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CAMPUS MONTECILLO

MAESTRÍA EN HIDROCIENCIAS

GESTIÓN INTEGRAL DE CUENCAS

“UNA GOBERNABILIDAD EFICAZ PARA EL AGUA ” Y “GOBERNANZA Y


GOBERNABILIDAD DEL AGUA”

PRESENTA:
ERIK ATONALTZIN TAPIA SANTIAGO

09 DE OCTUBRE DEL 2018


UNA GOBERNABILIDAD EFICAZ PARA EL AGUA.

EL CONCEPTO DE GOBERNABILIDAD

El término gobernabilidad ha cobrado importancia en las últimas dos décadas. Este término
se relaciona con un sistema social más amplio de gobierno, en oposición a la perspectiva más
estrecha que considera al Gobierno como la entidad política principal encargada de tomar
decisiones.

La gobernabilidad se relaciona en gran medida con los resultados económicos, sociales y


ambientales. Una gobernabilidad deficiente aumenta el riesgo político y social, la rigidez y
los desaciertos institucionales, y aumenta también el deterioro de la capacidad para afrontar
los problemas comunes. Así como es relevante para los recursos hídricos y para los sectores
productivos, así como para el sistema administrativo global y el público que depende del
agua y que adapta su comportamiento a las reglas establecidas.

CAMBIOS EN EL MODO DE PERCIBIR LA GOBERNABILIDAD

El contexto histórico de la gobernabilidad varia en el tiempo y en el espacio. En los últimos


tiempos se han presentado cambios en la manera de percibir la gobernabilidad algunos de
estos cambios son:

 La crisis fiscal dentro del Estado (por ejemplo, limitaciones para aumentar los
impuestos),
 El proceso de globalización, que incluye la desregulación de mercados financieros y
la volatilidad del capital; factores que debilitan la capacidad del Estado para gobernar,
es decir, para controlar la economía.
 Avances tecnológicos que facilitan el establecimiento de redes y desarrollo de
subsidiarias. Una democracia subnacional más activa en las ciudades o en las regiones
semiautónomas.
 Carga excesiva de trabajo y responsabilidades sobre burocracias de gobierno más
pequeñas. o Numerosas concentraciones de gente y poder en áreas urbanas.

Al haber entrado al nuevo milenio, la función del Estado, consistente en “dirigir” o “guiar” la
sociedad, ha sido desafiada por redes locales cohesivas (la sociedad civil, el sector privado) y
por redes globales (por ejemplo, las organizaciones internacionales y las ONG) y a la vez el
Estado ha sido apoyado por estas mismas entidades a la hora de lograr el desarrollo de la
sociedad. Sin embargo con el paso del tiempo es estado es considerado mas como un
problema como una solución por lo que el modelo de dominio y de control, o modelo
jerárquico, y los modelos de gobernabilidad dirigidos hacia el mercado se debilitan.

Por lo que la gobernabilidad en sentido moderno, recomienda que la autoridad sea


complementada incrementando la confianza en la autoridad informal. Ante esta nueva
situación, la gobernabilidad distributiva resulta ser una respuesta institucional para el
ambiente que ha sido modificado. De este modo, la gobernabilidad constituye el conjunto
de manifestaciones empíricas de la adaptación del Estado a su ambiente externo. Esta es la
representación conceptual de la coordinación de sistemas sociales y, específicamente, la
función del Estado en ese proceso.

Actualmente se plantea la idea de que la sociedad puede manejarse y coordinarse por si


misma. A este tipo de gobernabilidad se le llama Gobernabilidad distributiva, este modelo
exalta a la sociedad como el factor principal y es menos ‘estatista’, ya que contempla
sistemas de gobernabilidad que permiten equilibrar el poder. Actualmente, en la mayoría de
los países, las instituciones políticas no ejercen un monopolio en la orquestación de la
gobernabilidad.

De esta manera un elemento clave para una gobernabilidad eficaz es la reforma institucional
con el fin de delegar tantas funciones sea posible a la sociedad, y democratizar, en mayor
grado, las organizaciones de la sociedad civil.

