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Diciembre de 2016

MÓDULO
GÉNERO Y DERECHO

Presentado por:
Astrid Orjuela Ruiz
Lucia Ramírez Bolívar
Módulo de Formación Auto Dirigida para Jueces, Juezas de la Rama Judicial

Bogotá D.C.
ii

Presentación del Modulo

El módulo Género y Derecho está compuesto por siete (7) unidades que
abordan temas relacionados con la equidad de género y la protección de los
derechos de las mujeres y de las personas con identidades de género y
orientaciones sexuales diversas. A través de la presentación de conceptos,
el análisis de la legislación y la jurisprudencia, así como del estudio de
casos, este módulo tiene el objetivo de proveer un conjunto de
herramientas que faciliten y fortalezcan el trabajo de los operadores y las
operadores de justicia encaminado a promover la justicia y la equidad para
todos los ciudadanos y ciudadanas.

En las dos primeras unidades se presenta el marco teórico y normativo


que fundamenta la necesidad y urgencia de contar con una administración
de justicia que promueva la equidad de género. Con este propósito, en la
Unidad 1 se definen las categorías sexo, género, orientación sexual e
identidad de género bajo la idea de que es indispensable distinguir estos
cuatro conceptos para entender en qué consisten los estereotipos de género
y para adquirir herramientas que permitan eliminarlos de la práctica judicial.
En la Unidad 2 presentamos las aproximaciones que desde los instrumentos
internacionales de protección de derechos humanos se han hecho para
prevenir, sancionar y erradicar la violencia y discriminación basada en el
género.

En las siguientes unidades, a partir de un análisis conceptual, normativo


y de la jurisprudencia nacional e internacional se abordan los derechos que
con mayor frecuencia son vulnerados a las mujeres y las personas con
orientaciones sexuales e identidades de género diversas. Así, en la Unidad 3
se identifican las formas como se manifiesta la discriminación en ámbitos
como el lenguaje, la familia, la educación y el trabajo y se proveen
herramientas conceptuales y metodológicas para enfrentar estás prácticas
iii

desde la administración de justicia.

La Unidad 4 aborda el tema de la violencia de género, específicamente


de la violencia intrafamiliar, la violencia sexual y la violencia en el marco de
conflicto armado por ser los tipos de violencia más recurrentes contra las
mujeres en nuestro país y que probablemente lleguen en mayor número a
los estrados judiciales.

En la Unidad 5 se identifican y diferencian los derechos sexuales y


reproductivos y se define su alcance. Así mismo, se proveen herramientas
que faciliten la toma de decisiones para los operadores y las operadoras
judiciales en casos donde se requiera una protección especial de estos
derechos como es el caso de la interrupción voluntaria del embarazo.

La Unidad 6 presenta los diferentes ámbitos de protección de los


derechos de las personas con orientaciones sexuales e identidades de
género diversas. Se presenta un análisis de la jurisprudencia que ha
protegido los derechos de este grupo poblacional en el ámbito individual, de
pareja y familiar. Así mismo se incluye un análisis particular de los derechos
de las personas transgeneristas e intersexuales dada su especial situación
de vulnerabilidad.

Finalmente, la Unidad 7 aborda el derecho de las mujeres a la


participación en la vida pública a través de un análisis del alcance de la Ley
de Cuotas (ley 581 de 2000) y la Reforma Política (ley 1475 de 2011). El
objetivo de esta unidad es que las y los operadores judiciales cuenten con
las herramientas necesarias para garantizar efectivamente este derecho y
contribuyan al alcance de la participación paritaria (50 – 50) de mujeres y
hombres en los escenarios públicos y políticos.
iv

MAPA CONCEPTUAL
v

Convenciones

Og
Objetivo General

Oe
Objetivos específicos

Co
Contenidos

Ap
Actividades pedagógicas

Ae
Autoevaluación

J
Jurisprudencia

B Bibliografía
vi

SINÓPSIS LABORAL Y PROFESIONAL DE LAS AUTORAS

Astrid Orjuela Ruiz Abogada, Especialista en Derecho Constitucional y


Magister en Estudios de Género de la Universidad Nacional de Colombia
(tesis meritoria). Trabajó durante más de cinco años en la Comisión
Colombiana de Juristas, donde se encargó de liderar varios procesos de
litigio estratégico en asuntos de interés público relacionados con la garantía
de los derechos de poblaciones históricamente discriminadas. Fue Secretaría
Técnica de la Mesa de Género de la Cooperación Internacional, espacio
liderado por ONU Mujeres. Ha trabajado en la Corte Constitucional y en la
Fiscalía General de la Nación. Actualmente es profesora de Derecho
Comparado y Procedimiento Constitucional en las Universidades del Rosario
y Nacional de Colombia. Ha publicado los artículos “El concepto de violencia
de género en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos”, en la
Revista Latinoamericana de Derechos Humanos de la Universidad Nacional
de Costa Rica y “La indeterminación del campo de la justicia transicional en
Colombia”, en Revista Estudios Socio-Jurídicos de la Universidad del Rosario
(en coautoría).

Lucia Ramírez Bolívar Abogada y Especialista en Derecho Constitucional


de la Universidad Nacional de Colombia. Cuenta con experiencia profesional
de más de 6 años en investigación e implementación de proyectos en los
temas de justicia comunitaria, conflicto armado, desplazamiento forzado y
género. Se ha desempeñados en diferentes cargos en organizaciones de la
sociedad civil. Trabajó para el Alto Comisionado de la Naciones Unidas para
los Refugiados y el Consejo Noruego para Refugiados. Ha publicado los
artículos: "Institucionalización de las Formas de Justicia Comunitaria
¿Creación ó Solución de Conflictos?" en la revista En Borrador Nº 1,
"Comunidades de Política Publica en Justicia en Equidad" en la revista En
Borrador Nº 4 de la Red de Justicia Comunitaria y participó en el libro “¿A
dónde va la Justicia en Equidad en Colombia?” de la Corporación Región.
vii

Actualmente se encuentra terminando sus estudios de maestría en Trabajo


Social en la Universidad de Chicago, Estados Unidos.
viii

Justificación

Históricamente las mujeres y las personas con identidades de género y


orientaciones sexuales diversas han sido víctimas de discriminación,
violencia y otras graves vulneraciones a sus derechos fundamentales. Estas
formas de discriminación y violencia están basadas en los estereotipos de
género, los cuales generalmente asocian lo masculino con caracteres que se
estiman superiores, mientras que lo femenino es relegado y menospreciado.
Basada en estos estereotipos, la sociedad asigna características y roles a
cada género y asocia determinados comportamientos en función de esos
roles.

El derecho y en especial la práctica judicial, no han sido ajenos a las


construcciones culturales que han ubicado a lo masculino como universal y
superior a lo femenino. Así, diferentes ordenamientos jurídicos, incluido el
colombiano, han permitido de forma expresa o tácita la discriminación
contra las mujeres por considerarlas inferiores a los hombres y la
discriminación contra quienes asumen orientaciones sexuales e identidades
de género distintas a las mayoritarias.

La prevalencia de los estereotipos de género tanto en el ámbito privado


como en el público han impedido a las mujeres y las personas con
orientaciones sexuales e identidades de género diversas el pleno disfrute de
sus derechos. Dadas estas circunstancias, la administración de justicia se ha
constituido en un escenario determinante para la garantía y protección de
los derechos de estos grupos poblaciones. Frecuentemente mujeres y
miembros de la comunidad LGBTI acuden a los estrados judiciales a
reclamar la protección efectiva de sus derechos a través de mecanismos
judiciales como la acción de tutela, las acciones de inconstitucionalidad y las
denuncias penales, entre otros. Así gracias al papel que han desempeñado
ix

distintos operadores y operadoras de justicia, nuestro país ha dado pasos


importantes hacía la protección y garantía de los derechos de estos grupos
poblacionales.

Sin embargo, aún falta mucho por recorrer en el camino hacia una plena
equidad entre los géneros y es allí donde la administración de justicia juega
un papel fundamental. La práctica judicial tiene el potencial no solamente de
contribuir a alcanzar la justicia y la equidad en casos particulares, sino que
puede constituirse en un motor de cambio de las prácticas sociales que
promueven y reproducen la discriminación y la violencia por razones de
género.En este sentido, las operadoras y operadores judiciales están
llamados a administrar justicia con enfoque de género, el cual implica
reconocer que las diferencias entre hombres y mujeres no son más que las
asignadas por la biología y que se manifiestan de manera física. Mientras
que las diferencias entre lo masculino y lo femenino han sido construidas
social, histórica y culturalmente y al ser aprendidas, son dinámicas y no
constituyen un destino inevitable para las personas, sino que pueden ser
modificadas.

Adoptar un enfoque de género en la práctica judicial no es un capricho.


Parte de una perspectiva de derechos que busca superar los estereotipos
que generan discriminación y violencia, por lo tanto, implica tomar de
manera consiente decisiones orientadas a acabar con esas situaciones. Así,
el objetivo del módulo Género y Derecho es promover la equidad de género
y la superación de estereotipos en la administración de justicia a través de
la identificación y apropiación de herramientas conceptuales y
metodológicas que faciliten el abordaje de casos desde una perspectiva de
Derechos Humanos.

Además de la incorporación de un marco teórico y normativo de análisis


x

sobre la relación en el género y la administración de justicia, el módulo usa


como herramientas la jurisprudencia, el estudio de casos y apoyos
audiovisuales para facilitar el proceso de aprendizaje.

Es nuestro propósito que al final del estudio del módulo Género y


Derecho, los participantes cuenten con herramientas que les permitan
administrar justicia desde una perspectiva de género y contribuir al alcance
de la equidad entre todos y todas los miembros de nuestra sociedad.
Además de la importancia y directa relevancia que tiene el tema de género
en el ejercicio profesional de los operadores y las operadoras de justicia,
esperamos que los contenidos de este módulo contribuyan también a su
crecimiento personal y que fortalezcan sus relaciones interpersonales tanto
en el ámbito familiar como laboral.

A pesar de la amplia diversidad de temas que un módulo sobre esta


materia podría abordar, se han privilegiado aquellos que tienen mayor
trascendencia para las mujeres y las personas con identidades de género y
orientaciones sexuales diversas y que adicionalmente se presentan con
mayor frecuencia en los estrados judiciales. Dadas estas limitaciones,
esperamos que los contenidos y ejercicios presentados en este módulo los
motiven a seguir explorando nuevos caminos para alcanzar la equidad de
género.
xi

OBJETIVO GENERAL DEL MÓDULO

Promover la equidad de género y la superación de estereotipos en la


administración de justicia a través de la identificación y apropiación de
herramientas conceptuales y metodológicas que faciliten el abordaje de
casos desde una perspectiva de Derechos Humanos.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS DEL MÓDULO

Comprender el significado de las categorías sexo, género, orientación sexual e


identidad de género y su impacto en la administración de justicia.

Identificar normas y tratados internacionales que reconocen los derechos


humanos de las mujeres y prohíben la discriminación y la violencia contra
ellas.

Identificar cómo y en qué ámbitos se manifiesta la discriminación contra las


mujeres y brindar herramientas a la administración de justicia para superarla.

Reconocer la violencia de género como una violación a los Derechos Humanos


y en contextos de conflicto armado como una infracción al Derecho
Internacional Humanitario, que debe ser judicializada desde un enfoque de
género.

Identificar y reconocer los derechos sexuales y reproductivos como derechos


humanos que deben ser garantizados y protegidos por la administración de
justicia.

Proveer herramientas conceptuales y metodológicas que permitan el


reconocimiento de los derechos de las personas con orientaciones sexuales e
identidades de género diversas.

Brindar herramientas conceptuales enfocadas al reconocimiento y garantía del


derecho de las mujeres a participar en la vida política y pública del país como
una de las medidas necesarias para alcanzar la equidad entre hombres y
mujeres.
xii

Tabla de contenidos

UNIDAD 1 ............................................................................................. 1
EL GÉNERO Y LA ACTIVIDAD JUDICIAL ..................................................... 1
1. INTRODUCCIÓN ................................................................................ 2
1.1 LAS DIFERENCIAS ENTRE SEXO Y GÉNERO .......................................... 3
1.1.1 ¿Qué es el Sexo? ......................................................................... 3
1.1.2. ¿Qué es el Género?.................................................................... 4
1.1.3. ¿Cuál es el origen de la anterior diferenciación? ............................ 6
1.2. ESTEREOTIPOS DE GÉNERO ............................................................ 10
1.3 LA ORIENTACIÓN SEXUAL E IDENTIDAD DE GÉNERO .......................... 12
1.3.1 Orientación Sexual .................................................................... 12
1.3.2. Identidad de Género ................................................................ 14
1.4 LOS CONCEPTOS SEXO, GÉNERO, ORIENTACIÓN SEXUAL E IDENTIDAD
DE GÉNERO EN LA PRÁCTICA JUDICIAL .................................................. 15
1.5 ¿QUÉ SIGNIFICA ADMINISTRAR JUSTICIA CON UN ENFOQUE DE
GÉNERO? ............................................................................................ 20
UNIDAD 2 ........................................................................................... 27
EL GENERO EN EL DERECHO: ................................................................ 27
NORMATIVIDAD SUPRANACIONAL .......................................................... 27
2. INTRODUCCIÓN ............................................................................. 28
2.1. LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS MUJERES ................................. 29
2.2 EL SEXO Y EL GÉNERO EN EL DERECHO INTERNACIONAL DE LOS
DERECHOS HUMANOS ........................................................................ 32
2.3 PRINCIPALES INSTRUMENTOS INTERNACIONALES DE DERECHOS
HUMANOS SOBRE DERECHOS DE LAS MUJERES ...................................... 33
2.3.1. Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer (CEDAW)............................................... 33
2.3.2 Recomendación General No. 19 del Comité para la Eliminación de la
Discriminación contra la Mujer............................................................. 37
2.3.3. Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer .... 38
2.3.4. Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra la Mujer (Convención de Belem do Pará) ....................... 39
2.3.5. Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional ........................ 41
2.4. CONCLUSIÓN ................................................................................ 44
UNIDAD 3 ........................................................................................... 50
IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN ........................................................ 50
3. INTRODUCCIÓN .............................................................................. 50
3.1. EL LENGUAJE Y LA DISCRIMINACIÓN ............................................ 54
3.2 DISCRIMINACIÓN EN LA FAMILIA .................................................. 59
3.3. LA DISCRIMINACIÓN EN LA ESCUELA ............................................ 63
3.3.1 Prohibición de discriminación en el colegio en razón de la maternidad
o la convivencia en pareja .................................................................. 64
3.3.2. Prohibición de discriminación en el colegio por asumir determinada
apariencia física ................................................................................. 66
xiii

3.4. LA DISCRIMINACIÓN EN EL TRABAJO ............................................... 67


3.4.1. El trabajo de las “amas de casa” y la doble jornada ..................... 68
3.4.2 Discriminación en el empleo por razón del embarazo ..................... 72
UNIDAD 4 ........................................................................................... 80
EL DERECHO Y LA VIOLENCIA DE GÉNERO .............................................. 80
4. INTRODUCCIÓN ........................................................................... 81
4.1 VIOLENCIA INTRAFAMILIAR ............................................................. 84
4.1.1 ¿Qué es la violencia intrafamiliar y cuál es su dimensión? ............... 84
4.1.2. Temas claves a tener en cuenta para abordar casos de violencia
intrafamiliar desde una perspectiva de género y derechos humanos. ........ 89
4.1.2.1 Medidas de protección para las víctimas de violencia intrafamiliar . 91
4.1.2.2 Conciliación en los casos de violencia intrafamiliar ...................... 92
4.2.2.3 Procedencia de la acción de tutela en los casos de violencia
intrafamiliar ...................................................................................... 93
4.2 VIOLENCIA SEXUAL ........................................................................ 97
4.2.1 ¿En qué consiste la violencia sexual y cuál es su dimensión?........... 97
4.2.2. Los derechos de las víctimas de violencia sexual en el marco de un
proceso judicial y los deberes de las autoridades judiciales que conocen de
estos casos. ...................................................................................... 99
4.2.2.1. Derechos relacionados con el tratamiento de las víctimas durante el
proceso judicial. .............................................................................. 100
4.2.2.2 Derechos relacionados con la valoración de las pruebas............ 104
4.2.23 Derechos relacionados con la protección de las víctimas ............. 106
4.2.2.4. Derecho de las víctimas de violencia sexual a una reparación
integral con vocación transformadora ................................................. 108
4.3 VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN EL MARCO DEL CONFLICTO
ARMADO ........................................................................................... 110
4.3.1 El impacto desproporcionado del conflicto armado en la vida de las
mujeres.......................................................................................... 110
4.3.2. Aspectos a considerar por parte de las autoridades judiciales al
tramitar casos de violencia contra las mujeres en el marco del conflicto
armado .......................................................................................... 112
4.3.2.1 Avances legislativos y jurisprudenciales ................................... 113
4.3.2.2. Reparación de las mujeres víctimas de violencias en el marco del
conflicto armado .............................................................................. 116
4.4 ATAQUES CON ÁCIDO ................................................................... 119
UNIDAD 5 ......................................................................................... 128
LOS DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS ..................................... 128
5. INTRODUCCIÓN ............................................................................ 128
5.1. ¿EN QUÉ CONSISTEN LOS DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS?
....................................................................................................... 131
5.2. LOS DERECHOS SEXUALES ........................................................... 132
5.3. LOS DERECHOS REPRODUCTIVOS ................................................. 138
5.4. LA INTERRUPCIÓN VOLUNTARIA DEL EMBARAZO ............................ 142
5.5 CONCLUSIÓN ............................................................................... 146
UNIDAD 6 ......................................................................................... 150
xiv

DERECHOS DE PERSONAS CON ORIENTACIONES SEXUALES E IDENTIDADES


DE GÉNERO DIVERSAS ....................................................................... 150
6. INTRODUCCIÓN ......................................................................... 151
6.1 DERECHOS DE LAS PERSONAS CON ORIENTACIONES SEXUALES
DIVERSAS ...................................................................................... 153
6.1.1. Derechos de las personas con orientaciones sexuales e identidades de
género diversas en el ámbito individual .............................................. 154
6.1.2. Derechos de las personas con orientaciones sexuales e identidades de
género diversas en el ámbito de sus relaciones de pareja ..................... 159
6.1.3. Derechos de las personas con orientaciones sexuales e identidades de
género diversas en el ámbito de la familia .......................................... 161
6.2 DERECHOS DE LAS PERSONAS CON IDENTIDAD DE GÉNERO
TRANSGENERISTA.............................................................................. 163
6.2.1. Derecho al libre desarrollo de la personalidad y la personalidad
jurídica: cambio de nombre .............................................................. 166
6.2.2. Derecho al libre desarrollo de la personalidad y a la diversidad
sexual: Manifestaciones de la identidad de género transgenerista .......... 168
6.2.3. Derecho al libre desarrollo de la personalidad y a la salud:
Reasignación de sexo ....................................................................... 171
6.3 DERECHOS DE LAS PERSONAS INTERSEXUALES .............................. 175
6.3.1. Alcance y características del consentimiento del paciente o su
representante legal. ......................................................................... 179
6.3.1.1 De la necesidad de que exista consentimiento por parte del paciente
..................................................................................................... 179
6.3.1.2 De la procedencia del consentimiento sustituto y el consentimiento
asistido .......................................................................................... 180
6.3.1.3 De las características del consentimiento directo, sustituto y asistido
..................................................................................................... 184
6.3.1.3.1 Que el consentimiento sea libre e informado ......................... 184
6.3.1.3.2 Que el consentimiento sea cualificado y persistente ............... 185
6.3.2. Responsabilidades del personal médico .................................... 186
6.3.3. Protección del derecho a la intimidad en casos de cirugías de
reasignación de sexo. ....................................................................... 187
UNIDAD 7 ......................................................................................... 195
PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES EN LA VIDA PUBLICA ......................... 195
7. INTRODUCCIÓN ............................................................................ 196
7.1. EL DERECHO DE LAS MUJERES A LA PARTICIPACIÓN EN LA VIDA
PÚBLICA ........................................................................................... 199
7.1.1. Instrumentos Internacionales de Protección del Derecho de las
Mujeres a la Participación en la Vida Pública. ....................................... 199
7.1.2. Acciones afirmativas encaminadas a la garantía del derecho de las
mujeres a la participación en la vida pública en el ordenamiento jurídico
colombiano. .................................................................................... 202
7.1.2.1. Participación de la mujer en los niveles decisorios de las diferentes
ramas y órganos del poder público..................................................... 203
7.1.2.2 Participación de las mujeres en los cargos de elección popular ... 208
1

UNIDAD 1

EL GÉNERO Y LA ACTIVIDAD JUDICIAL

Og Objetivo General

Adquirir herramientas conceptuales y metodológicas que


promuevan la equidad de género y la superación de
estereotipos en la administración de justicia.

Oe
Objetivo Especificos

• Comprender el significado de las categorías de sexo,


genero, orientación sexual e identidad de genero y su
impacto en la administración de justicia.
• Reconocer que las únicas diferencias entre hombres y
mujeres son biológicas y que los atributos masculinos
y femeninos son construidos social y culturalmente.
• Comprender en que consisten los estereotipos de
genero y cómo pueden afectar la practica judicial.
• Brindar herramientas para promover la equidad de
género a través de la práctica judicial.
2

UNIDAD 1 - EL GÉNERO Y LA ACTIVIDAD JUDICIAL

1. INTRODUCCIÓN

En la actualidad diferentes normas, sentencias y estudios jurídicos se


refieren al género como una categoría de análisis, sin embargo, cada autor
parte de una definición diferente. Muchas veces se entiende el género como
sinónimo de mujeres, otras como la distinción entre los sexos y en el menor
de los casos desde una perspectiva crítica. En consecuencia, cuando jueces y
tribunales hablan de violencia y justicia de género, generalmente lo hacen

en alusión a la violencia y justicia para las mujeres, lo que limita el alcance


y las potencialidades de esta categoría, que es útil para entender las razones
por las cuales a lo largo de la historia y – en particular – de la práctica
jurídica se ha discriminado a las mujeres y a los atributos asociados a lo
femenino.

Por lo anterior, un módulo de formación para jueces sobre Género y


Derecho debe partir necesariamente de la definición y diferenciación de las
categorías sexo y género, como base para promover la equidad de género y
para superar los estereotipos en la práctica judicial.

Junto al sexo y al género, esta Unidad define las nociones de orientación


sexual e identidad de género, bajo la idea de que es indispensable distinguir
estos cuatro conceptos para entender en qué consisten los estereotipos de
género y para adquirir herramientas que permitan eliminarlos de la
administración de justicia. Para ello, se presentan las construcciones teóricas
que desde las ciencias sociales han permitido dotar de significados diferentes
cada una de estas categorías.
3

Finalmente, se explican las razones por las cuales el derecho ha


reproducido estereotipos de género y se concluye con un llamado para que a
través de la práctica judicial, abogados y abogadas contribuyamos a una
sociedad sin estereotipos, prejuicios, discriminación o violencia basada en el
género.

Ap
Actividad Pedagógica

¿Qué es lo que más le gusta de ser hombre?


¿Qué es lo que más le gusta de ser mujer?

Anote en una hoja las tres cosas que más y menos le gustan de ser hombre o
mujer, según sea el caso.

1.1 LAS DIFERENCIAS ENTRE SEXO Y GÉNERO

1.1.1 ¿Qué es el Sexo?

El sexo hace referencia a las diferencias biológicas entre los seres


humanos que permiten establecer si se trata de hombres o de mujeres. Es
decir, es el conjunto de características físicas que permiten afirmar que una
persona es macho o hembra de la especie humana. Esas características se
manifiestan al nacer en los órganos genitales masculinos y femeninos y se
evidencian de forma externa en la pubertad, por ejemplo, en la vellosidad, la
voz o en el pecho.

Intersexualidad Personas que poseen características biológicas


de hombres y mujeres.
4

1.1.2. ¿Qué es el Género?

El género son las diferencias no biológicas que se atribuyen a los


hombres y a las mujeres por el hecho de serlo. Se trata de construcciones
históricas, sociales y culturales tan arraigadas en la sociedad, que muchas
personas creen que nacemos con ellas, tal como sucede con el sexo.

Sin embargo, el género no es biológico. Es la forma como a partir de datos


biológicos se construyen en cada sociedad las diferencias y se tejen
relaciones de poder. Por ello, hace referencia a los atributos o significados que
social y culturalmente se asignan a las personas que nacen con determinado
sexo. Esos atributos pueden ser masculinos o femeninos.

Ahora bien, el género no es un concepto abstracto ni universal. Depende


de cada sociedad y está marcado por relaciones de clase, raza, etnia y origen
étnico, entre otras. Además, está en permanente construcción debido a los
constantes cambios que ocurren en la sociedad. Así, lo que hoy en día se
espera de lo masculino y lo femenino, es diferente a lo que se esperaba hace
cien o incluso cincuenta años.

El Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, órgano


autorizado para la interpretación de la Convención sobre la eliminación de
todas las formas de discriminación contra la mujer, en su Observación
General No. 28 distingue los conceptos de sexo y género, en los siguientes
términos:
Sexo Género

El significado social y cultural


Diferencias biológicas entre el que la sociedad atribuye a las
hombre y la mujer. diferencias biológicas.
5

Lo anterior quiere decir que las únicas diferencias reales entre


hombres y mujeres son las biológicas, mientras que las diferencias entre
los atributos masculinos y femeninos son aprendidas y reproducidas social y
culturalmente.

No obstante, de acuerdo con el estudio sobre tolerancia social e


institucional a la violencia basada en género en Colombia, elaborado por el
Programa Integral contra Violencias de Género de las Naciones Unidas en
Colombia, el 40% de la población encuestada considera que para ser hombre
hay que ser aguerrido o valiente, pese a que esta no es una particularidad
biológica. Además “la asignación de características relacionadas con la
fuerza, el honor y el uso de la violencia para el género masculino se
evidencia en el alto porcentaje de hombres (40%) que dicen que les daría
vergüenza salir corriendo de una pelea, en relación al porcentaje de mujeres
(23%) que así lo consideran” (Programa Integral contra Violencias de
Género, 2010, págs. 97-98).

Al respecto la Corte Constitucional ha reconocido a través de su


jurisprudencia que

“el rol social asignado a la mujer como esposa y madre de los hijos legítimos
ha inspirado un estricto código de comportamiento marital y social que incide
sobre su libertad sexual, en contraste con la del hombre. La virginidad y la
sexualidad han tenido tradicionalmente diferente valor y significación social
según el sexo, dando lugar a diversa sanción social y moral de los
comportamientos del hombre y de la mujer, en perjuicio de la libre
autodeterminación de la segunda” (T-098, 1994).
6

Ap
Actividad pedagógica
Revise la siguiente tabla. ¿Qué opina de la clasificación que ofrece?

Atributos Masculinos Atributos Femeninos

Egoísmo Generosidad
Rudeza Delicadeza
Racionalidad Belleza
Poderío Pasividad
Objetividad Emocionalidad
Vocación por lo Público Vocación por lo Privado
_______________ _______________
_______________ _______________
--------------------- _______________
.

1.1.3. ¿Cuál es el origen de la anterior diferenciación?

Durante años se han desconocido las diferencias entre sexo y género, pese a
que los escritos sobre la materia tienen antecedentes remotos. La idea de que
las diferencias entre lo masculino y lo femenino son construcciones históricas,
sociales y culturales no es novedosa, fue planteada desde 1935 por la
antropóloga Margaret Mead. Sin embargo, los estudios de la época indicaban
predominantemente que las diferencias entre atributos masculinos y
femeninos eran biológicas, es decir, equivalentes a las diferencias de sexo.
Por lo anterior, las ideas planteadas por Mead no fueron aceptadas y las
posiciones teóricas que entendían las diferencias entre lo masculino y
femenino como resultado exclusivo de las diferencias biológicas, se tuvieron
como ciertas (Conway, Bourque, & Scott, 2000, págs. 21-22).
7

Años más tarde, el psiquiatra Robert Stoller investigó el caso de una pareja
de gemelos varones, en la cual uno de los niños sufrió un accidente al
momento de serle practicada la circuncisión. Los médicos decidieron que lo
más práctico era amputar el órgano sexual del niño y criarlo como niña, “esto
hizo pensar a Stoller que la identidad sexual no siempre es resultado del sexo
al que se pertenece” (Facio, 2014, pág. 10). Con base en sus investigaciones,
Stoller publicó el libro Sex and Gender (Sexo y Género) en 1968, en el que se
cuestiona sobre las preferencias sexuales de los individuos y pretende
establecer cuánto está predeterminado biológicamente y cuánto es construido
a través de las experiencias. “Para responder a estos interrogantes recurre a
la distinción entre sexo y género, restringiendo el sexo a una connotación
biológica, y dándole al género connotaciones psicológicas o culturales. En
este sentido, afirma que si los términos apropiados para el sexo son macho y
hembra, los términos para el género son masculino y femenino. Estos últimos
pueden ser independientes del sexo (biológico).

El género, así, resulta ser la cantidad de masculinidad o feminidad presente


en una persona” (Fries Monleón & Lacrampette Polanco, págs. 26-27).

Así, los casos de niños y niñas a quienes se les asignó una identidad
sexual diferente a la biológica, “hicieron suponer a las y los científicos/as que
lo determinante en la identidad sexual no es el sexo biológico sino el hecho
de ser socializado/a, desde el nacimiento o antes, como perteneciente a uno
u otro sexo” (Facio, 2014, pág. 11).

Pese a los resultados de la investigación de Stoller, el predominio de un


determinismo biológico de acuerdo con el cual los hombres y las mujeres
tendríamos por “naturaleza” una serie de atributos, marcó durante años las
construcciones teóricas dentro y fuera del derecho. Ese determinismo incluyó
8

además una tendencia a asociar lo masculino con caracteres que se


estiman superiores, mientras que lo femenino era relegado y menospreciado,
transformando las diferencias biológicas en construcciones jerárquicas
(Rubin, 2000), pese a que de ellas no necesariamente se deduce alguna
categorización o discriminación1.

Solamente hasta la década de los 70´s y gracias al trabajo de las


feministas anglosajonas, en especial de las norteamericanas, se comenzó
a hacer referencia de manera consiente y permanente al concepto de
género para explicar la diferencia entre los atributos masculinos y
femeninos y el sexo biológico de las personas. Es así como en 1972 la
socióloga feminista Ann Oakley introdujo la categoría género para referirse
a la subordinación de las mujeres como una construcción social no
justificada biológicamente (Fries Monleón & Lacrampette Polanco, pág.
27). Su libro “Sexo, Género y Sociedad” es el primero en referirse al
género dentro de las ciencias sociales y “fue un paso importantísimo en la
lucha contra la subordinación de las mujeres si pensamos que por siglos
se insistía en que éramos biológicamente inferiores a los hombres” (Facio,
2014, pág. 11).


9

Ap
Actividad pedagógica
En el cuadro sobre atributos masculinos y femeninos, identifique qué otros
atributos asignaría a cada género de acuerdo con su experiencia cotidiana

¿Qué es lo que más le gusta de ser hombre?


Qué es lo que más le gusta de ser mujer?

Compare la lista anterior con los atributos masculinos y femeninos


identificados en la primera sección de esta unidad. ¿Encuentra alguna
coincidencia?

Ahora bien, el hecho de distinguir el sexo del género, “no implica, claro, que
se caiga en la ingenuidad de considerar que no existe ninguna relación entre
biología y cultura. (…) El que las mujeres sean reproductoras es un hecho
biológico que ha determinado ciertas prácticas culturales, como la de que
sean las mujeres las encargadas principales del cuidado y la crianza de los
niños” (Jaramillo, 2000, pág. 2). No obstante, aunque existen diferencias
biológicas entre hombres y mujeres que no pueden ocultarse y que
necesariamente establecen que ciertas tareas solo pueden ser realizada por
las mujeres (amamantar, por ejemplo), distinguir las categorías sexo y
género, permite superar la reducción de las diferencias entre los
comportamientos de hombres y mujeres a variables biológicas (Jaramillo,
2000, pág. 3)
  
      
 
    

 
   
 
 

  
  
   

       

  
     
 
 

  
  


     
    

  

 



   

 



 
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10

y entender que las ideas de superioridad de lo masculino sobre lo femenino,


son construcciones sociales que no tienen ningún asidero biológico.

1.2. ESTEREOTIPOS DE GÉNERO

Habiendo distinguido los conceptos de sexo y género, es necesario


estudiar en qué consisten los estereotipos de género. De acuerdo con
Rebecca Cook y Simone Cusack “un estereotipo es una visión generalizada o
una preconcepción sobre los atributos o características de los miembros de un
grupo en particular o sobre los roles que tales miembros deben cumplir”

(Cusack & Cook, 2012, pág. 11). En ese sentido, los estereotipos de género
son las creencias

– que usualmente no cuestionamos – sobre las diferencias entre hombres y


mujeres, que nos llevan a asignar características o roles a cada uno y a
esperar determinados comportamientos en función de esos roles.

“Consideremos por ejemplo, la creencia estereotípica de que ‘los


hombres son fuertes físicamente’. En este caso, el grupo social en
cuestión es “los hombres” a la vez que la visión generalizada se
relaciona con la fuerza física de sus miembros. De acuerdo con
este estereotipo, todos los hombres, en virtud de su membrecía
al grupo social

‘hombres’, son fuertes físicamente. Cuando estereotipamos, no


tenemos en consideración las características de una persona en
particular. Así, a pesar de que un hombre en particular, en
nuestro ejemplo, Tomás, sea débil físicamente o al menos más
débil que otros hombres y que una mujer en particular sea más
11

fuerte que él, será estereotipado como fuerte físicamente por el


solo hecho de ser hombre. La visión generalizada e impersonal, o
la preconcepción que exista sobre él, hace innecesario considerar
sus particulares habilidades físicas. (…)

Consideremos ahora la creencia estereotípica de que ‘la


maternidad es el rol y destino natural de la mujer’. En este
ejemplo, tenemos una opinión generalizada de que todas las
mujeres deben ser madres, sin que sean relevantes sus
específicas capacidades reproductivas, circunstancias emocionales
o prioridades personales. Para definir el estereotipo, no tiene
importancia que una mujer en particular, como María, no desee,
por la razón que sea, ser madre, sino que justamente porque
María se ha categorizado como mujer, se piensa que la
maternidad es su papel natural y destino” (Cusack & Cook, 2012,
pág. 13).

Así como el género es una construcción social, los estereotipos son


aprendidos y reforzados en la familia, la escuela, el trabajo y demás ámbitos
donde nos desenvolvemos y sirven para perpetuar la subordinación de los
atributos asociados a lo femenino.

La práctica judicial no es ajena a la reproducción de los estereotipos que


se construyen en nuestra sociedad sobre lo masculino y lo femenino. Los
operadores judiciales, como todas las personas, pueden traer consigo ciertos
preconceptos en relación con lo que significa socialmente ser hombre y
mujer. En este sentido, la Corte Constitucional en la sentencia T-634 de
2013, identificó por ejemplo, que “una de las manifestaciones más comunes
del empleo de estereotipos o prejuicios de género en procesos judiciales es la
trasferencia de la responsabilidad a la mujer afectada por una conducta que
12

constituye una forma de violencia de género. Un ejemplo frecuente en el


pasado de esta transferencia de responsabilidad ocurría en casos de violencia
sexual en los que los jueces asumían como premisa implícita el estereotipo
sexual de que las mujeres deben resistirse físicamente a la violencia sexual”.

Ahora bien, la reproducción de estereotipos además de contribuir a


establecer diferenciaciones artificiales entre las personas, puede llegar a
desconocer derechos fundamentales (Facio, 2014, pág. 12). Por tal motivo,
los funcionarios judiciales no deben basarse en estereotipos, pues estos
últimos constituyen la base de múltiples formas de discriminación y de
violencia.

1.3 LA ORIENTACIÓN SEXUAL E IDENTIDAD DE GÉNERO

1.3.1 Orientación Sexual

Otro concepto clave cuando hablamos del papel del género en el derecho
es el de

“orientación sexual”. De acuerdo con los “principios sobre la aplicación de la


legislación internacional de derechos humanos en relación con la orientación
sexual y la identidad de género” conocidos como Principios de Yogyakarta, “la
orientación sexual se refiere a la capacidad de cada persona de sentir una
profunda atracción emocional, afectiva y sexual por personas de un género
diferente al suyo, o de su mismo género, o de más de un género, así como a
la capacidad mantener relaciones íntimas y sexuales con estas personas”
(Principios de Yogyakarta).
13

Debido a la construcción cultural de atributos y características masculinos


y femeninos, en determinado momento histórico se estableció como regla que
la atracción emocional, afectiva y sexual debía estar dirigida hacia personas
del sexo contrario, al punto que el derecho, como reflejo de la sociedad en
que se dicta, llegó a considerar la homosexualidad como un delito. Sin
embargo, la orientación sexual puede variar en cada persona y no existe
justificación para negar o restringir el derecho a manifestarla.

