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Biografía

Platón, que su verdadero nombre fue Aristocles, nació en Atenas o Egina en 427
a.C, en el seno de una familia aristocrática ateniense.
Desde niño destacó por su rapidez mental y su amor por el estudio. En su
juventud se habría interesado por artes como la pintura, la poesía y el drama.
Además, siempre se interesó por la gimnasia y los ejercicios corporales.
Su primer encuentro con Sócrates se produjo entre el 412 y el 407 (es decir,
entre los quince y los veinte años de Platón). A partir de allí, fue uno de los
miembros más cercanos del círculo socrático.

Con la pérdida de Sócrates, Platón, que tenía sólo veintiocho años, se retiró con
algunos otros de los discípulos de su maestro a Megara, Sicilia. En su viaje
a Italiahabría tenido contacto con eléatas y pitagóricos, dos de las principales
influencias que acusan sus obras.
En 387 fundó la Academia, institución que continuaría su marcha a lo largo de
más de novecientos años.. Numerosos filósofos se formaron en esta milenaria
Academia, incluyendo el mismo Aristóteles.

Platón murió en el 347 a. C., a los 80/81 años de edad.


Platón (en griego Πλάτων) (ca. 427 adC/428 adC – 347 adC) fue un filósofo griego, alumno de Sócrates
y maestro de Aristóteles, de familia nobilísima y de la más alta aristocracia. Su influencia como autor y
sistematizador ha sido incalculable en toda la historia de la filosofía, de la que se ha dicho con frecuencia
que alcanzó identidad como disciplina gracias a sus trabajos. Durante su juventud luchó como soldado
en las guerras del Peloponeso de las cuales Atenas salió derrotada, y el poder y la economía que
ostentaba sobre el mundo griego cayó en las manos de Esparta. Entre sus obras más importantes se
cuentan los Diálogos y La República (en griego Πολιτεια, politeia, "forma de gobernar - ciudad"), en la
cual elabora la filosofía política de un estado ideal; el Fedro, en el que desarrolla una compleja e
influyente teoría psicológica; el Timeo, un influyente ensayo de cosmología racional influida por las
matemáticas pitagóricas; y el Teeteto, el primer estudio conocido sobre filosofía de la ciencia.

Fue fundador de la Academia de Atenas, donde estudió Aristóteles. Participó extensivamente en la


enseñanza en la Academia y escribió sobre muy diversos temas filosóficos, especialmente los que
trataban de la política, ética, metafísica y epistemología. Las obras más famosas de Platón fueron sus
diálogos. Si bien varios epigramas y cartas también han sobrevivido. Se cree que todos los diálogos de
Platón que se conocen son auténticos[cita requerida]-.

Los diálogos de Platón tienen mucha vitalidad y frecuentemente incluyen humor e ironía. Se considera
que Platón es el filósofo más ameno de todos.

