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La pugna entre los Keynesianos y los Monetaristas ... 3
La escuela Keynesiana: los precios y los salarios
inflexibles .................................................................. 4
El enfoque monetarista: la preponderancia del
dinero en la economía ............................................... 7
Aproximaciones entorno a la inflación ................... 10
Teoría de los determinantes del nivel general de los
precios ....................................................................... 11
¿Qué es el salario mínimo? ....................................... 12
El salario en las leyes (Marco jurídico en México) 13
Análisis de la pérdida del salario mínimo en México 16
Brasil y la caída de las premisas neoliberales........ 27
Conclusiones ............................................................. 35
Bibliografía ............................................................... 38
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Introducción
Un aumento salarial en México se manifestado como impensable debido a que, según los
“especialistas”, se generaría una inflación galopante, otrora durante el sexenio de Miguel de
la Madrid (1982-1988). La contención a la inflación ha provocado, desde la
implementación de los gobiernos neoliberales, una reducción del salario mínimo enorme: se
ha reducido en más del 164% de su poder adquisitivo, lo cual, ha generado que las
condiciones laborales sean paupérrimas, además que el consumo sea mínimo o ficticio,
generando que una economía no logre desarrollar un mercado interno consolidado. Por lo
tanto, México se ha establecido a nivel internacional como una economía subdesarrollada
de la cual se han beneficiado capitales nacionales (concentrados) e internacionales.
Además, el crecimiento mexicano a favorecido que las empresas se instalen y manifiestan
seguridad en la economía mexicana. Sin embargo, el crecimiento no ha ido acompañado de
una política salarial que devuelva el poder adquisitivo que le debería de corresponder al
trabajador; el aumento en su jornada laboral y/o trabajar en dos trabajos se han dado como
soluciones a un mercado laboral reprobable, por supuesto, generando problemas sociales
que están marcando alas familias mexicanas. Por otra lado, la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos en su art. 123, fracción VI marca las características de las
mínimas necesidades que debe de abarcar dicho pago para que el trabajador pueda
desarrollarse plenamente (por supuesto incluye a su familia), así mismo la firma de tratados
internacionales, desde 1919, parecen quedar sólo en papel… Entonces, ¿si México ha
crecido porque no aumentar los salarios? ¿será sólo la inflación el factor que deba de
tomarse para elevar los salarios mínimos? ¿realmente el trabajador satisface sus
necesidades con 60. 76 pesos o alguien se beneficia de pagar eso? ¿es viable aumentar los
salarios mínimos? Estas preguntas se desarrollarán en la siguiente investigación, por lo
tanto, el siguiente trabajo se divide en tres partes. Primero se establece el marco teórico del
trabajo, desarrollando las dos escuelas contemporáneas, predominantes, entorno al salario;
así como la medición y tipos de la inflación, por medio, de los precios. Después se
establece la relación entre el salario mínimo y las leyes. Por último se desarrolla la pérdida
del salario mínimo y la viabilidad de aumentarlo. En suma, se concluye en la confirmación,
por todo el análisis, de aumentar el salario mínimo en México.
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La pugna entre los Keynesianos y los Monetaristas
El pensamiento económico contemporáneo se ha basado, prácticamente, en dos
corrientes: por un lado, la Keynesiana y, por el otro, la escuela Monetarista; cada una con
sus diferentes postulados ha intentado dar solución a los problemas más relevantes que se
circunscriben a la economía: desde la regulación del mercado hasta los salarios, han
intentado desarrollar soluciones, sin embargo, no ha habido una conjugación entorno a sus
“grandes postulados”, debido a las grandes diferencias, por lo tanto, se han cuestionado los
modelos económicos que proponen.
Después de la II Guerra Mundial la economía se encontró de una forma catastrófica
debido al crack económico, que sucedió el 29 de octubre de 1929: “el martes negro” para la
economía mundial, la bolsa colapsó, los mercados caían estrepitosamente, un ejército de
desempleados se acumulaba de forma exponencial, la superproducción se instauraba en los
mercados internacionales sin control (Samuelson &Nordhaus, 1988, 172-173, 928): fueron
los factores que provocaron el gran “stock económico”. Por lo tanto, una nueva propuesta
era necesaria para abatir los problemas económicos que se daban en aquel momento y sería
John Maynard Keynes, quien daría una nueva escuela de conocimiento —keynesianos— en
la economía para postular, grosso modo, la intervención del Estado en la actividad
económica: el denominado Modelo del Estado Benefactor.
Por otro lado, después de un gasto público exacerbado así como la limitación de la
laissez-faire (“dejar hacer-dejar pasar”, máxima que rige el pensamiento de la economía
clásica sobre el egoísmo en el mercado y cuestiones políticas: mano invisible) las crisis
económicas comienzan a salir a flote, y se develan las fallas estructurales del
keynesianismo, verbigracia: la crisis del petróleo (Samuelson & Nordhaus, 1988, 386-387,
927), provocando que la, denominada, escuela monetarista retomará postulados de David
Ricardo, David Hume, Adam Smith, etc., por ejemplo, la nula participación el Estado en la
actividad económica sólo como un árbitro. América Latina, en Chile, vivió la llegada de la
escuela monetarista con el golpe de Estado llevado a cabo por Augusto Pinochet a la
presidencia legítima y legal de Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973,
implementando las llamadas “reformas estructurales”: desmantelamiento del Estado,
aumento del capital extranjero privado, libres aranceles, etc.: el denominado Modelo
Neoliberal, y que actualmente rige al mercado mundial.
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Por lo tanto, en las siguientes páginas se abordará las dos posturas, como marco
teórico, para entender los postulados de ambas escuelas económicas, específicamente,
entorno a nuestro objeto de estudio: el salario. Sin el entendimiento de estas escuelas
económicas no se puede entender las políticas económicas que implementa el gobierno
entorno al salario: política fiscal, política de salarios, política inflacionaria, política de
salarios flexibles o rígidos, en la actualidad.
La escuela Keynesiana: los precios y los salarios inflexibles
Keynes, mencionó que era necesaria aumentar la participación del gobierno, en la
actividad económica, es decir, pagarle a la sociedad para que consuman más, por lo tanto,
se produzca más y se reactive la economía. “El consumo es la base de la economía”,
mencionó Keynes; atribuyendo la formula y=C+A: donde C es el consumo y A es el
ahorro, es la famosa función consumo, fundamental para entender el multiplicador: como
máquina que dará una mayor velocidad al crecimiento económico. Además, también,
representó la propensión marginal al consumo: de cada unidad que ingresa, que se
incrementa, que proporción se dedica al consumo.
La forma que propuso Keynes, para que se diera la inserción del Estado, fue a través
de su legítimo derecho a participar en la actividad económica, por medio de medidas y
lineamientos que debía buscar -Estado- la estabilización de la economía por medio de la
política económica fiscal expansiva.
