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GUIA DE MEDIATACIONES

1ro

Pregunte a los niños si han visto las montañas. Comente que la montaña es estable, no se mueve,
ni se dobla. Pregunte si la montaña está tranquila o agitada.
–Pida a los alumnos que se sienten en postura de cuerpo de montaña (cabeza erguida, espalda
derecha, cuerpo relajado, manos sobre los muslos y ojos cerrados suavemente,
Solicite a los niños que en esta postura sientan cómo ellos mismos respiran. Cuente tres respiraciones.
Produzca un sonido con un instrumento, pídales que lo escuchen y al terminar el
sonido que levanten la mano. Repita el ejercicio dos o tres veces.
• Pregunte: ¿alguien se siente más tranquilo?, ¿alguien se siente más agitado?, ¿para alguien fue
difícil estar tranquilo?, ¿creen que estar más tranquilos nos puede ayudar a que nuestro salón sea un
lugar en el que todos nos sintamos bien?
Cuando terminen la dinámica anterior, pida a los niños que se dibujen ellos mismos en la postura de
cuerpo de montaña. Pueden incluir cómo se sintieron al hacer la práctica.
2DO
postura de cuerpo de montaña (cabeza erguida, espalda derecha, cuerpo relajado, manos sobre los
muslos, ojos cerrados suavemente, Toque un instrumento (durante un minuto) y pídales que
levanten la mano cuando el sonido se deje de escuchar.
– Pregunte cómo supieron cuándo levantar la mano y si estaban poniendo atención al sonido;
luego comente que en este ejercicio están dirigiendo la “lámpara de la atención” hacia el sonido.
Compartir. Solicite a varios niños que completen la frase siguiente: “Me gusta…”.
de la atención” hacia la respiración
– Pida a los niños que se sienten en la postura de cuerpo de montaña. Con voz clara y pausada,
guíelos para que hagan un recorrido por su cuerpo.
Indíqueles llevar “la lámpara de la atención” a la cara durante diez segundos, durante los cuales deben
respirar profundamente. Repita el procedimiento con el cuello, los hombros, la espalda, el abdomen,
la cadera, las piernas y los pies. Comente que una vez que nacemos comenzamos a respirar sin
descanso y destaque las sensaciones que se experimentan cuando se respira.
Pida a los alumnos que lleven “la lámpara de la atención” al área del abdomen, que respiren tres veces
de manera profunda y que noten cómo este se mueve, guíelos contando del uno al tres.
Al terminar, solicite que cierren los ojos, toque un instrumento musical y pida que hagan tres
respiraciones profundas. Después, indíqueles que abran los ojos lentamente, muevan el cuerpo y, si
es necesario, se estiren.
Solicite a los alumnos que se sienten en postura de cuerpo de montaña (cabeza erguida, espalda
derecha, cuerpo relajado, manos sobre los muslos, ojos cerrados, ver p. 500). Toque un instrumento
durante dos minutos y pídales que cuando el sonido pare, levanten una de sus manos.
Compartir. Pida a algunos alumnos que completen la frase “Hoy me siento…”.
¿qué pasa cuando ponemos atención y cuando no?, ¿creen que estar distraídos puede traer
problemas?, ¿creen que estar atentos tiene alguna ventaja?
Práctica de atención. Respirar a propósito
– Guíe la práctica con voz clara.
• Para esta práctica vamos a comenzar por adoptar la postura de cuerpo de montaña. Recuerden
la imagen de una montaña, su fortaleza y estabilidad. Cuando llueve o hace viento, la montaña
sigue estable [pausa de 15 segundos].
• Todo el día respiramos, pero no nos damos cuenta porque pocas veces ponemos atención a ese
aspecto. Vamos a hacer un ejercicio para tomar conciencia de cómo respiramos.
• Pongamos nuestras manos en el abdomen y respiremos unas tres o cuatro veces. Vamos a ver
si podemos poner toda nuestra atención en la respiración.
• Dejemos que nuestro cuerpo respire a su propio ritmo; no tenemos que controlar o cambiar
la forma en que respiramos, sino simplemente notarla.
• Pongamos atención un momento más en cómo sentimos nuestra respiración.
• Si surgen pensamientos, déjalos pasar; no sigas su argumento ni te lamentes por estar pensando,
solo déjalos pasar.
• Coloca las manos en el pecho, y vamos a ver si podemos sentir aquí cómo estamos respirando.
Pida a los alumnos escribir en la misma hoja tres momentos en que tener una mente “de chango”
no les ayuda y tres momentos en que tener una mente más atenta los ayuda.
– Solicíteles que durante la semana observen si su mente está atenta o como chango; el último
día de la semana pregúnteles: ¿qué pueden hacer si notan que su mente está como chango?
La respuesta es: respirar a propósito o cualquier otra técnica de atención.

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