El Estudio “Orientación sexual, identidad de género y expresión de género:


algunos términos y estándares relevantes”, elaborado por la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, distingue como tipos de orientaciones
sexuales la heterosexualidad, homosexualidad y bisexualidad, así:

Heterosexualidad Homosexualidad Bisexualidad


“La capacidad de una “La capacidad de cada “La capacidad de una
persona de sentir una persona de sentir una persona de sentir una
profunda atracción profunda atracción profunda atracción
emocional, afectiva y emocional, afectiva y emocional, afectiva y
sexual por personas de sexual por personas de sexual por personas de
un género diferente al un mismo género y a la un género diferente al
suyo y a la capacidad de capacidad de mantener suyo, y de su mismo
mantener relaciones relaciones íntimas y género, así como a la
íntimas y sexuales con sexuales con estas capacidad mantener
estas personas”. personas”. relaciones íntimas y
sexuales con estas
2
personas” .

LGBTI Se usa para referirse a las personas


Lesbianas, Gays, Bisexuales,
Transgeneristas e Intersexuales.
14

1.3.2. Identidad de Género

Siendo el género una construcción social y cultural, cada persona,


independiente de su sexo, puede edificar su propia identidad de género, de
modo que sus atributos masculinos o femeninos coincidan o no con su sexo
biológico.

La identidad de género es definida por los Principios de Yogyakarta como


“la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente
profundamente, la cual podría corresponder o no con el sexo asignado al
momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo (que
podría involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a
través de medios médicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que la
misma sea libremente escogida) y otras expresiones de género, incluyendo la
vestimenta, el modo de hablar y los modales”.

En nuestras sociedades se suele asumir la correspondencia entre el sexo y


la identidad de género, es decir, entre las características biológicas y las
construcciones sociales y culturales de lo masculino y femenino según sea el
caso. Sin embargo, no todas las personas se acogen a esa regla. Estas
personas se identifican como transgeneristas, travestis o transexuales. El
Estudio “Orientación sexual, identidad de género y expresión de género:
algunos términos y estándares relevantes”, elaborado por la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, distingue estas categorías en los
siguientes términos:

2
15

Transgenerismo

Es un “término paragua – que incluye la subcategoría transexualidad y


otras variaciones – [y] es utilizado para describir las diferentes variantes
de la identidad de género, cuyo común denominador es la no
conformidad entre el sexo biológico de la persona y la identidad de
género que ha sido tradicionalmente asignada a éste”.

Transexualismo Travestismo

“Las personas transexuales se “Son aquellas que expresan su


sienten y se conciben a sí mismas identidad de género – ya sea de
como pertenecientes al género manera permanente o transitoria –
opuesto que social y culturalmente se mediante la utilización de prendas de
asigna a su sexo biológico y que vestir y actitudes del género opuesto
optan por una intervención médica – que social y culturalmente se asigna a
hormonal, quirúrgica o ambas – para su sexo biológico. Ello puede incluir la
adecuar su apariencia física– modificación o no de su cuerpo”3.
biológica a su realidad psíquica,
espiritual y social”.

1.4 LOS CONCEPTOS SEXO, GÉNERO, ORIENTACIÓN SEXUAL


E IDENTIDAD DE GÉNERO EN LA PRÁCTICA JUDICIAL

El derecho y en especial la práctica judicial, no han sido ajenos a las


construcciones culturales que a partir de las diferencias biológicas han
ubicado a lo masculino como universal y superior a lo femenino. Así,
diferentes ordenamientos jurídicos, incluido el colombiano, han permitido de
forma expresa o tácita la discriminación contra las mujeres por considerarlas
inferiores a los hombres y la discriminación contra quienes asumen
orientaciones sexuales e identidades de género distintas a las mayoritarias.
Esto se debe a múltiples razones que se interrelacionan y explican la una a
la otra.

Primero, a que el derecho se ha identificado históricamente con los


16

extremos superiores y masculinos de los binarismos que dividen los


masculino y lo femenino. De acuerdo con la abogada feminista Frances
Olsen, “se supone que el derecho es racional, objetivo, abstracto y
universal, tal como los hombres se consideran a sí mismos. Por el contrario,
se supone que el derecho no es irracional, subjetivo o personalizado, tal
como los hombres consideran que son las mujeres”. De modo que, “–en una
especie de círculo vicioso–, se considera que el derecho es racional y
objetivo, entre otras cosas, porque es valorado y, a su vez, es tan valorado
porque se lo considera racional y objetivo” (Olsen, 1990, pág. 3).

Segundo, porque la práctica del derecho estuvo reservada durante muchos


años a los hombres (que además se identificaban y representaban como
heterosexuales). Ello se evidencia, por ejemplo, en que sólo hasta que fuera
aprobada la Ley 8 de 1922 las mujeres pudieron ser testigos dentro de
procesos judiciales. Antes de ello se desconfiaba de la manera en que
percibían, recordaban y relataban las mujeres, pues se consideraba que
carecían de capacidad de razonamiento y deliberación (C-101, 2005). Así
también, en Colombia, solo hasta 1936 ingresó a estudiar derecho la primera
mujer: Gabriela Peláez, quien se convertiría en la primera abogada del país
(Revista Semana). Además, hasta 1982 la homosexualidad fue considerada
un delito y hasta 1992 una enfermedad (Profamilia, 2014).

Y tercero, porque la práctica jurídica “a menudo reproduce normas,


actividades y relaciones que existen con independencia del derecho” (Ewick
& Silbey, 2001, pág. 273).

6
17

De modo que en el quehacer jurídico se suelen reproducir los esquemas


culturales que ubican a lo masculino como superior a lo femenino y estos se
presentan como normas generales y abstractas que rigen la vida en
sociedad. Además, el carácter coercitivo del derecho contribuye
sustancialmente a que esos patrones culturales perduren en el tiempo de
una manera distinta a la que lo harían en ausencia de esa protección
jurídica.

Así en Colombia, en pleno siglo XX, las mujeres al contraer matrimonio


perdían la capacidad de manejar su dinero y sus bienes4, debían obediencia a
su esposo5 y no podían tener su propio domicilio6. En caso de divorcio para
que una mujer fuera culpable, bastaba con que hubiese sostenido una
relación sexual esporádica con otro hombre, mientras que para establecer la
culpa del hombre era necesario que estableciera una relación de unión
permanente con otra mujer. Además, de ser la mujer culpable del divorcio,
estaba sometida a la pérdida de derechos como la custodia de sus hijos y
beneficios como los gananciales de la sociedad patrimonial. Sanciones no
equivalentes para el hombre que mantenía otra relación incluso de unión libre
al mismo tiempo que estaba casado (Velásquez, 2010, págs. 99-101).

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Incluso los “derechos humanos”, a pesar significar los mayores avances


jurídicos de los últimos tiempos, han reproducido los esquemas sociales y
culturales de ejercicio del poder que privilegian lo masculino. Así, “la mayor
parte de los sistemas y mecanismos nacionales, regionales e internacionales
para hacer valer los derechos humanos se han desarrollado e implementado a
partir de un modelo masculino. Por lo tanto, hasta la fecha, el sistema de
derechos humanos no ha tomado en cuenta, de la manera más adecuada, la
experiencia y las circunstancias específicas de las mujeres” (Women, Law &
Development International; Human Rights

Watch Women’s Rights Project; Instituto Interamericano de Derechos


Humanos, 2000). Para demostrar lo anterior cabe destacar dos hitos. El
primero, la declaración de los derechos del hombre y el ciudadano, y el
segundo, la declaración de derechos humanos7.

Así, la declaración de derechos del hombre y el ciudadano es el resultado


de la revolución francesa, donde burgueses pretendían enfrentarse a
regímenes injustos, planteando que el orden social debía ser el resultado de
acuerdos entre hombres libres e iguales y no estar determinado por el
nacimiento.

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Sin embargo, los acuerdos se hicieron efectivamente entre los hombres


burgueses de la época, mientras que a las mujeres se les negó el derecho
a elegir y ser elegidas, a administrar sus propiedades, a asistir a las
universidades, es decir, buena parte de lo reclamado por los
revolucionarios de la época (Wills Obregón, 2007, pág. 34).

De modo que las cláusulas de igualdad, libertad y fraternidad predicadas


en la Revolución Francesa, reprodujeron los esquemas de dominación
patriarcal, de tal suerte que los derechos del hombre y el ciudadano, fueron
desde su inicio tan excluyentes como la sociedad a la que se impusieron y los
sujetos con derechos fueron los “varones blancos, mayores de edad,
propietarios y con capacidad de pagar impuestos” (Wills Obregón, 2007, pág.
35).

Otro ejemplo es la Declaración de Derechos Humanos, aprobada por la


Asamblea General de la Naciones Unidas8, la cual, al igual que la declaración
de derechos del hombre y el ciudadano, proclamada en la Revolución
Francesa, no se ocupa de los derechos de las mujeres, reproduciendo el
esquema social en el que se aprobó. Si bien, la exclusión explícita de los
derechos de las mujeres no ha sido óbice para su garantía, su falta de
inclusión demuestra que el derecho, aún en sus ámbitos más garantistas,
puede reproducir las relaciones de poder existentes en la sociedad.

Ahora bien, estos defectos han venido siendo corregidos progresivamente,


tanto por la jurisprudencia como por el desarrollo convencional y legislativo.
Estos desarrollos son una herramienta para superar los estereotipos y están a
disposición de los operadores judiciales. De modo el mismo derecho se ha
encargado de reformar dichas relaciones a partir del reconocimiento de que
ha sido construido por las relaciones de género vigentes en cada sociedad.
20

1.5 ¿QUÉ SIGNIFICA ADMINISTRAR JUSTICIA CON UN


ENFOQUE DE GÉNERO?

Administrar justicia con enfoque de género, implica reconocer las


diferencias entre los conceptos de sexo y género. Es decir, reconocer que las
diferencias entre hombres y mujeres no son más que las asignadas por la
biología y que se manifiestan de manera física. Mientras que las diferencias
entre lo masculino y lo femenino han sido construidas social, histórica y
culturalmente y al ser aprendidas, son dinámicas y no constituyen un destino
inevitable para las personas, sino que pueden ser modificadas.

Adoptar un enfoque de género en la práctica judicial no es un capricho.


Parte de una perspectiva de derechos que busca superar los estereotipos que
generan discriminación y violencia, por lo tanto, implica tomar de manera
consiente decisiones orientadas a acabar con esas situaciones.

Autoevaluación

Lea el siguiente extracto del informe “Mujeres y Guerra:


Víctimas y resistentes en el caribe colombiano”. Elaborado por
el Grupo de Memoria Histórica del Centro Nacional de

AE Reparación y Reconciliación, sobre la forma como ejercía


control social en el caribe colombiano el paramilitar conocido
con el alias de ‘El Oso’:
21

“Infidelidades y triángulos amorosos”

El Bloque Héroes de Montes de María también se


organizó para regular las infidelidades. Encontramos
que el control fue mayor cuando las mujeres
cometían infidelidades, cuando disputaban por un
mismo hombre en un triángulo amoroso, y que eran
sancionadas más públicamente en comparación con
los hombres. Alrededor del primer punto, hay varios
casos documentados en notas de prensa, siendo el
más conocido el de una joven que fue azotada, a
plena luz del día del 31 de diciembre de 2002, en la
plaza central de Libertad. Varias versiones afirman
que ‘el Oso’, después de azotarla casi hasta la
muerte, le puso un letrero donde decía que era infiel,
pero comenta un familiar cercano que la joven
madre de cuatro hijos fue sometida a tal castigo, ‘no
por ser infiel sino por pegarle a otra mujer, amante
de su marido, y provocar alboroto público’. La misma
persona comentó: ‘Si el muchacho se hubiera
quedado acá, ¡lo mata!, pero generalmente [a los
hombres] les daba cachetadas, golpes, patadas, por
infieles’. Tal situación conecta con el segundo punto
esbozado: la regulación sobre las disputas en los
triángulos amorosos.

Cuando ‘El Oso’ se encontraba cerca de una disputa


alrededor de un triángulo amoroso o era avisado por
un colaborador, intervenía directamente. De hecho,
22

se documentó una ocasión en la que intervino en la


disputa de dos mujeres que discutían en presencia
del marido: ‘Una vez llega ‘El Oso‘, le dice al hombre
que elija a una de una vez’. Después de que el
hombre toma su decisión, ‘El Oso’ imparte un castigo
a ambas mujeres de 100 mil pesos o de subir al
campamento a lavar uniformes. Esto también lo
comentó otro hombre que habla desde su
experiencia; ‘Usted tenía un problema de pareja con
otra mujer, se las llevaba a todas dos y le tenían que
pagar multa a él [al comandante paramilitar]; si era
la mujer de uno él le ponía una multa, uno de
hombre buscaba como pagarlo” (Grupo de Memoria
Histórica, 2011, págs. 116-117).

Responda las siguientes preguntas:

¿Qué construcción social se hace de la infidelidad


para el caso de los hombres y de las mujeres? ¿Qué
diferencias encuentra para cada caso?

¿Qué estereotipos de género encuentra en la forma


como se ejercía de manera ilegal el control social por
parte de El Oso’?

¿Además del temor frente al uso de la violencia qué


otros elementos cree usted están presentes en la
comunidad para aceptar este tipo de control social?
23

Jurisprudencia

J MP Beltrán Sierra, A. Sentencia C-101 de 2005 (Corte


Constitucional Colombiana. Febrero 8, 2005)
MP Calle Correa, M.V. Sentencia T-634 de 2013 (Corte
Constitucional Colombiana. Septiembre 13, 2013)
MP Cifuentes Muñoz, E. Sentencia T-098 de 1994 (Corte
Constitucional Colombiana. Marzo 15, 1994)
MP Gaviria Díaz, C. Sentencia C-082 de 1999 (Corte
Constitucional Colombiana. Febrero 17, 1999)
MP Julio Estrada, A. Sentencia C-862 de 2012 (Corte
Constitucional Colombiana. Octubre 25, 2012) (Ver: Análisis
de constitucionalidad del artículo 5º).
24

Bibliografía seleccionada
B
Charlesworth, H. (1997). ¿Qué son los "derechos humanos
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25

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26

Women, Law & Development International; Human Rights Watch


Women’s Rights Project; Instituto Interamericano de
Derechos
Humanos. (2000). Derechos Humanos de las Mujeres: Paso
a paso.
San José: IIDH.
27

UNIDAD 2
EL GENERO EN EL DERECHO:
NORMATIVIDAD SUPRANACIONAL

Og Objetivo General

Identificar normas y tratados internacionales que


reconocen los derechos humanos de las mujeres y
prohíben la discriminación y la violencia contra ellas, con
el fin de que estas herramientas faciliten el abordaje de
casos desde un enfoque de género y derechos humanos.

Oe
Objetivo Especificos

• Identificar las normas de derecho internacional que


reconocen los derechos humanos de las mujeres.

• Identificar las principales normas internacionales


referidas a la prohibición de discriminación y violencia
basada en el género.

• Aplicar estas herramientas para el análisis de casos


concretos desde un enfoque de género y derechos
humanos.
28

UNIDAD 2 - EL GÉNERO EN EL DERECHO: NORMATIVIDAD


SUPRANACIONAL9

2. INTRODUCCIÓN

Como se señaló en la unidad anterior, el sexo y el género son conceptos con


significados diferentes, el primero hace referencia a las diferencias biológicas
entre hombres y mujeres y el segundo a las construcciones sociales y
culturales de lo masculino y femenino. No obstante, partiendo de las
diferencias biológicas, históricamente se ha considerado a lo masculino y sus
significantes como superiores o universales, lo cual se manifiesta en los
estereotipos de género y se traduce en discriminación y violencia contra el
género femenino.

Es decir, la construcción cultural de lo masculino como superior, ha dado


lugar al desconocimiento de los derechos de las mujeres, quienes por sus
atributos femeninos se han considerado históricamente como inferiores, o de
quienes trasgreden las normas sociales de heterosexualidad obligatoria o
cuya identidad de género no corresponde con su sexo biológico, por
quebrantar el orden social que ha sido impuesto.

Por ello, en esta segunda unidad presentamos las aproximaciones que


desde los instrumentos internacionales de protección de derechos humanos
se han hecho para prevenir, sancionar y erradicar la violencia y
discriminación basada en el género.

9
Este capítulo se basa en la tesis “Discriminación, violencia y justicia de género”, presentada para optar
al título de
Magister en Estudios de Género de la Universidad Nacional de Colombia. Orjuela, Astrid. (2012).
Discriminación, violencia y justicia de género. Bogotá. En:
http://www.bdigital.unal.edu.co/7011/1/04489206.2012.pdf
29

2.1. LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS MUJERES

“El concepto ‘los derechos de las mujeres son derechos


humanos’ es aceptado por la gran mayoría de los defensores y
las defensoras de derechos humanos aunque no se podría decir
lo mismo del público en general. En el mundo de los derechos
humanos el concepto es tan aceptado, en teoría al menos, que
muchas personas que recién ingresan al mismo se preguntan
por qué es necesario decirlo explícitamente. ¿No son las
mujeres humanas? ¿No son los derechos humanos inherentes a
todos los seres humanos? ¿No son los derechos humanos
universales y, por ende, inclusivos de todas las mujeres? Pues
bien, no siempre fue así, y en la práctica, todavía no lo es”
(Facio, 2009, pág. 20).

Como se indicó en la unidad precedente, si bien los derechos humanos


están dirigidos a todas las personas que habitan el planeta, los primeros
instrumentos internacionales sobre la materia no hacían referencia explícita
a los derechos de las mujeres. Ello se debe a que como personas, las
mujeres son destinatarias de las mismas normas que el resto de la
humanidad. Sin embargo, las mujeres históricamente han sido víctimas de
violencia y discriminación por el hecho de ser mujeres, de modo que una
normatividad neutra, que no adopta medidas para que sean tratadas como
ciudadanas de igual categoría, es una normatividad que no contribuye a
cambiar las relaciones de poder que dieron lugar a que lo femenino fuese
considerado inferior. Por esta razón es importante hablar de los derechos
humanos de las mujeres.
30

La mayor dificultad para hablar de derechos humanos de las mujeres, tiene


que ver con la distinción entre el ámbito público y el privado y con el hecho
de que la discriminación y la violencia contra las mujeres durante mucho
tiempo fueron consideradas como asuntos que debían tratarse de las puertas
de la casa para adentro.

La subordinación de la mujer al ámbito privado tiene su origen en las


revoluciones burguesas, que respondían a un “Estado absolutista [que]
intentaba controlar ampliamente los distintos círculos donde se expresa[ba]
la vida en sociedad”, razón por la cual reclamaban

“espacios de autorregulación propia donde el Estado, por más legítimo que


fuera, no pudiera penetrar” (Wills Obregón, 2007, pág. 40). Si bien, con ello
se pretendía establecer la existencia de algunos asuntos que por hacer parte
de la esfera individual debían estar fuera del poder del Estado y tenía por
objeto proteger a la ciudadanía de sus arbitrariedades, ello sirvió para que las
mujeres fueran excluidas de la vida pública y asignadas a la vida privada, en
la que se aplicaba la “ley del padre” y donde era el hombre quien dirimía los
conflictos y establecía reglas y sanciones. Esta confinación de la mujer a lo
privado, sirvió para ocultar la violencia doméstica, bajo la idea de que “el
Estado moderno concentraba el monopolio legítimo de la violencia” y lo que
ocurría dentro de los hogares era un asunto que solo interesaba a quienes
vivían allí.

Esta división entre lo público y lo privado se mantiene vigente hoy en día.


Así, de acuerdo con el Estudio sobre Tolerancia Social e Institucional a la
Violencia basada en Género en Colombia, elaborado por el Programa Integral
contra Violencias de Género de las Naciones Unidas en Colombia, “con
31

relación a la valoración social de la privacidad de la familia se preguntó si las


personas estaban de acuerdo con el imaginario ‘los problemas familiares
deben discutirse con miembros de la familia’, el 79% de las personas
encuestadas estuvo de acuerdo con esta afirmación sin una diferencia
significativa entre hombres y mujeres
(78% y 80% respectivamente”. En similar sentido “en cuanto a actitudes
como que ‘si un

hombre maltrata a su esposa otras personas ajenas a la familia deben


intervenir’, el 51%

de las personas encuestadas estuvo de acuerdo con la afirmación, sin


diferencias significativas entre hombres y mujeres (50% y 52%
respectivamente)” (Programa Integral contra Violencias de Género, 2010,
pág. 114). Los porcentajes de la encuesta revelan que el refrán popular

“la ropa sucia se lava en casa” está vigente en la mayoría de los hogares y
que tratándose de violencia contra las mujeres, ello aplica para casi la mitad
de la muestra encuestada.

Lo anterior indica que si bien es importante proteger a los ciudadanos de


las arbitrariedades del Estado, la distinción público-privado, tan relevante en
épocas de la Revolución Francesa, cada vez es más artificiosa y en lugar de
aportar a la garantía de los derechos fundamentales, ha contribuido a
perpetuar la discriminación contra las mujeres y las personas con
orientaciones sexuales e identidades de género diversas. Por ello, para
superar las dificultades derivadas de esta distinción es importante hablar de
derechos humanos de las mujeres.
32

2.2 EL SEXO Y EL GÉNERO EN EL DERECHO INTERNACIONAL DE LOS


DERECHOS HUMANOS

El Derecho Internacional de los Derechos Humanos (DIDH) no reconoce de


manera frecuente la categoría género. Los instrumentos generales sobre
derechos humanos contienen solamente cláusulas de no discriminación
basada en el sexo, mientras que los instrumentos especializados se
concentran en la discriminación y violencia contra la mujer y se abstienen de
referirse al género como categoría de análisis. Los únicos instrumentos
vinculantes que se refieren expresamente al género son la Convención de
Belem do Pará y el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.

Lo anterior quiere decir que el DIDH se ha formado al margen de las


diferencias conceptuales entre las categorías sexo y género. No obstante no
debe entenderse que el derecho prevé solo protección a la discriminación o
violencia basada en el sexo biológico de las personas. La falta de referencia a
la categoría género se debe a la evolución histórica del derecho, que se ha
ido adaptando al reconocimiento reciente de la distinción entre estas dos
categorías.

Por lo anterior, en este módulo nos referiremos los instrumentos


internacionales que se ocupan privilegiadamente de asuntos relacionados con
la discriminación y la violencia basada en el sexo, para concluir que el
derecho reserva una protección especial a las mujeres, por el hecho de haber
sido discriminadas históricamente, y que dicha protección puede ampliarse a
las personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas.
33

2.3 PRINCIPALES INSTRUMENTOS INTERNACIONALES DE


DERECHOS HUMANOS SOBRE DERECHOS DE LAS MUJERES

Cuatro instrumentos principales se ocupan de los derechos de las mujeres en


el DIDH, estos son: i) la Convención sobre la eliminación de todas las formas
de discriminación contra la mujer (en adelante CEDAW, por sus siglas en
inglés), ii) la Recomendación General No. 19 adoptada por el Comité para la
Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (Comité de la CEDAW), iii) la
Declaración sobre la Eliminación de la violencia contra la mujer y iv) la
Convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia
contra la mujer o “Convención de Belém do Pará”. Los tres primeros
instrumentos hacen parte del sistema universal de protección de derechos
humanos y la última del sistema interamericano. Además, en cada uno de los
sistemas, diferentes instrumentos incluyen cláusulas generales encaminadas
a lograr la igualdad entre hombres y mujeres (cláusulas de no
discriminación). Este módulo sólo se ocupará de las normas que se refieren
específicamente a los derechos de las mujeres y al Estatuto de Roma de la
Corte Penal Internacional, por referirse este último de forma expresa al
concepto de género.

2.3.1. Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de


Discriminación contra la Mujer (CEDAW)

La CEDAW adoptada en 1979, es el primer instrumento internacional


referido exclusivamente a derechos de las mujeres. Esta convención parte de
la discriminación histórica que han padecido las mujeres para formular las
obligaciones de los Estados al respecto. En consecuencia los insta a adoptar
las medidas adecuadas para modificar los patrones socioculturales que
34

propician prácticas basadas en la superioridad o inferioridad de cualquiera de


los sexos. “Por ende, aunque todavía no se hablaba de género o perspectiva
de género en el momento en que fue discutida, sí se puede decir que es un
instrumento con perspectiva de género” (Facio, 2009, págs. 53-54).

En este sentido, la CEDAW reconoce que la discriminación está fundada en


construcciones sociales y culturales y que las prácticas de superioridad
pueden estar dirigidas contra hombres y mujeres. En esos términos, los
contenidos de la CEDAW apuntan al concepto de género. Además reconoce la
necesidad de superar la discriminación en esferas tan diversas como la
política, la social, la económica y la cultural (artículo 3º) para lograr la
igualdad.

Es así como, pese a no referirse directamente al concepto de género, una


interpretación amplia de su texto permite incluir dentro de su ámbito de
competencia las discriminaciones basadas en la orientación sexual, por
ejemplo, o prácticas basadas en patrones de superioridad masculina, dirigidas
contra varones.

La CEDAW está fundada en los principios de igualdad y dignidad humana


promulgados por la Carta de las Naciones Unidas y define la discriminación
contra las mujeres como las distinciones, exclusiones o restricciones basadas
en el sexo y que se proponen menoscabar o anular el reconocimiento, goce o
ejercicio de los derechos humanos y libertades fundamentales de las mujeres
(Asamblea General de las Naciones Unidas, 1979). Además establece que los
actos discriminatorios contra las mujeres son aquellos que tienen “por objeto”
35

o “por resultado” la violación de los derechos humanos de las mujeres. Su


importancia radica, además, en los siguientes aspectos:

a) Establece que los Estados deben adoptar medidas para eliminar la


discriminación, ocurra por acción estatal, de personas, organizaciones o
empresas.

b) Invita a la adopción de medidas de acción afirmativa que contribuyan a


lograr una igualdad real.

c) Obliga a los Estados a eliminar los estereotipos basados en relaciones


de superioridad y reconoce el papel de la cultura y las tradiciones en la
discriminación.

d) Define los conceptos de igualdad y no discriminación contra las


mujeres.

e) Se refiere a derechos económicos, sociales, culturales, civiles y


políticos, fortaleciendo el concepto de indivisibilidad de los derechos, e

f) Insta a los Estados no sólo a reconocer los derechos de las mujeres y


proveer las condiciones para su ejercicio efectivo, sino también a crear
los mecanismos necesarios para su denuncia (UNIFEM, 2010).

Debido a que la CEDAW no se refiere a la violencia contra las mujeres


explícitamente, su contenido es complementado por la Recomendación
General No. 19.
36

Ap
Actividad pedagógica
p
En 1984, la señora F.H. Zwaan de Vries, presentó una comunicación
ante el Comité de Derechos Humanos de las Naciones
Unidas por la presunta discriminación de la que habría
sido víctima por parte del Estado de Los Países Bajos.
Los hechos que dieron origen a la discriminación son
los siguientes:
“2.1 La autora nació en 1943 y está casada con el Sr. C. Zwaan.
Desde principios de 1977 hasta el 9 de febrero de 1979 trabajó
como operadora de computadora y desde esa fecha está sin
empleo. En virtud de la Ley de desempleo se le abonaron
prestaciones de desempleo hasta el 10 de octubre de 1979. Luego
solicitó que le continuara prestando ayuda de conformidad con la
Ley de protección contra el desempleo. El municipio de Ámsterdam
denegó su solicitud basándose en que la solicitante no reunía los
requisitos necesarios por ser casada” (F.H.Zwaan de Vries c. los
Países Bajos, 1987).

El Comité de Derechos Humanos encontró en ese caso que la


diferencia de trato hacia la actora parecía fundarse solamente en su
estado civil y que se trataba de una discriminación basada en el sexo,
pues ponía en situación de desventaja a las mujeres casadas, frente a
los hombres casados.
¿Cuál es su opinión frente a la ley de protección contra el desempleo
en este caso?

¿Cree usted que está basada en estereotipos de género? Si o no. ¿Por


qué y cuáles?
¿Por qué razones la diferencia de trato establecida en aquel entonces
por Los Países Bajos, constituiría una violación a la CEDAW?
37

2.3.2 Recomendación General No. 19 del Comité para la Eliminación


de la Discriminación contra la Mujer

La Recomendación General No. 19 adoptada por el Comité de la CEDAW,


señala que la violencia contra las mujeres es una forma de discriminación
que les impide el goce de sus derechos en pie de igualdad con los hombres.
De esta forma, el Comité incluye como parte de la Convención la noción de
violencia contra la mujer derivada del concepto de discriminación.

“En su recomendación general N° 19 (1992) el Comité estableció con


toda claridad la conexión: afirmó inequívocamente que la violencia
contra la mujer constituye una forma de discriminación por motivos de
género y que la discriminación es una de las causas principales de
dicha violencia. Ese análisis ubicó a la violencia contra la mujer dentro
de los términos de la Convención y la norma jurídica internacional de
no discriminación por motivos de sexo y, de tal modo, directamente en
el lenguaje, las instituciones y los procesos de derechos humanos”
(Asamblea General de Naciones Unidas, 2006, pág. 17).

De acuerdo con la Recomendación No. 19, cuando el artículo 1º de la


CEDAW define la discriminación contra la mujer como las distinciones,
exclusiones o restricciones basadas en el sexo, se refiere a “la violencia
dirigida contra la mujer porque es mujer o que la afecta en forma
desproporcionada” (Comité para la eliminación de la discriminación contra la
mujer, 1992). De modo que la violencia contra las mujeres puede
contravenir disposiciones de la CEDAW.
38

De lo anterior cabe resaltar la relación estrecha entre violencia y


discriminación y la necesidad analizar estas categorías conjuntamente, por
cuanto “el Comité para la

Eliminación de la Discriminación contra la Mujer ha dejado en claro que


todas las formas de violencia contra la mujer están comprendidas en la
definición de discriminación contra la mujer establecida en la Convención”
(Asamblea General de Naciones Unidas, 2006).

2.3.3. Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la


Mujer

La Declaración sobre la Eliminación de la violencia contra la mujer


aprobada el 20 de diciembre de 1993, afirma que “la violencia contra la
mujer constituye una violación de los derechos humanos y las libertades
fundamentales e impide total o parcialmente a la mujer gozar de dichos
derechos y libertades” (Asamblea General de las Naciones Unidas, 1993).

La Declaración reconoce que la violencia contra las mujeres evidencia las


relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres e impone a estas
últimas una posición subordinada frente a los hombres y que factores como la
raza, la situación migratoria, las discapacidades, el conflicto armado etc.,
incrementan la vulnerabilidad de las mujeres.

Además de señalar que la violencia contra las mujeres es una violación a


los derechos humanos, la Declaración entiende por violencia contra las
39

mujeres la violencia basada

“en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado
un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las
amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad,
tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”

(Asamblea General de las Naciones Unidas, 1993). La declaración destaca


como causa de la violencia las relaciones subordinadas de poder y reconoce
que esta puede ser física, sexual o psicológica y cometida por la familia, la
comunidad o agentes estatales (o con su colaboración).

2.3.4. Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y


Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención de Belem do Pará)

En el ámbito regional de protección de derechos, el instrumento


relacionado con la violencia contra las mujeres es la llamada Convención de
Belem do Pará de 1994. Esta afirma que la violencia contra las mujeres es
una violación a los derechos humanos y libertades fundamentales que limita
su ejercicio, goce y reconocimiento.

Además, define la violencia contra las mujeres como “cualquier acción o


conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico,
sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el
privado” (Asamblea General de la

Organización de Estados Americanos, 1994).

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su Informe “Las


mujeres frente a la violencia y la discriminación derivadas del conflicto
40

armado en Colombia”

(2006), destaca como los aspectos más importantes de la Convención, los


siguientes:

“1. Define la violencia contra las mujeres como cualquier acción o


conducta basada en su género, que cause muerte, daño o
sufrimiento físico, sexual y psicológico a la mujer, tanto en el
ámbito público como el privado.

2. Reconoce expresamente la relación que existe entre


violencia de género y discriminación, indicando que tal violencia es
un reflejo de las relaciones de poder históricamente desiguales
entre mujeres y hombres, y que el derecho de las mujeres a una
vida libre de violencia incluye el derecho a ser libre de toda forma
de discriminación y a ser valorada y educada libre de patrones
estereotipados;

3. Establece que la violencia afecta a las mujeres por múltiples


vías, obstaculizando el ejercicio de otros derechos fundamentales
de naturaleza civil y política, así como los derechos económicos,
sociales y culturales;

4. Dispone que los Estados partes deben actuar con debida


diligencia para prevenir, investigar y sancionar la violencia contra
las mujeres que ocurre tanto en espacios públicos como privados,
que ocurra dentro del hogar o de la comunidad, y que sea
perpetrada por individuos o agentes estatales;
41

5. Provee que los Estados deben tomar especial cuenta de la


situación de vulnerabilidad a la violencia que pueden sufrir las
mujeres en razón, entre otras, de su raza o condición étnica; por
su status como migrantes, refugiadas, o desplazadas; por estar
embarazadas o discapacitadas; por ser menores de edad o
ancianas; por confrontar una situación económica desfavorable;
por estar afectadas por un conflicto armado; o por estar privadas
de su libertad”.

Adicionalmente, la Convención de Belem do Pará reconoce el derecho de


las mujeres a vivir una vida libre de violencia (artículo 3).

2.3.5. Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional

El Estatuto de Roma reconoce los crímenes de Genocidio, Lesa


Humanidad, de Guerra y la Agresión, como los más atroces y establece la
posibilidad de que sean juzgados por la Corte Penal Internacional cuando los
Estados no tienen la capacidad o la voluntad hacerlo. Al referirse a crímenes
de lesa humanidad y de guerra el Estatuto de Roma hace referencia a
algunos delitos que pueden considerarse como constitutivos de violencia de
género. Al respecto, el artículo 7° sobre Crímenes de lesa humanidad señala:

“1. A los efectos del presente Estatuto, se entenderá por “crimen


de lesa humanidad” cualquiera de los actos siguientes cuando se
cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático
contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque

(…)
42

g) Violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo


forzado, esterilización forzada u otros abusos sexuales de
gravedad comparable;

h) Persecución de un grupo o colectividad con identidad propia


fundada en motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos,
culturales, religiosos, de género definido en el párrafo 3, u otros
motivos universalmente reconocidos como inaceptables con
arreglo al derecho internacional, en conexión con cualquier acto
mencionado en el presente párrafo o con cualquier crimen de la
competencia de la Corte (…)

2. A los efectos del párrafo 1; (…)

f) Por “embarazo forzado” se entenderá el confinamiento ilícito de


una mujer a la que se ha dejado embarazada por la fuerza, con la
intención de modificar la composición étnica de una población o de
cometer otras violaciones graves del derecho internacional. En
modo alguno se entenderá que esta definición afecta a las normas
de derecho interno relativas al embarazo;

(…)”

Así mismo, el Estatuto de Roma establece que “se entenderá que el


término “género” se refiere a los dos sexos, masculino y femenino, en el
contexto de la sociedad. El término “género” no tendrá más acepción que la
que antecede”. Esta definición resulta equivalente a la de sexo y no es
gratuita. Es producto de las discusiones entre el Vaticano y los países
43

islámicos, de una parte y los países con posturas más liberales e incluyentes
en estos temas, de otra. Estas discusiones impidieron que la cláusula de no
discriminación para la interpretación y aplicación del Estatuto, contuviera la
palabra género, que hacía más incluyente todas las definiciones:

“El Vaticano y la Liga de países Árabes, que en conjunto


denominamos como “la alianza no santa”, rechazaron el término
en relación al crimen de persecución, y en respuesta, Estados
Unidos sugirió limitar su sentido a hombres (machos) y mujeres
(hembras). La Alianza No Santa, perseguía, a veces con éxito, que
se sacara la palabra género de las partes estructurales y
procedimentales del borrador del Estatuto de Roma – por ejemplo
en todas las partes en que se refería a la violencia de género o a
la experticia de género –.

“Hacia el final de la Conferencia, atacaron, con el liderazgo de la


Unión Británica, la inclusión en el art. 21(3) de la frase que fija el
género y otras formas de discriminación en la interpretación y
aplicación del estatuto. Este ataque sobre el principio de no
discriminación, que el Caucus se había empeñado en introducir
durante las sesiones preparatorias, pronto se transformó en un
ataque contra la inclusión de la discriminación basada en el
género, producto de lo cual ayudó a concitar un apoyo mayoritario
a favor de la postura que el Caucus había sostenido y a diluir la
oposición que inicialmente había encontrado.
Incuestionablemente, la codificación de este principio general,
modelado a partir del estándar de la cláusula de no discriminación
en los tratados de derecho humanitario y de derechos humanos,
pero que sustituía la palabra “sexo” por “género”, es una de las
44

protecciones más importantes de la justicia de género” (Copelon,


2000).

Pese a que la inclusión del género en el Estatuto de Roma, en el sentido


más amplio del término, no fue posible, dicha exclusión no parece tener
consecuencias reales en el marco de la protección de los derechos:

“Como un esfuerzo por no legitimar la orientación sexual y la


discriminación por identidad de género bajo el estatuto o para
eliminar la persecución sobre esta base como crimen, la definición
sobre género probará, eso creo, ser un acto fallido. Primero
porque las palabras no toleran dicha exclusión: incluso la
definición aceptada de género necesariamente incorpora la
discriminación basada en la decisión de no comportarse de
acuerdo a roles de género prescritos, ya sea en el ámbito del
cuidado doméstico, trabajo o en la sexualidad. Segundo, es
altamente dubitativo alegar que cualquier ambigüedad
debería ser resuelta a favor de la discriminación,
especialmente en un estatuto que establece la más alta
institución internacional de justicia universal. Y finalmente,
como comentaba la Jueza Rosalie Abella la otra noche, “el odio
que se expresa a sí mismo en la persecución tiene que llevar a
una condena y castigo como crimen de lesa humanidad, porque
de otra manera el odio ganó la partida” (Copelon, 2000).

