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La energía del Cielo se nutre a través de la respiración, aquello que los hindúes

llaman Prana. Por otro lado, la energía de la respiración se denomina Chi del
Cielo, y es a través de ella que nos llegan todas las partículas de luz e
información que se encuentran circulando por el universo. El Chi de la Tierra
nos llega a través de la nutrición y el Chi Esencial es el que atesoramos en
nuestra información genética.

Las tres energías conforman una trinidad energética que, desde la metafísica, se
las denomina los "Tres Tesoros": la energía espiritual que llega a través del Cielo,
la energía física materializada mediante el cuerpo en la alimentación, y la energía
ancestral, por medio de nuestros padres, hoy llamada "información genética".

A su vez, la energía se diversifica en cinco movimientos que son conocidos con el


nombre de cinco "elementos" o "movimientos" de la naturaleza.

Los orígenes filosóficos de la cosmovisión china tienen sus raíces en el taoísmo y


se basan principalmente, en la observación de los fenómenos en la naturaleza.
Estos cinco elementos o movimientos presentan características propias y
particulares, pero se encuentran relacionados entre sí, corroborando de esta
forma su pertenencia al macrocosmos.

Mediante la teoría de los cinco movimientos, la medicina tradicional china explica


la relación de la naturaleza -considerando los ciclos que ésta cumple a su paso a
través de las estaciones y los períodos de vida- con el organismo humano -
tomando en cuenta sus aspectos físico, mental, emocional y espiritual-.

En la medida en que el hombre convive con el medio ambiente, con diversas


condiciones climáticas y geográficas, entre otras, mantiene una interrelación con
todo aquello que lo rodea y con su interior. Esto nos da una idea cabal acerca del
hecho de que no nos encontramos separados del universo, sino que lo integramos
como parte de su energía, la cual es indivisible.

Partiendo de esta consideración, es posible relacionar la fisiopatología de los


órganos, el medio ambiente, las emociones y los pensamientos. Éstos se clasifican
en cinco categorías, las cuales son explicadas a partir de cinco elementos básicos
de la naturaleza y sus interrelaciones. Por ejemplo, teniendo en cuenta los
procesos dinámicos de estos elementos tomados en su naturaleza individual,
podemos interpretar así la visión de los mismos:

Tabla 1
Los cinco elementos o movimientos

Madera Acción, crecimiento, flexibilidad, fuerza, entre otros


Fuego Calor, inestabilidad, movimiento, ascensión, entre otros
Tierra Fertilidad, firmeza, fecundidad, entre otros
Metal Dureza, determinación, conducción, entre otros
Agua Fluidez, descenso, persistencia, entre otros
A su vez, cada uno de éstos presenta aspectos Yin y Yang, los cuales generan un
balance energético. Esta explicación se basa en la filosofía taoísta y no sólo hace
a la medicina, sino que se utiliza para todas las áreas de la vida: la construcción -
Feng Shui-, la política, la familia, la organización y la cultura, entre muchas otras.
Todo lo que existe puede ser elaborado mediante la teoría del Yin y Yang y la de
los cinco elementos.

Tal como nos muestra el cuadro anterior, cada elemento corresponde a una
estación del año, un color, un sabor, una característica emocional, una
característica mental, un órgano, un movimiento, entre otros. A su vez, cada uno
alimenta al siguiente y éste es alimentado por el anterior como en la relación
madre-hijo. Éstos son igualmente dominadores y dominados -estrella interior-.
De esta manera, la Madera genera Fuego, el Fuego produce Tierra -cenizas-, de la
Tierra se extrae el Metal, y el Metal -transpiración- crea Agua para que ésta a su
vez, alimente la Madera -árbol-. En el ciclo de dominancia, la Madera domina a
la Tierra a través de sus raíces, la Tierra absorbe al Agua, el Agua apaga el Fuego
y éste funde el Metal, el cual corta la -Madera, cerrándose a sí el ciclo de
dominancia.
Como podemos ver nada es totalmente independiente y todo está
interrelacionado. De la misma forma que no podemos separar nuestro cuerpo de
nuestra mente y emociones, éstas no pueden separarse de la naturaleza.

Las emociones son tan importantes en el mantenimiento de la salud como lo


pueden ser para la creación de una potencial enfermedad. Las principales
causas internas de desequilibrio son de naturaleza psicológica. En este sentido,
podemos decir que las emociones no son ni buenas ni malas, sino que
simplemente, cuando se salen de control, pueden llegar a ocasionar problemas
energéticos, desembocando luego en un problema orgánico funcional.

Cabe aquí analizar las distintas estaciones del año para ver claramente lo que
acabamos de plantear.

La primavera es la época en que todo nace; los brotes comienzan a salir; el clima
comienza a calentarse, pero es también un período durante el cual los brotes
emocionales se encuentran muy a flor de piel. El color verde es el que la
representa ya que los brotes son de ese color cuando nacen, pero también la
vesícula biliar genera un fluido verde. La ira es la emoción que domina esta
estación, controlando también al hígado y la vesícula biliar. Es necesario poseer
la ira porque nos mueve hacia la acción, genera actitudes y empuje para
comenzar tareas, actividades o emprendimientos. Sin embargo, cuando la ira o el
enojo son excesivos o recurrentes pueden influir negativamente sobre la energía
del hígado.

La energía de este órgano se manifiesta en los ojos, de allí que la mayoría de las
enfermedades de la vista se relacionen con el hígado. Éste también contiene la
energía Hun -espíritu ancestral-, el cual se refleja a través de los órganos de la
visión. De esto surge el dicho: “Los ojos son el espejo del alma”.

