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Elogio de la Sabiduría
Ensayos en Homenaje a
Mario Bunge
en su 95° Aniversario
Guillermo M. Denegri
Compilador
Elogio de la sabiduría : Ensayos en homenaje a Mario Bunge en su
95° aniversario / José Luis Pardos Pérez ... [et.al.] ; compilado por
Guillermo M. Denegri. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires
: Eudeba, 2014.
390 p. ; 24x17 cm. - (Homenajes)
ISBN 978-950-23-2339-8
Eudeba
Universidad de Buenos Aires
© 2014
Editorial Universitaria de Buenos Aires
Sociedad de Economía Mixta
Av. Rivadavia 1571/73 (1033) Ciudad de Buenos Aires
Tel.: 4383-8025 / Fax: 4383-2202
www.eudeba.com.ar
Impreso en la Argentina
Hecho el depósito que establece la ley 11.723
Prólogo.................................................................................................................7
Pardos Pérez, José Luis
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Prólogo
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José Luis Pardos Pérez
Creo firmemente que con la primera lectura del libro del Profe-
sor y Maestro Bunge me estaba adentrando en la Filosofía Sistémi-
ca, sin ni siquiera saberlo. Especialmente en el modo de concebir el
mundo y hasta el universo como un conjunto de sistemas, cuando el
Profesor y Maestro Bunge afirma en la página 19 de su fundamental
librito que “hay cinco concepciones principales del desarrollo de una
sociedad humana: la biológica, la económica, la política, la cultural y
la integral”. Y recuerden ustedes que a la sazón yo era, modesta pero
intensamente, Director General de Cooperación Técnica Internacional
y el “desarrollo” era mi tema central y preferido. No había pues terreno
más apropiado para que esa sencilla, aquellas sencillas, claras, densas
e intensas afirmaciones y concepciones del Profesor y Maestro Mario
Bunge cayeran en un terreno más apropiado y más dispuesto a que
germinaran, crecieran y se propagaran con toda la fuerza con la que
“la Sabiduría” del Profesor y Maestro Mario Bunge; lo ha hecho en mi
vida, en mi pensamiento y en mi manera de hacer, de gestionar y de
desarrollar mi actividad intelectual, humana y de todo orden.
A él se lo debo, y voy a tratar de describirlo un poco más en este
modesto Prólogo en retribución a sus años de enseñanza, a su manera
de relacionarse humanamente y a su gestión sabia, directa y llena de
savoir faire de su trato con las personas y de la eminencia del Profesor
y Maestro Mario Bunge “felizmente reinante” (sic) en el mundo de la
enseñanza, de la sabiduría y de las prácticas humanas y de las científicas.
Pero hay algo que debo decir, muy firmemente, en el inicio de
estas líneas o Prólogo a Elogio de la Sabiduría. Ensayos en Homenaje
a Mario Bunge en su 95º Aniversario y es lo siguiente. El citado librito
(por decirlo modestamente) del grandioso Profesor y Maestro Mario
Bunge, el que me obsequiaron en el Parador Nacional de Toledo, en
1983.02.20 –como siempre fecha don Mario todos sus escritos, y un
día me lo dijo abiertamente: “mirá, JoLu, lo que te interesa saber en
primer lugar es el año en el que vivís, luego el mes y finalmente el
día”– no me ha abandonado nunca, nunca, nunca. Quiero reafirmar,
este librito debidamente subrayado en azul, luego en rojo, negro,
verde, naranja y/o amarillo, nunca me ha abandonado o nunca yo me
he alejado de él, porque siempre ha sido para mí fuente de Sabiduría,
compendio de Ciencia, y conjunto de bienes que –repito– siempre me
han sido, no solo útiles sino extremadamente benéficos, para todas
mis andanzas por el mundo, que han sido muchas, y para todos mis
quehaceres, que igualmente han sido muy variados también.
Mi Maestro y permanente Profesor Mario Bunge me ha acompaña-
do a lo largo de toda mi vida, y ya pasan más de treinta años desde que
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(y de la longevidad)
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1. Levi-Montalcini (2013:87-89).
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durante los meses de mayo y junio de este año, en uno de los mensajes
les deseaba que pasaran unas buenas vacaciones, a lo que Marta res-
pondió: “No estamos de vacaciones. Ayer mismo di un seminario en la
Universidad de Génova y estuve trabajando diez horas por día desde
que llegamos, ídem Mario. Hay una playa magnifica debajo de nuestro
departamento y el mar Mediterráneo es una maravilla pero aunque
sea difícil de creer no he bajado las escaleras a nadar ni una vez…”.
Recuerden que estamos hablando de Mario de 95 y de su mujer de 76
años… ¡¡¡no es admirable, reconfortante y sobre todo ejemplar cuando
con muchísimos años menos nos flaquean las fuerzas y creemos que ya
no tenemos nada más por hacer y producir en nuestras vidas!!!
La producción escrita de Mario es abrumadora en cantidad y
calidad. El primer trabajo publicado data de 1939 con apenas veinte
años y se titula: Introducción al estudio de los grandes pensadores.
Conferencias (Buenos Aires) III: l05-109, 124-126; su último trabajo
es del 2013 (Nº 532) se titula Bruce Trigger and the philosophical ma-
trix of scientific research. In S. Chrisomalis and A, Costopoulos (eds.),
Human Expeditions Inspired by Bruce Trigger, pp. 143-159. Toronto:
University of Toronto Press, 2013, más cinco publicaciones aceptadas
durante el 2014 que dan la friolera cifra de una producción de 537
trabajos publicados en muchísimas revista de prestigio internacional
en las áreas más disímiles (Nature, Philosophy & Phenomen. Res., Brit.
J. Phi. Sc., Am. J. Physics, Rev. Metaphysics, Phil. of Sc., Mind, J.
Philosophy, Technology & Culture, Rev. Mod. Physics, Synthese, Revue
Internat. de philosophie, Internat. J. Theoretical Physics, Gen. Systems,
J. Philos. Logic, Theory and Decision, Rev. Latinoam. de Filosofía,
Social Indicators Res., Crítica, Teorema, Diánoia, The Monist, Intern.
J. of Quantum Chem., Behav. & Brain Sc., Appl. Mathem. Modelling,
Tech. in Society, Neuroscience, J. Social & Biol. Struct., Nature and
System, Erkenntnis, Current Anthropology, Annals of Theor. Psych.,
Médecine psychosomatique, Annals New York Acad. of Sc., Phil. Soc.
Sc., J. of Socio-Economics, Science & Education, J. Physiol., Internat.
Rev. Victimology, Internat. J. of Health Serv., Foundations of Science,
entre otras).
Lo que llama poderosamente la atención es la diversidad de te-
mas estudiados y la solvencia y seriedad intelectual con la que están
abordados. No estamos contando los libros, cuya producción supera los
ciento cuarenta con traducciones a muchísimas lenguas y reimpresiones
permanentes. Es decir que don Mario Bunge ha publicado ininterrum-
pidamente durante setenta y cinco años (y lo sigue haciendo) de una
hermosísima y larga vida de 95 años cuyo cumpleaños se celebra el 21
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oscurantistas intelectuales que nos han querido vender gato por liebre.
Claro que hemos tenido la infinita fortuna de contar con este gladiador
lúcido e inteligente para defendernos y por sobre todo enseñarnos que
el “alimento es más provechoso que la basura”.