2.4. CONCLUSIÓN

Las primeras normas sobre derechos de las mujeres y obligaciones de los


Estados al respecto son las que se refieren a la igualdad entre los sexos y a la
prohibición de discriminación contra la mujer, entendiendo además que la
45

violencia contra las mujeres constituye una forma de discriminación.

“Obsérvese bien como, a resueltas de esta introducción, se ha


cambiado el concepto de discriminación en relación al de la
cultura jurídica dominante: ahora es la violencia misma la (forma
de) discriminación; la discriminación deja de ser cuestión de
status. La violencia se tipifica como discriminación porque
constituye la manifestación directa de la ruptura de la regla de
justicia que se basa en la igualdad de status de hombres y
mujeres. La inaplicabilidad de la lógica comparativa en este
(nuevo) concepto de discriminación, hace que su introducción
tenga resultados prácticamente performativos o constitutivos”

(Barrere, 2008, pág. 33).

Así, es posible afirmar que los principios de igualdad y no discriminación


orientan el sistema de protección de derechos y allanaron el camino para la
expedición de la CEDAW y de la Convención de Belem do Pará, normas que
de manera explícita se refieren a los derechos de las mujeres.

De lo anterior la importancia de que la CEDAW y la Convención de Belem do


Pará insten a los Estados a tomar las medidas necesarias para superar las
prácticas sociales y culturales que promueven y permiten la discriminación
contra las mujeres y su consecuencia, la violencia. Además, del vínculo entre
violencia y discriminación se deriva la posibilidad de realizar exigencias a los
Estados frente a hechos de violencia contra las mujeres, entendidos estos
como muy graves violaciones a los derechos humanos.
Así, gracias a las definiciones del DIDH de los conceptos de violencia y
discriminación contra las mujeres existen elementos importantes para la
46

exigencia a los Estados, la sociedad y los individuos, de prácticas respetuosas


de sus derechos. Sin embargo, los conceptos del DIDH de violencia y
discriminación hacen referencia exclusiva a “la mujer”.

Esta limitación está ligada al desarrollo histórico de los tratados sobre


derechos humanos, pero no es óbice para pretender interpretaciones amplias
de los instrumentos, posibles en función de sus contenidos. Lo anterior
porque la jurisprudencia internacional ha señalado que las normas
internacionales deben ser interpretadas en virtud del principio pro persona,
de acuerdo con el cual no debe privilegiarse un sentido que permita limitar o
excluir el goce y ejercicio de los derechos y libertades sino que, se debe
acudir a la interpretación más extensiva posible cuando se trate de reconocer
derechos. En el marco de la aplicación de este principio, las limitaciones que
se siguen del tenor literal de los tratados estudiados, pueden ser superadas.
47

Autoevaluación

La señora Anne Marie Sneijder de 30 años de edad, de origen nórdico,


soltera y quien trabajaba para la Cooperación Internacional, fue
víctima de violencia sexual en su domicilio.

Luego de interponer la respectiva denuncia y gracias a las diligencias


de la Policía Judicial y a los exámenes de medicina legal, se pudo
identificar al autor del delito, quien fue acusado de acceso carnal
violento y condenado en primera instancia.

Tanto la fiscalía como el apoderado del acusado del delito, apelaron la


decisión. La primera, por considerar que la pena impuesta fue muy
baja y el segundo alegando una nueva versión de los hechos, de
acuerdo con la cual Anne Marie fue quien le agredió sexualmente.

El juez de segunda instancia decidió absolver de toda culpa y pena al


acusado, basado en que la relación sexual fue consentida porque la
supuesta víctima de violencia sexual i) era 5 centímetros más alta que
el agresor, lo que impedía suponer que hubiere sido sometida por la
fuerza; ii) vestía usualmente prendas provocativas (blusas escotadas,
faldas cortas); iii) había coqueteado anteriormente con el
victimario, a quien había invitado a visitarla en su país de origen; y
iv) era de origen nórdico, donde la conducta sexual de las mujeres es
más libre.

1. Identifique los estereotipos en los que se basa la decisión del juez


de segunda instancia.

2. Establezca tres razones por las cuales la decisión del juez de


segunda instancia desconoce los preceptos generales de los
instrumentos internacionales referidos a la prohibición de violencia y
discriminación contra las mujeres.

3. Si usted hubiera sido el o la juez en este caso ¿Cuál habría sido su


decisión? Y ¿Con qué argumentos jurídicos la hubiera sustentado?

4. ¿Qué normas de los instrumentos internacionales estudiados en


esta sección aplicaría usted en este caso?
48

B Bibliografia

Asamblea General de la Organización de Estados Americanos. (10 de


junio de 1994). Convención para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra la mujer, Convención de Belem do Pará.
Asamblea General de las Naciones Unidas. (18 de diciembre de
1979). Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer.

Asamblea General de las Naciones Unidas. (20 de diciembre de


1993). Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la
mujer.

Resolución de la Asamblea General 48/104.

Asamblea General de Naciones Unidas. (2006). Estudio a fondo


sobre todas las formas de violencia contra la mujer.

Barrere, M. Á. (2008). Género, discriminación y violencia contra


las mujeres. En P. Laurenzo, M. L. Maqueda, & A. Rubio, Género,
violencia y derecho (págs. 27-47). Valencia: Tirant lo Blanch.

Comité para la eliminación de la discriminación contra la mujer.


(1992). Recomendación General 19.

Copelon, R. (noviembre de 2000). Crímenes de género como


crímenes de guerra: Integrando los crímenes contra las mujeres
en el derecho penal internacional. Recuperado el 14 de noviembre
de 2010, de McGill. Law Journal:
www.iccwomen.org/publications/.../Gender_Crimes_as_War_Crime
s.doc

Facio, A. (2009). El protocolo facultativo de la convención sobre la


eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer:
análisis de los casos ante el comité de la CEDAW. San José: IIDH.

F.H. Zwaan de Vries c. los Países Bajos, 182 (Comité de Derechos


Humanos 23 de abril de 1987).

Programa Integral contra Violencias de Género. (2010). Estudio


sobre tolerancia social e institucional a la violencia basada en género
en Colombia. Bogotá: Naciones Unidas.
49

UNIFEM. (2010). CEDAW en 10 minutos. Buenos Aires: UNIFEM.

Wills Obregón, M. E. (2007). El marco interpretativo. Por que


incluir no es representar. En M. E. Wills Obregón, Inclusión
sin representación, la irrupción política de las mujeres en
Colombia 1970 – 2000. Bogotá: Norma.
50

UNIDAD 3
IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN

Og Identificar cómo y en qué ámbitos se manifiesta la


discriminación contra las mujeres – como una forma de
discriminación basada en el género – y brindar
herramientas a la administración de justicia para superar
esta discriminación.

Oe • Identificar las formas de discriminación contra las


mujeres y sus manifestaciones en ámbitos como el
lenguaje, la familia, la escuela y el trabajo.

• Identificar casos de discriminación contra las mujeres


que han sido presentados ante la administración de
justicia y la forma como han sido resueltos.

UNIDAD 3 - IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN

3. INTRODUCCIÓN

Como se indicó en los capítulos precedentes las mujeres y las personas


con orientaciones sexuales e identidades de género diversas,
históricamente han sido discriminadas. Esa discriminación, que a su vez
produce violencia, se manifiesta en ámbitos tan diversos como el lenguaje,
la familia, la educación y el trabajo, donde además se aprende y se
reproduce.

En este Unidad se identificará la forma como se manifiesta la


discriminación en algunos de estos escenarios – que no son los únicos – y
51

se proveerán herramientas conceptuales y metodológicas para enfrentar


estás prácticas desde la administración de justicia.

Antes de ello es necesario aclarar que durante muchos años, la


subordinación de las mujeres y el rechazo a las personas con orientaciones
sexuales diversas fue avalada y promovida por el Estado y en particular por
el poder legislativo, que a través de diferentes normas contribuyó a ahondar
la discriminación estableciendo, por ejemplo, que las mujeres estaban
sometidas a la potestad del padre o esposo, que no podían administrar sus
bienes o recibir su salario o que la homosexualidad era un delito. Entrado el
siglo XX esa situación comenzó a cambiar paulatinamente, gracias a
legislación como la que se relaciona a continuación:

Normatividad que contribuyó a avanzar en la superación de la


discriminación contra las mujeres

Ley Tema Artículos Relevantes


Artículo 1º. La mujer casada tendrá siempre
la administración y el uso libre de los
siguientes bienes:
Ley 8 Reconocimiento 1. Los determinados en las capitulaciones
de Derechos matrimoniales; y 2. Los de su exclusivo uso
de 1922
patrimoniales personal, como son sus vestidos, ajuares,
a la mujer. joyas e instrumentos de su profesión u
oficio.
De estos bienes no podrá disponer en
ningún caso por sí solo uno de los
cónyuges, cualquiera que sea su valor.
Artículo 1º. Durante el matrimonio cada
uno de los cónyuges tiene la libre
Ley 28 de Confirió a las administración y disposición tanto de los
1932 mujeres bienes que le pertenezcan al momento de
casadas contraerse el matrimonio o que hubiere
capacidad civil aportado a él, como de los demás que por
plena. cualquier causa hubiere adquirido o
adquiera; pero a la disolución del
52

matrimonio o en cualquier otro evento en


que conforme al Código Civil deba
liquidarse la sociedad conyugal, se
considerará que los cónyuges han tenido
esta sociedad desde la celebración del
matrimonio, y en consecuencia se
procederá a su liquidación. Artículo 5o.
Abolió la potestad marital
Artículo 4º. Las señoritas que aspiren a
obtener certificado de segunda enseñanza
de cultura general y de ingreso a las
Facultades universitarias, deberán hacer
sus estudios, o en el Instituto Pedagógico
Nacional para Señoritas, o en las Escuelas
Normales Departamentales, o en los
colegios particulares o privados, siempre
Permitió a las
Decreto que éstos últimos establezcan el plan de
Mujeres
1972 de estudios
acceder
1933 de que trata el artículo 3º de este
a la
Decreto. Las alumnas provenientes de
Universidad
establecimientos particulares deberá
presentar su examen de cultura general, en
el Instituto Pedagógico Nacional para
Señoritas, o en las Escuelas Normales,
como lo prescribe el Decreto número 1575
de 1929, para tener derecho al examen de
admisión en las Universidades, y al
certificado oficial de
institutoras.
Artículo 1º. El artículo 14 de la Constitución
Nacional quedará así: "Son ciudadanos los
colombianos mayores de veintiún años.
La ciudadanía se pierde de hecho
cuando se ha perdido la nacionalidad.
También se pierde o se suspende, en
Acto Permitió el virtud de decisión judicial, en los casos que
Legislativo derecho determinen las leyes. Los que hayan
03 de al sufragio perdido la ciudadanía podrán solicitar
1954 femenino rehabilitación".
Artículo 2º. El artículo 15 de la Constitución
Nacional quedará así: "La calidad de
ciudadano en ejercicio es condición previa e
indispensable para elegir y ser elegido,
53

respecto de cargos de representación


política, y para desempeñar empleos
públicos que lleven anexa autoridad o
jurisdicción".
Artículo 3º. Queda modificado el artículo
171 de la Constitución Nacional, en cuanto
restringe el sufragio a los ciudadanos
varones.
Artículo 19.El artículo 13 de la Ley 45 de
1936 quedará así:
La patria potestad es el conjunto de
Permitió a las derechos que la ley reconoce a los padres
Ley 75 de mujeres ejercer sobre sus hijos no emancipados, para
1968 la patria facilitar a aquéllos el cumplimiento de los
potestad deberes que su calidad les impone.
sobre sus hijos Ejerce estos derechos respecto de hijos
legítimos el padre y, a falta de éste, por
cualquier causa legal, la madre. Si quien
ejerce la patria potestad pasare a otras
nupcias, el juez podrá, con conocimiento
de causa y a petición de parte, si lo
considera más conveniente, poner bajo
guarda al hijo. Los hijos no emancipados
son hijos de familia, y el padre o madre con
relación a ellos, padre o madre de familia.
Artículo 94. (…) La mujer casada podrá
Decreto Eliminó para las proceder, por medio de escritura pública,
1260 de mujeres la adicionar o suprimir el apellido del marido
1970 obligación de precedido de la preposición de, en los casos
llevar el en que ella lo hubiere adoptado o hubiere
apellido de su sido establecido por la ley.
esposo
Artículo 10. El artículo 177 del Código Civil
quedará así:
El marido y la mujer tienen conjuntamente
Eliminó la la dirección del hogar. Dicha dirección
potestad estará a cargo de uno de los cónyuges
Decreto marital y la cuando el otro no la pueda ejercer o falte.
2820 de obligación de la En caso de desacuerdo se recurrirá al juez
1974 mujer de seguir o al funcionario que la ley designe.
el Artículo 11. El artículo 178 del Código Civil
domicilio del quedará así:
marido, entre Salvo causa justificada, los cónyuges tienen
otras la obligación de vivir juntos y cada uno de
54

ellos tiene derecho a ser recibido en la casa


del otro.
Artículo 12. El artículo 179 del Código Civil
quedará así:
El marido y la mujer fijarán la residencia
del hogar. En caso de ausencia, incapacidad
o privación de la libertad de uno de ellos, la
fijará el otro. Si hubiere desacuerdo
corresponderá al juez fijar la residencia
teniendo en cuenta el interés de la familia.

3.1. EL LENGUAJE Y LA DISCRIMINACIÓN

Ap Ap
Actividad pedagógica
Vea el siguiente video (que hace parte de la campaña
publicitaria #likeagirl):

El lenguaje es el principal instrumento de comunicación de los seres


humanos. Mediante este intercambiamos pensamientos y sentimientos, por
lo tanto, juega un papel determinante en la construcción de las culturas.
Además, es un símbolo que refleja las ideas y valores de un contexto social
específico y es fundamental en las relaciones sociales (C-804, 2006; Pérez,
2011)

Filósofos Lyotard y Wittgenstein, citados por la Corte Constitucional, señalan


que las palabras que utilizamos no son un mero reflejo o representación de
las cosas, sino que configuran la realidad que intentamos “aprehender”. Así
pues, “el significado de las palabras no surge de su facultad de describir los
objetos, sino a partir de su uso y su contexto” (C-804, 2006). De manera que
existe un estrecho nexo entre el lenguaje y las prácticas sociales, a tal punto
que algunos pensadores consideran que no existe realidad fuera del lenguaje,
55

de modo que este “es una dimensión constitutiva de lo humano [] que no se


limita a la comunicación de ideas o intenciones sino que permite el fenómeno
humano en su totalidad”

(Instituto Nacional de las Mujeres, 2006).

La anterior condición del lenguaje hace que sea un espacio que se


transforma en cada sociedad conforme a las construcciones sociales y
culturales imperantes. Es por ello que expresiones que en determinado
momento histórico fueron avaladas y aceptadas, hoy son inadmisibles.

Ahora bien, el derecho se expresa a través lenguaje y por ello


históricamente lo ha utilizado para establecer jerarquías y para definir qué
está autorizado y qué no, bajo el amparo de una supuesta neutralidad (C-
804, 2006). Así, debido al dominio por parte de los hombres heterosexuales
del espacio público y político, lograron identificar en la práctica jurídica los
valores masculinos con lo neutral y objetivo (Ver: Unidad 1, ¿Qué es el
Género?), de modo que la situación de invisibilidad y discriminación histórica
a la se han visto sometidas las mujeres y las poblaciones con identidad de
género y orientación sexual diversa, se refleja y es producto de los criterios
de inclusión y exclusión del lenguaje jurídico.

Ahora bien, “en muchas partes del mundo ha sucedido que expresiones o
manifestaciones culturales aceptadas y difundidas con cierta amplitud en
algunos momentos han sido, luego, seriamente cuestionadas por
considerarse degradantes de la dignidad humana y por herir la sensibilidad de
los humanos. Hoy en día resulta patente que no todas las expresiones y no
todos los contenidos pueden ser admitidos. Aquellas manifestaciones del
lenguaje, aquellos contenidos de la cultura – del lenguaje jurídico y de la
56

cultura jurídica - que signifiquen lesionar la dignidad humana tienden a ser


rechazados” (C-804, 2006). Así, la consagración de los derechos humanos de
las mujeres y de la población LGBTI y las obligaciones de respeto, defensa y
garantía de los mismos, han permitido cuestionemos aquellas expresiones
que discriminan a esas poblaciones, las ignoran y las someten a condiciones
de desigualdad.

En ese sentido, no sólo es deber del legislador usar un lenguaje incluyente


que no admita discriminación. Es deber de los jueces y juezas suprimir
aquellas expresiones que limitan la igualdad, por ello las decisiones judiciales
no pueden ni deben mantener un lenguaje que permita la discriminación
basada en el género. En este sentido, la Corte Constitucional en la sentencia
C-634 de 2013, indicó que existe “un deber concreto en la administración de
justicia de hacer un uso del lenguaje libre de estereotipos y prejuicios con el
fin de transformar las instituciones y asegurar que la administración de
justicia toma decisiones libres de prácticas discriminatorias” (C-634, 2013).

Por ello surge la pregunta, ¿cómo hacer para que el lenguaje que usemos
sea incluyente? La “Guía Técnica para el uso de un lenguaje incluyente en las
comunicaciones del Tribunal Electoral del Distrito Federal”10 contiene una
serie de recursos para un uso inclusivo del lenguaje, de los que podemos
resaltar (Tribunal Electoral del Distrito Federal de los Estados Unidos
Mexicanos, 2011):
57

Estrategia Ejemplo
Aplicar la regla de la inversión: El despacho está integrado por tres
Sustituir la abogados y
palabra por su correspondiente de dos niñas. Todos somos iguales,
sexo opuesto, desde el juez
si la frase es inadecuada, el primer hasta las aseadoras.
enunciado es
sexista y, en consecuencia, debe
ser cambiado.

Utilizar sustantivos genéricos y Los trabajadores – El personal


colectivos. Los niños – La niñez

Utilizar construcciones metonímicas El gerente – La gerencia


o sustantivos abstractos. Emplear El director – La dirección
las perífrasis (dar un rodeo Utilizar Los colombianos – Población
construcciones) colombiana
Estudiantes – Comunidad escolar

Usar los Los trabajadores – Los


desdoblamientos trabajadores y las
trabajadoras / Las
trabajadoras y los
trabajadores / Las y los
trabajadores.
Usar barras en los vocativos con
dobletes Doctor/a
Señor/a
Apreciada/o
Usar aposiciones La participación de jóvenes,
explicativas hombres y mujeres
en …


58

Ap Ap
Actividad pedagógica
Analice los ejemplos de la primera estrategia, invierta las
palabras que indican determinado sexo, dentro de cada ejemplo:
Analice por qué al invertir los enunciados, encontramos que las
expresiones son sexistas.

• ¿Alguna vez ha llamado “niña” a alguna de sus


compañeras de trabajo? ¿Ha llamado así a su superior
jerárquico o subalterna?
• ¿Alguna vez ha llamado “niño” a alguno de sus
compañeros de trabajo? ¿Ha llamado así a su superior
jerárquico o subalterno?
• ¿Cuándo piensa en la persona que se encarga de los servicios
generales en su despacho, imagina que pueda ser un
hombre? ¿Por qué?

Ap Ap
Actividad pedagógica

El término feminicidio, de acuerdo con Natalie Nenadic, fue


utilizado por primera vez, por Asja Armanda para referirse “a
las extendidas y fatales atrocidades sexuales que fueron
perpetradas por los hombres serbios en contra de las mujeres
croatas en Bosnia – Herzegovina durante la guerra civil en dicha
región” (Russell, 2006, pág. 68). La idea que motivo su uso
tiene que ver con la importancia de utilizar un término que
permitiera nombrar los asesinatos de las mujeres por ser
mujeres, bajo el supuesto de que “hasta que las feministas se
den cuenta de que existe un término que se aplica a los
asesinatos de mujeres por-ser-mujeres, probablemente no
reconocerán el vínculo entre los diversos tipos de feminicidio ni
se embarcaran en una campaña concertada para protestar y
tratar de prevenir los feminicidios” (Russell, 2006, pág. 65)

Posteriormente, el término feminicidio fue usado por Catherine


MacKinnon, una destacada abogada feminista, en el litigio de
casos ocurridos en Bosnia Herzegovina. MacKinnon, presentó en
59

aquella oportunidad alegatos por genocidio y feminicidio,


diferenciándolos como crímenes específicos, “la distinción de
MacKinnon entre prácticas feminicidas y prácticas genocidas
proporciona un drástico ejemplo de cómo nombrar el feminicidio
puede ayudar a los esfuerzos de las mujeres por llamar la
atención hacia las mortales atrocidades contra las mujeres, sin
importar si ocurren en tiempo de guerra o en tiempos de paz”
(Russell, 2006, pág. 69).

Por su parte, la Corte Interamericana de Derechos Humanos en


2009, utilizó la expresión feminicidio, para referirse al “homicidio
de mujer por razones de género” (Caso González y otras
(“Campo Algodonero”) Vs. México,2009).

Sin embargo, solo hasta abril de 2014 la palabra


"feminicidio" fue aceptada por la Real Academia
Española y agregada a la 23ª edición del
Diccionario de la RAE, que lo define como el
asesinato de una mujer en razón de su sexo.

1. A su juicio, ¿Qué indica que sólo hasta el año 2014 la RAE


haya admitido en su diccionario el término “feminicidio”?
2. Antes de 2014, cuando la Corte Interamericana de Derechos
Humanos utilizó el término feminicidio, ¿Cometió un error en el
uso del lenguaje? Si o no ¿Por qué?
3. ¿Cree usted qué es importante establecer una distinción
lingüística en el caso de los homicidios cometidos contra mujeres
por el hecho de ser mujeres? ¿Sí o no? ¿Por qué?

3.2 DISCRIMINACIÓN EN LA FAMILIA

Pese a que hoy en día las normas que asignaban lugares de privilegio
para los hombres dentro de la familia han sido derogadas o declaradas
inconstitucionales, las ideas de acuerdo con las cuales ellos son los jefes del
hogar y tienen mando sobre la familia, incluyendo a su esposa e hijos,
siguen arraigadas en nuestra sociedad que tolera y reproduce esas prácticas.
Esta manera de pensar se perpetúa en el tiempo debido a que las relaciones
de género son construcciones históricas, sociales y culturales que deben ser
60

modificadas a través de varias estrategias, dentro de las cuales se encuentra


la eliminación de normas legales discriminatorias.

Así, de acuerdo con el Estudio sobre Tolerancia Social e Institucional a la


Violencia basada en Género en Colombia, elaborado por el Programa Integral
contra Violencias de Género de las Naciones Unidas en Colombia, “las
personas encuestadas opinan que el hombre machista lo es porque así lo
criaron. La responsabilidad es de los padres y de las madres. Esta crianza
exime a los hombres de tener obligaciones en las labores domésticas y los
convierte en inútiles: ‘… me pasó una vez que yo no llegué en todo el día, y
él no fue capaz de pararse y hacerse un café. Esperó hasta que yo llegara a
las cinco de la tarde y me dijo: ¡hágame el desayuno! Yo le dije: - No fue
capaz de hacer el desayuno, o sea que si yo no llego se muere de hambre. Y
él dijo: - Mi mamá me enseñó que yo no me acerque a la olla’” (Programa
Integral contra Violencias de Género, 2010, pág. 91).

En ese mismo sentido, la reproducción en el hogar de estereotipos de


género se traduce, por ejemplo, en que “el 45% de la población considera
que los hombres son la cabeza del hogar. Las mujeres así lo sostienen en un
42% y los hombres en un 49%” (Programa Integral contra Violencias de
Género, 2010, pág. 123).

Es así como después de que la Constitución de 1991 estableciera la


igualdad entre hombres y mujeres, las prácticas discriminatorias al interior
del hogar continúan vigentes, avaladas por los estereotipos de género y por
la normatividad que después de la entrada en vigencia de la Constitución de
1991 continuaba reproduciendo esa discriminación. Esa normatividad ha
permitido a la Corte Constitucional analizar la situación de las mujeres en el
ordenamiento jurídico y dar órdenes orientadas a garantizar la igualdad de
61

género al interior del hogar.


Así, por ejemplo, en la sentencia C-802 de 1999, la Corte Constitucional
conoció una demanda contra el artículo 140 del Código Civil, de acuerdo con
el cual “El matrimonio es nulo y sin efectos en los siguientes casos: (...) 7.
Cuando se ha celebrado entre la mujer adúltera y su cómplice, siempre que
antes de efectuarse el matrimonio se hubiere declarado, en juicio, probado el
adulterio”. A juicio del demandante, la norma demandada establecía una
diferenciación entre hombres y mujeres en contravía del derecho a la
igualdad establecido en la Constitución, al establecer distintas consecuencias
civiles para mujeres y hombres en idénticas circunstancias.

La Corte Constitucional aprovechó esa oportunidad para identificar algunas


de las normas que durante años discriminaron a las mujeres, entre ellas las
que asignaban consecuencias jurídicas diferentes para el adulterio cuando era
cometido por mujeres. Así, el Código Penal de 1890 establecía:

“La mujer casada que cometa adulterio sufrirá una reclusión por el
tiempo que quiera el marido, con tal que no se pase de cuatro
años. Si el marido muriese sin haber solicitado la libertad de la
mujer y faltare más de un año para cumplir el término de
reclusión, permanecerá en ella un año, después de la reclusión
hasta que cumpla su condena" (artículo 712). En el mismo
sentido, de acuerdo con el recuento hecho por la Corte, ‘las
normas civiles vigentes hasta 1976, establecían como causal de
divorcio ‘el adulterio de la mujer’ (artículo

154), que implicaba la suspensión de la vida de los casados sin


disolver el matrimonio (artículo 153)” (C082, 1999).
62

De acuerdo con la Corte, este tipo de disposiciones además de perpetuar la


discriminación, indicaban que la mujer casada era propiedad de su esposo,
por lo que indicó que “lejos de perseguir una finalidad aceptada
constitucionalmente, perpetúa[ba] la histórica discriminación que ha sufrido
la mujer, al reproducir un esquema patriarcal en el que el hombre debía
gozar de mayores prerrogativas y reconocimiento”. Además de implicar una
injerencia indebida en la libertad y autonomía individual.

Posteriormente en la sentencia C-101 de 2005, la Corte Constitucional


resolvió una demanda de inconstitucionalidad contra el artículo 1134 del
Código Civil, que permitía condicionar el goce de un usufructo, uso,
habitación o pensión periódica a una mujer a que permaneciera soltera o
viuda. A juicio de la Corte, “el precepto del artículo 1134, [era] a todas luces
discriminatorio, en tanto perpetúa la condición de inferioridad y debilidad de
la mujer frente a los hombres, tradicionalmente aceptada”.

Es así como en la familia, bajo el amparo de la Constitución de 1991,


hombres y mujeres somos iguales. Tenemos las mismas facultades y
derechos y ambos ejercemos la autoridad en el hogar en igualdad de
condiciones. No obstante, las ideas arraigadas sobre la superioridad de
ciertos miembros de la familia se traducen muchas veces en violencia al
interior de la familia. A ella nos referiremos en la siguiente unidad.

Ap Ap
Actividad pedagógica
¿Alguna vez le han preguntado quién es el jefe de su
hogar? ¿Qué suele responder? ¿Por qué?
63

3.3. LA DISCRIMINACIÓN EN LA ESCUELA

La escuela es uno de los lugares donde más se suelen reproducir los


estereotipos de género. Ello se debe principalmente a dos factores, al
currículo que se ha diseñado para ser enseñado y a las conductas de los
docentes y autoridades educativas. Así, el currículo reproduce los
estereotipos de género al enseñar la historia desde una perspectiva en la que
las mujeres son excluidas y los hombres son los protagonistas; por otra
parte, docentes y autoridades, muchas veces amparados por normas
contenidas en los manuales de convivencia, convierten los estereotipos en
discriminación contra los niños y niñas que trasgreden las expectativas
sociales que se tienen sobre ellos. La Corte Constitucional se ha pronunciado
en reiteradas oportunidades sobre esta forma de discriminación y ha
establecido que es inconstitucional.

Ap Ap
Actividad pedagógica
Recuerde sus clases de historia de Colombia e identifique:

Los nombres cinco de los principales personajes de la historia


de nuestra independencia.
Los nombres de cinco de los principales personajes de la
historia reciente de Colombia (Siglos XX y XXI).

Responda las siguientes preguntas:

¿Cuántos de los personajes que identificó son hombres, cuántos


mujeres?
¿A su juicio las mujeres tuvieron un rol importante en el proceso
de independencia de Colombia? ¿En la historia reciente del país?
Investigue cuál fue el rol de Policarpa Salavarrieta, Manuela
64

Beltrán y Manuelita Sáenz en el proceso de independencia


colombiano.

3.3.1 Prohibición de discriminación en el colegio en razón de la


maternidad o la convivencia en pareja

El embarazo o la maternidad de una estudiante no son razones


suficientes para que se pueda suspender o restringir el derecho a la
educación11, así como tampoco el hecho de que conviva con su pareja de
hecho o cónyuge. En ese sentido, la Corte Constitucional ha establecido que
someter a las estudiante embarazadas a un trato distinto al de sus
compañeros, sin una justificación objetiva y razonable es un trato
discriminatorio que desconoce los derecho a la dignidad, a la educación y al
libre desarrollo de la personalidad y que los manuales de convivencia de los
colegios no pueden asumir la maternidad o la convivencia como una
conducta reprobable y reprochable (T-393, 2009).

En este sentido, la Corte Constitucional ha afirmado que las modalidades


educativas desescolarizadas, mediante las cuales las alumnas embarazadas
ven restringida su asistencia al Colegio y realizan su proceso educativo en
sus hogares mediante el estudio de guías, y que fueren adoptadas por
establecimientos educativos son, salvo demostración en contrario,
discriminatorias. A juicio de la Corte, “tales tratos, en lugar de ayudar a la
alumna, tienden a estigmatizar una situación personal que sólo interesa a la
futura madre, pues la maternidad es una cuestión que, en principio, no
afecta derechos de terceros y que pertenece a uno de los ámbitos más
íntimos de la vida personal de la mujer” (T656, 1998).
65



Al respecto la sentencia T-638 de 2002 afirma que “cuando un centro


docente trata de manera diferente a las alumnas que se encuentran en
estado de embarazo o son madres solteras, y las obliga a estudiar en
modalidades distintas a la tradicional, es decir a la que implica la asistencia
diaria al aula, y les impone una modalidad semipresencial, vulnera los
artículos 5 y 13 de la Constitución, que proclaman la igualdad de las
personas en su condición esencial” (T683, 2002).

Ap Ap
Actividad pedagógica
En la sentencia T-516 de 1998, la Corte Constitucional conoció
el caso de una joven de 17 años de edad, estudiante del grado
9º, quien decidió convivir en unión libre con su novio.

Cuando la Rectora de la Institución Educativa


donde estudiaba se enteró de este hecho, reunió
a la alumna y a su madre, quienes confirmaron la
noticia. La situación fue puesta en conocimiento
del Consejo Directivo de la Institución que, con
fundamento en las normas del manual de
convivencia, decidió que la alumna debía usar un
uniforme diferente al de las demás estudiantes el
cual consistiría en un vestido rojo con blanco para
el diario y una sudadera blanca con camiseta roja
para educación física (T-516, 1998).

Por los anteriores hechos, la joven solicitó


mediante la acción de tutela, la garantía de sus
derechos a la igualdad, al libre desarrollo de la
personalidad y a formar una familia y, en
consecuencia, que no se hiciera discriminación
alguna entre las estudiantes mujeres del Colegio.
66

Con base en los hechos narrados, responda a las siguientes


preguntas:
¿La actuación del colegio evidencia estereotipos de género? ¿Por
qué?
¿La actuación del colegio constituye una forma de
discriminación? Sí o no ¿Por qué?
Si usted fuera el juez al que le correspondió resolver esta
acción, ¿qué decisión habría adoptado?
¿En qué argumentos habría basado su decisión?
Lea la sentencia T-516 de 1998. ¿Agregaría alguna
consideración a su parte motiva? ¿Cuál?

3.3.2. Prohibición de discriminación en el colegio por asumir


determinada apariencia física

Otra de las formas como se manifiesta la discriminación basada en el


género en los establecimientos educativos, es a través del constreñimiento a
adoptar determinada imagen física, tanto para hombres como para mujeres,
la cual se pretende que sea acorde al sexo biológico de las personas y a los
atributos de género correspondientes a cada sexo.

En las sentencias SU-641 y SU-642 de 1998 la Corte Constitucional analizó


los casos de niños a quienes las autoridades de sus colegios constreñían para
que usaran el cabello corto. En esos casos la Corte estimó que los colegios
desconocieron el derecho al libre desarrollo de la personalidad de los menores
de edad al imponerles un patrón estético único y les ordenó dejar de aplicar
aquellas normas que fueran contrarias al artículo 16 de la Constitución. De
manera particular la sentencia SU-641 de 1998 indicó que el juez de tutela
puede ordenar la inaplicación de normas contenidas en los manuales de
convivencia, cuando sus normas amenacen o violen los derechos
fundamentales de uno de los integrantes de la comunidad educativa.

Ahora bien, este tipo de prohibiciones, así como aquellas orientadas a


67

impedir que los hombres usen aretes, maquillaje o prendas consideradas


femeninas, constituyen una forma de discriminación basada en el género,
pues se fundamentan en la idea de que ciertos patrones estéticos o formas de
vestir son exclusivas de las personas pertenecientes a determinado sexo,
razón por la cual se proscribe su uso por quienes no pertenecen a ese grupo
poblacional. Es decir, este tipo de conductas desconocen el derecho al libre
desarrollo de la personalidad y constituyen una forma de discriminación “de
allí que los establecimientos educativos tengan vedado imponer a sus
estudiantes una apariencia física basada en un modelo que se considera
arbitrariamente como deseable o, menos aún, normal, puesto que ello no
solo afecta desproporcionadamente el libre desarrollo de la personalidad de
los y las estudiantes, sino que también se opone a un ejercicio educativo
comprometido, desde la Constitución, con el pluralismo y el respeto a la
diferencia” (T-565, 2013).

3.4. LA DISCRIMINACIÓN EN EL TRABAJO

Hoy en día la discriminación en razón del género en el ámbito del trabajo no


se manifiesta de igual forma que hace algunos años, cuando por ejemplo, el
artículo 195 del Código Civil establecía que si la mujer casada ejercía
públicamente una profesión o industria cualquiera, se presumía que tenía la
autorización general de su marido o cuando era una falta disciplinaria dentro
del Estatuto Docente, ser homosexual. No obstante la discriminación en el
ámbito laboral continúa existiendo. Ello se evidencia, por ejemplo, en la
invisibilidad del trabajo de cuidado y de las labores domésticas, en la doble
jornada que cumplen mayoritariamente las mujeres, en la discriminación en
el acceso al empleo por el hecho de ser mujer o en la discriminación en
razón del embarazo, como veremos a continuación.
68

3.4.1. El trabajo de las “amas de casa” y la doble jornada

Debido a los estereotipos de género que asignaron a las mujeres al


ámbito privado y las hicieron responsables exclusivas de las labores
domésticas, el trabajo de las mujeres en el hogar durante años ha sido
invisibilizado y subvalorado y sólo hasta hace muy poco se comenzó a
calcular su aporte a la economía12.

ACTIVIDADES DE TRABAJO DE HOGAR Y CUIDADO NO


REMUNERADO

Conforme a la Ley 1314 de 2010 (artículo 3º), son actividades de


trabajo de hogar y cuidado no remunerado, entre otras, las
siguientes:

1.- Organización, distribución y supervisión de tareas domésticas.


2.- Preparación de alimentos.
3.- Limpieza y mantenimiento de vivienda y enseres.
4.- Limpieza y mantenimiento del vestido.
5.- Cuidado, formación e instrucción de los niños (traslado al
colegio y ayuda al desarrollo de tareas escolares).
6.- El cuidado de ancianos y enfermos.
7.- Realizar las compras, pagos o trámites relacionados
con el hogar. 8.- Reparaciones al interior del hogar.
9.- Servicios a la comunidad y ayudas no pagadas a otros hogares
de parientes, amigos y vecinos.

Ante ese panorama, que refleja la subvaloración de un trabajo realizado


principalmente por mujeres, la Corte Constitucional se ha ocupado de frenar
la discriminación que ello implica. Así, por ejemplo, en la sentencia T-494 de

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69

1992, la Corte Constitucional conoció el caso de Esther Varela, una mujer que
desde el momento en que inició su vida conyugal con su compañero
permanente se ocupó de las labores del hogar, la explotación conjunta de su
vivienda mediante el arriendo de habitaciones a inquilinos y el trabajo
conjunto en las actividades comerciales de su pareja. Luego de que el
compañero de la accionante falleciera, se inició el juicio de sucesión, en el
que sus bienes fueron adjudicados a su hermana, quien se determinó era la
única heredera. La señora Varela interpuso una acción de tutela para evitar la
entrega de la casa que habitaba a la hermana de su compañero. Mientras el
trámite de la tutela se adelantaba, cursaba también en la Corte Suprema un
proceso orientado a establecer la existencia de una sociedad de hecho entre
la accionante y su compañero fallecido, del cual pidió copias la Corte
Constitucional.

