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Unos investigadores irlandeses del Trinity College de Dublín anunciaron el desarrollo de un nuevo
método para obtener grafeno (la sustancia formada por carbono puro que cuenta con unas propiedades
físicas y químicas muy interesantes para la industria electrónica) utilizando agua y una licuadora
doméstica.
A comienzos de Abril se dieron a conocer los avances que había conseguido Samsung en la producción
del grafeno con un nuevo método que permite sintetizar esta sustancia a gran escala sin que los costos
se disparen y logrando que las propiedades se conserven en buen estado.
De la mano de la Universidad Sungkyunkwan, Samsung habría logrado desarrollar un método de
fabricación que resuelve los problemas de la síntesis del grafeno en un solo cristal y mantiene sus
propiedades. El proceso sería capaz de crear obleas similares a las utilizadas para los chips de silicio
disminuyendo el costo relacionado al cambio de material, manteniendo gran parte del proceso actual.
Ahora, un grupo de científicos liderados por el profesor Jonathann Coleman ha anunciado el desarrollo
de un nuevo método para la producción en masa de este material utilizando agua y una licuadora
casera. Los investigadores pertenecen al Centro Amber de Dublín, que se dedica a la investigación en
materiales avanzados y en bioingeniería y han logrado solucionar el problema de la producción en
masa del grafeno, evitando el material tenga defectos usando una licuadora normal y corriente.
UNA COMPAÑÍA BRITÁNICA LLAMADA "THOMAS SWAN" LLEVARÁ EL PROCESO, QUE HA SIDO
PATENTADO, A ESCALA INDUSTRIAL Y ESPERA CONSEGUIR UN KILO DE GRAFENO AL DÍA A
FINALES DE AÑO. LOS INVESTIGADORES CREEN QUE SUPONE UN IMPORTANTE PASO
ADELANTE PARA PRODUCIR GRAFENO SIN LÍMITES DE FORMA BARATA.
Cumple perfectamente con las funciones del Silicio pero con un menor consumo de electricidad. Se
puede cambiar su comportamiento de forma que puede configurarse para que lo repela el agua o para
que mejore una de sus cualidades como la conductividad. Una cualidad suya muy sorprendente es su
capacidad de auto-reparación, ya que se han realizado pruebas produciendo un agujero sobre su
superficie y este consigue repararse atrayendo átomos de carbono situados en las proximidades.
Finalmente, otra cualidad del grafeno que no se ha explorado por su naturaleza extrema es la de
absorber residuos radiactivos, pero sin duda esta prometedora característica será explotada en un
futuro no muy lejano.
Además, es el material más delgado del mundo y también el más fuerte. Su eficiencia conductora de
electricidad se asemeja a la del cobre, y supera a la de cualquier otro material en lo referente a la
conducción de calor.
Por todas estas características, muchos consideran que el grafeno podría mejorar exponencialmente la
electrónica y la microelectrónica; y que permitiría remplazar al silicio. Así, hay un gran interés en él,
pues se cree que podría servir para fabricar los semiconductores de la próxima generación de
ordenadores, pantallas táctiles, baterías o células solares (con semiconductores de grafeno podrían, por
ejemplo, fabricarse ventanas que funcionen también como paneles solares).
Pero, hasta ahora, el grafeno ha presentado problemas de producción a gran escala por la siguiente
causa: cuanta más cantidad de grafeno se produce, peor es la calidad del resultado. Así lo ha
demostrado el uso de las técnicas más tradicionales de fabricación de este material, como la exfoliación
con cinta adhesiva -Scotch Tape- o la deposición desde la fase vapor.
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Buscando la escalabilidad
Los científicos aseguran que, gracias a esta técnica, han conseguido producir gramos de grafeno; y
piensan que el método es escalable y podría generar toneladas de este material, sin repercutir en su
calidad.
El líquido resultante podría trasladarse a diversas superficies, como películas de láminas de grafeno; o
mezclarse con plásticos para la producción materiales compuestos reforzados.
Antes de este avance, tuvimos noticia de otro que, en este caso, podría abaratar la producción de
grafeno a gran escala. Investigadores del Instituto Nacional del Carbón, integrado en el CSIC,
desarrollaron en 2013 una tecnología que permite obtener este material a partir de coque, un derivado
del carbón y del petróleo.
Con esta otra técnica se evitaría el uso del grafito como material original, lo que exigiría menos
temperatura para el proceso de fabricación. Este hecho abarataría los costes. El proceso consiste en
oxidar el coque, obteniendo óxido de grafito, a partir del cual se obtiene el grafeno.