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La serranía de Chiribiquete

La serranía de Chiribiquete, hoy día protegida por el estatus de Parque


Nacional Natural- PNN (Resolución Ejecutiva No. 120 del 21 de septiembre
de 1.989) se ubica en jurisdicción de los municipios de San Vicente del
Caguúan y Puerto Solano en el departamento del Caquetá y San José del
Guaviare en la comisaría del Guaviare, a 0° 01' - 1° 35' de latitud norte y 72°
15' - 73° 21' de longitud oeste). Chiribiquete, como geoforma se localiza al
sureste de Villavicencio y la Serranía de la Macarena y al sur occidente de la
población de Miraflores, muy próxima, en su segmento más septentrional, a la
población de Calamar. La Serranía de Chiribiquete –y por lo tanto el PNN–
pose no menos de unos 200 Km. de extensión y sus cúspides mas altas se
encuentran en la zona norte en el interfluvio de los ríos Túnia y Ajáju, que son
los que forman el río Apapóris.

La geoforma tiene su cresta principal orientada en sentido norte-sur y dadas


sus características estructurales especiales y únicas, se considera una provincia
biogeográfica en si misma. Como formación Tepuyana (de la voz “Tepuy”,
vocablo indígena Yanomami, con el que se designa este tipo de formaciones
montañosas en forma de meseta abrupta y aislada de las sabanas y selvas en
Brasil, Guyanas y Venezuela), puede ser considerada la formación
precámbrica más occidental del continente y por ende, una geoforma con
sustratos geológicos muy antiguos.

Esta serranía, y por lo tanto el PNN, integra las unidades geomorfológicas


designadas como provincia de paisaje, de origen estructural y denudativo, las
cuales se caracterizan respectivamente por el tipo montañoso, con predominio
de serranías y cerros con planicies aisladas. La porción norte de Chiribiquete,
donde se localiza el Abrigo de los Jaguares y casi la totalidad de los abrigos,
hasta ahora documentados por las expediciones realizadas (Castaño-Uribe &
Van der Hammen 1992, 1998 y 2005), contiene paisajes residuales de rocas
cristalinas y sedimentarias Precámbricas y Paleozoicas con un conjunto de
mesas, picachos y cerros tabulares disectados, a menudo, con núcleos
cristalinos muy duros resistentes a los procesos erosivos. Sobresalen encima
de las planicies de la serranía, montañas-islas, denominados técnicamente
"inselbergs" (cerros o domos aislados). El basamento de estas formas
corresponde a restos Precámbricos de una formación compuesta por rocas
cristalinas metamórficas, de aproximadamente 2.000 millones de años, y que
han sido destruidas por la acción de procesos erosivos y orgánicos durante un
período de por lo menos 500 millones de años.

Sobre este conjunto de rocas, y también junto a ellas, se hallan profundos


estratos de rocas sedimentarias del Paleozoico, pertenecientes a la formación
Araracuara, de muy poco plegamiento y que al ser fracturadas y diaclasadas,
originan mesas con cortes, que aparecen aserradas. Circundando los relieves
más altos de la Serranía, entre los cuales algunos cerros sobrepasan los 1.000
msnm, se encuentra la planicie de denudación del Terciario, un conjunto muy
heterogéneo de sedimentos de origen continental, el cual cubre la formación
Araracuara, que presenta en su base un conglomerado con cantos de arenisca,
matriz arcillosa, cemento ferruginoso, capas de hierro, con apariciones de
arcillas rojizas con lignitos y areniscas poco consolidadas que son entre otras
cosas materiales que se han usado durante siglos en el área para la preparación
de los colorantes del arte rupestre.

Desde el punto de vista biogeográfico, la Provincia de las Guyanas


(Hernandez Camacho, 1998) contiene una subprovincia que comprende las
cuencas altas y medias del río Apapóris, la cuenca del río Yarí y las cuencas
superiores de los ríos Inírida, Vaupés y Guaviare.

