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HISTORIA SOCIAL

DE LOS TEATROS EN CHILE

MELIPILLA EN EL SIGLO XX

Jorge Saavedra
Mario Poblete
HISTORIA SOCIAL
DE LOS TEATROS EN CHILE
HISTORIA SOCIAL
DE LOS TEATROS EN CHILE
Esta investigación fue realizada gracias a los aportes del
FONDART Regional, en su Línea de Investigación, del Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes.

Melipilla en el siglo XX
HISTORIA SOCIAL DE LOS TEATROS EN CHILE
Melipilla en el siglo XX
Registro de propiedad intelectual Nº 217.255
© Jorge Saavedra Utman
© Mario Poblete Vásquez

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primordial es la publicación y divulgación de escrituras significantes,
tanto textuales como gráficas. El criterio de lo significante radica en
el ser humano, en su urgencia creativa y de comunicación. Chancacazo
Publicaciones, bajo esta enseña, se incrusta en el medio cultural como
una plataforma de participación y realización individual y colectiva.

I.S.B.N.: 978-956-8940-25-6
Primera edición de 1.000 ejemplares.
Printed in Chile / Impreso en Chile junio de 2012.

La reproducción textual y digital de esta obra depende del previo consentimiento de


su autor o la editorial, conforme a las leyes 17.036 y 18.443 de Propiedad Intelectual.
CONTENIDO

Prefacio 9

INTRODUCCION
Los teatros en Chile 12
Algunas cuestiones preliminares 17
Sobre el enfoque teórico 18
Sobre el método de investigación 24

CAPITULO I. Entre lo prolífico y lo precario: 1900-1932


La matriz cultural al comienzo del siglo XX 41
La creciente vida cultural melipillana de principios de siglo 45
La irrupción del cine y su recepción en Melipilla 49
El pionero Teatro Apolo 54
Teatro Melipilla, la función debe continuar 58
El sueño frustrado del teatro propio 68
El Teatro Alhambra distaba de ser un palacio 72
El imperio del Teatro Colón: boxeo, estrellas,
desnudos y escándalos 75
Las estrellas mudas del Teatro Esmeralda 86

CAPÍTULO II. El Teatro Serrano: 1933-1968


Los años 40: artistas locales, estrellas globales 120
El inicio del radioteatro 132
En el teatro, por el teatro: 1950-1956 142
Los vaivenes del Serrano 156
El ingreso de la juventud 159
La década de 1960: la bisagra y el declive 165
Buscando la Mejor Voz 171

CAPÍTULO III. De la hegemonía a la decadencia


del Cine Palace: 1969-1989

Los Lunes Mejicanos 192


El Súper Show 007 194 PREFACIO
1973, folklore y fiesta 205
El impulso dramatúrgico de Eduardo Mallea 223
De la clandestinidad y la decadencia 236
La década perdida de 1980 241 El presente libro está, indudablemente, desarrollado dentro de
los marcos propios de los análisis históricos. Así lo indica el tí-
CAPÍTULO IV. La esperanza ausente: 1990-2000 tulo del mismo: Historia Social de los Teatros en Chile, Melipilla
La década de 1990 260 en el siglo XX Aunque puede llamar la atención que, simplemen-
Balance de un siglo de teatros en Melipilla 265
¿Por qué no sobrevivieron los teatros? 269
te, no lo hayamos titulado “Historia de los teatros”, omitiendo el
El deterioro del vínculo social 277 calificativo “social”. Sin embargo, destacar lo social de nuestro
análisis no es azaroso ni trivial. Es más, asumimos como propia
ANEXOS de la investigación la definición de historia planteada por Lucien
Registro Fotográfico 283 Febvre, fiel representante de la École des Annales:
Mapa de Melipilla 310
Los teatros melipillanos 311
No hay historia económica y social. Hay historia sin más, en
su unidad. La historia que es, por definición, absolutamente social.
REFERENCIAS
En mi opinión, la historia es el estudio científicamente elaborado de
Bibliografía 312
las diversas actividades y de las diversas creaciones de los hombres
Entrevistados 320
Periódicos utilizados 321 de otros tiempos, captadas en su fecha, en el marco de sociedades
Revistas consultadas 321 extremadamente variadas y, sin embargo, comparables unas a otras
Sitios Web 321
Créditos Fotográficos 322 (el postulado es de la sociología); actividades y creaciones con las
que cubrieron la superficie de la tierra y la sucesión de las edades.
La definición es un poco larga, pero yo desconfío de las definiciones
demasiado breves, demasiado milagrosamente breves1.

En la definición de Febvre, lo social no hace referencia a un


ámbito particular de la sociedad, sino que incorpora a todos los
ámbitos sociales. Esto es algo que, décadas más tarde, el mismo
Niklas Luhmann postularía con su teoría de los sistemas socia-

1 Febvre, Lucien, Combates por la Historia, Barcelona, Ariel, 1992, pp. 39-40.

9
les. De la misma manera, nuestro estudio de los teatros melipi- INTRODUCCION
llanos del siglo XX considera no sólo el aspecto artístico, sino
también los aspectos políticos que los determinaron, los cam-
bios tecnológicos, sus dimensiones económicas, entre otros. La denominación “teatro” define más que a una disciplina ar-
En el mismo sentido, en ningún caso lo social en este libro tística. Es un concepto amplio que involucra tanto la creación
tiene que ver, exclusivamente, con el problema de la pobreza literaria y musical, como la performatividad de un arte escéni-
–aunque ciertamente se la considera–, ni tampoco, necesaria- co. Así también incorpora a una serie de grupos e instituciones
mente, dice relación con el estudio de aquel sujeto que la his- sociales para su desenvolvimiento, como pueden ser diversos
toria tradicional ha escondido –el pobre, el oprimido, etcétera. individuos que conforman equipos de apoyo y administrativos,
Pero tampoco hacemos la historia del sujeto tradicionalmente también medios de difusión y, desde luego, los públicos. Y, sin
estudiado, como el héroe, el genio o el gran artista, en otras duda, es también un espacio arquitectónico. En definitiva, la de-
palabras, no pretendemos reconstruir, excluyentemente, la his- nominación de teatro acá utilizada abarca una serie de dimen-
toria del establishment. Entonces, ¿qué historia pretendemos siones que tienen relación con uno de los elementos históricos
hacer? Nuestra respuesta apunta a una historia propiamente constituyentes de una ciudad, donde las personas salen a su en-
social. Es decir, una en que la unidad de análisis sea la sociedad cuentro y donde establecen vínculos sociales.
o, si se quiere, el fenómeno social, en todas o la gran mayoría de En este sentido, al igual como plantean González y Rolle,
sus dimensiones. en esta investigación se postula que los teatros, entre otros es-
En consecuencia, bajo esta premisa, el teatro es entendido pacios de representación artística, son tanto el soporte material
como un espacio social, de encuentro entre personas, donde se como el lugar que le entrega sentido al arte y propicia los
desarrollan vínculos sociales, y que desborda lo propiamente vínculos sociales:
artístico, pero que lo incluye, que excede lo meramente urbano,
pero que lo contiene. Estos últimos no son más que algunos de El teatro, el cabaret, el salón de té o la boite le han otorgado
los múltiples aspectos que un fenómeno social puede tener, y un apropiado marco al cuplé, al tango, al vals o al bolero, respecti-
que, a su vez, lo conectan con diversas estructuras y procesos vamente. Una suma de elementos arquitectónicos y escenográficos
sociales más amplios, relaciones todas que las ciencias sociales parecen contribuir a complementar el sentido de la música, pero
buscan entender. por sobre todo son los modos de comportamiento, las formas de
intimidad y las experiencias de los sujetos que allí acuden, las que
Jorge Saavedra, Mario Poblete más contribuyen a otorgarle sentido a lo que se escucha y se baila2 .
Melipilla, diciembre de 2011.
2 González, J. P. & Rolle, C., Historia Social de la Música Popular en Chile, 1890-
1950, Santiago de Chile, Ediciones Universidad Católica de Chile y Casa de las

10 11
Al considerar al teatro con un protagonismo central a la que, en tiempos en que los soportes tecnológicos estaban aún
hora de marcar el desarrollo cultural en general, y de ser un ausentes, sustentaban su difusión en gran medida en la puesta
factor preponderante a la hora de conformar social y urbana- en escena6. Este proceso, a su vez, fue apresurado e influenciado
mente las ciudades, la inquietud que emerge es por qué hoy en por el traslado del músico eclesiástico hacia escenarios laicos,
día no existe ningún teatro en Melipilla. De modo que este plan- debido a los cambios en la conformación músico-instrumental
teamiento se esmera en esclarecer las causas que provocaron la de la Iglesia Católica durante el siglo XIX7.
caída y desaparición de los teatros en cuanto espacios sociales En sus inicios, estas expresiones artísticas fueron los
primordiales en la ciudad. principales consumos culturales por parte de la ciudadanía
Para dar respuesta a esta interrogante, se entenderá a los oligarca de ese entonces. El teatro estuvo concebido para
teatros bajo cuatro dimensiones que se entrecruzan a través de un acceso exclusivo y elitista, lo cual se puede atribuir a la
su devenir histórico: a) espacios de apreciación artística; b) re- mayor presencia poblacional en las zonas rurales que en las
quisito de urbanidad moderna; c) eje de la industria artístico- urbanas; la diferenciación entre una clase alta, letrada, he-
cultural; y d) espacios de socialización3. redera de la nobleza española post-independentista, opues-
ta a una numerosa clase baja de trabajadores, labradores y
Los teatros en Chile empleados; así como a la diferencia educacional entre uno y
otro estrato8.
Los teatros comenzaron a construirse en Chile a mediados del En cuanto espacio de socialización, los teatros fueron un
siglo XIX –aunque proliferando durante la primera mitad del elemento central de la vida social, espacio del ver y verse, sím-
siglo XX4– tanto como una respuesta de la sociedad chilena a bolo de la representación y expresión de una identidad que se
la “mayoría de edad” que tenía el país, como a la efectiva popu-
laridad de óperas, operetas y de presentaciones teatrales5, las 6 Op. cit. González & Rolle, p. 292.
7 La organización de las capillas sufrió cambios importantes durante el siglo XIX,
especialmente la capilla de la Catedral de Santiago, la cual tuvo una transformación
Américas, 2005, p. 271. sustancial hacia 1849, momento en que llegó a Chile un órgano de grandes dimen-
3 El concepto de socialización es entendido acá según la formulación clásica de Sim- siones, solicitado por el arzobispo Rafael Valdivieso, desde Inglaterra, junto con su
mel. La socialización es un proceso que está a la base de la distinción entre “contenido” respectivo organista. La consecuencia de ello es que se suprimió a gran parte de los
y “forma” de la existencia social, siendo particularmente la “forma” concreta que ad- músicos y cantantes que conformaban a esa fecha la orquesta, dando inicio al éxodo
quieren los vínculos sociales. Por contraparte, el contenido para Simmel es la indi- de los músicos profesionales que abandonaron las iglesias para trabajar definitiva-
vidualidad misma, estos son los impulsos, los propósitos, los contenidos e intereses mente en ámbitos laicos. Al respecto revísese la publicación de: Claro Valdés, Samuel,
individuales, que no son sociales, sino individuales, que motivan las formas sociales, “Música catedralicia en Santiago durante el siglo pasado” en Revista Musical Chilena,
que modelan las formas específicas de socialización. Al respecto: Wolff, Kurt (trans. y (Octubre – Diciembre) XXXIII/ núm. 148, 1979; también, en el último tiempo, un
ed.), The Sociology of George, Simmel. Glencoe, IL, Free Press, 1950, pp. 40 y ss. trabajo más comprehensivo es el de: Izquierdo, José Manuel, El Órgano Flight & Son
4 Op. cit. González & Rolle, p. 293. de la Catedral de Santiago, Tesis para optar al Grado de Magíster en Artes, mención
5 Piña, Juan Andrés, Historia del teatro en Chile 1890-1940, Santiago de Chile, RIL Musicología, Universidad de Chile, 2011.
Editores, 2009, p. 39. 8 Op. cit. Piña, pp. 39-38.

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acercaba a lo potencialmente europeo para lograr una dife- el templo católico, un almacén, uno o tal vez más restaurantes y
renciación de lo criollo-popular. Un aspecto constante fue que posadas, y en algunos casos un mercado11.
los teatros siempre se caracterizaron por ser espacios de exhi- La actividad de apreciación artística era también hegemoni-
bición, tanto en aquellas presentaciones para la alta sociedad zada por los teatros12. Al no haber radio ni televisión, la mayo-
como en recintos más modestos, donde la fascinación por lo ría de las expresiones musicales, teatrales y de la danza se daban
espectacular llevaba aparejada una oportunidad de otear a los en este espacio. Es más, en el teatro nace el embrión de lo que
demás, de mostrarse y de encontrarse. Esto marcaba indeleble- se puede definir como industria cultural, algo que sucede “en la
mente a los espectáculos con una connotación imperdible en medida que exista un público masivo que se convierta en consu-
el calendario y en la vida de las ciudades. Ahí están las viejas midor, más que productor”13. A juicio de González y Rolle, ello
costumbres propias de la plaza pública, donde los asistentes al ocurre con tres condiciones14. Y el teatro a comienzos de siglo
Teatro Municipal de Santiago acudían a las funciones bajo un al menos cumple dos: la de profesionalización del artista y el
fiel comportamiento establecido para ser vistos y admirados9. creciente aumento de la oferta cultural.
El “lucimiento” podía llegar a ser más importante que la obra Vinculado a ello, y gracias a esta incipiente masificación, el
misma que se presentaba. teatro se convierte en el contenedor de los fenómenos culturales
La función del teatro como espacio primordial de apre- del mundo, lo cual significaba la máxima conexión con lo que
ciación artística se instala en Chile al llegar el siglo XX. Para acontecía fuera de los horizontes del país, en términos de insu-
esa fecha, ya existían teatros de gran capacidad, con aforos
de más de mil personas en Valparaíso, Santiago, Concepción, 11 En este sentido, Hardoy y Aranovich al estudiar la ciudad americana mencionan
que la introducción de un teatro puede ser entendida como un servicio cultural llega-
Copiapó y Talca. Y la capital del país llegaba especialmente do el siglo XVII, que a juicio de nosotros se convierte, posteriormente, en un requisito
preparada para el cambio de siglo, “con unos cuarenta sa- de urbanidad. Así, Hardoy y Aranovich mencionan que: “Gradualmente fueron intro-
ducidas en las ciudades coloniales costumbres y elementos característicos de las socie-
lones de espectáculos, baratos y cultos, habilitados en San- dades cultas españolas y europeas. Las representaciones teatrales y torneos de postas,
tiago, una ciudad, por ese entonces, con cerca de 350.000 la lectura de libros importados y la impresión de libros en América, la publicación
de hojas con información y luego periódicos y diarios, constituyeron manifestaciones
habitantes” 10. culturales de la sociedad colonial. Algunas populares, como el teatro, otras más selec-
A la vez que se construyen teatros en los centros urbanos, es- cionadas como la posesión de la biblioteca, pero de todos modos prácticamente las
únicas durante los siglos XVII y XVIII”. Al respecto: Hardoy, J. & Aranovich, C., “Esca-
tos se convierten en un requisito de civilidad y progreso, propio las y funciones urbanas de la América Española hacia 1600. Un ensayo metodológico”
en De Solano, F. (coord.), Estudios sobre la ciudad Iberoamericana, Madrid, C.I.S.C.,
de las grandes ciudades modernas de occidente. Es así como las 1983.
plazas de armas de diversas ciudades de Chile contemplan entre 12 Aunque, tal como afirman González y Rolle, también lo serán por el circo (op. cit.
González & Rolle, pp. 301-306) y por el kiosco de la plaza pública donde emergían las
sus edificios principales, junto con el teatro, el edificio público y bandas (op. cit. González & Rolle, pp. 274 y ss.).
13 Op. cit. González & Rolle, p. 174.
9 Op. cit. Piña, pp. 51-57. 14 Op. cit. González & Rolle, p. 174. La restante de las 3 condiciones es la de nuevas
10 Op. cit. González & Rolle, p. 293. facilidades de reproducción sonora.

14 15
mos culturales valorables y patrones a imitar. Era también la Algunas cuestiones preliminares
máxima distracción ciudadana y, poco a poco, se convertía en
uno de los epicentros de la disputa por las narraciones que se En particular, la historia social de los teatros en Melipilla está
ponían en juego, y que tendrá con la irrupción traumática de la marcada por diversas transformaciones, hasta llegar a la de-
cuestión social una de sus primeras pugnas entre una alta y baja bacle de estos espacios. Así también, diversos son los factores
cultura, y, como ya se mencionó, entre las estéticas europeas y la que se pueden considerar para explicar estos cambios: la apa-
búsqueda de una estética propia. rición de otros soportes de apreciación auditiva y audiovisual,
Durante el último cuarto del siglo XIX, el teatro también se la irrupción de nuevos mass media, el golpe de estado de 1973
vuelve propiciador de una potencia creadora15, pues progresi- y los sucesivos terremotos, son hitos que afectan fuertemente el
vamente en suelo nacional se comienzan a crear obras y a for- devenir de los teatros.
mar compañías que florecen a partir de la zarzuela16. Para 1900, Por ejemplo, en el caso de la aparición de otros soportes de
Chile ya contaba con un historial en la creación teatral de este apreciación, la irrupción de mejor tecnología en los teatros, la
tipo, puesto que en los 30 años previos existieron dieciséis com- aparición y generalización de los mass media y sus correspon-
pañías de zarzuela. Los teatros se tornaron también espacios dientes soportes tecnológicos –la radio y la televisión– y, poste-
necesarios para el desarrollo mismo de compañías teatrales. Si riormente, la videocasetera, marcaron importantes obstáculos
antes eran utilizados solamente para los montajes de elencos ex- para la preeminencia del teatro como espacio hegemónico de
tranjeros o nacionales, a poco andar se convirtieron en el lugar exhibición y conexión con el arte y la cultura.
para ensayos y en una necesidad para las compañías locales y Sin embargo, en cada ciudad quizás se encuentren desenla-
sus comunidades, que interesadas en estar sobre el proscenio17 ces diversos. Esto se relaciona con las lógicas e historias parti-
formaban pequeñas agrupaciones al alero de ateneos y estable- culares de cada zona del país, el tipo de vínculo que existía entre
cimientos educacionales. El teatro, como espacio social y ar- ciudadanía y teatro, y la valoración social que cada ciudad le en-
tístico, se constituyó, por tanto, en un lugar de encuentro, en tregaba. No obstante, Melipilla y su historia poseen similitudes
donde su ausencia o presencia no era un asunto trivial para la con otros lugares del país, tornándose este análisis valioso a la
actividad creadora y performativa del arte. hora de pensar en la gestión de centros culturales más integra-
les, como los que hoy se levantan a lo largo de Chile.
Dicho esto, la presente investigación se esmera en presen-
tar un modelo explicativo de las causas que condicionaron el
declive y definitiva desaparición de los teatros en Melipilla. Lo
15 Op. cit. Piña, pp. 85-86. cual no es llevado a cabo mediante una mera descripción his-
16 Op. cit. Piña, p. 86.
17 Op. cit. Piña, pp. 93-94. toriográfica, aunque sí se puede observar una descripción cro-

16 17
nológica de la historia social de los teatros en Melipilla a través las nociones de práctica y sentido20, se debe asumir que toda
de los capítulos de este libro. Así y todo, el objetivo ulterior es práctica social lleva consigo inscrito cierto discurso21 sobre su
determinar las causas que provocaron los cambios sociales, de acción. Por lo tanto, la tarea a realizar es indagar en aquellos
manera que este estudio se ubica en el contexto propio de la discursos que los grupos sociales, los medios de comunicación
sociología comprensiva18. de la época, entre otros actores sociales relevantes, inscriben
a sus diversas prácticas sociales22–de manera consciente o in-
Sobre el enfoque teórico consciente–, de modo que la labor principal en la investigación
es preferentemente hermenéutica23. En virtud de lo anterior, las
Hasta este punto, se han presentado posibles factores que po- técnicas más adecuadas para un tipo de análisis en este nivel mi-
drían ayudar a explicar las particulares trayectorias de los crosociológico de las prácticas y sentidos de los grupos sociales
teatros, mas es pertinente definir la unidad de análisis de esta son las relacionadas con la etnografía. Sobre este último aspecto
investigación, que son los teatros de Melipilla19, comprendidos se volverá más adelante.
en un sentido amplio. Porque si bien el teatro es un espacio de En el apartado anterior se mencionaron una serie de posi-
apreciación artística, siendo ésta su función manifiesta, tam- bles causas del declive de los teatros, las cuales podrían haber
bién se construye, desde sus inicios, como un hito de urbani-
dad, espacio de socialización y ventana al mundo de la industria 20 Laclau, Ernesto, “Ruptura Populista y Discurso” en Labastida, J. & Del Campo, M.
cultural. (eds.), Hegemonía y Alternativas Políticas, México: Siglo XXI, 1985.
21 El concepto de discurso es entendido acá como un metarrelato, es decir, como una
Asimismo, un análisis como éste, focalizado en explicar los idea que va inscrita en toda práctica o acción social.
22 Howarth, David, “Applying Discourse Theory: the Method of Articulation” en
cambios sociales de los teatros, busca, en última instancia, co- Howarth, D. & Torfing, J. (eds.), Discourse Theory in European Politics. Identity, Policy
nocer las prácticas y sentidos que le entregaron las personas al and Governance, Basingstoke, Hampshire; New York, Palgrave Macmillan, 2005.
23 Hermenéutica es entendida como la corriente filosófica que se ocupa de la inter-
teatro en cuanto espacio de encuentro social. Adscribiendo a la pretación, pero a la vez como un método de análisis y observación particular de la
formulación de Laclau, quien postula una identificación entre realidad, en que el intérprete co-crea el texto u objeto interpretado, produciendo, en
consecuencia, un desarraigo entre el autor y su discurso original. Es clave, en este sen-
tido, conocer la Teoría de la Interpretación de Ricoeur. Al respecto: Ricoeur, Paul, La
Teoría de la Interpretación. Discurso y Excedente de Sentido, sexta edición, México, Si-
18 En términos de Weber, la comprensión equivale a “toda interpretación que per- glo XXI Editores, 2006. Desde luego también Gadamer proporciona aspectos claves
sigue la evidencia”, que busca la “captación interpretativa del sentido o conexión de en la labor hermenéutica, como son, por ejemplo, la noción de que todo individuo está
sentido”. Esto se relaciona también con el objetivo “explicativo” a posteriori de la socio- inmerso en una tradición histórica particular, desde la cual observa el mundo, lo que
logía comprensiva, es decir, aquella indagación en las causas que provocan determina- equivale a los denominados prejuicios del observador, pero no deben entenderse en
do fenómeno. Menciona Weber: “Explicar significa (…) para la ciencia que se ocupa un sentido peyorativo, sino como una condición para la interpretación. Así, estudiar
del sentido de la acción, algo así como: captación de la conexión de sentido en que se la obra de Gadamer implica comprender esta noción ya delineada del efecto de la his-
incluye una acción, ya comprendida de modo actual (…)”. Weber, Max, Economía y toria sobre el individuo, también denominada “historia efectual” (Wirkungsgeschich-
Sociedad. Esbozo de Sociología Comprensiva, Segunda edición en español, decimoter- te) y la fusión de los horizontes de sentido –el del lector y el del autor–: Gadamer,
cera reimpresión, México, Fondo de Cultura Económica, 1999, p. 9. Hans-Georg, Verdad y Método, vol. I, octava edición, Salamanca, España, Ediciones
19 Al comienzo del capítulo 1 se establece una caracterización de la zona de Melipilla. Sígueme, 1999, pp. 331-458.

18 19
jugado un papel importante, en la medida que potenciaron a Asumiendo esta preferencia, se puede inferir que el de-
otras condicionantes más bien internas de la comunidad meli- clive de la socialización en el espacio social del teatro, y la
pillana. Entonces, la hipótesis, que se irá comprobando en los consecuente reclusión del público en sus hogares, está in-
capítulos siguientes, indica que estas causas internas o endóge- dicando, en última instancia, un deterioro de aquel víncu-
nas, que son la falta de apropiación ciudadana de estos espacios, lo social cultural fundado en el ámbito de la presencia. En
la gestión puramente empresarial de los teatros, y la excesiva efecto, el teatro, a juicio de Cousiño, al igual que la corte y
rigidez de éstos para adecuarse a las nuevas demandas de la el templo católico, es para la sociedad barroca latinoame-
actividad artística, estarían explicando las razones de su oca- ricana la posibilidad de representar “la unidad social me-
so y desaparición. En consecuencia, se podría aseverar que la diante la recreación de los valores sobre los que descansa
socialización tendió a dejar de ocurrir en las plazas y espacios la otorgación cultural de sentido a la vida y actividades del
públicos céntricos habituales, y los teatros comenzaron a perder hombre” 26. Esto marca la diferencia con aquellas sociedades
a su audiencia, la que optó por otros lugares y condiciones para que han sido irradiadas plenamente por la Ilustración, las
la apreciación de espectáculos, tránsito que culminó, en parte, cuales intentan resolver “el problema de la integración a par-
en la reclusión generalizada en el hogar, tanto así como en la tir de la estipulación de un marco consensualmente estable-
utilización de otros espacios alternativos. cido y coercitivamente garantizado, en el cual los individuos
Planteada así la hipótesis, es ineludible preguntarse a qué se
hace referencia cuando se habla de espacio de encuentro social cias seguirá conservando su validez fundamental. Llamaremos a esto (de acuerdo con
Husserl) la idealización del «y así sucesivamente». De este supuesto deriva otro funda-
cara a cara. A grandes rasgos, éste correspondería al nivel pri- mental: que puedo repetir mis actos exitosos previos”. Schutz, Alfred, Las Estructuras
del Mundo de la Vida, Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1977, p. 128. Junto con la
mordial de integración social en toda sociedad, definido tam- esfera o ámbito de la presencia, las sociedades han desarrollado otros dos niveles de
bién como cultural, lo cual se puede congregar bajo el concepto integración social, a saber, el reflexivo y el sistémico (op. cit. Cousiño & Valenzuela, pp.
14-15). El primero de ellos hace referencia a las instituciones, descansando en la con-
de esfera de la presencia. Éste descansa sobre el núcleo pre-re- ciencia y reflexión de los sujetos, diría Habermas, en aquella capacidad de argumentar
flexivo de la copresencialidad24 y la experiencia cotidiana. Acá y de llegar a consenso (al respecto: Habermas, Jürgen, Facticidad y validez: sobre el
derecho y el estado democrático de derecho en términos de teoría del discurso, Madrid,
el vínculo social entre personas emerge aproblemático –o si se Editorial Trotta, 1998). Por otro lado, los sistemas en cuanto nivel de integración social
quiere: “de manera natural”–, compartiéndose saberes irrefuta- tienen que ver con la coordinación social mediante mecanismos autorreferenciales
(al respecto: Luhmann, Niklas, La Sociedad de la Sociedad, México D.F., Universidad
bles contenidos en lo que se ha denominado mundo de la vida25. Iberoamericana, Herder, 2007), lo cual queda precisamente descrito por la figura del
mercado en el contexto de una economía plenamente monetaria, donde el acuerdo
24 Cousiño, C. & Valenzuela, E., Politización y Monetarización en América Latina, no lo proporcionan los mejores argumentos, sino aquella capacidad de pago por un
Santiago de Chile, Cuadernos del Instituto de Sociología UC, 1994, pp. 14-15. bien o servicio. Estos tres niveles de integración social no son excluyentes, es más:
25 Para Schutz: “Toda explicitación dentro del mundo de la vida procede dentro del “En toda sociedad se dan simultáneamente estos tres niveles (...), y dependerá de la
medio constituido por los asuntos que ya han sido explicitados, dentro de una rea- óptica analítica el que se favorezca que una u otra forma de integración aparezca como
lidad que es fundamental y típicamente familiar. Confío en que el mundo, tal como dominante” (op. cit. Cousiño & Valenzuela, p. 15).
ha sido conocido por mí hasta ahora, persistirá, y que, por consiguiente, el acervo de 26 Cousiño, Carlos, Razón y Ofrenda, Santiago de Chile, Cuadernos del Instituto de
conocimiento obtenido de mis semejantes y formado mediante mis propias experien- Sociología UC, 1990, p. 113.

20 21
privados persiguen racionalmente la maximización de sus Durante la dictadura militar, en Melipilla se produjo un de-
intereses”27. En este último caso, el centro de la integración terioro evidente de los vínculos sociales, en que unos se trans-
social no sería el espacio del teatro, sino que el mercado. Pero formaron en perseguidores y verdugos, mientras otros en per-
en el caso de Melipilla, el Mercado tuvo baja importancia, seguidos y víctimas. Y este hecho se potenció aún más con el
debido a su poca duración por los ya lejanos inicios del si- decaimiento de la actividad social en torno al teatro durante la
glo XX 28. Incluso la actual Feria 29 emerge cuando ya existe década de 1980. Los melipillanos y melipillanas ya no tenían
propiamente una generalización del dinero capitalista como aquel lugar para reencontrarse y donde recomponer sus lazos
forma de coordinación económica. Sin embargo, es menester y relaciones.
destacar el aspecto socializador eminentemente ritual de la En esta situación, los espacios de socialización que emergen
feria contemporánea chilena, del ver y verse –al igual que en y se fomentan desde el gobierno local, durante 1990, se basan
los teatros–, donde los individuos salen a su encuentro en el en la aparición de espectáculos masivos y festivos, pero en que
ámbito de las relaciones cara a cara30. el melipillano participaba pasivamente. Como consecuencia de
ello, por ejemplo, en Melipilla no resurge una actividad teatral y
27 Op. cit. Cousiño, p. 113. local crítica, que de cuenta del quiebre sociopolítico y que bus-
28 Gracias a la revisión de prensa que realizamos a lo largo de la investigación, hemos que “conciliar a los chilenos”, como sí ocurría en otros teatros
podido identificar que, efectivamente, en Melipilla hubo un Mercado Central de la
ciudad, sin embargo, éste tuvo una duración breve, remontándose a la década de 1910 del país31.
(ver página 72). En este sentido, el resurgimiento social del espectáculo
29 Existe información contradictoria respecto de la aparición de la Feria Libre en
Melipilla. Hernán Bustos, autor de Historia de Melipilla, data la creación de la primera post-dictadura sólo repite el mismo patrón anterior, del ver y
feria libre de la ciudad el 2 de febrero de 1947 (al respecto: Bustos, Hernán, Historia
de Melipilla, Melipilla, Chile, Ilustre Municipalidad de Melipilla, 2010, p. 231). Sin
embargo, de la revisión de fuentes documentales, hemos podido establecer que el ori- 31 Efectivamente, el subgénero dramatúrgico de farsa política da cuenta del quiebre
gen de la primera feria libre –al menos la primera del siglo XX– data de 1918. Ahora sociopolítico profundo que significó el golpe militar y la dictadura que lo consagró.
bien, lo que actualmente se conoce como la Feria Libre de Melipilla corresponde a la Así, citando a Hurtado, si el antagonista previo a 1973 era el burgués, “después del
Asociación Gremial de Ferias Libres y se fundó en 1974. golpe militar, el antagonista cambia en un mismo sentido: la figura parodiada es in-
30 El lugar que ocupan las transacciones monetarias en la Feria debe ser matizada variablemente la del dictador. Para ello, ya no se le identifica directamente como en la
también a través de otras dos prácticas realizadas a diario en estos espacios de encuen- farsa pre-1973, en que se extremaba la caricaturización gruesa del antagonista según
tro social, que son el “fiar” de los feriantes a aquel amigo o conocido sin cobrarle in- la retórica política vigente, sino que recurre a mecanismos metafóricos o sustituti-
tereses, lo que no sería propio de una economía propiamente monetaria. Y la dinámica vos (suponemos que debido a la censura)”. Al respecto revísese: Hurtado, María de
variación de los precios en cuestión de pocos minutos, por razones que muchas veces la Luz, Dramaturgia chilena 1890-1990: autorías, textualidades, historicidad, Santiago
no tienen que ver con el grado de la demanda ni con el valor de cambio, sino con el de Chile, Editorial Frontera Sur, 2011, pp. 330-333. También se puede encontrar una
“valor de uso” de los productos. Siempre los precios al inicio de la Feria son los más lista de las obras alternativo-críticas estrenadas en Santiago de Chile, entre 1974 y
caros, esto porque se pueden conseguir los mejores productos en ese momento, y no 1981. Para ello revísese: Benavente, David, “Ave Felix (Teatro chileno post-golpe)” en
hacia el final. Por lo tanto, la escasez no hace subir el valor de los productos, sino, muy Revista Persona y Sociedad, Vol. XVII, núm. 3, pp. 87-114, 2003. Asimismo, la poesía
por el contrario, estos bajan fuertemente debido a que los que van quedando son los se convirtió en un espacio de crítica, para profundizar en ello se recomienda revisar:
de peor calidad. Tampoco se debe olvidar el factor temporal, cuando se acaba el día, Nómez, Naín, “La poesía chilena: Representaciones de terror y fragmentación del su-
los feriantes ya quieren partir a sus hogares a descansar y los productos de la feria son jeto en los primeros años de dictadura” en Acta Literaria, núm. 36, primer semestre,
en su gran mayoría perecibles, de este modo hay que deshacerse rápido de ellos. pp. 87-101, 2008.

22 23
verse, aunque con una estética diferente y en un contexto de alta Teatro Apolo, Teatro Melipilla, Teatro Alhambra, Teatro Colón,
masividad del espectáculo. Entonces, se postula que sucede una Teatro Esmeralda, Teatro Serrano y el Cine Palace. En este sen-
reedición del mismo vínculo social, pero con una participación tido, se buscan identificar patrones en el devenir de cada uno de
y apropiación ciudadana prácticamente inexistente. Esto lo co- ellos, estableciendo ciertas generalidades del caso melipillano
rroboran el reciente Festival de Bandas y Fanfarrias con vistosas que provocaron las transformaciones en estos espacios.
garotas venidas de Brasil, así como bandas de otros lugares de Como todo análisis histórico, es imprescindible considerar
Chile, Argentina y Uruguay. En el último tiempo lo mismo hizo un elemento esencial, que es el tiempo. Por esta razón, el ejerci-
el espectáculo musical y de varietés Verano en Familia y, poste- cio inicial es la definición de los períodos históricos a los cuales
riormente, Viva el Verano, todos realizados al aire libre, fuera se hará referencia en la investigación y en los cuales transitan
del espacio histórico característico del teatro melipillano. los casos analizados. Para evitar arbitrariedad en la selección de
los períodos, estos deben resultar, desde una perspectiva a prio-
Sobre el método de investigación ri, de suyo evidentes33. Se pudo haber elegido la estrategia de
determinar los períodos históricos de la investigación a través
El método de investigación descansa sobre las premisas propias de la observación de aquellos procesos amplios, muchas veces
de los análisis sociohistóricos32. Básicamente, indaga cómo los internacionales, pudiendo afectar a este particular ámbito de
amplios procesos de cambio social tienen consecuencias sobre los teatros en Melipilla, como podría ser la recepción e incorpo-
ciertos modos de comportamiento humano. Acá, particular- ración de los avances tecnológicos, como el proyector cinema-
mente, se hace referencia a las consecuencias sobre las prácticas tográfico de los hermanos Lumière. No obstante, se ha elegido
sociales que se dieron en los teatros en Melipilla. Lo anterior otra estrategia de cariz más endógena. Así, los períodos quedan
se sitúa en una perspectiva eminentemente histórica, la cual se establecidos en torno al símbolo gravitante que fue el Teatro Se-
ocupa de determinar secuencias, períodos y, tal como se men- rrano. Como se describe a lo largo del libro, y en especial en el
cionó, en esclarecer las causas que estarían condicionando la segundo capítulo, este teatro marca un antes y un después en la
transformación de determinada estructura social. historia artística y cultural de Melipilla, desde su creación por el
A este respecto, la definición de los casos a estudiar se torna año 1933 hasta su definitivo cierre bien avanzado el siglo. Como
una tarea esencial. Así, la investigación analiza todos los teatros se indica a continuación, los períodos históricos que se consi-
que existieron durante el siglo XX en Melipilla, los cuales son: deran en la investigación son cuatro, que a su vez se identifican
con cada uno de los capítulos de este libro.
32 Al respecto: Mahoney, J. & Rueschemeyer, D. (eds.), Comparative Histori-
cal Analysis in the Social Sciences, Cambridge, Cambridge University Press, 2003; El primero de ellos comprende desde principios del siglo
Skocpol, Theda (ed.), Vision and Method in Historical Sociology, Cambridge y New
York, Cambridge University Press, 1984; Tilly, Charles, Grandes estructuras, procesos 33 Bartolini, Stefano, “Tiempo e Investigación Comparativa” en Sartori, G. & Morli-
amplios, comparaciones enormes, Madrid, Alianza, 1984. no, L. (eds.), La comparación en las ciencias sociales, Madrid, Alianza Editorial, 1999.

24 25
XX hasta 1932, año previo a la inauguración del Teatro Serra- minos generales, todas estas publicaciones –salvo algunos pasa-
no. Este período es prolífico debido a que en él se concentra el jes– entregan información difícilmente utilizable como fuente
mayor número de teatros que ha tenido la ciudad. El siguiente histórica, ya sea porque describen leyendas, o porque contienen
período transcurre desde la creación del Serrano hasta el año de narraciones sobre hechos aislados débilmente contextualizados.
la creación del Cine Palace, es decir entre 1933 y 1968. El tercer En definitiva, se deja notar un déficit de sistematicidad analíti-
capítulo narra el apogeo del Palace, abarcando desde 1969 hasta ca, aunque claro está, ese no era el objetivo de estos textos. Pero,
1989, cuando ya su actividad venía en franco decaimiento. Este lo que es aún más importante para descartarlos como fuentes
tercer período concluye acá debido a que con la redemocrati- secundarias, es que no aportan información relevante que nos
zación en la década de 1990, y el cambio del contexto social y permita contribuir a caracterizar la historia de los teatros en
político que ello implicaría, se auguraba una apertura y rena- Melipilla. Otro aspecto que se deja notar muy claramente en to-
cimiento de las artes en Chile, pero que en Melipilla no existió. dos éstos, es su clara referencia a la historia rural de Melipilla,
Por esta razón, el capítulo 4 aborda separadamente la situación cuestión que si bien es muy relevante en el desarrollo de la his-
artístico-cultural melipillana desde 1990 hasta final de siglo. toria local, no es fundamental para los fines de la investigación.
Ahora bien, en lo que respecta al acceso a las evidencias em- También hay otros dos textos susceptibles de destacar: Valores
píricas, previo a la búsqueda de fuentes primarias, se comenzó Sociales de un espacio urbano de Pedro Antonio Muñoz39, pu-
con el análisis de la bibliografía existente respecto de Melipilla blicado en el año 1987 e Historia de Melipilla de Hernán Bus-
y sus aspectos culturales e históricos34. Los libros a los cuales tos40, aparecido en 2010. El primero corresponde a un estudio
se accedió fueron: Melipilla, entre la historia y la leyenda, de sociogeográfico de la ciudad de Melipilla. En él se aborda la
Carlos Avilés35; Antología de Melipilla, de Carlos Ruiz-Tagle36; problemática del bienestar urbano a través de un análisis que
Historias locales III, de Hanny Suckel y Jorge Larenas37; y Meli- combinó técnicas estadísticas diversas. El autor diferencia en-
pilla en la literatura chilena, de Gustavo San Martín38. En tér- tre el bienestar objetivo, medido por indicadores cuantitativos
de aspectos materiales de la vida –para lo cual utiliza la ficha
34 Cabe agregar que estos fueron todos los textos catalogados en la Biblioteca Na- CAS41–, y el bienestar subjetivo que estudia a través de una en-
cional. Lo que corresponde a su vez al Depósito Legal, es decir, la obligación civil de cuesta de opinión.
enviar ejemplares para ser ingresados a los registros nacionales. Disposiciones conte-
nidas en la Ley 19.733 de 2006. Sobre libertades de opinión y ejercicio del periodismo, Entre los principales hallazgos está la inconformidad gene-
Artículo 14.
35 Avilés, Carlos, Melipilla, entre la historia y la leyenda, Santiago de Chile, Eds. Nue-
ralizada de las personas de la zona. Menciona Muñoz: “es clara
va Línea, 1986.
36 Ruiz-Tagle, Carlos, Antología de Melipilla, Santiago de Chile, Ilustre Municipali-
dad de Melipilla, 1982. 39 Muñoz, Pedro Antonio, Valores Sociales de un espacio urbano. El caso de la ciudad
37 Suckel, H. & Larenas, J., Historias Locales III, Santiago de Chile, JUNDEP, 1993. de Melipilla, Santiago de Chile, Memoria Geógrafo Universidad de Chile, 1987.
38 San Martín, Gustavo, Melipilla en la literatura chilena, Santiago de Chile, Eds. 40 Op. cit. Bustos.
Nueva Línea, 1986. 41 Sigla de: Comités de Asistencia Social.

26 27
la tendencia de las personas a negativizar la situación cualquie- contenido y discurso de textos. Éste se basa en documentos de
ra sea su bienestar”42. No cabe duda que este libro es un apor- prensa locales de la época, como son los siguientes periódicos
te importante para comprender la satisfacción del melipillano melipillanos: La Constitución, La Patria, El Comercio, El Eco,
con su ciudad, al año siguiente de haber sufrido el terremoto La Voz del Pueblo y El Labrador, así también como otros perió-
de 1985. Empero, no entrega información que se pueda utilizar dicos nacionales y ciertas revistas de circulación en la ciudad de
para caracterizar la vida artística y cultural de Melipilla. Melipilla45. Esto contribuirá a contextualizar y añadir los datos
Finalmente, Historia de Melipilla, libro que pretende ser necesarios de diversos aspectos en torno a los teatros, desde el
una obra comprehensiva del devenir social y cultural de la ciu- modo de programación que tenían, el tipo de administración
dad y sus alrededores, desde la pre-conquista hasta la actuali- con que contaban, la situación político-social que se vivía en
dad, se estimó que no proporciona un estudio sistemático ni su- Melipilla durante el siglo XX, además de otros aspectos rela-
ficientemente profundo de su objeto de análisis y, lo que es aún cionados con las costumbres particulares y la vida cotidiana en
más relevante, no entrega información sustancial respecto de la estos espacios de encuentro social.
historia cultural en torno a la actividad artística y social de los Finalmente, el otro recurso informativo de la investigación
teatros, dedicando sólo algunos breves pasajes a estos temas43 es la entrevista etnográfica46. A través de ellas se accedió a di-
que no van más allá de lo anecdótico. versos testimonios de informantes que vivieron y/o recibieron
Luego de la revisión bibliográfica, se implementaron di- narraciones sobre cómo eran los teatros de la época y las diver-
versas formas de recolección de información primaria. Así se sas prácticas sociales que se daban en ellos47. Particularmen-
accedió al análisis de contenido44, que se efectuó en base a dos te, la información proporcionada por fuentes testimoniales se
formas, según las fuentes disponibles. La primera de ellas co- utiliza para complementar la evidencia entregada por la revi-
rresponde al análisis de registros fotográficos. Ello permite co- sión de fuentes documentales, y que fue obtenida a través de un
rroborar tanto los testimonios o la información documental, así muestreo por oportunidad48, facilitado también por el conoci-
como recrear la situación de la ciudad en sus distintos períodos. miento previo de la ciudad49.
Además, desde luego, la recopilación de estas fuentes contribu-
ye a la memoria histórico-visual de Melipilla. 45 Para la lista completa de las fuentes de prensa que se consultaron, se sugiere ver el
apartado Referencias.
La segunda de ellas, y principal, corresponde al análisis de 46 Para profundizar más sobre la construcción de entrevistas etnográficas véase: Gu-
ber, Rosana, La etnografía, Buenos Aires, Editorial Norma, 2001.
42 Op. cit. Muñoz, p. 62. 47 Respecto de la lista completa con los entrevistados, se sugiere ver el apartado Re-
43 Véase por ejemplo: sobre el Teatro Melipilla (op. cit. Bustos, p. 192); sobre la belle ferencias.
époque (op. cit. Bustos, pp. 200-201); sobre la construcción del Teatro Serrano (op. cit. 48 Hernández, R., Fernández-Collado, C. & Baptista, P., Metodología de la Investiga-
Bustos, pp. 213-216); y sobre un episodio de remate del recinto del Teatro Serrano en ción, cuarta edición, México, McGraw-Hill e Interamericana Editores, 2006, p. 569.
el año 1956 (op. cit. Bustos, pp. 266-267). 49 La etnometodología política posee técnicas no invasivas, como la observación
44 Al respecto: Krippendorf, Klaus, Content Analysis: An Introduction to Its Methodo- pasiva de interacciones utilizada en este estudio. Tilly, Charles, “Afterword: Political
logy, Segunda edición, Thousand Oaks, CA, Sage, 2004. Ethnography as Art and Science” en Qualitative Sociology, 29 (3), 2006, p. 410.

28 29
CAPITULO I
Entre lo prolífico y
lo precario: 1900-1932
El terremoto de agosto de 1906, el primero que sacudió Chile
en su paso por el siglo XX, tuvo en Valparaíso a su principal
víctima. El sismo literalmente sacudió el puerto con 8,6 grados,
provocando una mortandad de 3.000 personas y destruyendo
buena parte de sus edificios ubicados en la parte plana de la ciu-
dad, desde el Barrio Chino hasta el Almendral. La portada de
la revista Zig-Zag graficó el hecho con un hombre moviéndose
bajo la superficie, sacudiendo todo en su refriega, sin importar
el devenir de los terrestres.
A 120 kilómetros de allí, en dirección al sureste de uno de los
destinos más importantes de Sudamérica, una ciudad-pueblo
también se veía afectada en sus viviendas y edificios públicos.
Sin embargo, sus registros sísmicos, humanos y de infraestruc-
tura no ocuparon las primeras planas, pues aunque Melipilla
fuera la capital departamental, no era un gran centro industrial,
comercial o urbano. Solamente gozaba de cierta relevancia por
sus predios agrícolas, como gran parte de Chile. Aunque no por
eso la devastación sería baladí: murieron 55 personas50.

La ciudad de Melipilla con una población de 6.000 habitantes


y formada por calles rectas, se destruyó casi por completo. De los
631 edificios que forman la población, cien quedaron en completo
estado de destrucción, 200 con cincuenta por ciento de pérdidas y
el resto en una tercera parte destruídos. Todos los edificios públicos,
especialmente la cárcel, el que ocupaba la gobernación, el hospital y

50 Sumando las localidades de Melipilla, Pomaire, Pahuilmo, San Antonio, Lo Abar-


ca, Carmen de Las Rosas y otros puntos.

33
una escuela fiscal se arruinaron hasta los cimientos, estimándose en decenas de personas. Después de todo, en la también conocida
más de doscientos mil pesos las pérdidas sufridas en esta localidad ciudad de los cuatro diablos existía notaría, Gobernación, Juz-
por el Fisco51. gado de Letras, Correos, Telégrafo del Estado, Registro Civil,
Visitación de Escuelas y banco. Quien, por uno u otro motivo,
Para el año 1907 Melipilla en su radio urbano tenía una arribaba a Melipilla, aprovechaba de visitar la plaza de abastos,
población aproximada de 6 mil personas52, repartida entre la los abundantes almacenes de mercaderías y las quintas de re-
ciudad y un vasto campo, donde lo urbano estaba circunscrito creo, todavía un tanto maltrechas para 1907. Pero lo que no se
a menos de 10 hectáreas al interior de las calles Vicuña Mac- mostró exangüe fue el espíritu colectivo y las ansias emprende-
kenna, al norte; Manso, al sur; Pardo, al poniente y Alcalde, al doras de un Melipilla que trabajaba para superar las pellejerías
oriente. Por lejos, su principal avenida era Vicuña Mackenna, ya vividas hacia fines del siglo XIX.
que en ella estaba la estación de trenes, que por estos años tenía Estas se debían a que la Guerra Civil de 1891 había dejado
conexión a Santiago, agregándose luego San Antonio, Ibacache una precariedad tal en las arcas consistoriales que hasta el em-
y Curacaví. pastado de la plaza era un hito a celebrar en el post-conflicto
Todo lo que estaba fuera de este rectángulo correspondía que llevó a la muerte al presidente José Manuel Balmaceda. Así
a caseríos, chacras, grandes haciendas donde los campos mos- lo consigna el periódico La Constitución53, con alegría, al seña-
traban cultivos de cereales y el verde de una fisonomía plagada lar en 1891 que “el centro, que estaba deslucido, va a ser trans-
de árboles, arbustos, canales y esteros. Lo único fuera de estos formado en verdes y preciosos prados: las avenidas compuestas
límites, pero que se ligaba a la vida citadina, era el hospital, el y muchos árboles replantados. Todos estos adelantos harán que
cementerio, el parque municipal y la cancha de El Llano, al sur nuestro único paseo, sea en la tardes de verano, el punto de reu-
de la ciudad. nión de la culta sociedad melipillana”54.
A pesar de que hoy esas dimensiones se puedan considerar Esta cita permite acercarnos a una definición de espacio
pequeñas, Melipilla era cabeza del Departamento del mismo público en Melipilla, identificado como un territorio donde los
nombre y pertenecían a su jurisdicción las zonas de Culiprán, sectores populares no marcaban presencia, salvo como intrusos.
Loica, El Monte, Alhué, San Antonio y Curacaví. Así, desde Su lugar estaba en los arrabales, garitos, casas de remolienda o
estas localidades debían acudir a Melipilla para sus trámites sencillamente al interior de las variadas haciendas que ocupa-
ban el Departamento55, verdaderas fortalezas con una vida co-
51 Rodríguez, A. & Gajardo, C., La catástrofe del 16 de agosto de 1906 en la República
de Chile, Santiago, Imprenta, Litografía y Encuadernación Barcelona, 1907, p. 287. 53 Creado en 1891, de carácter “político, literario y comercial”, como rezaba bajo su
52 Según el censo de 1907, en el Melipilla urbano vivían 6.265 personas, siendo 2.949 nombre, era el órgano propagandístico del Partido Conservador.
mujeres y 3.317 hombres. En tanto, en el Melipilla rural vivían 5.668, con 2.994 hom- 54 La Constitución, 15 de noviembre de 1891.
bres y 2.674 mujeres. Al respecto, véase: Comisión Central del Censo, Memoria: pre- 55 La zona de Santiago, que incluía al Departamento de Santiago, Melipilla y Victoria,
sentada al Supremo gobierno por la Comisión del Censo, Santiago de Chile, 1908. se caracterizó por tener una gran cantidad de grandes y medianas haciendas respec-

34 35
tidiana propia. Cotidianeidad que desde el conservadurismo de Así la graficó el libro que promocionó el periódico La Cons-
la época transitaba en la más completa calma, incluso en épocas titución, titulado “Deberes de la mujer cristiana”, del Presbítero
de beligerancia nacional. Así lo planteaban los periódicos al so- José Venegas, donde se le enseñaba no sólo a comportarse de
lazarse con que “el departamento de Melipilla ha sido siempre acuerdo a los criterios de Cristo, sino también como esposa. Se-
uno de los pueblos más tranquilos de la República, aún en época gún la publicidad, era lectura “indispensable para la mujer cató-
de agitaciones políticas”56. lica, sea soltera, casada o viuda”60. No cualquier mujer lo podía
Tranquila, aunque con las arcas fiscales empobreci- leer, porque el censo de 1895 daba cuenta que de los 2.695.625
das, Melipilla afrontó el último decenio del siglo XIX con habitantes del país, solamente un 32% sabía leer y escribir.
sueños modernizadores, como la llegada del ferrocarril, la En estos tiempos de cambio de siglo y en un mundo de hom-
instalación de un sistema de agua potable, el término de las bres, los teatros existentes eran dos: el Teatro Pasatiempo, de
permanentes inundaciones en el barrio de La Cañada 57 y un señor de apellido Puigcerver; y el teatro de Ricardo Cortí-
el alumbrado eléctrico58. Ciudad confesional y de un culto nez, quien junto con tener una tienda de diversos productos,
que permanentemente llenaba los tres templos existentes 59, también contaba con dicho recinto de calle Ortúzar. Ninguno
celebraba las fiestas de año nuevo, las fiestas patrias y su poseía patente comercial para tal giro, y eso era en parte porque
aniversario con retretas, discursos, recitaciones y fuegos de estos espacios de pequeñas dimensiones eran utilizados esporá-
artificio –principales atractivos de cada jornada, aparte del dicamente. Su actividad se remitía a beneficios organizados por
alcohol y ramadas, que usualmente se ubicaban en sectores el cura del pueblo, quien traía algunos músicos de Santiago; o
periféricos– donde la mujer tenía un rol evidente: dueña de por el comerciante Cortínez, simplemente para dar gusto a una
casa y nada más. sociedad que se aburría soberanamente, especialmente en los
días de otoño e invierno.
to del resto del país. Las pequeñas propiedades agrarias y los minifundios siempre
estuvieron más presentes en otras de las zonas del país, como el Norte Chico, Acon- La primavera y el verano eran más benignos para activida-
cagua, Colchagua y el Maule. Así, Santiago, en 1854 incluía 96 grandes propiedades des que se hacían, principalmente, en la Plaza de Armas, ro-
y 190 medianas propiedades. En 1874 esto aumentó con 208 grandes propiedades y
221 medianas propiedades. Y ya para 1912, las grandes propiedades ascienden a 241, deando el kiosco sobre el que se instalaban los músicos de la
y las medianas propiedades a 260. Al respecto: Bengoa, José, Haciendas y campesinos. –siempre carente de recursos– banda municipal. Cinco eran las
Historia Social de la Agricultura Chilena, Tomo II, Santiago de Chile, Ediciones Sur,
1990, p. 13.
56 La Constitución, 16 de julio de 1896. 60 Por cierto los cánones estéticos de la mujer eran, y serían hasta los años 60,
57 Se llamaba La Cañada al sector norte de la ciudad, comprendido por las calles tremendamente estrictos. Una carta de un grupo de mujeres de Melipilla, publicada
Arza, Yécora, Vicuña Mackenna y las que las atravesaban, que se inundaban perma- por El Comercio, el 1 de marzo de 1907, bajo el titulo “Disfraz inaceptable”, criticaba la
nentemente. vestimenta de una mujer proveniente de otra ciudad, que paseó por la Plaza de Armas
58 El alumbrado público era exiguo, apenas alcanzaba para las calles centrales y su con un traje “de hombre”. La misiva de este grupo de mujeres se quejaba diciendo:
funcionamiento era en base a combustible. “Con este acto, que seguramente meditó mui poco la simpática señorita, se hizo el
59 La Iglesia Matriz, ubicada en la Plaza de Armas, el Templo de la Merced y la Iglesia hazme reír de muchos jóvenes dándoles al mismo tiempo motivo para que nos juzga-
San Agustín. ran mal a todas aplicándonos calificativos que la delicadeza nos priva de estampar”.

36 37
fiestas locales: el Carnaval (en el mes de febrero), las fiestas pa- En consecuencia, no resulta extraño que para 1897 se creara
trias (17, 18 y 19 de septiembre), el aniversario de la ciudad (11 la Sociedad Ignacio Serrano cuyos fines plasmados en sus es-
de octubre), la Fiesta de la Primavera (octubre y/o noviembre) tatutos eran “la mutua protección, la ilustración, i todo lo que
y el año nuevo (31 de diciembre). Todas ellas contaban con la tienda al bien estar moral i material de sus miembros”62. Al me-
existencia de buen clima para actividades al aire libre. Y bajo nos para 1898 ya se contaba con cañerías que traían agua del
techo se añadía el espectáculo de los circos, la entretención más río para tres calles y con el gran anhelo y garantía de progreso:
sonada para una ciudad de tierra y carretas, con permanentes el tren.
visitas y estadías prolongadas en los céntricos y diversos espa- La llegada del tren fue un hito sin precedentes para la co-
cios que se les facilitaban para su funcionamiento61. En este muna. Significó una modificación urbana con el ensanchamien-
préstamo o arriendo, siempre las autoridades acordaban con el to de sus calles y mayores garantías para un comercio que ya
dueño o administrador del circo la posibilidad de hacer reunio- no debía traer su mercadería a mula desde Santiago, sino que
nes masivas y actos para la comunidad, tomando en cuenta la podía cargar hasta 100 kilos en las máquinas a vapor. Santia-
amplitud y el carácter popular de los circos, que no existían en go quedaba a una hora y 45 minutos, y la estación se convertía
otro recinto cerrado. en un centro social y económico. Así, nada de raro fue que con
El panorama melipillano en el epílogo del siglo XIX era el de la novedad férrea se generara una mayor conectividad en todo
un municipio muy pobre en el marco de una realidad consonan- orden de cosas, permitiendo que giras artísticas contemplaran
te. Se tenía para subsistir, pero el erario consistorial pedía apoyos arribar a Melipilla. El mundo entero se abrió para el poblado
hasta para empedrar una sola calle y asfaltar una simple vereda. con la llegada del tren en las postrimerías de un siglo XIX que
El hospital subsistía por el favor de la beneficencia y la abnega- se iba con actividad sísmica permanente, terreno fértil para la
da labor de las Hermanas Hospitalarias; el agua se sacaba del río aparición de charlatanes como el astrónomo Tomas Michaels,
Maipo; las iglesias de La Merced y San Agustín no tenían torres; quien había predicho que una parte de Sudamérica se hundiría,
los árboles plantados por la municipalidad como gran inversión profecías que en el valle del Maipo serían parte de las creencias
en 1897 se habían secado; los 150 faroles a parafina para iluminar permanentes.
las calles no podían funcionar por la merma del presupuesto y Con este nivel de desarrollo, Melipilla llegó al siglo XX sa-
sólo se encendían los cercanos a los edificios públicos. ludando tímidamente y encorvada por las preocupaciones habi-
61 Variadas fuentes datan la llegada de circos a Chile en diversas fechas, que abarcan
tuales: las luminarias funcionaban pero siempre tenían proble-
la segunda mitad del siglo XIX y los inicios del siglo XX. Entre ellos están el circo a mas; las acequias se secaban y plagaban de putrefacción el aire;
cargo del jinete ecuestre Giuseppe Chiarini, entre los años 1864 y 1869; por otro lado,
en 1884 arriba al puerto de Valparaíso el Circo Toutman de la familia Pacheco; y en la escasez de carne; la viruela que ponía contra las cuerdas a los
1907, se anuncia en el diario el Tarapacá la llegada del Circo Océano a Iquique. Al
respecto: Oxman, I., Rowlands, J. & Berezin, A. (eds.), La Gran Familia. Una gira por
el circo chileno, Santiago de Chile, Editorial Cuarto Propio, 2010, pp. 24-25. 62 La Constitución, 15 de agosto de 1897.

