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Andrés Felipe Arenas Torres

SFC Analítica
31 de mayo de 2018
El dogma del antidogmático
“Since we think that most of the epistemological doctrines that cluster together in the Q/D
galaxy are probably right, we will not insist on the differences between them. Sooner or later,
somebody will doubtless write a doctoral dissertation that sorts them all out.”
Fodor
Introducción
Quine en “Dos dogmas del empirismo” llega, entre otras cosas, a postular el holismo semántico.
Lo hace, según la literatura, partiendo de la conjunción entre verificacionismo y holismo
epistemológico. Fodor, en su intento de crítica al holismo semántico, muestra que no hay manera
de entender enunciado, parte básica y esencial de dicha teoría, por lo que el holismo semántico
parecería no tener soporte1. Este ensayo, por su parte, intentará abrir otro camino de crítica al
argumento del holismo semántico. Para esto, se explorará una de las premisas del argumento; a
saber, la tesis del holismo epistemológico (tesis Q/D). Lo que se quiere mostrar en últimas es que
la argumentación de Quine para el holismo epistemológico no es sólo no convincente, sino
además reprochable2. Así, este texto cumplirá con su objetivo si al menos hace dudar al lector
acerca de la justificación del holismo epistemológico que Quine hace en “Dos dogmas”; es decir,
si no deja que la tesis Q/D se convierta en un dogma.
Pierre Duhem
Para comenzar, nos remitiremos a la primera y más obvia justificación que Quine hace de su tesis;
la referencia a Pierre Duhem, diciendo que él ya había argumentado bien el holismo
epistemológico. En "Dos dogmas del empirismo", el segundo dogma es el reduccionismo, la
creencia de que "cada enunciado significativo es equivalente a algún constructo sobre términos
que se refieren a la experiencia inmediata" (1953, 20). Quine argumenta que el reduccionismo es
un dogma infundado. Él afirma que, aunque el reduccionismo ha dejado de figurar en los
pensamientos de algunos empiristas, sigue habiendo una forma más sutil de reduccionismo en el
que cada afirmación tomada en forma aislada puede admitir la confirmación o la
desconfirmación. Contra este dogma, Quine sugiere que "nuestras declaraciones sobre el mundo
externo se enfrentan al tribunal de la experiencia sensible no individualmente, sino solo como un
cuerpo corporativo" (1953, 41), y, en una nota al pie dice que la doctrina fue bien argumentada
por Pierre Duhem. Quine procede a detallar un "empirismo sin dogmas" en el cual el

1
Puesto que los nodos de la red no tendrían ninguna posible interpretación, o al menos no una aceptable y
suficiente como para que la teoría funcionara.
2
Analizando únicamente dos dogmas.
conocimiento debe compararse con un campo de fuerza donde "un conflicto con la experiencia
en la periferia ocasiona reajustes en el interior del campo" (1953, 42), y "cualquier afirmación
puede ser verdadera, pase lo que pase, si hacemos ajustes suficientemente drásticos en cualquier
parte del sistema "3(1953, 43). Debido a la referencia de Quine a Duhem, la tesis formada a partir
de las dos sub-tesis, que (a) como los enunciados empíricos están interconectados, no pueden
ser individualmente confirmados, y (b) si queremos mantener cierta afirmación particular
siempre podemos ajustar otra declaración, se conoce como la tesis de Duhem-Quine. Duhem
habría reconocido la sub-tesis (a) como una descendencia suya, pero no habría estado totalmente
de acuerdo con ella, tal como la formuló Quine.
Duhem no afirma que cuando hay algún conflicto con la experiencia, siempre podamos hacer
ajustes suficientes en cualquier parte del sistema. Hace un reclamo más débil, también limitado
de otras maneras, pero que sería equivalente a: cuando hay algún conflicto con la experiencia, lo
que se desconfirma es necesariamente ambiguo. La formulación de Duhem de su tesis de no
falsabilidad es que "si el fenómeno predicho no se produce, no solo se pone en duda la
proposición cuestionada, sino también todo el andamiaje teórico utilizado por el físico" 4(1954,
185). Él no toma el segundo paso de Quiné de llevar a cabo cualquier afirmación verdadera pase
lo que pase, pero dice "lo único que el experimento nos enseña es que, entre todas las
proposiciones utilizadas para predecir el fenómeno y para verificar que no se ha producido, hay
es al menos un error; pero dónde reside el error es exactamente lo que el experimento no nos
dice " (1954, 185).
Además, Duhem no defiende directamente la tesis de la no falsabilidad. Parece considerarlo como
un corolario obvio de otra tesis, que podría llamarse la tesis de la no separabilidad, de que el físico
nunca puede someter una hipótesis aislada a una prueba experimental: "Tratar de separar cada
una de las hipótesis de la física teórica de las otras suposiciones sobre las cuales descansa esta
ciencia, para someterla aisladamente al control de la observación, es buscar una quimera "(1954,
199-200).
La tesis de Duhem generalmente aparece en el contexto de la crítica de Duhem del método
inductivo (o lo que él llama el método newtoniano), que rechaza cualquier hipótesis sobre
cuerpos imperceptibles y movimientos ocultos y admite solo leyes generales conocidas por
inducción de la observación. Duhem acusa a este método de ser inmanejable; él afirma que una
ciencia solo puede seguir el método newtoniano cuando sus medios de conocimiento son los del
sentido común: "Cuando la ciencia ya no observa hechos directamente, sino que los sustituye por
medidas, dadas por instrumentos, de magnitudes que la teoría matemática define por sí sola, la
inducción puede ya no ser práctica de la manera que requiere el método newtoniano "(1917, 153,
1996, 234). Él indica claramente que algunas ciencias pueden usar el método newtoniano, derivar
sus principios por inducción de la observación y desconfirmarlos según las pruebas lo justifiquen.

