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MALTRATO INFANTOJUVENIL

- ¿Qué es el maltrato infantojuvenil?

Se considera maltrato infantojuvenil, o abuso, a todas las formas de maltrato físico y/o
emocional, abuso sexual, negligencia o trato negligente, o a cualquier tipo de explotación
comercial o de cualquier otra índole, que ocurren en el contexto de relaciones de
responsabilidad, confianza o poder, y que resulten en daño real o potencial para la salud, la
supervivencia o la dignidad de los niños.

La definición del maltrato estipulada por la OMS en 1999 dice: "Cualquier acción u
omisión de acción que viole los derechos de los niños y afecte su supervivencia, su
desarrollo y la posibilidad de que disfruten de un grado óptimo de salud".

Tal y como se desprende de esta postura, el maltrato hacia los niños y jóvenes no es sólo un
problema de salud sino que queda enmarcado en el respeto de los derechos establecidos por
la Convención por los Derechos del Niño.

 Se considera niño/a a toda persona desde su nacimiento hasta los 18 años.


 Daño potencial: es la amenaza de que el niño resulte lastimado por falta de
supervisión o protección.
 Daño real: cuando se registra trastorno físico, cognitivo, emocional y/o evolutivo,
aún cuando no se haya detectado en el momento de ocurrido.
 Explotación: es el trabajo o actividad en beneficio de otra persona (trabajo,
prostitución, pedir, vender en la calle, etc.)
 Posición de responsabilidad: es la de aquellos individuos que por edad, posición,
conocimiento, etc. se encuentran en una situación de poder que que convierte al
niño en vulnerable (encargados de guarderías y jardines de infantes, maestros,
parientes, entrenadores, niñeras/os, etc.)

La intencionalidad de la persona que inflige el daño reviste trascendencia para


realizar algún tipo de acusación ante la justicia pero no implica ninguna diferencia
en lo que hace a la protección de la víctima; un niño dañado porque la persona que
lo cuidaba perdió el control o fue descuidado resulta igualmente lastimado y corre el
mismo riesgo que un niño maltratado deliberadamente.
El maltrato infantojuvenil ocurre en todos los ámbitos.

Un estudio reciente de la OMS señala que, en todo el mundo, 40 millones de niños


entre 0 y 14 años padecen alguna forma de maltrato o negligencia infantil, y
requieren atención médica y social.

Algunos estudios señalan que entre el 20 y el 30 % de los niños maltratados y/o


testigos de violencia se convierten en adultos maltratadores.

Los responsables

Aunque toda la familia está involucrada, la responsabilidad del hecho recae sobre
los adultos que maltratan activamente: una cuestión es la responsabilidad ética y/o
legal y otra los problemas que suelen aquejar a las familias violentas que
generalmente son trastornos en el funcionamiento familiar graves, crónicos y que se
transmiten de una generación a otra.

Secuelas (en el desarrollo físico y emocional) maltrato crónico ----->>>


irreversibles

 consecuencias físicas y psíquicas ---->>>enfermedades, discapacidades,


incremento en la posibilidad de victimización violenta, tendencia a la agresividad,
conductas autoagresivas y de suicidio en etapas posteriores de la vida.

Intervención

Dado que el maltrato infantojuvenil es consecuencia de problemas familiares


graves, solo excepcionalmente detectaremos el primer episodio y seguro, sin
intervención no será el último. Lo grave es que con el tiempo los episodios
incrementan su intensidad.

A mayor frecuencia de episodios violentos corresponde un aumento de


posibilidades de agravamiento accidental de las secuelas (hechos fortuitos: golpes,
caídas, fracturas)
No son de utilidad los abordajes que apelan a la superación de las personas
involucradas en acciones violentas. El maltrato infantojuvenil no se debe ni a
voluntad ni a vicios, cada situación es particular.

Dado que el maltrato infantojuvenil es consecuencia de problemas familiares que se


transmiten de generaciones en generaciones, la intervención está doblemente
justificada; primero para impedir que el niño siga siendo victimizado y segundo
para prevenir la violencia en las futuras generaciones.

Intervenir no es sinónimo de aconsejar o sermonear. La intervención tiene como


objetivo fundamental reducir la probabilidad de que el niño sufra un daño severo.
En esto consiste el reducir el nivel de riesgo, manteniendo la unidad familiar
siempre que sea posible.

