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Casa de Oración Iglesia del Nazareno

Tema 27: ¿Por qué orar vale la pena?


Base bíblica: Filipenses 4:6-9
Introducción
Cualquiera que sea la circunstancia que esté viviendo, Dios desea que usted lo busque. La
única razón por la que desea ser buscado, es porque se dejará encontrar. Este es su más
grande privilegio. Gracias a la muerte de Jesús en la cruz como propiciación por nuestros
pecados, hoy podemos acercarnos al Padre para gozar de Su maravillosa y transformadora
presencia.

Al buscar a Dios en oración, usted será profundamente cambiado por la influencia de Su


Espíritu. Su divina intervención, siempre producirá fruto en su corazón, y a su vez,
moldeará su carácter de tal manera que sus pensamientos y acciones se alineen de
manera perfecta con Su voluntad. El apóstol Pablo se refirió a la oración como un hábito
indispensable para el crecimiento de todo creyente. Estas son algunas razones por las que
orar, en verdad vale la pena:
1. Recibirá paz
La paz, es esa sensación de descanso y tranquilidad que toda persona desea y que con
frecuencia, no halla. La Biblia, menciona dos tipos de paz. La primera, se entiende como la
ausencia de problemas. Por ejemplo, es la paz que menciona el apóstol Pablo cuando
escribió a Roma: Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos.
Romanos 12:18. Esta paz, depende de una disposición humana. En otras palabras, es una
responsabilidad cristiana indispensable para la buena convivencia.
El segundo tipo de paz se obtiene, única y exclusivamente, a través de un vínculo espiritual
con la presencia de Dios. Esta paz no depende del esfuerzo humano, proviene del Espíritu
de Dios. De hecho, es posible estar a cuentas con todos y aun así, no gozar de la
tranquilidad y el descanso en el corazón. De éste tipo de paz testificó el apóstol Pablo
cuando afirmó: Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones
y sus pensamientos en Cristo Jesús. 4:7. Aquella sensación u estado no tiene una
explicación lógica, pero es real y no depende de las circunstancias. Aunque los mares se
agiten y los dolores se multipliquen, la paz de Dios no se hará esperar, ella nos llenará.
2. Podrá pensar con cordura
Orar, nos permite pensar con cordura. Cordura se define como la capacidad de pensar y
obrar con buen juicio, prudencia, reflexión, sensatez y responsabilidad. ¿Le sorprende? Sin
importar que tan complejas y desesperanzadoras sean las circunstancias, es increíble todo
lo que puede causar un encuentro con Dios en oración. La ansiedad siempre dibujará un
panorama desalentador, pero la oración siempre lo ayudará a mantener el enfoque ideal.
Dios cuidará sus sentimientos y/o pensamientos.
En los momentos de mayor tensión o desesperación la oración nos ayudará a mantener los
pensamientos en orden. ¿Ha tenido una noche de desvelo? La incertidumbre por el futuro
de los hijos, el trabajo o el cónyuge, son causas frecuentes de intranquilidad. La promesa
directa de Dios para todo aquel que lo busca en oración, es guardar su vida de las terribles
consecuencias causadas por los pensamientos destructivos. La mente humana es
vulnerable, pero la oración la capacita para meditar en todo lo bueno, lo honesto, lo puro, lo
amable, lo justo y en todo aquello que sea honorable.
3. Podemos actuar con inteligencia
El apóstol Pablo escribió al finalizar ésta porción bíblica: Pongan en práctica lo que de
mí han aprendido, recibido y oído, y lo que han visto en mí, y el Dios de paz estará con
ustedes. 4:9. Es interesante notar, que después de insistir a la iglesia en Filipo en que
no estuviera ansiosa, sino que orara para que encontrara paz y así sus pensamientos
fueran guardados; ahora le pide que se dedique a imitarlo y a practicar sus enseñanzas.
Definitivamente, la naturaleza de las acciones humanas siempre serán esclavas del
“ADN” de los pensamientos.
Qué difícil es actuar inteligentemente cuando somos abordados por la ansiedad; es muy
fácil cometer errores. El desequilibrio emocional o la incertidumbre, puede presionarnos
de tal manera que actuemos de manera desesperada e imprudente. Pero justamente
eso podemos evitar cuando oramos. Dios nos faculta para obrar de la manera correcta.
¿Crees que hay un comportamiento que no puedes controlar o corregir? Empieza por el
principio: busca a Dios en oración.
Conclusión
Haga de su vida, una constante oración. Busque a Dios, piense en Dios y hágase uno con
Él. La oración hará de usted una persona diferente. Goce de los privilegios de la oración.

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