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INDICADOR DE DESEMPEÑO:
CONCEPTUALIZACIÓN:
¿ES IMPORTANTE LA FILOSOFÍA?
JUSTIFICACIÓN
La filosofía busca conocer toda la realidad del hombre y de los demás
seres. Puede, por tanto orientar, la actividad del hombre y de la sociedad,
mostrando el sentido o sin sentido de las realizaciones humanas.
La filosofía es importante
UNA OPINIÓN
¿SIRVE PARA ALGO LA FILOSOFÍA?
¿Para qué se filosofa?, es decir, ¿para qué se investigan los primeros principios y
los fines últimos de las cosas? ¿Para qué se busca la verdad desinteresada?
Porque aquello que todos los hombres tienden por naturaleza a Conocer está
bien; pero ¿para qué?
Buscan los filósofos un punto de partida teórico o ideal para su trabajo humano,
el de filosofar, pero suelen descuidar buscarle el punto de partida práctico y real,
el propósito. ¿Cuál es el propósito al hacer filosofía, al pensarla y luego exponerla
Tales de Mileto. (Circa a los semejantes? ¿Qué busca en ello y con ello el filósofo? ¿La verdad por la
640-546 a. de C.) verdad misma? ¿La verdad para sujetar a ella nuestra conducta y determinar
Considerado el padre
conforme a ella nuestra actitud espiritual para con la vida y el universo?
del pensamiento
filosófico, donde
confluye lo exigido La filosofía es un producto humano de cada filósofo y cada filósofo es un hombre
por Unamuno: actitud de carne y hueso que se dirige a otros hombres de carne y hueso como él y haga
teórica y disposición lo que quiera, filosofa, no sólo con la razón, sino con la voluntad, con el
práctica. sentimiento, con la carne y con los huesos, con el alma toda y con todo el cuerpo.
EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
Desde que el hombre tiene conciencia de sí mismo y de su entorno, se ha preguntado por la finalidad de su ser,
de su existencia, de su vida. Ha intentado darle una interpretación a las cosas que lo rodean, al mundo que se
expande más allá de su campo de visión; en fin, se ha preguntado por la realidad.
De igual modo al interactuar con su medio, el hombre ha creado modelos para tratar de explicarse el porqué
del mundo, ha ensayado diferentes estrategias para tratar de apropiarse del sentido y de la razón de las cosas
que lo rodean. Por todo esto, Aristóteles afirma que el deseo de conocer forma parte de la naturaleza del
hombre.
Efectivamente, desde la antigüedad el hombre sintió la necesidad de explicarse el origen de los seres y de los
fenómenos, Por ello inventó mitos y relatos legendarios que narran la forma como los dioses crearon y dieron
forma al mundo ya la especie humana.
Esos relatos fueron transmitidos de generación en generación, sin alteraciones, incluso con idénticas palabras y,
generalmente, estuvieron asociados a la religión, formando parte de sus creencias.
Sin embargo, con el transcurso del tiempo, el hombre se percató de que las fuerzas naturales tenían una
explicación racional en sí mismas, entonces se dio a la tarea de buscar lo esencial de las cosas, no ya en las
historias de los dioses, como lo hacía el mito, sino haciendo uso de su capacidad razonadora para llegar a una
explicación bien fundada de la realidad. Esta búsqueda dio lugar a la filosofía que, desde entonces, pretende
explicar el sentido y la finalidad de todo aquello que conforma el mundo humano.
LA FINALIDAD DE LA FILOSOFÍA
¿Cuál es la finalidad de la filosofía? Muchas personas dicen que la: filosofía es una actividad inútil y sin valor
práctico, ya que con ella no se hacen casas ni se fabrican vestidos.
Esta afirmación es en cierto modo verdadera, pues la filosofía no tiene por objeto ser útil al hombre en sus
"negocios", puesto que se trata fundamentalmente de una actividad teórica que busca establecer el porqué y el
para qué del hombre y de las cosas.
De otra parte, la afirmación es imprecisa, pues lo que consideramos "útil" no posee un valor absoluto: sólo vale
en la medida en que sirve para algo, es un medio para conseguir un fin.