A Sócrates lo menciona frecuentemente en los diálogos. Cuánto del contenido y de los argumentos es
obra de Sócrates o de Platón, es difícil decir, por cuanto Sócrates no dejó evidencia escrita de sus
enseñanzas; esta ambigüedad es la que se conoce como el “problema socrático”. No hay duda, sin
embargo, que Platón fue influido profundamente por las enseñanzas de Sócrates; de hecho sus primeras
ideas y ensayos lucen como adaptaciones de las de Sócrates.
Análisis personal - El mito del gran filósofo
El Mito de la Caverna de Platón, no es algo asociado a las solas ideas, es incluso el rudimento de la sociología, aun
cuando esta última solo se comenzó a gestar hacia el año 1800 d.C, pero es Platón quien logra analizar las
primeras estructuras sociales escondidas entre las sombras.
 1. Los prisioneros: Todos los seres humanos a excepción de Jesucristo en algún momento han sido o serán
prisioneros del mundo sensible, ese que pueden manipular los políticos, sacerdotes o líderes religiosos, y
los intelectuales que están a favor o en contra de la injusticia, ya que toda interpretación del mundo o de la vida
contienen errores por mínimos que sean.
 2. Viviendo como sombras: Los seres humanos que no viven en aquel mundo real, el cual está arriba o en la parte
superior, y no abajo, como la caverna que está en el fondo de la tierra, viven prisioneros de sí mismos, de sus
propias creencias culturales y valores morales, porque casi todas sus ideas están entre las sombras y la oscuridad,
pues nada pueden ver o discernir, porque están encadenados por ideas sociales falsas de otros y las suyas propias.
 3. El cautivo que se libera: La sociedad tienen el poder según Platón, para volver esclavos a los seres humanos, y
así tenerlos encerrados en la caverna mirando las sombras vagas que proyecta el fuego, ese que de vez en cuando
se puede encender para que los esclavos vean algo mínimo y experimenten una falsa felicidad. Sin embargo,
cuando brilla algo mayor al fuego, las cadenas del cautivo se rompen, y este puede ir a lugares donde antes ni
siquiera habría imaginado. Pues la fuerza de la filosofía y del bien, parecen empujarle a salir de la caverna.
 4. El mundo exterior y libertario: Cuando el cautivo llega a la parte de arriba o esfera superior, queda ciego ante el
gran poder de la luz solar, entonces tendrá que mirar al piso, y con el tiempo sus ojos y su Ser no solo tendrán la
facilidad de ver con mayor claridad, sino que también; podrán mirar objetos reales y no falsos reflejados en el agua,
incluso se hará conciente del mundo natural, del paraíso de la verdad, esa que las estructuras sociales le impedían
contemplar.
 5. El libre que desea comunicar la verdad: Mucho tiempo después de la iniciación, el ser humano libre, el que ha
sido sumergido en el mundo de la verdadera filosofía, estando feliz por ese gran acontecimiento, va de nuevo a la
caverna y comienza a comunicar a los demás prisioneros que son esclavos, pero estos llenos de ira, apegados a la
sociedad que los ha consentido porque son ricos y burgueses desde el nacimiento, o simplemente porque son
pobres y aman ser esclavos de los ricos y de sí mismos, le dicen al libre, a ese que ahora es filósofo, que si los
libera lo mataran, y muchos que no escuchan esa advertencia, resultan muertos, tal fue el caso de Sócrates y miles
de hombres durante la historia.
Por estas razones, me burlo de los sociólogos y expertos en las ciencias naturales y sociales, cuando llaman a la
filosofía especulación, porque ellos mismos son esclavos que se creen libres, y si aceptan a la filosofía como ese
gran sol que alumbra y destruye las sombras, también, pues antes que pensaran esto, Platón lo enseño hace más
de dos mil años.
ANÁLISIS FILOSÓFICO EL HOMBRE DE LA CAVERNA

ANÁLISIS FILOSÓFICO SOBRE EL HOMBRE DE LA CAVERNA

En este diálogo participan: Sócrates, Adimanto, Alcibíades, Aristófanes, Callicles,


Glaucón, Gorgias, Hippias, Pitágoras, Parménides, Teeteto, Trasímaco y Timeo
de Locri.

Nos pide Platón imaginar que nosotros somos como unos prisioneros que habitan una caverna
subterránea. Estos prisioneros desde niños están encadenados e inmóviles de tal modo que sólo
pueden mirar y ver el fondo de la estancia. Detrás de ellos y en un plano más elevado hay un fuego
que la ilumina; entre el fuego y los prisioneros hay un camino más alto al borde del cual se
encuentra una pared o tabique, como el biombo que los titiriteros levantan delante del público para
mostrar, por encima de él, los muñecos. Por el camino desfilan unos individuos, algunos de los
cuales hablan, portando unas esculturas que representan distintos objetos: unos figuras de
animales, otros de árboles y objetos artificiales, etc. Dado que entre los individuos que pasean por
el camino y los prisioneros se encuentra la pared, sobre el fondo sólo se proyectan las sombras de
los objetos portados por dichos individuos.

En esta situación los prisioneros creerían que las sombras que ven y el eco de las voces que
oyen son la realidad.

La metafísica subyacente en la alegoría


Nada más terminar la narración del mito nos cuenta Platón, por boca de Sócrates, qué representa
cada una de las imágenes que se exponen en él.9 Corresponde a las sombras y a los hombres que
las producen el mundo que percibimos por los sentidos o mundo sensible; y la hoguera al Sol que
todo lo ilumina y nos permite ver. La ascensión al exterior de la cueva figura el ascenso al mundo
inteligible, mundo en el que se encuentra la idea de Bien10 representada por el Sol.
Ambos mundos son reales, pero el inteligible posee más entidad siendo fundamento de todo lo
sensible. Pertenecen a este mundo las esencias o ideas y, de entre ellas, la idea de Bien es
fundamento de todas las demás ideas y por ende de lo sensible.
Pero, con todo, esta explicación que nos da Platón no es más que una nota al margen de lo que
esta alegoría pretende dar a entender. Eso sí, es necesaria para entender el camino del alma hacia
el mundo inteligible.11

La epistemología subyacente en la alegoría

Alegoría de la caverna, de Platón, grabado de Jan Saenredam(1604).