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niños; los incendios y la imposibilidad de apagarlos; las inun- La matriz cultural al comienzo del siglo XX63
daciones y las permanentes refacciones que ameritaba el puente
que conectaba con Chocalán. Empero, entre tantos problemas, Durante la segunda mitad del siglo XIX, Chile miraba a Francia,
había espacio para la esperanza y la ensoñación con la instala- Italia y España en materia cultural. Las tertulias hogareñas en
ción de industrias, empresas y entretenimiento. Santiago, en las cuales se recitaba, bailaba y cantaba, remitían a
Tras el terremoto de 1906, la ciudad asumió la recuperación un patrón a imitar, a un modelo ligado a las bellas artes y a una
como un desafío para lucir su estatus de Departamento y para estética eurocéntrica que tenía en la ópera la máxima disciplina
esto debía contar con instituciones, vida social, infraestructura, artística a seguir. A tal punto llegó el delirio durante este siglo
comercio, mayor y mejor conectividad. Así, se empezaron a re- por la ópera, que las escasas funciones de compañías llegadas
construir las escuelas caídas, y a construir la cárcel y el cuartel desde Europa marcaron un hito, no sólo porque ratificaban la
de policía. Este proceso si bien fue comandado por las autorida- existencia de un arte sublime y portentoso, sino también por-
des respectivas, fue finalmente obra de la élite local, compuesta que sus primeras figuras provocaban un verdadero fanatismo y
por familias de inmigrantes españoles adineradas, instaladas en delirio en sectores que no podían guardar su compostura ante
la zona –y fundamentalmente ocupadas en el área comercial– expositores de una disciplina considerada perfecta64.
que luego formarían el exclusivo Casino Español. Era Chile un país que aspiraba al arte europeo. El historia-
Esta élite, así como el resto de las personas, creía que faltaba dor Lautaro Núñez, lo describe así: “durante los decenios entre
algo para que Melipilla aspirara al desarrollo que otras ciudades los presidentes Prieto y Pérez se logró una cierta estabilidad
estaban logrando y eso tenía que ver con la vida social, la cul- política que le permitió a la élite promover nuevos valores edu-
tura local y los pasatiempos. Sí, existía la posibilidad de salir a cativos, del arte, la cultura y las ciencias, a raíz de ese espíritu
excursionar hacia el río, a los cerros y esteros, estaba la banda del romanticismo que mantenía a los liberales y conservadores
municipal y las retretas que tocaban en doble horario en el estío, siempre alertas a las novedades desembarcadas de París”65.
llegaban revistas en papel desde Santiago, los circos se instala-
63 Con matriz cultural nos referimos al universo simbólico que permite, en opinión
ban por semanas y las fiestas ya mencionadas se llevaban a cabo de Berger y Luckmann, que “(…) todos los significados objetivados socialmente y sub-
con regularidad. Sin embargo, algo le faltaba a esta ciudad. jetivamente reales, toda la sociedad histórica y la biografía de un individuo” se vean
como parte de ese universo. Es en él donde se legitiman los pilares de una determinada
forma cultural, que será medida y medidor, contenedor y expulsor de lo cultural en de-
terminado marco de tiempo. Al respecto, Berger, P. & Luckmann, T., La Construcción
Social de la Realidad, Buenos Aires, Amorrortu, 1983, p. 125. Para profundizar aún
más en este concepto se recomienda revisar: Mandoki, Katya, Prácticas e Identidades
Sociales, Madrid, Siglo XXI, 2006, pp. 87 y ss.
64 Al respecto: Cánepa, Mario, La Ópera en Chile, Santiago de Chile, Editorial del
Pacífico, 1976, pp 21-25.
65 Núñez, Lautaro, “La aceptación de la diversidad cultural o el difícil arte de es-
cuchar” en La construcción cultural de Chile, Valparaíso-Chile, Ediciones Consejo Na-

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En ese caldo de cultivo la ópera se hizo costumbre. Las consolidó como el mayor escenario artístico del país y princi-
compañías se quedaban en Chile durante meses, dado que el pal espacio del espectáculo social68.
transporte desde Argentina se hacía a lomo de mula. Copiapó Fueron estos teatros, también desde un inicio, el lugar don-
y Valparaíso fueron las primeras ciudades en contar con espa- de se reunían las aristocracias locales. Sobre este momento,
cios aptos para la ópera, verdaderos teatros edificados por la Núñez menciona: “caballeros y señoritos, damas y matriarcas
opulencia minera en la zona, en el primer caso; y por su con- se vestían a la moda para las óperas italianas. La sociedad di-
dición de ciudad puerto, con alta presencia de inmigrantes66 y rigente definitivamente disfrutaba mucho del hecho inédito de
una actividad comercial frenética67, en el caso de la segunda. escucharse entre sí y de mandarse a sí misma, constituyendo un
Santiago fue la tercera en sumarse a esta fiebre operática al poder autónomo y moderno que percibió a la cultura popular
inaugurar el Teatro Municipal en 1857 con una capacidad total y étnica como un atraso que se debía invisibilizar”69. Las fami-
de 2.230 personas. Las tres ciudades se habituaron a estos es- lias Edwards y Matte poseían sus aposentadurías, los jovencitos
pectáculos que arribaban solamente en temporada de invierno adoraban a las cantantes líricas, las niñas querían tomar clases
europeo. El resto del tiempo, el Municipal se veía iluminado de canto y los nombres de Verdi y Puccini eran asimilables a los
con recitales –líricos y poéticos–, veladas bufas, bailes de be- que durante el siglo XX lograron grandes estrellas del cine, el
neficencia, zarzuelas y teatro. Era evidente ya en esta época tango, el bolero, la televisión, el rock y el pop. Este permanente
que mantener un espacio como el Municipal costaba una for- flujo operático tuvo una fuerte influencia en la vida social, al
tuna, y si bien la subvención municipal era contundente, las definir una forma y un lugar para ser visto; en lo artístico, como
diferentes concesiones debían buscar mecanismos como la espacio de desarrollo profesional para el artista; y en lo cultu-
compra de palcos para suplir la merma, afectada aún más por ral, al definir un espacio como centro para las artes, para la alta
el infeliz incendio de 1870 que dañó casi enteramente el edi- cultura y para estar a la altura de un país europeo, cuna nuclear
ficio. Aún así, desde 1857 a 1900 se estrenaron 63 óperas y se del canon y cénit de la civilización.
En esta adopción de una cultura única y unívoca, Santiago
cional de la Cultura y las Artes, 2010, p. 92. no fue solamente el Municipal y Chile tampoco exclusivamen-
66 “Valparaíso fue la ciudad chilena que mayor número de extranjeros atrajo hacia te Santiago. A lo largo del país se fueron levantando teatros de
fines del siglo XIX y, de entre ellos, los españoles ocuparon posiciones de avanzada”.
Navarro, C. & Estrada, B., “Migración y redes de poder en América. El caso de los distintas dimensiones, de acuerdo a la magnitud de las ciudades
industriales españoles en Valparaíso” en Revista Complutense de Historia de América,
vol. 31, 2005, p. 119.
y al bolsillo fiscal. Hacia fines de 1871 en la capital existía el Tea-
67 “Valparaíso es el puerto principal de Chile, la Nueva York de la costa pacífica de tro Nacional, el Teatro de Variedades y el Alcázar Lírico, con ca-
Sudamérica, siendo el mejor punto de negocios en la costa oeste (...) Tiene alrededor
de 150 mil habitantes, pero su comercio es dos veces mayor que cualquiera ciudad de pacidad para 1.700 personas en pleno centro cívico. Sus barrios
su tamaño en los Estados Unidos”. Carpenter, Frank, South America. Social, Industrial
and Political. A twenty-five-thousand-mile journey in search of information, Akron, 68 Al respecto: op. cit. Piña, pp. 38-69.
Ohio, The Saalfield Publishing Company, New York and Chicago, 1901, p. 199. 69 Op. cit. Núñez, p. 93.

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también se fueron poblando de teatros y ciudades como Qui- nio, sino que también sirvieron como nichos ideales para bai-
llota, Iquique, Curicó, San Felipe, Talca, Chillán y Concepción les y festividades “en un clima de desborde festivo no siempre
comenzaron a poner sus teatros de pie, replicando experiencias ceñido a los criterios morales defendidos por las autoridades,
similares a las del Municipal de Santiago. las cuales en más de una ocasión clausuraron estas salas de
Pero en este supramundo de la pompa operática, existía otro espectáculos”72. Estas fiestas de cambio de siglo donde ciertos
mundo en teatros que nacían en Santiago, donde la zarzuela, límites moralmente establecidos se traspasaban, tienen en el re-
las operetas, los espectáculos de variedades se instalaban, atra- gistro melipillano episodios constantes que hablan de un festejo
yendo a un público permanente en actos que entendían y que periférico donde se mezclaban las mujeres, la guitarra, el alco-
los entretenían, especialmente en dos derivados de la zarzue- hol y la juerga. Evidentemente, ese tipo de divertimento, espar-
la: el sainete y el juguete cómico70. Ese entendimiento, señala cimiento y uso del tiempo libre no era el que anhelaban los entes
Piña, tuvo mucho que ver con que si bien “las zarzuelas estaban rectores de la ciudad. El periódico La Constitución narraba así
influidas por la ópera italiana y la ópera cómica francesa, no las consecuencias del año nuevo de 1898.
tardaron en adaptarse al folklore regional y más en particular
al local, siendo protagonizadas por personajes de la calle que La zandanga de la noche buena tuvo su repetición en la noche
hablan el lenguaje del pueblo”71, llegando así a existir teatros del año nuevo. Las mismas fondas i chinganas, el mismo desorden,
donde sólo se presentaban zarzuelas, como el Edén y el Apolo, los mismos escándalos, aunque en más basta escala...Bajo el pretex-
en Santiago. to de que en la Plaza de Armas no era propio establecer ventas se
En este camino, la música y las artes escénicas ganaron en el permitió el establecimiento de fondas en uno de los arrabales. Las
país creadores y cultores que incidirían directamente en el de- borracheras que tuvieron lugar en ellas revistieron tal magnitud que
sarrollo de la música hecha en Chile, en un teatro nacional que el carretón en que se recojen los borrachos para conducirlos a la po-
estaba naciendo de manera amateur y en el cine de los primeros licía no daba abasto73.
años, pues estaban forjando una rica experiencia en actuación,
escenografía y guiones, especialmente de comedia. La creciente vida cultural melipillana de
Todo esto sucedía arriba del escenario, pero los teatros no principios de siglo
fueron espacios solamente para la representación en el prosce-
70 De acuerdo a Juan Andrés Piña, el sainete es una pieza breve, generalmente de
¿Y Melipilla cuándo? Esta simple pregunta inquietaba a las
un acto, de tema humorístico y ambiente popular, que antiguamente se presentaba a autoridades locales y a la élite conocedora de la pompa san-
continuación de una obra seria o como final de la función. El juguete cómico es una
pieza teatral corta, de tema ligero o frívolo, salpicada de situaciones cómicas, que en
ocasiones se presentaba después de una obra de mayor duración. Al respecto: op. cit. 72 Correa, Sofía et al., Historia del siglo XX chileno: Balance paradojal, Santiago de
Piña, pp. 91-92. Chile, Editorial Sudamericana, 2008, p. 31.
71 Op. cit. Piña, p. 79. 73 La Constitución, 3 de enero de 1898.

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tiaguina y porteña, sobretodo a los que habían viajado o ve- de Melipilla y más tarde los secundaba algún comerciante, en
nían de Europa, gente que ansiaba replicar en la escala local una ronda de encuentros en distintos hogares, siempre puertas
las beldades del primer mundo y su estética afrancesada. En adentro y con invitados seleccionados.
las conciencias de la alta sociedad melipillana aún resonaban Así lo consigna el periódico El Comercio en octubre de
las palabras que el Intendente Benjamín Vicuña Mackenna es- 1907. Los días previos al aniversario de la ciudad y en la antesala
cribiera, tras una de sus visitas, cuando señaló que Melipilla de una nueva edición de la Fiesta de la Primavera, ya existía una
era un poblado de un aspecto del todo muerto, entre otros comisión constituida por comerciantes y autoridades, quienes
comentarios lapidarios: realizaban constantes actividades sociales, algunas con ánimo
celebratorio de santos, cumpleaños, despedidas, bienvenidas o
Existen algunos edificios públicos, como ser la iglesia parro- afanes de beneficencia, y siempre con momentos artísticos du-
quial, la gobernación, la casa en que funciona la oficina de correos i rante esas veladas.
las escribanías; una plaza i un cementerio.- Ninguno de los edificios
ya mencionados, ni aún los de particulares tienen algo de particular La sociedad de Melipilla está sacudiendo el letargo en que tanto
ni en cuanto a su belleza, ni a su forma.- Todas las casas son de un tiempo estuvo sumida y puede decirse que ha empezado para ella
aspecto triste i todas ellas de un solo piso74. una nueva era, una etapa más animada, más agradable y también
más social. Las fiestas patrias, la velada del centro infantil, el con-
Ahora bien, Vicuña Mackenna había escrito eso antes de la cierto organizado por la señorita Guillermina Zúñiga y la tertulia
llegada del tren. Tras su arribo y ya en plena etapa de recupera- ofrecida por el señor Juez Letrado han infiltrado nuestra sociedad
ción post-terremoto, de la mano del gobernador Ramón Valdi- la simpatía por estas reuniones francas, amistosas, que establecen
vieso, la ciudad no estaba completamente dormida. En algunas entre las familias esa mutua confianza que tan agradable las hace75.
casas existían pianos, en ocasiones arribaba una profesora de
Santiago o un afinador y se publicaban poemas en los periódi- Es que había muchas causas de beneficencia por esos días
cos, llenando páginas inclusive con versos donde las visiones previos al centenario de Chile. El constante suministro de re-
idílicas y amorosas predominaban. Se recitaban poesías en los mesas para el hospital, la banda de músicos –a quienes había
actos estudiantiles y pequeñas comedias se presentaban en la que costear sus retretas de valses, polkas, marchas, y fantasías
Escuela Superior de Niñas de Melipilla, a cargo de la profesora de ópera– el futuro monumento a Ignacio Serrano, las escuelas
Rosario Zamorano. El alcalde Manuel J. Benítez citaba a mee- públicas y la Iglesia. Todas eran consideradas loables causas y
tings en su hogar, lo mismo hacía luego el gerente del Banco obtener dinero era un imperativo, aunque había un problema.

74 Vicuña Mackenna citado en op. cit. Ruiz-Tagle, p. 70. 75 El Comercio, 1 de octubre de 1907.

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Si de recaudar dinero se trataba, se necesitaba un lugar más am- que la actividad circense en Melipilla era permanente, con habi-
plio que las casas de las autoridades y empresarios comunales. tuales presentaciones de distintos circos que recorrían Santiago,
Así lo planteaba un “conocido caballero”76, que en la nota titu- la costa central, Melipilla, El Monte, Talagante, quedándose por
lada “Sería Obra de Progreso”, aparecía en El Comercio expli- semanas y meses, alojando peleas de box y actividades sociales
cando la conveniencia de construir un teatro-circo en Melipilla, al interior de las carpas. Y había un último factor, uno que mar-
mediante el esfuerzo de la sociedad: caría todo el siglo XX y que sería el corazón de la construcción
de teatros: el nacimiento del cine y su instalación en Chile.
Ustedes saben, que la velada organizada por la señorita Zúñiga
produjo la suma de quinientos pesos más o menos, y si el mismo gru- La irrupción del cine y su recepción en Melipilla
po de señoritas que tomaron parte, u otras sociedades, más el centro
literario infantil, aúnan sus esfuerzos y dieran periódicamente sus En Francia, específicamente en el subterráneo del salón Indio
veladas, en poco tiempo se reuniría suficiente para la construcción del Gran Café, ubicado en el N°14 del Boulevard des Capucines
de un teatro, aunque fuese de material ligero77. de la ciudad de París, los hermanos Louis y Auguste Lumière
proyectaron durante 30 minutos imágenes en movimiento, con
Este tipo de reflexión caló hondo en la comunidad, porque luz y personas vivas en una tela en que transcurría la vida mis-
existía más de un factor que favorecía la instalación de un tea- ma. Los hermanos Lumière iniciaban y mostraban en diciembre
tro así en Melipilla. Primero, el edificio no debía ser pomposo, de 1895 a 33 afortunados lo que más adelante se conocería como
porque nada en la arquitectura citadina lo era. Luego, el espíritu cine e inundaría galpones, teatros, salas y biógrafos78.
de incipiente progreso comercial y de sobreponerse a los daños Chile no demoraría en ser parte de este extraño invento y un
del terremoto animaba al poblado a tener uno de los elementos año después se proyectaron en una sala del Teatro Unión Cen-
constitutivos de una ciudad que se preciara de ser Cabecera del tral, de Santiago, las cintas “Salida de los Obreros de la Fábri-
Departamento. El tercer factor en cuestión, la llegada del tren, ca”, “El Regador Regado”, “Llegada del Tren a la Ciudad”, entre
había sido de tan poderoso aliento que los comercios florecían otros registros de un minuto y medio79. La novedad impactó a
y podían atraer fácilmente a compañías artísticas de Santiago. la sociedad santiaguina y porteña, que para los primeros años
Cuarto, la ciudad contaba con personas que estaban en condi- de 1900 se habituaría a presenciar estas cortas proyecciones en
ciones de presentar números artísticos. También se agregaba
78 Explican Mouesca y Orellana que con el nombre de biógrafo comenzaron a cono-
cerse las salas de exhibición de películas y del género cinematográfico en sí, denomina-
76 La práctica de citar personas indirectamente, bajo apodos, así como firmar no- ción que fue habitual hasta los años 40 en el país. Al respecto: Mouesca, J. & Orellana,
tas con seudónimos o sin siquiera poner el crédito, eran prácticas habituales en los C., Cine y Memoria del Siglo XX, Santiago de Chile, LOM ediciones, 1998, p. 36.
periódicos melipillanos de esta parte del siglo. 79 En el Teatro Unión Central, en el año 1896, se transmitieron los primeros filmes de
77 El Comercio, 6 de octubre de 1907. los hermanos Lumière. Al respecto: op. cit. Mouesca & Orellana, p. 14.

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teatros como el Odeón, el Apolo y el Victoria de Valparaíso, las además de pagar, les abrían un horario impensado hasta ese
que debían hacerse en conjunto, dado que con la tecnología de momento. Como ni siquiera tenían nombre para estas nuevas
la época las cintas más largas eran de dos y tres minutos. Es en funciones, las bautizaron con el nombre de vermouth, el alcohol
el Odeón, en 1902, donde se proyectó la primera película re- favorito de las señoras. De esta manera, desde un inicio la vida
gistrada en Chile. Titulada “Un Ejercicio General de Bombas”, cinematográfica en Chile tuvo los tres horarios que se converti-
daba cuenta en tres minutos de las destrezas de las compañías rían en un clásico: matiné, vermouth y noche81.
bomberiles de Valparaíso captadas en la Plaza Aníbal Pinto80. El dueño del Biógrafo Kinora era un español llamado
Las vistas de paisajes, desfiles, faenas industriales, fiestas José Casajuana Ochoa, que en 1907 trajo a Chile una má-
populares, peleas romanas, alucinaron a los espectadores chi- quina de proyección con la especial característica de ser mó-
lenos en teatros cuyos aforos alcanzaron incluso las 2.000 per- vil. Es decir, podía itinerar en cualquier parte e instalarlo
sonas. La magnitud de la luz, los movimientos, los tamaños con relativa facilidad. Llevaba consigo cintas de noticieros
de hombres y claridad de vistas eran sorprendentes. La gente y otras como “Las corridas de toros”, “Ladrones de Nidos”,
respondió a estos espectáculos con ánimo ferviente. Les cauti- “La Toma de Puerto Arturo”, “Los Últimos Días de Pompeya”,
vaba y entretenía tanto, que de la mano de su atractivo nació todas ellas de origen francés, italiano, ruso o sueco 82. Europa
la palabra vermouth, denominación chilena para el horario de fue la cuna fílmica y de allí el cine se esparció por el mundo
funciones de la hora del té. con una velocidad feroz, a tal punto que llegó hasta Melipilla
Originalmente los primeros biógrafos santiaguinos sólo rápidamente. Con breves películas cómicas y dramáticas, y
contemplaban proyecciones en horarios nocturnos, pero a me- con cintas de actualidades, arribó de la única forma en que
diados de la primera década del siglo XX no era fácil ni bien podía hacerlo: como la guinda de la torta para las celebracio-
visto andar a altas horas de la noche circulando por sus ca- nes patrias de 1907.
lles, especialmente para las señoras. El problema era que tras El municipio cada año coordinaba una comisión especial
ser sometidas a la experiencia cinematográfica habían queda- para el aniversario de la independencia nacional, que incluía el
do embobadas con él. Por esta razón, Delia Matte, habitué del Te Deum habitual en la Iglesia Matriz, carreras pedestres, dis-
capitalino Club de la Unión, donde tomaban el té y algo más, cursos, recitaciones, faroles chinos, fuegos artificiales, la músi-
solicitó a los administradores del Biógrafo Kinora, ubicado al ca de la banda y el desfile de carros alegóricos en la Plaza de Ar-
interior de la calle Estado, que pudieran anticipar las funciones. mas, a lo que sumaban partidos de fútbol y carreras de caballos
Por supuesto que accedieron a dicha petición, ya que reunirían en el sector de El Llano.
a un conjunto de damas de la aristocracia santiaguina, las que
81 Santana, Alberto, Grandezas y miserias del cine chileno, Santiago de Chile, Edito-
80 Ossa, Carlos, Historia del Cine Chileno, Santiago de Chile, Editorial Quimantú, rial Misión, 1957, pp. 14-15.
1971, p. 10. 82 Op. cit. Santana, p. 15.

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Para 1907, la Plaza de Armas de Melipilla era uno de los lo describían los periódicos de la época, debido a la ingesta de
dos paseos citadinos –junto a la estación de trenes– y epicen- alcohol, los bailes y sus formas de comportarse:
tro de la observancia urbana sobre las reglas de comporta-
miento. No se podía estar de cualquier forma en dicha plaza. A pesar de que el “Programa” decía que se permitiría el estable-
Por ejemplo, pasear estaba bien, pero era mal mirado que los cimiento de fondas para la venta de bebidas anti-alcohólicas, hemos
niños jugaran a las “chapitas” en plena calle. Eso era sinónimo presenciado personalmente la alteración que ha sufrido en esto el
de incivilidad, vagancia y estorbo para las familias que cami- programa y no podemos menos de protestar enérjicamente del abuso.
naban en círculos por allí. Era también una época en que las Esas fondas, con su repugnante compañía de hombres y muje-
calles que rodeaban el centro de la ciudad eran de tierra y las res embriagados, con bacanales impropias de un pueblo civilizado,
acequias estaban abiertas –lo estarían por muchos años más– a empañan el brillo de las fiestas patrias y propenden a desgradar el
un costado de las soleras. espíritu de nuestro pueblo.
Allí, el empresario Luis Lagier, propietario del Biógrafo Y lo más deplorable aún, es que no solo el roto brilló en esas
Transiberiano, proyectó las noches del 19 y 20 de septiembre de orgías, sino también personas educadas y menores de edad hijos de
1907 cintas que, de acuerdo al periódico El Comercio, poseían respetables familias.
“las más hermosas e interesantes vistas”83, acompañadas en los Con tal motivo se produjeron algunos desórdenes aún en el cen-
intervalos por la banda de música municipal, en un espectáculo tro de la ciudad que denigran la cultura social y ofenden la moral
que alcanzaba las tres horas, comenzando a las 20 horas. Fue la pública. Tal conducta es mui censurable85.
primera vez en que el cine iluminó las caras de melipillanos y
melipillanas, los rostros de miembros de las colonias italianas, Entre italianos y españoles, eran estos últimos los que más
españolas y también de sectores más populares que con ocasión influencia tenían en la ciudad, dando vida a grandes alma-
de las fiestas irrumpían cual “indios” o gente “sin cultura”84. Así cenes, a la banca, a casas de préstamo, barracas, fábricas de
gaseosas y distribuidoras de vino. De esas comunidades que
83 El Comercio, 16 de septiembre de 1907. conformaban la élite local surge entonces una necesidad. Es-
84 Nótese que esta denominación de “indios”, tal como argumenta Carlos Cousiño, taban bien los salones para reunirse, las casas y sus salas de
se origina en contraposición a lo “culto” o “civilizado”, esto es la vida de la hacienda.
Lo que quedaba fuera de ella era visto como incivilizado, lo aborigen o “indio” y, hasta estar, pero se necesitaba algo más grande para alojar operetas,
el día de hoy, decimos “le salió el indio” en relación precisamente cuando alguien se
comporta de manera extemporánea a las formas establecidas por la élite, que una vez
pequeñas obras de teatro y el novedoso biógrafo, algo que por
fue hacendal durante la colonia, y en la ciudad de Melipilla de principios de siglo XX fin sacara los actos públicos y a beneficio de la Plaza de Armas
estuvo principalmente ligada a los inmigrantes españoles. Al respecto: Cousiño, Car-
los, “Los rasgos más propios del carácter chileno” en Los Chilenos y la Identidad. La y de las carpas de circo que amablemente cedían las numerosas
UC mira a Chile, Santiago de Chile, PUC Chile, 9 de septiembre de 2004. Disponible
en: http://www.uc.cl/laucmiraachile/pdf/05_identidad_ccousino.pdf (Revisado en:
diciembre de 2011). 85 El Comercio, 24 de septiembre de 1907.

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compañías que se instalaban en Valdés y Serrano86. Porque era el sur de la ciudad; y una pequeña sala en Valdés donde estaba el
un municipio que también se avergonzaba cuando recibía so- primer biógrafo melipillano: el Royal.
licitudes de compañías de teatro, como la de Mateo Martínez La compañía de Francisco Lueje y Ramón Roza, empresa-
Quevedo, que en diciembre de 1908 pedía al alcalde “un teatro rios españoles, era propietaria de esta sala ubicada al costado
con proscenio, sillas i música a fin de dar seis representaciones sur de calle Valdés, entre Ortúzar y Silva Chávez, bajo el nombre
con una compañía dramática que dirige”87. Toda ciudad que de Biógrafo Royal, lugar bienvenido aunque insuficiente para
se preciara de tal debía contar con un teatro y Melipilla no lo dar cabida a espectáculos mayores. En virtud del avance y po-
tenía, menos aún para fines culturales. El municipio ni siquie- tencial del cine, así como el deseo de la sociedad melipillana,
ra era capaz de mantener a la banda de músicos, por lo que los empresarios decidieron botar una muralla de la sala, expan-
delegó la tuición en la policía, la que a poco andar devolvió la diendo aquel espacio de manera considerable. Con esta ampli-
responsabilidad al municipio, en un ir y venir de pobreza que tud consiguieron lo que querían: un teatro.
no sólo impedía a los músicos tener la holgura para dedicarse
exclusivamente a interpretar obras, sino también para optar a Aquí no vienen compañías de zarzuela por falta de local; ahora
una vida digna. ya lo tienen i será fácil que nos visiten. Pronto se emprenderá la
construcción del proscenio i demás trabajos que sean necesarios –si
El pionero Teatro Apolo antes no los toma de su cuenta algún empresario, a fin de conseguir
el local en mejores condiciones. Felicitamos al señor Roza por la feliz
En una ciudad con focos a parafina, con el problema de los idea –que envuelve un paso de progreso para la ciudad– al dotarla
chanchos sueltos en la noche en medio de las calles, incendios de un Teatro, que nos atraerá buenos espectáculos de los cuales care-
descontrolados por no tener quien los apagara, sin mercado, cemos –con detrimento de la juventud– por largas temporadas. No
con un matadero insalubre, sin alcantarillado y ad portas de olvide la Comisión de Fiestas del Centenario esta magnífica disposi-
un centenario que debía tener algo de pompa en sus espectácu- ción de los señores Lueje y Roza88.
los, una solución intermedia fue una carpa que en 1909 instaló
la Compañía Cinematográfica del Pacífico en la intersección Claro que Lueje no estuvo ahí cuando se consumó el espacio
de calle Valdés con Ortuzar, donde no había ni matiné ni ver- amplio –de lo que apenas fue una sala– y se dieron los primeros
mouth, solamente funciones de noche; una sala con títeres hacia aplausos que resonaron en aquella bóveda mayor. Andaba de
viaje en Europa, y solamente al llegar a través del barco Aragón
86 Los circos se instalaban, usualmente, en calles Serrano (entre Valdés y Libertad), tras surcar el Atlántico, se enteró del éxito de la operación. Su
en calle Valdés, (entre Serrano y Barros) y también en Serrano, en la intersección con
Ugalde. Esto es, a una y dos cuadras de la Plaza de Armas.
87 El Comercio, 20 de diciembre de 1908. 88 El Comercio, 27 de marzo de 1910.

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socio, lo aguardaba en Los Andes para darle a conocer las bue- los niños y niñas de las escuelas de Melipilla. En mayo de 1909
nas nuevas. Esta vuelta por el viejo continente le había dado a los escolares tuvieron acceso a esta sala oscura por gentileza de
Lueje el contacto directo con la dimensión que alcanzaba el cine sus dueños. En medio de la luz de la tarde que copaba el otoño
y la actualidad de los teatros y cinematógrafos en Europa. Ellos melipillano, tuvieron una entrada gratis a ese mundo paralelo
le bautizarían con el nombre de Apolo, probablemente porque del cine. Serían los primeros en ingresar a esta oscura cueva de
en Santiago y Valparaíso dos teatros de relevancia llevaban este fantasías que, tal como ellos, otros niños y jóvenes sabrían dis-
nombre. frutar durante todo el siglo.
En lo que sería una norma a lo largo de todo el siglo XX, ni Pero el Apolo no era sólo cine y compañías de variedades. Al
Roza ni Lueje asumieron la administración del teatro, ya que ser el principal espacio techado con escenario y luces en la ciu-
ellos también sabían que el negocio del espectáculo era comple- dad, se hizo primordial para reuniones masivas y juntar dinero
jo y no lo dominaban. Por eso le entregaron el mando a Valentín en las decenas de causas benéficas que por esos años abrazaba
López, quien logró proyectar cintas nuevas y atractivas para el la comunidad. Una de ellas era la reunión de fondos para la es-
público y traer el Biógrafo París, máquina itinerante de propie- tatua de Ignacio Serrano, hijo ilustre de Melipilla que combatió
dad de José Casajuana que llegaba con muchos tambores89. en la Guerra del Pacífico, otra era la colecta de fondos para el
López también proyectó películas de la Compañía Cinema- hospital y otra para la reconstrucción de la Escuela Superior de
tográfica Italiana, del Biógrafo Iris, y puso en escena a la com- Niñas. Pero en este protagonismo social del teatro de calle Val-
pañía de variedades de R. Conti, que pasaba cintas, presentaba dés, un hito destacaría por sobre todos, al ver nacer una de las
ilusionistas y subía al escenario a boxeadores que entretenían a instituciones emblemáticas de la ciudad: fue el Apolo el centro
un público fascinado por tanta novedad. En el Apolo también de las reuniones para acordar los puntos que configurarían el
se vieron espectáculos de compañías que podían amalgamar a Cuerpo de Bomberos de Melipilla, así como la primera y segun-
un barítono acompañado de piano con imitadores de animales y da compañía. El 17 de julio se fundaba esta institución, que en
musas bailarinas que sonrojaban a las mujeres, pero que logra- su interior contaba con 60 personas en las primeras filas.
ban otros efectos en los hombres. Mientras la entidad bomberil iniciaba un camino dando
El teatro tenía cabida para alrededor de 500 personas, sien- sus primeros pasos, lo mismo sucedía con la naciente industria
do pequeño en comparación con la capacidad de sus pares san- fílmica chilena, que aumentaba su producción en base a cintas
tiaguinos y porteños, mas la ciudad era pequeña y cabían todos noticiosas y al estreno de la primera película nacional con argu-
mento en el Teatro Unión Central de Santiago, titulada “Manuel
89 De esta forma se denominaban las cintas, ya que eran trasportadas en tambores. Rodríguez”90.
En esta época las películas se compraban y el propietario del proyector las utilizaba
hasta que no se pudieran exhibir más, por el natural deterioro de la proyección en 90 Dirigida por Adolfo Urzúa, en ella actuaron Nicanor de la Sotta, Francisco A.
funciones, traslados, clima y la propia calidad del material. Ramírez, Filomeno Flores y Carlos Prats.

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Con el cine todo andaba bien en el Teatro Apolo, aunque conocimiento de cómo se comportaría la comunidad ante este
la comunidad melipillana comenzó con los cuestionamientos. nuevo tipo de espacio. Para 1911, año en que se reconstruía la
La razón era que no aparecían en cartelera los espectáculos de Escuela Superior de Niñas, comenzaba la construcción de la
zarzuela o teatro que tanto se anhelaban. El reclamo se hizo cárcel y el cuartel de policía, el Apolo cerraba sus puertas. Sin
virulento para el centenario, porque la comunidad ya estaba embargo, la fiesta del cine no podía terminar y el municipio le
harta de que los fuegos artificiales fueran el gran momento entregaba permiso a Aliro Valenzuela para dar funciones de
de todos los festejos91 y querían teatro. Pero esto no sucedía. biógrafo en la ciudad.
Lo que había era cine con funciones para escolares y público Es que el cine era buen negocio. Y así lo entendieron diver-
en general, tan general que a él acudía no solamente la élite, sas empresas que venían con sus máquinas y rollos, como la
sino también las clases populares. El negocio debía subsistir empresa Mardones y Patri, quienes se instalaron con funciones
y para quienes no sabían leer ni escribir, lo mejor era el cine. permanentes bajo el nombre de Teatro Melipilla. Con su llega-
Las letras eran pocas, los paisajes muchos y la emoción cada da, las proyecciones se sucedían tres veces por semana en hora-
vez mayor. rios de noche, a las 22 horas, incluyendo una matiné (16 horas)
Por supuesto, estos espacios no iban a instaurar una en los días festivos.
igualdad social que extra muros no existía, por lo que la ad- Y el negocio fue viento en popa, a pesar de presentar condi-
ministración del Apolo decidió realizar la primera modifi- ciones precarias, como la casucha de madera donde instalaban
cación que consistió en hacer una separación, dejando a un el proyector, o la garita donde se cobraban los boletos. No im-
lado la galería y al otro la platea. Así, por un lado los más portaba. El público no dejaba de cautivarse con las proyeccio-
pudientes y otros en aposentadurías más baratas, vieron en nes, entre las que se contaban títulos como “Cascadas y Neveros
noviembre el gran estreno de 1910: “La Pasión de Nuestro en Los Alpes”, “Noche de Luna en el Mar”, “Los Bomberos de
Señor Jesucristo”. París”, obras que respondían a lo que los periódicos de la época
solicitaban: “nos permitimos insinuar al representante que ex-
Teatro Melipilla, la función debe continuar hiba vistas que instruyan al pueblo, como trabajos en maestran-
zas europeas, fabricación de metales, buques, aeroplanos, vistas
Tanto el Royal como el Apolo fueron instancias iniciales, pro- de ciudades, revistas, etc.”92.
pias de un camino que se hacía sin tener la experiencia ni el Todo el mundo llegaba a las funciones, pero no todos con
buena disposición, como en una nublada tarde de julio de 1911,
91 Los fuegos de artificio eran de tal importancia en las celebraciones, que el periódi- cuando un empresario industrial de la comuna, acompañado de
co local especificaba en los días previos el programa de lanzamiento, detallando sus
nombres de fantasía, las detonaciones, en qué orden aparecían y que figuras se forma-
ban. 92 La Patria, 24 de mayo de 1911.

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dos personas, fue impedido de ingresar gratuitamente al recin- terno es el de una sala de espectáculos bien condicionada que
to. Enfurecido, las emprendió con su caballo sobre la garita que deja buena impresión”93.
funcionaba como boletería, ante lo cual salió desde su interior Esta nueva administración logró dar saltos cualitativos im-
el administrador del local con una pistola que no alcanzó a per- portantes. El primero es que pasó de las películas de paisajes,
cutar, porque el caballo se abalanzó contra su humanidad. El salidas de obreros y ejercicios militares, a proyecciones argu-
resultado fue un forcejeo que gatilló el disparo de una bala. Para mentales. También consiguió que allí se realizaran decenas de
suerte de todos los contendores que fueron a parar al cuartel de beneficios, y fue, precisamente, en esos beneficios donde se
policía, no hubo heridos. iban a dar experiencias locales de pequeños montajes teatrales,
Entre 45 minutos y una hora duraban las proyecciones ha- declamaciones, canto e interpretación de instrumentos ante
bituales del Teatro Melipilla, cuya misión estaba clara y lejos de gran público y, como no podía ser de otra forma, las anheladas
sucesos como los del prepotente espectador. Para La Patria, ésta zarzuelas.
radicaba en ilustrar y divertir “culturalmente”. Justamente estas Gran parte de la sociedad civil subió a las tablas a interpre-
tomas, muy propias de las primeras que exhibieron los herma- tar algo. En agosto de 1912, la Segunda Compañía de Bomberos
nos Lumière se sucedían, pero se repetían constantemente, can- realizó un espectáculo para comprar una ambulancia. El show
sando al público que seguía asistiendo y haciendo ganar dinero se dividió en dos partes. La primera se inició con la sinfonía
a empresarios foráneos. de una banda traída desde Santiago, la siguió una presentación
El flujo de caja alertó a los melipillanos, que conformaron bomberil, luego el discurso de un alumno de la Escuela Parro-
una sociedad para ser también parte de la nueva industria. Así quial y la comedia “No temo la muerte”, en dos partes, media-
comenzaron con funciones en 1912 en el recinto del Apolo, das por una sinfonía. La segunda mitad del espectáculo incluyó
pero conservando el nombre de Teatro Melipilla. El encargado otra sinfonía, el juguete cómico titulado “Noche de lluvia” y una
de llevar adelante la iniciativa fue Alfredo Castro, bombero y marcha final.
comerciante de la ciudad que arregló la estructura de ladrillos y Con un evento como éste, comenzado religiosamente a las
cemento de calle Valdés. 21 horas, los bomberos podían reunir abundante dinero y pú-
Con un recinto sólido y amplio, el Melipilla acogió actos a blico, pues si bien los automóviles eran una rareza, el tren ur-
beneficio de Bomberos, reuniendo a 360 personas que dejaban bano94 que circulaba por la ciudad permitía que llegase público
sumas nada despreciables y que le permitió, por fin, construir desde distintas partes. Por eso era natural que luego le siguiera
un escenario. Con estos cambios, la ciudad sintió que tenía un
93 La Patria, 16 de junio de 1912.
teatro: “espléndidamente instalado ha quedado el teatro en su 94 El tren urbano partía en Vicuña Mackenna, bajaba por Serrano, luego por Ortúzar,
nuevo local. Los palcos, la platea, el anfiteatro y la galería dan parando en El Llano, y siguiendo hasta Puntilla (Huechún), para regresar por Serrano
hasta la estación. Este tren urbano no era guiado por electricidad, ni por algún com-
más comodidad y seguridad que el local antiguo. Su aspecto in- bustible, sino que por caballos. Por esta razón se les denominaba carros de sangre.

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un beneficio para el Templo de San Agustín, otro para la cons- SEGUNDA PARTE
trucción de la Gruta de Lourdes, uno para la Sociedad de Ve-
teranos del ‘79 y también para la estatua de Ignacio Serrano, 1° Dúo “Yo vivo e tamo”, por la señorita Julia Meyer y se-
que estaba en medio de una polémica por saber en qué parte ñor José M. Valenzuela.
de la Plaza de Armas se instalaría. Como no podía ser de otra 2° Monólogo, por Don Tulio Urrutia
forma, la pelea incluía a conservadores y liberales. Los primeros 3° “Ballo in Maschera”, romanza para barítono por el se-
la querían frente a la Iglesia Matriz, en la esquina norponiente. ñor Exequiel Pinto Ovalle.
Los segundos esperaban que se erigiera en el vértice suroriente, 4° Fuggini, romanza de Denza, para soprano, por la seño-
frente al almacén Nuevo Mundo, donde había nacido Serrano. rita Julia Meyer.
Los espectáculos en el Melipilla eran protagonizados por el 5° “Salve de Guereia” cantada por la señorita Julia Meyer
canto y las declamaciones de hijas y esposas de personalidades y señores Exequiel Pinto Ovalle y José M. Vicente Elgueta.
relevantes económica y políticamente en la comuna. Un acto 6° Monólogo por el señor Roberto Gómez.
de beneficencia en ocasiones comenzaba a las 16 o 17 horas y
eran extensos. El siguiente programa, a beneficio de la Gruta de Todos los intervinientes eran parte de una generación en la
Lourdes en Chocalán95, es un buen reflejo de ello. que se cuenta a Amanda Fleck, Ernestina Meyer, Amanda Boza
y Mercedes Hernández. La voluntad de sus padres y esposos
PRIMERA PARTE dispuso para ellas de profesores de canto lírico e instrumen-
tos como el piano, violín y mandolina. En lo teatral pasó algo
1° Obertura para piano, por el señor José M. Valenzuela. similar, aunque en este caso la formación fue de autodidactas
2° Preghiera, romanza para barítono, por el señor Exe- y de atreverse a pisar el escenario, como Luis Delpiano, Olivia
quiel Pinto Ovalle. Santelices, Alberto Cabezón y Josefina Hernández. Ninguno de
3° Poesías, declamadas por el señor Domingo Oyarzún. ellos era profesional, pero sin ellos esos beneficios no hubieran
4° Mignon, romanza para soprano, por la señorita Julia tenido gente que, sin mediar pago alguno, entretuviera a la con-
Meyer. currencia.
5° Dúo, “Cielo Stellato”, por los señores Exequiel Pinto La presencia permanente de estos beneficios, algunos de
Ovalle y José M. Valenzuela. los cuales sí lograban atraer compañías de Santiago, como la
6° Una sena D’amore por la señorita Julia Meyer y el señor de Francisco Arellano y la de variedades “Del Matur”, gustaba
Exequiel Pinto Ovalle. al público que demandaba espectáculos considerados cultos, y
que también los vivían para las celebraciones del aniversario de
95 Programa extraído del periódico La Patria, del 23 de marzo de 1913. Melipilla, de fiestas patrias, para la Fiesta de la Primavera y el

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Carnaval de febrero. Era lo que Melipilla había anhelado y bien acarreó problemas con el precio de las entradas, que debía subir
lo sabía el empresario Castro, que en 1913 exhibió la adaptación considerablemente, y con la continuidad de intérpretes que sólo
fílmica de “Los Miserables”, la que debió ser mostrada en dos excepcionalmente podían tocar.
días, porque era muy extensa: contaba con 4.800 metros de lon- Cuando no había música, habían buenas películas. Las dos
gitud y venía en un total de 25 rollos. Fue el principal filme del principales productoras fílmicas en el mundo por esos años
año, junto con “Quo Vadis”. Pero al parecer no todo el mundo eran Pathé y Gaumont, ambas francesas, y habían logrado in-
gustaba del estado de las cosas, porque ya en esta fecha el cartel suflar a la industria de nuevas temáticas, escenografías y efec-
que anunciaba la programación del teatro, ubicado en Plaza de tos que hacían aún más sorprendente el séptimo arte. También
Armas, aparecía destruido por paseantes que lo estropeaban. innovaron con cintas policiales y de suspenso, que presentaban
A pesar de su estrechez, igualmente la ciudad tenía otras en- gran atractivo para la concurrencia que sabía de antemano la
tretenciones, conocidas tanto por los hombres del pueblo como trama, porque los periódicos se ocupaban de adelantarla.
por los de las haciendas, que concurrían a los numerosos pros- No fue menor tampoco el hecho que el Teatro Melipilla se
tíbulos ubicados en los cuatro puntos cardinales, desatando la convirtiera en el lugar para enterarse de las actualidades del
molestia de católicos, liberales, conservadores y radicales, los mundo, especialmente del estallido de la Primera Guerra Mun-
que hacían sus descargos en la prensa96. dial. Sin radio, sin televisión, y con una tasa de analfabetismo
La ciudad crecía y con ella los deportes: el ciclismo y los que rondaba el 60%97, el cine entregaba imágenes de los sucesos
clubes de fútbol, como el Baquedano y el Chile, surgían de la mundiales, aunque los textos con fondo negro sólo podían ser
mano de clubes de tiro y box. A todos ellos se les denominaba entendidos por aquellos que sabían leer y conocían el conflicto
sports. ¿Quiénes practicaban los sports? Los sportsmans que en que involucraba al Imperio Austrohúngaro, al Imperio Alemán,
sus fields jugaban games. Esa era la nomenclatura de la época a Francia, al Reino Unido y a Estados Unidos, entre otros.
para las nuevas prácticas sociales provenientes de la cultura an- Lejos de aquella conflagración, Melipilla sufría –como todo
glosajona. Entre tanto el Teatro Melipilla introducía variaciones Chile– por la crisis económica derivada del shock que significó
en dos ámbitos que expandirían la popularidad del recinto: la la invención del salitre sintético por los alemanes, pero gozaba
música y los géneros. hasta las lágrimas con lo más cercano que tuvo a una ópera. Fue
El cine mudo estaba bien y era una ventana al mundo, pero la exhibición de las películas “Lucía de Lamermoor” y “Tosca”,
el silencio podía ser evitado. En Santiago ya se hacía y el Meli- de producción brasileña y dirigida por el español Francisco Se-
pilla comenzó a musicalizar las proyecciones con una banda de rrador, que en sus exhibiciones tuvo a los cantantes Ludovico
músicos en el interior del teatro. Esto fue de total gusto, pero Muzzio y Dionisio Bolívar interpretando a los personajes crea-

97 Según el Censo de 1906. Cabe destacar que en zonas rurales el analfabetismo era
96 La Patria, 24 de noviembre de 1912. aún más agudo.

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dos por el compositor italiano Giacomo Puccini. gante de la pantalla grande: Estados Unidos de América.
El éxtasis fue total. Esas veladas fueron sublimes para Con cada vez menos cintas disponibles en el mercado, el
quienes añoraban las galas del municipal santiaguino en la Teatro Melipilla hizo un esfuerzo y por fin cumplió otro añejo
ciudad. “He aquí los dos acontecimientos líricos culminantes anhelo de la comunidad: la presencia de la zarzuela. El arte escé-
del año que acaba de terminar y del que comienza, en medio nico más popular y extendido en Chile tuvo su oportunidad con
de las convulsiones horribles de una guerra sangrienta y ho- la compañía de Alfredo Zarricolli y un espectáculo estelarizado
rrorosa, sin precedentes en la historia de la humanidad”98, fue por las hermanas Blanca y Olga Van Camps. Pero no alcanzaba
el comentario para dicha programación del Teatro Melipilla. para la subsistencia de un recinto que se desangraba económi-
Sin duda fue lo más cerca que se estuvo de lo que anhelaba la camente. Por lo mismo, las funciones otrora benéficas o gratui-
alta sociedad melipillana. Probablemente no fue lo que más tas para el público se vieron obstaculizadas por los administra-
gustó a las clases medias y populares que acudían a las fun- dores. El concierto de la mandolinista argentina Virginia Zuchi,
ciones atraídos por una prensa que promocionaba cada pelí- quien se presentaría el 13 de febrero de 1916, junto al maestro
cula como “la más grande cinta jamás hecha”, y también de la Aníbal Aracena Infanta99, la violinista Julia Penjean y al tenor
mano de novedosas estrategias: la entrega de los afiches de chileno Gustavo Gutiérrez, fue cancelado en primera instancia
las películas. porque los concesionarios querían dinero a cambio de la actua-
Para la función de “Tu vida por el Rey”, cinta italiana prota- ción. Sólo con una mediación superior, presumiblemente del ex
gonizada por Alberto Capozzi y Lida Roberty, la promoción del alcalde Adolfo Fleck100, pudo ejecutarse el acto con dos inclu-
teatro ofrecía la rifa de 20 litografías de los populares actores siones de última hora: la de los hermanos y jóvenes estudiantes
franceses Gabrielle Robinne y René Alexandre para el interme- de música, Amanda y Adolfo Fleck, vástagos de la otrora prime-
dio. No quedó ninguna sin dueño. El cine francés reinaba en las ra autoridad municipal.
salas de Chile y de tanto hacerlo convertía a los personajes en Por este devenir financiero precario, durante el primer tri-
las estrellas del firmamento cinéfilo. Pero no por mucho más mestre del 1916 el Melipilla tuvo un último concesionario, la
tiempo. Esto porque las productoras galas en medio de la gue- empresa Grau, quienes comenzaron con el pie izquierdo al exhi-
rra no fueron capaces de brindar suficiente material, ni siquiera bir películas en malas condiciones producto de su permanente
para sus mercados internos. Llenas de presiones, en medio de uso. Si ya la cantidad de filmes circulantes eran pocos y antiguos
una economía de guerra, con un mercado en ascuas y un vecino
transatlántico creciendo como la espuma, los europeos perde- 99 Aníbal Aracena Infanta fue un compositor y profesor del Conservatorio Nacional
de Santiago de 1909 a 1918, organista en la Basílica de la Merced de Santiago y profesor
rían la hegemonía del mercado universal a manos del nuevo gi- particular de piano, órgano y teoría de la música. Al respecto: Salas Viu, Vicente, La
Creación Musical en Chile, 1900-1951, Santiago de Chile, Ediciones de la Universidad
de Chile, 1951, p. 151.
98 La Patria, 7 de febrero de 1915. 100 Su período al mando del municipio se extendió entre los años 1909 y 1912.

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–anunciando como estreno la cinta “Terremoto en Valparaíso”, tra, es esto de una necesidad absoluta. Siempre han sido los teatros el
hecha diez años antes– su constante uso dejaba las que llegaban esponente de la civilización de un pueblo o mejor dicho el metro con
a Melipilla sin las condiciones mínimas para ser atractivas o al que se mide la intelectualidad de gobernantes i gobernados103.
menos presentables. Y el público lo hacía saber, emprendiéndo-
las contra el operario del proyector, a quien le reclamaban que Con estas palabras, el regidor Vicente Segundo Elgueta
ni el alto costo de la entrada les permitía ver películas en buen presentaba el jueves 29 de agosto de 1918 la primera iniciati-
estado y no quemadas. va que en Melipilla existió por construir un teatro municipal.
Ahí estuvo probablemente el motivo principal por el que En sus palabras, la autoridad reflejaba de manera inconfundi-
1916 fue el año con más presentaciones de zarzuela en Meli- ble los propósitos de qué significaba un teatro y qué implicaría
pilla, aunque no siempre con los mejores elencos. En febrero para Melipilla, además de una lectura optimista de la realidad.
arribó la compañía de “zarzuelas, comedias y prestidigitación”, Elgueta era un inquieto hombre de la sociedad melipillana.
y en marzo la compañía de Pepe Puig estuvo muy lejos de atraer Alumno del pintor Juan Francisco González, ya en 1910, para el
al público, a pesar de ser considerada “la mejor que nos ha centenario de Chile, había propuesto emplazar en El Llano una
visitado”101. Sin películas, sin conseguir atraer a la gente que plaza de toros a la usanza española y lo había logrado, trayendo
tanto había pedido zarzuelas, y con un otoño e invierno crudos, un símil de los coliseos madrileños a las faldas de los cerros que
el Melipilla entró en el ocaso. Una de sus últimas actividades acogían el cementerio.
fue la despedida al gobernador Ladislao Lecaros102, a quien la Pero esta idea implicaba más dinero, mucho más dinero. El
comunidad agasajó con un automóvil y una función de cine gra- diseño estuvo a cargo del arquitecto Luis Mosquera e ingenieros
tis para el pueblo. que siguieron las órdenes del regidor en cuanto a que la edi-
ficación de tres pisos replicara cánones estéticos de la colonia
El sueño frustrado del teatro propio española asentada en Chile. Tras ser escuchado, Elgueta recibió
como respuesta aplausos, saludos de mano y se tomó el acuerdo
Ilustre Municipalidad, tengo el agrado de presentar a la considera- de crear una comisión para evaluar la viabilidad del proyecto.
ción de la Ilustre Corporación los planos respectivos de un proyecto Y así fue. Un comité de Arbitrios y Contribuciones y otro de
de teatro para la ciudad. Creo que no tengo para qué entrar en es- Ornato y Recreo evaluó el proyecto, y en una semana lo tuvie-
plicaciones a fin de probar la necesidad, cada día mayor, que tiene ron escrito. Pero era caro, tanto que con los haberes municipales
Melipilla de un adelanto como éste. Bien sé que todos sabemos que no alcanzaba, salvo que se comprometiera todo el presupuesto
dada la población de la ciudad i el grado de cultura en que se encuen- para levantar el teatro. Ante la falta de recursos, se estimó la

101 La Patria, 21 de mayo de 1916.


102 Fue gobernador entre el 31 de marzo de 1913 y el 30 de diciembre de 1915. 103 La Patria, 29 de agosto de 1918.

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posibilidad de pedir un préstamo o cederlo en una larga con- ban miembros de la colonia que pagaran sus cuotas, así podían
cesión a los constructores. La segunda alternativa no gustó a acceder a bailes, conciertos, pequeñas comedias, y tenían la po-
los ingenieros, por lo que se encargó otra comisión municipal sibilidad de formar una estudiantina o un cuadro artístico. Las
para ver la factibilidad de un préstamo u otra solución. La idea niñas eran llevadas donde la profesora Aída Vega, quien daba
no prosperó, aunque el préstamo llegaría unos años más tarde, clases de piano.
pero bajo otras circunstancias. Los trabajadores, en tanto, se organizaban en gremios y el
El día a día era aburrido en el bucólico Melipilla. Tras el tifus se expandía por doquier; la biblioteca popular, reciente-
cierre del Teatro Melipilla no había cine y los niños se divertían mente creada, respondía a la relevancia de la literatura en la co-
jugando a las “chapitas”, entretención que seguía siendo mal mi- muna. Todas las ediciones de los periódicos melipillanos de la
rada por los medios de la época, que la calificaba como un jue- época incluían poemas de autores con seudónimos como Sole-
go de vagos, motejo que le caía a toda persona desocupada que dad del Campo, Juan de Castro, Juan Vestal, Anjela de Balzanc,
osara deambular por el centro de la ciudad. Las cuotas de color A. H. y Julio del Río, entre otros. No sucedía lo mismo con la
las daban el Mercado de Melipilla, instalado en calle Serrano Nº pintura, que escasamente tenía presencia con exposiciones en
583104 y la Feria Libre, que se inauguró el 29 de diciembre de la comuna, generando un doble juego que se repetiría con los
1918 en plena Plaza de Armas105. años: la queja de que “en Melipilla no se hace nada artístico” y la
Los adultos podían acudir a la Plaza de Armas a escuchar poca concurrencia de público cuando sí se hacía. Ya La Patria se
a la banda de música que tocaba en doble horario de tarde y preguntaba sobre esta situación en 1919.
noche, trasladándose ocasionalmente a la estación de trenes,
más viva que la misma plaza. También asistían a los circos que Muchos se quejan de que en Melipilla no hai una sala de pin-
seguían llegando al pueblo, como el Wallace o el Fénix de Joa- turas o exposición de cuadros (...) pero cuando nuestros artistas se
quín Maluenda, que traía payasos, caballos, perros y combates esfuerzan en sus trabajitos para organizarla i poder, de este modo,
de box. Otra entretención para los adultos eran las canchas de ganarse algunos cobres, mui pocos son los que acuden a ellos, encon-
bolas, ubicadas en Huilco, Pomaire, Vargas y Pardo, y, por su- trándose muchas veces los salones desiertos. ¿A qué se debe esto? A
puesto, también estaban los tradicionales prostíbulos. que nuestro público es muchas veces frívolo a estas notas de arte que
La colonia hispana, por su parte, se recluía en el Casino Es- presentan gran cultura107.
pañol presidido por Rafael de la Presa106. En él sólo se acepta-
El Teatro Alhambra distaba de ser un palacio
104 La Patria, 16 de Junio de 1918.
105 La Patria, 29 de diciembre de 1918.
106 No confundir con su hijo, también de nombre Rafael de la Presa, quien sería
diputado entre los años 1953 y 1957 por el Partido Agrario Laborista (PAL) y haría sería embajador de Chile en Portugal.
interesantes aportes para una genealogía de la presencia española en Chile. También 107 La Patria, 13 de septiembre de 1919.

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Las comedias de Charles Chaplin que harían reír al mundo en- operario del proyector se robó varias piezas y huyó a Santiago.
tero en un par de años, bien podrían haber estado radicadas Como no pudieron encontrarlo pronto, el cine tuvo que detener
en el inicio del que fue un paréntesis previo a la instalación del por una semana su normal funcionamiento.
Teatro Colón y el Teatro Esmeralda: el comienzo-fin del Teatro Prologados por una mala nube, los del Alhambra sintieron
Alhambra. también la incomodidad evidente de utilizar un galpón reacon-
Terminaba el año 1919, cuando el 29 de diciembre la empre- dicionado a medias. Las quejas les llovían por parte de una co-
sa Silva y Compañía recibía el beneplácito de la jerarquía muni- munidad que si bien no había tenido anteriormente un palacio,
cipal para instalarse en la ciudad con funciones de biógrafo en al menos contó con algo más decente que una cortina blanca
un galpón de calle Serrano que ocupara previamente, y por muy para demarcar la frontera entre las butacas y la calle. Tan pre-
poco tiempo, el fracasado Mercado Municipal. La intención de cario mecanismo dejaba entrar mucha luz del exterior y cuando
los empresarios era brindar, con el remozamiento de ese lugar, era descorrida las pifias se multiplicaban, ya que era imposible
mayores bríos al centro urbano de la comuna. ver claramente lo que sucedía en el telón.
Agradecidos de la buena voluntad municipal, Silva y Com- A causa de esta situación, la empresa no tuvo otra opción
pañía ofrecieron dar una función de cine para el año nuevo que arrendar el viejo local de calle Valdés, donde antes funcionó
como agasajo para el pueblo y con tal afán montaron durante el Apolo y el Melipilla. Ya instalados, lograron tener una carte-
ese día la máquina y el telón en Plaza de Armas. En el trans- lera nutrida e innovar con un elemento que sería decidor en la
curso de la tarde se agolparon los curiosos que, al correr la voz entretención de varias generaciones: las series. Hasta ese enton-
sobre la gran exhibición nocturna, colmaron de gente que espe- ces, habitualmente se proyectaban películas que comenzaban y
ró, esperó y esperó. La potencia de la energía eléctrica con que terminaban en una función o, a lo sumo, dos, pero con las series
contaba el pueblo no era apta para el proyector y la función se provocaron que una historia se extendiera en una seguidilla de
canceló. La desilusión fue total. capítulos donde el amor y las aventuras serían los principales
“Entre el numeroso público que acudió a este paseo, hu- temas.
bieron muchos descontentos”108, dijo La Patria sobre el fallido Algunas como “El Hombre de Hierro”, estelarizada por
intento, que no sería el único en el fatídico debut del recinto William Duncan y Edith Johnson, gustaban a un público que
que denominaron Alhambra109. Ya instalados en el local de ca- se prendaba de cada final en que no concluía nada y dejaba la
lle Serrano, y tras dos semanas de actividad a tablero vuelto, el tensión en vilo hasta la siguiente semana. Fue el Alhambra tam-
bién nicho para diversos encuentros. Los hubo políticos, como
108 La Patria, 2 de enero de 1920.
109 La Alhambra es una ciudad fortaleza, conformada por palacios, ubicada en la concentración liberal que apoyó la candidatura presidencial
Granada, España. Fue erigida durante la ocupación musulmana de la península ibéri-
ca. En Santiago de Chile, existe también el Palacio de la Alhambra, construcción que
data de 1860 y que fue edificada tomando elementos de su homónima hispana.

