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INFLUENZA H1N1

Etiología
¿Qué es una influenza?
Es una enfermedad respiratoria aguda causada por alguno de los tres tipos
de virus de la influenza que se conocen: A, B y C. El tipo A se subclasifica
según sus proteínas de superficie (ANTIGENOS): hemaglutinina (H) y
neuraminidasa (N) de la cual depende su capacidad para provocar formas
graves del padecimiento.
Desde el punto de vista de la salud pública, el de mayor importancia es el
virus de la influenza tipo A, que tiene la capacidad de infectar a humanos y
algunas especies de animales tales como aves, cerdos, tigres, entre otros. El
cuadro actual está relacionado a un nuevo virus identificado como influenza
A, H1N1.
Causas de su aparición
La influenza A (H1N1) es causada por el nuevo virus de influenza A que
pertenece a la familia Orthomixoviridae. Afecta principalmente a los cerdos y
los subtipos más frecuentes son (H1N1) y H3N2, aunque estos virus por lo
general son específicos de los cerdos; en ocasiones pueden mutar y
transmitir la infección a humanos.
La infección respiratoria humana, causada por una cepa específica del virus
de influenza H1N1 —conocida popularmente como influenza porcina—, se
detectó por primera vez en la primavera de 2009. Unos pocos meses después
de que se informaron los primeros casos de influenza porcina, las tasas de la
enfermedad confirmada relacionada con el virus H1N1 aumentaron en gran
parte del mundo. En consecuencia, la Organización Mundial de la Salud
declaró que la infección era una pandemia mundial.
El 30 de abril de 2009 la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió
denominarla gripe A (H1N1). Esta es una descripción del virus: la letra A
designa la familia de los virus de la gripe humana y de la de algunos animales
como cerdos y aves, y las letras H y N (Hemaglutininas y Neuraminidases)
corresponden a las proteínas de la superficie del virus que lo caracterizan.
El origen de la infección es una variante de la cepa H1N1, con material
genético proveniente de una cepa aviaria, dos cepas porcinas y una humana8
que sufrió una mutación y dio un salto entre especies (o heterocontagio) de
los cerdos a los humanos.
El 11 de junio de 2009 la Organización Mundial de la Salud (OMS) la clasificó
como de nivel de alerta seis; es decir, "pandemia en curso". Para poder
clasificar una enfermedad a dicho nivel, debe verse involucrada la aparición
de brotes comunitarios (ocasionados localmente sin la presencia de una
persona infectada proveniente de la región del brote inicial). Sin embargo,
ese nivel de alerta no define la gravedad de la enfermedad producida por el
virus, sino su extensión geográfica.
El 10 de agosto de 2010 la OMS anunció el fin de la pandemia, 14 meses
después y después de haberle dado la vuelta al mundo. La pandemia tuvo
una mortalidad baja, en contraste con su amplia distribución, dejando tras de
sí unas 19.000 víctimas.
Patogenia
La vía de transmisión más común de la enfermedad es la nasofaríngea.
Tras la entrada, el virus se adhiere a los cilios y replica en el epitelio del tracto
respiratorio anterior. Desde ahí se extiende hacia los bronquios y
bronquiolos, provocando daños en el aparato mucociliar:
• Pérdida de cilios
• Aumento de la producción de moco
• Necrosis y metaplasia del epitelio de las vías aéreas
• Exudado compuesto por neutrófilos y macrófagos.
El virus también se extiende al epitelio alveolar y macrófagos alveolares,
dando lugar a un exudado serofibrinoso.
El daño al aparato mucociliar junto a la alteración de la función de los
macrófagos alveolares predispone los cerdos a la aparición de infecciones
bacterianas secundarias.

Patología
El virus se introduce al cuerpo a través de pequeñas partículas de fluido
infectado que han sido esparcidos en el aire por el estornudo o tos de una
persona enferma las partículas de fluido con el virus pueden asentar sobre
cualquier superficie de la ropa, mueble o piel y pueden sobrevivir hasta 48
horas. Una vez que el virus ha ingresado generalmente se aloja entre las
células de la garganta para de allí infectar a todo el sistema respiratorio.
Entre los síntomas que diferencia la influenza H1N1 de la gripe normal son:
Dolor muscular, dolor abdominal, intenso dolor de cabeza, fiebre de 38°C,
cansancio falta de apetito y diarrea

Sintomatología
La influenza es diferente al resfriado. Por lo general, la influenza comienza de
repente. Las personas enfermas a causa de la influenza a menudo tienen
algunos de estos síntomas o todos:
 Fiebre* o sentirse afiebrado/con escalofríos
 Tos
 Dolor de garganta
 Mucosidad nasal o nariz tapada
 Dolores musculares y corporales
 Dolores de cabeza
 Fatiga (cansancio)
 Algunas personas pueden tener vómitos y diarrea, aunque esto es más
común en los niños que en los adultos.
ADULTOS • Dificultad para respirar • Vómito o diarrea persistentes •
Trastornos del estado de conciencia • Deterioro agudo de la función cardiaca.
• Agravamiento de una enfermedad crónica
NIÑOS • Fiebre alta y dificultad para respirar • Aumento de la frecuencia
respiratoria 2 a 11 meses: > 50 R/M 1 a 5 años: > 40 R/M • Rechazo a la vía
oral • Irritabilidad y/o convulsiones • Trastornos del estado de conciencia.
Diagnóstico
DIAGNÓSTICO CLÍNICO:
1. Datos sugestivos de influenza:
Fiebre > 38.5o C de inicio súbito
Tos
Cefalea

