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Preliminares:
Una última cosa y de por sí muy importante. El jefe mochilero (y todas las
extensiones antedichas) tiene que tener un concepto bien claro en su mente:
“El puesto que está ocupando lo tiene porque Dios así lo quiere”.
¡¿Ajá?! Y… ya sé, pero ¿qué querés decir? Simplemente que Dios nos está
confiando a esos chicos, por un tiempo acotado, para hacer todo lo posible para que se
conviertan en Héroes y en Santos y nos va a pedir cuenta de ello.1
1
Pensemos que, en muchos casos, su Salvación Dios nos la confía a nosotros. La edad formativa clave
del hombre es la adolescencia . No por nada el Enemigo apunta sus cañones a ellos. En muchos casos, tal
vez sea en Mochileros, la única oportunidad que tengan de acercarse a la Verdad en esa edad en que el
alma está más dócil para aceptarla. Usando metáforas forestales: luego el árbol crece para el lado en que
se inclinó en su juventud. Es por esto en que el tiempo con ellos tiene que ser aprovechado al máximo. El
tiempo sí que es oro (no pude evitar la frase sionista).
1
En otros casos parece que estamos contando el tiempo (“¡falta media hora y esto
se acaba! ¡Al fin una buena!”). ¿Tenés un poco de tiempo para ayudar a hacerlos
Hombres Nuevos y estás mirando las agujas?
Otro caso parecido, me escapo cuando puedo…, me quedo atrás o en un costado
charlando con otro/a. Similar a esto, pero más sutil, me escapo de mi obligación
apostólica por un bien menor (voy a abrir la puerta, voy a buscar algo que falta…),
cuando hay gente de sobra que puede hacer eso. Respuesta idéntica a la anterior.
“Dios nos está confiando a esos chicos”. Mi actitud debe ser por ende la de San
Pablo: sabiendo que hay una Mirada Amorosa sobre mí, que me está asistiendo en todo,
debo gastarme y desgastarme… Pensemos que es un orgullo ser copartícipes de la Obra
Redentora y una Labor de esta altura no puede ser realizada si no es de una manera
gozosa y generosa.
Estad siempre gozosos. —1 Tes. 5.16
El momento presente:
El demonio nos tienta con el mal, intentando que evitemos el bien o por lo
menos intentado que el bien sea menor (se nota que él entiende mejor que nosotros el
valor del bien que podemos hacer o recibir). En cuanto a esto último es importante ver
que la tentación muchas veces toma la forma de eludir lo que nos toca acá y ahora, y
escaparnos pensando y poniendo nuestras potencias en lo por venir (esto es lo más
común en los jóvenes; en la gente mayor, esta evasión se manifiesta generalmente con
respecto al pasado, como nostalgia). Luego lo que Dios nos está ofreciendo, o bien lo
dejo, o bien lo hago a medias y mi ser está enfocado en lo que vendrá. Me estoy
2
perdiendo el bien que Dios me está dando ahora por algo que es futuro e incierto (y
atrayente), mientras que lo que Dios me ofrece es actual y certero (pero oculto).
Yendo ahora a los chicos, esto se manifiesta en un continuo: Profe, ¿hoy vamos
a jugar al fútbol?… Vamos a prender fuego?, vamos a ... y todo esto cuando estamos en
el medio de otra actividad (hasta ahora nunca escuchamos un: Profe, vamos a rezar?
(¡¡Juan, esto lo escuché en el campamento!! ¡Será un signo parusíaco?)). También se
ve mucho en esa compulsa que tienen, en las charlas, sentados en el pasto, de empezar a
juguetear con lo que tienen a mano (palitos, cuchillo, soga, mochila, etc.), y así, de a
poco, se evaden del momento. En una caminata, viaje o bicicleteada con el “¿falta
mucho? ¿ya llegamos?”. Tal vez éste sea el mayor trabajo que tenemos (y también el
que mayor provecho da al mochilero). Esto se puede relacionar con la acedia (ver el mal
donde hay algo bueno), pero no es el caso de nuestro estudio ahora.
Lo supra mencionado es la razón por la cual, el jefe debe buscar dos cosas:
1. Hacerles ver lo bueno escondido: en el momento actual, tras un rato de
silencio, una bicicleteada fatigosa, un bello paisaje…Deteniendo la
actividad en un momento adecuado y haciéndoles ver lo bueno de haber
podido ser dueños de su lengua, buscando la metafísica del paisaje. El chico
ganó un partido –¡Muy bien, Dios te regaló una victoria!. El chico perdió el
partido -¡Qué bueno! ¡Pudiste hacer un pequeño sacrificio! Como dijo el
padre Castellano (Eduardo): aprender a disfrutar de las cosas simples. Ellos,
de por sí, este ejercicio no lo saben hacer, por lo que uno se los tiene que
enseñar.
