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La Autoconstrucción de la Vivienda en el Área Metropolitana de la Ciudad de


México

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Daniel Hiernaux
Autonomous University of Queretaro
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Interpretaciones

LA AUTOCONSTRUCCIÓN
DE LA VIVIENDA EN
EL ÁREA METROPOLITANA DE
LA CIUDAD DE MÉXICO

Daniel Hiernaux Nicolás*

a forma dominante de producción de vivienda (materiales de construcción, servicios con que cuenta

L en el Area Metropolitana de la Ciudad de Méxi-


co (AMCM1) es sin lugar a duda la llamada "auto-
construcción". Resulta difícil cuantificar un proceso
la vivienda... ) más que el proceso en sí. En segundo
lugar, la escasa pertinencia de datos decenales, los
retrasos en su publicación, el tamaño de las áreas esta-
que ha conocido un crecimiento tan espectacular a dísticas de concentración de datos (municipios y dele-
partir de los cuarenta, y que ha sido el origen de la gaciones), sin hablar de las deficiencias reconocidas en
formación de la mayoría de las colonias populares. la calidad misma de la información, son las principales
El Area Metropolitana de la Ciudad de México, co- características del marco estadístico oficial que restrin-
mo unidad territorial de referencia, ha tenido un cre- gen cualquier posibilidad de un aprovechamiento del
cimiento intenso en las últimas décadas, alcanzando mismo para fines particulares.
casi 9 millones de habitantes en 1970 y unos 14 millo- En este trabajo se intentará una caracterización del
nes en 1980. Las estimaciones para el año de 1987,
giran en torno a los 20 millones. proceso de producción de la vivienda por autoconstrucción, en tres partes: se discutirán algunos elementos
Como se ha demostrado en otro trabajo 2 este creci- conceptuales sobre la autoconstrucción para pasar pos-
miento no ha sido uniforme en todo el territorio del teriormente a una caracterización del proceso de pro-
Area Metropolitana de la Ciudad de México; si bien la ducción "espontáneo" o "individual'; finalmente se alu-
"Ciudad Central" (delegaciones A. Juárez, Cuauhtémoc, dirá a la participación del Estado a través del análisis de
M. Hidalgo y V. Carranza) demostró un crecimiento su discurso sobre autoconstrucción, en su interrelación
negativo de 1970 a 1980 (-1.08%), los anillos consecu- con los procesos espontáneos y finalmente como pro-
tivos sufrieron tasas crecientes, llegando a 9.49% en el motor de programas de vivienda progresiva.
segundo contorno y parte del tercero (12 municipios En las conclusiones, además de recalcar l as carac-
limítrofes). terísticas centrales de los procesos estudiados, se ha-
La expansión de la mancha urbana sobre una su- rá referencia también a algunos rasgos que tienden a
perficie del orden de 103 a 196 has. en 1982, se ha configurar la especificidad del proceso de autoconstrucción en el MAetropliandCue
realizado mediante la ocupación progresiva y en gran
medida anárquica de la periferia, en un proceso caracterizable sobre todo por la irregularidad del asen- México.

tamiento y la edificación progresiva de la vivienda.


Para el análisis de la modalidad de producción de Hacia una conceptualización de la
vivienda por autoconstrucción que es el objeto de este vivienda por autoconstrucción

La autoconstrucción en su sentido más aceptado por


trabajo, los datos censales son de escasa utilidad: en

los diversos sectores de la sociedad, es un proceso en


primer lugar, porque reflejan el estado del producto

el cual el consumidor -usuario final de la vivienda


participa en forma directa en la producción de la misma.
* Docente Investigador Titular del Departamento de

Varios conceptos se relacionan con esta definición ge-


Teoría y Análisis de la Universidad Autónoma Metro-

neral: normalmente se concibe la participación directa


politana, Unidad Xochimilco.

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del usuario a través de la aportación de su fuerza de tales actividades que no son de transformación direc-
trabajo -individual o familiar- a la edificación; asimis- ta, pero que pueden volverse claves en el tiempo de
mo la connotación de progresivídad ha sido amplia- ejecución y hacerse críticas de no realizarse o de re-
mente asociada al concepto; finalmente el carácter irre- trasarse.
gular del proceso (irregularidad en la tenencia del suelo Se plantea entonces la necesidad de una reconceptual ización del proceso de
así como carencia de autorizaciones correspondientes evnitérmdaposáucxyiónlejosqu
para la edificación) aparece como fundamental en la
caracterización de la autoconstrucción. De paso, sirve
para delimitar a la autoconstrucción, frente a la recono- tradicionales. Aunque no se realice tal reconceptualización en este ensayo, se plantean algunos elementos para
cida producción directa del usuario con la mediación abordar esta cuestión:
de especialistas del ramo y en el marco de un proceso Reconstruir el conjunto de actividades que forman
3
legalmente reconocido. parte de la producción de la vivienda desde la
Es necesario establecer algunos elementos más pre- tcualoiznórqephastndelcoum.
cisos de configuración del llamado proceso de "auto-
construcción" que sirvan de marco conceptual a nues-
tro análisis posterior.

La vivienda como "cadena productiva"

Partimos del postulado de que la vivienda es el resul-


tado de un proceso complejo que incluye varias acti-
vidades articuladas entre sí.
El concepto de eslabonamientos productivos ha si-
do aplicado a la industria automotriz, a la producción
4
agrícola, a la industria de la construcción y en forma
5
exploratoria a los servicios de salud.
Por eslabonamientos productivos se entiende el he-
cho de que el proceso de producción de un bien com-
plejo se compone de diversas etapas de proceso de
trabajo. Cada etapa incluye la puesta en práctica de
fuerza de trabajo que se aplica sobre un objeto material
para su transformación en otro objeto (para transforma-
ción posterior o consumo) con un valor superior, debi-
do a la plusvalía integrada gracias al proceso de trabajo.
Generalmente se consideran las etapas materiales
que consisten en la transformación de unos objetos
en otros. Es necesario, sin embargo, admitir que la
producción de un bien obliga a la realización de una
serie de actividades complementarias al proceso de
transformación material mismo, como la obtención de
recursos, la organización misma del trabajo, etcétera.
En el caso de la vivienda, tiende a identificar la
producción de la misma con las etapas de transforma-
ción material: obra negra, acabados, etc. Es factible
reconstruir la cadena productiva de la componente
material de la vivienda. Más complejo es identificar los
eslabones cuya importancia puede ser considerable,
pero que no desembocan directamente en un produc-
to material.
La evolución de la división técnica y social del tra-
bajo ha puesto en evidencia la existencia de activida-
des que algunos autores estrictamente marxistas cali-
fican de no productivas, pero que en todo rigor for-
man parte del proceso, ya que sin ellas es imposible
que la transformación material se ejecute. Ciertas téc-
nicas de programación de obras, como el PERT (ruta
crítica), demuestran ampliamente la importancia de

