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FILOSOFÍA

Filosofía viene del griego: philos amigo, amante y sophía sabiduría, por lo que su traducción queda como el
“amor a la sabiduría” o el “amor al conocimiento”, a continuación algunas definiciones de filosofía.

La filosofía es el uso del saber para ventaja del hombre. Platón,

La filosofía es la ciencia que estudia las causas supremas y principios primeros. Aristóteles,

La filosofía significa el estudio de la sabiduría como perfecto conocimiento de todas las cosas que el hombre
puede conocer. Descartes,

Las ramas de la filosofía son:

Metafísica Disciplina filosófica que estudia el ser en general, así como sus atributos esenciales. Su nombre
proviene de las raíces griegas meta que significa más allá, y physis, que significa naturaleza; así, la Metafísica
considera lo que está más allá de lo físico, o de nuestro mundo natural. La preocupación de la Metafísica es el
ser en general; esto es, que va más allá de los aspectos particulares de ser.

Ontología Disciplina filosófica que estudia al ente en cuanto ente, entendiendo por ente una parte del ser en
general, que estudia la Metafísica; es decir, estudia lo que hace ser a los objetos.

Ética Es la disciplina filosófica que estudia la moral y la conducta moral del hombre. Desde Sócrates, el
conjunto de los estudios éticos ha sido, dentro de las disciplinas filosóficas, la vertiente con mayor tradición,
junto con la Lógica; trata preeminentemente al hombre y su actuar en el conjunto social, a partir de normas,
reglas o costumbres en uso que son reconocidas como la moral. Los problemas importantes de la Ética son el
del bien, ¿qué es?, del mal, la validez de las normas morales, el acto moral, la justicia, la responsabilidad, la
conciencia y la libertad morales.

Lógica Disciplina filosófica que estudia todo lo relativo a la estructuración correcta del pensamiento. Proviene
de las raíces griegas logos, razón, e ika, "todo lo relativo a la razón". También se le considera ciencia del
correcto pensar.

Gnoseología Disciplina filosófica que estudia la posibilidad y el origen de nuestros conocimientos. También
conocida como Teoría del conocimiento, es la disciplina que ofrece teorías acerca de cómo conocemos, es
decir, su objeto de estudio es el problema del conocimiento.

En la Época Moderna se realizó con plena conciencia la elaboración de teorías explícitas sobre el asunto,
porque el problema del método para obtener conocimientos y la estructura de los mismos fue fundamental
para la consecuente inquietud del ambiente renacentista. Según Raúl Gutiérrez Sáenz, existen cinco
principales soluciones al problema del conocimiento:

Escepticismo.- que niega validez a todo conocimiento, lo mejor es dudar;

Empirismo.- que sólo conceden capacidad cognoscitiva a los sentidos;

Racionalismo.- que hace lo propio, pero con la razón;

Idealismo.- postula que el sujeto es el que conoce independientemente de lo real, sólo captamos nuestras
propias ideas,

Realismo.- que señala que sí se puede obtener conocimiento a partir del sujeto y la realidad por medio de los
sentidos y la razón.

Estética Disciplina filosófica que estudia el arte en general, las formas y métodos de la creación artística y el
problema de lo bello. Al ser el arte una de las formas como el hombre explica la realidad, éste se encuentra
con problemas en torno a qué es el arte y qué es la belleza en una obra de arte;
Filosofía de la religión. Estudia los valores propios del ámbito religioso. Esta disciplina aborda el fenómeno
religioso como realidad humana desde un enfoque racional y objetivo, considerando tanto las características
definitorias que comprende la naturaleza de la religión, así como todas aquellas ciencias que estudian algún
aspecto del hecho religioso, como la sociología de la religión, psicología de la religión, etcétera.

De esta forma, es posible considerar que la filosofía de la religión busca establecer una meditación racional
para otorgar un fundamento filosófico a la creencia religiosa, planteando como punto de partida para la
reflexión la siguiente cuestión: ¿qué es, finalmente, la religión?

Filosofía política. Tiene por objeto de estudio reflexionar sobre gobierno, política, autoridad, derechos y los
valores relacionados con las formas de gobierno: libertad, justicia, etc., para busca establecer los principios o
fundamentos que las sustentan, mismos que nos permitan tener una perspectiva crítica de la práctica política.
Las cuestiones que dirigen la reflexión son por ejemplo: ¿qué es la política? ¿Es necesaria la constitución de
un gobierno? ¿Qué hace a un gobierno legítimo? ¿Cuáles son los derechos y libertades que debe proteger el
estado?, entre otras.

Filosofía de la cultura. A partir de esta disciplina se busca explicar el fenómeno de la cultura a partir del
conjunto de aspectos que la constituyen, por ejemplo: génesis, transformaciones, condiciones de crecimiento,
decadencia, fases, fines, etc., su objetivo es situarnos críticamente en el desarrollo de la vida cultural para
poder reconocer los valores que tienen una destacada presencia en las formaciones culturales, y desde un
contexto global se incluye la reflexión sobre las diversas prácticas culturales.

CARACTERÍSTICAS DE LA FILOSOFÍA

a) Asombro. Uno de los elementos que caracteriza el saber filosófico está planteado a partir de la capacidad
de asombro que tiene el hombre.

b) Duda. Aunado a la capacidad de asombro que posee el hombre se encuentra la actitud crítica de dudar, de
cuestionar la tradición, la autoridad, lo cual implica la utilización de la duda como condición existencial, misma
que se expresa a través de experimentar angustia, intranquilidad o desasosiego ante la realidad, o como
método de conocimiento, en la que se establece como condición de posibilidad para la generación del
conocimiento.

c) Reflexión racional. Estrechamente vinculado a la capacidad de asombro y duda que caracterizan la


filosofía, encontramos un tipo de reflexión ordenada, coherente, fundamentada en razones, lo cual le otorga el
título de ser un saber de reflexión racional. En este sentido, las explicaciones que otorga son aceptadas en la
medida en que están fundamentadas en argumentos, que pueden ser discutidos y sometidos a crítica; es
decir, las explicaciones que presenta no son dogmáticas.