Se trata de la parte central de la narración, pero antes de exponerla es preciso contextualizar la


epistemología de Platón. Tanto Heráclito como Parménideshabían comenzado dos caminos
opuestos para avanzar hacia el conocimiento de la realidad, el primero atendiendo a lo
mudable,12 el segundo a lo eterno e imperecedero. Y fue el propio Parménides el que puso nombre
a ambos: vía de la opinión y vía de la verdad, respectivamente. Platón, dialéctico él, conjugará
ambas vías, si bien dando más importancia y validez a la parmenidea. A estos autores hay que
mirar para entender lo que se esconde tras el Mito de la caverna.
Según Platón, a cada tipo de realidad le corresponde un tipo de conocimiento apropiado, y éstos a
su vez se subdividen en otros dos tipos distintos, cada cual más cierto13 cuanto mejor aprehenden
lo inteligible. Así, para conocer el mundo sensible disponemos de la opinión, que siendo
conocimiento es un saber que puede contener error, y que viene a coincidir con la vía abierta por
Heráclito. Por otra parte, para conocer el mundo inteligible contamos con la ciencia que nos
proporciona un conocimiento cierto de la realidad, camino propuesto por Parménides. La opinión
o Doxa, como ya ha sido dicho, se divide a su vez en dos subtipos de conocimiento:
la imaginación o Eikasia; y la creencia o Pistis. A su vez, para el conocimiento del mundo inteligible,
la ciencia o Episteme se divide a su vez en pensamiento o Diánoia que capta las esencias y
la razón o Noesis que capta la idea de Bien.14
De este modo, el conocimiento adquirido por la contemplación de las sombras se identificaría con la
fiabilidad del conocimiento que proporciona la imaginación, similar a tomar con una certeza más allá
de lo deseable a imágenes reflejadas en espejos, o a imágenes pintadas o esculpidas, o incluso a la
misma alegoría de la caverna. La visión de los hombres que caminan por la cueva mostrando
objetos y la hoguera misma con la creencia, similar a tomar con una certeza más allá de lo deseable
el conocimiento adquirido por la mera observación de la naturaleza en la que todo es mutable. La
contemplación del mundo exterior a la cueva representa al pensamiento, el paso al conocimiento
del mundo inteligible en el que se encuentran las esencias u oὒσία, un conocimiento que deja de
ser una opinión con posibilidad de error, para ser un conocimiento cierto, acorde con la realidad ya
que todas las cosas sensibles son imágenes de sus propias esencias. Y por fin, el conocimiento
adquirido con la contemplación del Sol representa el conocimiento que se obtiene con la
contemplación de la idea de Bien o razón. Se trata de un conocimiento que supera al mismo
pensamiento tanto en cuanto que el que lo posee conoce todas las esencias del mundo inteligible
porque se fundan en ella y, a través de ellas, todas las realidades del mundo sensible, mientras que
el que sólo usa del pensamiento, sólo conoce las esencias que va descubriendo en su pensar.