Dentro de dicho proceso, el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cali


había negado la existencia de la sociedad, porque el aporte de la señora
Varela se limitó a colaborar en las labores domésticas. La Corte Constitucional
valoró dicha afirmación y señaló que el Tribunal al creer “que los únicos
aportes a una sociedad de hecho deben ser dinero o bienes relevantes en el
mercado”, invisibilizó el trabajo doméstico y negó su aporte a la economía.
Por ello la Corte manifestó “su total desacuerdo con dicha visión por cuanto
ella estimula y profundiza la desigualdad y la injusticia en las relaciones
sociales, hace inequitativo el desarrollo económico y vulnera derechos
fundamentales de la persona humana” (T-494, 1992).

Así, desde una administración de justicia con enfoque de género es


necesario que se reconozca, por ejemplo, el aporte que hacen a la sociedad
quienes ejercen labores domésticas o de cuidado no remunerado, que son
70

principalmente mujeres.
En aplicación de la Ley 1314 de 2010, el DANE realizó la
Sabia Encuesta Nacional de Uso del Tiempo 2012 – 2013, e identificó
el tiempo que dedican los colombianos al trabajo no
usted comprendido en el Sistema de Cuentas Nacionales13. De acuerdo
Que.. con los resultados de la Encuesta, las mujeres dedican mucho
más tiempo a este tipo trabajo, así:

! 
  

  
 



2

6
71

Al desconocimiento del aporte del trabajo doméstico en el hogar y del trabajo


de cuidado no remunerado, se suma que “la creciente vinculación de la
mujer a la fuerza productiva no ha sido suficiente para relevarla del
cumplimiento de las labores domésticas que tradicionalmente se han
confiado a su exclusiva responsabilidad” (C-410, 1994), de modo que las
mujeres que acceden al mercado laboral tienen la carga de una doble
jornada, la primera, en horario de oficina, y la segunda, fuera de ese horario,
en el hogar, en el que deben atender la mayor parte de las labores
domésticas.

Ap Ap
Actividad pedagógica
María es Juez Primera Civil del Circuito de Bogotá. En su
despacho trabajan dos auxiliares judiciales: Pedro y Juana. Los
dos están casados y tienen hijos en edad escolar, razón por la
cual han tenido que pedir permiso a su jefe María para acudir a
atender algunas emergencias relacionadas con sus hijos
(citaciones escolares y urgencias médicas). Cuando Juana pide
permiso a su jefa María por las razones enunciadas, esta lo
autoriza sin problema. No obstante, cuando Pedro pide permiso
para ausentarse del trabajo por los mismos motivos, María lo
niega, bajo el argumento de que este tipo de asuntos deben ser
atendidos por la madre de sus hijos, quien además, es ama de
casa.

Pedro le ha dicho a su jefa que su actitud resulta discriminatoria


en razón del género. A lo que ella responde diciendo que es
feminista y que por esa razón autoriza a Juana a ausentarse del
trabajo en razón de sus compromisos como madre.

Responda las siguientes preguntas:

1.-¿Qué opina de la argumentación expuesta por la juez para


sustentar su decisión de negarle permisos a Pedro para atender
asuntos familiares?
1.-¿Cree que la actitud de María se basa en alguna forma de
discriminación en razón del género? Si o no ¿Por qué?
3.-María ha propuesto como solución no darle permiso a
ninguno de sus empleados para atender asuntos relacionados
con sus hijos, para que no la acusen de discriminar a nadie ¿Qué
opina de esta solución?
4.-Si usted fuera María ¿Qué decisión tomaría en este caso?
72

3.4.2 Discriminación en el empleo por razón del embarazo

El Código Sustantivo de Trabajo establece que ninguna mujer puede ser


despedida de su trabajo por motivos relacionados con su embarazo y
lactancia, y que se presume que el despido es realizado en razón del
embarazo si este se realiza durante su periodo o tres meses después. La
Corte Constitucional se pronunció sobre esta disposición en la sentencia C-
470 de 1997 señalando que es ajustada a los parámetros constitucionales141.

De acuerdo con la sentencia C-470 de 1997, el despido de una mujer


embarazada es una manifestación de la discriminación basada en el género,
de tal suerte que la protección reforzada a las mujeres en el embarazo y
después del parto se hace efectiva con la prohibición del despido,
independiente del tipo de contrato. De modo que sólo se puede despedir a
una mujer embarazada si hay justa causa, pero además, si esa justa causa es
avalada por el inspector del trabajo. No basta alegar el incumplimiento de los
deberes por parte de la empleada, sino que es necesario que el inspector del
trabajo verifique dicho incumplimiento, de lo contrario se presume que el
despido es discriminatorio.

En estos casos, aunque la jurisdicción competente es la laboral, tratándose


de contratos de trabajo y la contencioso administrativa tratándose de
relaciones legales y reglamentarias, la Corte Constitucional ha declarado la
procedencia de las acciones de tutela para proteger el derecho al mínimo vital
de la futura madre y del recién nacido.
73

Esta protección constitucional reforzada a las mujeres embarazadas en el


trabajo, se evidencia en una sentencia de la Corte Constitucional en la que se
tuteló el derecho al trabajo de una mujer que ejercía la prostitución y que fue
despedida de su empleo por estar embarazada. En esa oportunidad la Corte
señaló que el ejercicio de la prostitución es una actividad legítima - no la
inducción a la prostitución15 - y que, por lo tanto, el despido de una mujer
que se dedique a estas actividades en razón de su embarazo, es injustificado:

“134. En cuanto al primero, el derecho a la estabilidad laboral


reforzada de la mujer embarazada o lactante se ha reconocido por
la Corte como fundamental, conforme lo dispuesto en el derecho
positivo, que obra como un mecanismo de defensa ante la
afectación pluriofensiva que puede representar en ella y en los
suyos un despido ilegítimo. Con su ejercicio se ampara la
dignidad, la igualdad y el libre desarrollo de la mujer,
garantizándole el poder escoger libremente ser madre sin miedo a
imposición de condiciones adversas en su situación laboral y
social”.

Recientemente en la sentencia SU-070 de 2013, la Corte unificó las reglas


para determinar el alcance de la protección de una mujer embarazada que ha
sido despedida del trabajo. La Corte estableció en dicha sentencia que
“procede la protección reforzada derivada de la maternidad, luego la adopción
de medidas protectoras en caso de cesación de la alternativa laboral, cuando
se demuestre, sin alguna otra exigencia adicional: a) la existencia de una
relación laboral o de prestación y, b) que la mujer se encuentre en estado de
74

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embarazo o dentro de los tres meses siguiente al parto, en vigencia de


dicha relación laboral o de prestación”. No obstante, el alcance de dicha
protección depende de la modalidad de contrato y de si el empleador conocía
o no del estado de embarazo de la empleada al momento de la
desvinculación.

Así, cuando el empleador tenía conocimiento del embarazo procede


una protección

integral y completa, pues se asume que el despido se fundó en el


embarazo. En cambio, si el despido se produjo sin conocimiento del
embarazo, la protección es menor y se fundamenta en el principio de
solidaridad y en la garantía de estabilidad en el trabajo durante el embarazo
y la lactancia.

Ahora bien, la prueba del conocimiento del embarazo por parte del
empleador, no exige mayores formalidades. Puede ser i) mediante prueba de
la notificación al empleador; ii) porque el embarazo sea un hecho notorio,
pues tiene en un estado de avance que permite inferirlo, la trabajadora pidió
licencias y permisos por esta causa, o el embarazo es de conocimiento
público; iii) por la noticia de un tercero; o iv) porque de las circunstancias
que rodearon el despido es posible deducirlo. De modo que es labor del juez
de tutela en cada caso determinar, según las circunstancias, si el empleador
tenía o no conocimiento del embarazo de la trabajadora, teniendo en cuenta
75

que no es necesaria la notificación expresa.

Lea el apartado “5.3.2 Alcance de la protección


Para reforzada a la maternidad y la lactancia en el ámbito
Profundizar del trabajo” de la sentencia SU 070 de 2013, para
identificar las reglas para la protección de la
maternidad en el trabajo según la alternativa laboral.

• La señora Juliana Rodríguez firmó un contrato de trabajo a


Ap término indefinido con la empresa Colchones El Descanso,
el veinte (20) de abril de 2007, para desempañarse como
asesora comercial.

• El primero (1) de agosto informó a sus compañeros que


estaba embarazada. El día veinticuatro (24) de agosto
del 2010 la empresa accionada terminó su contrato
argumentando que la actora se presentó al trabajo en
estado de embriaguez.

• La señora Rodríguez interpuso entonces una acción de


tutela solicitando el reintegro y el pago de lo dejado de
percibir.

• Alegó que no se presentó a trabajar bajo los efectos del


alcohol, sino que estaba “enguayabada”; que su jefe
directo sabia de su embarazo pues la había felicitado
luego de que ella publicara fotos de sus ecografía en las
redes sociales; y que pese a su embarazo, el empleador
no acudió al inspector del trabajo para calificar la justa
causa, como exige el Código Sustantivo del Trabajo.

• La demandada respondió que la empleada no notificó


formalmente el embarazo a Recursos Humanos y que
además, como ésta misma lo reconoció, la observación
sobre llegar al sitio de trabajo bajo la influencia del
alcohol estuvo fundada en que la actora llegó
“enguayabada”, lo que para la configuración de la causal
de despido resulta equivalente.

• El juez de tutela negó el amparo tras considerar que para


ordenar el reintegro resultaba indispensable que el
empleador hubiese sido informado del embarazo
76

oportunamente, cosa que no está demostrada en el


caso.

1.- Lea el apartado “5.3.2 Alcance de la protección reforzada a la


maternidad y la lactancia en el ámbito del trabajo” de la
sentencia SU 070 de 2013.

2.- Suponga que usted es el juez al que le corresponde resolver


esta acción de tutela. Conforme a las reglas definidas en la
sentencia SU-070 de 2013.

3.- ¿Qué tipo de protección es procedente en este


caso? o ¿Cómo resolvería usted esta acción de
tutela?

4.- ¿En qué argumentos jurídicos fundamentaría usted su


decisión?

A A
Autoevaluación
Lea con atención los hechos que dieron origen a la sentencia T-
1078 de 2012:
Amalia interpuso acción de tutela contra Vitaliano Sánchez
Castañeda y Eunice Beltrán de Sánchez, por estimar que
desconocieron durante años sus derechos fundamentales.
Sustentó su solicitud en los siguientes hechos:

-Desde el 1º de julio de 1963 y hasta el 5 de febrero de 1964,


Vitaliano Sánchez Castañeda fue nombrado como Alcalde Militar
de Anzoátegui, Tolima. Durante ese período logró, de alguna
manera que desconoce, apoderarse de ella, quien en la época
era una pequeña niña campesina deaproximadamente seis o
siete años de edad.

-El señor Sánchez Castañeda la desplazó a Bogotá y la entregó


a su suegra, María Odilia Franco de Beltrán, en calidad de
“esclava”. Desde ese momento y durante aproximadamente
doce años, fue objeto de explotación, maltrato físico, abuso
sexual y tortura por parte de distintos miembros de la familia.
Explica que la señora Franco de Beltrán la explotaba, la
77

maltrataba y la “prestaba” a sus familiares para que también


a ellos les sirviera. Posteriormente estuvo “sometida
definitivamente” a la familia de Vitaliano Sánchez Castañeda, y
durante este tiempo fue víctima de actos sistemáticos de
violencia sexual por parte de éste, y de maltrato físico por
parte de su esposa, Eunice Beltrán de Sánchez.

-A principios de los años 70, logró huir de la casa de la familia


Sánchez Beltrán, con la ayuda de un chofer y de una joven
vecina. Después de huir se enfrentó a un mundo que
desconocía, indocumentada y sin identidad. Con los fragmentos
de información que ha oído acerca de su historia, ha tratado de
reconstruir su pasado, pero no ha sido posible.

- Años más tarde, regresó en varias ocasiones a la casa de esa


familia con el fin de que le dieran información referente a su
identidad. Relata que en una de estas visitas, halló una
escritura pública de “contrato de adopción”, firmado y
sellado por el entonces Alcalde de Anzoátegui, en el que se
afirma que la señora María entregaba a su hija, a la señora
María Odilia Franco de Rojas “(…) en carácter de adopción para
que vele por su educación y formación hasta su edad completa
y mancipada por la Ley”.Asevera que en dicho documento no
constan las firmas de las señoras y sólo se encuentran las
firmas de tres testigos. La accionante supone que
la niña a la que se hace referencia es ella.

Responda las siguientes preguntas:

1.-¿Qué formas de discriminación identifica en este caso y en


que ámbitos?

2.-¿Cuáles creen usted son los derechos que la actora alegó


estaba siendo vulnerados en este caso?

3.-¿Cuáles cree que son las pretensiones de la actora?

4.-Si usted fuera el juez asignado para resolver este caso


,
5.-¿Qué elementos tendría en cuenta para abordar esta
decisión?

6.-¿Qué derechos consideraría usted que fueron vulnerados?


78

7,-¿Qué decisión tomaría?

8.-¿En qué argumentos jurídicos basaría esta decisión?

9.-¿Cuáles órdenes incluiría usted en su decisión?

J Jurisprudencia Nacional
MP Barrera Carbonell, A. Sentencia T-516 de 1998 (Corte
Constitucional
Colombiana. Septiembre 21 de 1998)
MP Calle Correa, M.V. Sentencia C-634 de 2013 (Corte
Constitucional
Colombiana. Septiembre 13 de 2013)
MP Cifuentes Muñoz, E. Sentencia T-656 de 1998 (Corte
Constitucional
Colombiana. Noviembre 11 de 1998)
MP Escobar Gil, R. Sentencia C-1235 de 2005 (Corte
Constitucional
Colombiana. Noviembre 29 de 2005)
MP Gaviria Díaz, C. Sentencia C-410 de 1994 (Corte
Constitucional
Colombiana. Septiembre 15 de 1994)
MP Gaviria Díaz, C. Sentencia C-082 de 1999 (Corte
Constitucional
Colombiana. Febrero 17, 1999)
MP Monroy Cabra, M.G. Sentencia T-683 de 2002 (Corte
Constitucional
Colombiana. Agosto 22 de 2002)
MP Pinilla, N. Sentencia T-393 de 2009 (Corte Constitucional
Colombiana. Mayo 28 de 2009)
MP Sierra Porto, H. Sentencia C-804 de 2006 (Corte
Constitucional Colombiana. Septiembre 27 de 2006)
MP Vargas Silva, L.E. Sentencia T-565 de 2013 (Corte
Constitucional Colombiana. Agosto 23 de 2013)
79

B Bibliografia

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UNIDAD 4
EL DERECHO Y LA VIOLENCIA DE GÉNERO

Objetivo General
Og
Proveer herramientas conceptuales y metodológicas que
permitan el reconocimiento de la violencia de género como
una violación a los Derechos Humanos y en contextos
de conflicto armado como una infracción al Derecho
Internacional Humanitario, que debe ser judicializada
desde un enfoque de género.

Objetivos Especifico
Oe
• Reconocer que la violencia de género es una violación
a los Derechos Humanos y en contextos de
conflicto armado una infracción al Derecho
Internacional Humanitario.

• Identificar los diferentes tipos de violencia de género


que se comenten en el ámbito público y privado y su
magnitud.

• Establecer y aplicar herramientas que faciliten la


judicialización de casos de violencia de género.

• Identificar, analizar y aplicar la normatividad y


jurisprudencia nacional e internacional relacionada con
la violencia de género.
81

UNIDAD 4 - EL DERECHO Y LA VIOLENCIA DE GÉNERO

4. INTRODUCCIÓN

La violencia de género es una práctica generalizada en Colombia que -cómo


vimos en la primera unidad-, tiene sus raíces en construcciones históricas y
culturales asociadas a la superioridad de lo masculino y la subordinación de lo
femenino. Este tipo de “expresiones de violencia están relacionadas con ideas
de lo que significa ser hombre o mujer en cada contexto específico, en
nociones que confieren determinados derechos a unos y a otras para el
ejercicio del poder y en las consecuencias violentas que dicho ejercicio
implica. (…) Hombres y mujeres, niños y niñas, experimentan formas de
violencia basadas en género. No obstante, este tipo de violencia es
predominantemente ejercido por hombres contra mujeres, niños y niñas,
contra otros hombres y contra sí mismos: en el abuso infantil, la escuela, la
guerra o el hogar” (Pineda

Duque & Otero Peña, 2004).

Ahora bien, la violencia contra las mujeres, por el hecho de ser mujeres,
es una de las principales formas de violencia de género que tiene lugar en
nuestro país –aunque no la única- y a ella nos referiremos en esta unidad.

De acuerdo con cifras oficiales del Instituto Nacional de Medicina


Legal16, en Colombia 1.163 mujeres fueron víctimas de homicidio
en el año 2013, la mayoría de ellas entre los 20 y 34 años de
edad. Dentro de las circunstancias en las que ocurrió el hecho es
preponderante la violencia intrafamiliar. Así mismo, 52.933
mujeres fueron víctimas de violencia intrafamiliar en el mismo
año lo que representa el 77.58% de los casos reportados.
82

Finalmente, se documentaron 20.739 casos de violencia sexual


contra mujeres y se identificó que las niñas entre los 10 y 14
años son las más afectadas por este tipo de delitos (2014).

La legislación nacional (artículo 2º ley 1257 de 2008) ha definido la


violencia contra las mujeres como “cualquier acción u omisión, que le cause
muerte, daño o sufrimiento físico, sexual, psicológico, económico o
patrimonial por su condición de mujer, así como las amenazas de tales actos,
la coacción o la privación arbitraria de la libertad, bien sea que se presente
en el ámbito público o en el privado”. Este tipo de violencia de acuerdo con
la Corte Interamericana de Derechos Humanos “no sólo constituye una
violación de los derechos humanos; sino que es una ofensa a la dignidad
humana y una manifestación de las relaciones de poder históricamente
desiguales entre mujeres y hombres” (Caso González y otros vs México
2009); que a su vez “trasciende todos los sectores de la sociedad
independientemente de su clase, raza o grupo étnico, nivel de ingresos,
cultura, nivel educacional, edad o religión” (Caso Fernández Ortega y otros
vs México, 2010). La violencia de género tiene diferentes manifestaciones,
puede ser física, verbal o psicológica, ocurre en el ámbito público y en el
privado, y puede ser perpetrada por familiares, personas cercanas o
desconocidos.

En esta unidad del módulo Género y Derecho nos enfocaremos en el


estudio y análisis de la violencia intrafamiliar, la violencia sexual y la
violencia en el marco de conflicto armado por ser los tipos de violencia más
recurrentes contra las mujeres en nuestro país y que probablemente lleguen
en mayor número a los estrados judiciales.
83

 =

Sin embargo, invitamos a los y las estudiantes a continuar


profundizando en el estudio de la violencia de género, lo que les permitirá
seguir encontrando nuevas herramientas conceptuales y metodológicas
para abordar estos casos desde un enfoque de género y derechos
humanos.

En los casos de violencias de género, la acción judicial tiene un rol primordial


no sólo en la garantía de los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia y
a la reparación, sino en la superación del sub-registro17 y la prevención de
futuros hechos de violencia. Si las víctimas de violencia de género reciben
atención especializada y acorde con sus necesidades en el marco del proceso
judicial, se les garantizan las medidas de protección requeridas y sus
agresores son sancionados de acuerdo al marco legal establecido, es muy
probable que ellas superen su temor a denunciar otras agresiones, inviten a
otras víctimas a denunciar y se disuada a posibles agresores de cometer
estos crímenes ante una percepción de mayor efectividad de la justicia.

Sabia Cada hora en promedio 5 mujeres fueron víctimas de


Usted violencia en Colombia en el año 2013. (Instituto
Nacional de Medicina Legal y ciencias forences, 2014)
que…

Ap Ap
Actividad pedagógica
¿Qué tipos de violencia de género identifica usted en su
comunidad y en su entorno laboral?
84

Seleccione un caso en particular de los que haya identificado en


el punto anterior y responda las siguientes preguntas:
1.-¿Qué atención recibieron las víctimas en estos casos?
2.-¿Qué limitaciones identifica en esta atención?
3.- ¿Qué hubieran podido hacer mejor las autoridades para
atender a las víctimas?

4.1 VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

4.1.1 ¿Qué es la violencia intrafamiliar y cuál es su dimensión?

En términos generales, la violencia intrafamiliar es entendida como


aquellos actos de abuso físico, verbal o psicológico, violencia sexual, o
cualquier otro comportamiento dominante que un miembro de la familia
comete sobre otro con el ánimo de ejercer control sobre sus acciones
(Rodríguez Cely, Padilla Villarraga, Rodríguez, & Díaz Colorado, 2010).

Esta definición implica que la violencia intrafamiliar puede ser ejercida


contra cualquier miembro de la familia. Sin embargo, es importante
reconocer que es una violación a los derechos humanos que afecta
desproporcionadamente a las mujeres. De acuerdo con cifras oficiales en el
77.58% de los casos de violencia intrafamiliar reportados, las víctimas fueron
mujeres y el 65.58% correspondieron a violencia de pareja (Instituto
Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, 2014).

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Dentro de las situaciones que derivan en hechos violentos al interior del


hogar se encuentran el incumplimiento de los roles de género que han sido
culturalmente impuestos – por ejemplo la supuesta obligación de la mujer de
encargarse del cuidado de los hijos y de las labores domésticas y la del
hombre de ser el proveedor económico de la familia –, la dependencia
económica, la disputa sobre los derechos patrimoniales de los bienes
adquiridos en el marco de la sociedad conyugal y la distribución de
responsabilidades en el cuidado de los hijos y las labores domésticas, entre
otros (Pineda Duque & Otero Peña, 2004). Así, el 30.96% de los casos de
violencia contra las mujeres ocurrieron mientras realizaban actividades de
cuidado del hogar y/o de sus miembros, lo que evidencia además que un
importante número de hechos ocurren en el ámbito privado, donde hay una
mayor vulnerabilidad de las víctimas y los hechos son más difíciles de
identificar y en consecuencia prevenir y sancionar (Instituto Nacional de
Medicina Legal y Ciencias Forenses, 2014). Además, por el tipo de
circunstancias que generan la violencia intrafamiliar, esta puede persistir
incluso luego de que los vínculos entre las parejas o las familias han
terminado. De acuerdo con el Instituto Nacional de Medicina Legal, 12.025
mujeres fueron víctimas de violencia por parte de sus ex - compañeros
permanentes, exesposos y exnovios en el año 2013 (2014).

La problemática de la violencia intrafamiliar es de tal magnitud que ha


sido abordada por la normatividad colombiana en todos los niveles. Así,
la Constitución Política de

1991, en su artículo 42, inciso 3ro estableció que “las relaciones


familiares se basan en la igualdad de derechos y deberes de la pareja y
en el respeto recíproco entre todos sus integrantes.
86

Cualquier forma de violencia en la familia se considera


destructiva de su armonía y unidad, y será sancionada conforme
a la ley” (Negrillas fuera del texto).

En desarrollo de este artículo, la ley 294 de 1996 definió los delitos de


violencia intrafamiliar (artículo 22), maltrato constitutivo de lesiones
personales (artículo 23), maltrato mediante restricción a la libertad física
(artículo 24) y violencia sexual entre cónyuges (artículo 25)18. Estos tipos
penales fueron incluidos posteriormente en el Código Penal (Ley 599 de
2000 – artículos 229 al 230A) y las penas allí establecidas fueron
incrementadas mediante las leyes 882 de 2004 y 1142 de 2007:

Art. Delito Descripción Pena Prescripción


22 Cuatro (4) a ocho (8)
9 Violencia El que maltrate años de prisión, siempre Ocho (8)
Intrafamil física o que la conducta no años.
iar psicológicamente a constituya delito
Cualquier miembro sancionado con pena
de su núcleo mayor.
familiar.

23 Maltrato El que mediante Uno (1) a dos (2) años en Cinco (5)
0 mediante fuerza restrinja la prisión y multa de uno (1) años.
restricció libertad de a dieciséis (16) salarios
na locomoción a otra mínimos legales
la libertad persona mayor de mensuales vigentes,
física edad perteneciente siempre que la conducta
a su grupo familiar no constituya delito
o en menor de sancionado con pena
edad sobre el cual mayor.
no se ejerza patria
potestad.
87

23 Ejercicio El padre que Uno (1) a tres (3) años de Cinco (5)
0A arbitrario arrebate, prisión y años.
de sustraiga, retenga multa de uno (1) a
la u oculte dieciséis (16)
custodia a uno de sus hijos salarios mínimos legales
de hijo menores sobre mensuales
menor de quienes ejerce la vigentes.
edad patria potestad con
el fin de privar al
otro padre del
derecho de
custodia y cuidado
personal.

Más recientemente la ley 1257 de 2008, mediante la cual “se dictan


normas de sensibilización, prevención y sanción de formas de violencia y
discriminación contra las mujeres”, estableció el concepto de daño contra
la mujer y las diferentes formas en que éste se manifiesta, así como los
derechos de las mujeres durante el proceso de atención y judicialización
de hechos de violencia contra ellas. Dentro de este conjunto de
derechos, es importante destacar para los casos de violencia
intrafamiliar, el derecho de las víctimas a recibir asesoría jurídica e
información clara, oportuna y veraz (Literal b y e, artículo 8º), así como
acceder a los mecanismos de protección establecidos para ellas y sus
hijos (Literal b y e, artículo 8º y artículo 16). Finalmente, la ley 1542 de
2012 eliminó el carácter de querellable y desistible de los delitos de
violencia intrafamiliar.
;
88

En la siguiente sección abordaremos algunos de los temas que pueden


ser de utilidad para jueces, juezas y profesionales de la rama judicial al
momento de tramitar casos de violencia intrafamiliar. Tal como es el
propósito de este módulo, el abordaje de estos temas se realiza desde
una perspectiva de género y derechos humanos y con fundamento en la
jurisprudencia constitucional. Por lo tanto, si se requiere mayor
información sobre aspectos de carácter procesal recomendamos
remitirse al módulo de Violencia Familiar elaborado por Juan Manuel
Dumez Arias, el cual se encuentra disponible en la biblioteca virtual de la
Escuela Judicial Rodrigo Lara Bonilla19.


89

¿Qué dicen las mujeres de la violencia intrafamiliar?

Tipo de Resultados Encuesta Nacional de Demografía y


violencia
Salud 2010 (Profamilia, 2010)
intrafamiliar

Violencia Física “El 37% de las mujeres alguna vez casadas o unidas
reportaron haber sufrido agresiones físicas por parte
de su esposo o compañero”.
Violencia Sexual “El 9.7% de las mujeres encuestadas han sido
violadas por su esposo o compañero”.
Violencia “El 32% de las mujeres alguna vez unidas, contestó
Psicológica que efectivamente, sus esposos o compañeros
ejercían amenazas contra ellas”.
Violenciaverbal “El 26% de las mujeres contestó afirmativamente que
sus esposos o compañeros se expresaban en forma
desobligante contra ellas”.
Maltrato El 16% de las mujeres encuestadas han sido
Económico amenazadas con el retiro del apoyo económico por
parte de sus esposos o compañeros.
Maltrato mediante El 65% de las mujeres encuestas han sufrido
ejercicio de control maltrato mediante diferentes tipos de restricciones.

• El esposo insiste siempre en saber dónde está


ella (39%)
• La ignora (33%)
• La acusa de infidelidad (34%)
• Le impide el contacto con amigos o amigas
(2%)

4.1.2. Temas claves a tener en cuenta para abordar casos de violencia


intrafamiliar desde una perspectiva de género y derechos humanos.

La legislación nacional ha establecido una ruta para el abordaje de casos


de violencia intrafamiliar que establece el rol de las diferentes autoridades
90

involucradas y facilita a las víctimas el acceso a la justicia. En términos


generales, los casos de violencia intrafamiliar son conocidos por las
jurisdicciones civil y penal de manera simultánea pero con objetivos
diferentes. La acción civil tiene como propósito prevenir y sancionar la
violencia intrafamiliar, así como establecer medidas de protección
provisionales y definitivas para las víctimas. La acción penal busca
sancionar a los agresores por el delito de violencia intrafamiliar y por otros
delitos conexos. En este sentido y con el fin de dar una protección
reforzada a las víctimas de violencia intrafamiliar, el parágrafo tercero del
artículo 17 de la ley 1257 de 2008, estableció que las autoridades civiles
deberán remitir todos los casos de violencia intrafamiliar a la Fiscalía
General de la Nación para su respectiva investigación (Dumez Arias, 2007).
Así mismo, mediante la ley 1542 de 2012 el Congreso de la República
eliminó el carácter querellable y desistible del delito de violencia
intrafamiliar, normatividad que implica que a partir de esta fecha las
autoridades judiciales deberán investigar este delito de manera oficiosa.

Por lo tanto, los jueces y juezas podrán conocer de casos de violencia


intrafamiliar en diferentes etapas del proceso civil y penal y de manera
excepcional en el trámite de acciones de tutela, cómo se explicará más
adelante. En el caso de la jurisdicción civil los jueces municipales y
promiscuos serán los encargados de recibir y tramitar las solicitudes de
medidas de protección interpuestas por las víctimas cuando no se cuente
con la presencia de una Comisaría de Familia en el municipio de ocurrencia
de los hechos. Así mismo, los jueces de familia o promiscuos de familia
serán los encargados de tramitar la segunda instancia en estos casos. Por
su parte, la jurisdicción penal conocerá de los casos de violencia
intrafamiliar y otros delitos conexos en la audiencia de control de garantías
y durante la etapa de acusación y juzgamiento (Dumez Arias, 2007).
91

4.1.2.1 Medidas de protección para las víctimas de violencia


intrafamiliar

Cuando se presenta un hecho de violencia intrafamiliar las víctimas


pueden solicitar a la Comisaría de Familia o en su ausencia al Juez o Jueza
Municipal o Promiscuo, medidas de protección de carácter provisional o
definitivo que garanticen sus derechos fundamentales a la vida e integridad
personal. Estas medidas de protección también pueden ser otorgadas por la
Fiscalía General de la Nación o el juez penal en el marco del proceso judicial
penal. El artículo 5º de la Ley 294 de 1996, modificado por la ley 575 de
2000 y la ley 1257 de 2008, describe algunas de las medidas de protección
que pueden ser adoptadas por las autoridades competentes en estos casos.

Dentro de estas medidas se encuentran: ordenar al agresor el desalojo de


la vivienda familiar; ordenar al agresor abstenerse de ingresar a los lugares
donde se encuentre la víctima; prohibir al agresor esconder o trasladar a los
niños y miembros del hogar en situación de vulnerabilidad; asistir a
programas de educación y rehabilitación; ordenar al agresor el pago de los
perjuicios generados a la víctima; y si es necesario ordenar protección policial
a la víctima en su lugar de vivienda y trabajo.

La Corte Constitucional Colombiana ha reconocido la importancia de estas


medidas de protección en diferentes pronunciamientos. En la sentencia T-261
de 2013 la Corte manifestó que las medidas de protección establecidas en la
ley constituyen un “marco ilustrativo de los instrumentos que la ley puso a
disposición – de los funcionarios competentes – para salvaguardar los bienes
jurídicos que podrían resultar vulnerados a partir de una conducta
constitutiva de violencia intrafamiliar o reparar el daño que se les ha causado,
una vez consumado el acto nocivo”. En este sentido, “lo que se espera de las
92

autoridades encargadas de adelantar dicha tarea es un proceder dinámico y


diligente, que pondere los intereses de la víctima con los de los demás
integrantes del grupo familiar; considere el impacto que su decisión podría
tener sobre los derechos fundamentales de sujetos vulnerables y la armonice
con lo que pueda resolverse, sobre el mismo asunto, en otros escenarios” (T-
261, 2013).

Específicamente en el caso de miembros del núcleo familiar en condición de


discapacidad, la Corte en la sentencia T-642 de 2013 estableció que las
autoridades competentes de otorgar las medidas de protección “tiene[n] el
deber de analizar las circunstancias particulares del entorno familiar,
prestando suma atención cuando se advierta la presencia de una persona
discapacitada; esto con el objeto de que fije[n] una medida que sea adecuada
contra el agresor, y razonable frente a los derechos y estabilidad de ese
sujeto de especial protección constitucional” (T-642 de 2013).

4.1.2.2 Conciliación en los casos de violencia intrafamiliar

En las últimas décadas la conciliación extrajudicial y judicial se ha


convertido en una importante herramienta para la gestión de conflictos y la
descongestión de los despachos judiciales. Por tal razón se ha implementado
en diferentes materias como son la contencioso administrativa, civil, laboral,
competencia y consumo, y en asuntos de derecho de familia (Ley 640 de
2001). Si bien se reconoce el potencial de esta figura que busca empoderar a
las partes para resolver autónomamente sus conflictos con la orientación de
un tercero neutral, la Corte Constitucional Colombiana en la sentencia C-
1195 de 2001 fue clara en manifestar que cuando se presenten casos de
violencia intrafamiliar no se puede exigir a las víctimas participar en espacios
de conciliación con sus agresores dada la relación de desigualdad que se
93

presenta entre las partes y el impacto que puede tener para la víctima
encontrarse con su agresor (C-1195, 2001).

4.2.2.3 Procedencia de la acción de tutela en los casos de violencia


intrafamiliar

A partir del año de 1996, la legislación nacional no sólo tipificó la violencia


intrafamiliar, sino que estableció un sistema para la atención y trámite de
casos, el cual ha sido reestructurado a través de los años20. Debido a la
existencia de estos mecanismos de defensa judicial tanto en el área civil
como penal, la Corte Constitucional ha manifestado de manera reiterada que
la acción de tutela es improcedente en casos de violencia intrafamiliar, pues
la legislación en esta materia establece medidas de protección para las
víctimas y diversos canales para acceder a ellas. Sin embargo, la Corte
también ha reconocido que en especiales circunstancias la acción de tutela
procede: (1) como un mecanismo transitorio de protección; o (2) cuando las
medidas de protección establecidas por las autoridades competentes carezcan
de idoneidad y efectividad para proteger a las víctimas.

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94

En el primer caso, la Corte Constitucional ha manifestado que es posible


que “con ocasión de la violencia intrafamiliar no sólo se altere la pacífica
convivencia sino que se vulneren o pongan en peligro derechos
fundamentales de sus miembros. En estos casos excepcionales, en los que la
violencia desborda el ámbito de la regulación legal y compromete derechos
fundamentales, como cimiento del sistema político y jurídico constituido,
puede ejercerse la acción de tutela con miras a su protección” (T-133, 2004).
Así, en el sentencia T-133 de 2004, la Corte conoció el caso de un hombre
que afrontada problemas de alcoholismo y drogadicción y que bajo el efecto
de estas sustancias se presentaba en la residencia de su madre y tía, mujeres
de avanzada edad, para obtener dinero, pero que ante la negativa de las
últimas él desplegaba acciones de violencia contra ellas y su vivienda. Una de
las afectadas solicitó la colaboración de la Policía Nacional, la Inspección de
Policía y un Juez de Paz pero ante la persistencia de las agresiones decidió
interponer una acción de tutela.

En este caso, la Corte determinó que las accionantes “…se [encontraban] en


completo estado de indefensión por su condición de mujeres de la tercera
edad”) y que su derecho fundamental a la integridad personal estaba en
riesgo de ser vulnerado.

En segundo lugar, la acción de tutela en casos de violencia intrafamiliar es


procedente cuando las medidas de protección otorgadas a través de los
mecanismos establecidos para ello carecen de idoneidad en el caso concreto o
su otorgamiento e implementación ha tenido una “dilación injustificada”.
Mediante la sentencia T-789 de 2001, la Corte Constitucional se pronunció
sobre el caso de una mujer de avanzada edad, quien convivía con dos de sus
tres hijos y era víctima de violencia intrafamiliar. En este caso dado que las
medidas otorgadas por la Comisaría de Familia no había sido efectivas, la
95

Corte consideró que “frente a tal situación de violencia intrafamiliar en la cual


ya se ha hecho uso de los mecanismos ordinarios para la protección de los
derechos de la accionante sin lograr solución definitiva, el mecanismo idóneo
de protección es la tutela” (T-789, 2001).

La violencia intrafamiliar es un delito de carácter


Sabia subsidiario, es decir que cuando el hecho de violencia
perpetrado en contra de la víctima constituya un delito
Usted sancionado con pena mayor – por ejemplo delitos
contra la libertad, integridad y libertad sexuales y/o
que… delitos contra la vida y la integridad personal – los
agresores serán sancionados con las penas
establecidas para estos delitos.

(Corte Constitucional. Sentencias C-285 de 1997 y C-


674 de 2005)

Ap Ap
Actividad pedagógica
Por favor lea con atención la siguiente noticia publicada en
la revista Kienyke el pasado 26 de abril de 201421.

