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Introducción

Las manifestaciones culturales como la arquitectura monumental, cerámica, metales y la


domesticación de plantas, con avanzados niveles de producción agrícola descubiertos en
esta franja geográfica de contacto entre la Amazonía y los Andes que corresponde a
territorios de Ecuador y Perú, constituyen pruebas irrefutables que permiten demostrar la
existencia de antiguas civilizaciones cuyas sociedades complejas densamente pobladas
alcanzaron altos niveles de organización social y desarrollo tecnológico, totalmente
contrario al concepto que se tenía de organizaciones autónomas e igualitarias, con
tecnología simple, desenvolviéndose como tribus marginales de cazadores y recolectores.
Las excavaciones en los montículos arqueológicos de Montegrande y San Isidro en Jaén,
así como Casual y las Juntas de Bagua, descubrieron arquitectura monumental de carácter
público - religioso, edificada con estructuras de canto rodado, arcilla, quincha y pinturas
murales polícromas con diseños iconográficos complejos que expresan formas y estilos
propios de la Amazonía. Los recintos arquitectónicos están ocultos al interior de
montículos que tienen la apariencia de formaciones geológicas naturales, pero que en
realidad son montículos artificiales construidos por el hombre para conservar y proteger
estos antiguos templos sagrados, que hasta ahora son los únicos de este tipo descubiertos
en la floresta tropical de América del Sur. La arquitectura y otros artefactos arqueológicos
mantienen estrechas relaciones con las evidencias descubiertas por Francisco Valdez en
la cabecera del Chinchipe en el Ecuador, donde ha registrado y analizado científicamente
evidencias de uso y domesticación de cacao de 5200 años de antigüedad.
Área de estudio
El área de estudio donde se realizaron las investigaciones arqueológicas es un espacio
geográfico de contacto entre la Amazonía y los Andes, enmarcado dentro de la Alta
Amazonía peruana, territorio que también es conocido como Selva Alta o Ceja de Selva.
Políticamente, abarca las provincias de Jaén en la región de Cajamarca y la de Bagua en
la región Amazonas. El sistema hidrográfico que se presenta en el área de estudio está
conformado por los ríos Chinchipe y Marañon. Además, existe un conjunto de pequeños
ríos y quebradas tributarios del Marañon, como los ríos Chinchipe, Tabaconas, Shumba,
Chotano, Huancabamba entre otros, conforman una compleja red pluvial, cuyos
extraordinarios paisajes en el pasado, fueron ocupados de manera permanente durante
largos periodos.
La investigación arqueológica realizada hasta el momento permite demostrar que en la
unión de los ríos y quebradas forma un lugar estratégico y sagrado, donde los antiguos
pueblos de la Alta Amazonía establecieron sus asentamientos por largos y permanentes
periodos de tiempo. Esta unión denominada Tinku, convierte a estos lugares en espacios
sagrados para la ritualidad y culto a los dioses; los cuales se cree que moran bajo las
aguas. Desde tiempos remotos, los ríos en la Amazonía jugaron un rol protagónico para
las comunicaciones, la navegación y la organización social de los pueblos. De alguna
manera, este sistema de organización social es posible apreciarlo en las comunidades
nativas Awajún, cuyos Apus (líderes) están organizados de acuerdo a los ríos y quebradas,
en cuyas márgenes están ubicados sus asentamientos.
Los pobladores locales afirman que hace tan solo cien años el paisaje natural de estos
espacios geográficos fue distinto, especialmente la zona de Bagua; estuvo cubierto de
vegetación donde se podía encontrar árboles de cedro, laurel, guayacán y otras especies
de zona tropical; los cuales facilitaron la existencia de una abundante fauna con diferentes
tipos de monos, venados, loros, guacamayos, oso de anteojos, puma, jaguar, sachavaca,
ronsoco, entre otros. Montegrande en Jaén adquiere este nombre debido a la presencia de
grandes árboles que servían de refugio a venados, añuje, majas, monos y aves. Al sur del
montículo arqueológico de Montegrande existió una gran laguna, y el cauce de la
quebrada Amojú estaba a tan solo 300 metros del montículo. Sin embargo, después del
terremoto de 1928 varió hacia el centro de la ciudad de Jaén.
El paisaje fue totalmente distinto en el pasado; el crecimiento desordenado de las ciudades