La intervención suele ocurrir después de que el daño se ha producido, así que no se


puede modificar lo sucedido. Por lo tanto se determina en base a la valoración a
cerca de lo que puede pasar en el futuro. Las probabilidades de que un niño sea
maltratado por un padre que ya lo hizo anteriormente depende en gran medida del
tipo de intervención que se produzca después de determinar que el niño se encuentra
en riesgo.

Indicadores

Si un niño....

... muestra temor aparentemente injustificado hacia las personas adultas

... desconfía firmemente de las personas o actitudes positivas del adulto

... muestra tendencia llamativa a la soledad y el aislamiento

... tiene reacciones de agresividad verbal o física desmesurada desde las edades mas
precoces

... muestra inquietud desmedida por el llanto de los lactantes

... tiene, paradójicamente, conductas extremadamente adaptativas, incluso de


personas desconocidas

... participa en acciones delictivas


... tiene o tuvo intentos de suicidio

... probablemente está sufriendo alguna forma de maltrato.

Factores de Riesgo y de Protección

Raramente el maltrato obedece a una sola causa. A lo largo del tiempo coexisten
varios factores que facilitan la existencia de situaciones violentas: vulnerabilidad de
los niños, circunstancias estresantes que desbordan la capacidad de tolerancia a la
frustración y manejo de emociones violentas por parte de los cuidadores, factores
culturales que toleran o alimentan malos tratos como forma aceptable de resolver
conflictos...siempre hay una compleja trama donde se entrecruzan conflictos
personales y sociales.

Con respecto a la sospecha y detección es variable la respuesta según cada grupo


social. Hay países que cuentan con legislación que obliga a notificar sospecha y
otros que no; hablaremos luego de esto.

Existe una diferencia importante entre a) probabilidad de que el niño sufra un daño
y

b) probabilidad de que el daño sea severo

Aunque ambos hechos están relacionados, no necesariamente van unidos ni guardan


correlación.

La evaluación del riesgo siempre debe estar vinculada a la planificación de la


intervención: las probabilidades de que un niño sea maltratado por un padre que ya
lo ha maltratado anteriormente dependen en gran medida del tipo de intervención
que se produzca después de determinar que el niño se encuentra en riesgo.

Dado que el riesgo no es algo directamente observable, su existencia debe ser


inferida a través de la presencia/ausencia e intensidad de una serie de factores de
riesgo.

Los factores que se toman en cuenta para evaluar el riesgo se agrupan en 5 áreas:

 Características del incidente


 Factores de vulnerabilidad infantil
 Características del cuidador
 Características del entorno familiar
 Respuesta ante la intervención

Situaciones asociadas a un riesgo alto

 Cronicidad del maltrato y lesiones graves en el niño. (abuso sexual: riesgo alto x
def)
 Cercanía temporal del último incidente.
 Lesiones en zonas vitales u órganos sexuales.
 Informes previos de maltrato o abandono.
 Acceso libre del abusador al niño e inexistencia de personas adultas capaces de
protegerlo.
 Edad inferior a 5 años y /o escasa visibilidad del niño por parte de agentes externos
a la familia (escuela, guardería, vecinos).
 Niños sin capacidad de defenderse ( menores de 5 años o por deficiencias)
 Presencia de problemas severos de conducta que le impiden interactuar en su medio
adecuadamente.
 Existencia de limitaciones físicas, intelectuales y emocionales que impiden al
cuidador hacerse cargo del niño aún con ayuda complementaria, no esperándose
mejoría en un futuro próximo.
 Cuidador adolescente sin apoyos positivos en su entorno.
 Desconocimiento del cuidador del desarrollo evolutivo infantil, necesidades de
estimulación del niño.
 Uso de la fuerza y la agresión física y verbal como métodos disciplinarios.
 Fuerte e incontrolable dependencia física y/o psicológica del cuidador hacia
drogas/alcohol.
 Historia previa de agresiones en el cuidador.
 Historia de maltrato personal, carencia de modelos positivos en la infancia por
parte del cuidador.
 Ausencia de afecto en la interacción cuidador/niño.
 Conflictos severos de pareja y manipulación del niño. Violencia conyugal.
Reiterada inestabilidad de las relaciones de pareja.
 Identificación del padre/madre sustituto como el sujeto que ha infligido el maltrato.
 Negativa total de los padres a cooperar con los Servicios de protección infantil.
Factores de protección

Son los que parecen modificar, mejorar o cambiar la posibilidad de que el niño sea
dañado en el futuro. Se relacionan con la evaluación de la situación de riesgo, ya
que al momento de evaluar debería contarse con la información que permita
predecir si la capacidad cuidadora de los adultos encargados del niño pueden
mejorar significativamente en un tiempo razonable. Aquí es importante incluir la
percepción que tiene la familia de sus puntos fuertes, debilidades y de su
responsabilidad de generar cambios. Se consideran factores protectores los que se
relacionan con los puntos fuertes del niño y la familia.

