Você está na página 1de 7

TEMÁTICA LIBRO VII LA REPÚBLICA DE PLATÓN

- Y si a la fuerza se lo arrastrara por una escarpada y empinada cuesta, sin


soltarlo antes de llegar hasta la luz del sol, ¿no sufriría acaso y se
irritaría por ser arrastrado y, tras llegar a la luz, tendría los ojos llenos
de fulgores que le impedirían ver uno solo de los objetos que ahora decimos
que son los verdaderos?

- Por cierto, al menos inmediatamente.

- Necesitaría acostumbrarse, para poder llegar a mirar las cosas de arriba. En


primer lugar miraría con mayor facilidad las sombras, y después las figuras de
los hombres y de los otros objetos reflejados en el agua, luego los hombres y
los objetos mismos. A continuación contemplaría de noche lo que hay en el
cielo y el cielo mismo, mirando la luz de los astros y la luna más fácilmente
que, durante el día, el sol y la luz del sol.

- Sin duda.

- Finalmente, pienso, podría percibir el sol, no ya en imágenes en el agua o


en otros lugares que le son extraños, sino contemplarlo como es en sí y por
sí, en su propio ámbito.

- Necesariamente.

- Después de lo cual concluiría, con respecto al sol, que es lo que produce


las estaciones y los años y que gobierna todo en el ámbito visible y que de
algún modo es causa de las cosas que ellos habían visto.

- Es evidente que, después de todo esto, arribaría a tales conclusiones.

El fragmento que nos ocupa se corresponde con una parte del Mito de la
Caverna, pertenece al Libro VII de La República, diálogo de madurez de
Platón donde desarrolla la educación necesaria que tienen que tener
los gobernantes, una de las tres clases sociales en la que divide
Platón su sociedad ideal. En esta alegoría compara a la educación con
un proceso de ascenso en una cueva, es decir, en el conocimiento y en
el ser. Unos prisioneros viven en lo más profundo de una cueva y sólo
pueden mirar hacia una pared, donde ven sombras y reflejos. Son las
sombras de unos objetos que detrás de ellos llevan unos individuos,
pero los prisioneros no lo saben. En un momento dado, uno de los
prisioneros se libera y escapa, subiendo por la caverna hacia el
exterior, hasta llegar al exterior y ver la naturaleza y el sol.

El fragmento que vamos a analizar trata del momento de la salida de la


cueva.

Salir de la cueva es una tarea difícil, ya que tienen que subir por
una “escarpada y empinada cuesta” que representa como es el paso del
conocimiento sensible (interior de la caverna) al inteligible (el
exterior). Es decir, el trabajoso y gradual (“necesitaría
acostumbrarse”) paso de la opinión o doxa al conocimiento o episteme.
Es un trabajo tan duro que tienen que obligar al prisionero a salir,
tiene que haber alguien que lo fuerce y por fin lo suelte al final del
camino. Ese alguien representa la labor educadora del filósofo que
ayuda al alma a recordar y a volver al mundo inteligible al que
pertenece.

En la episteme o conocimiento encontramos dos etapas como también


había en la opinión o doxa. De menor a mayor grado de conocimiento
tenemos la dianoia y la noesis.

La dianoia está representada en el texto en el momento que el


prisionero, recién abandonada la cueva, puede ver las sombras y
reflejos en el agua pero todavía no puede distinguir los objetos
reales. La dianoia se corresponde con el conocimiento de los objetos
matemáticos.

La noesis está representada cuando el prisionero puede ir


distinguiendo los objetos reales. Y por último podrá ver el Sol, que
representa la idea del Bien, la idea más importante de todas pues el
sol no sólo nos permite ver los objetos reales sino que gracias a él,
existen las “estaciones y los años”. El sol como el Bien tiene dos
fundamentos, uno epistemológico, es decir, gracias a él podemos
conocer y otro ontológico es decir, gracias a él existen las ideas y
por tanto también el mundo sensible que es copia del inteligible.

Debajo de la idea de Bien estarían el resto de ideas morales: Belleza,


Justicia, Virtud, Valor etc. A continuación las ideas que determinan
las relaciones entre los seres: Igualdad- Diferencia, Grande-
Pequeño, etc. Después, las ideas de los números, la Unidad, la
Dualidad... y las figuras geométricas, la Triangularidad, la
Circularidad...; las ideas de las cosas naturales, Caballo,
Hombre.... y, finalmente, las ideas de cosas fabricadas, Mesa,
Casa.... A este conjunto de relaciones entre ideas se le llama
simploké.

- Y si se acordara de su primera morada, del tipo de sabiduría existente allí


y de sus entonces compañeros de cautiverio, ¿no piensas que se sentiría feliz
del cambio y que los compadecería?

- Por cierto.

- Respecto de los honores y elogios que se tributaban unos a otros, y de las


recompensas para aquel que con mayor agudeza divisara las sombras de los
objetos que pasaban detrás del tabique, y para el que mejor se acordase de
cuáles habían desfilado habitualmente antes y cuáles después, y para aquel de
ellos que fuese capaz de adivinar lo que iba a pasar, ¿te parece que estaría
deseoso de todo eso y envidiaría a los más honrados y poderosos entre
aquéllos? ¿O más bien no le pasaría como al Aquiles de Homero, y «preferiría
ser un labrador que fuera siervo de un hombre pobre» o soportar cualquier otra
cosa, antes que volver a su anterior modo de opinar y a aquella vida?