2. Enfoque en lo actual: Haciendo que pongan sus potencias en lo que les toca
en el instante actual. Cuando uno percibe la tentación de la evasión: ¡¡Viví el
momento!!
El canto:
Por ende debe haber momentos especiales para poder cantar, debe tenerse en
cuenta que hay que darle tiempo, debe estar en la planificación de la reunión. Y si nos
queda tiempo libre, verlo de esta óptica: mejor,… podemos cantar más y no al revés:
nos queda tiempo libre… y bueno…¿qué hacemos? Cantemos…
3
Un canto, bien cantado, de por sí, es más formativo que una charla, que un
trabajo realizado.
Los tres primeros trascendentales: Verdad, Bien y Belleza, son alcanzados de una
manera misteriosa cuando se canta. O tal vez sea al revés: Los tres trascendentales nos
alcanzan a nosotros de una manera cuando cantamos. No por nada la Fuente de esos
Tres se halla rodeada de coros angélicos. Por algo decía San Agustín
(circunscribiéndolo al cantos religioso) que el que canta reza dos veces.
Creemos, en base a lo dicho, que toda actividad formativa, cualquier ley del
Nido practicada, salvo la del Silencio (paradójicamente esta Ley abre nuestro oído a La
Música por Antonomasia), es doblemente formativa cuando se hace cantando.
Lo ritual:
Pensemos cómo el enemigo (que entiende muy bien esto), por medio de la
repetición ritual de ciertas ideas va formando el sentido común (Gramsci puro). Por
ejemplo: con la celebración de ciertas fechas: día de la memoria, con ciertas frases:
Hacé lo que sientas…, eso es de la dictadura…, sos un milico…, los chicos de la guerra
se morían de frío… Y podemos extendernos con otros actos rituales que se han
degenerado y si no son celebrados de acuerdo con el canon del Mundo, prácticamente
se es considerado como un sacrílego: cumpleaños de 15, viajes de egresados, salidas
de los sábados a los boliches…
Vemos por ende que lo ritual es algo intrínseco al ser humano, que por más que
uno enarbole la bandera del ateísmo, los ritos deben ser celebrados porque la natura
humana así lo pide.
Por ende, mejor que buscar cosas nuevas es profundizar las que ya se hacen.
Por eso, en el mundo mochilero, es importante una comprensión del rito por
parte de los jefes y esto está en relación con los puntos anteriores. Es importante que
haya actos rituales propios.
En lo sagrado: visitas al Santísimo, Formación inicial y final, repetición verbal
de las leyes, los lemas, los cantos… Y cada jefe debe cuidar que estos ritos se repitan en
la intimidad del Nido.
En lo profano: Los símbolos para formar las filas (puños adelante del jefe; las
posiciones mayores adelante, menores detrás), frases como: viví el momento, el
mochilero se prepara física y espiritualmente, ser Hombre Nuevo. Repetición de los
cantos (por lo dicho arriba), el llevar los carteles de pare. Hasta incluso ciertos ritos de
entre casa que dan cierto carisma e identidad (entrarían en el marco de ritos lúdicos):
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Hermanos Kamarazov; en la marcha al mandato de paso redoblado!! (vamos torcidos
“re-doblados”); cuando uno se manda una macana, todos decimos ritualmente: Siempre
me tocó trabajar rodeado de incapaces.
La obediencia
Todos sabemos que nuestro trabajo es que se formen hábitos virtuosos en los
jóvenes, y para hallar ese justo medio de la virtud hace falta otra virtud (valga la
redundancia): la prudencia. Obviamente entendemos que el discernimiento para hallar
ese equilibrio es más difícil mientras más chico es quien debe discernir. Por ende, la
única que queda, es que si yo no puedo discernir ese justo medio, debo poner mi
confianza en la palabra de quien puede hacerlo. De aquí nace la obediencia. Es un acto
de confianza. Hemos visto nosotros muchas veces cómo el joven tiende a los extremos,
por exceso o por defecto, (verborragia, o ausencia total; en el deporte: juega solo, no le
pasa la pelota a nadie o el otro caso, no juega nada, ni corre), y en muchos casos (no
todos) el joven es inconsciente de esto. Aquí entra el papel del jefe, de la obediencia, de
que se lo diga.