3
Esto es a lo que llamaré a lo largo de todo el texto “(b)”
4
La traducción de este pasaje, y de todos los que vendrán a continuación del texto de Duhem “The aim and
structure of physical Theory”(1954), es propia.
Lo que Duhem piensa que está mal con el inductivismo es que no puede ser usado por todas las
ciencias. Para Duhem, la tesis de no-falsabilidad es una consecuencia de la tesis de la no
separabilidad, y la tesis de la no separabilidad es una tesis empírica que depende de factores que
no gobiernan todas las ciencias. Esto también es respaldado por las afirmaciones de Duhem, en “
The aim and structure of physical Theory”, de que está imponiendo límites estrechos a su
investigación, y está restringiendo sus generalizaciones a la física; cuando anuncia por primera
vez la tesis de la no separabilidad, lo anuncia como un principio sobre lo que hacen los físicos,
cuyas consecuencias se desarrollarán en el resto de la sección: “Un experimento en física no
puede nunca condenar (condemn) una hipótesis apartada, sino todo un grupo teórico”(1954,
183).
En general, no se sabe que Duhem en su vida enfrentó una extensión de su tesis a la manera de
Quine y que anteriormente la había rechazado. En el ensayo de 1917 titulado "Examen lógico de
la teoría física", Duhem esbozó el conjunto de tesis que constituyen la tesis de Duhem y afirmó:
“Separados de las diversas escuelas de pragmatistas sobre el tema del valor de la
teoría física, no nos pronunciamos, en ninguna circunstancia, entre el número de sus
seguidores. El análisis que hemos dado de los experimentos en física muestra que el
hecho está completamente compenetrado por la interpretación teórica, hasta el
punto en que es imposible expresar un hecho aislado de la teoría en tales
experimentos. Este análisis ha encontrado un gran favor del lado de muchos
pragmáticos. Lo han extendido a los campos más diversos: a la historia, a la exégesis,
a la teología”. ( 1996, 237.)
Por lo tanto, ya en 1913, el alcance de la tesis de Duhem se había extendido más allá de las
intenciones de Duhem. "Los diversos autores que acabamos de citar a menudo extraen de este
análisis del método experimental utilizado en las conclusiones de la física que van más allá de los
límites de la física; no los seguiremos tan lejos, sino que nos mantendremos siempre dentro de
los límites de la ciencia física "(1954, 144n). La reacción de Duhem a la extensión de su tesis fue
la siguiente:
No negamos que esta extensión sea legítima hasta cierto punto. Por diferentes que sean los
problemas, siempre es el mismo intelecto humano el que se esfuerza por resolverlos. De la misma
manera, siempre hay algo común en los diversos procedimientos que la razón emplea. Pero si es
bueno notar las analogías entre nuestros diversos métodos científicos, es a condición de que no
olvidemos las diferencias que los separan. Y, cuando comparamos el método de la física, tan
extrañamente especializado en la aplicación de la teoría matemática y el uso de instrumentos de
medición, con otros métodos, seguramente hay más diferencias para describir que las analogías
para descubrir. (1996, 237).
Para concluir esta sección, diremos que hemos hallado la primera muestra del andamiaje
argumentativo del holismo epistemológico. Entre otras cosas, nos encontramos con que (i) de lo
que habla Duhem es específicamente para la física teórica, y que además duda de su aplicación
en otros campos; (ii) que, como es evidente por su mismo nombre, la tesis Q/D tiene aportes
tanto de Duhem como de Quine, la clave será entonces ver cómo justifica Quine su colaboración
en dicho proyecto.

