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TRASPLANTE DE CÉLULAS TRONCALES HEMATOPOYÉTICAS 379

TRASPLANTE DE CÉLULAS TRONCALES HEMATOPOYÉTICAS

El trasplante de células troncales hematopoyéticas (HSC) pluripotentes se hace habitualmente


usando un inoculo de células de la médula ósea recogidas por aspiración, y el proce-dimiento se
llama, a menudo, trasplante de médula ósea. En la práctica clínica actual las células troncales
hematopoyéticas se obtienen casi siempre a partir de la sangre de donantes tras el tratamiento
con factor estimulador de colonias, que moviliza células troncales de la médula ósea. Al receptor
se le trata antes del trasplante con una combinación de quimioterapia, inmunoterapia o radiación
para eliminar las células de la médula ósea y dejar un nicho para las células troncales trans-feridas.
Después del trasplante, las células troncales repueblan la médula ósea del receptor y se
diferencian en todas las líneas hematopoyéticas. Consideramos el trasplante de HSC por separado,
porque este tipo de injerto tiene varias características únicas que no se encuentran en el
trasplante de órganos sólidos.

El trasplante de células troncales hematopoyéticas se utiliza a menudo en la clínica para el


tratamiento de las leucemias y los trastornos preleucémicos. De hecho, el trasplante de células
troncales hematopoyéticas es el único tratamiento curativo de algunas de estas enfermedades,
incluidas la leucemia linfocítica crónica y la leucemia mielocítica crónica. El meca-nismo por el cual
este tipo de trasplante cura las neoplasias hematopoyéticas es el efecto de injerto contra tumor,
en el que el sistema inmunitario donante reconstituido reconoce las células tumorales residuales
como extrañas y las destruye. El trasplante de HSC también se usa en la clínica para tratar
en-fermedades causadas por mutaciones heredadas de los genes que afectan solo a las células
derivadas de las células troncales hematopoyéticas, como los linfocitos o los eritrocitos. Ejemplos
de tales enfermedades que pueden curarse con una trans-ferencia de HSC son la deficiencia de
adenosina desaminasa (ADA), la inmunodeficiencia combinada grave ligada al X y las mutaciones
de la hemoglobina, como la talasemia beta mayor y la anemia falciforme.

Las células troncales hematopoyéticas alógenas son re-chazadas por un anfitrión que sea incluso
mínimamente inmunocompetente y, por tanto, hay que emparejar cuida-dosamente todos los
loci del MHC en el donante y el receptor.

Los mecanismos del rechazo de las HSC no se conocen com-pletamente, pero, además de los
mecanismos inmunitarios adaptativos, las HSC pueden ser rechazadas por los linfocitos NK. La
función de los linfocitos NK en el rechazo de la médula ósea se ha estudiado en animales
experimentales. Los ratones híbridos Ej irradiados rechazan la médula ósea donada por un
progenitor endogámico. Este fenómeno, llamado resis-tencia híbrida, parece violar las leyes
clásicas del trasplante de órganos sólidos. La resistencia híbrida se observa en los ratones con
deficiencias de linfocitos T, y la eliminación de los receptores de los linfocitos NK con anticuerpos
anti-NK impide el rechazo de la médula ósea del progenitor. La resis-tencia híbrida se debe
probablemente a los linfocitos NK del anfitrión, que reaccionan contra los precursores de la
médula ósea que carecen de moléculas de la clase I del MHC expresa-das por el anfitrión.
Recuerde que, normalmente, el recono-cimiento de la clase I del MHC inhibe la activación de los
lin-focitos NK y, si faltan estas moléculas propias del MHC, los linfocitos NK quedan libres de su
inhibición (v. fig. 4-8).
Incluso después de un injerto satisfactorio, dos problemas adicionales se asocian con frecuencia al
trasplante de HSC, la enfermedad de injerto contra anfitrión y la inmunodeficiencia.

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