La gobernabilidad resuelve los problemas de legitimidad y responsabilidad de


comercialización mediante el establecimiento de autogobierno y de redes que permitan su
mutua fiscalización. De este modo podrá balancearse el grado de poder externo de las
estructuras de carácter formal. Los sistemas de gobernabilidad equilibran le poder y
equilibran las prioridades. El gobierno podría “decidir” cómo estructurar la sociedad
mediante incentivos (por ejemplo, estableciendo presupuestos como una fuerza coercitiva).

ESTABLECIMIENTO DE UN ENLACE ENTRE LA GOBERNABILIDAD Y LOS TEMAS RELATIVOS AL


AGUA

Todos los donantes principales y los bancos de desarrollo, así como los inversionistas
privados toman en cuenta cada vez más la gobernabilidad a la hora de valorar la eficiencia y
la eficacia de sus inversiones. Por ejemplo, la UNDP utiliza el concepto de buena
gobernabilidad. La buena gobernabilidad se define como “el ejercicio de la autoridad
económica, política y administrativa para manejar los asuntos de un país en todos los niveles.
Y ella comprende los mecanismos, procesos e instituciones, a través de las cuales los
ciudadanos y los grupos articulan sus intereses, ejercitan sus derechos legales, cumplen sus
obligaciones y resuelven sus diferencias”.
La buena gobernabilidad aplicada al agua se tomo mucho en cuenta en la Asamblea del
Milenio de la Naciones Unidas, donde los jefes de estado hicieron mucho hincapié en la
conservación y la administración de los recursos hídricos con el fin de lograr estrategias para
el manejo optimo del agua en sus diferentes niveles de gobierno.

Con el fin de administrar mejor el recurso hídrico se empieza a tratar al agua como un bien
económico creando un sistema de derechos de propiedad. No obstante, la formalización de
derechos puede que no sea ni necesaria ni suficiente para tener acceso a los recursos
hídricos. El proceso de formalización está influenciado a favor de las personas que tienen el
poder y el dinero y quienes podrían abusar del sistema.

Un asunto importante por considerar es hasta qué punto los procesos de delegación de los
derechos del agua están al servicio de segmentos de una población o de la totalidad de sus
miembros.

Si los recursos hídricos son manejados de modo intensivo por los mercados privados,
únicamente tendrán acceso aquellos con propiedades o ingresos (demanda efectiva). Por
otra parte, si las autoridades manejan los recursos hídricos, no existe certeza de que las
personas en condiciones de pobreza, que vivan en lugares aislados, o aquellas sin posibilidad
de movilización social mantendrán un acceso al agua proporcional al número de personas o
a las necesidades de estas.

Dada la complejidad del uso del agua dentro de una sociedad, el desarrollo, la ubicación y el
manejo de este recurso de modo equitativo y eficiente y el aseguramiento de la
sustentabilidad ambiental; requieren que las diferentes opiniones sean escuchadas y
respetadas a la hora de tomar decisiones sobre aguas que se hallan bajo un régimen de
propiedad común.

Una gobernabilidad eficaz de los recursos hídricos requerirá el compromiso conjunto de


gobiernos y de varios grupos de la sociedad civil, particularmente aquellos que pertenezcan
al ámbito local y al ámbito comunitario, así como también al sector privado.

Asi mismo para poder lograr esto, es necesario definir el termino “gobernabilidad del agua”,
según la GWP es:

“La gobernabilidad del agua hace referencia al rango de los sistemas políticos, sociales,
económicos y administrativos que se establecen para desarrollar y manejar los recursos
hídricos y el suministro de agua en los diferentes niveles de la sociedad.”

De la misma manera es importante definir los 3 pilares de la gobernabilidad según el contexto


dado por el programa de la UNDP. Los cuales son:
 La gobernabilidad económica incluye procesos de toma de decisión que afectan a las
actividades económicas de los países y a sus relaciones con otras economías.

 La gobernabilidad política es el proceso que consiste en tomar decisiones para


formular políticas; y, finalmente.

 La gobernabilidad administrativa es el sistema de implementación de esas políticas.


Una lógica similar puede ser aplicada a un nivel micro, por ejemplo, a una
municipalidad o a un hogar.