Quine
Si queremos hacer una posible crítica al holismo epistemológico, más vale intentar hacer una
presentación que, aunque breve, esté a la altura. Aunque lo ha anticipado en la última sección de
“Dos dogmas”, un análisis más completo de la tesis Q/D viene en el último apartado. La ciencia,
tomada como un todo es como un campo de fuerzas cuyas condiciones da la experiencia; así,
nuestras creencias, tomadas como un todo, están en contacto con la experiencia a lo largo de sus
lados. Por eso, si hay un conflicto con la experiencia, el campo de fuerza redistribuye sus valores
veritativos, porque todos los enunciados son susceptibles de revisión. Sin embargo, hay algunos
enunciados, como los de la física, la lógica o la ontología que están ubicados en una zona
relativamente central de la red, dado que los enunciados de estas clases presentan poca conexión
preferencial con datos sensibles determinados (1953, 43)
Finalmente, Quine afirma que es un error hablar de los objetos físicos, clases, fuerzas… de forma
absoluta. Los objetos son mitos que pueden compararse a los dioses de Homero. La diferencia
entre ellos estaría en grado y no en esencia, porque los objetos son intermediariamente más
convenientes debido a que ellos son más eficaces como procedimientos para elaborar una
estructura.
A continuación, se examinarán los posibles agregados que hace Quine a la tesis de Duhem en
“Dos dogmas”, y además cómo es que, si los hay, se sustentan.

Carnap y el fracaso del reduccionismo


La relación entre el primer dogma y el segundo es latente a lo largo de todo “Dos dogmas”. Lo
que se hace en la sección 5 del ensayo es relacionar ambos dogmas. Ya que no se ha podido
esclarecer la noción de analiticidad por ninguno de los medios ensayados, cabe sin embargo la
posibilidad de que todo se solucione con la teoría de la verificación. De todas formas, si puedo
hacer que el método de (des)confirmación sea el mismo para dos enunciados, podría decir de
ellos que son sinónimos, y así de nuevo mostrar que los juicios analíticos son al menos posibles.5
El problema surge cuando se piensa que es posible darle significado a un enunciado aislado del
resto, es decir, cuando se cree que se pueden hallar los métodos de confirmación o
desconfirmación para un único enunciado a la vez; a esto se le llama reduccionismo. Y según
Quine procede de la tradición empírica que inicia con Locke y luego con Hume y llega incluso

5
Cabe aclarar en este punto que son las palabras que constituyen los enunciados las que son sinónimas, y no los
enunciados.
hasta Carnap; para los que, en pocas palabras,” para ser significante un término debe ser el
nombre de un dato sensible” (236 BS).6
No quiero creer que esto hace parte del argumento de Quine al holismo epistemológico. Pero
cuando Quine empieza a especificar un poco más la doctrina del reductivismo adoptada por
Carnap en “Der Logische Aufbau de Welt”; y de donde finalmente dice:

“Frente a esta opinión, la mía, que procede esencialmente de la doctrina carnapiana


del mundo físico en el Aufbau, es que nuestros enunciados acerca del mundo externo
se someten como un cuerpo total al tribunal de la experiencia sensible, y no
individualmente” (1953, 39)

Lo que muestra es que, al menos en un primer momento, la salida al dogma del reduccionismo
que propone Quine está justificada por el fracaso de la teoría de Carnap, que no demuestra Quine,
sino que atisba el mismo Carnap cuando abandona su proyecto. Así, podemos pensar que el peso
de la prueba para demostrar la tesis Q/D no está en su propia edificación, sino en el derrumbe de
su némesis. ¡y pues obvio! Cuando alguna teoría acerca del conocimiento se derrumba, se debe
buscar otra nueva y más poderosa que evite los errores de la anterior, armándola desde sus bases.
Cuando Aristóteles vio que la teoría de las Ideas platónicas no funcionaba, primero, mostró por
qué era que no funcionaba, y luego armó todo un nuevo aparato conceptual que no caía en las
mismas contradicciones. Podemos pensar que Quine estaba ante la misma posición de refutar
una teoría, lo curioso es que nunca armó nada, más bien citó el trabajo de un hombre (Duhem)
que ya había creado algo, pero para un campo de conocimiento distinto al suyo, como ya hemos
visto.