Basta al filósofo la reflexión para sentirse pagado de su esfuerzo; es el suyo un saber gratuito. Pero además de
la satisfacción intelectual que proporciona el saber más, la filosofía tiene por finalidad proporcionar al hombre:
Una manera especial de ver el mundo en cuanto totalidad significante.
Una interpretación de todos los fenómenos: naturales y sociales.
Un método sistemático y ordenado de jerarquizar los niveles del conocimiento.
Una guía moral para la vida individual y social.
EL SENTIDO DE LA FILOSOFÍA
Una cuestión más compleja aún es la que pregunta por el sentido de la filosofía: ¿Cuál es la razón de ser de la
filosofía? ¿Para qué filosofa el hombre? Esta cuestión está emparentada con la pregunta sobre la naturaleza de
la filosofía, sobre lo que es la filosofía. Pero por curioso que suene, esta cuestión sólo puede resolverse con la
filosofía. De hecho, investigar lo que es la filosofía es una de sus principales tareas.
Sin embargo, esta tarea, a diferencia de otras ciencias, enfrenta numerosas dificultades. Por ejemplo, definir en
qué consiste la física o la química es una tarea relativamente sencilla. Al comienzo de cualquier texto científico,
lo primero que encontramos es la definición del área en cuestión. Esto sucede porque las ciencias necesitan
establecer desde el principio de su tarea, con mucha precisión, su objeto de estudio, pues de ello dependerá el
desarrollo de los conocimientos.
En cambio, definir el objeto de la filosofía es un poco más complejo. Sabemos Que el estudio filosófico trata del
hombre, de la naturaleza, de Dios, o más recientemente, de la formación del conocimiento, del lenguaje, de la
comprensión. Pero, ¿qué es cada una de estas cosas? La filosofía nunca ha podido dar una respuesta concreta y
definitiva a ninguno de estos asuntos.
EL VALOR DE LA FILOSOFÍA
Esta situación es la que hace que algunas personas digan que la filosofía no sirve para nada, porque no produce
nada concreto. Sin embargo, esta es una afirmación apresurada. Se olvida con frecuencia que gran parte del
conocimiento de las ciencias ha sido el resultado de la reflexión filosófica, cuyos derroteros también han sido
determinados por ella. Los desarrollos de la física, de la matemática, o de la informática, por ejemplo, serían
impensables sin los aportes que a lo largo de la historia les ha ofrecido la filosofía.
Pero hay un valor de la filosofía que en la práctica es mucho más importante que el señalado antes. Para buena
parte de los filósofos, en especial para los griegos y los romanos, el sentido de la filosofía estaba en que
ayudaba a descubrir un sentido a la vida. Se concebía la filosofía como una reflexión que permitía ordenar
nuestros actos, buscarles un sentido, suministraba herramientas para enfrentar al mundo y su infinidad y para
hacer parte de la humanidad y resistir sus retos.
En esta concepción de la filosofía como un arte de vida se funda en gran parte el origen mismo del pensamiento
de Occidente. Los filósofos griegos nunca perdieron de vista la manera de orientar su existencia mientras
buscaban los principios y las causas de la realidad.
Sin embargo, hoy en día, muchos filósofos han puesto de presente la necesidad de recuperar esta concepción
de la filosofía. Pues el sentido de la vida ha dado pasó a una preocupación que margina al hombre, imponiendo
como única meta y razón de ser de la existencia la técnica, la producción, el poseer. Este interés pragmático
exclusivo ha hecho que la filosofía se olvide de otras dimensiones que también planifiquen de manera real y
válida la inquietud y el deseo de realización del hombre actual.
“La vida de todo hombre precisa de un norte, de un itinerario, de un argumento. No puede ser una simple
sucesión fragmentaria de días sin dirección y sin sentido.
Cada hombre ha de esforzarse en conocerse a sí mismo y en buscar sentido a su vida proponiéndose proyectos
y metas a las que se siente llamado y que llenan de contenido su existencia.
A partir de cierta edad, todo esto ha de ser ya algo bastante definido, de manera que en cada momento uno
pueda saber, con un mínimo de certeza, si lo que hace o se propone hacer le aparta o le acerca de esas metas,
le facilita o le dificulta ser fiel a sí mismo.