Y como un obsesivo de la longevidad (y a la que siempre vuelvo)
quiero recordar un acontecimiento que para mí fue uno de los más vívi-
dos y emocionante que he tenido la suerte de disfrutar. En oportunidad
de la visita de Mario a Mar del Plata (año 2000) para dictar un curso
de “Sociologia de la Ciencia” en el marco del Seminario Permanente
de Biofilosofía en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la
UNMdP, entre las múltiples actividades que desarrolló en su estadía
de una semana (reportajes en radio y televisión, charla para chicos
de escuela municipales, etc.) una sobresalió por los protagonistas en
cuestión y fue la charla que compartió con mi entrañable y queridísimo
amigo, ya desaparecido, Dr. Miguel Eduardo Jörg3 (1909-2002) des-
tacadísimo científico argentino en salud pública del siglo XX, último
de los discípulos vivientes del Dr. Salvador Mazza, co-descubridor de
la Enfermedad de Chagas. Bunge y Jörg no se conocían así que nos
reunimos en un bar céntrico de Mar del Plata para hacer la presenta-
ción formal e intercambiaran opiniones, anécdotas, historias y de paso
organizar una charla conjunta con tema a definir. Don Miguel tenía en
ese momento 90 años y Mario 80, rápidamente hicieron “buenas migas”
y en un momento notamos que estaban simpáticamente hablando en
alemán… y riéndose a carcajadas de lo que nosotros no podíamos sa-
ber ya que no teníamos idea del idioma… Se acordó rápidamente una
conferencia conjunta a realizarse en la Biblioteca Municipal Osvaldo
Soriano (MPGP), definimos los detalles y la difusión y a sala repleta
con gente sentada en el piso se desarrolló uno de los eventos quizás
más importantes entre estos dos “monstruos intelectuales”, donde la
lucidez, la simpatía, el conocimiento y el don de ubicación fueron los
ejes de una tarde-noche que los que tuvimos el privilegio de compartir
nunca olvidaremos y por sobre todas las cosas nos dejaron una clara
enseñanza como es que el cultivo del conocimiento y del saber nos
hace cada día mejores personas, plenas y libres y que el paso de los
años no es una desventaja, todo lo contrario el cerebro funciona cada
día mejor si lo hemos usado, trabajado, exigido y desarrollado. Don
Miguel Jörg murió unos años después con casi 94 años con una lucidez
y memoria intacta.
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Para los que “hemos dejado atrás el soborno del cielo” en pala-
bras de Bernard Shaw, una vida plena en la tierra apostando por el
conocimiento es una de la alternativas que pueden hacer que tengamos
instantes (momentos… como diría Borges) de felicidad plena y por sobre
todo potenciar ese mecanismo extraordinario que es nuestro cerebro
que cada día que pasa sin tener en cuenta los años, puede generar
nuevas y creativas conexiones nerviosas que no tengo duda influyen
decididamente sobre otras funciones orgánicas mejorándolas. Para que
esto suceda es necesario educar a nuestros niños en un ambiente de
estímulo intelectual permanente y con la firme convicción de que solo
el trabajo duro y constante puede llevarnos a buen puerto. Es frecuente
ver en nuestros días un relativismo pedagógico influido muchas veces
por pseudocorrientes posmodernistas que desconocen algo elemental
como es inculcar en los educandos el esfuerzo permanente o, como
decía con su fino humor Don Miguel Jörg, “síndrome ísqueo-púbico (es
decir “glúteos en la silla” o en términos del barrio: “c… en la silla”).
Nuestro primer Premio Nobel en Ciencias (Medicina y Fisiología, 1947)
Bernardo Houssay en su libro La investigación científica decía algo
así: “frecuentemente escucho a muchos padres que dicen… ‘mi hijo es
muy inteligente, lástima que es un haragán’… yo les digo: si fueran
inteligentes se darían cuenta que para llegar a algo hay que trabajar
mucho y bien”. Y esto que es tan cierto en Mario Bunge se ejemplifica
no solo analizando su rica trayectoria intelectual como filósofo científico
sino en su constante y a veces solitaria lucha contra la pseudo-ciencia
y las posturas posmodernistas que desprecian y acusan a la ciencia de
(casi) todos los males. Estudiar ciencias es un camino duro y sinuoso,
que requiere un esfuerzo constante y a veces sacrificado, con más
derrotas que triunfos y que no todos están dispuestos a enfrentarlo.
Los macaneadores de turno han visto a Mario Bunge como el ene-
migo cientificista a derrotar, denostándolo con argumentos falaces y
discursos oscuros y nada entendibles. Y vaya… si Bunge ha hecho de
la claridad conceptual su arma de lucha permanente con argumentos
sólidos y contundentes recibiendo como respuesta supuestos insultos
(tales como cientificista, materialista, realista, etc., etc…) que estos
fabuladores le han proferido creyendo que confundirían y desalentarían
al contrincante. Y esto a Mario lo ha hecho más fuerte y su coherencia
intelectual le ha granjeado el respecto y la admiración de miles de se-
guidores que leen sus artículos y libros en todo el mundo. Al respecto
recuerdo que hace muchos años (1989) cuando estábamos terminando la
carrera de filosofía en la Universidad Nacional de La Plata con mi gran
amiga Marta Crivos (autora de una de las contribuciones de este libro)
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Referencias Bibliográficas
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La filosofía de la ciencia como introducción
a la sabiduría
Evandro Agazzi
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La filosofía de la ciencia como introducción a la sabiduría
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Evandro Agazzi
29
La filosofía de la ciencia como introducción a la sabiduría
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Evandro Agazzi
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La filosofía de la ciencia como introducción a la sabiduría
El marco positivista
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Evandro Agazzi
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La filosofía de la ciencia como introducción a la sabiduría
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Hacia la sabiduría
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de investigación posible a la problemática
del delito
Prolegómenos
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creador) entonces, para que la sociedad surja, se tiene que dar esta ecua-
ción: “elemento humano-elemento natural y/o sobrenatural-sociedad,
poder: propiedad natural-propiedad moral”. Y recurre a la analogía
del matrimonio: “No se contrae sin la voluntad de sus miembros” La
voluntad no depende de ellos sino de la naturaleza misma de la institu-
ción, para él existe una creciente autonomía de lo político cuando trata
la doctrina del fin del poder como equivalente al bien común, iguala la
felicidad de los ciudadanos, pasando entonces el poder a ser un bien
subjetivo de la comunidad política; bien común según el cual se regula
la propia acción (democracia de origen sobrenatural) actividad natural
de la sociedad equivalente a legislar por sí misma democráticamente
del disenso al consenso, en cambio la subordinación a un soberano y el
poder hereditario es para él alienación. El poder de castigar reside en
el poder político (Locke) y el fin es lograr el bien público y según Weber
el Estado tiene la pretensión del ejercicio monopólico del poder político.
Puede apreciarse que se destaca en los antecesores del período de
las luces la lucha contra el absolutismo, las penas crueles y despropor-
cionadas relacionadas en general al antiguo régimen. Que el hombre al
reunirse en sociedad, cede parte de sus derechos al pactar, legitimando
el poder e incluyendo a todos, volcando esta exigencia en las prácticas
de castigo; buscando por objeto evitar la anarquía, amparándose en el
contractualismo. En opinión del Dr. Eugenio Raúl Zaffaroni, Becaría
ha de ser ubicado dentro del pensamiento revolucionario con ciertas
reservas, porque no todo contractualismo fue revolucionario y ni si-
quiera liberal (Zaffaroni, 2007:87-90).
Como en los pactos están representados los ciudadanos (inclusión),
entonces, se ha legitimado el poder y esta exigencia tiene reservas,
porque no todo contractualismo fue revolucionario y ni siquiera liberal.
Como en los pactos están representados los ciudadanos (inclusión),
entonces, se ha legitimado el poder y esta exigencia tiene que volcarse
con las prácticas del castigo. El objeto de la pena es predisponer al hom-
bre a la obediencia. El Derecho define las conductas que se consideran
delitos y dicta las leyes bajo penas por su incumplimiento.
El fenómeno se acompaña con la teoría de la conducta criminal y la
teoría de la conducta de la pena. Quienes rompen el pacto manifiestan
una conducta irracional, pero que les resulta ventajosamente racional
a sus motivos e intereses. Las penas deben ser limitadas, racionales,
análogas a las faltas cometidas; la teoría de la ley penal ejerce preven-
ción general negativa; la amenaza de la pena es tanto mayor disuasiva
si es parecida, análoga a la transgresión cometida. El contractualismo
se basa en el contrato que equivale a un modelo de interpretación de
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6. Virgolini (2005).