Keynes contradijo la tesis de Say (“toda oferta genera su demanda”) mencionando
que “la oferta no crea, desde luego, su propia demanda; la producción puede alejar de su
nivel potencial durante largos periodos” (Samuelson & Nordhaus, 1997, 812), lo anterior,
representó un golpe directo al pensamiento clásico; que creía que los precios y salarios eran
flexibles, lo que implicaba que el valor total de bienes y servicios, que produciría un
Estado —Oferta Agregada—, se establecían conforme a la oferta y no a la demanda, como
propuso Keynes (como se muestra en la figura 32.2), esto provocó que la curva de OA
fuera positiva, significando que los salarios y los precios eran rígidos, es decir, que los
trabajadores, los sindicatos y las grandes instituciones corporativas no desearían una
reducción a su salario —como proponían los clásicos y después los monetaristas— ; de
modo similar, las empresas oligopólicas y monopólicas no desearían bajar sus precios, ya
que su objetivo es hacer “maximizar beneficios y minimizar costos” (Osorio, 2010, 172).
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Entonces, el resultado
comparando con los clásicos
representa la diferencia entre un
mercado perfecto que
observaron los clásicos y un
mercado imperfecto que observó
Keynes: que actualmente es el
que dominan en todo el mundo:
32.2 empresas monopólicas y
oligopólicas, sindicatos, grupos
de poder que han tomado
decisiones que el Estado per se
debería de tener. Lo anterior, según Keynes, se debía de fomentar por la participación del
Estado para que la demanda agregada aumentara y el Estado pudiese elevar la producción,
por lo tanto, reducir la brecha entre el PIB real y el esperado, es decir, el fortalecimiento del
Estado por encima de cualquier otro poder.
El punto que han mencionado los keynesianos para poder combatir la inflación ha
sido el desarrollo a largo plazo, basado en el aumento de la demanda agregada, por medio
del aumento de la renta del sujeto, un ejemplo de ello sería el aumento salarial. Keynes
llegó a criticar a los economistas clásicos (la critica que se les hará de igual modo a los
economistas monetaristas) por su postura a favor de la inversión no-pública, debido a que
ellos consideraban que el gasto público reducía la inversión en autopistas, fábricas,
maquinaria etc., por parte de los privados (Samuelson & Nordhaus), 1997, 613), y Keynes
utiliza el gasto público para poder aumentar la demanda agregada.
La inflación para los keynesianos representaba un factor económico que “pasa
periódicamente por fases de euforia irracional y fases de depresión” (Samuelson &
Nordhaus, 1997, 613), es decir, la inflación es un factor que estará presente en la economía,
deviene el control gubernamental para regular sus variaciones: por ejemplo, sí se
aumentaban los salarios reales el gobierno podía llevar acabo políticas monetarias y fiscales
que pudiesen regular el mercado.
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Por otro lado, Keynes comentó que al substituir a los trabajadores, en trabajos mal
pagados, más disminuirían los salarios de, por un lado, los desempleados —a pesar de no
tener salario, el posible salario, si llegasen a trabajar, sería menor por la gran masa de
trabajadores—, por otro lado, los salarios per se de los trabajadores (Hansen, 1957, 154),
por ejemplo: si un trabajador “x” gana $1000, y existe una reducción en la demanda global,
bajan los salarios nominales entonces otro desempleado verá disminuido su poder
adquisitivo que probablemente hubiese ganado, a su vez, el trabajador “x” verá reducido su
salario. Entonces, dos serán los factores que, ceteris peribus, afectarán a la reducción de los
salarios de los trabajadores: el desempleo y la reducción de la demanda global. Además,
Keynes habló que para dar un análisis fiable de los salarios debían de tomarse en cuenta
tres factores: “tasa de salarios, gasto globales y ocupación” (Hansen, 1957, 154).
Keynes en su máxima obra Teoría general de la ocupación, el interés, y el dinero
(1936), mencionó las consecuencias que traería consigo la reducción de los salarios
(Hansen, 1957, 155-157):
I. La reducción de la propensión al consumo, es decir, entre menos ingreso
perciba un trabajador menor podrá ahorra y/o consumir;
II. Puede generar, en un sistema abierto, un aumento en la ocupación, y un
aumento en las exportaciones, si es que los otros países no bajan los salarios;
III. Las exportaciones netas serán más baratas, por lo tanto, la ganancia será
mínima o nula;
IV. Si la reducción de salarios da lugar a proyecciones de tasas de salarios más altas
será favorable;
V. Dependerá de las circunstancias políticas;
VI. No es el mismo impacto bajar los salarios de forma tajante a una forma
progresiva, y
VII. Los errores serán subsanados por deuda pública o privada.
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discrepancia entre la demanda de trabajo y la oferta, tanto mayor será la presión y, en
consecuencia, tanto más rápido subirán o bajarán los salarios” (Friedman, 1991,84).
Grosso modo, Fisher y Philips mencionaron la importancia de los salarios en los
costos y precios, y esta parte es muy importante porque Friedman toma como base está
curva para describir la inflación y la tasa natural de desempleo.
Friedman mencionó que el análisis de Philips era falaz entorno a la definición del
eje de Y: Philips ponía a los salarios nominales (tasa de salario en un tiempo dado) y
Friedman los salarios reales (salarios nominales/ precios nominales), basándose en Adam
Smith para contraargumentar a Philips; aunque su ataque directo será siempre hacia los
keynesianos. Por lo tanto, la crítica se centra en el postulado erróneo de los keynesianos
entorno a los cambios esperados en los salarios nominales eran igual a los salarios reales.
En suma la curva de Philips hace alusión a dos postulados, por un lado, la inflación será
alta debido a una gran masa de trabajadores, pero se puede optar por tener una inflación
baja/moderada por medio de la tasa natural de desempleo. (Friedman, 1991, 86-88)
También, mencionó que la inflación sólo era un fenómeno que encontraba su origen en el
aumento más rápido de la cantidad de dinero en circulación, es decir, en una economía
(utilizará la formula de la velocidad del dinero para describir estos efectos) (Samuelson &
Nordhaus, 1991, 614) abierta sí el flujo de dinero aumentaba respecto a un tiempo anterior,
entonces, los precios de los bienes y servicios aumentarían,
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Del pensamiento de los monetaristas se aplicará el modelo económico denominado
“neoliberalismo”, llamado así por la influencia de los clásicos económicos —ligados al
liberalismos económico— y abogaban por la nula participación estatal en la economía y el
laissez faire (dejad hacer-dejad pasar). Este tipo de economía se ha desarrollado por más de
tres décadas en el continente americano (a pesar de las fallas y pocos resultados que ha
traído a más de tanto tiempo).