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Cada eslabón deberá ser definido (delimitado) en La vivienda como `producción social"
cuanto a: ser una actividad delimitable, con contornos
precisos (que no puede confundirse con otras activi- En otro trabajo dedicado al análisis de la autoconstrucción de vivienda en Tijuana hemos hecho hinca-
dades o traslaparse); su relación con otros elementos
o eslabones; detalle de las actividades o tareas ele- pié en la necesidad de trascender la dimensión estric-
mentales a realizar; actores sociales del proceso. tamente económica del proceso de producción de la
La definición de actores nos parece sumamente im- vivienda.
portante ya que es clave para entender las potenciali- Herencia de una tendencia generalizada en el pen-
dades y/o limitaciones de un proceso definido. En este samiento científico tradicional y marxista, el privile-
sentido, Legorreta planteó el concepto de autocons- giar el análisis económico a expensas de otros facto-
trucción por gestión individual amparada. 6 El térmi- res, los principales estudios sobre la vivienda han da-
no individual califica a toda la autoconstrucción en la do un lugar central al examen de ésta como parte de
cual el proceso central de producción está dirigido y la producción económica, claro está, sin menospre-
controlado por la unidad familiar, futura usuaria del ciar las relaciones sociales de producción, pero sin
bien-vivienda. El agregado del término amparado re- salir del marco limitado del análisis económico.
fiere el hecho de que este proceso de gestión precisa El mismo término de producción remite a un arsenal
del amparo de una organización o un gestor (indivi- de conceptos teóricos asociados, como trabajo, medios
dual o colectivo) que negocie con las autoridades la de producción, objeto de transformación, plusvalía, etc.
dotación de los servicios urbanos requeridos. Sin eliminar o menospreciar la dimensión económica
Hasta ahora, hemos considerado la cuestión de l a de la producción de vivienda, los estudios empíricos
producción de vivienda como un proceso complejo realizados, particularmente los que se refieren a la
formado por diversas fases o etapas encadenadas que autoconstrucción, evidencian que la vivienda tiene con-
hemos llamado eslabonamientos productivos siguien- notaciones mucho más complejas y sobre todo diferen-
do una terminología en uso. El hecho de que extenda- tes a la sola producción económica.
mos el proceso de producción al conjunto de activida- Posteriormente se regresará, mediante el análisis de
des necesarias incluyendo, por ejemplo, la obtención la producción individual de la vivienda, a casos y argu-
de los recursos financieros y la gestión de los servi- mentos que demuestran nuestras afirmaciones. Hare-
cios, implica el reconocimiento del entorno social; en mos únicamente referencia a algunos aspectos: el pri-
otros términos, la vivienda es un proceso de produc- mero, que la vivienda no es sólo un proceso de produc-
ción complejo que refleja las interrelaciones y contra- ción (económica se entiende) que realiza la familia
dicciones de la misma sociedad. usuaria, sino un proceso de transformación de sus
Esta afirmación va en contra de la ideología tradi- relaciones sociales, en el seno mismo de la familia o del
cional que minimiza la importancia de las relaciones núcleo o grupo social en que se inserta. Es el caso, por
sociales y, por tanto, tiende a idealizar la producción ejemplo, de las relaciones familiares transformadas y
de vivienda por autoconstrucción como un proceso reconstruidas, en muchos casos, por la participación de
de transformación estrictamente material realizado la mujer o de los niños en la obtención de los recursos
por el usuario independientemente de las relaciones necesarios para autoconstruir; o de la primera en el
sociales. Esta "individualización" y "materialización" control directo del gasto familiar; también pueden men-
del proceso de producción de la vivienda es una ten- cionarse los cambios que ocurren en las relaciones
dencia del pensamiento burgués que elude así el ca- entre el núcleo familiar autoconstructor y la familia 60
rácter eminentemente social y por tanto colectivo de extensa al ocurrir apoyos financieros, trabajo gratuito,
la vivienda. etcétera.
El impacto de la construcción masiva de vivienda en cuanto a la forma de producción, restringiéndose a
por gestión individual en el medio urbano es otro l os casos en que el usuario participa de manera impor-
tópico de interés, ya que del 70 al 80% de l as vivien- tante en la producción de la vivienda.
das resultan de esta forma de producción, y la confi- Lo anterior pone en tela de juicio el término mis-
guración general del espacio urbano resulta marcada mo de autoconstrucción, a la luz de las observacio-
física y culturalmente por las condiciones técnicas de nes formuladas en la primera parte de este trabajo.
producción de la vivienda, los patrones culturales de Partimos entonces de las siguientes premisas para
los ocupantes, en cuanto a la vivienda, a la colonia y conceptualizar el proceso:
demás. En primer lugar, se reconoce que el futuro usuario
Estas reflexiones nos llevan a sugerir que la vivien- participa en forma determinante en la producción de
da no podrá ser cabalmente entendida sólo como un l a vivienda. Esta es una característica prioritaria para
proceso de producción económico, sino que es preci- categorizar el proceso en estudio y es fundamental
so enmarcar a éste en un proceso más completo de aún si intervienen momentáneamente otros actores
transformación (¿producción?) social. en él (entre ellos el Estado).
En consecuencia, resulta imposible limitar el análi- El proceso de producción de la vivienda que reali-
sis de la vivienda a la aplicación incondicional y ex- za el usuario rebasa el marco limitado de la edifica-
clusiva de conceptos como sobre-explotación de la ción (producción material) e incluye una variedad de
fuerza de trabajo 8 que han sido centrales en el análi- actividades. Algunas de éstas son previas a la edifica-
sis marxista del problema de la vivienda. ción, como es la conceptualización arquitectónica, la
A continuación se analizará la autoconstrucción bajo obtención de predio donde edificar y de los recursos
dos modalidades de producción: la mayoritaria, que i niciales, entre otros.
corresponde al conjunto de casos en que los usuarios Otras actividades tienen lugar en el curso de la edi-
manejan el proceso de producción de la vivienda y, en ficación como la supervisión, el abasto de materiales,
segundo término, la producción estatal. etc., y otras, finalmente, pueden tener lugar una vez
ocupada la vivienda, como la gestión de los servicios.
El conjunto de estas actividades que realiza el usua-
La gestión individual en la rio corresponde a diversas profesiones y ramas de co-
producción de vivienda nocimiento que en la economía formal son ejercidas
por personas diferentes y generalmente requieren de
Elementos conceptuales conocimientos formales claramente reconocidos (pe-
ritos, por ejemplo). En la economía informal, marco
Los casos en los cuales los usuarios son los producto- de la autoconstrucción, el autoconstructor asume una
res directos de su vivienda constituyen la mayor parte serie de responsabilidades complejas que le obligan a
de la producción de la vivienda en los países subdesa- recurrir a conocimientos formalmente transmitidos y
rrollados. remunerados (contratando personal especializado), o
México no es excepción. Cuantificar el proceso en a usar canales informales de aprendizaje (ver lo que se
términos de número de viviendas producidas resulta hace en otras obras, consultar a personas con expe-
extremadamente difícil, desde el momento en que las riencia previa, y demás).
estadísticas tradicionales (Censo de Población y Vivien- Es importante entender que el usuario que cons-
da, por ejemplo), se refieren al estado del producto en truye su vivienda ejecuta actividades muy diversas y,
cuanto a materiales, tenencia, ocupación y servicios, por lo tanto, desarrolla un proceso de negación de la
más que al proceso mediante el que se produce la división del trabajo que imprimió el capitalismo a la
vivienda. Ninguna tipología puede construirse a partir producción moderna. El cumplir con actividades "nor-
de datos censales, en cuanto a productores y a sus malmente" reservadas a arquitectos, ingenieros, gesto-
formas se refiere. res de servicios financieros, etc., plantea para el usua-
Además, resulta difícil encontrar métodos indirectos. rio un considerable esfuerzo de aprendizaje técnico.
Las estimaciones de SAHOP-SEDUE 9 y estudios académicos Sin embargo, es notorio que no adquiere, ni ve avala-
diversos 10 llevan a calcular que la producción directa de dos, conocimientos formales, sino que es reducido a
vivienda por los usuarios llega al 7(1.80% del total. Este i nterpretar técnicas y formas de trabajo según su pro-
porcentaje incluye estados muy diversos del producto- pia capacidad y conocimiento previo, por lo que no
vivienda, desde el rudimentario, de vivienda precaria crea condiciones para aprovechar su aprendizaje en la
(cartón y palos), hasta niveles relativamente complejos economía formal.
tecnológicamente, de vivienda de varios pisos con ma- Finalmente, es preferible hablar de gestión indivi-
teriales comerciales y duraderos; en consecuencia, el dual de la producción de la vivienda en vez de au-
70-80% de vivienda por autoconstrucción no contempla toconstrucción de vivienda, ya que el conjunto de
li mitaciones en cuanto a superficies, prototipos, ingre- actividades que realiza el usuario para lograr la vi-
sos de los usuarios, ni tecnologías, sino estrictamente vienda rebasa la componente de edificación y la inte-