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7. Bunge (1978).
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9. Virgolini (2005:47-128).
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del delito (Bunge, 2008) emerge como una respuesta concreta a los
interrogantes planteados.
El sistemismo, no globalista, como ya hemos señalado, planteado
por Bunge, se diferencia de las teorías individualistas en sus estudios
sobre el delito, las que pusieron énfasis en su corrección, y de las globa-
lista a quienes les preocupa su prevención, presentando una alternativa
superadora e integradora, no excluyente de dichas posturas.
Mientras que el holista (globalista) considera a las acciones in-
dividuales como producto de imposiciones sociales donde las acciones
de los individuos están coaccionadas por el macro nivel; interpretando
al delito como resultante de las presiones que la sociedad ejerce sobre
los individuos; los indivudualistas, contrariamente, consideran que el
camino es inverso, desde el micro nivel, donde se desarrolla la acción
individual, se direccionan las acciones hacia el todo social; considerando
al delito como resultado de las acciones individuales sobre los sistemas
sociales (Bunge, 2008). En tanto que la propuesta sistemista, para su
estudio, puede partir del macro como del micro nivel social, poniendo
énfasis en la totalidad que posee propiedades emergentes, no distribu-
tivas, de las cuales las partes carecen; preocupándose a la vez por las
causas distales y próximas del delito. Considera que los actos de un
individuo no pueden comprenderse si no se tienen en cuenta los siste-
mas en los que participa; los cuales no podríamos entender sino como
compuestos por estos individuos y sus vinculaciones (Bunge, 2008).
Bunge al estudiar la estructura de la sociedad desarrolla una on-
tología sistémica, que como ya hemos expresado anteriormente, concibe
al universo como sistema, antes que como una colección de individuos
o un bloque uniforme; luego todo individuo indefectiblemente es un
sistema o un componente de un sistema (Bunge, 2008).
Entonces, es atinente pensar que las causales del delito no debe-
ríamos buscarlas en la sociedad, ni en los individuos, quizás tendríamos
que poner énfasis en las totalidades, el estudio de las vinculaciones
entre los componentes, los mecanismos, las intrincadas redes sociales,
emergencia y convergencia.
Efectivamente, para la explicación de un hecho deben conocerse
los mecanismos12 ellos no siempre son observables, pero dado que
sin sistema no hay mecanismos y sin mecanismos no hay explicación
(Bunge, 2003) debemos emprender su búsqueda.
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14. http://grupobunge.wordpress.com/2006/07/20/max-weber-y-los-
estudiossociales/
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Reflexiones finales
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Una aproximación no-hegemónica
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Prólogo
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Introducción
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estilo de vida, de tal manera que “conocer el futuro” interesa cada vez
más. Las empresas desean expandirse y sacar del juego a sus compe-
tidores, los gobiernos necesitan logros de distinto tipo para legitimarse
y permanecer en el poder y los ejércitos ambicionan el triunfo tanto
como las guerrillas o las mafias. La clientela parece estar asegurada y
alimenta mercados genéricos o específicos, como por ejemplo, el de la
prospectiva científica y tecnológica, actividad nuclear de los sistemas
actuales de CyT relativamente desarrollados.
En este trabajo intentaremos brindar una visión no convencional
acerca de una actividad tan importante y necesaria como incomprendi-
da y sobreestimada; y en ocasiones también falseada; nuestro objetivo
consiste en imaginar alguna forma de racionalidad politizada de la
prospectiva. A la racionalidad aportaremos mediante una mirada crí-
tica de métodos,3 instrumentos y productos de la prospectiva actual,
así como de las fuentes de información. A la politización racional de
los estudios prospectivos aportaremos mediante la identificación de las
cosmovisiones subyacentes y de la filiación ideológica de los analistas
(y sus patrones y mecenas) y a la deducción de los valores implícitos
en los ejercicios. Combatiremos de esta manera una mirada ingenua
sobre los documentos que circulan en el ambiente de la prospectiva
y estimularemos la crítica constructiva, en el convencimiento que los
países de Latinoamérica pueden desviarse de la corriente principal
y construir desde hoy un futuro alternativo con identidad, valores,
objetivos e instrumentos propios.
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13. Para una revisión del mal uso de la “probabilidad subjetiva” en economía,
ver Bunge (1982).
14. Prospectiva Agropecuaria: Espíritu, Concepción y Apuntes. Documento
interno de la Unidad de Coyuntura y prospectiva del INTA, 2010.
15. La creencia popular le asigna a los economistas una suerte de estatus
privilegiado entre los investigadores sociales y aún más a los que se dedican
a la prospectiva. Gozan del beneficio de la popularidad, basada ésta en
la hipótesis de cientificidad de los estudios del futuro. Las prospectivas y
análisis de coyuntura que elaboran la mayoría de los economistas, son en
general economicistas, esto significa que la visión, así como los análisis e
interpretaciones de la realidad social y su devenir son fundamentalmente
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21. http://100people.org.
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22. http://www.sde.nus.edu.sg/csac/.
23. http://jumpthecurve.net/agriculture/growing-up-everywhere-the-future-
of-farming/.
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24. Nótese que el desarrollo ético es uno de los ejes principales de esta
estrategia, puesto que sin ello, esta propuesta podría servir para objetivos tan
distintos como devastar el planeta, solventar genocidios, esclavizar sociedades
o salvar las ballenas francas.
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25. Ver, por ejemplo, los documentos del World Economic Forum y su
Global Agenda Council on Emergent Technologies que dice “identificar” diez
tecnologías clave para el cambio tecnológico y el remodelado social, aunque
nos quede la duda de para quiénes son “clave”, si para la gente o para la
industrias seleccionadas.
26. La expresión “prospectiva tecnológica latinoamericana” apenas arroja tres resultados
en Google para lo que va del siglo XXI.
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Referencias Bibliográficas
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future. Inter American dialogue”, disponible en http://www.the-
dialogue.org/page.cfm?pageID=32&pubID=3441, 2013.
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weforum.org/reports/annual-meeting-2014-report
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El derecho societario argentino y la filosofía
de Mario Bunge
1. Con lúcido humor, Gilbert K. Chesterton calificó de oficio raro, al del juez
sostenido en normas morales en su entretenido cuento El club de los oficios
raros.
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José David Botteri (h) y Diego Coste
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José David Botteri (h) y Diego Coste
jurídicas no existen, como quienes afirman que hay que “hacer como
que existen” porque nos conviene, o quienes están convencidos que tan
sólo se trata de normas jurídicas, omiten vincular adecuadamente la
técnica jurídica con la realidad que se pretende controlar y mejorar,
favoreciendo las confusiones mencionadas con anterioridad y aislando
al derecho de las ciencias sociales.
La doctrina normativista, con vigencia en la actualidad, ha pro-
piciado un campo fértil para la expansión del capitalismo, porque a
través de ella se logró que las sociedades comerciales se consolidaran
como herméticos vehículos de inversión de capitales orientados a la
producción de bienes y servicios.
Fortalecidas por el influjo del neoliberalismo, durante décadas las
sociedades comerciales se desenvolvieron en el mercado sin riesgo para
sus socios, quienes mantenían inmunes su patrimonio personal bajo
la valla protectora de la limitación de responsabilidad (en el caso de
los tipos societarios más utilizados, como la S.A. y la S.R.L. en nuestro
país) y de la personificación societaria.