Se trata de algo asequible a todos. Lo único que hace falta es – si no se ha hecho – tratarlo seriamente con uno
mismo: como decía Epicteto, enseguida te persuadirás: nadie tiene tanto poder para persuadirte a ti como el
que tienes tú mismo.
Para que la vida tenga sentido y merezca la pena ser vivida, es preciso reflexionar con frecuencia, de modo que
vayamos eliminando en nosotros los detalles de contradicción o de incoherencia que vayamos detectando, que
son obstáculos que nos descaminan de ese itinerario que nos hemos trazado.
Si con demasiada frecuencia nos proponemos hacer una cosa y luego hacemos otra, es fácil que estén fallando
las pautas que conducen nuestra vida.
Muchas veces lo justificaremos diciendo que «ya nos gustaría hacer todo lo que nos proponemos», o que
siempre «del dicho al hecho hay mucho trecho», o alguna que otra frase lapidaria que nos excuse un poco de
corregir el rumbo y esforzarnos seriamente en ser fieles a nuestro proyecto de vida.
Es un tema difícil, pero tan difícil como importante. A veces la vida parece tan agitada que no nos da tiempo a
pensar qué queremos realmente, o por qué, o cómo podemos conseguirlo.
Pero hay que pararse a pensar, sin achacar a la complejidad de la vida – como si fuéramos sus víctimas
impotentes – lo que muchas veces no es más que una turbia complicidad con la debilidad que hay en nosotros.
Somos cada uno de nosotros los más interesados en averiguar cuál es el grado de complicidad con todo lo
inauténtico que pueda haber en nuestra vida.
Si uno aprecia en sí mismo una cierta inconstancia vital, como si anduviera por la vida distraído de sí mismo,
como desnortado, sin terminar de tomar las riendas de su existencia –quizá por los problemas que pudiera
suponer exigirse coherencia y autenticidad – parece claro que está en juego su acierto en el vivir y, como
consecuencia, una buena parte de la felicidad de quienes le rodean.
Es verdad que las cosas no son siempre sencillas, y que en ocasiones resulta realmente difícil mantenerse fiel al
propio proyecto, pues surgen dificultades serias, y a veces el desánimo se hace presente con toda su paralizante
fuerza.
Pero hay que mantener la confianza en uno mismo, no decir «no puedo», porque no es verdad, porque casi
siempre se puede.
No podemos olvidar que hay elecciones que son fundamentales en nuestra vida, y que la dispersión, la
frivolidad, la renuncia a aquello que vimos con claridad que debíamos hacer, todo eso, termina afectando al
propio hombre, despersonalizándolo.
Para Descartes y los racionalistas, la filosofía es el estudio de la sabiduría tratando de conocer las primeras
causas de las cosas. Ese estudio debe partir de principios evidentes y, con un método matemáti co, debe
construir un sistema de verdades.
Para Hume y los empiristas, la filosofía se ocupa de analizar las condiciones del conocimiento humano.
Para Kant, la filosofía no es la ciencia de Dios o del mundo, sino una teoría sobre las condiciones que hacen
posible el conocimiento.
Para Hegel, la filosofía es la autorreflexión del espíritu sobre sí mismo, o el conocimiento del desarrollo del
espíritu desde los seres inferiores hasta el Espíritu Absoluto.
Para Marx, la filosofía es un saber práctico que se funda en la vida.
Para Dilthey, la filosofía surge de la vida, por la necesidad vital que tenemos de unificar los fenómenos. La
filosofía, como la vida, es irracional.
Para Wittgenstein, la filosofía tiene la función de clarificar el lenguaje.
LA FILOSOFÍA Y LA CULTURA
NOCIÓN DE CULTURA
Para entender a cabalidad el concepto de cultura, es importante hacer claridad sobre los siguientes órdenes de
la realidad: el físico, el técnico, el social y el cultural.
El orden físico se halla integrado por todo cuanto existe en el mundo sin haber sido producido o transformado
por el hombre. Por ejemplo, un árbol.
Sin embargo, el hombre tiene que someter estos elementos de la naturaleza a un proceso de transformación
que da origen a los objetos artificiales, los cuales integran el orden técnico, por ejemplo: las máquinas, los
edificios, los tejidos.