El punto cardinal que representa este elemento es el este: allí donde todo nace y
donde comienza el día. Dado que se corresponde con el Nacimiento, se lo toma
como el primer elemento del ciclo.

Generalmente, el verano es la época del año durante la cual las personas


comienzan a disfrutar más y a alegrarse con más frecuencia, si bien es también
un momento de mayor inestabilidad. Es precisamente el período cuando los
frutos empiezan a madurar.

El color que identifica a esta estación es el rojo, color que simboliza la sangre y el
corazón mismo. El clima predominante en esta estación es el calor y, el punto
cardinal que lo representa es el sur. Dado que en el sur del planeta existe un
continente, éste simboliza el calor.

Ésta es una época donde predominan la alegría y la euforia, siendo el corazón el


órgano que se ve afectado ya que tiene que soportar la mayor sobrecarga de
trabajo. Este elemento representa la comunicación y el calor humano, y su
manifestación es la risa. Por otra parte, se corresponde con el desarrollo y,
respecto del ser humano, se la relaciona con la adolescencia.
Al terminar el verano, suele producirse lo que llamamos el veranillo. Según los
chinos, éste se corresponde con la quinta estación: la canícula. La Tierra es el
elemento que la representa. Es una época húmeda, típica de todos los cambios
de estación.

La reflexión o preocupación excesivas, así como la sobreestimulación mental e


intelectual, influyen sobre el bazo, el páncreas y el estómago. Su manifestación
se observa en la boca.

Los chinos relacionan esta estación con el centro, siendo su color el amarillo ya
que para ellos este color representaba al emperador, centro de toda su atención.
La etapa que corresponde a esta estación es la de la reproducción debido a que es
la época en que se cosechan los frutos y es entonces el momento de reproducirse
para el ser humano.

Generacionalmente, a la canícula le sigue el otoño, cuyo elemento es el Metal, y


los órganos asociados son el pulmón y el intestino grueso. Durante este período,
todo comienza a decrecer, de manera que se lo puede asociar con la adultez en el
ser humano. Las hojas caen y la energía comienza a interiorizarse. El punto
cardinal de representación es el oeste, donde el sol declina.

El color correspondiente a este elemento es el blanco, ya que al fundirse el Metal


se torna blanco. La emoción característica es la tristeza o angustia. También la
melancolía y el pesar entran dentro de esta categoría. Esta estación se manifiesta
a través de la nariz, órgano por el cual se recibe la energía Chi del Cielo y que
llega a los pulmones.

Al finalizar el otoño, comienza el invierno y con él toda la energía se interioriza,


con lo cual todo el organismo funciona en una forma más lenta. El elemento que
le corresponde es el Agua y los órganos asociados son el riñón y la vejiga. Las
emociones relacionadas son el miedo, el temor y en desequilibrio, el pánico.

El punto cardinal que lo representa es el norte, debido a que el norte de nuestro


planeta está compuesto de agua y allí impera el clima frío. En este momento, al
llegar al sur, toda la energía decae para comenzar un nuevo ciclo en primavera
cuando todo renace nuevamente. Podemos relacionar esta estación con la vejez
del ser humano, momento en el que sobreviene la muerte para comenzar un
nuevo ciclo con el nacimiento de la primavera.

En el siguiente gráfico, veremos representadas las correspondientes estaciones,


observando que el centro simboliza a la canícula, a la que le pertenecen los 18
días de cambio entre estaciones.
El canon de la medicina china lo explica de la siguiente forma:

El cosmos dispone de cuatro estaciones y de cinco movimientos para


producir el nacimiento, el desarrollo, declinar, estagnación y para
engendrar las cinco energías: viento, calor, humedad, sequedad y frío.
El hombre tiene cinco órganos que engendrarán sus cinco energías
internas: cólera, alegría, preocupaciones, tristeza y miedo 1.

Estos principios son importantes para la psicoterapia y son la base de la


terapéutica holística. La energía circula por nuestro cuerpo representando estos
cinco elementos y las polaridades Yin y Yang, por medio de los llamados
meridianos de energía.

Los principales meridianos son 12, de los cuales seis corresponden a la energía
Yin –Tierra- y los seis restantes, pertenecen a la energía Yang -Cielo-.

Como dijimos al principio, el universo está dividido en estas dos polaridades. Por
otra parte, se encuentra comprendido dentro de los cinco movimientos, cada uno
de los cuales posee órganos asociados. De esta manera, la energía de estos
movimientos circula por una determinada área de nuestro cuerpo, con energía
ascendente en el caso de los meridianos Yin y, con energía descendente, en los
meridianos Yang.

Mientras que la energía Yin ascenderá desde la Tierra hacia el Cielo, por la parte
anterior del cuerpo, la energía Yang descenderá desde el Cielo a la Tierra por la
parte posterior del cuerpo.

1
Texto tomado de las antiguas escrituras incluidas en el libro del Prof. Nguyen Van Nghi, Patogenia y
patología energéticas en medicina china, Editorial Cabal, Madrid, 1981.
Todos los meridianos principales son bilaterales, de modo que estarán
representados en ambas partes de nuestro cuerpo -izquierda y derecha- tomando
como eje la línea central, la cual tiene a su vez, dos vasos maravillosos que la
circundan. Dado que todo tiene su polaridad, éstos también son Yin (cara
anterior) y Yang (cara posterior).

Energéticamente, nuestro cuerpo se


encuentra representado por un mapa con
las siguientes características.

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