¿POR QUÉ ES NECESARIA UNA GOBERNABILIDAD EFICAZ DEL AGUA?

Un tema que subyace en la literatura de las ciencias sociales se refiere a que todas las
estructuras del gobierno ‘fallan’ y que todos los mercados y jerarquías tiene sus limitaciones,
las cuales, al igual que las estructuras de gobierno, también ‘fallan’. Por esta razón, es
necesario diseñar o crear regímenes de gobernabilidad más eficaces con el fin de superar las
fallas del gobierno, del mercado y del sistema, o las fallas originadas de una combinación de
estas. Estos tres tipos de fallas son inherentes en la mayoría de los países, y por lo tanto,
tiene que ser tratados.

La Gestión Integrada de Recursos Hídricos (GIRH) se encamina hacia el tratamiento de las


fallas en el mercado, en el gobierno y en los sistemas mencionados anteriormente.

Cada país necesitará identificar cuáles herramientas o instrumentos son los más importantes
y apropiados dadas sus circunstancias específicas. Por ejemplo, las herramientas que
recientemente han estado recibiendo la mayor parte de la atención en América Latina son
aquellas que tratan aspectos relativos a las fallas en el mercado.

CRITERIOS PARA LOGRAR UNA GOBERNABILIDAD EFICAZ DEL AGUA

Es necesario definir lo que se entiende cuando hablamos de “eficacia”. La gobernabilidad del


agua es eficaz cuando el uso de los recursos hídricos y sus beneficios son equiparables, y
además eficientes y sostenibles en términos del medio ambiente.

Es importante evitar el uso del término bueno como poseedor de un enorme valor y como si
no existiera ningún otro modelo de gobernabilidad eficiente. De hecho, para ser eficientes,
los sistemas de gobernabilidad deben satisfacer las particularidades culturales, económicas
y sociales de cada país. No obstante, existen algunos principios básicos o atributos que
pueden ser usados para valorar el grado de eficacia. Una lista, quizás un tanto extensa, podría
contemplar los siguientes factores: capacidad de inclusión, equidad, participación,
comunicación, transparencia, apertura, responsabilidad, incentivos, coherencia, eficacia
(costos de transacción bajos), capacidad de respuesta, integración y ética. Se necesita
trabajar más en el establecimiento de indicadores de gobernabilidad eficiente del agua.

¿CÓMO DESARROLLAR UNA GOBERNABILIDAD EFICAZ DEL AGUA?

El agua no constituye un sector económico; más bien, en algunas ocasiones resulta ser un
bien público, otras, un bien privado y a menudo su naturaleza se halla situada en el punto
medio de estos. Dada esta condición, su desarrollo puede conducir a la creación de
monopolios naturales. También, este recurso presenta elementos externos de carácter
económico y físico.

Para lograr una gobernabilidad del agua más eficaz es necesario crear un entorno propicio
que facilite iniciativas eficientes en los sectores público y privado, un régimen regulativo que
permita realizar en un clima de confianza transacciones transparentes entre los
colaboradores y compartir la responsabilidad de salvaguardar los recursos hídricos cuyo
manejo afecta a muchas personas pero que actualmente no es responsabilidad de nadie.

Según la GWP las acciones para garantizar la eficacia de la gobernabilidad del agua son:
 Incrementar la voluntad política para superar los obstáculos que se oponen al
cambio,
 Llevar a la práctica la gestión integrada de los recursos hídricos,
 Reformar y desarrollar las instituciones relativas al agua,
 Reestructurar las prácticas financieras y económicas,

Si la gobernabilidad eficaz del agua se refiriere a estimular políticas de inclusión, a la


participación de la sociedad en el manejo y satisfacción de las demandas basadas en altos
estándares y si se refiriera también al consenso y funcionamiento de las instituciones
relacionadas con el agua; entonces existirían áreas centrales de alta prioridad y mecanismos
para hacer posible la gobernabilidad eficaz del agua.

Entre las prioridades más claramente establecidas está el lograr la participación no solo de
los sectores tradicionales o de los socios clave —en el sentido de los gobiernos o del sector
privado— sino también de otros actores provenientes de la sociedad civil. Otra prioridad
consiste en el fortalecimiento de las asociaciones locales relacionadas con el agua, con el
manejo eficaz y eficiente del recurso hídrico público y con el desarrollo de capacidades entre
los colaboradores.