La doctrina platónica se refiere puntualmente a que el Hombre está compuesto por cuerpo y alma (a
lo que llamó Dualismo). En el Topos Uranos1, el cuerpo del hombre no puede estar presente.
Cuando el alma cae al mundo suprasensible tiende a caer en algo meramente sensible y es por eso
que cae en el cuerpo del hombre del “otro” mundo.
La belleza se puede contemplar dentro del mundo sensible.
En el mundo sensible solo se puede obtener un contacto con la opinión, mientras que en el mundo
suprasensible, estando el alma sola, puede conocerse la verdad, solamente si el alma se libera por
completo del cuerpo.
El alma existe antes que uno nazca y después que el mismo muera, por eso que en el mundo
sensible se tiene un previo conocimiento de las cosas a través de el recordar, o precisamente
mediante la Reminiscencia que es la capacidad que tiene el hombre para recordar todo lo
contemplado en el mundo suprasensible.
En el mito de la caverna, Platón trata de descubrir lo justo.
En este mito... ¿Qué se libera?, se libera plenamente el alma; y... ¿De qué?, de toda la ignorancia
que nos rodea, la cual está simbolizada por la propia caverna, o de la vida apetitiva y vegetativa. En
el texto se ve claramente la división que existe entre la realidad; entre las órdenes visibles e
inteligibles.
Platón postuló dos mundos; el mundo inteligibles (mundo suprasensible) donde se encuentran las
ideas y el mundo visible o perceptible conformado por las cosas y todo aquello que somos capaces
de captar por medio de los sentidos.
Dios es el intermediario, entre estos dos mundos y las cosas son mera representaciones
imperfectas de la vida real.
La teoría del conocimiento de Platón se expone en su discusión sobre la imagen de la línea divisible
y el conocido mito de la caverna. Platón distingue entre los dos niveles de saber: opinión y
conocimiento. Las declaraciones sobre el mundo físico o visible, incluyendo las observaciones y
proposiciones de la ciencia, son solo opinión. Algunas opiniones están bien fundamentadas, pero
ninguna de ellas cuenta como conocimiento verdadero.
La razón, utilizada de la forma debida, conduce a ideas que son ciertas y objetos de esas ideas
racionales son los universales verdaderos, las sustancias que construyen éste, nuestro mundo real.
Platón crea el mito de la caverna solamente para aludir al mundo de las apariencias. Dicho mito
explica, según el cual los hombres serían prisioneros encadenados en una oscura caverna y que ,
por estar en tan incómoda situación , solo pueden ver frente a sí, las sombras proyectadas de otros
hombres y de las cosas, que a causa de un fuego que tienen tras ellos, pero que no podían ver. Por
no tener otra manera de percibir su mundo, esas sombras serían para ellos su única realidad. Es
por esto que postula la existencia del mundo visible (de los objetos que nos rodean) y el mundo
inteligible (el de las ideas).
El mundo visible ,es fugaz, sometido a transformaciones continuas, y en él las cosas particulares
carecen prácticamente de realidad, debido a que no tienen por sí misma su propia esencia. El
mundo verdaderamente real es el mundo inteligible, donde cada idea tiene existencia por sí misma.
Un ejemplo puede ser:
Para Platón, la forma de circulo existe, pero no en el mundo físico del espacio y del tiempo. Existe
como un objeto inmutable en el ámbito de las ideas, que solo puede ser conocido mediante la
razón. Las ideas tienen mayor entidad que los objetos en el mundo físico; tanto por su perfección y
estabilidad como por el hecho de ser modelos, semejanzas que dan a los objetos físicos comunes
lo que tienen de realidad. La forma circular, cuadrada y triangular, son ejemplos de lo que Platón
entiende por idea. Un objeto que existe en el mundo físico puede ser llamado círculo, cuadrado y
triángulo por que se parece (participa de...) a la idea de círculo, cuadrado y triángulo. O sea , un
objeto es bonito por que participa de la idea de belleza.
Otro ejemplo, es si aplicamos el mito platónico a nuestra realidad se podría decir que, los
profesores son quienes nos ayudan a liberarnos de las cadenas de la ignorancia y su misión, como
ya mencioné, es ayudar y aconsejar a los que persistimos encadenados en el fondo de esta,
compuesto por verdades a medias, errores o mentiras, el desorden y el mal; con la diferencia de
que a ellos no les importa en lo más mínimo el riesgo y aceptan gustosos su vocación ; la de
educarnos correctamente.
Platón además, reprocha a los sofistas el hecho de que solo enseñaban medios para alcanzar un
fin, sin respetar ningún criterio de verdad y sin ni siquiera reparar en las exigencias de la moral. Más
bien dicho, hacer triunfar el razonamiento débil por sobre el más fuerte, la apariencia por sobre la
realidad.
 “El Mito de la Caverna”: a través de este mito Platón nos muestra que hay una continuidad entre
los distintos grados de conocimiento, en correspondencia con una visión jerárquica de la realidad.
Platón no llega a decir cómo se conocen las ideas, simplemente indica que el alma tiene
capacidad para ello, solo si se sabe mirar en buena dirección.
Las matemáticas son las que nos ayudan a dar un empujón hacia regiones superiores, pues no
arrancan del mundo del devenir y nos introducen a la contemplación de los objetos intangibles. Pero
el matemático aún pertenece atado a las representaciones sensibles (geométricas). Abandonarlas y
penetrar en el mundo de las ideas será la difícil misión de todos y cada uno de los filósofos.
El mito de la caverna de Platón describe a personas encadenadas en la parte más profunda de una
caverna; como dije en comienzo de este ensayo, la caverna es simbolizada por la ignorancia que
