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3 Muestreo y cuantificación
Cuantificación de imágenes
Cuantificación de imágenes I
Las imágenes reales son continuas. Para poder trabajar con ellas con un ordenador,
será necesario digitalizarlas. Este proceso comprende dos fases principales: el muestreo
y la cuantificación. El muestreo es la parte encargada de integrar en puntos la
información que se halla en un área determinada. Estos puntos en los que se integra el
área son los elementos más pequeños en que se divide una imagen: los píxeles (Picture
Elements). Una vez muestreada la imagen, será necesario codificar digitalmente el color
integrado en cada píxel. Esta codificación de colores es lo que se denomina
'cuantificación' de la imagen.
Si por ejemplo decidimos codificar cada componente con 8 bits, obteniendo 256
niveles de color posibles para cada una de las componentes, necesitaríamos 24 bits para
codificar el color de cada uno de los píxeles. Estos 24 bits nos dan la posibilidad de
alcanzar hasta 16,7 millones de colores diferentes.
Hemos de tener en cuenta, sin embargo, que será necesario guardar nuestra
imagen en un medio de almacenamiento. Si suponemos una imagen de tamaño normal
que podría tener unas dimensiones de 512x256 píxeles, serían necesarios:
512x256x8x3=3 Mb
Los conos se concentran en una región cerca del centro de la retina llamada fóvea,
y son aproximadamente 6 millones; algunos de ellos tienen una terminación nerviosa
que va al cerebro. Son los responsables de la visión del color. Existen tres tipos de
conos, sensibles a los colores rojo, verde y azul, respectivamente. Esta es la razón por la
que uno de los sistemas colorimétricos más utilizados sea el RGB. Los conos, dada su
forma de conexión a las terminaciones nerviosas que se dirigen al cerebro, son los
responsables de la definición espacial. Además son poco sensibles a la intensidad de la
luz y proporcionan visión fotópica (visión a altos niveles).
Los bastones son los responsables de la visión escotópica (visión a bajos niveles).
La cantidad de bastones se sitúa alrededor de 100 millones y no son sensibles al color.
Los bastones son mucho más sensibles que los conos a la intensidad luminosa y son los
responsables de la visión nocturna. Son, además, los encargados de la percepción de
imágenes monocromáticas, y dado que son mucho más numerosos el ojo es más
sensible a este tipo de imágenes.
-El ojo humano muestra una respuesta no lineal a los distintos colores, siendo más
sensible a la zona azul (experimento.jpg) del espectro (455-492 nm), moderadamente
sensible a la zona verde (492-577 nm) y menos sensible a la zona de los rojos (622-780
nm).
En 'escalera.jpg', vemos una imagen con tonos de gris muy variados, y no existen
zonas demasiado homogéneas o transiciones suaves de color, lo cual nos llevaría a la
aparición de artefactos. Debido a la ausencia de estas zonas, podríamos permitirnos
reducir la cuantificación de la imagen a 4, e incluso 3 bits, sin perder calidad subjetiva.