Relacionado con esto está la disciplina que es la obediencia, entre otras cosas, a
ciertas normas rituales establecidas prudentemente (ya hablado).
No debe preocupar al jefe mochilero que el joven sea muy inquieto, que sea
ruidoso, que hable… Estas cosas son normales a la edad, el joven tiene una energía que
lo desborda. Preocupante sería, todos coincidirán en esto, que el joven sea por demás de
quieto y callado (acá puede haber algo que en el alma provoque una especie de
envejecimiento prematuro).
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El jefe debe enseñarles a ser dueños de sí mismos y por esto es importante que el
mochilero sea obediente. El chico puede correr, jugar, gritar y esto no estar fuera de
lugar… pero tiene que saber que cuando se dice basta es basta (obediencia). Puede estar
tirado, sin ganas de hacer nada, pero cuando se dice a trabajar, que vaya a trabajar. La
obediencia en alguien que lo guíe hacia la virtud es lo que en poco tiempo lo hará ser
virtuoso. Habrán visto los jefes mochileros como los actos rituales (ya mencionados),
las leyes practicadas y el clima mochilero, hacen que en poco tiempo los chicos vayan
agarrando el ritmo y esto se transforme en lo común durante la reunión mochilera. Un
chico puede responder: no tengo ganas, en la primera reunión, en la segunda… pero en
la tercera ya no lo dice (primero por vergüenza y luego por amor al bien).
La visión general
Mientras que todo lo anterior tiene que ver sobre la vivencia del joven
mochilero, este punto de visión general es estrictamente para el jefe, para que su
gobierno sobre el Nido sea mejor, aproveche más para sí y para los que tiene a cargo.
Muchas veces ocurre que el jefe mochilero, por poca claridad, tendencia
posesiva, por un “querer dar el ejemplo” *, se introduce mucho en la actividad (esto
ocurre mucho cuando la actividad es de tipo construcción, cocina, deportiva… de índole
práctica) y el resultado es que trabajan dos o tres (entre los que está el jefe) y seis o siete
se dedican a haraganear (síndrome del empleado municipal).
Quede claro al jefe mochilero que aquí no se trata tanto de “dar el ejemplo”
sino que “el chico viva las leyes” y por ende, mejor que la causa ejemplar es la causa
eficiente (¡nene, vos hace esto…!).
Hay veces (no son las más) en que no queda otra salida, debido a la falta de
comandantes a los cuales dar las órdenes. Pero lo que más ocurre, es que habiéndolos,
el jefe se mete mucho y delega poco. Hay que tener en cuenta que estos comandantes,
en principio son hermanos/as mayores e incluso (no olvidar) mochileros. Por las
razones mencionadas en * no se observa que hay chicos que por sus cualidades (tiempo
en el Nido, madurez, virtudes…) están en condiciones de tomar esos puestos. De esto
último hablaremos en el próximo punto.
6
avance del trabajo haciendo las correcciones pertinentes y así ir rotando entre todos los
puntos sin meterse en la actividad en sí.
Los beneficios de todo lo dicho es que estando libre el jefe mochilero de la carga
de lo particular, puede guiar bien el devenir de la batalla y por ende ir viendo donde
hay que reforzar, descubrir talentos nuevos en los chicos, observar actitudes que
evidencian carencias por parte de la familia3 , ver cuando la actividad va decayendo,
ayudar a que el espíritu se levante, o lo mejor… para que la actividad valga el doble,
iniciar un canto.
3
Esto se observa mucho en los campamentos, sobre todo en el orden del equipo particular en la carpa.
También en ciertas mañas psicosomáticas (miedos, mareos, bajonasos de presión), que responden a
menudo a una sobreprotección importante que hace que los chicos no tengan noción de esfuerzo y al
menor cansancio tiran la toalla. Estas cosas debe verlas el jefe y ayudar a superarlas, el Hombre Nuevo
que buscamos hoy se encuentra escondido entre algodones.
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Si la vida cristiana es auténtica, tiene que haber un deseo desbordante de dar a
conocer a los demás aquello que uno conoce, y de pelear y defender aquello que ama 4.
Hermosamente arquetípico es el ejemplo de Jorge y Pedro en el primero de la cuerda.
