Você está na página 1de 2

Cuando el CPVO perdió la concordancia

Tradicionalmente, se ha aceptado y defendido que el CPVO es el argumento que expresa


concordancia con un sujeto u objeto. Así pues, en los ejemplos (1) y (2) el CPVO
concuerda con el sujeto y el objeto respectivamente:

(1) Juan llegó cansado.


(2) Juan encontró al niño muerto.

Esta postura parece ser respetable y práctica ya que funciona en la mayoría de casos
prácticos que nos encontramos en el día a día. Pero, ¿Qué ocurre con los ejemplos (3),
(4), (5), (6), (7), (8) y (9)?

(3) Juan envió la carta sin sello.


(4) Juan encontró al hombre en ropa interior.
(5) Juan dejó su casa en herencia.
(6) Juan dejó a mi madre a cargo de mi padre.
(7) Juan pintó la niña a caballo.
(8) Juan trabaja de/como camarero.
(9) Juan consideró a mi madre como responsable.

Aunque los ejemplos (8) y (9) muestran concordancia, están introducidos por una
preposición, como los ejemplos anteriores, lo que no está contemplado por la teoría
tradicional de que el CPVO es ese argumento que muestra concordancia y no está
introducido por una preposición. Lo que yo defiendo es que el CPVO es el argumento
que muestra una PREDICACIÓN SECUNDARIA del sujeto/objeto, independientemente de
si está introducido o no por una preposición o si muestra o no concordancia.
Desgraciadamente (o por fortuna) el castellano es una lengua con una morfología muy
activa, lo cual dificulta, a veces, posibles análisis. Yo pienso que afirmar que el CPVO es
aquel argumento que concuerda necesariamente con un sujeto/objeto es no ver más allá
de la realidad lingüística del castellano. En otras lenguas, como el inglés, el CPVO se
entiende como un RESULTATIVE, es decir, un resultado (predicación) de un
sujeto/objeto. Lenguas como el inglés no tienen este problema, al ser lenguas analíticas.
Así pues, la predicación secundaria en los ejemplos anteriores es la siguiente:

(10) a. Juan envió la carta sin sello.


b. La carta ESTABA sin sello.
(11) a. Juan encontró al hombre en ropa interior.
b. El hombre ESTABA en ropa interior.
(12) a. Juan dejó su casa en herencia
b. Su casa HA SIDO/SERÁ/SERÍA … heredada.
(13) a. Juan dejó a mi madre a cargo de mi padre
b. Mi madre ESTABA a cargo de mi padre
(14) a. Juan pintó la niña a caballo
b. La niña ESTABA a caballo.
(15) a. Juan consideró a mi madre como responsable.
b. Mi madre ERA responsable.
También se ha afirmado que el CPVO es un argumento opcional (no argumental). Yo
también creo que esta postura es discutible, ya que ¿Qué función le damos al argumento
“inteligente” en (16) y (17)?

(16) Juan me considera inteligente (vs. *Juan me considera).


(17) Juan me cree inteligente (vs. *Juan me cree).

En definitiva, el CPVO es ese argumento (opcional o no) con concordancia (o no) con un
sujeto/objeto e introducido (o no) por una preposición, pero que muestra,
necesariamente, una PREDICACIÓN SECUNDARIA del argumento que modifica. Es
crucial, pues, respetar la consideración clásica de que el CPVO es exterior al SN/SPREP
que modifica:

(18) a. Juan envió la carta sin sello.


b. Juan LA envió sin sello.
(19) a. Juan encontró al hombre en ropa interior.
b. Juan LO encontró en ropa interior.
(20) a. Juan dejó su casa en herencia.
b. Juan LA dejó en herencia.
(21) a. Juan dejó a mi madre a cargo de mi padre.
b. Juan LA dejó a cargo de mi padre.
(22) a. Juan pintó la niña a caballo
b. Juan LA pintó a caballo.
(23) a. Juan consideró a mi madre como responsable
b. Juan LA consideró como responsable.



Josep Ausensi Jiménez

Você também pode gostar