d) Visión totalizadora. A lo largo del tiempo, algunos filósofos han considerado que otro rasgo que caracteriza
a la filosofía es que ofrece una visión totalizadora de la realidad, en tanto que tiene un objeto de estudio
distinto de las demás ciencias, pues abarca todas las cosas; esto significa que es el más amplio, ya que no se
centra en segmentos o parcialidades de la realidad, sino en la totalidad de lo real. Así, al tener por objeto de
estudio la totalidad de cuanto existe, se encarga de poner de manifiesto los aspectos que fundamentan la
realidad para tratar de llegar a su esencia. En este sentido, intenta proporcionar una visión de conjunto de lo
real para tratar de descubrir su fundamento último.

e) Pregunta. Otro de los aspectos que caracterizan a los planteamientos filosóficos se evidencia a partir de la
estructura con la que plantea las cuestiones que han sido de capital importancia a lo largo de los siglos. Los
grandes problemas de la filosofía están expresados en forma de preguntas; por ejemplo, para Aristóteles la
filosofía puede ser entendida como una indagación causal, en tanto que es una búsqueda que interroga por el
ser, la sustancia, el hombre, la realidad, etc., desde su fundamento último. De esta manera, la pregunta
filosófica cobra importancia en la medida que siempre está orientada hacia la búsqueda– respuesta de los
grandes problemas de la filosofía.

f) Amor a la sabiduría. Afirmar que la filosofía se caracteriza como un amor a la sabiduría podría implicar, por
un lado, el reconocimiento de nuestra propia ignorancia y, por otro, la necesidad de ir a la búsqueda de la
verdad. Así, la actividad filosófica consiste en el puro deseo de conocer y contemplar la verdad, esto es, un
amor desinteresado por la verdad a partir del cual es posible reconocer que la filosofía constituye una pasión
libre por la sabiduría. De este modo, la filosofía constituye un fin en sí misma porque tiene como objetivo la
búsqueda, contemplación y deleite de la verdad.

g) Formas de expresión. Hemos de reconocer que la filosofía tiene múltiples formas de expresión, tanto oral
como escrita, entre las más comunes podríamos mencionar el ensayo, el tratado y el diálogo. Centraremos la
atención en una de las formas de expresión más importantes de la actividad filosófica en la antigüedad y que
ha subsistido a lo largo de la historia: el diálogo, el cual es entendido como una discusión organizada
mediante preguntas y respuestas entre individuos interesados por una misma cuestión en la que se intenta
precisar y respecto de la cual se pueden mantener inicialmente puntos de vista distintos. Como caso
específico, podríamos mencionar que una de las primeras manifestaciones de diálogo dentro del pensamiento
occidental se encuentra en los Diálogos de Platón.

OBJETO DE LA FILOSOFÍA: “el conocimiento de la realidad”

Desde el momento en que inicia el desarrollo del pensamiento filosófico tiene como finalidad otorgar una
explicación de la totalidad de las cosas, es decir, busca dar cuenta del conjunto de la realidad, sin excepción
de partes o momentos. En este sentido, la filosofía se diferencia de las ciencias particulares, las cuales se
limitan al estudio de una parte o sector de la realidad o fenómenos muy concretos.

MÉTODOS DE LA FILOSOFÍA

Método socrático.- Se le atribuye a Sócrates (470-399 a.C.), quien fue uno de los filósofos griegos más
influyentes de la antigüedad; a pesar de que no escribió ninguna obra filosófica, y que lo único que se sabe de
sus ideas es por los Diálogos de su discípulo Platón, es posible establecer con claridad algunos de sus
postulados filosóficos, así como su método. Sócrates a lo largo de su vida se enfrentó a los sofistas, quienes
sostenían posturas relativistas y escépticas y, por tanto, no perseguían la obtención de la verdad absoluta,
universal y necesaria, sino que dirigían sus enseñanzas hacia la obtención del éxito, y por ello desarrollaron y
practicaron técnicas de retórica que tendían más hacia la persuasión que hacia la verdad.

En contraposición, Sócrates dirige su filosofía y sus enseñanzas hacia la consecución de la virtud y


conocimiento verdadero, que es entendido como conocimiento de lo que es el bien. Sócrates utilizará como
método principal de su filosofía la mayéutica, entendida como el arte de dar a luz o parir conocimiento; es
por eso que su método puede ser entendido como un conjunto de procedimientos basados en el diálogo para
guiar el acceso al saber,

Sócrates sostiene: Mi arte de partear tiene las mismas características que el de ellas, pero se diferencia en el
hecho de que asiste a los hombres y no a las mujeres, y examina las almas de los que dan a luz, pero no sus
cuerpos. Ahora bien, lo más grande que hay en mi arte es la capacidad que tiene de poner aprueba por todos
los medios si lo que engendra el pensamiento del joven es algo imaginario y falso o fecundo y verdadero. Sólo
a través de este ejercicio dialéctico será posible la consecución del verdadero saber, que es el conocimiento
de nuestro propio interior. La máxima socrática “conócete a ti mismo” se entiende mejor desde la mayéutica,
pues el interlocutor queda simbolizado por la mujer que está a punto de dar a luz y Sócrates simboliza a la
partera que con preguntas irá dirigiendo todo el alumbramiento.

Método cartesiano.- El propósito fundamental del pensamiento del filósofo francés René Descartes (1596-
1650) consiste en encontrar una base de principios ciertos e indubitables sobre la cual fundar todo el saber
humano. Descartes desde su juventud asumió el compromiso de la búsqueda de la verdad, es por ello que la
cuestión del método adecuado que deberá ser utilizado en toda investigación científica y filosófica es de suma
importancia. Para Descartes el método se entiende de la siguiente manera: “Ahora bien, entiendo por método,
reglas ciertas y fáciles gracias a las cuales el que observe exactamente no tomará nunca lo falso por
verdadero y llegará, sin gastar inútilmente esfuerzo alguno de la mente, sino siempre aumentando
gradualmente la ciencia, al verdadero conocimiento de todo aquello que sea capaz. Y conviene notar aquí
estos dos puntos: no tomar nunca lo falso por verdadero y llegar al conocimiento de todas las cosas.
Una verdadera fundamentación filosófica consistirá en aplicar el método apropiado que permita, por lo menos,
alcanzar un primer principio que sirva de punto de partida, y esto sólo puede llevarse a cabo mediante la duda
metódica, que implica dos momentos:

1. debilitar la vieja edificación de las ciencias, puesto que lo importante es ir directamente en contra de los
principios sobre los que se sostiene todo el conocimiento heredado de la tradición,

2. una vez hecho lo anterior, escudriñar en lo que quede perdurable, sólido y de lo que no se pueda dudar.