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gra a un encadenamiento productivo en el cual el cubrir trámites y pagos diversos (Seguro Social, Info-
elemento central es la capacidad de manejo (gestión) navit, licencia, etc.) y, después de la edificación, los
del proceso, que resulta más decisiva que la simple pagos de predial, servicios, y otros.
capacidad de construir/edificar. El precio de la legalidad es particularmente eleva-
Algunos autores se han referido a la do para las clases populares que no están en posibili-
gestión individual amparada," para recalqugnmyorí dad de sufragar los gastos antes mencionados y se
de acciones individuales se ha dado en una relación ven así orilladas a mantenerse en una situación de
obligada a instancias sociales y públicas que encubren ilegalidad permanente.
el proceso de producción, lo legalizan, y garantizan Aun así, el precio a pagar es elevado, ya que se genera
también el acceso a los servicios colectivos. un proceso de doble cobro: por una parte los
sautocnree encuentran en la obligación de pagar cuo-
El suelo y el concepto de tas diversas (a ejidatarios, invasores profesionales, líde-
legalidad de la tenencia res y autoridades menores, entre otros) para garantizar
el acceso a la posesión ilegal. Posteriormente, en el
El suelo es el punto de partida, el soporte obligatorio marco del esfuerzo permanente de regularización por
para la producción o gestión individual del proceso parte del Estado, se les cobran cuotas de regulariza-
de producción de la vivienda. la obtención del suelo ción, conexiones a servicios, etcétera.
se vuelve, por tanto, una actividad crítica en la cade- Este proceso de doble cobro afecta obviamente la
na de actividades. capacidad y el volumen de construcción que el usuario
Además, al ser una actividad crítica, la obtención puede hacer con sus recursos, pero al implicar costos
del suelo es un elemento clave en la articulación en- diferidos, le permite realizar la vivienda que no tendría
tre economía formal e informal, sobre la cual es facti- posibilidad de construir en condiciones de legalidad.
ble ejercer presiones políticas. El proceso irregularidad-legalidad tiene aún otras
La escasez de suelo en el AMCM debe entenderse connotaciones significativas: una esencial es que son
como una escasez socialmente determinada, ya que una empujadas las clases populares hacia localizaciones pe-
serie de mecanismos ligados a la estructura socioeconó- riféricas, por lo que la vivienda que edifican presenta
mica y política, impiden a las mayorías el acceso al suelo carencias severas con respecto a la ubicación relativa a
legalizado. El carácter amparado de la gestión indivi- los centros de trabajo, educativos, de salud, etc. En
dual es particularmente sensible a la obtención del otros términos, el valor de uso de la vivienda producida
suelo, ya que la ocupación de un predio por una familia resulta ser menor que en ubicaciones más céntricas, a
plantea su interacción con grupos de invasores, con pesar de que el usuario haya gastado recursos impor-
fraccionadores clandestinos, ejidatarios, etcétera. tantes en la producción de la vivienda.
Una de las primeras actividades que debe realizar Este proceso es significativo en la Ciudad de Méxi-
el gestionario de la vivienda es la obtención del predio. En el caso del AMCM es conflictivo que se esté co y ha conducido a la creación de un territorio fuer-
temente segregado en el que se agudiza la necesidad
dando un mecanismo de planeación y control bastan- de movilidad de bienes y personas, con una necesi-
te estricto y centralizado del uso del suelo en los lí- dad creciente y no solucionable de transporte masi-
mites del Distrito Federal. En fechas recientes, la vo- vo. Es obvio el costo social de un proceso de este
luntad de controlar el uso del suelo y su legalidad ha tipo.
impulsado a una planeación y negociación compleja Otra connotación del proceso de irregularidad-lega-
con las comunidades ubicadas en las zonas de creci- lidad es la dimensión política del mismo. Por una parte,
miento potencial (las delegaciones rurales como Xo- la regularización de la tenencia ha sido puesta entre los
chimilco, Tláhuac, etc.). Además se ha buscado redu- objetivos centrales de todas las administraciones, parti-
cir las bolsas de irregularidad de la tenencia de la cularmente en el Estado de México. Pero también la
tierra. irregularidad ha permitido un proceso de manipulación
La consecuencia directa de este propósito oficial y cooptación de las clases populares, necesita das de un
de reducir la irregularidad en las delegaciones del amparo legal, no por su valor en sí, sino como condición
Distrito Federal, es que la gestión individual de la vi- necesaria para la obtención de los servicios. En torno a
vienda se torna cada vez más, problemática en el inte- la regularización se ha dado un juego de intereses
rior del Distrito Federal y se concentra mayoritaria- sutiles, pero importantes, que sirven para respaldo de
mente en los municipios conurbanos del Estado de las autoridades tradicionales y, en no pocos casos, para

Finalmente, cabe evidenciar que la legalidad se ha


México. enriquecimiento de algunos.
En efecto, la legalidad de la tenencia tiene implica-
asociado esencialmente con la tenencia del predio,
sin considerar los actos legales que implica la cons-
ciones relevantes para el resto del proceso de produc-

trucción en sí. De suerte que, en la mayoría de los


ción de la vivienda, ya que abre la puerta a un control

casos de gestión individual de la producción de la


mayor de la edificación que exigirá la participación de
los especialistas (arquitectos, etc.), la obligación de

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vivienda, la legalidad es ficticia, ya que es sólo parcial Empecemos por el análisis de la fuerza de trabajo
(el suelo) y temporal, al darse frecuentemente traspa- directa del usuario: ésta tiene un papel significativo en
sos privados sin registros. la accesibilidad de las clases populares a la vivienda,
Como consecuencia de lo anterior, se evidencia que ya que es una forma de desmonetarizar la producción
el Estado puede ser calificado de Sísifo de la regulari- de la misma. Por desmonetarizar entendemos el he-
zación al no reconocer los mecanismos objetivos en los cho de que un proceso no esté sometido a un inter-
traspasos y la edificación que rigen la producción indi- cambio , q ue obedezca a la mediación del dinero. Al
vidual de la vivienda por el sector informal. autocor struir, es decir, edificar directamente, el usua-
La forma en que esta actuación del Estado desem- rio no disminuye el valor de la vivienda, sino que
boca en trabas y no en apoyo a las clases populares evita que una parte del valor tenga que ser generado
es una cuestión medular que debe ser tratada con por fuerza de trabajo externa a su núcleo familiar y,
más detalle en otro contexto, por sus considerables por tanto, tenga que ser retribuida con dinero.
implicaciones en las políticas de desarrollo. El abaratamiento
de la vivienda por la autoconstrucción es, entonces, un falso concepto que deforma
La fuerza de trabajo y la las políticas de vivienda. Lo que sí es cierto es que, al
autoconstrucción participar directamente, el usuario genera valor para
l a producción de su vivienda mediante la aplicación
Dentro del conjunto de actividades que realiza el usua- de su propia fuerza de trabajo que en muchos casos
rio para producir su vivienda, la edificación directa es no podría vender en el mercado correspondiente.
un elemento central para calificar al proceso como Lo anterior lleva a contemplar que dentro de la
autoconstrucción. racionalidad económica del usuario, la aplicación de
Se ha tendido a considerar que la edificación direc- su propia fuerza de trabajo en la vivienda, sólo es
ta es el factor determinante en la producción de la j ustificable si no tiene la alternativa de vender su fuer-
vivienda de las clases populares, motivo por el cual el za de trabajo en condiciones mejores que el costo de
Estado ha tratado de impulsar la autoconstrucción. la fuerza de trabajo que contrataría para sustituirlo en
Sin embargo, un examen más minucioso de los estu- l os procesos de trabajo que deje de realizar directa-
dios de caso nos demuestra que la participación direc- mente.
ta en la construcción es un fenómeno significativo y La existencia de condiciones adecuadas para ven-
probablemente mayoritario, pero no exclusivo, por lo der su fuerza de trabajo al exterior puede presentar-
que no hay que descartar otras modalidades como la se en muchos casos, de tal suerte que un porcentaje
contratación de trabajadores especial izados. i mportante de la producción de la vivienda por ges-