Luego de la crisis económica argentina iniciada en el año 2001, de
la escalada de quiebras empresariales ocurridas como consecuencia y
de algunos casos catastróficos y escandalosos (como el incendio del local
República Cromagnon que fue un trágico símbolo, junto al desastre de
la aeronave de LAPA en el aeroparque de la ciudad de Buenos Aires),
la comunidad jurídica se vio forzada a reconocer que siempre, detrás
del sello de goma de una sociedad comercial, existen seres humanos
con sus virtudes y sus defectos, su patrimonio y su buena o mala fe.
A partir de ese momento se comenzó a destacar en los congresos
societarios, con gran énfasis, la necesidad de observar la realidad más
allá de las normas jurídicas. Pero la realidad observada se limitaba a la
mirada del abogado o la del juez desde su despacho. No se impuso una
convergencia de disciplinas ni respeto alguno por la labor de auténticos
científicos sociales. La realidad que se comenzó a exaltar se redujo a
intuiciones elegantes pero desprovistas de datos y de comprobación
empírica, ya que muy pocos artículos y ponencias se sostuvieron en
trabajos que aplicaban el método científico.
El enfoque sistémico y realista del profesor Mario Bunge ofrece
un camino para comenzar a analizar la realidad concreta que subya-
ce a las sociedades comerciales, armonizándola con el sistema ideal
que es el ordenamiento jurídico que busca regularla para favorecer
el bien común.
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o para que la sociedad haga o no haga algo que involucre sus intereses;
sin embargo, dicha competencia no puede jamás exceder o eliminar la
cooperación entre los socios pues, de otro modo, la sociedad comienza
su desintegración. El Derecho (normativo o judicial) debería siempre
custodiar que la competencia entre los socios no destruya la cooperación
y, por ende, la sociedad.
Las Sociedades Comerciales pueden explicarse sólo a partir de
aquí a través de un enfoque realista sobre sistemas. Un sistema es sólo
un objeto complejo que emerge de la composición de varios elementos.
La sociedad comercial puede analizarse entonces como un sistema,
pues en ella interactúan varios elementos, personas y cosas, configu-
rando un objeto complejo. Un sistema social humano, pues involucra
a varias personas que actúan directa o indirectamente sobre otros
miembros del sistema y cooperan entre sí, en algunos aspectos, en tanto
que compiten en otros, compartiendo el mismo entorno. Multifacético,
pues puede verse desde distintas perspectivas: por ejemplo, se la puede
considerar desde su aspecto puramente económico prescindiendo de sus
restantes fases (como las sociológicas o las jurídicas). Y artificial, toda
vez que está formado y se mantiene de acuerdo con políticas, planes
y reglas explícitos de diseño y no a partir de la libre reproducción o la
espontaneidad, como sucede en los casos de la familia o la amistad,
respectivamente.
La sociedad comercial es, asimismo, un sistema dinámico, pues se
encuentra sujeto a variaciones tanto propias como de sus componentes,
quienes pueden envejecer, morir o incapacitarse. Las sociedades, como
las cosas y las personas, están expuestas a un estado de flujo perma-
nente, pues también se enfrentan a cambios (para el análisis jurídico:
transformación; fusión, disolución, liquidación, etc.).
Los sistemas, en el aporte del profesor Bunge deben abordarse
conforme su composición, estructura, mecanismos y su entorno, para
tener un análisis completo.
En la composición de una sociedad comercial como sistema, que
es la colección de todos sus componentes, los elementos principales
son los socios (hay otros según se verá más adelante), que pueden ser
personas físicas u otros sistemas representados también por perso-
nas físicas en caso que la estructura del sistema lo permita, quienes
se encuentran unidos por los factores de cohesión que mencionamos
antes y que cooperan, en ciertos aspectos, así como compiten en otros.
Para formar parte de una sociedad comercial como sistema, los
socios deben realizar aportes o adquirir participaciones de quienes
lo hubieran hecho con anterioridad. Tanto en la modesta sociedad
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9. Eco (1998:10).
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José David Botteri (h) y Diego Coste
Epílogo
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El derecho societario argentino y la filosofía de Mario Bunge
Referencias Bibliográficas
120
Naturaleza y dignidad humana
121
Naturaleza y Dignidad Humana
122
Camilo J. Cela Conde, Atahualpa Fernández Neto, Marly Fernández...
123
Naturaleza y Dignidad Humana
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Camilo J. Cela Conde, Atahualpa Fernández Neto, Marly Fernández...
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Naturaleza y Dignidad Humana
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Camilo J. Cela Conde, Atahualpa Fernández Neto, Marly Fernández...
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Naturaleza y Dignidad Humana
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Camilo J. Cela Conde, Atahualpa Fernández Neto, Marly Fernández...
El sentimiento moral
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Naturaleza y Dignidad Humana
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Camilo J. Cela Conde, Atahualpa Fernández Neto, Marly Fernández...
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Naturaleza y Dignidad Humana
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Camilo J. Cela Conde, Atahualpa Fernández Neto, Marly Fernández...
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Naturaleza y Dignidad Humana
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Camilo J. Cela Conde, Atahualpa Fernández Neto, Marly Fernández...
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Naturaleza y Dignidad Humana
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Camilo J. Cela Conde, Atahualpa Fernández Neto, Marly Fernández...
La autonomía personal
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Naturaleza y Dignidad Humana
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Camilo J. Cela Conde, Atahualpa Fernández Neto, Marly Fernández...
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Naturaleza y Dignidad Humana
Referencias Bibliográficas
140
Camilo J. Cela Conde, Atahualpa Fernández Neto, Marly Fernández...
141
Naturaleza y Dignidad Humana
142
Mario Bunge y la etnografía
Marta Crivos
143
Mario Bunge y la etnografía
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Marta Crivos
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Mario Bunge y la etnografía
3. http://web.conicet.gov.ar/web/conicet.acercade.evaluacion/lista-de-miembos-
informes-promociones-y-proyectos
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Marta Crivos
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Mario Bunge y la etnografía
Referencias Bibliográficas
148
Fiat scientia nec pereat mundus
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Fiat scientia nec pereat mundus
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Antoni Domenech y María Julia Bertomeu
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Fiat scientia nec pereat mundus
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Antoni Domenech y María Julia Bertomeu
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Antoni Domenech y María Julia Bertomeu
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Fiat scientia nec pereat mundus
otro tipo. Sería pedir lo imposible. Una buena parte de las teorías
científicas existentes carecen de cualquier aplicación práctica: por eso
mismo suelen ser ignoradas por la opinión pública (y por los filósofos
que, totalmente ajenos al mundo de la ciencia básica y aplicada, fan-
tasean sobre la “racionalidad instrumental” de la “ciencia-técnica”).
La teoría científica más famosa del siglo XX (la teoría general de la
relatividad de Einstein) se mantuvo durante tres cuartos de siglo sin
tener la menor aplicación práctica tecnológica, y sólo recientemente
ha encontrado una (los sistemas de navegación GPS). Cuando Ja-
mes Watson, Francis Crick y la injustamente olvidada cristalógrafa
Rosalind Franklin descubrieron las bases químicas de la vida y la
estructura de doble hélice del ADN a comienzos de los cincuenta,
nadie podía suponer que eso iba a tener consecuencias tecnológicas
e industriales importantes.5 Y todavía no habría llegado a tenerlas,
de no ser por el descubrimiento puramente casual, en 1969, en un
laboratorio de Passadena, del llamado “bisturí enzimático”, que per-
mite “cortar” precisamente el material genético por sus articulaciones
informativas.
Resumiendo: la organización de la investigación científica básica
o fundamental no puede tener otro propósito que la búsqueda del
conocimiento por sí mismo, con independencia de las consecuencias
que el éxito –o el fracaso– de la búsqueda traiga consigo. Ni puede
tener otra motivación social que la de satisfacer la curiosidad huma-
na. Y buena parte de las teorías científicas que consideramos buenas
y (aproximadamente) verdaderas no tienen (¿todavía?) aplicación
práctica alguna.