Es en el Discurso del método en donde aparece de forma completa el método que propone y lo hace a través
de cuatro principios que muestran, a su entender, la manera adecuada en que debe dirigirse la razón para
obtener conocimientos fiables:

• Primero: no admitir como verdadera cosa alguna, como no supiese con evidencia lo que es.

• Segundo: cada una de las dificultades que examinare, en cuantas partes fuere posible y en cuantas
requiriese su mejor solución.

• Tercero: conducir ordenadamente mis pensamientos, empezando por los objetos más simples y más fáciles
de conocer, para ir ascendiendo poco a poco, gradualmente, hasta el conocimiento de los más compuestos.

• Cuarto: hacer en todos unos recuentos tan integrales y unas revisiones tan generales, que llegase a estar
seguro de no omitir nada.

Método fenomenológico.- El método fenomenológico es la propuesta del filósofo alemán Edmund Husserl
(1859-1938). En sentido general y etimológico, la fenomenología es la descripción de lo que aparece a la
conciencia, es decir, el fenómeno o apariencia. El lema de la fenomenología es volver a las cosas mismas,
lo cual significa tratar de describir el sentido de las cosas viviéndolas.

Para Husserl es posible describir el sentido de las cosas en tanto se pueden vivir como fenómenos de
conciencia. Lo piensa como una tarea de clarificación para poder llegar a las cosas mismas partiendo
de la propia subjetividad, en cuanto las cosas se experimentan primeramente como hechos de
conciencia. No sería una simple descripción empírica o meramente psicológica, sino una descripción
de sentido de lo experimentado, porque se funda en los rasgos esenciales de lo que aparece a la
conciencia.

Uno de los pasos de este método se conoce con el nombre de reducción y consiste en suspender
nuestros juicios o poner entre paréntesis nuestra actitud natural; por actitud natural entiende la
creencia en la realidad del mundo y de todos los prejuicios que intervienen en la manera como
comprendemos el mundo. Suspender el juicio significa adquirir la capacidad de observar realmente
una cosa. El resultado de esta reducción fenomenológica es que no queda sino el “residuo fenomenológico”,
a saber, las vivencias o fenómenos de la conciencia, cuya estructura presenta dos aspectos fundamentales:
el contenido de conciencia, o nóema, y el acto con que se expresa este contenido, nóesis. La nóesis
se refiere a la vivencia o hecho en sí de la conciencia, mientras que el nóema se refiere al sentido o al
contenido de la vivencia de la conciencia, a aquello a que se refiere, tanto si es real como ideal.

Método hermenéutico.- En términos generales se entiende como el arte de la interpretación de un texto; a


veces se ha identificado con la exégesis, o con la reflexión metodológica sobre la interpretación. Es con
el filósofo alemán Friedrich Ernst Daniel Schleiermacher (1768-1834), con quien la hermenéutica comienza a
cobrar relevancia filosófica, pues aparece como una teoría general de la interpretación y la comprensión. La
hermenéutica, así entendida, es fundamentalmente una reconstrucción de la génesis del texto, en la
cual el intérprete o sujeto que interroga debe identificarse con el autor que escribió en el pasado. A su vez, la
interpretación no se puede limitar al mero entendimiento de textos, sino que es la comprensión de la totalidad.

Método dialéctico.- Es el método propuesto por el filósofo alemán Georg Friedrich Hegel (1770-1831), el
cual se basa en el supuesto de que tanto la realidad como el pensamiento se manifiestan según el principio de
la dialéctica, transcurriendo por tres estadios o momentos sucesivos, que tradicionalmente se identifican como
tesis, antítesis y síntesis. El pensamiento dialéctico sostiene que tanto el pensar como el ser, o bien, el
conocimiento y la realidad, son movimientos hacia un punto final, que se entiende como el absoluto; éste no
es meramente el término, sino la totalidad o el conjunto. Para Hegel, lo verdadero es la totalidad; esto es, el
ser que se completa mediante su evolución.

En cuanto a la tesis, se define como la posición o simple afirmación de algo, que por necesidad se presenta
como simple apariencia; la negación o antítesis, por el contrario, supone una oposición a la vez que un
conflicto. Para Hegel las cosas y el pensamiento son sustancialmente contradicción, puesto que el movimiento
de la dialéctica nos lleva a la obtención de una visión de conjunto, que se entiende como el tercer
momento del proceso de mediación, y que según él sería la solución de la contradicción, que a la vez
acaba en una nueva posición o afirmación de la cosa o del concepto, que se adjudica y a la vez supera el
punto de partida inicial, con lo que de nuevo puede iniciarse el proceso dialéctico. El proceso no es en modo
alguno infinito, puesto que ha de acabar con la comprensión total de la realidad y del pensamiento, es decir,
como un saber completo o absoluto.

LOS PENSADORES PRESOCRÁTICOS

Los milesios.

Tales, cuyas actividades más conocidas parecen haber tenido lugar en el primer tercio del siglo VI A.C.,
consideró que el elemento primero era el agua. El agua origina todos los otros elementos. Su
condensación produce los cuerpos sólidos, por evaporación se transforma en aire, y el aire a su vez,
engendra al fuego. El agua también es el soporte del universo.

Anaximandro, nació entre el año 618 y el 610 A.C., reconoció un sólo principio material para el origen de las
cosas. Afirmó que esa sustancia inicial y generadora era indefinida e infinita, era el apeiron. El apeiron
contiene todos los elementos, todos los cuerpos se encuentran mezclados y confundidos en él, es
pues la fuente de todo ya que los mundos nacen cuando estos se separan.

Heráclito, fue el filósofo de la "transformación" y fue apodado "el oscuro". Eligió como principio fundamental al
fuego: el elemento más móvil, el más fugaz, "toda cosa cambia por el fuego". Por esta razón Heráclito se
enlaza con la línea milesia de un elemento primordial. Su doctrina esta resumida en la frase "todo fluye". Sin
embargo, la concepción de Heráclito sobre el fuego toma un sentido que trasciende el de sólo una sustancia
primordial. El fuego es identificado con el logos, la armonía universal y la inteligencia que gobierna las cosas.
El logos vaga libremente por el mundo; una parte de él reside en el hombre durante su vida, es su alma, la
cual es derivada del fuego, y su interacción con el logos externo es la fuente del conocimiento del mundo por
parte del hombre.