Analiticidad - Reduccionismo
“Aún más directamente, el primer dogma sostiene al segundo del modo siguiente:
mientras se considere significante en general hablar de la confirmación o la
invalidación de un enunciado, parece también significante hablar de un tipo límite de
enunciados que resultan confirmados vacuamente, ipso facto, ocurra lo que ocurra;
esos enunciados son analíticos.” (1953, 39)

Aquí Quine dice que cuando se acepta el dogma del reductivismo, estamos aceptando alguna
forma de enunciados que no se pueden confirmar o desconfimrar en la experiencia (juicios
analíticos); es decir, que el dogma de la analiticidad presupone el del reductivismo. A la inversa
también, la analiticidad presupone que habrán enunciados que nunca se confirman o
desconfirman en la experiencia.

6
Aquí cabe resaltar que quizá del empirismo inglés al positivismo de Carnap hay cambios en la concepción de esta
postura; sin embargo, esta es la manera en que Quine sintetiza toda la cuestión en un primer momento tomando a
Tooke.
Ahora bien, la respuesta al reductivismo es el holismo epistemológico. Y, además, cabe agregar
que dicho holismo epistemológico supone a su vez que no existen los juicios analíticos. Puesto
que, según el agregado de Quine, (a) todo enunciado puede adaptarse dentro de la teoría. Y con
temor a ser redundante, el hecho de que cualquier enunciado pueda ser sostenido dentro de una
teoría, presupone el hecho de que no hay algunos otros enunciados que sean inamovibles dentro
de dicha teoría, puesto que cabría la posibilidad de que nos encontremos con experiencias
recalcitrantes que refuten lo que parece más inconmovible. Lo que quiero decir es que, a la
inversa, no tener analiticidad permite no ser reduccionista, o que aceptar el agregado de quine a
la tesis Q/D – que se deduce de la no analiticidad- presupone el holismo epistemológico tal como
lo concibió quine en un primer momento. Puesto que, ya que no hay analiticidad, su pueden no
verificar, sino también refutar todos los enunciados de la red, haciendo que, si se tiene que hacer
un ajuste a toda la red para incluir un nuevo enunciado, se haga. Por ejemplo, se abre la
posibilidad de que experimentemos que “algo sea y no sea en el mismo sentido”, y que podamos
quitar este principio lógico que nos ha gobernado durante muchos años para dar cabida a su
contraria; y esto es gracias únicamente a que se ha eliminado la analiticidad. Por lo tanto, así
como un dogma soporta al otro, una solución de estos dogmas soporta la solución del otro. Es
decir, que el agregado de Quine a la tesis Q/D se deriva de la eliminación del primer dogma y pasa
a apoyar la solución del segundo. Hemos hallado al menos uno de los posibles enlaces entre las
dos soluciones a los dos dogmas. Pero ¿esto qué implica para nuestro problema con la
caracterización en “Dos dogmas” del holismo epistemológico? Que no toda la tesis Q/D “está bien
argumentada por Duhem”, que hay al menos una parte que Quine saca de su bolsillo.
Esto alivia un poco al que pensó que a lo que se llamaba tesis Quine-Duhem correspondía solo al
trabajo de una de las partes. Pero lo que sigue preocupando es que esta otra parte, la de Quine,
sea argumentada satisfactoriamente por él. Para esto, según hemos visto, bastaría con demostrar
que la analiticidad es un dogma, puesto que, si no hay analiticidad, se sigue que (b) cualquier
enunciado pueda ser verdadero.
Sin embargo, independientemente de los intentos de refutación que ha tenido la eliminación de
la noción de analiticidad7, supongamos que estos no son efectivos, supongamos que la
analiticidad depende de una suerte de petición de principio, o al menos de oscuridad y que por
ello debe ser descartada. Tenemos entonces que la analiticidad es un dogma, que el
reduccionismo tampoco funciona, que la tesis del holismo epistemológico viene en nuestra
ayuda, y que este presupone de la no-analiticidad, al menos para aceptar el agregado de Quine.
Aun así, tenemos que lo que está a bordo de la tesis Q/D es, como ya veremos, una tensión
esencial entre lo que propuso Duhem y el agregado de Quine.