“De nada valió que Orlando Enrique Mosquera Escobar, de 40


años, fuera perdonado por su pareja sentimental LuzKelly
Mosquera Valencia, de 22 años, luego que el hombre en estado
alicorado le dispara (sic) a su pareja en un seno en marzo
pasado en medio de una acalorada discusión. Pese a las
promesas de cambio y de no volver a perder los estribos,
Orlando mató a LuzKelly un mes después en Manatí, Atlántico.”
(…) “LuzKelly y Orlando, quienes además eran primos
hermanos, tenían una relación tormentosa desde hace seis
años. “Él siempre la pretendió desde que era una niña e incluso
la buscaba en el colegio”, dijo a KienyKe.com una familiar que
prefirió no revelar su identidad. Aunque en un principio algunos
96

familiares se opusieron
a la relación por el parentesco y la significativa diferencia
edad, aceptaron esta unión después que LuzKelly quedara
embarazada”. (…)

El pasado sábado santo, Orlando se encontraba departiendo con


unos amigos en un estadero de nombre Maregua, en el
barrio Arriba. Después el hombre le dijo a un amigo que fuera
en busca de LuzKelly para invitarla a que fuera al
establecimiento. Carmen Mosquera, tía de la pareja, recordó:
“El muchacho, en moto, le dijo: Hey Luzkelly, el Pancho
(Orlando) que vayas allá al estadero, que te está esperando
(…)”, reveló El Heraldo de Barranquilla.

En ese lugar se presentó una de las frecuentes peleas de la


pareja. La joven se dirigió hasta el negocio y luego, según el
relato de Carmen, empezó a discutir con Orlando al notar que
este tenía un fuerte tufo de licor. De un momento a otro el
hombre desenfundó su revólver y le disparó un tiro en la
cabeza, a la altura de cien izquierda, a su mujer. No le bastó
con que la mujer estuviera herida de muerte en el suelo y la
remató con dos tiros en el abdomen. Luz Kelly murió
instantáneamente.

Responda las siguientes preguntas:

 JKQué tipos de violencia intrafamiliar identifica en el caso


de LuzKelly? ¿En qué hechos concretos se evidencia esos
tipos de violencia?
2.-¿Qué medidas de protección hubieran podido ser otorgadas
en el caso de LuzKelly? ¿Quiénes hubieran podido solicitar
estas medidas? ¿Quiénes hubieran podido otorgarlas?
3.-¿En su opinión procedería en este caso la acción de tutela?
¿Por qué?

2
97

4.2 VIOLENCIA SEXUAL

4.2.1 ¿En qué consiste la violencia sexual y cuál es su dimensión?

La violencia sexual comprende una diversidad de actos que atentan contra


la dignidad, libertad e integridad física y psicológica de la víctima dentro de
los cuales se encuentran los siguientes: relaciones sexuales bajo coacción de
cualquier tipo incluyendo el uso de la fuerza física y las amenazas, las cuales
pueden ocurrir dentro y fuera de una relación sentimental, vínculo familiar o
pueden ser cometidas por extraños; las tentativas de obtener sexo bajo
coacción; las violaciones sistemáticas en el marco de los conflictos armados;
la agresión mediante el uso de órganos sexuales; el acoso sexual (incluyendo
la petición de favores sexuales, la humillación sexual, la desnudez forzada);
el matrimonio o cohabitación forzados; la prostitución forzada; la trata de
personas; el aborto y embarazo forzados; la denegación del derecho a hacer
uso de métodos anticonceptivos o adoptar medidas de protección contra
enfermedades; y los actos de violencia que afecten a la integridad sexual
tales como la mutilación genital femenina y las inspecciones para comprobar
la virginidad (Organización Mundial de la Salud, 2002, p. 21) (Corporación
Humanas, 2009).

De igual manera, la violencia sexual ha sido contemplada en el ordenamiento


interno como una de las formas de violencia contra la mujer mediante la cual se
obliga “a una persona a mantener contacto sexualizado, físico o verbal, o a
participar en otras interacciones sexuales mediante el uso de fuerza,
intimidación, coerción, chantaje, soborno, manipulación, amenaza o cualquier
otro mecanismo que anule o limite la voluntad personal” (Literal C, artículo
3º, ley 1257 de 2008).

La violencia sexual en Colombia es una de las formas de agresión y


98

discriminación más comunes en contra de las mujeres. Así fue reconocido por
la jurisprudencia constitucional mediante la sentencia T-843 de 2011, en la
cual se afirmó que cuando la violencia sexual se comete contra mujeres y
niñas en razón de su género es una vulneración de su derecho a la igualdad.

A pesar de que se cuenta con algunos datos estadísticos acerca de la


recurrencia de estos hechos, es importante reconocer que debido al impacto
que este tipo de agresiones tiene en las víctimas y la discriminación y rechazo
que estás sufren existe una alta probabilidad de sub-registro. “Entre las
razones por las que las mujeres no denuncian este tipo de violencia, se hallan
el temor a la estigmatización, el desconocimiento de los derechos y
procedimiento judiciales, la naturalización de la violencia contra las mujeres,
el temor a la revictimización, la desconfianza en el sistema de justicia y el
riesgo que la denuncia puede generar en la víctima y su familia” (Instituto
Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, 2014, p. 44).

De acuerdo con el Instituto Nacional de Medicina legal y Ciencias Forenses,


en el año 2013 se practicaron 20.739 exámenes médico legales por presunto
delito sexual, de los cuales el 84.44% correspondieron a víctimas mujeres.
“De los 17.894 casos en donde se registró información sobre el presunto
agresor, el 77,50% (13.868 casos) de los agresores fueron aquellos que se
encontraron en el entorno social de la víctima siendo estos los familiares,
conocidos y amigos” (2014).

En el mismo sentido, en la Encuesta Nacional de Demografía y Salud del


año 2010, el 16% de las mujeres encuestadas manifestaron que el agresor
fue un desconocido, el 18% fue el exmarido, 12% un amigo, 10% un pariente
de la mujer, 6% el novio, 5% el padrastro, 3% el padre de la víctima, 2% el
hermano, otro 2% el jefe y 1% un pariente del esposo.
99

Estos hallazgos confirman que los actos de violencia sexual “se levantan
como expresiones derivadas directamente de la discriminación social e
histórica que han sufrido y sufren las mujeres. (…) Sucede como culminación
de una situación caracterizada por la violación reiterada y sistemática de los
derechos humanos” (Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 2011).

El 5.7% de las mujeres encuestadas - en la Encuesta


Sabia Nacional de Demografía y Salud del año 2010 -
reportaron haber sido violadas o forzadas a tener
Usted relaciones sexuales contra su voluntad por una
persona distinta a su esposo o compañero y el 9.7%
que… de las mujeres casadas o alguna vez unidas
manifestaron haber sido violadas por su esposo o
compañero (Profamilia, 2010).

4.2.2. Los derechos de las víctimas de violencia sexual en el marco de


un proceso judicial y los deberes de las autoridades judiciales que
conocen de estos casos.

Las autoridades judiciales juegan un papel determinante en la prevención,


sanción y no repetición de casos de violencia sexual. De la perspectiva desde
la que se aborden los casos y del tratamiento que se les dé a las víctimas
dependerá el avance de las investigaciones, la identificación y sanción de los
responsables. En otras palabras, el cumplimiento del deber del Estado de
actuar con debida diligencia en el caso de una violación de derechos
humanos, como es la comisión de hechos de violencia sexual, depende de la
manera como las autoridades judiciales aborden estos casos.

En este sentido, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha


100

manifestado que es “un principio de derechos humanos básico y aplicable a


las investigaciones de actos de violencia contra las mujeres: el hecho de que
las investigaciones deben ser llevadas a cabo por autoridades competentes e
imparciales. Cuando éstas no son llevadas a cabo por autoridades apropiadas
y sensibilizadas en materia de género, o estas autoridades no colaboran entre
sí, se registran retrasos y vacíos claves en estas investigaciones, los cuales
afectan negativamente el futuro del caso” (2007, p. 66)

En las últimas décadas, se han establecido estándares para la


judicialización de casos de violencia sexual tanto a nivel internacional y
nacional que buscan reconocer los derechos de las víctimas de este tipo de
violencia en el marco de un proceso judicial y dar pautas a las autoridades
judiciales para que cumplan con el deber de debida diligencia en el abordaje
de estos casos. En esta sección se presentarán de manera general los
estándares que en nuestra opinión requieren de mayor atención por parte de
los jueces, juezas y profesionales de la rama judicial al momento de tramitar
estos casos.

4.2.2.1. Derechos relacionados con el tratamiento de las víctimas


durante el proceso judicial.

A partir de un análisis de la situación de las mujeres víctimas de violencia


sexual en las Américas, especialmente en los ámbitos de la salud y la
educación, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha reconocido
la importancia de que las autoridades judiciales generen espacios de
confianza y seguridad para promover que las víctimas denuncien los hechos
de violencia que se han perpetrado contra ellas. Así mismo, que se dé
credibilidad a su testimonio y este sea valorado teniendo en cuenta el
impacto que los hechos sufridos tienen en el comportamiento y estado
emocional de la víctima (2007).
101

Las víctimas de violencia sexual o sus familiares tienen derecho a


participar activamente en la investigación y tener acceso a la misma. En este
sentido, las autoridades judiciales deben establecer mecanismos idóneos para
que las víctimas tengan “amplias posibilidades de ser oídas y actuar en los
respectivos procesos, tanto en procura del esclarecimiento de los hechos y la
sanción de los responsables, como en busca de una debida reparación”.
(Corte

Interamericana de Derechos Humanos, 2010a). De igual forma, las


actuaciones de las autoridades judiciales deben evitar la “revictimización o
reexperimentación de la experiencia traumática”, por ejemplo no solicitando a
la víctima que presente múltiples declaraciones durante el proceso judicial
(Corte Interamericana de Derechos Humanos, 2010a).

De manera más específica, en los casos de Inés Fernández Ortega y


Valentina Rosendo Cantú contra México, la Corte Interamericana estableció
que el trámite de casos de violencia sexual por parte de las autoridades
judiciales debe tener en cuenta los siguientes aspectos:

“i) Que la declaración de la víctima se realice en un ambiente


cómodo y seguro, que le brinde privacidad y confianza; ii) la
declaración de la víctima se registre de forma tal que se evite o
limite la necesidad de su repetición; iii) se brinde atención médica,
sanitaria y psicológica a la víctima, tanto de emergencia como de
forma continuada si así se requiere, mediante un protocolo de
atención cuyo objetivo sea reducir las consecuencias de la
violación; iv) se realice inmediatamente un examen médico y
102

psicológico completo y detallado por personal idóneo y capacitado,


en lo posible del sexo que la víctima indique, ofreciéndole que sea
acompañada por alguien de su confianza si así lo desea; v) se
documenten y coordinen los actos investigativos y se maneje
diligentemente la prueba; tomando muestras suficientes,
realizando estudios para determinar la posible autoría del hecho,
asegurando otras pruebas como la ropa de la víctima,
investigando de forma inmediata el lugar de los hechos y
garantizando la correcta cadena de custodia; y finalmente vi) se
brinde acceso a asistencia jurídica gratuita a la víctima durante
todas las etapas del proceso” (2010b).

Así mismo, las víctimas de violencia sexual tienen derecho a tomar decisiones
libres, voluntarias e informadas en el marco del proceso judicial. Este derecho
implica que las víctimas comprendan las etapas del proceso judicial y las
consecuencias de las decisiones que se toman en cada una de ellas. Por
ejemplo, en el caso de la aplicación del principio de oportunidad22, la garantía
de este derecho implica que el juez o la jueza le expliquen a la víctima las
consecuencias que la aplicación de este principio tiene en el proceso judicial,
así como en sus derechos y la verificación de que no exista coacción por parte
del agresor o terceras personas, entre otros aspectos (Corporación Humanas,
2009).

22
103

El ordenamiento interno colombiano además de incluir los derechos


establecidos en los tratados y convenios internacionales a través del bloque
de constitucionalidad23, estableció un conjunto de derechos para las mujeres
víctimas de violencias en la Ley 1257 de 2008 dentro de los cuales reiteramos
el derecho a recibir orientación y asesoría legal, así como a dar su
consentimiento informado para la práctica de exámenes médico-legales, y
escoger el sexo del profesional encargado practicarlos. Adicionalmente, las
víctimas de violencia tienen derecho a decidir voluntariamente si desean o no
encontrarse con el agresor durante el desarrollo del proceso judicial (artículo
8º).

Recientemente fue expedida la ley 1719 de 2014, mediante la cual se


toman medidas para garantizar el acceso a la justicia a las víctimas de
violencia sexual dentro y fuera del marco del conflicto armado. En esta norma
es importante destacar que el legislador reiteró la importancia de que los
casos de violencia sexual sean atendidos desde un enfoque de género por
parte de los funcionarios y funcionarias judiciales (artículo 13 No. 4). Así
mismo, que la víctima tenga acceso a toda la documentación del proceso
judicial que sea de su interés (artículo 13 No. 2) y que sea “atendida en
lugares accesibles, que garanticen la privacidad, salubridad, seguridad y
comodidad” (artículo 13 No. 6). Esta normatividad reiteró además el derecho
a contar con asesoría legal durante todas las etapas del proceso judicial
(artículo 13 No. 9).

26
104

La ley 1719 de 2014 brinda algunos elementos para el abordaje de casos


con un enfoque de género y derechos humanos, dentro de los cuales se
encuentra la garantía de igualdad de oportunidades para rendir declaración
(artículo 13 No. 9), y la importancia de sean tenidas en consideración la
situación de vulnerabilidad de la víctima, su edad, su pertenencia a un grupo
étnico, organización social o política, entre otros factores (artículo 13 No. 11).
Adicionalmente, el artículo 17 estableció la obligación de las autoridades
judiciales de tramitar estos casos en un plazo razonable e instó a jueces y
juezas a hacer uso de sus facultades oficiosas para impulsar el proceso, carga
que no se le puede imputar a la víctima. En caso de que la víctima se retracte
las autoridades deberán cerciorarse de que no esté siendo coaccionada por el
agresor o por terceros.

Recomendamos tener cuenta lo establecido por la


Para Corte Constitucional en la sentencia T-843 de 2011
(MP. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub) en la cual además
Repasar… de brindar un análisis jurídico sobre los derechos de
las víctimas de violencia sexual en general, la Corte
presenta una compilación de la jurisprudencia
constitucional relacionada con el tema hasta esa fecha.

4.2.2.2 Derechos relacionados con la valoración de las pruebas

Debido a las diversas circunstancias en que se presentan los hechos de


violencia sexual y el impacto que estos tienen en las víctimas, es importante
que durante el proceso de recolección y valoración de las pruebas, las
autoridades judiciales consideren otro tipo de elementos probatorios más allá
de la prueba física y testimonial. En este sentido, la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos ha recomendado a los Estados que se tengan en
cuenta las Reglas de Procedimiento y Prueba de la Corte Penal Internacional
los cuales facilitan herramientas para la investigación de casos de violencia
105

contra las mujeres en general y de violencia sexual en particular (Comisión


Interamericana de Derechos Humanos, 2007).

Dentro de las Reglas de Procedimiento y Prueba de la Corte Penal


Internacional es importante resaltar las reglas 63, 70 y 71, respecto a la
corroboración del testimonio de la víctima, la determinación de su
consentimiento y la prohibición de valorar su comportamiento sexual. En este
sentido, se ha establecido que no se requiere corroborar el testimonio de la
víctima, al igual que no sucede con otros delitos. Con relación a la
determinación del consentimiento de las víctimas, el Estatuto de Roma
estableció que “a) el consentimiento no podrá inferirse de ninguna palabra o
conducta de la víctima cuando la fuerza, la amenaza de la fuerza, la coacción
o el aprovechamiento de un entorno coercitivo hayan disminuido su
capacidad para dar un consentimiento voluntario y libre, b) el consentimiento
no podrá inferirse de ninguna palabra o conducta de la víctima cuando ésta
sea incapaz de dar un consentimiento libre, c) el consentimiento no podrá
inferirse del silencio o de la falta de resistencia de la víctima a la supuesta
violencia sexual”. Finalmente en lo referente al comportamiento sexual de la
víctima, la misma normatividad internacional ha establecido que este no debe
ser tenido en cuenta por las autoridades judiciales para determinar la
credibilidad del testimonio de la víctima, ni podrá ser aceptado como prueba
en el marco del proceso penal.

Por su parte la ley 1719 de 2014, reiteró que las víctimas de violencia sexual
tienen derecho a “no ser discriminadas en razón de su pasado ni de su
comportamiento u orientación sexual” (artículo 13 No. 3)24; así como a
oponerse a la práctica de pruebas repetitivas y/o que impliquen una
intromisión innecesaria o desproporcionada de su intimidad (artículo 13 No.
5). El artículo 18 esta norma incluyó las reglas de procedimiento y prueba del
106

Estatuto de Roma relacionadas con la exclusión del comportamiento sexual


de la víctima. Finalmente estableció unas recomendaciones para la
conducción de la investigación y apreciación de las pruebas en casos de
violencia sexual (artículo 19).

2 7

4.2.23 Derechos relacionados con la protección de las víctimas

Las víctimas de violencia sexual y sus familiares tienen derecho a que las
autoridades judiciales establezcan medidas de protección para proteger su
vida e integridad personal, especialmente en los casos en que no se dicte
medida de aseguramiento en contra del agresor. Este derecho también
implica que las autoridades tomen medidas para proteger su identidad en el
marco de todas las actuaciones judiciales, lo que puede implicar la aplicación
de excepciones al principio de publicidad de los procesos judiciales
(Corporación Humanas, 2009).

Al respecto la Comisión Interamericana ha manifestado que se deben


establecer medidas “para garantizar la privacidad de las denunciantes y la
confidencialidad de los hechos alegados. Las víctimas deben poder optar por
la reserva de su identidad de así preferirlo. Asimismo y en conformidad con el
Protocolo de Estambul, los Estados deben garantizar que la obligación de
confidencialidad o de reserva sea cumplida no sólo por los funcionarios
judiciales, sino también por los médicos encargados de los exámenes
correspondientes” (2011).

En el ordenamiento interno, tanto la ley 1257 de 2008 como la ley 1719 de


107

2014, han reiterado la importancia de la reserva de la identidad y del lugar


de residencia de la víctima y de sus familiares como una medida de
protección. Así mismo, se ha reconocido su derecho a solicitar las medidas de
protección establecidas en la ley 294 de 1996 y el Código de Procedimiento
Penal (Ley 906 de 2004). Sin embargo, es importante resaltar que estas
normas también establecieron medidas de protección particulares para las
víctimas de violencia sexual, dentro de las que se encuentran: “remitir a la
víctima y a sus hijas e hijos a un sitio donde encuentren la guarda de su vida,
dignidad, e integridad y la de su grupo familiar” (Ley 1257 de 2008, artículo
18, literal A); “ordenar el traslado de la institución carcelaria o penitenciaria
para las mujeres privadas de la libertad” (Ley 1257 de 2008, artículo 18,
literal C); “no ser confrontadas con el agresor” (Ley 1719 de 2014, artículo
13 No. 5); y “ser protegidas contra toda forma de coerción, violencia o
intimidación, directa o sobre sus familias o personas bajo su custodia” (Ley
1719 de 2014, artículo 13 No. 7).

Finalmente, es importante mencionar que la Corte Constitucional en la


sentencia T-496 de 2008 se pronunció sobre la importancia de que los
programas de protección a víctimas y testigos tanto del Ministerio de Defensa
como de la Fiscalía General de la Nación establezcan medidas de protección
desde un enfoque de género que reconozca el impacto desproporcionado de
la violencia en la vida de las mujeres, especialmente en casos de violaciones
a los derechos humanos cometidas en el marco del conflicto armado.
108

4.2.2.4. Derecho de las víctimas de violencia sexual a una reparación


integral con vocación transformadora

Las autoridades judiciales tienen el deber otorgar medidas de reparación


para las víctimas de violencia sexual. Estas medidas deben tener un enfoque
de género y una “vocación transformadora”. El concepto de vocación
transformadora fue introducido por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos en el Caso González y otras Vs México y consiste en que se
reconozca que los hechos de violencia sexual son una manifestación de la
violencia estructural y discriminación que sufren las mujeres en la sociedad y
que se tenga en cuenta la opinión de la víctima y su entorno cultural al
momento de establecer estas medidas (Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, 2011).

En este sentido, la ley 1719 de 2014 reitero el derecho de las víctimas a


recibir medidas de reparación y algunos de los criterios que se deben tener
en cuenta al momento de su determinación (artículo 25). Igualmente
estableció que en todos los procedimientos para determinar las medidas de
reparación se debe garantizar la participación de las víctimas y sus
representantes legales (artículo 26).

En el año 2011 la Corporación Sisma Mujer realizó un


Sabía estudio de la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia –
Sala Casación Penal entre los años 2000 y 2010. En este
Usted documento se hace referencia a los derechos de las víctimas
de violencia que la Corte Suprema de Justicia ha identificado
que… y desarrollado en el trámite de estos casos. Así mismo se
presentan algunos elementos claves a tener en cuenta por
jueces y juezas al momento de establecer los tipos penales
aplicables al caso concreto.
109

Para consultar este documento diríjase al siguiente link:

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Ap Ap
Actividad pedagógica

Por favor vea con atención el video “Hablan las


supervivientes. La violencia sexual en
Colombia” de Amnistía Internacional.

Responda las siguientes preguntas de acuerdo a los


testimonios escuchados:

1.-¿Cuál cree usted que es la percepción de las mujeres con


respecto a la administración de justicia?

2.-¿Qué fallas identifica usted en los servicios que se


prestaron a Dora tanto en la Comisaría como en el Hospital?

3.-¿Qué medidas de protección hubieran podido ser


decretadas en el caso de Dora para avanzar en la
investigación?

4.-¿Cuál es su opinión sobre la actuación de los


funcionarios que se mencionan en estos testimonios?

5.-¿Qué medidas de protección se hubieran podido decretar


en el caso de Lisbeth?

6.-¿Qué delitos de violencia sexual identifica usted


en estos testimonios?
110

4.3 VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN EL MARCO DEL


CONFLICTO ARMADO

4.3.1 El impacto desproporcionado del conflicto armado en la vida de


las mujeres

En el marco del conflicto armado colombiano se han cometido múltiples


violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario
en contra de las mujeres. En este contexto, la violencia y discriminación
estructural por razón del género se exacerban y se manifiestan en hechos
tan graves como el homicidio, la desaparición forzada, la tortura, la violencia
física, la violencia sexual, el reclutamiento forzado y el desplazamiento
forzado, entre otros.

“(…) Tanto los hombres como las mujeres colombianas que hacen
parte de la población civil, ven sus derechos menoscabados dentro
del conflicto armado colombiano y sufren sus peores
consecuencias. Sin embargo, a pesar que los dos sufren
violaciones de sus derechos humanos y cargan con las
consecuencias del conflicto, los efectos son diferentes para cada
uno. La fuente de esta diferencia es que las mujeres colombianas
han sufrido situaciones de discriminación y violencia por el hecho
de ser mujeres desde su nacimiento y el conflicto armado se suma
a esta historia ya vivida. Para las mujeres, el conflicto armado
es un elemento que agrava y perpetúa esta historia. La
violencia y discriminación contra las mujeres no surge sólo
del conflicto armado; es un elemento fijo en la vida de las
mujeres durante tiempos de paz que empeora y degenera
durante el enfrentamiento interno” (Negrilla fuera del texto)
(Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 2006).
111

De igual forma, la Corte Constitucional Colombiana ha reconocido que el


conflicto armado tiene un impacto desproporcionado en la vida de las mujeres
y que en este contexto la violencia contra ellas y en especial la violencia
sexual son usadas como armas de guerra. En el Auto 092 de 2008, la Corte
identificó diez factores de vulnerabilidad a los que están expuestas las
mujeres en un contexto de conflicto armado en razón de su género, dentro de
los cuales se encuentran “(i) el riesgo de violencia sexual; (ii) el riesgo de
explotación o esclavización para ejercer labores domésticas por parte de los
actores armados ilegales; (iii) el riesgo de reclutamiento forzado de sus hijos
e hijas; (iv) los riesgos derivados del contacto o de las relaciones familiares o
personales con los integrantes de los grupos armados ilegales o con
miembros de la fuerza pública; (v) los riesgos derivados de su pertenencia a
organizaciones sociales, comunitarias o políticas de mujeres, o de sus labores
de liderazgo y promoción de los derechos humanos en zonas afectadas por el
conflicto armado; (vi) el riesgo de persecución y asesinato por las estrategias
de control coercitivo del comportamiento público y privado de las personas
que implementan los grupos armados ilegales; (vii) el riesgo por el asesinato
o desaparición de su proveedor económico o por la desintegración de sus
grupos familiares y de sus redes de apoyo material y social; (viii) el riesgo de
ser despojadas de sus tierras y su patrimonio; (ix) los riesgos derivados de la
condición de discriminación y vulnerabilidad acentuada de las mujeres
indígenas, afrodescendientes y en situación de discapacidad; y (x) el riesgo
por la pérdida o ausencia de su compañero o proveedor económico durante el
proceso de desplazamiento” (Auto 092, 2008).

De acuerdo con el Registro Único de Víctimas de la Unidad para la Atención y


Reparación Integral a las Víctimas, “entre 2008 y 2012 fueron registrados
704 casos de delitos contra la libertad sexual de mujeres” (Guzmán
112

Rodríguez & Prieto Dávila, 2013). Sin embargo es importante tener en cuenta
que esta cifra no describe la realidad de la ocurrencia de la violencia sexual
en el marco del conflicto armado, dado que cómo lo hemos mencionado
anteriormente existe un alto sub-registro que se presenta en este tipo de
casos. Por otro lado, según información de la Unidad para la Atención y la
Reparación Integral a las Víctimas recolectada por la organización DeJusticia,
“entre los años 2008 y 2012 se registraron un total de 2.139 casos de
reclutamiento forzado, de los cuales (…) 648 corresponden a mujeres”
(Guzmán Rodríguez & Prieto Dávila, 2013). Así mismo, el Registro Único de
Víctimas del Conflicto Armado ha documentado que el 51.6% de las víctimas
de desplazamiento forzado entre los años 2005 y 2012 fueron mujeres; 3.016
mujeres fueron víctimas de desaparición forzada entre los años 2006 y 2012;
y 13.086 mujeres fueron asesinadas con ocasión del conflicto armado entre
los años 2008 y 2012 (Guzmán Rodríguez & Prieto Dávila, 2013).

4.3.2. Aspectos a considerar por parte de las autoridades judiciales al


tramitar casos de violencia contra las mujeres en el marco del
conflicto armado

Dado el impacto desproporcionado que tiene el conflicto armado en la vida


de las mujeres, es de suma importancia que las autoridades judiciales tengan
presente las especiales circunstancias y el contexto en el cual se dan estas
violaciones a los derechos humanos. En esta sección presentaremos tres
temas de gran relevancia para el abordaje de estos casos como son: (1) los
avances legislativos y jurisprudenciales encaminados a garantizar los
derechos de las mujeres y niñas víctimas de violencias en el marco del
conflicto armado y (2) algunas consideraciones respecto a la reparación de
las mujeres víctimas de violencias en el conflicto armado.
113

4.3.2.1 Avances legislativos y jurisprudenciales

En los últimos siete años se han dado importantes avances legislativos


encaminados a brindar una protección reforzada a las víctimas del conflicto
armado y en especial a las mujeres, dadas las condiciones de vulnerabilidad a
las que se ven enfrentadas en este contexto. Como se mencionó
anteriormente, la ley 1257 de 2008 reconoció el derecho de las mujeres a
una vida libre de violencias y estableció unas medidas de prevención,
protección y sanción para los agresores con mecanismos para garantizar
estos derechos. Es importante tener en cuenta que los principios y derechos
reconocidos en esta legislación son aplicables en casos de violencia ocurridos
dentro y fuera del marco del conflicto armado.

Posteriormente, el 10 de junio de 2011 se expidió la ley 1448, mediante la


cual “se dictan medidas de atención, asistencia y reparación integral a las
víctimas del conflicto armado interno”. Para el tema que nos ocupa cabe
resaltar que esta norma estableció el principio de enfoque diferencial, el cual
debe ser adoptado en todas las actuaciones encaminadas a garantizar los
derechos de las víctimas dentro de las que por supuesto se encuentran las
actuaciones de las autoridades judiciales (artículos 13 y 31). Así mismo,
dentro de los derechos de las víctimas se incluyó el derecho de las mujeres a
una vida libre de violencias (artículo 28 No. 12); a no ser confrontadas con el
agresor (artículo 35 No. 4); y a ser representadas judicialmente por la
Defensoría del Pueblo (parágrafo 2º, artículo 43). En el caso de los procesos
judiciales de restitución de tierras, se estableció que las mujeres deben
recibir atención preferencial (artículos 114 y 115) y que los jueces y juezas
de restitución deberán ordenar que los predios restituidos sean titulados y
registrados a nombre de ambos miembros de la sociedad conyugal cuando
sea el caso (artículo 118).
114

Más recientemente, el Congreso de la República expidió la ley 1719 de


2014 mediante la cual “se adoptan medidas para garantizar el acceso a la
justicia de las víctimas de violencia sexual, en especial la violencia sexual con
ocasión del conflicto armado”. Esta norma adicionó y modificó algunos de los
delitos contra personas y bienes protegidos por el derecho internacional
humanitario del Código Penal (ley 599 de 2000, título II). Fueron incluidos los
delitos de acceso carnal abusivo en persona protegida menor de 14 años;
acto sexual abusivo en persona protegida menor de 14 años; esclavitud
sexual en persona protegida; trata de personas en persona protegida con
fines de explotación sexual; esterilización forzada en persona protegida;
embarazo forzado en persona protegida; desnudez forzada y aborto forzado
en persona protegida. Así mismo, se aumentó la sanción establecida para el
delito de prostitución forzada en persona protegida.

Adicionalmente, esta norma estableció unos criterios que deberán ser


tenidos en cuenta por las autoridades judiciales para abordar casos de
violencia sexual en el marco del conflicto armado como son: “el contexto y
las circunstancias en que ocurrieron los hechos; los patrones de comisión de
la conducta punible; el carácter generalizado o sistemático del ataque en
virtud del cual se desarrolle la conducta; el conocimiento del ataque
generalizado o sistemático; la pertenencia del sujeto activo a un aparato
organizado de poder que actúe de manera criminal y la realización de la
conducta en desarrollo de una política del grupo organizado” (artículo 14).
Uno de los aportes más importantes de esta legislación es el reconocimiento
de la violencia sexual como “crimen de lesa humanidad” cuando esta se
presente “como parte de un ataque generalizado o sistemático contra la
población civil y con conocimiento de dicho ataque” (artículo 15). Finalmente,
se estableció un conjunto de criterios a tener en cuenta por las autoridades
judiciales para el otorgamiento de medidas de protección a las víctimas de
115

violencia sexual en el marco del conflicto armado (artículo 22).

Con respecto a la jurisprudencia de la Corte Constitucional relacionada


con el tema de violencia contra las mujeres en el marco del conflicto
armado, es importante resaltar que muchos de los principios y derechos
desarrollados a través de diferentes sentencias han sido incluidos en la
legislación mencionada anteriormente, por lo tanto y dado que hemos
hecho referencia a estas decisiones en otras secciones de la presente
unidad a continuación presentaremos un listado de la jurisprudencia
constitucional que consideramos más relevante para jueces y juezas al
momento de abordar este tipo de casos:

Sentencia Fecha Magistrado Ponente Tema

* Protección de las mujeres en


T-496 de Mayo 16 de su calidad de víctimas y
Jaime Córdoba Triviño
2008 2008 testigos de un crimen en el
marco del conflicto armado.
* Impacto desproporcionado del
Auto 092 conflicto armado y el
de Abril 14 de
Manuel José Cepeda desplazamiento forzado en la
2008 2008
vida de las mujeres.
* Protección reforzada de los
menores en condición de
Diciembre discapacidad y víctimas
T-973 de 15 Gabriel Mendoza del desplazamiento forzado.
2011 de 2011 Martelo * Derechos de las víctimas de
delitos
sexuales.

Marzo 21 * Derechos de las mujeres


de Gabriel Mendoza defensoras de los derechos
T-234 de
humanos en el contexto de
2012 2012 Martelo
conflicto armado.
C-438 de 10 de julio * Análisis de constitucionalidad
116

2013 del 2013 Alberto Rojas de la Ley 1448 de 2011 (Ley de


Víctimas)

4.3.2.2. Reparación de las mujeres víctimas de violencias en el marco


del conflicto armado

Los jueces y juezas que conozcan de casos de violencia en el marco


del conflicto armado en un proceso penal a través de la jurisdicción
civil, penal o administrativa deberán tener en cuenta los estándares
establecidos por la normatividad y jurisprudencia de carácter
internacional y nacional al momento de determinar la reparación, la
cual debe comprender medidas de restitución, indemnización,
rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición. Adicionalmente,
cuando las víctimas de estos hechos de violencia sean mujeres, se debe
adoptar un enfoque de género que reconozca las particularidades de las
víctimas y su situación de vulnerabilidad.

En este sentido, adoptar medidas de reparación desde un enfoque de


género implica:

“i) hacer visible la violencia de género; ii) reconocer que aunque la violencia
que sufre la mujer no
sea de género, tiene un impacto diferencial; iii) que tanto en uno como en
otro caso, los daños ocasionados deben ser reparados atendiendo las
particularidades e impacto de los mismos en la vida de las mujeres” (Barraza
Morelle & Guzmán Rodríguez, 2008) Así mismo, es importante tener en
cuenta que las medidas de reparación no sólo deben ser determinadas con
base en los delitos cometidos sino principalmente en el daño que estos
117

hechos generaron en la víctima, de tal forma que las medidas de reparación


dependerán de cada caso y deberán responder a las necesidades particulares
de la víctima, por lo que su participación resulta clave en el proceso.

Por otra parte es importante que las autoridades judiciales tengan en cuenta
los siguientes criterios al momento de otorgar las medidas de reparación:
“reparar a las mujeres en forma adecuada, efectiva y rápida y de manera
proporcional a la gravedad del crimen y a la entidad del daño sufrido, con la
finalidad de promover la justicia; remediar las violaciones a los derechos
humanos y las violaciones graves al derecho internacional humanitario de que
fueron víctimas por razones de género; identificar las tensiones que se
pueden presentar entre las diferentes medidas de reparaciones en el contexto
específico en el que se deben aplicar, de forma que se puedan reparar todos
los daños y perjuicios sufridos por las mujeres víctimas, considerar los
intereses de las víctimas y las acciones que estas consideren reparadoras
tomando en cuenta género y otras intersecciones”. (Barraza Morelle &
Guzmán Rodríguez, 2008)

Además de las medidas de reparación establecidas en


la ley 1448 de 2011, el legislador estableció unas
consideraciones especiales a tener en cuenta para la
reparación de las mujeres víctimas de violencia sexual
en el conflicto armado en el marco de la ley 1719 de
¿Sabía 2014 dentro de las encuentran la necesidad de
Usted que? individualizar los daños y perjuicios causados por los
hechos de violencia sexual y promover la participación
de las víctimas en la definición de las medidas.
Adicionalmente estableció unas reglas especiales para
el trámite del incidente de reparación integral y la
liquidación de perjuicios contemplados en el
procedimiento penal ordinario (Ley 906 de 2004).
(Congreso de la República de Colombia, 2014)
118

Ap Ap
Actividad pedagógica
Por favor lea con atención el siguiente caso incluido en el XI
Informe de la Mesa Mujer y Conflicto Armado.

“En la Comuna 3 de Medellín en abril de 2011, una joven


estudiante, habitante de un barrio de los más afectados por
el conflicto armado de la ciudad, había decidido no
relacionarse con un joven del barrio que se veía cercano a
los actores armados. El joven la seguía insistentemente
cuando iba hacia el colegio, hasta que un día desistió. Ella
creyó que se había cansado y que todo era un suceso
pasajero pero, pasados unos días ella recibió una llamada en
la que le dijeron que se presentara en un sitio del barrio que
tiene salida a un lugar enmontado (lleno de maleza), con la
salvedad de que no le pasaría nada y en cambio si no asistía
a la cita asesinarían a su madre. Ella asustada y presionada
decidió ir antes de la hora impuesta para tratar de saber
quién era y desde ese momento no volvió a aparecer, hasta
el día en que la hallaron colgada de un árbol, violada, con
letras marcadas con arma cortante en su cuerpo: Z y S.
Según otras mujeres jóvenes del barrio, esas son las letras
con las que los de ese combo tratan a las mujeres, Z = zorra
y S = sapa. De ello no se tiene más información pues su
madre decidió irse del barrio y no se sabe más de ella ni del
joven que la presionaba.” (Mesa de Trabajo Mujer y Conflicto
Armado, 2012)

A continuación responda las siguientes


preguntas
1.-¿Qué de delitos identifica en este
caso?

2.-¿Cómo se podría adelantar la investigación de este caso


desde una perspectiva de género?

3.-¿Qué medidas de protección se podrían otorgar a la madre de


la víctima?
119

4.-¿Qué medidas de reparación con enfoque diferencial se


podrían establecer en este caso?

