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Si bien es cierto que el artículo 267 del C.C.A. faculta al juez administrativo para que
acuda a las normas de procedimiento civil, como en efecto lo hizo el a quo, también es
cierto que dicha remisión está contemplada solo para aquellos casos en que se esté
ante aspectos o temas no regulados en el C.C.A. que, debe recordarse, es norma
especial que rige los procesos contencioso administrativos; por lo tanto y teniendo en
cuenta que el numeral 9 del artículo 136 de este último código regula el término de la
caducidad para la acción de repetición, se torna innecesario acudir al procedimiento
civil. (…) el término de caducidad debe empezar a contarse desde el momento en que
la entidad pública pagó una condena, conciliación o lo acordado a través de otra forma
de terminación de un conflicto o, a más tardar, a partir del cumplimiento del plazo que
legalmente ha sido fijado para que las entidades estatales paguen las condenas; por
tanto, si la administración paga una condena por fuera del tiempo establecido para su
cumplimiento, el término de caducidad debe contabilizarse a partir del vencimiento de
dicho plazo y no desde la fecha en la cual se efectuó el pago.
CONSEJO DE ESTADO
SECCIÓN TERCERA
SUBSECCIÓN A
I. ANTECEDENTES
1. Expediente 2005-01449-01
Adujo que los demandados actuaron con culpa grave al proferir dichos actos
administrativos, ya que a pesar de que las sentencias C-702 de 1999 y C-969 del mismo
años, proferidas por la Corte Constitucional, declararon inexequibles el artículo 120 de
la Ley 489 de 1998 y el Decreto 1149 de 1999, por medio del cual se modificó la
estructura del Fondo de Bienestar Social de la Contraloría General de la República, los
acá demandados no acataron esas decisiones judiciales y siguieron adelante con el
proceso de restructuración, lo cual generó una situación perjudicial para la entidad,
pues fue condenada al pago de las respectivas indemnizaciones (f. 3 a 8, c. 1).
1.3. El proceso se abrió a pruebas mediante auto de 16 de abril de 2013. Vencido este
período, se corrió traslado a las partes, para que presentaran sus alegatos de conclusión
y al Ministerio Público, para que emitiera su concepto (f. 214 y 216, c. 1).
1.3.1. La parte actora presentó sus alegatos de conclusión, en los que reiteró los
argumentos expuestos en la demanda (f. 217 a 223, c. 1).
1.6.2. La parte actora insistió en que los ex funcionarios demandados actuaron con
culpa grave al continuar con el proceso de reestructuración de la planta de ese Fondo
de Bienestar y suprimir el cargo de la señora Evelin de Jesús Toro, situación que dio lugar
a que aquél fuera condenado al pago de una indemnización a favor de ésta y a que
con ello se causara un detrimento patrimonial por el cual ahora deben responder. En
esos términos, solicitó acceder a las pretensiones, toda vez que se encuentran
acreditados todos los requisitos para la procedencia de la acción de repetición (f. 333 a
339, c. ppl.).
2. Expediente 2005-01452-01
2.1. El 15 de junio de 2005, el Fondo de Bienestar Social de la Contraloría General de la
República, mediante apoderado judicial y en ejercicio de la acción de repetición,
presentó demanda contra los señores María Jesús Ortiz Quintero, Mario Jiménez Gayón
y Camilo Escovar Plata con el objeto de obtener la declaratoria de responsabilidad y el
consecuencial reintegro de los dineros que tuvo que pagar al señor Joselín Bonilla
Acuña, como resultado de la condena de que esa entidad fue objeto dentro de la
acción de nulidad y restablecimiento del derecho que aquél promovió en su contra,
por los perjuicios causados con la expedición de los actos administrativos mediante los
cuales se suprimió el cargo de auxiliar operativo, nivel operativo, grado 2, de la Unidad
Administrativa, para el cual había sido nombrado.
2.3.3. El Ministerio Público solicitó que no se acceda a las pretensiones, toda vez que, en
su concepto, no se acreditó uno de los requisitos imprescindibles para la procedencia
de la repetición, esto es, el pago de la obligación (f. 311 a 322, c. 1).