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tión individual implica la contratación de fuerza de
trabajo externa, proceso al que regresaremos poste-
riormente.
En lo que se refiere a la autoconstrucción propia-
mente dicha, se ha observado que los procesos de
trabajo en que se aplican los interesados son general-
mente los más elementales, en aquellos en que el
nivel de capacitación requerido es menor: tal es el
caso de la preparación del sitio y la obra negra, así
como ciertos acabados.
La fuerza de trabajo es, según los casos, una com-
binación de la participación del jefe de familia, cón-
yuge e hijos, en ocasiones con apoyo de parientes,
amigos y vecinos. El mito del carácter colectivo de la
autoconstrucción es evidente: la observación empíri-
ca tiende a demostrar que la autoconstrucción se re-
fiere, antes que nada, a la familia nuclear, y sólo en
pocos casos se extiende a apoyos exteriores.
La contratación de fuerza de trabajo externa no sólo
obedece al uso alterno de la fuerza de trabajo familiar,
sino también al grado de complejidad tecnológica del
producto a realizar. Las observaciones empíricas pue-
den llevar a interpretaciones erróneas, ya que el proce-
so de producción de la vivienda por autoconstrucción

puede llevarse a cabo en el mediano plazo. En consecuencia, la contratación de fuerza de trabajo especiali- turales clasemedieros: se definen espacios bastante
zada para la plomería, por ejemplo, puede darse mucho pobres que no se adecúan a las necesidades sentidas
después de que la familia haya realizado la obra negra de la familia, pero que cumplen con funciones socia-
por autoconstrucción. les importantes, entre las cuales la de status es pre-
Una observación importante es que la gestión i ndi- ponderante. Es el caso de la sala, espacio que en for-
vidual con contratación externa puede implicar de- ma generalizada no se usa, pero cuya presencia es el
rramas monetarias considerables en la economía in- reflejo inequívoco de la posición de la familia; a mane-
formal, al multiplicarse operaciones hormiga de con- ra de hipótesis, se puede plantear que la diferencia-
tratación y pago de fuerza de trabajo. Sin embargo, ción de los espacios en la vivienda autoconstruida está
se ha constatado también que una parte de la remu- muy relacionada con la voluntad de la familia de usar
neración de la fuerza de trabajo responde a mecanis- ciertas habitaciones como fachada, como imagen ha-
mos informales, como el pago en especie, el trueque cia la calle.
de fuerza de trabajo, entre otros. Su cuantificación es Otro asunto de interés es la tendencia generaliza-
obviamente imposible. da a construir con techo plano y preparando la cons-
Finalmente, cabe recalcar que dado el hecho de trucción para un segundo piso. Esto obedece a que
que la gestión individual es del 70 al 80% de la pro- los autoconstructores no determinan en forma nítida
ducción total de la vivienda en el AMCM , un porcenta- su proyecto definitivo, ni tampoco lo plasman en pla-
je muy importante de la PEA tiene algunos conoci- nos. De tal suerte, el carácter evolutivo (progresivo)
mientos -por parciales y difusos que sean- del pro- de la vivienda está siempre presente y ésta se podrá
ceso de construcción y también del manejo de una adaptar a las necesidades cambiantes de la familia
obra. nuclear (aumento del número de hijos) o a la perma-
nencia en la casa de nuevos núcleos familiares (hijos

En la misma línea, se observa con frecuencia que


Diseño y conceptualización de la casados, parientes).

siempre está latente la posibilidad de adecuar la casa a


vivienda

un uso comercial. De suerte que la fachada puede ser


remodelada para integrar un expendio de bebidas o
En términos generales se ha observado que la conceptualización de la vivienda por los usuarios obede-

de alimentos; un cuarto puede ser convertido en ta-


ller u otro uso. Por ello, la vivienda en el sector infor-
ce a patrones impuestos por el modelo social domi-

mal no puede ser considerada exclusivamente como


nante y transmitido por diversas formas de difusión y

un lugar de reproducción de la fuerza de trabajo, sino


aprendizaje.

que es también -quizás no en forma permanente-


Los espacios diseñados por los autoconstructores
responden a modelos impuestos por los patrones cul-

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una pieza central en el conjunto de elementos que un problema de costo absoluto (precio de venta) si-
tiene a disposición la población para su subsistencia. no el que el autoconstructor, no suele estar en la
En este sentido, el querer controlar el uso del suelo posibilidad de reunir la cantidad necesaria para usar
en forma rígida, buscando la separación de la función procesos de nivel de sofisticación intermedia.
residencial de otras actividades económicas principal- Asimismo, el tema de la información es primordial.
mente talleres y pequeños comercios, es negativo para La difusión de nuevas técnicas -aun a precios accesi-
la población del sector informal. En efecto, la vivienda
debe ser considerada también como elemento o factor bles- no se hace generalmente para autoconstructores, sino para especialistas de la rama de la construc-
de producción y no sólo factor de consumo. ción. En tanto, los primeros siguen recurriendo a la
Finalmente, cabe observar que la conceptualización tecnología que conocían o a la cual se pueden acercar
de la vivienda que tienen los autoconstructores no sus posibilidades, las técnicas tradicionales.
responde a las representaciones gráficas que de ella se
hacen los grupos de mayores ingresos. Así, la conceptualización obedece a representaciones mentales ínti- Con lo anterior está el entorno social del autoconstructor, que por lo general cuenta con un gran número
de personas que han trabajado alguna vez en la cons-
mamente ligadas con el posicionamiento directo en el trucción. El entorno construido es, en sí mismo, una
predio de las diversas habitaciones que componen la fuente de experiencias tecnológicas; guiado por la ex-
casa. Por lo tanto, las ampliaciones que se dan poste- periencia individual y colectiva, ajeno a los canales de
riormente están limitadas por la conceptualización del comunicación para profesionales de la construcción, el
núcleo inicial, sin que forzosamente haya existido una autoconstructor reconstruye su propio aprendizaje tec-
previsión explícita para ubicar las nuevas habitacio- nológico y asegura la selección de los métodos cons-
nes, garantizar una adecuada ventilación y demás. tructivos adecuados a su realidad.
En efecto, aun con una información adecuada ca-
paz de vencer la inercia del ejemplo del entorno cons-
truido y social, es obvio que la mayor parte de las
técnicas prefabricadas de corte industrial no se adecúan a la demanda del autoconstructor, modulada por