4.4 ATAQUES CON ÁCIDO

Cómo hemos visto a lo largo del módulo Género y Derecho y especialmente


en esta unidad sobre violencias de género, las violaciones a los derechos
humanos de las que son víctimas las mujeres son la manifestación de la
discriminación y de los estereotipos sociales y culturales acerca del papel de
la mujer en la sociedad. Dadas estas condiciones, existen muchos actos que
buscan atentar contra la vida, integridad y libertad de las mujeres que
lamentablemente no podemos abordar en su totalidad esta unidad. Sin
embargo, queremos finalizar haciendo un breve análisis de las posibles
causas e implicaciones que los ataques con ácido tienen para las víctimas,
especialmente para las mujeres, quienes son las más afectadas por estos
hechos. Es de suma importancia que las circunstancias que rodean este tipo
de hechos sean tenidas en cuenta por los jueces y juezas que conozcan este
tipo de casos.

Cómo ha sucedido con otro tipo de violencias contra las mujeres, la


dimensión de los ataques con ácido ha sido minimizada e invisibilizada. Sin
embargo, el incremento reciente de los ataques ha prendido las alarmas. De
acuerdo con los medios de comunicación, el número de víctimas de los
últimos dos años podría compararse con la problemática por estos mismos
hechos en Bangladesh y Paquistán (Semana, 2012). Lamentablemente
muchas víctimas no denuncian por amenazas, temor a futuras agresiones y
presiones, lo que genera un grave subregistro. De acuerdo con el Instituto
Nacional de Medicina Legal en los últimos 10 años se han registrado 565
ataques con ácido en contra de mujeres.
120

La sevicia con la que son cometidos estos ataques revela la intención de


causar un daño permanente en la víctima y marcarla de por vida. Muchos de
los agresores han cometido estos hechos fundados en la creencia de que
tienen el poder para controlar la vida y los cuerpos de las mujeres, lo que
evidencia la dimensión de género de estas conductas. Frases como “eso le
pasa por ser tan bonita” o “si no eres para mí no eres de nadie” han sido
expresadas por los agresores al momento del ataque (Semana, 2014a).

En este sentido, es muy importante que los jueces y las juezas al


momento de abordar estos casos tengan en cuenta el contexto y las
circunstancias particulares en que se dio el ataque, pues del análisis del caso
dependerá la tipificación de estos hechos, que no necesariamente será de
lesiones personales, sino que podría ser considerado tentativa de homicidio o
tortura dependiendo de las particularidades de cada caso.

Finalmente, es importante mencionar que en el año 2013 el Congreso de la


República expidió la ley 1639, mediante la cual se incrementó la pena del
delito de lesiones personales cuando estás generen deformidad causada por
el uso de ácidos o sustancias corrosivas, entre otras medidas.

“Después de India y Pakistán, Colombia es el tercer


Sabia país en el mundo en ataques de este tipo. Aunque en
cifras absolutas en esas dos naciones se cometen más
Usted ataques con ácido contra mujeres, en proporción a la
población Colombia las supera. Y es el único país de
que… América Latina en el que esta degradada variante de la
violencia de género tiene lugar a semejante escala”
(Semana, 2014b)
121

Ap Ap
Actividad pedagógica
Por favor vea con atención el video “Ataques con Ácido a
Mujeres en Colombia” en el siguiente link

¿Cuáles son sus percepciones e impresiones?

A
A Autoevaluación: Caso de Estudio
Lea con atención los siguientes hechos de un caso de violencia
sexual en el marco del conflicto armado, el cual fue conocido por
la Corte Constitucional en el marco del Auto 092 de 2008 y
posteriormente en instancia de tutela (Sentencia T-973 de
2011):

“María es una joven de 24 años de edad, víctima del


desplazamiento forzado, que desde su nacimiento padece
de retardo mental moderado, según la valoración siquiátrica
que le fue practicada por el Instituto Nacional de Medicina
Legal y Ciencias Forenses”.

“El 21 y 22 de febrero de 2005, María, quien para esa época


era menor de edad, fue víctima de violencia sexual por parte
de un vecino del barrio donde reside en la ciudad de
Cartagena, quien valiéndose de engaños y ardides, logró
mantenerla retenida durante esos días en su lugar de
residencia en contra de su voluntad,accediéndola
carnalmente, aprovechándose de su estado de
indefensión”.

“Por lo anterior, el 23 de febrero de 2005, le fue practicado un


examen sexológico por parte del Cuerpo Técnico de
Investigación de la Fiscalía General de la Nación, en el que se
tomaron muestras para posterior análisis”.

“El 25 de febrero de 2005, la madre de María formuló la


122

respectiva denuncia penal ante la Fiscalía General de la Nación


– Seccional Cartagena. En esta denuncia se expusieron los
siguientes hechos:

El 21 de febrero de siendo las 7:30 de la noche María salió


para donde unas amiguitas en XXX, a las nueve de la noche
notamos que no había llegado y empezamos a buscarla,
fuimos donde las amigas SONIA, no recuerdo el apellido, y ella
me dijo que había salido y apenas regresaron María se había
ido para la casa, después la buscamos en YYY, luego en XXX
en vista de que no aparecía. No la pudimos encontrar. En la
mañana del 22 de febrero me fui para PPP donde unas tías que
tiene allá y no estaba, de ahí regresé a mi casa y en la noche
como a las 7:00 de la noche, oí el comentario de la gente que
la había visto en una casa en XXX salí con varios vecinos para
allá, cuando llegué a la casa del sujeto llamado SAMUEL, el
salió y negó que ella estaba ahí, de ahí regresamos para mi
casa otra vez y una prima de nombre SALOMÉ, se regresó para
allá con ANIBAL hijo de ella y HÉCTOR un vecino y cuando
llegaron le dijo al tipo que ella sabía que su sobrina estaba ahí,
él se negó nuevamente, entonces ella le siguió insistiendo y
metiendo presión, entonces los muchachos le dijeron que si
seguía negando iban a llamar a la policía y cuando dijo que la
niña sí estaba ahí y que él no le había hecho nada, nos
metimos a la casa y María estaba allí, en un cuarto en una
cama de solo cuerpo, estaba vestida y con los zapatos en la
mano, en ese momento llegó la Policía y él decía que no le
había hecho nada, en el momento cuando llegamos a la casa
ese tipo SAMUEL tenía unos condones en la mano, yo le dije a
la policía que lo detuvieran, mientras yo hacía los trámites en
laFiscalía pero según lo soltaron en la mañana temprano (…)
(sic)”.

“Con fundamento en la anterior denuncia, el 4 de marzo de


2005, la Fiscal Seccional 21 de Cartagena, dio apertura a la
investigación penal contra Samuel, por el presunto delito de
acceso carnal o actos sexuales abusivos con incapaz de
resistir, del que resultó víctima María. En ese orden de ideas,
(i) procedió a vincular al proceso al implicado mediante
indagatoria, (ii) solicitó la declaración de María y de una
testigo, (iii) ordenó la práctica de una valoración psicológica
a la víctima para efectos de determinar su estado de salud
mental y, finalmente, (iv) solicitó al Instituto Nacional de
123

Medicina Legal y Ciencias Forenses el resultado del examen


sexológico que le fue practicado a la misma, el 23 de febrero
de
2005”.

“Como quiera que, vencido el término de rigor, el


investigado no acudió a rendir indagatoria, el 4 de marzo de
2005, fue declarado persona ausente y, en consecuencia, le
fue designado un abogado de oficio para efectos de que
asumiera su defensa durante el proceso”.

“Después de un año y seis meses de haberse iniciado la


respectiva investigación, el 8 de agosto de 2006, se dio por
terminada la misma y, en consecuencia, el 22 de septiembre
del mismo año, se calificó el sumario con resolución de
preclusión de la investigación. Ello,

sobre la base de considerar la Fiscalía que no existían


suficientes elementos de juicio para dar por ciertos los
hechos declarados en la denuncia, pues, según lo informó la
Fiscal del caso a pesar de que acepta que no hay duda
acerca de la materialización de la conducta punible, “no ha
sido posible conocer la versión de la presunta ofendida a fin
de establecer las circunstancias de que fue víctima de un
punible contra la Formación y Libertad Sexual””.

“Frente a este hecho, afirma la demandante que no recibió


ninguna de las citaciones efectuadas por la Fiscalía, pues, al
parecer, fueron enviadas a una dirección distinta a la que
informó en el momento de instaurar la denuncia”.

Con base en lo anteriormente relatado, por favor responda las


siguientes preguntas:

1.-¿Cuál sería la normatividad internacional y nacional aplicable


a este caso?
2.-¿Qué tipos de violencia contra la mujer identifica usted en
este caso?
3.-¿Qué consideraciones relacionadas con la situación de la
víctima debió haber tenido en cuenta la Fiscalía General de la
Nación para tramitar este caso?
124

4.-¿Qué fallas identifica usted en la actuación de la Fiscalía?


5.-¿Qué derechos fueron vulnerados por la Fiscalía en la
determinación y valoración de las pruebas?
6.-Teniendo en cuenta las particularidades del caso ¿Cree usted
que procedía la decisión de preclusión de la investigación? Sí o
no ¿Por qué?
7.-¿Si usted fuera él o la Fiscal asignado a este caso que
elementos hubiera tenido en cuenta en el desarrollo de la
investigación? ¿Qué pruebas hubiera ordenado?

Legislación Nacional

Violencia •
Intrafamiliar •
• (Código Penal)

• (Código de Procedimiento Penal)



Violencia
Sexual • (Código Penal)
• (Código de Procedimiento Penal)


Violencia en
el marco • (Código Penal)
Del conflicto • (Código de Procedimiento Penal)
armado •



Ataques con • (Código Penal)
Ácido • (Código de Procedimiento Penal)


125

Jurisprudencia Internacional y Nacional


J Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso González y
otras Vs México (Noviembre 16, 2009).

Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Fernández


Ortega y otros Vs México (Agosto 2010).

Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Rosendo


Cantú y otras Vs México (Agosto 2010).

MP Cepeda Espinosa, M. J. Auto 092 de 2008 (Corte


Constitucional Colombiana. Abril, 2008).

MP Cepeda Espinosa, M. J., & Monroy Cabra, M. G. Sentencia C-


1195 de 2001

(Corte Constitucional Colombiana. Noviembre 15, 2001).


MP Córdoba Triviño, J. Sentencia T-133 de 2004 (Corte
Constitucional Colombiana. Febrero 18, 2004).

MP Córdoba Triviño, J. Sentencia T-496 de 2008 (Corte


Constitucional. Mayo 16, 2008).

MP González Cuervo, M. Sentencia T-642 de 2013 (Corte


Constitucional Colombiana. Septiembre 13, 2013).

MP Monroy Cabra, M. G. Sentencia T-789 de 2001 (Corte


Constitucional Colombiana. Julio 26, 2001).

MP Vargas Silva, L. E. Sentencia T-261 de 2013 (Corte


Constitucional Colombiana. Mayo 8, 2013).
126

B Bibliografia
Morelle, C., & Guzmán Rodríguez, D. E. (2008). Procesos de
Reparación para las Mujeres Víctimas de Violencia en el marco del
Conflicto Armado Colombiano.

Comisión Interamericana de Derechos Humanos. (2006). Las Mujeres


frente a la Violencia y la Discriminación derivadas del Conflicto
Armado en Colombia.

Comisión Interamericana de Derechos Humanos. (2007). Acceso a


la Justicia para las Mujeres Víctimas de Violencia en las Américas.

Comisión Interamericana de Derechos Humanos. (2011). Acceso a


la Justicia para las Mujeres Víctimas de Violencia Sexual en
Mesoamérica.

Corporación Humanas. (2009). Situación en Colombia de la


Violencia Sexual contra las Mujeres.

Dumez Arias, J. M. (2007). Violencia Familiar. Escuela Judicial Rodrigo


Lara
Bonilla.

Guzmán Rodríguez, D. E., & Prieto Dávila, S. C. (2013). Acceso


a la Justicia. Mujeres Conflicto Armado y Justicia. Bogotá.

Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. (2014).


Forensis 2013 - Datos para la Vida (1st ed., Vol. 15).

Mesa de Trabajo Mujer y Conflicto Armado. (2012). XI Informe de


Violencia Sociopolítica contra mujeres, jóvenes y niñas en
Colombia.

Organización Mundial de la Salud. (2002). Informe Mundial sobre la


Violencia y la Salud. Organización Panamericana de la Salud.

Pineda Duque, J., & Otero Peña, L. (2004). Género, Violencia


Intrafamiliar e Intervención Pública en Colombia. Revista de
Estudios Sociales, 17, 19–31.

Profamilia. (2010). Encuesta Nacional de Demografía y Salud 2010.

Rodríguez Cely, L. A., Padilla Villarraga, A., Rodríguez, L. S., & Díaz
127

Colorado, F. (2010). Análisis de la Justicia Restaurativa para Atender


Casos de Violencia Intrafamiliar en el Centro de Atención Integral a
Víctimas de Violencia Intrafamiliar (CAVIF) de la Fiscalía General de
la Nación, Colombia. Perspectiva Psicológica, Vol. 6(No. 2), 355–373.

Revista Semana. (2012, Mayo 24). Mujeres Colombianas Amenazadas


por los Ataques con Ácido. Semana. Revisado Agosto 6, 2014 en
http://www.semana.com/nacion/articulo/mujeres-colombianas-
amenazadasataques-acido/258413-3

Revista Semana. (2014a, Abril). Políticos No Muestran Interés en


Casos de Mujeres Atacadas con Ácido. Semana. Revisado Agosto 6,
2014 en http://www.semana.com/nacion/articulo/politicos-no-
muestran-interes-encasos-de-mujeres-atacadas-con-acido/382409-3

Revista Semana. (2014b, Abril). Violencia de Género: ¡Basta Ya!


Semana. Revisado Agosto 6, 2014 en
http://www.semana.com/nacion/articulo/violencia-degenero-basta-
ya/382707-3

Recursos Audiovisuales
Tipos de Violencia de Contra las Mujeres

Corporación Humanas. “Violencia Sexual en el marco del


Conflicto Armado Colombiano”
128

UNIDAD 5
LOS DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS

Og Objetivo General

Identificar y reconocer los derechos sexuales y


reproductivos como derechos humanos que deben ser
garantizados y protegidos por la administración de
justicia.

Oe
Objetivo Especificos
• Reconocer el contenido y alcance de los derechos
sexuales y reproductivos.

• Establecer diferencias entre derechos sexuales y


derechos reproductivos.

• Identificar los ámbitos de aplicación de los derechos


sexuales y reproductivos.

• Reconocer la perspectiva de género que subyace el


reconocimiento y garantía de los derechos sexuales y
reproductivos.

UNIDAD 5 - DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS

5. INTRODUCCIÓN

Los derechos sexuales y reproductivos han sido reconocidos de forma


relativamente reciente. Sin embargo es posible identificar sus principales
129

antecedentes en la década de los 60’s. La primera referencia al tema se


encuentra en la Resolución XXI de la Asamblea General de las Naciones
Unidas, aprobada durante su 21º periodo de sesiones en 1966, en la que se
afirmó que “el tamaño de la familia debe ser la libre opción de la familia”,
en clara alusión al derecho a decidir el número de hijos que cada pareja
desee tener (Defensoría del Pueblo y otros, 2007, pág. 20).

Dos años más tarde, en Teherán, tuvo lugar una Conferencia Internacional
de Derechos Humanos para conmemorar los 20 años de la Declaración
Universal. La proclamación hecha al finalizar la reunión y que pretendía
“preparar un programa para el futuro”, indica en su numeral 16 que “los
padres tienen el Derecho Humano fundamental de determinar libremente el
número y espaciamiento de sus hijos” (Conferencia Internacional de Derechos
Humanos, 1968).

Luego, en las Conferencias Mundiales de Población de Bucarest de 1974 y


de México de 1984 se hizo referencia al derecho de las personas a decidir el
número de hijos que quieran tener. En México se habló en particular del
derecho a la planificación familiar (Defensoría del Pueblo y otros, 2007).

Las preocupaciones que motivaron las anteriores declaraciones eran


demográficas. Es decir, no partían de un enfoque de derechos, sino de uno
referido al control poblacional y no hacían referencia a las necesidades
especiales de las mujeres en materia de sexualidad y reproducción.

Mientras tanto, la Organización Mundial de la Salud definía por primera


vez la salud sexual en 197525 y los movimientos de mujeres incidían para
incluir en la agenda internacional los asuntos relacionados con la sexualidad y
reproducción desde un enfoque que considerara sus particularidades. Es así
130

como la suma de las preocupaciones por el desarrollo y la demografía, la


aparición de la categoría de salud sexual y el discurso por los derechos de las
mujeres, contribuyeron a la construcción de la categoría de los“derechos
sexuales y reproductivos”.

Ya en la década de los 90´s, diferentes conferencias temáticas de Naciones


Unidas comenzaron a ocuparse del tema desde una perspectiva no
demográfica. Entre ellas se encuentran i) La Conferencia Internacional sobre
Población y Desarrollo, realizada en el año de 1994 en El Cairo (Egipto),
donde se ofreció una definición de salud y derechos reproductivos26
(Defensoría del Pueblo y otros, 2007) y ii) La Conferencia Mundial sobre la
Mujer llevada a cabo en 1995 en Beijing (China), en la que se definió la
noción de los derechos sexuales y salud sexual (Defensoría del Pueblo y
otros, 2007). Ahora bien, no existe un texto normativo especializado que
recoja los derechos sexuales y reproductivos. Sin embargo, ello no obsta para
que tengan eficacia directa y deban ser garantizados por los y las encargadas
de administrar justicia.

2      




   
   

 
           

 
     
 
 
     
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131

5.1. ¿EN QUÉ CONSISTEN LOS DERECHOS SEXUALES Y


REPRODUCTIVOS?

La categoría de derechos sexuales y reproductivos, hace referencia a la


capacidad de las personas de regular y tener el control de todas las
cuestiones relativas a su sexualidad y reproducción sin coacción, violencia ni
discriminación, así como el derecho a que el sistema de salud atienda
cualquier enfermedad o dolencia relacionada con la sexualidad y la
reproducción. En Colombia, la Corte Constitucional ha entendido que su
fundamento está en la protección de derechos fundamentales como la vida
digna, la salud, la igualdad y no discriminación, el libre desarrollo de la
personalidad, la libertad, la integridad personal, la intimidad, la información,
la educación y el derecho a vivir libre de violencias, entre otros (T-732,
2009).

Ap Ap
Actividad pedagógica

Vea el siguiente video:

Si bien son titulares de los derechos sexuales y reproductivos tanto


hombres como mujeres, sin discriminación, tratándose de las mujeres estos
derechos adquieren un significado especial, pues implican que la sexualidad
no debe ser entendida únicamente como medio para lograr la reproducción.

    
        

            

  

  

 
     
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Ello es importante porque las mujeres, por su rol como madres y por
haber sido confinadas durante un importante periodo de la historia al ámbito
privado, tradicionalmente vieron asimilada su sexualidad a la reproducción y
por muchos años no se prestó importancia a la posibilidad de disponer y
disfrutar de su sexualidad y maternidad, sino que estas eran asumidas como
destinos inevitables.

Ahora bien, la conceptualización reciente y aparejada de esta categoría,


hace que se hable de derechos sexuales y reproductivos como si fuesen uno
solo, siendo necesario diferenciarlos para reconocer sus diferentes
contenidos.

5.2. LOS DERECHOS SEXUALES

Como su nombre lo indica, los derechos sexuales hacen referencia a la


posibilidad de las personas de disfrutar de forma libre, autónoma y
responsable su sexualidad, sin riesgo de sufrir enfermedades de trasmisión
sexual, embarazos no deseados, coerción, violencia o discriminación.

De acuerdo con la declaración de derechos sexuales, estos son “derechos


humanos universales basados la libertad, dignidad e igualdad inherentes a
todos los seres humanos”27. Además están estrechamente ligados a la salud
sexual, que es un derecho fundamental.

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Los derechos sexuales incluyen:

1. El derecho a la libertad sexual.


2. El derecho a la autonomía, integridad y seguridad sexual.
3. El derecho a la privacidad sexual.
4. El derecho a la equidad sexual.
5. El derecho al placer sexual.
6. El derecho a la expresión sexual emocional.
7. El derecho a la libre asociación sexual.
8. El derecho a la toma de decisiones reproductivas, libres y responsables.
9. El derecho a información basada en el conocimiento científico.
10.El derecho a la educación sexual integral.
11. El derecho a la atención de la salud sexual.

Si bien la Declaración de Derechos Sexuales no es vinculante, los derechos


a los que hace referencia son garantizados en nuestro ordenamiento jurídico
gracias a su estrecha relación con otros expresamente reconocidos en el
texto constitucional.

Así, por ejemplo, el derecho a la libertad sexual, tiene su fundamento


en el derecho a la dignidad y al libre desarrollo de la personalidad (artículos 1
y 16, Constitución Política) y hace referencia a la posibilidad de que las
personas i) expresen libremente su sexualidad y ii) gocen de autonomía,
integridad y seguridad sexual.

El derecho a expresar libremente la sexualidad, incluye, por ejemplo, la


prohibición de discriminación en razón de la orientación sexual y/o
preferencias sexuales. En esa medida es desarrollo, entre otros, el derecho a
la libertad de expresión y de los derechos a la igualdad y al libre desarrollo de
la personalidad (artículos 20, 13 y 16 de la Constitución Política,
respetivamente). Por su parte, el derecho a la autonomía, integridad y
seguridad sexual, se refiere a la capacidad y posibilidad de tomar decisiones
sobre la propia vida sexual así como la posibilidad de controlar y disfrutar
nuestros cuerpos.
134

Ahora bien, las únicas limitaciones avaladas por la ley a la libertad sexual,
están relacionadas con el ejercicio de este derecho en cabeza de niños y
niñas. Así, conforme a los artículos 208 y 209 del Código Penal, el acceso
carnal o los actos sexuales con menores de catorce años están penalizados:

LEY 599 de 2000


CAPITULO SEGUNDO
De los actos sexuales abusivos

Artículo 208. Acceso carnal abusivo con menor de catorce años.


Modificado por el art. 4, ley 1236 de 2008. El que acceda carnalmente a
persona menor de catorce (14) años, incurrirá en prisión de cuatro (4) a
ocho (8) años.

Artículo 209. Actos sexuales con menor de catorce años. Modificado


por el art. 5, ley 1236 de 2008. El que realizare actos sexuales diversos
del acceso carnal con persona menor de catorce (14) años o en su
presencia, o la induzca a prácticas sexuales, incurrirá en prisión de tres
(3) a cinco (5).

De modo que, aun existiendo “consentimiento” para sostener relaciones


sexuales o participar de actos sexuales por parte de un menor de 14 años,
“su capacidad de comprensión y valoración del acto sexual no es adecuada
para su edad. Por eso la Ley lo protege, aún de su propia decisión, con el fin
de salvaguardar no sólo sus derechos sexuales y reproductivos sino el libre
desarrollo de su personalidad” (C-876 de 2011). Por tanto, cualquier acto
sexual en menor de 14 años se considera delito.

Ap Ap
Actividad pedagógica
El 23 de enero de 2014 fue secuestrada en Bogotá una niña de
135

15 días de nacida. El caso rápidamente acaparó la atención de la


prensa y movilizó a las autoridades, quienes en 24 horas
lograron recuperar a la recién nacida.
Tan pronto se iba a hacer entrega de la niña a sus padres,
trascendió que la madre de la niña tenía 14 años recién
cumplidos, es decir, habría quedado en embarazo a los 13 años,
mientras que el padre tenía 22 años de edad.

Por esta razón, el director del Instituto Colombiano de Bienestar


Familiar interpuso una denuncia penal contra el padre de la niña,
por haber sostenido relaciones sexuales con una menor de 14
años. El joven, visiblemente conmocionado, manifestó a los
diferentes medios de comunicación que siguieron el caso, que
las relaciones sostenidas con la madre de su hija fueron
consentidas y que para que no quedara duda de ello, contraerían
matrimonio.

1.-¿La conducta del padre de la niña secuestrada constituyó un


delito?

2.-¿Es posible cambiar la calificación de la conducta en razón del


supuesto consentimiento de la menor de edad? O ¿En razón del
matrimonio?

El derecho a la privacidad sexual, se refiere a que las decisiones y


conductas individuales relacionadas con la sexualidad, están salvaguardadas
de injerencias indebidas. Este derecho se relaciona estrechamente con el
derecho a la intimidad (artículo 15 Constitución Política) que indica que hay
una “esfera o espacio de vida privada no susceptible de la interferencia
arbitraria de las demás personas, que al ser considerado un elemento
esencial del ser, se concreta en el derecho a poder actuar libremente en la
mencionada esfera o núcleo” (C-517, 1998).

En este sentido, la Corte Constitucional ha elaborado una categorización de la


información, que permite establecer el grado de protección que debe
brindarse al derecho a la intimidad28 según se trate de información pública29,
136

semi-privada30, privada31 o reservada. Esta última categoría está conformada


por los datos personales ligados a los derechos fundamentales e incluye la
información sobre orientación sexual, prácticas sexuales, inclinación sexual y
decisiones sobre la salud sexual y reproductiva, la cual no se puede
compartir, solicitar o divulgar, sin desconocer el derecho a la intimidad.

El derecho a la equidad sexual, tiene fundamento en el derecho a la


igualdad (artículo 13, Constitución Política) y se refiere al rechazo a todas las
formas de discriminación basadas en el sexo, género, orientación sexual,
edad, raza, clase social, religión o limitación física o mental en el ámbito de
las relaciones sexuales.

El derecho al placer sexual, es el derecho a gozar las relaciones


sexuales, como fuente de bienestar físico, psicológico, intelectual y
espiritual.

El derecho a la libre asociación sexual, hace referencia a la posibilidad


de contraer o no matrimonio, divorciarse y establecer otros tipos de
asociaciones sexuales responsables (artículo 42, Constitución Política).

El derecho a información basada en el conocimiento científico,


indica que la información en asuntos sexuales debe ser generada a través de
la investigación científica libre y ética y que debe haber una difusión
apropiada en todos los niveles sociales.

El derecho a la atención de la salud sexual, señala que la atención en


salud (artículo 49, Constitución Política) debe estar disponible para la
prevención y el tratamiento de todos los problemas, preocupaciones y
desórdenes sexuales. La Corte Constitucional ha garantizado este derecho al
137

ordenar, por ejemplo, el acceso de hombres a tratamientos para la


disfunción eréctil que habían sido negados por sus EPS, pese a haber sido
prescritos por sus médicos tratantes (T-926 de 1999 y T-465 de 2002), o al
garantizar la implantación de una prótesis peneana a un hombre con
disfunción eréctil que no podía costearla (T-143 de 2005).

Finalmente, con respecto al derecho a la educación sexual integral,


que es un componente del derecho a la Educación (artículos 44 y 45,
Constitución Política), el Relator Especial sobre el Derecho a la Educación de
Naciones Unidas ha manifestado que “el derecho a la educación incluye el
derecho a la educación sexual, el cual es un derecho humano en sí mismo,
que a su vez resulta condición indispensable para asegurar que las personas
disfrutemos de otros derechos humanos, como el derecho a la salud, el
derecho a la información y los derechos sexuales y reproductivos. Así, el
derecho a la educación sexual integral es parte del derecho de las personas a
ser educadas en derechos humanos”. En Colombia la Ley 115 de 1993, Ley
General de Educación, en su artículo 14 establece que la educación sexual es
enseñanza obligatoria en todos los niveles, y debe ser “impartida en cada
caso de acuerdo con las necesidades psíquicas, físicas y afectivas de los
educandos según su edad”.

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5.3. LOS DERECHOS REPRODUCTIVOS

Los derechos reproductivos hacen referencia a i) la posibilidad de las


personas de tomar decisiones libres y sin discriminación sobre la procreación
y la fecundidad; ii) al derecho a disponer de información y medios para la
toma de dichas decisiones; y iii) al derecho a acceder a servicios de salud
reproductiva que garanticen una maternidad segura, la prevención de
embarazos no deseados y el tratamiento y prevención de afecciones al
aparato reproductor (cáncer de mamas, útero y próstata, por ejemplo).

Los Derechos Reproductivos incluyen:

“1. El derecho a decidir libre y responsablemente el número de hijos y


el intervalo entre ellos, y a disponer de la información, educación y
medios para lograrlo.
2.El derecho de hombres y mujeres de decidir de manera libre y
responsable la posibilidad de ser padres o madres.
3.El derecho a decidir libremente el tipo de familia que se quiere formar.
4. El derecho a acceder a métodos anticonceptivos seguros,
aceptables y eficaces (incluyendo la anticoncepción de emergencia).
5.El derecho de las mujeres a no sufrir discriminaciones o tratos
desiguales por razón del embarazo o maternidad, en el estudio,
trabajo o dentro de la familia.
6. El derecho a tener acceso a servicios de salud y atención médica
que garanticen una maternidad segura, libre de riesgos en los
periodos de gestación, parto y lactancia y se brinde las máximas
posibilidades de tener hijos sanos.
7. El derecho de contar con servicios educativos e información para
garantizar la autonomía reproductiva.

8. El derecho a tener acceso a los beneficios del progreso científico,


para contar con servicios accesibles que satisfagan las necesidades
dentro de los mejores estándares de calidad” (Defensoría del Pueblo y
otros, 2007. Pág. 25).
139

Estos derechos también han sido garantizados recurrentemente al interior


de nuestro Estado, en función de su relación con las garantías previstas en la
Constitución. Así, el derecho a decidir libre y responsablemente el
número de hijos y el intervalo entre ellos, y el derecho a disponer de
la información, educación y medios para lograrlo está consagrado en la
Constitución Política de 1991 que indica en su artículo 42 que “la pareja tiene
derecho a decidir libre y responsablemente el número de sus hijos” y en el
artículo 16, ordinal e), de la Convención para la Eliminación de todas las
Formas de Discriminación contra la mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés)
que establece el derecho de la mujer y el hombre a decidir libremente sobre
el número de sus hijos e hijas y el intervalo entre los nacimientos.

Este derecho a su vez se relaciona con el derecho de hombres y


mujeres de decidir de manera libre y responsable la posibilidad de
ser padres o madres, el cual reconoce, en especial a las mujeres, el
derecho a estar libres de todo tipo de interferencias en la toma de decisiones
reproductivas. Se desconoce cuándo se presentan, por ejemplo, embarazos,
esterilizaciones, abortos o métodos de anticoncepción forzados o cuando se
solicitan pruebas de esterilización o de embarazo para acceder o permanecer
en un empleo o para ser beneficiario de determinada prestación.

Ahora bien, tanto hombres como mujeres tienen derecho a decidir


cuantos hijos quieren tener, no obstante este derecho tiene una dimensión de
género. En este sentido la Observación General No. 21 del Comité de la
CEDAW señala:

21. Las obligaciones de la mujer de tener hijos y criarlos afectan


su derecho a la educación, al empleo y a otras actividades
referentes a su desarrollo personal, además de imponerle una
140

carga de trabajo injusta. El número y espaciamiento de los hijos


repercuten de forma análoga en su vida y también afectan su
salud física y mental, así como la de sus hijos. Por estas razones,
la mujer tiene derecho a decidir el número y el espaciamiento de
los hijos que tiene.

En algunos informes se revelan prácticas coercitivas que tienen graves


consecuencias para la mujer, como el embarazo, el aborto o la esterilización
forzados. La decisión de tener hijos, si bien de preferencia debe adoptarse en
consulta con el cónyuge o el compañero, no debe, sin embargo, estar
limitada por el cónyuge, el padre, el compañero o el gobierno. A fin de
adoptar una decisión con conocimiento de causa respecto de medidas
anticonceptivas seguras y fiables, las mujeres deben tener información acerca
de las medidas anticonceptivas y su uso, así como garantías de recibir
educación sexual y servicios de planificación de la familia, según dispone el
inciso h) del artículo 10 de la Convención.

El derecho a decidir libremente el tipo de familia que se quiere


formar, indica que no todas las familias deben estar compuestas de una
manera determinada, sino que tienen cabida en la sociedad, diferentes tipos
de familias. Así, de acuerdo con la Corte

Constitucional, “el concepto de familia no puede ser entendido de manera


aislada, sino en concordancia con el principio del pluralismo. De tal suerte
que, en una sociedad plural, no puede existir un concepto único y excluyente
de familia, identificando a esta última únicamente con aquella surgida del
vínculo matrimonial” (C-572, 2009).

El derecho a acceder a métodos anticonceptivos seguros,


141

aceptables y eficaces (incluyendo la anticoncepción de


emergencia). Este derecho es reconocido en los artículos 10 y 12 de la
CEDAW y en el artículo 24 de la Convención sobre los Derechos del Niño y
la Niña. La Corte Constitucional en la sentencia T-627 de 2012, aclaró
respecto del derecho de las mujeres a la anticoncepción oral de
emergencia, lo siguiente:

“(i) no tiene carácter abortivo sino anticonceptivo, (ii) su uso no


está restringido a las hipótesis despenalizadas de aborto, (iii) las
mujeres que hacen uso de ella fuera de las causales
despenalizadas de aborto no incurren, en ningún caso, en el delito
de aborto y (iv) hace parte de los servicios de salud reproductiva
que las mujeres colombianas pueden libremente elegir” (T-627,
2012).

El derecho de las mujeres a no sufrir discriminaciones o tratos


desiguales por razón del embarazo o maternidad, en el estudio,
trabajo o dentro de la familia, al que ya nos referimos en el capítulo 3 de
este módulo.

El derecho a tener acceso a servicios de salud y atención médica


que garanticen una maternidad segura, libre de riesgos en los
periodos de gestación, parto y lactancia y brinde las máximas
posibilidades de tener hijos sanos, el cual está contenido en el mandato
del artículo 43 de la Constitución que prescribe que “durante el embarazo y
después del parto [la mujer] gozará de especial asistencia y protección del
Estado” y en el artículo 12 de la CEDAW impone a los Estados la obligación
de asegurar “a la mujer servicios apropiados en relación con el embarazo, el
parto y el período posterior al parto, proporcionando servicios gratuitos
142

cuando fuere necesario, y le asegurarán una nutrición adecuada durante el


embarazo y la lactancia”. Así mismo, el artículo 24 de la Convención de los
Derechos del Niño los obliga a proporcionar “atención sanitaria prenatal y
postnatal apropiada a las madres”.

El derecho a tener acceso a los beneficios del progreso científico,


para contar con servicios accesibles que satisfagan las necesidades
dentro de los mejores estándares de calidad, el cual fue desarrollado
recientemente por la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos en el caso Artavia y otros contra Costa Rica, en el cual dicho
Tribunal indico que “derecho a la vida privada y la libertad reproductiva
guarda relación con el derecho de acceder a la tecnología médica necesaria
para ejercer ese derecho”. De acuerdo con la Corte Interamericana “del
derecho de acceso al más alto y efectivo progreso científico para el ejercicio
de la autonomía reproductiva y la posibilidad de formar una familia se deriva
el derecho a acceder a los mejores servicios de salud en técnicas de
asistencia reproductiva, y, en consecuencia, la prohibición de restricciones
desproporcionadas e innecesarias de iure o de facto para ejercer las
decisiones reproductivas que correspondan en cada persona” (Artavia Murillo
y otros contra Costa Rica, 2012).

5.4. LA INTERRUPCIÓN VOLUNTARIA DEL EMBARAZO

“La CEDAW ha determinado, que el derecho a la


autodeterminación reproductiva de las mujeres es
vulnerado cuando se obstaculizan los medios a través de los
cuales una mujer puede ejercer el derecho a controlar su
fecundidad. Por ello constituyen graves violaciones a este
derecho, la esterilización involuntaria y los métodos
anticonceptivos impuestos sin consentimiento. Igualmente
143

han señalado los diferentes Comités, que el derecho a


decidir el número de hijos está directamente relacionado
con el derecho a la vida de la mujer cuando existen
legislaciones prohibitivas o altamente restrictivas en
materia de aborto, que generan altas tasas de mortalidad
materna” (C-355, 2006).

Dentro de los derechos sexuales y reproductivos a partir de la sentencia


C-355 de 2006 se habla en nuestro ordenamiento jurídico del derecho a la
interrupción voluntaria del embarazo (IVE) en los casos permitidos por la ley.

Esta sentencia es un hito en las decisiones que se han tomado sobre


derechos sexuales y reproductivos. En ella la Corte reconoció la necesidad de
protección de la vida del feto, pero diferenció lo que se entiende por el valor
de la vida y el derecho a la vida. Así, el derecho a la vida se limita a los seres
humanos nacidos, mientras que el valor constitucional de la vida puede ser
protegido antes del nacimiento. En este sentido reconoce el valor de la vida
del feto. Ahora bien, dicha sentencia también hace referencia a los derechos
de la mujer e indica “que la mujer es un humano plenamente digno y por
tanto debe tratarla como tal, en lugar de considerarla y convertirla en un
simple instrumento de reproducción de la especie humana, o de imponerle en
ciertos casos, contra su voluntad, servir de herramienta útil para procrear”.

Así, la sentencia señala que “si bien no resulta desproporcionada la


protección del nasciturus mediante medidas de carácter penal y en
consecuencia la sanción del aborto resulta ajustada a la Constitución Política,
la penalización del aborto en todas las circunstancias implica la completa
preeminencia de uno de los bienes jurídicos en juego, la vida del nasciturus,
144

y el consiguiente sacrificio absoluto de todos los derechos fundamentales de


la mujer embarazada, lo que sin duda resulta inconstitucional” (C-355,
2006). Entonces, la anulación completa de los derechos de la mujer frente a
su embarazo, supone desconocer su dignidad y reducirla a un cuerpo útil
para la gestación.