Los pitagóricos.

Pitágoras nació en Samos hacia la mitad del siglo VI y se refugió en la Magna Grecia, más exactamente en
Crotona. La doctrina de su escuela merece atención ya que fue el primer intento de describir
matemáticamente el mundo. Los pitagóricos sostenían que los números eran la esencia de todas las cosas. El
número es el elemento primordial, el principio a partir del cual todas las cosas llegan a ser. En palabras de
Aristóteles: "Aquellos que se llamaron pitagóricos fueron los primeros en tener un interés en las
matemáticas, las cuales son perfectas. Puesto que ellos fueron sobresalientes en esta ciencia,
creyeron que sus principios eran los principios de todas las cosas… Ellos creyeron mucho más en los
números que en el fuego, la tierra y el agua".

Santo Tomás de Aquino y la filosofía escolástica

Tomás de Aquino, quizá el mayor teólogo de la Edad Media, doctor de la Iglesia católica y cumbre del
pensamiento escolástico. Tomás (1221 d.C. – 1274 d.C.) fue un monje dominico, profesor de la Universidad
de París, que dio un gran giro a la filosofía cristiana. Como dijimos antes, el pensamiento cristiano había
echado mano sobre todo de la filosofía de Platón para articular racionalmente sus creencias religiosas.

Aquino escribió comentarios a muchas obras aristotélicas y también textos propios importantes como las
Quaestiones disputatae de veritate, Quaestiones disputatae de potentia, De substantiis separatis, De
aeternitate mundi, De unitate intellectus contra averroístas, y otros más. Quizá sus obras más conocidas son
los compendios Suma Teológica y Suma contra los gentiles.

El tema de cómo demostrar que Dios existe. Tomás rechaza el argumento ontológico señalando que nosotros,
como seres finitos, no conocemos la esencia de Dios. Es decir, no niega que la existencia sea parte de la
esencia de Dios, pero nosotros no conocemos esta última. Si queremos llegar, con los puros medios de la
razón, a la existencia de Dios, no podemos – propone Aquino– empezar por su definición, sino por observar el
mundo que nos rodea y encontrar a Dios como su creador y explicación última. Es en este sentido que Tomás
de Aquino expone sus famosas “cinco vías” para el conocimiento de Dios.

Maquiavelo y la filosofía materialista.

Maquiavelo es calificado aún como el precursor del pensamiento político moderno, ya que fue el primero en
dar a conocer la realidad social y política tal como era y no tal como debería ser en función de antepuestas
observaciones morales; su obra trascendental, para ese momento y hoy s.XXI es texto de orientación
académica en el área de la Filosofía del Derecho, “El Príncipe.

La obra de Maquiavelo, es de representación básicamente utilitaria, fue destinada a dar consejos sobre cómo
gobernar mejor, y es considerada como lo ha sido siempre, como descripción y expresión de la separación
entre la sociedad civil y el poder político e idea propia del Estado burgués.

En esta obra, Maquiavelo parte del estudio de la realidad de su tiempo y da un fiel reflejo de las principales
características del moderno estado burgués, para la época y desde el punto de vista de la teoría general del
estado, éste, como formación política consta, esencialmente, de tres elementos, a saber: la población, el
territorio y la potestad, o sea, el poder político se basaba en el estudio de los mecanismos de poder realmente
utilizados por los «príncipes» de su época. Su frase más famosa o conocida es “Divide y vencerás”.

Juan Jacobo Rousseau.

El hombre 'natural' (primitivo) vivía aislado. Rousseau especula que carecía de una sociabilidad natural. A
diferencia de Hobbes, tampoco cree que viviese en guerra contra todos. Introduce así la imagen del "buen
salvaje", una suerte de inocencia natural (no existe el pecado original), la bondad es innata así como la
igualdad absoluta. Tampoco hay moral. Pero esta condición natural, pertenece a un estado que ya no existe
(quizá nunca haya existido, improbablemente vaya a existir alguna vez) pero resulta útil para reflexionar sobre
la situación actual. El concepto de naturaleza sirve como punto de referencia y concepto directivo.

El paso al estado de sociedad. El hombre se vuelve menos feliz, menos libre y menos bueno. La idea del
progreso es claramente atacada. Al aparecer la sociedad, el hombre comienza a perder la libertad y las
desigualdades comienzan a ganar terreno cuando se establece el derecho de propiedad y la autoridad para
salvaguardarlo. Entonces, la sociedad es un engaño, los hombres se unen supuestamente para defender a los
débiles pero en realidad lo que hacen, es defender los intereses de los más ricos. Las diferencias son claras:
ricos-pobres; poderosos-débiles; amos-esclavos. La conciencia es el único reducto incólume, aunque casi
ignorado. El hombre, fuera de sí, está alienado.

El Contrato Social. Lo que sigue es la transformación de la sociedad. El programa del Contrato Social se basa
en el establecimiento de "una forma de asociación mediante la cual cada uno, al unirse a todos, no obedezca,
sin embargo, más que a sí mismo y quede tan libre como antes" Rousseau

Se trata pues, de una nueva modalidad de contrato social que devuelva al hombre su estado 'natural' sin que
por ello deba dejar de pertenecer a una comunidad.

Rousseau entiende establecer de este modo simultáneamente, la soberanía popular y la libertad


individual. Porque, al hacer contrato con la comunidad, cada individuo está realizando también un
contrato con sí mismo, en tanto que al obedecer a la "voluntad general", está siguiendo su propia
voluntad.

Tomas Moro
Santo Tomás Moro, devoto de la Iglesia católica, no se apartó en toda su vida de los principios cristianos. Por
eso, las ideas políticas de este filósofo fueron de tendencia socialista y comunista, y según algunos autores
fue el pionero del Socialismo.

La obra cumbre de Moro es titulada Utopía, que significa “ lugar inexistente” , “ en ninguna parte del mundo” ,
no-lugar” (u: no; topos: lugar). Este libro tiene como punto de partida la situación real de las repúblicas
existentes en su época, situación caracterizada por la corrupción, violencia, desigualdad económica,
asesinatos y otros crímenes. Estos hechos son la inspiración del Santo para crear un plan ideal de una
república o estado diferente, es decir, una utopía.