nos rodea y los prisioneros son nuestras propias almas que están prisioneras en el mundo
sensible.
Atados de cara al a pared, su visión está limitada y por lo tanto no pueden distinguir a nadie. Lo
único que se ve es una pared delante de ellos, sobre la que se reflejan modelos o estatuas de
animales y objetos que pasan delante de una gran hoguera resplandeciente. En este caso
la pared, o el muro, representa a la muerte, las estatuas u objetos son el paso del estado mental
de los hombres al de la realidad; que implica dolor y conversión del alma, y la hoguera o fuego,se
refiere al la razón, además de ser quien posibilita que las sombras de los objetos se proyecten a la
pared, a la que se ven obligados a mirar los prisioneros.
Uno de los individuos huye y sale a luz del día por una escampada subida, con ayuda del sol, esta
persona ve por primera vez el mundo real y regresa a la caverna diciendo que las únicas cosas que
han visto hasta ese momento son sombras y apariencias y que el mundo real les espera en el
exterior, si es que quieren liberarse verdaderamente de las ataduras, de sus propias ataduras.
Cuando el prisionero sale por la escampada subida, se refiere a la pura transición hacia el mundo
real, el universo de la existencia plena y perfecta, a la sabiduría en su punto justo, que es objeto
pleno del conocimiento; también simboliza el estado mental de los prisioneros, al igual que las
sombras y las imágenes, o más simple aún es el camino hacia el mundo suprasensible.
Los liberados, son la liberación plenamente del alma y la luz o el sol es el salto del mundo sensible
al mundo suprasensible.
Los prisioneros están encadenados a sus propias opciones, coyunturas y especulaciones y están
atados a ellas solo porque así lo decidieron, solo porque así lo quisieron y no quieren ver otro
mundo que no sea el de las apariencias. De esta manera quedan así , en el mundo de lo
perceptible. Las imágenes para los prisioneros eran la única realidad de la que eran capaz de
darse cuenta que existía.
Platón sin saberlo describe en su metáfora ala sociedad a fines del siglo XX, cuyos hombres y
mujeres consideran sus ideas como verdades absolutas, sin darse cuenta si sus conclusiones son
reflejos o ecos de un mundo diferente al que logran percibir.
Los hombres solo perciben las sombras que se proyectan del mundo extremo; el techo de su
lúgubre mundo y lassombras proyectadas para los hombres son la realidad. Para los filósofos (y
yo), el mundo real es el que se ve en el exterior de la caverna, ahí donde solo se puede llegar con la
ayuda de un gran maestro.
Quien consigue desprenderse de las amarras que lo mantienen condenado en un mundo de
apariencias, al interior de la cueva, y logra ascender progresivamente hasta el mundo
suprasensible, es
quien se llega a convertir en un gran, excepcional y admirable filósofo.
Es como decir que solo miramos ficciones y no verdades; en caso de no romper las trabas,
ascender hacia la luz, resistir la ofuscación del deslumbramiento y contemplar al fin, las ideas
supremas, cuyas sombras son meras apariencias del mundo espiritual presidido por el bien, cuyo
conocimiento muestra el camino de redención del hombre.
Nosotras que estamos en la caverna, y no conocemos otra verdad (y estamos a gusto con ella), nos
podemos explicar nuestro mundo perfectamente.
Dentro de lo último puedo decir que las realidades compartidas, construidas por los prisioneros de
la caverna, les impide imaginar lo que en verdad existe afuera, y solo hasta lo que observan , y
después de vencer el deslumbramiento que provoca la luz del exterior de la cueva, es que
encuentren libertad y nuevos esquemas de pensamientos. Las ataduras de los prisioneros, que
les impide mover el cuello y sus piernas, girar y darse vuelta a fin de ver el mundo desde una
perspectiva distinta, equivalen al los modelos mentales que los miembros de cualquiera
organización comparten y limitan su funcionamiento, restringen su capacidad creadora y su
velocidad de respuesta ante un medio cambiante y sin rumbo seguro.
Respecto a la relación existente entre las ideas y las cosas, este gran filósofo, dice que es de
participación o imitación: las cosas participan de las ideas o las imitan. Y las ideas están, de alguna
manera, presentes en las cosas. Afirma también, que las ideas son causa de las cosas, no por que
las produzcan, sino porque constituyen su verdadera esencia; o que sirven de modelo para las
cosas meramente particulares. Las cosas concretas parecen perder su realidad, pues quedan
reducidas a mero reflejo o imitación de las ideas, pero carente de valor por sí mismas.
Para terminar, todo lo relacionado con el mito de la caverna de Platón, lo puedo dejar bien en claro
con el ejemplo de una de las películas ganadora de tres “OSCARES” de la Academia 2000, como
es: “THE MATRIX” . En esta película se puede apreciar claramente el caso de la realidad para
algunos y el “otro” mundo, el mundo real para otros.
La gran pregunta que todos nos hemos hecho, sobre lo que hemos escuchado de la película, es
¿Qué es THE MATRIX?... y frente a esto, puedo decir que es una celda virtual para el
subconsciente de los prisioneros, su mente esta atrapada en una replica de la tierra antes
de la gran catástrofe... es decir nuestra vida es un programa de computadoras... todo lo que
tenemos, pensamos y poseemos no existe!!!, la verdadera realidad es la que está allá afuera, la que
no todos somos capaces de percibir pero con la ayuda de un buen maestro algún día alcanzaremos
esa tan añorada realidad; la del mundo suprasensible.
El mito de la caverna es el mito más famoso de Platón, en el que explica su teoría de las ideas, su teoría
epistemológica y su teoría antropológica.

