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La audición es la percepción de las ondas sonoras que primero pasan por la oreja
para luego llegar a los conductos auditivos externos y chocar con el tímpano, que
vibra con ellas. Es uno de los 5 sentidos del ser humano y está en funcionamiento
las 24h del día, ya que en cualquier momento percibe los sonidos que se producen.
Para poder comunicarnos con lo que nos rodea y estar atentos a todos los ruidos de
nuestro alrededor es imprescindible tener buena audición.
Las ondas
sonoras entran por el oído externo y hacen que comience a vibrar el tímpano. Éste a
su vez hace que, después de él, comiencen a vibrar los tres huesecillos, conocidos
como yunque, estribo y martillo. Estas pequeñas oscilaciones siguen viajando a
través de la ventana ovalhasta conseguir mover los líquidos existentes en la cóclea o
caracol, perilinfa y endolinfa, deformándose así las células ciliadas del interior.
Finalmente, estas células son las encargadas de transformar las vibraciones en
impulsos eléctricos que llegan hasta el nervio auditivo y de éste a la corteza auditiva,
que se encarga de interpretar los sonidos.
La pérdida de audición, por otra parte, es uno de los problemas de salud más
comunes. Afecta a personas de todas las edades, sin embargo, la edad es el factor
más determinante en lo que a pérdida auditiva se refiere. Hay varios tipos de pérdida
auditiva:
Pérdida auditiva conductiva: Cuando una parte del oído externo o
medio impiden que las ondas sonoras se transmitan al interior. Se puede
corregir con el uso de un audífono.
Audición natural
Un sistema auditivo sano puede reconocer los sonidos graves (un contrabajo o el
tráfico) y los agudos (un violín o el canto de los pájaros). En términos técnicos, se
refiere a frecuencias de entre 20 y 20.000 hercios Además, puede procesar
sonidos muy leves (como el zumbido de un mosquito) y muy altos (el motor de un
reactor). Esto equivale a un volumen de entre 0 y más de 120 decibelios.
Audición espacial
Nuestro cerebro recibe sonido en 360 grados: procedente de cualquier punto
alrededor de la cabeza. Es capaz de diferenciar entre delante y detrás, arriba y
abajo. Esto nos permite saber de dónde viene un sonido, el tamaño de una sala o
si hay un atasco en la zona.
¿Qué es la audición?
La audición
La audición es uno de los cinco sentidos del ser humano (el tacto, el olfato, el
gusto, la vista y la audición). Una reducción en la habilidad de oír se denomina
pérdida auditiva o pérdida de audición. Nuestra audición percibe los sonidos que
nos rodean durante las 24 horas del día. Por ello, la audición es un sentido que
siempre está en funcionamiento.
La audición funciona a varios niveles: cuando oímos los sonidos de fondo, como
por ejemplo el tráfico, o cuando oímos alarmas, como por ejemplo el despertador.
Sin embargo, la función más importante de nuestra audición es la de oír el habla,
es decir, el comunicar con otras personas.
La audición es uno de los cinco sentidos del ser humano. La función de la audición
es transformar ondas sonoras en impulsos nerviosos perceptibles para el cerebro,
el cual los transforma a lo que entendemos por sonido. Para poder hacerse una
idea de qué es una pérdida auditiva, es necesario conocer la función de la
audición y del oído. Los sonidos que se transportan por el aire podrían describirse
como variaciones en la presión o como oscilaciones en las moléculas del aire.
Estas variaciones en la presión forman ondas sonoras que pueden ser percibidas
por el oído humano.
El oído es la parte principal del sentido de la audición. El oído recoge las ondas
sonoras y las transforma en impulsos nerviosos que pueden ser interpretados por
el cerebro.
El oído externo
El oído medio
El oído interno
El oído externo:
El oído externo está formado por el pabellón auricular y el canal auditivo. El
pabellón auricular funciona como una especie de embudo, recogiendo las ondas
auditivas y dirigiéndolas al tímpano. El tímpano, situado en el extremo del canal
auditivo, forma el límite entre el oído externo y el oído medio.