Moro presenta Utopía como una isla de ficción llamada así. En esta isla, los intereses de los individuos se
encuentran subordinados a los de la sociedad como conjunto, todos sus habitantes deben desempeñar un
trabajo, se practica la enseñanza universal y la tolerancia religiosa y la tierra pertenece a todos.

Sus principales ideas políticas:

Moro plantea una organización social que hoy llamaríamos el comunismo. Este sistema ideado por el Santo
estaba basado en la abundancia y la seguridad de todos los ciudadanos. Los puntos resaltantes son los
siguientes:

- El término medio entre la pobreza y la riqueza: En la Utopía no habría ni miseria ni lujos; no habría
ostentosos edificios, pero tampoco viviendas pobres. La ciudad sería sumamente limpia y aseada.

- Importancia de la educación: Los ciudadanos de la Utopía tendrían mucho tiempo libre, ya que trabajarían
sólo seis horas por día.

- Importancia del ocio: Como consecuencia de lo anterior, serían importantes las diversiones sociales, las
discusiones, las sesiones de música y juego.

- Falta de explotación y falta de clases sociales: en Utopía no existiría ni siquiera la propiedad privada. El oro,
para los utopienses, no poseería valor alguno: se lo utilizaría para fabricar cadenas de los presidiarios.

- Servidumbre temporal como castigo: Los reos estarían encargados de los trabajos desagradables.

- Tolerancia religiosa y cultural: Los sacerdotes serían casados y a nadie se le obligaría a adoptar unas
determinadas creencias. Las mujeres estarían equiparadas en deberes y derechos al hombre. Se aceptaría la
eutanasia.

Adela Cortina

Es licenciada y doctorada en Filosofía y Letras por la Universidad de Valencia. Gracias a una beca realiza
estudios de postgrado en las universidades de Munich y Frankfurt, donde entra en contacto con la filosofía de
Jürgen Habermas y Karl Otto Apel. Su tesis doctoral versó sobre “Dios en la filosofía trascendental kantiana”.

“Hay moral porque en el universo existe un tipo de seres que tiene un valor absoluto, y por ello no
deben ser tratados como instrumentos; hay moral porque todo ser racional es fin en sí mismo, y no
medio para otra cosa. Hay moral porque las personas son seres absolutamente valiosos… De estos
seres no diremos que tienen precio, sino dignidad, y que, por tanto, merecen un respeto del que se
siguen obligaciones morales”.

“En un mundo construido sobre el contrato político, económico y social, los pobres parecen quebrar el juego
de dar y recibir, y por eso prospera la tendencia a excluirlos. El problema no es la xenofobia, puesto que la
entusiasta acogida de turistas extranjeros, contrasta con el rechazo de refugiados e inmigrantes. Hablamos de
“aporofobia” el rechazo al pobre. Es el pobre el que molesta inclusive a su propia familia”

José Vasconcelos y la Raza Cósmica

Se podría considerar el ideal conjugado de Vasconcelos, lo apuntado en su obra más leída La Raza Cósmica
(1925); publicada entre la primera y la segunda guerra mundial, trata del surgimiento de la raza cósmica o
quinta raza, que sería mezcla de las cuatro razas anteriores: roja, amarilla, negra y blanca.
Según, no solo la mezcla basta, se deben sumar las respectivas virtudes. Lograr esta conjugación sería la
misión y destino de los habitantes de América, debido a que este continente contiene las características
necesarias para el desarrollo de esta misión. Describe así mismo como los latinos tienen las bases para la
verdadera victoria de este ideal. Ya que la raza blanca, actuales dominantes del mundo, impondrían su propia
pureza retrasando el nuevo mestizaje. Por eso, nos dice, el nombre de la nueva civilización debería ser
Universópolis y no Anglotown, donde impartirían la guerra en vez de la educación, justificada en una supuesta
superioridad, defecto que cada raza ha tenido en su momento dominante.

Así nos explica también, que la humanidad debe pasar por tres estados, el de la fuerza, en la cual se
basaba el poder primitivo; de la razón, donde se basa el actual poder, leyes y lógica impuestas por el
poder de las herramientas del hombre blanco; y finalmente, el estado para la raza cósmica: el estético,
guiado por el gusto, un estado donde la belleza es el factor dominante y la fealdad no se reproduce.

FILOSOFÍA MODERNA

RACIONALISMO. El autor principal de la filosofía moderna racionalista fue Descartes que junto a otros
pensadores como Spinoza y Leibniz consiguieron posicionar en una situación central al ser humano y su
capacidad para pensar, reflexionar y razonar lo que se recibe a través de los sentidos. Este pensamiento basa
en diferentes doctrinas:

Ideas innatas: Descartes y todos los racionalistas consideraban que el ser humano contenía un cúmulo de
ideas de forma innata en su mente y, estas, eran el punto de partida del conocimiento.

Pensamiento y realidad: consideraban que existía una relación directa entre el pensamiento humano y la
realidad creyendo que nuestra mente tenía la capacidad natural de conocer la realidad si sabíamos cómo
usarla.

Conocimiento deductivo: es decir, tal y como se establece el conocimiento en ciencias como las matemáticas,
los racionalistas creían que para poder averiguar el funcionamiento del mundo teníamos que partir de las
premisas de una idea para, así, llegar a sus conclusiones. Si la premisa resultaba ser verdadera, entonces la
conclusión también lo sería aunque no hubiera manera de probarlo.

Exclusión de la experiencia: los racionalistas NO experimentaron sus propias tesis de forma real sino que,
únicamente, realizaban su debate mediante la razón, las ideas y el pensamiento ya que consideraban que si
lograban pensar de forma correcta, hallarían la auténtica realidad.

EMPIRISMO. Para los empíricos NO existe la posibilidad de que un argumento sea considerado
completamente válido porque los datos que nos darán la experiencia siempre serán tratados como
"probabilidades". Así, no se usa el término de verdad sino que aparece la fuerza inductiva, es decir, el grado
de probabilidad que tiene una tesis de ser real.