La esencia de la economía neoliberal se ha basado en tres postulados: “El
crecimiento de la oferta monetaria es el principal determinante sistémico del crecimiento
del PIB” deviene, entonces, la frase célebre de Friedman “lo único que importa es el
dinero” (Samuelson & Nordhaus, 1991, 616). Por lo tanto, las medidas que adopte el
gobierno serán de mayor importancia las de carácter monetario; la regulación del dinero en
circulación se llevará a cabo por medio de políticas económicas que regulen su cantidad en
el mercado, entonces, la política salarial responde, por un lado, a la importancia delos
monetaristas para regular el dinero en circulación, sea de forma expansiva o restrictiva. Por
otro lado, se retomará de los teóricos clásicos el postulado “los salarios y los precios son
relativamente flexibles”, contrario al pensamiento keynesiano y la rigidez de éstos. Por
último, los monetaristas afirman la estabilidad del sector privado, por lo tanto, la
participación en la actividad económica es fundamental para poder obtener estabilidad
económica, según su pensamiento.
Las siguientes gráficas muestran las diferencias entre ambas escuelas económicas
(Samuelson & Nordhaus, 1991, 617):
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Las diferencias, aunque pequeñas, son importantes para tomar una acción
económica debida a que los monetaristas, por ejemplo, se puede percibir (Fig. 36) se
percibe la importancia que le da a la demanda agregada (DA) sólo es afectada por el dinero
(M); por el contrario, la gráfica keynesianas (Fig. 35) menciona que no sólo es el dinero
sino también la producción, la tasa de interés, el gasto público, etc. Por otro lado, la oferta
agregada (OA) en los monetaristas (Fig. 36) se observa su desplazamiento desde la
producción real, esto es por la influencia de la flexibilidad de los precios y salarios que
arguyen; por el contrario, los keynesianos al pensar que los salarios y precios son rígidos la
oferta agregada (Fig. 35) estará más inclinada: deviene que los keynesianos no tengan que
esperar hasta la producción potencial para encontrar un punto de equilibrio.
Aproximaciones entorno a la inflación
La inflación está rectamente relacionada con los salarios y precios, es decir, con los
dos tipos de pensamiento económico que se han revisado anteriormente. Por un lado, los
keynesianos concebían, en una economía, que la inflación era un mal que a veces se
presenta y a veces no, y que ha largo plazo terminaría por dejar de existir; los monetaristas
concebían a la inflación como un mal con el cual se debe de vivir e intentar reducir a nivel
considerables, por medio del desempleo y una reducción en salarios, para limitar el dinero
en circulación: entonces, ¿qué es la inflación? La inflación la define Mankiw (2007) como
el aumento en el nivel de precio y servicios en un tiempo determinado de una economía, y
para entender la inflación primero debemos de entender el dinero.
El dinero tiene referencia a la riqueza en un sentido coloquial, pero en términos mas
especializados es “la cantidad de activo que pueden utilizarse fácilmente para realizar
transacciones” (Mankiw, 2007, 146)
Deposito de valor Unidad de cuentas Medio de cambio
Permite hacer uso de él en Lo que se necesita para Gasto/compra de bienes y
el futuro (si suben los cierto producto: chocolate servicios.
precios es imperfecto). $12
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la importancia de analizar la teoría cuantitativa del dinero, debido a que a largo plazo afecta
a una economía:
M V = P T
Dinero Velocidad Precios Transacciones
Cantidad de Velocidad de la V=PT/M Precio de una Tiempo de una
dinero transacción transacción transa.
Lo que viene a representar la formula de la teoría cuantitativa dinero es que si
aumenta la cantidad de dinero y la velocidad del dinero no, debe de aumentar el precio o el
numero de transacciones para que la economía se equilibre, por lo tanto, la importancia de
políticas monetarias y fiscales; si varia una de las variables deben de varias otras para que
se mantenga la igualdad (Mankiw, 2007, 154-155).
Teoría de los determinantes del nivel general de los precios
Los factores de producción y la función de producción determinan el nivel de
producción; la oferta monetaria, determina el valor nominal de la producción; el nivel de
precios, es el cociente entre el valor nominal de la producción.
La cantidad de dinero determina el PIB nominal (Mankiw, 2007, 138) tipo de
interés nominal: interés que paga el banco; tipo de interés real: el aumento de nuestro poder
adquisitivo
Las legislaciones tributarias miden la renta como ganancia de capital nominal en
lugar de real: ¿si compro acciones a 100 pesos y las vendo al año siguiente a 110$, tengo
una ganancia de 10$? No, porque la inflación fue de 10%; pero aun así el gobierno recauda
impuesto por ese excedente, siendo que no ya debería, por el efecto inflacionario. Y Keynes
mencionó: “A través de un proceso continuado de inflación los gobiernos pueden confiscar
-secreta y disimuladamente- una parte importante de la riqueza de sus ciudadanos”, con
mucha razón.
El pensamiento monetarista aboga por la no erradicación, por completo, de la
inflación sino con la convivencia de ésta pero a niveles estables, entonces, lo que ello va
relacionado entorno a la regulación de la oferta monetaria, es decir, como una medida de
control: la reducción de salarios de los trabajadores. Aunque habrá que tener en cuenta que
unos precios y salarios estables, van unidos a un nivel sostenible más alto de desempleo y a
un nivel de producción mas bajo que si la tasa de inflación es del 2 o 4 por ciento (576)
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La inflación se produce por diferentes situaciones (Samuelson & Nordhaus, 1991,
576): por perturbaciones de la demanda agregada; las grandes oscilaciones en la el precios
del petróleo; malas cosechas; fluctuaciones del tipo de cambio, y variaciones de
productividad. Por lo tanto, después de analizar qué es el dinero, ahora se debe de entender
cuales son los tipos de inflación (Samuelson & Nordhaus, 1991, 572).
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otro lado, dentro de una economía neoliberal, donde el dinero se cataloga como lo más
importante, se debe de hacer la diferencia entre el salario real y nominal (Claudio, 1956):
el primero hace alusión a lo que puede comprar dentro de una economía (se elabora por
medio de una siempre reducción: salario nominal-índice de precios del consumidor (IPC)),
y el segundo, es la cantidad de unidades monetarias (monedas y dinero) que son pagadas,
dependiendo de las distintas formas de establecer el salario.
Por otro lado, el salario mínimo —objeto de estudio de este trabajo— Cueva (2007)
lo define como la protección menor que la sociedad concede a los millares de personas que
se encuentran en condiciones más cercanas a la vida inhumana. Así mismo, existen una
diferencia entre los salarios mínimos: los salarios profesionales y los generales; el primero
hace referencia a una retribución por encima del salario mínimo general debido a que se
consideran las distintas actividades económicas, es decir, se devuelve el mínimo
remunerador de la profesión.
