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¿Qué son las TIC?

Hace unos pocos años la palabra de moda en el sector tecnológico era la de multimedia,
algo así como la suma de las posibilidades que ofrecen la informática, las
telecomunicaciones y los contenidos. Ese concepto de multimedia ha ido perdiendo
protagonismo y, en cambio, lo han ido cogiendo las tecnologías de la información y la
comunicación (TIC). Pero, ¿qué son las TIC? Básicamente suponen un sector de actividad
que resulta de aplicar conjuntamente lo que ofrecen las tecnologías de la información y las
telecomunicaciones, que hace tiempo que empezaron a dejar de considerarse por separado.
El potencial conjunto de los dos tipos de tecnologías es tan grande que, además de suponer
un destacado sector de actividad empresarial, afecta a todos y cada una de las actividades
económicas y sociales que se realizan en el planeta.

Las TIC influyen en todo y están presentes en todas partes. Esa influencia es
indudablemente positiva y se deja sentir en mayores prestaciones, ahorro de costes,
reducción de emisiones, mejora de la productividad, mejora del nivel de comunicación
entre las personas, incremento de la sostenibilidad de los negocios, etc.

Más allá de la descripción de las propias tecnologías y de las numerosas prestaciones que
hacen posible su utilización en cualquier actividad, negocio o tarea que se realiza, lo más
importante de las TIC son sus aplicaciones concretas y específicas para cada sector.
Sanidad, Educación, Justicia, Banca, Seguros, Servicios, Administración Pública, etc. se
benefician de las TIC y están cambiando su manera de trabajar, de operar y de relacionarse
con otros sectores económicos y sociales. Algunos ejemplos pueden ser muy ilustrativos.

Uno de los más evidentes es el que corresponde al sector de la Sanidad. Aquí las TIC se
utilizan de tantas y de tan diferentes formas que no hay ningún aspecto o servicio que se
quede fuera de su influencia. Hoy en día el elemento clave de la Sanidad es la necesidad de
racionalizar y reducir costes para conseguir una Sanidad sostenible. Desde los aspectos de
planificación sanitaria y de modernización de hospitales para alcanzar auténticos hospitales
2.0 hasta aplicaciones muy concretas como la historia clínica electrónica, la teleasistencia
asociada a la movilidad o la cita previa electrónica, es fácil comprobar hasta donde llega la
capilaridad de las tecnologías de la información y las comunicaciones. Un punto crítico
en las aplicaciones sanitarias es la necesidad de interoperabilidad entre sistemas,
tecnologías y regiones, sin olvidar la necesidad de gestionar adecuadamente la seguridad de
los sistemas y la protección de los datos de los ciudadanos, sean pacientes o no.

La Educación ha sido un área de actividad en la que las TIC han ido penetrando conforme
se iban produciendo los diferentes avances tecnológicos. Lo que empezó como una
enseñanza asistida por ordenador básica se ha transformando en una revolución de
aplicaciones y uso, a veces limitadas por su coste, en la que todavía queda mucho camino
por recorrer en aspectos como las nuevas metodologías de enseñanza o como la definición
del papel del profesor. En el caso de la Justicia, las aplicaciones de las tecnologías de la
información y la comunicación tratan de eliminar problemas clásicos del sector como la
necesidad de agilizar los procesos, en muchas ocasiones muy físicos y mecánicos, o como
la digitalización de la información y los documentos como corresponde al cada vez más
cercano mundo digital.