Por ello, frente a la consideración de un embarazo producto de un acceso


carnal violento, abusivo, por inseminación artificial no consentida o por
incesto, se establece que la protección absoluta del derecho a la vida del
nasciturus desconoce totalmente la dignidad de la mujer. Así también en los
eventos en los que la salud y la vida de la mujer gestante se encuentran
amenazadas, pues resulta desproporcionado exigir el sacrificio de la vida
propia, por la protección de la vida que está en gestación.

Por último se encuentra que ante el evento de malformaciones en el feto


certificadas medicamente, que hagan que la vida del feto sea inviable, se
tiene también la posibilidad de abortar sin cometer un delito.

Así, en Colombia, a partir de la sentencia C-355 de 2006 se despenalizó el


aborto en tres circunstancias:

i) Cuando el embarazo representa peligro para la salud de la mujer


certificado por un médico;

ii) Cuando el feto presenta malformaciones que son incompatibles con la


vida extrauterina, certificado por médico; y
145

iii) Cuando el embarazo es resultado de acceso carnal o acto sexual sin


consentimiento o abusivo, de inseminación artificial o transferencia de
óvulo fecundado no consentidas o de incesto.

Para solicitar la interrupción del embarazo en las hipótesis descritas basta un


certificado médico de las dos primeras circunstancias, o una denuncia penal
en la tercera. Ni los médicos ni las EPS pueden solicitar documentos
adicionales. Además “cada uno de estos eventos tienen carácter autónomo e
independiente y por tanto, no se podrá por ejemplo, exigir para el caso de la
violación o el incesto, que además la vida o la salud de la madre se encuentre
en peligro o que se trate de un feto inviable. En el caso de violación o incesto,
debe partirse de la buena fe y responsabilidad de la mujer que denunció tal
hecho, y por tanto basta con que se exhiba al médico copia de la denuncia
debidamente formulada” (C-355, 2006).

Las mujeres menores de edad pueden acudir a la IVE y no requieren el


consentimiento de sus padres para ello.

Por otra parte, las y los médicos pueden negarse a practicar un aborto
cuando ello contradiga sus más profundas convicciones, amparados en la
figura de la objeción de conciencia. Cuando ello ocurra, tiene el deber de
remitir a la mujer a otro médico para que le practique la IVE. Las
instituciones prestadoras de servicios médicos, como personas jurídicas, no
son titulares del derecho a objetar conciencia, de modo que una clínica y
hospital no puede negarse per se a realizar este procedimiento32.
146

5.5 CONCLUSIÓN

Los derechos sexuales y reproductivos son derechos humanos y su garantía


se justifica en su relación con derechos constitucionales como la vida digna,
la salud, la igualdad y no discriminación, el libre desarrollo de la personalidad,
la libertad, la integridad personal, la intimidad, la información, la educación y
el derecho a vivir libre de violencias, entre otros. Ello quiere decir que los
derechos sexuales y reproductivos, incluyendo la IVE, tienen toda vigencia en
nuestro ordenamiento constitucional y pueden ser exigibles mediante acción
de tutela.

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147

A
A Autoevaluación

Lea con atención los siguientes hechos

Juanita es una niña de 16 años que quedó en embarazo luego


de ser víctima de acceso carnal violento por parte de su
padrastro. Al enterarse de su embarazo, Juanita resolvió
quitarse la vida. Para ello se lanzó al vacío desde la terraza de
su casa, ubicada en el tercer piso de la edificación. Sin
embargo, Juanita sobrevivió a la caída y esta no afectó su
embarazo. Debido a las múltiples heridas sufridas en el intento
de suicidio, Juanita necesita una cirugía muy compleja, la cual
no puede llevarse a cabo mientras esté embarazada. Ello
significa que debe poner fin a su embarazo o esperar a dar a
luz, para lo cual restan 5 meses. En estas circunstancias,
Juanita solicitó a su EPS que le fuera practicado un aborto
inmediatamente. El médico tratante, se negó a atender a su
solicitud, bajo el argumento de que la Clínica para la cual
trabaja es de la Congregación de Sacerdotes del Santísimo,
razón por la cual allí no se realiza este tipo de procedimientos.

Con base en lo anteriormente relatado, por favor


responda las siguientes preguntas:

1.-¿Qué derechos sexuales y reproductivos le fueron


desconocidos a Juanita? ¿Por qué?

2.-¿Qué puede hacer Juanita ante la respuesta del médico


tratante?
148

Jurisprudencia Nacional e Internacional


J Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Artavia
Murillo y otros Vs Costa Rica (Noviembre 28, 2012).

MP Araújo Rentería, J. y Vargas Hernández, C. Sentencia C-355


de 2006 (Corte Constitucional Colombiana. Mayo, 2006).

MP Córdoba Triviño, J. Sentencia T-143 de 2005 (Corte


Constitucional Colombiana. Febrero, 2005).

MP Gaviria Díaz, C. Sentencia T-926 de 2002 (Corte


Constitucional Colombiana. Noviembre, 1999).

MP González Cuervo, M. Sentencia C-876 de 2011 (Corte


Constitucional Colombiana. Noviembre, 2011).

MP Martínez Caballero, A. Sentencia C-517 de 1998 (Corte


Constitucional Colombiana. Septiembre, 1998).

MP Monroy Cabra, M. Sentencia T-465 de 2002 (Corte


Constitucional Colombiana. Junio, 2002).

MP Montealegre Lynett, E. Sentencia T-729 de 2002 (Corte


Constitucional Colombiana. Septiembre, 2002).

MP Sierra Porto, H. Sentencia C-572 de 2009 (Corte


Constitucional Colombiana. Agosto, 2009).

MP Sierra Porto, H. Sentencia T-732 de 2009 (Corte


Constitucional Colombiana. Octubre, 2009).

MP Sierra Porto, H. Sentencia T-627 de 2012 (Corte


Constitucional Colombiana. Agosto, 2012).

MP Vargas Silva, L. Sentencia T-889 de 2009 (Corte


Constitucional Colombiana. Diciembre, 2009).
149

B Bibliografia
Declaracion del 13º Congreso Mundial de Sexología, Valencia,
España, revisada y aprobada por la Asamblea General de la
Asociación Mundial de Sexología (WAS) el 26 de agosto de 1999,
en el 14º Congreso Mundial de Sexología, Hong Kong, República
popular China, Disponible en:

Defensoría del Pueblo, Profamilia & OIM. (2007). Módulo de la A


la Z en Derechos Sexuales y en Derechos Sexuales y
Reproductivos para funcionarios y funcionarias con énfasis en
violencia intrafamiliar y violencia sexual. Bogotá. En:

Women´s Link Worldwide. (s.a). Preguntas y respuestas


sobre el marco legal vigente del aborto en Colombia. Bogotá.
En:

Recursos Audiovisuales Ministerio de Protección Social.


“Derechos Sexuales y Reproductivos”
150

UNIDAD 6
DERECHOS DE PERSONAS CON ORIENTACIONES SEXUALES
E IDENTIDADES DE GÉNERO DIVERSAS

Og Objetivo General

Proveer herramientas conceptuales y metodológicas que


permitan el reconocimiento de los derechos de las
personas con orientaciones sexuales e identidades de
género diversas.
Oe
Objetivo Especificos

• Reconocer los derechos de las personas con


orientaciones sexuales e midentidades de género
diversas en la esfera individual, de pareja y familiar.

• Conocer y aplicar herramientas conceptuales que


faciliten la protección y garantía de los derechos
de las personas con orientaciones sexuales e
identidades de género diversas en la
administración de justicia.

• Identificar, analizar y aplicar la normatividad y


jurisprudencia nacional e internacional relacionada con
los derechos de las personas con identidades de
género diversas.
151

UNIDAD 6 - DERECHOS DE PERSONAS CON


ORIENTACIONES SEXUALES E IDENTIDADES DE GÉNERO
DIVERSAS

6. INTRODUCCIÓN

En la primera Unidad de este módulo se hizo referencia a la orientación


sexual y a la identidad de género. Al respecto se indicó que la orientación
sexual de las personas se refiere a la capacidad de sentir atracción
emocional, afectiva y sexual por una persona de su mismo género o por una
de género diferente. Lo anterior implica que existen diferentes tipos de
orientaciones sexuales, entre las que se distinguen, al menos, la
heterosexual, la homosexual y la bisexual.

Dicha unidad también hizo referencia a la identidad de género y señaló


que, por ser una construcción social y cultural, cada persona la edifica a
través de atributos que pueden coincidir o no con su sexo biológico.

En este módulo también se ha indicado que históricamente se asumió


como regla la heterosexualidad y la correspondencia entre el sexo biológico y
la identidad de género. Esa regla se tradujo en un déficit de protección para
los individuos, las parejas y las familias conformadas por personas con
orientaciones sexuales e identidades de género diversas, el cual empezó a ser
saldado en Colombia solamente a partir de la Constitución de 1991 gracias al
trabajo de la Corte Constitucional. Ejemplo de lo anterior es que sólo de
manera reciente se ha reconocido por el ordenamiento jurídico que las
personas con orientaciones sexuales diversas pueden conformar una familia.

Por lo anterior, esta Unidad presenta los diferentes ámbitos de protección de


152

los derechos de las personas con orientaciones sexuales e identidades de


género diversas y de las parejas y familias que conforman. En ese sentido, se
parte de la idea de que dichos ámbitos coinciden con la evolución de la
protección a este grupo poblacional en nuestro ordenamiento jurídico. Así,
durante un primer período de la jurisprudencia constitucional, la Corte se
ocupó en reconocer los derechos de las personas con orientaciones sexuales e
identidades de género diversas desde una perspectiva individual.
Posteriormente, la Corte reconoció los derechos a este grupo poblacional en
el marco de sus relaciones de pareja. Finalmente, el tribunal constitucional ha
reconocido que quienes integran este grupo de ciudadanos, al igual que
cualquier otro, tienen derecho a conformar una familia.

Posteriormente, este capítulo se referirá a la protección especial que ha


previsto la Corte Constitucional para las personas transgeneristas e
intersexuales, en virtud de su especial condición de vulnerabilidad. En
especial se hará referencia a los derechos de las personas transgeneristas al
libre desarrollo de la personalidad, a la diversidad sexual, y a la salud. En el
caso de las personas intersexuales se abordaran las reglas jurisprudenciales
establecidas por la Corte Constitucional para los casos de reasignación de
sexo.

Esta Unidad se desarrolla principalmente a partir del análisis de la


jurisprudencia de la Corte Constitucional Colombiana, ya que ha sido ese
Tribunal quien se ha encargado de garantizar los derechos de las personas
con orientaciones sexuales e identidades de género diversas dado el vacío
legislativo que existe sobre el tema. Lo anterior pese a que la misma Corte
ha hecho llamados al Congreso para que legisle sobre la materia.

Con este capítulo se pretende que las operadoras y los operadores


153

judiciales, conozcan y apliquen las reglas que han sido definidas por la Corte
Constitucional y cuenten con herramientas conceptuales al momento de
enfrentarse a casos en los que estén involucrados los derechos de las
personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas.

6.1 DERECHOS DE LAS PERSONAS CON ORIENTACIONES SEXUALES


DIVERSAS

Desde sus inicios la Corte Constitucional ha conocido acciones de tutela y


acciones públicas de inconstitucionalidad que buscan garantizar los derechos
de las personas con identidades sexuales y orientaciones de género diversas
en igualdad de condiciones.

Ese camino ha sido largo y ha atravesado al menos tres grandes etapas. En


un primer momento la protección se reservó a los individuos homosexuales,
luego, la Corte amplió la esfera de protección a las parejas que estos
individuos conforman y, recientemente, comenzó a saldar la deuda histórica
de la sociedad con este grupo a través de la protección a las familias
diversas. Ahora bien, el hecho de que hoy la jurisprudencia constitucional
hable de la protección a las familias integradas por parejas del mismo sexo,
no quiere decir que se ha logrado la plena garantía de los derechos de los
individuos homosexuales. Pese a la evolución jurisprudencial, las diferentes
formas de discriminación contra este grupo poblacional permanecen vigentes,
de ahí la importancia de que los funcionarios y funcionarias encargadas de
administrar justicia reconozcan y sancionen las conductas que las y los
discriminan.
154

6.1.1. Derechos de las personas con orientaciones sexuales e


identidades de género diversas en el ámbito individual

La regla social mediante la cual se estableció la heterosexualidad


obligatoria y la correspondencia entre la identidad de género y el sexo
biológico de las personas fue históricamente respaldada por leyes y decretos
que imponían a las personas una sola forma de relacionarse emocional y
afectivamente. Así, por ejemplo, la homosexualidad fue considerada un
delito dentro de nuestro ordenamiento jurídico hasta hace poco más de 30
años, cuando el Decreto Ley 100 de 1980 (Código Penal vigente hasta el año
2000) lo excluyó de las conductas que interesaban al derecho penal.

No obstante, pese a que desde la década de los 80´s el homosexualismo


no es considerado un delito, las personas con orientaciones sexuales e
identidades de género diferentes a las de la mayoría han sido históricamente
discriminadas. Sólo a partir de la vigencia de la Constitución de 1991 y de
las decisiones sobre el asunto de la Corte Constitucional, se comenzó a
proscribir esa discriminación.

Una de las primeras decisiones en las que la Corte Constitucional


reconoció los derechos que tienen las personas con orientaciones sexuales
diversas fue la sentencia C-481 de 1998. En esa oportunidad la Corte estudió
una demanda contra el artículo 46 del

Decreto 2277 de 1979 “por el cual se adoptan normas sobre el ejercicio de la


profesión docente” que establecía como causal de sanción disciplinaria “el
homosexualismo”. Es decir, las personas homosexuales no podían ser
docentes o al serlo, debían ocultar su identidad.
155

En ese caso la Corte se refirió a la protección de los derechos a la


igualdad y al libre desarrollo de la personalidad de quien se identifica como
homosexual e indicó que la diferencia de trato por razón de la orientación
sexual es sospechosamente discriminatoria y desconoce el núcleo esencial
del derecho al libre desarrollo de la personalidad. Al respecto la Corte
Constitucional indicó:

“Si la orientación sexual se encuentra biológicamente determinada, como lo


sostienen algunas investigaciones, entonces la marginación de los
homosexuales es discriminatoria y violatoria de la igualdad, pues equivale a
una segregación por razón del sexo (CP art, 13). Por el contrario, si la
preferencia sexual es asumida libremente por la persona, como lo sostienen
otros enfoques, entonces esa escogencia se encuentra protegida como un
elemento esencial de su autonomía, su intimidad y, en particular, de su
derecho al libre desarrollo de la personalidad (CP art. 16)”.

Teniendo en cuenta lo anterior, la Corte consideró que la expresión


incluida en el Decreto 2277 de 1979 era abiertamente incompatible con los
principios y valores de la Constitución, razón por la cual decidió excluirla del
ordenamiento jurídico.

Hoy en día la jurisprudencia constitucional coincide en que un trato


diferenciado a las personas con base en su orientación sexual, independiente
de si se asume la homosexualidad como biológicamente determinada o como
una opción personal, desconoce los derechos a la igualdad y al libre
desarrollo de la personalidad.
156

Desde sus primeros años de labores, la Corte Constitucional también


conoció de casos en los que se vulneró el derecho a la educación a
estudiantes con orientación sexual homosexual. Así, por ejemplo, en la
sentencia T-101 de 1998, la Corte estudió el caso de un grupo de jóvenes a
quienes, tras haber abandonado temporalmente sus estudios con el objeto de
conseguir trabajo, no se les permitió el reintegro a la jornada nocturna en la
institución educativa en la que estudiaban. El rector les comunicó que el
Concejo Académico llegó a esa determinación porque su condición de
homosexuales resultaba inapropiada dentro del instituto.

Al estudiar este caso la Corte encontró que el derecho a la educación no


puede ser desconocido bajo ninguna circunstancia y menos aún por actos
discriminatorios. A juicio de la Corte, la respuesta del rector de la institución
educativa fue abiertamente discriminatoria, razón por la cual procedió a
amparar los derechos de los accionantes.

La Corte Constitucional también ha conocido de acciones de tutela


interpuestas por ciudadanos homosexuales que son discriminados mediante
hostigamiento, maltrato y constreñimientos. Por ejemplo, en la sentencia T-
301 de 2004, conoció el caso de un ciudadano homosexual que en repetidas
oportunidades fue obligado a retirarse de sitios públicos cuando compartía
con sus amigos porque a juicio de los policías su condición de homosexual
afectaba la moral pública. En esa oportunidad la Corte ordenó al comandante
del Departamento de Policía tomar las medidas correspondientes para hacer
cesar los hostigamientos.
157

A pesar de la importancia de estas decisiones y de muchas otras que


afirman que es inadmisible cualquier discriminación contra las personas con
orientaciones sexuales diversas, estas prácticas continúan presentándose.

Ap Ap
Actividad pedagógica
Lea con atención la siguiente noticia, publicada el 27 de febrero
de 2014 en el periódico “El Espectador”:

Por un beso, pareja homosexual es expulsada de


centro comercial

Este jueves se realizará una besatón frente al centro


comercial Avenida Chile, en Bogotá, para rechazar la
discriminación contra manifestaciones afectivas por parte de
personas del mismo sexo.

Por: María Camila Rincón Ortega

"Histérico, enfurecido, colérico, furibundo, iracundo y


cabreado hasta el tuétano", fue como Alejandro Aristázabal
calificó su sentimiento de impotencia frente a lo que le
ocurrió en el centro comercial Avenida Chile, el pasado 19 de
febrero: un simple beso, acompañado de un abrazo a su
novio, fue suficiente para que dos guardias del
establecimiento les pidieran retirarse. "Ustedes no pueden
estar haciendo este espectáculo y poniendo en vergüenza al
centro comercial", justificó uno de los vigilantes, mientras el
otro remataba preguntándoles: "¿Por qué tienen que hacer
esto acá, si tienen las esquinas y la clase de bares donde
llaman a la gente como ustedes?".

¿Y cómo son ellos?, podría pensar cualquiera. Además,


cuando Alejandro les preguntó a los guardias si las parejas
heterosexuales que se besaran dentro del lugar también
debían retirarse, la respuesta fue un no rotundo, porque
"eso es completamente diferente, por eso Dios hizo al
158

hombre y a la mujer", le espetaron. Ante esta explicación el


joven no sólo se negó a irse del centro comercial, sino que
les informó a los vigilantes que intentar expulsarlos es un
acto discriminatorio que puede llegar a ser ilegal. Y ahí fue
cuando los guardias sugirieron llamar a la Policía, con lo
cual Alejandro y su pareja estuvieron de acuerdo: "Sí,
llámenla porque ustedes están incumpliendo la ley". Sin
embargo, eso nunca ocurrió y en lugar de las autoridades
llegó el jefe de seguridad del centro comercial que tampoco
solucionó la situación. El trato discriminatorio continuó. (…)

Alejandro interpuso una acción de tutela con fundamento en los


hechos narrados en la noticia que usted acaba de leer. Usted es
el juez de conocimiento:

1.-¿Considera que el guardia desconoció algún derecho


fundamental de Alejandro y su pareja? ¿Por qué?

2.-Usted es el juez a que le corresponde el conocimiento de la


acción, ¿qué decisión tomaría?

Ahora bien, pese a la importante línea jurisprudencial en que la Corte


Constitucional se ha ocupado de casos de discriminación hacía personas con
orientaciones e identidades sexuales diversas, durante muchos años la
protección se reservó a los derechos de las personas homosexuales. Es
decir, “el ordenamiento jurídico reconoc[ía] los derechos que como
individuos tienen las personas homosexuales, pero, al mismo tiempo las
priva[ba] de instrumentos que les permitan desarrollarse plenamente como
pareja, ámbito imprescindible para la realización personal, no solo en el
aspecto sexual, sino en otras dimensiones de la vida” (C-075, 2014). Esta
situación cambió radicalmente a partir del año 2007, cuando la Corte
reconoció que otorgar protección a las personas homosexuales pero no a las
relaciones que ellas construyen, era discriminatorio.
159

6.1.2. Derechos de las personas con orientaciones sexuales e


identidades de género diversas en el ámbito de sus relaciones de
pareja

Uno de los hitos en la garantía de los derechos de personas con


orientaciones sexuales e identidades de género diversas es la sentencia C-
075 de 2007. En esa oportunidad la Corte conoció una demanda de
inconstitucionalidad contra los artículos 1° y 2°, parciales de la Ley 54 de
1990, modificada parcialmente por la Ley 979 de 2005, en lo referente a la
definición de la unión marital de hecho como la alianza de un hombre con
una mujer.

Los demandantes consideraban que establecer en una ley el reconocimiento


de la unión marital de hecho solamente a las parejas heterosexuales era un
trato discriminatorio que afectaba la decisión consciente y autónoma de una
persona de crear una comunidad de vida con otra, así sea del mismo sexo. Al
resolver la demanda la Corte encontró que las personas homosexuales que
cohabitaban se encontraban desprotegidas patrimonialmente, pues no tenían
la posibilidad de reclamar los bienes que por derecho les corresponderían si
fueran una pareja heterosexual. A juicio de la Corte, la ausencia de
reconocimiento limitaba a la pareja homosexual en su proyecto de vida y
lesionaba su autonomía y autodeterminación, pues su decisión no producía
los mismos efectos civiles de un proyecto de vida heterosexual, antes bien,
les imponía restricciones injustificadas que se traducían en un trato
discriminatorio.

Por lo anterior la Corte resolvió que no podía existir un trato normativo


diferente para parejas heterosexuales y homosexuales. A juicio del tribunal
constitucional, los derechos patrimoniales que nacen de una vida en pareja y
160

que se adquieren con el reconocimiento de la unión marital de hecho, son


predicables tanto de parejas heterosexuales como de homosexuales, en tanto
cumplan con los requisitos legales para su declaratoria.

También en el 2007, mediante la sentencia C-811, la Corte Constitucional


estableció que el artículo 163 de la Ley 100 de 1993, al excluir como
beneficiarios de la afiliación al régimen de seguridad social en salud a los
compañeros del mismo sexo establecía un déficit de protección. Por lo
anterior, la Corte declaró la exequibilidad condicionada del artículo
demandado, condicionándola a entender que el régimen de protección
contenido en el artículo debía ser extendido a las parejas conformadas por
personas del mismo sexo.

Posteriormente, mediante la sentencia C-336 de 2008 la Corte conoció una


demanda contra los artículos 1º (parcial) de la ley 54 de 1990, 47 (parcial),
74 (parcial) y 163 (parcial) de la ley 100 de 1993 en sus referencias de
compañero y compañera permanente. Estas normas fueron demandadas
porque a juicio de los accionantes desconocían lo dispuesto en los artículos 1,
13, 16, 48, 49 y 93 de la Constitución Política, pues no extendían a las
parejas homosexuales los beneficios y protección que en materia de pensión
de sobrevivientes correspondían a las parejas heterosexuales.

En este caso la Corte encontró que existía un vacío normativo que se


traducía en un trato diferenciado a las parejas homosexuales. Dicho trato
diferenciado, a juicio de la Corte, carecía de justificación. En ese sentido
indicó:

“Desde la perspectiva de la protección de los derechos constitucionales, la


ausencia de una posibilidad real de que un individuo homosexual pueda
161

acceder a la pensión de sobreviviente de su pareja fallecida que tenía el


mismo sexo, configura un déficit de protección del sistema de seguridad
social en pensiones que afecta sus derechos fundamentales por razón de la
discriminación que dicha exclusión opera respecto de la condición sexual del
mismo, exteriorizada en su voluntad de formar pareja” (C-336, 2008).

Por lo anterior la Corte resolvió ampliar los beneficios en materia de


pensión de sobrevivientes previstos para las parejas heterosexuales a
aquellas conformadas por personas del mismo sexo, siempre que cumplan
con los requisitos establecidos en la Ley 54 de 1990 para acreditar la
condición de compañeros o compañeras permanentes.

Estas decisiones fueron reafirmadas en la sentencia C-029 de 2009, en la


cual la Corte conoció una demanda contra una serie de normas que excluían
a las parejas homosexuales de ciertos derechos y obligaciones y que
establecían algunas cargas solo para las parejas heterosexuales. En esa
oportunidad la Corte estableció que las disposiciones demandadas, al
establecer una inclusión restrictiva de los heterosexuales, dejando de lado las
uniones homosexuales, eran discriminatorias. Por lo anterior, estableció que
las normas acusadas debían ser consideradas exequibles, siempre y cuando
se entienda que la protección que se consagran no puede contener en sí
misma un trato diferenciado injustificado e irrazonable.

6.1.3. Derechos de las personas con orientaciones sexuales e


identidades de género diversas en el ámbito de la familia

La protección que la Corte Constitucional ha predicado de las parejas


conformadas por personas homosexuales, recientemente ha ido
evolucionando al punto de reconocer que este grupo de ciudadanos
162

conforman familias.

Así, la Corte Constitucional en la sentencia C-577 de 2011 conoció dos


demandas de inconstitucionalidad contra los artículos 113 del Código Civil,
2º de la Ley 294 de 1996 y 2º de la Ley 1361 de 2009. Los accionantes
consideraban que dichas normas, al impedir contraer matrimonio a las
parejas conformadas por personas del mismo sexo, eran contrarias a la
Constitución.

En esa oportunidad la Corte reconoció el derecho que tiene toda pareja a


constituir una familia mediante un acto contractual de carácter marital,
solemne y formal. En ese sentido estableció que las uniones de parejas de
personas del mismo sexo constituyen una familia y gozan del derecho a la
plena protección al que se refiere el artículo 42 de la Constitución. Es decir,
la orientación sexual sus miembros, no puede ser un obstáculo para la
conformación de una familia.

En esa sentencia la Corte exhortó “al Congreso de la República para que


antes del 20 de junio de 2013 legisl[ara], de manera sistemática y
organizada, sobre los derechos de las parejas del mismo sexo con la finalidad
de eliminar el déficit de protección que, según los términos de [la] sentencia,
afecta a las mencionadas parejas”. No obstante, el Congreso de la República
no expedido dicha Ley.

Recientemente, en la sentencia SU-617 de 2014, la Corte conoció el caso de


una familia conformada por una pareja lesbiana y una niña que tenía por
madre biológica a una de las mujeres. Por esa razón, quien no era la madre
biológica solicitó su adopción, a lo que el ICBF se negó argumentando que
nuestro ordenamiento no prevé la adopción por parte de parejas del mismo
163

sexo. En esa oportunidad la Corte resolvió ordenar a la Defensoría de Familia


revocar la declaratoria de improcedencia de la solicitud de adopción, por
estar fundada en la homosexualidad de la pareja. También ordenó adelantar
de nuevo el trámite administrativo correspondiente, sin que la orientación
sexual de las madres pudiera ser invocada para excluir la adopción de la
menor de edad.
6.2 DERECHOS DE LAS PERSONAS CON IDENTIDAD DE
GÉNERO TRANSGENERISTA

Cómo vimos en la Unidad No. 1 la Identidad de Género es una


construcción individual y una vivencia personal en relación con el cuerpo y
otras formas de expresión de la identidad personal. En ese sentido, existen
diferentes identidades de género: femenina, masculina y transgenerista.
Quienes asumen esta última identidad son personas que “desarrollan una
identidad de género contraria a la que se les demanda socialmente en razón
de su sexo biológico de pertenencia o que se encuentran en tránsito entre
los géneros” (Colombia Diversa & La Octava Productora, 2011).

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, como se indicó en la


primera Unidad, distingue dentro de la identidad de género transgenerista
dos categorías: el transexualismo y el travestismo. Adicionalmente la Corte
Constitucional, incluyó dentro de estas categorías a las personas
transformistas, drag queens o kings (T-314, 2011). Transformistas, drag
queens and kings se agrupan dentro de la categoría de travestismo.

Con el fin de recordar las diferencias entre estos con conceptos, incluimos
nuevamente el cuadro de análisis presentado en la primera Unidad basado
en el Estudio
164

“Orientación sexual, identidad de género y expresión de género: algunos


términos y estándares relevantes”, elaborado por la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos:

Transgenerismo
Es un “término paragua – que incluye la subcategoría transexualidad y
otras variaciones – [y] es utilizado para describir las diferentes variantes
de la identidad de género, cuyo común denominador es la no conformidad
entre el sexo biológico de la persona y la identidad de género que ha sido
tradicionalmente asignada a éste”.

Transexualismo Travestismo
“Las personas transexuales se “Son aquellas que expresan su
sienten y se conciben a sí mismas identidad de género – ya sea de
como pertenecientes al género manera permanente o transitoria –
opuesto que social y culturalmente se mediante la utilización de prendas de
asigna a su sexo biológico y que vestir y actitudes del género opuesto
optan por una intervención médica – que social y culturalmente se asigna
hormonal, quirúrgica o ambas – para a su sexo biológico. Ello puede incluir
adecuar su apariencia física–biológica la modificación o no de su cuerpo”33.
a su realidad psíquica, espiritual y
social”.

La Corte Constitucional Colombiana ha reconocido la situación de


vulnerabilidad de las personas con una identidad de género transgenerista.
En este sentido en la Sentencia T-311 de 2011 la Corte resaltó que “la
crítica situación de marginación de las transgeneristas sigue siendo muy
severa, lo que las convierte en las víctimas más representativas de la
violencia por prejuicio en la sociedad que se manifiesta de múltiples
formas, tales como (i) amenazas escritas o verbales; (ii) agresiones físicas;
(iii) intentos de homicidio y homicidios, tanto en el hogar como en espacios
públicos o abiertos al público; (iv) ejercidos por ciudadanos comunes,
individualmente o en grupo; o (v) por la fuerza pública y funcionarios
públicos” (T-311, 2011).
165

Por lo anterior, la Corte se ha pronunciado en varias oportunidades


respecto a la protección de los derechos fundamentales de este grupo
poblacional, en especial sobre el derecho a la personalidad jurídica, al libre
desarrollo de la personalidad, la libertad de expresión y el derecho a la
salud.

“En el 2013, Colombia Diversa publicó un informe, el


cual afirma que entre los años 2010 y 2011, por lo
menos 33 personas trans fueron asesinadas. Además,
un estudio del 2010, adelantado por la Administración
Distrital sobre la situación de los derechos de la
Sabia población LGBTI de Bogotá, reveló que el 64% de las
Usted que… personas trans habían sufrido agresiones por su
identidad de género. Otro estudio realizado por la
Universidad Pedagógica Nacional y la Corporación
Promover Ciudadanía indicó que el 95.8% de las
personas trans habían sufrido algún tipo de
discriminación en un lugar público. Todos los estudios
concuerdan en que de todas las personas LGBTI, las
personas trans siguen siendo las más marginalizadas y
discriminadas”(2013)

66
166

6.2.1. Derecho al libre desarrollo de la personalidad y la personalidad


jurídica: cambio de nombre

Desde sus inicios, la Corte Constitucional ha reconocido el derecho al


cambio de nombre como una expresión de la autonomía personal. En la
sentencia T-594 de 1993, la Corte conoció del caso de una persona
transgenerista cuya solicitud de cambio de un nombre masculino a uno
femenino ante una notaría había sido negada. En esa providencia, la Corte
reconoció que el nombre es una de las expresiones de la identidad personal y
en consecuencia la autonomía para elegir el propio nombre se deriva del
ejercicio del derecho al libre desarrollo de la personalidad. Con base en estas
consideraciones la Corte ordenó a la notaria registrar el cambio de nombre
de la solicitante sin la exigencia de requisitos adicionales como una escritura
pública o la decisión de un juez de la república.

En el año 2008, la Corte revisó el caso de un peticionario cuya segunda


solicitud de cambio de nombre había sido negada por la Registraduría
General del Estado Civil con fundamento en lo dispuesto en el artículo 94 del
Decreto 1260 de 1970 (Estatuto del Registro del Estado Civil de las
Personas), el cual establece que se podrán solicitar cambios y modificaciones
al nombre por una sola vez. Inicialmente el peticionario había cambiado su
nombre masculino por uno femenino, sin embargo debido a circunstancias
personales solicitó nuevamente un cambio retornando a su nombre original.
En esta oportunidad, la Corte reiteró que el cambio de nombre es una
manifestación del derecho a la personalidad jurídica y al libre desarrollo de la
personalidad, este último entendido como la “facultad de la persona de
determinar los elementos distintivos de su carácter, conforme a un plan de
vida concreto” (T-1033, 2008). Este derecho implica ”el reconocimiento del
167

Estado de la facultad natural de toda persona de realizar autónomamente su


proyecto vital, sin coacción, ni controles injustificados y sin más límites que
los que imponen los derechos de los demás y el orden jurídico“ (T-1033,
2008).

Si bien en esta sentencia la Corte manifestó que el límite establecido en el


artículo 94 del Decreto 1260 de 1970 no afecta el núcleo esencial de los
derechos a la personalidad jurídica y al libre desarrollo de la personalidad,
decidió inaplicar esta normatividad en el caso concreto debido a que existía
”una manifiesta disconformidad con la identidad que proyecta en sociedad,
que se concreta en la incompatibilidad entre su reorientación sexual hacia un
rol masculino y el nombre femenino que lo identifica, de manera que no
puede limitarse su facultad de adecuar la exteriorización de sus notas
distintivas a los criterios que indican su íntima concepción, máxime cuando
ello anula su posibilidad de realización personal y compromete derechos
fundamentales como la identidad sexual, la autonomía y la libertad como, sin
duda, ocurre en el caso del actor“ (T-1033, 2008).

Las consideraciones mencionadas anteriormente fueron reiteradas en la


sentencia T-977 de 2012, en la cual la Corte decidió nuevamente inaplicar el
artículo 94 del Decreto 1260 de 1970 en el caso de una solicitante que
inicialmente había cambiado su nombre por razones de carácter religioso y
quien posteriormente asumió una identidad de género transgenerista y
deseaba cambiar su nombre por uno femenino acorde con su nueva identidad
y plan de vida. Adicionalmente, la Corte consideró que la negación de un
segundo cambio de nombre en este caso “anula[ba] la posibilidad de
realización personal y compromet[ía] derechos fundamentales como la
identidad sexual, la autonomía y la libertad“ de la peticionaria (T-977, 2012).
168

Finalmente en la Sentencia T-611 de 2013, en un caso con hechos


similares a los de la Sentencia T-1033 de 2008, la Corte inaplico el artículo 94
de Decreto 1260 de 1970. Además de reiterar los argumentos jurídicos
presentados en oportunidades anteriores, en este caso la Corte manifestó que
existe una estrecha relación entre el derecho al cambio de nombre y el
respeto a la dignidad humana, la cual implica “aceptar a cada individuo como
es, con sus rasgos característicos y diferencias específicas, pues esa
individualidad es la que distingue cada sujeto de la especie humana“. Así
mismo, la Corte manifestó que ”la dignidad se constituye en fuente del
derecho a la identidad, y particularmente, para el caso, la identidad sexual“
(T-611, 2013).

6.2.2. Derecho al libre desarrollo de la personalidad y a la diversidad


sexual: Manifestaciones de la identidad de género transgenerista

Así mismo, a través de su jurisprudencia la Corte Constitucional ha


protegido el derecho de las personas transgeneristas a manifestar libremente
su identidad sexual frente a los demás miembros de la sociedad. En este
sentido, la Corte ha reconocido la diversidad sexual, como derecho
fundamental que se manifiesta a través del ejercicio de otros derechos ”como
el libre desarrollo de la personalidad (Art. 16), - que asegura para todos los
ciudadanos la posibilidad de buscar opciones personales para su propia vida y
manifestar su identidad individual -; el derecho a la intimidad (Art. 15), -
que garantiza un espacio personal y ajeno a la interferencia ilegítima de
terceros - ; y el derecho a la igualdad (Art. 13), - relacionado con la potestad
de recibir un tratamiento igualitario sin discriminación alguna -“ (Negrilla
fuera del texto) (T-268, 2000).

Por ejemplo, en el análisis de una tutela interpuesta contra la Alcaldía


169

Municipal de Neiva por haber negado la autorización para la realización de un


desfile de las candidatas al Reinado Nacional Gay en su versión 1999 por las
principales calles de la ciudad. En ese desfile participaría un grupo de
candidatas transgeneristas. La Alcaldía municipal fundamentó su negativa en
la necesidad de proteger los derechos de los niños y agregó que los derechos
de los solicitantes no habían sido vulnerados por cuanto la “homosexualidad
es un asunto propio de la intimidad de las personas y por lo tanto carece de
la relevancia pública“ (T-268, 2000). Al respecto, la Corte consideró que
avalar los fundamentos de la alcaldía al adoptar esta decisión:

“(…) nos llevaría al absurdo de concluir, que la protección


constitucional al libre desarrollo de la personalidad y a la igualdad
que consagra la Carta, se circunscribe a espacios restringidos o
guetos, y que por fuera de ellos, existen unos criterios
institucionalizados, morales y de comportamiento, impuestos por
el Estado, que no pueden ser rebasados por los ciudadanos, ni aún
como expresión de su identidad e individualidad. Como se puede
ver prima facie, un argumento semejante conduciría injustamente
a concluir, que los transexuales o los travestis no pueden circular
libremente por las calles, que su identidad debe reprimirse en
sociedad yo que pueden válidamente ser discriminados en
escenarios públicos como teatros, cines, plazas, etc., en
detrimento de sus derechos y de su dignidad, si su condición ha
trascendido socialmente o ha tenido "relevancia social". Una
posición semejante, indica claramente una discriminación directa a
una de las facetas de la condición homosexual, ya que la
pretensión de evitar su trascendencia social implica una inferencia
automática de que tal condición o sus conductas, son contrarias de
por sí a la sociedad, o atentatorias de los intereses colectivos“ (T-
170

268, 2000).