Eso no quiere decir que, una vez lograda una “conquista” cien-
tífica fundamental en un campo de estudio, no puedan aparecer o
buscarse aplicaciones tecnológicas con consecuencias prácticas (indus-
triales, militares, financieras, ecológicas, etc.). Y cuando eso ocurre,
huelga decirlo, las consecuencias suelen ser de gran calado: no hay
tecnología práctica más potente que la basada en descubrimientos
teórico-científicos profundos y fundamentales. Sin embargo, es im-
posible “planear” la rentabilidad de las inversiones en investigación
científica básica en función de esas totalmente inciertas consecuencias
prácticas.
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Antoni Domenech y María Julia Bertomeu
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Fiat scientia nec pereat mundus
7. Harper (2011).
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Antoni Domenech y María Julia Bertomeu
Referencias Bibliográficas
159
Fiat scientia nec pereat mundus
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Mario Bunge y el mito de la interpretación
de Copenhague
Ricardo J. Gómez
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Mario Bunge y el mito de la interpretación de Copenhague
Principio de Indeterminación
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Ricardo J. Gómez
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Mario Bunge y el mito de la interpretación de Copenhague
Complementariedad
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Ricardo J. Gómez
Completicidad
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Ricardo J. Gómez
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Mario Bunge y el mito de la interpretación de Copenhague
Objetivo de la física
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Ricardo J. Gómez
Metafísica
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Mario Bunge y el mito de la interpretación de Copenhague
Objetividad
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Ricardo J. Gómez
171
Mario Bunge y el mito de la interpretación de Copenhague
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Ricardo J. Gómez
173
Mario Bunge y el mito de la interpretación de Copenhague
Finalismo e inevitabilidad
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Ricardo J. Gómez
175
Mario Bunge y el mito de la interpretación de Copenhague
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Ricardo J. Gómez
5. Einstein (1988b:683).
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Ricardo J. Gómez
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Mario Bunge y el mito de la interpretación de Copenhague
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Ricardo J. Gómez
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Mario Bunge y el mito de la interpretación de Copenhague
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183
Mario Bunge y el mito de la interpretación de Copenhague
184
Dos enfoques mecanísmicos de la explicación
en ecología
Introducción
185
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Rafael González del Solar, Luis Marone y Javier López de Casenave
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6. Esta pauta objetiva, o ley1, se define como una relación de inclusión del
alcance de una propiedad perteneciente a una cosa o entidad en el alcance de
otra propiedad perteneciente a una cosa o entidad de la misma clase. Bunge
profundiza este concepto mediante la siguiente definición de enunciado legal
(o ley2): “Sea Xm = (M, F) un esquema funcional de la cosa X. Llamaremos
enunciado legal a toda restricción de los valores posibles de los componentes
de F y toda relación entre dos o más de esos componentes sii (i) esta pertenece
a una teoría consistente acerca de los X y, además, (ii) ha sido confirmada
empíricamente en una medida satisfactoria” (Bunge, 1979:129).
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Dos enfoques mecanísmicos de la explicación en ecología
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Rafael González del Solar, Luis Marone y Javier López de Casenave
…por ello los problemas, especialmente los problemas que empiezan con
“por qué”, son el origen de la ciencia […] por ello, además, la exigencia
de dejar de intentar explicar para concentrarse en la descripción o con-
tentarse con lo que ya se ha explicado conduce a acabar con la ciencia.
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Referencias Bibliográficas
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Médicos y pacientes, la evolución de la relación
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Los pacientes y los médicos, la evolución de la relación
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Jorge Laborda Molteni
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Jorge Laborda Molteni
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Jorge Laborda Molteni
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Jorge Laborda Molteni
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Los pacientes y los médicos, la evolución de la relación
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Jorge Laborda Molteni
Referencias Bibliográficas
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Los pacientes y los médicos, la evolución de la relación
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La ontología y la filosofía de la mente
de Mario Bunge1 2
Martin Mahner
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La Ontología y la Filosofía de la Mente de Mario Bunge
1979, 1980, 2010; Bunge y Ardila 1987), así como numerosos artícu-
los. Sin embargo, en lugar de entablar discusiones sobre los temas
de interés para el mainstream de la filosofía de la mente en cada
momento, se dedicó a exponer sus puntos de vista sobre el tema. En
este aporte haré una revisión de algunas de las cuestiones metafí-
sicas en la filosofía de la mente que resultan ser no-problemas en
la ontología de Mario Bunge, o que se pueden responder fácilmente
desde su perspectiva.
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Martin Mahner
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La Ontología y la Filosofía de la Mente de Mario Bunge
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La Ontología y la Filosofía de la Mente de Mario Bunge
Zombis
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Martin Mahner
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La Ontología y la Filosofía de la Mente de Mario Bunge
Referencias Bibliográficas
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Martin Mahner
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La ontología de Mario Bunge
Jesús Mosterín
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La ontología de Mario Bunge
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Jesús Mosterín
El materialismo
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La ontología de Mario Bunge
¿Qué es la materia?
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Jesús Mosterín
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La ontología de Mario Bunge
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Jesús Mosterín
son entidades materiales. Más oscuro está el tema de sus hijos posibles.
Quizá son los elementos del producto cartesiano de los espermatozoides
producidos por Mario en su larga vida con el conjunto de los óvulos
de sus dos mujeres sucesivas (o de todas las mujeres de su tiempo o
incluso de todas las mujeres posibles).
¿Qué es una cosa material? Según Bunge, una cosa material es
una cosa mutable, una cosa cambiante, algo que cambia. Todo lo ma-
terial cambia y todo lo que cambia es material. Esta definición ha sido
criticada por poco específica. En efecto, los espiritualistas consideran
que también los espíritus cambian, que Dios monta en cólera o perdo-
na, que un día crea el agua y otro día descansa, que las almas pecan y
luego se arrepienten, que los fantasmas de vez en cuando salen de las
tumbas, arrastran sus cadenas o meten ruido. Bunge podría replicar
(con razón) que tales espíritus no existen, y que para cambiar hay que
empezar por existir. Además, a veces Bunge caracteriza lo material
como lo no-mental. Supongo que lo mental son los sentimientos y
pensamientos conscientes, que obviamente son cambiantes y cambian
constantemente; incluso desaparecen cada noche. Tomándonos en
serio la definición bungiana, habría que concluir que lo mental tam-
bién es material. Pero, entonces, ¿cómo identificar lo material como
lo no-mental?
Una objeción quizá más grave es que no acabamos de entender
de qué hablamos cuando hablamos de la materia, ya que el estudio
de la materia por la física actual todavía está rodeado de sombras.
Los físicos piensan que la materia que conocemos (la constituida por
átomos) representa solo el 5 % de la materia-energía del Universo. Se
calcula que el 27 % es materia oscura, que es otra manera de decir que
no sabemos lo que es, aunque sabemos que existe, pues ejerce atracción
gravitatoria. Todavía más oscura, si cabe y valga la redundancia, es la
energía oscura, cuya contribución a la materia-energía del Universo
se estima en un 73 % y que parece ser responsable de la aceleración
de la expansión cósmica, inferida de las mediciones de distancias a las
supernovas lejanas de tipo Ia.
Sin duda, uno de los conceptos más generales de la física es el
concepto métrico de energía y uno de sus principios más generales es el
de conservación de la energía, que sirve como un criterio de contaduría,
que nos ayuda a descubrir si nos hemos olvidado algún factor en nues-
tros cálculos y descripciones de procesos físicos. Según Bunge, se trata
de un principio filosófico: “El principio general de conservación de la
energía pertenece más a la filosofía que a la física” (Bunge, 2001: 55).
También el concepto mismo de energía es filosófico: “La introducción
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La ontología de Mario Bunge
Individuos concretos
242
Jesús Mosterín
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La ontología de Mario Bunge
sé. Me temo que nuestras intuiciones al respecto solo son claras en los
casos extremos.
