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“GASTRITIS Y GASTROPATIAS
AGUDAS”
GASTROENTEROLOGÍA
Dra. Gina Mojarrango
Integrantes:
Zeneida Medina Navarro
Jonathan Vásconez Landívar
Kerly Pozo Olvera
Luis Desiderio Triviño
Tyrone Villavicencio Pérez
2018
GASTRITIS AGUDA
Introducción y Definición
Patogenia
El daño de la mucosa gástrica depende del tiempo de permanencia del factor o
factores injuriantes, jugando un rol importante la capacidad que tiene la mucosa
gástrica a través de la denominada barrera gástrica para resistir a estos factores
o a los efectos deletéreos de sus propias secreciones.
La barrera gástrica está constituida por componentes pre epiteliales, epiteliales
y sub epiteliales.
En los componentes pre epiteliales se encuentran la barrera de moco, el
bicarbonato y los fosfolípidos, estos últimos aumentan la hidrofobicidad
superficial de la membrana celular e incrementan la viscosidad del moco.
En los componentes epiteliales se encuentran la capacidad de restitución del
epitelio por las células existentes a nivel de la región lesionada, la resistencia
celular con una gradiente eléctrica que previene la acidificación celular, los
transportadores acidobásicos que transportan el bicarbonato hacia el moco y a
los tejidos subepiteliales y extraen el ácido de estos sitios, los factores de
crecimiento epitelial, las prostaglandinas y el óxido nítrico.
En los componentes subepiteliales se encuentran, el flujo sanguíneo que
descarga nutrientes y bicarbonato en el epitelio, y la adherencia y extravasación
de los leucocitos, que inducen lesión hística y quedan suprimidos por las
prostaglandinas endógenas.
El trastorno de uno o más de estos componentes defensivos por factores
etiológicos de la gastritis originan la lesión de la mucosa permitiendo la acción
del ácido, proteasas y ácidos biliares en mayor o menor grado y que pueden
llegar hasta la lámina propia, sitio en el que producen lesión vascular, estimulan
las terminaciones nerviosas y activan la descarga de histamina y de otros
mediadores.
Clasificación
Patogenia
H. pylori posee mecanismos que le permiten no solamente sobrevivir al ácido
gástrico sino también proliferar en dicho medio y causar enfermedad
gastroduodenal. La infección induce una lesión celular que aumenta la
permeabilidad de la mucosa al ácido y desencadena una potente reacción
inflamatoria local.
Clínica
En la infección aguda por H. pylori la sintomatología es inespecífica, por lo que
raramente se llega a un diagnostico etiológico. Se conocen las manifestaciones
de la infección aguda a través de los casos de infección accidental o de
voluntarios autoinfectados. El cuadro clínico consiste en dolor epigástrico y
nauseas. La anatomía patológica muestra una extensa infiltración por neutrófilos
y se produce una abolición transitoria de la secreción gástrica, que se recupera
en unos 3-4 meses. Tras el episodio agudo, en general el cuadro evoluciona a la
infección crónica por H. pylori.
Diagnóstico
Para el diagnostico se suspenden ciertos fármacos que disminuyen la
sensibilidad de las pruebas diagnósticas entre estos: los IBP que causan hasta
un 30% y los antagonistas H2 hasta un 10%, por lo que deberán evitarse durante
las 4 semanas previas a cualquier test diagnóstico.
Métodos invasivos
El test rápido de la ureasa: consiste en la utilización de un medio líquido
o sólido rico en urea que contiene un marcador de pH en el que se
introduce una o más biopsias gástricas.
El estudio histopatológico de la biopsia: tiene sensibilidad y especificidad
muy elevadas.
Pruebas no invasivas
El test del aliento con urea marcada con 13C: El método resulta altamente
fiable. Se considera la técnica no invasiva de elección tanto para el
diagnóstico inicial como para el control tras el tratamiento de la infección.
La detección de antígenos de H. pylori en heces por métodos
inmunológicos permite un diagnostico rápido y fiable de la infección.
Tratamiento
El tratamiento de la infección por H. pylori requiere combinar varios fármacos
para conseguir la erradicación de la bacteria. La pauta más utilizada en nuestro
medio para el tratamiento inicial es la llamada triple terapia, que combina un IBP
asociado a claritromicina y un segundo antibiótico, habitualmente amoxicilina o
metronidazol durante 7 días.
Independientemente del tratamiento inicial elegido, debe tenerse en cuenta el
concepto de estrategia terapéutica: en el tratamiento de segunda línea nunca
deben repetirse antibióticos a los que la bacteria adquiere resistencia secundaria
si la pauta inicial fracasa, específicamente claritromicina y levofloxacino. Por el
contrario, en los tratamientos de rescate pueden utilizarse amoxicilina,
tetraciclina y metronidazol —utilizado a dosis altas— dado que la aparición de
resistencias secundarias a estos antibióticos es excepcional.
