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LOS TALIBANES
Por Valeria Giordana
Observatorio de Conflictos, Argentina

ORIGEN DEL MOVIMIENTO TALIBAN

La invasión soviética

La invasión de la Unión Soviética, constituye una etapa previa al surgimiento del


movimiento Talibán. Esto se debe a que la mayoría de sus miembros formaron parte de la
resistencia contra los rusos. Los muyahidin afganos, apoyados por EEUU, se convirtieron en las
tropas de choque antisoviétícas. De este conflicto afgano-ruso, surgirá una segunda generación
de muyahidín que se denominarán a sí mismos, Talibán: “estudiosos del Islam”.
Ante el miedo de compartir su frontera con un grupo de Estados islámicos y con la
ambición de extender su imperio; la URSS invadió Afganistán en Navidad de 1979. El resultado
fue un conflicto bélico que duró 9 años e involucró a más de 100.000 hombres. Moscú pudo
controlar Kabul y las principales ciudades pero nunca logró eliminar a las guerrillas que,
apoyadas por Occidente, mantuvieron el control del 80% del territorio afgano.
La invasión soviética tiene su origen dentro de Afganistán. En 1978, el Partido
Demócrata del Pueblo (comunista) derrocó al régimen republicano. El presidente Mohamed
Daoud Kha y su familia fueron asesinados junto con centenares de partidarios. Nur Tarahi, líder
del partido comunista se hizo cargo del poder.
El ascenso del partido comunista aumentó la influencia de la Unión Soviética sobre
Afganistán. Pero este país cometió un grave error: ver a los afganos como un pueblo de
identidad única. Los afganos siempre fueron gente autónoma y poco dispuesta a aceptar un
manejo centralizado. Afganistán es una nación tribal con un complejo mapa étnico. Hay grandes
matices que dividen étnica y lingüísticamente a Pashtún, Hazara, Tajikos, Uzbekos, etc. Los
rusos actuaron sin comprender la situación política a la que se enfrentaban.
De esta manera, se fueron acentuando las fricciones dentro del partido comunista,
inspiradas por ambiciones personales y diferencias ideológicas, En este clima de luchas y
tensiones internas, el 27 de diciembre de 1979, las tropas soviéticas tomaron por asalto el
palacio del presidente Amin, lo asesinaron, y tras ocupar Kabul, nombraron a Kamal en su lugar.
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En los años que siguieron a la ocupación rusa, Afganistán no conoció momentos de paz.
En lugar de extender su poder, la URSS se involucró en una compleja e incontrolable guerra de
guerrillas. Negociar con la resistencia fue imposible para Moscú. La guerrilla mantuvo, desde
las montañas, el 80% del país en su poder.
Hasta 1986, EEUU, archienemigo ruso en el contexto de la Guerra Fría; permaneció
expectante ante el conflicto ruso-afgano. A partir de ese momento, la más poderosa oposición al
régimen soviético, fue armada por los norteamericanos vía Pakistán y con el apoyo de Arabia
Saudí.
Las luchas entre las diferentes facciones rebeldes y contra los rusos, provocaron 3 millones de
refugiados. Tras varios intentos de detener una guerra que ya era incontrolable, en 1988 se
firmó en Ginebra un acuerdo de no injerencia y no intervención, y Mijail Gorbachov retiró el
Ejército Rojo de Afganistán.
Afganistán terminó siendo para la URSS lo que Vietnam fue para EEUU. Gran parte del
colapso definitivo del régimen soviético se debió a la derrota de sus tropas en territorio
musulmán.
Ya sin la presencia de los rusos, el país se sumergió en una guerra civil entre más de 20
tribus. En 1992, las fuerzas del comandante Ahmed Shah Massud llegan a controlar Kabul. Los
partidos de la resistencia se reparten provincias y regiones donde se afirma la autonomía, cada
uno organiza su territorio. El Afganistán de posguerra se encuentra desgarrado.
La guerra civil estuvo determinada, en gran medida, porque Kabul cayó en manos de las
fuerzas tayikas al mando de Rabbaní y su jefe militar Massud; y de las fuerzas uzbekos, que
atacaron desde el norte, al mando del general Dostum. Fue un golpe psicológico devastador,
por primera vez en tres siglos, los pashtunes perdieron el control de la capital.
A fines de 1994, Afganistán se hallaba en estado de desintegración. El país estaba
dividido en feudos regionales por señores de la guerra, los cuales habían luchado, cambiado de
bando y luchado de nuevo en una serie de alianzas, traiciones y muertes; estos señores
dominaban el sur de Afganistán y Kandahar. Eran ex muyahidín y bandidos que saqueaban a la
población.
Hacia 1995, el gobierno enfrentaba serios problemas internos: el desarme de la
población trajo como consecuencia la corrupción de los oficiales y la arbitrariedad hacia los
civiles. Los talibán estaban bien informados de esos problemas. Además, la conquista de
Kandahar y luego de Herat significó el comienzo del fin del gobierno de Rabbani. Para intentar
frenar la incontrolable guerrilla, el presidente acuerda un plan de paz que debía aprobarse por
todos los líderes guerrilleros. Sin embargo, el surgimiento del grupo Talibán impidió el fin de la
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guerra civil afgana. Desde 1994 los talibán serían el elemento aglutinador que polarizaría de
nuevo la contienda en dos claros bandos: ellos contra la Alianza del Norte.
En 1996, los talibán toman Kabul, la victoria fue total. Ninguna fuerza afgana había
llevado jamás una serie de operaciones tan rápida y compleja en una zona tan amplia.