Una de las tareas principales de la gobernabilidad es crear un marco de trabajo institucional


y administrativo dentro del cual extranjeros o personas que tengan diferentes intereses
puedan pacíficamente discutir y ponerse de acuerdo para cooperar y coordinar sus acciones.
El gobierno, actuando aisladamente, no podría ubicar apropiadamente el agua en una
cuenca, ya que es improbable que aprecie las prioridades y los intereses locales Sin embargo,
el gobierno puede establecer las reglas y las regulaciones y proveer un marco de trabajo para
que sea cumplido por la gente de determinada localidad.

INICIO DEL DIÁLOGO SOBRE LA GOBERNABILIDAD EFICAZ DEL AGUA

El GWP, el UNDP y el ICLEI en trabajo conjunto elaboraron un programa de trabajo conocido


como el Diálogo sobre un Gobernabilidad Eficaz del Agua ha sido establecido. El Dialogo
pretende desarrollar conciencia entre los políticos, las personas encargadas de tomas las
decisiones y entre los formadores de opinión acerca de la necesidad de contar con una
gobernabilidad eficaz del agua y de movilizar la voluntad política para identificar y
comprender las barreras con el fin de lograr una gobernabilidad del agua mucho mas eficaz
para el manejo integrado del recurso hídrico.

Este Diálogo se está llevado a cabo en todas las regiones del GWP y comprende las siguientes
actividades:

 Definición del concepto “gobernabilidad del agua”


 Delimitación de los regímenes de la gobernabilidad del agua
 Mesas redondas: La valoración de los regímenes de la gobernabilidad del agua
identificará las principales fallas o debilidades del sistema.
 Los diálogos virtuales: Dentro de este diálogo electrónico o virtual se llevarán a cabo
conferencias en inglés, español y francés mediante el Virtual Third World Water
Forum.
 Estudios de caso: Se identificarán y documentarán buenas y malas prácticas que
ilustren experiencias con el fin de proveer una base de conocimiento de los estudios
de caso.
 Sesiones especiales en Johannesburgo y Kyoto: Se organizarán sesiones especiales
sobre la gobernabilidad del agua para difundir información relativa al progreso del
Diálogo.

OBSERVACIONES Y PREGUNTAS FINALES

Se conoce mucho más acerca de la gobernabilidad deficiente que acerca de la gobernabilidad


eficaz. Sin embargo, la experiencia adquirida en muchos países provee cierta información útil
sobre la gobernabilidad.
En primer lugar, es probable que los gobiernos y Estados se vean en serias dificultades
sociales y políticas si hicieran caso omiso de las ideas de participación y apertura. También,
si no se toma en cuenta el sistema hídrico más amplio entonces se podrían pasar por alto
algunas oportunidades para utilizar de modo más eficiente el recurso hídrico.

Algunas observaciones generales acerca de la gobernabilidad del agua, provenientes de la


experiencia global, son las siguientes:

 La gobernabilidad depende, en gran medida, de las condiciones sociales y


económicas subyacentes.
 Una asociación dinámica entre el gobierno, el mercado y la sociedad civil puede ser
fundamental a la hora de obtener buenos resultados.
 La función de los mecanismos de la gobernabilidad ajenos al sector hídrico puede ser
vital para el éxito de la gobernabilidad del agua dentro del sector.
 La actual marcha acelerada de los cambios social, económico y ambiental amenaza
con sobrepasar la capacidad de muchos países. Al mismo tiempo, es necesario evitar
la creación excesiva de leyes, instituciones, etc.
GOBERNANZA Y GOBERNABILIDAD DEL AGUA.

Hasta hace poco crecimos con la convicción que los recursos naturales, entre ellos el agua
(recurso hídrico), eran inagotables y que siempre iban a estar allí para atender y solventar
todas nuestras necesidades.