Diagnostico
El diagnóstico de la gastritis por estrés al igual que otros tipos, es por endoscopía
directa de la mucosa gástrica, donde:
Macroscópicamente: Podemos encontrar una mucosa eritematosa con
existencia de edema o no, signos de una afectación. Posteriormente a
esta observación, se realiza una biopsia de la misma.
Microscópicamente: Observamos un infiltrado de neutrófilos que
señalan un proceso agudo de tipo inflamatorio.
Tratamiento
Estos pacientes en su gran mayoría suelen estar en cuidados intensivos, por lo
que dependerá del tipo de paciente que presente la patología:
Pacientes Ambulatorios: Tratamiento con IBP diario de tipo profiláctico 40
mg diarios. Y revalorizar.
Pacientes en cuidados intensivos:
o IBP 80 mg de inicio en bolo
o Mantenimiento: 8mg por hora durante 72 horas
Gastritis viral
Las infecciones víricas gástricas son cuadros muy raros que aparecen en
pacientes inmunodeprimidos. En el caso de las infecciones por citomegalovirus
(CMV) o herpes virus se acompañan de síntomas locales:
Dolor epigástrico
Náuseas
Vómitos
Y pueden presentar síntomas de infección viral sistémica:
Fiebre
Malestar general
Gastritis bacteriana
Concepto
El termino, gastropatía por antiinflamatorios esteroideos (AINE) hace referencia
a las lesiones que la utilización de estos antiinflamatorios origina en el estómago
y en el duodeno.
Patogenia
La lesión aguda de la mucosa gástrica parece depender de un efecto tóxico
directo sobre el epitelio por efecto del atrapamiento iónico y sobre todo de un
efecto sistémico que inhibe la síntesis de prostaglandinas y origina adhesión de
los leucocitos al endotelio vascular del estómago. La inhibición de la síntesis de
prostaglandinas dependientes de la isoenzima COX-1 afecta a varios
componentes de defensa de la mucosa gástrica. La inhibición de otra isoenzima,
la COX-2, impide la síntesis de prostaglandinas que median fenómenos de
inflamación y es el efecto buscado por los nuevos AINE selectivos para la
inhibición de esta isoenzima. La actividad antiplaquetaria de los mismos puede
desempeñar un papel relevante una vez que se ha producido la rotura mucosa.
Factores de Riesgo
- Historia ulcerosa previa o su complicación
- Edad avanzada (se estima que el riesgo se hace significativo a
partir de los 60 años, pero es a partir de los 70 cuando el riesgo
aumenta de forma notable).
- Dosis elevadas de AINE
- Uso concomitante de varios AINE, entre ellos AAS en dosis bajas
- Los glucocorticoides o anticoagulantes aumentan de manera clara
el riesgo de tener una complicación ulcerosa.
- Género masculino
- Consumo de tabaco y alcohol
- Es importante señalar que no todos los AINE confieren el mismo
riesgo, entre los más tóxicos se encuentran el piroxicam y el
ketorolako; los menos tóxicos están el ibuprofeno.
Cuadro Clínico
La mayor parte de los AINE origina lesiones agudas de la mucosa
gastroduodenal, como petequias, equimosis y erosiones que son habitualmente
asintomáticas y que desaparecen con la utilización continuada del fármaco
(adaptación). Desde el punto de vista clínico, estas lesiones no son importantes
y en modo alguno presuponen el desarrollo ulterior de lesiones más graves,
como son la aparición de úlceras gástricas o duodenales que pueden
complicarse con hemorragia y perforación.
Tratamiento y Profilaxis
La primera medida que se debe tomar es racionalizar el uso de AINE, ya que se
estima que casi la mitad de las prescripciones son inadecuadas. En caso de
utilizar fármacos AINE, hay que recurrir a los menos tóxicos y a la menor dosis
posible. Una vez que se ha desarrollado una úlcera péptica, la primera medida
tomada será retirar el AINE. En estas circunstancias, la úlcera cicatrizará de
manera rápida con la terapia antiulcerosa actual. Sin embargo, en un 25% de los
casos el AINE deberá mantenerse para controlar la situación inflamatoria. En
estas circunstancias, la mejor terapia antiulcerosa son los IBP a dosis estándar.
En la mayor parte de los casos la úlcera cicatrizará en 8 semanas. Otras medidas
acompañantes pueden incluir, si son factibles, la reducción de la dosis del AINE
o cambio a un AINE menos tóxico como los nuevos inhibidores más selectivos
de la COX-2. En casos rebeldes se puede duplicar la dosis de IBP. En cualquier
caso, en un 10%-20% de los casos la úlcera no cicatrizará, en cuyo caso hay
que mantener la terapia con control endoscópico. Si en un plazo de 3 meses la
úlcera no ha cicatrizado, la única medida posible es la retirada del AINE.