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de Arturo Alessandri110; y otros educacionales, como las charlas había dilapidado las esperanzas al no cuajar nunca una arga-
didácticas sobre construcciones de gallineros, desarrollada en masa fundamental: empresa-cultura-entretención. Pero pronto
febrero de 1920 por un ingeniero contratado por el municipio. esto cambiaría. A partir de un nuevo intento en las dependen-
No era posible tener tamañas audiencias en otro lugar de Meli- cias de calle Valdés, Melipilla sí comenzaría a vivir algo cercano
pilla que les diera acogida. a lo que anhelaba.
Es que el teatro era un lugar único para la ciudad, que a
medida que crecía y pasaban los años ya no era del gusto de El imperio del Teatro Colón: boxeo, estrellas,
sus autoridades. No les agradaba su emplazamiento, sus formas desnudos y escándalos
rústicas, el frío “acoquinador”111 del invierno y la suspensión
de funciones, porque las cintas demoraban en llegar o simple- El Teatro Colón inició sus funciones en enero de 1921 y bajó el
mente no lo hacían. La fidelidad y confianza del público general telón a fines de 1925. Durante cinco años pasaría por más de
también decreció, en una constante que mermó a tal nivel los una administración y enfrentaría grandes polémicas. La prime-
bolsillos de Silva y Compañía que optaron por decir adiós y lle- ra de ellas sobrevino cuando nadie lo esperaba, en momentos
varse su máquina de cine. en que nada hacía presagiar que el buen arranque post-inau-
Sin el Alhambra, el núcleo cultural fue el Casino Español, guración se vería amagado por los sectores ultramontanos. Y
que seguía siendo el principal aglutinador de bailes y presen- eso que Melipilla ya no era un lugar tan anodino ni fuera de las
taciones teatrales en la ciudad, contando con una sala ad hoc, realidades sociales.
mientras el Orfeón Municipal quedaba remitido a interpretar Enero de 1921 sacó al pueblo el velo de su pasmosa tranqui-
su música en la plaza. No obstante, otras actividades venían en lidad. Fue un mes en que las vidas tras las sombras, los muros y
alza: el box proseguía su expansión con el nacimiento del Atlé- las cercas de la hacienda pisaron fuerte en sus principales calles.
tico Boxing Club Melipilla, que atraía deportistas animados por Los protagonistas eran miembros del Consejo N°1 de campes-
las hazañas mundiales de Estanislao Loayza; y los trabajadores nos de Culiprán que declaraban una inédita huelga por la nega-
locales se fortalecían colectivamente con la instalación del capí- tiva de Ana Wodehouse, su patrona, de aumentarles los salarios
tulo melipillano de la Federación Obrera de Chile en noviembre y mejorar su situación. Tras un avenimiento donde medió el go-
de 1920. bernador del Departamento, los trabajadores se manifestaron
¿Y el teatro, la ópera y los grandes centros sociales y cultu- dispuestos a deponer la movilización, pero Wodehouse desistió
rales? Hasta ahora, la historia de los salones no daba cuenta de a última hora de firmar el acuerdo. El diputado conservador
ello –salvo la zarzuela en el Melipilla– y, para peor, el Alhambra por Santiago, Romualdo Silva Cortés, le había manifestado su

110 Realizada el domingo 16 de mayo de 1920.


111 La Patria, 15 de julio de 1920.

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amor112 y respaldo a la mujer, y arribó a Culiprán desde Santia- geniosa estrategia para captar público: los viernes de moda.
go con un cuerpo policial que conminó a los campesinos a cum- “Dedicado a las niñas de la sociedad de Melipilla”114, los vier-
plir con las faenas. Los obreros se negaron y marcharon desde nes de moda buscaban atraer a este sector etário con cintas
el campo hasta el centro urbano en una cifra que superó los 300 especiales para ellas y un premio: aparecer en la pantalla del
hombres. La ciudad se conmovió con su inusitada presencia113. cine en las funciones venideras. Para participar, debían ins-
A dos cuadras de donde llegaban marchando los campe- cribirse en el mismo teatro, anotar sus nombres y tomarse una
sinos, y con apenas cuatro días de diferencia, jóvenes mujeres foto. Por votación de los asistentes en cupones que les eran
también vencían sus miedos, claro que temores de otra índo- entregados, se dirimía a la ganadora cuya faz sería proyectada
le, más pueriles y adolescentes, pero miedo al fin y al cabo. en el ecran115 del Teatro Colón.
Lo hacían al ingresar al Teatro Colón, en el inicio de una in- Y las señoritas asistían, al igual que los mayores, encantando
a la sociedad melipillana con la vuelta del recinto de calle Valdés,
112 El diputado Silva Cortés terminaría contrayendo matrimonio, en segundas nup-
cias, con la potentada Ana Wodehouse.
que bajo la administración de José Vizcaya presentó en los prime-
113 La Patria, 3 de febrero de 1921. Luis Vitale ha dado cuenta de este levantamiento ros meses un nuevo escenario y, sobre él, a la cantante y bailarina
al citar el periódico obrero El Despertar, en su edición del 10 de Febrero de 1921. En
él se insta a los peones a formar conciencia de clase, para no sólo obtener mejoras sa- Paquita Sevilla. En la pantalla, cintas francesas, italianas y esta-
lariales, sino que también la posesión efectiva de un pedazo de la tierra que labraban. dounidenses, con historias de cowboys y aventuras como “Veinte
Véase: Vitale, Luis, Interpretación marxista de la Historia de Chile. De la República
Parlamentaria a la República Socialista (1891-1932), Tomo V, Santiago de Chile, LOM Mil Leguas de Viaje Submarino” copaban galería y platea.
Ediciones, s/f, p. 136. Culiprán sin duda alguna ha sido una zona precursora en las Todas las películas seguían con el viejo formato de publi-
luchas laborales campesinas en Chile, y sin bien no logró romper el vínculo pater-
nalista de la vida hacendal, en 1965, nuevamente Culiprán toma la delantera con el cidad anunciando a cada una de ellas como la gloria del cine
levantamiento de ese año. De la Peña menciona que la tardanza para aplicar la Refor-
ma Agraria por parte del gobierno de Frei Montalva llevó a que Culiprán se sublevara
y las mejores del mundo. Incluso una que le costaría el nego-
–entre otras razones–: “En Culiprán, la decisión de ocupar la tierra (en febrero de cio a Vizcaya, llamada “El Triunfo de Venus”, se promocionó
1965) la tomaron los inquilinos y los peones tras una serie de enfrentamientos con
el terrateniente al negarse éste a pagar el salario mínimo y exigir el pago del arrenda- durante un mes bajo el eslogan de “la gran cinta de desnudos
miento por el uso de pastizales y animales de tiro (que antes se incluían en el contrato artísticos”116. El filme retrataba la historia de Venus con un es-
de terrazgo). Gracias a las campañas de los partidos políticos, así como al hecho de
saber leer y escribir y tener acceso a la prensa, los campesinos de Culiprán también cultor, mostrando actrices desnudas sacadas de una academia
sabían que el presidente se había comprometido con la idea de repartir tierras; que ha- de baile. Para prevenir problemas se restringió la asistencia a
bía organismos del gobierno (CORA: Corporación de la Reforma Agraria, e INDAP:
Instituto de Desarrollo Agropecuario) encargados de planificar y finalmente poner menores de edad, pero esto sucedió en el Melipilla de 1921 y
en práctica el reparto; y que la opinión pública estaba generalmente a favor de ellos”
(De la Peña, Guillermo, “Las movilizaciones rurales en América Latina desde c. 1920”
en Bethel, Leslie (ed.) Historia de América Latina, Tomo 12: Política y Sociedad desde 114 La Patria, 3 de febrero de 1921.
1930, Barcelona, Crítica Grijalbo Mondari, 1997, pp. 265-267. Sobre el levantamiento 115 En francés quiere decir pantalla, y se usaría con los años para denominar el telón
de Culiprán en 1965 véase también: Céspedes, Rubén, Historia General de Culiprán: donde se proyectaban las películas y para nombrar a la revista más importante que
1844-1969, Santiago de Chile, Ediciones Manifiesto, 2005. Sin embargo, estimamos existió en Chile sobre el cine y la industria cinematográfica, que circuló entre 1930 y
que la fecha que proporciona Peña, de febrero de 1965, no es precisa, ya que el levan- 1969.
tamiento ocurrió el 18 de octubre de 1965. 116 La Patria, 20 de febrero de 1921.

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el rumor llegó al cura del pueblo, Ramón Merino, quien corrió promotor de los sindicatos blancos118, las asociaciones católicas
para que Vizcaya cancelara la función. La solicitud fue rechaza- ultramontanas, hostigador de la Federación Obrera de Chile y
da de plano por el administrador del local quien le dijo que era muy amigo de los dueños de las haciendas.
para mayores. Para tirria del clérigo, la película se exhibió con A pesar del impasse de “El Triunfo de Venus”, Vizcaya no
lleno total y el prelado lanzó todos sus dardos, desde la prensa se amilanó. Pasó de ser administrador a propietario, adqui-
y su púlpito. riendo el recinto que alojaba el teatro y desde allí movió los
Merino acusó duramente a Vizcaya de negociar con la in- hilos, cediendo la administración a otros concesionarios. Con
moralidad al exhibir en el teatro películas contrarias a las bue- este mecanismo, logró un funcionamiento que promocionó,
nas costumbres y la moral. Indignado, el administrador respon- por fin, la actividad dramatúrgica, si bien ocasionalmente, y
dió en una carta abierta: una cartelera cinematográfica permanente y acorde a los es-
trenos en Santiago, además de memorables veladas de box. A
No negocio con la inmoralidad Sr. Cura, como tampoco negocio esto contribuyó que durante el período del Colón (1921-1925),
con la relijión (...) ¿Por qué no me acusó Ud. de negociar con la re- Melipilla vio crecer la actividad artístico-cultural, social y po-
lijión, cuando exhibí “María Magdalena”? ¿Por qué no acusa Ud. a lítica, con la creación de la Academia de Extensión Cultural
los Papas, que mandaron pintar los frescos admirables de la Capilla del Centro Social La Juventud, el Centro Social Instructivo
Sixtina, que como todo el mundo sabe, son los desnudos más bellos de la Juventud Obrera de Melipilla, el Centro Recreativo La
que hay en el mundo?117. Igualdad y clubes deportivos como el Baquedano, que también
realizaba veladas artísticas.
No importaba lo que dijera. El presente y futuro inmediato Fue el Centro Social La Juventud el encargado de organizar
de Vizcaya se habían nublado. Cruzarse con la autoridad ecle- las fiestas de la primavera en este primer lustro de la década de
siástica de la ciudad, en un ambiente donde casi la totalidad de 1920, teniendo cada una de ellas una velada en el Colón. Creado
la población era católica y el Estado aún no estaba oficialmen- en 1921, este centro contaba con academias de baile para seño-
te separado de la Iglesia, era inmolarse. Y aunque se mantuvo ritas y caballeros, cursos de literatura, declamación, música y
un par de meses proyectando cine con ídolos de la época como un entusiasmo no visto hasta ese entonces. Cada festejo prima-
George Walsh, Vizcaya dejó la administración. Con este triun- veral se iniciaba con un cañonazo, el día sábado a las 17 horas,
fo, Merino había ganado la segunda batalla de su guerra par- para luego dar el vamos al recorrido de un carruaje con curiosa
ticular. La primera había sido ser uno de los creadores de El compañía: personas disfrazadas y una banda de músicos reco-
Labrador, que con los años se convertiría en un gran inquisidor, rrían las manzanas anunciando el inicio de las celebraciones,

118 Particularmente, se le llama así a aquellas asociaciones de trabajadores impulsa-


117 La Patria, 27 de febrero de 1921. das y controladas por los propios patrones.

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saludando la alegría y la fraternidad del fin del frío y las nubes, Salinas. Todos ellos tenían papeles en pequeñas comedias como
y el arribo del florecer de los valles. “Veraneando en Zapallar”, de Eduardo Valenzuela Olivos, y
En la noche inaugural, la comunidad se daba cita en el Tea- sainetes cómicos como “La Guerra de Don Ladislao”, de Pedro
tro Colón con el único requisito de acudir disfrazados. Carac- Malbrán. Esta efervescencia llegó a tanto, que incluso en 1922
terizados de odaliscas, romanos, apaches y de Charles Chaplin, la Fiesta de la Primavera melipillana convocó a creadores nacio-
las aposentadurías se copaban de disfrazados que aguardaban nales y extranjeros residentes en Chile a un concurso literario
un espectáculo que se iniciaba a las 21:30 horas. Recitaciones, de sainetes y variedades, con premios en dinero.
elogios a la reina de la primavera, operetas cómicas, coros y En los meses y años siguientes, arribaría a Melipilla una
música instrumental eran números habituales. En ellas se ocu- serie de montajes de tipo cómico. La compañía de variedades
paban creaciones del naciente teatro nacional, como “Madame Fernández Alarcón lo hizo en tres ocasiones durante 1923, con
de Huachacay”, de Pedro Malbrán. Y la fiesta no acababa ahí, el sainete de Carlos Cariola, “Entre gallos y medianoche”; “El
seguía el domingo, con caravanas que visitaban la cárcel y el sueño del vaquero”, de Nicanor de la Sotta; y “Almas perdi-
hospital, extendiéndose la festividad a las restantes semanas. das”, de Antonio Acevedo. Sobre esta última, La Patria llamaba
Esta constante creación de actividades fue la que propició la atención por ser una obra que tenía en “expectación a todo
que el Centro Social La Juventud abriera la academia de baile Chile”119. Y era así, pues se trataba de un drama con fuerte
a la cueca y la jota –que se bailaban en las celebraciones– así crítica social, tal como en general era la obra de Acevedo y él
como cursos de taquigrafía, declamación y clases de mandolina, mismo, un anarquista, carpintero, dramaturgo e investigador,
violín y guitarra. Todos en horarios vespertinos, preparaban “el figura consular del teatro en Chile durante la primera mitad del
mejoramiento intelectual de sus socios” y tenían en las matinés siglo XX. Con estas obras en escena, Melipilla se las arreglaba
sociales del Centro, pero sobretodo en el Colón, las pruebas de para montar en sus espacios parte significativa de lo que sucedía
fuego de su aprendizaje. en un teatro chileno en constante crecimiento.
Mujeres y hombres de Melipilla también se sumaban a este Pero el Colón era un negocio y siguió fiel a espectáculos de
interés por tocar algún instrumento, declamar o llevar a escena música y variedades, novedosos y atractivos. Cantantes y actri-
pequeñas comedias. Si el Club de Tiro se animaba a desarrollar ces como Elsa Alarcón, Gabriela Ubilla y Olga Donoso ponían
una función en homenaje al aniversario del Combate Naval de sus nombres en carteles, con actores cómicos como el mítico
Iquique, ponía en escena una zarzuela y extractos de óperas. Si Pepe Rojas120, quien visitó la ciudad siendo parte de la Compa-
había un beneficio para una de las escuelas, lo mismo. Sobre- ñía Chilena de Comedias de Alejandro Campos, con la obra “La
salen y se repiten en estas presentaciones los nombres de José silla vacía”, de Juan Manuel Rodríguez.
Casanueva, Raquel y Elena Núñez, María y Mercedes Norris,
119 La Patria, del 23 de mayo de 1923.
Marcos Bataller, Rosendo Villar, Nicodemus Álvarez y Pedro 120 Rojas recibiría en 1961 el Premio Nacional de Arte, mención teatro.

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De Olga Donoso se decía que era “la más gorda y chispeante importante de espectadores, vieron en el teatro la sede para sus
vedette del teatro revisteril chileno (...) que enloquecía al pú- grandes veladas.
blico con su ingenio y simpatía”121. Con Pepe Rojas la crítica se La aparición de la radio fue también un factor clave en el
deshacía en elogios. “Toda pena ante este hombre se derrumba, auge del boxeo, al ser fuente de narraciones épicas y de transmi-
y su gracia en tal forma nos hechiza, que hasta los muertos se siones en directo de sus combates. Pegados al receptor del Cen-
alzan en su tumba y caen otra vez muertos de risa”, dirá El Mer- tro Social Católico melipillano estuvieron los fanáticos de Luis
curio apenas unos años después122. “el escultor de mentones” Vicentini en su combate contra Rocky
Con estas visitas, la industria teatral santiaguina había Kansas, a quien el 14 de julio de 1924 derrotó en 11 rounds, en
puesto sus ojos y cuerpos en Melipilla y por eso se entiende que el Queensboro Stadium de Long Island, Nueva York.
incluso arribaran elencos argentinos al recinto de calle Valdés. Vicentini y Estanislao “el Tani” Loayza fueron las figuras
En 1924 lo hizo la compañía Renovación, con cuatro obras, den- principales del box en Chile, mientras los créditos locales eran
tro de las que se contaba “Macho y Hembra”. Un año después Antonio Franchini y Manuel Pailamilla, quienes se daban cita
lo haría la compañía de variedades Los Cuyanos, dirigida por habitualmente en combates que se sucedían en promedio una
Francisco Gonzálvez, tras recorrer “los mejores teatros”123 de vez al mes, con pugilatos preliminares y un atractivo peculiar:
Valparaíso, Santiago y Concepción. Con el Colón, Melipilla lo- el “Match Royal”. En él, cuatro niños eran vendados y echados
graba ponerse en la órbita de Santiago, epicentro del entreteni- al ring para que repartieran golpes donde cayeran. Con el box
miento nacional. Sin embargo, no siempre las visitas teatrales el Colón no sumó puntos para ser un palacio, a pesar de que
tendrían éxito, y esto le pasaría la cuenta al teatro como espacio seguía con vida y alojó memorables jornadas. La visita de Luis
y negocio, que para 1924 enfrentaba dificultades económicas, Vicentini, en enero de 1925, fue un hito para la cultura popular
teniendo a mano al box para atraer dinero a sus arcas. al ser la primera gran figura del deporte nacional que arribó a
El deporte de los puños fue también una de las principales Melipilla. Una exhibición en el recinto de calle Valdés atrajo a
atracciones del Colón en su epílogo. Desde hace algunos años una multitud de muchachos humildes, a la vez que su presencia
este deporte se había ido tomando la escena nacional, con ex- en el Colón era aprovechada por las autoridades para exhibir
ponentes locales que peleaban en carpas y en recién creados películas educativas en salud, tendientes a frenar las muertes
centros pugilísticos. En vista que los encarpados no eran los por tifus124.
mejores y no había recinto con techo que acogiera a un número Para 1925 era evidente que allí no se generaría el tránsito
de una barraca a un palace. Este era el paso que en Estados
121 Salinas Campos, Maximiliano, “El Teatro cómico de los años treinta y las rep-
resentaciones de Topaze y Juan Verdejo en los escenarios de Chile” en Revista Polis
Universidad Bolivariana, año 5, núm. 13, 2006, p. 4. 124 La higiene era una tarea imperiosa para las sociedades de la época, así como
122 El Mercurio, 21 de noviembre de 1930. la protección general de enfermedades. Chile sufrió entre 1918 y 1920 la muerte de
123 El Labrador, 21 de junio de 1924. 37.500 personas producto de la influenza.

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Unidos daban aquellos teatros que pasaban de tener un públi- sejo de Censura Cinematográfica, cuya misión era ver todos los
co ruidoso, intranquilo, gritón y nada de refinado, a un espa- filmes y dirimir “si la película revisada por él es apta para los
cio de abolengo, confort, lujo y brillo, que era lo que las élites menores de quince años o si lo es sólo para personas adultas,
melipillanas rogaban tener por teatro. Pero el Colón no lo dejando constancia de ello en cada sello aprobatorio”127.
daría ni siquiera con la idea de su administrador al instaurar En Melipilla, con la experiencia de “El Triunfo de Venus”, la
los “jueves alemanes”, iniciativa que tuvo muy poco arrastre. norma no causó indiferencia. El Labrador publicó una extensa
Al fin de su quinquenio el Colón rondaba el ocaso como un nota sobre su visión de esta regulación, reflexionando que “de
galpón remodelado con falta de brío y una concurrencia poco los espectáculos cinematográficos los hay dañosos para la niñez
señorial. Los periódicos se quejaban de las personas que en la y para la juventud; y tanto el que enseña a robar como el que
galería gritaban piropos cuando en pantalla aparecía una chi- incita a la infidelidad, el que despierta ambiciones de riqueza o
ca bella o lanzaban alaridos en los encuentros boxeriles. Estas lujo vendiendo el pudor, son rechazables, sobretodo en países
actitudes con los años se transformarían en sellos identitarios nuevos, sin lastre moral eficiente e inclinado a imitar y calcar el
de los teatros en Melipilla, pero justamente eran rechazadas oropel mundano de otros países”128.
por quienes tenían la idea de que un teatro no se emparentaba En sus últimos estertores, la administración del Colón cum-
con esa conducta, menos aún con hechos habituales como el plió con la comunidad, alojando una nueva jornada a beneficio
de “algunos palomillas que en las noches de función se dedi- del club Baquedano, donde ya con propiedad se presentó un
can a disparar cuescos a los asistentes de platea”125. La pren- sainete con un reparto netamente melipillano. Incluía a Mer-
sa, sin ningún eufemismo, responsabilizaba de estos actos a cedes Norris, Lucía Morales, Vicente Elgueta y José Luis Norris.
aquellos que ocupaban la parte más alta, llamada paraíso, o Luego, el 17 de septiembre de 1925, en uno de los habituales
en jerga coloquial gallinero. No sólo eso, pedía también que beneficios para salvar a la Banda Municipal de su extinción, la
fueran reprimidos enérgicamente. comisión que la dirigía preparó el montaje de dos comedias, en
El “peluseo”126 de los asistentes era un tema de preocupa- dos y un acto, incluyendo en la realización y reparto de ambas
ción para las autoridades, pero más que su comportamiento, lo a Raquel Núñez, Mercedes Norris, Elena Núñez, José Luis No-
que inquietaba era el simple hecho de que cualquier persona rris, Luis Lecaros, José Casanueva, Laura Morales, Adrián Díaz,
pudiera asistir a cualquier proyección. Para normar qué se po- Vicente Gutiérrez, Silvio Valdés y Oscar Núñez. Este grupo, en
día ver y qué no, el gobierno de Arturo Alessandri creó el Con- cuyo seno la familia Núñez se convertía en un fuerte embrión

125 La Patria, 26 de abril de 1925. 127 Véase Artículo 6 del Decreto Ley N° 558 de 1925, que fue derogado el 1 de
126 Así se le denominaba, y aún se le llama, a la acción disruptiva, inquieta, revoltosa, diciembre de 1959. Disponible en: http://www.leychile.cl (Revisado en: diciembre de
juguetona, en ocasiones de vagancia u ocio de niños y jóvenes, a quienes se les deno- 2011)
mina “pelusones”. 128 El Labrador, 4 de octubre de 1925.

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teatral de la comuna, daría a la ciudad un privilegiado heredero trajes129 que incluían “El Húsar de la Muerte”, la primera gran
con los años. cinta nacional.
En su despedida, el Colón hizo un gran avance para el fu- El Esmeralda invirtió para contar con características de tea-
turo: estableció las funciones en vermouth. Eso sí, poco apro- tro y mayor comodidad, acogiendo una concurrencia aproxi-
vecharía el éxito de esta idea tardía que, de haber venido antes, mada de 500 personas que entrarían en este sarcófago negro,
quizás hubiera marcado otro destino para su existencia. Quien para inmovilizar el cuerpo y detener el tiempo en la fascinación
la aprovecharía sería el Teatro Esmeralda, en la época dorada de aventuras, dramas y comedias que, por ese entonces, salían a
del cine mudo y los inicios del cine hablado. borbotones desde Europa y Estados Unidos.
Acudir al teatro ya se había convertido en un hábito para la
Las estrellas mudas del Teatro Esmeralda comunidad. Pasado el cine como una sorpresa y novedad, y las
proyecciones como simples panorámicas de la vida citadina o
Con el antecedente del Colón, la pregunta por si podía tener ejercicios militares, el espectador se veía ante un incesante flujo
éxito un teatro en Melipilla la respondió la familia Werchez, de cintas en una época donde Hollywood producía en cantida-
quienes no sólo pensaron que sí era posible, sino que tuvieron des industriales como nunca lo volvió a hacer130. La adminis-
la osadía de instalarse en Serrano 354, entre las calles Vargas y tración del teatro entendió esta avidez de entretención y tuvo
Ugalde, a pocos metros de la Plaza de Armas. La apuesta les re- en cartelera filmes el mismo año de su producción, como “El
sultaría exitosa, porque desde la apertura de sus puertas a fines Circo”, de Charles Chaplin, estrenada en Melipilla en 1928, en
de 1925 cosecharon más éxito que su predecesor en base a una funciones los días jueves, viernes, sábado, domingo y lunes, en
nutrida cartelera fílmica, ocasionales presentaciones teatrales, matiné, a las 16 horas; especial o vermouth, a las 18:30 horas; y
fiestas comunales y el arriendo del espacio para cuanto benefi- noche, a las 21 horas.
cio se realizara en algunas de las variadas necesidades que pre- El impacto de estas películas fue importante, porque introdu-
sentaba la comunidad. jeron varios aspectos novedosos para la comunidad: dotaron de
Y el emplazamiento céntrico de calle Serrano era inmejo- ídolos a una juventud que vio en los personajes cowboys de Bu-
rable. Era una vía donde se mezclaban viviendas residenciales, ffalo Bill, en actores de sombrero y pistola como Tom Mix, Hoot
casas sin cierre perimetral, negocios, almacenes, cuadras de tie-
rra y otras empedradas, bares, espacios para circo y el aristocrá- 129 Este alto nivel de producción será cuestionado por Carlos Ossa al plantear que
tico Lawn Tennis Club, entre las calles San Miguel y Barrales. dichas obras “filmadas en pocas semanas y por realizadores de buena voluntad”, salvo
unas pocas, no eran más que “sketches, de ciertos pasos de comedia, que no hacían
Era 1925, el año de la aprobación de la nueva Constitución de alentar esperanza de una producción coherente y más o menos significativa”. Al re-
la República que separaba la Iglesia del Estado, y de la mayor specto: op. cit. Ossa, p. 19.
130 En la época dorada del cine mudo, solamente Estados Unidos llegó a producir
producción de películas chilenas en su historia, con 16 largome- 800 películas en un año.

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Gibson, Eddie Polo y Fred Thomson a verdaderos íconos vaque- cine en sí, bajo el entendido que no existían películas que los
ros. Por la pantalla del Esmeralda pasaron también actrices que aburrieran. Para superar ambas situaciones de incertidumbre y
en todo el mundo dictaban la vanguardia de la belleza femenina: atraer público, los periódicos de la época se encargaron de este
Joan Crawford, Greta Garbo, Pola Negri, Mary Astor, Marion Di- trabajo. Las publicaciones melipillanas La Patria y El Labrador
xon, eran verdaderas estrellas de un firmamento que abría límites contaban con publicidad o reseñaban en sus crónicas los anun-
insospechados para observar el mundo y sus confines. cios de la cartelera.
Para los señores se hacía agradable acudir al Esmeralda y Para ello utilizaban dos mecanismos: la publicidad con fo-
tener la posibilidad de ver a estas figuras enigmáticas de son- tografías o ilustraciones y la crónica, que aparentaba ser una
risas perfectas, tímidas y arrojadas, dominantes y fantásticas. noticia más, pero que en realidad era publicidad soterrada. En
Para ellas también existía una ventana a un mundo masculino ella se explicaba la trama de la película y se la calificaba con
con las producciones estelarizadas por los latin lovers Rodolfo las más coloridas hipérboles. Seguía siendo común, al igual que
Valentino y Ramón Novarro, protagonista de Ben Hur; y los es- años atrás, leer sobre los estrenos frases como “la mejor come-
tadounidenses John Barrymore y John Gilbert. dia de todos los tiempos”, “la súper producción que ha cautiva-
A las cintas de cowboys, comedias y series para niños, como do a Europa”, “la mayor exhibición del cine mundial”, o “la más
las protagonizadas por el perro Rin Tin Tin, las acompañaban perfecta obra jamás creada”.
también otras superproducciones épicas, basadas en períodos La exageración como característica publicitaria fue un re-
e hitos históricos y en novelas como “Miguel Strogoff ” y “Ana curso permanente, más que las inserciones que a página com-
Karenina”, estrenadas en 1928 y 1930, respectivamente. pleta en el periódico El Labrador hizo la familia Werchez para
La comunidad, acostumbrada a espectáculos teatrales li- impactar con los avisos de los filmes “El Gigoló”, “Bajo el Cielo
gados al sainete y al juguete cómico, conocían con el cine otra de París”, “Casanova” y “El Loro Chino” durante 1928, año que
forma de hacer comedia, de la mano de actores de un humor re- marcaría la penetración total del cine como consumo cultural,
flexivo como Charles Chaplin, protagonistas de comedias en el a consecuencia de la llegada de las primeras películas sonoras.
caso de Reginald Denny, comediantes más físicos como Harold Hasta ese entonces, todas las películas exhibidas en Melipi-
Lloyd, otros netamente gestuales liderados por Lon Chaney, y lla habían sido mudas. En contadas ocasiones se habían acom-
dos que marcaron época: Laurel y Hardy. pañado de músicos que, por el alto precio que importaba su
Pero, ¿cómo sabían los espectadores qué ver?, ¿de qué ma- concurso, no acudían a las funciones locales. Habitualmente, en
nera se informaban, si no existía ninguna reseña u orientación otras ciudades y países estas funciones contaban con un apun-
que los guiara en su decisión antes de ir a la boletería? Una for- tador, cuyo trabajo era leer los textos que aparecían en pantalla.
ma era acudir al teatro ciegamente, poniendo toda su confian- Pero en Melipilla no. Por eso el 20 de abril de 1930 marcó un
za en la administración del Esmeralda, y otra era confiar en el hito. Ese día el Esmeralda exhibió la primera película sonora,

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apenas tres meses después que sucediera lo mismo en Santiago miento sin problemas para el Esmeralda que, dicho sea de paso,
con el filme “Melodía de Broadway”. El impacto fue tal que se también presentaba compañías teatrales para esos viernes.
vieron filas de personas aguardando ingresar para conocer las ¿Y la ópera?, ¿qué quedaba de aquel viejo anhelo? La rea-
voces de actores y actrices, hecho que, curiosamente, significó lidad había demostrado que nunca una ópera había llegado
la ruina para varias estrellas del séptimo arte131. a la comuna y estaba lejos de hacerlo. Por eso no fue extraño
Claro que no sería sino hasta 1932 cuando las sonoras em- que el comerciante Humberto Aguilera promocionara: “La
patarán en la cartelera melipillana a las mudas, tomando en ópera en su hogar (…) la victrola133 ortofónica se la hará oír
cuenta que las producciones que estrenaba el Esmeralda llega- constantemente”134. Aguilera era, junto con los De la Presa, el
ban en promedio tres años después de su realización132. Con principal proveedor de equipamiento técnico musical. Agente
todos los grandes actores de esta época del cine mudo y de su de la empresa Víctor, vendía los discos que se escuchaban y las
transición al sonoro, el Esmeralda tuvo un éxito zigzagueante victrolas para hacerlos sonar. Si se dañaban o fallaban, él las
que lo llevaba a tener buenas recaudaciones, pero no siempre las reparaba. Y si había que poner música en alguna parte, él lo ha-
esperadas. Y no era un lugar pequeño para una comunidad que cía. Así sobrevino otro hito en un Melipilla que todavía recibía
en el censo de 1930 arrojaba la cifra de 8.744 habitantes, pues quejas de ser aburrido. Porque el Esmeralda era una cosa, pero
contaba con 9 palcos, 213 plateas y una galería con capacidad no alcanzaba para compararse con ciudades como Valparaíso,
para 300 personas. Viña del Mar o inclusive el poblado de El Monte.
Ante la voluntad de llenarlo la mayor cantidad de veces, “Melipilla no celebra nada. Hagamos algo, dicen todos.
considerando la severa crisis económica que vivía el país pro- Mas nadie hace nada. Miramos como un logro el proyecto
ducto de la caída de la producción de salitre natural y la Gran aquel de convertir el solar de la Avenida Serrano en el corazón
Depresión de 1929, la administración del teatro ideó una estra- palpitante de Melipilla”135, se quejaba en una nota El Labra-
tegia de bonos que acallaran las quejas por el alto precio de los dor, pero la verdad es que sí existían celebraciones y lugares
boletos. Estos operaban al comprar en determinados negocios de esparcimiento que contaban cada vez con más presencia
y almacenes de la comuna. De alcanzar un monto determina- popular. Ahora bien, algunas de esas entretenciones probable-
do, se obtenía una entrada y con ella se ingresaba a los Viernes mente no se empinaban hasta alcanzar los afanes de ciertas
Populares. La estrategia fue exitosa, permitiendo un funciona- élites, pero en ellas sí había entretención. Uno de estos casos
133 La victrola (más conocida en Chile como Vitrola) o gramófono, fue el primer
131 Varios actores y actrices no sobrellevaron bien el cambio del cine mudo al cine sistema de grabación y reproducción de sonido en un disco. Su origen data de 1888.
sonoro de la mejor forma, dado que sus voces contrastaban con la personalidad que En los salones de estar de las familias chilenas lucía como un mueble más, dada su
proyectaban en pantalla. estructura de madera y bella figura, siendo por décadas la única forma de escuchar
132 Este dato se obtuvo cotejando la publicidad de las cintas que proyectaba el Teatro distintas composiciones del mundo.
Esmeralda en los periódicos La Patria y El Labrador, respecto de su año de realización 134 El Labrador, 23 de septiembre de 1928.
en el país de origen. 135 El Labrador, 22 de febrero de 1928.

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era el de la competencia de guaguas, que en las fiestas patrias y atrasos, hasta que finalmente el mes de enero de 1930 el Minis-
de 1930 ocupó un espacio privilegiado en la Plaza de Armas, terio del Interior aprobó un empréstito para la construcción del
premiando a la “más robusta” entre 30 que acudieron al llama- teatro. Una vez comunicada la aprobación sobrevino la pregun-
do municipal. El ganador, de acuerdo a El Labrador, fue “un ta de si Melipilla sería capaz de administrar un teatro. Y en esa
niño encantador, rosado, rebosante de salud, hijito del señor controversia las posiciones se dividieron. Finalmente, se impu-
Armando Rivas y de la señora Tulia Palma de Rivas, avecinda- so la que desdeñaba la iniciativa por creer que sería solamente
da en Los Guindos”136. un gasto de dinero, sin generar beneficio monetario alguno para
Ese año, junto al cine sonoro, también debutaron las fiestas el municipio. Desde esta posición, la mejor opción era que un
sonoras, gracias a Aguilera, a quien se le encomendó instalar un empresario construyera un teatro.
parlante en la Plaza de Armas –frente al kiosco donde se ubica-
ba la banda de músicos– para animar la fiesta con un repertorio La opinión de la ciudad está pendiente de lo que se resolverá
mayor. La innovación entretuvo a la concurrencia y dejó un tan- con respecto a la inversión de los fondos del empréstito. Hemos oído
to lastimada a la ya alicaída banda municipal, encargada, hasta algunas opiniones que no dejan de ser sensatas y dignas de estudios.
ese entonces, de musicalizar todo festejo. Entre ellas, más de uno propone dejar sin efecto el empréstito que
La queja permanente recaía también en que, fuera de las será una carga pesada para la ciudad137.
festividades, los domingos no había nada que hacer en Melipi-
lla, situación que a lo largo de los años permanecería inaltera- Un mes después, bajo el seudónimo de Ex Conde de Manso,
ble. Éste era quizás el halo propio de la identidad melipillana, un columnista no ponía en duda la necesidad de un teatro, pero
que por estos días mostraría nuevamente una de sus caras: la daba sus argumentos para la negativa.
renuencia a la construcción de un teatro municipal, a pesar de
que el ansia del pueblo fuera lo contrario. Hacer un teatro costoso, con más de la mitad del emprésti-
Hay que recordar que en 1918 el regidor Vicente Elgueta to, es insensato, como dicen que se pretende. Nadie pone en duda
había planteado la idea de levantar un teatro municipal con tampoco que las municipalidades son pésimas administradoras, no
una arquitectura colonial. Su propuesta había sido realizada nos referimos a la época actual, pero hay que escudarse para el
con arquitectos e ingenieros, y así las autoridades y el pueblo porvenir y podemos asegurar que no ha habido teatro municipal
aplaudieron su ocurrencia. Pero a poco andar supieron que el en Chile que haya sido una fuente de entradas sino una fuente de
erario local no daba el ancho de no mediar un préstamo. Y en deudas y abusos138.
esa misión se embarcaron, encontrando un sinfín de problemas

137 El Labrador, 25 de septiembre de 1930.


136 El Labrador, 25 de septiembre de 1930. 138 El Labrador, 16 de octubre de 1930.

92 93
La opción triunfadora fue ésta, la de no embarcarse en una Por este salón de calle Serrano pasaron las compañías del
idea que durante todo este período se había levantado como español Juan Robles Vega, integrado por Manolita Silles y Ca-
queja y merecimiento de una comuna que aspiraba a estar al ni- rideo González, en septiembre de 1928; el conjunto de varie-
vel de otras ciudades chilenas. En Melipilla el teatro municipal dades de Nemesio Martínez, con couplets, sainetes, monólogos
no iba a ser construido por el municipio, aunque igualmente se y sketchs, en 1930; mismo año en que volvió a Melipilla Pepe
haría dueño de un edificio casi nuevo en poco tiempo más. Rojas. Dos años después, visitó la ciudad la compañía Campos
A lo largo de 1930 nadie se manifestaría al respecto, pero la Huidobro con la representación “Pasión Criolla”, de Nicanor de
idea ya rondaba en el Casino Español, el mismo donde seguían la Sotta y “La Silla Vacía,” de Armando Moock.
presentándose pequeñas obras de teatro, charlas, encuentros Estas representaciones tenían éxito, mas el cine ocupaba la
literarios y clases de música. Era tal la vida y el aporte social mayor cantidad de tiempo del Esmeralda. Los viernes populares
del casino, así como de los españoles, que algunos agradecían iban bien, el equipo sonoro funcionaba, el cine sonaba y atraía
denodadamente su contribución a la ciudad. Este era el caso de con su programación variada de cowboys, dramas, comedias,
El Labrador: “Hay algunas colectividades extranjeras que son aventuras y guerras. La Fiesta de la Primavera de 1932 brindaba
motivo de prestigio para algunas ciudades o regiones. Tal es, regocijo con una abundante programación y una velada bufa
para Melipilla, la colonia ibérica. Formada por elementos ac- que reunió bailes rusos, danzas orientales, monólogos cómicos
tivos, muchos de ellos no desmerecerían representar la vieja y y un tenor en escena. Todo el mundo, tras este acto, estaba invi-
honrada alma castellana”139. En aquellos salones de calle Mer- tado al Hotel 21 de Mayo para un gran baile.
ced, incluso se montaban obras que luego eran llevadas al Esme- Irían los de siempre a este hotel, que por décadas sería uno
ralda, como la de la compañía venezolana liderada por Aurora de los centros sociales de la comunidad melipillana, con su
Mendoza y Chico de la Peña140, quienes tendrían una destacada cancha de bolas, sus reuniones políticas y sociales y su gene-
carrera en el país caribeño. rosa barra. Irían todos con la conciencia de que esa fiesta de la
Cada año, el Esmeralda contaba con una programación primavera festejada en diciembre, al filo del año nuevo, sería la
donde las obras teatrales aparecían en dos o tres ocasiones. Los última en el Esmeralda. Ya era de público conocimiento que la
invitados seguían la misma tónica del Colón, con sainete y ju- Empresa Presa y Cía. levantaría un teatro en la Plaza de Armas
guete cómico, a esta altura todo un clásico y número fijo en las por un total de $130.000 pesos. De manera oblicua, la comuna
veladas bufas de las fiestas de la primavera en el mes de noviem- lograba un anhelo atesorado en lo más profundo de sus ambi-
bre, y en beneficios, como los que se hacían a favor de la policía ciones. Y lo construiría la familia más importante de la colonia
local o del Cuerpo de Bomberos. española en Melipilla. Esto es, precisamente, lo que se presenta
en el próximo capítulo, el nacimiento de un teatro que es vicario
139 El Labrador, 16 de octubre de 1930.
140 Esta compañía se presentó el mes de septiembre de 1930 en Melipilla. de esta iniciativa.

94 95
CAPITULO II
El Teatro Serrano: 1933-1968
Para 1930, en Melipilla existía un sólo teatro de magnitudes
importantes, éste era el Teatro Esmeralda y se erigía a media
cuadra de la Plaza de Armas hacia el norte. Pero el Esmeralda
no daba la talla, según las pretensiones de una alta sociedad que
aguardaba un recinto en mejores condiciones para alojar even-
tos de mayor magnitud y calidad. El municipio de aquella épo-
ca encabezado por el alcalde José Barros Hurtado no lo podía
brindar; más aún, se encontraba lejos de hacerlo. Pero insistían
con un préstamo solicitado una y otra vez al Estado que final-
mente llegó. No obstante, cuando aquello sucedió se optó por
destinar tal monto a las innumerables carencias de la ciudad
que comenzaban con el alcantarillado, seguían con la pavimen-
tación y continuaban con la iluminación.
Corría 1932 y las esperanzas de un teatro municipal se des-
vanecían. Fue en ese entonces cuando apareció la decisión de
la familia De la Presa. Potentados inmigrantes españoles, ha-
bían fundado la Casa Presa Hermanos en 1870 sobre el costa-
do oriente de la Plaza de Armas, manteniendo un surtido en
el que, literalmente, todo lo que se vendiera en el mercado lo
tenían ellos. Esta familia, que adquirió diversos terrenos en la
zona, había cultivado un especial afecto por Melipilla producto
de un afortunado accidente. Así lo recuerda Fresia De la Presa,
nieta de los primeros que llegaron desde la península ibérica a
Melipilla.

Mi abuelo Manuel De la Presa Casanueva, cuando se casó


con mi abuela Manuela, recibieron dentro de los regalos un viaje

99
donde fuera y ellos eligieron Chile. Ellos tenían mucho dinero y quien siguiera de largo. Los camiones, el movimiento, el ruido
podían haber elegido cualquier parte, pero eligieron Chile. Cuan- de chuzos y los gritos de las faenas tenían un espectáculo al ini-
do llegaron a Santiago, en el hotel preguntaron por la playa más cio del año 1933 con la construcción de una edificación de altas
cercana. “Cartagena”, les dijeron, así que se pasearon por todas proporciones, que lucía como un sueño en el corazón de aquella
las playas del balneario y, a la vuelta, justo cuando pasaban por ciudad que pretendía celebrar un aniversario más del Combate
la entrada de Melipilla, quedaron en pana en Vicuña Mackenna Naval de Iquique con su nueva joya.
con Ortúzar. El chofer dijo “aquí vamos a tener que ver si alguien La idea era concluir la construcción de hormigón y albañi-
nos puede ayudar”. Mi abuelo dijo “está bien, mientras usted lo lería para el 21 de mayo, pero recién los tijerales de pino oregón
arregla, vamos a entrar y seguro que habrá una plaza”. Cami- estuvieron listos para el 4 de ese mes y la comunidad sacaba a
naron toda la entrada y encontraron la plaza, que era un sitio relucir un escepticismo mezclado con fatalidad por la rapidez
eriazo, pobre, un tierral. Manuel dijo “me gusta este pueblo, qué de la obra. “No sea cosa, nos decía un vecino de la localidad
te parece que cuando volvamos a España hagamos una compra hace algunos días, que por andar tan ligero la construcción no
y algo hacemos en este pueblo, por lo menos ponemos una casa quede lo suficientemente resistente, y después tengamos que
comercial”, porque no había ni siquiera un despacho. Y ahí com- lamentar sabe Dios qué desgracia”141, comentaba un anónimo
praron todo el frente de la plaza. habitante en la prensa local, con el perfume del descrédito ron-
dando la beneficencia de los De la Presa.
Así comenzó una era en Melipilla, donde los De la Presa Junto con la irrupción en los periódicos locales del fenó-
fueron activos miembros de la comunidad en el comercio, la meno Hitler que asomaba en Europa –y que no era mirado con
política, los deportes, el teatro y la inmigración, al provocar malos ojos por cierta prensa local– una bandera chilena se cla-
una oleada de ciudadanos españoles a quienes trajeron a tra- vaba en lo alto de la construcción hecha con ladrillos cortados
bajar en los negocios que formarían en Melipilla. Las familias en El Llano y cemento Portland. Se festejaban los tijerales de
Suárez, Ríquez, Villar, García, entre otras, se asentarían a partir la construcción que tenía 26 metros de frente, ocupaba 1.226
del accidente de los De la Presa. A más de cinco décadas de ese metros cuadrados y que, de acuerdo al decir popular, era obra
encuentro con una plaza baldía, los De la Presa decidieron so- de progreso y modernización de Melipilla. Por los mismos días,
lucionar los problemas de las autoridades de una buena vez y Roberto Urrutia, Director de Obras Municipales, le daba el vis-
construir un teatro en el costado oriente de la Plaza de Armas. to bueno a los planos del teatro, destacando que “emplea mate-
Lo hicieron en medio de la calle Serrano y frente a la estatua del rial de buena calidad”142.
marino melipillano.
¿Un teatro?, se preguntaba la comunidad, invadida por la 141 El Labrador, 23 de febrero de 1933.
142 Acta del Concejo Municipal, Ilustre Municipalidad de Melipilla, del 28 de abril
sorpresa y la fantasía. Frente a la mole que se levantaba no había de 1933. Extraída de: El Labrador, 12 de junio de 1933.

100 101
Melipilla en 1933 había crecido en conectividad y entreten- Con mucha expectación, el viernes 11 de octubre fue un día
ciones. Los trenes partían a Santiago en seis horarios y demora- de triple celebración: el aniversario 191 de la fundación de Meli-
ban una hora y 30 minutos en arribar a la estación, a lo que se pilla, la restitución a la ciudad del título de capital departamen-
sumaba un servicio de góndola (buses) que conectaba Ibacache- tal y la inauguración del Teatro Serrano. A las 20 horas fue la
Melipilla-Santiago. A Casablanca también se había extendido la ceremonia para las autoridades. El reloj marcaba la hora exacta
red de góndolas y el basketball hacía furor. No había club depor- con un teatro presto para iniciar su vida, aunque sin fachada,
tivo sin su rama cestera, y los quintetos masculinos y femeninos pero que aparecía igualmente fantástico para el pueblo. Su fi-
se daban cita constantemente en la cancha del Club Baquedano, gura era la de un edificio de dos pisos, con cuatro locales co-
ubicada en calle Merced N° 711. Allí, en abril de 1933, el dueño merciales en su exterior, todo un conjunto de “líneas sencillas, a
de casa se midió con el mejor equipo nacional del momento: la par que elegante, enteramente de concreto armado, asísmica
Green Cross. No le fue bien, pero ya era un logro codearse con e incombustible, de tal modo que el espectador se encontrará
los grandes. siempre en este teatro a salvo de cualquier siniestro”144.
Los anhelos de grandeza de la ciudad estaban creciendo, Dotado de un equipo sonoro doble marca Grawor Electric,
pero se veían truncados por la verdadera ofensa que había signi- reconocido como el mejor de la época, el Serrano se inauguraba
ficado para Melipilla la destitución de su condición de Cabecera con 316 butacas en platea y 129 en galería, camarines, servicios
del Departamento a manos del puerto de San Antonio. En esta higiénicos con lavatorios de loza y granito, plafonniers y appliques
lucha por reponer su antiguo estatus, la construcción del teatro con vidrios esmerilados en el foyer (vestíbulo), platea y galería. El
lucía como una credencial legitimadora. telón que separaba el foyer de la platea era de tocuyo y, lo mejor,
desde la platea y galería se veían muy bien las proyecciones y las
La obra magna de la iniciativa particular en Melipilla, la cons- obras teatrales. Desde ellas era audible cualquier alocución sin
tituye el Teatro Serrano que, en la Plaza de Armas de esta ciudad es- necesidad de parlantes y los seis avisos de salidas de emergencia
tán construyendo los sres. Presa y Cía. No era posible que la segunda apaciguaban los temores. ¿Qué más se podía pedir?
ciudad de la provincia de Santiago no contara con un Teatro digno Tras el cóctel de bienvenida, en que la familia De la Presa
de ella. Un buen Teatro y bien dirigido puede ser un gran centro de compartió un aperitivo con los invitados, vinieron los discursos
cultura. Melipilla podrá enorgullecerse dentro de poco con esta sala de rigor, encabezados por Juan de la Presa:
que hará honor a la ciudad, pues es moderna y no desdirá compara-
tivamente de las mejores de la capital143. Grande es la fecha que celebra hoy Melipilla, el ciento noven-
ta y un aniversario de su fundación; grande es también el esfuer-

143 El Labrador, 17 de agosto de 1933. 144 La Patria, 8 de octubre de 1933.

102 103
zo que se ha hecho para poder asociar a tan fausto acontecimien- compensados y Melipilla responderá con entusiasmo a mantener
to la inauguración de esta sala. esta obra de progreso que hoy se le entrega145.
Melipilla es un pueblo culto y aspiraba desde muchos años a
tener un Teatro digno de él. Al terminar las palabras, vino el turno del alcalde Ramón
La iniciativa particular y sobretodo la Ilustre Municipalidad Valdivieso. En su discurso agradeció al presidente Arturo Ales-
han tratado en diferentes ocasiones de dar satisfacción a tan ele- sandri por restituir el mismo 11 de octubre el título de Cabecera
vado anhelo de los melipillanos; pero por circunstancias diversas del Departamento de Melipilla a la ciudad de los cuatro diablos.
los respectivos proyectos no pudieron realizarse. Del teatro se refirió como hito de una reacción oportuna para
La firma Presa y Compañía que se halla vinculada a esta iniciar una era de resurgimiento y progreso, habida cuenta que
región desde hace más de cincuenta años, contribuyen con su pro- en el 191 aniversario la ciudad era para su principal autoridad
greso a medida de sus fuerzas, también aspiraba ardientemente a un pueblo donde “su progreso, sus industrias, sus actividades
poder agradecer en forma efectiva la hospitalidad de esta patria en general, no están a la altura de otras ciudades más jóvenes,
y la generosidad de este suelo melipillano que ha visto nacer en modelos de belleza, cultura y sociabilidad”146.
su regazo a la segunda generación de los fundadores de Presa y Y como no era de extrañar en Melipilla, hubo también esa no-
Compañía, y viendo que los proyectos no se realizaban concibió che palabras referidas al Día de la Raza, proclamadas por el juez
la idea de construir por su propia cuenta este teatro, que espe- de letras local, Manuel Victoriano. Tras su intervención, la luz se
ramos satisfaga plenamente aquella necesidad tan hondamente fue, los aplausos se acallaron y el telón se abrió para dar paso a la
sentida. segunda parte de “La Pasión de Francois’’, una de las cuatro obras
Presa y Compañía han acometido esta obra sin reparar en que la compañía de comedias, sainetes y variedades que Enrique
gastos ni sacrificios y haciendo caso omiso de la crítica pesimista Barrenechea, su director, presentó en la localidad. Fue la primera
de que no se puede prescindir cuando los hombres con grandeza pieza teatral en las tablas del recién inaugurado teatro.
de alma y sin egoísmo creen un deber contribuir al progreso en Junto con “La Pasión de Francois”, el Serrano alojó en po-
general y de los pueblos de sus actividades en particular. cos días la comedia “Mocosita”, de Armando Moock; “Malditas
Se le ha dado el nombre de Teatro Serrano como un home- sean las mujeres”, de López Meneses; y “La Prueba”, de Víctor
naje al héroe melipillano Ignacio Serrano que supo sacrificarse Domingo Silva, funciones que la compañía de comedias dirigi-
por su patria. da por el actor Orlando Castillo llevaba a escena, con números
Señores: musicales previos que contemplaban a Los Huasos del Romeral,
Por intermedio de nuestro Ilustre Alcalde hacemos entrega a las Hermanas Cobo y el violinista Nibaldo Soto.
la ciudad de Melipilla de este teatro que nada tiene que envidiar
145 El Labrador, 13 de octubre de 1933.
a los de la capital y que confiamos que nuestros sacrificios serán 146 El Labrador, 13 de octubre de 1933.

104 105
Con la apertura del Serrano, Melipilla viviría por primera En noviembre de 1933 se inauguraron los jueves femeninos
vez el choque entre dos empresas administradoras de teatros, con la película “Las mujeres necesitan amor”, proyecciones a las
dado que el Esmeralda seguía activo y dispuesto a dar la batalla. que accedían por la mitad del valor de la entrada. A esa altura,
Y lo que se vivió fue justamente una contienda, en que cada uno los asistentes podían comprar dulces y golosinas, e incluso pan,
hizo su mejor esfuerzo, tanto en la cartelera como en la publi- en un pequeño local instalado en el foyer: el Hollywood, acce-
cidad. El Teatro Esmeralda pagaba publicidad al periódico El der a la platea por 80 centavos y a paraíso por 40. Por su par-
Labrador por llevar avisaje en portada y se anunciaba como el te, el Esmeralda daba la pelea con otros estrenos, “King Kong”,
que tenía el mejor audio de la zona, en tanto el Serrano ocupa- “la sensación más grande de la pantalla no superada por film
ba las páginas interiores declarándose el mejor cine-teatro del alguno”148, y “Norte y Sur”, la primera cinta sonora filmada en
Departamento. Chile, eran parte de un repertorio que le granjeaba buenas re-
La pugna tomaría un año en dilucidarse y lo haría en bene- caudaciones.
ficio del Serrano. A su favor, los De la Presa dispusieron de una Así, desafío tras desafío, la batalla permanecía activa a favor
nutrida programación de cine, con lunes populares, funciones de la comunidad embelezada con tan buenas ofertas. Como la
gratuitas para los clientes de sus tiendas, viernes femeninos, se- balanza no se terminaba de inclinar, el Teatro Serrano ofreció
riales y películas protagonizadas por Marlene Dietrich, Carlos funciones gratuitas el 21 de mayo de 1934, y preparó lo mismo
Gardel, Clark Gable, Greta Garbo, Clive Brooke, Boris Karloff, para un 18 de septiembre que al final no pudo celebrarse debido
acogiendo también las principales celebraciones locales, como a un brote de tifus en la zona. Pero tampoco era necesario. En
la Fiesta de la Primavera de diciembre de ese año, con una vela- esas fiestas patrias el Esmeralda arrió la bandera y puso fin a
da bufa donde el foco del seguidor recayó en la presentación de una historia de seis años que se había iniciado una noche de
Olga Donoso, gran estrella del momento. diciembre de 1927, precisamente un martes 13.
Los De la Presa sabían que si querían reinar debían quedar En resumen, el recinto de la calle Serrano 354 se declaraba
solos en competencia y dar vida a su flamante construcción con imposibilitado de competir dejando la huella de ser el primer
visitas de la talla de la compañía de comedias y sainetes Puelma- teatro que efectivamente funcionó periódicamente, lidiando
Buehrle, la compañía argentina de sainetes de Carlos Valicelli con una ciudad compleja que siempre le pidió más de lo que
con “Mustafa”, “El Conventillo de la Paloma” y “La Casa de los podía entregar. Tuvo una cartelera atractiva, alojó espectáculos
Adulterios”, que el público correspondió “como acostumbra a con llenos totales, dio espacio al box y a cuanta fiesta de bene-
hacerlo cuando se le ofrecen espectáculos como éste de indis- ficencia le fue solicitada, e incluso hizo el esfuerzo de imprimir
cutible valor”147. su cartelera con resúmenes de los filmes en folletos que se con-

147 La Patria, 14 de abril de 1934. 148 Publicidad aparecida en: El Labrador, 22 de abril de 1934.

106 107
feccionaban en la imprenta La Moderna, para mejor informa- vera que como funciones exclusivas. Y es que el Serrano era un
ción de los asistentes. Pero no fue suficiente. En su despedida, espacio grande para el Departamento y no se podía llenar así
el empresario Eliserio Werchez lamentaba, más que el cierre, como así. Quien quisiera ocuparlo, lo haría tras un recorrido
“el hecho de que numeroso personal se vea privado del pan que previo. Tan real era este hecho, que el Conjunto Artístico José
puntualmente aportaba al sustento del hogar”149. Manuel Balmaceda hizo su debut en el Teatro Municipal del
Pero esta batalla pírrica había dejado también un herido en pueblo de El Monte en febrero de 1936 y recién un mes después
la esquina del frente. Los De la Presa se bajaban del negocio presentó su show de variedades con sainetes de Pedro Malbrán
del espectáculo, dándose a la búsqueda de algún empresario o en el Teatro Serrano. Tanto el Conjunto Artístico José Manuel
compañía que se hiciera cargo del teatro inaugurado un año Balmaceda como el Centro Artístico Melipilla tuvieron corta
atrás. Fracaso o no, la realidad indicaba que Melipilla había vida. No obstante, ambos grupos fueron el embrión de vocacio-
cambiado. Ahora sí podía recibir compañías teatrales. Y esta nes teatrales que se asentarían con nuevos grupos en los años
asidua presencia, sumada a un constante vínculo con la capital, posteriores y que hablarían también de la presencia de lo local
servía para el florecimiento de agrupaciones culturales que, a en las tablas del Serrano.
diferencia de los años anteriores, abrazaron el teatro como su No era fácil tampoco saber a qué atenerse en dicho espacio,
disciplina principal. cómo llegar ahí o qué se podía presentar. Lo claro es que habien-
Es así como entre 1933 y 1935 se forman el Conjunto Ar- do cejado en su vocación empresarial, los De la Presa dejaron en
tístico José Manuel Balmaceda y el Centro Artístico Melipilla, manos de la empresa de Enzo Riderelli los destinos del chiche
acogiendo en su seno a jóvenes valores que desarrollan monó- local. El italiano, con una experiencia en la materia desde la dé-
logos y danzas, recitan y se aventuran a interpretar sainetes, cada del 10, irrumpió con todo para cautivar, encantar y hacer
comedias y obras nacionales del nutrido grupo de guionistas del teatro un hábito. El nuevo y primer concesionario entró con
y dramaturgos que Chile, y especialmente Santiago, entrega sus jueves sociales, en que por el precio de un boleto era posi-
al país. Todo ello en un momento en que el teatro nacional ble llevarse fotografías de las grandes estrellas del firmamento
iniciaba un segundo tiempo en su desarrollo con la formación cinéfilo.
de los teatros universitarios150. Convertido en el “punto de reunión de las conocidas fami-
El Teatro Serrano fue un espacio para presentar ocasional- lias de esta localidad”151, en octubre de 1934 Riderelli puso en
mente los montajes de estos recientes grupos melipillanos, más escena a Alberto Mery, parodista y “gran cómico”, junto con el
como parte de fiestas de beneficencia o en la Fiesta de la Prima- filme “Madre”, “que hará derramar lágrimas de emoción”152.
Este mismo mes se anunció con gran bombo una reunión de
149 El Labrador, 21 de octubre de 1934.
150 Pradenas, Luis, Teatro en Chile. Huellas y trayectorias. Siglos XVI-XX, Santiago de 151 El Labrador, 4 de octubre de 1934.
Chile, LOM, 2006, pp. 288 y ss. 152 El Labrador, 11 de octubre de 1934.

108 109
agrupaciones folklóricas llamada “Concentración Folklórica sario Carlos Guillón153 por un valor de 1.500 pesos mensuales y,
Sudamericana”, donde destacaba la “Selecta Embajada de Arte la segunda, una acción que sería controversial décadas después:
Nativo Peruano” con el poema indígena “El Cóndor” y con- venderlo al municipio. Por la suma de $230.000 pesos, Manuela
juntos de Argentina y Chile. Pero era normal que las presenta- García, viuda de Juan Manuel de la Presa, enajenó el recinto, a
ciones de músicos o declamadores fueran acompañadas de un sólo dos años de su construcción, a la Ilustre Municipalidad de
filme, dado que no constituían espectáculos lo suficientemente Melipilla.
atractivos si no habían películas de por medio. ¿De quién nació la idea de vender? De acuerdo a los ante-
Sin embargo, había algo de lo que Riderelli no estaba al tan- cedentes existentes, fue Manuela García quien acudió a ofre-
to, con todos sus años de experiencia. Era su conocimiento de cer el recinto al municipio, solicitando para ello una suma de
las lógicas internas de Melipilla, por lo que fue inevitable un $250.000 pesos. Tras estudiar la oferta, un día 17 de julio de
choque con aquella que marcaría su partida. La razón estribó 1935, los cuatro regidores y el alcalde Rafael Morandé decidie-
en el cobro excesivo para un beneficio de la Escuela Superior ron negociar y ofrecer $230.000 pesos. En sesión del 2 de octu-
de Niñas N°11, que el empresario entendió desde la perspectiva bre de ese año, el acuerdo tomó cuerpo y se le pidió la opinión al
de un negocio, no de una institución de caridad. La comunidad Intendente, quien demoró dos meses en enviar el visto bueno y
se molestó. “Esto tiene caracteres de un escándalo, nos decía hacer realidad el sueño del teatro propio. Así, el 27 de diciembre
indignado un caballero, nosotros hemos tomado entradas para de 1935, ante el notario público Julio Villarroel Mora, Manue-
un beneficio para alumnas necesitadas de dicha escuela y no la García de la Presa y Horacio Henríquez, tesorero municipal,
para la empresa del Teatro Serrano”, escribía El Labrador, en estamparon sus firmas en el contrato de compraventa por el co-
noviembre de 1934. loso de cemento y ladrillo, por un total de $230.000 pesos154.
Riderelli nunca comprendió esta costumbre, y aunque si- ¿Pero de dónde obtuvo el dinero la casa consistorial local
guió con una cartelera permanente y recibiendo compañías cuando apenas había lidiado con un préstamo por mucho me-
de variedades, como la del Departamento de Extensión del nos dinero anteriormente? ¿Cómo, en plena crisis económica
Ministerio del Trabajo y la Compañía Típica Chilena “Chilote mundial, siendo Chile el país más golpeado del mundo, el mu-
Campos”, dio varios pasos al costado. Tantos, que se regresó a nicipio melipillano iba a gastar tanto dinero en un teatro? Exis-
Santiago cerrando la puerta por fuera. Con un teatro nuevo, sin ten dos explicaciones. La primera, dice relación con que el mu-
concesionario y tras la muerte de Manuel de la Presa, su viuda nicipio necesitaba invertir una parte del préstamo de $600.000
se encontró con un negocio que desconocía y varias disyuntivas
que se resumen en una: qué hacer con el teatro. La respuesta fue 153 El contrato con Guillón comenzó a correr desde el 1 de agosto de 1935.
doble. La primera, entregar la concesión por tres años al empre- 154 De este monto, $220.000 pesos fueron entregados el día de la firma de la com-
praventa a Manuela García de la Presa y $10.000 pesos serían entregados tras arreglos
en el edificio.