En el relato, nos sitúa en una cueva donde hay unos prisioneros que durante toda su vida han sido obligados a mirar
unas sombras provocadas por un fuego y unos objetos que se mueven. Con esta primera metáfora, el autor identifica
a los prisioneros encadenados con el alma humana, que está atada a un cuerpo terrenal y que pertenece al mundo de
las cosas, y es por tanto, imperfecto y sensible, cuyos conocimientos son meras sombras de la realidad.

En el mito, Platón se pregunta qué pasaría si uno de los prisioneros se levantase y fuera capaz de ver el fuego y los
objetos reales, afirmando que sentiría dolor y se daría cuenta de que lo que veía antes no eran más que sombras de
la realidad. Y si ascendiese hacia la superficie, le ocurriría algo similar. Esta liberación es la que permite al ser humano
liberarse el mundo sensible para así alcanzar el mundo ideal, que es perfecto, eterno e inmutable, y al que sólo se
puede acceder mediante el alma y la razón.

En el aspecto epistemológico, el mito identifica a la caverna como el mundo de las cosas. En ella, existen imitaciones
de la superficie (el mundo de las Ideas), pero son imperfectas y engañosas: las sombras en la pared son imitaciones
de las sombras de los objetos de la superficie, el fuego es la imitación del Sol, etc. Ante este panorama, los
prisioneros sólo pueden conocer lo que ven, es decir, sólo son capaces de ver sombras en la pared, y ellos las
identifican con la realidad. Por eso, cuando uno de ellos es liberado, y es capaz de ver el fuego, y el resto de
elementos de la caverna, estaría más cerca del conocimiento verdadero. Sin embargo, éste conocimiento no sería
completo, sino que sería lo que Platón denomina Doxa, u opinión.

Si el prisionero es obligado a ascender a la superficie, allí puede observar y contemplar el mundo exterior, el mundo
de las Ideas, poco a poco iría viendo los objetos que lo componen: primero las sombras, más tarde objetos
reflejados en el agua, luego los objetos mismos, el cielo nocturno, y por último, el Sol, que se identifica con la idea
suprema del Bien. El conocimiento aquí adquirido sería conocimiento verdadero, aquél que Platón llama Episteme.
EXPLICACIÓN PRÁCTICA DEL MITO DE LA CAVERNA:

Para el pensador griego, VIVIR significa ir en busca de aquello en lo que uno cree y enfrentarse a
preguntas fundamentales. Para él, no es vida la que se vive en “piloto automático”, una vida sin
opinión propia, repitiendo las ideas y opiniones sostenidas por los padres, los maestros y los
amigos. Ciertamente, puede tratarse de una forma de existencia, pero no es una vida.

Platón aborda este tema en su largo diálogo La República, en el cual, además de muchas de las
ideas platónicas esenciales, explora cómo debería ser una sociedad ideal. A semejanza de
Sócrates, Platón creía que la mayoría de las personas viven en la ignorancia la mayor parte del
tiempo; lo peor de tal situación es que no saben siquiera que son ignorantes.
De entre las muchas imágenes y analogías que utilizó el filósofo griego Platón, posiblemente el mito
de la caverna sea la más célebre: aparece en el libro VIl de La República, una obra monumental en la
que investiga la forma del Estado ideal y su gobernante ideal, el filósofo rey.
La justificación de Platón para dar las riendas del gobierno a los filósofos se encuentra en un
pormenorizado estudio en torno de la verdad y el conocimiento, y en este contexto es donde
interviene la alegoría de la caverna.