 Las personas que trabajan con niños en distintos ámbitos se encuentran en posición
privilegiada para detectar información sobre factores de riesgo y sobre grupos de
niños vulnerables a situaciones de maltrato y violencia familiar. El rol de las
personas que están en contacto con familias y niños se extiende más allá de las
instituciones en las que trabajan, ya que les permite observar no sólo la seguridad
que puede ofrecer el entorno físico, sino también valorar la calidad de las relaciones
familiares en función del desarrollo y del bienestar infantiles.

EL MALTRATO FISICO

El maltrato físico de niños es aquella forma de maltrato infantil que origina daño
físico real o potencial a partir de algún tipo de interacción ubicable dentro de los
márgenes razonables de control de uno o ambos progenitores, o de alguna persona
en posición de responsabilidad, confianza o poder. Los incidentes pueden ser únicos
o múltiples.

 Las lesiones no intencionales son aquellas que se producen como consecuencia de


circunstancias que no pueden prevenirse. A veces las lesiones accidentales ocurren
cuando el cuidador no protege ni brinda supervisión adecuada. En estos casos,
también se trata de una forma de maltrato infantojuvenil: la negligencia; no es
sencillo diferenciar este tipo de negligencia de hechos verdaderamente accidentales.
 Las lesiones intencionales son las que se producen debido a la interacción (o falta
de ella) del cuidador con el niño (siempre que este cuidador pueda tener control
sobre dicha interacción) con el objetivo de producir daño a través de maltrato físico,
emocional, abuso sexual, explotación.

La delgada línea roja

Un argumento frecuente es:"un chirlo de vez en cuando, o cuando lo necesita, no


me convierte en un abusador"

Existe una "delgada línea roja" que el adulto se arriesga a cruzar en cualquier
momento, aunque no se lo haya propuesto. De hecho muchos padres que terminan
acusados de maltrato y crueldad alguna vez comenzaron con una simple cachetada;
estaban demasiado furiosos, o querían que el niño se portara mejor, o no veían nada
malo en pegar porque así los criaron a ellos. Sin embargo el niño está siempre en
inferioridad de condiciones físicas y lo que inicialmente estaba destinado a un
simple "chirlo" puede tener efectos graves:

 De acuerdo con la intensidad del golpe (que el adulto no siempre puede controlar)
una "simple cachetada" que impacte contra la oreja puede ocasionar rotura de
tímpano.
 También una "simple cachetada" es capaz de hacerle perder el equilibrio a un niño
pequeño, con riesgo de que golpee su cabeza contra el piso u otra superficie. En ese
caso los daños son imprevisibles.

Indicadores de sospecha

Presencia de lesiones, la más habituales:

 Hematomas y moretones.
 Luxaciones.
 Fracturas.
 Quemaduras.
 Excoriaciones.
 Heridas cortantes.
 Traumatismos internos.

Lesiones en lactantes
Son indicadores de sospecha aquellas señales que el bebé no pudo producirse por su
cuenta:

 Lastimaduras, arañazos,moretones, ulceraciones en brazos y antebrazos, en piernas,


en pies, muñecas, nalgas, ojos orejas, zona genital, cara o cabeza.
 Alteraciones o afecciones en la mucosa de la boca o encías, así como rotura y
fractura de dientes, que pueden deberse a la introducción violenta y forzada de
cucharas, chupetes o mamaderas.
 Quemaduras o ulceraciones en labios y rostro, debidas probablemente a la
alimentación con líquidos hirvientes.
 Fractura de huesos largos.
 Signos y síntomas neurológicos de instalación brusca y sin una causa orgánica o
accidental identificable, como apnea, convulsiones y pérdidas de conocimiento. En
estos casos es importante tener presente el cuadro de "zamarreo de bebés" (shaken
baby syndrome) como diagnóstico diferencial.