110 111
pesos, contraído en la administración municipal anterior, en El cabildo melipillano, conciente de no poder administrarlo
una obra que le diera dinero justamente para pagar este prés- como merecía, entregó la concesión del recinto a diversos em-
tamo y sus intereses155, así como para hacer caja a futuro. La presarios del rubro. Es así como en primera instancia mantuvo
segunda, tiene que ver con que se trató de una donación hecha la administración Carlos Guillón, luego por un año la empresa
por la familia De la Presa por expresa petición de su patriarca, de Rigoberto Ortega, y posteriormente Víctor Francione. Las
Juan Manuel de la Presa, cautelando que siempre se mantuvie- dos primeras fracasaron luego de un inicio emprendedor, de-
ra para fines culturales156. No obstante, los antecedentes157 son jando la de Guillón en tal orfandad a los trabajadores, que estos
contundentes para indicar que la primera es la más adecuada tuvieron que recurrir a funciones de beneficencia para pagar
a lo ocurrido en esos años. Y sobre la razón que tuvo Manuela sus sueldos, algo que se transformaría en tradición, llevándose
García de la Presa para vender, el docente Mario Alvear Jarpa, a cabo estos beneficios dos veces al año.
nacido justamente en 1935, sostiene la tesis de que ella pasaba La llegada de Francione a Melipilla, en febrero de 1937, fue
por problemas económicos. realizada con maestría. Ofreció una fiesta para las autoridades
y personalidades de la comuna, con quienes recorrió el recinto
Pienso que doña Manuela García de la Presa no estaba atra- para mostrar el remozamiento del teatro y les hizo ver algunas
vesando un buen momento económico cuando decidió vender el cintas para oír especialmente la potencia y calidad del nuevo
Teatro Serrano (...) el municipio, presidido por don Rafael Morandé sistema sonoro. Sorprendidos, no dejaron de hablar de ello en
Campino y demás regidores, no podían ignorar que no había nin- el aperitivo que luego disfrutaron en el foyer.
gún ciudadano en condiciones de responder ante la oferta, y la vida La aprobación social con el recién llegado se daba en un Me-
mundana de los ricos agricultores giraba en torno a los salones de la lipilla cada vez más vivo en la arena política e ideológica, don-
capital. A sabiendas, me imagino, procedieron a regatear. Ofrecieron de la pugna entre católicos y laicos usaba diversas herramientas
doscientos treinta, que la señora se apresuró en aceptar158. para imponerse. El Serrano fue terreno para ello, con reuniones
de la Acción Católica, donde figuraba el presidente de los jóve-
155 Revista Melipilla al Día, 27 de noviembre de 1937. nes católicos de Melipilla, Demetrio Bravo, avivadas por charlas
156 Esta tesis es defendida por la familia De la Presa y se mantuvo durante años como anticomunistas y antimasónicas publicitadas por el periódico
la verdad oficial. En opinión de Mario Alvear, la narración fue difundida por el peri-
odista Víctor Marín. Guiado por este comentario, Alvear revisó libros de donaciones El Labrador y el cura párroco Leopoldo Manzor, quien llegaba
entre los años 1930 y 1940, pero no halló nada, lo que sumado a los documentos de
compraventa, lo hicieron entender que la figura de la donación se emparentaba con la
desde Buenos Aires a ocupar la radio Melipilla para apuntar a
de vender algo de gran valía a un precio mucho menor, lo que usualmente se usa para los enemigos del catolicismo.
decir “no lo vendió, lo regaló”.
157 Escritura de compraventa de la propiedad del Teatro Serrano guardada en el ar- Esta emisora, junto con la radio Telefunken, no eran las em-
chivero a fojas 881, número 661 del sexto bimestre de 1935, ante el notario público presas y estaciones que se conocerían después, sino que apara-
Julio Villarroel Mora.
158 El Labrador, 20 de abril de 2005. tos electrónicos de gran potencia instalados en la plaza. A través

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de ellos se musicalizaba el centro de Melipilla, aprovechando Melipilla bullía en la víspera de los comicios. El verano de
de entretener a la gente, recibir pedidos musicales, dar noticias 1938, Anita Lizana, la tenista chilena más grande todos los tiem-
desde las siete de la mañana y, por cierto, ocuparlo como herra- pos, visitó la comuna y ya se hablaba de la necesaria construc-
mienta propagandística. ción de un estadio deportivo en la cancha de El Llano. En agosto
La propaganda iba y venía, así como los actos públicos. Con se inauguraba el Liceo, los prostíbulos comenzaban a adoptar
una vida política consolidada, la ciudad vio aparecer protago- las fachadas de café, como el Puerto Nuevo, de Fuenzalida con
nistas nazis, como el mismo Juan de la Presa159, candidato a Arza, la radio Victorette de la RCA-Victor ya se vendía en el
diputado del movimiento nacionalsocialista para las eleccio- negocio de Humberto Aguilera para captar emisoras de cual-
nes parlamentarias de marzo de 1937. También se publicaron quier parte del mundo, la Sastrería Esmeralda prometía vestir a
notas periodísticas sobre la “limpieza” que debía hacerse en la caballeros y señoritas de la zona, y el Conservatorio Nacional de
comunidad de comunistas y masones, y se invitaba a marchas Música ofrecía un concierto en la Escuela Completa N°2, dando
católicas donde se pedía a las familias creyentes salir a marchar inicio a una aventura musical que instalaría profesores en la co-
en la noche con antorchas, quedando en evidencia quien no muna para dar clases de piano, violín, guitarra y danza rítmica.
profesaba el credo. “Un día en las carreras”, cinta cómica de los hermanos Marx,
Se acercaban las elecciones presidenciales de 1938 y el sacaba por estos días carcajadas en el Teatro Serrano.
crecimiento de sectores de izquierda amenazaba el tinglado Pero todo estaba lejos de ser óptimo. Existía la paradoja de
conservador con la presencia de Pedro Aguirre Cerda, re- tener un teatro, pero no poder presentar a los músicos del Con-
presentante del Frente Popular (FRAP). Éste y los Rossistas, servatorio Nacional allí. Esto pasaba por varias razones, sien-
partidarios de Gustavo Ross, ministro de Hacienda de Arturo do la principal de ellas que el Serrano de esos tiempos era un
Alessandri, tenían presencia activa en Melipilla. Era el condi- espacio comercial: un negocio. Y como tal, Francione lo hacía
mento de una ciudad activa donde el Serrano vivía por fin una bien. No solamente había logrado lidiar con la comunidad local,
vida normal, con una cartelera semanal que sólo descansaba accediendo a sus peticiones y expectativas, con una rotación de
los martes, acogiendo las veladas bufas de cada Fiesta de la cintas humorísticas, de cowboys, románticas y épicas, sino que
Primavera con sus disfraces, sketches y alegría. Los beneficios era comercialmente viable. En esta relación, caían músicos de la
para la banda de música de la Escuela Parroquial también eran talla de Ramón Parra Román160, pero seguían sin tener espacio
habituales, así como el recurrente avisaje de la cartelera en las en el escenario las agrupaciones locales como el Centro Artís-
radios de la Plaza de Armas, en el frontis del Serrano y en El tico Melipilla y José Manuel Balmaceda, salvo para las fiestas y
Labrador. beneficios. Además, estos últimos tampoco aseguraban un lleno

159 Hijo de Manuel de la Presa y Manuela García, quien también fue el fundador de 160 Destacado pianista nacional, oriundo de la ciudad de Los Ángeles, tío y mentor
la primera asociación melipillana de Football en 1942. de Claudio Parra, quien sería con los años fundador del grupo musical Los Jaivas.

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total ni una permanencia en cartelera, lo que sí lograba, prin- [hasta el jefe de Carabineros de Melipilla] me felicitó y aún me
cipalmente, la Fiesta de la Primavera y la semana de Melipilla, dijo que tentado había estado de subir a escenario para hablar al
celebrada en marzo de 1938, y que para 1939 se denominó “Se- público de que una compañía de aquella índole levantaba el nivel
mana popular melipillana”. cultural del pueblo (…) La actitud final del cura me recuerda a un
Con Pedro Aguirre Cerda en la presidencia y René Jerez sacerdote del sur que sin fijarse en que todos los templos estaban en
ocupando el sillón de la gobernación local, el FRAP imponía el suelo, gritaban a voz en cuello que el terremoto lo había enviado
sus conceptos y festejaba el triunfo electoral por 10 días. Esa se- Dios porque todos eran unos descreídos161.
mana se promocionó la Fiesta de la Primavera en Melipilla, San
Antonio y Cartagena, y la gestión de la velada bufa quedó en las Mayor y más feliz conmoción provocó el concurso promo-
manos de Ernesto Sottolichio, quien se convertiría tres décadas cionado por la Revista Ercilla y realizado en la ciudad por Radio
más tarde en un destacado empresario del espectáculo nacional Melipilla, que incluía la elección de Miss Radio en 1941, con
y en un protagonista clave para la vida del Teatro Serrano. señoritas como Josefina Guiliucci, María Ravanal, Olga Quin-
En estas celebraciones un lugar de privilegio lo ocupó la tanilla, Yolanda Guiliucci, Sofía Miranda, Cory Quintanilla,
Radio Telefunken, emitiendo una programación continua que Adriana Merino; y por el otro, la oportunidad de mostrar todo
recibía la atención de los paseantes y de gente que se aposta- el talento musical con “El mejor número radial”, donde toma-
ba en los bancos de la plaza, acostumbrándose a tener música ban parte David Artur, Gladys y Gloria, Humberto Méndez,
todo el día en una ciudad igualmente tranquila, pero más rui- Manuel Núñez, Víctor Esguel, Orlando Henríquez, Marcos Na-
dosa y conmovida por dos razones. La primera, la ira desatada dal, el dúo Salas-Miranda, Juan Truyol, Raúl Vargas, el Conjun-
por el sacerdote suplente Alfredo Arriaga con la obra traída to Melipilla y Violeta Miranda. Todos ellos artistas de la zona.
por Sottolichio para la velada bufa, y la segunda: un concurso Este hecho sería una sorpresa para los organizadores del evento
pionero. y para la comunidad que no sabía de dónde habían salido tantos
El clero local despotricó a través del periódico El Labrador cantantes. Un Teatro Serrano lleno presenció la belleza de sus
contra una pieza teatral sobre la vida de un sacerdote, en un chicas y el empuje y talento de los nóveles intérpretes. Se podía
show donde además tomó parte el tenor Arturo González, la tener un festival, por modesto que fuera, y la lección quedó ins-
cantante de operetas Carmen Moreno Douclais, el director de talada para que en los años posteriores se retomara y ampliara
orquesta Manuel Contardo, el dúo de guitarras Páez-Plaza, al- esta modalidad de espectáculo.
gunos aficionados y el ya habitual Pepe Rojas, cuya presenta- ¿Quién ganó? María Ravanal, una melipillana de 16 años fue
ción encolerizó al prelado por besar a una artista. La respuesta la elegida y cumplió con creces los sueños del concurso ejecutado
no se hizo esperar. El recitador, y director del elenco, Juan de la
161 La Patria, 23 de abril de 1939. El terremoto hace referencia al sismo que en 1939
Rosa, retrucó a través de La Patria con una extensa misiva. destruyó el centro sur del país.

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en Melipilla por Sottolichio, pues de inmediato comenzó a cantar instituciones que se iban formando. El liceo municipal había
en Santiago bajo el nombre de Maruja Ravanal. Primero en Radio inaugurado en junio de 1939 su centro cultural con énfasis
El Mercurio, los días martes y viernes, y luego en el Salón Olim- en lo literario, el Conservatorio contaba con alumnas en sus
pia de calle Huérfanos, con la orquesta de Ramis Clar, haciéndose clases de teoría, solfeo, violín, guitarra y danza rítmica con
oír por todo el país gracias a las ondas de Radio Sian. profesores del Conservatorio Nacional de Santiago, guiados
Las actuaciones de Ravanal le granjearon buena crítica de la por el maestro Aníbal Aracena Infanta; y la Juventud Radical
prensa santiaguina. El diario La Nación dijo que: buscaba construir un pequeño teatro para conferencias, actos
artísticos y culturales. De la mano, la asociación gremial tomó
Hace algunos días tuvimos oportunidad de escuchar en CB 138 un impulso nunca antes visto, con la formación del Sindicato
a la candidata que representó a Melipilla en el Concurso Miss Radio, Profesional de Oficios Varios, el Sindicato de Oficios Varios de
Srta. Maruja Ravanal. Acostumbrados a apreciar las sólo discretas la Construcción, el Sindicato de Comerciantes Ambulantes y el
condiciones que reúnen varias de las postulantes a este importante Sindicato Profesional de Lustrabotas. El afán asociativo tuvo
concurso, nos llevamos una grata sorpresa con Maruja Ravanal, da- eco incluso hasta en los ajedrecistas, que formaron el Club de
das sus excelentes condiciones para el género de la canción popular. Ajedrez de Melipilla en enero de 1940.
Cumplió tres interpretaciones de canciones chilenas y lo hizo con Con un amplio público en la zona y mayor conocimiento
notable acierto. Buena dicción, voz sensitiva y agradable, fueron sus de la cartelera santiaguina, las exigencias hacia Francione au-
principales cualidades162. mentaron. Se le criticaba que las funciones terminaban muy
tarde, lo que obligaba a iniciar las nocturnas pasadas las 10 de
Al corto tiempo, Ravanal se convertiría en voz de radiotea- la noche. Otro punto bajo era el estado maloliente de los baños
tros, compañías teatrales y musicales que tenían en Santiago y y el aspecto desastroso del cielo de la galería. Y en esta sumato-
en las giras nacionales sus principales públicos. A tal nivel lle- ria, a Francione se le criticaba además por querer prorrogar su
gó la popularidad de esta naciente figura en Melipilla, que su concesión sin pasar por un concurso público. En realidad, se
primera presentación en el Teatro Serrano, el mismo año 1941, le criticaba por todo lo que hiciera y dejara de hacer, y por una
tuvo un desborde de público como nunca se había visto, con razón muy propia de los tiempos que no tenía relación con su
incidentes que terminaron con la intervención de Carabineros, desempeño profesional.
vidrios rotos y un detenido ante tamaño descontrol.
Con Ravanal, la aspiración por desarrollar una discipli-
na artística estaba instalada en la ciudad y se ampliaba a las

162 La Nación, 10 de junio de 1941.

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Los años cuarenta: artistas locales, estrellas interés en que las manifestaciones culturales llegaran a todos se
globales plasmó de forma progresiva. Sería para el Serrano un período
no exento de graves tropiezos que pusieron en jaque la misma
Durante la década de 1940, el Teatro Serrano vería pasar reales existencia del teatro, como un embargo por deudas municipales
estrellas del cine y la música por su tablado, como los mexica- y administraciones que no empezaban ni terminaban bien. Esto
nos Pedro Vargas, la portorriqueña Mapy Cortés, los argentinos último fue lo que ocurrió con Francione, un italiano en la lista
Leo Marini y Hugo del Carril, además de figuras estelares del ra- negra de Estados Unidos.
dioteatro nacional como Anita González, Luchita Botto, Arturo Corría plena Segunda Guerra Mundial y el conflicto obliga-
Moya Grau, Gustavo Campaña y Eduardo de Calixto. Y tal como ba a los países del mundo a tomar posición. Hasta las galerías
se mencionó anteriormente, llegando incluso a encumbrar a la del Teatro Serrano se dividían entre proclives al Eje y a los Alia-
primera estrella melipillana de fama nacional: Maruja Ravanal. dos. “Cada noticiario de guerra da ocasión a los «combatientes»
El edificio del teatro se asentaría como fuente de entrete- melipillanos para aplaudir o pifiar, según sea quien aparezca en
nimiento periódico que iba desde el box y los debutantes com- el lienzo”164, relataba El Labrador, más molesto por la bulla que
bates de catch as catch can, a una cartelera cinematográfica por apadrinar a uno u otro bando.
frenética que funcionaba a la par de Santiago163. Era un centro Lo mismo sucedía en Chile, que no tomaba una opción
social, con la celebración de cuanto beneficio existiera entre sus hasta bien entrado el conflicto165, no así la embajada nor-
paredes y, muy importante, era una ventana al arte nacional teamericana cuya impaciencia no aguardó más tribulaciones
gracias a las visitas del Departamento de Extensión y del Teatro y neutralizó las operaciones comerciales de ciudadanos e in-
Experimental, ambos de la Universidad de Chile, y otras impor- migrantes procedentes de países enemigos. Italia era uno de
tantes compañías santiaguinas, más el aporte que brindaban los ellos y Francione había declarado su adscripción al régimen
teatros móviles. Todo esto hacía que Melipilla tomara parte de fascista de Benito Mussolini. Evidentemente, y a pesar de es-
un desarrollo artístico-cultural que surgía en las escuelas y en la tar en un rincón lejano del mundo, la Embajada de Estados
sociedad civil, lo que se demuestra con el éxito del Conservato- Unidos se reunió con una comisión enviada por el alcalde
rio de Música melipillano y el Centro Artístico de la Escuela 11. Roberto Bravo y la situación quedó clara: querían acabar el
Esta década marcaría también una clara irrupción de lo po- contrato del empresario lo antes posible, sin permitir ningu-
pular, presencia que chocaría y se mezclaría con las ansias aris- na otra salida.
tocráticas de una élite en busca de espacios menos inclusivos.
Sería un período donde la herencia de Pedro Aguirre Cerda y su 164 El Labrador, 22 de enero de 1941.
165 Recién el 20 de enero de 1943 Chile rompería relaciones con el Eje Alemania-
163 No era difícil tener una abundante cartelera hollywoodense tomando en cuenta Italia-Japón, alineándose con el bando aliado comandado por Estados Unidos, Reino
que en 1937 la factoría estadounidense producía más de 10 películas por semana. Unido y Unión Soviética, entre otros.

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Esto tiraba por tierra la intención municipal de que Fran- quienes presentaron “Romance de Perlimpin”, de Federico
cione cediera o subarrendara el teatro durante el período de su García Lorca.
concesión, idea que les gustaba a los regidores pues implicaba Un tercero, y donde sí sumaría dinero el afligido Francio-
un alza en el arriendo y en los beneficios. Mas era imposible, ne, fue con el debut del catch as catch can, novedoso sistema de
porque cualquier dinero entregado a Francione le sería congela- peleas en un cuadrilátero donde se ocupaban manos, piernas,
do hasta el fin de la guerra, por lo tanto, el principal afectado no cabeza y cuerdas, lleno de histrionismo y fantasía, que luego se
aceptaría el trato de modo alguno. Sin poder proyectar pelícu- chilenizó con el apelativo más coloquial de “cachacascán”. Eran
las y sin la mínima opción de contar con espectáculos, la única luchas libres no exentas de arreglos y plagadas de personajes
chance de ocupar el teatro era con eventos a beneficio. míticos y “provenientes de los cinco continentes”, quienes en la
Ante esta situación, rápidamente la comunidad conservado- noche del 26 de septiembre de 1942, y ante 650 enfervorizados
ra y católica optó por utilizar el Centro Barrales, que se conver- espectadores, desplegaron sus tánganas, saltos y golpes sonoros.
tiría en “el punto de reunión de las familias de Melipilla”166. La Así reportó El Labrador los nombres y nacionalidades de los lu-
poca fortuna de Francione se amplió además con la prohibición chadores: “Humberto Cabrera (chileno), Dino Altamira (argen-
de uso del recinto para 1942 durante los meses de septiembre tino), Prago Dulk (judío), Marcelo Castell (francés), Von Oji
a octubre, ni siquiera para beneficios, porque se refaccionaría (alemán), Benjamín Belagosky (ruso), Renato Briones (chileno)
para los festejos del segundo centenario de la comuna, en el mes y Ben Taylor (inglés)”167. El cachacascán seguiría presente en las
de octubre. Acorralado por las circunstancias, el italiano resis- siguientes décadas con alta concurrencia de público.
tió y dejó que el tiempo pasara. Así, en este período, acogió cin- Lejos de la parafernalia de los combates, el cuarto hito que
co hitos importantes para la historia del Serrano, aunque poco anotó la administración de Francione fue una visita de las más
y nada cayera en su bolsillo. importantes que en términos de figuras estelares tuvo Melipilla.
El primero fue la visita de la que en ese entonces era figu- Pedro Vargas, nada menos que el tenor, cantante popular y actor
ra número uno de los radioteatros y se perfilaba como gran mexicano, cantó el 8 de agosto de 1941 en el Teatro Serrano con
actriz: Ana González. Con su personaje, La Desideria, brindó la estampa que lo convertiría en uno de los íconos de la cultu-
una función a beneficio de la Cruz Roja que se llenó con afi- ra latinoamericana del siglo XX y una estrella consular para la
cionados de los programas radiales, por ese entonces de una canción continental. A la fecha, el “Ruiseñor de las Américas”
popularidad sin registro en la historia nacional. Un segundo tenía 35 años y cinco películas filmadas.
hito fue la visita de la Escuela de Teatro Moderno de la Uni- El quinto acaecería en días en que Melipilla se autoprocla-
versidad de Chile, bajo la dirección de Víctor Philippe Muller, maba como un posible Hollywood. Suena extraño, pero es cier-

166 El Labrador, 31 de diciembre de 1941. 167 El Labrador, 27 de septiembre de 1942.

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to. La razón estaba en que el reconocido director nacional José A tal nivel llegó el tedio –o derechamente el odio contra el
Bohr rodaba, en octubre de 1943, en la ciudad y en sus campos, italiano– que, de acuerdo a su versión de los hechos, ese día se
la cinta “Flor del Carmen”. Absolutamente toda la ciudadanía le pidió que por favor no estuviera en la función. Él obedeció
estaba enfervorizada por ver cómo se hacían las películas, cómo y prefirió no quedarse donde no lo querían. Sin embargo, esto
eran los actores y qué eran las cámaras. Amanda Labarca, crea- acarrearía sus costos, pues si bien dejó personal a cargo de todo,
dora del argumento de la cinta, había elegido las locaciones elementos importantes para el espectáculo no estaban dispues-
melipillanas para la filmación y esto insuflaba el pecho de los tos, haciendo que la presencia de tamañas estrellas resultara un
locales a niveles tan exagerados como cándidos. fiasco que hizo que hasta el mismo José Bohr dirigiera palabras
en contra del empresario. Si ya tenía muchos enemigos, aho-
La filmación en nuestra región de la cinta nacional “Flor del ra contaba con dos más: la Cruz Roja melipillana y su director
Carmen” podrá ofrecer otra nueva oportunidad a Melipilla para cla- Hernán Arias.
sificarse entre las regiones “fotogénicas” por decirlo así. Nuestro cielo Como tener la antipatía de la Cruz Roja era el colmo, el fin
y nuestra atmósfera diáfanas, nuestros paisajes vecinos de incom- de Francione sobrevino de inmediato, dejando tras de sí el logro
parable belleza, nuestros bosques con árboles seculares, son telones de haber gestado una programación permanente para el teatro,
artísticos ofrecidos por la naturaleza al nuevo arte (…) Una de estas salvo por los accidentados dos últimos años. Sin embargo, su
tardes se filmó en nuestra calle principal una escena que dio vida y partida no estaría exenta de polémicas al interior del municipio,
animación al centro comercial. Los paisajes de nuestros cármenes pues chocarían las visiones entre quienes deseaban una pronta
vecinos, son admirables en riquezas de luz y de sombras darán colo- solución con un nuevo concesionario y quienes querían, ante
rido inusitado a la cinta168. todo, cautelar el proceso con un llamado público de propuestas.
Ganaron los primeros y su apresuramiento, entregando el uso y
Carlos Mondaca, Blanca Valdivia y Elena Puelma confor- cuidado del teatro por cinco años a la firma Selman, Varcellino
maban parte del elenco del filme. Ante tan buena recepción de y Cía. Ltda. por un valor de $60.000 pesos anuales, superando
la ciudad, accedieron a la petición de la Cruz Roja local para en un 300% las ganancias anteriormente obtenidas.
ofrecer una función en el Serrano, como forma de recaudar fon- La nueva empresa se abocó de inmediato a transformar la
dos para su causa. El equipo comandado por José Bohr acudió sala, levantando el piso de la platea, colocando butacas nuevas,
al recinto sin saber que el clima entre el empresario a cargo de otro equipo sonoro y pintando las paredes. Con el dinero res-
la concesión y el municipio, así como buena parte de la sociedad tante se podría, finalmente, construir la fachada. Pero el impul-
y para qué decir la embajada de Estados Unidos, era muy malo. so alcanzó solamente para poner en el foyer el plano del frontis
que se levantaría. Era una prioridad para la administración del
168 El Labrador, 17 de octubre de 1943. alcalde Roberto Bravo, aunque no se concretaría en el plazo es-

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tipulado, como tampoco lo haría jamás otra de sus iniciativas: Las mejoras regresaron rápidamente al Serrano. Los domin-
el museo y la pinacoteca de Melipilla169. gos eran de los niños y los lunes eran femeninos, estos últimos
Sin frontis, pero con una cartelera permanente quedó el Se- con cintas seleccionadas para las mujeres del pueblo que acu-
rrano. En ésta, a diferencia de lo que ocurría 20 años atrás don- dían a románticas historias de varoniles figuras como Jorge Ne-
de mandaba Francia y Estados Unidos, América Latina marcaba grete, el astro latino de los años cuarenta. Lo malo es que este
una presencia fuerte con el cine argentino en las figuras de Mir- lleno traía consecuencias indeseadas para algunos asistentes,
tha Legrand, Roberto Airaldi, Carlos Gardel y Hugo del Carril; especialmente los de platea, y para quienes anhelaban un teatro
el mexicano, con Jorge Negrete, Mapy Cortés, Gloria Marín y silente como un templo. Nada de eso, el teatro bullía con cada
Cantinflas; y también el cine chileno con cada una de las pelí- escena, lo que hacía más sabrosa la experiencia para algunos y
culas que producía. Cine todos los días, películas y series para espantosa para otros.
niños en las matinés del fin de semana, y una política de puertas
abiertas para todo acto de beneficencia, fueron algunos de los Se nos ha hecho ver la urgente necesidad que existe en imponer
énfasis que los socios le impusieron a la sala. orden entre los asistentes a galería durante las funciones del teatro.
El primer administrador del teatro con los nuevos con- No es posible permitir que elementos de poca cultura se aprovechen
cesionarios fue Alejandro García, quien junto con tener una de la semi obscuridad del recinto, para dar rienda suelta a su in-
buena programación de cine, quería seleccionar rigurosa- cultura, debe indetificárseles y proceder a su expulsión de la sala.
mente los espectáculos, mantener bien a sus cinco empleados Carabineros que hacen servicio de vigilancia deben proceder sin
y atender correctamente al público. Claro que para lograrlo contemplaciones contra estos malos elementos que continuamente
había que doblegar esfuerzos. García ordenó la reparación de lanzan palabrotas groseras o se dedican a lanzar inmundicias sobre
los servicios higiénicos que “fueron acomodados en forma que los asistentes de platea171.
respondan a su nombre”170, dotó de energía eléctrica el esce-
nario para alojar espectáculos sin mayores complicaciones y Los anhelos represores de las autoridades se hicieron car-
viajaba a Argentina a ver espectáculos, contactar artistas y ne en las rondas policiales que, ante cualquier barullo interior,
traer cintas. llevaba a que las fuerzas del orden sacaran a los bochincheros.
En esta tarea, un joven policía de nombre Emilio Marín Huin-
169 El museo de Melipilla era una ensoñación de Roberto Bravo. El 11 de enero de
1946 El Labrador aseguraba que ese año el museo, una pinacoteca y probablemente
caleo se destacaba por su creciente fama de brutal golpeador. El
una biblioteca pública, serían realidad. Resulta interesante que para la publicación, la tiempo le daría un nombre más simple: “Paco” Marín, apelativo
muestra museográfica sería encabezada por “la figura aristocrática del fundador de
la ciudad, Conde Manso de Velasco” y que para contar con una colección a la altura que mezclaba temor y odio, especialmente de los que desde la
“deberán obtenerse retratos de gobernadores, alcalde, jueces, jefes policiales, funcio-
narios, etc.”.
170 El Labrador, 4 de febrero de 1945. 171 El Labrador, 4 de febrero de 1945.

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galería hacían de las suyas y eran sacados y arrastrados hasta la Dos de ellos fueron Leo Marini y Hugo del Carril. El pri-
comisaría por el violento hombre de verde. mero, apodado “la voz que acaricia”, había filmado para la
Francione había dejado un trabajo que obligaba a Selman y fecha de su visita (14 de agosto de 1946) la cinta “Sueña mi
Varcellino a una permanente cartelera de espectáculos, que no Amor” y era un astro del bolero y la canción romántica en
era algo ajeno a su giro. El mismo Varcellino había sido un actor Latinoamérica. Manuel Osorio, un chiquillo habitante del
de variétés y promotor de shows a nivel nacional en los años vein- corazón de la ciudad, nacido en 1938, fue testigo de ese día.
te y treinta. Fue justamente este tipo de espectáculos el primer “Yo estuve ahí, me impactó ver el teatro de Melipilla lleno,
gran número que pusieron en escena, cuando en septiembre de era un ídolo que cantaba boleros. Fue una locura”, recuerda.
1944 se anunció el suceso del año, un “espectáculo que lo tiene Impresión compartida por Andrés Vicuña 173, quien con 10
todo: música, terror, alegría”172en el show de las Revistas Mágicas años pudo darse cuenta del efecto del cantante. “Las viejas
de Richardine, el mago más importante de Latinoamérica. eran tranquilas, eran más calladitas en ese entonces, pero al
De origen portorriqueño, Richardine fue una leyenda en el verlo gritaban y aplaudían, quedaban vueltas locas”. En do-
subcontinente por su gran calidad como ilusionista, haciendo ble función, de tarde y noche, encantó e irradió de aplausos
temblar a las concurrencias con números donde cortaba la ca- la Plaza de Armas, dejando una taquilla generosa que les
beza de sus modelos, para luego pegárselas y volverlas a la vida. dio la razón a los empresarios y a su hombre en la ciudad,
En días en que todo lo extraño era “obra del demonio”, Richar- Alejandro García.
dine se ubicaba imbuido de un halo de misterio, como un sultán García sabía que la apuesta por figuras estelares, por la pre-
de las artes crípticas. Tanto, que hasta el mismo Gabriel García sentación de compañías teatrales y shows de variedades resul-
Márquez menciona al ilusionista en su autobiografía como una taba efectiva. Con el ejemplo de lo sucedido con Marini, subió
compuerta a los juegos de la imaginación. la apuesta y trajo a Hugo del Carril. Precedido de quince éxitos
La búsqueda del impacto y pertenecer al circuito artístico cinematográficos y ya a esa altura primera figura de la industria
capitalino, posibilitó a los socios traer a Melipilla a cantantes cinematográfica argentina –la segunda en importancia en Amé-
y actores que de otra manera no hubiesen arribado a la ciudad rica Latina, tras la mexicana–, el actor y cantante, compañero
pueblo. Y no a cualquiera, pues pusieron sobre las tablas del de escena de actrices como Sabina Olmos y María Eva Duarte174
Teatro Serrano a estrellas del cine latino y de la canción hispa- arribaba a Melipilla con un título nunca antes usado para una
noamericana, quienes pasaban de ser una imagen proyectada a visita artística: ídolo.
un cuerpo presente a metros de distancia, desde las butacas de
173 Andrés Vicuña fue designado alcalde de Melipilla por la dictadura militar, ocu-
un Serrano convertido en máquina de sueños. pando el cargo entre 1987-1992, posteriormente sería electo concejal por la comuna
en votaciones populares.
174 Luego más conocida como Evita Perón, esposa de Juan Domingo Perón, ex presi-
172 El Labrador, 7 de septiembre de 1944. dente de la República Argentina a mediados del siglo XX.

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Tal era la magnitud de la idolatría con Del Carril que la pu- Chile175, realizó asimismo una destacada carrera en Argentina
blicidad debía poner énfasis en un aspecto vital: no se trataba y se abocó posteriormente a recorrer incansablemente el país
de un engaño. “Actuará en persona en el escenario del Teatro con sus montajes. En 1945 se presentó junto a la actriz de origen
Serrano” decía claramente el anuncio para el viernes 8 de agosto español afincada en Argentina, Eloísa Cañizares, poniendo en
de 1947, sobre un cantante a quien durante los años treinta se le escena la obra “Celos”.
sindicó como el sucesor de Carlos Gardel y que para Melipilla Flores, rotulado en ese tiempo como el actor chileno más
parecía un delirio tenerlo en su centro cívico. célebre en la categoría de galán176, recibiría el Premio Nacio-
A la visita del argentino le sucedió otra figura del cine y la nal de Arte un año después y visitaría nuevamente Melipilla
canción en el continente: Mapy Cortes. Vedette, actriz y cantan- en 1947 con las obras “Las 3 perfectas casadas”, de Alejandro
te, la portorriqueña recorrió el mundo gracias a sus filmaciones Casona y “Estos muchachos de 50 años”, de Carlos Cariola.
en México, Argentina, Cuba, y España, donde sería dirigida por Dos funciones en un día, algo normal en las obras que pre-
Luis Buñuel. A su llegada a Melipilla traía en su historial 18 pe- sentaban para públicos como el melipillano, que no llenaba
lículas, una orquesta, tres comediantes mexicanos que sucedían dos veces el Serrano para ver la misma pieza. Es más, un día
a su presentación y una fama que, con musicales como “La Cor- antes de aquella nueva visita de Flores, la compañía de teatro
te del Faraón” (1943) y “La Pícara Susana” (1944), la ponían en de Gabriel Cruz había puesto en escena, con Isabel Sandoval,
lo más alto del espectáculo latino. la comedia “Modas”.
Fuera de las estrellas a escala internacional, ésta sería una Sumado a lo anterior, el esfuerzo integrador de Pedro Agui-
década en que compañías de teatro procedentes de Santiago rre Cerda para vincular a la ciudadanía con el arte, tuvo varias
asistirían con regularidad, lo que obedecía a un interés estatal extensiones y una de ellas tocó a Melipilla. Se trataba de los tea-
y a lógicas comerciales, debido a la fuerte competencia que en- tros móviles. Creados en 1942 por iniciativa de la Dirección Na-
frentaba el teatro con el cine sonoro en Santiago. Como conse- cional de Teatro, reflotaron la vieja usanza de montar obras en
cuencia, los elencos salieron de giras por ciudades y provincias, carpas, fundamentalmente de dramaturgos chilenos. Cosa ex-
permitiendo a localidades pequeñas descubrir el trabajo de ar-
tistas capitalinos y el acceso a una manifestación del arte con 175 Al respecto: Valjalo, David, “Se levanta el telón” en Literatura Chilena, creación y
crítica, Vol. 10, núms. 2 y 3, 1987, pp. 2-3. Cabe agregar que Flores se había convertido
rasgos crecientes de consolidación nacional. en el principal artífice del reflote de un teatro chileno decaído por la mediocridad de
sus obras, su pasmosa respuesta a los lenguajes del cine, la crisis heredada de los años
En este sentido, la ciudad de Melipilla fue afortunada al reci- 30, y por una lógica de trabajo que dio prioridad a los simplismos escénicos. Fue una
bir figuras como la de Alejandro Flores. Considerado el primer bisagra cronológica en el cambio de un viejo a un nuevo teatro, principalmente uni-
versitario –en 1941 se fundó el Teatro Experimental de la Universidad de Chile y en
y máximo representante del teatro profesional en la historia de 1943 el Teatro de Ensayo de la Universidad Católica–, que dominaría la escena teatral
nacional en las siguientes décadas.
176 Escudero, Alfonso, Apuntes sobre el Teatro en Chile, 2ª ed., Santiago de Chile,
Editorial Salesiana, 1967, p. 55.

130 131
traña en Melipilla, tomando en cuenta la existencia de recintos Prócer del género en Chile fue Eduardo de Calixto en 1939
para ello. Igualmente el teatro móvil número uno –eran cuatro con “¡Hogar, dulce hogar!”, en un equipo donde Marina Ba-
que giraban por el país177– elevó sus mástiles para dar cabida a rrientos, Toya Pinto, Arturo Moya Grau y otros trece integran-
galerías, luces, entablado y funciones. tes prestaban sus voces y capacidades actorales para dar vida
Lo hizo en dos ocasiones en calle Arza con Silva Chávez, que al día a día en la pensión de don Celedonio. El éxito de este
para ese entonces todavía era un territorio periférico conoci- nuevo formato de historias fue un batacazo. No era necesario
do como Los Cruceros, primeramente con funciones el 23 y 24 saber leer, llegaba a miles de personas y las historias captaban
de diciembre de 1948, con Maruja Ravanal actuando en la obra la total atención de una audiencia que a la hora de almuerzo
de Antonio Acevedo Hernández, “Árbol Viejo”, y la compañía aguzaba el oído para conocer las novedades de un nuevo epi-
de comedias, sainetes y variedades de Blanca Arce y Romilio sodio. Los temas eran los mismos de folletines y novelas por
Romo. Dramas y risas en una noche. Y al final: fiesta. Sí, tras entrega que se vendían por la época y estaban relacionados
el cierre había baile en la carpa, como parte del programa. La con dramas protagonizados por mujeres engañadas, madres
segunda visita fue en 1950 con la llegada del entoldado en cuyo sufrientes, hijos robados o perdidos, locura, ceguera, trampas,
interior la compañía de Orlando Castillo –reconocido actor có- mundos donde se encontraban ricos y pobres, donde se en-
mico, que había hecho en Melipilla ya varias funciones anterior- frentaban buenos y malos. También eran leitmotiv de los ra-
mente– interpretó “Honrarás a tu Madre”. dioteatros el amor, la conquista, el humor, las anécdotas de
la vida diaria, en narraciones muy similares a las que luego
El inicio del radioteatro popularizarían las telenovelas.
Como era de esperar, el radioteatro creció y a “¡Hogar, dulce
Para 1940, la radio en Chile se había convertido en el principal hogar!” se le sumaron otras como “El Derecho de Nacer”, “Resi-
entretenimiento mediático del país. Su crecimiento fue expo- dencial La Pichanga”, “Radiotanda”; y las más terroríficas “El Doc-
nencial y la cantidad de emisoras rozaba la centena. Era el infor- tor Mortis” y “La Tercera Oreja”. El éxito inmediato llevó a que
mador de cada día, la tribuna de los políticos, el auditorio para estas series se convirtieran prácticamente en cadenas nacionales y
artistas y la mayor fuente de música para las masas. Y todo esto los actores y actrices se presentaran en persona en teatros de San-
lo había demostrado con creces, a la vez que se transformó en tiago y de provincias. Pero no lo harían en cualquier fecha. En sus
un caudal de entretenimiento cotidiano gracias al nacimiento giras por el país pondrían en escena el último capítulo de la tem-
del radioteatro178. porada, convirtiendo esos espectáculos en sucesos de un impacto
muy superior al del teatro tradicional. Y así sucedió en Melipilla.
177 Al respecto: Revista Apuntes # 91, Escuela de Teatro Pontificia Universidad
Católica de Chile. Nov. 1983. Arturo (coord.), La radio en Iberoamérica. Evolución, diagnóstico y prospectiva, Zamo-
178 Sobre el radioteatro revísese: Pastene, Margarita, “La Radio en Chile” en Merayo, ra, España, Comunicación Social Ediciones y Publicaciones, 2007, pp. 120-121.

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La primera estrella del radioteatro en hacerse presente en (5 de mayo), luego con “Almas en sombras” (11 de febrero de
la ciudad de los cuatro diablos fue Luchita Botto. Estandarte 1948), “Almas sin Dios” (26 de mayo de 1950) y “La Moral de
del género en Valparaíso, extendió luego su trabajo a Santiago los Hombres” (16 de abril de 1951). Claro que esta vez El Labra-
y de ahí al resto del país. En función de especial y noche del dor presentaría a esta última creación como “La Gran obra de
13 de octubre de 1946, presentó “El eterno perdón”, original de Arturo Moya Grau”181.
Arturo Moya Grau179, otra figura del radioteatro y que también Tras la irrupción inicial de Luchita Botto, y a pesar de la
era su esposo. La crítica de El Labrador fue tan lapidaria como crítica, el éxito de las jornadas radioteatrales fue total. Otra de
interesante, pues ponía en evidencia la mirada sobre el arte de las figuras señeras del formato, Doroteo Martí, se hizo presente
un sector importante de la sociedad local. con su compañía para representar “El calvario de una madre
o La Dama de negro” (29 de agosto de 1948) y sumó un nuevo
Ay, ante ciertos absurdos no sabemos, a veces, qué cuadra más: espectáculo a otro de larga historia en Melipilla: los shows de
si una lástima infinita, un estallido de indignación o una franca car- variedades, en que actores radiales se hacían presentes y se su-
cajada. Si Moya Grau, fuese un dramaturgo que poseyera ya todos cedían en el proscenio.
los recursos de la composición y lograra emplearlos con acierto, di- ¿Era del gusto de todos el radioteatro? De una gran mayoría
ríamos que esa parte de la obra le resultaba muy fuerte. Así lo sintió sí, pero de una manera importante en localidades como Melipi-
el público, que después de haber aplaudido a los actores al principio lla no. Luis Pradenas lo explica señalando que si bien “se con-
de la obra, se mostró frío y decepcionado. vierte en la forma teatral de mayor difusión y sin duda la más
No podía ocurrir otra cosa ante aquel contrasentido inaudito, popular, es desdeñado por la crítica y los intelectuales, como un
ese término escandaloso del drama de Moya Grau, tan ajeno a los arte inferior, de mal gusto, ordinario, ‘populachero’, ‘rasca’”182.
principios en que pretendió basar la obra y tan lejos de los objetivos Y algo de ello se plasma con una pausa en 1946 de manera
educadores que debe tener toda composición teatral, si desea llenar significativa para Melipilla. Fue un año clave, porque el ca-
una finalidad estética y contribuir, indirectamente, al mejoramiento mino que había tomado el Teatro Serrano tuvo un punto de
de la sociedad180. inflexión entre una cultura que podríamos denominar popu-
lar y una que anhelaba otro tipo de manifestaciones, vehicu-
A pesar del duro juicio, la compañía de Luchita Botto y lizada por sectores conservadores y aristocráticos. Estos últi-
Moya Grau volvería en 1948 con “El Noveno Mandamiento” mos esperaban un poco más de refinación en los espectáculos,
normas de comportamiento cuidadas183 y un desarrollo más
179 No es baladí la comparación entre el radioteatro y las telenovelas, lo que se com-
prueba en que Arturo Moya Grau, figura central de los radioteatros se convirtió en
el principal guionista y director de teleseries en los años setenta y ochenta. Aún se 181 El Labrador, 15 de abril de 1951.
recuerda su más sonado éxito en televisión: “La Madrastra”. 182 Op. cit. Pradenas, p. 314.
180 El Labrador, 20 de octubre de 1946. 183 Desde el Ejecutivo hubo una preocupación por el espacio y el comportamiento

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acorde a las bellas artes europeas, en vez de aquellas que veían porque como las salas con que cuenta son reducidas en tamaño no
en el cine o en los radioteatros. puede hacerse partícipe a toda la sociedad de Melipilla en cada vez.
Esta inquietud no sobrevino de un día para otro. Se venía Además si alguien tiene especial interés de asistir a estas veladas de
arrastrando desde comienzos de la década de 1940 y llevó en arte cultural puede escribir a “Circulo de Divulgación Cultural”, Ca-
1943 a crear un grupo privado llamado Círculo de Divulga- silla 53, Melipilla184.
ción Cultural, cuya duración no fue prolongada, pero que en
sus principios estableció una clara visión del arte y los aspectos Tres años más tarde, en marzo de 1946, un grupo de vecinos
culturales que poseía la aristocracia local. patrocinados por el municipio se embarcó en la idea de tener
conciertos de música clásica, interpretada por importantes mú-
Hemos tenido conocimiento que se han dado los pasos para dar sicos seleccionados en Santiago. La primera fecha fue el turno
por fundado un círculo, reducido en principio, para mantener un del violoncello con Rolando Valenzuela, quien interpretó en
movimiento intelectual, artístico y cultural en nuestra ciudad. Va- el Teatro Serrano creaciones de Haydn, Bach y Mozart, entre
liéndose de las relaciones que con elementos artísticos, de la capital, otros. “Músicos de renombre universal y consagrados como los
tienen varias de las personas que forman la nueva entidad, quieren maestros en ese bello arte de sutil y superior belleza, en ese arte
hacer llegar hasta Melipilla los beneficios de un arte mayor, o su- que llega a todos para embargar cerebro y corazón” expresó El
perior, que al mismo tiempo que deleite haga obra cultural entre el Labrador185 los días previos a la primera cita musical.
elemento joven melipillense y de agrado entre los aficionados. La segunda fecha cambió de escenario. La razón estuvo
Si esto no tiene mayores tropiezos, desde muy luego y tal vez el en que la concurrencia no ameritaba un espacio tan grande,
próximo domingo 21 del pte, se dará la primera velada de arte. Las y que el cariz de los organizadores para con el ciclo era de un
veladas en sí, serán de un carácter casi familiar y para empezar se ambiente menos rústico que el Serrano y más selecto, consi-
darán, hasta cuando ya la labor sea conocida, en salas de casas par- derando la gratuidad de la cita. Para esta jornada, la invita-
ticulares y de preferencia los domingos a las 6 de la tarde. da fue Olga Fariña. En el salón municipal, dispuesto para 230
Para asistir a ellas no se requiere otra cosa que recibir una sim- personas, la cantante lírica deleitó a un público integrado por
ple invitación, que no pasarán de cincuenta cada vez. Se tratará de las familias más importantes de la comuna, en dependencias
ir renovando el auditorio asistente a cada concierto, recital o velada, edilicias adornadas con dalias rojas, jarrones y cubiertas de
una atmósfera distinta.
de la gente en estos lugares de entretención. En 1946 se publicó el Decreto 1.580 so- La tercera y última jornada no cambió de locación, per-
bre el Reglamento Sanitario para el Control de Teatros. Así, el Artículo 4 indica: “En
ningún caso la capacidad cúbica de los locales destinados a espectáculos será menos
maneció en la casa consistorial, pero exigió la compra de una
de tres metros cúbicos por espectador. Para medir el volumen del local, la altura máx-
ima que puede considerarse corresponderá a cuatro metros en cada localidad. Queda 184 El Labrador, 17 de marzo de 1943.
estrictamente prohibida la asistencia de personas de pie”. 185 El Labrador, 24 de marzo de 1946.

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entrada para oír al pianista polaco Tadeusz Gorecki, quien se por el Grupo de Amigos del Cuadro, quienes servían como red
encontraba en una gira internacional y se anunciaba como una y críticos de su trabajo.
estrella de nivel universal. En consecuencia, las familias y per- Afincado en dicha escuela construida en 1940 y con un sa-
sonas más potentadas de la ciudad acudieron a la velada y la lón de actos con escenario, el Cuadro Artístico redebutó con la
prensa así lo haría saber al dar a conocer en los días previos los obra escrita por Armando Moock, “Natacha”, en que la direc-
nombres de quienes habían adquirido sus boletos, entre los que tora Isaura Abrigo interpretaba el papel de Georgina, Graciela
se contaba a José Errázuriz, Rosa Arab, Ascanio Tagle, Fran- Valenzuela el de Natacha y Ada Casanova a Rosa. La crítica po-
cisco Werchez, Eladio Romanini y a las familias Ariztía Ruiz, sitiva al montaje local por parte de la prensa alcanzó también
González Vial y Lamarca Barros186. para alabar los números de variedades que, al igual que siem-
En resumen, fueron tres fechas disímiles: la primera en el pre, acompañaban cada obra.
Serrano y gratis; la segunda en el municipio y también sin cos- Bendecida con una buena impresión, Isaura Abrigo realizó
to; la tercera en dependencias edilicias pero pagada. Esta fue la una tarea en materia cultural que la llevó a escribir notas sobre
breve trayectoria de un ciclo que no prosperó, como tampoco el el tema en el periódico El Labrador y a formar parte de un na-
museo de corte aristocrático que se proyectaba y que justamente ciente grupo cultural que en 1948 se comprometía a publicar
para 1946 el municipio daba como un hecho. La inoperancia una revista titulada “Ambiente”. A esa altura, su Cuadro Artísti-
municipal y el fatuo intento del Círculo de Divulgación Cultu- co brindaba funciones permanentes y fue un ejemplo de que en
ral no fueron los únicos esfuerzos de coordinación cultural de Melipilla era posible tener esperanza en el uso de sus espacios
la élite melipillana, aunque sí los más breves. con teatro local.
Como ya se mencionó, al Conservatorio de Música, cuya Lo que no lució nada auspicioso hacia finales de los cuaren-
labor docente era permanente entre los meses de marzo a di- tas fue el cúmulo de tragedias administrativas que cruzaron al
ciembre, se le sumó el Cuadro Artístico de la Escuela N° 11. Teatro Serrano. Cabe decir que a lo largo de esta década pasaron
Bajo la guía de Marcos Bataller reclutó a personas interesadas cuatro concesionarios a su mando: el ya conocido Francione,
en formar parte de un elenco y llevar a escena obras dramáticas, luego la sociedad Selman y Varcellino, ocupándolo primera-
especialmente de Armando Moock y que, tras una pausa, conti- mente Selman en exclusiva para después dar paso a Varcellino
nuó de la mano de las profesoras Isaura Abrigo, Graciela Valen- Hermanos, y ya en 1950 le tocó a Hugo Stagno.
zuela y Elsa Segura. Su misión era presentar obras teatrales con Si el primero padeció la animadversión por su filiación polí-
el afán de satisfacer el interés de miembros de la comunidad y tica, los segundos –a pesar de lo dificultoso que resultó el proce-
siempre dar una mano a beneficios escolares. Se hicieron apoyar so de concesión– manejaron con éxito la sociedad. Sin embargo
ésta se dividió y, a poco andar, Selman recibió críticas porque
186 El Labrador, 25 de octubre de 1946. las entradas eran muy caras, porque las películas no se oían y

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porque cualquier infortunio gatillaba el zapateo de los asisten- otra salida que demandar al municipio. En este escenario, se
tes a galería, haciendo menos feliz la experiencia, que para 1948 llegó a un juicio que el alcalde no pudo resolver, pues la en-
se transformaría en pesadilla: el teatro sería embargado. tidad edilicia no contaba con recursos para hacerlo. Así, el 6
Sin la fachada remodelada y habiendo pasado ya quince de julio de 1948 el Teatro Serrano fue embargado por primera
años de su construcción, el Teatro Serrano fue en 1948 la mone- vez. Para suerte del concesionario Selman, el asunto se resolvió
da de cambio para un conflicto en el que no tenía nada que ver. luego, comprometiéndose el municipio a pagar debidamente
Ocurrió que las tarifas por la energía eléctrica en Melipilla ge- por lo que pudo seguir trabajando en el recinto, aunque no por
neraban el reclamo de toda la comunidad, tanto del municipio mucho, ya que a fin de ese año concluía la concesión y había que
como de los vecinos. El diputado radical Raúl Bráñez propuso licitar la administración del teatro una vez más.
expropiar a la empresa solicitando un préstamo, pero esta idea Varcellino propuso mejor porcentaje de rentas para el mu-
fue desestimada por las autoridades locales comandadas por el nicipio, anticipó $600.000 pesos en cheques de $100.000 pe-
alcalde Roberto Bravo y el recientemente creado Comité Pro sos mensuales, que serían destinados por el municipio para la
Rebaja de Tarifas, quienes se reunieron con el presidente de la confección, de una vez por todas, de la fachada del Serrano. A
República, Gabriel González Videla, para plantear sus proble- medida que avanzaba el tiempo y Varcellino hacía funcionar de
mas y comentarle que nadie en Melipilla pagaría las cuentas de buena forma el teatro, pagando un arriendo de $12.000 pesos
la luz si la empresa no aligeraba sus cobros. mensuales, temía que le cobraran los cheques y pidió a las au-
González Videla los recibió y dio todo su apoyo. Ordenó toridades no hacerlo. Pero como éstas necesitaban el dinero y
derogar los decretos de las alzas y creó una comisión para estu- estaban en su derecho de hacerlo, los cobraron. Como resulta-
diar el pliego de tarifas de la Empresa Eléctrica de Melipilla y El do, Varcellino huyó del país antes que lo apresaran por entregar
Monte. Sin embargo, a la comunidad no le gustó la composición cheques sin fondo. ¿Un empresario del espectáculo sin fondos
de dicha comisión y el domingo 23 de mayo de 1948 se concen- había tomado la concesión del principal recinto melipillano?
tró en el Teatro Serrano para manifestar su más firme rechazo. Así fue, aunque tampoco había mucho donde elegir y, desde
Estaban indignados y lo estarían más con los días, cuando la luego, las autoridades locales habían pecado de ingenuas.
empresa bajó el switch y simplemente cortó la luz. A fines de 1949, y buscando no tropezar de nuevo con la mis-
Y la situación no mejoraría. El empresario escribió una car- ma piedra, se abrieron nuevamente las propuestas de arriendo
ta en El Mercurio donde explicaba que las tarifas, consideradas del teatro, recibiendo cuatro solicitudes. El ganador fue Hugo
excesivas por los habitantes y autoridades de Melipilla, “fueron Stagno del Orto, quien según la prensa local estaba “animado
aprobadas por el Supremo Gobierno”187 y que no le quedaba de los mejores propósitos de dotar el teatro de un buen equipo,
un telón moderno, calefacción para el invierno, arreglo de los
187 El Mercurio, 28 de mayo de 1948. camarines y se propone también mejorar los espectáculos ofre-

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ciendo constantemente películas de estreno”188. Efectivamente pasó alguna vez por Melipilla. Se instaló en primera fila y con-
mejoró la cartelera cinematográfica, aunque como casi todos templó embelesado la magia que rodeaba sus figuras de impe-
no alcanzó a completar su período, pues no enteró siquiera dos cable negro y camisas blancas. Era su propio regalo de Navidad
años al mando de la sala. A él le sucedió Mariano Pérez, en 1951, y la chispa que inició una carrera musical prolífica, llevándolo
quien entendía que no debía apostar al teatro si quería mante- a crear el Trío Fantasía y más tarde Las Guitarras Viajeras, que
ner a flote una embarcación precaria. Pero tampoco pudo, y a alcanzarían reconocimiento nacional en la compañía del mítico
fines de ese año se aprobó el traspaso del contrato de arrenda- cantante Ramón Aguilera. Esa jornada traería más emociones
miento a la firma Moser y Maucher Ltda. La era de esta sociedad para Sagredo.
comenzaría en un Melipilla distinto.
Primero dieron una película y después salieron ellos. Yo saqué
En el teatro, por el teatro: 1950 - 1956 aposentadurías para primera fila y aproveché que en la primera
función salieron y se quedaron en el hall del teatro. Me quedé afuera
Cuando era niño, siempre escuchaba al trío Los Panchos en una esperándolos y me acerqué a ellos. Ellos me dijeron “oye tú nos pue-
radio pequeña que era de mi papá. Siendo muy niño le decía que así des llevar a una parte donde poder cenar un poquito porque tenemos
me gustaría tocar. No sabía de qué nacionalidad eran, no tenía noti- otra actuación luego”. Dando la vuelta por calle Vargas, como a 30
cias de ellos. Me puse a investigar y vi que eran mexicanos. Después metros, estaba el Club Social Diego Portales. Era famoso y enorme,
empezaron a editar discos en 78189 de acetato, no había cassettes en tenía tres patios hacia adentro. Ahí llegué con ellos y les pregunté si
ese entonces. Ahí había gente que tenía victrola. Yo me conseguía acaso alguna vez podría llegar a tocar como ellos. Me preguntaron si
una y escuchaba la canción “Contigo”. Después fui sabiendo más sabía tocar y les respondí que sí, pero muy poco, lo elemental, lo que
de ellos y los veía en películas, filmaron no sé cuantas. Y ellos eran captaba a mi edad y practicaba con unos primos. Alfredo Gil, pun-
invitados principales en los largometrajes de México. Y yo me dije teador de Los Panchos, me hizo estirar los brazos frente a él con las
algún día los voy a llegar a conocer. manos estiradas, como aplaudiendo, y me dijo “ah, todas las personas
que tienen talento tienen el dedo gordo hacia atrás, curvado. Tú vas
El 19 de diciembre de 1951 nunca se borró de la memoria a ser un muy buen guitarrista”. Yo me reía nomás, decía que estaban
de Roberto Sagredo. Tenía 13 años y en doble función vio la bromeando, pero estaba feliz. Me regalaron una moneda y me com-
presentación de la agrupación musical de más renombre que praron una bebida. Esperé que cenaran, me vine a la calle y entré a la
segunda función. Mi papá casi me pegó en la casa porque llegué tarde.

188 El Labrador, 6 de noviembre de 1949. Fue un sueño tan real y nunca pensé que iba a poder a llegar a tocar
189 Discos de 78 revoluciones por minuto (RPM), formato estándar que les permitía tan bien como ellos. Y dije voy a seguir esta línea. Después yo formé a
girar sin cambios de velocidad. Medían entre 10 y 12 pulgadas y fueron los discos que
más se usaron entre 1930 y 1950. dos amigos más e hicimos el Trío Fantasía, luego el Cuarteto Fantasía.