un diseño y una conceptualización de la vivienda muy


apegada al sitio, pero que no sigue un patrón de ra-
cionalización como pudiera ser el uso de medidas es-
tándares (construcción modulada). La existencia de
cuartos irregulares y el mismo carácter progresivo de
l a vivienda inhiben, por ejemplo, la posibilidad de
usar viguetas prefabricadas para techos.
Limitados en el uso de tecnologías innovadoras, los
autoconstructores tenderán a abastecerse de materia-
les tradicionales:
Una forma es el reciclaje de materiales de desper-
dicio de la economía informal. La recuperación de
varillas, ladrillos, ventanas, etc., de los escombros de
edificios destruidos por los sismos de 1985, se evi-
denció en los meses posteriores a los mismos; sin
embargo, el reciclaje es una práctica común.
Cabe recalcar que el reciclaje no lo es exclusiva-
mente de materiales de construcción de segunda ma-
Materiales y tecnología no, sino también de desechos industriales aprovecha-
bles en obra, como cartones y madera de embalaje.
Los materiales usados en la vivienda autoconstruida Existe un mercado importante de materiales con-
dependen íntimamente de la disponibilidad tecnoló- siderados como —precarios - , como las cajas de cartón
gica, la cual está condicionada por una serie de facto- con chapopote que no aparecen generalmente en
res que revisaremos a continuación. obras del sector formal. Este mercado, ubicado prin-
En primer lugar está la accesibilidad económica. cipalmente en colonias populares, se combina con el
Aunque en los últimos años se hayan hecho avances de materiales tradicionales, vendidos al menudeo, co-
sustanciales en cuanto a la industrialización de cier- mo ladrillos, varilla (vendida por pieza) o cemento
tos componentes, como la producción de ventanas, (por kilo).
los muros húmedos, las viguetas de techos, y otros. El intermediarismo y la falta de competencia real
El costo de estos elementos los hace poco asequibles (los autoconstructores no pueden desplazarse a grandes distancias para comprar materiales al menudeo)
para familias de bajos ingresos. No es exclusivamente

65
provocan un encarecimiento sustancial de los mate- dos, de materiales de construcción, etc., son prácticas
riales de construcción. comunes.
Se establece así un patrón de consumo muy específi- La venta de bienes inmuebles (otro lote por ejem-
co de materiales por parte del autoconstructor que plo) y aun de bienes muebles y enseres domésticos
requiere más de una profusión de pequeños nego- previamente reunidos, es también una práctica difun-
cios, que de la distribución a gran escala que permiti- dida en las clases populares en aras de conseguir una
ría el volumen tan grande de construcción que tiene vivienda. Es oportuno subrayar que se ha creado to-
lugar en las colonias populares. do un mito sobre la mala gestión del dinero por las
clases populares, por el hecho de verse casas modes-
El financiamiento tas con buenos aparatos eléctricos o muebles. Si bien
no cabe duda de que este argumento tiene parte de
La obtención de recursos para la construcción es uno verdad al evidenciar la tendencia a realizar gastos in-
de los elementos fundamentales de la estrategia de necesarios pero de prestigio (lo que no es sólo acti-
autogestión que ejerce la familia. El análisis tradicional tud de las clases populares), también es cierto que
de la capacidad de pago familiar es, tal vez, una de las los bienes muebles y enseres domésticos constituyen
técnicas más estáticas y alejadas de la realidad aplicada un capital acumulado con gran facilidad de realiza-
a la vivienda de las mayorías. Según este enfoque, se ción monetaria en caso de emergencias que afectan a
calcula la capacidad de pago en función de los ingresas la familia, como una enfermedad, la pérdida del em-
familiares actuales, restándoles los gastos que pudiéra- pleo, etcétera. La venta de esos bienes es una táctica
mos llamar de "operación", en realidad, de reproducción básica de la fuerza de trabajo (alimentación, vesti- frecuente que permite a las clases populares conse-
guir en forma rápida los recursos necesarios para la
do, salud), para obtener como remanente un monto fijo construcción.
mensual que la familia es susceptible de aplicar a un Finalmente, se señalarán los casos menos frecuen-
gasto de inversión, su vivienda. tes de préstamos interpersonales y de donaciones de
Este enfoque tradicionalmente aplicado por los or- materiales.
ganismos oficiales de vivienda es desmentido por la Todos estos factores demuestran que el autogestor
realidad que resulta ser mucho más compleja y rica de la vivienda ejerce una función particularmente dificid por su condición económica propia y por la situa-
que el modelo.
El financiamiento para la vivienda surge de una com- ción del país: la de buscador de fondos. Aunque no se
binación de fuentes de recursos que el autogestor dosifica en función de su situación propia: usen las técnicas de la disciplina, está claro que el
autogestor realiza alguna suerte de planeciófr,
El ahorro sobre los ingresos normales es cada vez a la escala modesta de su problema, que le
, permite lidiar con la inflación y con el factor "t", el
más difícil por la crisis, al no incrementarse los Ingresos al ritmo de la inflación; se logra, sin embargo, tiempo.
mediante la participación activa de la mujer, que ocu- Por ello es común que los materiales se acumulen
pa un lugar preponderante en el funcionamiento y el frente a casas precarias; es una de las formas de ven-
control de la economía familiar.
La realización de tareas más allá de la jornada la-
boral para las que se trabaja, habitualmente, en el
núcleo familiar. Otra vez la crisis golpea severamente
esta posibilidad, sobre todo para los asalariados, que
en algunos casos ven reducida su jornada de trabajo
o se ven sometidos a paros intermitentes (caso de los
trabajadores textiles, por ejemplo). Sin embargo, a
las limitaciones de la economía formal se contrapone
la expansión sin precedente del sector informal que
ofrece perspectivas nuevas de empleo.
La incorporación al trabajo de otros miembros de
la familia (mujer, hijos, otros parientes) Esta modali-
dad puede provocar variaciones muy sensibles en los
recursos disponibles para la construcción, si no im-
plica un incremento de los otros gastos.
El apoyo de la familia extensa (hijos casados, pa-
dres, etc.). El cálculo de la capacidad de pago sobre
el ingreso familiar, subestima la capacidad de apoyo
mutuo que está presente en forma muy amplia en las
clases populares. La aportación de recursos ahorra-

66
cer el problema del costo total de la vivienda, diluyen- conexiones ilegales (diablitos) y por la escasa reti-
do diversas operaciones en plazos a veces muy largos. cencia de la Comisión Federal de Electricidad a co-
En algunos casos, la compra de la mayor parte de los nectar viviendas ubicadas en zonas no regularizadas.
materiales es previa a la construcción, ya que la familia La obtención del agua es uno de los elementos más
entera está dedicada a trabajos complementarios; en conflictivos, ya que la conexión pasa por un proceso
otros, los procesos de compra y construcción son pa- colectivo de negociación frente a las autoridades. El
ralelos. agua y el acceso al drenaje son usados por líderes y
Puede discutirse si los mecanismos anteriores enca- autoridades como formas de presión para lograr que los
recen o abaratan la vivienda. En términos generales, colonos acepten ciertos comportamientos políticos, co-
parece haber consenso en que la forma en que se mo votar por el partido dominante; pero más allá de la
financia la vivienda directamente por el autogestor im- cooptación, el agua es un "negocio redondo", ya que,
plica erogaciones mayores. Sin embargo, y eso es lo mientras no se surte por la red, abre la posibilidad de
importante, el autogestor es totalmente incapaz de su- venderla por pipas. En este negocio suelen estar invo-
perar los mecanismos formales de financiamiento, de l ucrados, a nivel personal, autoridades locales, líderes
manera que la planeación financiera que realiza, por sindicales y de colonias, así como, a veces directamente,
costoso que resulte reunir los recursos, es actualmen- l os partidos.
te la única forma realista de acceder a una vivienda. Además, una vez lograda la conexión, ésta es objeto
de un cobro relativamente elevado, en comparación
El acceso a los servicios con lo que se exige en colonias "regulares".