Ellos ante la mutilación física y psíquica que padecen, se resisten no solo a la vida del
valle, sino también a los ascensos en compañía y bajo el cuidado de otros. Ellos quieren
ser Guías.
Aplicando esto a nosotros, es importante que el jefe vaya viendo entre los
muchachos que tiene a cargo a los futuros jefes de nuestra escuela de vida mochilera. Al
estilo de Gandalf tendrá que ser capaz de distinguir, en la expedición apostólica hacia la
cima de la Montaña Solitaria, quién será líder (al estilo de Thorin) y quién será
saqueador (como Bilbo).
Estará en la prudencia del jefe ver el momento preciso (el tiempo que lleva
preparándose en los nidos), dónde y cómo dosificar las responsabilidades que se le
pueden ir delegando al neo-jefe. Pero es importante que no se prolongue hasta el infinito
el momento de empezar con esta promoción.
El Campamento
4
Ilustrativo:
¿Ud. También peleará contra los blancos?
Si vienen acá, sí.
¿Por qué?
Porque vienen a destruir lo que yo he aprendido a amar.
Respuesta del Capitán Nathan Algren (El último Samurai)
8
Dos ideas principales que luego desarrollaremos: El campamento es tiempo de
gracia y debe causar impresión.
5
Utilizando el sistema de diagnóstico del Capitán Codreanu, esto se ve claramente en la incapacidad de
cantar durante la primera parte de la reunión. ¡Quién sabe las cosas que traen de la casa!.
6
Esto no quiere decir que luego del campamento estén confirmados en Gracia ni el Hombre Nuevo
asegurado contra todo riesgo.
7
Esto es más necesario mientras más chico es el muchacho, por cuestiones de madurez.
9
como se puede estar muy bien sin tener las comodidades a las que están acostumbrados:
(cama blanda, mp3, mp4, mpX…, compu, tele, etc). Me corrijo: mostrarles y
recordarles como se está mejor sin tener las comodidades a las que están
acostumbrados.
Mientras más insistamos en lo bueno de lo que se está viviendo, el chico será
más consciente del Bien del que está participando por su esfuerzo ascético y la acción
de la Gracia. Y por ende esto dejará una impresión en su alma. Dios sabrá que pasará en
el futuro con este muchacho, pero en su alma esta experiencia dejará una idea
existencialmente grabada: “La vida virtuosa me hace feliz”, y esto no es poca cosa8.
Las deserciones
“¿Ustedes también me van a dejar?”
Jn 6, 67
Tocar este tema puede parecer pesimista, pero es una realidad innegable que un
número muy grande de almas dejan este camino y un número muy pequeño es el que
persevera. Sería una bestialidad que el jefe mochilero fuera indiferente ante este
fenómeno de las deserciones. El mismo Divino Maestro muestra un dejo de tristeza ante
este hecho cuando exclama la pregunta evangélica que corona este punto. Ergo, es
normal que los mochileros que abandonan este camino, causen un dolor a los jefes que
generosamente han trabajado por el bien de sus almas.
El punto está entonces en que sea un dolor sensato y no sea vivido como un
fracaso.
Al modo de ver, del que suscribe estas líneas, el que ve un fracaso cuando hay
deserciones9 necesita un oftalmólogo 10 porque hay una parte de la realidad que no está
viendo.
Es verdad que cuando un chico empieza mochileros, la esperanza que uno tiene
es: que viva cristianamente, en Gracia, se forme, se vaya trasformando en Hombre
Nuevo, crezca, desarrolle sus talentos y el día de mañana sea dirigente, tenga un Nido a
cargo y tenga una Camisa Azul. Todo esto es verdad, está perfecto, a eso debemos
apuntar y de ahí no bajamos. Que esto quede claro. El tema sería ver si el hecho de que
esto no se dé, es necesariamente un fracaso.
Un poco de álgebra: tomemos un chico cualquiera X desertor. Pensemos en el
último párrafo sobre Campamento, la impresión causada a X en los campamentos que
estuvo (y también las impresiones menores que quedan de los sábados), los cantos que
aprendió (con sus contenidos de Verdad y Belleza), los principios con que fue cultivada
su inteligencia en las charlas, las leyes machacadas hasta el cansancio, las caminatas y
bicicleteadas que le mostraron el valor y el fruto del bien arduo, los ritos (desde los más
sublimes hasta los más lúdicos),… en fin, todo lo que ya se habló
8
Un caso que evidencia esto es el de Ariel Martínez, el porteño que conocimos en la AJM en 2013. La
experiencia campamentera, que marcó interiormente su vida, estaba grabada y fresca a pesar de que
habían transcurrido alrededor de dieciséis años.