Sin embargo, Bacon no es el único empírico que nos dio la Modernidad, sino que también cabe destacar a
Locke, Bekeley y Hume que fueron los que dieron forma y sistema a esta corriente filosófica. Dentro de las
características de la filosofía moderna empírica, destacamos lo siguiente:

Rechazo de las ideas innatas: según el empirismo, el ser humano no tiene ideas de forma natural sino que las
va consiguiendo a medida que va viviendo en el mundo y, por tanto, va acumulando experiencias.

El conocimiento procede de la experiencia propia: esta puede ser tanto interna como externa, pero las propias
vivencias en el mundo son las que nos darán nuestra base filosófica y nos permitirán conocer mejor la
naturaleza.

Importancia de los sentidos: a diferencia de los racionalistas, esta corriente promovía que los sentidos y
sensaciones eran la base del conocimiento porque este comienza con la propia experiencia.

EL IDEALISMO. Se trata de un movimiento metafísico que considera que incluso el ser humano es una idea y,
por tanto, la verdad que tanto estamos buscando no existe más que en nuestra mente. Como ves, esta
concepción rompe totalmente con el realismo y, en parte, también con el empirismo siendo, así, una auténtica
revolución en la historia del pensamiento.
De los autores de la filosofía moderna que defendieron el idealismo destacamos a Kant y a Hegel.

Las principales características de la filosofía moderna del idealismo son las siguientes:

La realidad es subjetiva: no existe una realidad "extra-mental", es decir, fuera de nuestra mente. Sí que creen
que la reflexión puede ayudarnos a conocer mejor nuestra naturaleza pero estos pensamientos siempre
estarán vinculados a la persona que los está razonando, por tanto, serán subjetivos.

Teoría del idealismo objetivo: los idealistas creen que la realidad que nos envuelve, los objetos y las formas,
existen porque los pensamos, los adentramos en nuestra mente, es así como su verdadera esencia aflora.
Por tanto, el sujeto es el que construye el objeto de la realidad.

El conocimiento no es la experiencia: porque no es necesario tener experiencias con la realidad ya que esta
forman parte de nuestra mente, de nuestras ideas y de nuestra subjetividad.

KARL MARX Y EL MATERIALISMO HISTÓRICO. Su principal aportación a la filosofía fue el materialismo


histórico. Este pretende ser una teoría científica sobre el cambio histórico. Sin embargo, teniendo el mismo
objetivo que Hegel, Marx tiene un punto de vista opuesto sobre la causa o el motor de las transformaciones
sociales: si bien para Hegel el cambio histórico es el producto de la evolución de la Razón o el Espíritu en el
tiempo, para Marx la causa es exclusivamente material. Marx sintetiza su cambio de postura respecto a Hegel
cuando afirma que "el modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política
y espiritual en general".

Marx confiaba en que el progreso tecnológico que había surgido con la revolución industrial y que había
consolidado al capitalismo sería también el causante de su crisis definitiva y del tránsito al comunismo o
sociedad sin clases. Este acontecimiento habría de ocurrir necesariamente porque las máquinas, con el
tiempo, serían capaces de producir enormes cantidades de mercancías con el mínimo esfuerzo dejando sin
sentido conceptos como valor, precios, propiedad...

A. COMTE Y EL POSITIVISMO Comte, pensador francés, es el fundador del positivismo. Este movimiento
filosófico tiene las siguientes características:

1. Acepta como modelo de racionalidad solamente la racionalidad científica.

2. Pretende mantenerse siempre en el terreno de los hechos positivos. Rechaza como "incognoscible" todo lo
que esté más allá de los hechos: negación de la metafísica, y postura, en general, agnóstica.

3. Considera a la ciencia como guía única de la humanidad, y confía en un progreso indefinido (ideales
tomados de la Ilustración).

4. Desde el punto de vista moral, defiende el utilitarismo; y desde el punto de vista socio-político, representa
una ideología burguesa, conservadora y elitista de inspiración platónica. El positivismo buscó también en la
ciencia el remedio a las perturbaciones sociales del siglo XIX.

Comte elabora una filosofía de la historia basada en la ley de los tres estados. La "ley" afirma que la especie
humana -y también los individuos- ha pasado por tres estados teóricos distintos.

1. El estado teológico (de los conocimientos) se caracteriza por la búsqueda de las causas últimas de las
cosas, del conocimiento absoluto. La respuesta se encuentra en la existencia de seres sobrenaturales:
fuerzas impersonales, dioses múltiples o, finalmente, un solo Dios (tres etapas: fetichismo, politeísmo,
monoteísmo). A esta etapa corresponde la antigüedad mítica.

2. El estado metafísico es sólo una modificación del anterior: los seres sobrenaturales se convierten en
entidades abstractas o conceptos filosóficos. En esta etapa cabe toda la metafísica escolástica.

3. El estado positivo supone la renuncia al saber absoluto, y la búsqueda exclusiva de las leyes que explican
los hechos. Todas las ciencias deben conducir al estudio de la sociedad, es decir, a la sociología.
Precisamente se suele considerar a Comte como el fundador de esta última ciencia, a la que llama también
"física social”: Tal título es significativo: la sociología - como la física mecánica- debe poder establecer leyes y
hacer previsiones de futuro. Así es como la ciencia unificada conduce hacia la sociología, y ésta puede
construir el orden social.

BENTHAM Y STUART MILL EL UTILITARISMO Sus máximos representantes son Jeremy Bentham y John
Stuart Mill. Es un positivismo moral, es decir, un intento de convertir la moral en una ciencia "positiva" (basada
en hechos y leyes) que permita la transformación social y la felicidad colectiva. El único "hecho" en que se
puede apoyar la moral es el placer y el dolor. Sólo ellos son algo real, y sólo se puede considerar como bueno
y obligatorio aquello que conduce al mayor placer o felicidad del mayor número posible de personas. Ésta es
la fórmula esencial de la moral de la utilidad (o felicidad). A partir de aquí, Bentham y Mill confiaban en
convertir la moral en "ciencia exacta".

ARTHUR SCHOPENHAUER ESTÉTICA DEL PESIMISMO El problema fundamental de la filosofía de


Schopenhauer es el problema del mal, del sufrimiento, del dolor provocados por la Naturaleza y por la
Historia. Para Schopenhauer este no es el mejor de los mundos posibles: ni progresa hacia la paz perpetua; ni
es expresión del Espíritu; ni avanza hacia una sociedad perfecta. Este mundo es para Schopenhauer
sufrimiento y dolor.