Lesiones en niños de 18 meses en adelante

 Quemaduras en manos (dorso y muñecas), nalgas, genitales, pies y piernas (es


frecuente el "castigo correctivo" de este tipo)
 Lastimaduras de diversa gravedad en cuello y axilas (por haber dejado al niño atado
fuertemente con cuerdas)
 Fracturas sospechosas que deben llevar a realizar radiografías de todos los huesos
largos, para evaluar la presencia de fracturas antiguas ya consolidadas, o de callos
óseos que pueden alertar sobre los mecanismos que produjeron la fractura actual.

Lesiones en la cabeza

 Ruptura de tímpano (por golpes o trompadas)


 Ruptura de retina, catarata traumática (por trompadas o golpes)
 Zonas dañadas en el cuero cabelludo (por tirones de pelo)
 Fracturas de nariz, cráneo, mandíbula (por golpes o trompadas)

La actitud del profesional que realiza el examen físico y recaba los datos de la
historia clínica es crucial para la posterior intervención.

Comportamientos que indican la presencia probable de MF

Los indicadores siguientes constituyen una guía para maestros, vecinos o parientes
que sospechan que algún niño con el que tienen contacto frecuente está siendo
víctima de MF. Si reconocen la mayoría de estos comportamientos, habrá llegado el
momento de actuar.
En el padre y/o madre o adulto cuidador

 Muestra frialdad o despreocupación respecto de las heridas del niño.


 Dice que su hijo está siempre lastimándose.
 Se pone inmediatamente a la defensiva cuando se le hacen preguntas. Muestra
temor, o se enoja y/o da evidencias de perder el control con rapidez.
 Afirma haber sido criado a los golpes.
 Manifiesta tener problemas que lo preocupan, pero no busca ayuda.
 Espera cosas que sus hijos no están en condiciones de hacer, con lo cual demuestra
sus limitaciones para la crianza y la puesta positiva de límites.

En el niño

 Frecuentemente tiene lastimaduras, heridas o marcas, y no puede explicar


coherentemente cómo se produjeron.
 Se observa que su vestimenta es inapropiada para la época del año, pero sirve a los
fines de ocultar las lastimaduras.
 No ha tenido atención médica adecuada para alguna de estas heridas.
 Tienen miedo de las personas adultas.
 Se aleja defensivamente cuando algún adulto intenta consolarlo, si es que está
llorando.
 Muestra señales de nerviosismo, agresividad o timidez.
 Pide afecto y atención y, al mismo tiempo, es desconfiado.

MALTRATO EMOCIONAL

El Maltrato Emocional (ME) implica la ausencia de un entorno evolutivamente


adecuado y contenedor, y de alguna figura de apego primario que le permita al niño
desarrollar capacidades emocionales y sociales estables y complejas, en relación a
su potencial propio dentro del contexto social en el que vive. El ME no requiere que
exista contacto físico entre el cuidador y el niño. Por lo tanto, abarca tanto actos de
omisión como de comisión, por lo cual la denominación completa sería Maltrato y
Negligencia Emocional (MNE).

Detección

A diferencia de otras formas de maltrato -como el abuso sexual-, el MNE ocurre a


las vista de los demás. Aún así es una de las formas de maltrato infantil más
difíciles de diagnosticar, ya que los síntomas que presenta el niño no se diferencian
de las manifestaciones que acompañan a diversas patologías psicológicas-
conductuales.

 Sin embargo, el MNE puede ocurrir sin asociarse a otras formas de maltrato. Por
ejemplo, es evidente que la negligencia física se acompaña siempre de negligencia
emocional, pero no ocurre lo mismo con la negligencia emocional, que puede
detectarse como un tipo de maltrato en si mismo.
 Es conveniente recordar que por el carácter crónico de la relación vincular que
determina el MNE, la gravedad de los efectos aumenta cuando el maltrato comenzó
en las etapas tempranas de la vida del niño y no ha recibido asistencia efectiva
precozmente.

El diagnóstico tiene en cuenta las interacciones cuidador-niño que son -o pueden


ser- dañinas para el niño, y que predominan o caracterizan el vínculo al momento de
la detección.

