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Agradecimiento:
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Nelly Castro Olaechea, Responsabilidad penal de las personas jurídicas, Pág. 07/08
“acción” recogido en el artículo 11º del Código Penal de 1991; así, sólo pueden ser
imputadas las conductas de los administradores y representantes de éstas. Tanto
en el Código Penal de 1863 como en el de 1924 no se avizoraba siquiera una
responsabilidad de la persona jurídica; se consideraba únicamente a la persona
natural como susceptible de imputación de la comisión de delitos. Sin embargo,
según manifiesta el profesor HURTADO POZO, en el Código Penal de 1924, ya se
habría dado la posibilidad de comprender a la persona jurídica en la comisión de
delito relacionado con la quiebra fraudulenta. En el Código penal vigente, si bien
tampoco se recoge como principio la responsabilidad de las personas jurídicas, si
se acepta de manera innovadora la aplicación de las denominadas
“consecuencias accesorias” reguladas en el artículo 105º de dicho cuerpo de
leyes, las que según la doctrina mayoritaria vendrían a ser verdaderas sanciones
penales aun cuando otros consideran que sólo son medidas de seguridad. Según
CASTRO OLAECHEA, mención especial merece la figura denominada “Actuar en
lugar de otro” regulada en el artículo 27º del Código Penal de 1991, que viene ser
una forma de hacer responsable a un sujeto por la comisión de un delito especial.
La doctrina ha asumido que esta situación por lo general recaerá en el
representante de persona jurídica quien no cumple con las condiciones especiales
que exige el tipo penal no pudiéndosele sancionar penalmente, pues de hacerlo se
vulnera el principio de legalidad, pero que materialmente ostenta una posición
preferente en la configuración del hecho. Así, se sanciona a los representantes de
las personas jurídicas, puesto que no es posible sancionar a éstas últimas en
aplicación del aforismo societas delinquere non potest. En este sentido, se
requiere de tres condiciones para responsabilizar penalmente al representante de
la persona jurídica:
Del citado artículo es posible señalar que el Juez debe imponer consecuencias
accesorias siempre que se verifique en el caso concreto, cuando menos, lo
siguiente:
Las consecuencias jurídicas previstas en el citado artículo 105° CP, tienen las
siguientes características y funciones:
A. El artículo 90º NCPP identifica a las personas jurídicas que pueden ser partes
procesales y objeto de emplazamiento por la autoridad judicial. En él se fijan los
presupuestos necesarios para el emplazamiento y la incorporación formal de una
persona jurídica en un proceso penal. Al respecto, el presupuesto esencial que
exige dicha norma se refiere a la aplicación potencial sobre el ente colectivo de
alguna de las consecuencias accesorias que contemplan los artículos 104º y l05º
CP. Esta disposición también concede al Fiscal legitimación exclusiva para
requerir ante la autoridad judicial dicho emplazamiento e incorporación procesal.
Tal norma, por lo demás, no obsta a que, respecto del artículo 104° CP y en sus
estrictos marcos, el actor civil tenga legitimación activa conforme a la
concordancia de los artículos 11°, 104° y 105° NCPP.
El apartado 2 del artículo 93º NCPP regula una situación especial de contumacia o
rebeldía de la persona jurídica procesada la cual, sin embargo, en ningún caso,
puede generar que se afecte o suspenda la continuación del proceso.
«1. En los supuestos previstos en este Código, las personas jurídicas serán
penalmente responsables:
2. Si el delito fuere cometido por las personas indicadas en la letra a) del apartado
anterior, la persona jurídica quedará exenta de responsabilidad si se cumplen
las siguientes condiciones:
3.ª los autores individuales han cometido el delito eludiendo fraudulentamente los
modelos de organización y de prevención y
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Revista Jurídica “Configuración de la responsabilidad penal en las personas jurídicas”, pág. 147/148
En los casos en los que las anteriores circunstancias solamente puedan ser objeto
de acreditación parcial, esta circunstancia será valorada a los efectos de
atenuación de la pena.
4. Si el delito fuera cometido por las personas indicadas en la letra b) del apartado
1, la persona jurídica quedará exenta de responsabilidad si, antes de la comisión
del delito, ha adoptado y ejecutado eficazmente un modelo de organización y
gestión que resulte adecuado para prevenir delitos de la naturaleza del que fue
cometido o para reducir de forma significativa el riesgo de su comisión.
1.º Identificarán las actividades en cuyo ámbito puedan ser cometidos los delitos
que deben ser prevenidos.