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Con el pasar de los años no solamente sería el puntal de gru- una obra de teatro. Eso fue lo que gatilló mi curiosidad y me vi en
pos musicales, sino un verdadero impulsor de la guitarra en la la tarea de hinchar a mis padres a que me enviaran a Santiago a ver
ciudad190 y uno de los precursores y protagonistas del festival teatro. Yo veía mucho cine con ellos, biógrafo se decía, en el Teatro
más importante realizado en los teatros en Melipilla, pero para Serrano que quedaba a dos cuadras de nosotros que vivíamos en
eso aún faltaría tiempo. San Agustín 298.
Unos años menor que Sagredo, y sólo dos semanas antes de
este mítico encuentro con el trío de boleros Los Panchos, otro Con sus padres acudía todas las noches al cine y en este
niño viviría una gran emoción propia de aquellos tiempos. Fue constante ir se fue nutriendo de lo que veía, pero con su mente
en la Fiesta de la Primavera, cuando la tradicional celebración de 8 y 9 años no entendía cómo los sujetos salían de la pantalla
organizada ese año por el Cuerpo de Bomberos, y liderada por y aparecían en el escenario en carne y hueso, hasta que en una
su comandante Oscar Núñez, bullía con competencias depor- función de Rigoletto en Santiago lo entendió y se encantó con
tivas, festejos en el teatro, corsos, carros alegóricos adornados, las artes escénicas. Era ese un Melipilla que, en el recuerdo de
obras de beneficencia, música en la Plaza de Armas, murgas y Núñez, luce como un apacible poblado en que la única “entre-
comparsas, y el juego del mejor disfraz infantil en que un mu- tención era ir a dar una vuelta a la plaza y conversar, y para los
chacho de 8 años sacó el segundo lugar. Su nombre: Ramón más osados llegar hasta la estación de ferrocarriles a ver pasar el
Núñez Villarroel, el mismo que años después se transformaría tren a Cartagena”. En ese marco de niñez, cuenta que:
en primera figura del teatro nacional y, décadas más tarde, en
Premio Nacional de Arte, mención teatro191. El Teatro Serrano era un centro cultural, se hacían beneficios, se
Núñez era hijo del ambiente de las tablas que de mane- hacían sketches, se traían compañías de Santiago, se hacía la velada
ra amateur se había cultivado incipientemente desde los años bufa, que era algo muy impresionante. En una oportunidad mi her-
veinte en el pueblo melipillano. mano fue elegido rey feo. Lo que se presentó ahí, entre muchas otras
cosas, fue algo que era considerado el espectáculo más exitoso de la
A mi padre le gustaba mucho el teatro y yo crecí en un medio radiotelefonía chilena. En vivo y en directo un episodio de “Radio-
donde se hablaba mucho de teatro, se hablaba de chascarros, cuen- tanda”, con Adolfo Yankilevich, Sergio Silva, Petronio Romo y, por
tos, anécdotas, historias divertidas de cuando mi abuela iba con la supuesto, que la Anita González.
empleada con canasto con “sanguches” y empanadas para que no les
diera fatiga con tanta comedia. Se demoraban un año en levantar Aparte del rubor que produjo en Ramón Núñez que su her-
mano intercambiara jocosas palabras con Anita González, en
190 Al respecto revísese el artículo: Cabrera, Valeska “Historia de la Guitarra Clásica pleno escenario de la velada bufa de la Fiesta de la Primavera
en Melipilla” I y II en Tribuna Pública, Año VI, núm. 66 y 67, marzo y abril, 2011.
191 Galardón obtenido el año 2010. de 1952, su presencia le dejó el pasmado goce de observar a la

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voz del programa “La Familia Chilena” de Radio del Pacífico, mucha separación entre una clase y otra. En ese tiempo todavía es-
que escuchaba por horas en el receptor a tubo del dormitorio de taban los españoles, eran la gente superior, las familias superiores y
sus padres. Sin embargo, no todo acabaría allí, la vida le daría la siempre estaban separados de los demás. Entonces uno se encontraba
oportunidad de trabajar por años con ella. con que estaba sin libertad social, económica, de trabajo, era bastan-
Pero el inicio de los 50 traería otra novedad y ésta fue ya no te problemático el asunto para la gente joven que estaba creciendo
una a largo plazo, sino una concreta que ponía en rodaje un joven y desarrollándose, pero esas cosas fueron cambiando poco a poco.
periodista lleno de inquietudes llamado Víctor Marín Calquín.
Casado con la docente Latifeh Musri, abrazaba la ensoñación de Herederos de un proceso de acumulación en torno al interés
dotar a la ciudad de un quehacer artístico-cultural permanente y en las artes, la cultura y las humanidades; jóvenes llenos de espí-
realizado por sus propios esfuerzos, sin esperar ni tiempo ni otras ritu emprendedor y con profundo apego a su tierra, el grupo de
voluntades. Así, tras un período de maduración que incluyó la voluntades comandadas por Marín Calquín se inició con cinco
búsqueda de profesores para los talleres que tenía en mente, na- academias: cerámica, literatura, teatro, artes plásticas y danza.
ció el Ateneo Juan Francisco González un domingo 27 de agosto Era un esfuerzo nunca antes visto al interior de la comunidad
de 1952192. Latifeh Musri recuerda ese momento inicial: e inauguraba derechamente el trabajo de una generación que,
habiendo recibido aprendizajes y conocimientos en institucio-
El día domingo nos reunimos por lo menos 40 jóvenes de ese nes de educación superior o técnica, intentaba volcar el conoci-
tiempo, fue una tarde muy especial, hacía un poco de frío, corría miento en su tierra.
un viento muy agradable, muy especial, éramos todos muy jóvenes En este período el teatro como disciplina jugaba gran valor.
de unos 18, 20, 24, 25 años. Y nos reunimos porque Melipilla estaba La academia de teatro, como llamaban al grupo dedicado a las
muy fuera del quehacer artístico, no había prácticamente reuniones artes escénicas, tuvo por primera misión el ensayo de las peque-
de ningún tipo y Víctor empezó a unir a la gente, porque él conocía ñas piezas “Aceite”, de Eugene O’neill y “La Fablilla del Secreto
a todos los melipillanos y conoció todo su pueblo centímetro a cen- Bien Guardado”, de Alejandro Casona. Mas no se debe creer que
tímetro, así que conversaba con los jóvenes y los invitaba. Por esos el Teatro Serrano fue su centro de operaciones. El lugar de los
años había llegado el Liceo, que cayó como tirado del cielo, porque en ensayos estuvo primero en la Escuela Parroquial. Pero el éxito
ese entonces había sólo para la preparatoria y las mujeres nos quedá- del Ateneo fue inmediato y ya para 1953 sumaban 66 socios y
bamos acá en el pueblo, porque los padres enviaban solamente a sus habían cambiado su sede, haciendo del salón de actos de la Es-
hijos a Santiago a estudiar. Era una época muy triste porque había cuela Superior de Hombres N°1 su lugar de ensayo y presenta-
ción, especialmente teatral193.
192 Su primer directorio estuvo constituido por Víctor Marín, presidente; Carmen
Guzmán, vicepresidenta; Latifeh Musri, secretaria, Ariela Barría, tesorera; Rubén Val- 193 El director de la escuela, Hernán Brevis, fue quien facilitó el espacio, permitién-
dés, director. doles usar el salón todos los días de la semana, y en forma gratuita, después de las 18

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Tanto era el fervor de la ciudadanía melipillana por el tea- Larenas hace referencia al salón de la Escuela 1, que les
tro en esos años, que para el domingo 9 de agosto de 1953 el sirvió para canalizar un entusiasmo presente en la ciudad que
Ateneo presentaba su primera obra: “El traidor”, de Santiago hallaba su motivo en “ver un espectáculo no chabacano. Con
del Campo. El director del montaje era Archibaldo Larenas, por las obras que montamos y que llevamos afloró el entusiasmo y
ese entonces estudiante del Teatro Experimental de la Universi- el Ateneo se convirtió en una muchedumbre. Teníamos mucho
dad de Chile, profesor de mecánica de la Escuela Industrial de interés por participar”. Como era habitual, la noche en que el
Melipilla y figura clave en la ciudad, al hacerse cargo en forma Ateneo debutó con su obra, hubo además un cantante de ópe-
permanente de la academia teatral ateneísta. Los protagonistas ra, recitadores, piano, ballet, danzas y coro, dado que aún no se
de la representación fueron Germán Morales como el prefecto, estilaba ni acostumbraba presentar únicamente una disciplina
Enrique Inostroza como el secretario y Víctor Marín en el papel o acto por velada. Un ejemplo de esto era que ni Los Panchos se
del presidente. habían presentado sin ser acompañados de una cinta. Y menos
Archibaldo Larenas recuerda así esta época: lo iba a hacer el Ateneo, que tendría tanto en la Escuela 1 como
en el Teatro Serrano jornadas memorables, aunque este último
Un día empezamos a conversar con Víctor Marín y me dijo que por esos días era foco de críticas de los vecinos.
él estaba estructurando el Ateneo, porque hay que decir que fue él Estas apuntaban a que en invierno hacía mucho frío y los
quien lo creó, el motor (…) ya no hay personas así como él, dedi- calefactores no daban abasto, y en verano el calor requería de
cadas a la cultura. Yo le dije que me encantaría hacer un taller de ventiladores. Además, la queja apuntaba a la abundancia de
teatro. “Y bueno, hagámoslo”, me respondió. Y lo hicimos. En total insectos que molestaban y dejaban ronchas en las piernas de
hice cuatro obras con el Ateneo. Le propuse que la primera fuera una los espectadores. “Creemos que será necesario ir de una vez al
obra de dos actores. A él le encantaba ser actor y no era malo, era cambio de piso para rellenar toda la platea, poner una capa de
bueno, lo malo es que seseaba un poco, pero qué más le puedes pedir. concreto y sobre ella parquet”194.
Entonces agarramos una obra de un acto de Santiago del Campo Efectivamente, para esta fecha el Serrano buscaba mejorar
y la montamos en el teatro de la Escuela 1. Eran dos personajes e y, de hecho, estaba en un estado más cuidado que antes. Conta-
introduje un tercer personaje. Causó un impacto grande ¡Vaya que ba con luz alterna, otorgando mayor brillo a sus proyecciones
les gustó la obra! Y yo que la encontraba aburrida. Empezamos con y funcionaba sin problemas. Elso del Carmen Contreras inició
obras que no importaba que fueran aburridas, porque las hacíamos su trabajo en el teatro en 1953. “La calidad era buena, sí las
como parte de un estudio que después empezó a redondearse. Los butacas eran bien tapizadas, limpias, blanditas, cómodas, bien
chiquillos se empezaron a entusiasmar y se consiguieron la sala. cómodas”, rememora sobre un tiempo en que si bien el recinto

horas. 194 El Labrador, 1 de julio de 1953.

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no estaba abierto para la naciente expresión artística local, sí cómicos Manolo González, Juan Jones, Ricardo Azúa, el Dúo
lo estaba para alojar con más periodicidad que sus anteriores a Rey Silva, Shenda Román, Magali del Río, Marta Pizarro, Pepe
sonados espectáculos santiaguinos. Olivares, Guido Orellana, Lucho Gatica, Gaby Ramos, Gabriel
Moser y Maucher lo sabían. Sólo en 1952 acogieron a Malú Araya, Carlos Corci, Olga Villanueva, Mario Aguilera, los cua-
Gatica, por ese entonces máxima estrella del cine nacional, que les para la época eran la crème de los artistas de radio. Cuenta
con su voz y acompañada de guitarristas encandiló a los melipi- Elso Contreras:
llanos. La mayor figura femenina en la historia del cine nacio-
nal, había filmado 13 películas entre Chile y México, y dos en el Realmente cuando venían en vivo y en directo la gente llenaba
mismísimo Hollywood. el teatro. No cabía la gente, quedaba afuera, se hacían tres o cuatro
Testigo presencial de la recaudación del recinto, dada funciones con los mismos personajes y como no había otra cosa, no
su condición de boletero, Contreras no guarda dudas sobre había ni radio acá, porque la radio Serrano salió después, a todos los
aquellos días: que venían les iba bien. El que venía en vivo y en directo le iba bien
y venían varias veces. Los Hermanos Campos con Guadalupe del
Con las películas se llenaba siempre. Los días sábado y domin- Carmen vinieron varias veces.
go sobretodo. Como yo trabajaba en la boletería me hice de har-
tos amigos. Aquí en Melipilla los ricachones eran muy amigos. Los “Ésta es la Fiesta Chilena”, de Radio Corporación; y “¡Ho-
Suárez, que eran cabros, me mandaban a reservar las entradas que gar, Dulce Hogar!”, de Radio del Pacífico, eran los programas
eran numeradas, las plateas. Entonces ahí yo tenía mi trabajo de radiales del momento y en sus pasos por Melipilla cosecharon
guardarle los mejores asientos. Era bonita entretención el teatro y no rotundos éxitos. El primero, ambientado en un rodeo con can-
había mucho más. Estaba el teatro y las quintas de baile, que habían tantes y grupos folklóricos, tenía un casi lógico éxito en la ciu-
dos nomás. En esa época estaba la quinta El Sauce y El Radical, ahí dad, sobretodo al poner en escena a cantantes como María Ubi-
había música, se bailaba toda la noche. lla, Ester Loyola, Alicia López, a los Hermanos Lagos, Ramón
Díaz, Lucho Souza y al Dúo Rey Silva.
Sin mayores entretenciones y con nuevos éxitos en una ra- En esas jornadas, Elso Contreras aprovechaba de acercarse a
diofonía cada vez más expansiva en términos de estaciones y de los músicos. Llevaba en sí el sueño de convertirse en un artista, re-
aparatos circulando, los eventos que traían a las figuras radiales correr escenarios y ser un gran folklorista. Como tal, era la opor-
literalmente reventaban el Serrano. En 1952, Maruja Ravanal, tunidad de tenerlos al frente y dialogar con ellos. Y así lo hizo:
la actriz y cantante melipillana fue responsable de un festival
humorístico y musical donde figuraban Hilda Sour, Arturo Las visitas de “Esta es La Fiesta Chilena” al llegar al teatro de-
Gatica, Gloria Montes, el Trío Monterrey, Elena Moreno, los jaban los instrumentos y salían a tocar porque llegaban casi siem-

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pre justo. En el intermedio ellos se iban a comer al Capri. Ahí yo pales radioteatros como “Residencial La Pichanga” puso en
les preguntaba cosas. El Hugo Lagos, de los hermanos Lagos, muy escena “Con el bautizo de la guagüita del Pa’tras P’adelante”.
conocido porque fue el primero en tocar Adiós al Séptimo de Línea, Moser y Maucher, concesionarios del teatro, habían demos-
me enseñó a tocar el arpa, a poner los dedos. trado un buen trabajo. Elso Contreras también lo cree. Al mirar
desde el año 1956 hacia atrás, el boletero opina que “sabían bas-
El deseo de Contreras se hizo realidad, logrando conver- tante del asunto, porque cuando estuvieron fue cuando mejor
tirse en un destacado arpista y luthier de dicho instrumen- estuvo Melipilla con el teatro, porque le gustaban las películas
to. Con su folklore recorrió el país decenas de veces, fuera que recién llegaban, los eventos en vivo”. Y también acogía de
en escenarios de teatros o salones, o en carpas de circo que buena manera las demandas del público por someter el espacio
iban desde el frío de Puerto Montt hasta el desierto del norte a arreglos. Arreglos pequeños y cosméticos ciertamente, pues
grande. tampoco eran magos ni mecenas y no iban a desembolsar lo que
Pero antes de sus periplos nacionales y cuando aún era un no les correspondía, dado que era el municipio el que debía tra-
joven que gustaba de su posición en la boletería, fue testigo del bajar en los arreglos mayores del inmueble.
éxito del radioteatro “¡Hogar, Dulce Hogar!”, que en 1955 ago- Lamentablemente la alcaldía no contaba con recursos. Eran
tó con días de antelación las aposentadurías. Anunciado como tan escasos los dineros del erario municipal, que hasta se debió
un “formidable acontecimiento artístico” el elenco dirigido por crear una comisión especial para poner pasto sobre la cancha
Eduardo de Calixto incluía a Marta Pizarro, Mario Rebolledo, del estadio municipal, que era poco más que un rectángulo
María Valdés, Marta Charlín, María Godoy, Elga Cristina y de tierra para 1956. En ese ambiente no dejó de ser extraña la
Blanca Arce. noticia titulada “¿Nuevo teatro en Melipilla?”, aparecida en El
El paso de figuras de la radio no se detendría ahí. En 1956 Labrador en cuyo texto se reseñaba: “Se nos informa que se es-
Melipilla vería a la otrora voz principal de Los Panchos, Raúl taría gestionando la instalación de un nuevo teatro en Melipilla,
Shaw Moreno, acompañado por su grupo Los Peregrinos, en el cual sería instalado en uno de los sitios centrales de Plaza
dos shows que tuvieron también el humor de Los Caporales de Armas, cual sería acondicionado para 500 butacas de platea
y la voz de Guadalupe del Carmen, estrella máxima de la can- únicamente, igual que los teatros modernos de la capital”195.
ción mexicana. Durante el mismo año también pasarían por la Sin más antecedentes, no extraña la motivación detrás de la
ciudad Los Hermanos Campos, Eduardo de Calixto y su com- noticia. Razones para esto habían varias. Iban desde el disgusto
pañía con la obra “Celedonio se Divorcia”, además del show de de una aristocracia aburrida con las costumbres bullangueras
“Ésta es la fiesta chilena” con el sainete “Hilario, alcalde Pichi y carentes de modales desplegadas en cada función del Teatro
pichi” y la música del popular dúo María Inés. Y en noviem-
bre, desde radio La Cooperativa Vitalicia, uno de los princi- 195 El Labrador, 12 de mayo de 1954.

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Serrano, a las que el “Paco” Marín entraba repartiendo palos La respuesta del público fue muy buena. El alcalde de ese tiem-
para calmar infructuosamente a una concurrencia que más se po, don Vicente Elgueta, que era un artista también, me envió una
entusiasmaba con las pullas, gritos y sobretodo en las peleas de carta felicitándome. Fue muy buena la obra, el teatro estaba total-
cachacascán, cuyo éxito parecía perenne. Claro, todo esto muy mente lleno, fue prácticamente todo Melipilla (…) Yo actué muchas
lejos de la ópera y la música docta que ansiaban ciertos sectores veces ahí, en algunas fiestas de la escuela, también del Liceo y luego
de la ciudad. con el Ateneo. Era un lugar ideal.
Por otro lado, existía el reclamo por una sala dedicada ex-
clusivamente al teatro. Esta necesidad quedó de manifiesto en En estas tareas, Larenas comprobaba que estaban haciendo
octubre de 1953 y mayo de 1955 con la visita del Teatro Expe- un trabajo con sentido para la gente y que no era complejo ge-
rimental de la Universidad de Chile. Primero, montando “La nerar un mayor vínculo entre el buen teatro hecho en la capital,
zapatera prodigiosa”, de Federico García Lorca, y luego con la con una ciudad pueblo a 70 kilómetros de distancia.
comedia “Las de Caín”. En esa primera ocasión la obra dirigida
por Julio Durán Cerda, tuvo un elenco de notables actores como A pesar que la locomoción no es como ahora, en una hora
Jorge Lillo, Shenda Román196, Kerry Keller197, Rubén Sotoconil, estaban allá. Todas las obras que el Teatro Experimental hacía en
María Maluenda198, Ester Chacón, María Inés Silva, Alfredo Ma- su área de extensión iban a parar a las provincias. En otra obra
riño, Orlando Rodríguez, Flavio Candia, Lira Mossó, Clara Bre- que llevé del Experimental venía Marés González y otros actores.
vis, María Castiglione, Claudia Paz y René Villegas. Todos ellos Todos muy buenos, hicieron una función de “Ya Nadie se Llama
piedras angulares de dicho teatro experimental. En la publicidad Deidana”, con trajes estupendos, con buena iluminación, era un
de aquellas funciones, ambas en el Serrano, se dejaba leer clara- goce para los ojos melipillanos que nunca veían esas cosas, la gente
mente la leyenda “El teatro experimental necesita sala propia”. quedó impactada. Había gente que nunca había visto teatro, teatro
Y no refiriéndose a Santiago, sino a Melipilla. Pero no lo iba a de esa calidad. Seguramente habían asistido a esas pasiones para
tener, por más consistencia que tuviera el trabajo que se ejecuta- viernes santo.
ba bajo el mando de Marín y Larenas, quien montó la comedia
“Cornudo, Apaleado y Contento”, de Alejandro Casona, en el De esos bellos recuerdos de un tiempo pasado, Larenas res-
Teatro Serrano. Sobre esta última, Latifeh Musri, recuerda que: cata también el entusiasmo de las personas que se involucraban
en el quehacer cultural y colaboraban para tener teatro en Me-
196 Shenda Román sería protagonista de cintas como “El Chacal de Nahueltoro” y lipilla. “La gente que se aglutinaba en esto eran gentes de traba-
“Tres Tristes Tigres”.
197 Fue una de las fundadoras del teatro experimental de la Universidad de Chile
jo. Me causó admiración un profesor de un pueblo aledaño que
junto a Rubén Sotoconil y María Maluenda. pintó toda la tarde un decorado gratis, porque sí, por ayudar,
198 Actriz de cine, deradioteatro, fue diputada por Santiago y embajadora de Chile
en Vietnam. para cooperar, porque su espíritu estaba lleno de esa ansiedad

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de salir de lo mediocre. Nunca voy a olvidar a ese profesor pri- de los desagües del canal Puangue, serpenteante red de regadío
mario, modesto”, y aunque rememora la buena voluntad de las que abastecía –y aún lo hace– a los cultivos del valle del Maipo.
autoridades con su trabajo, cuenta que el Serrano prácticamen- ¿Qué tenía que ver un canal con el teatro? Casi nada.
te nunca estuvo a su disposición: El problema se originó cuando una hectárea del predio El
Pino de Anatilde Silva de Ovalle se humedeció como conse-
El municipio tenía muy buena voluntad con nosotros, a pesar cuencia de la falta de muros en el curso de agua. La señora Ana-
de ser gente conservadora. Bueno, hasta el día de hoy son conserva- tilde, además de exteriorizar su molestia, exigía que se constru-
dores. El Teatro Serrano no siempre estaba dispuesto porque tenían yera un puente, un muro y se abovedara el canal en la extensión
contrato para pasar películas y no podíamos ensayar ahí. Solamente hacia su chacra, entre otras obras. Esto era una locura, puesto
se podía hacer un ensayo general, los ensayos previos los hacíamos que se debía cortar el agua por un tiempo prolongado y el mu-
en la Escuela 1 por la gracia del director de esa época. nicipio no tenía dinero para llevar a cabo tamaña faena. Si ya
cargaba con una deuda pronosticada de 10 millones de pesos,
Los vaivenes del Serrano menos estaba en condiciones de cancelar otros 7 millones que
repentinamente se le exigían.
En noviembre de 1954, la empresa Moser y Maucher Ltda. de- En esas circunstancias, Anatilde Silva de Ovalle pidió el em-
bía dejar la administración de un recinto al que ciertamente le bargo del Teatro Serrano y sus rentas de arrendamiento del año
había dado vida y, lo más sorprendente, es que sin mayores pro- 1956. El recinto salió a remate un año después, siendo adjudi-
blemas, lo que hasta ese momento era una grata novedad que no cado a los únicos postores: un grupo de vecinos y vecinas repre-
duraría mucho. Ocurrió que la Municipalidad nunca les avisó sentados por Ricardo Ariztía, quienes de su bolsillo lanzaron
a los concesionarios del fin de su contrato, requisito legal que un salvavidas al alcalde Adolfo Larraín y al municipio conserva-
debía cumplirse antes de caducar el período de cinco años. En dor que encabezaba. Sólo en 1958 la Municipalidad devolvió el
vez de hacer esto, la casa consistorial pidió –y con atraso– pro- monto a este grupo de buenas personas, readquiriendo el edifi-
puestas de arrendamiento, presentándose únicamente la firma cio por más de 9 millones de pesos. Con un panorama relativa-
Pérez y Sapag Ltda. mente claro, el Teatro Serrano quedó, finalmente, en manos de
Amparado en la ley de arrendamientos, el concesionario vi- Demetrio Pérez, un conocedor del negocio y a la época también
gente se molestó, entrando en el enémismo tira y afloja por el administrador del Teatro Cervantes del vecino puerto de San
teatro. La situación se pudo arreglar meses después y, por fin, Antonio.
el empresario de teatros Demetrio Pérez se instaló con camas y Con Pérez se iniciaba la última presencia de un afuerino a
petacas, justo para ser testigo presencial del remate del Teatro cargo del Serrano. Su carta de presentación era su recorrido en
Serrano. Sí, Melipilla sin teatro nuevamente y todo por culpa el rubro, la buena calidad del equipo sonoro, la promesa de pre-

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cios justos y dos preocupaciones de la sociedad melipillana: que llamaban El Rincón de los Cocheros (…) allí se ganaba la gallada
las instalaciones estuvieran en buen estado, y que las películas que iba con pareja porque no los veía nadie, se ponían a atracar ahí.
no fueran pasadas antes en teatros de barrio de Santiago, pues-
to que eso ya significaba que llegaban atrasadas y malgastadas. El ingreso de la juventud
Esto se cumplió hasta donde se pudo, pues Pérez se preocupó de
ataviar el edificio lo mejor posible, mas los años de funciona- Para fines del 50, Melipilla seguía siendo un pueblo de casas
miento se le notaban. de adobe, pequeño y bucólico. Su horario laboral se cortaba
Manuel Vera fue testigo de estos días de fines de la década entre mediodía y las tres de la tarde, y no volaba una mosca
de 1950. Ex alumno de la Escuela Parroquial, sin trabajo, llegó a en esa hora dedicada a la siesta. Todavía los equipos de músi-
sumarse al staff de cinco personas que laboraban en el Serrano ca no se masificaban, los menores de 21 años no podían usar
gracias a contactos y conocidos. Su día consistía en hacer el aseo pantalones largos ni hablar en la mesa cuando intervenían los
de las dependencias por las mañanas, luego cortar los boletos en grandes. Jorge Alessandri, candidato presidencial de la dere-
las funciones de matiné, vermouth y noche. También le tocaba cha, asumía la presidencia tras vencer por estrecho margen
acomodar al público, avisar de algún desorden y poner el can- al líder de la izquierda, Salvador Allende. “El Último Cuplé”,
dado para regresar al día siguiente a repetir una rutina intensa. con Sara Montiel de protagonista, se estrenaba en Santiago y
“Se llenaba el teatro. Teníamos funciones todos los días en se mantenía por tres meses en cartelera, haciendo arder a los
rotativo, a veces hacíamos matiné, especial y noche. La matiné hombres que veían en este portento español una ensoñación
empezaba a las dos de la tarde y salía como a las cinco. A las 6 monumental.
empezaba la especial, esa salía como a las 8 y media. Después se Un huracán libertario y juvenil recorría el mundo. África
hacía un aseo rápido y empezaba la función nocturna”, recuer- vivía un profundo proceso de descolonización, Cuba desata-
da, con la explicación clara de las razones del éxito de asistencia ba su revolución con Fidel Castro al mando, Pelé demostraba
que abarrotaba una y otra vez la sala. Instalado en la alborada como un chico humilde de Brasil podía conquistar el mundo
de un cambio generacional que no dejaría impávido ni a Meli- del fútbol con su escuadra campeona del Mundial de Suecia
pilla ni al mundo, Vera recuerda que: 1958. Se inauguraba la televisión chilena en Valparaíso, el Par-
tido Comunista de Chile volvía a la legalidad, nacía la nueva
Era la única entretención que había en Melipilla. Se llenaba, ola del cine francés con “Los Cuatrocientos Golpes”, de François
había filas de gente, especialmente para las de Cantinflas, las mexi- Truffaut, y se creaba la píldora anticonceptiva en Estados Uni-
canas, a veces pasaban películas de cowboy, seriales, que también dos. La cultura popular empezaba a cambiar, partiendo por la
eran muy buenas. En galería cabían más menos como 200 personas, irrupción de un nuevo ícono, tímido fuera del escenario y con
en platea 300 personas, con el balcón, que estaba aparte y que le toda personalidad en la pantalla. Era James Dean, que el 21 de

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abril de 1958 se daba a conocer en Melipilla con “Rebelde Sin que el domingo a la matiné, que era una serial, los agregados y una
Causa”, ante unas butacas que serían testigo de un florecer de película normalmente de cowboys estadounidenses, o de repente
identidades juveniles en todo el mundo. películas de Cantinflas. Y a nosotros nos gustaba cualquiera, si la
Para Luis Saavedra, un chiquillo por aquella época, este cuestión era ir a la matiné. Había mexicanas con personajes como
cambio se traduce a la realidad melipillana en dos elementos: el Zorro o El Tigre. Era entretenido, sobretodo cuando estábamos
motonetas y rock and roll. un poco más grandes y éramos más desordenados y teníamos roce
con los compañeros. Cuando era una película de acción, de indios,
En la plaza de Melipilla había rock and roll, se escuchaba a Bill generalmente los indios la estaban ganando toda y a los uniforma-
Halley en los parlantes de la pérgola, en el kiosco, y eso era básica- dos ya no les quedaban balas, y al último un compadre decía “qué
mente lo que había. Cuando empezó el rock and roll a masificarse, vamos a hacer”, otro decía “rindámonos”, “que no”, y no faltaba el
todo cambió, fueron otras costumbres, modas, tendencias. Había que metía un palo en el rifle y salía una bandera que decía Bang!,
una influencia norteamericana. Cambió la forma de vestirse, de pei- tonteras así. Después sonaba la trompeta con los refuerzos de la
narse. Nosotros veíamos las revistas que había en la época, el Ecran, caballería y comenzábamos a golpear la galería con los zapatos.
por ejemplo, era una revista que se editaba en Chile sobre cine y en El Teatro Serrano se movía y sonaba muy fuerte, imagínate cien
esa revista tú veías cuál era el estilo de vestirse, de peinarse, también compadres golpeando porque venía la caballería. Y a veces salva-
en la revista Ritmo. ban la película y los indios se iban. Los cabros salían de la película
diciendo “qué bueno, se salvaron los compadres”. La gente se metía
Antes de esta irrupción, la vida de un niño en Melipilla era en las películas, participaba.
ir de la escuela a la casa, entretenerse en juegos donde la mate-
rialidad eran palos, piedras, canales, bolitas, árboles, calles de La desinhibición y el flujo de las emociones ocurría en el
tierra y sus propios cuerpos, con juegos como el caballito de Serrano al amparo de una oscuridad igualadora, que respondía
bronce y el pardilomo. Ayudaban a superar el tedio los circos a los estímulos de una pantalla donde se sucedían amoríos, co-
que llegaban a la ciudad con atractivas mujeres como el “Bom- rridas, balaceras, besos, matanzas y persecuciones en las que el
bón del Caribe”, los gitanos con sus carpas y, por supuesto, el público se involucraba como un tercer actor, un partenaire que
cine con sus cowboys. Así, Luis Saavedra, con 17 años para 1958, seguía tanto las variaciones del filme u obra de turno, como las
relata: propias que se daban entre la concurrencia. Decenas de héroes
e ídolos infantiles nacieron allí. Y en la calle y la casa todo ser-
Nosotros no podíamos ir todos los días de la semana, porque vía para imitar a los cocodrilos de Tarzán, las pistolas de los
teníamos ciertas limitaciones, había un cierto protocolo que tenía- vaqueros y las plumas de los indios que siempre perdían en los
mos que respetar en la casa. Como niños podíamos ir nada más westerns del cine.

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“20.000 leguas de viaje submarino”, con James Mason y Kirk Carlos Guerra era uno de esos muchachos que se congrega-
Douglas; “La Maldición de Frankestein”, con Yolanda Varela y ban en la galería. Con sus amigos del barrio Santa Elvira, sector
Ernesto Alonso; “Gigante” y su reparto de estrellas reunidas al oriente de la ciudad y que se pobló en los años veinte como un
en torno a James Dean, Elizabeth Taylor y Rock Hudson; Ani- arrabal, acudía a las funciones del teatro con entusiasmo febril y
ta Ekberg en “Regreso de la Eternidad”; Marilyn Monroe y Sir mucho esfuerzo:
Lawrence Olivier en “El Príncipe y la Corista”; o John Wayne
en “Más Corazón que Odio”, hacían del Teatro Serrano la quin- El Teatro Serrano era la diversión más grande que había en
taesencia de la diversión, una oferta que provocaba ciertamente Melipilla. La primera vez que entré, íbamos a galería porque no
emociones en la concurrencia y que por su bajo precio servía nos alcanzaba para platea. Para pagar la entrada teníamos que
también de escondite, rincón de los enamorados y dormitorio, vender diez botellas, andar en todas las casas de Santa Elvira bus-
dentro de variados usos poco ortodoxos. cando botellas y juntando platita y después nos íbamos como siete
En este contexto, Manuel Vera en su rol de encargado de la u ocho chiquillos, y si nos sobraba comprábamos hallullas y frutas
galería, y recordando cómo era la vida en esos tiempos, debía donde el señor Reyes. Él sacaba esos plátanos podridos y nos los
cumplir muchas veces el papel del malo de la película: vendía. Íbamos a ver a Cantinflas, a Jorge Negrete, a Fu Manchú,
que parece que era una serial, a Antonio Aguilar, a ver películas de
A la galería llegaban gallos curados y se ponían a pelear con la indios, de John Wayne, y cuando venían los indios zapateábamos.
gente, a veces tiraban escupos y eso no era permitido. Eso era común, En la galería podías acostarte, hacer lo que quisieras. Siempre es-
a nosotros los pelusones nos tenían mala porque decían que éramos taban los de El Llano, los de Los Cruceros y los de Santa Elvira. Y
porteros malos que no los dejábamos entrar. Una vez me tiraron cuando llegaba uno de Santa Elvira el del otro lado le gritaba y te
un manzanazo de la galería de arriba hacia abajo, se hizo tirita la veían todos. Era como entrar a un escenario entrar a la galería.
manzana, si la galería era alta. Yo los sacaba con Carabineros para
afuera en la mitad de la película. Si había boche subía con la linterna Al igual que los otros ocupantes de la galería, Guerra aguar-
y con el paco al lado. Los pacos de antes eran malos, no como los de daba con sus amigos los momentos precisos para jugarle bro-
ahora. Había uno que era el paco Marín, no tenía nada que ver con mas al temido “Paco” Marín:
monos. Estaba el cabo Beltrán también, puta que era malo. Le pega-
ban las mansas pataditas a los huevones, les sacaba hasta la madre A ese gallo todos lo agarrábamos para el hueveo, porque él no
y se los llevaban por el medio de la plaza hasta la comisaría. Andaba nos veía. Le decíamos “¡Indio Marín!”. Claro que si pescaba a uno
harto curado antes, igual que ahora, pero antes era mejor la vida teníamos que salir todos detrás de él para que no le pegara tanto.
para el melipillano, antes había un puro gallo que le hacía al cogoteo. Hueveábamos harto arriba. Ahí se subía el “Paco” a pararnos el
carro para que no metiéramos más bulla y se llevara a cualquiera.

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En esta ciudad tranquila, no tanto en la galería claro de bailar el rock and roll. Por supuesto, el baile y las fiestas ya
está, la otrora apaciguada juventud aparecía con el creci- no serían lo mismo, habían cambiado irreversiblemente.
miento de un espacio urbano y rural que se empinaba por
las 40 mil personas, con una vida social, deportiva, cultural La década de 1960: la bisagra y el declive
y comercial en la que “ poco a poco ” se tenía acceso a mayo-
res bienes de consumo y en la que ya existían referentes a los La década de 1960 es una verdadera bisagra histórica200 en lo
que imitar. Estaban los cowboys de los caballos, los cigarros que a cultura popular, movilizaciones y cambios políticos se
y la destreza, también los mexicanos que con su voz y cuer- refiere. Paradójicamente fue aquella en que el Teatro Serrano
po salían de la pantalla una y otra vez para posarse en el comenzó su proceso de extinción. Proceso lento, lleno de in-
proscenio del Serrano, tal como lo hizo la megaestrella del decisiones, desidia y abandono, pero también de triquiñuelas y
cine y el canto azteca: Miguel Aceves Mejías, quien se pre- novelescas circunstancias que lo condujeron a su fin, introdu-
sentó junto a Lola Beltrán 199 el lunes 29 de junio de 1959. ciendo en escena a un personaje clave en la configuración del
Pero había un tercer referente que arremetía con la fuerza Melipilla de la segunda mitad del siglo XX.
del rock and roll. El teatro como disciplina vivía una época privilegiada en la
Si en Valparaíso se empezaban a formar las primeras ban- ciudad y en esta tarea el Ateneo Juan Francisco González encon-
das de rock and roll con instrumentos traídos por los barcos traba una respuesta a la altura de sus deseos. La presentación
mercantes, en Melipilla nacían Los Sonámbulos del Ritmo, de “La Casa de Bernarda Alba”, de Federico García Lorca y di-
animando todas las fiestas que se sucederían mensualmente. rigida por Jorge Lillo, puso en Melipilla a un elenco compues-
Los veinteañeros adquirían sus primeras motonetas italianas to por Carmen Bunster, María Teresa Fricke, Malú Aldunate,
Vespa y Lambretta. El rugido de los motores irrumpía en las María Cánepa, María Valle y Elga Cristina Laborde. Se trató de
calles, al igual que los salones de pool, un vestir distinto y un montaje de primer nivel que no iba en beneficio de nadie, es
peinados sacados de revistas que se lucían en las concurridas decir, era parte de los intentos del Ateneo por tener teatro, pa-
fiestas del salón municipal. “Celos y Revuelos”, con Bill Halley gando una entrada por el simple hecho de presenciar una obra.
en marzo de 1958 o “Mister Rock and roll” en 1959 con Little El éxito fue total y las dos funciones lucieron butacas completas,
Richard, Alan Freed, Franie Lymon y Chuck Berry, mostraban
200 En Historia del siglo XX chileno: Balance paradojal, los autores ocupan esta defi-
en la pantalla del Serrano a los ídolos del momento y la forma nición para referirse a esta década: “La efervescencia social, la transgresión a las cos-
tumbres, el desenfreno eufórico por el cambio y un fuerte optimismo y confianza en
199 El “rey del falsete” y Beltrán eran a esa altura sendas figuras del cine y la canción el futuro, fueron los signos que marcaron la pauta. Fue una época de trastornos en las
latinoamericana, sobretodo Aceves Mejías, quien protagonizó más de 60 películas y modas, estéticas, consignas, representaciones y conductas, liderada por sujetos nuevos
grabó más de mil canciones en 90 discos. Es considerado un ícono del género ranchero como los jóvenes y las mujeres en el marco de una cultura de masas que se consoli-
y para la fecha en que se presentó en Melipilla era primera figura en la época dorada daba, todo lo cual irrumpió en la vida pública con inusitada magnitud. La década se
del cine mexicano. convirtió en una verdadera bisagra histórica”. Op. cit. Correa et al., p. 226.

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a pesar que la entrada costaba más del doble que para una fun- disciplina y compartía los conocimientos de arte dramático
ción de cine habitual. que sus maestros le entregaban.
El municipio también se dejó llevar por este ímpetu y en Esta presencia universitaria, canalizada hacia Melipilla
1960 promovió la presentación de los montajes “A mi me lo con- por personas que estudiaban en los principales planteles estu-
taron”, de Lucho Córdova, y “Nadie puede saberlo”, de Enrique diantiles, o por las mismas unidades de extensión, para inicios
Bunster, ambas llevadas a escena por el Grupo Teatral de Obre- de los años sesenta marcaba de manera importante el desarro-
ros y Empleados Ferroviarios de Santiago. El horario no fue el llo incipiente de iniciativas artístico-culturales. Esto, mezcla-
más feliz, porque a las 10 de la mañana de un domingo no se do con la pujanza propia del Ateneo, configuraban un panora-
podía contar con una asistencia importante. ma que se sucedía con hitos relevantes, como el Salón de Artes
La actividad coral, otra de las iniciativas impulsadas por el Plásticas, inaugurado en 1959 con un concurso de acuarela,
Ateneo, fue la que siguió al teatro en importancia en su pre- dibujo y fotografía, en donde el jurado justamente lo integra-
sencia en la ciudad. Y para demostrarlo había que montar un ban maestros del Instituto de Extensión de Artes Plásticas de
festival, hacer presente en el Teatro Serrano que el canto coral la Universidad de Chile. La ciudad también vivía un año en el
era una realidad. De esta manera, el 23 de octubre de 1960 se éxtasis deportivo al alojar en su seno la vigesimoquinta edi-
acogió al Coro de la Universidad Católica, al Coro Polifónico de ción del Campeonato Nacional de Básquetbol Masculino, con
Rancagua, al Coro de la Universidad Técnica del Estado, al Coro la presencia de doce equipos que en el verano de 1961 hicieron
Polifónico de San Antonio, al Coro de Profesores de Valparaíso vibrar la antigua medialuna convertida en coliseo deportivo.
y al Coro de Profesores de Melipilla. Los partidos, el ambiente, los amoríos y el crecimiento depor-
El trabajo realizado por el Ateneo Juan Francisco Gonzá- tivo marcaron una de las fechas más importantes en el deporte
lez había calado lo suficiente en la comunidad como para ge- local a lo largo del siglo XX201.
nerar un interés permanente en las artes, pero especialmente En dicho ambiente fue que sobrevino una noticia inespe-
en el teatro, tanto para ser parte de sus diversos cursos como rada. Al concluir el contrato de arrendamiento con Demetrio
para asistir a sus obras. En 1961, tras la partida de Larenas, Pérez, en 1961, se cerró por un tiempo el Teatro Serrano para
un joven muchacho quedó a cargo del taller de teatro experi- diversos arreglos, entre los que se contemplaban el traslado de
mental. El mismo que un año antes había entrado a la Escuela los servicios higiénicos, el cambio de piso, la ampliación del fo-
de Teatro de la Universidad Católica lleno de entusiasmo, y yer, el arreglo de camarines, muros y del techo. Antes del cierre,
que diez años atrás había recibido el premio al segundo lugar
201 En dicho campeonato, realizado entre el 21 de enero y el 2 de febrero, intervini-
en un concurso de disfraces de la fiesta de la primavera. Era eron las selecciones de Cabildo, Concepción, Temuco, Valparaíso, Linares, Osorno,
Ramón Núñez, hijo de Oscar Núñez, que miércoles, sábado Santiago, Universidad Católica, Iquique, Universidad de Chile y Melipilla. La final fue
disputada entre Valparaíso y Universidad Católica, con triunfo para los porteños, que
y domingo, en dependencias del Club de Leones, imponía su contaban con la gran figura de Francisco “Kiko” Valenzuela.

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la “Vida Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo” pasó en ses la estación ya se había consolidado para un sector tan am-
matiné, a tablero vuelto. Llenos de devoción, los espectadores- plio que iba desde Casablanca en el norte a Rancagua hacia el
feligreses pasaron de la congoja por la crucifixión a las risas, sur, llegando al poniente en las cercanías de San Antonio y a
porque minutos después comenzó el show de Manolo Gonzá- Talagante en su dirección oriente. Con tal alcance y sin teatro
lez, humorista estrella del momento, que presentaba esa misma en Melipilla, Massoud no demoró mucho en mirar con agrado
tarde al cantante Osvaldo Gómez, a Los Huastecos del Sur, las el negocio del espectáculo, aunque para esto le faltaba un em-
Hermanitas Heredia y a un joven Daniel Vilches. Tras eso vino pujón. “Fui yo quien le metió la idea en la cabeza que tomara
el cierre del que nadie tenía certeza respecto a cuánto tiempo el Teatro Serrano, le decía que lo tomara para que hiciéramos
demoraría. Se hablaba de “unos meses”202, pero sería mucho eventos”, rememora Roberto Sagredo.
más. En tanto, Demetrio Pérez se había ido con sus maletas a Massoud anotó la sugerencia e inició su camino en el mun-
Maipú donde tomó a su cargo un teatro en mejores condiciones. do del espectáculo, aunque no en el Teatro Serrano, aún cerrado
Se acabó el cine, llegaron a pensar algunos. Sin embargo, por reparaciones. Lo haría en un salón de la Escuela Parroquial,
el Cuerpo de Bomberos había habilitado su gimnasio para la ubicada en el costado oriente de la Plaza de Armas, en pleno eje
proyección de películas, obteniendo la venia del municipio de la vida urbana melipillana. Se trataba de “una sala peque-
mientras el Serrano estuviera en arreglos. Y, para mayor en- ña, pero confortable y sus películas son dignas de aplauso. Un
tretenimiento y sorpresa, ese año tampoco se iría sin música, ejemplo particular que denota renovación”203, en opinión del
pues la noche del 23 de septiembre salía al aire la primera radio periódico El Eco.
melipillana, llamada Ignacio Serrano, en el dial CB 54 en Am- Justamente, desde esas crónicas, apuntaron directamente al
plitud Modulada. El propietario de la estación era José Massoud municipio por el abandono del Serrano, cuyas obras de remo-
Sarquis, un empresario de origen árabe, hijo de Ceferino Mas- delación eran lentas y precarias. No sólo se criticaba que le des-
soud y Rosa Sarquis, quien por ese entonces contaba con capi- tinaran 15 millones de pesos para los trabajos, cuando lo ideal
tal forjado en base al rubro microbusero. Fue él quien levantó eran 28, sino que denunciaban el accidente de un trabajador
esta nueva iniciativa de la mano de colaboradores como Rubén que en 1962 cayó desde 15 metros, debiendo ser trasladado en
Alvear Jarpa y Víctor Marín Calquín, ambos hombres ligados estado grave a un centro asistencial en Santiago. “Ese es el saldo
al periodismo, sin embargo, con visiones muy distintas de esta alrededor del cine o teatro municipal en ruinas”, denunciaba
empresa. el periódico que sucedió al extinto La Patria. “¿Que haremos
El inicio de la radio fue un éxito total. En un local de calle los 40 mil habitantes de la comuna para ver películas?”204, se
Ugalde con Ortúzar montaron los estudios y a los pocos me- preguntaba.

203 El Eco, 31 de diciembre de 1962.


202 El Labrador, 24 de septiembre de 1961. 204 El Eco, 31 de diciembre de 1962.

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Las respuestas eran tres: estaba la opción de viajar a San- dites de ratones y un pulguero inmenso. Mejor sentarse en el
tiago, ir al cine de la Escuela Parroquial o dirigirse al Cuerpo suelo”.
de Bomberos, que para 1963 seguía con una programación a
tope, pero sin las comodidades de un teatro de verdad, para Buscando la Mejor Voz
una comunidad que veía con envidia que a la pequeña localidad
de El Monte llegaba el colérico de Dean Reed. A falta del Elvis Roberto Sagredo y Las Guitarras Viajeras sonaban permanen-
Rojo205, Melipilla asistía a la presentación del ídolo del twist temente en las ediciones diarias de la radio y éste mantenía un
chileno, Luis Dimas y sus Twisters, junto a Sussy Vecky, Ser- diálogo directo con Massoud. En su ímpetu juvenil, una de las
vando Tornado, Trío Sevilla, las hermanas Dana, Patricio del insistencias que le hizo al empresario fue la de crear un concur-
Solar, todo animado por Julio Yung, conocido como el Tarzán so en que se presentaran músicos y agrupaciones musicales de
de la radio, el 21 de abril de 1963. La Nueva Ola se hacía presen- Melipilla y alrededores. Lo llamaron Buscando la Mejor Voz y
te ese año también con la joven Gloria Benavides, el ícono de Conjuntos de la Zona. “Para qué te digo, eso fue un boom. Todos
la canción cebolla Luis Alberto Martínez y la voz de Argentino los domingos teníamos lleno total”, recuerda Sagredo. El éxito
Ledesma, un día 30 de junio en que nuevamente la taquilla lucía de la iniciativa sentenció el deseo de Massoud que veía colmarse
todos los boletos cortados. de público la sala de la Escuela Parroquial en cada fecha de la
En plena ebullición de la Nueva Ola206, con exponentes de cita musical. Con este antecedente, apostaría a tomar la conce-
la música romántica, funciones teatrales que llevaban público, sión del Teatro Serrano.
la existencia de exponentes artísticos locales, con una radio Fue el 6 de enero de 1964 cuando se firmó el contrato de
melipillana y una población creciente, que el Teatro Serrano arrendamiento del Teatro Municipal de Melipilla, represen-
se mantuviera cerrado bien entrado 1963 era algo intolerable. tado por el alcalde Manuel Marín, con José Massoud de con-
Tan intolerable como propicio para trazar planes. El periódico traparte, por un costo mensual de 500 escudos reajustables
El Eco lanzaba sus dardos contra el coliseo bomberil. En su conforme al alza del costo de la vida que establecía el Banco
edición del 1 de junio titulaba: “En muy malas condiciones se Central, por un período de cinco años, pudiendo renovarse la
presenta el cine Cuerpo de Bomberos. Sus butacas son escon- concesión al término de ella. El teatro, eso sí, venía sin buta-
cas, proyectora, focos ni cortinajes. Era deber del concesiona-
205 Así se le llamaba a Dean Reed por su filiación política de izquierda, el cual sí
visitaría la ciudad en la década siguiente.
rio dotarlo de estos elementos en base a criterios de primera
206 Advis, L. & González, J. P., Clásicos de la música popular chilena: 1900-1973, calidad, y Massoud así lo aceptó, prometiendo estándares del
segunda edición, Santiago de Chile, Ediciones Universidad Católica de Chile, 1999-
2000. Respecto de la última etapa de la Nueva Ola véase: Godoy, A., González, J. P. & más alto nivel.
Araya, S., Música popular chilena: 20 años, 1970-1990, Santiago de Chile, Departamen- Ya instalado y con todo marchando vino el primer llamado
to de Programas Culturales de la División de Cultura del Ministerio de Educación,
1995 de atención. La prensa denunciaba especulación con las entra-

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das del teatro207. La queja estribaba en que las entradas eran Gastón Guzmán, uno de los integrantes originales del con-
excesivamente caras, muy por sobre los valores fijados por la junto Quelentaro, recuerda que:
Subsecretaría de Economía, Fomento y Reconstrucción el año
1963, y porque no se condecía lo que se cobraba con aquello que Cuando nosotros participamos sacamos el primer lugar, porque
indicaban las boletas entregadas al público. presentamos algo nuevo que fue un invento mío y rompimos con
En el Teatro Serrano, al que Massoud pasó a llamar Cine- todo. Lo que nosotros hicimos fueron canciones con relato hablado
Teatro, el Buscando la Mejor Voz prosiguió y despegó a límites y eso no existía en Chile y nos llevó a tocar en todo Chile. Cuando
insospechados. Para Sagredo aquello fue: tocábamos se llenaba, nuestra presentación en ese concurso marcó a
fuego a Melipilla y después la música en el país.
Una locura y eso que el teatro ya había perdido la fisonomía
antigua, a esa altura estaba quedando la pura platea, pero se llenaba Desde su óptica, el folklore que se interpretaba en esa época
cada domingo. Comenzábamos a las 10 de la mañana y terminába- era:
mos a las 2. Era un desfile de gente, venían de la costa, de El Quisco,
de Llo Lleo, Algarrobo, Talagante, era una cosa muy hermosa, todos De un lenguaje tradicional criollista donde las cosas eran más
competían, había buenos premios, el comercio colaboraba, y don antiguas que nosotros, por eso pusimos una temática actual y social
José con el cobro de la entrada también les financiaba regalos. A mi en el canto. Hasta entonces se cantaba “Chicha de Curacaví”, “Ar-
me daban un billete, era cortito, pero me servia. bolitos Perfumados”, cosas que no coincidían con la realidad que
vivíamos. Nosotros pusimos la realidad y eso produjo algarabía. Ha-
La función del líder de Las Guitarras Viajeras era ejercer de cíamos caricatura del Servicio de Seguro Obrero, de la comercializa-
base musical a los concursantes. “Yo acompañaba, llegaba una ción de la muerte que hacía la Iglesia Católica.
niña y me decía que cantaba los temas de Gloria Benavides y yo
como más o menos me los conocía, los ensayábamos y subíamos Así, los años sesenta en el Serrano eran una instancia para la
al escenario, cara de palo. Conseguimos buenos artistas, salie- diversidad de voces y la consolidación de la crítica social.
ron muy buenas voces”. Algunas de ellas fueron las de los gru- En 1964 Melipilla era escenario principal de espectáculos
pos Quelentaro y Los Hermanos Bustos. Los primeros de raíces contundentes, testigo de la voz de Arturo Millán, quien para
folklóricas, pero revolucionarios en contenido y en forma; y los el 3 de junio de ese año, día de su actuación, ya había obtenido
segundos de sones rancheros y corridos mexicanos, lograron fi- el primer lugar en el reputado festival de Benidorm, España,
guración nacional desde el propio Teatro Serrano. y era anunciado junto a Los Hermanos Campos, Luz Eliana y
Carlos Helo, entre otros. Tres meses más tarde el impacto sería
207 El Labrador, 17 de enero de 1964.

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mayor. Cecilia208, por ese entonces la cantante con mayor po- Habíamos empezado a concursar con música chilena. Fue un
pularidad de la Nueva Ola chilena, atraía la atención de un re- concurso muy largo. Cuando empezamos no había mucha gente,
cinto colmado en torno a su diminuta figura, su aguda voz y su pero como a mi me gustaba la ranchera, nos dimos cuenta que cuan-
juventud avasalladora. Y si bien la música y los artistas anglos do la cantábamos la gente se volvía loca ¡Les gustaba más que la mú-
–como Elvis o los Beatles– no estaban al alcance de Melipilla, sica chilena! Ahí le dije a mi hermano “hagamos un repertorio más
la fábrica de ídolos de la Nueva Ola y del cine latino con sus mexicano” y llenábamos, fue un éxito tremendo lo que pasó en ese
revistas, discos, filmes y singles radiales, bien podía suplirlos en festival y ha sido el que nos ha dado para vivir. Por ese concurso so-
caravanas musicales que llegaban y lo harían aún más con los mos lo que somos, sino no hubiéramos hecho la carrera que hicimos.
años. Como la de Oscar Arriagada y su quinteto, cuya primera
incursión melipillana con la vedette Wendy y Los Sonámbulos Ese es el recuerdo de Fernando Bustos, que con Ismael ini-
del Ritmo se realizó en dependencias de la fábrica de zapatos ció, mantuvo y expandió el género ranchero en Chile, siendo un
Soinca Bata, a la sazón, sinónimo de bienestar y buenos sueldos éxito de ventas a lo largo de cinco décadas. Éxito que se inició
para una ciudad que a partir de su instalación soñaba con una por esos días de 1965, en que Fernando rememora como una
mayor industrialización209. anécdota que a los ganadores los elegía un jurado que debía te-
En 1965 el Serrano se abarrotaría con el Buscando la Mejor ner cuidado de no ir en contra del juicio del público. “Sí existía
Voz y Conjuntos de la Zona. Los ganadores de ese año serían un jurado, pero esa vez les tiraron huevos, porque nos dijeron
Los Hermanos González, un conjunto que interpretaba boleros que no podíamos competir, porque parecíamos profesionales,
y valses peruanos, pero que ni siquiera llegarían a grabar en un pero no lo éramos, no habíamos grabado siquiera, teníamos el
estudio, premio que se daba a los vencedores. Los que se plas- deseo de hacerlo, eso sí”.
maron en la memoria colectiva y repletaron el recinto fueron Con su programación, obras, shows y concursos, las condi-
otros hermanos, de apellido Bustos, campesinos oriundos del ciones parecían ser ideales para el concesionario del Teatro Se-
fundo El Ajial de Curacaví, que a duras penas llegaban con un rrano. No obstante, éste optaba por evitar pagar la mensualidad.
acordeón y una guitarra para interpretar inicialmente tonadas En efecto, no terminaba febrero de 1966 y el concejo municipal
chilenas. estaba encabritado. Francisco Werchez, alcalde en ese momen-
to, notificaba públicamente a José Massoud para que pagara los
meses de arriendo, patentes y póliza de seguros adeudada210.
208 Al respecto: Peña, Cristóbal, Cecilia. La vida en llamas, Santiago de Chile, Edito- Pero lejos de acatar, el aludido se reunió con Werchez y le dijo
rial Planeta, 2002.
209 Esta diferencia entre quienes trabajaban en Soinca y los que no resultaba un tanto 210 El Labrador en enero de 1966 daba cuenta del interés de la empresa González y
odiosa, sobretodo para aquellos que no laboraban allí. Así y todo, contribuyó a que Venturino por tomar la concesión del Teatro Serrano y del problema que significaban
hubiera más dinero para diversiones y para la creación de viviendas, haciendo crecer los meses de mora en el pago del arriendo por parte de Massoud, a quien también se le
geográfica y numéricamente a la antigua Villa Logroño. acusaba de no haber cancelado patentes y pólizas de seguros.

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que no sólo rechazaba el pago, sino que era la Municipalidad pero un buen cine, incluso alcanzamos a comprar una parte de una
quien debía reintegrar los 24.000 escudos por él aportados a los propiedad, y cuando él hizo las averiguaciones con unas empresas
mejoramientos de la sala municipal y por la instalación de los cinematográficas de Santiago le dijeron “si no tiene tres cines, no vas
equipos de aire acondicionado. Por más curiosa que resultara la a poder dar buenas películas”, entonces él dijo “no pongo cine, no
excusa, se llegó a un acuerdo momentáneo. Rubén Alvear, quien lo construyo, no me meto en este negocio”, porque con un solo cine,
fuera locutor de la Radio Ignacio Serrano en esa fecha, recuerda a traer estrenos, buenas películas, no alcanzaba a sacar dinero. Yo
que: tenía esos conocimientos, además era fácil ver boletos, si uno ha ido
al cine a alguna parte, el boleto lleva impreso los impuestos, entonces
José Massoud se había arreglado los bigotes con la Municipali- yo le recomendé que no.
dad y lógicamente no pagaba. Era tan vivaracho (...) porque fue toda
la vida así el Yuse, yo a él lo conozco desde que partió la Radio Se- Por cierto Massoud desoyó sus consejos, aunque salvó el
rrano acá en Melipilla, lo fregado es que él manifestaba su desagrado impasse en 1966 con el municipio; pero por poco tiempo, en
con las leyes de una manera muy curiosa. 1967, bajo la administración municipal del democratacristiano
Alberto González, volvió a ser enfrentado. Esta vez el concejo
Víctor Marín intuía que esto pasaría. Amigo en los inicios municipal, a solicitud del regidor Carlos Agüero, acordó rescin-
de la Radio Ignacio Serrano de José Massoud, sabía que era dir el contrato porque debía siete meses de arriendo y las paten-
muy difícil tener réditos monetarios con un teatro en Melipilla tes correspondientes de los años 1964 a 1967, acumulando una
y así lo comprobaba el hecho que muchos de los empresarios deuda de 10.828.510 escudos211.
que obtuvieron la concesión no quisieran seguir, especialmen- El panorama era gris para el empresario que, iracundo,
te por los altos impuestos que pagaba el cine. Marín se lo hizo ocupó la radioemisora de su propiedad para apuntar los dar-
saber a Massoud en los tiempos cuando aún guardaban un fra- dos contra Agüero, su principal inquisidor. Pero el horizonte
terno lazo. se le ennegrecería aún más, dado que el gimnasio del Cuerpo
de Bomberos, principal competidor del Serrano, había recibido
Yo le expresé mi oposición a este proyecto. Si es teatro nacional patente de sala de espectáculos, proyectándose legalmente en
está liberado de una serie de impuestos, pero los cines, como cinema- el tiempo y convirtiéndose en una piedra en el zapato, a menos
tógrafos llevan una cantidad de impuestos. Si quiere traer una buena que algo como un incendio ocurriera.
película y no tiene como rotarla, en tres cines, como lo hacen las A las 23:05 horas del lunes 13 de noviembre de 1967 el fuego
grandes empresas, no alcanza con el dinero. Yo conocía esto porque comenzó a consumir la estructura de metal y madera del gim-
en ese tiempo venía llegando de Radio Agricultura, en Los Ángeles,
y al llegar acá un amigo tenía mucho interés de instalar un cine, 211 Según consta en sesión municipal del 23 de noviembre de 1967.

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nasio bomberil. Y aunque pareciera sin sentido un incendio en lidad de las películas que se exhiben en el cine Serrano entraría
el cuartel de Bomberos, sucedió. Razones para la propagación en la categoría D”215. Cabe reseñar que dicho escalafón era el
del fuego hubo tres: a) de los grifos no salía agua, b) las ace- último de la lista en cuanto a comodidad, fecha de las cintas y
quias colindantes tampoco tenían agua y, c) a esa hora estaba equipamiento.
suspendida la presión de agua potable hasta el mediodía del día Al aludido empresario esto no le importaría en demasía.
siguiente. En 20 minutos se extinguió un recinto que solamente Por esos mismos días ya construía un edificio para la radioemi-
ese año había alojado a la Orquesta Sinfónica Nacional y a figu- sora Ignacio Serrano y para lo que se anunciaba como un nuevo
ras de la Nueva Ola como Patricio Renán y Maitén Montenegro. teatro. El edificio constaba de tres pisos, alojando una sala con
Y pasarían nada menos que 25 años para que el gimnasio del mil butacas para la platea, 300 aposentadurías en galería, ca-
Cuerpo de Bomberos de Melipilla volviera a tener techumbre212. marines, salón de té, estudios de grabación, oficinas, máquinas
La situación era tensa. Por estos días, un grupo de vecinos de proyección de última generación, todo bajo la conducción
insertaba sus nombres en El Labrador para expresar su solida- de la arquitecto María Cristina Schnordt, el constructor Sergio
ridad con el regidor Carlos Agüero y su repudio ante los “injus- Torrealba, el ingeniero calculista Enrique Muñoz y la mano de
tos, groseros y cobardes ataques de Radio Ignacio Serrano”213. obra de 32 obreros.
El texto agregaba que “como melipillanos nos avergonzamos de Una vez llegado octubre de 1968, el nuevo cine-teatro co-
la bajeza, ruindad y asquerosidad a que ha llegado la radio para menzaría a desplazar al Serrano velozmente, repitiendo la his-
atacar a quienes han cumplido con su deber al defender los in- toria entre el Serrano y el Esmeralda, aunque esta vez con más
tereses del pueblo”214. complejidades. Octubre, el mismo mes que había visto nacer al
Como corredor único, sin la Escuela Parroquial y sin el Serrano en 1933 daría el vamos a la decadencia de la ensoñación
gimnasio bomberil, el Serrano quedó solo en el camino, pero de los De la Presa.
no con los mismos problemas de siempre, sino peores. El 5 de El grupo folklórico Los de Ramón durante mayo y, meses
marzo de 1968, el alcalde González solicitaba a Massoud la re- después, el Primer Evento Estudiantil de 1968, que en cuatro
baja de los precios de las entradas, porque “esta alcaldía estima fines de semana reunía a colegios de la zona, fueron los últi-
que el Cine Serrano está cobrando precios exorbitantes, ya que mos espectáculos que vieron prender sus luces durante un buen
el estado en que se encuentra el teatro que no ofrece las más tiempo. Massoud se mudaba a la calle Ortúzar, entre Manso y
mínimas comodidades al público y acompañado de la mala ca- Riquelme, hacia el sur de la Plaza de Armas de la ciudad. Allí in-
auguraría el Cine Palace, pero sin dejar el Serrano así como así.
212 La reinauguración del Gimnasio del Cuerpo de Bomberos de Melipilla fue el 10
de enero de 1992.
213 El Labrador, 3 diciembre de 1967.
214 El Labrador, 3 diciembre de 1967. 215 El Labrador, 20 de marzo de 1968.

179
CAPITULO III
De la hegemonía a la decadencia
del Cine Palace: 1969-1989
Una ovación general tuvo el propietario del moderno Cine Palace,
Don José Massoud Sarquis, cuando el regidor Manuel Humberto
Riveros, como autoridad, Higinio Echavarría Bereziartu a nombre
del Cuerpo de Bomberos, además del sacerdote que bendijo esta
obra Egidio Catalán Astorga, y las propias palabras entrecortadas
casi, por el llanto de D. José Massoud Sarquis, hicieron de esta
manifestación un reconocimiento hacia un melipillano que se ha
esforzado para levantar un edificio que será orgullo para todos los
melipillanos216.

