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Nuestra sociedad actual sufre diversos cambios como consecuencia de la globalización
en el sector económico, político y sociocultural. Es por ello, que para afrontar estas
cambiantes situaciones con eficacia, debemos desarrollar y utilizar nuestras habilidades
y competencias personales, sociales y profesionales (habilidades blandas),
empoderándonos de la situación y generando un cambio social.
Según Contini (2005), fue en 1995 que Daniel Goleman, psicólogo estadounidense,
definió la IE como el grupo de habilidades personales que rigen a una persona,
habilidades que deberían formar su buena conducta y conllevarlo al éxito (en cualquier
campo).
Con el pasar de los años, surgieron varios autores y teorías que se alejaban un poco de
lo expuesto por los autores antes mencionados, pero, según Contini (2005), fue en
1997, que Reuven Bar-On encontró semejanzas con el modelo planteado por
Goleman.
Analicemos esto con un caso práctico. Por ejemplo, en el ámbito educativo, cuando un
maestro aplica su Inteligencia Emocional (IE), logra formar seres humanos plenos y
exitosos, capaces de gestionar eficazmente sus procesos de aprendizaje y de aplicar
estos procesos a diferentes situaciones de la vida, ya que no solo le trasladará
conceptos y métodos, sino que se enfocará en sus emociones (especialmente las
positivas) para impulsarlos a lograr metas. Este ejemplo puede aplicarse en diferentes
ámbitos (laboral, educativo, familiar), pues el objetivo del desarrollo y aplicación de la
IE es garantizar que nos convirtamos en seres humanos plenos y motivemos a las
personas que nos rodean a serlo también.
Dos modelos de inteligencia enfrentados: el Modelo de las Habilidades Mentales
vs. el Modelo Mixto de la Inteligencia Emocional
Modelo de las Habilidades Mentales
Expresión de uno mismo: esta área está representada por el estado de ánimo
general de una persona o el llamado “humor”.
Por ejemplo, si estamos de buen humor nuestras energías se van a enfocar en querer
desarrollar actividades de la mejor manera posible. Si estamos de mal humor, nos
aislaremos, no querremos hablar con nadie y nuestros objetivos quedarán
suspendidos hasta que nuestras propias emociones nos permitan avanzar.
Componente Interpersonal: esta área acoge las relaciones interpersonales. Una
persona que desarrolla su IE, logra relacionarse con empatía y considera la
responsabilidad social de sus acciones.
Manejo del estrés: al desarrollar la IE, una persona es capaz de controlar sus
impulsos y ser flexible para poder adaptarse positivamente ante alguna situación que
no sea de su completo agrado (tolerancia a situaciones de estrés).
Por ejemplo, ante una situación de tensión en un debate de un foro virtual, está en
nosotros tomar la decisión de manejar el estrés o dejarnos llevar por el agobio.
Podemos emplear alguna técnica que nos pueda relajar (contar hasta diez, hacer
una serie de respiraciones) y luego tomar decisiones con objetividad para poder
responder correctamente.
Finalmente, indica Contini (2005) que Bar-On combinó las habilidades mentales con la
independencia personal, la autoobservación y los estados de ánimo, determinando un
modelo mixto.
La inteligencia emocional se aprende y se puede potenciar
Según Contini (2005), para el año 2000, Daniel Goleman presentó una tercera
perspectiva sobre la IE en un modelo de cinco áreas donde trabajó en la
autoconciencia, autocontrol, automotivación, en la conciencia social y en las
habilidades interpersonales.
Entonces, intentemos crear una relación entre autoestima sana, habilidades sociales e
Inteligencia Emocional; vemos que estos complementos sociales involucran actitudes
positivas que aplicamos en nosotros mismos y proyectamos hacia las demás personas.
Tanto la autoestima sana y las habilidades sociales las podemos adquirir con los años,
desarrollarlas con nuestro propio estilo y mejorarlas para obtener relaciones positivas
con nuestro entorno.
La Inteligencia Emocional en el ámbito educativo
De acuerdo con las nuevas propuestas y tendencias pedagógicas, es necesario que
todos los actores involucrados (especialmente los docentes) generen autocompromiso
para desarrollar apropiadamente su propia Inteligencia Emocional y que sean capaces
de expresar sus sentimientos hacia sus alumnos y hacia sus pares (según sea el caso),
demostrando respeto; deben ser capaces de proponer estrategias de automotivación,
de controlar sus estados de ánimo negativos y manejar las diferentes emociones que
surjan en el arduo camino de la enseñanza.
Podemos trasladar este ejemplo y aplicarlo en las relaciones laborales, por ejemplo,
entre coordinador-especialista, director-coordinador, etc.