El misterioso grupo Talibán


El movimiento Talibán es una mezcla de tradición y renovación. Tradición en la manera
de imponerse como representante del orden moral, apoyándose en la organización tribal y
clánica del sur pashtun y en las redes de poder existentes. Renovación, porque utiliza las
aspiraciones populares para consolidar su poder.
El grupo talibán tiene un doble origen. Uno, interno que data de los años posteriores al
retiro de las tropas soviéticas. Otro, externo: Pakistán.
Los talibán provienen de la etnia Pashtún del sur de Afganistán. La palabra Talibán
significa estudiante. Su origen es producto de la raíz árabe talaba (estudiar), y del sustantivo
talib (estudiante). El plural de ésta en árabe, es Talibán. Al escoger ese nombre estaban
demostrando un distanciamiento de la política partidista de los muyahidin e indicaban que eran
un movimiento para purificar la sociedad. Los talibán, a pesar que ser producto de la yihad y ex
muyahidin, estaban desilusionados por la división en facciones. Se consideraban los
purificadores de una guerra de guerrillas descontrolada, un sistema social erróneo y un estilo de
vida islámico que corría peligro debido a la corrupción y el exceso.
Los principales lugares para la formación de los talibán eran las madrasas:; escuelas
coránicas surgidas a lo largo de la frontera, dirigidas por mullah afganos o por los partidos
fundamentalistas islámicos de Pakistán. En las madrasas se estudiaba el Corán, los dichos del
profeta Mahoma y los aspectos básicos de la ley islámica. Los alumnos no tenían ninguna
preparación en matemáticas, ciencias, historia o geografía. Muchos jóvenes no conocían la
historia del país por el que luchaban; pertenecían a una generación que nunca había visto a su
país en paz. Eran los “huérfanos de la guerra”, los desarraigados y turbulentos, los
económicamente débiles. Admiraban la guerra porque era la única ocupación a la que podían
adaptarse. Su creencia en el Islam mesiánico y puritano, era su único apoyo y lo que daba
sentido a su vida. Integrar el movimiento talibán ofrecía a los jóvenes una causa religiosa por la
que luchar y toda una forma de vida que adoptar.
En los primeros meses de conformado el movimiento, las victorias de los talibán, crearon
una mitología de invencibilidad que sólo pueden conseguir los “soldados de Dios”. Cada victoria
reforzaba la verdad percibida de su misión: la de que Dios estaba de su parte y que su
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interpretación del Islam era la única viable.