Con los movimientos globales ambientales de los años setenta, algunos grupos sociales
tuvieron a bien destacar que los recursos naturales (los del planeta tierra, los de todos), en
algunos países, estaban siendo sometidos a presiones extremas como resultado de los
impactos dejados por las dos guerras mundiales y el acelerado proceso de industrialización
en que estaban inmersas varias regiones del mundo.

Preocupación global y búsqueda de soluciones

Cada día se hace más evidente la crisis hídrica mundial, afectando desproporcionadamente
a las poblaciones más pobres. En este sentido, se debe examinar al más alto nivel político
mundial, cualquier iniciativa conjunta de solución para garantizar el acceso al agua, su calidad
y conservación, el saneamiento básico, el uso adecuado y sostenible del agua en los
diferentes sectores productivos, el manejo transfronterizo del agua, los conflictos de uso,
tecnologías viables en las regiones, las evaluaciones hídricas informadas y legítimas, el
cambio climático y la adaptación a éste, la ocurrencia de fenómenos naturales extremos.

Algunos de los principales obstáculos para lograr dicha gestión adecuada, sostenible,
integrada y compartida del agua son la fragmentación sectorial, la pobreza, la corrupción,
presupuestos financieros congelados, disminución de la asistencia económica para el
desarrollo e inversión en el sector del agua, instituciones débiles e inadecuadas y sin
continuidad en las políticas ambientales. Es por esto que se requiere avanzar rápidamente
en la concepción de la gobernanza del agua.

Conscientes de la importancia vital que tiene el recurso hídrico para la seguridad y el


desarrollo humano y socioeconómico, los estados miembros de las Naciones Unidas
adoptaron en la Cumbre sobre el Desarrollo Sostenible, celebrada en Johannesburgo en
2002, un Plan de Acción en el que se hacía un llamamiento a todas las naciones para que, a
más tardar en 2005, elaboraran planes destinados a la gestión integrada de los recursos
hídricos y su uso eficiente. Según los informes de seguimiento a este compromiso, a la fecha
solo el 12% de los países del mundo han ultimado la elaboración de esos planes.

De esta manera es necesaria lograr un buen gobierno del agua el cual debe considerar
aspectos más allá de la planificación y la administración del recurso hídrico, como el
crecimiento demográfico, la salud, la seguridad alimentaria, el desarrollo económico, el
ordenamiento territorial y la expansión urbana, los recursos financieros destinados al agua y
la conservación de los ecosistemas estratégicos de los que dependen nuestros recursos
hídricos y su ciclo hidrológico.

El papel de las instituciones frente a los nuevos desafíos

Debido a los impactos de la variabilidad climática, en la actualidad los gobiernos se han


centrado en la atención humanitaria de las emergencias generadas, sin que se analice a
mayor profundidad las causas reales del incremento en presencia asi como en magnitud. Un
ejemplo es que, para el caso de inundaciones, la mayoría de las veces están relacionadas con
el uso inadecuado del territorio por ocupación indebida de las fajas de protección de cuerpos
de agua, asi como el desvío de los mismos, de la misma manera la ocupación de tierras en
pendientes superiores a 45°.

Las autoridades ambientales presentes en cada país tienen responsabilidad en esto debido
a que les corresponde planificar y administrar el recurso hídrico, propendiendo en todo
momento por su conservación, protección y renovabilidad, asi como ejercer el control y
vigilancia sobre el uso y afectación del mismo.

Tomando a las cuencas hidrográficas como base por los bienes y servicios ambientales que
brindan, proveen una serie de beneficios al crecimiento económico del país, pues el agua se
convierte en un insumo esencial para la producción industrial, agrícola, pecuaria,
hidroenergética, y de las empresas de servicios públicos de acueducto. De igual manera,
durante el proceso productivo se presentan ineficiencias que se manifiestan al final de los
procesos, en términos de contaminación hídrica, es ahí donde surge otro servicio ambiental
que el recurso hídrico y nuestros cuerpos de agua, le prestan a la economía, el cual consiste
en la recepción y dilución de los desechos y desperdicios de las actividades productivas y del
consumo de los hogares.

Gobernabilidad y Gobernanza del agua

Según la definición de la Real Academia de la Lengua Española, la Gobernabilidad es una


cualidad de lo “gobernable” y la Gobernanza, es el arte de gobernar para alcanzar un
desarrollo económico, social e institucional a largo plazo, logrando un equilibrio entre el
Estado, la sociedad civil y la economía.