En el tomo tercero de su Treatise, Bunge presentó una teoría
ontológica que pretendía (entre otras cosas) caracterizar de un modo
axiomático la noción de individuo concreto. Si su intento hubiera sido
exitoso, dispondríamos de un instrumento eficaz con el que superar
la vaguedad de nuestras intuiciones sobre lo que sea un individuo
concreto. Me habría encantado que Bunge hubiera encontrado una
caracterización teórica de la noción de individuo concreto que solo
fuese satisfecha por los (que Bunge considera) individuos concretos.
Pero la caracterización que ofrece Bunge del conjunto de los individuos
concretos es satisfecha por una infinidad de constructos que (según su
propia intuición) no son individuos concretos. En el capítulo 1 se trata
de caracterizar axiomáticamente lo que es un individuo concreto o,
mejor dicho, el conjunto de todos los individuos concretos, junto con su
composición, etc. Desgraciadamente, todas las condiciones especificadas
por Bunge son satisfechas por cualquier álgebra de Boole atómica, y
en especial por cualquier álgebra de Boole de partes de un conjunto
cualquiera dado, la cual (según Bunge) siempre es un conjunto de
constructos, no de individuos concretos. Por tanto, la caracterización
no funciona (al menos no funciona como instrumento para separar
individuos concretos de constructos). Ese fracaso no es casual, sino
debido a una limitación intrínseca del método axiomático, relacionada
con el teorema de Löwenheim-Skolem.
En su réplica, Bunge parece atribuir el problema a que nos
quedamos en el capítulo 1 y no llegamos a los capítulos 2 y 3, donde
está la solución, basada en la definición de las nociones de propiedad
sustancial y de cosa concreta. Ojalá fuera así de simple, pero esas
definiciones presuponen la de individuo concreto, y hacen agua con
ella. En efecto, el capítulo 2 define propiedad sustancial como propie-
dad poseída por algún individuo concreto (pág. 71). Por tanto, si no
sabemos lo que es un individuo concreto, tampoco entenderemos lo
que sea una propiedad sustancial. El capítulo 3 define cosa concreta
como par ordenado formado por un individuo concreto y la totalidad
de sus propiedades sustanciales (pág. 110‑111). Si no sabemos lo que
es un individuo concreto ni una propiedad sustancial (y mucho menos
lo que sea la totalidad de las propiedades sustanciales de un individuo
concreto), esta definición de cosa concreta no nos resultará muy ilu-
minadora. En cualquier caso, hay modelos matemáticos –expansiones
triviales de cualquier álgebra de Boole atómica– que satisfacen todas
esas definiciones y postulados. Todavía en 1985 hizo otro intento y
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Jesús Mosterín
Ficcionalismo matemático
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La ontología de Mario Bunge
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Jesús Mosterín
La noción de sistema
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La ontología de Mario Bunge
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Jesús Mosterín
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La ontología de Mario Bunge
ser tomadas en serio, lo que incluye algunas críticas, como las que aquí
se han hecho y que no tienen otro sentido que homenajear a este gran
filósofo y gran amigo mío que es Mario Bunge.
Referencias Bibliográficas
250
Algunos retos filosóficos de la política científica
251
Algunos retos filosóficos de la política científica
252
Miguel Á. Quintanilla Fisac
253
Algunos retos filosóficos de la política científica
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Miguel Á. Quintanilla Fisac
255
Algunos retos filosóficos de la política científica
El poder y la ciencia
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Miguel Á. Quintanilla Fisac
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Algunos retos filosóficos de la política científica
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Miguel Á. Quintanilla Fisac
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Algunos retos filosóficos de la política científica
parte de las políticas científicas puede ser una de esas modas que po-
drían pasar sin mayor trascendencia, salvo la de haber contribuido a
supeditar por completo la política científica y tecnológica a la política
económica. Puede ser, pero también puede ser que estemos asistiendo
a una crisis profunda que tiene raíces culturales más amplias y que
plantea retos importantes a la reflexión filosófica.
Veamos. Si la investigación científica en sí misma no tiene un
valor intrínseco y diferenciado que merezca la pena preservar y au-
mentar, entonces solamente será objeto de atención por parte del poder
político de forma vicaria y subordinada a otros objetivos, por ejemplo
de carácter ideológico o económico. Ahora bien, si desde la economía
se nos dice que la innovación solo muy remota e indirectamente de-
pende de la investigación básica, ya solo quedan motivos ideológicos
para mantener el apoyo público a la investigación básica. Y aquí de
nuevo nos encontramos, o bien con una filosofía para la que todo vale
y la investigación básica tiene el mismo valor cognitivo que cualquier
otro sistema de conocimientos, o bien con una filosofía inspirada en el
realismo científico para la que el conocimiento científico es una parte
irrenunciable y prioritaria del patrimonio cultural de la civilización
moderna.
A los filósofos relativistas les debería parecer normal que en tiem-
pos de crisis económica una de las primeras partidas que sacrifican
los gobiernos sea la que se dedica a investigación y desarrollo en la
instituciones académicas, prioritariamente dedicadas a la investigación
básica, que se considera como un objeto de consumo de lujo al que se
debe renunciar para atender otras prioridades. En cambio, un filósofo
realista puede proporcionar al político argumentos muy diferentes que
le permitirán sopesar el nivel de apoyo a la investigación básica de
forma más equilibrada. Para empezar el filósofo realista explicará que
los resultados de la investigación básica, aunque siempre tentativos e
incompletos, proporcionan conocimientos del máximo nivel de calidad
acerca de la realidad en la que se desenvuelven nuestras vidas. Por
lo tanto, independientemente de las coyunturas por las que atraviese
nuestra sociedad, el conocimiento científico debe considerarse siempre
parte del patrimonio conseguido con el esfuerzo de toda la humanidad
a lo largo de su historia. Hay otras muchas tradiciones que se desarro-
llan a lo largo de siglos y que llegan hasta nuestros días, en el campo
de las religiones o las artes o la política, pero la tradición científica es
la única que presenta un incesante dinamismo, debido a su carácter
creativo y acumulativo: gracias a la ciencia sabemos hoy más que ayer
y podemos confiar en que seguiremos aumentando nuestra capacidad
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Miguel Á. Quintanilla Fisac
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Algunos retos filosóficos de la política científica
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Algunos retos filosóficos de la política científica
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Miguel Á. Quintanilla Fisac
Referencias Bibliográficas
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Algunos retos filosóficos de la política científica
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Propuestas epistemológicas de Mario Bunge para
comprender la tecnología: reglas, fines, acciones
racionales, diseños
Eduardo R. Scarano
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Propuestas epistemológicas de Mario Bunge para comprender la Tecnología
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Eduardo R. Scarano
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Propuestas epistemológicas de Mario Bunge para comprender la Tecnología
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Propuestas epistemológicas de Mario Bunge para comprender la Tecnología
del conocimiento aprendido, por lo menos la primera vez que fue ejecu-
tado, circunscribe lo artificial exactamente a los productos de los seres
racionales o sus sustitutos, como los robots. La característica final, ser
utilizable por otros, alude a la necesidad de que lo artificial manifieste
un valor social, actual o potencial. Es una definición tan amplia que
incluye tanto la técnica como la tecnología; y también producciones
muy diversas desde máquinas a organizaciones sociales pasando por
virus modificados genéticamente, objetos, computadoras, procesos,
(los servicios o la enseñanza), o manifestaciones culturales (teoremas
o programas de computación).
La técnica y la tecnología se manifiestan siempre en artefactos,
es decir, en objetos artificiales. Utiliza distinciones ontológicas que
realiza en el Treatise. Aquí distingue tres categorías de hechos: cosas,
estados de cosas y cambios en una cosa. Consecuentemente se pueden
distinguir los siguientes tipos de artefactos: cosas artificiales, o artefac-
tos en sentido estricto, como nuevos materiales, máquinas o una casa;
estados artificiales, es decir, los estados alcanzados por cosas naturales
o artificiales como resultado de acciones, como erradicación del sida o
la pobreza, la elevación del nivel de vida; y cambios artificiales, o sea,
los cambios producidos por el trabajo, como el aprendizaje de la lectura
o escritura, el voto no calificado en un sistema político.
