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Las células troncales hematopoyéticas alógenas son re-chazadas por un anfitrión que sea incluso
mínimamente inmunocompetente y, por tanto, hay que emparejar cuida-dosamente todos los
loci del MHC en el donante y el receptor.
Los mecanismos del rechazo de las HSC no se conocen com-pletamente, pero, además de los
mecanismos inmunitarios adaptativos, las HSC pueden ser rechazadas por los linfocitos NK. La
función de los linfocitos NK en el rechazo de la médula ósea se ha estudiado en animales
experimentales. Los ratones híbridos Ej irradiados rechazan la médula ósea donada por un
progenitor endogámico. Este fenómeno, llamado resis-tencia híbrida, parece violar las leyes
clásicas del trasplante de órganos sólidos. La resistencia híbrida se observa en los ratones con
deficiencias de linfocitos T, y la eliminación de los receptores de los linfocitos NK con anticuerpos
anti-NK impide el rechazo de la médula ósea del progenitor. La resis-tencia híbrida se debe
probablemente a los linfocitos NK del anfitrión, que reaccionan contra los precursores de la
médula ósea que carecen de moléculas de la clase I del MHC expresa-das por el anfitrión.
Recuerde que, normalmente, el recono-cimiento de la clase I del MHC inhibe la activación de los
lin-focitos NK y, si faltan estas moléculas propias del MHC, los linfocitos NK quedan libres de su
inhibición (v. fig. 4-8).
Incluso después de un injerto satisfactorio, dos problemas adicionales se asocian con frecuencia al
trasplante de HSC, la enfermedad de injerto contra anfitrión y la inmunodeficiencia.