Se denomina interacciones dañinas a la exposición a hechos y estilos de relación y


comunicación confusos o traumáticos. A la utilización de los niños para satisfacer
las necesidades psicológicas del cuidador. A la corrupción activa del niño o el
fracaso en promover su adaptación social, incluyendo en esto el someter a un niño
al aislamiento.

NEGLIGENCIA

Se considera Negligencia (N) a la omisión, por parte del cuidador, de proveer


aquello que el niño necesita para su desarrollo en cualquiera de las áreas: salud,
educación, desarrollo emocional, alimentación, vivienda y condiciones seguras de
vida. Esta omisión se puede encuadrar como negligencia cuando tiene una alta
probabilidad de producir daños en la salud o el desarrollo psicofísico, mental,
espiritual, moral o social del niño, y siempre que esté dentro del contexto de los
recursos disponibles para la familia o los cuidadores. La N incluye la falta de
supervisión y de protección adecuadas ante las posibilidades de que el niño padezca
algún daño.

Algunas formas de negligencia

Falta de supervisión apropiada, que provoca daño físico o facilita abusos sexuales.

 Negligencia física, educacional, emocional y/o médica.


 Consentimiento o inducción de conductas delictivas en los niños.
 Abandono parcial.
 Exposición de los niños a episodios de violencia conyugal.

Otros factores de riesgo que interfieren en el desarrollo normal de un niño:

 Situaciones de pobreza crónica.


 Trastornos psicopatológicos y/o adicciones de los padres.
 Rupturas familiares.
 Cuidados pre y postnatales inadecuados.
 Ser "niños de la calle".

Derechos de los niños y obligaciones de los adultos

Para detectar a las familias que tratan a sus hijos de manera negligente, es necesario
y operativo tener presente que los niños tienen el derecho a recibir, y los
padres/cuidadores la obligación razonable y prudente de brindar:

 Alimentación

Existen tablas de crecimiento y desarrollo que manejan los profesionales de la


salud, que permiten valorar si estos procesos se están produciendo de manera
adecuada.

 Vestimenta

Es la posibilidad que se le brinda al niño de usar ropas razonablemente adecuadas a


las condiciones climáticas que, además, estén limpias y en condiciones que se
ajusten a los estándares -aún los más bajos- de la comunidad.

 Vivienda
Es el refugio que se le ofrece a los niños para protegerlos de manera eficaz de los
cambios climáticos, a la vez que brinda seguridad y un lugar de descanso.

 Supervisión

Es la posibilidad de :


o Prevenir que el niño se vea afectado por daños previsibles y evitables
o Intervenir con rapidez cuando el daño está ocurriendo o ya ha ocurrido.
 Atención médica

Los padres tienen la obligación de buscar y conseguir la atención médica necesaria


para sus hijos.

 Contención

Es el comportamiento parental atento y sensible que ocurre en la infancia y que


contribuye a que se establezcan vínculos de apego con el adulto cuidador. De la
capacidad de contención de los progenitores depende que puedan tener expectativas
apropiadas para la edad de sus hijos.

 Escolaridad

Efectos

Es primordial considerar que los efectos de las conductas negligentes dependen de la etapa
del desarrollo que está atravesando el niño. Por lo gral, la N ocurre desde las primeras
etapas de la vida y tiene efectos acumulativos en el desarrollo y en las limitaciones
posteriores. Lo que determina la severidad de las consecuencias no es tanto el tipo de
negligencia sufrida sino su cronicidad. Y provoca efectos físicos (bebés, lactantes), efectos
en el desarrollo cognitivo, social, emocional y conductual en la niñez. En la adolescencia
persisten los trastornos de aprendizaje y los problemas en el rendimiento escolar. Existen
posibilidades de fugas del hogar con los riesgos consiguientes (prostitución, delincuencia,
conductas criminales violentas).
Abuso Sexual Infantil

Se considera abuso sexual infantil (ASI) a involucrar al niño en actividades sexuales


que no llega a comprender totalmente, a las cuales no está en condiciones de dar
consentimiento informado, o para las cuales no está en condiciones de dar
consentimiento informado, o para las cuales está evolutivamente inmaduro y
tampoco puede dar consentimiento, o en actividades sexuales que transgreden las
leyes o las restricciones sociales.