El oído medio:
El oído medio es un espacio lleno de aire cuya presión se ajusta gracias a la
trompa de eustaquio, que conecta el oído con la nariz y la faringe. En el oído
medio hay tres huesecillos denominados el martillo, el yunque y el estribo. La
combinación de estos tres huesecillos funciona como un sistema de palanca que
recibe los movimientos del tímpano y los envía a la parte del oído que se encarga
de procesar el sonido.
El oído interno:
El oído interno es una estructura ósea llena de líquido con forma de caracol. La
conexión entre el oído medio y el oído interno se denomina la ventana oval. La
platina del estribo funciona como un pistón que genera movimiento en el líquido
del oído interno. En la cóclea hay aproximadamente 23.000 células ciliadas
externas (células sensoriales) que se ponen en movimiento debido a las
ondulaciones del líquido. Cuando se activan las células ciliadas, éstas envían
impulsos al cerebro, el cual los interpreta como sonido. Además del caracol, en el
oído interno se encuentra el órgano del equilibrio.
Cómo funciona la audición:
El pabellón auricular, el canal auditivo y el oído medio recogen y amplifican las
ondas sonoras que hacen oscilar al tímpano. El martillo y el yunque transmiten las
oscilaciones mecánicas del tímpano al estribo, que se mueve hacia delante y
detrás en la ventana oval. Este movimiento transmite las oscilaciones mecánicas
al líquido del oído interno.
En la cóclea se producen unas pequeñas ondulaciones que hacen que se muevan
las células ciliadas del oído interno. De este modo se estimula a las células
ciliadas para que, mediante el nervio auditivo, envíen impulsos a las partes del
cerebro situadas en las zonas del hueso temporal. En el lenguaje general, esto se
denomina el sentido de la audición. Lo que determina qué células ciliadas se
activan es la frecuencia del sonido. De este modo, es posible distinguir unos
sonidos de otros. Si estas células sufren daños debidos a la edad, enfermedad u
otro tipo de daños, será difícil oír ciertos sonidos y distinguir entre los sonidos. Del
mismo modo, grandes cantidades de cerumen podrían reducir significativamente
la habilidad de oír.
El oído externo:
El oído externo está formado por el pabellón auditivo y por el canal auditivo. El
oído externo tiene dos funciones principales:
1. Recoger y amplificar el sonido
2. Proteger el oído medio.
El oído medio:
El oído medio está formado por la cavidad llena de aire situada detrás del tímpano.
La función del oído medio es:
1. Compensar las diferencias que pueda haber en la presión
2. Procesar y dirigir la señal sonora procedente del tímpano
3. Proteger el oído interno.
El oído interno:
El oído interno es la cavidad llena de líquido en la que se encuentran los órganos
de balance y de audición. En lo que se refiere a la audición, la parte más
importante del oído es el oído interno, cuyo funcionamiento es altamente complejo.
El laberinto:
El oído interno está formado por un sistema de canales llenos de líquido en la
misma parte cartilaginosa del hueso temporal. Este sistema se denomina el
laberinto. Esta denominación se utiliza precisamente para ilustrar este sistema tan
ingenioso de cavidades y túneles. En el laberinto se encuentran los órganos de
equilibrio y de audición.
El órgano de equilibrio:
Este órgano está formado por los canales semicirculares, en los que se registra el
movimiento.
La cóclea:
El caracol (la cóclea) está situado en el oído interno y en éste se encuentran las
partes principales del sentido de la audición:
El órgano de Corti y las células ciliadas.
La parte exterior del caracol tiene la apariencia de una concha de caracol, con dos
vueltas y media. En la vuelta inferior del caracol hay dos ventanas: la ventana oval
y la redonda. En la ventana oval se encuentra la platina del estribo. Esta imita los
movimientos de un pistón y pone en movimiento el líquido del oído interno, el cual
activa las células ciliadas en el oído interno. Desde un extremo al otro del caracol
se encuentra la membrana basilar que tiene una longitud de aprox. 30 mm. En
esta membrana se encuentran las células ciliadas. Dichas células ciliadas están
en hileras, en toda la longitud de la membrana basilar. Una de las hileras está
compuesta por las células ciliadas internas, mientras que las células ciliadas
externas se encuentran agrupadas en tres hileras. Las células ciliadas representan
la parte central del propio órgano de audición - el órgano de Corti.
