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Patricia M. Artundo
Inst. de Teoría e Historia del Arte “Julio E. Payró”, FFYL, UBA,
Argentina
y de tapa, a lo que sumó una sobrecubierta en análisis los que permiten ampliar su lectura,
papel glassine y, relacionado con todas estas sobre todo teniendo en cuenta que a lo largo del
características, su publicación incluyó una tiempo contribuyeron a afirmar su imagen. Sin
edición de lujo limitada a cien suscriptores. embargo, no se trata de una línea clara y
Todos estos elementos permiten afirmar que unívoca, sino que presenta cambios y variantes
desde un principio Sur se pensó a sí misma en su desenvolvimiento. Por otra parte, en tanto
como una revista capaz de proyectarse en el revista ilustrada, uno puede reconocer los
tiempo, consciente del valor de su propuesta, un distintos usos y la función asignada a la
valor que se manifiesta no solo en su contenido fotografía durante la década de 1930.4 Sin
textual sino también en su materialidad y embargo, el análisis de su presencia puede ser
visualidad. Pero, además, al incorporar estos ampliado al asignársele un valor programático.
dos elementos de análisis se pueden reconocer Ellas no solo “ilustran” ensayos y notas, sino que
otras prácticas y espacios de acción –por en tanto textos visuales pueden leerse,
ejemplo, bibliofilia y coleccionismo– que precisamente, como ensayos y notas.
remiten a la Agrupación Amigos del Libro de
Arte (activa a partir de 1927) (Fig. 3) y a la
Sociedad de Bibliófilos Argentinos (1928), de los
que tanto Victoria Ocampo como otros
miembros del consejo de redacción y
colaboradores de Sur eran miembros activos.
colaboraciones. Y esto aun cuando uno pueda Club de Buenos Aires (Fig. 4)– que explican
recuperar en cada tiempo histórico el rol que algunas de sus intervenciones que en general no
cumplió cada uno de los integrantes del grupo.5 son conocidas.
Es a ella, sin lugar a dudas, a quien debe
atribuírsele la importancia asignada a la Se trata entonces de indagar los aspectos
fotografía. Y es el mismo testimonio de su visita materiales y visuales de Sur relacionándolos con
a Alfred Stieglitz, el que nos orienta en ese los textos que actúan de soporte, pero también
sentido; al enfrentarse a sus fotografías, se trata de reconstruir aquellos contextos de
afirmaba: “Estos trueques continuos entre la producción, publicación, edición y de lectura, en
emoción humana, genial, de Stieglitz ante los la línea de análisis conceptual propuesta por
seres y las cosas, y la indiferente, pero Annick Louis.7 Este trabajo de reconstrucción
incorruptible, precisión de la máquina permite complejizar su lectura al incorporar
atrapando los detalles de estos seres y cosas, otros parámetros de análisis distintos a los
han dado nacimiento a admirables fotografías: habituales.8
tan admirables que desearía uno llamarlas de
otro modo. Y, no obstante, su más hermoso
título es el de ser, precisamente fotografías.” 6
Fig. 4. Cine Club de Buenos Aires. Ciclo “El film independiente”, Fig. 5. “Sumario”, Sur, Buenos Aires, n° 3, invierno de 1931, p. [5].
aviso publicitario en Sur, Buenos Aires, a. 1, n° 3, invierno de 1931,
s.p.
espacio reservado para los textos de los mencionada no siempre responde con claridad a
miembros de Sur y de sus colaboradores, que un criterio sistemático, en tanto la presencia de
presentan una extensión menor y donde se un autor en la parte principal a veces solo se
incluyen reseñas de libros y de exposiciones, entiende por la “firma”, o inclusive un autor
notas sobre cine, cuestiones de actualidad, etc. y puede aparecer simultáneamente en ambos
que presenta una dinámica distinta a la de la espacios, como es el caso de Alfonso Reyes y de
otra categoría. Borges.