El salario en las leyes (Marco jurídico en México)
La Constitución Política Mexicana consagra los derechos fundamentales de todo
ciudadano mexicano, una de ellas el salario mínimo. El salario mínimo se establece en el
artículo 123, fracción VI y dice (Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
1917, art. 123, fracción VI)
VI. Los salarios mínimos que deberán disfrutar los trabajadores serán generales o
profesionales. Los primeros regirán en las áreas geográficas que se determinen; los
segundos se aplicarán en ramas determinadas de la actividad económica o en
profesiones, oficios o trabajos especiales.
Los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las
necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y
para proveer a la educación obligatoria de los hijos. Los salarios mínimos
profesionales se fijarán considerando, además, las condiciones de las distintas
actividades económicas.
Por lo tanto, según la carta magna el salario mínimo debe de satisfacer las
necesidades que sociales, culturales y educativas… la realidad choca inmediatamente con
lo anterior, debido a que no se ha cumplido la Constitución; además de olvidarse por
completo del contexto que vive México, es decir, la situación económica actual no
corresponde con el salario mínimo vigente.
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A nivel internacional existe la Organización Internacional del Trabajo fundada en
1919, como parte del Tratado de Versalles; su objetivo toral: la justicia social. En el
preámbulo que se estableció en Washington, 1919, se manifestó en su segundo punto la
importancia de la “[r]eglamentación de la contratación de mano de obra, la prevención del
desempleo y el suministro de un salario digno” (OIT, “Orígenes e Historia”, 1919). Las
normas internacionales, y de la cual México a firmado innumerables veces, representan un
factores más para poner en duda el salario mínimo actual, por ejemplo en 1970 se
estableció (OIT, 1970, Art. 3):
Artículo 3
Entre los elementos que deben tenerse en cuenta para determinar el nivel de los
salarios mínimos deberían incluirse, en la medida en que sea posible y apropiado, de
acuerdo con la práctica y las condiciones nacionales, los siguientes:
(a) las necesidades de los trabajadores y de sus familias habida cuenta del nivel
general de salarios en el país, del costo de vida, de las prestaciones de seguridad
social y del nivel de vida relativo de otros grupos sociales;
(b) los factores económicos, incluidos los requerimientos del desarrollo económico,
los niveles de productividad y la conveniencia de alcanzar y mantener un alto nivel
de empleo.
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b) Los cambios de mayor importancia que se hayan observado en las diversas
actividades económicas.
c) Las variaciones en el costo de la vida por familia.
d) Las condiciones del de trabajo y las estructuras salariales.
II. Realizar periódicamente las investigaciones y estudios necesarios para
determinar:
a) El presupuesto indispensable para la satisfacción de las siguientes necesidades de
cada familia, entre otras: las de orden material, tales como la habitación, menaje de
casa, alimentación, vestido y transporte; las de carácter social y cultural, tales
como concurrencia a espectáculos, práctica de deportes, asistencia a escuelas de
capacitación, bibliotecas y otros centros de cultura; y las relacionadas con la
educación de los hijos.
b) Las condiciones de vida y de trabajo de los trabajadores de salario mínimo
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Por lo tanto, para enero de 1973 el salario mínimo se encontraba más-menos en
100% comparado con los precios de 1994, es decir, para aquel momento se podían
consumir más bienes por menos dinero, y sin contar que la vida encarece más mientras pasa
el tiempo; sin embargo, 1982 se ubica como el declive del salario mínimo en México, y
para 1994-1995 se observa la caída del salario mínimo en tan sólo un año del 10%, lo
anterior se ubica por la medidas monetarias que han tomado los gobierno respecto a la
inflación esperada, es decir, los gobiernos de 1982 hasta 2012 se han manifestado a favor
de mantener una inflación baja, y evitar una inflación galopante (como la vivida en 1988),
que sea predecible y busque aumentar la inversión extranjera directa. Sin embrago, ha
provocado que los salarios mínimos se estanquen, es decir, que realmente no crezcan
yuxtapuestos al crecimiento de México, como se observa en la gráfica 38 (CEM, 2006, 14):
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La inflación se ha establecido como el máximo mal a controlar desde la
implementación del modelo monetario —neoliberal—; sin embargo, el gobierno deberá que
recordar, en especial los economistas que están al frente del gobierno, que la inflación no
sólo se manifiesta por medio de un aumento salarial: las grandes oscilaciones del ciclo del
petróleo, malas cosechas, así como fluctuaciones del tipo de cambio y variaciones en la
productividad generan que la inflación suma estrepitosamente, ya sea galopante o
hiperinflación. Sin embargo, se ha visto en los salarios la única manera de contener la
inflación o reducirla en su caso. El problema es que la demanda agregada se contrae y
genera una sociedad que no consume (en esta parte no se debe confundir el consumo por
medio de una tarjeta de crédito debido a que según los monetaristas si se compra ha crédito
se está manteniendo la inflación a ese nivel (Friedman, 1995),: por ejemplo, sí “x” persona
compra un producto a 100$, a 12 meses sin intereses, y la inflación se encuentra a 4.8% lo
único que se está provocando es que la inflación se mantenga a esos nivel durante 12
meses) provocando una contracción en la producción. Por ejemplo, en la gráfica 38 se
observa como la inflación, el salario, la canasta básica y el PIB se relacionan directamente
proporcional, al menos en teoría, para poder tener una economía sustentable —si al menos
eso se deseará—, por ejemplo, en 1995 se observa un aumento 7.01% (1.07$) al salario
mínimo cuando la inflación fue de 49.10% y la canasta básica fue de 56.57% y una
contracción del PIB de 10.10%, sin embargo, la resolución, que ha ido tomado tanto
gobiernos priístas y gobiernos panistas, ha sido el endeudamiento; Keynes mencionó que
uno de los problemas que traería consigo la reducción de salarios sería que el gobierno
buscaría subsanar sus errores económicos por medio del endeudamiento. Por lo tanto, el
gobierno mexicano ha llevado a cabo a través de la deuda pública que representa 2 billones,
187 mil 640 millones de pesos (con el tipo de cambio de 12.02 el 15 de marzo, 2011 a
12.02 pesos por dólar y que actualmente oscila entre 12.26, es decir, aumenta conforme el
tipo de cambio (Granados, 15 de marzo, 2011)) subsanar los errores de las políticas
neoliberales, por encima de los que dictamina el artículo 123 constitucional en su fracción
VI así como el tratado con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y las leyes
particulares, por ejemplo, si, mínimamente, no se puede ni siquiera comprar una canasta
básica, qué es el “conjunto de bienes y servicios indispensables y necesarios para que una
familia satisfaga sus necesidades básicas de consumo a partir de su salario” (Profeco,
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2005), provoca que ni lo material, ni lo social, ni lo cultural y mucho menos lo educativo
puede satisfacerse por medio de un salario mínimo general de 64.76 en el área “A” y 61.38
en el área “B” (Conasami, 2013).