El ASI se manifiesta en actividades entre un niño y un adulto, o entre un niño y otro


que, por su edad o por su desarrollo, se encuentra en posición de responsabilidad,
confianza o poder. Estas actividades -cuyo fin es gratificar o satisfacer las
necesidades de la otra persona- abarcan pero no se limitan a: la inducción a que un
niño se involucre en cualquier tipo de actividad sexual ilegal, la explotación de
niños a través de la prostitución o de otras formas de prácticas sexuales ilegales y la
explotación de niños en la producción de materiales.

Es importante destacar que raramente la confirmación del abuso se basa tan sólo en
el hallazgo de signos físicos directos o en la presencia de sólo uno de los
indicadores. En ese sentido, la tarea se asemeja a la del investigador que va
articulando diversas pistas (los indicadores) para obtener un panorama lo más
cercano posible a lo que verdaderamente sucedió.

INDICADORESLesiones en zonas genital y/o anal

 Sangrado por vagina y/o ano.


 Infecciones genitales o de transmisión sexual.
 Embarazo.
 Trastornos psicosomáticos (dolores abdominales o de cabeza sin causa)
 Trastornos de alimentación.
 Fenómenos regresivos como enuresis (emisión de orina sobre todo nocturna) y
encopresis (incontinencia de materia fecal)
 Conductas hipersexuadas y/o autoeróticas.
 Conductas agresivas o regresivas.
 Trastornos del sueño.

En niños de edad escolar y adolescentes:

 Los descritos anteriormente.


 Alteraciones en el rendimiento escolar.
 Coerción sexual hacia niños más pequeños o retraídos.
 Depresión.
 Tendencia a no querer salir de la escuela.
 Fugas del hogar.
 Intentos de suicidio.
 Automutilación
 Disfunción sexual.

El develamiento
¿Mienten los niños?

El relato espontáneo de los niños es uno de los indicadores más específicos de abuso
sexual, sin embargo menos del 15 % de los casos en que el niño lo relata es denunciado.

Existen prejuicios, mezclados con desconocimiento y descreimiento.

Las razones: porque es muy pequeño y fantasea.

porque todos los niños son muy imaginativos.

porque utiliza esa historia para ponerse en víctima y liberarse de


responsabilidades.

porque alguien le llenó la cabeza.

porque le gusta mentir.

Estos argumentos abundan, por eso es muy importante que cuando un niño devela que ha
sufrido abusos sexuales, la persona que lo escuche, actúe de manera eficaz.

Inicialmente, el niño suele relatar una parte de lo sucedido para poner a prueba la reacción
del adulto; si se siente seguro, procederá a contar más detalles. Como primera medida se
debe mantener la calma y controlar la expresión de emociones como indignación,sospresa,
disgusto o rechazo. No se debe expresar desaprobación hacia el agresor: es posible que el
niño lo quiera y lo proteja a pesar de haber sido victimizado, por lo que se deben evitar
comentarios tales como: "te arruinó la vida", "cómo podes decir tal cosa", etc.

Los comentarios de apoyo:

"fuiste muy valiente al contar esto"

"me hace bien que me cuentes esto"


"lamento muchísimo que te haya pasado esto"

"no estás solo, lo mismo le ha pasado a otros chicos también"

"voy a hacer todo lo que pueda para ayudarte"

También existen falsa denuncias, acusaciones deliberadas e intencionales, la mayoría de


estas falsas denuncias provienen de adultos y adolescentes, no de niños pequeños, y
generalmente ocurren en un contexto determinado, como juicios de divorsio, tenencia; es
necesario investigar adecuadamente las denuncias producidas en este marco.

SINDROME DE MUNCHAUSEN POR PODERES

Es una forma de maltrato infantil en la cual el adulto cuidador falsea el historial clínico de
un niño, o altera los resultados de sus análisis, o produce signos y/o síntomas físicos y/o
psicológicos en el niño, de tal manera que se lo llega a considerar enfermo o disminuído.

La intencionalidad del comportamiento del cuidador que incurre en SMP, es satisfacer sus
propias necesidades psicológicas, de ahí que se lo califica como un "trastorno del
maternaje".

La mayoría de los casos, la persona causante de este cuadro es una mujer, por lo general la
madre.

Los casos más severos se deben al daño que le inflige la cuidadora de manera directa, para
provocar o simular una enfermedad en el niño; también puede falsificar información
médica, con lo cual el daño puede producirse precisamente a consecuencia de los repetidos
ingresos hospitalarios y el sinfin de exploraciones complementarias y procedimientos
nocivos.