sirve, en principio, para lograr una mejor asociadas al texto que ilustran, lo que obliga a
calidad de reproducción, en tanto se le asigna un un movimiento del lector, sea en busca de las
valor que lo amerita, pero la calidad buscada en imágenes o para poder establecer la relación
el caso de la fotografía no siempre es alcanzada. directa entre texto y fotografía. Es evidente que
Si para ese entonces la Imprenta de Francisco A. se espera un lector que colabore y que además
Colombo se había especializado en ediciones de esté al tanto de lo que sucede en otros espacios
lujo y en el libro de arte haciéndose conocer a del campo cultural. Así sabrá sobre la exposición
través de su trabajo inicial para Ricardo de arte infantil presentada en Amigos del Arte
Güiraldes,9 eso no necesariamente asegura un (Fig. 9) y muchos sabrán, además, que fue
buen resultado con la reproducción de organizada por Alfredo González Garaño
fotografías. Esto se traduce muchas veces en la miembro de la redacción de la revista. O podrá
falta de contrastes en las luces y sombras, y en la leer de manera conjunta las obras de arte
pérdida de las graduaciones de tono y de los precolombino de la colección de Oliverio
valores táctiles de las texturas (Fig. 8).10 Sin Girondo que hacen al pasado de América, con
duda, esto también dependía de la calidad de las de Alfred Métraux, que ilustran su artículo
impresión de las copias pero a veces era la “Un mundo perdido: la tribu de los chipayas de
particularidad del mismo objeto fotografiado la Carangas” (n. 3). Se confía en sus competencias
que incidía directamente en la calidad de la quien, además del movimiento mencionado,
reproducción, como sucede con los óleos de deberá hacer otro, rotando en muchos casos las
Georgia O’Keeffe contrapuestos a las acuarelas páginas que reproducen imágenes de formato
de John Marin (n. 3). apaisado y que son presentadas en una
orientación vertical. Ese lector previsto es capaz
también de manejarse con comodidad con las
fotografías en blanco y negro aun cuando las
obras reproducidas refieran a imágenes en
color.
Como hemos dicho, a veces la ambigüedad con sino todo un continente en el que el Brasil ocupa
que es presentada una fotografía obliga a un un lugar. Un proyecto que busca romper con las
trabajo del lector acerca del lugar donde situar barreras tradicionales y en muchos casos
el nexo entre texto e imagen. Esta situación se infranqueables del idioma pero que en esta
da precisamente en el primer número donde instancia inicial solo encuentra una resolución
aparecen dos fotografías del Brasil. ¿Cómo parcial. Y en este punto el texto de Frank es
deben leerse, integrándolas al ensayo de Waldo clave pues en su ensayo, aunque no lo define, el
Frank “La selva” o a aquellas “Notas de viaje a Brasil se integra a una América Hispana. Como
Ouro Preto” de Jules Supervielle? Estas “notas” lo explica Arturo Ardao:
de Supervielle presentan otra ambigüedad ya
que por el tamaño de la tipografía empleada En acepción amplia, que tiene por
para el texto deberían estar en la sección notas, fundamento la antigua aplicación a toda
lo que su mismo contenido reafirma. Se trata la península ibérica del nombre romano
además del mismo número donde se de Hispania, Hispanoamérica –con sus
variantes América Hispana y sobre todo
reprodujeron las fotografías de los paisajes de
América Hispánica– abarca al mismo
cuatro regiones argentinas y que más de treinta tiempo las Américas Española y
años después dieron lugar a una discusión entre Portuguesa: los países americanos de
Victoria y Borges en cuanto a cuál era el destino origen español y el Brasil.13
y el sentido de la inclusión de esas imágenes.11
Pero tal vez aquí sea más importante señalar
que mientras que las cuatro fotografías Paisaje
de las pampas, Paisaje Andino: El Tupungato,
Zona tropical: Cataratas del Iguazú y Paisaje
austral: Tierra del Fuego, aunque no se indique
su procedencia (probablemente de la empresa
Film Revista Valle, como las del número
siguiente), aparecen claramente identificadas.
Las dos del Brasil, ingresan con el título
genérico de Paisaje del Brasil. ¿Es el Pan de
Azúcar desde la Floresta da Tijuca o del
Corcovado antes del Cristo?, ¿es el Jardín
Botánico de Río?12 Ya no se trata de cómo se
deben leer y a qué texto asociarlas sino que
presentan una visión estandarizada, lo que
condice con el origen de una de ellas: el resto de
una inscripción impresa apenas visible que
aparece en el borde inferior izquierdo nos indica
que procede de una tarjeta postal donde esas
inscripciones eran habituales (Fig. 10 y Fig.
11).