En México se ha argumentado que el bajo poder adquisitivo del salario mínimo se
debe a la reducción de la inflación, aunque, también, el factor dentro de la parte productiva,
es decir, los sectores que invierten dentro de México, manifiestan que el bajo salario se
debe a la baja productividad, sin embargo, la productividad “por persona ocupada de la
industria manufacturera fue de 65% del 2003-2008” (Franco, 6 de noviembre, 2011) y que
el incremento salarial sólo fue del 22.4%. Además, la Conasami (Comisión nacional de
salarios mínimos) al momento de llevar acabo su análisis de la realidad del país, o al menos
la que ellos perciben, sólo toman como base la inflación general, provocando que se olvide,
de forma errónea y perjudicial para los mexicanos, los cambios en la productividad laboral
y los costos de producción. Resultando que los ingresos sean desiguales. Por lo tanto,
provoca que el consumo se nulo o muy bajo, y que tanto los consumidores, gobierno y
empresas salgan perjudicados por tener una economía subdesarrollada. En suma, la
importancia que tiene la producción en la fijación del salario mínimo contradice a los
patrones que no desean estar a favor de aumentar el salario mínimo porque se ha mostrado
una tendencia que la productividad va a la alza y los salarios a la baja (Ríos, 5 de
diciembre, 2011).
Por supuesto, el motivo por el cual los patrones no desean estar a favor de subir el
salario mínimo corresponde más a las premisas que se circunscriben al modelo económico
neoliberal, donde, como mencionaban los monetaristas “lo único que importa es el dinero”
(Samuelson & Nordhaus, 1991, 616), entonces, se buscará maximizar la mayor ganancia a
costa del trabajo de los demás. El agotamiento del neoliberalismo se puede reflejar en el
continente europeo y en EE.UU., ambos están pasando por situaciones económicas y
sociales muy difíciles, deviene, entonces, el descontento social. En México, el modelo lleva
más de 30 años de implementarse y los resultados han sido catastróficos para los
ciudadanos, por sólo mencionar, un ejemplo de la gran disparidad de México se manifiesta
en la distribución de las rentas: 35 personas (físicas y morales) controlan la riqueza
nacional mientras más 50 millones de la población se encuentra en pobreza (Tapia, Ramírez
& Contreras, 15 de marzo, 2013). Probablemente se contra-argumentará que son legitimas
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las fortunas de estas personas y/o empresas, podrán ser legales por los beneficios que
reciben, pero no legitimas. Por ejemplo, la fortuna de Slim así como de Salinas Priego
devino de la venta de Teléfonos de México y la apertura de la privatización del canal 13
estatal, es decir, la riqueza nacional puesta a los intereses de los particulares, su fortuna de
ambos suma más 84,900 mdd; Alberto Bailléres, el llamado “el Rey de la Plata” con firmas
como Peñoles y Palacio de Hierro (Contreras, Ramírez & Tapia, 15 d emarzo, 2013),
manifiestan el trato inhumano, por ejemplo: la empresa Peñoles por explotar los recursos
del poblado Carrizalillo, Guerrero ofreciendo sólo 200 mil pesos por sus tierra, sólo que
debajo de ellas oro, plata y otros minerales se encuentran ahí, pero eso no lo dijo Peñoles
(Cruz, 13 de junio, 2011), además los bajos salarios y trato que se desenvuelve en la
empresa Palacio de hierro no es la más grandiosa, en términos de riqueza para el trabajador:
y la cuestión es ¿por qué no aumentar los salarios? El cuadro 39, muestra como los “grupos
dominantes” han sido beneficiados por las privatizaciones y, las denominadas, “reformas
estructurales”: allí se observa Industrias Peñoles (Bailléres), Nacobre y Gtupo Frisco (Slim)
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21
porque “los ricos permite[n] o exige[n] a algunos [o la mayoría] que sigan siendo pobres”
(Galbraith, 1992, 19), por lo tanto, grupos de poder se han conjugado contra la subida a los
salarios, debido a que la riqueza ya no le pertenecería a ellos sino a quien, realmente, la
trabaja: los trabajadores.
La pérdida del poder adquisitivo no sólo se refleja en el dinero y la capacidad de
compra sino, también, en el aumento de trabajo que tiene que llevar acabo el trabajador,
para subsistir haciendo más con un pago cada vez menor. La gráfica 40 (CEM, 2006, 7)
manifiesta como un trabajador, en el 2006 (ya aumento, por supuesto), necesitaba más de
40
400% más tiempo para poder acceder a una canasta básica, provocando que si intentaba
satisfacer sus necesidades de carácter cultural y social, como salir a espectáculos, practicar
algún deporte, o simplemente mejorar su capacidad intelectual, como lo sostiene el art. 562
fracción III de la LFT, el trabajador no lo lleve a cabo debido a que la vida se ha
encarecido, entonces, dedica más tiempo a satisfacer sus necesidad básica: el alimento; pero
no satisface las demás necesidades básicas que establece la ley. El trabajador mexicano ha
visto un aumento en sus labores; dos o tres trabajos se establecen como lo necesario para
poder tener acceso a las necesidades básicas, se escucha en la calle, conocidos, amigos y
familiares que el profesionista, necesita tener dos trabajos o algo aparte de lo que ya tiene
fijo, por lo tanto, el tiempo con su familia, consigo mismo, se deja de lado, provocando un
impacto muy fuerte en los hijos o el núcleo más cercano, por ejemplo: embarazos no
deseados en los hijos, consumo de drogas, delincuencia, etc., problemas que en México han
ido a la alza; y con el retorno del PRI al gobierno no se espera que disminuya, por el
22
contrario, que aumente. El salario mínimo tiene un impacto importantísimo en una
economía, ya sea keynesiana o monetarista, pero en la situación mexicana, el aumento del
salario mínimo no sólo sería una clara manifestación del poder del Estado, que se ha ido
desmantelando, así mismo, fortalecería el consumo, por supuesto, no sólo internacional,
sino nacional yuxtapuesto a una política de consumo de productos nacionales. La pérdida
del salario se
41
observa en algo que los mexicanos comen por excelencia la tortilla (gráfica 41, CEM, 2006,
18) y el pan (grafica 42, CEM, 2006, 19). El poder de compra se ha visto reducido hasta en
los insumos básicos del individuo. En 1982 se podía conseguir casi 30 kg de tortillas con un
salario mínimo y 292.5 piezas de pan con un salario mínimo, actualmente, el precio de la
tortilla oscila entre 12.32-12.36, según el SNIIM (2013), entonces, la compra con el salario
mínimo sería de tan sólo
42
23
5. 24 kilos, por otro lado, el pan, por el nulo control, varia muchísimo, sólo mencionar que
el pan estuviese a 1.50$ sería de 43.1$, sin embargo, no es así la realidad los precios del
pan se encuentran entre 1.50 hasta 2.00 pesos por pieza. Además, se viene a desmentir el
mito de la competitividad, se esperaría que al existir diversas tortillerías y panaderías, el
mercado, se ajustaría y regresaría a los niveles en los que se encontraba, como argüía el
monetarismo —por la basta “competencia”— sin embargo, es mentira debido a que el
grano: maíz, le pertenece a un puñado de empresas como Gruma-Maseca, entonces, la
competencia no es real sino ficticia. Por lo tanto, la recuperación de un Estado rector en la
economía es, fundamental, para poder erradicar cualquier monopolio u oligopolio que se
manifieste.