El nivel ontológico de lo artificial siempre es producto del tra-
bajo manual o cerebral de los hombres o sus sustitutos. ¿No está
tan ampliamente definido que se superpone con lo artístico y con
lo ético y coincide con toda conducta humana? Efectivamente, toda
manifestación cultural es obviamente artificial, y la conducta huma-
na no instintiva resultado de una opción es artificial. Siempre en la
conducta humana hay un artefacto que es el propio cuerpo humano.
Normalmente se utiliza de manera implícita un sentido restringido
de artefacto que coincide con los técnicos-tecnológicos. Son la subclase
de artefactos cuya generación supone conocimiento aprendido. En
adelante, salvo mención explícita contraria, nos referimos al sentido
restringido de artefacto.
Las diferencias entre ambos ámbitos natural y artificial no signifi-
ca caer en la antigua antinomia por la cual los artefactos estaban fuera
del orden natural, como ocurrió, por ejemplo, entre los griegos. Cada
uno de los componentes elementales de un artefacto está sujeto a las
leyes naturales, es decir, pueden ser analizados desde las regularidades
a las que obedecen. Tanto, que justamente la virtud del tecnólogo es
utilizar mediante el conocimiento científico las leyes naturales para
obtener los artefactos. La conexión es tan íntima entre artefacto y na-
278
Eduardo R. Scarano
Diseño y planificación
279
Propuestas epistemológicas de Mario Bunge para comprender la Tecnología
280
Eduardo R. Scarano
Only experiment can tell with some certainty whether a new artifact
brings a gain, a loss, or neither, relative to possible alternatives. When
experiments are preformed on artifacts, surprising results are often
obtained: for example, social programs that had been carefully designed
prove to be total failures (Bunge, 1985c:231).
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Propuestas epistemológicas de Mario Bunge para comprender la Tecnología
Familias de tecnologías
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Eduardo R. Scarano
Para que haya una familia de tecnologías tiene que haber otra
tecnología contigua y parcialmente superpuesta con las mismas carac-
terísticas generales que σ .
A continuación se realizan algunas observaciones más abarcati-
vas puesto que se han expuesto cada una de las cuatro concepciones.
La primera, determina la tecnología por los fines, es la más limitada y
sirve especialmente para distinguir si se está frente a la ciencia o a la
tecnología y no brinda mayor guía para profundizar la cuestión. La se-
gunda, la considera como una acción máximamente racional, compromete
con una idea de racionalidad que Bunge ha abandonado a partir de las
críticas a la teoría de la incertidumbre y de manera más general, de la
teoría estándar de la acción. La tercera, la regla tecnológica, parece más
prometedora puesto que traduce tradicionalmente mediante la función
directiva del lenguaje, el debiera ser en lugar del es, pero deja sin desa-
rrollar otros conocimientos no científicos y aspectos éticos y políticos que
son cruciales para comprender la tecnología misma y diferenciar aquellas
dirigidas a lograr el mismo objetivo. Finalmente, el diseño de artefactos
basados en el método y el conocimiento científicos es la concepción más
articulada, abarcativa y específica para comprender la tecnología y en
la que supera algunas limitaciones anteriores.
Es interesante señalar un hilo común en las cuatro concepciones,
se resalta y se analiza la conexión del conocimiento científico con la tec-
nología pero se diluye el análisis de los conocimientos no científicos, los
283
Propuestas epistemológicas de Mario Bunge para comprender la Tecnología
La administración científica
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Eduardo R. Scarano
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Propuestas epistemológicas de Mario Bunge para comprender la Tecnología
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Eduardo R. Scarano
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Propuestas epistemológicas de Mario Bunge para comprender la Tecnología
Referencias Bibliográficas
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Eduardo R. Scarano
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Nota histórica sobre la noción de causa
Roberto Torretti
1. Como es sabido, los actos de culto cuya ejecución correcta ha dado de comer
durante milenios a miríadas de sacerdotes buscan principalmente propiciar el
favor de los dioses o aplacar su ira y sus celos (el θεῶν φθόνος que menciona
Esquilo, Persae 362).
291
Nota histórica sobre la noción de causa
292
Roberto Torretti
3. A diferencia de Hume, Kant no exige que la causa sea contigua al efecto; antes
bien, recurre a la acción a distancia –como la ejercida por la fuerza gravitacional
newtoniana– para fundamentar la simultaneidad objetiva entre fenómenos no
contiguos. Para jugar este papel, claro está, la causa debe coincidir en el tiempo
con su efecto, no precederlo. Ello genera un rompecabezas para los apologistas
de Kant (cf. Paton 1936:310-331, Vol. 2). Afortunadamente, la física del siglo
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Nota histórica sobre la noción de causa
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Roberto Torretti
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Nota histórica sobre la noción de causa
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Roberto Torretti
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Roberto Torretti
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Nota histórica sobre la noción de causa
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Roberto Torretti
10. A mi “guía para el lector” debo añadir el estimulante libro colectivo editado
por Huw Price y Richard Corry (2007), que bien puede servir de base a un
curso universitario sobre el estado de la cuestión.
11. La frase elegida por Woodward elimina pues de una plumada la exigencia
tradicional de elucidar la supuestamente oscura noción de causa y con ello,
espero, la práctica de aducir con este propósito otras francamente más oscuras,
como la conexión necesaria entre impresiones sensibles contiguas y sucesivas
(David Hume) o la evolución imaginaria de un mundo distinto del nuestro pero
muy similar a él (David Lewis).
303
Nota histórica sobre la noción de causa
agua para la ducha matinal hasta que apagamos las luces por la noche
para ponernos a dormir. Woodward no pretende poseer una noción más
perspicua a la que los conceptos de causa y efecto puedan “reducirse”,
sino que desenfadadamente elucida la causalidad mediante la noción
indisimulablemente causal de intervención. Más significativamente
quizás. Woodward supone que cada aseveración causal es siempre
relativa a un conjunto de variables pertinentes. En sus términos, dado
un conjunto de variables V = {F, G, H,…, Q}, cada una de las cuales
admite cierto número de valores (dos o más, y posiblemente un conti-
nuo), una condición necesaria y suficiente para que F sea una causa
directa de G con respecto al conjunto V es que haya una intervención
posible sobre F que alteraría a G o a la distribución probabilística de
G si todas las otras variables H,…, Q Î V se mantienen fijas, cada
una en un valor determinado. Una condición necesaria y suficiente
para que F sea una causa contribuyente de G con respecto a V es que
haya (i) un conjunto de variables Z1,…, Zn Î V tal que Z1 = F, Zn =
G y, para cada k tal que 1 ≤ k < n, Zk sea la causa directa de Zk+1 con
repecto a V, y (ii) una intervención posible sobre F que alteraría G o la
distribución probabilística de G si todas las variables en V\{Z1,…,Zn}
se mantienen fijas.
La selección del conjunto de variables relativamente al cual se
asevera que existe una relación causal dependerá ciertamente de las
circunstancias del caso, pero también del contexto en que la aseveración
se hace, y específicamente del proyecto humano en interés del cual se la
hace. Así pues, el concepto de causalidad es estrictamente pragmático.