instaladas sobre los antiguos cauces fluviales sin ninguna planificación urbana, han
ocasionado la desaparición de muchas especies de flora y fauna. En Jaén, los bosques de
Huamantanga y la reserva natural “Gotas de Agua”, ubicada a tan solo tres kilómetros de
monumento arqueológico de San Isidro, es conservada de manera privada por el profesor
Luciano Troyes, desde 1992.
Antecedentes de las investigaciones arqueológicas en el área de estudio
En 1919, el doctor Julio C. Tello descubre Chavín de Huántar y señala que el origen de
la civilización andina se encontraba en la Amazonía. Dicha hipótesis y la amazonía
quedaron congeladas por el prejuicio de ser poco propicias para el desarrollo de
sociedades complejas, a pesar que la mayoría de los diseños iconográficos registrados en
la costa y sierra están inspirados en imágenes de plantas y animales procedentes de la
Amazonía, las cuales constituyen el sustento simbólico, ceremonial y religioso de los
grandes templos, que surgen y marcan el inicio de la civilización en estas dos regiones.
Donald Lathrap, a partir de sus investigaciones en Yarinacocha cerca de Pucallpa, planteó
que esta zona habría sido un centro de innovación cultural temprano en América del sur;
incluyendo desarrollos como la alfarería y la vida sedentaria agrícola.
Pedro Rojas Ponce, como parte de la expedición de Tello al Marañon, fue uno de los
primeros investigadores que realizó excavaciones en el sitio arqueológico de Huayurco,
ubicado en la unión de los ríos Tabaconas con el Chinchipe, en la provincia de Jaén. Por
otro lado Donald Lathrap señaló que las excavaciones realizadas por Rojas revelan una
estratigrafía de al menos dos niveles. El estrato inferior contenía grandes cantidades de
vasijas de piedras rotas, fragmentos de vasijas de cerámicas y diversas inhumaciones con
una cantidad impresionante de artículos funerarios como una gran cantidad de vasijas de
piedra con superficies pulidas y motivos en espiral inciso, lo cual indicaría que Huayurco
sería un centro importante de manufactura. Asimismo, no cabe duda de un comercio
activo con la costa peruana; ya que vasijas semejantes a estas fueron encontradas en
numerosos sitios del periodo Precerámico, Tardío e Inicial”.
En 1979, Jaime Miasta Gutierrez realiza excavaciones en Michanal y Cerezal, ambos
ubicados a tres kilómetros de la desembocadura de los ríos Tabaconas con el Chinchipe.
Cerezal posterior a Michanal, presenta ocupaciones del Precerámico al igual que la fase
Mito en Kotosh y Huaca Prieta. En base a su cerámica y arquitectura, guardaría
vinculaciones con Pandache, Pacopampa, Chorrera, Tutishcainyo y Kotosh.
Posteriormente, Shady mediante el estudio de la cerámica, logra establecer fases para la
cultura Bagua, demostrando sus vinculaciones con Pacopampa para Cajamarca y las
culturas Chorrera, Cañar, Macas y la tradición de Cerro Narrío en Ecuador. Para 1993 se
inicia trabajos de prospección en Tomependa, y luego algunas publicaciones que reportan
elementos arquitectónicos con pintura mural, asociados a cerámica incisa policromada
del Formativo. En dicho periodo y región de Jaén, destaca Ingatambo, emplazado sobre
las faldas del cerro Ninabamba, viene siendo investigado desde el 2005 con resultados de
todas las fases del Formativo.
Francisco Valdez en el 2005 como parte de una investigación holística del sitio
Arqueológico de Palanda en Ecuador decide hacer un recorrido por la cuenca del
Chinchipe, desde su naciente en la quebrada de Palanda y río Valladolid hasta su
confluencia con el río Marañon en Tomependa. Durante su recorrido, identifica sitios
como Huayurco de ocupación temprana y la visita al museo Hermógenes Mejía Solf,
dirigido por Ulises Gamonal en Jaén, donde examinó vasijas en piedra con diseños
grabados similares a los recipientes de piedra en los contextos funerarios de Palanda.
En 2009, se ejecutó la I Etapa del proyecto “Investigación y Valoración del Patrimonio
Cultural en la zona Nor Oriental del Marañon”, con el objetivo de registrar los sitios
arqueológicos de ocupaciones antiguas así como de paisajes culturales con arte rupestre
de las provincia de San Ignacio, Jaén, Bagua y Utcubamba. El proyecto concluyó con la
suscripción de convenios de cooperación con los gobiernos locales y una firma de la carta
de intención binacional con Francisco Valdez, para impulsar la integración, investigación
