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1. Proferencia y proposición
Una preferencia es una unidad mínima del lenguaje que tiene un significado explicativo y
comunicativo. Puede ser una frase o incluso una palabra, además puede ser oral o escrita. Por
ejemplo, “ayer estuve en Lima”, “la semana pasada fui a mixtura”, “ayer conduje un carro”,
“enciende la luz”, “feliz cumpleaños”
Una proposición es una proferencia que tiene la propiedad que se le puede asignar un valor de
verdad o una falsedad, es decir, dice algo ya sea verdadero o falso; por eso hablamos de contenido
proposicional, como aquello a lo que hace referencia una proposición, ya sea, de afirmación o
negación. En este sentido, toda proposición es una proferencia pero no toda proferencia es una
proposición.
Es la expresión lingüística de un juicio; es la serie de palabras con la cual expresamos el juicio que
hemos formado en nuestra mente, la expresión del acto mental.
Sujeto + verbo ser + predicado. El sujeto es quien recibe la atribución, el predicado es lo que se le
atribuye al sujeto, por ejemplo, “la pelota es azul”, “José es médico”, “Sonia es enfermera”.
Hay casos especiales en las frases con verbo impersonal, como “llueve”, “hace frio”, no constan de
sujeto. Indican únicamente la producción de un acto o fenómeno, pues el conocer espontaneo no
advierte claramente el o los sujetos de tal acontecimiento. No por eso la realidad significada está
desprovista de fundamento substancial, que en los ejemplos propuestos quedaría explícito al decir
que “el agua cae”, “el ambiente esta frio”, “tengo frio”, etc. Podría también interpretarse que
estas proposiciones enuncian el actuarse de algo (“llueve” es igual a “la lluvia es”, acontece), de
modo que el sujeto es el mismo fenómeno actuado.
3.1 Las proposiciones singulares: De estas, el predicado se atribuye a un solo individuo, que será
un término singular, de manera más concreta, tienen por sujeto al individuo concreto, por
ejemplo, “Aristóteles es filósofo”, “Santo Tomas de Aquino es filósofo y teólogo”, “Carmen es mi
prima”, “Xavier es profesor de filosofía”, etc.
3.2 Las proposiciones universales: Estas en cambio, tienen la característica de que el predicado se
atribuye a toda la extensión del sujeto. Son las que toman al sujeto en toda su extensión, por
ejemplo, “todos los pájaros vuelan”, “toda vida consume energía”, “todos los hombres son
mortales”, etc.
3.3 Las proposiciones particulares: Tiene la característica, de que el predicado se le atribuye a una
parte de la extensión del sujeto, es decir, que el predicado, lo vamos a decir no de todos los
miembros que pueden entrar en la noción del sujeto, sino en parte de esa extensión. Con otras
palabras diríamos, que aquí el predicado se toma restringidamente, por ejemplo, “algunos
hombres son pelirrojos”, “algunos relojes son de arena”, etc.
4. Según la cualidad. Según esta, tenemos las proposiciones afirmativas y las proposiciones
negativas. Los enunciados afirmativos componen un predicado con un sujeto; los negativos
excluyen la conveniencia mutua de estos elementos. Esta característica se suele llamar “cualidad
de la proposición”.
Es la división más amplia de los juicios, pues se basa en su misma naturaleza; toda proposición ha
de ser afirmada o negada, “es” o “no es”, en cuanto une o separa los términos.
4.1 Las proposiciones afirmativas: Son las que afirman algo, es decir, cuando se unen el sujeto y el
predicado, por ejemplo, “Juan es médico”, “Luis es deportista”, “Marcos es seminarista”, etc.
4.2 Las proposiciones negativas: Son aquellas que niegan algo, que excluyen la convivencia mutua
del sujeto con el predicado, es decir, cuando se separa el sujeto y el predicado, por ejemplo,
“Wilson no es un conductor”, “Fabiola no es una profesora”, “Juan no es médico”, etc.
5. Cuadro A, E, I, O
Dos proposiciones son opuestas cuando afirman o niegan una misma cosa bajo el mismo punto de
vista. Para que haya verdadera oposición tiene que cumplirse dos condiciones. La primera, que
ambas tengan el mismo sujeto y predicado, aunque la cantidad pueda variar; la segunda, que una
sea afirmativa y la otra negativa.
Se da cuando dos proposiciones, una universal y otra particular, no pueden ser verdaderas o falsas
a la vez, sino que una será falsa y la otra verdadera. Con otras palabras una es simple negación de
la otra, y por eso no admite grados intermedios. Si una es verdadera la otra es falsa y viceversa. Se
da con las proposiciones A-O Y E-I, la representación de esto es: “Todo hombre es mortal”(A),
“Algún hombre no es mortal” (O), si la primera proposición es cierta, necesariamente la segunda
es falsa y viceversa.
Se da entre proposiciones universales, una afirmativa y la otra negativa. Nunca pueden ser ambas
verdaderas, pero pueden ser ambas falsas, es decir, que si una es verdadera la otra tiene que ser
falsa, pero no al revés. Como admiten grados intermedios pueden ser falsas. Se da con las
proposiciones A- E, la representación seria: “Todo hombre es mortal”(A), “Ningún hombre es
mortal” (E), son posturas contrarias, si la primera proposición fuera verdadera, necesariamente la
segunda es falsa, pero bien podrían ser las dos falsas, porque podría decirse “Algún hombre no es
mortal” (O), esto quiere decir y por tanto ambas proposiciones universales serian falsas.
6.3 Subcontrariedad
Es similar a la contrariedad, pero se da entre dos proposiciones particulares, una afirmativa y otra
negativa. Nunca pueden ser las dos falsas, pero pueden ser las dos verdaderas. Si una es falsa la
otra tiene que ser por fuerza verdadera, pero si una es verdadera, no sabemos si la otra es falsa.
Se da entre las proposiciones I-O, la representación seria: “Algún hombre es mortal” (I), “Algún
hombre no es mortal” (O), como podemos ver, ambas proposiciones no pueden ser falsas, y
ambas pueden ser verdaderas, pero si es cierta la primera proposición es falsa, la segunda
necesariamente es verdadera.
6.4 Subalternancia
El cuadro es tomado de las ideas de Aristóteles, pero fue Apuleyo el que lo puso en forma de
cuadro, como para facilitar la memorización. El cuadro de oposiciones consiste, en representar los
cuatro tipos de proposiciones y establecer las relaciones que se pueden dar entre ellas, y una vez
que sabemos sus relaciones, les ponemos nombres correspondientes. Se observa en este cuadro
las diversas relaciones de oposición que admite un mismo enunciado, según su cualidad y su
cantidad.
subalternancia
Contradicción subalternancia