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A MI COLEGIO CRISTO

REY
Alma mater de mi vida
aulas llenas de bullicio
de silencios y docencia
yo jamás te olvidaré

Arbol frondoso del saber,


tu sombra cobijo sensaciones
mágico jardín, que perfumó
con su aroma mis ilusiones

Te recuerdo con nostalgia


añorando el salón de clases,
jugueteando en los recreos
con las motas polvorientas

Fiel testigo de inocencias


miradas tibias cautivantes
algunas lagrimas furtivas
de amores ruborizantes

Ahora que el tiempo pasa


que será de mi carpeta
del corazón que grabé
cuando yo me enamoré

Siempre estarás presente


en mi lucida memoria
eres para mi la gloria
¡Viva el Cristo Rey¡
Educar

Gabriel Celaya

Educar es lo mismo
que poner un motor a una barca…
Hay que medir, pensar, equilibrar…
y poner todo en marcha.
Pero para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino…
un poco de pirata…
un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia concentrada.
Pero es consolador soñar,
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño,
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes, hacia islas lejanas.
Soñar que, cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera enarbolada.

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