Así comienza el artículo que el diario El Labrador de Meli-


pilla dedica a la fecha inaugural del Cine Palace, el cinemató-
grafo de mayor magnitud que hasta ese entonces hubiera cono-
cido la comuna. El corte de cinta de aquella mañana de octubre
de 1968, presagiaba un futuro de esplendor y alegría para sus
dueños y el pueblo que se manifestaba feliz en cada instantánea,
con sonrisas y abrazos. Comenzaban esa misma mañana a rotar
las cintas que deslumbrarían a miles de niños, campesinos, jó-
venes y adultos, que se sorprendían ante el tamaño y figura de
un recinto de primer nivel donde casi se triplicaba la capacidad
del Teatro Serrano para una población que, desde 1933, tam-
bién se había triplicado.
El mismo día se dieron los últimos retoques, la postrera ba-
rrida, el detalle final a un escenario que, por un no corto tiem-
po, viera pasar los mejores espectáculos del país y que nació

216 El Labrador, 20 de octubre de 1968.

183
en medio de una verdadera batalla legal y política. No fue fácil Hollywood y México. Uno de los medios para conectarse con
levantar tamaño edificio. Así queda de manifiesto en la crónica ese mundo era la revista de cine Ecran, que para mediados de
del periódico El Labrador, donde el periodista, un desconocido los sesentas llevaba más de tres décadas en la calle, y se le suma-
que firma con las iniciales de S.O.S. escribe de la “digna presen- ba Ritmo, una publicación juvenil que por largo tiempo fue la
tación que confirma que pese a problemas suscitados a última más comprada del país.
hora en relación al funcionamiento de este cine, por razones le- Massoud ideó entonces un multiedificio donde funcionara
gales, el público comprendió el esfuerzo de José Massoud y le su Radio Ignacio Serrano, sus oficinas, y un gran cinematógrafo
brindó incondicionalmente su apoyo”217. con escenario. La capacidad de 1.300 personas, aproximada-
La empresa de los teatros hasta 1968 en Melipilla había mente, la convertía en un recinto con un aforo de primer nivel,
sido una iniciativa en búsqueda de ganancias en cada uno de al igual que las principales salas de cine de Santiago. Hacia el
los espacios que se habían levantado. Si bien el Serrano tenía sur de la ciudad, en lo que era considerado el límite del radio
una salvaguarda en sus concesiones, en cuanto al uso de la sala urbano con El Llano, un sector temido por su marginalidad,
para fines sociales, estos eran en días acotados y no de manera se levantaba con dificultades el sueño de Massoud. Por el te-
permanente. Era el teatro o cine, finalmente, un negocio y po- rreno a edificar pasaba un canal que inundaba las incipientes
día funcionar bien, siempre que se dieran ciertas condiciones. obras, pero al poco tiempo se logró desviar el cauce de las tur-
Massoud estaba al tanto de ellas por su accidentada experiencia bias aguas. Sin embargo, este problema sería menor, muchísimo
en el Teatro Serrano. menor en el nacimiento del Palace, que entró en un tira y afloja
Sabía del atractivo que presentaba el cine mexicano y que legal con el municipio que no le daba luz verde a la patente del
fácilmente se podía meter en una sala a miles de personas, pero nuevo recinto.
necesitaba un lugar de mayor envergadura. Toda la década de El motivo recaía, entre otras cosas, porque el municipio re-
1960 le daba la razón para abrazar esta idea. En Melipilla se pro- clamaba que el empresario no quería entregar el Teatro Serrano,
yectaron películas en el gimnasio del Cuerpo de Bomberos, en aun cuando la concesión ya había finalizado218. Luego le hicie-
la Escuela Parroquial, se realizaban obras de teatro en el Serra-
no y en otros recintos menores. La explosión de cultura popular 218 Este problema con la entrega del Teatro Serrano se arrastró de tal manera, que se
vino a resolver recién para 1969, según consigna El Labrador del 12 de marzo de ese
era creciente y la pequeña ciudad no era ajena a ello. Al teatro de año. El lunes 10 de ese mes se reunieron José Massoud, acompañado de su abogado
defensor Héctor Fercovic, con el alcalde Alberto González y la abogada municipal
Plaza de Armas acudía toda la juventud en busca de sus astros Hilda Reyes. Este encuentro fue forzado a causa del incumplimiento del compromiso
favoritos. Las muchachas rayaban sus bolsos del colegio con los de Massoud de entregar el teatro el 30 de diciembre de 1968 y de saldar sus deudas por
el uso del inmueble. En vista de esto, la alcaldía había ordenado pasar los anteceden-
nombres de los ídolos de entonces y soñaban con las estrellas de tes a la justicia. Finalmente, y luego de analizar el caso en sesión extraordinaria del
Concejo Municipal del jueves 13 de marzo, se llegó a un avenimiento, aprobando los
regidores por unanimidad que Massoud entregara el teatro el 10 de abril de 1969, bajo
217 El Labrador, 20 de octubre de 1968. la condición de que cancelara lo adeudado.

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ron demoler parte del edificio arguyendo que no había dejado por cuanto las condiciones que se exigen para el funcionamiento de
los metros de vereda suficientes. Enfurecido e impaciente, Mas- un teatro que en la especie no se han cumplido, se establecen con el
soud atacaba con vehemencia al alcalde democratacristiano Al- único y exclusivo objeto de velar por el público asistente a una sala
berto González y a todos los regidores que no estuvieran con él. de la categoría objeto de la aclaración219.
El diario El Labrador de esa época fue el medio que almacenó
exquisitas batallas verbales entre ambos bandos, las que subirían Esta suspensión duró algunos días220, pues para 1969 el Pa-
de tono cuando el empresario consiguió la patente tan deseada. lace comenzó a funcionar con regularidad. Mientras, el Teatro
Fue el 19 de abril de 1967 cuando se le entregó el permiso Serrano aún no era entregado. Pasado diciembre de 1968, el re-
provisorio al Palace, a condición de que cumpliera con ciertos cinto seguía en manos de Massoud, exasperando al municipio
requisitos básicos. Sin embargo, poco después Massoud ya tenía que ordenó llevar los antecedentes a la justicia e interponer una
patente para el flamante cinematógrafo. ¿Cómo pudo suceder demanda en el juzgado del crimen. Si Massoud no entregaba el
esto? De acuerdo al edil Alberto González, lo que ocurrió fue Teatro Serrano para el 10 de abril de 1969, el juicio seguiría su
una avivada del empresario, que pagó la patente a un funciona- cauce. Lo mismo si no pagaba las patentes atrasadas de cinco
rio municipal antes de tener la aprobación del Servicio Eléctri- años, las deudas de los meses de enero, febrero, marzo y abril
co, del Servicio Nacional de Salud, Carabineros, de la Dirección de 1969 y las patentes del primer y segundo semestre del Cine
de Obras Municipales y de otros servicios que debían dar el vis- Palace que señalaban tampoco había cancelado para 1969.
to bueno para su funcionamiento. Indignado, detuvo momentá- Se llegó a un acuerdo y finalmente Ernesto Sottolichio, el
neamente su funcionamiento. viejo administrador de Radio Melipilla, ex empleado del Teatro
Serrano y convertido en el más importante empresario del es-
Frente al no cumplimiento del propietario del Cine Palace de los pectáculo nacional, con ocho teatros en Santiago y provincias,
requisitos ya indicados, el suscrito anuló la patente que a un funcio- tomaba el Serrano en mayo publicitándolo como Nuevo Cine
nario se le canceló, no obstante lo perentorio del acuerdo de la sesión Serrano. El municipio le había solicitado convertir el edificio de
extraordinaria de fecha 19 de abril de 1967, que exigía trámites que 1933 en un espacio moderno y acogedor. El “italiano”, a su vez,
resguardan el interés de la colectividad (…) El derecho del propie-
tario era y es condicional hasta la fecha, no obstante que personas 219 Inserción publicada en El Labrador, 30 de octubre de 1968.
220 La suspensión duró muy poco tiempo, porque la Corte de Apelaciones de San-
no constaten el cumplimiento de los elementos constitutivos de la
tiago resolvió a favor de Massoud y en contra de dos decretos alcaldicios de González:
condición (…) El funcionario que procedió a efectuar el giro de la el N°99, del 17 de octubre de 1968 y el N°100, del 18 de octubre del mismo año, que re-
vocaban la patente definitiva y permitían el funcionamiento del Cine Palace solamente
patente, sin constatar los requisitos que habilitaban el nacimiento del por un día, pues consideró que no estaba dentro de las prerrogativas del edil anular
derecho obró al margen de la ley y su actuación en ningún caso, a mi patentes, sino que solamente verificar su correcto cumplimiento. Revista de derecho,
jurisprudencia y ciencias sociales, y gaceta de los tribunales. Volumen 1, tomo LXVI,
parecer, le otorga el derecho al propietario del cine para funcionar, enero diciembre de 1969. Editorial Jurídica de Chile. Página 38-39.

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había retrucado poniendo un poco más: un equipo de proyec- del domingo nos llevaba a la matiné del Teatro Serrano, como a las
ción Philips último modelo, butacas nuevas en platea y galería, dos de la tarde. Los panoramas no eran muchos. Estaba el paseo
calefacción, todo para llegar al estatus en el que pretendía situar a la estación de trenes, ir a pasear a Huilco y el teatro. Después yo
al céntrico edificio. hacía mucho la cimarra, tenía 12 años y me iba con mis amigas al
El debut de Sottolichio fue el 15 de mayo de 1969 a las 12 cine, y como mi papá tenía un pase naranjo para entrar con una
horas. Le correspondía reabrir el recinto que lo había visto compañía, me empecé a ir con mis amigas. Veía mexicanas, lo que
laborar como un empleado más, luego como administrador y fuera, la cuestión es que no quería ir al colegio. Un día estoy sentada,
posteriormente como socio de Víctor Francione. Después de eso tomándome un helado y alguien me habla y me dice “que está rico el
saltaría a las grandes ligas del mundo del espectáculo nacional helado”. Era mi hermano chico, que también andaba cimarreando,
y así retornaba a la ciudad que lo acogió con afecto. La función ahí me extorsionó para compartir la tarjeta, aunque como el portero
de gala de la reinauguración fue el estreno de “La noche del día ya nos conocía, nos dejaba entrar igual.
siguiente”, protagonizado por Marlon Brando.
“Es una satisfacción para mi llegar a tener la concesión La anterior fue una de las anécdotas de esas jornadas don-
del Cine Serrano en la ciudad donde me inicié como modesto de se dio cuenta que su padre, en vez de irse a almorzar, pre-
empleado y trataré de ofrecer las mejores películas y espectá- fería descansar durmiendo en el Teatro. “Una vez me senté,
culos para las familias melipillanas en un buen teatro que sea miré para el lado y estaba mi papá con su sombrero verde y la
centro artístico y cultural”221, fueron las palabras de Sotto- manta de castilla, durmiendo la siesta. ¡Me paré rápidamente
lichio aquel 15 de mayo que daba inicio a una sala donde el más asustada que ocho y me fui!”, recuerda una de las hijas de
cine sería el actor primordial, con películas en sintonía con la la primera autoridad local, quien rememora como uno de los
cartelera santiaguina. castigos de su infancia la imposibilidad de ir al cine durante
La ciudad agradecía la programación y una cartelera actua- un mes.
lizada. Las chiquillas de la época gozaban con sus cintas. Rosa En 1969, la ciudad aguardaba la construcción de un gim-
María González, hija del alcalde Alberto González, se solazaba nasio polideportivo techado en el sector sur de la ciudad que
largas tardes en el Teatro Serrano al que ingresaba con la cre- llevaría el nombre del alcalde Alberto González, se abogaba por
dencial que su progenitor recibía por su investidura. la restitución de la Biblioteca Municipal y la existencia de un
museo. Por otro lado, la ciudad veía nacer organizaciones socio-
Mi papá siempre el día domingo nos llevaba con él a sus ac- culturales como el Ateneo El Llano, el Grupo Chile, y también
tividades, independiente de lo que tuviera que hacer, y en la tarde atestiguaba el crecimiento de la JUM (Juventud Unida de Me-
lipilla), el mismo Liceo de la ciudad, el grupo Melipilla Canta,
221 El Labrador, 16 de mayo de 1969. el Rotary Club, el Centro Juvenil Cultural Puangue, el Club de

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Leones, el grupo Arturo Prat, la rama de arte y cultura de Soin- Melipilla. Ellos evidenciaban dos tendencias: la imitación de
ca, el conjunto folklórico Pomaire, mientras se mantenían las cantantes populares de la Nueva Ola chilena y del cancionero
sempiternas organizaciones como el Cuerpo de Bomberos. popular y comercial de los años sesenta, y la presencia de con-
Tenían en ese entonces las celebraciones un lugar donde juntos folklóricos de la zona. Todos se realizaban los domingos
realizarse, como el salón municipal, y el espacio público vibra- en la mañana en el Palace, antes del inicio del rotativo. Uno de
ba con los carnavales y fiestas de la primavera, los chalilones ellos fue el “Mes de la Chilenidad”, llevado adelante por la JUM,
y la Novena del Niño Dios. Estas últimas atraían a cientos de animado por Ricardo García y Juan La Rivera, que contó con
personas a representaciones teatrales que se hacían de pasajes la participación de Rolando Alarcón y Los Huasos Quincheros,
bíblicos. Para muchos niños de la ciudad fue su primera expe- entre otros; y el festival Voces Estudiantiles, iniciado en 1969 y
riencia como espectadores de algo cercano a un acto teatral. Jor- donde campeaban los dobles de Leonardo Favio, Salvatore Ada-
ge Martínez, alumno de la Escuela Parroquial con 10 años para mo, el “Pollo” Fuentes, Sandro y Raphael, venidos de Santiago,
1968, era uno de ellos. El Monte, Talagante y alrededores.
Los únicos problemas del Palace eran su sistema de ampli-
Ibamos siempre a la Plaza de Armas a lo que mi mama llamaba ficación para presentaciones en vivo, su escenario ancho, pero
los chalilones, que era esta cosa de challas, cuchuflíes y darse vuel- con poco fondo, y la ausencia de una parrilla de iluminación. En
tas en la plaza. En algún momento los chalilones se acompañaban otras palabras, no había sido diseñado para teatro. Así y todo, el
por la Novena del Niño Dios, previo a la Navidad. Son los primeros Rotary Club llevó al inadecuado proscenio al Instituto de Tea-
recuerdos artísticos que tengo de haber visto una representación, a tro de la Universidad de Chile, con la obra de Antonio Acevedo
partir de caricaturas, imágenes, estructuras de monos que se ubica- Hernández “La Canción Rota”. Claro, si se trataba de beneficen-
ban frente a la catedral actual. Se montaba un escenario precario, cia, la idea era recaudar más y el Palace, con algunos retoques
que para nosotros era maravilloso, con locución y todo, y se contaba y esfuerzos, lo permitía. Y no sería el último montaje teatral,
una historia que tenía un componente bíblico, iba todo Melipilla, la todo lo contrario.
gente se reía y se celebraba todos los años. Pero eso poco importaba para una comunidad que paulati-
namente comenzó a entrar al nuevo cine, tras superar una timi-
Nacían también encuentros como el Carnaval de la Alegría dez inicial que tenía que ver tanto con la enormidad del lugar
y el Festival In 70, organizados por la JUM, todos en el Cine como por el sitio en el que estaba enclavado, un lugar mirado en
Palace. ¿Por qué en el Palace? Porque con un local donde ca- menos durante décadas. Dentro de las primeras cintas proyec-
bían 1.300 personas y con la decisión de un empresario que tadas se encontraban “Insaciable en el Amor” con Jean Seberg
pretendía hacer prevalecer su negocio, era un sitio privilegiado y Pierre Brasseur, “Reportero Chiflado” y “Uno era Culpable”.
para beneficios, festivales y encuentros que se presentaran en Para el domingo 12 de septiembre se anunciaba “La Fierecilla

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Domada” con Elizabeth Taylor y Richard Burton, aunque la que fuente de soda Palace, a un costado de la entrada del cine, se
tuvo mayor éxito en los primeros días fue “Doctor Dolittle”. veía desbordada por tanto comprador. El negocio de la señora
Las arcas del propietario se incrementaban de la mano de su Alicia Vidal despachaba apresurados completos, bebidas, cer-
rotativo, que comenzaba a las 14 horas y seguía hasta bien en- vezas y sándwiches que calmaban la impaciencia y el hambre de
trada la noche, en una secuencia que hacía llenar las cajas de la los campesinos. Tanta era la cantidad de gente, que Moncho y
boletería. Porque todos los días de la semana, a excepción de los Teruca, dos vendedores que se ganaban sus pesos en la entrada
miércoles, las butacas se encontraban ocupadas, aunque había de la galería expendiendo hallullas, obtenían suficiente dinero
una jornada en que éstas quedaban exhaustas de tanto ajetreo. como para gastar gran parte de él en pilseners222 que adquirían
Eran las mismas ocasiones en que el tránsito por calle Ortúzar en la fuente de soda.
tenía que ser suspendido. Jorge Guerrero era un joven de unos veintitantos años cuan-
do dejaba su trabajo en la empresa Ariztía para correr a la fun-
Los Lunes Mejicanos ción. Con sus hermanos y amigos del popular barrio Los Cru-
ceros compraban pan, frutas y partían a las tablas que hacían
Melipilla, todavía un rectángulo de calles que mezclaba tierra y de butacas en la parte alta del cine. Ser obrero de Ariztía no era
pavimento, contaba con campos aledaños que se conectaban al sinónimo de bienestar, y no les alcanzaba para entrar a platea.
mundo gracias a la radio. Los sonidos de la Radio Serrano inun- En la galería ubicaban su lugar y se aprestaban a ver las películas
daban el cansino paso del tiempo y sus habitantes oían cautiva- de Jorge Negrete, Antonio Aguilar y de Lucho Gatica. “El caba-
dos la publicidad de alucinantes películas de charros, vaqueros, llo Bayo”, “Juan Pistolas”, “Ensayo de una noche de bodas”, “Me
bandidos y mujeres, que se sucedían cada media hora. Nada casé con un cura” y “Dos calientes” eran algunos de los títulos
más era necesario para que los campesinos corrieran a los bu- que permitían parapetarse a los “pelusones” de la galería para
ses que los dejarían en las puertas del cine, embobados por una burlarse de cuanto espectador perdido entrara a deshora, sin
propaganda radial que lanzaba pequeños trozos del audio del asomar mucho la cabeza por el miedo a ser sorprendido fuera
filme que vendría la semana entrante, lo suficientemente exi- de sus labores.
guos como para hacer cundir la duda y el interés. “¡Agáchate que vienen los indios!”, le gritaban al despistado
El cine mexicano era una industria de proporciones y ya que buscaba su asiento, y mientras no se apurara y permane-
había conquistado el continente con sus producciones. Las fun- ciera tanteando donde estaban sus compadres, o algún espacio
ciones de los lunes se colmaban para ver a Jorge Negrete o An- entre las tablas, la segunda parte de la broma venía con saña:
tonio Aguilar. Las filas daban vueltas a la manzana mientras los “¡Levántate que ya pasaron!”. Algunas veces veían la película y
buses funcionaban sin cesar, fuera invierno o verano. La atrac-
222 Nombre utilizado para las cervezas del tipo pale lager. Pilsen hace referencia a
ción volvía a los espectadores en incondicionales. La pequeña una ciudad de República Checa donde se creaban algunas de éstas.

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el resto del tiempo se dedicaban a reír, lanzar chistes, zapatear chard y tantos otros. La cantidad de cantantes nacionales era
cuando vinieran los jinetes en sus caballos, comer, beber, des- alta y el mercado lo llevaba bien en un espacio donde también
prenderse de manera sonora de sus gases intestinales, que caían cabían intérpretes extranjeros, que en variadas oportunidades
sobre los de platea en momentos de silencio. A eso de las 18 ho- venían a Chile, en el caso de los hispanohablantes. Una parte de
ras la función llegaba a su fin, Jorge y sus amigos bajaban de la ellos producía dos o tres películas al año. Sandro de Argentina y
galería, las micros con destino a Popeta, Culiprán, María Pinto Raphael de España, llenaban el Palace de jovencitas atraídas por
y tantos lugares se llenaban para volver en una semana. sus aventuras cinéfilas. Fresia Soto, Ginette Acevedo, Palmenia
Chile y México tenían en Melipilla la confirmación de una Pizarro, Naslo Nicolich, Los Ángeles Negros, Los Capa Blanca,
relación de largo amorío musical y fílmico. El Palace fue testi- Luis Dimas, Gloria Benavides, constituían parte de la farándula
go de festivales musicales donde la música ranchera marcaba del espectáculo chileno, apareciendo, desde luego, en la revista
una presencia arrolladora. Con este fanatismo, no fue raro que Ritmo. Y que algún cantante de los que lucían sus portadas fue-
el público se agolpara ante la llegada del cantante Demetrio ra a Melipilla, dejaba de ser algo poco común.
González, un español arraigado de muy niño en México que Esto había comenzado a mediados de los sesentas gracias a
para agosto de 1969, fecha de su actuación, había participado una caravana musical ideada por Oscar Arriagada, un talento-
en 32 filmes y era considerado uno de los más grandes can- so muchacho que con su guitarra había pasado de ser el líder
tantes de la música azteca con su voz de barítono. “Unida a del grupo Los Dixons y creador de varios hits radiales como
su simpatía va esa maravillosa voz que hacía mucho tiempo “El twist del esqueleto”, a productor de los espectáculos más
que no deleitaba a los oídos de la gente exigente. Para enero se importantes para los músicos chilenos en todo el país. Prime-
anuncia la visita de Libertad Lamarque”223, publicaba El La- ro lo hizo con Los Cinco Grandes del Disco y, luego, con el
brador, en el reflejo de una jornada inolvidable y el anuncio de Súper Show 007.
lo que sería una de las noches más iluminadas para la pequeña
localidad metropolitana. Yo había empezado a ir con el 007 a Melipilla desde 1965. En
la primera gira de ese año fuimos con Luis Dimas, María Teresa,
El Súper Show 007 María Valdés, Gilberto Guzmán y Ángel Fontana en la animación.
Era un elenco chico ese con el que fuimos al Teatro Serrano, pero fue
La música de la Nueva Ola también era un objeto de culto, lle- la primera vez. En ese tiempo yo manejaba, por lo menos, a un 80%
vado al paroxismo en las presentaciones de artistas tan idola- del ambiente artístico, y hacíamos ocho giras al año por todo el país.
trados como José Alfredo “Pollo” Fuentes, Cecilia, Buddy Ri- En un show llevaba a cuatro o cinco figuras grandes y a un elenco de
50 personas, no tenía competencia. No la podía tener, porque tenía
223 El Labrador, 6 de agosto de 1969. a Palmenia Pizarro, al Pollo Fuentes, a Los Galos, Lucho Barrios,

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todas las figuras del momento. Tendrían que haber traído figuras dos hermanos melipillanos que hacían sus armas en el canto,
extranjeras y eso no se estilaba. participando en audiciones radiales y en espectáculos en San-
tiago y Valparaíso. Justamente viajando a la Quinta Región, Mi-
En opinión de Arriagada, este boom de la Nueva Ola que se guel falleció y dejó en el muchacho melipillano la huella de un
extendió desde 1964 a 1973, permitió hablar de una industria camino exitoso. Galleguillos se había criado también escuchan-
musical nacional gracias al apoyo de los sellos discográficos, de do música en inglés, pero se interesó por la música chilena y
las radioemisoras, prensa, administradores de salas y empresa- también por las rancheras, a cuyos cantantes como Miguel Ace-
rios del espectáculo, en una relación donde todos ganaban. En ves Mejías y Antonio Aguilar, veía en las funciones del Teatro
Melipilla las funciones así lo demostraban. Todas eran a tablero Serrano para después cantarlas en el barrio. “Yo en el Serrano
vuelto, y aquello ratificaba la confianza de Arriagada tanto en el tuve el placer de ver a Los Iracundos, actuaron ahí los primeros
trabajo con Massoud, como en la calidad de la parrilla que había Iracundos, y así sucesivamente, shows que me marcaron porque
diseñado para encantar al público local. eran diferentes a los que venían acá”.
Junto al también melipillano Jorge Halabí, fue represen-
Yo agarraba mi auto, partía a Melipilla y le decía “oye José, tante del canto que por esos días creaba declaradas vocaciones
tengo a este músico y a este otro para el show”. Llegaba a la radio, de subirse una y otra vez a los escenarios encantando multi-
comíamos juntos y almorzaba con su familia. Había una amistad, tudes. Milenko, un veinteañero, gozaba para inicios de los 70
una credibilidad y una puesta de pilas para allá y para acá. Yo ge- de cierto reconocimiento nacional dentro del medio televisivo
neralmente iniciaba mis giras en Melipilla, porque era para mí una y radial. Su caracterización de gitano lo ponía en buena posi-
cosa segura, marcaba el promedio de lo que podía hacer después. ción en el pequeño star system criollo. Estaba ahí, vivió todo
ese movimiento desde adentro y cumplía bien, no desentona-
Transportada en un bus Mercedes Benz, la caravana habi- ba para nada.
tualmente recalaba en Melipilla compartiendo función con la El poder de sus cantos los llevó a ser parte de la caravana de
ciudad de San Antonio. Esto significaba que el Súper Show 007 Arriagada. El día que Milenko actuó en su tierra natal, siendo
se iniciaba en el puerto a las 20 horas y una hora después co- parte del mejor espectáculo del país, es algo que nunca pudo
menzaba en el Palace de Melipilla. En el arranque de una de olvidar. Partían de gira por Chile, Argentina y Perú, y desde las
esas veladas actuó Yerko Milenko. De nombre real Mario Ga- 10:30 horas de la mañana del domingo 7 de junio de 1970 todas
lleguillos, era un muchacho melipillano educado en la Escuela las butacas estuvieron llenas de un público ansioso, sensación
N°1, cuyos tíos de Santa Rosa en el sector de Puangue, tocaban compartida por Milenko. Había estado en radio Corporación,
el arpa, el acordeón y la guitarra. Desde muy joven comenzó en radio Chilena, pero esto era especial, quizás era el marco de
a cantar, influenciado por Miguel González y Charo González, público y todo el entorno que lo consagraba. Quizás era estar

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en un recinto de lujo que él vio construir y que tomaba un tono Cecilia y José Alfredo [Fuentes] fueron las figuras juveniles más
imponente al momento que todas las miradas se venían sobre su importantes, para la gente más adulta estaba Palmenia Pizarro y
delgada humanidad. “Estuvo muy bonito lo de ese día, aunque como orquesta la Sonora Palacios. También Lucho Barrios, ellos
esa gira se suspendió y no fuimos, pero después hicimos una siempre encabezaban los elencos. Si no iba uno de ellos, era difícil
gira por todo Chile en recompensa de lo que no resultó, ahí co- llenar, pero en el Palace siempre la reventábamos con el show. Se
nocí a varios de los integrantes de la Nueva Ola chilena”. reventaba, porque los tremendos elencos no eran para Melipilla. Si
En esta despedida de Milenko y Halabí, también pasaron hacíamos una función a las ocho de la noche la gente bajaba en ca-
por el escenario Los Dólares, Gastón Moreno, Los Ovnis, Ber- rreta, a caballo, en bus, en bicicleta, como fuera lo hacía para ir a ver
zano, y Melipilla se veía representado por Los Clavos Torcidos, a sus artistas. Nosotros llegábamos temprano y teníamos entrevistas
The Green Lyon, el poeta Alfredo González, José Zúñiga y una con los artistas en la radio, lo que era una garantía ahí, porque la
larga lista. Claro que en su mayoría actuaban como “teloneros”, radio Serrano llegaba a toda la región e iba gente hasta de Santiago,
cantaban un par de canciones y daban paso a los números este- porque de repente esos espectáculos no los presentábamos en Santia-
lares de la caravana del 007. go. Era una época maravillosa.
Ese día de la despedida a la gira internacional que no fue, la
concurrencia aguardaba a Cecilia, apodada “La incomparable”, El trajín y movimiento en días del Súper Show 007 era fre-
porque en los hechos no tenía parangón y se alzaba fácilmente nético y de eso atestiguaban los empleados de la fuente de soda
como la mayor figura de la Nueva Ola, que ya entraba en su Palace. Raudos debían acudir con las solicitudes alimenticias de
ocaso. Aunque aún era un fenómeno vigente de la cultura po- las figuras, apuradas tras la presentación de los cantantes que
pular chilena, con una música y actitud que la hacía desafiante hacían de teloneros. Y como en ese tiempo los ídolos nacionales
y encantadora. “Ella estuvo magnifica, incomparable. Estaba gozaban de la misma popularidad que los venidos del extranje-
vestida de minifalda blanca plateada y con zapatos de tacón. ro, el nerviosismo era total y causaba desaguisados. Una de las
Recuerdo mirarla desde la platea del Cine Palace y sentir ese empleadas del negocio, en una ocasión, emocionada porque iba
magnetismo. Una vez terminado su show quedé con un vacío a ver al “Pollo” Fuentes, tropezó con el sándwich que llevaba en
difícil de entender y una sensación de que has presenciado algo la mano. Ante la desesperación, recogió los trozos dispersos y
que sabes que será parte de la historia de los mejores momentos con el rostro ruborizado se lo entregó. “Está bueno”, le dijo el
de tu vida”, es el recuerdo de Antonio Mason, un melipillano “Pollo”, que ignoraba los caminos transitados por su sándwich.
que ese día veía a su ídola, la voz que nacida en Tomé había sido El show del 007 terminaba habitualmente alrededor de la
la máxima figura femenina de la canción popular chilena. Con una de la madrugada. Muchos de quienes actuaban, cansados
cada una de estas visitas, la vida del barrio se conmovía. Arria- de tanto movimiento, pasaban al pequeño local de la señora Ali-
gada aún guarda imágenes de esos días ajetreados. cia y pedían que bajaran la reja para poder estar tranquilos. Los

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fanáticos que se apostaban en las afueras sólo se resignaban a natal y donde pasaba gran parte del tiempo, y México, lugar en
intentar mirar por algún orificio. Quienes estaban adentro pu- que filmaba películas como “Arrullo de Dios”, hizo un espacio
dieron conocer, ver de cerca, a aquellas estrellas. para visitar nuestro país. Su llegada fue anunciada con semanas
El 007 aportaba con espectáculos fuertes para una comuni- de anticipación. El día de la actuación llegó con una comitiva de
dad que, como en los mejores tiempos del Teatro Serrano, veía a 67 personas, en dos buses y un camión cargado con escenogra-
los cantantes de moda salir de la pantalla al escenario. Y no era fía y equipos técnicos, bajo el ruido de helicópteros que sobre-
cualquier público. Según Yerko Milenko, la caravana de músi- volaban la zona y el camino expedito, porque el tránsito en la
cos comentaba siempre que las audiencias más complicadas, de calle Ortúzar se había liberado solamente para ella. Desde San
menor paciencia y literalmente “pesadas” eran las de Valparaíso Antonio, El Monte, Talagante y otros rincones arribaron buses
y Melipilla. “El artista que gustaba lo aplaudían a rabiar, y el que que estacionaron cerca de la sala de calle Ortúzar, sobrepoblada
no gustaba se llevaba una pifia general, era un público poco res- de seguidores.
petuoso (…) le tenían miedo al publico melipillano, decían: si Adentro, en el camarín, la Novia de América se alistaba sin
no gustas allá a la primera, no nomás, ya no gustaste”, recuerda apuros para su espectáculo. Lejos de divismos, solamente pidió
Yerko Milenko. un pollo cocido sin sal para su perro chihuahua que la acompa-
El melodrama, la canción, el tango y lo mexicano, todos ñaba siempre. Mientras se maquillaba, conversó un momento
elementos constitutivos de la esencia del público de Melipilla, con una incondicional suya: la dueña de la fuente de soda. El
exaltarían su condición de apasionados espectadores con la pre- mismo Oscar Arriagada, que conocía del fanatismo de la señora
sencia de Libertad Lamarque. Conocida con el no menor apodo Alicia y de los buenos tratos que había tenido para con sus re-
de Novia de América, Lamarque era una actriz y cantante de presentados, la invitó a acompañar a su actriz favorita. Media
gran trayectoria en la música, y que en la pantalla grande había hora duró el encuentro, hasta que minutos antes de salir al esce-
emocionado una y otra vez con “Rosas blancas para mi herma- nario se despidieron. Para la estrella fue quizás una prueba más
na negra”, filme que en Melipilla solamente pudo ser exhibido de la calidez de sus fanáticos. Para la chilena, algo que la elevó
por una semana, pero con cinco funciones diarias y todas ellas por un momento del terreno de los mortales y la hizo caminar
repletas. sobre las nubes. La ovación final que recibió fue la misma que
Para el año 1969, mientras actuaba como protagonista de cosechaba en todo el continente. Sus dos horas y fracción de
la obra “Hello Dolly” en el Teatro Odeón de Buenos Aires, actuación cerraron una velada que ocupa el podio de las más
le manifestó a la revista Ecran su interés por visitar Chile. El memorables del Palace.
Labrador anunciaba que para enero de 1970 la diva pisaría el Así como Libertad Lamarque, el cantante y famosísimo ac-
escenario del Palace, pero no fue hasta dos años después que tor norteamericano Dean Reed, que años atrás había asistido al
la ciudad colapsaría ante su figura. Entre Argentina, su tierra teatro de la vecina ciudad de El Monte, convocó un lleno total.

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El protagonista de connotados westerns, compañero de John películas que iban a buscar a las distribuidoras capitalinas y que
Wayne y Charles Bronson en la pantalla grande, se paró jus- traían con los afiches y fotografías que se disponían en el foyer.
tamente delante del telón en que muchos de sus filmes habían ¿Cuánto demoraban en llegar a Melipilla desde su estreno en
hecho delirar a las jovencitas que lo veían en carne y hueso con Santiago? Alrededor de un mes y medio, lo que no era un pro-
los ojos llenos de lágrimas. Leo Dan, Los Ángeles Negros, Los blema. Lo que sí constituía un problema es que como los rollos
Iracundos también protagonizaron shows inolvidables, sazona- de película eran pasados de ciudad en ciudad, en ocasiones las
dos habitualmente por la picardía criolla. cintas llegaban cortadas o pegadas. Peor aún, para los especta-
No importaba cuan famosos fueran, nadie se libraba de la dores, era que ciertos filmes duraban menos de lo presupuesta-
azarosa atención que dispensaba el público local. Yaco Monti, do. Míticas son las funciones de semana santa en que una pelí-
popular cantante argentino, con varias portadas en revista Rit- cula bíblica de 4 horas se reducía a 55 minutos, para así obtener
mo, mostró su mal humor en las tablas melipillanas. Mientras más rotación de público. “Al final Jesús aparecía, lo aclamaban
entonaba “¿qué tienen tus ojos…?”, de su hit “Siempre te recor- y ya lo estaban crucificando, y vamos con la otra función”, es
daré”, Héctor Hernández, uno de los trabajadores del cine le uno de los recuerdos narrados sobre aquellas liturgias cinéfilas.
gritó con feroz vozarrón “¡Lagañas!”, provocando la inmediata Durante este tiempo, pocas de las grandes producciones de
risotada en el público. El trasandino obvió la broma e inten- Hollywood llegaron a Chile. La industria estadounidense se ne-
tó seguir, pero cuando iba en la parte que decía “¿qué tiene tu gaba a mandar sus películas a un país socialista, que se perdía
pelo?”, y el mismo funcionario, un tipo bromista apodado Tito de ver los estrenos ganadores del Oscar. Las cifras indican que
Cachimba, le gritó “¡Piojos!”, el cantante no siguió más. Pidió las películas estadounidenses que llegaron en 1973 fueron sola-
que se sacara al hombre que le aportillaba el show o él no se- mente un 18% del total224 de filmes exhibidos en el país. Gracias
guía. Y cuando daba vuelta hacia el camarín, raudo y molesto, a esto, producciones yugoeslavas, rusas, francesas e italianas
pudo conocer que tras las cortinas de terciopelo no había más comenzaron a ser conocidas por un público habituado al llanto,
que ladrillos y cemento. A pesar de romperse la cabeza, siguió amores, balaceras, persecuciones y risas.
cantando. Mientras tanto, ocurría el renacimiento del Teatro Serra-
El Palace iba viento en popa y los niños también tenían ca- no. “El cine de los grandes estrenos”, como se autodenomina-
bida en las butacas con las visitas de payasos de la televisión, ba, había iniciado un camino de exhibición de filmes en con-
como los de Teleminimundo y sus payasos Copucha, Chirolita y sonancia con Santiago, fomentado por la capacidad de gestión
Cuchara, en matinal, matiné y vermouth. Transcurridos los dos que tenía Sottolichio, gracias a su ya amplia y consolidada
primeros años del gobierno del presidente Salvador Allende, los trayectoria como empresario del espectáculo. En el Serrano se
problemas de Massoud por fin se habían borrado y ya no tenía
cuitas con ninguna autoridad. Podía exhibir perfectamente las 224 Op. cit. Mouesca & Orellana, p. 314.

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estrenó, en 1970, “El Chacal de Nahueltoro” y siguió con una especialmente al de la calle Ortúzar, cuyo cine es una especie de sala
permanente programación con cintas estelarizadas por Franco entregada al amor libre, por el poco control que existe al respecto226.
Nero, Robert Redford, Romy Schneider, Lea Masari, Dustin
Hoffman, y los nacionales Luis Córdova, Pedro Messone, Emi- Por cierto, dicha carta no tendría ningún eco en los térmi-
lio Gaete y Leonardo Perucci. “Zorba El Griego”, “Operación nos que el señor reclamaba. El país y el mundo estaban transi-
Trueno” de James Bond, la exhibición del concierto de Woods- tando otra etapa. Como Archibaldo Larenas, hijo putativo de
tock, incluidos Joan Báez225 y Carlos Santana, Barbarella, Saco Melipilla que posaba su figura ante el lente del director griego
y Vanzetti, formaban parte de una cartelera que gustaba a casi Costa Gavras, al participar en su filme “Estado de Sitio” con la
todos, salvo a los más conservadores. Entre ellos, un ciudada- actuación estelar de Yves Montand. La noticia enorgullecía a la
no que firmaba como H. A. Maturana, en El Labrador del 6 de ciudad que veía a este profesor de su escuela industrial en un
abril de 1973. sitial inusitado para uno de los suyos. La cinta, que paradójica-
mente retrataba el clima post-golpe de estado en Uruguay, no se
Es increíble hasta donde ha llegado la inmundicia en las pelí- estrenó en un Melipilla que, para ese tiempo, había recuperado
culas que se están exhibiendo en Melipilla. Basta ver los carteles y su biblioteca, tenía una semana de la cultura, veía crecer su tra-
programas de los dos cines de la ciudad para darse cuenta lo que bajo folklórico, acudía a los espectáculos cotidianos de sus dos
están viendo nuestros hijos y muchos aficionados al séptimo arte. teatros, y olía la pólvora de los días que vendrían.
De todas las cintas que se anuncian para los próximos días (y eso
que estamos en Cuaresma) la mayoría son inconvenientes para la 1973, folklore y fiesta
juventud de la cual se dice que sabe más de la cuenta en cuestiones
del sexo. Se han alzado los precios pero la calidad va empeorando, Yo grabé a principios del año 1973 para el sello Tricolor Mu-
aunque se diga que no hay importación de buenas películas. Aquí no sical, que grababa en la RCA. Era un disco de 45, de dos canciones
se les pide el carnet de identidad a los jóvenes como en Santiago y a gitanas que se mandarían a la RCA a masterizar. Me dijeron “el día
los empresarios lo único que les interesa es hacer dinero como venga 30 de septiembre vamos a hacer el lanzamiento”. Y bueno, llegó el 11
y les da igual si entran niños o muchachitas cigarreras a ver pelí- de aquel año y se perdió todo. Yo dije “no importa que se pierda esta
culas inmorales. Ya estaría bueno que las autoridades pertinentes grabación”, porque se tomaron en el estudio de la RCA y el máster
pospusieran “las peras a cuatro” a estos empresarios inescrupulosos, que se hizo quedó ahí. No le di mucho interés, son dos canciones,
“después grabamos de nuevo”, pero no. Me empezó a ir bien, me de-
225 Joan Báez y su canción protesta tuvieron gran proyección artística, básicamente,
en los años 1960 durante la guerra de Vietnam. Aunque también apoyó otras causas
diqué de lleno y vivía de la música.
posteriores a dicha guerra. Para profundizar en su biografía revísese: Bloch, Avital H.,
“Joan Báez: A Singer and Activist” en Bloch, A. & Umansky, L. (eds.), Impossible to
hold. Women and Culture in the 1960s, New York, New York University Press, 2005. 226 El Labrador, 6 de Abril de 1973.

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Es el recuerdo Yerko Milenko de ese septiembre de 1973 de Núñez, María Flor Núñez, quien ejercía como su secretaria,
que cambió la vida del país. Así como su primer disco se vio también permaneció detenida y fue sometida a torturas durante
truncado, toda la vida cultural y social del país cambió. Meli- tres meses a manos de los máximos verdugos de Tejas Verdes,
pilla también lo haría, a su ritmo y con sus particularidades. entre ellos su jerarca, Manuel Contreras229.
Ese martes 11 de septiembre la ciudad vivió la convulsión del La radio se apagó un poco, no transmitía, porque su dueño
golpe de estado perpetrado por todas las ramas de las Fuer- estaba también en Tejas Verdes por algunos días, hasta que fue
zas Armadas y de Orden, así como también los subsecuentes liberado. Así como él, la señal radial y el cine demoraron poco
estados de excepción, el toque de queda, la persecución, la en volver a su actividad. El clan Massoud apoyaba a su hermano
prohibición de asociatividad227, la desarticulación de los vín- José, que no se encontraba muy bien. Solían hacerlo. Una vez al
culos sociales, el miedo y también la alegría. Hubo quienes mes los hermanos se juntaban para ver qué problemas tenían y
fueron apresados, otros huyeron, otros acudieron a las comi- cómo podían solucionarlos.
sarías y algunos se instalaron en plena plaza para bailar una Pero lejos de irse cuesta abajo, el Palace mantuvo hasta
cueca celebratoria. inicios de los ochentas una alta concurrencia de público a las
Las luces en los teatros melipillanos se apagaron por un funciones de cine y sus espectáculos, y logró una relación de
momento y las cintas dejaron de proyectarse. La ciudad fue muy buena amistad con las autoridades locales del período y las
cercada por tropas militares que entre sus objetivos principa- “fuerzas vivas” de la ciudad.
les tuvieron al diputado socialista Matías Núñez. Su cacería fue Por otro lado, el Serrano también siguió vivo. Sottolichio
sin cuartel. En el camino, su chofer, Jorge Luis Ojeda, un joven no cerró sus salas de espectáculos en Santiago y menos lo iba
estudiante universitario de 20 años, fue aprehendido en el sec- a hacer en Melipilla. “Me conozco las cien patas del gato y sé
tor de Huechún, luego, torturado y asesinado228. La hermana cómo mantener un teatro. Para el año 73, por ejemplo, cuando
se produjo el pronunciamiento militar y había toque de queda
227 Dentro de estas prohibiciones, estuvo la disolución de juntas de vecinos, y luego a las seis de la tarde, yo igual hacía una función de matiné y
la designación a dedo de los presidentes de éstas, quienes debían estar en sintonía con
la dictadura militar. tenía público”230 recordaría años más tarde el inventor del Pi-
228 En la comitiva que lo detuvo estaba el capitán de Carabineros Sergio Brieba caresque chileno. No obstante, el Serrano perviviría solamente
Hinrichsen, el médico Bernardo Purto Yarcho, quien vestía uniforme institucional,
el mayor Carlos Solís Silva, y los Sargentos Silvio Concha González y Emilio Marín como un cinematógrafo con una buena cartelera y con algunas
Huilcaqueo, el conocido “Paco” Marín, el mismo que sacaba a los asistentes revoltosos
de las funciones del Teatro Serrano. El joven Ojeda fue llevado a la Cuarta Comisaría Web del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, disponible en:
de Carabineros de Melipilla, donde fue sometido a torturas que terminaron quebran- www.ddhh.gov.cl/filesapp/TEJASVERDESTORTURAS.doc (revisado en: diciembre
do su espalda. De allí fue enviado a la cárcel de San Antonio y, posteriormente, al de 2011).
Regimiento Escuela de Ingenieros Militares de Tejas Verdes, donde fue nuevamente 229 Sitio Web del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, dis-
torturado. El 6 de octubre apareció muerto en el río Rapel. Al respecto, contrástense ponible en: http://www.ddhh.gov.cl/fallosagosto2010.html (revisado en: diciembre de
las siguientes fuentes: Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación, Informe 2011).
de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, Tomo I, volumen I, 1996; y el Sitio 230 Mouat, Francisco, Chilenos de raza, Santiago de Chile, Aguilar, 2004, p. 185.

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actividades municipales menores. Las de mayor envergadura se la manera más amigable. El Mercurio234, en una nota titulada
realizaban en el Palace. Y como la dictadura había entendido “Pelo corto: Nueva moda” aseguraba que los jóvenes corrían
que a través de lo cultural y artístico debían instalar un nuevo a cortarse el pelo, porque querían “ser los primeros en exte-
ideario de lo chileno, los escenarios serían lugares privilegiados riorizar, en sus propias personas, el espíritu viril y renovador
para la puesta en escena de la nueva cultura nacional que bus- que recorre la República”235.
caban consolidar. De la mano con la operación de desmantelamiento de los
La Junta Militar comprendió que la reconstrucción de un vestigios simbólicos de la Unidad Popular, la dictadura inició
nuevo Chile pasaba fundamentalmente por lo simbólico y, un proceso que denominó como reconstrucción del país, en el
en consecuencia, por lo artístico-cultural, idea que accionó que desarrolló una política cultural cuyo fin era “extirpar de
mediante la destrucción del legado democrático republicano, raíz y para siempre los focos de infección que se desarrollaron
especialmente de izquierda, y la campaña de restauración231. y puedan desarrollarse sobre el cuerpo moral de nuestra patria
La primera tenía como propósito “desmantelar el proyecto y en seguida, que sea efectiva como medio de eliminar los vi-
socio-político-cultural de la Unidad Popular”232 abarcando cios de nuestra mentalidad y comportamiento”. Este extracto,
la desaparición física –en que el caso más paradigmático es tomado del texto Asesoría Cultural de la Junta de Gobierno y
el asesinato de Víctor Jara–, persecuciones, creación de lis- el Departamento Cultural de la Secretaria General de Gobierno
tas negras, imposición de militares en las rectorías de las de 1973236, tenía por intención modelar la vida entera, desde lo
universidades, despidos de académicos y funcionarios de estético, lo simbólico, lo palpable y lo reflexivo, es decir, instalar
oficinas públicas, quema de libros 233, borrado de murales, una cosmovisión y una forma de conducta, limitando lo correc-
retiro de estatuas, cierre y control de medios de comunica- to de lo incorrecto, lo chileno de lo antichileno.
ción, editoriales y sellos discográficos, cambio de nombre La división se hizo en base a lo que la dictadura consideró
de calles, poblaciones, etcétera. Hasta la fisonomía personal una tergiversación y pérdida de un alma que subyace a nuestra
debía ser cuidada. Se evitaba combinar el rojo y negro en la condición de habitantes de esta tierra y portadores de un legado
vestimenta, usar barbas y el pelo largo. De lo contrario, los y un horizonte. La hacienda, el huaso, una vida tranquila y orde-
mismos militares podían cortarlo en lugares públicos y no de nada, los héroes patrios, los símbolos y la condición de chileno
como propio de una raza eran parte de esta alma por recobrar.
231 Errázuriz, Luis Hernán, “Dictadura militar en Chile, antecedentes del golpe esté-
La búsqueda de esta chilenidad, de acuerdo a Luis Hernán
tico cultural” en Latin American Research Review, vol. 44, núm. 2, 2009. Errázuriz, se persiguió a través de diversos mecanismos. El
232 Op. cit. Errázuriz, p. 138.
233 Junto con la quema deliberada en instituciones y en allanamientos a casas par-
ticulares, operó el miedo y la autocensura y muchos se apresuraron en enterrar o que- 234 El Mercurio, 22 de septiembre de 1973.
mar sus libros, discos, afiches y otros archivos que pudieran ser considerados subver- 235 Citado en op. cit. Errázuriz, p. 145.
sivos. 236 Citado en op. cit. Errázuriz, p. 140.

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primero de ellos fue la recuperación del patrimonio material ramos! En la casa nos decían que teníamos que respetar eso, porque
chileno, donde cabían edificios, casas de campo, estatuas, mo- además el colegio era como de élite.
numentos y actos que se denominaron tradiciones, creando en
ellos la identidad visual, espacial y episódica de lo que valía la La música adquirió una posición privilegiada y especial-
pena rescatar. Luego establece una prefiguración de lo chileno, mente la música folklórica, donde se dio un juego de doble ex-
como un concepto claro, sin disputas y en directa oposición clusión. Por un lado, la desarticulación de la Nueva Canción
a cualquier reclamo, sobretodo si éste tenía alguna relación Chilena a través de la persecución de sus principales figuras238,
con reivindicaciones de sectores demócratas. En esta posición, la desaparición de piezas musicales de carácter andino en las
todo lo que se hubiera hecho en Chile ligado a las artes y que no radioemisoras chilenas –dentro de un rango amplio de mú-
se relacionara con reivindicaciones o problemas sociales, era sicos proscritos– y de instrumentos nortinos en la ejecución
ensalzado. Otros mecanismos usados fueron la aceleración de musical, ambos identificados como propios de la izquierda y,
publicaciones de historia de Chile; el culto a la bandera como más tarde, con la canción de protesta239. Sin embargo, por otro
ícono regulado por la autoridad, en contraposición a un em- lado la dictadura elevó la música folklórica a un sitial de banda
blema reivindicado por el mundo popular en sus conquistas sonora de la nueva patria como los auténticos sones de lo na-
sociales; la realización de actos públicos y semiprivados, que cional, canciones sin contenido político, donde no se eviden-
iban desde celebraciones nacionales a establecimientos edu- ciaban injusticias ni desigualdades240, sino anécdotas, cantos a
cacionales que, desde 1974 comenzaron a cantar el himno na- la mujer, a una vida campestre, campechana y simpaticona. Un
cional con la estrofa que alababa a los “valientes soldados que ejemplo paradigmático de este nuevo-viejo folklore fueron Los
habéis sido de Chile el sostén”237. Para 1974, Griselda Moreno,
por aquellos años alumna del colegio de las Religiosas Reve- 238 Dentro de este grupo están Ángel Parra, Osvaldo Rodríguez, Inti Illimani,
Quilapayún, Patricio Manns, entre otros.
rendas Carmelitas de la Caridad e hija del dueño de un céntrico 239 Jordán, Laura, “Música y clandestinidad en dictadura: la represión, la circulación
restaurante, tenía ocho años y era parte de quienes recibían la de músicas de resistencia y el casete clandestino” en Revista Musical Chilena, Año
LXIII, Julio-Diciembre, núm. 212, 2009, pp. 77-102.
instrucción de un nuevo Chile. 240 Al respecto, María José Barros indica que: “El campo chileno se impuso como
un espacio idealizado, donde patrones y peones convivían armónicamente en con-
junto con la naturaleza; era la visión del país agrario a favor del patrón. Los Huasos
Hay un recuerdo que tengo muy patente después del golpe de Quincheros se volvieron en los preferidos, pues no tocaban quena y hablaban de modo
neutral del mundo rural. En consonancia con lo anterior, en 1979 se decretó la cueca
estado. El profesor Alfonso Agüero, que entre el mantelito blanco que
como el baile nacional, con lo cual se homogeneizaba, a nivel simbólico, la diversidad
nos enseñaba a cantar, estuvo toda una semana enseñándonos el cultural del país: tras una cueca elegante y estilizada, quedaron al margen de lo oficial
los demás bailes existentes en el país. Pero, además, el régimen denigró la figura del
nuevo himno nacional. ¡Toda una semana para que nos lo aprendié- rockero, pues quien tuviera barba o pelo largo era relacionado con el vestir del enemi-
go” (Barros, María José, “Lo local y lo transnacional en la poesía de dictadura de José
Ángel Cuevas. Entre el rock, la casa de adobe y el neoliberalismo” en Acta Literaria,
237 Op. cit. Correa et al., p. 304. núm. 39, semestre II, 2009, pp. 116-117).

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Huasos Quincheros, conjunto de voces y guitarras que atavia- Melipilla fue parte de este proceso y sus teatros atestiguaron
dos pulcramente como huasos de salón, desplegaban tonadas este tránsito cultural en el que todo el país se encontraba. Para
y cuecas dedicadas a cuestiones puramente idílicas241. Fueron 1974, por orden de la Secretaría General de Gobierno, el alcalde
el rostro del folklore en dictadura, a tal nivel que incluso la Se- subrogante citó a directores de establecimientos educacionales
cretaría General de Gobierno creó en 1975 el concurso Nuevas y otras instituciones de la ciudad para crear un instituto cultu-
Canciones para Los Quincheros, para que el conjunto ampliara ral “que sirva de base a instituciones que canalicen inquietudes
su repertorio. de mayor nivel cultural y educación para nuestro pueblo. Los
El énfasis en esta nueva política cultural llevó a crear el De- presentes a la cita aprobaron el nombramiento de un Consejo
creto con Fuerza de Ley 804 de 1974242, instaurando el cargo de Cultural compuesto por cinco miembros y que tendrá el man-
asesor cultural de la Junta de Gobierno, que para el desempe- dato de asesorar al alcalde en la promoción cultural de la comu-
ño de sus funciones actuaba por intermedio del Departamento na. El consejo quedó formado por Edelberto Elgueta, Nelson
Cultural de la Secretaría General de Gobierno. Esa institución Retamales, Abel Fuenzalida, Carlos Avilés y Horacio Carreño,
operacionalizó convenios y propulsó entidades destinadas a “di- siendo el secretario Hernán Morales”245. Folcloristas, educado-
fundir los valores folklóricos a lo largo de todo el país”243. Así res e historiadores tomaban parte de la orgánica cultural que la
nacieron corporaciones culturales, institutos de cultura, se creó dictadura planteaba para la nueva era del país.
la Secretaría Nacional de la Juventud244 y los establecimientos Así, la presencia del folklore en Melipilla creció con ins-
educacionales fueron herramientas a través de los cuales la dic- tancias como el Festival Melipilla Renace, realizado en agosto
tadura militar impuso su cosmovisión de país. de 1974 en el Gimnasio Alberto González Godoy. Organizado
por la Secretaría Nacional de la Juventud, a través de su capítu-
241 En efecto, Araucaria Rojas menciona que: “la chilenidad, durante el período del lo melipillano, tuvo gran asistencia y coronó como ganador al
gobierno militar, se corporifica parcialmente en la figura del huaso, quien, gallardo
e incólume, encarna valores de dicho “deber ser”. El paradigma del huaso, para esta conjunto Esperanza y al joven solista Washington Gómez, quien
dimensión temporal, es personificado por diversos grupos musicales que contienen en sería figura importante en la historia de la ciudad al convertirse
su propuesta estética atavíos, instrumentos y repertorios similares. Los Huasos Quin-
cheros, de kilométrica carrera artística, son reconocidos -erróneamente o no- como en la voz y guitarra de la canción “Canto a Melipilla”. Un año
paladines de la cueca (y de todo un folclor) oficial, pues la ubicuidad en medios de después, el municipio impartió en talleres de enseñanza bási-
comunicación y la función como personero de gobierno de Benjamín Mackenna, los
relacionaron ineluctablemente con la dictadura pinochetista y su brazo cultural”. (Ro- ca clases de cuecas, refalosas, sajurianas, chapecaos, cielitos,
jas, Araucaria, “Las cuecas como representaciones estético-políticas de chilenidad en
Santiago entre 1979 y 1989” en Revista musical chilena, año LXIII, nún. 212, 2009, p
pequén y sombrerito. Los monitores eran María Catrián Ruiz,
.55). Washington Gómez, Alicia Hidalgo, Hernán Ruiz, entre otros,
242 Disponible en: http://www.leychile.cl (Revisado en: diciembre, 2011).
243 El Mercurio, citado en op. cit. Errázuriz, p. 150. y celebraban ese 18 de septiembre un festival de folklore escolar
244 La Secretaría Nacional de la Juventud, en su capítulo melipillano, se inauguró
el sábado 10 de agosto en el Cine Palace, con la presencia de números artísticos de
colegios y liceos y del Conjunto Folklórico Municipal. 245 El Labrador, 15 de septiembre de 1974.

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en la Plaza de Armas, donde se podía ver el aprendizaje de los prosiguieron a cargo de la Secretaría Nacional de la Juventud,
menores. Griselda Moreno, recuerda que: también disfrutaron el folklore como hito permanente. En de-
finitiva, los setentas fueron una década caracterizada por el
Teníamos que ir a todas las clases de folklore que hacía el con- folklore, con marcada presencia en el Gimnasio Alberto Gonzá-
junto de la Municipalidad, con el Nano Ruiz, la Alicia, Manuel En- lez y también en el Palace.
cina. Las hacían en el colegio porque éramos niñitas de las monjas y Y por supuesto que en el Buscando la Mejor Voz y Con-
no podíamos salir. Después hacían grandes actos. Se exacerbaba el juntos de la Zona también sonaba con mucha fuerza. En el
folklore y no habían cuecas choras, las cuecas que se bailaban eran año 1974 la iniciativa volvió a convocar a incipientes artistas,
cuecas de salón y exacerbando el tema nacionalista mediante las ac- cantantes amateurs, o sencillamente a quien se atreviera en el
tividades que hacía el colegio. Era todo muy nacionalista. escenario. Se presentaron participantes de todos los sectores
de la ciudad, llegando cantantes de Talagante, El Monte, San-
El folklore tuvo apoyo en Melipilla como nunca antes. La tiago, San Antonio, Quilpué, también de liceos y colegios de la
canción “Canto a Melipilla” pudo ser grabada en estudios san- zona. Eran verdaderos representantes de sus localidades y lleva-
tiaguinos, gracias al apoyo del alcalde designado Eduardo Mo- ban con orgullo el nombre de su pueblo, barrio, villa o escuela,
rales246. Un ejemplo de esto es que dos años más tarde se creó el compitiendo en las categorías juvenil, internacional, mexicano
Primer Festival Folklórico, bajo el mando de Nelson Retamales. y neo-folklore.
Organizado por el municipio y la Dirección Departamental de Incluso los cantores a lo humano y lo divino tuvieron su
Educación de Melipilla los días 15, 16, 17 y 18 de septiembre, se aparición en la edición de 1976 de este festival. Habitualmen-
congregaron escuelas de la zona en el marco de un lleno total y te alejados de los escenarios de Melipilla, el payador Domingo
con la presencia de las cámaras de Canal 13. Esta vez, el lugar Pontigo encabezó una delegación que reunía a cultores de Al-
elegido no fue el Palace, sino el gimnasio Alberto González, que hué, San Pedro, Loica, Quelentaro y Melipilla. En esa ocasión
tenía mejores accesos, más espacio para ejecutar las danzas y no los cantores se presentaron ante 1.300 personas en una compe-
necesariamente un peor sonido. tencia de payas. Lleno total para una jornada que comenzaba
La empresa Soinca también aportaba en esta corriente con a las 10:30 horas y se mantenía hasta las 13 horas de los do-
el Festival Melipilla Canta con Melipilla de 1976, patrocinado mingos. En pleno auge de los festivales, Melipilla contaba con el
por el Cuerpo de Bomberos y la Gobernación de Melipilla, que suyo y hasta se prendían antorchas, a la usanza de Viña del Mar,
durante seis días dirimió entre las mejores canciones del géne- claro que a diferencia de la Quinta Vergara, el Palace no tenía
ro folklórico e internacional. Las fiestas de la primavera, que una ventilación adecuada para tales fuegos. Tampoco detentaba
un buen sistema de sonido. “Solamente una nota baja ha tenido
246 El Labrador, 22 de septiembre de 1974. este concurso y es su amplificación, que muchas veces no se es-

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cucha absolutamente nada dentro del recinto en que se llevan a Melipilla seguía su vida sin tanta alteración como en otras
efecto”247, decía la prensa, pero nada amilanaba el paso de este zonas del país, aunque un tanto dislocada en su mojigato ca-
certamen apoyado por el municipio. rácter por los espectáculos que comenzaban a llegar a través
Conducido por Armando Cortés y Luis Santis, el festival de locales nocturnos como el night club Passapoga, ubicado
animaba a Melipilla cada año y era un lugar donde la comuni- a pocas cuadras de la Plaza de Armas, y shows revisteriles en
dad se encontraba. Elsa Saravia, a los 16 años, encontró al amor el Cine Palace. La queja de la JUM fue que “los encargados de
de su vida en la fila de acceso al Palace. “En el Buscando la Me- esta clase de espectáculos, fijan su mirada no en lo artístico
jor Voz conocí a mi esposo. Yo siempre iba a ver las películas de sino en lo económico, ubicándolos en la baja categoría de lo
Sandro, que hacían furor en ese tiempo, a galería que es donde mercantil. Lo negativo de estos espectáculos no se limita sólo a
íbamos los que teníamos poco dinero. Y un 4 de julio de 1976 lo anterior, sino que también se debe agregar la ausencia total
fuimos con mi tía al Buscando la Mejor Voz, estábamos en la de censura en lo que a edad se refiere; la mujer es considerada
fila y llegó él con su hermana. Desde que lo vi me enamoré”, es el vil mercancía, que en lugar de enaltecerla, es denigrada como
testimonio de quien recuerda que “el Buscando la Mejor Voz era tal”248.
un show que buscaba talentos de todo tipo y uno se reía mucho, Las dos caras de esta ciudad que se escandalizaba por lu-
porque hacían concursos también y se pasaba bien”. gares que siempre existieron, eran perceptibles para cualquier
La diversión en Melipilla era buscada a la vez por otras ini- persona que observara a su alrededor. Para Pía Barros249 tam-
ciativas, como las fiestas Tugar, Tugar, Salir a Bailar, verdadera bién. La escritora nacida y criada en Melipilla, para los años se-
institución del baile que se desarrollaba entre enero y marzo en tenta se arrimaba a una adolescencia y juventud en que percibía
el Gimnasio del Cuerpo de Bomberos, donde acudía la juven- un doble estándar evidente en diversos ámbitos.
tud a pasar el rato y a competir por ser la mejor pareja. Era el
epicentro de diversión para los sectores populares, a diferencia Melipilla siempre fue el ejemplo de las violencias, de las violen-
del Centro Árabe, que era un espacio más exclusivo. Y no ha- cias peores, de las violencias de clase, de género, los huevones gol-
bían más lugares para salir a bailar. Todas estas actividades se peándose el pecho en misa y tirándose a todas las cabras que podían,
ejecutaban en la mañana o en horarios restringidos. La ciudad, los lugares de la Iglesia para los pirulos adelante y la resaca atrás.
tal como el país, vivía entre límites y de a poco se le avisaba qué Pocos lugares reflejan tan bien la mierda que somos como Melipi-
podía y qué no podía hacer, desde el derecho de reunión hasta lla, con el estereotipo del dueño de fundo, que lo es el almacenero
la posibilidad de circular por las calles, siempre hasta ciertas también en su barrio, con una cantidad de reglas no dichas, porque
horas.
248 El Labrador, 2 de octubre de 1974.
249 Sobre la autora y su bibliografía: http://www.piabarros.cl/ (Revisado en: diciem-
247 El Labrador, 7 de junio de 1976. bre de 2011).

