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La sociedad anónima (SA) y la sociedad de responsabilidad limitada (SRL) parten del concepto común de
sociedad capitalista, es decir, entidades en las que, con carácter general y salvo contadas excepciones, los
accionistas o socios no responden personalmente de las deudas sociales, estando su responsabilidad
limitada al importe de lo aportado a la sociedad.
En ocasiones puede surgir la duda de si es mejor optar por la sociedad limitada o por la sociedad anónima.
La elección entre la constitución de una u otra puede basarse, entre otras, en las siguientes cuestiones:
• La actividad a desarrollar (algunas actividades están reservadas por Ley a las sociedades anónimas,
también las que quieran cotizar en bolsa).
• El número de socios que van a formar parte de la sociedad (Siendo la SRL más adecuada para
actividades en las que se prevea la participación de pocos socios,sociedades familiares o de
profesionales, así como para desarrollar negocios con un pequeño desembolso inicial. La SA para
actividades en las que se prevea un gran número de socios, así como una mayor movilidad de
capital).
• El capital inicial.
• La mayor o menor rigurosidad en la constitución y funcionamiento de la sociedad (es decir, si se
prefiere más flexibilidad y menos controles a los socios y administradores, o al revés).
A continuación expongo una comparativa de ambos tipos societarios, destacando las principales diferencias
entre las SRL y las SA:
08/11/2017
2. INFORME SOBRE CONCURSO DE ACREEDORES :
El concurso de acreedores es una fórmula prevista en la ley para ayudar a empresas y a personas físicas que
pasan por situaciones difíciles para atender pagos, buscando soluciones para poder atender de la mejor
manera posible las deudas que mantienen con sus acreedores con el fin de ayudar a garantizar la
continuidad del negocio.
El concurso de acreedores se origina cuando una persona física o jurídica deviene en una situación de
insolvencia en la que no puede hacer frente a la totalidad de los pagos que adeuda.
En este procedimiento se protege más a los débiles, como los trabajadores, y se posterga a aquellos que
han tenido influencia en la mala situación económica o que puedan beneficiarse del concurso, por ejemplo,
administradores de las personas relacionadas con el concursado.
La nueva regulación concursal y los procedimientos que ella instaura tienen como único y absoluto objetivo
la conservación del patrimonio. Destaca el afán del legislador por evitar a toda costa, la desaparición de los
negocios y sus nefastas consecuencias. Por ello, y a pesar de que en algunos casos algunos acreedores
deban quedarse sin cobrar todo o parte de sus deudas, o tengan que esperar largo tiempo para cobrarlas, lo
más importante es que la actividad económica no desaparezca.
• Insolvencia Actual del deudor común: existe causa de Insolvencia cuando derivado de las pérdidas
de los ejercicios el patrimonio neto de la sociedad es inferior al 50% del Capital Social.
• Insolvencia Inminente del deudor común: Se encuentra en estado de Insolvencia Inminente el
deudor que prevea que no pueda cumplir regular y puntualmente sus obligaciones.
• Incumplimiento “Regular” de sus obligaciones exigibles (Acreedores Bancarios, Proveedores…)
• Incumplimiento generalizado de alguna de las obligaciones siguientes:
• Pagos de Obligaciones Tributarias exigibles durante tres meses anteriores a la solicitud de concurso.
• Cuotas de la Seguridad Social durante tres meses anteriores a la solicitud de concurso.
• Pagos de Salarios, Indemnizaciones y demás retribuciones derivadas de las relaciones de trabajo
correspondientes a las tres últimas mensualidades.
Sobre el deudor :
En caso de declaración de concurso voluntario, la LC dispone, como regla, que el deudor mantenga sus
facultades patrimoniales, aunque con la intervención de la administración concursal (que deberá dar su
conformidad a los actos realizados por el deudor). Tratándose de concurso necesario, la regla es la
suspensión de estas facultades del deudor, siendo sustituido en la disposición y administración de sus
bienes por la administración concursal (El juez del concurso, no obstante, podrá alterar estas reglas,
decidiendo en cada caso la medida (suspensión o intervención) que considere procedente (cfr. art. 40.4
LC)).
Cuando el concursado sea un empresario (persona física o jurídica), la declaración de concurso no impide la
continuación de la actividad empresarial que venía desarrollando, por el propio deudor o a través de la
administración concursal, salvo que el Juez ordene lo contrario (art. 44 LC). Si se ha decretado la simple
intervención de las facultades patrimoniales del concursado, éste será quien continúe al frente de la
empresa, si bien la administración concursal determinará los actos y operaciones relacionados con la
explotación ordinaria de la empresa que aquél puede realizar eficazmente sin su autorización o
confirmación.
La declaración de concurso puede también tener efectos sobre los derechos fundamentales del deudor:
intervención de su correspondencia y comunicaciones; deber de residir en la población de su domicilio;
necesidad de autorización judicial para poder acceder a determinados inmuebles, etc.
Se prevén, asimismo, determinadas normas especiales relativas a los efectos del concurso sobre el deudor
persona jurídica, que afectan al funcionamiento de sus órganos sociales (art. 48 LC).
Declarado el concurso, todos los acreedores del deudor concursado pasarán a integrar la llamada “masa
pasiva” del concurso (art. 49 LC).
El juez del concurso será el único competente para conocer de las acciones civiles con trascendencia
patrimonial que se interpongan tras la declaración del concurso frente al concursado, y también de
determinadas acciones sociales o laborales (cfr. art. 8 LC).
La declaración de concurso impide que los acreedores puedan iniciar nuevos procedimientos judiciales
ejecutivos contra el patrimonio del deudor, quedando en suspenso los que estuvieran en tramitación.
Tratamiento especial reciben los acreedores que sean titulares de créditos con garantía real (prenda,
hipoteca, etc.), que se caracterizan por tener reconocido un derecho de ejecución separada del bien sobre
el que recaiga la garantía.
Cuando la garantía recaiga sobre bienes afectos a la actividad empresarial o profesional del deudor, la LC
impone una suspensión temporal de la ejecución de esta clase de garantías (vid. arts. 56 y 57 LC).
Cuando un sujeto es declarado en situación de concurso, es importante determinar cómo afecta esta
circunstancia a todos los contratos que hubiera celebrado el deudor con anterioridad a dicha declaración
(arts. 61 y ss. LC).
En esta materia, la LC señala dos reglas básicas respecto a los contratos con obligaciones recíprocas (p.ej.,
una compraventa):
1) Si el contrato estuviera pendiente de cumplimiento sólo por una de las partes, porque la otra parte
ya hubiera cumplido las obligaciones que le incumbían, la obligación pendiente de cumplimiento
por el deudor, en su caso, se integrará en la masa pasiva del concurso (esto es, se considerará un
crédito concursal) y, si fuera el deudor quien ya hubiera cumplido, el crédito a su favor se integrará
en la masa activa del concurso.
2) Los contratos pendientes de cumplimiento por ambas partes, esto es, tanto por el deudor como por
la otra parte, como regla general seguirán en vigor y no se verán afectados por la declaración de
concurso. No obstante, la administración concursal puede solicitar del Juez su resolución, si ello
fuera lo más conveniente para el interés del concurso.
08/11/2017