del patrimonio y el desarrollo social de las poblaciones en la región fronteriza de Perú y
Ecuador. La segunda etapa del proyecto abarcó Montegrande y San Isidro en la provincia
de Jaén y Casual y Las Juntas en Bagua – Amazonas. Los resultados generaron un
impacto nacional e internacional, catalogándose a Montegrande, templo de 4000 años,
como uno de los descubrimientos más importantes del mundo por la revista Archaeology.
Clasby en 2010 al intentar comprobar la hipótesis de Lathrap y Ponce sobre Huayurco
como centro importante de intercambio con la sierra, costa y Amazonía, registra múltiples
entierros de individuos jóvenes debajo de muros ofrendas exóticas, cerámica fina y
fogones superpuestos de algún significado ritual. Asimismo observa que la arquitectura
y su distribución horizontal son comparables con las de Montegrande y Santa Ana – La
Florida que representarían a su vez antecedentes de las tradiciones arquitectónicas del
sector G en Huayurco. Finalmente, en el 2012 volvieron las investigaciones en los sitios
de la II Etapa del proyecto, descubriéndose en Montegrande, estructuras en espiral o
caracol junto a pinturas murales catalogadas como las primeras en la Amazonía.
Capitulo II: Aspectos metodológicos y financieros de la excavación
Métodos utilizados para identificar sitios arqueológicos:
Las familias que habitaban en los sitios arqueológicos constituyen la mejor fuente de
información. Narran como frente a un fogón sentados a orillas de Chinchipe , el anfitrión
le narro con cierto misterio como él pudo observar con su familia como salían llamaradas
de candela en la cima de los montículos, asegurando que allí vivían los gentiles y que
sale candelas porque hay metales enterrados. Entonces se hace la pregunta de cómo este
conoce que son los gentiles a lo que él responde que es a través de los tiestos de cerámica
encontrados. Es entonces donde se cuestiona de como un simple relato lleve a identificar
un sitio arqueológico, más ahora cuando existe la tecnología de alta punta como los geo-
radares. Otra obtención de información valiosa es a traves de los profesores que tienen
contacto directo con la población rural haciendo que estos les cuenten sobre los relatos
de los gentiles. Todas estos indicios orales llevan a realizar prospecciones de los lugares
donde se hablan en los relatos.
Excavaciones arqueológicas en Jaén y Bagua:
Se sabe que los montículos arqueológicos se encuentran escondidos bajo vegetación es
por ello que se planifico en jaen y Bagua ; obtener una mejor metodología para la
recuperación de datos: ya que como se sabe la selva presenta diferente condiciones a
diferencia de la sierra y la costa. Casos como San Isidro en Jaén significaron el uso de
una nueva metodología como el perfilamientos de cortes naturales para saber las
diferentes ocupaciones estratigráficas. Para ello se obtuvo del pueblo el apoyo suficiente
para que conformaran el grupo de trabajadores que se encargarían de las excavaciones los
cuales a estas alturas han adquirido un conocimiento significativo.
Conservación de las evidencias arqueológicas encontradas en Jaén y Bagua
Se tenía que tomar en cuenta de la zona donde se excavaría, alta amazonia, donde las
temperaturas pueden llegar a los 34 grados bajo sombra y las lluvias podían ocasionar
inundaciones. Es por ello que se acudió al doctor Ricardo Morales Gamarra para la
asesoría en la conservación realizando acciones de capacitación de al personal y enviando
técnicos que trabajaron bajo su dirección.
Financiamiento para las investigaciones
Debido a la zona donde se pretendía excavar las dificultades para conseguir apoyo eran
casi inútiles; generar una reunión con el alcalde fue una tarea de muy arduo trabajo pero
al final se llegó a conseguir y además comprometer al alcalde con la labor arqueológica.
La SOCICAN, la Comunidad Andina de Naciones y la Unión Europea se logró un fondo
de diez mil dólares, destinados a establecer un buen vínculo con arqueólogos del
Ecuador. En el 2010 se iniciaron las excavaciones en los montículos de Montegrande y
San Isidro a través de la municipalidad de Jaén y la asociación amigos del Museo de
Sipan. En el 2012 la asociación de los andes de Cajamarca y el gobierno de esta región
posibilitó seguir excavando. Es en el año 2013 donde ALAC y la minería de Yanacocha
aceptaron financiar la publicación del libro.
INVESTIGACIONES ARQUEOLOGICAS EN MONTE GRANDE