El aumento al salario mínimo no sólo responde a una cuestión política (partidista) o
económica (diferencia de escuelas), por el contrario, el aumento del salario ha sido
manifestado por sectores académicos importantes: la Universidad Iberoamérica (Ibero) de
Puebla en conjunción con la Universidad Autónoma de Puebla, crearon el “Observatorio
del salario justo”; así como la máxima casa de estudios de México: la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM), por medio del Centro de Análisis
Multidisciplinario (CEM), de la Facultad de Economía (FE): han emitido documentos
importantes para exigir el amento en el salario mínimo como medida de aumento del
consumo nacional, el fortalecimiento de un mercado nacional, la recuperación de la rectoría
del Estado, las fallas del proyecto neoliberal en México, la cooptación de los sindicatos y
lideres sociales, así como el mito de la inflación, el aumento salarial como una medida
viable y necesaria, para poder rescatar la pérdida del poder adquisitivo: como registra la
gráfica 43 (CEM, 2006,4).
43
24
A nivel internacional, y en específico analizado con países latinoamericanos, la
pérdida del poder adquisitivo por algunos países y otros que aumentaron; marca una gran
diferencia entre los países, en especial, México, El Salvador y Republica Dominicana
presentan pérdidas en su salario mínimo. Sin embargo, la pérdida del salario mínimo en
México ha sido paulatina, es decir, el gobierno no ha implementado la reducción del salario
mínimo de forma rápida sino paulatina, como se observa en la gráfica 43: la pérdida del
salario de 1995 al 2007 fue de -9% y comparada con otros países se observa una disparidad
de salarios mínimos; los otros países muestran que “los salarios mínimos de México dentro
del contexto internacional variado, se encentra por debajo de países con menor PIB per
cápita como Hondura, El Salvador, Guatemala, Ecuador y Perú” (Reyes, 2011), entonces
¿Por qué no ha crecido el salario mínimo en México? Se podría argumentar que ha sido por
44
el bajo crecimiento del PIB per cápita, sin embargo, el crecimiento del PIB per cápita
durante el periodo de 1995-2007 creció pero el salario mínimo ni aumento ni disminuyo,
debido a la gran concentración de riqueza, pero en términos netos su poder se deterioro
debido al crecimiento del PIB per cápita pero no del salario mínimo como menciona la OIT
(2008) y se observa, en comparación con otros países, que el indicador SM/PIB se ve
reducido en México en la gráfica 45 (OIT, 1970, 18):
25
45
Actualmente, el salario en México podría ser catalogado como un de los más bajos
comparado con países como Gabón, Uganda, Laos, y Bielorrusia (El Observador, 13 de
febrero, 2013), aunque estos países no tiene el mismo PIB. Sin embargo, el aumento del
salario no parece interesarle a la clase política y mucho menos a la clase empresarial, no se
dan cuenta que entendiendo el modelo keynesiano se podría llevar al pleno empleo a largo
plazo donde la inflación desaparecería por la intervención del Estado en la economía, es
decir, no sólo aplicando una política monetaria, como promueven los monetaristas, sino una
política fiscal; por supuesto, cada una en su momento será expansiva o restrictiva, además,
puede apuntalar las actividades económicas, así mismo, fomentaría un aumento en la
productividad, competitividad y daría la equidad y justicia social que le corresponde al
Estado. La clase política debe de tomar las riendas del gobierno y cumplir su función social
por la cual está en ese puesto. El contexto de inseguridad y violencia que vive México va en
aumento por la ruptura del tejido social, la recuperación del salario mínimo podría
beneficiar a subsanar algunos problemas, por ejemplo, muchas personas se insertan en las
filas del narcotráfico por que el salario que perciben no les alcanza, aunado a eso, los bienes
básicos son altísimo. La propuesta del “Observatorio del Salario Justo” para aumentar el
salario mínimo ideal a un total de 280$ diarios, es decir, 8.400$ al mes (Rios, 12 de mayo,
2011). Además, lo anterior no generaría una brecha inflacionaria debido a la injerencia que
tendría el gobierno, no para controlarla o simularla sino para aplicar ya sea políticas
económicas expansivas o restrictivas con tal de equilibrar la economía. Además, sí el
26
gobierno, realmente, pensará en aumentar el salario, pero se detuviese por la incesante
inflación el ejemplo de Brasil para aumentar salarios es maravillosa, sin necesidad de
registrar una inflación galopante o hiperinflación.
Brasil y la caída de las premisas neoliberales
Después de vivir en el continente Americano más de 40 años de gobierno
neoliberales se puede llevar acabo las críticas necesarias para manifestar la inconformidad
social que se ha generado producto de la implementación de este modelo económico. El
neoliberalismo arribó el 11 de septiembre de 1973 al continente americano debido al golpe
de Estado suscitado en Chile; el gobierno de Salvador Allende, presidente legitimo y legal,
era vilipendiado por manifestar un gobierno socialista y una política proteccionista, por lo
tanto, una vez muerte Allende, en el Palacio de la Moneda, Augusto Pinochet, militar, tomó
el poder y el mismísimo padre del neoliberalismo: Milton Friedman y la escuela de
Chicago, arribaron a Chile para llevar cabo la implementación de las políticas monetarias
comenzando un proceso de desgaste del Estado a nivel regional.
La relación que se establecerá entre Brasil-México responde más al derrumbe que
provocó Brasil a los planteamientos de las medidas neoliberales, por supuesto, los
keynesianos ya los habían manifestado: el aumento de salarios generará una inflación
galopante, el aumento en los impuesto así como barreras proteccionistas generará una fuga
de capitales extranjeros, el gasto público debe de ser menor porque sólo genera derroche de
riqueza, la reducción de la participación del Estado, entre otros; serán falacias que con el
tiempo Brasil ha demostrado que los economistas monetarios se equivocaron, y que los
postulados de la economía keynesiana son reales en el impacto de la generación de la
riqueza y sustentabilidad de una economía.
El punto central que interesa en esta investigación consultar es la relación que tiene
ambos países entorno a laos salarios y la inflación, aunque, también, se profundizará en
otros puntos importantes de cada economía.
