~ a ta!8lT'(Ja1o, entender QJ8
aJaciones Y metros ccscsoos. en su capacidad para acoplarse cero el filón len:::menoIógico es oenasedo beIo para se- real: QUizás su desti -
célcla dentro de m bloque reskíercial. en el ritmo rnodtJar de la esíruciu- no sea elitista. y sólo PJOC\a desplegar su intensidad allí ce-ce las cr-
ra y el cerramiento, en la tecniicacón avanzada de su ambiente eomo cunstancias lo permitan. La arquitectura - y nuostro tiempo- a menudo es
parámetros scloctivos? ¿Cuánto (le osa actitud morosa y sensual de la oerraslado real, demasiado brutal para admitir la sofisticada jocer cia oe
vacación, de ese momento de plenitud, am si es ficticio, rcoerros tras- la mirada fenornemlógica. Pero rro-ee.r Hulol sin doda carecía de r8Cl.X-
a
ladar la ciudad, a L3 casa, al escenario de nuestra intimdad cotidiana? sos y sin embargo tabteba a la vez m mirUsctJo espacio Y la dudad ente -
¿En qué oeoeeros pensar pea constrUr ese espado pcassero? ra' desde el ceono a la más rerrota r,uileria, en p9litLd poétca. danos-
¿Cé:nx:> deberíaroos construir la lógica de reesno provecto? Irando Que la imaginaciá"l, a veces, es capaz de vencer a L3 miseria.

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