Ya se insistió en que la vivienda no es un bien exclu- La relación con el mercado


sivamente limitado a la construcción. Particularmente
el suelo y el acceso a los servicios forman parte de El proceso de regularización y la conexión con los
las cualidades del producto como valor de uso para servicios incrementan sustancialmente el valor de uso
los ocupantes, así como la ubicación del bien. de la vivienda, pero también su valor de cambio.
El acceso a los servicios es un factor decisivo del Es generalmente aceptado el concepto de que la
valor de uso de la vivienda e implica la interacción vivienda es un bien duradero destinado a satisfacer las
entre usuarios y el resto de la sociedad para lograr necesidades de habitación en el largo plazo; conse-
l as conexiones. La conexión con la red eléctrica es cuentemente, se le asigna a la propiedad de la vivien-
relativamente sencilla, por la posibilidad de realizar da un valor de uso muy elevado y se le considera,
hasta cierto punto, como un bien fuera de mercado.
Topalov señala al respecto que "La propiedad de la
vivienda por el ocupante transforma12a ésta en simple
valor de uso, le impide ser capital". En otros térmi-
nos, no se reconoce el hecho de que la vivienda, al
igual que los bienes muebles de la familia, son valores
de cambio susceptibles de ser colocados en el merca-
do si la necesidad se hace sentir.
Las circunstancias particulares de cada familia son
l as que determinarán si conserva la vivienda o la ven-
de: la pérdida del trabajo principal, una enfermedad
grave, son factores que obligan a la familia a prescin-
dir de la vivienda autoconstruida. Asimismo, la posi-
bilidad de realizar una operación inmobiliaria lucrati-
va puede también impulsar a realizar la venta.
La cesión de la vivienda se hace, en la mayoría de
l os casos, fuera de los mecanismos formales que im-
plican, entre otros factores, el paso por notario, el
avalúo, inscripción en el registro público de la propie-
dad; esto se debe tanto a la irregularidad que prevale-
ce generalmente, como al costo que implican los trá-
mites, tanto monetario como de tiempo.
Al transferir la vivienda, la familia puede realizar
una operación económica interesante, logrando co-
brar una proporción sustancial de la renta del suelo,
aún si no tiene la propiedad legal del predio. Sin em-
bargo, debe evitarse calificar este proceso como una

67
especulación, ya que en la obtención de un nuevo Elementos de síntesis sobre
lote la familia se encuentra en la obligación de trans- la gestión individual de la
ferir la mayor parte a otros. Topalov lo señala en es- producción de la vivienda
tos términos: "La renta transferida a los propietarios
ocupantes va a ser utilizada para volver a comprar La gestión individual de la producción de la vivienda
una vivienda, va a alimentar al mercado inmobiliario es la forma predominante en el conjunto de países
t3
urbano". subdesarrollados, y la ciudad de México no es excep-
ción: se puede estimar que el 70 u 80% del total de
viviendas responde a esta modalidad.
La vivienda debe ser analizada no sólo como pro-
ducto material sino como el resultado de una pro-
ducción social amplia en la que el valor resultante
i mplica el encadenamiento de numerosas etapas par-
ciales de producción; en el proceso de gestión indivi-
dual, el ocupante de la vivienda tiene un papel deter-
minante que rebasa ampliamente el sólo proceso de
autoconstruir.
Por ello se habla de autogestión del proceso de
producción de la vivienda, en el curso del cual el

usuario desempeña actividades múltiples y encadenadas, que en la vivienda formal son realizadas por di-
versos agentes (arquitecto, ingeniero, etcétera).
En el proceso de gestió n individual, el actor cen-
tral define y modula la participación de otros agentes
que lo apoyan en la edificación y el financiamiento,
entre otros.
Aunque el proceso se deriva principalmente de la
economía informal, es obvio que la articulación for-
mal-informal es permanente, tanto en la compra de
materiales, por ejemplo, como en la necesidad de ne-
gociar con las autoridades la prioridad de tener acce-
so a los servicios urbanos básicos.
La lógica de articulación entre sector formal e in-
formal plantea generalmente un sobrecosto económi-
co y social importante que debe asumir el autogestor
de la vivienda.
Es también necesario realizar estudios muy detalla-
dos acerca de los mecanismos de producción de la
vivienda y de las motivaciones de participación del
usuario en ciertas operaciones (como la venta de su
bien, entre otros) para entender adecuadamente el
funcionamiento de la producción de la vivienda en la
economía informal.

El Estado y la producción
de vivienda
por autoconstrucción

En esta tercera parte del trabajo se hará referencia a


la participación del Estado con relación al proceso de
producción de vivienda por autoconstrucción, divi-
diéndola en tres incisos: la autoconstrucción en los
planes y programas del Estado (nivel discursivo); la
producción de programas de autoconstrucción por el
Estado (realizaciones); el Estado frente a la gestión
individual.

68
La autoconstrucción en los responsabilidad de proveer los servicios colectivos en
zonas urbanas, mientras puede argüir la dispersión de
planes y programas de vivienda
l a población para no hacerse cargo de tal obligación en
El Estado ha intensificado desde los setenta su partici- zonas rurales.
pación en la producción de vivienda y en la definición Por otra parte, el Estado asume la necesidad de
de mecanismos y políticas al respecto. No cabe aquí participar en el proceso, mediante promoción directa o
rehacer la historia de su intervención 15 sino de eviden- mecanismos indirectos que apoyen el proceso de auto-
ciar que progresivamente la "autoconstrucción" ha em- construcción. El Programa Nacional de Vivienda de
pezado a ocupar un lugar importante en las preocupa- 1980 contemplaba ya un programa de apoyo a la auto-
ciones sobre vivienda del Estado. construcción. "El objeto del Programa de Apoyo a la
En la planeación, que como discurso antes que mé- Autoconstrucción es que el sector público incida tanto
todo se ha difundido ampliamente en el sector públi- en la producción como en el bienestar, racionalizando
co, se hace hincapié en la necesidad de desarrollar la aplicación de recursos y maximizando su efecto mul-
programas de vivienda progresiva para las mayorías. tiplicador, en programas de mayor alcance social que
En la versión de febrero de 1984 del Programa Na- permitan alcanzar niveles mínimos de bienestar para
cional de Vivienda emitido por la Sedue, se plantea toda la población; plantea la integración de los recursos
que "el Programa... pretende ser un proceso perma- financieros y los recursos sociales dirigidos a vivienda
nente que permitirá a amplios grupos de la pobla- para apoyar el proceso de autoconstrucción del sector
ción, acceder a mejores niveles de vida y consolidar público, integrando los 16 instrumentos reguladores, in-
progresivamente las condiciones de su vivienda. Asi- dustria y de fomento".
mismo en los objetivos del Plan aparece "... apoyar En el Programa Nacional de Desarrollo Urbano y
prioritariamente la vivienda popular progresiva... y... Vivienda 1984-1988 se expresan los planteamientos
la mejora sustancial en la condición y15calidad de vida centrales de esta administración en materia de vivien-
de la población de escasos recursos". da, estableciéndose, entre otros, un lineamiento ge-
El planteamiento de la necesidad de la autocons- neral de política que consiste en "... impulsar los
trucción ha sido constante en los últimos años y reto- programas de producción y mejoramiento de vivien-
ma reiteradamente varios postulados: la imposibilidad da, dando prioridad a la construcción de vivienda de
de garantizar el acceso de las mayorías a una vivienda crecimiento progresivo... ". 17
terminada de tipo interés social; l a necesidad de recu- De hecho, las medidas concretas que propone el
rrir a la participación directa del usuario en la produc- Programa anterior y las versiones anuales del Programa
ción de la vivienda; la obligación del Estado de partici- Nacional de Vivienda, demuestran un doble enfoque no
par en el proceso. asumido claramente: por una parte el de "hacer", pro-
El reconocimiento de límites estructurales al acce- ducir directamente por medio de programas de autoconstrucción, por la otra, implantar una serie de medi-
so a la vivienda, es un "paso ideológico" que no fue
asumido por el Estado desde el inicio de su interven- das que apoyan indirectamente a la autoconstrucción
ción en el problema de la vivienda. Planteamos que desde la creación de reservas territoriales hasta la crea-
la ideología de la vivienda en México fue muy marca- ción de bancos de materiales.
da por los conceptos de justicia social e igualdad de- En un trabajo de 1981, Ziccardi resumía las acciones
rivados de la Revolución. El admitir la imposibilidad que contemplaba el sector público para la autoconstrucción,
18
de que se cumpla con los postulados revoluciona- detcanoqusmjblcetions
rios, sólo se dio a fines de los setenta, en parte por de acceso a la tierra, la adecuación de un sistema
la embestida de la ideología de la vivienda progresiva financiero adecuado, la producción y distribución de
que se había impuesto en organismos internaciona- materiales, la difusión de tecnología, básicamente. Estas
les: (ONU, Banco Mundial, BID, Cte., como en ciertas "líneas de trabajo" no han variado sensiblemente y el
corrientes académicas (John Turner, entre otros). discurso de hoy repite el de ayer, sin que se haya notado
El segundo postulado es un reconocimiento implíci- un cambio notorio.
to a los "métodos" usados en la economía informal, por En la práctica, la autoconstrucción, como catego-
l as cuales el usuario asume el control de su proceso de ría programática, encubre a una gran gama de accio-
vivienda tanto en su gestión como en la producción nes que incluye programas de cooperación (en traba-
directa. Aquí cabe señalar lo curioso de una actitud del j o y pago de materiales) de los vecinos con las autori-
19
Estado mexicano que se ha aferrado a la producción dades en la realización de obras públicas.
formal de la vivienda, mientras siempre la vivienda El discurso oficial se ha compenetrado de una ideo-
había sido prerrogativa de la población. El reconocer l ogía de autoconstrucción, obligado en parte por la
los "métodos" (la participación directa), no implica que realidad de la crisis, impulsado también por las corrien-
el Estado haya abdicado de su voluntad de legalizar la tes internacional y nacional, pero sin que se fundamen-
producción de la vivienda, por lo menos en zonas te claramente la política que se pretendía seguir. Por
urbanas. Esto se debe a que, por otra parte, asumió la este motivo, el discurso (y la práctica) consiste en una

