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Adrian Aranda 4.378.

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La Banalidad del Mal como criterio de la Modernidad (Resumen)

El título de este resumen se basa en la tesis del sociólogo y filósofo Zygmunt


Bauman de que ​el Holocausto es el criterio de la Modernidad​. En su obra
Holocausto y Modernidad ​Bauman intenta fundamentar como la Shoah no podría
haber surgido en otra episteme que no sea la de la Edad Moderna tardía. Intentaré
hacer lo mismo en mi trabajo final pero focalizado en el concepto del “Mal Banal”.
Partiré de la tesis de Bauman de que la Modernidad es la condición necesaria del
Holocausto pero me apartaré de él en cuanto a la fundamentación dado que mi
trabajo consistirá en analizar estrictamente y concretamente el concepto de
Banalidad del Mal.
Para la siguiente fundamentación, lo primero sería preguntarnos qué es un
criterio. La palabra “criterio” proviene del latín tardío ​criterĭum y este del gr​i​ego
Kriterion, ​que significa “Norma para conocer la verdad”, “Juicio o discernimiento”.
En este sentido, podríamos a priori definir un criterio -entre otras posibles
definiciones- como ​algo que nos permite conocer la verdad mediante el
discernimiento. ​Para aclarar un poco más esto sería plausible dilucidar el significado
de “discernimiento”. Este término proviene del latín ​discernĕre y significa
“Distinguir algo de otra cosa, señalando la diferencia que hay entre ellas”.
Terminando con nuestros análisis etimológicos quedémonos con esta definición de
criterio: ​Algo que nos permite conocer la verdad en tanto señalamos la diferencia
entre dos cosas ¿Qué tiene que ver todo esto con la Banalidad del Mal? Mi tesis será
que el fenómeno de la Banalidad del Mal que desarrolló Arendt actuó como ​La
Diferencia que permitió conocer la verdad de la Modernidad, entendiendo el término
“verdad” como su cara oculta, su relato no convencional. Este es: ​Que en algún modo
el hombre sigue siendo el lobo para el hombre​. En la misma línea, argumentaré que
el Nihilismo europeo posibilitó que emergieran a la superficie diversos fenómenos
que la Modernidad había eclipsado por medio de figuras tales como el Progreso
científico, La Supremacía de la Razón y el Humanismo, y de allí la dura resistencia de
los coetáneos de Arendt a aceptar este concepto.
Para fundamentar la tesis anteriormente mencionada me serviré de la crítica a
la idea de progreso de Canguilhem y Foucault; de la crítica a la Razón instrumental
de la Escuela de Frankfurt y del concepto de psicología de masas y psicología del
fascismo en el psicoanálisis de Freud y Wilhelm Reich; y por último de la crítica al
Humanismo que realiza Heidegger en su “Carta sobre el Humanismo” y en su escrito
“La época de la imagen del mundo”.
Mi argumento, como mencioné anteriormente se trata de fundamentar por
qué algo así como la Banalidad del Mal solamente pudo haber surgido en la
Modernidad. A mi entender, la Modernidad fue un intento de domesticación del
Hombre-Lobo hobbesiano​, el cual fue calmado y eclipsado con Valores Supremos
provenientes de la Ciencia, la Razón y el Humanismo. Con el advenimiento del
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nihilismo europeo y la desustancialización de estos valores, el Hombre-Lobo


hobbesiano (europeo) despertó, pero en otra episteme, que le impedía volver a la
barbarie pero que no le impedía ser ahora un sujeto civilizado y ejercer su maldad
desde un sitio muy propicio para eso: ​La sociedad de masas.
Dice Nietzsche en el Prefacio de ​La Voluntad de Poder:

Lo que cuento es la historia de los dos próximos siglos. Describe lo que


sucederá, lo que no podrá suceder de otra manera: la llegada del nihilismo.

Esta frase me socorre de dos maneras. La primera, al decir “no podrá suceder
de otra manera”, da cuenta de lo que intentaré argumentar, pues como ya lo había
visto Freud y más tarde Wilhelm Reich, el “yo” se disuelve en la masa al punto de
perderse a sí mismo. Con respecto a esto Freud dice lo siguiente:

La multitud es extraordinariamente influenciable y crédula. Carece de


sentido crítico y lo inverosímil no existe para ella... La multitud es un
dócil rebaño incapaz de vivir sin amo. Tiene una tal sed de obedecer
que se somete instintivamente a aquel que se erige en su jefe.

El segundo punto en que me socorre la frase antes citada de Nietzsche es que


“profetiza” la inminente llegada del nihilismo europeo, y a mi entender Nihilismo y
Banalidad del Mal parecieran ser primos-hermanos. Cuando hablamos de la raíz del
Mal Banal nos encontramos con que no hay raíz, y eso es lo que lo hace en palabras
de Arendt “terroríficamente Banal”, por ende, si queremos comprender el Mal Banal
necesitamos hacerlo ​ex nihilo, ​es decir, desde la nada, en otras palabras, a partir de
que la nada misma se hizo fundamento de la civilización europea, y este
acontecimiento se da en el crepúsculo de lo que entendemos por Modernidad. Por lo
tanto, Modernidad, Nihilismo y Banalidad del Mal serán los ejes centrales de mi
trabajo final.

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