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2.

1 Lenguaje

El lenguaje oral es una habilidad comunicativa que adquiere significado cuando la


persona lo comprende e interpreta lo escuchado, implica la interacción con más
personas en un contexto semejante y en una situación en la que intervienen los
significados del lenguaje; por tanto es un proceso, una acción, basada en
destrezas expresivas e interpretativas, por lo que la expresión oral debe
entenderse como tal, junto a la comprensión oral, la lectura y la escritura
(VERNON & ALVARADO, 2014).

Es en la etapa preescolar donde el niño tiene un desarrollo destacado del lenguaje


de ahí la importancia de la interacción con otros niños y adultos así como el
contexto que lo envuelva ya que de estos factores dependerá de su óptimo o no
desenvolvimiento en el que aprendan y desarrollen habilidades para hablar,
escuchar, comprender, dialogar, conversar y argumentar información.

El periodo óptimo para la adquisición del lenguaje es entre los tres y los cinco
años de edad, los niños aprenderán a comunicarse oralmente con otras personas
teniendo un lenguaje menos amplio en comparación con los adultos, este
desarrollo corresponde a la etapa preescolar la cual será de bastante apoyo en el
desarrollo de sus posibilidades relacionadas a los aprendizajes escolares y a la
convivencia social con otras personas dentro y fuera de la escuela, dichos
aprendizajes continuarán fortaleciéndose con el tiempo hasta llegar a comunicarse
con un lenguaje oral con mayor fluidez y claridad.

Por lo anterior, la educación preescolar tiene un papel muy importante, pues da al


alumno la oportunidad de hablar y escuchar sobre distintos temas a los que tratan
en su entorno familiar, teniendo la oportunidad de escuchar cuentos, cantar, decir
rimas, describir imágenes o situaciones lo que le ayuda a ir ampliando cada vez
más su vocabulario.
En otras palabras, el preescolar expande su mundo, los significados, el
vocabulario y las estructuras lingüísticas con las circunstancias a las que expone a
los niños. Les crea la necesidad de hablar sobre distintos temas y de explorar
diferentes maneras de usar el lenguaje, buscando el más apropiado para cubrir
esas necesidades de expresión (VERNON & ALVARADO, 2014).

2.1.1 Adquisición del lenguaje en edad preescolar

La edad preescolar comprende de las 3 a los 5 años que según Jean Piaget
comprende el segundo periodo de desarrollo infantil al cual lo llama pre
operacional y es donde el niño adquiriere un acelerado progreso del lenguaje,
comienza a emplear las palabras en forma verdaderamente representacional, las
usa para referirse a eventos que no experimenta de modo directo.

Los niños experimentan el lenguaje oral en el entorno familiar de manera general


comunicando con él sus necesidades, para expresarse y entender a los demás
que utilizan su mismo lenguaje teniendo un sentido y un propósito específico, es
decir, el lenguaje lo utilizan como un herramienta de comunicación para compartir
experiencias, ideas, gustos, temores, pensamientos y conocimientos.

Por lo tanto es indispensable invitar a los alumnos a usar el lenguaje, incitarlos a


hablar de las cosas que necesitan para entender, hacer preguntas y escuchar
respuestas, y en tal caso reaccionar o hacer más preguntas.

2.1.2 Expresión Oral

“La expresión oral es la capacidad de expresar oralmente los conocimientos


adquiridos o las propias ideas, sentimientos y experiencias, de forma sintáctica,
con una articulación y entonación correcta, un vocabulario rico y adecuado”
Diccionario enciclopédico de educación (p. 192; 2003).

Por su parte FLORES (2004) define que la expresión oral es la capacidad que
consiste en comunicarse con claridad, fluidez, coherencia y persuasión,
empleando en forma pertinente los recursos verbales y no verbales. También
implica saber escuchar a los demás, respetando sus ideas y las convenciones de
participación.

La expresión oral es el conjunto de técnicas que determinan las pautas generales


que deben seguirse para comunicarse oralmente con efectividad, o sea es la
forma de expresar sin barreras lo que uno quiere, claro sin excederse ni hablar
tonterías o con mal vocabulario.