La vegetación contiene selva densa de gran porte, cerros, mesas y enclaves


rocosos con vegetación casmófita, sectores ecotónicos con sabanas (sabanas
del Refugio y del Yarí). La Provincia de la Guyana se caracteriza, al igual que
los Tepuyes venezolanos y brasileños, por la existencia de algunos elementos
faunísticos y florísticos que exhiben una clara afinidad andina; por la posición
de este sistema orográfico en Colombia resulta verosímil que la presencia de
tales elementos en los países mencionados sea el producto de rutas de
dispersión a través de los tepuyes colombianos, que habrían actuado como
eslabones para intercambio en uno u otro sentido.

La selva higrofítica de tierra firme o hylea incluye árboles de gran porte, con
emergentes que alcanzan los 35 y 40 m; existe una buena presencia de epífitas
y parásitas; el sotobosque se caracteriza por una alta densidad, con afluencia
de especies del género Heliconia, así como de especies de las familias
piperéceas, aráceas y ciclantáceas. Las caatingas localizadas en suelos a
menudo arenosos, pobres en nutrientes, tienen un arbolado que oscila entre 12
y 15 m de altura, con aspectos de matorral, troncos y ramificaciones tortuosas
y hojas que tienden a la esclerificación. En los cerros y mesas de los
afloramientos rocosos Precámbricos y Paleozoicos, la vegetación consta de un
mosaico de sabanas, matorrales y bosquetes achaparrados, los cuales se
relacionan con los afloramientos de la región subcentral del Brasil.

El Yacimiento Arqueológico "Abrigo Santuario de los jaguares"

El panel pétreo donde se localiza el primer yacimiento descubierto en la


Serranía de Chiribiquete, se localiza sobre la Meseta de las Pirámides (ver
punto 4 del mapa), en el extremo norte de la misma que esta próxima al río
Ajáju y sobre las coordinadas ( 1º 09’16’’N- 72º 47'05''W ).

Este abrigo rocoso contiene uno de los conjuntos más densos de


representaciones pictóricas y debe su nombre, precisamente a la gran cantidad
de figuras de jaguar que se localizaron en él, destacándose, entre otros, por las
grandes dimensiones que presentan algunos de estos felinos.

Los dibujos, tal como se puede observar en las fotografías siguientes,


discurren alegóricamente sobre un panel localizado sobre una cornisa de
piedra de unos 85 metros de longitud (en un eje Este-Oeste) y unos 7 metros
de altura, lo que hace suponer que se debió utilizar algún tipo de andamio para
poder realizar todos los dibujos de la parte superior.

Este panel -donde se localiza la mayor concentración de dibujos del


yacimiento- se ubica a su vez sobre una enorme fachada rocosa que mira hacia
el norte y el río Ajáju y que forma parte de las empinadas y escarpadas
paredes de la Meseta, próxima a un angosto cañón llamado de las Pirámides,
por la gran cantidad de espigados domos o incelbers que se localizan entre la
espesa vegetación arbórea del Cañón.

El paredón alcanza una altura aproximada de 500 metros en ángulo recto


desde el nivel basal del río Ajáju, hasta la encumbrada cúspide de la parte
superior de esta meseta (que por cierto no es una de las más altas de la zona).

El Abrigo de los Jaguares se manifiesta desde lejos –especialmente en su parte


inferior o basal del paredón– como una gran mancha roja en razón a la
saturación de dibujos que contiene, algunos de los cuales pueden ser mas
pequeños que 1 centímetro y otros de una tamaño que supera el 1,5 metros
para una solo figura (siempre la fauna, no así las representaciones humanas).
La cornisa inferior sobre la que descansa el abrigo de los jaguares tiene entre
0.5 y 4.0 metros de ancho, antes de precipitarse nuevamente en forma abrupta
unos 120 metros mas hacia la base de la meseta, lo cual significó un gran
esfuerzo para sus artífices el realizar estas pinturas en este abrigo, pero
también una magnífica oportunidad de deleite escénico y paisajístico, tal
como se puede apreciar en la fotografía panorámica siguiente, donde de ve la
visual en la cúspide de la meseta, exactamente encima del abrigo rupestre. El
horizonte montañoso del frente (en la parte más lejana de la imagen)
corresponde a la Meseta del Yaguarundí, al otro lado del río Ajáju.

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