Otro gran campo en el que las TIC han reinventado los servicios es el de la Administración
Pública. Hoy no es posible imaginar la prestación de servicios por parte de la
Administración (la administración electrónica) sin el uso de la tecnología. La mejora de los
servicios, la eliminación del soporte papel, la rapidez de respuesta, la eliminación de colas
y de la necesidad de una presencia física, o la atención 24×7 al ciudadano son ya en muchas
ocasiones una realidad y un derecho de la sociedad que aspira a tener una relación
electrónica completa, bien de los individuos o bien de los empresarios, con las
Administraciones Públicas. Cercano al mundo de las Administraciones se encuentra
también el concepto de ciudades inteligentes o smart cities. Dicho concepto engloba
múltiples aplicaciones que tratan de hacer la vida en las ciudades mucho más fácil,
agradable y sostenible para los ciudadanos, sin olvidar los aspectos de reducción de costes,
mejora del medio ambiente y desarrollo de los negocios. Una aplicación típica de una
ciudad inteligente cuenta con numerosos sensores ubicados en los puntos adecuados de la
localidad, que generan en tiempo real información. Esta información convenientemente
procesada es la base de servicios que optimizan la gestión del tráfico y de los
aparcamientos, la distribución y el uso de la energía, la lectura a distancia de contadores, la
gestión y reciclaje de residuos, la gestión del agua, etc. Una smart city propone un manejo
integral desde un punto de vista global de todos esos servicios.

A partir de un puñado de tecnologías y equipos que hoy se pueden considerar como básicos
(la telefonía y el ordenador principalmente), las TIC se han ido desarrollando a golpe de
innovación hasta transformar todo lo que hacemos, decimos y sentimos. Las tecnologías
de la información y la comunicación son fundamentales para mejorar la calidad de vida
de los ciudadanos, para incrementar la competitividad de las empresas y de los negocios y
para multiplicar la eficacia de las Administraciones Públicas. Son, en definitiva, el
catalizador de la sociedad que conocemos y el principal motor que nos acerca a la sociedad
de la información y del conocimiento.