1. Montículo de Montegrande

Está ubicado a 2,54 km de distancia de la plaza de armas de la ciudad de Jaén, a una altura de
749,489 m.s.n.m. antiguamente San Isidro, Montegrande y otros montículos formaron parte de
un gran complejo cultural, que pertenece a la cuenca de Amojú y que actualmente se cree que
desaparecieron o simplemente están sepultados bajo la actual urbe de Jaén.

Las investigaciones de campo se desarrollaron en dos temporadas consecuentemente, en el año


2010 y 2012. En un principio el montículo se encontró en un estado de conservación deplorable,
pues era un botadero de basura y letrina pública. En 1978, se nivelo la cima para construir una
iglesia católica que posteriormente fue abandonada, quedando las bases como testigo de ello.
En el lado norte se había trazado con la maquinaria con el afán de ampliar una calle y el lado sur
está en muy pegado a la base del montículo un canal de regadío. El área actual es de 4800 metros
cuadrados, en el 2009. Se iniciaron los trabajos con INC para decláralo Patrimonio Cultural de la
Nación.

2 Excavaciones arqueológicas en Montegrande

En equipo de investigaciones que acompaño en la primera temporada fue encabezado por


Marina Mamani quien fue la arqueóloga residente, Violeta Chamorro Castillo que tienen amplia
experiencia en trabajos de la Amazona (de manera Add honoren), conservador Ricardo Gamarra,
Mario Millones en los estudios de Antropología física y Ulises Gamonal Guevara sirvió de nexo
con la población y también trabajo de manera Add Honorem.

Después de retirar la vegetación y de sacar los desperdicios que pertenecían al botadero de


basura, se pudieron observar las bases de la iglesia que había sido mencionada anteriormente,
posteriormente como parte de la ideología andina y con la presencia del alcalde y las
autoridades se procedió a la ceremonia de “pago a la tierra”.

En un inicio al momento del trabajo inicial se tenía pocas expectativas de que si se fuera a tener
algún tipo de vestigio aun intacto porque se podía observar piedras y material cerámico que
había sido removido por las construcciones y por los profanadores de tumbas.

3. Arquitectura

Al retirar la capa superficial de la excavación en el lado sur, aparecieron piedras disturbadas


posiblemente del material que fue arrojado desde la cima cuando se inició a construir la iglesia.
Las excavaciones se concentraron en el extremo norte donde había menos remoción del
material. Debajo de esta capa se evidenciaron piedras, en forma semicircular, que se
proyectaban en direcciones Este y Oeste a manera de muros de contención y terrazas. En este
momento se creyó conveniente ampliar las excavaciones con otras unidades consecutivas,
formando una especie de trinchera que permitía explorar los primeros elementos
arquitectónicos. Al retirar la capa superficial se evidenció que las piedras alineadas continuaban
posicionadas en forma de surcos, los muros en forma de terraza desaparecieron.

La excavación de la gran trinchera de sur a norte permitió observar gran parte de lo que fueron
las base de la iglesia, las cuales utilizaron las misma piedras de las construcciones prehispánicas.
Las excavaciones de las zanjas destruyo gran tramo de la arquitectura prehispánica. Por tal
razón, se tomó la decisión de excavar hasta definir las zanjas que había formado las bases que
tenían una orientación de este a oeste. A pesar de las excavaciones aún no se tenía una noción
de la forma de la arquitectura. Y en medio de estos alineamientos se encontró un muro enlucido
que estaba cortado posiblemente por una excavación anterior. El muro enlucido identificado se
proyectaba de forma semicircular de sur a norte; y la sección que había sido destruida, permitió
identificar alineamientos de piedras que formaban también parte del núcleo de la estructura.
Asimismo se evidenciaron gradas o escalinatas de acceso superpuestas: las que estaban
asociadas al muro enlucido eran las más conservadas.

Con la finalidad de definir mejor las escalinatas, las excavaciones se ampliaron hacia el lado Este,
registrando otro muro con la fina capa de arcilla de color blanco que mantenía la misma
orientación de sur a norte en forma semicircular. Adosado a este muro, un alineamiento de
piedras con argamasa funcionaba como relleno entre el primero y el segundo muro. Las
excavaciones se lograron constatar que todos los muros se encontraron unos contextos
funerarios con entierros múltiples, que al parecer se relacionaban con niños que participaron en
entierros rirtuales de cierre de recinto arquitectónico. Asimismo se identificaron algunos
cambios en la coloración en la tierra que parecía indicar la presencia de posibles elementos
arquitectónicos, orientados de Este a Oeste; sin embargo, ninguno de ellos mantenía
continuidad.

Después se teniendo como referencia el muro enlucido principalmente, se excavaron hacia el


lado sur, para ver si se podía tener un poco más de información sobre el inicio del muro, donde
se procedió a retirar tierra de relleno, pachilla y canto rodado no pudiendo completar lo
sugerido.

En el transcurso de que avanzaban las excavaciones se plantearon preguntas como: ¿Cuál había
sido la forma y función de este complejo recinto arquitectónico? ¿Qué espacio encerraban estos
espacios semicirculares? Para resolver lo planeado se decidió excavar en la oeste y después de
retirar una capa de arcilla fina se encontró hileras de piedras con argamasa de barro y luego un
relleno de tierra con pachilla. Se logró comprobar que este tipo de relleno fue colocado en otros
espacios al momento de su abandono.

Por otro lado la destrucción de que provocaron las zanjas pertenecientes a la base de iglesia se
utilizaron de una forma positiva en donde se pudo determinar una superposición de
remodelaciones. Siguiendo la orientación de las escalinatas se comprobó que culminaban en un
vano de acceso clausurado por piedras y tierra de color beige oscura. Este terminaba en un muro
que posiblemente estaría encerrando el atrio principal o altar mayor donde se llevaban a cabo
las reuniones.