“Si bien se estableció que la señora MARIA JESÚS ORTIZ QUINTERO fue
nombrada en el cargo de Directora del FONDO DE BIENESTAR SOCIAL DE LA
CONTRALORIA GENERAL DE LA REPÚBLICA como consta en el acuerdo No. 040
de 22 de septiembre de 1998, Acuerdo No. 053 del 31 de agosto de 1999 y No.
004 de febrero 29 de 2000, quien tomó posesión del mismo, en fechas 30 de
septiembre de 1998 y 29 de febrero de 2000, lo cierto es que no obra
certificación alguna que indique que desde la fecha de la primera posesión (30
de septiembre de 1998 y la segunda 29 de febrero de 2000) permaneció en el
mencionado cargo, pues obra un acuerdo de designación de fecha 31 de
agosto de 1999, sin que se observe acta de posesión respecto del mismo.
“En lo tocante al señor MARIO JIMENEZ GAYON, se tiene que fue encargado
del cargo de asesor nivel directivo asesor grado 21 de la Dirección General del
Fondo de Bienestar Social de la Contraloría General de la República en
resolución No. 1322 de 12 de febrero de 1999, mientras se provee el cargo, sin
embargo no se cuenta con certificación de que continuara en el cargo para
los meses de julio agosto y septiembre de 1999 en que fueron expedidos los
actos administrativos anulados” (se resalta, f. 398. c. 3).
2.6.1. La parte actora aseguró que los ex funcionarios demandados actuaron con dolo
al continuar con el proceso de reestructuración de la planta de ese Fondo de Bienestar
y suprimir el cargo del señor Joselín Bonilla Acuña, aun cuando las normas que sirvieron
de fundamento para iniciar ese proceso ya no existían para ese momento; en
consecuencia, solicitó que se acceda a las pretensiones (f. 415 a 420, c. 3).
2.6.2. Los demandados y el Ministerio Público guardaron silencio (f. 425, c. 3).
3. De la acumulación
Estando ambos procesos para proferir fallo de segunda instancia, mediante auto del 6
de abril de 2017 1 se decretó de oficio su acumulación, para que sean decididos
conjuntamente (f. 385 a 386, c. 3).
II. CONSIDERACIONES
1. Normatividad aplicable
La Sala advierte que los hechos y actos debatidos en este proceso tuvieron lugar: (i) el
14 de junio de 1999, cuando el Consejo Directivo del Fondo de Bienestar Social de la
Contraloría General de la República expidió el Acuerdo 52, por medio del cual
estableció la planta de personal y suprimió unos cargos de dicha entidad, y (ii) el 7 y el
14 de septiembre 1999, fechas en las que se expidieron los oficios 118500-1606 y 118500-
1776, mediante los cuales se informó a los interesados la supresión de sus cargos. Como
se ve, todo ocurrió antes de la expedición de la Ley 678 de 2001 2; por lo tanto, esta
última norma no es aplicable en los aspectos sustanciales de este caso.
“Teniendo en cuenta que los hechos del caso que ocupa la atención de la
Sala ocurrieron con anterioridad a la expedición de la Ley 678, expedida el año
2001, norma que, como se dijo, contiene la regulación actualmente vigente
acerca de la acción de repetición, debe la Sala establecer cuál es la
normatividad que resulta aplicable al caso concreto.
“En virtud del principio general de irretroactividad de las leyes, salvo las que
establecen normas procesales, principio que se erige con el fin de garantizar la
seguridad jurídica y el derecho constitucional al debido proceso 3, la Sala ha
sostenido 4 que (sic) por cuanto la Ley 678 regula tanto los aspectos sustanciales
como los procesales de la acción de repetición, se ha de precisar cuáles son
las normas aplicables respecto de cada uno de dichos aspectos:
preexistentes al acto que se imputa, ante juez o tribunal competente y con observancia de la plenitud de las formas
propias de cada juicio”.
Sobre el particular la Corte Suprema de Justicia ha sostenido que “las leyes han de tener efecto de aplicación para lo
porvenir y no para el pasado, a menos que el legislador expresamente diga lo contrario, lo que equivale a decir que
ellas en principio no tienen efecto retroactivo” (Casación Civil, sentencia de mayo 24 de 1.976).
