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La sentencia de que se trata, lleva una serie de pasos ordenados para lograr
la exhibición de la idea propuesta y que se materializa en los puntos resolutivos de
la misma, para lograr ese cometido, sitúa en primer término lo que dice la parte
recurrente, por medio de sus agravios, y va más allá al hacer una remembranza de
los conceptos de violación argüidos en la demanda de derechos fundamentales
primigenia, lo anterior con el fin de fundamentar sus argumentos -pero no lo logra,
como se explicará más adelante- conforme a las reglas establecidas por Alexy
(Alexy, R. [2016]. Teoría de la Argumentación Jurídica. La Teoría del Discurso
Racional como Teoría de la Fundamentación Jurídica. Palestra: Lima, Perú.); ya
que en la resolución no sigue al pie de la letra que “ningún hablante puede
contradecirse, todo hablante sólo puede afirmar aquello que él mismo cree, todo
hablante que aplique un predicado F a un objeto a debe estar dispuesto a aplicar F
también a cualquier otro objeto igual a a en todos los aspectos relevantes, todo
hablante sólo puede utilizar aquellos juicios de valor y desde ver que afirmaría
asimismo en todas las situaciones en las que afirmase que son iguales en todos los
aspectos relevantes, distintos hablantes no pueden usar la misma expresión con
distintos significados”; también, utilizan las reglas de la razón pues se usan los
siguientes asertos: “todo hablante debe, cuando se le pide, fundamentar lo que
afirma; todos pueden problematizar cualquier aserción, todos pueden introducir
cualquier aserción en el discurso, todos pueden expresar sus opiniones, deseos y
necesidades”.
Se dice lo anterior pues la propuesta de la parte quejosa y recurrente es que
se le permita “una autorización sanitaria para “consumir marihuana regularmente,
de forma personal y con fines meramente lúdicos”, de tal manera que reclamaron
que se les reconocieran “los derechos correlativos al autoconsumo de la marihuana,
tales como la siembra, cultivo, cosecha, preparación, acondicionamiento, posesión,
trasporte en cualquier forma, empleo, uso consumo y, en general, todo acto
relacionado con el consumo lúdico y personal de la marihuana”, en el entendido de
que su petición excluía expresamente “los actos de comercio, tales como la
distribución, enajenación y transferencia de la misma.
Situación que a la postre fue considerada como justa por la Primera Sala de
referencia; empero, resulta incongruente y opuesto a las reglas ya enunciadas de
Robert Alexy, pues si un dispositivo legal en su texto menciona las diferentes
hipótesis normativas en las que es posible la aplicación estricta de la ley, no puede
una resolución desubicarse de ese supuesto, pues estaría en la situación de
minimizar dicho texto de la ley a los caprichos tanto del juzgador como del
justiciable, hecho que incluso en jurisprudencia la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, ha estatuido que en el amparo contra leyes no se puede pedir que alguien
que está solicitando se declare inconstitucional un texto normativo solicite de su
interés, se ubique en la excepción de dicha norma jurídica o exención del tributo en
comento. Hipótesis que, si se maneja conforme a los preceptos de Robert Alexy no
es posible, esto es, si la quejosa solicitó todas las variantes de siembra, cultivo,
cosecha, preparación, acondicionamiento, posesión, trasporte, no puede ser
excluida la variante de comercio, pues se estaría en la incongruencia que una parte
del artículo tildado de inconstitucional lo es y otra parte no, lo cual se reitera es
incongruente, apoya a lo anterior, interpretada a contrario sensu la siguiente
jurisprudencia:
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“EXENCIÓN PARCIAL DE UN TRIBUTO. LOS EFECTOS DEL AMPARO
CONCEDIDO CONTRA UNA NORMA TRIBUTARIA INEQUITATIVA POR NO
INCLUIR EL SUPUESTO EN QUE SE HALLA EL QUEJOSO DENTRO DE
AQUÉLLA, SÓLO LO LIBERA PARCIALMENTE DEL PAGO.- La declaratoria de
que un precepto que establece la exención parcial de un tributo es inequitativo, no
tiene por efecto exentar al quejoso del pago en su totalidad, sino sólo el de
desincorporar de su esfera jurídica la obligación tributaria en la parte
inconstitucional, es decir, tratándose de una norma que concede dicho beneficio a
determinados contribuyentes en detrimento de otros que se encuentran en la misma
situación, como el amparo se concede sólo respecto de dicha porción normativa y
no de las normas que establecen los elementos esenciales del tributo, la restitución
al agraviado en el pleno goce de la garantía individual violada, consiste en hacer
extensiva en su favor únicamente la exención parcial otorgada a los demás”.
Contradicción de tesis 21/2001-PL.
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para impugnar a una ley como un todo, se requiere que la misma se erija como una
unidad, y al caso así lo fue, situación que fue transgredida por la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación y en términos de la siguiente jurisprudencia:
Máxime que la parte quejosa alegó como actos impugnados aquellos que
limitaban su libre desarrollo o autonomía para decidir sobre su salud, no obstante
de no haber solicitado la variante de comercio, la misma se encontraba contemplada
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como una de tantas formas de control que tiene la Ley General de Salud con relación
al manejo de los estupefacientes y psicotrópicos, hecho que no podía ser desligado
del texto normativo, pues se alegaba la inconstitucionalidad de un todo.