9
Obviamente, siempre y cuando no haya negligencias alevosas de parte del apóstol y se haya puesto la
mejor voluntad.
10
En muchos casos el oftalmólogo no sirve, porque lo que está doliendo es el amor propio. Nos es tanto
el dolor por el alma que se pierde sino porque a mí se me pierde. Para diagnosticar si el problema es
amor propio o un objetivo amor a las almas habría que observar si mi reacción es la misma cuando la
deserción es de un chico que no está a cargo mío.
10
-¡Sí, pero…! ¡¡los chicos se olvidan!!...
Podrán olvidar, pero no hay nadie que olvide todo. Y pasa muy seguido que los
chicos no recuerdan las palabras para expresarlas, pero cuando uno indaga ve que
muchas Ideas están ahí presentes. Seguramente X tendrá grabados en su alma muchos
principios, ideas, cantos y recuerdos que lo van a acompañar siempre. Comparado con
cualquier otro muchacho Z que nunca haya estado en Mochileros, X tiene ventaja. En
muchas decisiones que tendrá que tomar (pensemos sobre todo en las postreras), todo el
bagaje antedicho servirá para iluminarlo. Después X hará lo que quiera, pero que sabe,
sabe. Z en cambio no sabe.
Teniendo en cuenta esto, ¿podemos decir que lo de X es un fracaso? Yo creo que
11
no.
Sabemos que las cosas tienen su ser por participación de Dios en mayor o
menor grado en la jerarquía cósmica (tienen más ser o menos ser si se nos permite).
Punto importante es ver que en la medida en que algo tiene más ser, más nos atrae12.
Subiendo en la escala de perfección de los seres, hasta llegar al Ser por Esencia, vemos
que también más atrae nuestra alma, por ende percibimos aún mayor Verdad, Bien y
Belleza 13. Hago paréntesis, es importante tener en cuenta cómo, los seres inferiores en
la escala jerárquica, de alguna manera simbolizan o nos hablan de los superiores, de su
causa ejemplar. Digo que es importante por lo que decíamos en El Momento presente de
hacerles ver a los chicos lo bueno escondido, figura de lo superior. Cantito de Bariloche
2013:
Insistimos, mientras algo tiene más de ser, más nos atrae. Estamos hechos para
el ser y permaneciendo en él somos plenos y mientras más ser, más plenos.
11
Todo esto es bastante humano si no recordamos el valor de las acciones de los miembros del Cuerpo
Místico y su fructificación dentro otras partes del mismo.
Y por otro lado, la Alegría enorme que nuestro apostolado provoca al Corazón de Jesús, más allá de los
frutos visibles o no. Él es claro, nos pide: “id por todo el mundo y predicad el Evangelio. El que crea…”
(Marcos 16:15). Los resultados ya no dependen de nosotros. El resto es Gracia.
12
Pensemos en una “ventana” y en una “ventana rota”. Ambas son ventanas, pero de alguna manera, la
segunda es menos ventana que la primera (verdad), no atrae tanto nuestra voluntad, no es tan buena
como la primera, y por ende también menos bella. Aquí dejamos traslucir el problema del mal, en
cuanto a que es corrupción, defecto del ser. Si no hubiera ventana, no podría haber una ventana rota.
13
Nos has hecho, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti. (San Agustín.
Confesiones, Libro 1, 1, 1-2,2; 5, 5: CSEL 33, 1-5)
11
Y la inversa también vale, mientras menos ser, menos plenos. Mientras menos
ser, menos nos atrae. Acá entramos más en tema, porque algo puede tener menos de ser
por corrupción. Una manzana puede pudrirse y por ende es menos manzana, no es tan
verdaderamente manzana como una sana, es menos buena (no la queremos tanto), no
es tan bella (no nos gusta tanto). Es el problema del mal, la corrupción del ser, el
defecto de lo bueno.
En la medida en que hay mal, menos atrae porque hay menos de ser y por ende
se acerca más al no-ser14
Por ende:
No negamos en absoluto la recta intención de los que así obran, practicando este
Atilismo16, nosotros muchas veces caemos en el mismo error por cuestiones personales.
Ante una tendencia pesimista, fácilmente educamos mostrando el no-ser dado que es lo
primero que tiende a ver el pesimista, valga la redundancia.