«1. La responsabilidad penal de las personas jurídicas será exigible siempre que
se constate la comisión de un delito que haya tenido que cometerse por quien
ostente los cargos o funciones aludidas en el artículo anterior, aun cuando la
concreta persona física responsable no haya sido individualizada o no haya sido
posible dirigir el procedimiento contra ella. Cuando como consecuencia de los
mismos hechos se impusiere a ambas la pena de multa, los jueces o tribunales
modularán las respectivas cuantías, de modo que la suma resultante no sea
desproporcionada en relación con la gravedad de aquéllos.
d) Haber establecido, antes del comienzo del juicio oral, medidas eficaces para
prevenir y descubrir los delitos que en el futuro pudieran cometerse con los medios
o bajo la cobertura de la persona jurídica.»
Treinta y dos. Se modifica la regla 2.ª del artículo 66 bis, que queda redactada
como sigue:
«2.ª Cuando las penas previstas en las letras c) a g) del apartado 7 del artículo 33
se impongan con una duración limitada, ésta no podrá exceder la duración
máxima de la pena privativa de libertad prevista para el caso de que el delito fuera
cometido por persona física.
a) Que se esté ante el supuesto de hecho previsto en la regla 5.ª del apartado 1
del artículo 66.
b) Que la persona jurídica se utilice instrumentalmente para la comisión de ilícitos
penales. Se entenderá que se está ante este último supuesto siempre que la
actividad legal de la persona jurídica sea menos relevante que su actividad ilegal.»
Artículo 34
No se reputarán penas:
o Estafa
o Insolvencias punibles
o Daños informáticos
o Blanqueo de capitales
o Cohecho
o Tráfico de influencias
Cabe hacer presente, que la discusión del proyecto de ley presentado por el Poder
Ejecutivo a la Cámara de Diputados, en Marzo de 2009, tomó alrededor de 7
meses, siendo finalmente promulgado el 25 de Noviembre de 2009 y
consecuentemente publicado el 2 de Diciembre de 2009, entrando
inmediatamente en vigor dentro de nuestro ordenamiento jurídico. Como se puede
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Ley Orgánica 1/2015 que reforma el Código Penal Español (Ley orgánica 10/1995)
constatar a través de las fechas indicadas, la tramitación de la presente ley fue,
por decir lo menos, breve.
2. Contexto Nacional
El interés que desató esta invitación, tiene que ver con las ventajas asociadas a la
incorporación de nuestro país como miembro pleno, las cuales se traducen en ser
partícipe directo de las acciones en apoyo al crecimiento económico, aumento del
empleo, mejoramiento de la calidad de vida, entre otros objetivos de la OCDE.
Además del impacto positivo en la imagen internacional como estado emergente,
pertenecer a este organismo, entre otras cosas, tiene especial connotación debido
a que nuestro país se presentaría como menos riesgoso y con mayor
transparencia, fomentándose con ello la inversión en Chile.
• Jean Pierre Matus Acuña: La ley en comento es necesaria debido a que los
instrumentos con que contaba el derecho penal, habían demostrado ser
insuficientes para contrarrestar a aquellas organizaciones que favorecían la
criminalidad, por lo que esta ley seria un primer paso para lograr disminuir los
delitos que podía cometer una organización empresarial. Para el autor, el
modelo de imputación escogido, es un sistema mixto, inspirado en el vigente
en Estados Unidos e Italia. De lo que se trata es de prevenir la comisión de
delitos, a través de programas éticos, de regulaciones básicas al interior de las
empresas, lo que se pretende no es condenarlas, sino evitar que se comentan
los delitos. En este mismo sentido, cree que los alcances de la ley son muy
reducidos. Sin embargo, cree que esta nueva legislación llevará a los
directores a esmerarse en que la sociedad no solo haga buenos negocios sino
que también no incurra en delitos.
• Jorge Bofill Genzsch: Sostuvo que la iniciativa en estudio constituía una
innovación, por lo que no estaba de acuerdo con la aseveración del Mensaje
en el sentido de que representaba la tradición jurídica del país.
El hecho de establecer un sistema de responsabilidad penal de las personas
jurídicas por los delitos de lavado de activos, financiamiento del terrorismo y
cohecho, significaría la constitución de un modelo de atribución de
responsabilidad para las personas jurídicas, frente a cualquier ampliación del
catálogo que se implementara a futuro.
Aun cuando la OCDE no exige que se establezca la responsabilidad penal de
las personas jurídicas, sino un sistema que consagrara sanciones eficientes,
proporcionales y disuasivas, cree que desde una perspectiva política puede
considerarse deseable el establecimiento de un sistema de responsabilidad
penal de las empresas. Expresó que en la medida es que se consagre un
sistema que entregue no solo herramientas al Ministerio Público y a los
tribunales para sancionar, sino que, además, dote a las personas jurídicas de
posibilidades para ejercer adecuada defensa, se construirá un mecanismo
duro, pero al mismo tiempo, será un sistema que asegurará garantías al
imputado, esto es, a la persona jurídica.