Diversos autores manejan un concepto para gobernabilidad entre ellos podemos encontrar:
 Antonio Camou, el texto de “Los desafíos de la Gobernabilidad” se nos define que la
“gobernabilidad” es el poder del estado, a la elaboración de una estrategia de poder
y se refiere al “como” se gobierna, prestando atención a la estabilidad política. Dentro
de la gobernabilidad podemos encontrar que existen términos que están asociados
a ella, dentro de los cuales están; La legitimidad, que es una cualidad que describe la
calidad de la acción gubernamental; la estabilidad que tiene que ver con el estado de
la gobernabilidad y la eficacia/eficiencia es que una propiedad de la gobernabilidad
para alcanzar los objetivos prefijados al menor costo posible.

Con respecto a la “Gobernanza”, en ese mismo texto se menciona que, es el ejercicio


del gobierno, como el gobierno construye, desarrolla, toman sus decisiones, asi como
el impacto de las mismas, se podría decir que es una estrategia de orden.

Por lo tanto, la gobernanza sobrepasa el concepto de gobernabilidad referido


meramente a la acción del gobierno o ejercicio del gobierno en una región, al marco
de las reglas, instituciones y practicas establecidas que sientan los limites y los
incentivos para el comportamiento de los individuos, las organizaciones y las
empresas.

 Por otra parte, otro autor llamado Joan Prats, define la gobernabilidad como el
atributo de las sociedades que se han estructurado sociopolíticamente de modo tal
que todos los actores estratégicos se interrelacionan para tomar decisiones de
autoridad y resolver sus conflictos conforme a un sistema de reglas y de
procedimientos formales e informales, dentro del cual formulan sus expectativas y
estrategias. Es decir, la gobernabilidad es postulada como una cualidad de las
sociedades o sistemas sociales, “no de sus gobiernos”.

El mismo autor define que un modelo de gobernabilidad se define por la composición


de actores estratégicos y sus prácticas, por el tipo de reglas e instituciones e
instituciones y su grado de prevalencia, por el grado de conflicto susceptible de ser
procesado bajo las reglas y procedimientos en vigencia; en consecuencia, la
Gobernabilidad se relaciones con tres elementos:
a) Actores estratégicos
b) Reglas, procedimientos o formulas
c) Conflictos entre actores estratégicos.

 Otra definición es la de Michel Coppedge que nos define la “Gobernabilidad” como


el grado en el cual el sistema político se institucionaliza, y la institucionalización es el
proceso pro el cual las organizaciones y los procedimientos adquieren valor y
estabilidad.

Con base a lo expuesto por estos autores se encuentran dos enfoques divergentes. En primer
lugar, el enfoque “governance theory”, aplicado a los asuntos del "buen gobierno", bajo
criterios eminentemente relacionados con la eficiencia administrativa de las políticas
públicas en la escala nacional, o con el desempeño institucional en los asuntos relativos a la
política económica y a la inserción nacional en el mercado global. Las escalas de actuación
de este concepto van de la dimensión local hasta la supranacional y la gobernabilidad global,
pero otorgando un peso decisivo a la dimensión del Estado nacional.

En segundo lugar, se encuentra el enfoque relacionado con la "gobernabilidad democrática"


que ha venido adquiriendo un peso mayor en la discusión relacionada con las ciencias
sociales en general. Si bien sus preocupaciones son similares a las de la “teoría del
governance”, su propuesta metodológica supera los asuntos de dirección de gobierno e
incorpora el tema de la participación ciudadana, de la llamada sociedad civil, de las redes de
intereses estratégicos agrupados en instituciones o en flujos organizativos que apenas
prefiguran instituciones, como es el caso de las Organizaciones Públicas No
Gubernamentales (ONG’s).