Luego de la primera temporada de excavaciones (2010), después de cinco meses de trabajo de


campo con un permiso al inicio de tres meses no cabía duda que se había encontrado una de las
estructuras más antiguas de la Amazonia del Perú, cuyo carácter religioso se refleja en una
sociedad compleja y organizada.

En marzo del 2012, con el apoyo de ALAC (Asociación Los Andes de Cajamarca) y la Minera de
Yanacocha, en coordinación con el gobierno Regional del Cajamarca y la Autorización del
Ministerios de Cultura se inició una segunda temporada, con la expectativa que había dejado el
atrio o altar mayor en el lado Este del Montículo. En, 2010 se llegohasta el vano de acceso que
había estado sellado.

Se procedió de nuevo al retiro de la vegetación y de la arena que había sido colocada como
protección de la arquitectura encontrada en la anterior temporada. Y al retiro de ello se
encontró un recinto de forma circular y luego al ampliar las excavaciones se encontró otro muro
circular que lo encerraba. Al excavar el recinto se encontró piedras la parecer estaban
desordenada y algunas conservaban un alineamiento. Luego el muro interior estaba enlucido y
tenía una orientación sur y el muro exterior que rodea el recinto aparentemente fue construido
en el preciso momento en que se procedió a sellar la arquitectura del templo durante la fase
ultima de ocupación.

Siguiendo el curso que seguían las alineaciones del recinto se definió una forma de especial que
terminaba en el centro de este, en el centro bajaba de forma vertical. En el lado sureste del
recinto se visualizó un individuo de sexo masculino con la cabeza ubicada hacia el Este y los pies
que se metían debajo del muro, al parecer seria que este entierro seria parte de las ofrendas
colocadas antes de construir la última fase constructiva de este recinto. Aquí se hizo un alto por
falta de financiamiento nuevamente hasta esperar una nueva temporada.

La forma de espiral o de caracol constituye uno de los símbolos más antiguos y universales de la
historia de la humanidad, para lagunas culturas representan la unión y reconexión espiritual e
intuitiva del hombre con el universo y con dios. Por ejemplo, el caracol en la cultura maya indica
que el tiempo es cíclico, se encuentra vinculado al inicio de las siembras, a la concepción al parto
y a la prosperidad de una generación sobre la anterior. Es posible que esta forma guarde relación
directa con las estructuras halladas por francisco Valdez Palanda, Santa Ana- La Florida, en la
naciente del rio Chinchipe en Ecuador.
3.4- contextos funerarios.

A- En la temporada del 2010 se hallaron en la parte norte del montículo cuatro contextos
funerarios. Tres de ellos eran entierros de niños y uno era un entierro múltiple.

En el entierro múltiple estaba compuesto por


entierros secundarios que fueron removidos
para colocarlos como ofrendas. La disposición
de las osamentas se hallaron totalmente
desordenados y fragmentados integrados a
una masa de barro (anexada al momento de
ser depositados) pudiendo distinguir hasta 5
cráneos sin determinar edad o sexo.

El autor propone que son entierros de épocas


posteriores que fueron depositados en el
Intervención al entierro múltiple. Tomada de Quirino
montículo debido a su importancia religiosa, 2014.
por parte de las sociedades que habitaron el
lugar.

A tres metros de distancia al lado norte del entierro múltiple se hallaron los restos de un
niño en estado de deterioro. A estos restos se asoció en la parte inferior de los pies una
aguja de cobre, el cual indica el desarrollo de la actividad metalúrgica para estas sociedades.
Asociado al perfil oeste de la unidad de excavación se hallaron dos entierros más en mal
estado de conservación, sin embargo uno de ellos estaba circulado por piedras como si fuera
una tumba, asociado a fragmentos de cerámica.

Entierro de niño hallado al norte del entierro Aguja de cobre asociado a entierro de niño.
múltiple. Tomada de Quirino, 2014. Tomada de Quirino, 2014.
B- Las excavaciones en el recinto arquitectónico en forma de espiral o caracol, durante la
temporada 2012, se registraron dos entierros.

El primero presenta una posición de cúbito dorsal, extendido con la mirada al este, que había
sido colocado con los pies debajo del muro que encierra el recinto. Este entierro carece de
objetos asociados a excepción de dos dientes humanos, hallados a la altura del mentón, con
perforaciones en la parte media denotando haber formado parte de un collar. El segundo
entierro estuvo depositado en medio de las paredes de la estructura en espiral, en posición
de cúbito dorsal flexionado. Este personaje fue es de sexo masculino y mantenía la cabeza

Entierros asociados a la estructura en forma de espiral o caracol. Tomada de Quirino, 2014.

caída hacía adelante y las osamentas estaban ligeramente desarticuladas.

3.5-
cerámica

La cerámica
en

Cuerpo hallado en posición extendida. Tomada de Dientes asociados al entierro de posición


Quirino, 2014. flexionada. Tomada de Quirino, 2014.
Montegrande solo aparece asociada en el lado norte a los entierros hallados y como parte del
relleno, sin embargo su presencia en la estructura es nula, lo cual permite proponer
preliminarmente su ocupación desde el precerámico.