El órgano de Corti:
El órgano de Corti es una de las partes del oído interno. Este órgano está situado
en la cóclea (el caracol) y se apoya en una membrana denominada membrana
basilar.
El sonido:
Del mismo modo que una piedra crea anillos en el agua, el sonido crea ondas - o
vibraciones - en el aire. Estas ondas son las que percibe el órgano de audición,
transformándolas a impulsos eléctricos que son interpretados por el cerebro. Se
puede caracterizar el sonido de varios modos, pero lo más natural sería utilizar el
volumen y la frecuencia.
El volumen:
Para indicar el volumen, se utiliza una unidad llamada decibelios (dB). Los sonidos
débiles tienen un valor de dB bajo, mientras que los sonidos fuertes tienen un
valor de dB alto. El susurro de las hojas en el bosque equivale a un nivel sonoro
de aprox. 20-25 dB. El habla normal tiene un nivel de aprox. 55-65 dB, mientras
que un avión alcanza un nivel de aprox. 140 dB. Para las personas con una
audición normal, el umbral del dolor se encuentra a aprox. 120 dB.
La frecuencia:
El tono del sonido se define por el número de oscilaciones por segundo. Cuantas
más oscilaciones por segundo, más claro será el tono. Cuantas menos
oscilaciones por segundo, más oscuro será el tono. El nivel del tono se denomina
la frecuencia de éste. Para indicar la frecuencia, se utiliza una unidad llamada
Hercio (Hz). Los tonos agudos son tonos de alta frecuencia (es decir, con muchas
vibraciones por segundo). Estos tonos son muy importantes a la hora de poder
entender el habla. Las consonantes y los armónicos superiores de las vocales se
componen principalmente por elementos agudos de la imagen sonora.Los tonos
graves son tonos de baja frecuencia (es decir, con pocas vibraciones por
segundo). Los tonos graves contribuyen especialmente a la percepción del tono y
el cuerpo de la imagen sonora. Las vocales se componen principalmente por tonos
graves.
La sensibilidad auditiva:
A menudo, las pérdidas auditivas implican una sensibilidad auditiva, lo que
significa que el modo en que la persona percibe el sonido ha cambiado. Los
sonidos fuertes pueden parecer demasiado fuertes, mientras que los sonidos
débiles no son audibles. Muchos tipos de pérdidas auditivas resultan a menudo en
un incremento en la sensibilidad auditiva de la persona. Por ello, puede resultar
difícil para una persona con una pérdida auditiva percibir sonidos débiles, al
mismo tiempo que los sonidos fuertes le parecen desagradables. Para muchas
personas, es igual de difícil entender el habla en voz alta, como el habla en voz
baja. Para algunas personas, los sonidos fuertes, como por ejemplo niños
gritando, camiones o el arrastrar sillas, puede resultar en molestias físicas. Hoy en
día, es posible adaptar muchos de los audífonos modernos, de modo que los
sonidos fuertes nunca sean demasiado fuertes, al mismo tiempo que los sonidos
débiles siempre sean audibles. Por eso, nunca deberá gritar cuando esté hablando
con una persona que sufra una pérdida auditiva.
La frecuencia:
La frecuencia indica cuantas veces se repite una oscilación por segundo, lo cual
también indica lo grave o agudo que es un sonido. La frecuencia también se
denomina altura del tono y se mide con una unidad llamada Hercio (Hz).
El sonido se produce al oscilar las moléculas del aire. Entre otras cosas, es
posible describir un sonido en relación con su frecuencia y su volumen. El volumen
indica la intensidad con la que oscilan las moléculas del aire y la frecuencia indica
el número de oscilaciones por segundo que realizan las moléculas del aire.
Los Hercios:
Para indicar la frecuencia se utiliza una unidad denominada Hercio. Esta unidad
indica el número de oscilaciones por segundo. 440 Hz (el diapasón normal) indica
una frecuencia de 440 oscilaciones por segundo.
Frecuencias audibles:
El oído humano puede percibir frecuencias situadas entre aprox. 20 y 20.000 Hz.
(Es decir, de una sirena a un flautín). Cuanto más grave sea un tono, menor será
su frecuencia. Cuanto más agudo sea, más alta será su frecuencia.