7
Tal vez la reacción más aguda ha sido la de los filósofos y los lingüistas orientados empíricamente, que miran a un
papel explicativo específico que el analítico puede desempeñar en un relato de pensamiento y conversación. Este
papel se está explorando actualmente con considerable detalle en las ahora diversas áreas de investigación
inspiradas en las importantes teorías lingüísticas de Noam Chomsky.
Intento de reconciliación
Para recapitular tenemos por un lado a Duhem y su tesis de la no falsabilidad:
"lo único que el experimento nos enseña es que, entre todas las proposiciones utilizadas para
predecir el fenómeno y para verificar que no se ha producido, hay es al menos un error; pero
dónde reside el error es exactamente lo que el experimento no nos dice " (1954, 185). Esta cita,
que ya habíamos usado antes, se refiere a dos posibles formas de proceder cuando un
experimento contradice las consecuencias de una teoría: un científico tímido podría querer
salvaguardar ciertas hipótesis fundamentales e intentar complicar las cosas invocando varios
casos de error y multiplicando las correcciones, mientras que un científico más audaz puede
resolver cambiando algunas de las suposiciones esenciales que soportan todo el sistema (1954,
216-17). El científico no tiene garantía de éxito: "Si ambos logran satisfacer los requisitos del
experimento, se permite lógicamente que cada uno se declare satisfecho con el trabajo que ha
realizado" (1954, 217).
Y, por otra parte, tenemos a Quine con su agregado: "cualquier afirmación puede ser verdadera,
pase lo que pase, si hacemos ajustes suficientemente drásticos en cualquier parte del sistema "
(1953, 43). Según el ejemplo de Duhem, podríamos interpretar aquellas “suposiciones esenciales”
como las verdades analíticas que Quine descarta. De donde podemos decir, ahora con suficientes
elementos, que Quine es de aquellos “científicos audaces” que se permiten, si es necesario,
cambiar enunciados que pueden estar en el centro de la red y que parecen de lo más verdaderos.
¡Eureka! Al parecer hemos encontrado la solución, Quine leyó bien a Duhem, y lo que él filósofo
dice puede estar apoyado en alguna medida en lo que el físico argumentó.
Pero el más quisquilloso podría preguntarle a Quine por qué no optar por ser un “científico
tímido”, ¿luego Duhem no argumento también en favor de este? A fin de cuentas, dicho científico
tímido es la negación del llamado “agregado de Quine” ((-b) no todos los enunciados pueden
encajarse dentro de la teoría). Este científico, que seguiré dibujando de forma un poco pintoresca,
es el que está cansado, como Popper, de los argumentos Ad hoc, el que se propone con seriedad
resolver los problemas que se le presentan, y el que posiblemente desecharía su teoría si no
encontrara soluciones a dichos problemas.
La respuesta de Quine, creo yo, será decir: “pues porque hay que ser audaz, lo he argumentado
con la eliminación de la analiticidad”. Es claro, pues cuando Quine desecha la analiticidad acepta
la posibilidad de desechar ciertas tesis fundamentales (suposiciones esenciales), que ya no serían
fundamentales; acepta los argumentos Ad hoc, y acepta con ello que una teoría nunca pueda ser
refutada. Una teoría no podrá ser falseada jamás puesto que siempre se podrá acoger la
experiencia problemática y adaptarla. A pesar de las discusiones en este respecto con la ya citada
teoría de la falseabilidad, quisiera poner presente que de nuevo este es un punto que no
argumenta Quine claramente al menos en “Dos dogmas”. Es decir, se decanta por un lado de la
disyuntiva ya planteada, por, como ya dijimos, su tendencia “anti-analítica”, pero ¿qué de malo
tiene la otra?
Sin embargo, si quisiéramos seguir dudando de que el agregado de Quine sea compatible con la
tesis Q/D bastaría mostrar que la negación por parte de Quine de la analiticidad no es absoluta.
Es decir, si Quine no elimina la analiticidad radicalmente en “Dos dogmas”, entonces no podría
ajustar cualquier enunciado introduciéndolo en la red, pues habría ciertas “suposiciones
esenciales” que se lo podrían impedir, y Quine sería, por principio, un “científico tímido”. Y por lo
tanto su agregado al holismo epistemológico no sería contradictorio con lo propuesto por Duhem
(puesto que el físico argumenta para ambos casos), sino con los mismos postulados de Quine en
“Dos dogmas”. Porque si tenemos que Quine mantiene aún algún resquicio de analiticidad, es
imposible que se siga “(b)”. Ahora bien, hay varios intentos por demostrar que Quine no es un
“anti-analítico” radical8; sin embargo, no me centraré en ninguno de ellos. Basta con mostrar que
al principio de “Dos dogmas” Quine salva explícitamente un sentido de analiticidad: “Ningún
hombre no casado es casado” es una verdad lógica y por ello siempre es verdadera. Con esto
parece que al menos las tautologías tendrán un lugar tan privilegiado en la red, que serán
indesechables. Si halláramos “Algún hombre no casado que sea casado”, no la podríamos aceptar
en la red, y entonces no se seguiría que (b) dada la suficiente imaginación, cualquier teoría
(consistente en una o un conjunto finito de proposiciones) puede ser salvada permanentemente
de "refutación" por medio de algún ajuste adecuado en el contexto del conocimiento que la
contiene. Por lo tanto, Quine, por principio, no podría aceptar “(b)” aunque paradójicamente esto
es justamente lo que aporta al holismo epistemológico.
Así, el único aporte de Quine a la tesis Q/D ha quedado demostrado como contradictorio con la
posición que adopta Quine de salvaguardar en alguna medida la analiticidad.
Consideraciones finales
A partir de la investigación en los trabajos de Duhem podemos concluir con certeza que: primero,
existe en los trabajos del físico la posibilidad de que no toda tesis pueda hacerse cuadrar dentro
de la teoría (negación de (b)). El segundo punto, que a mi consideración es más revelador, el
hecho de que Duhem expresa claramente que su postulado del holismo se aplica únicamente
para la física teórica.
Pasando al asunto Quine, descartamos que una posible línea de argumentación pudiera ser la de
postular el holismo semántico dada la caída del reduccionismo sin más. De lo que sí dudamos es
del hecho de que, como dice Quine, la tesis del holismo epistemológico la haya argumentado bien
Duhem, puesto que, como mostramos, el agregado de Quine está deducido de “Dos dogmas” y
no del mero trabajo de Duhem. Además, llegamos a dudar, considero que válidamente, de la
elección de Quine por pensar que pudo deducir sin más que (b) “toda experiencia problemática
se puede adaptar dentro de la teoría”. Siendo conocidas las discusiones con el falsacionismo,
además de las interpretaciones que tienen encadenada la posibilidad de que haya una negación
absoluta de la analiticidad en “Dos dogmas”, tenemos que dicho agregado de Quine es
inconsistente al interior de “Dos dogmas”. Lo que nos queda será entonces preguntarnos cómo