Ahora, tanto los objetos del orden físico como los de orden técnico son cosas que los hombres poseen, utilizan
e intercambian entre ellos. Esta circunstancia da como resultado las relaciones sociales y el sistema jurídico,
elementos que constituyen el orden social.
Finalmente, el hombre crea objetos que están por encima del ámbito de la naturaleza y que ocupan un lugar
eminente en el ámbito del mundo humano. Tales objetos son los que forman el orden cultural, el cual se
expresa a través de las obras de arte, literarias y musicales, las creencias religiosas, las teorías filosóficas y
científicas, entre otras.
De acuerdo con lo anterior, podríamos definir la cultura como el conjunto de creencias, conocimientos, normas
y comportamientos que comparten todos los miembros de una sociedad.
Entre los años 1550 y 1820, por ejemplo, Latinoamérica vivió bajo el colonialismo de Portugal y España; en la
actualidad recibe una fuerte influencia política y económica de Estados Unidos, situación que recibe el nombre
de neocolonialismo. Esto hace que muchos latinoamericanos vean en este país el ideal de vida y una cultura
digna de imitarse.
De otra parte, Latinoamérica se ha visto abocada al problema de su gran diversidad cultural, producto del
mestizaje y circunstancias históricas. Esa diversidad ha obstaculizado la creación de una cultura fuerte y
homogénea que pueda oponerse con solidez a otras culturas foráneas. Por esto, la filosofía en nuestro
continente debe:
LA FILOSOSFÍA Y LA CIENCIA
La ciencia organiza su trabajo según un método:
Inicialmente observa la realidad para detectar problemas.
A partir de esta observación fórmula preguntas.
A cada una de esas preguntas le da una respuesta provisional o hipótesis.
A continuación, la hipótesis se somete a pruebas diversas para verificar si coincide con la realidad, es
decir, se procede a la experimentación.
Posteriormente, una vez que la hipótesis ha sido comprobada, se convierte en un principio válido para
todas las personas y pasa a convertirse en una ley científica
Finalmente se describe el problema, señalando las causas y pautas de solución, dando como resultado
la teoría científica.
Así pues, la ciencia es el conjunto de explicaciones lógicas que el hombre ha elaborado para darle sentido a la
realidad, y la tecnología es la ciencia aplicada que cumple un papel importante en la sociedad.
Por su parte, el desarrollo de la informática y la automatización ha liberado al hombre de los trabajos más
rutinarios, pero su mal uso puede llegar a convertirse en una amenaza para su libertad.
LA FILOSOFÍA Y LA POLÍTICA
NOCIÓN DE POLÍTICA
Los hombres siempre están en continua relación creando vínculos a todo nivel y realizando contratos entre sí.
Esas relaciones exigen que exista una estructura que organice la sociedad y establezca unas normas generales
válidas para todos sus miembros. A esa estructura se le conoce con el nombre de política. Como eje de toda la
organización de la sociedad, la política no debe supeditarse a ninguna otra estructura social, ya que tiene la
capacidad de regirse por sí misma, es decir, tiene soberanía.
Para el poder ejercer su soberanía, la política requiere de la existencia de) Estado que, a su vez, está
conformado por órganos o instituciones. El Estado, al ejercer la soberanía, realiza ciertas funciones que en los
últimos dos siglos se han reducido a tres: la legislativa) la-ejecutiva y la judicial. Sin embargo, a causa de las
nuevas exigencias de la sociedad, dichas funciones se han ampliado a otros campos tales como el educativo, el
económico y el social.
TALLER
1. Responde a las siguientes cuestiones explicadas en el tema
a) ¿Cuál es el origen de la filosofía?
b) ¿Cuál es la finalidad de la filosofía?
c) ¿Cuál es el sentido de la filosofía?
d) ¿Cuáles son los rasgos característicos de la cultura?
e) ¿Por qué decimos que la cultura latinoamericana enfrenta dificultades para imponerse en el contexto
mundial.
f) ¿Cuáles son los pasos del método científico?
g) ¿Por qué se dice que la ciencia está al servicio del capitalismo?
h) ¿Qué entendían los griegos por política?
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