Este movimiento nació en los campos de refugiados afganos de Pakistán. Su líder
espiritual es el mullah Mohamed Omar. Es la persona que dirige la jerarquía religiosa del país.
Fue un ex comandante de un grupo de muyahidin durante la guerra contra la URSS. Con apoyo
paquistaní, los Talibán se convirtieron en una fuerza cohesionada. Los propósitos del grupo
talibán eran: restaurar la paz, desarmar a la población, reforzar la ley de la sharia y defender la
integridad del carácter islámico de Afganistán.

Organización política y militar


Al principio, los talibán no exigieron el poder para ellos, insistían en que estaban
restaurando la ley y el orden y que entregarían el poder a un gobierno formado por “buenos
musulmanes”. Sin embargo, luego de la toma de Kabul, la postura de los talibán cambió por
completo y se volvieron sumamente centralistas, dictatoriales e inaccesibles. A medida que el
mulá Omar se volvía más poderoso, se negaba a salir de Kandahar para ver y entender el resto
del país y conocer el pueblo sobre el que mandaba.
El vértice del cuerpo decisorio del gobierno talibán era la shura suprema radicada en
Kandahar. En ella dominaban los antiguos amigos y colegas de Omar: jefes militares, jefes
tribales y ulemas. Constituía un coto cerrado que no representaba los intereses de toda la
nación. En ellas no intervenía ningún ciudadano local importante. Los talibán rompieron con la
tradición de que los gobernadores y funcionarios provinciales procedían de la élite local y
reflejaban la composición étnica local de la población. Los talibán efectuaron una purga en la
burocracia de Kabul, sustituyendo por pashtunes, la mayoría sin experiencia gubernamental, a
todos los burócratas tayikos, uzbekos y hazaras. Como resultado de la pérdida de personal
experto, los ministerios dejaron de funcionar.
La principal fuerza regional detrás del fenómeno talibán es Pakistán, en especial su
servicio de inteligencia (ISI). Los talibán eran la única fuerza alternativa posible para alcanzar
los objetivos estratégicos de su país: repatriar a los millones de refugiados afganos, acceder a
los mercados de Asia Central, establecer una ruta segura para exportar gas y petróleo desde
Turkmenistán vía el Mar de Arabia, aumentar su posición regional con respecto al eterno rival
indio.
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GRUPO DE DIRIGENTES TALIBAN

CONCLUSIONES
Toda la población afgana ha sido desplazada, no una, sino varias veces. La destrucción
de Kabul es total. El cruce de caminos de Asía en la antigua ruta de la seda, no es más que
kilómetros de cascotes, no existe nada parecido a una infraestructura capaz de sostener a una
sociedad, ni siquiera en el mínimo denominador común de la pobreza.
Las divisiones de Afganistán son múltiples: étnicas, sectarias, rurales y urbanas, incultas
y cultas, los que tienen armas y los que fueron desarmados. La economía es un agujero negro
que está succionando sus vecinos con el comercio ilícito y el contrabando de drogas y armas.
Las complejas relaciones de poder y autoridad desarrolladas en el transcurso de los
siglos se han desbaratado por completo. No hay un dirigente o grupo concreto que esté
legitimado para reunificar el país. Gran parte de la culpa de que la guerra se prolongue la tienen
los poderes externos que siguen apoyando a unos y otros.

BIBLIGRAFIA
Barnett, Rubin: Afganistán, la crisis olvidada. 1996. http://www cip.fuhem.
Dorronsoro, Giles: La doble cara de la política. Le Monde Diplomatique, ed. Española, N068,
Junio 2001.
Allix, Stéphane: De la resistencia a la toma de Kabul, la historia secreta de los talibanes. Le
Monde Diplomatique, N015, Enero 1995
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Raich, Jordi: ¿Quién controla Afganistán?. Papeles de Cuestiones Internacionales. Centro


de Estudios para la paz, Madrid, invierno 1999-2000, N 068.
Roy, Oliver: Con los talibanes, sharia más gasoducto. Le Monde Diplomatique, ed.
Española, N013, Noviembre, 1996.
Diario de la Guerra: editorial Perfil, N0 1, 2, 3, 4, 5.

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