4 Sentencia del 31 de agosto de 2.006 (expediente 28.448).
“i) En cuanto a las normas sustanciales, se tiene que las normas aplicables para
dilucidar si el demandado actúo (sic) con culpa grave o con dolo, (sic) serán
las vigentes al tiempo en que tuvo lugar la conducta del agente estatal.
“ii) En cuanto a las normas procesales, por ser estas de orden público y regir a
futuro con efecto general e inmediato, se aplican las contenidas en la Ley 678,
tanto para los procesos que se encontraban en curso al momento en que
empezó su vigencia, como, desde luego, a los que se iniciaron con
posterioridad a dicha vigencia, con excepción de ‘los términos que hubieren
empezado a correr, y las actuaciones y diligencias que ya estuvieren iniciadas’,
los cuales ‘se regirán por la ley vigente al tiempo de su iniciación’ 5.
- La calidad de agente del Estado y la conducta desplegada por éste como tal,
determinante del daño causado a un tercero, la cual haya generado una condena o
la obligación de pagar una suma de dinero derivada de un acuerdo conciliatorio,
transacción o cualquier otra forma de terminación de un conflicto;
Los tres primeros requisitos son de carácter objetivo y frente a ellos resultan aplicables
las normas procesales vigentes al momento de la presentación de la demanda. Por su
diciembre de 2006 (expediente 22.189), de 3 de diciembre de 2008 (expediente 24.241) de 26 de febrero de 2009
(expediente 30.329) y de 13 de mayo de 2009 (expediente25.694), entre otras.
parte, la conducta dolosa o gravemente culposa corresponde a un elemento
subjetivo que se debe analizar a la luz de la normativa vigente al momento de la
ocurrencia de la actuación u omisión determinante del pago por cuya recuperación
se adelanta la acción de repetición.
Si bien es cierto que el artículo 267 del C.C.A. faculta al juez administrativo para que
acuda a las normas de procedimiento civil, como en efecto lo hizo el a quo, también
es cierto que dicha remisión está contemplada solo para aquellos casos en que se esté
ante aspectos o temas no regulados en el C.C.A. que, debe recordarse, es norma
especial que rige los procesos contencioso administrativos; por lo tanto y teniendo en
cuenta que el numeral 9 del artículo 136 de este último código regula el término de la
caducidad para la acción de repetición, se torna innecesario acudir al procedimiento
civil.
8 “En sentencia del 23 de noviembre de 2005 (expediente 15.745), la Sección Tercera el Consejo de Estado dijo (se
transcribe textualmente): 'No ha existido en la normatividad contencioso administrativa disposición alguna que sujete la
posibilidad de que se impida la consolidación de la caducidad de la acción, a la notificación en un plazo determinado
del auto admisorio de la demanda; y mal podría traerse tal requisito del procedimiento civil cuando no existe vacío
alguno en la reglamentación procedimental administrativa sobre este punto.
“La anterior interpretación se hace extensiva al inciso primero del artículo 94 del
Código General del Proceso, pues aun con la expedición de la Ley 1437 de
2011 y derogado el Decreto 01 de 1984, la jurisdicción de lo contencioso
administrativo cuenta con una regulación completa sobre la forma de
contabilizar el término de caducidad”.
'En consecuencia, teniendo la caducidad de la acción una regulación en el Código Contencioso Administrativo, no es
de recibo acudir al Código de Procedimiento Civil, y de acuerdo con ello, dicha figura no opera en el sub lite'”.
9 “Será causal de mala conducta de los funcionarios encargados de ejecutar los presupuestos públicos, pagar las
apropiaciones para cumplimiento de condenas más lentamente que el resto. Tales condenas, además, serán
ejecutables ante la justicia ordinaria dieciocho (18) meses después de su ejecutoria” (se resalta).
25 de agosto de 2003 10. Así, teniendo en cuenta que la demanda se presentó el 15 de
junio de 2005, puede concluirse que ésta se interpuso dentro del término previsto por la
ley, pues el plazo para hacerlo iba hasta el 26 de febrero de 2007.