69
serie de planteamientos desconectados cuyo impacto En los escasos programas de autoconstrucción que se
real en la satisfacción de las necesidades de vivienda de han realizado directamente por parte del Estado se
l as mayorías no está claramente calibrado. observan algunas constantes en su intervención:
Sobrevalora la construcción directa por el usuario,
La autoconstrucción como como panacea para disminuir los costos.
práctica del Estado Uniforma prototipos arquitectónicos con escasa par-
ticipación de los usuarios en la definición de sus espa-
La importancia otorgada a la autoconstrucción en el cios. Predetermina, asimismo, la forma en que se harán
discurso no se ha acompañado de un esfuerzo para- ampliaciones posteriores.
lelo en la producción. Financia el proceso de autoconstrucción con vistas
Reunir las estadísticas ha sido tarea imposible, al no a que la vivienda se convierta en un bien patrimonial
existir una clara identificación en el discurso de lo que de la familia, precisando cláusulas contractuales que
realmente forma parte de la autoconstrucción. Algu- impiden vender en un plazo determinado.
nos indicadores recopilados en instituciones y fuentes El proceso de producción está, por lo general, li-
académicas apoyan la hipótesis de que la autocons- gado a mecanismos de cooptación política de la po-
trucción no ha sido claramente apoyada en el AMCM. 20 blación, sea para fines partidistas, sea indirectamente,
En el caso de Fonhapo, de 1983 a fines de 1986, sólo mediante el refuerzo para organismos reconocidos y
se pudieron identificar seis créditos clasificables como avalados por el sistema.
de apoyo a la vivienda progresiva; tres consisten en Se cobra generalmente un precio subsidiado, ya que
parques de materiales en Netzahualcoyótl (dos) e Izta- los gastos administrativos no son cubiertos por los
palapa. Uno de vivienda mejorada en Chiconautla, con acreditados. Estos gastos resultan generalmente eleva-
3201 familias beneficiadas, otro de l a misma categoría dos, por el burocratismo, y se elevan aún más en la
en la Colonia Viaducto Piedad del Distrito Federal, con
23 acciones; y, finalmente, un crédito importante para medida en que se busque implantar una autoconstrucción colectiva (ayuda mutua) que obliga a fuertes ero-
Ecatepec en vivienda progresiva de 1741 acciones, con- gaciones en programas de apoyo a la organización y a
tratado en 1984. 21 Obvio es que esta cantidad de accio- la sensibilización para la construcción colectiva ("Pro-
nes es mínima si se compara con cl conjunto de vivienda gramas de desarrollo de la comunidad").
producida por el propio Fonhapo. En términos generales, no construye mucho más
Ziccardi 22 e Iracheta 23 confirman que en el Estado de rápido que los autoconstructores en el proceso de
México se han realizado programas importantes de gestión individual.
vivienda progresiva, tanto por Indeco como por Auris, En la mayoría de los casos, se da -como en la
Schteingart pudo identificar ocho constructoras públi- vivienda terminada- un proceso de nueva irregulari-
cas que actuaban en la zona metropolitana, cinco que dad progresiva, tanto por transferencias no declara-
operaban a nivel nacional (Infonavit, Fovissste, Indeco, das de propiedad, construcción de otras vivienda s en
Banopsa~ Fovi) y tres a nivel local (DGHP-CODEUR , AURIS el lote, ampliaciones fuera de proyecto, etcétera.
y ODEM) .
Todas las investigaciones realizadas son consistentes El Estado y la gestión individual
en reconocer que la mayor parte de las instituciones han
actuado esencialmente en la línea de producción de La actitud discursiva frente a la gestión individual de
vivienda terminada, evidenciando, además, que no se la autoconstrucción consiste, en lo medular, en plantear apoyarla con una serie de medidas, tales como la
puede hacer un corte tajante entre las actuaciones del
sector público y del privado. 25 puesta a disposición de tierra a bajo costo, la crea-
Esta baja producción obedece a varios factores: ción de parques de materiales, y otras.
La inercia de los organismos de vivienda creados a Sin embargo, la práctica cotidiana demuestra que
inicios de los años 70, que no se han adecuado a la el Estado tiende a obstaculizar el proceso de gestión
"nueva estrategia". i ndividual:
Sobrevaloriza la autoconstrucción colectiva, que es
La ausencia de un concepto claro de autoconstrucción que impide la puesta en marcha de los progra- la más fácil de cooptar políticamente.
mas. Al regularizar la tenencia de la tierra quita, por lo
El rechazo de la vivienda progresiva por parte de menos temporalmente, a la vivienda, de la economía
los sindicatos que apoyan prioritariamente a los orga- informal, y la sujeta a pagos múltiples, como predial,
nismos y programas donde tienen injerencia (Infonavit, Fovissste). ¡MSS, Infonavit, licencia de construcción, etc., que en-
carecen, y por tanto limitan, el proceso de produc-

La mayor contradicción, en nuestra opinión, surge


La irregularidad permanente de l a tenencia de l a ción progresiva por gestión individual.

del hecho de que, por una parte, el Estado se ve obli-


tierra y la ausencia de otra opción ideológica frente al
planteamiento de la "legalidad de la tenencia a cual-
quier precio". gado a promover la vivienda para las clases populares,