Saber expresarse oralmente es una necesidad vital para que nuestros


interlocutores capten con claridad el mensaje que queremos expresar, es decir
para dar a conocer nuestras ideas y opiniones (WIKIPEDIA 2008).

DOUGLAS BARNES (2007)(en Language strategies in learning) plantea al


respecto: “Hablar es el principal medio a través del cual los estudiantes exploran
las relaciones entre lo que ya saben y las nuevas observaciones o interpretaciones
de la realidad que enfrentan. En el hecho cada uno de nosotros se habla a sí
mismo para explicarnos nuestros pensamientos.

Mabel Codemarín y Alejandra Medina (2007) señalan que: “Tradicionalmente, en


la escuela se ha valorado la sala de clases silenciosa, porque se ha tendido a
asociar el silencio con pensamiento, trabajo productivo y buena conducta. Sin
embargo, la investigación educacional desmiente esas creencias al demostrar que
los estudiantes necesitan hablar con el fin de aprender y llegar a ser usuarios
competentes del lenguaje”. Luego destacan algunos planteamientos en relación
con la importancia del habla en el aprendizaje:
Para que los niños y niñas hablen, se expresen libremente, hay que hacerles
sentir que lo que dicen es digno de nuestra atención, que queremos entender lo
que señalan, considerar lo dicho por el niño/a como base para lo que se va a
enseñar y ponernos siempre a su nivel de comprensión.

PINKER (1995 citado en GONZALES Y HERNANDEZ, 2004) señala que el


lenguaje “… es la invención más importante que ha hecho el hombre...” (Ib. p. 18)
y lo designa con el término de «instinto» porque considera que “…esta palabra
transmite la idea de que las personas saben hablar en el mismo sentido en que las
arañas saben tejer sus telas.” (Ib. p. 18). por VIGOTSKY de que “… el desarrollo
del pensamiento está determinado por el lenguaje, es decir, por las herramientas
lingüísticas del pensamiento y la experiencia socio-cultural…” (VIGOTSKY, 1968,
P.66).

Sus estudios lo llevaron al planteamiento de una conclusión fundamental acerca


del desarrollo del pensamiento: “… El pensamiento verbal no es una forma innata,
natural de la conducta pero (sic) está determinado por un proceso histórico-cultural
y tiene propiedades específicas y leyes que no pueden ser halladas en las formas
naturales del pensamiento y la palabra.” (IB. P.66).

Según FLORES MOSTACERO, ELVIS (2004) señala que: “La Expresión Oral es
la capacidad que consiste en comunicarse con claridad, fluidez, coherencia y
persuasión, empleando en forma pertinente los recursos verbales y no verbales.
También implica saber escuchar a los demás, respetando sus ideas y las
convenciones de participación”.

Así mismo, le corresponde a la expresión oral también el desarrollar nuestra


capacidad de escuchar para comprender lo que nos dicen los demás, sus reales
intenciones.
2.1.3 La música como herramienta pedagógica

La música además de ser un recurso artístico puede ser utilizada como


herramienta pedagógica que favorece el desarrollo intelectual, motriz y de
lenguaje en los niños y niñas en edad preescolar, a través del fortalecimiento de
dispositivos básicos del aprendizaje como la memoria, la atención, la percepción y
la motivación.

2.1.4 Aspectos que se favorecen con la música

Desde que nos levantamos por las mañanas, la música nos acompaña en las
tareas diarias, ya sean individuales o grupales, independientemente del estado
anímico, nos despierta el interés por cualquier situación o tema, propicia las
relaciones sociales, favorece la comunicación, aminora el stress… y ya
centrándonos en los niños, la música es multidisciplinar; y con ella se consigue:

Desarrollar el sentido del ritmo, ayuda a anticipar, organizar y sincronizar el


movimiento, la música nos invita a movernos, bailar y dar palmas; actividades
mediante las cuales nuestros alumnos trabajan conjuntamente el ritmo y el
movimiento, mejorando de este modo la expresión corporal y estimulando su
coordinación.