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siempre había que bloquear, no ver, callar. Y la doble significación. fender tu virginidad como energúmena, pero había sectores donde te
Si él violaba era choro, si ella era abusada “se lo andaba buscando”. sentabas a ver si querías. Pero en general ahí te encontrabas con todo
el mundo, la diferencia estaba en que los niñitos pijes iban desastra-
Mientras tanto, la ciudad en dictadura tenía sus anhelos dos y la gente humilde se arreglaba especialmente para ir al cine. Y
propios: la construcción de un megacentro deportivo que nun- no estoy hablando del año uno, estoy hablando de los setentas, en la
ca se concretó, la compra de una antena repetidora para que se época del hippismo.
viera mejor la televisión, la participación de Soinca Bata por
primera vez en el torneo de ascenso del fútbol profesional co- En mayo de 1974, el Teatro Serrano exhibía filmes como “La
deándose con equipos de renombre, y mayores celebraciones en Ciudad Violenta”, con Telly Savalas y Charles Bronson; “Caba-
zonas no céntricas, como Huilco y Mallarauco. Anhelos que se ret”, protagonizada por Liza Minelli; “La Naranja Mecánica”,
sazonaban con un maquillaje urbano para declarar hijos ilus- dirigida por Stanley Kubrick; y “Harry El Sucio”, estelarizada
tres a tantos como nunca antes se había hecho. El líder de la por Clint Eastwood, quien dada la afición de los melipillanos a
Junta de Gobierno, Augusto Pinochet y los generales Humberto los westerns, lograba llenar la sala. También alojaba actividades
Gordon, además del Ministro del Interior, general César Raúl culturales de menor concurrencia, como el concierto de guita-
Benavides, fueron declarados por el alcalde Eduardo Morales rra de Hernán Miranda en noviembre de 1974.
como ciudadanos ilustres. Cuadras más al sur, en el Palace, el asunto iba mejor, porque
Morales, capitán en retiro del Ejército, pequeño agricultor y dos estrellas del Festival de la Canción de Viña del Mar de 1974
dirigente camionero, guardaba buenas relaciones con el dueño se harían presentes ese mismo año: Bigote Arrocet y Camilo Ses-
del Cine Palace y forjó una relación cordial entre el municipio to. El primero ya había sorprendido al país con una rutina eje-
y el principal recinto de espectáculos. A tanto llegaba dicha cutada en el escenario de la Quinta Vergara el año 1972, en que
empatía, que los dineros recaudados por el Buscando la Mejor con apenas 21 años hizo delirar de risa al público asistente y al
Voz se repartían igualmente entre el empresario del Palace y la país. Dos años más tarde tuvo una rutina menos exitosa, aunque
Municipalidad, destinando parte de lo obtenido al Hogar de el corolario de su actuación le brindó el amor total de quienes se
Ancianos. manifestaban afines al nuevo régimen, al cantar la canción “Li-
Al Serrano, por su parte, le seguía yendo bien y permanecía bre” del español Nino Bravo. El tema era utilizado por los parti-
como el lugar de siempre, según recuerda Pía Barros: darios de la dictadura como un himno de lo que denominaban
la liberación del país. Bajo ese halo de figura consular del humor
No era caro porque daban tres películas, aunque para que pa- chileno, Bigote Arrocet llegó el viernes 17 de mayo al Palace, an-
sara rápido le cortaban las tres cuartas partes. Pero uno iba como a tes de partir a una gira a Europa. Patrocinada por la Cámara de
pololear también, estaba la lista del cochero para ir a atracar y de- Comercio, la función congregó a un lleno abismante.

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Y por esa misma senda pretendía seguir el empresario, que del cantante. Como era la única vía de acceso, la caravana del
tuvo una oportunidad de oro en el verano de 1974, cuando co- español no tuvo otra chance que hacer frente a la masa con una
rrió el rumor de que un cantante español de nombre Camilo estrategia infalible: bajaría del vehículo que lo transportaba con
Sesto, ídolo de masas en España y Latinoamérica, llegaría al una peluca y anteojos grandes para pasar desapercibido. Eran
Cine Palace. Era su primera gira por Sudamérica y el gran éxito las 18 horas y todo iba bien, hasta que el rugir femenino explotó
en el Festival de Viña del Mar lo convertía en la estrella del mo- bajo el grito “¡Camilo Sesto!”. Todas se abalanzaron sobre la fi-
mento. Luego de su paso por la Quinta Vergara, Luis Hernán- gura pelilarga, socorrida por su equipo para ingresar al edificio
dez, un colaborador del músico y productor Óscar Arriagada, a duras penas.
hizo el contacto para girar con el creador del 007. Una de las Allí fue recibido en una salita, dialogó con representantes
escalas sería la pequeña ciudad de Melipilla. de la colonia española, para luego subir al segundo piso, donde
El anuncio se hizo con poca anticipación, pero no era nece- lo esperaba Massoud, quien ya olfateaba el fracaso económico
sario. El cantautor de “¿Quieres ser mi amante?” y “Ayudadme”, de la jornada. Agazapada e imaginándose qué estaría haciendo
éxitos del momento, atraía por sí solo a la concurrencia, aunque el artista, María Hidalgo, una chica de 19 años que trabajaba
el precio de $5.000 pesos que costaría la entrada aquel lunes 11 en la Fuente de Soda Palace, fue la privilegiada para llevar un
de noviembre de 1974 era realmente exorbitante en aquellos sándwich y un jugo al hombre bautizado en su Alicante natal
momentos. Un día antes, el periódico El Labrador llevaba en con el nombre de Camilo Blanes Cortés. “Me tiritaba la bote-
portada una foto del hispano con una frase supuestamente acu- llita y él la recibió, me saludó con un beso en la cara y estuve
ñada por él. “Si me caso con chilena, me quedo a vivir en Chile. un ratito con él, yo estaba embobada, era (…) era demasiado
Este es el país que más quiero, dice Camilo Sesto, que mañana hermoso para ser hombre”, recuerda de aquel breve encuentro
viene a Melipilla”250. que tendría un bis.
La adulación a las féminas de la tierra anfitriona era un se- Poco antes del show, Sesto encolerizaba al posarse a un cos-
llo que brindaba resultados, por más que Sesto no necesitara tado de la sala y observar la audiencia. No más de 40 personas
emitirlas, porque sin aquellas palabras de por medio, el tránsito sentadas cuchicheaban en el público. La extrañeza fue total y
de la ciudad igualmente hubiera debido ser cortado, como lo los números no le calzaban. Por qué tanta gente afuera y nadie
fue ese lunes primaveral. La calle Ortúzar cerró para no dejar adentro, si no faltaba demasiado para el inicio del show. Y cla-
transitar a los vehículos en un pavimento plagado de colegialas. ro. Sesto no era tonto y le reclamó a Massoud que seguro había
El pueblo hecho mujer copaba de vereda a vereda el sector en puesto las entradas muy caras. No se equivocaba. De inmediato
cientos de melenas conmovidas ante la inminencia del arribo se negó a actuar y alistó sus cosas para volver a Santiago. No
quedaba otra alternativa más que dejar entrar a quienes se en-
250 El Labrador, 10 de noviembre de 1974. contraban fuera, por lo que Massoud mandó a uno de sus traba-

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jadores a las puertas del foyer. Asistido por miembros del staff ya consagrados como Marisol, Joselito, Sara Montiel, Pili y
de Sesto, fueron tres los hombres premunidos con sacos que hi- Mili y Rocío Durcal. A esas producciones se sumaban las de
cieron frente a una avalancha enfervorizada que dejaba lo que allende los Andes, prolíficos creadores de filmes musicales y
tuvieran: $1.000 pesos, $500, $100 o sencillamente las gracias de sexo o pícaros, como se les llamaba. Con el gancho musical,
fueron los precios que pagaron por ver el espectáculo. los cantantes de la época se llevaban las mayores concurren-
El español, de pantalones asfixiantes, ostentosa hebilla en el cias: Raphael, Sandro, Angélica María, Leonardo Favio, Joan
cinturón, vuelos en la camisa y chaqueta verde, cantó ante 1.500 Manuel Serrat, Palito Ortega y otros. Por su lado, “Grease” y
personas. Tres muchachas subieron para estar un momento con “Tiburón” eran exhibidas en el Teatro Serrano. La competen-
su ídolo, sólo dos bajaron. Una, con anteojos que denotaban su cia existía, aunque había un día en que era imposible com-
aguda ceguera, no volvió más del escenario. Nadie sabe si fue petir, debido a un tercer contrincante: Mario Kreutzberger y
porque no encontró la escala o porque no daba más de la emo- Sábados Gigantes, el programa televisivo más popular de ese
ción. Mismo sentimiento que embargó al público durante las momento.
dos horas del show en que el ibérico cambió dos y hasta tres
tenidas, provocando incluso el desmayo de ciertas jovencitas. El impulso dramatúrgico de Eduardo Mallea
María Hidalgo no sucumbió y al final de la última canción co-
rrió hacia la puerta de escape. Desde inicios de los años setenta, un profesor normalista de
Melipilla comenzó a tener una figuración pública por su inte-
Había dos carabineros, pero yo les dije que trabajaba en la fuen- rés en el desarrollo del deporte local y una eventual subsede de
te de soda, uno no me creyó mucho, pero el otro me reconoció. Subí Melipilla de unos Juegos Panamericanos que, finalmente, no se
las escalinatas, iba saliendo, nos encontramos, me dijo “Hola otra efectuaron en Chile. Profesor del Colegio Alonso de Ercilla y
vez, cómo estás” y me dijo que iba a salir en vehículo de inmediato, luego director del mismo establecimiento, fue un protagonista
porque a la entrada lo habían dejado mal, me contó que todavía le en la escena artística y cultural de la ciudad, gestionando por su
dolía la cabeza con los mechones que le tiraron. Así que me puso la cuenta una permanente agenda de espectáculos y actividades
mano en el hombro para que lo llevara y lo ayudé a salir. Las chiqui- como nunca antes se había conseguido.
llas me odiaban, salió al tiro. Nacido en 1936 y formado en las escuelas N° 31 y N° 1 de
la ciudad, Eduardo Mallea Llanos fue un hijo de la educación
Sesto pasó y la normalidad volvió al Palace. Hacia el año pública, lo que corroboró con sus estudios en la Escuela Nor-
1976 y 1977 la cantidad de gente que concurría no variaba mal José Abelardo Núñez, donde obtuvo el título de profesor
mucho. Además de las películas mexicanas, que poco a poco en 1958, dedicándose por entero a la docencia y buscando en
se iban acabando, estaban las españolas, con varios famosos forma decidida ser un activo miembro de la sociedad.

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La época post-golpe que vivió Mallea hallaba al país en ple- homenaje a uno de los padres del radioteatro y las telenovelas.
no desmantelamiento y reconstrucción, y en medio del llama- Moya Grau terminaba de presentar la teleserie “María José” en
do apagón cultural. Las razones eran diversas y contundentes: Canal 13, la primera del rubro hecha en Chile, y con parte de ese
permanente prohibición a la libertad de expresión, cierre de elenco presentó “A mí me lo contaron”, sainete de Lucho Córdo-
estudios de cine y escuelas audiovisuales251, vetos, censuras a va y Américo Vargas.
publicaciones y discos252, abolición de leyes en apoyo a las ar- En estas actividades, Mallea siempre procuraba involucrar
tes253, exilio a artistas, quema de recintos culturales, saqueo de a los niños del colegio con los actores y actrices que acudían a
museos y bibliotecas, cierre de medios de comunicación254 y la ciudad. Así, ese mediodía de junio, parte del estudiantado
control total de lo que escribía la prensa escrita que se mantenía presentó una parodia de la misma teleserie con mariposas, ena-
en pie255. Las artes y las comunicaciones sobrevivían con la lupa nos y una orquesta infantil de pequeños animales. Los chicos
y el garrote sobre sí. lograban acercarse al teatro y lo harían una vez más, un mes
Para el año 1975, Mallea inició un trabajo paulatino con la después, con la puesta en escena de “Mi adorada idiota” con Jael
intención de tener buen teatro en la comuna. Al alero del Cole- Unger, Gastón Quezada y Tennyson Ferrada en el mismo Pala-
gio Alonso de Ercilla, brindó un homenaje en el Cine Palace a ce. El afán teatral de Eduardo Mallea es recordado por su hijo
Arturo Moya Grau, a quien había tenido oportunidad de ver en Eduardo con las imágenes de una infancia en que veía pulular
shows de radioteatro en Melipilla, por lo que sabía de su aporte por su hogar a figuras de las tablas nacionales.
para que niños como él se enamoraran de las artes escénicas.
Por “una deferencia de don José Massoud”256, el 25 de junio, En ese tiempo mi papá estaba a cargo del colegio Alonso de Er-
a las 15 horas, con escolares y adultos en las butacas, se rindió cilla, y le escribió una carta a Moya Grau, y él trajo todo el elenco
de una teleserie que era la única de ese entonces. Y de ahí empezó el
251 Mouesca, Jacqueline, Cine chileno: veinte años: 1970-1990, Santiago de Chile,
Ministerio de Educación, 1992, p. 34. vínculo. Después mi papá se encontró con un amigo: Ramón Núñez.
252 Op. cit. Jordán, p. 84. Lo fue a ver a Santiago y empezaron a traer obras de las escuelas de
253 “Las drásticas medidas aplicadas desde el inicio del gobierno militar, desarticu-
laron las bases de la institucionalidad teatral. Prácticamente todo el teatro aficionado teatro y del teatro de la Universidad Católica, con unos montajes
de las organizaciones sociales de base, se crearon listas negras en la televisión; el cine que ahora no hay, una cosa tremenda, y se hacían temporadas en
prácticamente desapareció y se abolió la Ley de Protección al teatro chileno. A eso se
agrega la implantación de un toque de queda que durante diez años virtualmente puso Melipilla. Y de ahí suma y sigue, vinieron todas las obras de la Ca-
término a la actividad artística nocturna”. Zegers, María Teresa, 25 años de teatro en
tólica, vino el teatro ICTUS, con Nissim Sharim, Delfina Guzmán,
Chile, Santiago de Chile, Departamento de Programas Culturales de la División de
Cultura del Ministerio de Educación, 1999, p. 46 Silvia Piñeiro. Todas ellas eran mis tías, pasaban en la casa, y tam-
254 Jocelyn-Holt, Alfredo. El Chile Perplejo, del avanzar sin transar al transar sin
parar, Santiago de Chile, Ariel, 1998, p. 180. bién empezó a traer espectáculos que ni él mismo se explicaba cómo
255 Human Rights Watch, Los límites de la tolerancia: libertad de expresión y debate podía traerlos.
público en Chile, Santiago de Chile, LOM Ediciones, 1998, p. 88.
256 El Labrador, 8 de junio de 1975.

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Dos obras en un año. Era una cantidad que no se veía en nico. Montar “El Burgués Gentilhombre”, de Moliére, llevada a
Melipilla desde los mejores tiempos del Ateneo Juan Francis- escena por el centro de teatro de la Escuela de Artes de la Comu-
co González, pero el impulso de Mallea no cesaba. En octubre, nicación de la Universidad Católica, implicó un gasto de pro-
el mismo Colegio Ercilla promovió el arribo del Teatro Tekno, porciones: era perentorio agrandar el escenario del Palace, alo-
de la Universidad Técnica del Estado, uno de los grupos más jar a los artistas, trasladar toneladas de escenografía y vestuario,
relevantes del país y con una trayectoria de casi dos décadas. instalar iluminación, realizar el empalme eléctrico respectivo,
“La Fierecilla Domada” con Mario Montilles, Coca Guazzini y entre otras acciones necesarias para que el elenco pudiera salir
Gabriela Medina, se presentó un martes 21 de octubre de 1975 a escena los días 2 y 3 de junio de 1976. Eduardo Mallea hijo,
a las 19:15 horas, poniendo frente a los ojos melipillanos otra evoca así esa ajetreada jornada:
vez a una compañía de alto vuelo257. Los reportes de la prensa
dijeron que la obra fue elogiosamente criticada y la sala comple- Para “El Burgués Gentilhombre”, que lo protagonizaba Ramón
ta se levantó de las butacas para brindar un aplauso sostenido Núñez, hubo que aumentar el escenario del Cine Palace. La gente
a los actores, los que sumados al despliegue de iluminación y de la Católica traía una parrilla de luces y equipos que necesitaban
vestuario, maravillaron a la concurrencia258. Parte de los fondos de una cantidad de energía eléctrica mucho mayor. Poco antes de
recaudados por estas presentaciones eran habitualmente desti- morir, mi papá me contó que tuvieron que hacer la prueba de luz y
nados a obras benéficas, como el Hospital de Melipilla o comités dejaron a Melipilla sin energía, porque se quemó un transformador.
de Navidad. Eso debe haber sido a las 10 de la mañana y la obra era a las 6 de la
Transformado en el epicentro teatral, el Palace contrastaba tarde. Por un amigo en común de la empresa eléctrica lograron tener
su realidad con el Teatro Serrano. Cuesta abajo en la rodada, el transformador a última hora y el dueño del teatro, José Massoud,
extremaba su oferta a niveles críticos que lo llevaron en abril respiró porque la obra de teatro por fin se iba a dar.
de 1976 a iniciar programas triples los lunes y martes, es decir,
exhibía tres películas a cambio de una entrada. Y, por si fuera La obra dirigida por Eugenio Dittborn contó un elenco de
poco, desde esta misma fecha iniciaba el dos por uno, lo que primer nivel, encabezado por Ramón Núñez, como el señor
implicaba que dos personas pagaban medio ticket y tenían toda Jourdain, acompañado de Héctor Noguera, Violeta Vidaurre,
una tarde de diversión con filmes como “24 horas de Le Mans”, Ana González, Rafael Benavente, Sergio Urrutia, y los jóvenes
“El Exorcista” o “Jesucristo Superestrella”. Malucha Pinto y Andrés Pérez. La gestión fue tan grande que
La gestión en materias culturales de Mallea iría creciendo los organizadores debieron ocupar toda una página del diario
para brindar a la comunidad un espectáculo que resultó titá- El Labrador para dar los agradecimientos a tanta gente que co-
laboró. Sin embargo, hubo quien no recibió ni las gracias, ni
257 Ese mismo año el grupo sería disuelto por el rector de esa universidad.
258 El Labrador, 26 de octubre de 1975. tampoco tuvo un dulce sabor parada en la espera de dicha fun-

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ción. Era Carmen Zaldívar, esposa del ex alcalde Alberto Gon- Alexander K. Otto, y luego a los menores que arribaron a las
zález Godoy, relegado en Río Bueno, sur de Chile, por orden 18 horas a la ciudad en un bus que luego los llevó a la casa de
de las autoridades militares. Tras la función exitosísima de “El la doctora Olivia Roldán de Solís, en cuya morada se levanta-
Burgués Gentilhombre”, Carmen le escribió a su marido. Dolida ron las banderas austríaca y chilena. Tras ello, los menores se
por el silencio que enfrentó y el aislamiento que contrastaba con dirigieron al Palace. En las afueras, los esperaba un desfile de
aquellos días dulces en que todas las personas se les acercaban, abrigos de piel que los niños de la cuadra se sorprendían de ver.
le mencionó: El cine, erguido al borde de un canal, se transformó esa tarde en
un castillo de la alta sociedad local que esperaba sentada cuan-
Algunos amigos que tú pensabas tener no me saludaron. Yo, como siem- do la fila de cabezas rubias subió al escenario. El público, silen-
pre, digna, pensando mucho en ti, en nuestros hijos. No he dicho nada, pero es te, escuchó las tres partes de un espectáculo donde interpreta-
bueno que esto pase, porque podemos valorar más el sacrificio que has hecho ron obras de Schubert, Mozart, canciones folklóricas austríacas
por la comunidad y esto nos tiene que fortalecer como familia. A pesar de y alemanas. La impresión de los asistentes no pudo ser mejor
todo, Monchito estuvo brillante259. reflejada por el periódico local: “Con este espectáculo, Melipilla
se pone al nivel de las grandes ciudades del mundo”260.
Monchito, sobrino de Carmen, era Ramón Núñez, a quien 3 Es que la ciudad tenía aspiraciones y el país también po-
mil personas vieron en tres funciones, una dedicada exclusiva- seía las suyas. Un poco exageradas, ciertamente, porque el club
mente a escolares, otra de gala y una de despedida. En la ocasión melipillano Ignacio Serrano anunciaba su interés en contratar
fue declarado hijo ilustre de Melipilla, galardón que se sumaba a Leonel Sánchez y Rubén Marcos261, y Colo Colo decía encon-
al que años atrás había recibido, cuando montó “La Pérgola de trarse ad portas de enrolar a Pelé en su equipo. Nada raro en el
las Flores” en el gimnasio del Cuerpo de Bomberos. contexto de un chauvinismo de las dictaduras latinoamerica-
La labor de Mallea, para ese año, culminaría con un festival nas, que contrastaba con la crisis económica producto del alza
de coros organizado por el Colegio Alonso de Ercilla. Habiendo del petróleo y la caída del dólar. Fueron días en que irrumpie-
demostrado ser un gran movilizador, alcanzaría una categoría ron los Chicago Boys y se inició la implantación de un nuevo
mítica con la llegada del lunes 11 Mayo de 1977, cuando en el sistema económico para Chile con el debut del Programa de
Cine Palace se presentó el Coro de los Niños Cantores de Viena. Empleo Mínimo262, que contrataba mano de obra barata para
Dada la pompa y el honor que sentía la ciudad, la bienvenida 260 El Labrador, 11 de mayo de 1977.
estuvo a cargo de Mallea, junto a capitanes y mayores de Ca- 261 Jugadores del equipo de fútbol de la Universidad de Chile, conocido como el
Ballet Azul y de la selección chilena.
rabineros, quienes recibieron primero al embajador austríaco 262 Instaurado en 1974, al inicio de la dictadura, el PEM (Programa de Empleo Mí-
nimo) se extendió durante casi todo el resto del régimen. Se estima que los sueldos de
259 Testimonio de Rosa María González, hija del ex alcalde, respecto de la carta de los trabajadores adscritos al PEM no alcanzaban a un salario mínimo de esos años.
su madre. Además, no está claro si siempre se les pagó derechos previsionales o seguro de salud a

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limpiar cunetas, barrer calles y mover piedras por un tercio del de izquierda, tenía un poder de palabra, un bla bla que conven-
salario mínimo. cía y lograba traer obras que creo que la gente no entendía. Me
El teatro se permearía de esta realidad. En 1977, al éxito del acuerdo que en “Pedro, Juan y Diego”, en un momento echaban
coro austríaco lo siguió la regular aceptación de “Pedro Juan y de la pega a uno de los personajes y salía una señora de atrás del
Diego”, de autoría de David Benavente. La obra del teatro escenario que era su esposa. Salía ella de un lugar medio oscuro,
ICTUS263 incomodó a las autoridades presentes. La pieza tea- porque era como el panorama nacional que se había ido a la chu-
tral, exhibida un lunes de mayo, ponía en escena a tres hom- cha, casi llorando y dice: “chapulines, chapulines”. La gente se ca-
bres de escasos recursos, al margen de todo progreso. Bajo el gaba de la risa, pero era terrible, porque ella salía con su niño en
régimen de un empleo precario debían construir y deshacer una brazos a vender chapulines para poder comer. Cosas así la gente
muralla, una y otra vez, en un guiño más que evidente al Plan no las entendía, aunque tampoco nadie se iba a reír del gobierno,
de Empleo Mínimo que implicaba, en muchos casos, el absurdo si estaba lleno de sapos.
de mover piedras hacia un lado de la calle para luego volver a
ponerlas donde mismo. Mallea y sus buenas intenciones también verían la cara del
Una de las curiosidades del teatro que se presentaba en Me- fracaso, porque lo que debía ser un gran suceso para noviembre
lipilla era que se trataba de obras con elementos que no podían de 1977 terminó en un sonado traspié. Con semanas de antela-
sino incomodar a los mandos militares y autoridades del régi- ción se anunció la actuación del Ballet del Teatro Colón. El tea-
men, pero que aún así se promovían. Roberto Mesa, ex estu- tro más prestigioso de América Latina se encontraba en una gira
diante de arte y música, disfrutaba de esas funciones organi- mundial y en su paso por Chile incluiría al Teatro Municipal de
zadas por Eduardo Mallea, en su opinión “el mejor gestor para Viña del Mar, al Municipal de Santiago y al Palace de Melipilla.
traer espectáculos que ha tenido Melipilla”. En ese elenco venía la primera bailarina Lidia Segni, acompa-
ñada de Katy Gallo, Liliana Ivanoff, Liliana Martínez, Rodolfo
Yo fui a muchas de esas obras que vinieron a Melipilla. Una Lastra, Gustavo Mollajoli y Leandro Regueiro.
de las que me encantó fue “Pedro, Juan y Diego”. Eduardo, que era Lamentablemente para los productores, los números no cua-
draron. Mallea, como principal promotor de la actividad y siendo
los adscritos. En el afán de disminuir el desempleo, los trabajadores reclutados a través director del Colegio Alonso de Ercilla, informó de un grueso défi-
de los municipios, muchas veces debieron realizar labores sin sentido y con baja pro- cit que alcanzó los 30.000 pesos, debido a la escasa concurrencia.
ductividad. Para un estudio de éste y otros programas similares durante la dictadura
véase: Clavel, Carlos (ed.), Estudio sobre los programas especiales de empleo, Santiago Fue una primera campanada de alerta que no dañó sus intentos
de Chile, Departamento de Economía Universidad de Chile, 1988.
263 Por estos días, el teatro Ictus recién se levantaba tras los primeros años de un
por promover actividades culturales. Pero Mallea ya no estaría
golpe que había dejado a las compañías teatrales en un equilibrio precario. En referen- tan solo. Su trabajo era observado por la municipalidad meli-
cia al ICTUS revísese: op. cit. Zegers, p. 51. También puede revisarse el sitio Web del
Teatro ICTUS, disponible en: www.teatroictus.cl (revisado en: diciembre de 2011). pillana que formó una Comisión Cultural, dirigida por Héctor

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Soto, tras el decaimiento del Consejo Cultural creado anterior- compañía que traería “Las del otro lado del río”, primera obra
mente. La intención era doble: conseguir una amplia actividad escrita por Andrés Pérez, y que contaba con un elenco integrado
cultural como la que alguna vez lideró el Ateneo Juan Francisco por Anita González, María Cánepa, Roberto Navarrete y Juan
González y reclutar manifestaciones artístico-culturales que co- Cuevas. Todo por $50 y $30 pesos. El Comité incluiría asimis-
menzaban a manar en los meandros del control municipal. mo a las artes visuales, con una exposición de óleos, acuarelas y
Paralelamente, en el mismo año 1977, un grupo de jóvenes caricaturas del coronel en retiro Mario Jerez Flores, cuyas obras
del sector El Llano presentaba por primera vez la obra “Pasión serían rematadas para adquirir libros para la biblioteca.
y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo”. Lo harían para Semana Teatro, música, artes visuales, pero también identidad y
Santa en el Gimnasio Alberto González, con una puesta en es- sentido fue lo que buscó el Comité al crear un plan de acción.
cena de grandes magnitudes, pero precaria. El sacerdote Benja- El primer paso fue ocupar su columna en el diario El Labrador
mín Ulloa, cura de la Parroquia San José Obrero, había promo- para educar sobre un tópico artístico-cultural que considerara
vido esta actividad, de la mano de Patricio Jiménez, quien fue relevante. El texto inaugural fue dedicado a la caballería. Re-
el profesor de los actores. Todas personas del sector, voluntarios señaba el artículo: “Junto con surgir a la faz de la tierra una
amateurs que ejecutaban el trabajo artístico bajo el paraguas de nueva y gloriosa nación, con relucientes sables en alto y caba-
la Iglesia Católica. llos pidiendo rienda, nace a la vida institucional en instantes
En tanto, el nuevo Comité Cultural municipal dirigido por de culminación la caballería, ‘el arma del parche celeste’ hace
Soto integró a Mallea y en 1978 presentó a la Orquesta Sinfóni- exactamente ciento setenta años”266. El segundo fue la charla
ca de Profesores, dependiente del Ministerio de Educación, sin que dictó el periodista, ex diputado y ex agregado cultural en
costo para el público. Esta actividad, a la que invitaba el alcalde Suiza, Maximiano Errázuriz, sobre identidad chilena, titula-
Eduardo Morales y el mismo Soto, aprovechó también de ren- da “Nueva Institucionalidad”. Por motivos que se desconocen,
dir “un homenaje de gratitud al propietario del teatro Sr. José aunque presumiblemente la poca concurrencia que se esperaba
Massoud por su cooperación con estos actos culturales”264. Lue- para el acto, se cambió el lugar del Palace al Serrano. Fue una de
go exhibió la obra original de Claude Confortes “La Maratón”, las últimas actividades que viviría el recinto de Plaza de Armas
montada por el Teatro de Comediantes265 con Héctor Nogue- antes de ser cerrado para siempre.
ra, Roberto Navarrete, Rodolfo Bravo y Oscar Castro, misma Moría el Serrano y el legado de la colonia española que ha-
bía campeado en los primeros cincuenta años del siglo veinte,
264 El Labrador, 18 de junio de 1978. veía paradojalmente su presencia desteñir en el retrato de una
265 Creado en 1976, el Teatro de Comediantes cumple una notable labor al poner en
escena muchas obras de creadores nacionales, entre ellos, algunos primerizos, como ciudad con otras hegemonías y poderes. Por esos días fallecía
Andrés Pérez con “Las del otro lado del río”, y a Juan Radrigán con “Testimonio de las
muertes de Sabina”. En Melipilla la presentación de “La Maratón” se realizó el 26 de
julio de 1978. 266 El Labrador, 5 de abril de 1978.

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Rafael de la Presa Casanueva, ex diputado y parte de la familia Festival Folklórico. El Festival Música Juventud también ocu-
que creó el Teatro Serrano. Con su fallecimiento, el Labrador pó, en septiembre de 1978, un gimnasio. En este caso el coliseo
declaraba la muerte de “la época de una brillante colonia es- bomberil fue el escenario en que la Secretaría de la Juventud
pañola de mucho peso e influencia en el desarrollo comercial e desarrolló este encuentro, donde voces locales se sometían a un
intelectual de la ciudad”267. jurado que determinó como ganador a Sergio Ruiz. Para este
Con un gran espacio cultural propio, como era el Teatro Se- año, ni siquiera una actividad coral como la organizada por el
rrano en abandono, el municipio prosiguió con sus actividades. Coro Polifónico de Melipilla en noviembre tuvo un espacio en
Se programaron charlas del Premio Nacional de Arte en 1976, los teatros, eligiéndose el salón de sesiones municipal para su
Jorge Urrutia; del decano de la Facultad de Derecho de la Uni- ejecución.
versidad de Chile, Hugo Rosende; y el director de la Biblioteca Solamente en 1979 el teatro volvería al Palace, al congregar
Nacional, Enrique Campos Menéndez. En una constante bús- una cartelera generosa, gracias a iniciativas gubernamentales.
queda de emular lo hecho por el Ateneo Juan Francisco Gonzá- La primera obra exhibida en ese año fue “Romeo y Julieta”, re-
lez, el municipio creó en 1978 el Canal Recreativo, instancia de presentada por el Teatro Itinerante, gracias a la acción del De-
talleres artísticos a cargo de Nelly Yáñez en arte, Roberto Sagre- partamento de Extensión Cultural del Ministerio de Educación.
do en música y Roberto Mesa en escultura. Para 1979, el Comité Esa tarde-noche, Alfredo Castro y Norma Ortiz, bajo la direc-
Cultural de la Municipalidad instaló a Mallea como secretario ción de Fernando González, estuvieron en escena interpretando
ejecutivo, y sumaría como director literario al gobernador de el clásico de Shakespeare en la versión de Pablo Neruda. El re-
Melipilla, mayor de Carabineros Gustavo San Martín Ravanal, gistro da cuenta de un lleno total que se condice con el éxito que
entre otros miembros de este comité que planificó charlas de su- lograban estas itinerancias en todo el país, especialmente en
puesto interés para la comuna. La primera la dictó el sacerdote comunas de la Región Metropolitana como Melipilla, Peñaflor,
José Riveros, en el municipio, con el título de “La Iglesia, Estado Buin, San Bernardo, Maipú y Puente Alto, todas parte de un
y Derechos Humanos”. plan por brindar más acceso a las artes escénicas. En el segun-
Tras la muerte del Serrano, las actividades culturales del do semestre de 1979 se presentó en el Palace “La Remolienda”,
municipio y otras organizaciones locales prosiguieron más de Alejandro Sieveking; “El Patio de los Tribunales”, de Valen-
esporádicamente en el Palace y posicionaron a los gimnasios tín Murillo; “Hamlet”, de Shakespeare; “El Avaro”, de Moliere;
como espacios de relevancia. El Festival Estudiantil de la Can- “Chañarcillo”, de Antonio Acevedo Hernández; y “Los Mimos”,
ción organizado por el Canal Escolar se llevó adelante en el de Enrique Noisvander.
Gimnasio Alberto González, lo mismo que la quinta edición del

267 El Labrador, 3 de Marzo de 1978.

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De la clandestinidad y la decadencia Mientras, en los barrios sucedían cosas, pocas, aisladas, lle-
nas de la adrenalina por exponer el cuerpo y una vida frágil que
Hacia el fin de la década de 1970, el Palace había acogido obras necesitaba cobijo. Allí la Iglesia Católica en Melipilla, tal como
como “Te llamabas Rosicler”, “La Remolienda”, “Pedro, Juan y en todo el país, fue refugio de muchas voluntades de asociativi-
Diego”, permitiendo citas con la primera línea teatral nacional, dad que vieron en la cruz de Cristo una válvula de escape. En-
en funciones para una élite melipillana que se sentía llamada a rique Valdés, quien sería un actor relevante en la vida política y
asistir a estos espectáculos, y una clase media que podía pagar cultural de Melipilla al crear el Centro Cultural Pehuén, fue uno
los boletos, gracias a lo esporádico de los eventos. Era un pú- de aquellos que vivió la niñez, adolescencia y primera juventud
blico en su mayoría adulto que debía ser cauteloso para asistir en los setentas, allegándose a la parroquia La Merced y a los
a ciertas obras, manifestarse en público, hacer comentarios o grupos que allí se formaban para asociarse con otros.
decidir derechamente si sumarse o restarse de cierto roce social.
No todos observaban con buenos ojos estas oportunidades Empecé a participar cuando tenía 14 años, alguien me llevó.
de acceso a manifestaciones culturales. Existían grupos des- Había varios grupos, se aumentaron después, llegaron personas ma-
contentos con el régimen y manifestaban su desagrado ante yores también. Mi inquietud era la asociación, porque nos vimos
instancias artísticas que consideraban exiguas y enfocadas a un limitados. Era recomplicado juntarse, pero la Iglesia daba esa posibi-
sector exclusivo. Así lo manifestaba la revista Proyecciones268, lidad. Ahí me hice mis grandes amigos y a través de la participación
publicación de escaso tiraje, repartida de mano en mano, que eclesiástica y social empezamos a pensar qué pasaba en Melipilla
en febrero de 1979 titulaba uno de sus artículos con el nombre y en el país, y nuestra función como grupo fue de apoyo, a los que
“Al escenario de etiqueta”. El redactor de la nota aseguraba que hacían catequesis, en el desarrollo de la música. Con algunos amigos
las obras exhibidas en Melipilla “son vistas por personas (no to- de ahí fundamos el Pehuén, y lo mismo estaba ocurriendo en la pa-
das, pero…) que poco o nada les interesa, y sólo lo hacen para rroquia San José y en la parroquia San Agustín. Por cosas naturales
lucirse ante los demás, o en su ambiente social, son digamos, empezamos a interrelacionarnos, a desarrollar teatro en el mismo
‘moldes con etiqueta’, que de cultos artísticamente no tienen templo sobre las cosas que nos ocurrían como sociedad.
nada”. La publicación proseguía señalando que “la producción
local es lamentablemente casi nula, es penoso ver que si no se Al alero del catolicismo, las vocaciones artísticas fueron
es respaldado por una institución de solvencia, es bien poco lo creciendo y alimentándose. Pero si bien los grupos juveniles ha-
que se puede hacer, no digo con esto que sea imposible, pero el cían sus trabajos en parroquias, a la par intentaban llevar a cabo
resultado deja mucho que desear para todos”. peñas que pretendían fueran ocultas de los militares, aunque
Melipilla era una ciudad tan pequeña que difícilmente resistía
268 Revista de febrero de 1979 en cuya elaboración habían trabajado Marcos Olate,
Juan Conejeros, Julio Álvarez, Raúl Jara, Ángel Conejeros y Ricardo Romero. que una parte no supiera lo que hacía la otra. En 1978 se pro-

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gramó la primera peña clandestina en el auditorio de la Escuela los años sesenta inició su expansión por el país con un fuerte
Técnica Esther Bunster. Allí, con 200 personas, se llevó adelante componente educativo en su programación. Ya para los setenta
un inédito acto masivo de oposición a la dictadura. Esa noche se asentaría en el living de las casas chilenas como ensoñación y
tocaron los conjuntos Ortiga e Illapu, ampliamente reconocidos ventana de fantasías.
en el país con su trabajo de raíces musicales andinas. Para el Palace esto sería develador. Con toques de queda,
Los nichos para encuentros encubiertos en los setentas eran una competencia que en la primera mitad de los setenta lo en-
pocos. Se contaban con los dedos de una mano. Fuera de la igle- frentó al Serrano, con una situación económica nacional pre-
sia, estaba el Sindicato de la Construcción, donde se llevaban a caria, y la comprobación que la relación costo-ganancia en la
cabo reuniones y tocatas íntimas; también el Sindicato de Pana- presentación de grandes espectáculos no era muy positiva para
deros que funcionaba en una casa en Silva Chávez, entre Man- el negocio, el cine seguía siendo sinónimo de magnificencia en
so y San Miguel; y una mediagua de calle Hurtado. Llamaba la tiempos de pantallas chicas y señales poco nítidas. Junto con
atención la acogida que brindaban a estas actividades las mon- ello, el cine que proyectaba el Palace se correspondía con la no-
jas de la Escuela Técnica Esther Bunster, llegadas de Colombia ción de “salir”, palabra que refería a la liberación del encierro
y a cargo de un establecimiento donde acudían niñas y jóvenes permanente en el hogar de aquellos años chilenos.
de estratos socioeconómicos medios y bajos. En esta escuela, Pero todo esto tendría un fin, o al menos se produciría un
al mando de Carmen Leonor Cortés, se organizó en 1978 un corte que cambiaría por más de una década el panorama de los
encuentro del Canal Juvenil de la Iglesia Católica –donde se de- cines nacionales: la televisión en color. En febrero de 1978, Te-
sarrollaban actividades musicales y teatrales– a raíz de lo cual levisión Nacional transmitió las primeras imágenes que hacían
se volvió a ver en la ciudad una marcha no convocada por las olvidar el blanco y negro. El país enloqueció comprando televi-
autoridades. A la cabeza de la columna humana iba el cardenal sores –o al menos aquellos que pudieron adquirirlos– y de un
Raúl Silva Henríquez. momento a otro la soberanía de los teatros como el espacio rey
Inmersos en un quehacer cultural cuidadoso de no desper- de los espectáculos, cambió. La gente se quedaba maravillada
tar sospechas, el Ateneo Juan Francisco González se reactivó en con la nueva tecnología que abría un abanico de posibilidades.
forma clandestina, tratando de reverdecer laureles con el regre- Toda transmisión se sumó al cambio cromático y, por supuesto,
so a Chile de Víctor Marín Calquín, quien se había radicado en películas de cine –antiguas y modernas– comenzaron a estre-
Argentina. El secretismo y lo privado era buscado por motivos narse en la TV. A las teleseries se les sumaban los mismos filmes
políticos, de supervivencia, expresión y reunión, pero la reclu- por los que antes tenían que pagar y se instaló la relación: para
sión en el hogar tuvo otro antecedente que comenzó a delinear qué vamos a gastar plata, si después lo vamos a ver gratis269.
los consumos culturales en Chile: la televisión. Realizadas las
269 Para un panorama general de la televisión en Chile revísese: Fuenzalida, Valerio,
primeras transmisiones en los inicios de la década de 1950, en “La Televisión en Chile” en Orozco, G. (coord.), Historias de la televisión en América

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Esto fue un gran golpe para el cine chileno e incluso mun- tretención. “Al principio como niño uno tenía acceso a ese tipo
dial. La cantidad de asistentes a las salas bajó y sólo los nuevos de películas, que eran increíbles, además que daban dos por el
filmes que prometían algo diferente, sexo o violencia, lograban precio de una. Los televisores eran chicos y se veían mal, porque
ocasionalmente llenar el Palace. La calidad de la proyección no no había cable. Ir al cine era otra cosa, además era masivo, era
era buena. Si el proyector usaba nueve carboncillos al mes para un panorama”, es el recuerdo de Tapia.
el adecuado brillo de la imagen, se usaban tres, dando una tona-
lidad oscura a las películas, lo que se sumaba a una mantención La década perdida de 1980
poco ortodoxa del telón que acabó con su blancura270. Teñida de
una nueva coloración, reflejó cintas de horror y sexo de proce- Si los años sesenta vieron nacer festivales estudiantiles; y los
dencia italiana, con una gran variedad de temas como vampiras setentas –cuando se pudo– testimoniaron un quehacer cultu-
lesbianas, sadomasoquismo, canibalismo, tortura, violaciones y ral local y teatral; la década del ochenta significó para Melipi-
castración, que continuaba atrayendo gente a la sala. Por otro lla la mera sobrevivencia de algunas viejas tradiciones artís-
lado, los asiáticos se adueñaron de las historias de kárate y se- ticas y culturales, en medio de un permanente desaliento que
manalmente se estrenaron comedias y dramas que giraron en tenía un teatro cerrado, otro que no les daba cabida suficiente
torno a las artes marciales. y tampoco tenía interés en el desarrollo de las artes en su es-
Los estadounidenses aportaban lo suyo con cintas policia- pacio, salvo que llegara algún productor con un espectáculo
les y películas de desastre, entre las que se contaban “Terremo- bajo el brazo.
to”, “Las Aventuras del Poseidón” y “Pirañas”, que lograban La ciudad gustaba cada día más de la televisión. Programas
considerables éxitos de taquilla. Una de ellas fue “Infierno en de humor y entretención, con invitados en estelares noctur-
la Torre”, exhibida en el año 1978. Cristian Tapia era un niño nos, acercaban a las familias a un garbo testimonial, donde el
de sólo 10 años que iba por primera vez al cine. La experiencia living era el palco para ver a figuras mundiales en la pantalla de
de asombro, sin referente previo, al ver una película en panta- la casa. El ventajoso cambio del dólar permitió traer a Gloria
lla grande, sumado al sonido potente y al enorme espacio con Gaynor, Barry White, Grace Jones y Neil Sedaka a las estacio-
que contaba el edificio de calle Ortúzar, demostraba que pese nes televisivas, beneficiadas tanto con la modificación de la tasa
a todo el Palace seguía siendo una fuente incomparable de en- cambiaria como con el término de la prohibición para difundir
publicidad271. Las antenas proliferaron. Gracias a la maestría en
Latina: Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México, Venezuela, Barcelona, Editorial Ge- su ubicación y orientación era posible ver las transmisiones del
disa, 2002.
270 En vez de limpiarlo de acuerdo a sus consideraciones técnicas, un funcionario Mundial España 1982 y el boxeo, con dos campeones chilenos,
del cine era enviado con un bidón, detergente de ropa, agua y un escobillón a repasar
el ecran de arriba a abajo. De este modo, la tela otrora blanca tomó una tonalidad 271 Desde 1977, los canales de televisión pudieron interrumpir sus transmisiones
amarillenta. con publicidad.

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uno de ellos melipillano. Si el país tenía a Martín Vargas, la ciu- Alberto González la obra de Moliere “El Avaro”, con la compañía
dad de los cuatro diablos contaba con Benedicto Villablanca, El Galpón de los Leones encabezada por la actriz Alicia Quiroga.
el crédito local que puso a la ciudad como la cuna del primer Todo montaje de mayor envergadura se haría en el Techado –
campeón mundial nacido en Chile272. como se le conocía a dicho polideportivo– y los más pequeños en
Más allá de triunfos y fracasos pasajeros, Chile era un país el Palace, como “Mi primera Navidad”, que en diciembre de 1980
donde las “calles estaban tristes”273 y la pantalla lucía alegre ejecutó la compañía de mimos de Enrique Noisvander.
con su estímulo de lentejuelas, teleseries y noticias benevolen- El año 1982 continuó con esta dualidad de espacios, merced
tes con el régimen. Melipilla vivía en una burbuja de tristeza de notables presentaciones de dos elencos universitarios. El pri-
e indiferencia en lo público. Aún bajo el manto del secreto y mero, de la Universidad Católica, puso en el tablado del Palace
evitando una excesiva notoriedad, el trabajo cultural iniciado el miércoles 8 de septiembre “Ánimas de día claro”, original de
clandestinamente en los setentas, prosiguió en esta década en Alejandro Sieveking y ambientada en una casa de campo aban-
distintos puntos de la ciudad, pero le era imposible evidenciar- donada. Dirigida en su debut en 1962 por Víctor Jara, quien
se tan abiertamente. Eduardo Mallea sí lo podía hacer. Con un además había hecho la recopilación musical de la obra, traía a
nombre ganado a la hora de promover la venida de obras tea- Melipilla un elenco compuesto por integrantes de la escuela de
trales, mantuvo su gestión, sólo que con menor intensidad y teatro de la casa de estudios católica a un precio muy bajo. La
alejándose del Palace. crisis274 apretaba los bolsillos y el país no estaba para gastos,
En 1980 la Orquesta Filarmónica ocupó con sus 55 músicos
274 La crisis económica mundial en 1982 afectó duramente a Chile. El Producto
el Palace y la obra “Mimos, Mimitos y Mimotes” llenó el local, Interno Bruto (PIB) disminuyó fuertemente en 1982 respecto del año anterior, el
desempleo alcanzó a 30% entre 1982 y 1983, se produjo una disminución progresiva
gracias a la itinerancia que desarrollaba la Intendencia de la Re- de los sueldos, el gobierno intervino los bancos –para rescatarlos de una debacle– y
gión Metropolitana, con el auspicio de la empresa privada, bajo licitó diversas empresas del Estado. Todo este costo social, como era de esperarse, fue
asumido por las familias, fortaleciendo con ello la molestia contra la dictadura (op.
el nombre Teatro en su Comuna. Este plan montó en el Gimnasio cit. Correa et al., p. 293). Las causas de la recesión de los ochenta, a juicio de Ffrench-
Davis, tuvo su origen en tres shocks externos muy fuertes, facilitados por la extrema
272 Villablanca fue el primer campeón del mundo chileno. Destacado boxeador apertura económica de Chile. El primero tuvo que ver con los flujos de capital, donde:
a nivel nacional, obtuvo el título chileno en abril de 1978, y el latinoamericano en “el uso de ahorro externo, después de escalar a 19% del PIB, cayó a la mitad de esa cifra
1981. Un año después, el 5 de junio de 1982, conquistó el título de campeón liviano en 1982 y a la cuarta parte en 1983 (…) Es claro que el elevado déficit registrado en
junior del mundo frente al portorriqueño Samuel Serrano por knock out técnico 1981 respondió a un burdo error de la política económica interna, la que permitió un
en el undécimo round. Lamentablemente el cinturón de monarca de la Asociación endeudamiento evidentemente excesivo” (Ffrench-Davis, Ricardo, Entre el neolibera-
Mundial de Boxeo le fue quitado 25 días después por el Comité de Campeonatos lismo y el crecimiento con equidad. Tres décadas de política económica en Chile, Buenos
Mundiales de la AMB, aduciendo cuestiones de procedimiento. Este comité tenía Aires, Siglo XXI Editores, 2004, pp. 174-175). Sin embargo, argumenta Ffrench-Davis,
su sede en Puerto Rico y el presidente era de esa nación. Villablanca siguió en el que sin o con crisis, el resultado hubiera sido el mismo, ya que la economía chilena
boxeo, peleando el título de la Asociación Mundial de Boxeo al mítico Roger May- desde 1977 se venía acomodando, tanto a la “estructura de producción como el gasto,
weather, pero perdió en el primer round. Tras su retiro, pasó a formar parte de la a nivel de entradas de capital insostenible a mediano plazo” (op. cit. Ffrench-Davis, p.
Policía de Investigaciones de Chile, con asiento en Melipilla. 175). De este modo, tarde o temprano la economía chilena hubiera necesitado de un
273 Contardo, O. & García, M., La era ochentera, Santiago de Chile, Ediciones B, ajuste, y ello se ve reflejado en que ya en 1981 se había comenzado a registrar una caída
2005, p. 15. del PIB. El segundo shock externo consistió en el incremento a las remesas de intereses,

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fuera del presupuesto para comer y pagar los servicios básicos. Fue un acontecimiento, salía mucho en la tele y hubo dos
Un ejemplo de esta precariedad fue que todo lo recaudado se funciones. Yo fui a la primera, que no estaba llena. Al medio del
destinó a la compra de un instrumento musical para el Coro público estaban las autoridades. El escenario era grande y eso
Polifónico. La obra agradó, la cercanía temática de mitologías impresionaba, había una tarima como a un metro de altura y
absolutamente extendidas en la zona y de mujeres campesinas debe haber sido fiel copia de lo que después se vio en televisión.
como cualquier chiquilla de los valles que riega el río Maipo, Alrededor tenía un marco de dos metros para cada lado. Nunca
fueron recepcionadas de buena forma por la comunidad. Gus- había visto eso, yo esperaba que se presentara en el piso, pero no
taba de estos relatos el público y lo demostraría nuevamente con y aunque estuviera en una cancha el escenario se veía impresio-
una monumental presentación que replicaría las características nante. Cuando la función terminó me fui por el lado a “sapear”
identitarias de un pueblo-ciudad, construido en territorio de para ver a los actores. Yo era chico, tenía como 10 años y aunque
haciendas e inquilinos. me habían regalado la entrada recuerdo que era barata. Yo quedé
“Mama Rosa”275, una de las obras más emblemáticas del impresionado, nunca había visto algo así, era como la tele, pero
teatro chileno, se presentó en el estadio Techado, precedida de mejor.
seis meses consecutivos en cartelera en los teatros de Santiago.
Con un aforo asegurado, el diario local daba gracias por la visita “Mama Rosa” sería la comprobación de que el Cine Palace
del elenco de la Universidad de Chile. “La providencia de Dios no podía alojar continuamente presentaciones teatrales y que
ha permitido que esta obra, que fue denegada a la Ilustre Mu- no había interés en que los espacios para las artes, especialmen-
nicipalidad de Viña venga a presentarse en nuestra ciudad por te las escénicas, cambiara. El Palace funcionaba con películas y
motivos personales, con objeto de reunir fondos para la cons- en ocasiones daba un batacazo gracias a filmes como “Reto al
trucción de la casa parroquial de la Sagrada Familia”276. Luis Destino” que con un Richard Gere juvenil hizo a la gente ocupar
Gómez, un muchacho para esa época y que años después daría incluso los pasillos del que a esa altura ya era conocido como
los exámenes para ingresar a estudiar teatro en la Universidad “Pulgas” Palace, en directa relación a su escaso aseo. El mu-
de Chile, rememora ese día. nicipio, por su parte, daba en septiembre de 1983 un toque de
gracia al Teatro Serrano al aprobar que parte de él fuera usado
asociados al crecimiento del endeudamiento y aumento de las tasas de interés inter- como feria artesanal. La prensa informaba así: “En este local del
nacionales, desde mediados de 1979; y el tercer shock tuvo que ver con la caída en los ex Teatro Serrano exhibe y está a la venta cerámica de Pomaire
términos del intercambio debido a la disminución del precio del cobre. Al respecto: op.
cit. Ffrench-Davis, pp. 174 y ss. artículos de cuero y talabartería, maceteros, madera, tejidos y
275 La historia, creación de Fernando Debesa, relata la vida de la aristocrática familia
Solar Echeverría desde inicios del siglo XX hasta la década de 1950, fijando como uno
muchos otros artículos elaborados por nuestros artesanos”277.
de sus ejes a la empleada de la casa, Rosalinda, a quien se le llama Mama Rosa. Ella es
quien, a través de los años, atestigua los cambios sociales y económicos del país.
276 El Labrador, 7 de noviembre de 1982. 277 El Labrador, 23 de septiembre de 1983.

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Y sí, para su ciudad, el viejo recinto de Plaza de Armas era un cación, ahora lo hacían producto del pánico. Nadie murió en
lugar moribundo. el lugar, sí en Melipilla, donde se registraron dos fallecidos.
¿Significaba esto que no habían entretenciones? ¿Cómo San Antonio, Rengo, Alhué y Melipilla fueron las ciudades más
era ser joven en estos días para la mayor parte de la población? afectadas del país. El total de damnificados alcanzó las 979.792
Aparte del cine, los partidos de basketball y bailes en el Cuer- personas.
po de Bomberos, crecían espacios para la diversión nocturna. Con avenidas y barrios totalmente destruidos, la calle Or-
El Centro Árabe era uno, los otros eran la discoteca Dados y túzar era una postal de la devastación. Prácticamente no quedó
el restaurante El Rápido, que servían como puntos de reunión edificio en pie. Uno de ellos fue el Palace, levantado sobre una
para parte de la juventud. Hubo quienes canalizaron sus inquie- estructura de ladrillos y concreto, apenas había sufrido la caída
tudes a través de grupos oficialmente permitidos, como el de la de cinco planchas de plumavit del cielo falso y la rotura de un
juventud del Rotary Club, donde se daba algún desliz artístico, ventanal del foyer. Seguidamente, la comuna se hizo acreedora
mas siempre restringido a límites y autocensuras bien claras: la de la solidaridad nacional e internacional, con campañas como
fotografía era una de las opciones artísticas, aunque entre foto- Chile Ayuda a Chile, que en una cadena televisiva guiada por
grafiar la realidad de una población callampa o una alameda en el animador Mario Kreutzberger recolectó cientos de toneladas
Mallarauco, la decisión era clara por la postal campestre, sutil y en ayuda. No obstante, aquella historia sería desafortunada. El
tranquila. Postal que, paradojalmente, también se resquebrajó pillaje, el robo y la ineficiencia en la entrega de los enseres y
cuando sobrevino lo inesperado. bienes, hizo que el mismo Kreutzberger prometiera “nunca más
Eran las 19:47 horas del 3 de marzo de 1985 y la historia se ayudar a Melipilla”. Pinochet, desde La Moneda, descabezó la
repitió. Así como el terremoto de 1906 había echado al suelo el Gobernación Provincial reemplazando al gobernador. La ciu-
pequeño pueblo en los albores del siglo XX, un nuevo movi- dad tomó tiempo en reconstruirse y nunca lo haría del todo,
miento telúrico destruía Melipilla. Pocos instantes antes de la creciendo en forma poco armónica en términos urbanos y ar-
noche de aquel domingo, Jason Voorhees era el protagonista de quitectónicos. El Teatro Serrano sufrió un duro golpe con el te-
la pantalla en la cuarta secuela de la película “Friday 13th”, co- rremoto, ya que si antes de él parecía difícil que se refaccionara,
nocida en el mundo hispanoparlante como “Martes 13”. La san- después sería imposible. Pasaría a la lista de los inmuebles para
grienta cinta y el pavor que la transformó en un suceso mundial vender y hacer caja por parte de la Municipalidad.
no se compararon con la estampida que hizo chillar y correr a Muy lentamente la ciudad se fue reconstruyendo y el Palace
los cientos de espectadores: 7,8 grados en la escala de Richter. siguió funcionando y lidiando con el temor de una población en
Todo Melipilla entró en pánico, la ciudad se cayó prácticamente pánico por las réplicas y la serie de rumores que corrían sobre la
entera y los que estaban en la platea del Palace se lanzaban por eventual llegada de un cataclismo. Mejor era quedarse en casa,
las cortinas. Lo que antes hacían para lograr una mejor colo- pues ya existía la posibilidad de ver cintas en el hogar. En la mis-

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ma pantalla del televisor, sólo con un equipo, se podía disfrutar solamente un año, gracias a esta controversia que llegó a oídos
primero del formato Betamax y, luego, mediante el reproductor de Augusto Pinochet. En una conversación en Pomaire, ambos
de VHS (Video Home System). El cine se comenzó a rentar y hombres de armas hablaron sobre los pormenores del comidillo
disfrutar en casa, con una membresía en clubes de video que melipillano. ¿Qué dijo el dictador cuyos labios juraban saber
nacían progresivamente en la médula citadina. todo lo que sucedía en el país?: “Sí sé, sí sé algo”. “Él estaba al
A estos espolonazos de la naturaleza y la tecnología, se su- tanto de todo, yo le contaba al edecán y él le contaba al general”,
maron los de la reconstrucción. Alvaro Gutiérrez fue el alcal- evoca Gutiérrez.
de designado para encabezar estas faenas en Melipilla y poner Posteriormente, con Andrés Vicuña instalado en el munici-
orden en una comuna donde las ayudas nacionales se habían pio, la vida del Palace siguió sin sobresaltos, literalmente, pues
canalizado de forma desastrosa. Oficial de la Fuerza Aérea y he- en el día a día no se veía al público de antes. Las quejas eran co-
redero de españoles, Gutiérrez era de la generación de mucha- munes. Si otrora era habitual que reclamaran por las incomodi-
chos criados en el Teatro Serrano, época en que recuerda que “la dades y condición insalubre del recinto, después la molestia fue
entretención era el teatro, el teatro y el teatro. Nos juntábamos porque las palomas se colaban por el techo y los ratones desde
todas las familias de Melipilla, era todo un suceso. Y a veces el canal de regadío contiguo se aventuraban a juguetear entre
más que las películas era un lugar de reunión, porque se daban las piernas de los espectadores. Pero claro, era el único cine y en
las conversas de los viejos a las salidas, en los foyer, se veían, ocasiones las películas que arribaban eran éxitos de taquilla que
comentaban, era un lugar súper agradable”. llegaban al cine antes que el VHS con sendos lienzos ubicados a
El oficial de la aviación, de un carácter fuerte y poco dado a cada lado de la entrada. Con estas cintas y otras protagonizadas
las medias tintas, tuvo entre sus primeras tareas revisar los esta- por los superhéroes de acción, el Palace veía filas que giraban
dos financieros y el pago de patentes. Necesitaba inyectar recur- por la calle Manso hasta llegar a Serrano y sus galerías volvían a
sos a las faenas de reconstrucción. En ese trabajo, recuerda que rugir, llenas de ruido cuando Sylvester Stallone noqueaba a sus
se encontró con serios problemas impositivos en el Cine Palace rivales en cada round de la saga boxeril “Rocky”.
y la radio Serrano. ¿Cómo había sucedido aquello en el mundo Mas la cotidianeidad regresaba pronto, dotando a la galería
melipillano? Para Gutiérrez esto se explicaba porque la princi- de un público estudiantil que encontró refugio para faltar a cla-
pal autoridad comunal previa a su llegada, el alcalde Rafael Mo- ses en la parte alta del cine. Decenas de adolescentes se colaban
randé, guardaba un vínculo de amistad generosa con Massoud. a ver películas picarescas y de un erotismo que no alcanzaba
“Yo era el caso raro, como tengo una línea de conducta (…) él gran magnitud, pero que en la imaginación púber se transfor-
trataba de hacerse el grato de una u otra forma. Yo lo saludaba, maba en una ventana de placer. “Yo me había cambiado de co-
pero hasta ahí nomás. Y empezó a hacer una campaña contra mí legio y fuimos al cine con algunos compañeros nuevos, cuando
en la radio”. Como resultado, Gutiérrez duró poco en el cargo, me di cuenta que estaban mis antiguos compañeros cagados

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de la risa, medios escondidos. Es que había que esconderse un lebración de un momento místico, lleno de antorchas y protesta
poco para que no llegara algún pariente y te cachara”, es el re- con la presentación de Los Prisioneros la noche del 23 de mayo
cuerdo de Alejandro Vidal, un joven de quince años que en la de 1987. En el mismo lugar, un año después, Eduardo Mallea
segunda mitad de los ochentas disfrutaba con estos secretos gestionó otro montaje de gran dimensión: “El Hombre de la
momentos en el Palace, el rock latino y el mundial juvenil de Mancha”, con Alicia Quiroga, José María Langlais y el recorda-
fútbol con Lukas Tudor a la cabeza. Para Alejandro, la visita al do Fernando Gallardo, en el papel de Sancho.
cine revestía entretención, aunque ya no siempre en la pantalla, Un adolescente acudía siempre a las funciones y se interesa-
pues tirar papeles o cualquier otro proyectil hacia abajo se vol- ba cada día más por ellas. Había nacido en Valdivia, afincado en
vía una tradición: “las películas eran bien malas, pero uno iba Melipilla y con los años se convertiría en un actor formado bajo
a puro huevear, se pasaba bien. Hasta ir al baño era un hueveo, la guía de Fernando Cuadra. Todo a raíz de sus intereses y de un
uno jugaba a mear desde afuera del baño. No se podía entrar, consejo dado en una de las funciones que vio. “Yo me acercaba
porque estaban inundados de pichí y agua, era asqueroso, pero cada vez que venía una de estas compañías a Melipilla. Cono-
divertido”. cí a una actriz del Teatro Nacional que hacía giras por todo el
Los grandes espectáculos musicales y teatrales no se harían país, ella me veía en los montajes en los que venía siempre. Me
más en el Palace. Anita González, Ramón Núñez, Armando Na- dijo ‘anda a tal lugar y dile a tal persona que vas de parte de
varrete y Cristian Campos actuaron en noviembre de 1986 en tal persona’, y así llegué a estudiar con don Fernando Cuadra”,
el Gimnasio Alberto González con el sainete de René Hurtado, recuerda Germán Martínez. Como un adolescente ochentero en
“Su lado flaco”, para reunir fondos destinados a la reconstruc- pleno Melipilla post-terremoto, había presenciado “La Viuda de
ción del Templo de San Agustín. En febrero de 1987, la Orques- Apablaza”, “La Fierecilla Domada” y “Mama Rosa”, entre otras
ta Sinfónica de la Universidad de Chile se presentó en el Techa- obras.
do; al igual que la adaptación de Isidora Aguirre de “El Lazarillo
de Tormes” con la compañía Teatro de la Calle, en cuyo elenco Eran obras de gran envergadura, de 25 actores, grandes monta-
tomaba parte Roxana Manríquez, Sergio Henríquez y Andrés jes, obras que sólo podían ser pagadas por el Estado, con esos elencos,
Pavez. parrillas, escenografías que requerían escenarios de veinte metros de
En septiembre de ese año, Jorge Yáñez y Liliana Ross pre- ancho, cuatro de fondo, con una gran superficie luminar, con plantas
sentarían el café concert “El Enganche”, en el restaurant Los de movimiento. Estas obras se hacían en el Palace o en el Techado.
Troncos, y un concierto de cámara organizado por el renovado Pero el Palace siempre tuvo problemas con el fondo del escenario,
Ateneo Juan Francisco González, con músicos de la Universidad porque no fue concebido como teatro y el Techado tenía un problema
de Chile, se hizo en el recinto de la Cámara de Comercio de de acústica atroz. Si estabas arriba no escuchabas nada, esos eran
Melipilla. Las juventudes también tuvieron en el Techado la ce- los lugares.