El salario mínimo representa un mecanismo que beneficia al trabajador en las
necesidades básicas para seguir cumpliendo su labor, sin embargo, por medio de las
políticas neoliberales se ha mantenido a la baja por no querer generar, por parte del
gobierno, una espiral inflacionaria, que conllevaría a una inflación galopante, que
aumentará los bienes y servicios de consumo… Sin embargo, el fijar el salario mínimo sólo
27
con base a la inflación a salido beneficioso para sectores económicos que no desean que
existan una real distribución de la riqueza: particularmente, el caso de México. Galbraith
mencionó (1991, 181) que “[…], sin duda, hay quienes obtiene beneficios materiales de la
inflación”, es decir, la Sociedad opulenta, que postuló a mediados del siglo pasado,
entonces, es pertinente comparar los salarios que han tenido los gobiernos brasileño y
mexicano a partir del año 2000-2013 para observar el comportamiento de éstos.
Principalmente, se abordara la situación brasileña por ser el país que retoma postulados
keynesianos y que desmiente las políticas monetaristas como factor de riqueza.
Es pertinente comenzar por señalar el cambio que tuvo Brasil por la llegada del
Partido dos Trabalhadores (Partido de los Trabajadores) en el año 2002, y como después
de una década su popularidad ha tenido tal relevancia que se ha intentado imitar en otros
países, por ejemplo, México —sin embargo, con la llegada de Peña Nieto y el programa
“Cruzada contra el Hambre” las quejas sobre el uso de la pobreza vuelven a la agenda
política, lo cual representa el
46
regreso del viejo PRI, no
nuevo—-. El proyecto
“desenvolvimentista”
(desarrollista) impulsado por
el gobierno de Lula y Dilma
contra el proyecto
“neoliberal” de Collor,
Franco y Cardoso.
El salario mínimo y el
empleo tiene una estrecha
relación entorno al aumento
salarial, por un lado habrá
que recordar que los
monetaristas profesan una “tasa natural de
desempleo” mientras los keynesianos buscan el “pleno empleo”, ello debido a que según lo
monetaristas manifestaban que si se llegaba al “pleno empleo” los salarios descenderían, al
ser unos salarios flexibles; sin embargo, los keynesianos manifestaban que el “pleno
28
empleo” generaría una mayor propensión marginal al consumo, para después comenzar a
ahorrar y poder generar una riqueza nacional. Entonces como se observa en el cuadro 46
(Perseu, 2013, 15) que dentro del
“projeto neoliberal” genero 5
millones de trabajadores mientras
47 el “projeto desenvolvimentista”
generó más de 18 de millones
(Perseu, 2013, 14). A su vez el
salario mínimo real aumentó en
más del 70.7% comparada con el
proyecto neoliberal. Entonces, la
situación que ha marcado a Brasil
no sólo responde a cuestiones de
un solo partido sino a que “se
convirtió en un imperativo
nacional” (Perseu, 2013, 13) la
búsqueda del crecimiento.
Mientras durante la década pasada
los gobiernos neoliberales sólo
enriquecieron a unos pocos: el PT buscó llevar cabo políticas de redistribución de la riqueza
a nivel nacional.
Por otro lado, la inflación según los monetaristas arguyen que de subir los salarios
de forma progresiva y mayor a lo establecido a la estimación de ésta: se dará una espiral
inflacionaria, por el aumento de dinero en la economía —la velocidad del dinero
aumenta—; como se observa, en el cuadro 47 (Perseu, 2013, 11) la inflación fue mayor en
el “projeto neoliberal” con 9.1% mientras el “projeto desenvolvimentista” de tan sólo 5.8,
lo anterior se debe a que la medición del establecimiento de los salarios no sólo se debe a la
inflación sino al PIB que ha tenido Brasil (OUL, 13 de abril, 2012), así como a la
competitividad del sector económico nacional así como la implementación de la reducción
de políticas de reducción para las familias empresarias nacionales (Perseu, 2013, 23).
Aunque, a pesar de que según el Dieese (Departamento Intersindical de Estatística e
29
Estudos Socioeconômicos) menciona que el salario mínimo debería de ser de 2,295.58
(OUL, 9 de abril, 2012) se debe de recordar que el gobierno “desenvolvimentista”
(desarrollista) lleva sólo más de una década en el poder, entonces, la progresividad del
aumento en el salario será paulatina, de lo contrario, se olvidaría que la economía neoliberal
está todavía vigente a nivel internacional, y podría provocar situaciones económicas
adversas a su país por ir en contra de éstas.
Por otro lado, las famosas “reformas estructurales” que proponían los monetaristas,
y que en el año 2003 el máximo exponente de éstas manifestó en una entrevista para el
Financial Times de Londres manifestó: “el empleo de la cantidad de dinero como objetivo
no ha sido exitosa. No estoy seguro de que hoy abogaría tan fuerte como lo hice en el
pasado” (Mendivil, 31 de agosto, 2012), y para complementar lo que mencionó Friedman
las gráficas 48 y 49 (Perseu, 2013, 19-23) establecen las diferencias entre los dos modelos:
48
49
30
mundo, sólo habrá que observar el continente cuna del liberalismo económico: Europa, y
observar como están implementado sus medidas en ellos—.
Entorno a la relación que se puede establecer entre México y Brasil se relaciona por
medio de las políticas neoliberales que han estado vigentes en México, dada hace más de 30
años, y de las cuales se han manifestado muchísimas voces contra éstas medidas. Por lo
tanto, la comparación entre ambos países puede develar que no es tan difícil llevar a cabo
un aumento salarial digno y con verdadero apego a la carta magna, tratados internacionales
y leyes particulares. Verbigracia, la gráfica 50 (Reyes, 2011, 20) muestra como el
crecimiento de México y Brasil no han sido tan dispares entre sí, y en algunos años México
50
ha tenido un mayor crecimiento en el PIB que Brasil, sin embargo, en México sólo fija sus
salarios con base en la estimación de la inflación, y no, también, con el crecimiento del
PIB. Por ejemplo en 2005-2006 México creció 5.06 y Brasil 3.97; mientras que los salarios
en México tan sólo aumentaron 4.5% en Brasil aumentaron 15.38%. Entonces, como
menciona Perseu (2013) el crecimiento de Brasil no sólo se debe a Lula o Dilma sino a un
“imperativo nacional” que se conjuga para poder solucionar los problemas.
31
Así mismo, el crecimiento de ambos países no es tan diferente, de ahí que la
porpuesta de llevar acabo un aumento progresivo del salario hasta llegar la meta que
propone el Observatorio del Salario Justo, así como el Centro de Estudios
Multidisciplinarios de la Facultad de Economía, verbigracia, los cuadros 51 y 52 (Breura, 3
de marzo, 2013) muestran como el crecimiento de México comparado con Brasil no difiere
mucho, además, la diferencia en población
51 52
33
Entonces, como se observa los números demuestran como después de más de 40
años de gobierno neoliberales, sus políticas económicas estaban equivocadas. Desde la
inflación hasta los impuestos como medida de seguridad fiscal, derrumban las tesis del
“dejar-hacer dejar-pasar”. México debe de llevar acabo lo que las voces de académicos,
obreros, trabajadores, países extranjeros, etc., mencionan entorno a necesidad de un
aumento salarial, consagrado en nuestra carta magna…Parafraseando al expresidente de
Brasil, Lula da Silva, lo que se necesita en México es una clase política comprometida con
sus gobernados, y no con una clase en especifico.