Las necesidades emocionales subyacentes que la agresora intenta satisfacer suelen ser
variadas, pero están relacionadas con sus deseos de ser considerada una buena cuidadora,
de recibir atención y cuidado de los demás y/o ser considerada una mártir o una víctima.
Indicadores
 Presencia de síntomas o signos clínicos persistentes.
 Repetidas hospitalizaciones del niño y abundantes exploraciones complementarias,
sin que se pueda establecer un diagnóstico preciso.
 Discordancia entre la exploración clínica y las manifestaciones que se presentan en
el niño.
 Los síntomas solo se manifiestan cuando el niño está con su familia; si está
separado de ella, estas manifestaciones tienden a ceder o desaparecer.
 El nivel intelectual de los padres suele ser alto.
 Los profesionales llegan a pensar que están ante un caso insólito.

Necesidad de un equipo interdisciplinario

Dado que identificar las causas subyacentes suele requerir una evaluación médica y
psicológica cuidadosa y abarcativa de los cuidadores, el abordaje de esta forma de maltrato
infantil, demanda la intervención de un equipo interdisciplinario que disponga de los
recursos necesarios para documentar los hallazgos.

 Personal médico capacitado para pensar en esta categoría diagnóstica.


 Historias clínicas anteriores con registros adecuados para evaluar si los trastornos
por los que se consultó anteriormente eran reales o fingidos.
 Posibilidad de internar al niño solo, no solo por protección sino también para
observación
 Posibilidad de grabar en video las 24 hs, para registrar el tipo de cuidados que
recibe el niño de parte de los padres o cuidadores durante la internación.

Apreciaciones finales

Aunque haya muchas dudas respecto a la intervención o no, la gente común y los
profecionales suponen que frente a la violencia contra niños y adolescentes es muy poco lo
que se puede hacer, notificar a las autoridades es el primer paso que sí se puede dar y que
permite empezar por "algo" que puede resultar en mucho. En este punto la duda más
frecuente es si esa denuncia no terminará complicando aún más la situación, ya sea porque
no se puede corroborar la so, por el temor a ser acusado de falso testimonio, porque tal vez
las autoridades intervengan drásticamente o no intervengan... Sin embargo, es importante
aclarar que no es la persona que notifica la que deberá "probar" la sospecha: solo mediante
una investigación especializada es posible confirmar o desechar sospechas y/o evidencias.
Y si los especialistas y las autoridades no se enteran ¿qué oportunidad les estamos dando de
que cumplan con su tarea?

Nos conviene saber si existe legislación acerca de la violencia familiar y/o el maltrato
infantil, qué formas de maltrato incluye, quienes deben notificar y dentro de qué plazos,
qué medidas de protección garantiza la notificación.

Ningún asesor de menores, ningún juez ni profesional de este tema puede acercarse por si
mismo a los domicilios para averiguar si los niños están siendo victimizados. son los
familiares, los vecinos, los maestros, los profesionales de la salud y de la educación, así
como toda institución que trabaje con niños, los sque deben acercarse a los especialistas o a
la instancia legal para comunicar lo que han visto o escuchado y solicitar colaboración.

Para tener una función preventiva exitosa, el sistema judicial tiene que actuar de manera
coordinada con otras disciplinas e instituciones. Los niños no pueden defenderse por sí
solos; tampoco los profesionales que los apoyan.

Notificar no significa transferir totalmente la responsabilidad a la instancia judicial; implica


tomar la decisión de trabajar de manera conjunta con los funcionarios, asesorando, cuando
sea posible, acerca de las resoluciones más convenientes , desde el punto de vista evolutivo
y emocional para cada niño, que garanticen el bienestar físico y psíquico de la víctima.

Pcocos profesionales de la salud saben que la omisión de la denuncia puede derivar en la


comisión del delito de abandono de persona.

El objetivo de la intervención es reducir el nivel de riesgo del grupo familiar de manera tal
que el niño pueda permanecer en él. Muchas veces esto no es posible sin proceder a una
separación transitoria y a una intervención terapéutica. En los casos en que no queda otra
alternativa que separar al niño de su hogar, se aconseja evaluar los recursos de la familia
extensa para albergarlo transitoriamente. El último recurso es que el niño pase a una
institución o a personas desconocidas para él.

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