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Cómo armar una sociedad: infraestructura y superestructura.

Según Marx, el pensamiento, las creencias, el arte, las leyes... la cultura toda es un producto
histórico. Mejor dicho: es un producto del sistema económico y social de cada cultura y época
concreta.

A esta teoría se le llama "materialismo histórico", pues supone que todo lo que produce
históricamente el hombre está en función de la base material o económica.

Al sistema económico y social le llaman los marxistas "infraestructura". Esta infraestructura


determina con qué fuerzas productivas cuenta una sociedad (con qué materias primas, tierras,
fábricas, trabajadores, capital, etc.) y, sobre todo, cómo se relaciona la gente con estas fuerzas
productivas (quiénes las poseen, quiénes se limitan a trabajar, cómo se organiza el trabajo...), es
decir, cuáles son las clases sociales(propietarios, trabajadores...).

Todos los demás elementos que componen una sociedad (la política, las costumbres, la religión,
etc.) dependen, según Marx, de la infraestructura económica y social, y tienen la importante
función de legitimar y justificar dicha infraestructura. A estos elementos políticos e ideológicos
(costumbres, creencias, ideas, etc.) se les denomina "superestructura".

La superestructura política (el sistema de gobierno, el derecho, la policía, etc.) tiene la función
de dar cobertura institucional al orden social y económico, estableciendo las leyes apropiadas
para que dicho orden se mantenga.

La superestructura ideológica comprende muchas cosas: la moral y las costumbres, los ritos y
fiestas, la educación, el arte, las creencias religiosas, incluso la ciencia y la filosofía. Su misión
es justificar y convencer a la gente de la validez y necesidad del orden social establecido,
desactivando las ideas y conductas contrarias al mismo (ocultando, para ello, las contradicciones
y tensiones inherentes a dicho sistema).

Veamos algunos ejemplos.

En la sociedad feudal, lainfraestructuradeterminaba que la propiedad de las fuerzas


productivas (que era, sobre todo, la tierra y los siervos) perteneciera a la nobleza y el alto clero.
Las relaciones de producción eran claramente desiguales, de manera que unos pocos (los
propietarios de la tierra) vivían del trabajo de otros (los campesinos), dándose así dos clases
sociales bien diferenciadas.

En cuanto a la superestructura, la sociedad feudal se caracteriza por la filosofía y la religión


cristiana, el arte medieval, la monarquía absoluta y muchos otros... Todos estos elementos
servían para justificar y legitimar el modo de producción y el orden social feudalista.

Así, la idea de un Dios único y todopoderoso que gobernaba el mundo servía para justificar la
monarquía absoluta (en la que una única persona, el rey, gobernaba a todos). La monarquía
imponía leyes que, a su vez, protegían e institucionalizaban la diferencia social entre señores y
siervos y el modo de producción imperante. La ideología medieval servía, además, para
desactivar las tensiones sociales y evitar rebeliones, inculcando la idea del origen divino de la
estructura social y política, y la reparación de las injusticias en "otro mundo" (en el Reino de
Dios).
En la sociedad capitalista(que es lo que más interesa a Marx), la propietaria de las fuerzas
productivas es la burguesía, y lasrelaciones de producciónson también de dominación y
explotación de una clase(los proletarios) por la otra (la burguesía).

Los obreros, dueños tan solo de su fuerza de trabajo, la venden al burgués por una cantidad
menor a la de los beneficios que se obtienen de ella (a la diferencia entre el salario y el beneficio
que obtiene el burgués le llama Marx "plusvalía").

De otro lado, la ideologíaburguesa cumple la función de justificar el orden social capitalista y


burgués. La filosofía de Hegel, por ejemplo, afirma que el Estado moderno es la "realización"
política de la racionalidad, con lo que no cabe oponerse racionalmente a él (aunque en realidad
ese Estado no hace, según Marx, sino representar los intereses económicos de la burguesía
dominante).
La mentalidad o ideología moderna alienta también la libertad individual y hace a cada
individuo responsable de su situación económica, cuando en realidad esto es incierto, pues los
obreros, en cuanto desposeídos de la propiedad de los medios productivos, carecen de casi toda
posibilidad de liberarse de su situación.

Más aún, la cultura burguesa, con su arte amable y, diríamos hoy, con toda la inmensa industria
del entretenimiento cultural, procura que los obreros permanezcan ajenos e inconscientes de su
situación, generando la necesaria conformidad para que la "máquina" capitalista siga
funcionando.

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