Frente a esta idealización del mal convertido en “motor” dialéctico de la historia, Schopenhauer señala la
identidad de mundo y sufrimiento. Para criticar el optimismo idealista Schopenhauer utiliza dos argumentos:

1. Desde una perspectiva filosófica la pregunta por el ser o por la realidad del mundo Schopenhauer la
contesta yendo más allá de lo representado por el gran teatro filosófico del racionalismo: el mundo, la vida, no
es esa unidad de Naturaleza, Razón e Historia que Kant daba por supuesta, sino que es esencialmente
Voluntad. El mundo es voluntad de vivir infinita e irracional. Está en constante movimiento porque siempre
desea más y más. La Voluntad de vivir que engendra el mundo no persigue ningún fin último, ninguna ciudad
ideal, ningún paraíso, ninguna gran meta de la Historia.

La vida es como un péndulo que oscila continuamente entre el deseo y su realización, realización siempre
aparente porque al estar la vida desprovista de una Meta nos vuelve radicalmente inquietos, perseguidores de
lo imposible. La vida es como un péndulo que oscila entre el deseo y el aburrimiento en el que caemos
cuando conseguimos esa meta ficticia. Schopenhauer descubría de este modo el aburrimiento de los
domingos frente a la actividad frenética del deseo capitalista del resto de la semana. Símbolos de la Voluntad:
Drácula, Casanova...

2. Schopenhauer aspira a dar una “prueba experimental” de la realidad del mal. “El más obstinado optimista, si
visitase los hospitales, los lazaretos y clínicas operatorias, las cárceles, las salas de tormento y las prisiones
de los esclavos; si se le condujera a los campos de batalla y a los lugares donde se levanta el cadalso, o se le
hiciera penetrar en los oscuros rincones donde se esconde la miseria, si pudiese lanzar una mirada a la
prisión de Ugolino, a la torre del Hambre, es seguro, entonces, que acabaría por comprender lo que es su
mejor de los mundos posibles”. Schopenhauer termina repitiendo a Calderón de la Barca: “El pecado más
grande del hombre es haber nacido”.

Y no obstante, seguimos ilusionándonos. ¿Por qué? Porque el mundo no solo es Voluntad sino
Representación. Que la vida sea Representación significa que tiene un alto poder de ilusión, poder que
consigue eclipsar la realidad del dolor y la muerte y perpetuar de este modo la Voluntad en el mundo. La
filosofía idealista de la historia, el marxismo, el positivismo, las religiones son “cuentos de hadas” que
enmascaran la realidad.

¿Qué conclusiones prácticas extrae Schopenhauer de esta “metafísica del mal”? En un primer momento
Schopenhauer cree que la solución puede venir del Arte. Éste puede servir de lenitivo de la voluntad, de
sedante de nuestra voluntad de vivir pues ante la obra de arte abandonamos nuestro innato egoísmo y
adoptamos un punto de vista desinteresado del mundo. A través de la contemplación del mundo (como obra
de arte) el hombre iría rompiendo amarras con su egoísmo subjetivo e iría convirtiéndose en el “ojo puro” del
conocimiento. Superar mediante el arte el punto de vista egoísta de nuestra miserable voluntad de vivir nos
pondría en situación de comprender la naturaleza del mundo.
En un segundo peldaño la voluntad debe acceder a la verdadera virtud. Para Schopenhauer esta nace de
la conciencia de la unidad metafísica de todos los seres en el dolor del mundo. “Cada cual tiene que
considerar todos los sufrimientos del mundo como los suyos y todos los que son sólo posibles como reales
para él.” De esta conciencia surge un sentimiento de solidaridad con todos los seres vivos que no son más
que víctimas de la cruel Voluntad de vivir. El suicidio no es un opción ética puesto que al cometerlo se elimina
al individuo que es mera representación y no se toca al verdadero culpable la Voluntad de Vivir.

El tercer peldaño, la solución final, la encuentra Schopenhauer en la negación literal de la voluntad de vivir
que se consigue mediante el ascetismo budista o cristiano. Si el origen del problema del mal está en la propia
vida, en ésta tan vital como ciega e ilusoria vida, tendremos que destruirla.

NIETZSCHE Y EL VITALISMO Se llama vitalista toda filosofía que entiende como más fundamental la Vida
que la Razón. Los conceptos más importantes alrededor de los que gira la filosofía vitalista son: temporalidad,
historia, vivencia, instintos, irracionalidad, corporeidad, subjetividad, perspectiva, valor de lo individual,
cambio, enfermedad, muerte, finitud...

Se puede entender la totalidad de la filosofía de Nietzsche como el intento más radical de hacer de la vida lo
Absoluto. La vida no tiene un fundamento exterior a ella, tiene valor en sí misma. Y la vida entendida
fundamentalmente en su dimensión biológica, instintiva, irracional. La vida como creación y destrucción, como
ámbito de la alegría y el dolor. Por esta razón, Nietzsche creyó posible medir el valor de la metafísica, la teoría
del conocimiento y la ética a partir de su oposición o afirmación respecto de la vida.

Nietzsche es un hombre enfermo que quiere devolverse a sí mismo la salud. En ello ve el símbolo de su
propia misión: sanar una civilización enferma y decadente. De este modo, la filosofía de Nietzsche es la más
terrible y apasionada crítica a la civilización occidental - enferma- , y el más optimista mensaje para el
porvenir. La evolución del pensamiento de Nietzsche nos ha mostrado ya cómo esos dos aspectos de su
filosofía - el no crítico y el sí (casi) profético- fueron alternándose en sus obras.