De acuerdo a lo anterior, se infiere que el primer enfoque hace referencia a la


“Gobernabilidad” dado el alcance de las relaciones del buen gobierno y a toda la
institucionalidad establecida para alcanzar el cumplimiento de las políticas públicas de
manera eficiente, con un flujo de decisiones que va de arriba hacia abajo. Se entendería
como las directrices que se han establecido desde el gobierno nacional, pasando a los
gobiernos regionales y locales. Por su parte la “Gobernabilidad Democrática”, se deduce que
se trata de la “Gobernanza”, en tanto que incorpora para la toma de decisiones, como hemos
visto, a los asuntos de buen gobierno, el tema de participación de varios actores, entre ellos
la sociedad civil, las diversas redes existentes, las instituciones no gubernamentales, entre
otros, como otro de los mecanismos para la toma de decisiones.

Sobre las políticas y hacia una nueva cultura del agua

Con el fin de mejorar la gobernabilidad del agua, UN Water recomienda adoptar un enfoque
de Gestión Integral de Recursos Hídricos – GIRH, en lugar de un enfoque sectorial o
fraccionado que considere las cuatro dimensiones de la gobernabilidad el agua:
a. Dimensión social (uso equitativo);
b. Dimensión económica (uso eficiente);
c. Dimensión política (iguales oportunidades democráticas);
d. Dimensión ambiental (uso sostenible).
Esto se logra, entre otros, a partir de cambios en la demanda y el uso del agua y a través de
una mayor sensibilización, educación y reformas en la política del agua.

De esta manera, y tratando de consolidar no solo a nivel nacional sino también continental,
una efectiva “Gestión Integrada y Compartida del Recurso Hídrico”, es preciso reiterar que
la gestión del agua no es solo responsabilidad de las autoridades ambientales, sino que
también involucra por igual a otras entidades gubernamentales de los diferentes niveles de
la administración en cada país, que de igual manera aprovechan este recurso que sirven para
satisfacer las necesidades humanas.
Por lo que para llegar a esto es necesario consolidar y fortalecer el procedimiento para la
aplicación correcta de la “Gobernabilidad” y la “Gobernanza” aplicadas a la gestión del agua,
asi como consolidarla a nivel global, de la misma manera es necesario la construcción de un
nuevo modelo de Gestión y Cultura del Agua que desarrolle adecuadamente el principio que
considera que el "Agua como elemento esencial para la vida", es mucho más que un recurso
estratégico para el desarrollo económico , en la medida en que incide contundentemente no
solo en la conservación de la vida sino en la existencia misma del planeta.

Sobre la articulación e integración sectorial para alcanzar la gobernanza

La “Estrategia y Política del Agua del PNUMA - 2006”, considera que “la perspectiva de
gobernanza ambiental, incluida por supuesto la Gobernanza para el Agua, contempla dos
elementos fundamentales: la integración intersectorial en la gestión de los recursos hídricos
y la integración de todos los interesados directos en la planificación y el proceso de adopción
de decisiones.”

Dicha integración intersectorial, “posibilita los vínculos institucionales entre los sectores que
utilizan los recursos hídricos o que los afectan y los ecosistemas relacionados con el agua, y
obliga a que en la gestión general de los recursos hídricos se tengan en cuenta las cuestiones
relacionadas con el agua dentro de todos los sectores económicos y sociales.

De acuerdo con el PNUMA, la integración de los interesados directos (los cuales varían según
el nivel de gestión y planificación de que se trate) en la GIRH, garantiza la participación en la
adopción de decisiones y la adecuada gestión del agua por parte los usuarios de los recursos
hídricos, las autoridades locales y nacionales, los órganos e instituciones regionales y
subregionales entre otros. Para el PNUMA hay tres pilares sobre los cuales descansa la
“Gobernanza para la GIRH”:

a) Un entorno propicio, es decir el marco general en el que se encuadran las políticas y