Imagina que toda tu vida has sido prisionero en una caverna. Tienes las manos y los pies encadenados, y la
cabeza sujeta de modo que sólo puedes ver la pared que queda enfrente. Detrás de ti hay una llama, y entre tú y
el fuego una pasarela por la que tus captores desplazan estatuas y todo tipo de objetos. Las sombras que
proyectan en la pared estos objetos son lo único que tú y tus compañeros de cautiverio habéis visto siempre, lo
único de lo que habéis hablado y en lo que habéis pensado. Esas sombras son la única realidad que han
conocido.

Sus habitantes no saben que han tomado las sombras por objetos reales; creen conocer la realidad, aunque de
hecho están viviendo en la oscuridad, tanto en sentido figurado como en el literal.
A medida que desarrolla la alegoría, Platón nos pide que imaginemos que alguien entra en la caverna, quita los
grilletes a un prisionero y lo conduce al exterior, a la luz del Sol. ¿Cuál crees que será la reacción del
prisionero liberado? Enceguecido por el brillo del Sol, probablemente lo primero que hará será correr hacia la
seguridad de la caverna. Necesitará tiempo y paciencia antes de que sus ojos se acostumbren a la luz y a ver las
cosas tal como realmente son. Sin embargo, una vez que lo haya conseguido, el prisionero comprenderá con
claridad que lo que había tomado por conocimiento no era más que puras sombras.
De regreso a la caverna, el prisionero explica a los demás la “realidad”, pero seguramente encontrará
oposición. Sus antiguos compañeros continúan creyendo que las sombras son la realidad. Ahora que escuchan
una versión nueva y extraña estarán convencidos de que quien la expone se ha vuelto loco. “¿No dirán”, se
pregunta Platón, “que el otrora prisionero, después de haber ascendido al exterior, regresó con los ojos tan
arruinados que ni siquiera valdría la pena intentar subir y salir de la caverna? Y si pudieran, ¿no apresarían y
matarían a cualquiera que tratara de liberarlos y sacarlos de las profundidades de la caverna?”.
La vida ordinaria, sostiene Platón, es como la vida dentro de la caverna. De ella había escapado Sócrates y a
ella nunca quiso volver. Los humanos somos prisioneros que vivimos en un mundo de supuestos no
comprobados, que confiamos en los sentidos como fuentes de información acerca de la realidad y que creemos
que sólo es real lo que podemos ver, oír, tocar, gustar y oler.
Quizá Platón también deseaba hacer notar cuan fuerte es el poder del grupo sobre el pensamiento
del individuo. Si a todos nuestros amigos les gusta o disgusta algo, si nuestros compatriotas
suponen las mismas cosas o si nuestras pautas familiares nos han convencido de que sólo hay una
forma de hacer las cosas, entonces tal vez vivamos muy a gusto con esas preferencias, supuestos
pautas. Lo anterior puede parecer inofensivo cuando se trata de comer un pollo la noche de
Navidad o de no poner los codos sobre la mesa, pero resulta verdaderamente peligroso cuando se
trata de confiar en los sentidos y no en la razón, si se acepta como real y verdadero lo que nosotros
vemos y lo que ”todos saben”. en vez de buscar la verdad por uno mismo. Por eso Platón advierte:
si las sombras se toman por realidad, las certezas obtenidas se habrán basado en información
incorrecta e inadecuada.