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La necesidad de un espacio sobrevino por razones obvias y Mesa, con un pasado ligado a las artes visuales y la música
El Labrador hizo eco de ello. “Melipilla merece, con creces, un en su vida universitaria, había desarrollado iniciativas artístico-
lugar público hermoso y bien dispuesto donde hubieran salas culturales a fines de los sesentas y en los setentas. A la cabeza
de exposiciones, de conferencia, de cine mayor y, por supuesto de esta nueva corporación instalada en “La Casona”, intentó
una gran sala de espectáculos para varios cientos de personas impulsar conciertos, exposiciones, charlas y talleres, pero se en-
a la vez. Esto no es utópico sino una realidad que con esfuerzo frentó a la crítica negativa de autoridades y del mismo Leyán
e inteligencia podemos lograr”278, publicaba en un editorial por la magra asistencia a ellos. La respuesta de Mesa fue que sin
titulado “Un teatro para Melipilla”, en medio de la incomodi- dinero no se podía hacer nada, en referencia a que el órgano que
dad de una itinerancia de actividades artísticas en lugares no dirigía no contaba con subvención ni apoyo monetario alguno
adecuados para ellas. y que “de centro cultural sólo tiene el nombre”281. Su postura
El llamado del periódico no tuvo ninguna recepción por encontró una oposición enorme. El mismo Leyán retrucó que
parte de autoridades o empresarios. Lo que sí reconocía la “el arte se autosubvenciona, sólo hay que saber llevarlo”282 y el
ciudad es que necesitaba un espacio para la cultura, como le alcalde de la época, Andrés Vicuña, consultado por las peticio-
llamaban a la demanda por un lugar donde acoger distintos nes de recursos que Mesa hacía a nombre del centro cultural,
talleres de disciplinas artísticas, exhibición de exposiciones y respondía: “Estaba pidiendo cosas absurdas. El tenía que dedi-
conciertos. Intentando aunar esfuerzos y dotar de una orgánica carse al aspecto cultural y no perder el tiempo pensando si tenía
institucional al quehacer cultural, el municipio creó un Centro un escritorio o una silla. Con estas cosas no se llega a nada. Y
Cultural Municipal a fines de 1986. Alojado en el municipio, por lo demás, la Municipalidad facilitó el mobiliario cuando al-
pasó en pocos meses a depender de la Corporación Municipal gunas actividades lo requerían”283. Tras las polémicas, el centro
de Melipilla para la Educación y la Salud, acusado de tener una cultural cerró sus puertas y Mesa grafica con una anécdota lo
gestión “discreta” cuando funcionaba como parte de la Munici- que él cree hasta el día de hoy: que a las autoridades de la época
palidad279. Este centro cultural, dirigido por Roberto Mesa280 y les daba lo mismo lo cultural.
que funcionaba sin presupuesto, pasó a llevar el nombre de José
Leyán Zumelzu, padre de un conocido comerciante de origen Un ejemplo. Una vez traje a la Orquesta Sinfónica. Todo lo hice
árabe, que facilitó para su funcionamiento “La Casona” de calle yo, porque tenía contacto con los centros de extensión. Llegaron a
Vargas N° 449, una antigua vivienda de grandes dimensiones. las una de la tarde, almorzados, menos mal, porque no teníamos
cómo pagarles un almuerzo e hicimos una función para escolares
278 El Labrador, 8 de febrero de 1987.
279 El Labrador, 29 de marzo de 1987. 281 El Labrador, 26 de abril de 1987.
280 De acuerdo a la narración de Mesa, llegó a ese cargo por proposición de la 282 El Labrador, 14 de junio de 1987.
Gobernación Provincial de aquel entonces. 283 El Labrador, 26 de junio de 1987.

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en el Gimnasio Techado con lleno total. En la tarde, en el mismo chileno no iba a llenar por aquellos años las más de mil apo-
Techado, no llegó nadie. Mandé gente para adentro, llamé a amigos y sentadurías del Palace, y tampoco lo haría una cartelera cada
conocidos por teléfono. Avergonzado me acerqué a la niña que venía vez menos atractiva y actualizada. El esplendor de décadas atrás
a cargo y le pedí disculpas. Me dijeron “no se preocupe, esto sucede quedaba en recuerdos. El festival Buscando la Mejor Voz y Con-
en todos lados, pero las autoridades van a venir a hinchar, por decir juntos de la Zona ya no ostentaba figuras ni aspirantes de ni-
que les gusta la cultura, pero son ellos los mismos que atornillan al vel. Igualmente, la convocatoria era amplia, pues de diferentes
revés”. Y era así, me cortaban la luz, no me llevaban micrófonos, localidades llegaban para apoyar a sus representantes, aunque
las sillas llegaban después. Bueno, el asunto es que después la gente más que admiración, los shows provocaban risas, tanto como
de la sinfónica tenía que tomar once. ¿Y qué les daba? ¿Una bebi- los premios que constaban de canastas básicas para el hogar,
da? Llamé al alcalde para contarle y mandó a unas señoras con pan donde abundaba el papel higiénico, los tarros de jurel y las cajas
amasado, mantequilla y mortadela. Lo llamé de nuevo y le dije “¡es de fósforos.
la sinfónica!”, pero no me pescó y dijo que era lo que había. Agarré Para fines de los ochentas, el Palace no guardaría ningún
el bus y los llevé al Centro Árabe para que les dieran un tecito, una atisbo de su gloria. Graduaciones de colegios, funciones espe-
torta. A los pocos días el alcalde me mandó llamar y me hizo pagar ciales de navidad de empresas, una programación de dudosa
eso, me descontaron del sueldo. Si el municipio hubiera metido plata, calidad y peores condiciones de salubridad contribuyeron a su
podríamos haber hecho muchas más cosas, porque hicimos talleres, cierre paulatino. Las posibilidades del entorno tampoco eran
buenas exposiciones, todo gratis, y la gente respondía. Me acuerdo alentadoras: si la televisión abierta y el VHS habían inflingi-
que una señora iba todos los días, era muy modesta, pasaba por to- do duras puñaladas, la televisión por cable y la consolidación
das las salas. Le pregunté si le gustaban los cuadros, ella dijo que “en de video clubes, además de la posterior piratería, harían del
toda mi vida nunca había visto una exposición y hoy a mis cincuen- Palace una bóveda. Tampoco sería el único. En otras ciudades
ta y tantos años he descubierto que me gusta la pintura”. del país los antiguos teatros y cinematógrafos vivían lo mis-
mo, siendo cerrados o reconvertidos en templos evangélicos y
Poco más de un año duró esta aventura de centro cultural. ferias artesanales. ¿Y el centro cultural, o el teatro? Tampoco
Mesa siguió haciendo algunas actividades por su propia volun- aparecerían por Melipilla. Las esperanzas estaban cifradas en
tad. Una de ellas fue un ciclo de cine chileno en el Cine Palace, la alegría que vendría con el fin de la dictadura militar, de la
con películas como “Julio Comienza en Julio”, “Los Hijos de la mano de un esperado renacer cultural.
Guerra Fría”, “Valparaíso Mi amor”, “Sussi”, “Estación de Regre-
so” y “Hechos Consumados”. La idea de Mesa era que, en caso de
tener éxito, se pudiera iniciar un festival de cine en Melipilla. La
realidad fue otra y dicho festival nunca se materializó. El cine

254 255
CAPITULO IV
La esperanza ausente: 1990-2000

Estado del Teatro Serrano en el año 2010


Hasta este punto, se han reconstruido noventa años de la his-
toria social de los teatros en Melipilla. Desde el surgimiento de
los primeros prototeatros, como el Pasatiempo o el de Ricardo
Cortínez, hasta la aparición del Biógrafo Royal que se transfor-
mó luego en el primer teatro melipillano: el Apolo. Subsiguien-
temente, lo sucedieron el Teatro Melipilla, el Teatro Alhambra,
el Teatro Colón y el Teatro Esmeralda, hasta que, finalmente, se
inaugura el Teatro Serrano en 1933, hegemonizando la activi-
dad artística y el desarrollo cultural por casi cuarenta años. Lue-
go apareció el Cine Palace, coloso que le arrebató el predominio
al Teatro Serrano y contribuyó a su cierre, pero que tuvo corta
vida, siendo la década de 1980 la de su franco declive y la de los
noventas la del fin de sus días.
Esta es la situación en que se encontraba Melipilla en la
última década del siglo XX y con ella lidia este capítulo. Sin
embargo, el estudio de estos diez años difiere en parte al de
los tres períodos anteriores. Y esto se debe a dos razones. La
primera porque prácticamente no existe un teatro que anali-
zar, dado que no hubo actividad artística y cultural asociada a
este tipo de recintos, pues el Palace estaba viviendo los últimos
años de su vida en un estado moribundo. La segunda razón
estriba en un asunto más analítico, debido a que sólo en el pri-
mer apartado del presente capítulo se revisa la década de 1990,
y en los tres siguientes se establecen las causas del desarrollo,
declive y desaparición de los teatros en cuanto espacios de
encuentro social.

259
La década de 1990 tas fueron los años de la demanda por espacios. Víctor Marín,
con el Ateneo Juan Francisco González, la Unión Comunal de
Los años que transcurren entre 1990 y 2000 se asemejan a los Juntas de Vecinos y la Sociedad de Socorros Mutuos Ignacio Se-
de comienzos del siglo XX. Los dos son los únicos períodos rrano, encabezaron los reclamos por las intenciones de venta
en que la ciudad careció de un recinto teatral que funcionara que, acusaban, tenía el municipio con el Teatro Serrano durante
y tuviera una programación continua, los dos están marcados la primera administración municipal concertacionista, a cargo
por un sismo devastador y los dos portan una promesa. El pri- del edil democratacristiano Manuel Riveros.
mero de los períodos corresponde al de inicios de siglo, en el Una alternativa para suplir la necesidad de escenario fue
cual toda ciudad, y sobre todo aquellas que lucían su categoría acondicionar espacios con otros usos o descubrir lugares aban-
de cabeceras de Departamento, aspiraban a tener un teatro. donados. El primer caso se aplica a la Catedral de Melipilla,
El segundo período nace con la esperanza de una alegría am- inaugurada en 1992, que sirvió a ciertas funciones musicales.
plia, donde cabía el esperado renacer cultural tras el fin de la El segundo corresponde al viejo gimnasio ubicado al interior
dictadura. del municipio, en el que Germán Martínez se abocó a limpiarlo,
La década de 1990 observó cómo el Cine Palace paulatina- ordenarlo y acondicionarlo durante semanas para el desarrollo
mente cerró sus puertas, sobreviviendo en base a filmes que se de actividades dramatúrgicas
veían con muy mala calidad de imagen, graduaciones de cole- Martínez en la década de 1990 tuvo una prolífica tarea en
gios y alguna última función del Buscando La Mejor Voz. Sin la enseñanza teatral en diferentes colegios de la comuna, con
embargo, todo esto decantaría en su cierre. Quedarían los afi- los que montaron obras de su autoría, desarrollando un traba-
ches pegados, los aplausos de un público ausente y el griterío jo284 que insufló de pasión teatral a muchachos que en la dé-
por estrellas que ya partieron. El Teatro Serrano había vivido cada siguiente ingresarían a academias teatrales o cultivarían
este proceso mucho antes y entraba en una etapa de pugnas, en- vocaciones artísticas. Todo esto con una dificultad agobiante,
tre un municipio que se quiso deshacer de él y una ciudadanía como consecuencia de los escasos recursos con que contaba y
que muy tenuemente comenzaba a defenderlo. a lo que él denomina una despreocupación local e institucional
Funciones de teatro y danza alguna vez poblaron un Gim- por las artes, algo que rompió abruptamente la ilusión de todos
nasio Alberto González cada vez en peor estado, y la antigua quienes preveían una esperanza con la llegada de la democracia:
sala de la Escuela N°1, donde la rama teatral del Ateneo Juan “Yo sentí una traición, esperaba que con el cambio existieran es-
Francisco González diera sus primeros pasos, aún funcionaban,
aunque tarde, mal y nunca. El Cuerpo de Bomberos reinaugu- 284 Martínez desarrolló talleres teatrales en los colegios San Sebastián, Colón, Manso
raba su gimnasio, nuevamente techado, a una cuadra de la Plaza de Velasco, entre otros. Con el último establecimiento educacional, el año 2000, ob-
tuvo diversos reconocimientos en el Encuentro Nacional de Teatro Escolar con la obra
de Armas, reemplazando al siniestrado en 1967. Así, los noven- “La mujercita del ciudadano Manuel y la hija de su madre”.

260 261
pacios para desarrollar el teatro. Seguí golpeando puertas, pero de Estudios Musicales. En lugares como La Casona, la Catedral
con los cambios tibios, siguió todo tibio”. de Melipilla, y otras parroquias católicas y mormonas, se rea-
En el mismo sentido, para Enrique Valdés, uno de los jó- lizaron conciertos de guitarra clásica, violoncello y piano que
venes que desde la resistencia cultural había trabajado a escala contaron con figuras de primer nivel nacional, como la soprano
local por el retorno a la democracia, con el Centro Cultural y Gabriela Lehman286.
Grupo Pehuén, todo se empantanó en un status quo que aban- Por su parte, el Ateneo Juan Francisco González siguió fun-
donó a lo artístico-cultural. cionando en forma itinerante, y no deseada, e ideó en 1996 un
festival de teatro callejero. La iniciativa pretendía llevar a las ca-
Tuvimos que irnos para la casa, nuestra última tocata fue en lles las artes escénicas, al no haber lugar donde presentar obras
una gira al sur. Acá de gobernador quedó Jaime Jiménez y no fuimos en condiciones dignas, pero no prosperó. Las razones radicaron
ni agarrados para el hueveo. Se le asignaron unos fondos a la cueca, en la falta de dinero y de gestión para lograrlo. No obstante, el
y nosotros teníamos un proyecto que no estaba en la mirada de ellos, Ateneo sí ocupó el espacio público con ferias del libro que se
fue demasiado serio, con teatro, pintura, literatura, educación, y no realizaron en la Plaza de Armas. En esta década, bajo el impulso
se abrieron las puertas como pensábamos. Aylwin estaba preocupa- de Marín y otros, se brindaron talleres artísticos, en una lógica
do de otros temas que eran prioritarios con esta transición de mierda de funcionamiento que se nutría con aportes anuales directos
que no sabíamos si seguíamos en dictadura disfrazada o no. de la Municipalidad.
En este ambiente, el grueso del escaso presupuesto edilicio
En este entorno, donde no había ninguna coordinación mu- para actividades artísticas se destinaba al festival Verano en
nicipal por el desarrollo cultural, fueron las iniciativas particu- Familia, en plena Plaza de Armas, que mezclaba a humoristas,
lares las que tuvieron impacto en la comunidad. La Parroquia dobles de cantantes famosos y algún número bailable. Mientras
San José Obrero285 de El Llano, siguió montando año tras año esto sucedía, a un costado, el recinto del Teatro Serrano vivía
la obra que recreaba la pasión, muerte y resurrección de Jesús; una importante mutación. Fue en 1997, cuando la administra-
Eduardo Mallea desplegó al interior del Colegio Melipilla ta- ción municipal del alcalde Fernando Pérez, de la neoconserva-
lleres de teatro y la celebración de un Festival de Bandas y Fan- dora Unión Demócrata Independiente, decidió arrendar el re-
farrias, con agrupaciones de Chile y el extranjero; y un joven cinto para que sirviera de bodega de un supermercado287. Este
Juan Mouras, titulado como intérprete musical en la Universi- arriendo fue por un monto de diez unidades de fomento men-
dad de Chile, se asentó en Melipilla e inició, junto a la familia
Miric, compuesta por artistas, pintores y músicos, la Camerata 286 Al respecto: op. cit. Cabrera, núm. I, pp. 6-7.
287 Supermercado Leyán, propiedad del empresario Moisés Leyán, según consta en
el contrato de arrendamiento del 1 de septiembre de 1997, firmado ante el notario y
285 Luego llamada Santa Teresa de Los Andes. conservador de comercio Alfredo Domke Cadiz.

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suales288 e incluía desde luego a toda la nave central del teatro, cuyo primer número estaba anclado en el Balance Patriótico de
la que fue utilizada para dejar diversos enseres y mercadería que Vicente Huidobro: “El país no tiene más confianza en los viejos,
luego se pondrían en las góndolas del negocio. Para un mejor no queremos nada con ellos. Entre ellos, el que no se ha vendi-
acopio de éstos, el desnivel de la platea fue emparejado y los mu- do, está esperando que lo compren”, había escrito el autor de
ros de la construcción fueron perforados. Como cañonazos, se Altazor en 1925. Esto que comenzaría a suceder a partir de 1997
le abrieron amplios orificios para que entrara la luz e iluminara y que se intensificaría en la década siguiente, particularmente
el interior. Bajo esa condición, el Teatro Serrano sólo pudo ser en el año 2004, congregaría aquellas voluntades y anhelos para
un manchón gris en el horizonte nororiental del centro melipi- conformar un movimiento ciudadano enfocado en la recupera-
llano, un inerme testigo de la búsqueda de espacios por parte de ción del Teatro Serrano como un lugar propio de la comunidad
sectores de la juventud, los que con esfuerzo adquirían guitarras melipillana y necesario para su desarrollo, un lugar donde yace
eléctricas, bajos y baterías, pero no tenían lugares para tocar289. parte de la memoria de una ciudad.
1997 fue también el año en que dejó de funcionar la Came-
rata de Estudios Musicales, mismo período en que sectores ju- Balance de un siglo de teatros en Melipilla
veniles comenzarían a inquietarse con más fuerza por la ausen-
cia de espacios y talleres artístico-culturales, mendigar salas de Existen, a juicio de Charles Tilly, cuatro grandes niveles para cla-
ensayo, no tener un mínimo apoyo que sí existía, por ejemplo, sificar los estudios históricos. Desde el más general al más especí-
en otras ciudades del país con instancias como Balmaceda 1215. fico se encuentran, primero, el nivel histórico mundial donde se
Los noventas fueron los años del abandono y la desidia, tam- establecen las propiedades esenciales de una época y se la ubica en
bién de una transición sin rumbo claro, de políticas públicas el flujo de la historia humana. En segundo lugar, está el nivel sisté-
juveniles precarias o inexistentes. Los sectores juveniles resen- mico mundial en el cual se busca indagar en el interior de aquellos
tirían los tiempos posmodernos y serían parte del “no estar ni conjuntos de estructuras sociales interdependientes como, por
ahí” chileno, paralelo al nevermind anglosajón. También serían ejemplo, son las civilizaciones. En tercer lugar está el nivel ma-
quienes luego pasarían de la queja a la acción ciudadana. Lo ha- crohistórico, en él se da cuenta del devenir de grandes estructuras,
rían en un cambio de siglo que vio circular por las calles una pu- como los estados, y su relación con los amplios procesos de cam-
blicación que duró apenas dos ediciones, llamada El Hablador, bio social. Finalmente, se encuentra el nivel microhistórico, don-
de se analiza la interconexión entre, por un lado, aquellas grandes
288 El valor de la unidad de fomento (UF) para septiembre de 1997 era de $13.719, estructuras y los amplios procesos de cambio, y por otro lado, los
de acuerdo al sitio del Servicio de Impuestos Internos. Disponible en: www.sii.cl (Re-
visado en: diciembre de 2011). grupos sociales, comunidades e individuos concretos290.
289 Durante un tiempo se abrió una Casa de la Juventud, ubicada en calle Yécora
entre Barros y Fuenzalida, la cual no fue más que un galpón que servía para fiestas y
alguna que otra presentación, pero que tendría una breve duración. 290 Op. cit. Tilly 1984, pp. 81-86.

264 265
Tomando en cuenta esta clasificación, se puede sostener que parte de su dueño José Massoud, Cine Palace. Incluso cuando
este libro está situado en el nivel microhistórico. En efecto, se este mismo empresario fue administrador del Teatro Serrano,
buscaron identificar las razones del declive y desaparición de durante la segunda mitad de la década de 1960, le quiso llamar
los teatros en Melipilla, a través del influjo de los amplios pro- al recinto “Cine-Teatro” Serrano. Solamente paralelo al cine, y
cesos de cambio social y las formas particulares en que los me- con menor preponderancia, se desarrolló otro grupo de expre-
lipillanos, durante el siglo XX, hicieron frente o se adecuaron a siones artísticas y deportivas, como el boxeo en el Teatro Colón
dichos cambios sociales. durante la primera mitad de la década de 1920 y las peleas de
La lógica causal del nivel microhistórico, en el cual un pro- cachacascán que se instalaron en el Serrano, durante la admi-
ceso amplio condiciona el devenir de una comunidad particular, nistración de Francione en los años cuarenta.
es especialmente evidente para el caso melipillano con la apari- Las artes escénicas, por su parte, surgieron al alero en gran
ción del primer teatro del siglo XX. En efecto, el surgimiento medida de los beneficios. Entendidos acá como aquellas activida-
del primer teatro melipillano estuvo más bien ligado al proce- des en que lo recaudado se destinaba a la caridad, más que para
so internacional que significó el cine, ya fuera como desarrollo el pago de los exponentes o el lucro de los administradores, datan
tecnológico con la masificación del biógrafo y como desarrollo incluso de dos prototeatros melipillanos de final del siglo XIX:
de una nueva forma de representación artística, es decir, lo que el Pasatiempo de Puigcerver, y el teatro de Ricardo Cortínez. Y
hoy se denomina comúnmente como séptimo arte. Pues bien, se gracias a la formación de diversas asociaciones sociales –La Ju-
puede afirmar que el influjo del cine –que aún era incipiente– ventud, La Juventud Obrera, La Igualdad– las jornadas benéficas
tuvo incluso mayor efecto para la formación del primer teatro tienden a consolidarse en la primera mitad de la década del vein-
que el de la zarzuela, género dominante ya en el último cuarto te. Las zarzuelas propiamente tal llegarían tardíamente a Melipi-
del siglo XIX chileno. Así fue descrito en el capítulo 1, en que lla, ya que el Apolo no las acogió, sino que recién lo hizo el Teatro
los empresarios Francisco Lueje y Ramón Roza, dueños del Bió- Melipilla, posterior a la celebración del centenario nacional. Más
grafo Royal, al ampliar sus instalaciones de calle Valdés, dieron tarde el Teatro Esmeralda tuvo una actividad dramatúrgica ma-
origen al Teatro Apolo. Además, este teatro generado gracias a yor que sus antecesores, aunque básicamente a través del sainete,
la novedad que representaba el cine, tuvo un predecesor duran- el juguete cómico y las varietés de las veladas bufas de las fiestas
te el siglo XX, a saber: el Biógrafo Transiberiano, que estando de la primavera. Pero, claro está, el cine era lo más visto.
sólo de paso por Melipilla, proyectó filmes durante el año 1907 El Teatro Serrano en sus comienzos alojó diversas repre-
en la Plaza de Armas de la ciudad. sentaciones teatrales, como las dirigidas por el actor nacional
La preponderancia del cine, asociado a los teatros, fue cen- Orlando Castillo, así como también diversos conciertos. Luego
tral para el caso melipillano a lo largo de toda su historia. Tan- se sumaron las actividades del Conjunto Artístico José Manuel
to así, que al último teatro de la ciudad se le denominó, por Balmaceda y el Centro Artístico Melipilla, de fugaz vida. Poste-

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riormente, durante los años cuarenta, llegó el radioteatro, con ¿Por qué no sobrevivieron los teatros?
Arturo Moya Grau, Luchita Botto y Anita González, entre mu-
chos otros. Y también los melipillanos pudieron ver y escuchar Ahora bien, volviendo a la pregunta de investigación delineada
a artistas de fama internacional, como el argentino Hugo del en la introducción, sobre por qué declinan y finalmente, des-
Carril y Leo Marini, por mencionar a dos. En los cuarenta tam- aparecen los teatros en Melipilla, se explica por una serie de
bién hubo actividad artística amateur de la ciudadanía, así lo factores, tanto endógenos como exógenos. Los primeros dicen
demostró la existencia del Cuadro Artístico de la Escuela N°11, relación con las propias dinámicas internas de la comunidad
quienes a través de la puesta en escena de obras de dramaturgos melipillana y de los teatros locales. Los exógenos hacen referen-
nacionales, se adelantaron en una década al Ateneo Juan Fran- cia a los ya definidos amplios procesos de cambio social. Así, el
cisco González. En los años cincuenta visitó el Serrano el trío primer grupo de factores se describen a continuación.
mexicano Los Panchos y la actividad teatral aficionada emergió
con fuerza de la mano del Ateneo. Ya en losaños sesenta, Ro- a. Administración de los teatros
berto Sagredo y José Massoud crearon el concurso Buscando la
Mejor Voz y Conjuntos de la Zona, logrando llevar al Serrano a No cabe duda que las salas de teatro en Melipilla durante todo el
su máxima expresión artística y musical de la década, en la cual siglo XX fueron concebidas y comprendidas sólo como una em-
también arribaron integrantes de la Nueva Ola musical chilena. presa privada. Incluso durante la existencia del Teatro Serrano,
En el Cine Palace se continuó con el Buscando la Mejor Voz la lógica de concesionar el recinto a un administrador privado,
y con el Súper Show 007 de Oscar Arriagada. En los inicios de por parte de la Municipalidad, se adecuaba a la noción de que
la década del setenta, llegaron artistas de fama mundial como el teatro debía dar réditos económicos para sus propietarios y
Dean Reed, Libertad Lamarque y Camilo Sesto. Junto a toda administradores. La mayoría de los fracasos en las administra-
esta actividad, Eduardo Mallea impulsó en esta década una se- ciones y los cierres de los recintos se vincularon con ello, desde
rie de espectáculos teatrales de primer nivel, traídos principal- el Apolo al Palace, con la excepción de las administraciones de
mente desde Santiago, y también gestionó la importante visita Francione y Massoud en el Teatro Serrano, vinculadas a otras
de los Niños Cantores de Viena, en una larga lista de actividades razones ya expuestas a lo largo del libro. Esta noción del arte y
promovidas por el docente. La dictadura militar en un comien- las actividades culturales como un negocio que debe dar dinero
zo no afectó a este boom de presentaciones artísticas que vivía y autofinanciarse, permaneció durante todo el siglo, fracasando
Melipilla ya desde los sesentas. Los perjuicios en la programa- en el largo plazo tanto en Melipilla como en el país291.
ción artística de los teatros se vieron más bien en la década de
1980, extendiéndose con más gravedad a la de 1990, con el Tea- 291 Por mencionar un caso, el propio Teatro Municipal de Santiago, para mantener
una cartelera y una actividad pujante, recibió financiamiento en los primeros años
tro Serrano maltrecho y en desuso, y el Palace semicerrado. del 2000 de parte del Estado, mediante el Consejo Nacional para la Cultura y las

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Como complemento perverso, la comuna nunca tuvo una una contundente participación artística de la ciudadanía en la
política cultural en todo el siglo XX, que asentara en sus espa- organización, promoción y desarrollo de alguna disciplina, o
cios teatrales un quehacer coordinado desde el uso y la aprecia- incluso en su misma administración, que permitiera una efec-
ción artística cultural destinada a contribuir a la creación, al tiva apropiación significativa de dichos espacios sociales293. A
aumento del capital social y al bienestar de la población, entre estos lugares se los utilizó, la gran parte de las veces, como “au-
otros aspectos292. El único requisito a los administradores fue tosatisfactores”, toda vez que era una oportunidad para artistas
complementar esporádicamente el negocio con ciertos usos por amateurs de subirse al tablado y sentirse verdaderas estrellas.
parte del municipio u otra organización para realizar espectá- En la medida que sí se hubiera dado dicha apropiación ciuda-
culos benéficos o la realización de actividades vinculadas con dana, el cierre de estos recintos hubiera encontrado muchos
fiestas locales. El hecho de que el Teatro Serrano fuera cerrado mayores obstáculos.
a fines de los setentas habla de cómo fueron concebidos estos Este aspecto sin duda está relacionado con la escasa profe-
espacios: si no genera dinero, no sirve. sionalización de la actividad artística arraigada en la zona. El
Ateneo Juan Francisco González es un ejemplo de ello, porque
b. Apropiación ciudadana ni en su mejor época –durante su primera década de existencia–
pudo dar ese salto294. Por el contrario, el paradigma en la profe-
En Melipilla, la relación entre el teatro y la población fue la de sionalización de la actividad artística, fuertemente desarrollada
“espectáculo-espectador” y, como se mencionó más arriba, el en torno a Melipilla, lo representa Roberto Sagredo –aunque
acento estuvo puesto en los réditos económicos que el teatro también otros como Elso Contreras y Yerko Milenko–, quien
generaba para sus dueños y administradores. Por lo tanto, la se dedicó a tiempo completo a su actividad, y con excelentes
actividad artística melipillana no propició la relación “centro resultados que saltan a la vista en la historia. El nacimiento del
cultural-ciudadanía cultural”, o bien “espacio para las artes-de- concurso Buscando la Mejor Voz y Conjuntos de la Zona es con-
sarrollo de agrupaciones locales”. En consecuencia, no existió secuencia directa de su actividad musical y gestión.
Sin embargo, esto no quiere decir que en Melipilla no hayan
Artes, también de la propia Municipalidad de Santiago, de las municipalidades de Las nacido otros artistas de categoría nacional y en algunos casos
Condes, Vitacura y Providencia y de la empresa privada.
292 El estudio de la relación entre el capital social y el consumo cultural ha sido
analizada por diversos autores. Por ejemplo, un estudio que entiende al capital social 293 El parque cultural de la Ex–carcel de Valparaíso puede entenderse como un
como determinante del consumo cultural es: Ateca, Victoria, “El capital humano como caso en el que, de una u otra manera, se produce una apropiación cultural por parte
determinante del consumo cultural” en Estudios de Economía Aplicada, Vol. 27, Núm. de la ciudadanía. Al respecto: Salazar, María Angélica, “Patrimonio y desarrollo local:
1, 2009, pp. 87-110. En cambio, un repaso sobre los estudios que entienden que el arte la participación ciudadana en la gestión del proyecto Parque Cultural ex-Cárcel de
y la cultura tiene un impacto en las comunidades, se encuentra en: Guetzkow, Joshua, Valparaíso” en Faro Revista Teórica del Departamento de Ciencias de la Comunicación
“How the Arts Impact Communities: An introduction to the literature on arts impact y de la Información, Universidad de Playa Ancha, año 1, núm. 2, 2005.
studies” en Working Paper Series, 20, Center for Arts and Cultural Policies Studies, 294 Más aún, el Ateneo Juan Francisco González ocupó primordialmente otro espa-
Princeton University, 2002. cio, como fue el Salón de la Escuela N° 1, distanciándose aún más del Teatro Serrano.

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incluso internacional. Es más, sí los hubo, desde la cantante y c. Rigidez/plasticidad de los teatros
actriz Maruja Ravanal, los actores Ramón Núñez y Archibaldo
Larenas, la escritora Pía Barros y el pintor Claudio Bravo has- Se observa también una pérdida de la preponderancia de los
ta los músicos Quelentaro y Los Hermanos Bustos, entre otros. teatros en tanto espacios multiuso. Sólo servían pare el cine, en
Pero, todos ellos realizaron la mayor parte de su carrera fuera cambio para el teatro y la música eran deficientes y se podía
de Melipilla, incluso Núñez y Bravo comenzaron su formación funcionar sólo bajo ciertos límites. La histórica rigidez y exce-
fuera de la zona desde muy jóvenes. siva univocidad de las salas en Melipilla, pensadas desde una
A pesar de la escasa profesionalización y la temprana emi- óptica de negocio cortoplacista y preponderantemente de cine,
gración del artista, Melipilla sí se nutrió de shows de talla nacio- jugó finalmente en su contra. Este factor es, sin duda, uno de
nal e internacional. Desde las zarzuelas que llegaron a principio los que explica el declive y cierre de los teatros, sobre todo en la
de siglo o el radioteatro de comienzos del cuarenta, hasta el Sú- medida que se combinó con el aspecto tecnológico de desarrollo
per Show 007 de Oscar Arraigada, los Niños Cantores de Viena, de otros soportes de apreciación, como el VHS o la televisión.
la Orquesta Sinfónica u obras de importantes compañías tea- Asimismo, el teatro melipillano que aún tenía vida, el Palace,
trales de Santiago, se pudieron ver en los teatros. Empero, estos no se adecuó a los nuevos tiempos al no mantener una cartelera
eventos no tenían un arraigo local, en muchos casos ni siquiera sustancial y complementaria de actividades no cinéfilas.
una contraparte, impidiendo que artistas o agrupaciones de la Tampoco pudo mutar hacia la utilización de sus dependen-
zona se vieran directamente beneficiados por un intercambio de cias para bailes y fiestas –salvo las fiestas de gala escolares de
conocimientos y experiencias que hiciera crecer el desarrollo de uno u otro colegio de la zona–, y así otros espacios comenzaron
alguna disciplina a nivel local. Por ejemplo, en 1987 llegó la Or- a ocupar este rol bohemio, satisfaciendo las demandas de la ju-
questa Sinfónica traída por Roberto Mesa al Gimnasio Alberto ventud. La Casona, ubicada en la misma manzana que las ruinas
González, pero Melipilla no contaba con una orquesta profesio- del antiguo Teatro Serrano, fue una de las primeras que aparecía
nal o de aficionados. En este aspecto, el caso también paradig- cumpliendo esta función hacia fines de la dictadura y a inicios
mático lo representa Eduardo Mallea. Gestor cultural por vo- de la década de 1990; ya en el cambio de siglo la siguieron una
cación, trajo una serie de actividades artísticas, y durante parte serie de discotecas. El nuevo milenio encontraba a un Palace
de la década de 1970 se pudo hablar de un florecimiento de las decadente e, irónicamente, para sentenciar la total desaparición
artes performativas al alero del Cine Palace, lo cual no perduró, de este teatro, el espacio que éste ocupaba en calle Ortúzar se
en gran parte debido a esta falta de apropiación ciudadana de transformaría con los años también en una discoteca.
los recintos, que se empalmaba con una inexistente política cul- Expuestos los tres factores explicativos internos de la des-
tural de fomento de las artes, salvo con los rudimentos orienta- aparición de los teatros, es pertinente volver sobre uno de los
dores de la dictadura militar y su búsqueda de un nuevo Chile. postulados centrales de esta investigación, a saber, que determi-

272 273
nados procesos amplios de cambio social o factores exógenos, el modelo económico neoliberal impuesto, ya sea legalmente
en conjunto con los recién mencionados tres factores internos, con la Constitución Política de 1980 o en la política económica
confabulan para consagrar la desaparición definitiva de los tea- de la dictadura instaurada a partir de los ochenta por los Chica-
tros en tanto espacios primordiales de socialización. Y éstos go Boys295, y continuado por los tres primeros gobiernos de la
amplios procesos de cambio social a los que se hace referencia Concertación, estableció y exacerbó la relación costo-ganancia,
son dos: la dictadura militar comenzada en 1973 y el desarrollo sin considerar la inversión en cultura como inversión social.
tecnológico de otros soportes de apreciación artística. Todo esto contribuyó a que en los últimos 20 años del siglo los
teatros melipillanos cayeran en desgracia: se cerraba el Serrano
a. Dictadura militar y modelo económico y el Palace quedaba moribundo. El primero se arrendaría como
bodega para años después llegar a estar incluso a la venta, y el
El golpe de estado de 1973 y la dictadura que le procedió es más segundo, como se afirmó, se convertiría en una discoteca.
que un hito político. Es también un fenómeno social y cultural
que condiciona diversos aspectos de la vida de Melipilla. En tér- b. Nuevos soportes tecnológicos de apreciación
minos generales, desarticula los vínculos sociales, persigue po-
líticamente determinadas expresiones artísticas, crea un clima Sin duda la masificación de la televisión contribuyó en una
de desconfianza y miedo a exponerse públicamente, establece primera etapa al declive de los teatros y otro tanto lo hizo la
políticas restrictivas de la expresión y, para colmo, impone un aparición del VHS. Estos soportes tecnológicos promovieron la
tipo de arte y cultura oficiales. Así y todo, en Melipilla se pudo apreciación artística de manera más simple y accesible296, brin-
observar que durante los primeros años de la dictadura hubo dando una satisfacción relativamente similar, pero con elemen-
una gran cantidad de actividades artísticas, aunque con cada tos atractivos nuevos, como la comodidad de la casa, la cercanía
vez menor participación de la ciudadanía. Y claro, si los shows familiar, el ahorro y un entorno privado. La masificación de es-
de alto nivel eran en su mayoría espectáculos venidos desde fue- tos soportes tecnológicos no fue un hecho trivial para el caso
ra. Así es como se deja notar un primer aspecto del declive de melipillano, ya que su contendor era un teatro local altamente
la actividad social en torno a los teatros. En los años ochenta se centrado en el cine. La preponderancia que tuvo el cine en la
vuelve más oscura la situación para los teatros melipillanos y la vida de los teatros de la ciudad circunscribió la pugna, preci-
actividad en torno a estos cae de manera considerable, facilitado samente, en el ámbito del séptimo arte, y el gran perdedor fue
en gran medida por el terremoto de 1985. Por otro lado, el arte y el Palace. Éste, el único teatro vigente durante las décadas de
la cultura oficial eran promocionados desde los ápices jerárqui-
cos de la dictadura, los cuales eran diametralmente diferentes a 295 Al respecto: Centro de Estudios Públicos, El Ladrillo. Bases de a política económi-
ca del gobierno militar chileno, Santiago de Chile, CEP, 1992.
los espectáculos que florecían durante los sesentas. Finalmente, 296 No había que salir del hogar, o sólo para arrendar los cassettes de VHS.

274 275
1980 y 1990, tampoco acogía una cartelera no cinematográfica siglo XX, no se les puede atribuir un valor explicativo diferen-
que pudiera entregar espectáculos complementarios de forma ciado en el declive y cierre. Ninguno explica más la desaparición
periódica, y sólo albergó esporádicamente las ya mencionadas que otro, de modo que la argumentación planteada sólo vincula
fiestas de gala escolares o beneficios, hasta su definitivo cierre. a los amplios procesos de cambio social, con los factores expli-
Aparejado a este proceso, ocurrió un declive de las tradi- cativos internos propios de la comunidad melipillana. Ambos
cionales salas de cine en Chile. Si en la década de 1930 se pro- tipos de factores, internos y externos, afectan conjuntamente a
dujo una merma de los salones que presentaban obras en vivo, los teatros en tanto espacios primordiales de encuentro social.
debido a la aparición de los cinematógrafos que iban en ascen- Sólo un estudio comparado, en que por ejemplo se utilice como
so, por la década de 1970 el negocio del cine comenzó a decaer, parangón un caso similar al melipillano, permitiría discriminar
no quedando más de cincuenta salas a fines del decenio. A este si tal o cual causa posee un mayor poder explicativo sobre la
problema el Estado le hizo frente mediante el arriendo de sa- interrogante planteada al inicio, pero eso sería objeto de otra
las de cine en todo el país a través de Chile Films, cuestión investigación.
que duró hasta la privatización de la empresa estatal en el año
1988. En los noventas, las salas tradicionales de cine sufrieron El deterioro del vínculo social
un nuevo revés con el desembarco de las cadenas internacio-
nales Cinemark, Hoyts y Showcase, las que llegaron a ocupar Siguiendo la formulación de Tönnies, se entiende por vínculo
el 70% del mercado nacional297. En este contexto, Melipilla no social cuando “las voluntades humanas se hallan entre sí en
fue la excepción, también se vio afectada por la crisis de final múltiples relaciones, cada una de ellas es una acción recíproca
del setenta, y ya para los noventa no era novedad que el VHS que, en cuanto hecha o dada por un lado, es sufrida o recibida
y los video clubes fueran en ascenso, existiendo más de cinco por los demás (…)”298. Así, la socialización, tal como se plan-
en la ciudad. Desde luego también la cercanía con Santiago y teó en la introducción, corresponde a las formas particulares
el acceso que los melipillanos podían tener a salas de cine de que adquieren los vínculos sociales. Y, como se mencionó, este
las cadenas internacionales hizo que el Palace cayera casi en vínculo que se concreta en torno al espacio social de los tea-
un completo desuso. tros, emerge de suyo aproblemático, debido a que está basado
Una vez mencionadas y descritas todas las variables anterio- en una concepción de realidad que es típicamente familiar. Pa-
res, cabe una aclaración. A todos estos factores, que emergen a rafraseando a Alfred Schutz, este vínculo se da en un mundo
la luz del estudio de casos de todos los teatros melipillanos del cotidiano y conocido, el cual es supuesto como invariable por
los sujetos.
297 Al respecto revísese el sitio Web Memoria Chilena. Disponible en: http://www.
memoriachilena.cl/temas/index.asp?id_ut=lasalasdecineenchile(1896-2000) (revisa-
do en: diciembre de 2011). 298 Tönnies, Ferdinand, Comunidad y Sociedad, Buenos Aires, Losada, 1927, p. 19.

276 277
Considerando estas definiciones, y del estudio histórico de peor ubicación frente al ecran. Pero la irrupción popular en
un siglo de teatros en Melipilla, se observa que los primeros des- el Serrano fue sin duda avasalladora, por más que intentara
encuentros en la comunidad unívoca existente, dentro del espa- ser impedida por la fuerza policial y la administración de los
cio social del teatro, se da con una particular manifestación del teatros, haciendo la vida imposible a quienes ocupaban la pla-
clivaje299 clerical/anticlerical300 en la ciudad. Esto se observa, tea. Así, gracias al avance de estos sujetos que adquirían cada
en toda su magnitud, durante 1921 en la época del Teatro Colón vez más visibilidad, los intentos de la élite por diferenciarse y
bajo la administración de Juan Vizcaya, en que éste se enfrentó buscar otros espacios fueron cada vez más evidentes, siendo
al sacerdote Ramón Merino a propósito de la cinta “El Triunfo el Círculo de Divulgación Cultural del año 1943 el más para-
de Venus”, la cual incluía desnudos y que el cura párroco quería digmático de estos y, a la vez, uno de los fracasos más sonados
prohibir a toda costa que se proyectasen. Así, posteriormente, al intentar fallidamente posicionar un estilo de arte y cultura
se sucederían otros hechos similares en que se enfrentarían las dominantes. El hecho de que el clivaje de clases sociales, que
cosmovisiones católicas ultramontanas frente a otras más bien era indiscutible en la sociedad extramuros de los teatros, fue-
liberales, aunque claro, estas disputas se daban casi exclusiva- ra llevado también al seno de este particular espacio social,
mente al nivel mismo de la élite. marca en cierto sentido un debilitamiento profundo de la uni-
Un segundo tipo de desencuentro ocurre con la manifes- dad de la comunidad melipillana, es decir, el vínculo social se
tación de la cuestión social301 en los teatros. Esto sucedió de problematiza.
diversas maneras, ya sea como la separación que implementó Sin embargo, esta fractura entre una clase y otra no se ma-
el Teatro Apolo entre platea y galería hacia 1911, como con nifestó en la creación de un arte crítico melipillano, es decir,
la separación ya consagrada que tenía el Serrano entre platea la producción artística local no dio cuenta de esta cada vez
y paraíso, un espacio para los más pudientes el primero, y el más acentuada diferencia social, entre la élite y el pueblo, sien-
otro para los estratos bajos, debido a sus menores precios y do solamente posible de apreciar en el comportamiento de los
asistentes y estructuración interna de los teatros melipillanos.
299 Los clivajes o cleavages es un término utilizado para dar cuenta de las fracturas Y esto no cambiaría sino hasta el surgimiento del grupo Que-
en el seno de una determinada comunidad, las que se pueden manifestar en diversos lentaro, quienes fueron uno de los primeros que artísticamen-
ámbitos sociales de algún país o región. Como argumentan Lipset y Rokkan, estas
fracturas sociales se representan en la arena política con la formación de partidos, por te dejaron manifiestas las diferencias en la sociedad de aquella
ejemplo, los nacidos de la oposición clerical/anticlerical (Al respecto: Lipset, S. M. &
Rokkan, S., “Cleavage Structures, Party Systems, and Voter Alignments” en. Lipset, S.
época.
M. (ed.), Consensus and Conflict: Essays in Political Sociology, New Brunswick, Trans- No obstante, estos dos clivajes o fracturas sociales no cons-
action Books, 1985). A nuestro juicio, estos clivajes también pueden desarrollarse en
el ámbito de las artes, así como en el espacio social de los teatros. piraron para que los teatros dejasen de existir. Si bien dañaron
300 Scully, Timothy, Los Partidos de Centro y la Evolución Política Chilena, Santiago el sentido de comunidad unívoca y el espacio social del teatro se
de Chile, CIEPLAN - University of Notre Dame, 1992, pp. 35 y ss.
301 Op. cit. Scully, pp. 89 y ss. convirtió en un ámbito comunitario más diverso, los melipillanos

278 279
y melipillanas aún seguían saliendo a su encuentro. Sólo con la
supresión del teatro mismo, se generaría un deterioro sustancial
del vínculo social y del sentido de comunidad en Melipilla.
Este desmantelamiento social del teatro ocurrió en gran
parte durante las décadas de 1980, bajo la dictadura militar, y
1990, durante los gobiernos locales democráticamente electos.
Pudiendo resultar hasta curioso que la década de redemocra-
tización chilena sea entendida en esta investigación como un
período en que el vínculo social se mantuvo dañado una vez que
la dictadura militar abandonó el poder.
Como en la década de 1990 no hubo un diálogo ni una par-
ticipación social sustancial en pos de un espacio cultural de en-
cuentro, ni tampoco se construyó un teatro público o un centro
cultural –y los polideportivos no fueron buenos sustitutos–,
formas de participación y apropiación ciudadana no encontra-
ron suelo fértil para emerger. En otras palabras, no se produjo
la recomposición del vínculo social en este nivel. Para una recu-
peración del teatro como espacio social se requeriría, en primer
lugar, que existiera uno, para luego aspirar a su apropiación.
De modo contrario, las formas en que se recrearía el vínculo
social asociado a las manifestaciones artísticas y culturales se
daría a través de lo que ha sucedido durante la década de los
noventas y gran parte de la década del 2000 en Melipilla: me-
diante el espectáculo de consumo masivo y sin la participación
activa de la comunidad en la reproducción artístico-cultural de
lo local.
Indefectiblemente, estos son algunos de los factores a con-
siderar por los movimientos sociales que busquen reconstruir y
recuperar el teatro como espacio social para Melipilla.

280
ANEXOS
Registros fotográficos
Mapa de Melipilla
Los teatros melipillanos

Procesión de Nuestra Señora del Carmen, del 20 de octubre de


1907. Las celebraciones religiosas congregaban al pueblo, per-
mitiendo hacerse una idea del número de habitantes en Melipi-
lla para inicios de siglo.
Plaza de Armas, década del 10, costado surponiente. Se observa
el edificio del banco y de la Gobernación.

Fines del siglo XIX, en la imagen aparece Manuel de la Presa, su


esposa Manuela García, y los niños Juan, Miguel, Isabel, Blanca
y Elena.

Plaza de Armas, década del 10, una imagen de la estatua de


Ignacio Serrano, instalada en su emplazamiento del costado
oriente de la Plaza de Armas.
Almacen Presa Hnos., que ocupaba buena parte del costado ori-
ente de la Plaza de Armas y en cuyo interior se encontraba una
amplia gama de productos. Los De la Presa fueron la familia
constructora del Teatro Serrano.
Antes de morir, el Teatro Esmeralda usó la estrategia de distri- Tras su inauguración, en 1933, el Teatro Serrano alojó distintos
buir volantes con publicidad de las películas que emitía y con locales comerciales en sus dependencias. En el costado izquier-
los precios de galería y platea, sobretodo en tiempos en que no do, mirando hacia el frontis, se instaló una peluquería llamada
había radio. No obstante, el volante del 9 de septiembre de 1934 “Serrano”.
no impediría el fin del Esmeralda.
Los abanderados de ferrocarriles durante el desfile del primer
contingente después de la jura de la bandera. Atrás se ve el
Teatro Serrano, que proyectaba por esos días la película “Allá
en el Rancho Grande”

Pintura obsequiada a la familia De la Presa por un pintor de ape-


llido Bettancourt en el que desde su paticular visión da una mi-
rada al frontis del principal recinto de la sociedad melipillana.
Melipilla, década del 30 en plena Plaza de Armas. Se puede
apreciar la Iglesia Matriz, al fondo la Iglesia de la Merced, y las
góndolas que viajaban a Santiago.
Oscar Núñez fue un activo miembro de las primeras
iniciativas teatrales en Melipilla. Líder y organizador
de varias fiestas de la primavera, fue comandante del
Cuerpo de Bomberos de Melipilla y padre del Premio
Nacional de Arte, mención Teatro, Ramón Núñez.

Un carro típico de las fiestas de la primavera. Década del 40.

Ramón Núñez, captado por el lente de René Combeau,


cuando era un joven estudiante de la Academia de Arte
dramático del Teatro de Ensayo (TEUC) de la Univer-
sidad Católica de Chile.
parte central y el costado de la muestra llevada a cabo en
Exposición del segundo centenario de la fundación de
Melipilla, en la imagen del 11 de octubre de 1942 se ve la

la Escuela N° 11.
A los pies de la estatua de Ignacio Serrano (cuando se erguía so-
bre cuatro pilares) aparecen disfrazados un grupo de muchachos
con ocasión de las celebraciones de la Fiesta de la Primavera de
1941.
Club Diego Portales, concurrido centro social ubicado en calle
Vargas al llegar a Plaza de Armas. La foto corresponde a la
década del 40.

(Arriba) Mapy Cortés, vedette,


actriz de cine y cantante por-
torriqueña, actuó en el Teatro
Serrano el 19 de noviembre de
1947. Su presencia fue sinto-
mática de una era en que otros
grandes como Leo Marini y
Hugo del Carril arribaron a la
ciudad.

(Al lado) Maruja Ravanal, la


primera estrella melipillana
de fama nacional.
El Teatro Serrano fue lugar propicio para manifestaciones
políticas. La imagen corresponde a la proclamación senatorial
de Arturo Alessandri Palma, del año 1948.
Fotografía del personal del Teatro Serrano del año 1947. Abajo:
Ruphtier Rojas, Jorge Sottolichio y Alfredo Zavala. Arriba: Víc-
tor Ayala, Ramón Orozco, Ramón Armijo y Bernardo Medina.

Primer concurso Buscando la Mejor Voz y Conjuntos de la


Zona, realizado en la Escuela Parroquial por la radio Igna-
cio Serrano. En la imagen aparecen las Guitarras Viajeras,
grupo compuesto en esemomento por Roberto Sagredo, Juan
Aravena y Humberto Espinoza. En la foto aparecen con el
ganador de ese año: Jaime Vargas.

Escenario del Buscando


la Mejor Voz en 1963 al
interior de la Escuela
Parroquial, con Las Gui-
tarras Viajeras posando
tras el show. En la ima-
gen se puede apreciar el
parlante utilizado y la
cercanía de las butacas
con el proscenio.

Gustavo Campaña, padre del radioteatro nacional junto a Anita


González, La Desideria, en una de sus visitas a la ciudad.
Mario Galleguillos en una
de sus actuaciones de ini-
cios de los 70 en el Cine
Palace.

Gloria Benavides bajando las escaleras de la


radio Serrano, que conectaban con el Cine
Palace, en compañía de una fan melipillana.
25 de agosto de 1975.

Bigote Arrocet, antes de su actuación en el Cine Palace de Melipilla,


viernes 17 de mayo de 1974.
nacional del año.
Oscar Arriagada, como líder de Los Dixons, acompañado del
animador Angel Fontana, recibe en 1964 el Laurel de Oro, pre-
mio que entregaba el diario Clarín a lo mejor del espetáculo

Los años 80 poblaron el Cine Palace de escolares que ocuparon


sus distintas localiades en funciones regulares y en funciones
especialmente dedicados a ellos. En la imagen se vislumbra en
parte la magnitud del recinto de calle Ortúzar.
El escenario del salón de la Escuela Nº 1, usado desde 1951
por el Ateneo Juan Francisco González, fue siempre refugio
para pequeños montajes. En la imagen, una representación
de fines de los años 80.

Vista desde la galería del Teatro Serrano hacia el escenario. La


fotografía, de 2007, muestra el deterioro a la fecha producto del
sismo de 1985, de su uso como bodega y del descuido en el que
quedó en la década del 80.
gen que los melipillanos podían apreciar del antiguo
Hasta la fecha de esta publicación, ésta era la ima-

Teatro Serrano
Desde el terremoto de 1985, este fue el único registro visible
del Teatro Serrano en Plaza de Armas, uno de los carteles que
daban la bienvenida en el foyer del edificio y que tras su desuso
alojó a un almacén de golosinas.
Los teatros melipillanos
Santa Elvira →
Teatro Administración (dueño o
Los Cruceros concesionario)
Teatro Apolo
Francisco Lueje y Ramón Roza
(1908?-1911)

Compañía Cinematográfica del


Teatro Melipilla
Pacífico, 1911
(1911-1916) Empresa Mardones y Patri, 1911
Alfredo Castro, 1912-1916
Empresa Grau, 1916

Teatro Alhambra
Silva y Compañía
(1919-1920)
Teatro Colón
Juan Vizcaya
(1921-1925)
Teatro Esmeralda
Eliserio Werchez y familia
(1925-1934)

Teatro Serrano Presa y Compañía, 1933-1934


(1933-1978) Enzo Riderelli, 1934-1935
Carlos Guillón, 1935-1936
Rigoberto Ortega, 1936-1937
Víctor Francione, 1937-1943
Selman, Varcellino y Compañía
Ltda., 1943-1949
Hugo Stagno del Orto, 1950-
El Llano 1951
Mariano Pérez, 1951-1952
Moser y Maucher Ltda., 1952-
1956
Plano que da cuenta del centro urbano histórico de la ciudad, Pérez y Sapag Ltda., 1956-1963
con Vicuña Mackenna al norte, Manso y Riquelme hacia el sur, José Massoud, 1964-1969
Correa al poniente y Alcalde al oriente. Ernesto Sottolichio, 1969-1978

1.- En este lugar de calle Valdés, funcionó el Teatro Apolo, Cine Palace
el Teatro Melipilla, el Teatro Alhambra (en su segunda José Massoud
(1968-2000)
etapa) y el Teatro Colón.
2.- Teatro Alhambra (primera etapa) Fuente: Elaboración propia.
3.- Teatro Serrano
4.- Teatro Esmeralda
5.- Cine Palace
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b) Nacionales: El Mercurio (1948, 1973); La Nación (1941).

Entrevistados
Revistas consultadas
El total de entrevistados alcanzó las 63 personas. Sin embar-
go, la siguiente lista incorpora sólo aquellas que, expresamen- Revista Apuntes, núm. 91, Santiago, Escuela de Teatro P. Univer-
te, aceptaron ser citadas. En esta misma lista, existen también sidad Católica de Chile, noviembre 1983.
quienes permitieron ser citados, pero que pidieron reserva de Revista de Derecho, Jurisprudencia y Ciencias sociales, y Gaceta
su identidad, para lo cual se utilizaron pseudónimos. En el caso de los tribunales, vol. 1, tomo LXVI, enero diciembre de
de estos últimos, el pseudónimo está marcado con un asterisco. 1969. Editorial Jurídica de Chile.
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www.sii.cl – Sitio Web de Servicio de Impuestos Internos.
www.teatroictus.cl – Sitio Web Teatro Ictus.

Créditos Fotográficos

Parte de los registros fotográficos fueron cedidos para esta pu-


blicación por Manuel Hernández, Manuel Osorio, Juan Manuel
Cornejo, Oscar Arriagada, Mario Galleguillos, María Macarena
Larraín de la Presa, Roberto Sagredo, Ángel Cruz, Jaime Roma-
nini, y Programa de Investigación y Archivo de la Escena Tea-
tral, Escuela de Teatro, Pontificia Universidad Católica.

322
En un amplio recorrido por el siglo XX chileno, los
autores exponen la génesis y el desarrollo de los teatros
en Melipilla, así como las visiones de mundo y las luchas
por imponerlas, que al interior de la comuna van que-
dando evidenciadas. De este modo, a través de una in-
vestigación de marcado carácter heurístico, se exponen
las diversas causas que impulsaron el desarrollo de los
teatros, así como las múltiples consecuencias que el per-
tinaz motivo teatro tuvo en otras regiones de la realidad.
Gracias a la documentada narración del devenir de
los espacios que cobijaron la cultura local en el siglo XX,
Historia Social de los teatros en Chile, Melipilla en el siglo
XX, entrega un detallado mapa de los anhelos y proyec-
tos que impulsaron a esta particular comunidad en su
afán de construir mundo. Sin lugar a dudas, la presente
investigación constituye un aporte fundamental a la re-
flexión sobre cómo los pueblos recorren el siempre duro
camino de pensarse y construirse a sí mismos.

Rubén Céspedes M.

Proyecto Financiado por


Fondart Convocatoria
2011

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