- Así creo también yo, que padecería cualquier cosa antes que soportar aquella
vida.

El fragmento que nos ocupa se corresponde con una parte del Mito de la
Caverna, pertenece al Libro VII de La República, diálogo de madurez de
Platón donde desarrolla la educación necesaria que tienen que tener
los gobernantes, una de las tres clases sociales en la que divide
Platón su sociedad ideal. En esta alegoría compara a la educación con
un proceso de ascenso en una cueva, es decir, en el conocimiento y en
el ser. Unos prisioneros viven en lo más profundo de una cueva y sólo
pueden mirar hacia una pared, donde ven sombras y reflejos. Son las
sombras de unos objetos que detrás de ellos llevan unos individuos,
pero los prisioneros no lo saben. En un momento dado, uno de los
prisioneros se libera y escapa, subiendo por la caverna hacia el
exterior, hasta llegar al exterior y ver la naturaleza y el sol.

En esta parte vamos a ver como el prisionero llega a la conclusión de


que ha accedido a una vida más feliz y sentiría pena por sus ex
compañeros de la caverna que sólo pueden ver las sombras proyectadas
en la pared que no son más que sombras de objetos. Y pensará que a lo
que antes les daba mucha importancia como adivinar las sombras, no
eran más que tonterías comparadas ahora con el verdadero conocimiento.

Ahora que ha alcanzado el nivel más alto del conocimiento, que ya


conoce el Bien es completamente feliz, porque el conocimiento da
también placer, es más la búsqueda de ese placer también lleva al
conocimiento. Ya que para los griegos antiguos el bien y la belleza
tenían el mismo significado. Si una ley era buena, decían que era
bella. De ahí que todavía en nuestra lengua, bonito y bueno tengan la
misma raíz. Así la idea de Belleza es la idea más próxima a la idea
del Bien. El amor en Platón es deseo de belleza, porque el amor
tiene por objeto la belleza y este impulso debe y puede ser utilizado
para alcanzar el mundo de las ideas. Según Platón la belleza se
desea porque es el bien que nos hace felices y por eso ahora el
prisionero ha alcanzado la felicidad.

- Piensa ahora esto: si descendiera nuevamente y ocupara su propio asiento,


¿no tendría ofuscados los ojos por las tinieblas, al llegar repentinamente del
sol?

- Sin duda.

- Y si tuviera que discriminar de nuevo aquellas sombras, en ardua competencia


con aquellos que han conservado en todo momento las cadenas, y viera
confusamente hasta que sus ojos se reacomodaran a ese estado y se
acostumbraran en un tiempo nada breve, ¿no se expondría al ridículo y a que se
dijera de él que, por haber subido hasta lo alto, se había estropeado los
ojos, y que ni siquiera valdría la pena intentar marchar hacia arriba? Y si
intentase desatarlos y conducirlos hacia la luz, ¿no lo matarían, si pudieran
tenerlo en sus manos y matarlo?

- Seguramente.

El fragmento que nos ocupa se corresponde con una parte del Mito de la
Caverna, pertenece al Libro VII de La República, diálogo de madurez de
Platón donde desarrolla la educación necesaria que tienen que tener
los gobernantes, una de las tres clases sociales en la que divide
Platón su sociedad ideal. En esta alegoría compara a la educación con
un proceso de ascenso en una cueva, es decir, en el conocimiento y en
el ser. Unos prisioneros viven en lo más profundo de una cueva y sólo
pueden mirar hacia una pared, donde ven sombras y reflejos. Son las
sombras de unos objetos que detrás de ellos llevan unos individuos,
pero los prisioneros no lo saben. En un momento dado, uno de los
prisioneros se libera y escapa, subiendo por la caverna hacia el
exterior, hasta llegar al exterior y ver la naturaleza y el sol.

Esta parte del mito de la caverna representa la parte descendente de


la dialéctica, es decir, de la misma manera que el prisionero del mito
de la caverna recorre un doble camino, "hacia arriba" y "hacia abajo",
también el gobernante debe recorrer un camino doble, primero la
preparación teórica y después, la implicación práctica en los asuntos
del Estado. Así una vez que el prisionero ha alcanzado el
conocimiento, vuelve a bajar a la caverna para transmitírselo a sus ex
compañeros. El filósofo debe bajar hasta el nivel de los demás hombres
para ayudarles en su camino al conocimiento.
pero una vez que se ha conocido el mundo de las ideas, el prisionero
no está cómodo en la caverna, se tiene que acostumbrar de nuevo a la
oscuridad, y está torpe en ese ambiente. Todo esto produce que los
demás prisioneros se rían de él y no lo tomen en serio. Además ven que
ha vuelto más torpe de lo que era antes, así que piensan que es
peligroso salir de la cueva. Es más, cuando el ex prisionero intente
liberarlos para que puedan salir, lo intentan matar, lo que nos
recuerda la muerte de Sócrates, maestro de Platón.