• Gonzalo Medina Schultz: Si bien el autor se manifiesta desde un comienzo
a favor de la idea de legislar sobre la responsabilidad penal de las personas
jurídicas, cree que los alcances del proyecto son insuficientes.
En referencia al artículo 5º, el profesor MEDINA, es partidario de consagrar la
responsabilidad autónoma de las personas jurídicas, por ser la única forma de
frenar la “irresponsabilidad organizada de las empresas”, es por ello que estas
deben ser capaces de responder penalmente con independencia del hecho
punible cometido por las persona naturales, ya que de lo contrario significaría
dar carta blanca a las empresas para que se organicen de tal forma que fuere
imposible determinar al responsable y con ello imputarla penalmente.
Respecto al artículo 3º, señala que se consagra un doble estatuto de
responsabilidad: aquella derivada de los hechos cometidos por los directivos
de la empresa, y la de quienes trabajan supervisados al interior de ella. Para el
autor, es posible establecer una distinción en cuanto a hechos atribuibles a los
directivos, mientras para otros delitos bastaría la existencia de hechos
cometidos por los funcionarios para establecer responsabilidad penal, lo cual
en el caso chileno no es tomado en cuenta, por la pobreza del catálogo de
delitos.
Asimismo afirma, que el modelo de atribución contemplado tiene el problema
de exigir interés o provecho a favor de la empresa, lo cual puede desembocar
en que se constituyan personas jurídicas especiales para la ejecución de estos
actos. Dijo creer que establecer la responsabilidad penal de las b. En contra
de legislar sobre la Responsabilidad Penal de las personas jurídicas:
• Alex van Weezel: Para el autor, la persona jurídica posee una tenue
identidad que no le permitiría resistir los embates de un proceso penal,
además de su carácter instrumental, todo lo cual se desprende de su absoluta
dependencia respecto de las decisiones que toman las personas naturales
que las administran directamente o través de otros.
El principal dilema se encuentra en que no existe una opción de compromiso
que permita considerar a la persona jurídica como sujeto penal en sentido
estricto, pues ello significa liberar de responsabilidad a la persona natural que
encarna el órgano, o bien prescindir del principio de culpabilidad. El autor
estima que la responsabilidad penal de las personas jurídicas es un cuerpo
extraño en el derecho penal chileno. El respeto al principio de culpabilidad
como principio fundamental, implica que solo será sujeto pasivo de la pena
aquel capaz de establecer una comunicación con el sistema penal, a quien el
hecho típico se le atribuye como propio, para el autor, los entes morales no
alcanzan a superar esta barrera.
Para VAN WEEZEL las penas impuestas a las personas jurídicas, deben ser:
sin identidad personal, la pena debe ser inmune incluso a la disolución de la
persona jurídica, pues de lo contrario no se podría ejecutar; además la pena
debe ser sin culpabilidad por el hecho, al menos en los casos en que la
empresa culpable no esté contenida en la persona jurídica que resulte
responsable, la pena debe ser tal, que sea susceptible de heredarse,
transmitirse o traspasarse a terceros no culpable.
En este sentido, ambas características, son para el autor, inherentes a la
sanción de las personas jurídicas, por lo que no son remediables, en definitiva,
cuando en la imposición del castigo no está presente la posibilidad de una
toma de conciencia, solo subsiste la coacción, la ingeniería social y la
protección de ciertos intereses.
A mayor abundamiento, el autor sostiene categóricamente, que la identidad
funcional de la persona jurídica no es suficiente para hacerla susceptible de
reproche penal, es más, si el derecho penal tomara enserio a la persona
jurídica, entonces la responsabilidad de ésta sería autónoma de la
responsabilidad penal de las persona naturales que encarnan sus órganos.
Artículo 2°.- Alcances. Las disposiciones de esta ley serán aplicables a las
personas jurídicas de derecho privado y a las empresas del Estado.
TÍTULO I
Bajo los mismos presupuestos del inciso anterior, serán también responsables las
personas jurídicas por los delitos cometidos por personas naturales que estén bajo
la dirección o supervisión directa de alguno de los sujetos mencionados en el
inciso anterior.
3) La adopción por parte de la persona jurídica, antes del comienzo del juicio, de
medidas eficaces para prevenir la reiteración de la misma clase de delitos objeto
de la investigación. 166
3.- De las circunstancias que agravan la responsabilidad penal.
Fuentes Bibliográficas
Ley Orgánica 1/2015 que reforma el Código Penal Español (Ley orgánica 10/1995)
Revista Jurídica “Configuración de la responsabilidad penal en las personas jurídicas”
Nelly Castro Olaechea, Responsabilidad penal de las personas jurídicas
Gómez C. Marisol; Lichtemberg B. Constanza “Responsabilidad penal de las personas
jurídicas : confrontación y análisis de los modelos de imputación en Chile y el derecho
comparado”