Desde este punto de vista filosófico no hay ninguna esperanza de en-
contrar el llamado “orden causal del universo”, ni siquiera de hallarle
un sentido a la idea de que tal orden existe. Judea Pearl (2000:350) lo
ha visto y descrito con gran lucidez: “Si usted quiere incluir el universo
entero en el modelo, la causalidad desaparece, porque desaparecen las
intervenciones –se borra el distingo entre el manipulador y el mani-
pulado–. Sin embargo, los científicos rara vez consideran la totalidad
del universo como objeto de investigación. En la mayoría de los casos,
el científico escinde un trozo del universo y proclama que ese trozo
está dentro –a saber, del foco de la investigación–. El resto del uni-
verso se considera entonces fuera, o trasfondo, y se resume en lo que
llamamos condiciones de frontera. Esta selección de dentros y fueras
(ins and outs) introduce asimetría en nuestro modo de considerar las
cosas y esta asimetría es lo que nos permite hablar de ‘intervención
externa’ y por ende de causalidad y de la dirección que va de la causa
al efecto”. El análisis causal pende pues de “la manera como trozamos
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Roberto Torretti
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Nota histórica sobre la noción de causa
Referencias Bibliográficas
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Roberto Torretti
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Nota histórica sobre la noción de causa
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¿Partículas u ondas? Problemas ontológicos
en la mecánica cuántica
Héctor Vucetich1
Introducción
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¿Partículas u ondas? Problemas ontológicos en la Mecánica Cuántica
La mecánica clásica
310
Héctor Vucetich
(2)
Podemos mirar el estado presente del universo como el efecto del pasado
y la causa de su futuro. Un intelecto que en cualquier momento dado
supiese todas las fuerzas que animan la naturaleza y las posiciones de
los seres que la componen, y si este intelecto fuera lo suficientemente
vasto para someter los datos al análisis, podría condensar en una simple
fórmula el movimiento de los grandes cuerpos del universo y del átomo
más ligero; para tal intelecto nada sería incierto y el futuro así como el
pasado estarían frente sus ojos.
311
¿Partículas u ondas? Problemas ontológicos en la Mecánica Cuántica
Mecánicacuántica
3. Usamos este nombre “neutro”, propuesto por Mario Bunge, como alternativa
a otros como “partícula” u “onda”. De vez en cuando, por abuso de lenguaje,
los usaremos en lugar de cuantón.
312
Héctor Vucetich
(4)
(5)
(7)
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¿Partículas u ondas? Problemas ontológicos en la Mecánica Cuántica
Dos rendijas
314
Héctor Vucetich
Fuente: http://en.wikipedia.org/wiki/Diffraction.
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¿Partículas u ondas? Problemas ontológicos en la Mecánica Cuántica
(10)
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Héctor Vucetich
Fuente: http://en.wikipedia.org/wiki/Double-slit-experiment.
“Partículas idénticas”
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¿Partículas u ondas? Problemas ontológicos en la Mecánica Cuántica
Fotones en la pantalla
(11)
(12)
y, más aún, el fotón interactúa con cada electrón como si los demás
no existiesen.
Consideremos, por ejemplo, la interacción de un fotón con una
“pantalla de gas”. Si bien el hamiltoniano (12) describe la interacción
del fotón con todos los electrones presentes sólo uno es capaz de absorber
el fotón y ese electrón (¿cuál? ) está localizado en un átomo. La teoría
no describe cuál de los electrones es excitado primero.
Pero los electrones de la pantalla (si no es conductora) están
ligados a un átomo en una región cuya escala es del orden de un
318
Héctor Vucetich
(13)
Conclusiones
319
¿Partículas u ondas? Problemas ontológicos en la Mecánica Cuántica
(15)
(16)
Referencias Bibliográficas
320
Héctor Vucetich
Internet
http://en.wikipedia.org/wiki/Diffraction.
http://en.wikipedia.org/wiki/Double-slit-experiment.
http://en.wikipedia.org/wiki/Young-interference-experiment.
321
Breves consideraciones sobre
parasitismo animal
Introducción
323
Breves consideraciones sobre parasitismo animal
324
Francisco Gerardo Yannarella
325
Breves consideraciones sobre parasitismo animal
Parasitismo - Parasitosis
326
Francisco Gerardo Yannarella
327
Breves consideraciones sobre parasitismo animal
328
Francisco Gerardo Yannarella
329
Breves consideraciones sobre parasitismo animal
A) P y H
donde
donde
C) P1 x H1
donde
D) P ≥ H
donde
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Francisco Gerardo Yannarella
331
Breves consideraciones sobre parasitismo animal
332
Francisco Gerardo Yannarella
Discusión
333
Breves consideraciones sobre parasitismo animal
GráficoRepresentación gráfica
1: Representación de de
gráfica la estructura funcional
la estructura funcional del pa-
del Parasitismo como Subsistema Negentrópico
rasitismo como subsistema negentrópico
FUENTE
DE INSUMOS
Parásito
Huesped
BIOTOPO
UNIVERSO
SUSTRATO INTERFASICO (Tisular o cavitario o celular)
Materia
Energía
Biocomponentes ontogénicos (hospedadores, huevos, embriones, larvas,
quistes, etc.)
334
Francisco Gerardo Yannarella
Glosario
Referencias Bibliográficas
335
Profesor Mario Bunge
Curruculum Vitae
1. PERSONAL
2. DISTINCIONES
337
Curriculum Vitae
338
Profesor Mario Bunge
3. CARGOS ACADÉMICOS
339
Curriculum Vitae
4. SOCIEDADES Y REVISTAS
340
Profesor Mario Bunge
341
Curriculum Vitae
342
Profesor Mario Bunge
5. WHO’S WHO’S
6. DICCIONARIOS
343
Curriculum Vitae
344
Profesor Mario Bunge
345
Curriculum Vitae
346
Profesor Mario Bunge
347
Curriculum Vitae
348
Profesor Mario Bunge
349
Curriculum Vitae
350
Profesor Mario Bunge
351
Curriculum Vitae
352
Profesor Mario Bunge
353
Curriculum Vitae
354
Profesor Mario Bunge
355
Curriculum Vitae
356
Profesor Mario Bunge
357
Curriculum Vitae
358
Profesor Mario Bunge
359
Curriculum Vitae
360
Profesor Mario Bunge
361
Curriculum Vitae
362
Profesor Mario Bunge
363
Curriculum Vitae
364
Profesor Mario Bunge
365
Curriculum Vitae
366
Profesor Mario Bunge
367
Curriculum Vitae
368
Profesor Mario Bunge
369
Curriculum Vitae
370
Profesor Mario Bunge
371
Curriculum Vitae
372
Profesor Mario Bunge
373
Curriculum Vitae
Revisión de Libros
374
Profesor Mario Bunge
375
Curriculum Vitae
376
Profesor Mario Bunge
377
Curriculum Vitae
378
Profesor Mario Bunge
80. Ethics: The Good and the Right, Vol. 8 of Treatise on Basic Phi-
losophy. Dordrecht-Boston: Reidel, 1989.
81. Mente y sociedad. Madrid: Alianza Editorial, 1989.
82. Filosofia della fisica. Traducción Italiana de # 32. Abano Terme:
Piovan Editore, 1989.
83. Philosophie der Psychologie. Traducción Alemana de #77, Con
un nuevo prefacio de los autores. Tübingen: J. C. B. Mohr (Paul
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84. Sociología de la ciencia. Buenos Aires: Siglo Veinte, 1993.
85. La science, sa méthode et sa philosophie. Traducción comentada
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94. Ciencia, técnica y desarrollo. Edición Revisada de #52. Buenos
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Press, 1998. Vuelta a publicar en rústica, 1999.
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Sudamericana, 1998.
99. Philosophy of Science, Vol. 1: From Problem to Theory Updated
version of #18. New Brunswick NJ: Transaction Publishers,
1998.
379
Curriculum Vitae
380
Profesor Mario Bunge
381
Curriculum Vitae
En prensa
En preparación
382
Sobre los Autores
383
Sobre los autores
384
Sobre los autores
385
Sobre los autores
386
Sobre los autores
387
Sobre los autores
388
Sobre los autores
389
Este libro se terminó de imprimir
en el mes de septiembre de 2014,
en Primera Clase Impresores,
California 1231, Buenos Aires, Argentina.
Tirada 1000 ejemplares.