2. Otros síntomas:
Ataque al estado general
Mialgias
Artralgias
Dolor faríngeo
Náusea, vómito y diarrea (más frecuente en niños)

3. Datos de enfermedad grave, complicada o datos de alarma

PRUEBAS DIAGNÓSTICAS:
1. Prueba rápida para detección de antígeno en:
Pacientes con cuadro clínico sugestivo de infección (de preferencia en los
primeros 5 días de la enfermedad)
En casos de brote epidémico (como prueba de escrutinio de acuerdo a los
lineamientos institucionales en la materia)

2. PCR:
Puede detectar partes del genoma del virus de la influenza A estacional, sin
embargo puede no identificar la nueva cepa de la especie influenza A (H1N1)

3. RT-PCR en tiempo real y cultivo:


Se consideran pruebas con alta sensibilidad y especificidad para identificación
del nuevo virus de Influenza A (H1N1)

“Las pruebas deben ser tomadas y procesadas por personal capacitado en ambas
técnicas”

Situaciones particulares:

1. En un brote epidémico de influenza, si no se cuenta con la prueba de


diagnóstico rápido se debe iniciar el tratamiento antiviral, ante la sospecha
fundamentada en datos clínicos.
2. En un paciente con alta sospecha de la nueva influenza A (H1N1) con una
prueba rápida negativa se debe tomar en cuenta, lo siguiente:
Los datos clínicos deberán prevalecer para la toma de decisiones
Se debe realizar otra prueba diagnóstica específica
Tratamiento
El tratamiento es el mismo que para la gripe estacional: medicamentos para
controlar los síntomas, como antipiréticos o antiinflamatorios, y reposo
absoluto durante al menos 4-5 días. Los fármacos antivirales son eficaces,
pero no todos. Los únicos antivirales recomendados para el tratamiento y
prevención son los inhibidores de la neuraminidasa, como el oseltamivir
(comercialmente disponible bajo el nombre de Tamiflu) y el zanamivir
(Relenza). Otros fármacos antivirales en uso durante algún tiempo como los
adamantanos (la amantadina y la rimantadina) ya no son eficaces, ya que los
virus de la gripe han desarrollado resistencia contra ellos. Hay que recordar,
sin embargo, que los medicamentos antivirales no son vacunas y no deben
utilizarse con fines preventivos, y se deben tomar bajo la supervisión y
prescripción de un médico.
Dependiendo de la cepa, la enfermedad causada por el virus H1N1 puede
recuperarse sin medicamentos o con antivirales. El oseltamivir (Tamiflu ®) y
el zanamivir (Relenza ®) son los más utilizados. El tratamiento con antivirales
puede reducir la gravedad de los síntomas y la duración de la enfermedad, y
también son capaces de prevenir la infección. Estos antivirales funcionan
mejor si se toman 48 horas (dos días) después de la aparición de los
síntomas.

Prevención
Ingerir una dieta balanceada, preferentemente rica en vitamina, cubrir la
nariz y la boca con un pañuelo desechable al toser o estornudar y tirar el
pañuelo después de usarlo, lavarse las manos frecuentemente con agua y
jabón, especialmente después de toser o estornudar, evitar acercarse a
personas que estén enfermas y tratar de no tocarse los ojos, la nariz ni la
boca. Ésta es la manera como a menudo se propagan los gérmenes.
Las vacunas antigripales son la forma más eficaz de proteger a las personas
para que no contraigan la gripe durante las epidemias y pandemias.
Epidemiología
El 11 de junio de 2009, la Organización Mundial de la Salud declaró
establecida la situación de pandemia debida a un nuevo virus influenza A
(H1N1) de origen porcino. El virus empezó a producir casos de gripe en el
mes de marzo en México, y a partir de mediados de abril en 6 semanas se
extendió por todo el mundo.

Su transmisibilidad es ligeramente superior a la de la gripe estacional; en


cambio, su patogenicidad y virulencia son bajas. Los grupos más afectados
han sido los niños, jóvenes y adultos de menos de 30 años. La mortalidad se
ha concentrado en las personas de 20 a 50 años.

La pandemia produció en los países de clima templado 2 ondas epidémicas.


La primera se desarrolló desde mediados de abril hasta mediados de agosto y
afectó, en primer a lugar, a México, Estados Unidos y luego a España, Reino
Unido, Japón y otros países del hemisferio norte. Unas semanas después,
coincidiendo con el inicio de la estación gripal, afectó a los países del
hemisferio sur, en especial Argentina, Chile, Australia y Nueva Zelanda, en los
que concluyó a finales de septiembre u octubre.

La segunda ola se desarrolló en el hemisferio norte, iniciándose a comienzos


de septiembre en Estados Unidos y México, y unas semanas más tarde en los
países europeos; a mediados de diciembre se dió por concluida, aunque la
actividad gripal persistió. Esta segunda ola ha sido mucho más intensa que la
primera.

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