10 F. 53, c. pbas.
11 F. 57, c. pbas. 2.
12 Corte Constitucional, Sentencia C-285 de 2002. Esa misma Corte, en sentencia C-778 de 2003, la definió “como el
medio judicial que la Constitución y la ley le otorgan a la Administración Pública para obtener de sus funcionarios o ex
funcionarios el reintegro del monto de la indemnización que ha debido reconocer a los particulares como resultado de
una condena de la jurisdicción de lo contencioso administrativo por los daños antijurídicos que les haya causado”.
• Que se encuentre claramente establecido que el daño antijurídico se
produjo como consecuencia de la conducta dolosa o gravemente culposa
del funcionario o ex-funcionario público;
Así las cosas, para que proceda la acción de repetición, es necesario que el Estado
haya sido condenado o haya convenido en la reparación de un daño antijurídico
causado con la conducta dolosa o gravemente culposa de un agente o de un ex
agente público, y que la entidad haya pagado, efectivamente, la suma ordenada por
el juez en la respectiva sentencia o la convenida en una conciliación, transacción o al
terminar un conflicto. Todo esto debe ser probado en el proceso por la entidad
demandante, mediante las copias de la sentencia ejecutoriada que impuso la
condena, de los actos administrativos que reconocieron la indemnización y de los
documentos que demuestren, de manera idónea, la cancelación del valor de la
condena. De no acreditarse en debida forma los anteriores presupuestos, las
pretensiones de la demanda no estarán llamadas a prosperar y se imposibilitarán la
13 Sentencias del 27 de noviembre de 2006 (expediente 18.440), del 6 de diciembre de 2006 (expediente 22.189), del 3
de diciembre de 2008 (expediente 24.241), del 26 de febrero de 2009 (expediente 30.329), del 13 de mayo de 2009
(expediente 25.694), entre otras.
declaratoria de responsabilidad del funcionario estatal y la condena a resarcir el daño
causado al patrimonio público.
4. El caso concreto
Mediante Acuerdo 52 del 14 de julio de 1999, el señor Carlos Ossa Escobar, en calidad
de Presidente del Consejo Directivo del Fondo de Bienestar Social de la Contraloría
General de la República, y la señora María Jesús Ortiz Quintero (acá demandada), en
calidad de Secretaria, suprimieron varios cargos y establecieron la nueva planta de
personal de ese fondo (f. 49 a 54, c. pbas. 2).
Ahora bien, con el ánimo de acreditar los pagos de las obligaciones impuestas, el
Fondo de Bienestar Social de la Contraloría aportó al proceso los siguientes
documentos:
- Resolución 273 del 16 de diciembre de 2004, por medio de la cual dio cumplimiento a
una sentencia y ordenó el reconocimiento y pago de $118'905.325,13 a favor de la
señora Evelin de Jesús Toro, a través de su apoderada, y $10'804.300 a la cuenta de
Porvenir. Respecto del primer pago, ordenó que se consignara en la cuenta corriente
626000509 del BBVA, cuya titular era la apoderada de doña Evelin (f. 56 a 76, c. 1).
- Resolución 270 del 15 de diciembre de 2004, aclarada mediante las resoluciones 293
del 27 de esos mes y año y 58 del 21 de abril de 2005, por medio de la cual, con el fin
de dar cumplimiento a la sentencia del 19 de abril de 2002, ordenó el pago de
$63'938.231,42 a favor del señor Joselín Bonilla Acuña, a través de su apoderado, y
$7'175.369 a la cuenta del Seguro Social. Respecto del primer pago, ordenó hacerlo en
la cuenta corriente 020-015037146 del banco Lloyds TSB Bank, cuyo titular era el
apoderado del señor Bonilla (f. 25 a 45, 23 a 24 y 17 a 19, c. 2).