Solo se han hallado tres vasijas completas y fragmentos de cerámica asociado a los entierros.
Una de las vasijas fue encontrada cerca al entierro múltiple, y se caracteriza por ser un pequeño
reciente de forma globular, con algunos defectos de cocción y aplicaciones incisas alrededor del
borde, mientras que en el cuello se aprecian algunos espacios pintados de color blanco. La
segunda vasija hallada junto a los restos óseos de un infante también es de forma globular, en
el cuello presenta decoración con pintura de color negro y en la parte media de este aparece
una pequeña escultura con la cabeza de un animal que no se ha podido identificar. La tercera
vasija completa que aparece junto a dos piedras, es una botella de cerámica con el cuerpo
globular que tiene dos pequeñas asas en ambos lados del cuerpo; el cuello es de forma tubular
y culmina con un orificio de entrada en el extremo superior. Así también, entre el cuello y la
parte superior del cuerpo se apreciaron líneas de color amarillo sobre una base de engobe de
color blanco. Un fragmento encontrado también en esta capa de relleno fue dibujado y la
reconstrucción permitió obtener una botella con similares características. Este estuvo junto a
otros dos que parecen haber sido parte de vasijas con cabezas escultóricas con ojos granos de
café.

Vasija #1. Tomada de Quirino, 2014. Vasija #2. Tomada de Quirino, 2014. Vasija #3. Tomada de Quirino, 2014.

En la capa de relleno del lado norte del montículo, se registró un fragmento que habría formado
parte de una botella, pintado e inciso y con la forma de una chacana. Otros cuatro fragmentos
de color gris oscuro fueron también registrados en esta capa cuyas características son
totalmente diferentes a los demás fragmentos. Sus formas y estilos mantienen decoraciones en
los bordes, similares a la cerámica de Valdivia en Ecuador. Otro grupo de fragmentos está
conformado por la cerámica incisa sin pintura. Finalmente, un último grupo de fragmentos de
cerámica que aparentemente tiene una mayor representatividad, está conformada por la
cerámica incisa policroma.
Fragmento con decoración en forma de chacana. Tomada de
Quirino, 2014. Fragmentos de botellas con ojos en forma de granos de café.
Tomada de Quirino, 2014.

Fragmentos con decoración en los bordes similares a la cerámica Valdivia. Tomada de Quirino, 2014.
Fragmentos de cerámica incisa. Tomada de Quirino, 2014.
El Montículo de San Isidro:
San Isidro es un montículo arqueológico ubicado al Sureste de la plaza de armas de la ciudad de
Jaén, a 4.11 km de distancia y a sólo 1.67 km de Montegrande. Tiene una altitud de 726,311
m.s.n.m y un área de 3326,31 m2. El sitio arqueológico forma parte del proyecto de investigación
y valoración del Patrimonio Cultural en la Zona Nororiental del Marañón.

Las excavaciones, las cuales se desarrollaron en dos temporadas (2010 y 2012), tuvieron el
objetivo, en un principio de identificar evidencias de cerámica vinculada a la cultura moche. Esto
es debido a que durante la excavación de un canal que pasaba por el lado sur del montículo de
San Isidro, un poblador aseguraba haber encontrado una vasija con representación del dios
Aiapaec. Dicha pieza terminó siendo analizada por expertos quienes determinaron que se
trataba de una réplica muy bien acabada. Caso parecido ocurrió con dos pieza pertenecientes a
un colegio en Jaén pero que de la misma forma, no eran de origen prehispánico. Sin duda la
presencia de cerámica vinculada a la cultura Moche en esta parte de la Amazonía, significaría un
aporte trascendental a la arqueología peruana, no obstante, las excavaciones realzadas en San
Isidro no han logrado registrar ningún fragmento afiliado a esta cultura costeña.

El montículo de San Isidro se encuentra en la actualidad severamente afecta por la actividad


humana. La propiedad pertenece a personas lugareñas que han utilizados el montículo para
actividades residenciales, de crianza y necesidades personales. Además en los lados Sur y Este
la carretera ha cortado parte del montículo, mientras que en el lado Oeste, un canal de riego sin
uso recorta parte importante del monumento.

Fig.1: Ubicación del sitio


arqueológico San Isidro.
Excavaciones arqueológicas en San Isidro:
Aquí excavaron los mismos profesionales que lo hicieron en Monte Grande, siguiendo los mismo
criterio metodológicos establecidos. Los trabajos se iniciaron en Julio del 2010. En primer lugar
se retiró la cobertura vegetal y se realizó la limpieza general del montículo. Las investigaciones
fueron principalmente en el lado Sur, puesto que se quería aprovechar el corte ocasionado por
la carretera y el canal de regadío en la parte baja. Esto le permitió al proyecto contar con una
mejor lectura estratigráfica y definir premeditadamente las capas de ocupación del montículo.