ULCERAS DE CAMERON
Las lesiones de Cameron se caracterizan por ser erosionadas o ulceradas de
patrón lineal y estar ubicadas en las crestas de los pliegues mucosos del
estómago proximal al finalizar un saco herniario y próximas a la pinza
diafragmática, siendo causantes de cuadros de sangrado oculto o evidente.
Existe una prevalencia de estas ulceras entre 10 y 20%, evidenciada en
endoscopias de vías digestivas altas realizadas en personas asintomáticas con
hernias mayores de 5cm. Su hallazgo incidental en endoscopias, así como parte
del estudio de síndromes anémicos con una prevalencia reportada de 9.2%. su
frecuencia es mayor en mujeres en un 67% y en pacientes mayores de 60 años.
Patogenia
El trauma mecánico generado por la fricción de la mucosa del saco herniario en
su paso por el diafragma genera isquemia de este tejido, lo que lleva a la erosión,
ulceración y sangrado de la mucosa. Dentro de las otras causas que favorecen
la aparición de estas lesiones se encuentran el reflujo acido, la infección por
Helicobacter pylori, las ectasias vasculares y medicamentos como los
antiinflamatorios no esteroideos.
Cuadro clínico
Generalmente son pacientes que se presentan con anemias crónicas y con
diagnóstico de hernia de hiato esofágico. El sangrado generalmente no excede
los 15ml lo que no genera un compromiso hemodinámico del paciente, pero se
logra una relación entre anemia ferropénica ligada a la presencia de hiato en un
75%. Con signos clásicos de anemia, melena en ocasiones sangrado activo con
hematemesis y dolor epigástrico.
Tratamiento
Las opciones de tratamiento para estas lesiones van desde terapia hemostática
endoscópica de las lesiones activas, hasta cirugía en caso de hernias grandes
en quien la terapia hemostática no fue exitosa o aquellos refractarios al manejo
médico.
Antagonistas de los receptores de H2 y la suplementación de hierro a largo plazo
resulta efectiva. Y los inhibidores de bomba de protones por su mayor efectividad
a corto plazo; aunque desafortunadamente, pese a la terapia médica, el 20% de
los casos sangran de nuevo.
Tratamiento en emergencia Se realiza hemostasia de las lesiones sangrantes
con solución de epinefrina al 1x10000 y fotocoagulación con Argón plasma.
GASTROPATÍA POR COCAÍNA
Náuseas, vómitos, diarrea y disminución del apetito son frecuentes al consumir
cocaína, aunque las complicaciones más graves son de origen isquémico y se
manifiestan como inflamación y necrosis. La manifestación clínica puede ser
gastritis, úlceras gastrointestinales con hemorragias y perforación aguda que
incluso puede originar neumoperitoneo, su importancia radica en el tráfico de
drogas por las fronteras entre países donde los pacientes son obligados a
transportar dicha Droga en envoltorios que puede romperse en el proceso de
transporte.
GASTROPATÍA CONGESTIVA
La gastropatía de la hipertensión portal, antes llamada “gastropatía congestiva", debido
a que el rasgo histológico predominante es la congestión y no la inflamación, se
encuentra presente en su forma leve; en más de la mitad de los pacientes con cirrosis,
y es asintomática en la mayoría de los casos, La prevalencia global de gastropatía en
pacientes con cirrosis es del 80 %, esta es más frecuente en pacientes con várices de
gran tamaño y con grados mayores de insuficiencia hepática. La incidencia de
hemorragia aguda en pacientes con gastropatía es baja (menor del 3 % a los tres años)
y solo se observa en la forma grave.
Manifestaciones clínicas
Esta enfermedad tiene varias formas de presentación en la práctica clínica, que
van desde la asintomática hasta la sintomática muy severa que lleva al cirrótico
a la muerte.
Diagnostico
Endoscopia digestiva alta, presencia de la mucosa gástrica hiperemica, más
frecuente en el fundos y pequeña porción de cuerpo gástrico.
Tratamiento
Paciente con hipertensión portal y cirrosis hepática, los signos no mejoran ante
la administración de IBP ni inhibidores de H2, somatostatina o el octeótride
constituyen la elección en el tratamiento de la hemorragia aguda La terapia con
estrógenos-progesterona se ha utilizado con éxito para controlar el sangrado
recurrente en pacientes con malformaciones vasculares gastrointestinales, en
caso de sangrados activos se recomienda fotocoagulación con argón, el uso de
la cirugía se encuentra en controversia por presenta mayor morbimortalidad.
Bibliografía
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Centro Nacional de Excelencia Tecnológica en Salud . (2011). Guía Práctica Clínica: Profilaxis,
Diagnóstico y Tratamiento de GASTRITIS AGUDA (EROSIVA) en Adultos en los Tres
Niveles de Atención. México : CENETEC.