Fomentar la imaginación y la capacidad creativa, hace posible que nos olvidemos


de lo real por un lapso de tiempo, y dejemos volar la mente a un mundo mágico,
dando rienda suelta a la fantasía.

Reforzar la memoria, pues algunas estructuras lingüísticas se fijan más fácilmente


en la memoria si estas van acompañadas de música.
Aumentar el vocabulario y paliar algunos problemas del lenguaje, ya que, algunos
niños tienen dificultades en la pronunciación u otro tipo de problemas o retrasos en
el aprendizaje del lenguaje.

Y gracias a las canciones, el niño trabaja sus dificultades lingüísticas sin que esto
suponga un gran esfuerzo para él y a su vez amplíe su vocabulario.

Desarrollar el oído musical, facilitándole su introducción al mundo de la música, y


ayudándole a reconocer y distinguir los distintos sonidos que nos acompañan en
nuestro entorno: el chucuchu del tren, el ladrido de una mascota, el cantar de los
pájaros… Hay canciones, sobre todo dirigidas a los más pequeños, en las que
aparecen onomatopeyas o sonidos conocidos por el niño; cantar este tipo de
canciones les ayuda a identificar estos sonidos cuando aparecen en el mundo que
les rodea.

Contribuir al aprendizaje de idiomas, en lo que se refiere no sólo a la


memorización de nuevo vocabulario, sino también a la pronunciación de este, es
decir la vocalización o articulación correcta; y en un sentido más amplio, abarca a
su vez los componentes prosódicos: acentuación, ritmo y entonación.

Ayudar a la estimulación del tacto, si lo acompañamos con algún instrumento; ya


que no todos los instrumentos se tocan de igual manera, ni dejan la misma
sensación en las manos. Resulta divertido y enriquecedor seguir el compás de una
canción con instrumentos musicales de ejecución táctil.

Favorecer que las emociones afloren, se exterioricen, debido a que algunas


canciones nos permiten llegar hasta el corazón de los niños; y mediante ellas
podemos adivinar su estado de ánimo oyendo las canciones que escogen
espontáneamente.
Propiciar las relaciones sociales con los demás. Al cantar en grupo, los niños
aprenden a relacionarse con sus compañeros, facilitando la cohesión y el
sentimiento de pertenencia al grupo.

Facilitar la integración, pues la gran mayoría de las canciones que cantamos en la


escuela son canciones populares, mediante las cuales enseñamos a nuestros
alumnos aspectos culturales de la sociedad a la que pertenecen, ayudándole a su
vez a integrarse mejor en el contexto en el que viven.

Favorecer la expresión artística, llevando la música o letra de la canción al papel,


reflejando en imágenes o figuras lo que la melodía nos transmite.
Despertar el interés por nuevos aprendizajes, que mejor manera de adquirir
nuevos conocimientos si este se hace de manera divertida, entretenida, en la que
el niño se hace partícipe de su aprendizaje… y la canción contribuye a ello.

Todos estos aspectos pueden conseguirse gracias a introducir la música en


nuestras aulas, combinando los versos rítmicos para estimular al niño y mediante
ellos, se fijen tanto en la música como en la letra.

Vernon, S. A., & Alvarado, M. (2014). Aprender a escuchar, aprender a hablar. La lengua oral
en los primeros años de escolaridad. Materiales para Apoyar la Práctica Educativa. Retrieved
Julio 21, 2016, from http://publicaciones.inee.edu.mx/buscadorPub/P1/D/417/P1D417.pdf
INEE. (2013, Marzo 05). El aprendizaje en tercero de preescolar en México. Lenguaje y
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publicaciones/resultados-de-aprendizaje-capitulos/563-el-aprendizaje-en-tercero-de-
preescolar-en-mexico-lenguaje-y-comunicacion-pensamiento-matematico-resumen-ejecutivo

La música como recurso pedagógico en la edad preescolar


Maritza Liliana Díaz, Rocío Morales Bopp, Wilson Díaz Gamba

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