Antes de la aparición de los tipos de imprenta móviles a mediados del siglo XV, las noticias se
difundían por vía oral, por carta o por anuncio público. Johann Gutenberg, natural de
Maguncia (Alemania), está considerado como el inventor de la imprenta. La fecha de dicho
invento es el año 1450. Ciertos historiadores holandeses y franceses han atribuido este
invento a paisanos suyos, aduciendo abundantes pruebas. Sin embargo, los libros del primer
impresor de Maguncia, y en concreto el ejemplar conocido como la Biblia de Gutenberg,
sobrepasa con mucho en belleza y maestría a todos los libros que supuestamente le
precedieron. El gran logro de Gutenberg contribuyó sin duda de forma decisiva a la aceptación
inmediata del libro impreso como sustituto del libro manuscrito. Los libros impresos antes de
1501 se dice que pertenecen a la era de los incunables.
En el periodo comprendido entre 1450 y 1500 se imprimieron más de 6.000 obras diferentes.
El número de imprentas aumentó rápidamente durante esos años. Hasta 1609 no se
empezaron a publicar los primeros periódicos. Estos ejemplares, impresos en el norte de
Alemania, se denominaban corantos y publicaban `sueltos' sobre sucesos en otros países. La
palabra noticia se acuñó un siglo más tarde.
En menos de veinte años ya se publicaban periódicos en Colonia, Frankfurt, Berlín y
Hamburgo (Alemania); Basilea (Suiza); Viena (Austria); Ámsterdam y Amberes (Bélgica). Los
periódicos de Ámsterdam, impresos en inglés y francés, llegaron rápidamente a Londres,
donde el primer periódico vio la luz en 1621, y a París, donde el primer periódico apareció en
1631. En el año 1645 Estocolmo disponía de un periódico de la corte que aún se publica.
Los primeros periódicos eran de formato reducido y por lo general sólo tenían una página. No
tenían ni cabeceras ni anuncios y se asemejaban más a un boletín que a los periódicos
actuales de página grande con cabeceras en negrita y abundantes imágenes.
El primer periódico inglés de tirada continua fue el Weekly News (1622-1641). Los primeros
periódicos en Inglaterra contenían en su mayor parte noticias extranjeras, pero en 1628
aparecieron las primeras publicaciones por cuenta de los funcionarios que informaban de los
debates en el Parlamento inglés. Estos periódicos se denominaban diurnos.
La censura fue uno de los problemas a los que tuvo que hacer frente la incipiente prensa
inglesa a lo largo de gran parte del siglo XVII. Hacia el año 1630, bajo el reinado de Carlos I, la
prensa tuvo que soportar grandes restricciones (incluida la concesión de licencias); estas
restricciones se mantuvieron durante las guerras civiles de la década de 1640. A mediados del
siglo XVII, durante el gobierno de Oliver Cromwell, se mantuvieron las limitaciones a la prensa.
Con la restauración del rey Carlos II en 1660, se fueron eliminando progresivamente la
concesión de licencias y demás restricciones, y la prensa inglesa pudo publicar en un
ambiente de gran libertad siempre y cuando se abstuviese de criticar al gobierno. En 1702 se
fundó en Londres el primer diario de Inglaterra, el Daily Courant.
La supresión del impuesto público sobre los periódicos en 1855 provocó una reducción global
del precio y un aumento de su circulación. El Daily Telegraph apareció nada más desaparecer
dicho impuesto, en un momento en el que ya había diez periódicos diarios en Londres. El
Times se vendía a siete peniques, mientras que la mayoría de los demás, incluidos el
Standard y el Daily News se vendían a seis. El Telegraph se lanzó al precio de dos peniques.
Los precios fueron disminuyendo a finales del siglo XIX al irse abaratando el papel y
disponerse de mejores máquinas de impresión. A medida que aumentaba la circulación creció
la publicidad, proporcionando a los editores una fuente importante de financiación aparte de la
procedente de las ventas. Todas estas circunstancias desembocaron finalmente en la
adopción generalizada del periódico a medio penique en Gran Bretaña a principios del siglo
XX.
A medida que los periódicos comenzaron a competir entre sí para aumentar su tirada con
objeto de conseguir más publicidad, los editores Joseph Pulitzer y William Randolph Hearst
comenzaron a practicar un nuevo tipo de periodismo. Pulitzer, en el New York World, y Hearst
en el San Francisco Examiner y el New York Morning Journal, transformaron sus periódicos
con noticias de carácter sensacionalista y escandaloso, incluyendo dibujos y otro tipo de
pasatiempos como las viñetas de humor. Cuando Hearst comenzó a publicar secciones de
humor en color, entre las que se incluía una tira titulada The Yellow Kid, a este tipo de
periódico se le bautizó como prensa amarilla.
Ventajas:

Algunas ventajas que podemos mencionar son las siguientes:


- Brindar grandes beneficios y adelantos en salud y educación.

- Potenciar a las personas y actores sociales, ONG, etc., a través de redes de apoyo e intercambio
y lista de discusión.

- Apoyar a las PYME de las personas empresarias locales para presentar y vender sus productos a
través de la Internet.

- Permitir el aprendizaje interactivo y la educación a distancia.

- Impartir nuevos conocimientos para la empleabilidad que requieren muchas competencias


(integración, trabajo en equipo, motivación, disciplina, etc.).

- Ofrecer nuevas formas de trabajo, como tele trabajo.

- Dar acceso al flujo de conocimientos e información para empoderar y mejorar las vidas de las
personas.

- Facilidades.

- Exactitud.

- Menores riesgos.

- Menores costos.

Desventajas:

Los beneficios de esta revolución no están distribuidos de manera equitativa; junto con el crecimiento
de la red Internet ha surgido un nuevo tipo de pobreza que separa los países en desarrollo de la
información, dividiendo los educandos de los analfabetos, los ricos de los pobres, los jóvenes de los
viejos, los habitantes urbanos de los rurales, diferenciando en todo momento a las mujeres de los
varones.

Otras desventajas que se pueden observar en la utilización de las tecnologías de información y


comunicación son:

 Falta de privacidad.
 Aislamiento.
 Fraude.
 Merma los puestos de trabajo.

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