14
Observemos en Tolkien como este no-ser se plasma en los espectros del anillo, fueron hombres en su
momento pero la corrupción de Sauron, el mal, los transformó en seres fantasmagóricos, en cierta
forma: intangibles,… dejaron de ser.
15
Película Los coristas. Acción-reacción es el sistema pedagógico del director Rachin.
16
Paradójicamente el que le dio nombre a esta escuela enseñaba: “se ganan más moscas con una gota
de miel que con diez litros de vinagre”
12
Aclaramos que no queremos decir que: no se debe hablar del mal. Claro que no,
y muchas veces es necesario hacerlo. El punto es que hay que hacerlo con cierto
equilibrio. Lo que queremos decir es que: si se hace, sea en función de bien. Si se
enseña el no-ser, que sea en virtud de resaltar las perfecciones del ser. De lo contrario
lo que se está enseñando es el no-ser, y como ya dijimos, esto causa repulsa. Miremos a
este efecto un ejemplo del Divino Maestro:
“Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas; porque a ellos les gusta ponerse
en pie y orar en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por
los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.”17
“Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta,
ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te
recompensará.”18
Es difícil para el educador alcanzar la virtud para educar en el ser, sobre todo
considerando que: ante el desorden, una falta, y más aún cuando se reitera; nuestra
reacción es… justamente eso: acción-reacción. Tendemos inmediata e irreflexivamente
a castigar y se termina formando una rueda de acción-reacción que nunca acaba y que
tiene para todos (educadores y educandos) ese sabor amargo del no-ser.
17
Mateo 6:5
18
Mateo 6:6
19
Confesaron unos Camaradas de Pier Giorgio que al volver a sus casas luego del campamento de
Bariloche 2013 tenían ganas de agarrar el televisor a patadas y de dormir en el suelo (algunos lo
hicieron…, ¡lo del suelo!, ¡claro!). En la medida que más subimos en la perfección (el ser), más
aborrecemos lo inferior.
20
Una experiencia personal y creo, también, ilustrativa: En un curso que tenía el problema de ser muy
hablador y teniendo (por causa de un examen) que dejar algunos de sus integrantes afuera de la sala de
informática, les había advertido que si hablaban y molestaban los iba a tener que castigar con “menos”
(no-ser). Dicho y hecho, hablaron, hablaron y… les puse menos a todos. Todos nos quedamos con ese
sabor amargo… A la clase siguiente y, siguiendo con la evaluación encaré la situación de otra manera.
Pensando que verdaderamente tienen una dificultad para guardar silencio y que, por ende, el que lo
alcancen es un logro meritorio, les propuse lo siguiente: “Yo confío que todos pueden guardar silencio
mientras los dejo acá, a todos les pongo un más, ya lo tienen. Simplemente tienen que guardar silencio
13
Ahora bien llegados a este punto, puede surgir una pregunta:
Para lograr esto último vemos que llegado el caso de castigar (que obviamente
nadie quiere y esperemos nunca haga falta) tiene que ir acompañado de parte del
educador de la explicación de la razón del mismo e intentar hacerle ver al castigando
que es algo verdaderamente positivo, bueno, que lo va a ayudar a plenificarse, que el
aceptar el castigo es una forma de recomponer el orden alterado y, sobre todo, de
recomponerse. Lo que hiciste te hizo no-ser, haciendo esto vas a ser y ser más. Tiene
que ir acompañado de ese mensaje esperanzador de que: siguiendo esta vía que te toca,
vas camino a ser un Hombre Nuevo21.
para conservarlo”. Silencio sepulcral, ante el menor murmullo entre ellos mismos se callaban. Y
quedamos todos contentos. Es el primer paso para que luego lo hagan por amor al bien.
21
Veamos nuevamente el ejemplo del Sumo Educador. En uno de los momentos más dramáticos de la
Historia Salvífica, en el momento del Pecado Original, al mencionar los detalles del castigo impuesto al
Hombre, enseguida añadió el mensaje Esperanzador del Redentor. Junto con las penas de la Culpa
Primigenia vino el Protoevangelio:
“Se ha de cumplir la sentencia
pero güelta del revés”.
Asimismo vemos que, en los misterios de la economía salvífica, el castigo dócilmente aceptado lleva al
penitente a un estado superior al de antes de la culpa, lo hace ser más…
“Oh dichosa culpa,
que nos has merecido tener tal
y tan grande Redentor”
(Exultet, Pregón Pascual)
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