estrategias nacionales e internacionales, las leyes, los mecanismos de financiación y
la comunicación de información a los interesados directos en la gestión de los
recursos hídricos. Este marco permite que todos los interesados directos puedan
desempeñar los papeles que les corresponden en el desarrollo y la gestión
sostenibles del recurso;
b) Las funciones institucionales que posibilitan una interacción efectiva entre los
distintos niveles administrativos y los interesados directos. Hacen falta mecanismos
y foros de colaboración para facilitar la integración intersectorial y la participación de
los interesados directos para fortalecer la integración de las funciones ambientales
de gestión del agua en el marco global de gestión de los recursos hídricos;
c) Instrumentos de gestión, es decir, los instrumentos operacionales para una
planificación, reglamentación, aplicación, vigilancia y cumplimiento efectivos. Con
esos instrumentos, los responsables de la adopción de decisiones podrán elegir con
conocimiento de causa entre las distintas medidas posibles. Esas elecciones deben
basarse en las políticas acordadas, los recursos disponibles, las repercusiones
ambientales y las consecuencias socioeconómicas. Los instrumentos de gestión
también incluyen orientación práctica y técnica, y tecnologías para la ordenación de
los recursos hídricos, incluidas las de nivel local (por ejemplo, de nivel urbano).

La cuestión fundamental para el conjunto de la sociedad es cómo diseñar sistemas de


gobernanza efectivos, estables y legítimos, a escala local, nacional e internacional, que
garanticen la coevolución de la naturaleza y las sociedades humanas bajo el objetivo general
de un modelo de desarrollo sustentable, efectivo e integral, alternativo al modelo de
utilización actual. Se cree que la gobernanza medioambiental global es la forma más
avanzada sobre "democracia de actores" o "democracia de las partes".

El concepto de Gobernabilidad debe estar aplicado al fortalecimiento en todos los órdenes


(institucional, político, de recursos humanos y financieros, informáticos entre otros), del
aparato estatal a nivel de todas sus entidades de gobierno de todos los niveles, encargados
tanto de planificar como de administrar los recursos hídricos del país (que definen y ejecutan
políticas ambientales), como de definir las políticas sectoriales aplicables a los usuarios de
dichos recursos hídricos.

En el marco de la “Gobernabilidad” para la GIRH, se proponen algunas de las líneas de acción


estratégicas:
a) Fortalecimiento institucional de los responsables de la GIRH
b) Fortalecimiento de la capacidad técnica de las entidades públicas para la GIRH.
c) Desarrollo de mecanismos de articulación entre el sector público de todos los
niveles.
d) Armonización y actualización de los marcos jurídicos y normativos para la GIRH

Por su parte, el concepto de “Gobernanza del Agua” debe entenderse como el proceso de
interacción, e integración que se debe lograr para que el conjunto de principios,
instituciones, marcos normativos, procesos (tanto formales como informales), valores,
comportamientos y modalidades organizativas (públicas y privadas) del gobierno en todos
sus niveles, junto con los ciudadanos, las organizaciones, los movimientos sociales y los
diversos grupos de interés, articulen sus intereses, medien sus diferencias y ejerzan sus
derechos y obligaciones en relación al acceso y uso en nuestro caso del recurso hídrico, en
procura de garantizar su protección, conservación, renovabilidad y sostenibilidad como
fuente esencial de vida y como recurso estratégico para el mejoramiento de la calidad de
vida y desarrollo económico, evitando y/o transformado los conflictos que se pudieran
suscitar por su uso.

Finalmente, para poder consolidar una verdadera Gobernanza del Agua, integrada y
compartida, se requiere, además de los elementos estratégicos de la “Gobernabilidad”, los
siguientes:
a) Identificación de los actores estratégicos para la GIRH, estatales y no estatales
b) Considerar los recursos y la fortaleza de los actores estatales en sus relaciones
intraestatales.
c) Analizar las relaciones entre los actores estatales y su adecuación a las normas; y
efectuar un balance de recursos y capacidad del Estado para responder a demandas
sociales
d) Fortalecimiento de la articulación intersectorial y entre los niveles nacional, regional
y local.
e) Manejo de conflictos por el agua (identificación, caracterización y desarrollo de
procesos de transformación de conflictos).
f) Apoyo a iniciativas de gestión con base en la legalidad y confianza hacia la comunidad.
g) Creación y formalización de mecanismos y espacios para la participación e
interlocución de los actores en la gestión y toma de decisiones en torno al agua.
h) Diseño e implementación de una estrategia de comunicaciones orientada a la
sensibilización sobre la importancia del agua como recurso estratégico, así como
también sobre el proceso de gobernanza del agua.

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