Comprende que el curso virtual dispone de foros de debate en cada módulo y ello
exige practicar el respeto hacia los otros, además del autocontrol en caso que el debate
saliese de control. Es ahí cuando aplica estrategias que evidencian su Inteligencia
Emocional.
Existen ciertas habilidades que se presentan como un patrón en las personas que logran
desarrollar su Inteligencia Emocional, destacándolos de los demás. La mayoría de estas
habilidades se aprenden con rapidez en los primeros años de vida y se perfeccionan
con constancia y convicción a través de los años.
Finalmente, proponemos una serie de acciones que pueden servir para nutrir nuestra
Inteligencia Emocional.
¡Hola a todos! Estoy feliz de participar en este curso virtual porque de acuerdo con lo que
he podido leer en el sílabo los contenidos me ayudarán en mi práctica docente y podré
tener mejores resultados.
Reconozcamos las emociones que hay detrás de cada uno de nuestros actos:
antes de realizar una acción debemos ser conscientes de la emoción que
tenemos en ese momento. En momentos de alegría podremos prometer cosas
que luego no seremos capaces de cumplir. De manera opuesta, en un estado de
molestia podemos decir o escribir cosas de las que nos arrepentiremos a los
pocos minutos.
Por ejemplo, si mi tutor del curso virtual hizo una observación y considero que
no tiene la razón, nosotros podemos decidir cómo afrontamos esta situación y
qué le trasmitiremos en un correo electrónico o en un mensaje privado.
Situación 1: Buenos días tutora Gladys: Le escribo para agradecerle el haberse tomado el
tiempo de revisar mi tarea y haber hecho observaciones. He revisado cada punto y lo he
cotejado con mi tarea y me permito contrariarla en el punto 3. De acuerdo al manual que
está en la plataforma, Módulo I, este punto es exacto a lo que he manifestado.
Le pediría que por favor revise una vez más, ya que tal vez con el apuro no lo pudo leer
bien.
Situación 2: Buenos días tutora: Le escribo para informarle que USTED está equivocada y
me parece muy mal que me haya escrito por un error suyo.
Sea cuidadosa y revise bien, si no me tendré que salir de este curso virtual.
La primera forma es ignorar el asunto y hacer como si nada pasara, pensar que ya
participará cuando corresponda y que en algún momento volverá a expresarse de
manera lógica. Esta forma no nos hace personas empáticas y demostramos que no nos
interesa el bienestar de alguien más.
La segunda forma es que le enviemos un mensaje para saber si le sucede algo o en qué
podemos ayudarlo. Si tiene serios problemas tal vez podamos hablar con el tutor o la
tutora para ver cómo podemos ayudarlo y pueda cumplir su meta, que es terminar el
curso virtual.
Controlemos nuestros pensamientos y nuestra forma de actuar: las emociones y
el no saber controlarnos nos pueden jugar una mala pasada. A veces, en
situaciones de molestia solemos ser muy subjetivos y juzgamos sin pensar cómo
puede repercutir en la otra persona.
Finalmente, decide quitarle ese material y colocar en su reemplazo un material que para
su gusto es mejor. Estas acciones las realiza sin el consenso del grupo.
¿Qué nos dice esta situación? Como primer punto podemos darnos cuenta que
no controlamos nuestro pensamiento y hemos perdido las formas de
expresarnos correctamente, pues enviamos un mensaje totalmente fuera de
control, solo porque no es lo que nosotros queremos que sea, sin pensar que
estamos dirigiéndonos a un profesional igual que nosotros. En segundo lugar,
nuestra manera de comportarnos resalta nuestra peor parte, demostrando
irrespeto al grupo y al participante a cargo de ese contenido. Asumimos que era
lo correcto cambiar ese contenido y así lo hicimos.
¿Qué me dice esta situación? Como primer punto nos damos cuenta que hemos
controlado nuestros pensamientos y emociones y enviamos un mensaje amable
para que se pueda lograr el objetivo que era enviar el trabajo final. En segundo
lugar, nuestra manera de comportarnos resalta nuestro autocontrol y buena fe
para que todos los implicados logren su objetivo.
Expresemos nuestras emociones asertivamente: para poder ser asertivos
debemos ser empáticos.
Por ejemplo, para un especialista es importante llevar un curso virtual que acredite las
habilidades que emplea diariamente. Para él, la asignación de proyectos y funciones es
importante y hará lo que esté a su alcance para lograrlo. Su meta a corto plazo será
llevar el curso con el cual comprobará sus habilidades y además podrá obtener más
proyectos a su cargo.