Arquitectura:
Con los antecedentes de las excavaciones en Montegrande, los investigadores, suponían que se
encontraría la misma configuración en este lugar, así que se trazaron las unidades de excavación,
cuadriculando todo el área del montículo. Las excavaciones en el perfil de la carretera
permitieron registrar una capa compacta de tierra que formaba parte del relleno, asimismo
mucho material estaba removido debido a la disturbación de la carretera. En la parte sur, se
registraron dos pisos arqueológicos superpuestos con relleno de piedra pachilla. En la superficie
de cada uno de ellos, aparecían cenizas y huellas de tierra quemada, lo cual evidenciaba
ceremonias rituales realizadas con el motivo de la renovación arquitectónica del templo. Debajo
de los dos pisos apareció un muro que ingresaba en forma semicircular en dirección hacia el
Norte.

Estos elementos evidenciaban que debajo de los pisos registrados y del nivel de la carretera
existen construcciones más antiguas, las cuales, de las misma forma que las capas anteriores,
fueron renovadas mediante la acción del fuego. Luego del retiro de los pisos en el lado Sur, se
excavó la cima del montículo, con la finalidad de encontrar la proyección de los pisos
mencionados o algún tipo de arquitectura que estuviera relacionada con las fases constructivas
del monumento. Los elementos arquitectónicos registrados en esa capa fueron muros de forma
rectangular que forman recintos dentro de los cuales estaban depositados un conjuntos de
entierros con fragmentos de cerámica, huesos de aves, cuyes, caracoles de tierra y objetos
trabajados en concha spondyllus.

Las excavaciones de la temporada 2012 estuvieron concentradas en el lado Oeste del montículo,
donde se esperaba identificar y definir los muros de forma rectangular encontraron
anteriormente. Luego del retiro de la capa superficial, se encontraron varias piedras sin orden
alguno, y tan sólo en algunas partes parecían seguir una orientación de Sur a Norte. Por ello es
que optaron por excavar de manera cuidadosa cada uno de estos alineamientos de muros, los
cuales medían hasta 0,80 m de ancho, encerrando de recintos de forma rectangular que no
poseían ni salida ni entrada. Los investigadores supusieron que al igual que en Montegrande
estos espacios arquitectónicos fueron construidos para sellar y cubrir el templo antes de su
abandono. El relleno que se encontró al interior estuvo conformado por fragmentos de
cerámica, restos óseos humanos y tierra suelta con ceniza.

En uno de los recintos se registró ceniza y arcilla apisonada de color amarillo, un batán y un
hacha de piedra, así como un fragmento de enlucido donde se pueden ver las improntas, las
cuales indicarían que habría estado fijado una estructura de caña. No obstante el hallazgo de
mayor importancia al profundizar las excavaciones fue el borde superior de una estructura
enlucida, que se proyectaba en forma de L. La fragilidad del enlucido requería un trabajo de
conservación muy ameno. Posteriormente se logró definir un recinto de forma circular cuyo
acceso estaba ubicado al lado Sur.

Dentro del recinto de forma circular aparecieron numerosas piedras dispersas y en el lado
Noreste, la proyección del muro circular se cortaba por la presencia de un muro que mantenía
las mismas formas de los arquitectónicos rectangulares, registrados en las primeras capas. En la
parte interna y externa del acceso al recinto circular, apareció un apisonamiento de forma
irregular que tenía huellas con cambio de coloración de tierra en forma de círculos, estos fueron
recabados encontrando piedras amontonadas y tierra suelta. La parte superior de este muro
estaba con una capa de arcilla de color beige claro a manera de un piso. Cuando excavaron la
parte externa del recinto, bajando la capa de relleno, se apreciaba otro muro enlucido de forma
circular pero un poco más pequeño, muy similar al descubierto en el interior del recinto. Los
estudios al interior y exterior del recinto de forma circular evidenciarían segmentos
correspondientes al núcleo central del templo de San Isidro.

Fig.2: Estructura circular en


San Isidro.
En el lado Oeste del montículo después de retirar la cobertura vegetal y la limpieza de perfil
ocasionado por el trazo del canal. Una gruesa capa de relleno estaba cubriendo el primer piso,
debajo de este apareció la capa geológica natural. Este piso marca el inicio de la construcción
del templo, el cual está edificado con piedras, tierra y arcilla de color beige oscuro. En ciertos
espacio aparecía ceniza y huellas de quemas que mostraban las prácticas rituales de renovación
del templo en sus primeros años. Sobre el apisonamiento existió un relleno de piedras y tierra,
posiblemente con la intención de construir una nueva fase, pero, sobre esta capa se registran
sedimentos de un posible evento pluvial, el cual fue previsto por los habitantes del montículo ya
que llegaron a cubrir esta primera fase constructiva.

