• Hablar de estilos de aprendizaje es referirse al modelo
VAK desarrollado por Neil Fleming en 1987.
• A grandes rasgos, establece que las personas tenemos
distintos estilos de aprendizaje y que estos estilos están vinculados a nuestros sentidos, donde se diferencian 3 grupos: • Aprendices Visuales: se trata de aquellas personas que prefieren aprender mediante la estimulación visual, por ejemplo gráficos, símbolos, diagramas, etc.
• Aprendices Auditivos: son aquellos que prefieren estímulos auditivos
para aprender, por ejemplo discusiones y narraciones.
• Aprendices Kinestésicos: se trata de aquellas personas que prefieren
estímulos de movimiento para adquirir sus aprendizajes, por ejemplo tocando y explorando las cosas. • Frente a estos tres tipos de aprendices, Fleming establece que los estilos de enseñanza deben adaptarse a las preferencias de los alumnos o aprendices de manera de conseguir un desempeño y resultado superiores en los mismos.
• El éxito de esta teoría ha sido inmenso, incalculable. No hay escuela o
profesor que no haya oído hablar de ella, incluso forma parte de las asignaturas de miles de escuelas de pedagogía alrededor del mundo.
• Existen revistas especializadas, incluso hasta hace poco la UNED en
España realizaba un congreso internacional cada año solo para compartir las experiencias de los docentes que aplicaban (y aplican) estos principios. • El problema es que el modelo de los estilos de aprendizaje de Fleming carece de un atributo fundamental: no existe absolutamente ninguna evidencia científica que confirme que las personas aprendemos mejor si nos presentan la información en el estilo de aprendizaje de nuestra preferencia.
• Es más, lo que sí existe son evidencias sobre los problemas empíricos y
pedagógicos relacionados con el uso de estos estilos de aprendizaje en el aula. ¿QUÉ DICE LA NEUROCIENCIA SOBRE LOS ESTILOS DE APRENDIZAJE? • “Los seres humanos hemos evolucionado haciendonos una imagen del mundo a través de nuestros sentidos trabajando al unísono, explotando la inmensa interconectividad que existe en el cerebro” Susan Greenfield
• Desde 1976, Greenfield ha publicado unos 200 artículos en revistas
revisadas por pares, incluidos estudios sobre los mecanismos cerebrales básicos implicados en la adicción y la recompensa
• Hace referencia a la forma de funcionar que tiene el cerebro cuando
de aprender se trata: los sentidos trabajan en conjunto para obtener una interpretación del mundo exterior o lo mismo pero al revés, estimular solo un sentido no mejora el proceso de aprendizaje en las personas. • En el artículo Learning Styles: Concepts and Evidence, los investigadores concluyen que:
• “No hay evidencia que justifique la incorporación de las evaluaciones de
estilos de aprendizaje en la práctica educativa”.
• Aun cuando la literatura sobre Estilos de Aprendizaje es enorme, muy
pocos estudios han usado la metodología experimental capaz de probar la validez de la aplicación de los estilos de aprendizaje a la educación. • Lo que sí han encontrado los científicos es una multitud de datos de corroboran las diferencias individuales de las personas en el grado o aptitud para adquirir y procesar diferentes tipos de información.
• Pero esto no tiene ninguna relación con los llamados estilos de
aprendizaje. ¿QUÉ PASA CON LAS DIFERENCIAS INDIVIDUALES? • La idea de la existencia de estilos de aprendizaje nos invade, es tan común que pensamos que de verdad existen.
• Pero la historia nos ha demostrado varias veces que no porque todo
el mundo lo crea, significa que sea así. ¿Qué mejor ejemplo que el de la tierra girando en torno al sol?
• Los aprendizajes no dependen de la adaptación de los contenidos a
los sentidos de preferencia de los alumnos, sino de la interacción de una multitud de variables entre las que se destacan la naturaleza de lo que se va a aprender y las motivaciones o necesidades del que aprende. • La regla es una sola: a mayor cantidad de sentidos involucrados, mayor y mejor es el aprendizaje.
• Que no existan estilos de aprendizaje no significa de ningún modo
que no existan preferencias a la hora de decidir sobre formatos de aprendizaje.
• Lo que sí está plenamente demostrado son las diferencias entre las
personas a la hora de adquirir conocimiento y dejar huella en la memoria. • Donde no existen diferencias individuales, al menos desde el punto de vista de la neurociencia es en la predominancia de la vista sobre el resto de los sentidos.
• Se trata de una característica evolutiva del ser humano y nada tiene
que ver con que una persona sea más visual que otra.
• La realidad, desde el punto de vista de la neurociencia, es
que todos somos visuales. ¿POR QUÉ TENEMOS QUE DESTERRAR ESTE MITO?
• Principalmente para no perder energía en crear estrategias de
enseñanza que no llevan a ningún sitio.
• Para empezar a poner en prática técnicas que estimulen los
sentidos, que es lo único que está absolutamente comprobado a nivel de neurociencia.
• Para concentrarnos en que los aprendizajes sean significativos que es
cuando realmente benefician a los alumnos y quedan grabados en la memoria