EL MITO APLICADO AL SABER: Si quieren una alegoría de la condición humana, que se refiera
especialmente al saber y a la ignorancia, entonces imaginen a algunas personas viviendo en una caverna.
Ellos han vivido ahí desde que nacieron, han sido encadenados, obligados a sentarse en una sola posición y a
ver un punto fijo. Al final de la cueva hay una salida al mundo exterior que, por supuesto, los prisioneros
desconocen.
Arriba y detrás de ellos, arde un fuego, y entre el fuego y los prisioneros, detrás de un muro que lo oculta de
su vista, hay un camino que cruza la caverna. La gente pasa por detrás del muro cargando estatuas humanas
y figuras de animales y plantas esculpidas en piedra o madera, y a veces conversan entre sí.
El fuego proyecta sombras de esas imágenes sobre la pared que ven los prisioneros y estas sombras,
acompañadas por el sonido intermitente de las voces, son la única realidad que los prisioneros conocen.
Ninguno de ellos puede recordar otra, ésa ha sido siempre toda la verdad sobre el mundo…
Esta alegoría describe la condición humana. La caverna es el mundo que se nos revela por medio de los
sentidos, apenas iluminado por la luz del fuego y lleno de sombras que confundimos con la realidad. La salida
de la cueva, a la luz solar, representa el ascenso del alma a la vida intelectual: la vida de la mente y el camino
de la razón. Utilizando las herramientas del intelecto, llegaremos finalmente a la idea del Bien, que es la
fuente de todo lo bello y lo correcto y que, en verdad, también es el único terreno confiable para la conducta
moral.
Será fácil comprender por qué aquellos que han visto las cosas como realmente son, usando plenamente los
poderes intelectuales, no estarán dispuestos a volver al mundo profano de los intercambios humanos. Alguien
así podría parecer tonto entre las sombras de las cortes legales y la hipocresía de la vida cotidiana. Pero
haríamos bien en recordar que aquellos que creemos desorientados podrían en realidad estar moviéndose de
las tinieblas a la luz y no de la luz a las tinieblas .
Y deberíamos tener mucho cuidado de quien nos reímos, no sea que nos convirtamos en los felices prisioneros
que se afierran fieramente a su ignorancia y se burlan de lo que no comprenden.
RESUMEN Y EXPLICACIÓN DEL MITO
DE LA CAVERNA
En el mito de la caverna, Platón relata que existen unos hombres que desde que nacieron
se encuentran atados del cuello y de las piernas, dentro de una cueva oscura. No sólo son
prisioneros debajo de la tierra y su propia sombra, sino que además tienen un campo
de visión limitado, ya que debido a sus ataduras deben mirar siempre hacia adelante.
Hay una luz que ilumina su antro, emanando un fuego encendido por detrás de ellos, a
una distancia considerable y elevada.
Platón nos pide que imaginemos un camino elevado entre los prisionero y el fuego,
camino en el que hay un muro. En la otra parte del camino, el elevado, pasan unos
hombres que llevan toda clase de figuras y objetos, más grandes que ellos, algunos de
ellos con forma animal y otros con forma humana. Estos hombres a veces hablan y
otras no. Por su parte, los prisioneros no han podido ver más que esas sombras
proyectadas por el fuego elevado en la caverna – como si se tratase de una pantalla de
cine en la que transitan sombras – y faltos de una distinta educación, creen que esas
sombras que ven son objetos reales, pertenecientes a su propia realidad.
Glaucón, el interlocutor de Sócrates, asegura con total convencimiento que los
encadenados consideran a las sombras de los objetos como reales ya que no tienen otra
opción. Cada una de las cosas falsas que son proyectadas en la pared para ellos son
verdaderas debido a su ofuscación mental y por la obnubilación de los sentidos. Tras
eso, Sócrates se cuestiona qué sucedería si uno de los prisioneros fuese liberado y
saliese al mundo exterior. En esa situación, tendría enormes problemas para
acostumbrarse a la brillante luz del sol; por lo que para no quedar cegado debería
buscar sombras y cosas reflejadas en el agua; y gradualmente se iría acostumbrando a
mirar los objetos, para terminar de descubrir toda la belleza del planeta y el universo.
Atónito por tanta información, sería capaz se contemplar las cosas con mayor nitidez, en el
esplendor máximo de sus figuras y con la riqueza policroma al completo.

Lo que plantea después de esto el mito es que, si el prisionero liberado volviera a la


obscura cueva en la que se encontraba en cautiverio, ¿le creerían?
La realidad es que no, se reirían de él, afirmando que ascender lo perturbó. De hecho,
Sócrates no sugiere sino que afirma que si él intentase desatar a los otros prisioneros y
hacerlos subir hacia el exterior de la caverna, los otros prisioneros lo matarían en caso
de tener la oportunidad ya que se encuentran cómodos en el engaño en el que viven y
violentos por ver cómo su realidad se encuentra amenazada.
Es un mito muy popular y que propone una reflexión sobre si la vida que llevamos es real
o si se trata de una fantasía generada por otros seres que toman decisiones sobre nosotros.
Cuestiona el libre albedrío, la percepción de la realidad, el conocimiento humano y

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