“Que por medio de las Ordenes de Pago No. 1046 y 1047, del día 5 de mayo de
2005, fue cancelado AL INSTITUTO D SEGURO SOCIAL … el valor de
$7.175.369.oo por medio de cheques No 2612 de la corporación Davivienda
por la suma de $4.713.099.oo y el cheque No 63624751 del Gran Banco por
$2.462.270.oo, ambos del 6 de mayo de 2005, por concepto de liquidación de
aportes pensionales, de la Indemnización en cumplimiento de una sentencia
del Tribunal Contencioso Administrativo al funcionario JOSELIN BONILLA ACUÑA
…” (f. 14, c. 2).
“Que por medio de la Orden de Pago No. 3456, del día 29 de diciembre de
2004, fue cancelado a LUIS FERNANDO VILLEGAS GUTIERREZ … el valor de
$63.938.231.42 por medio de transferencia electrónica No 428, del 29 de
diciembre de 2004, consignado a la cuenta corriente No 020015037146000 del
BANCO LLOYDS TSB BANK, por concepto de Indemnización en cumplimiento de
una sentencia del Tribunal Contencioso Administrativo al funcionario JOSELIN
BONILLA ACUÑA …” (f. 20, c. 2).
- Un certificado de Lloyds TSB Bank en el que consta que el titular de la cuenta corriente
020015037146000 es el señor Luis Fernando Villegas Gutiérrez (f. 46, c. 2).
“El artículo 1625 del Código Civil establece una enumeración, no taxativa, de
los modos de extinción de las obligaciones dado que toda obligación esta
llamada a ser cumplida y por lo tanto a extinguirse a través de la ejecución de
la prestación debida. Dentro de ese listado previsto en la norma está
contemplado el pago, modo de extinción de la obligación entendido como la
ejecución total de la prestación debida. Es decir, para que exista el pago es
menester la preexistencia de una obligación entendida como el vínculo jurídico
existente entre dos sujetos de derecho, en la cual se busca la satisfacción del
acreedor y la liberación del deudor a través de la materialización de una
prestación de dar, hacer o no hacer.
También ha sostenido esta Sala que la sola resolución que ordena el pago de la
condena impuesta a la Administración no se puede considerar como prueba idónea y
suficiente de la cancelación de la obligación 15, de manera que ha exigido a la parte
interesada allegar oportunamente un documento que dé cuenta de que el acreedor
efectivamente recibió el valor de la indemnización y que, en efecto, las partes están a
paz y salvo con ocasión de la extinción de la obligación impuesta a cargo de la
entidad.
Así las cosas, si bien es cierto que el Fondo de Bienestar Social de la Contraloría General
de la República allegó las resoluciones por medio de las cuales ordenó el pago de la
correspondiente condena impuesta a favor de los señores Evelin de Jesús Toro y Joselín
Bonilla Acuña, también es cierto que, a la luz de la jurisprudencia mencionada, dichos
documentos no son suficientes para acreditar que realizó los respectivos pagos.
Ahora, en cuanto a los otros documentos allegados por la parte demandante, esto es,
las constancias y los comprobantes de pago, la Sala advierte que no se encuentran
firmados por los acreedores de la obligación; de esta manera, no se puede entender
con ellos que los señores Evelin de Jesús Toro y Joselín Bonilla Acuña, ni sus apoderados,
recibieron el valor de la indemnización reconocida por la jurisdicción administrativa y,
en efecto, tampoco se puede considerar que la parte actora cumplió con las
obligaciones que le correspondían, mediante pago, ni mediante otro mecanismo de
extinción de la misma.
Agrégase a lo anterior que, en relación con el pago que debía realizarse al fondo de
pensiones y seguridad social, a nombre del señor Joselín Bonilla Acuña, el
establecimiento financiero Davivienda, previa solicitud expedida de oficio por el
III. COSTAS
RESUELVE:
16 Mediante autos del 25 de abril de 2014, del 27 de febrero de 2015 y del 8 de mayo del mismo año (f. 324, 359, 373 a
378, c. 2).
17 “Incumbe a las partes probar el supuesto de hecho de las normas que consagran el efecto jurídico que ellas
persiguen”.
SEGUNDO: CONFÍRMASE la sentencia del 17 de septiembre de 2015, proferida dentro
del proceso con radicación 2005-01452-01 por el Tribunal Administrativo de
Cundinamarca, pero por las razones expuestas en esta providencia.