70
para evitar problemas sociales graves y que, por la generalmente de varios pisos: los programas de autoconstrucción, hasta la fecha, se han centrado en vi-
otra, su aval al sistema de producción capitalista y
particularmente a su legalidad -entre ellas la de la vienda unifamiliar de dos niveles como máximo . La
propiedad, pilar de la ideología capitalista- lo impul- escasa experiencia en este caso explica el por qué se
sa a tomar medidas opuestas al desarrollo de la pro- prefirió recurrir a empresas con el conocimiento tec-
ducción individual que no se adapta al modelo legal nológico y organizativo necesario.
que defiende el Estado. la organización colectiva que surge con la autoconstrucción por ayuda mutua, deja rasgos perdura-
De tal manera, no existe realmente el paquete de
medidas de apoyo que sugieren los planes, a excep- bles en la solidaridad vecinal y, por lo tanto, en su
ción de algunos parques de materiales que el Estado combatividad. Esto no parece ser un objetivo anhela-
es además reticente en crear, por temor a que los do por el Estado.
precios más bajos generen especulación. Los contados casos en los que se ha logrado una
Al establecer un modelo cuyo eje es la propiedad autoconstrucción demuestran haber reducido los cos-
legal, el Estado impide el crecimiento sano de la pro- tos de la vivienda por la aportación de fuerza de traba-
ducción de vivienda del sector informal y lo empuja jo. En la mayoría de los casos se trata de grupos fuer-
hacia una marginación cada vez mayor del sistema temente cohesionados y ampliamente apoyados por
formal. Si bien esta situación es propicia para la pre- grupos de profesionistas, lo cual era prácticamente
sión política y ofrece ventajas evidentes para algunos, imposible encontrar para el conjunto de las necesida-
en términos generales es contradictoria y conflictiva des de reconstrucción.
para el conjunto del sistema. La vía seguida en la reconstrucción tiende a demos-
Esta traba que impone el Estado es el elemento trar que la autoconstrucción masiva con apoyo del
central que limita el saneamiento de la producción Estado no es la que se piensa seguir en los próximos
de la vivienda del sector informal: "Bajo las condicio- años, tanto por sus dificultades sociales y técnicas,
nes económicas y jurídicas actuales, la urbanización como por las implicaciones políticas mismas de la mo-
popular no puede darse sino al margen de la ley, vilización social que provocarían programas masivos.
salvo cuando interviene el Estado en la conducción
misma del proceso, lo que26 no se ha producido hasta
ahora en forma masiva".

La autoconstrucción en la
reconstrucción de la Ciudad de México
Finalmente, se hará una breve mención a la recons-
trucción de la Ciudad de México después de los sis-
mos de 1985.
La reconstrucción ha constituido un reto sin pre-
cedente a la capacidad de la población y del Estado
para enfrentar un problema emergente de vivienda.
La autoconstrucción, como forma de producción
mayoritaria en el conjunto del área metropolitana, hu-
biera podido plantearse como método generalizado
para el programa. No se logró así, salvo en algunos
casos aislados de grupos organizados, como Campa-
mentos Unidos de la Colonia Guerrero, que tuvieron
éxito en la implantación de programas de autoconstrucción.

Los argumentos que se pueden adelantar para tal


situación son varios:
La reconstrucción tenía que hacerse en plazos muy
cortos. El uso generalizado de programas de autoconstrucción hubiera retrasado la acción.

La autoconstrucción exige, en cl caso tratado, una


conciencia solidaria muy amplia. Es innegable que és-
ta se dio en forma masiva para la ayuda mutua inme-
diata en el rescate. Resulta difícil lograr esta concien-
cia para la construcción posterior.
El tipo de vivienda que había que reconstruir, fue

71
Conclusiones y propuestas
preliminares

La producción de la vivienda en el Area Metropolita-


na de la Ciudad de México se ha dado en su mayoría
por medio de la gestión individual, en la que la auto-
construcción es sólo un eslabón del encadenamiento
de actividades que realiza el futuro ocupante.
Este proceso, generalmente calificado como de "autoconstrucción", es mucho más generalizado en las

áreas periféricas, tanto municipios conurbados como


delegaciones rurales, que en el resto del Distrito Fede-
ral, donde los controles aplicados por las autoridades
restringen la posibilidad de ejercerla. las limitaciones
a esta actividad son, en efecto, mucho más estrictas en
el Distrito Federal, que ha precisado desde hace déca-
das los instrumentos legales para el control del uso
del suelo y de las edificaciones; además, sus autorida-
des, al manejarse aún con un centralismo fuerte y
técnicas más evolucionarlas , son capaces de ejercer un
control más férreo de que lo que se puede dar en el
Estado de México.
La gestión individual de la vivienda que tiene lugar
en la periferia es un proceso complejo que involucra a
toda la familia y requiere su movilización permanente
en el curso del proceso, no sólo para edificar, sino
también para conseguir los recursos, entre otros. dual del suelo, conllevan a que el balance de la actua-
Las 70 a 80 000 unidades de vivienda por año que ción del Estado, hasta hoy, demuestre más limitaciones
surgen de esta forma de producción son altamente a la autoconstrucción que apoyo real.
significativas para la economía urbana; la derrama eco- Las soluciones no son evidentes, pero no cabe du-
nómica a través del pago de salarios a fuerza de trabajo da de que deben pasar por un reconocimiento implí-
contratada y la compra de materiales constituyen una cito (en las acciones) y explícito (en el discurso) de la
aportación sensible a la economía, que podemos esti- capacidad de la sociedad civil para enfrentar el proble-
mar del orden de 20 000 millones de pesos. Esta derra- ma de la vivienda y la incapacidad comprobada del
ma económica se distribuye entre los sectores formal e Estado para sustituirla en la tarea.
informal, en relación con algunos de los mecanismos la penetración mayor del Estado en la producción
específicos de la producción de este tipo de vivienda directa de la vivienda no puede más que generar errores
que hemos esbozado. y rumbos equivocados, si se enfoca a la edificación.
Por otra parte, el proceso de gestión individual per- La estrategia principal que se sugiere es partir de
mite un mayor control de los ocupantes sobre su entor- dos elementos esenciales: el reconocimiento de que
no construido, aunque éste no tenga necesariamente la producción de la vivienda es un proceso complejo
las condiciones adecuadas de habitabilidad. Es una que integra eslabones, todos importantes, por lo que
manifestación de la capacidad real de la población para l as medidas no podrán ser ni parciales ni aisla das; en
tomar en sus manos la producción de espacio y consti- segundo lugar, reafirmar lo manifestado antes, recal-
tuye una escuela de autogestión importante. cando que la solución pasa por la participación ma-
La participación del Estado en la autoconstrucción yoritaria de la sociedad civil con el apoyo del Estado
se ha enfrentado con la reticencia de los grupos or- y no sustituida por éste.
ganizados, como los sindicatos, que tienden a identi- Las formas de articulación entre sociedad civil y
ficarse más con el modelo de vivienda terminada. Estado son múltiples y complejas y deberán ser
Por otra parte, el discurso oficial, aparentemente añdiselaluzdeunareconceptualizacióndelapro-
muy comprometido políticamente con las necesidades ducción social de la vivienda y, en todo caso, deben
de las mayorías, no se ha articulado debidamente con pasar por la reducción de las trabas a la producción
programas masivos, capaces de adelantar en la solución por gestión individual (o colectiva), por la formación
72
de la demanda de vivienda del AMCM. Además, las polí- de condiciones más favorables (precios de los materia-
ticas restrictivas de los créditos, entre otros, ligadas al les por ejemplo) y también por la ayuda a una eclosión autogestionaria.
aferramiento a la figura de la propiedad privada indivi-

72
Copiwi. Investigación sobre vivienda Il; La producción de vivienda
Notas
en la zona Metropolitana de la Ciudad de México, 1977, p. 108.
1. COPEVI: Investigación sobre vivienda IV; El capital en la produc-
Incluye los municipios de Atizapán de Zaragoza, Coacalco, Cuautitlán, Cuautitlán Izcalli, Chalco, Chicoloapan, Chimalhuacán, ción de vivienda, México, 1977.
Ecatepec, Huixquilucan, Iztapalapa, Naucalpan, Netzahualcoyotl, COPLAMAR . Necesidades esenciales en México, Tomo V; Geografía
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Teresina Gutiérrez Haces entre otros; un libro sobre el tema Garza, Gustavo y Martha Schteingart. La acción habitacional del
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