El proceso de la educación es tan duro como la salida de la caverna y


la gran mayoría de los ciudadanos prefieren seguir las doctrinas de
otros, dejarse llevar por la demagogia de los sofistas, antes de
intentar el camino y llegar al verdadero conocimiento. El filósofo
entiende que esa es su labor, liberar de las cadenas a los demás, y
ayudarles en su camino aunque eso le cueste la vida como a Sócrates.

-Pues bien, querido Glaucón, debemos aplicar íntegra esta alegoría a lo que
anteriormente ha sido dicho, comparando la región que se manifiesta por medio
de la vista con la morada-prisión, y la luz del fuego que hay en ella con el
poder del sol; compara, por otro lado, el ascenso y contemplación de las cosas
de arriba con el camino del alma hacia el ámbito inteligible, y no te
equivocarás en cuanto a lo que estoy esperando, y que es lo que deseas oír.
Dios sabe si esto es realmente cierto; en todo caso, lo que a mí me parece es
que lo que dentro delo cognoscible se ve al final, y con dificultad, es la
Idea del Bien. Una vez percibida, ha de concluirse que es la causa de todas
las cosas rectas y bellas, que en el ámbito visible ha engendrado la luz y al
señor de ésta, y que en el ámbito inteligible es señora y productora de la
verdad y de la inteligencia, y que es necesario tenerla en vista para poder
obrar con sabiduría tanto en lo privado como en lo público.

- Comparto tu pensamiento, en la medida que me es posible.

El fragmento que nos ocupa se corresponde con una parte del Mito de la
Caverna, pertenece al Libro VII de La República, diálogo de madurez de
Platón donde desarrolla la educación necesaria que tienen que tener
los gobernantes, una de las tres clases sociales en la que divide
Platón su sociedad ideal. En esta alegoría compara a la educación con
un proceso de ascenso en una cueva, es decir, en el conocimiento y en
el ser. Unos prisioneros viven en lo más profundo de una cueva y sólo
pueden mirar hacia una pared, donde ven sombras y reflejos. Son las
sombras de unos objetos que detrás de ellos llevan unos individuos,
pero los prisioneros no lo saben. En un momento dado, uno de los
prisioneros se libera y escapa, subiendo por la caverna hacia el
exterior, hasta llegar al exterior y ver la naturaleza y el sol.

Estamos ante el último párrafo de la Alegoría de la Caverna, donde el


mismo Platón se encarga de explicar la metáfora del relato.

Así la caverna se corresponde con el mundo de lo visible y los


prisioneros simbolizan al alma atrapada en él, ya que el alma
pertenece al mundo inteligible pero se encarna en el cuerpo humano que
es material y mortal y olvida todo su pasado y vive prisionera en lo
material. En el mundo sensible nos encontramos con dos niveles: el
formado por los seres naturales (“figurillas de hombres y animales”)
y por los artificiales (“utensilios”), y el formado por las imágenes,
es decir, las sombras, reflejos y copias de los seres naturales y
artificiales (“sombras”). En cuanto al conocimiento, la caverna
representa la opinión o doxa: la conjetura o eikasía que serían las
sombras y la creencia o pistis, el conocimiento de los objetos.

El fuego cuya luz está en el interior es el sol, de manera que todo


lo que se ve y ocurre dentro de la caverna es posible gracias al
fuego. Sin la luz ni el calor del sol, el conocimiento sensible y la
vida serían imposibles.

La subida hacia lo alto y la contemplación del mundo de arriba


(exterior de la caverna) es el símbolo del camino del alma hacia el
mundo inteligible, formado por los objetos matemáticos y las Ideas,
que son los seres verdaderos, que representan el conocimiento y no la
opinión. La episteme también se divide en dos ámbitos: la dianoia
(conocimiento matemático) y la noesis (conocimiento de las Ideas)

Lo último que el alma aprende a ver es la idea del Bien, el Bien es


causa de todas las cosas, y es el responsable de la existencia de la
verdad y de la inteligencia.

Sólo quien conoce esta realidad está capacitado para comportarse bien
tanto en el ámbito privado como público y por eso sólo los que han
seguido este camino de conocimiento pueden ser los gobernante del
estado ideal de Platón.
¿Qué deben compartir emisario y receptor en un acto comunicativo
verbal?

¿Qué condiciones se tienen que dar para que un acto comunicativo sea
eficaz por parte del emisor y del receptor?

Realiza un esquema del acto de la comunicación

Ponme un ejemplo de contexto lingüístico

A qué llamamos doble articulación del lenguaje

Explica la función apelativa y fática

¿Qué son dialectos?

Di al menos 3 características a nivel fonético-fonológico del andaluz

Explica la variedad diafásica de la lengua

¿Qué es el yeísmo?

Fórmulas de tratamiento en el andaluz

Explica el dequeísmo

Nombra palabras que deriven del árabe y que vemos en el andaluz

Qué es el contexto en el acto comunicativo. Ejemplo

Você também pode gostar