La muerte de Dios es el acontecimiento que nos pone en situación de comprender la enfermedad que padece
la cultura europea: el nihilismo. Esta palabra tiene su origen en el vocablo latino "nihil" que significa "nada".
Podemos definir el nihilismo en general como la actitud vital y filosófica que niega todo valor a la existencia, o
que hace girar la existencia alrededor de algo inexistente. La idea nietzscheana del nihilismo es compleja:

1. Nihilismo pasivo. El "nihilista pasivo" no cree en ningún valor, puesto que considera que todo valor es
posible sólo si Dios existe, y Dios no existe; termina en la desesperación, la inacción, la renuncia al deseo, el
suicidio -tal y como puede leerse en el texto anterior-. Aquél que dijese que si Dios no existe todo está
permitido, aquél que desesperase de la vida y se levantase en contra de ella por considerar que ésta solo
puede tener su fundamento en algo ajeno de ella y que dicho fundamento no existe, ese sería también
nihilista. Es el “último hombre” de Así habló Zaratustra

2. Nihilismo como decadencia vital: Toda la cultura occidental es nihilista pues dirige toda su pasión y
esperanzas a algo inexistente (el Dios cristiano, el Mundo Ideal y Racional de los filósofos), despreciando de
modo indirecto la única realidad existente, la realidad del mundo que se ofrece a los sentidos, la realidad de la
vida. En Así habló Zaratustra representa Nietzsche este modo de mostrarse el espíritu con la figura del
camello, símbolo de la aceptación resignada de las mayores cargas.

3. Nihilismo activo: es también nihilista la filosofía que intenta mostrar cómo los valores dominantes son una
pura nada, una invención; la filosofía nietzscheana es nihilista en este sentido pues propone la destrucción
completa de todos los valores vigentes y su sustitución por otros radicalmente nuevos (propone la
"transmutación de todos los valores"). Este nihilismo es una fase necesaria para la aparición de un nuevo
momento en la historia de la cultura, para el reencuentro con el "sentido de la tierra", la aparición de una
nueva moral y de un nuevo hombre, el superhombre. En Así habló Zaratustra representa esta figura del
espíritu con la metáfora del león (por su agresividad, su capacidad destructiva). En el texto anterior se
corresponde con la figura del insensato.

La filosofía de Nietzsche es un intento de superar la muerte de Dios, o sea, el nihilismo. Pero Nietzsche
advierte que todavía ha de pasar mucho tiempo hasta que los hombres adviertan todas las implicaciones del
asesinato de Dios. De momento, lo único que han hecho es criticar a la Iglesia cristiana, su tradición
dogmática y su poder. Pero tampoco esto llega demasiado lejos, porque lo esencial no es ni siquiera tocado.

La lucha de Nietzsche contra la metafísica monoteísta se condensa en los siguientes puntos:

1. afirmación de la inmanencia frente a cualquier tipo de trascendencia, del sentido de la tierra frente al mundo
ideal de Platón;

2. demolición a martillazos de todas aquellas ideas defensoras del Ser inmutable y eterno;

3. consideración de la verdad como una fábula creída por conveniencia;

4. contra los conceptos fijos, generales crear metáforas en las que todavía se conserve la intuición de la
realidad.

CHARLES FOURIER TEORIA DE LA ARMONIA UNIVERSAL Fourier esperaba humanizar el capitalismo


gracias a su Teoría de la Armonía Universal.

El problema que Fourier detectaba en el capitalismo de la época, culpable de condenar a la miseria a una
gran mayoría, no era la división de la sociedad en clases, la cual debía permanecer intacta en el nuevo orden
societario o falansterio, sino la idea equivocada de que el trabajo y el placer son elementos antagónicos.
Fourier creía que la economía capitalista, al forzar al obrero a dedicar su vida a un oficio completamente
ajeno a su vocación pasional, perdía la oportunidad de multiplicar al infinito su capacidad productiva. Para
Fourier estaba claro que una sociedad justa sólo tendría lugar cuando el trabajo fuese fuente de placer y
felicidad. La garantía de que esta utopía es posible es la existencia de Dios, que ha puesto en todos los
hombres pasiones y vocaciones diferentes que, adecuadamente combinadas, pueden generar un todo social
armonioso.

Otras características interesantes del falansterio son:

 La eliminación del intermediario, del comerciante, cuyo único impulso es la avaricia y que para satisfacerlo
no duda en falsificar los productos básicos como la leche, el vino o el azúcar.
 Los artistas y los sabios, por el contrario, ocuparán los rangos superiores de la sociedad porque no hay
nada más importante en el falansterio que la educación.
 La liberación de la mujer y de los hijos de la tiranía patriarcal pues todos serán económicamente
independientes.

NORBERTO BOBBIO TEORÍA DEL ORDENAMIENTO Una de las contribuciones más relevantes de la Teoría
del Derecho de Norberto Bobbio consiste, precisamente, en la reivindicación de la importancia de la idea de
ordenamiento en la comprensión del fenómeno jurídico.

Suele señalarse que un rasgo que caracteriza al positivismo jurídico contemporáneo frente al
positivismo tradicional radica en el paso desde una “gravitación fundamental” sobre el punto de vista
de la norma, hasta una gravitación sobre el punto de vista del Ordenamiento en su conjunto.

A la hora de exponer la concepción de Bobbio en torno al problema de la unidad del Ordenamiento jurídico,
puede resultar útil diferenciar dos puntos de vista: un punto de vista interno – que tiene su límite en la norma
constitucional y que se relaciona con el problema de la validez de las normas individualmente consideradas –
y un punto de vista externo – que trasciende la Constitución y que se relaciona con el problema de la validez
del Ordenamiento jurídico en su conjunto.

En el primero de estos puntos de vista, Bobbio siempre asumió la teoría kelseniana de la elaboración gradual
del Ordenamiento jurídico, que reconstruye la unidad a través del principio de jerarquía normativa.

En este ámbito, la aportación más relevante del pensamiento de Bobbio consiste en clarificar el significado de
la estructura jerárquica del Ordenamiento. Señala Bobbio, que esta estructura puede ser contemplada desde
la relación producción-ejecución, desde la dualidad poder-deber y desde la conexión norma poder.
En su Teoría del Ordenamiento de 1955 mantiene Bobbio “el principio implícito en todo sistema, es que no
debe haber contradicciones, pero eso no quita para que éstas, de hecho, puedan perfectamente
subsistir. Si acaso se puede decir: mientras estas contradicciones son limitadas en número, el sistema
rige; si en cambio fueran muy numerosas, probablemente el sistema no regiría ya porque no serviría
para ordenar las acciones humanas”

TRABAJO.

Línea de tiempo de la evolución de la filosofía.

Investigar a los siguientes autores y sus teorías filosóficas.

Edith Stein.

Viktor Frankl .

Samuel Ramos.

Bertrand Russell

Antonio Caso

Umberto Eco

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