34
Conclusiones
En suma, lo que el Estado, en conjunción con la Inversión Económica Directa, por
medio de la Comisión Nacional de Salarios mínimos (Conasami) debe elevar el salario
mínimo, basado en los análisis que establece el Observatorio por el salario justo, el Centro
de Estudios Multidisciplinarios (CEM) y, mucho más importante, el artículo 123
constitucional fracción VI, a un total de 8,400 pesos al mes; esto, por supuesto, generará
que el factor del dinero representará un motor económico como “el multiplicador de
Keynes” (dinero A genera/sustenta actividad B, a su vez, da empleo a C, que compra a
Z…), por lo tanto, el consumo deberá de aumentar. A su vez, la Conasami debe de dejar
atrás la obsoleta metodología monetarista para elevar el salario mínimo cada año: sólo toma
como base la inflación general, provocando que se olvide, de forma errónea y perjudicial
para los mexicanos, los cambios en la productividad laboral y los costos de producción.
El establecimiento del aumento salarial debe ir de acorde con la realidad nacional-
mexicana ya no sólo de factores meramente inflacionarios sino de factores como el PIB per
cápita, el gasto social, los cambios en la productividad laboral y los costos de producción:
los cuales son sustentados a lo largo de la investigación entre Brasil y México, en la
gráficas y cuadros expuestos. Por lo tanto, el desarrollo en México se ha dado… y no debe
de ser una negativa por parte de las grandes empresas transnacionales y nacionales para
evitar el aumento salarial, además su único argumento es la inflación que se podría
disparar; lo cual ha sido desmentido por el caso, en concreto, de Brasil.
La situación, actualmente, macroeconómica de México, posibilita la
instrumentación de esta política salarial. Además, la conjunción entre ésta y las políticas
públicas, que establezcan una difusión en la adquisición de los productos nacionales, para
fomentar la importancia de un “consumo nacional”, porque generaría un mercado interno,
el cual México no ha consolidad; de lo contrario, si existiese un consumo mayor pero de
productos extranjeros la riqueza se movería a otra economía (dinero golondrino),
provocando que la velocidad del dinero aumentase, lo que resultaría que aumentara el
precio del bien o servicio, y se generaría una inflación galopante.
Así mismo, el Estado debe de (re)tomar las riendas del “estado”, es decir, romper
con el modelo neoliberal, no en su totalidad, por las condiciones a nivel internacional; la
35
sociedad opulenta se ha beneficiado de la riqueza mexicana, provocando una redistribución
dela riqueza nula…
A más de 30 años de modelos económicos neoliberales en México se puede llegar a
dar conclusiones entorno a su implementación, porque sólo ha provocado que las carencias
que se intentan solucionar, aumentarán de forma exponencial: pobreza, educación, salud,
distribución dela riqueza, etc.: beneficiando a unos pocos a costa de la mayoría. Entonces,
el gobierno debe de aumentar el salario mínimo por la deuda que tiene con las clases más
bajas: los trabajadores. Además, es pertinente debido a la situación tan delicada a nivel
internacional. La crisis económica mundial por la que traviesan las grandes potencias
europeas y la norteamericana —demuestra la decadencia del modelo neoliberal— se refleja
en las crisis sociales que están padeciendo: recortes al gasto público, eliminación de puestos
de trabajo, aumento de impuestos, etc., son factores que proponen los monetaristas para
reducir el déficit gubernamental; sin embargo, no han dado solución. Keynes mencionó,
acertadamente, que la inflación solo beneficiaba a unos pocos y que era el mal del
capitalismo per se. Entonces, el que los monetarias sigan basando el crecimiento de México
basados sólo en la inflación, da el por qué al enriquecimiento del hombre más rico del
mundo —llevado a cabo desde el sexenio de Salinas por medio de las privatizaciones— y a
un puñado de familias: Salinas, Balleres, Azcarraga, Del Valle, Slim, Arango, etc. Por lo
tanto, ¿a quién a beneficiado la implementación de políticas monetarias? A más de 30 de
neoliberalismo-mexicano ¿a quién a beneficiado que el Estado tenga nula participación? ¿a
quiénes les conviene que no suban los salarios? Sin duda, los intereses de los grupos de
poder están ahí, y sólo con un Estado fuerte, como proponen los keynesianos, se va a
regular la actuación de los poderes fácticos, aunque un análisis más profundo requeriría de
otra investigación.
También, el Estado debe de velar por la seguridad salarial de sus trabajadores, el
respeto a la carta magna en su art. 123 constitucional, fracción VI; los acuerdos firmados
por la OIT en 1919 y 1970, la Ley Federal del Trabajo en sus artículos: 8, 90 y 562, en
suma, todos los artículos entorno a la implementación del salario mínimo, deben de ser
válidos, respetados y garantizados por el Estado; el contrato social por el cual emanó el
“Leviatán” responde a una característica básica: la seguridad… Además, hacer valer las
normas en México es necesario debido a que la situación internacional está muy tensa; por
36
lo tanto, el aumento salaria sería una forma de mitigar el descontento social, y no debe
haber excusa de la inflación, porque el crecimiento que ha tenido México así como el
aumento en sus nivel de producción dan seguridad que México tiene la capacidad de
aumentar el salario mínimo sin ningún retroceso.
También, el Estado debe de dejar de fomentar una economía subdesarrollada basada
en: bajos salarios, beneficios excesivos a los capitales extranjeros, impuestos muy bajos o
nulos, etc.; se contra-argumentará que de cambiar lo anterior el capital extranjero se irá del
país… lo cual resulta negativo, sí y sólo sí el gobierno decide llevar acabo la
transformación real del país: Brasil, a pesar de ser el segundo país de América Latina con
más impuestos, registra, por mucho, una mayor inversión extranjera directa, además de
aumentar progresivamente sus salarios, no ha desalentado a la IED.
En suma, el gobierno tiene las justificaciones económicas suficientes para poder
llevar cabo un aumento al salario mínimo; aunque la voluntad política de nuestros
gobernantes ha sido paupérrima y lastimosa para los ciudadanos, ellos ya no deben de
justificar el mínimo aumento al salarial, sino que existen personas, como dijo Keynes, que
han salido beneficiadas de mantener esa metodología monetarista. Por lo tanto, tanto el
crecimiento del PIB, gasto social, los cambios en la productividad laboral y los costos de
producción, así como la recuperación de un Estado fuerte: sostendrá la implementación
favorable de una política salaria que realmente cubra las necesidades estipuladas en las
normas mexicanas e internacionales para que un trabajador pueda vivir dignamente. ©
37
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40