8
Aquellos que quieren salvar a Quine de caer en el llamado “slippery slope argument” quieren demostrar que
Quine no elimina por completo la analiticidad.
es posible que, a pesar de las debilidades en la argumentación por el holismo epistemológico, sin
embargo, llegue a establecerse el holismo semántico como una teoría verdadera.
Así, el que venga a examinar “la galaxia” de los sentidos diferentes que puede tomar el holismo
epistemológico, cuando esté haciendo su trabajo doctoral, deberá al menos tener en cuenta el
hecho de que dicha noción parece no haber sido argumentada de la mejor manera por Quine en
el universo de “Dos dogmas”.
Bibliografía

Ariew, Roger, “The Duhem Thesis,” British Journal for the Philosophy of Science, 35: 313–25.
1984
Ariew, Roger, "Pierre Duhem", The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Fall 2014 Edition),
Edward N. Zalta (ed.), URL = <https://plato.stanford.edu/archives/fall2014/entries/duhem/>.
Carnap. R. Der logische Aufbau der Welt (Philosophische Bibliothek) Taschenbuch –Meiner.
November 1999
Duhem P.
La théorie physique son objet et sa structure, 2nd ed., Paris: Chevalier et Rivière.
English Translation Phillip Wiener, The Aim and Structure of Physical Theory, Princeton:
Princeton University Press, 1954.
“Liste des Publications de P. Duhem” and “Notice sur les travaux scientifiques de
Duhem,” Mémoires de la Société des Sciences Physiques et naturelles de Bordeaux, 7: 41–
169. English translation of Parts 2 and 3 of “Notice” in Duhem 1996.
J. Fodor y E. Lepore: “Q.W.O Quine: Meaning Holism and confirmation Holism” en Holism a
Shopper´s Guide. Blackwell, Oxford, 1992
W. V. O Quine
“Two Dogmas of Empiricism,” From a Logical Point of View, Cambridge, MA: Harvard
University Press. First version of the paper in The Philosophical Review, 60 (1951): 20–53.
1953 (esta es la version que cito)
“Dos dogmas del empirismo” en Desde un ponto de vista lógico. Paidós 2002

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