Asimismo, la Primera Sala resolutora señala que “En esta línea, también se
reitera que ni en la solicitud de los quejosos ante la autoridad administrativa ni en la
demanda de amparo se incluyó la petición de ‘comercializar’ la marihuana, de ahí
que esta Primera Sala estime pertinente aclarar que tampoco se realizará ningún
pronunciamiento sobre esta actividad”, pues parte del supuesto de agravio de
instancia de parte, pero tal supuesto es entendible cuando se realiza un amparo en
alguna de las ramas del Derecho, como son la civil, la laboral, la mercantil, pero no
aplica de la misma manera con relación a un amparo contra leyes, pues en ese
supuesto se debe de analizar si todo el sistema normativo le afecta o no y no sólo
refugiarse en que “no lo solicitó el quejoso”, pues se estaría tergiversando la
metodología para la impugnación de una ley por medio del amparo.
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incongruencia el resolutor, ya que por una parte le llama sistema y por otro no lo
acepta porque, según su apreciación “no lo solicitó la parte quejosa”.
En este aspecto, aunque trata de mostrarse coherente pues menciona que “en
esta sección se realizará el examen de proporcionalidad en sentido estricto para
evidenciar el desequilibrio entre la intensa afectación al derecho al libre desarrollo
de la personalidad frente al grado mínimo en que se satisfacen los fines legislativos
a través de la prohibición al consumo de marihuana”, lo cierto es que con base en
los argumentos previamente enunciados de incongruencia, pues no realizó el
estudio y delimitación del acto reclamado de forma correcta, como lo manda la Ley
de Amparo (atendiendo a los principios de exhaustividad y congruencia que deben
guardar las sentencias de amparo, en términos de lo dispuesto en el artículo 78 de
la Ley de Amparo) y del cual partió su estudio, todo lo que siguió, resultó
incongruente.
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CONTENIDO DE DICHO INFORME, NI QUE LO PREVENGA PARA QUE
MANIFIESTE SI ES SU DESEO AMPLIARLA O ACLARARLA, POR LO QUE NO
PROCEDE ORDENAR LA REPOSICIÓN DEL PROCEDIMIENTO PARA TALES
EFECTOS.- Conforme a lo dispuesto en los artículos 411, 412, 413, 414 y 416 del
Código Federal de Procedimientos Penales, y 366, 367, 368, 369, 371, 372 y 374
del Código de Procedimientos en Materia de Defensa Social para el Estado Libre y
Soberano de Puebla, se advierte que en los siguientes supuestos: a) cuando el
acusado o inculpado desobedezca, sin causa justa y comprobada, las órdenes
legítimas del tribunal, juez o sala que conozca de su asunto o proceso; b) cuando el
acusado o inculpado no efectúe las exhibiciones dentro de los plazos fijados por el
propio tribunal, en el caso de que se le haya autorizado realizar el depósito en
parcialidades; c) cuando el acusado o inculpado incumpla con alguna de las
obligaciones que haya contraído en razón del proceso, esto es, no se presente ante
el tribunal, juez o sala que conozca de su caso los días fijos que se estime
conveniente señalarle y cuantas veces sea citado o requerido para ello; no
comunique al tribunal, juez o sala los cambios de domicilio que tuviere, y se ausente
del lugar sin permiso de la autoridad que le haya concedido la libertad provisional,
el que no podrá exceder de un mes, y d) cuando el tercero que haya garantizado la
libertad provisional bajo caución del inculpado o acusado, no lo presente ante el
tribunal dentro del término que para ello se le haya concedido, el cual tampoco podrá
exceder de un mes; invariablemente, o sea, siempre y en todo caso, el tribunal, juez
o sala dispondrá la revocación de la libertad provisional bajo caución del acusado,
ordenará su reaprehensión y mandará a hacer efectiva la garantía exhibida. De lo
anterior se deduce que entre estas determinaciones, cuando se presenta alguno de
los indicados supuestos, existe un vínculo indisoluble, que permite considerarlas
como un solo acto de autoridad para los efectos del juicio de amparo. En este
sentido, si del informe justificado rendido por la autoridad responsable se advierte
que además de la orden de reaprehensión señalada por el quejoso como acto
reclamado en forma destacada en su demanda de garantías, también se hizo
efectiva la garantía exhibida para gozar de su libertad provisional bajo caución, al
tratarse de un solo acto de autoridad para los efectos del juicio de amparo, no es
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necesario que el juez de distrito ordene que se le notifique personalmente el
contenido de dicho informe, ni que lo prevenga para que manifieste si es su deseo
ampliarla o aclararla y, por ende, el tribunal colegiado no debe ordenar la reposición
del procedimiento respectivo si se incurrió en dicha omisión, sino que, en todo caso,
atendiendo a los principios de exhaustividad y congruencia que deben guardar las
sentencias de amparo, en términos de lo dispuesto en los artículos 77 y 78 de la
Ley Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, aunado a que se trata de materia penal y que el referido
acto reclamado implica afectación de la libertad personal del quejoso, el juzgador
de amparo debe analizarlo en su integridad, esto es, examinar en su conjunto la
constitucionalidad de la revocación de la libertad provisional bajo caución, la orden
de reaprehensión y el mandamiento de hacer efectiva la garantía exhibida para
gozar de ese beneficio, incluso supliendo, en su caso, la deficiencia de la queja, aun
ante la falta absoluta de conceptos de violación, de conformidad con lo establecido
en el artículo 76 bis, fracción II, del mismo ordenamiento legal, en la inteligencia de
que si incumple con dicha obligación, el tribunal colegiado debe proceder a su
estudio en observancia de los indicados principios”. Contradicción de tesis 26/2008-
PS.