selva” es compleja en tanto se trata de La presencia del Brasil en los primeros números
comprender el Brasil desde su realidad física y de Sur seguiría siendo conflictiva en tanto no
de la de sus habitantes formulando una historia llega a integrarse a una visión compleja, la que
socio-cultural del país, diferenciando a los sí alcanza México con su presencia constante y
indios, a los negros y a los blancos, estos últimos con su punto culminante en el número 4
que son los que gobiernan política y (noviembre de 1931). El Brasil aparecerá en
económicamente en las grandes ciudades, pero alguna nota, como la de Reyes en el número 3
asignándole al “elemento africano” una (principios de agosto de 1931), “Sobre la reforma
potencialidad futura en la creación de una de la grafía portuguesa”, una reflexión sobre la
cultura brasileña. Es un ensayo político que lengua en general y en particular sobre el
contrasta decididamente con la visión de portugués del Brasil; para él es la lengua
Supervielle; notas de viaje de un turista quien en brasileña la que ha permitido mantener la
un alto de su travesía a Europa, se detiene en unidad del continente dentro de otro
Rio y en cuatro días recorre Ouro Preto, continente. Situado en un lugar de privilegio,
Mariana, Sabara y Belo Horizonte. Su visión es como embajador mexicano en Rio –allí lo
la de las fotografías reproducidas en Sur: “Desde visitarán, además de Supervielle, Victoria,
la alta terraza del hotel contemplo en mi torno Ramón Gómez de la Serna, Paul Morand en sus
las luces de la bahía de Río y las de la montaña respectivas travesías–, Reyes parecería haber
próxima, todavía más atrayentes.” O, más sido el interlocutor ideal para establecer
adelante, cuando afirma: vínculos con el gigante sudamericano. Sin
embargo no fue así y más allá de la nota
Aún antes de desembarcar se oye cómo mencionada y de que él mismo situase y fechase
dice la tierra al mar: ‘Te doy estas sus intervenciones en “Rio”, solo las fotografías
montañas, las mejores que tengo, mira de los dos murales de Emiliano Di Cavalcanti
sus formas suntuosas y extraordinarias, para el Teatro Jõao Caetano, incluidas en el
mira sus palmeras’. Y el océano, sobre
número 4, llegaron a través suyo, mientras que
las playas, asiente con ruidosas
protestas de amistad.15 las de Tarsila do Amaral en el mismo número, lo
hicieron por otra vía no identificada.
Si todo esto es cierto, lo es también que la
inclusión de estas voces plantea otro problema, Al respecto, la correspondencia entre Reyes y
pues quienes escriben lo hacen, uno en inglés Guillermo de Torre informa sobre las
(que además da su visión del Brasil sin haberlo infructuosas gestiones del español –miembro de
visitado todavía, lo que recién hizo en 1942) y el la redacción de Sur– para obtener fotografías. A
otro en francés, que sí hace su escala en el Brasil comienzos de 1931, le preguntaba al mexicano:
pero lo hace como viajero-turista y de hecho sus
¿Conoce usted a la pintora Tarsila?
“Notas” se integraron luego a un libro de
¿Está en el Brasil? ¿Podría usted
recuerdos y de viajes, Boire à la source: obtenernos algunas reproducciones de
Confidences de la Mémoire et du Paysage ella? Si las acompañase alguna nota en
(1933).16 brasileño, tanto mejor? Y aparte de eso,
¿qué otras cosas, de jóvenes del Brasil,
puede usted conseguirnos o darnos
indicación para que las pidamos?17
De estos fragmentos tomados de su Sin lugar a dudas, aquel número 4 calificado por
correspondencia surge la importancia asignada Torre como un número mexicano –con los
a las fotografías, que son mencionadas al mismo fotogramas del film Qué viva México! de Sergei
nivel que las notas críticas y ensayos. Pero lo Eisenstein, las obras ya mencionadas de Álvarez
que es más importante es que la colaboración Bravo, las fotos de los murales de Roberto
que pide es en “brasileño”, es decir se trata de Montenegro, además del texto de Gorostiza
tener una visión directa del Brasil y no sobre el libro Línea de Gilberto Owen–
mediatizada por el doble movimiento de muestran una imposibilidad de Sur, por
traducción como en el caso de Frank y incorporar al Brasil en sus páginas.
Supervielle. En este contexto, la fotografía en
tanto fotografía, y las fotografías de las obras de
los artistas brasileños, hablan por sí y es allí
donde radica su valor.
Baldisimi, argentino. Interesante y nuevo. quien tal vez fue quien proporcionó las fotos de
Decoraciones Diegorriveristas, pero más dulces las obras de Tarsila, y fue organizador en 1931
y color de rosa, del buen pintor brasileño de la muestra de las obras de Paulo Rossi Osir y
Cavalcanti […].”22 Y el color de rosa no solo Alberto da Veiga Guignard en La Plata.
parece referirse a la paleta del pintor, sino
también al tema tratado. Por otra parte, las Ambos habían trabajado por un acercamiento
reproducciones de las obras de Tarsila quedaron argentino-brasileño y pudieron ser puentes que
encerradas entre las de Film Revista Valle, Sur no supo, no pudo o no quiso aprovechar. Y
dedicadas al Remoto norte argentino, paisajes lo cierto es que el Brasil recién ingresaría, ahora
de Jujuy y Catamarca, con los cardones y sus sí por pleno derecho, en 1942 con el número
Cholas de la Quiaca y sus Catamarqueñas (Fig. homenaje que le dedicó al declararle la guerra al
14 y Fig. 15). Pero si unas y otras muestran Eje, es decir, otro momento histórico y político
paisajes característicos de la Argentina y del para el país y para los intelectuales alineados en
Brasil, la nota moderna de Tarsila, altamente Sur.
decorativa, está más cerca de Di Cavalcanti.