Las dos temporadas de excavación en San Isidro han aportado valiosa información acerca de la
arquitectura que se presenta en este sitio. Es menester mencionar que las investigaciones son
aún preliminares como para lograr establecer las fases de ocupación de los recintos
arquitectónicos. Por último al parecer los muros enlucidos de forma circular serían el núcleo
central arquitectónico del templo que posteriormente sería sellado antes de su renovación con
la arquitectura hallada en capa superiores.

Contextos funerarios:
Todos los contextos identificados en el sitio san isidro se encuentran en la sima del montículo del
mismo nombre, la disposición de estos en el espacio están de acuerdo a los puntos cardinales, y
la posición de cada individuo o al menos de los que se han conservado mejor son de cubito dorsal
y con una de las piernas ligeramente flexionada.
Uno de los grandes inconvenientes al momento de excavar, y por ende a la hora de registrar es la
mala conservación de los restos, esto depende directamente con la humedad de los suelos, también
se menciona que la acides y la amplia vegetación de lugar hacen posible que estos se degraden
más rápido, para que los materiales no se destruyan, se aplica como metodología el estudio in situ
de estos.
“El señor de los caracoles” es uno de los personajes más emblemáticos descubiertos en el sitio de
san isidro, el contexto funerario, se ubica al final de un muro y junto al cadáver se encontró dos
vasijas de boca ancha, además, al extremo inferior se encontró un feto decapitado; a uno de los
extremos también se logró identificar un joven de sexo masculino el cual portaba un cerámica en
la cara, según el autor, esta representaría una máscara, el cráneo del señor de los caracoles, está
en orientación al este, es decir que está mirando hacia donde sale el sol, una peculiaridad es que
también en ese lugar se encuentra un cerro que aparentemente seria el eje del sitio San Isidro.
Junto al cadáver del señor, se encontró una piedra de color negro, es algo peculiar ya que en la
actualidad los pobladores de esta zona conocen a este objeto como piedra de trueno, se cree que
al llevar consigo este objeto se está protegiendo de los relámpagos y los rayos, su uso es exclusivo
de las mujeres en periodo de gestación y también es utilizado por los niños. El antropólogo físico
Mario Millones menciono dentro de sus conclusiones que los estudios realizados este individuo
tenía entre 30 a 35 años de edad, la muestra es básicamente los maxilares y los dientes
desgastados.
Ente los entierros también figura el de una mujer decapita, en el lado sur del montículo se
registraron varios entierros de niños con la pierna ligeramente flexionada, en el lado norte se
registró la presencia de entierros con huesos de guacamayo. Fuera de los contextos se encontró 5
piezas elaboradas en concha spondyllus.
Señor de los Caracoles
En resumen de los contextos excavados se puede clasificar en tres bloques:
1. El señor de los caracoles está acompañado de individuos de sexo masculino, asociados a
dos fetos.
2. Una mujer decapitada con un feto en brazo izquierdo, asociado a dos infantes, un
adolecente y un feto.
3. Un niño con un collar de conchas de origen marino, varios huesos humanos y huesos de
guacamayo.

Cerámica:
Olivera toma como antecedentes los estudios de Lathrap en el sitio selvático de Tutishcainyo en
cual está directamente relacionada con las culturas tempranas del callejos de Huaylas, también se
menciona los descubrimientos de Valdez en Palanda Ecuador, la ceramica de este lugar es muy
parecida a la de Cupisnique, también se menciona raudamente la clasificación hecha por Shady
para Bagua, este clasificación recibe el nombre de Morerillo.
La cerámica encontrada en el sitio de san isidro pertenece solo a la capa de relleno, se además, se
han identificado solo en dos entierros (21-22) cerámicas completas, en primer lugar se registraron
cuatro vasijas, una botella y tres vasijas de boca ancha, la botella de doble gollete representa en
uno de ellos a un personaje de forma humana con la boca abierta, y en otro gollete desempeñaría
la den silbador.
La mayoría de fragmentos de cerámica encontrados en el sitio de san isidro, son de carácter
ceremonial, se identifican técnicas como alisado, pulido, bruñido en zona pintura negativa, pre
cocción y post cocción asi mismo se observan botellas incisa y con pasta monocroma.
Las botellas policromas presentan dos variantes con engobe y sin engobe:
1. Este grupo tiene un acabado fino y brillante, con pintura post cocción en color blanco y
negro sobre engobe rojo también tienen asa puente que funciona generalmente como
silbador. Algunas de este grupo están asociadas al señor de los caracoles.
2. El otro grupo son de acabado burdo y pintura post cocción, se encuentran asociados a
fragmentos de cerámica doméstica y en contextos de relleno del templo.

Cerámica Moche encontrada en el sitio San Isidro

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