Así mismo, respecto a la necesidad de proteger los derechos de los niños,


alegada como argumento por la Alcaldía de la Neiva, la Corte consideró que
no era claro cómo la expresión de la diversidad sexual a través de un desfile
podía afectar los derechos de los niños. Por el contrario encontró que la
restricción al derecho a la diversidad sexual si tenía un carácter
desproporcionado (T-268, 2000).

El derecho al manifestación de la identidad de género también ha sido


reconocido para las personas con identidades sexuales diversas que se
encuentra privadas de la libertad. La Corte Constitucional ha manifestado que
a pesar de que algunos derechos son limitados válidamente en razón de la
reclusión, ”existe un grupo de derechos fundamentales, entre otros la vida, la
salud, la integridad física, la igualdad y la dignidad humana, que permanecen
intangibles en el ámbito penitenciario“ (T-062, 2011). Teniendo en cuenta
que el reconocimiento de la dignidad humana implica la protección del
derecho a la diversidad sexual, toda interferencia injustificada constituye una
vulneración al ejercicio de este derecho (T-062, 2011).

Con base en esta argumentación, la Corte tuteló, por ejemplo, los derechos
fundamentales de una mujer transgenerista recluida en el establecimiento
Penitenciario de Mediana Seguridad de Yopal (Casanare) a quien se le había
prohibido el uso de ropa femenina, maquillaje y quien había sido amenazada
por las directivas de la institución con cortarle el pelo. En este caso la Corte
precisó que para la tutelante, “la adopción de su identidad sexual está
mediada por el uso de maquillaje, el pelo largo y determinadas prendas de
vestir, elementos todos ellos que permiten reafirmar dicha opción (…). En
otros términos, el adecuado ejercicio del derecho a la autonomía personal,
171

reflejado en la determinación de la opción sexual, depende del uso de tales


elementos por parte del accionante, por lo que la privación injustificada de los
mismos conlleva la vulneración de sus derechos a la dignidad humana, el
libre desarrollo de la personalidad y la igualdad“ (T-062, 2011).
Adicionalmente, la Corte reiteró que es obligación del Instituto Nacional
Penitenciario y Carcelario prevenir que las personas con identidades sexuales
diversas sean objeto de sanciones o vejaciones en razón de ello.

6.2.3. Derecho al libre desarrollo de la personalidad y a la salud:


Reasignación de sexo

Recientemente la Corte Constitucional Colombiana ha reconocido la


intrínseca relación que existe entre el principio a la dignidad humana, el
derecho al libre desarrollo de la personalidad y el derecho a la salud para el
caso de las personas con identidad de género transgenerista. Cómo se explicó
anteriormente, el respeto por la dignidad humana implica la garantía de la
autonomía individual, el respeto por la identidad de género y el libre
desarrollo de la personalidad. En consecuencia el Estado a través de sus
instituciones debe garantizar “que cada persona pueda fijar y realizar sus
propias metas, de acuerdo con su carácter y temperamento (…) En ejercicio
de esta garantía cada individuo es autónomo para adoptar un modelo de vida
de acuerdo con sus valores, creencias, convicciones e intereses” (T-918,
2012).

Con el fin de alcanzar el pleno disfrute del derecho a la dignidad y al libre


desarrollo de la personalidad, el ser humano debe gozar también de una
buena salud. La salud implica no solamente la ausencia de enfermedad, sino
que involucra el bienestar físico, psicológico y social de las personas. Bajo
esta premisa, la Corte Constitucional ha manifestado que la garantía del
172

derecho a la salud de las personas con una identidad de género


transgenerista requiere la consideración de los tres aspectos mencionados
anteriormente pues ellas “(…) deben enfrentar asuntos de salud propios,
como miembros de un grupo minoritario que se caracteriza por identidades
complejas y apariencias diversas, que debe velar porque la atención del
sistema de salud reconozca dichas especificidades“(T-918, 2012).

La garantía del derecho a la salud de las personas con una identidad de


género transgenerista implica un cuidado apropiado y oportuno que facilite su
proceso de transición tanto en el aspecto físico como emocional. Con base en
este argumento, la Corte Constitucional ha tutelado en dos oportunidades
(Sentencia T-876 de 2012 y T-918 de 2012), el derecho a la salud de dos
personas con identidad de género transgenerista a quienes el acceso a una
cirugía de reasignación de sexo les había sido negada por entidades
prestadoras del servicio a la salud bajo el argumento de que este tipo de
procedimientos no estaba incluido en el Plan Obligatorio de Salud (POS) y
que no existía un riesgo inminente para la vida y la salud del paciente que
requiriera la práctica de estas intervenciones quirúrgicas.

En la sentencia T-918 de 2012, la Corte analizó el caso de una mujer


transgenerista que interpuso una acción de tutela en contra de su entidad
prestadora de salud negarle la práctica de la cirugía de reasignación de sexo
ordenada por su médico tratante. En esta oportunidad, el tribunal
constitucional llamó la atención de las entidades prestadoras de salud para
que se atuvieran a lo contemplado en el Acuerdo No. 29 de 2011 de la
Comisión de Regulación en Salud, mediante el cual se amplió la cobertura del
POS. En este acuerdo se incluyen como parte del POS las intervenciones
requeridas para la reasignación de sexo sin que se restrinja su práctica al
tratamiento de alguna enfermedad específica. Adicionalmente, respecto al
173

argumento de la existencia de un peligro para la vida, la Corte fue enfática en


afirmar que la responsabilidad de las empresas prestadoras de salud no se
agota en la adopción de medidas en casos de urgencia sino que es su deber
brindar los cuidados necesarios para garantizar que todas las personas vivan
en condiciones de dignidad.

Finalmente, la Corte ordenó en la misma sentencia que la Registraduría


Nacional del Estado Civil expidiera un nuevo registro civil para la actora “con
el mismo número de identificación, en el que conste como sexo femenino – y
que adoptará – las medidas necesarias para garantizar la reserva del primer
registro que solo podrá ser consultado por la actora, por orden judicial que
disponga su publicidad en un caso concreto, o por parte de las autoridades
públicas que lo requieran para el ejercicio de sus funciones” (T-918, 2012).

“Diversos estudios han encontrado que estas personas


-personas transgeneristas-, ante la dificultad de recibir
Sabia las prestaciones de salud que requieren y la
desesperación por lograr su bienestar, deciden no
Usted recibir atención médica a sus problemas o buscar
alternativas al sistema de seguridad social formal. Esta
que… última opción genera consecuencias perversas puesto
que lleva a que los pacientes consuman altos niveles
de hormonas sin supervisión o se practiquen cirugías
en clínicas informales. De modo que a pesar de
conocer los riesgos que implican para su vida,
prefieren las vías alternativas que resultan menos
discriminatorias, menos costosas y con menos barreras
de acceso” (T-918, 2012).

Ap Ap
Actividad pedagógica
Lea por favor los siguientes hechos. Tenga en cuenta que
circunstancias similares dieron origen a una tutela
interpuesta por una persona transgenerista y que fueron
174

conocidos por la Corte Constitucional en sede de revisión:

-Liliana nació con órganos genitales masculinos. Luego de


un proceso quirúrgico cambió su sexo, motivo por el cual,
es una persona transexual.

-Liliana trabaja desde hace 32 años en el área de la


construcción.
-En junio del año 2005, Liliana se presentó a la obra “Claro
de la Montaña” para solicitar trabajo. Allí realizó una
muestra de estuco por órdenes del señor Pérez. El señor
Pérez felicitó a Liliana por su trabajo y le informó que
hablaría con el contratista para estudiar posibilidades de
empleo para ella.
-Días después, Liliana se presentó a la obra y el señor
Pérez le informó que sería contratada. Adicionalmente, le
entrego unos formularios de afiliación al Seguro Social para
que fueran radicados.
-Una vez radicados estos documentos, Liliana regresó a la
obra y acordó con el señor Pérez un contrato verbal de
trabajo por 3 meses. El señor Pérez le informó que debía
presentarse al día siguiente a trabajar.

-De conformidad con lo acordado, Liliana se presentó a


trabajar al día siguiente y se encontró con el señor Carlos
Linares quien también había sido contratado como
estucador. El señor Carlos Linares recibió orden de ingreso,
mientras que a Liliana le fue negada. Liliana afirma que le
fue manifestado que no podía ingresar por ser transexual.

-De acuerdo con Liliana, uno de los ingenieros de la obra le


informó que no le permitían a “personas como ella”
trabajar porque distraía a los demás obreros.

-Liliana se presentaba todos los días a la obra y ante su


insistencia le informaron que la decisión de dejarla o no
trabajar iba a ser tomada por un comité de trabajo.
Semanas después a Liliana le fue notificado que el comité
había decidido cancelar su contrato verbal de trabajo.

-Dadas estas circunstancias, Liliana decide interponer una


acción de tutela en contra de la empresa propietaria de la
obra, “Construcciones S.A”.

-En la contestación de la demanda, la empresa


175

“Construcciones S.A.” manifestó que no ha vulnerado los


derechos de la demandante por cuanto no la conocen y
nunca ha existido un vínculo laboral entre ellos.

Responda las siguientes preguntas:

Asumiendo el rol de la parte actora en la demanda de tutela,

1.-¿Qué derechos fundamentales alegaría usted que fueron


vulnerados en este caso? Explique los argumentos que sustenta
la violación de cada uno de estos derechos.

2.-¿Qué elementos probatorios incluiría usted en su demanda?


3.-¿Qué pruebas solicitaría que fueran ordenadas por el juez de
tutela?

Asumiendo el rol del juez que conoce de la tutela,

1.- ¿Qué elementos probatorios ordenaría?

2.-¿Qué elementos probatorios tendría en cuenta para tomar su


decisión? Para responder esta pregunta por favor tenga en
cuenta las reglas probatorias establecidas en la jurisprudencia
de la Corte Constitucional para los casos donde se presuma una
acción discriminatoria.

3.-¿Cuál sería su decisión en este caso teniendo en cuenta los


argumentos y pretensiones de ambas partes? Sustente su
respuesta.

6.3 DERECHOS DE LAS PERSONAS INTERSEXUALES

Cómo se discutió en la primera unidad de este módulo, tradicionalmente


se ha considerado que el sexo hace referencia a las diferencias biológicas
entre los seres humanos que permiten establecer si se trata de hombres o de
mujeres. Sin embargo, no en todos los casos las personas nacen con
características biológicas que les permitan identificarse como pertenecientes
al sexo femenino o masculino, este el caso de las personas intersexuales.
176

La Relatoría sobre los Derechos de las Personas LBGTI de la Comisión


Interamericana de Derechos Humanos ha definido la intersexualidad como
“todas aquellas situaciones en las que el cuerpo sexuado de un individuo
varía respecto al standard de corporalidad femenina o masculina
culturalmente vigente” (2009). Históricamente estás características biológicas
han sido denominadas como hermafroditismo, sin embargo en la actualidad la
literatura médica y jurídica han considerado el término “intersexualidad”
cómo técnicamente el más adecuado. (Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, 2009)

En este mismo sentido, la Corte Constitucional Colombiana ha explicado a


través de su jurisprudencia (SU-337, 1999) las diferentes facetas en que la
intersexualidad se puede presentar. En primer lugar se habla de la
intersexualidad verdadera en la cual las personas “tienen un cariotipo XX y
presentan los dos tipos de tejido gonadal, ya sea porque tienen testículo y
ovario simultáneamente, o porque poseen lo que se denomina un
“ovotestes”

(mitad testículo y mitad ovario)”. Segundo, se encuentran las personas con


una intersexualidad masculina quienes tienen un “sexo genético XY y
testículos, pero que presentan genitales ambiguos”. Por último, existen casos
de intersexualidad femenina en los cuales las personas tienen sexo genético
XX, con ovarios, pero con genitales ambiguos, o con características
masculinas34. Es importante aclarar que si bien, los anteriores estados
intersexuales son los más comunes existen otro tipo de características
biológicas que pueden generar ambigüedad genital y que no se encuentran
incluidas en las anteriores categorías.
Históricamente los casos de intersexualidad han sido considerados como
177

anomalías o trastornos físicos que debían ser intervenidos con el fin


normalizar el sexo de las personas intersexuales a una de las dos categorías
médica y socialmente aceptadas: sexo femenino o sexo masculino. Bajo esta
premisa muchas personas intersexuales en Colombia cómo alrededor del
mundo fueron intervenidas quirúrgicamente sin tener en cuenta su
consentimiento y las consecuencias que este tipo de procedimientos podría
tener en su posterior desarrollo físico, emocional y social.

Un caso que ejemplifica estas circunstancias, fue puesto por primera vez a
consideración de la Corte Constitucional Colombiana en el año de 1995. Se
trataba de una acción de tutela interpuesta por un personero municipal en
representación de un menor de edad, quien había sufrido la mutilación de sus
órganos genitales masculinos durante la niñez y quien por decisión de los
médicos y sus padres había sido intervenido quirúrgicamente con la finalidad
de ser reasignado al sexo femenino. Durante la adolescencia, el joven se
reusó a continuar con el tratamiento hormonal y quirúrgico asignado debido a
que consideraba que su identidad de género era masculina y por lo tanto
decidió acudir a las instancias judiciales para solicitar la protección de sus
derechos a la dignidad y libre desarrollo de la personalidad en conexidad con
su derecho a determinar autónomamente su identidad sexual y de género (T-
477, 1995).

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A partir del análisis de este caso, la Corte ha sido clara en afirmar a lo largo
de su jurisprudencia que no es de su competencia prohibir la realización de
tratamientos de reasignación de sexo en el caso de menores de edad, con
base en el argumento de que debe prevalecer el derecho a la autonomía y
libre determinación y que se deba esperar a que el menor cumpla la mayoría
de edad para que pueda tomar esta decisión autónomamente. Esta
determinación se fundamenta en la falta de un acuerdo en el debate científico
sobre la necesidad y utilidad de estos tratamientos en niños y niñas
intersexuales. Hasta el momento, “la necesidad y utilidad de estas terapias
no están plenamente probadas. Sin embargo tampoco ha sido demostrado
que estas intervenciones médicas sean en la mayor parte de los casos
dañinas, ni que una persona con ambigüedad genital no pueda en general
desarrollarse en forma satisfactoria sin haber sido operada” (SU-337, 1999).

Teniendo en cuenta estas circunstancias pero con el ánimo de promover y


proteger los derechos de las personas intersexuales, la Corte Constitucional
ha construido una línea jurisprudencial con unas reglas claras que deben ser
tenidas en cuenta no solamente por los jueces cuando aborden estos casos,
sino también por el personal médico que implementa los tratamientos
médicos y los padres cuando deban otorgar un consentimiento sustituto o
asistido en representación de los menores de edad. Cómo veremos a
continuación, la Corte ha sido enfática y consistente a lo largo de su
jurisprudencia con respecto al alcance del consentimiento directo o sustituto
así como de las particulares responsabilidades del personal médico cuando
tratamientos de reasignación de reasignación de sexo sean solicitados por el
paciente o su representante legal y/o sean sugeridas por el personal médico.
179

6.3.1. Alcance y características del consentimiento del paciente o su


representante legal.

6.3.1.1 De la necesidad de que exista consentimiento por parte del


paciente

En primer lugar, la Corte Constitucional ha sido clara en manifestar que


todo procedimiento médico requiere del consentimiento del paciente para ser
realizada. Esta medida busca respetar la dignidad humana del paciente y
garantizar su derecho a la libre autodeterminación. En palabras de la Corte:

“(…) Si los individuos son libres y agentes morales autónomos, es


obvio que es a ellos a quienes corresponde definir cómo
entienden el cuidado de su salud, y por ende, los tratamientos
médicos deben contar con su autorización. En efecto, “la primera
consecuencia que se deriva de la autonomía, consiste en que es
la propia persona (y no nadie por ella) quien debe darle sentido a
su existencia y, en armonía con él, un rumbo”. Por ello esta Corte

ha señalado que del "principio general de libertad emana el


derecho específico de la autonomía del paciente que le permite
tomar decisiones relativas a su salud” (SU-337, 1999).

La exigibilidad del consentimiento del paciente constituye una regla


general que sólo admite excepciones en casos de emergencia donde las
limitaciones para la obtención del mismo puedan afectar su derecho
fundamental a la vida. Así mismo, sólo se podrá obviar el consentimiento del
paciente en situaciones donde la falta de un tratamiento médico pueda
afectar a terceros como es el caso de enfermedades contagiosas (SU-337,
1999).
180

Si bien la aplicabilidad de las reglas establecidas por la Corte


Constitucional a través de su jurisprudencia, depende de las características
particulares de cada caso, en términos generales se puede afirmar que
cuando se ordenen tratamientos de reasignación de sexo se requiere del
consentimiento expreso del paciente, en especial debido al impacto que estos
procedimientos tienen en su desarrollo y bienestar físico, psicológico,
emocional y social.

6.3.1.2 De la procedencia del consentimiento sustituto y el


consentimiento asistido

Al momento de manifestar su consentimiento los pacientes deben gozar


“de las aptitudes mentales y emocionales para tomar una decisión que pueda
ser considerada una expresión auténtica de su identidad personal” (SU-337,
1999). Sin embargo, en algunas situaciones existen obstáculos para obtener
el consentimiento directo del paciente debido a circunstancias de carácter
temporal o permanente. En estos casos, los familiares o el representante
legal del paciente que carece de autonomía para aceptar o no un
tratamiento, tienen el derecho de tomar decisiones para su proteger su vida
y su salud. Esta facultad se ha denominado como el consentimiento sustituto
(SU-337, 1999).

El consentimiento sustituto es una facultad especialmente relevante en el


caso de los menores de edad, particularmente en niños y niñas de corta edad
quienes por la etapa de desarrollo en que se encuentran aún no cuentan con
el conocimiento y la madurez para tomar este tipo de decisiones por sí
mismos. Dado el carácter fundamental que tiene el derecho a la salud en el
caso de las niñas y los niños, la Corte Constitucional ha resaltado que el
181

consentimiento de los padres es válido para tomar decisiones con respecto a


su salud y bienestar en general. Sin embargo, este consentimiento sustituto
no tiene un carácter absoluto. En primer lugar porque los padres no pueden
tomar decisiones que atenten con los derechos fundamentales de los
menores, y segundo porque esta facultad no puede anular la autonomía de
los niños y niñas. De esta forma, el consentimiento sustituto de los padres
debe tener en cuenta la opinión de los menores, especialmente cuando estos
se encuentran en una etapa más avanzada de desarrollo en la cual tienen un
mayor entendimiento de su entorno y de las situaciones que los afectan (SU-
337, 1999).

Con el fin de determinar el alcance que tiene el consentimiento sustituto


en el caso de los menores de edad, la Corte ha establecido que se deben
tener en cuenta al menos tres criterios: (i) la urgencia e importancia del
tratamiento para los intereses del menor, (ii) los riesgos y la intensidad del
impacto del tratamiento sobre la autonomía actual y futura del niño y (iii) la
edad del paciente (SU-337, 1999).

Si bien estos criterios no deben ser los únicos a considerar, en los casos
de tratamientos médicos encaminados a la reasignación de sexo de menores
de edad, el consentimiento de los padres se debe analizar a la luz de estos
tres elementos. De esta manera, el consentimiento sustituto de los padres
será legítimo siempre y cuando existan amenazas a graves a la salud física o
la vida del menor que requieran una intervención de carácter urgente.
Segundo, es necesario que los padres sean conscientes del carácter invasivo
de este tipo de tratamientos, así como de los riesgos que implican para el
desarrollo físico, psicológico, emocional y social del menor especialmente por
su carácter prácticamente irreversible. De tal forma, que se deben evitar
todas aquellas prácticas médicas que puedan causarle un daño innecesario al
182

paciente (SU-337, 1999).


Con respecto al criterio de la edad del paciente, la Corte ha manifestado
que se debe tener en cuenta el nivel de madurez y desarrollo del menor. En
este sentido, “entre más claras sean las facultades de autodeterminación del
menor, mayor será la protección constitucional a su derecho al libre
desarrollo de la personalidad” (SU-337, 1999) y por lo tanto su
consentimiento no podrá ser sustituido por el de sus padres.

Con base en un riguroso análisis de la literatura médica la Corte ha


considerado que “a los cinco años un menor no sólo ha desarrollado una
identidad de género definida sino que, además, tiene conciencia de lo que
sucede con su cuerpo y posee una autonomía suficiente para manifestar
distintos papeles de género y expresar sus deseos” (SU-337, 1999). De tal
forma que los padres sólo podrán sustituir el consentimiento de un menor
entre los 0 y los 5 años siempre y cuando este consentimiento sea informado,
cualificado y sostenido. Posterior a esta edad, serán los mismos menores
quienes determinen si desean o no acceder a este tipo de tratamientos
médicos y las condiciones de los mismos.

Al respecto, la Corte ha clarificado que no es necesario esperar que los


niños y niñas intersexuales alcancen la mayoría de edad para que decidan si
desean acceder o no a un tratamiento médico de reasignación de sexo y las
especificaciones del mismo, “pues no es posible equiparar la capacidad legal a
la autonomía para autorizar un tratamiento médico”, el cual por sus
características tiene un impacto determinante en la identidad sexual y de
género del menor y que por lo tanto sólo él o ella tiene el derecho de decidir
(SU-337, 1999).
183

En jurisprudencia posterior (T-1025, 2002), la Corte amplió su explicación


sobre cómo opera el consentimiento en el caso de los menores que han
superado el umbral crítico de la identificación de género, es decir que son
mayores de cinco (5) años. Al respecto, la Corte estableció que en ciertos
casos en que los niños y niñas intersexuales sean mayores de 5 años podrá
operar el consentimiento asistido por parte de los padres.

El consentimiento asistido busca promover la participación de los padres o


representantes legales de los infantes en la adopción de la decisión sobre la
realización de un tratamiento de reasignación de sexo. De acuerdo con la
Corte Constitucional esta modalidad de consentimiento es procedente
“siempre que sea coadyuvado por la expresa voluntad del menor. (…) Sólo en
esta medida se protege al menor en su autonomía y en la formación de su
propia personalidad, alrededor de los conceptos de soberanía personal y
autodeterminación” (T-1025, 2002).

De acuerdo con esta sentencia, además de la voluntad expresa del menor


para que opere el consentimiento asistido se requiere que:

• “Exista acuerdo médico en torno a la alternativa clínica adecuada para


el menor;

• La identidad de género del infante se encuentre marcada o


acentuada social y psicológicamente. Esta prevalencia tiene como
fundamento la adecuación de las variables de impacto y/o riesgo
frente a las de edad y/o madurez.
184

• La decisión en cuanto a la asignación sexo se adecue a las


recomendaciones médicas.

• Exista acompañamiento médico, psicológico y, especialmente, de


trabajadores sociales para con el menor y sus padres, siendo
dichos profesionales los llamados a velar por la libre y expresa
aquiescencia del infante en la operación y en los tratamientos
médicos requeridos y, en general, en la salvaguarda del
consentimiento asistido” (T-1025, 2002).

6.3.1.3 De las características del consentimiento directo, sustituto y


asistido

Teniendo en cuenta la doctrina relativa al tema, la Corte ha establecido


que la manifestación del consentimiento por sí mismo no es suficiente para
adelantar algún tipo de procedimiento médico. Tanto el consentimiento
directo del paciente como el consentimiento sustituto o asistido deben contar
con unas características particulares que permitan inferir un entendimiento
comprehensivo por parte del paciente o de quien lo represente tanto de las
características del tratamiento como de las implicaciones del mismo. De esta
manera para el caso de tratamientos de reasignación de sexo, el
consentimiento manifestado por el paciente o por quien lo represente debe
ser un consentimiento libre, informado, cualificado y persistente.

6.3.1.3.1 Que el consentimiento sea libre e informado

Que el consentimiento sea libre implica que el paciente o quien lo


represente no hayan sido sujeto de coacción, engaño y que no hayan sido
185

inducidos al error a causa de falta de información o minimización de los


riesgos y consecuencias del tratamiento (SU-337, 1999).

Para que exista un consentimiento informado se requiere que de manera


anticipada el paciente o quien lo represente tenga acceso a la información
relevante del tratamiento, en particular los riesgos y beneficios del
procedimiento, así como la existencia de otras alternativas. Adicionalmente,
el personal médico debe suministrar esta información de una manera clara y
de fácil comprensión de tal forma que la falta de conocimientos técnicos
médicos del paciente o quien lo represente no les impida tomar una decisión

6.3.1.3.2 Que el consentimiento sea cualificado y persistente

La obligación legal de los médicos de obtener el consentimiento del


paciente o de quien lo represente y atenerse a lo manifestado por ellos, es
particularmente relevante en el caso de tratamientos que tengan un mayor
nivel de complejidad o que tengan un carácter invasivo, como es el caso de
los tratamientos de reasignación de sexo. En palabras de la Corte, “entre más
invasivo sea un tratamiento, más cualificado debe ser el consentimiento
prestado por el enfermo y mayor la información que le debe ser
suministrada” (SU-337, 1999).

A partir de un estudio de la literatura médica y con base en las opiniones


de expertos, la Corte ha sido clara en afirmar que las cirugías de reasignación
de sexo y las terapias hormonales que la suceden tienen un carácter invasivo
y prácticamente irreversible. Así mismo, tienen un impacto determinante en
la identidad sexual y de género de los pacientes, por tal motivo la
manifestación del consentimiento tanto del paciente o de quien lo represente
debe ser por escrito (SU-337, 1999). Para la Corte, el consentimiento
186

informado en estos casos “debe ser cualificado, claro, explícito y fundado en


el pleno conocimiento de los peligros de los tratamientos y de las
posibilidades de terapias alternativas” (SU-337, 1999).

Para que el consentimiento sea persistente, la Corte estableció en su


sentencia T-551 de 1999 que se requiere que el paciente, sus padres o su
representante legal en primer lugar cuenten con una información detallada
sobre el tratamiento y las alternativas existentes, la cual les permitan
comprender los riesgos. Segundo, esta autorización se debe otorgar por
etapas. En este sentido, no basta que ¨la autorización sea dada en una sola
ocasión sino que se requiere que el permiso sea reiterado, a fin de que – el
paciente, los padres o su representante legal - tengan el tiempo y la
posibilidad de meditar sobre cuál es la mejor opción¨ (T-551, 1999).

6.3.2. Responsabilidades del personal médico

Además de las obligaciones del personal médico de proveer información


necesaria y establecer procedimientos que permitan a los pacientes o a sus
representantes legales manifestar un consentimiento libre, informado,
cualificado y sostenido; la Corte ha considerado que el personal médico y las
entidades prestadoras de servicios de salud tienen obligaciones adicionales
en casos de tratamientos de reasignación de sexo dado el impacto que
pueden generar en el desarrollo físico, psicológico, emocional y social de los
pacientes.

En este sentido, en la mayoría de los casos de tratamientos de


reasignación de sexo conocidos por la Corte Constitucional, esta institución
ordenó con base en lo establecido en el Código de Ética Médica – Ley 23 de
187

1981 – que se conformaran equipos interdisciplinarios que tuvieran como


miembros no solamente personal médico (pediatra, urólogo, endocrinólogo
pediatra, genetista, ginecólogo y psiquiatra, etc.), sino también psicólogos y
trabajadores sociales que acompañaran a los pacientes y a sus familiares
durante el proceso de toma de decisiones e implementación del tratamiento
(SU-337, 1999).
Además de proveer acompañamiento, este equipo deberá establecer en el
caso de menores de edad cuando estos gocen de la autonomía suficiente
para manifestar un consentimiento libre, informado, cualificado y sostenido.
En consecuencia, estos equipos deberán establecer un protocolo para la
adopción de la decisión de iniciar un tratamiento de reasignación de sexo
(SU-337, 1999).

6.3.3. Protección del derecho a la intimidad en casos de cirugías de


reasignación de sexo.

Finalmente, es importante mencionar que cuando las autoridades judiciales


conozcan de casos donde estén en discusión los derechos de las personas
intersexuales, deben tomar las medidas que sean necesarias para la
protección de su derecho a la intimidad. Las medidas para proteger la
intimidad decretadas de oficio o por solicitud de las partes, buscan proteger a
los peticionarios del señalamiento y la estigmatización social, los cuales
constituyen manifestaciones de la discriminación de la que históricamente
han sido víctimas las personas de la comunidad LGBT, en particular las
personas transgeneristas e intersexuales.

En consecuencia, la Corte Constitucional ha ordenado en la mayoría de los


casos que ha conocido en instancia de revisión sobre este tema, que se
188

supriman todos los datos que permitan la identificación de los peticionarios,


los médicos tratantes y el lugar de los hechos. Así mismo, el expediente debe
quedar bajo absoluta reserva y sólo podrá ser consultado por las partes
afectadas por la decisión, quienes se encuentran obligados a obedecer el
principio de confidencialidad.

La Corte Constitucional se ha pronunciado en ocho (8)


oportunidades con respecto a casos de solicitud de
tratamientos de reasignación de sexo para personas
intersexuales. Esta jurisprudencia ha sido consistente a lo
largo de los años y ha establecidos unas reglas claras con
respecto al alcance del consentimiento directo, sustituto o
asistido de los pacientes así como de las particulares
Para responsabilidades del personal médico.
tener
en
cuenta

189

Ap Ap
Actividad pedagógica

Lea por favor los siguientes hechos. Tenga en cuenta que


circunstancias similares dieron origen a una tutela interpuesta
por el padre de un menor intersexual y que fueron conocidos
por la Corte Constitucional en sede de revisión.

• Carlos tiene un hijo intersexual de 5 años de


edad, Mateo. Desde el nacimiento Mateo ha sido
educado con una identidad de género masculina.

• Carlos indica que Mateo “tiene los genitales


masculinos completos y por debajo del escroto
una proyección de una vagina y un ovario”.
Agrega que según los análisis médicos que se han
practicado, Mateo presenta un desarrollo normal
del aparato reproductor masculino y sus niveles
hormonales masculinos son adecuados (T-912,
2008).

• Carlos ha realizado todos los trámites para que su


entidad prestadora de salud le practique a Mateo
una cirugía de reasignación de sexo.

• La entidad prestadora de salud se niega a


autorizar el tratamiento pues luego de realizar una
junta médica para analizar el caso concluyó que
“de acuerdo a las leyes y la jurisprudencia
constitucional colombiana, la decisión de realizar
la intervención se deberá tomar con el
consentimiento del paciente, cuanto éste cumpla
dieciocho (18) años de edad” (T-912, 2008).

• Carlos interpuso acción de Tutela en contra de la


empresa prestadora de salud en nombre de su
hijo. El actor considera que estas instituciones
están vulnerando los derechos a la vida y al libre
desarrollo de la personalidad de su hijo.
190

• El actor solicita que se ordene a las entidades


accionadas realizar la intervención quirúrgica de
reasignación de sexo. Para justificar esta petición,
el accionante argumenta que de acuerdo a los
precedentes fijados en las sentencias SU-337 de
1999, T-551 de 1999 y T-692 de 1999 de la Corte
Constitucional, “se ha llegado a la conclusión que
el permiso paterno sustituto es válido para
autorizar una remodelación genital en menores de
cinco siempre y cuando se trate de un
consentimiento informado, cualificado y
persistente” (T-912, 2008).

Responda las siguientes preguntas asumiendo el rol de


juez de tutela de primera instancia y teniendo en cuenta
las reglas jurisprudenciales analizadas en la presente
unidad:

1.-¿Qué elementos probatorios ordenaría?


2.- ¿Qué elementos tendría en cuenta para analizar el caso y
tomar su decisión? Explique su razonamiento.

Considera usted que en este caso opera el consentimiento


sustituto por parte del padre de Mateo? Sustente su respuesta.
En caso de respuesta afirmativa a la pregunta C, ¿Cuáles
elementos deberán ser tenidos en cuenta para establecer que
este consentimiento es legítimo?.

1.- ¿Que otras modalidades de consentimiento podrían ser


procedentes en este caso?.

2.- ¿Que alcance debe dársele a la opinión del menor?

3.- ¿Que medida tomoria en caso de que existan discrepancias,


entre la opoinion de los padres y la menor?

4.- ¿Cual seria su decisión final. Sustente su respuesta? 5.- Que


medidas adicionales ordenaria en este caso, para proteger los
derechos
Suste de mateo?
191

A
A Autoevaluación

Lea por favor los siguientes hechos

Lea por favor los siguientes hechos. Tenga en cuenta que


circunstancias similares dieron origen a una tutela interpuesta
por una persona transgenerista y que fueron conocidos por la
Corte Constitucional en sede de revisión:

• Julia es ingeniera de sistemas y se encarga de prestar


soporte técnico en una empresa del sector de la salud.
Cada diciembre la empresa organiza una fiesta de fin de
año a la que invita a las parejas e hijos de todos sus
empleados. Julia siempre asistía sola, pero debido a que en el
último año había resuelto convivir con Mónica, su pareja,
resolvió invitarla a la actividad.

• Luego de confirmar la lista de invitados el presidente de la


compañía y jefe directo de Julia se enteró que ella asistiría
con su novia y la llamó a su oficina. Allí le solicitó muy
amablemente no ir acompañada a la fiesta de fin de año. Le
explicó que muchas de las personas que trabajaban en la
empresa eran muy conservadoras e hizo énfasis en que
algunas eran muy religiosas y la presencia de Julia y
Mónica, podría incomodarles. A juicio del jefe de Julia, la
idea de la fiesta era pasar un rato agradable, razón por la
cual no quería que los empleados y sus familias se sintieran
incómodos.

• El jefe de Julia hizo énfasis durante toda la conversación en


que él era una persona que creía en la igualdad, y le contó
que nunca se negó a contratarla, pese a que le habían
advertido que era lesbiana. También le dijo que esperaba que
reservara los asuntos relacionados con su“homosexualidad” al
interior de su hogar.

Con base en lo anteriormente, por favor responda las


siguientes preguntas:

.-¿La actitud del jefe de Julia es discriminatoria? ¿Por qué?


192

2.-¿Qué alternativas tiene Julia ante la reunión con su jefe?


3.-¿Julia podrían interponer una tutela en este caso? ¿Por qué?

Legislación Nacional
Acuerdo No. 029 de 2011 - “Por el cual se sustituye el Acuerdo
• 028 de 2011
que define, aclara y actualiza integralmente el Plan Obligatorio
de Salud”
(Comisión de Regulación en Salud)
Ley 23 de 1998 - Por la cual se dictan normas en materia de
• ética médica.

Jurisprudencia Nacional

MP Córdoba Triviño, J. Sentencia T-912 de 2008 (Corte


Constitucional Colombiana. Septiembre 18, 2008).

MP Escobar Gil, R. Sentencia T-1025 de 2002 (Corte


Constitucional Colombiana. Noviembre 27, 2002).

MP Escobar Gil, R. Sentencia C-075 de 2007 (Corte


Constitucional Colombiana. Febrero 7, 2007).

MP Escobar Gil, R. Sentencia T-1033 de 2008 (Corte


Constitucional Colombiana. Octubre 17, 2008).

MP Escobar Gil, R. Sentencia C-029 de 2009 (Corte


Constitucional Colombiana. Enero 28, 2009).
193
194

B Bibliografia

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       #    

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195

UNIDAD 7
PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES EN LA VIDA PUBLICA

Og Objetivo General

Adquirir herramientas conceptuales enfocadas al


reconocimiento Y garantía del derecho de las mujeres a
participar en la vida política y pública del país como una de
las medidas necesarias para alcanzar la equidad entre
hombres y mujeres..

Oe
Objetivo Especificos

• Identificar la normatividad internacional y nacional que


reconoce el derecho de las mujeres a participar en la
vida política y pública del país.

• Conocer los mecanismos que la legislación nacional ha


establecido para garantizar el derecho a la participación
política de las mujeres.

• Promover la incorporación de estas herramientas


conceptuales y legales en el trámite de procesos
judiciales encaminados a la garantía y
restablecimiento del derecho de las mujeres a la
participación política.
196

UNIDAD 7- PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES EN LA VIDA


PUBLICA

7. INTRODUCCIÓN

La participación de los ciudadanos y las ciudadanas en la vida política y


pública del país es un derecho fundamental y un principio básico de los
Estados democráticos, el cual ha sido consagrado tanto en las convenciones y
tratados internacionales como en los ordenamientos internos. Sin embargo, la
participación de las mujeres en las diferentes ramas del poder público del
Estado colombiano ha sido limitada como consecuencia de la discriminación
estructural e histórica de la que han sido víctimas.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha reconocido que la


limitada participación política de las mujeres es consecuencia de la
discriminación histórica de la que han sido víctimas.

“El ejercicio de los derechos políticos de las mujeres se ve notoriamente


afectado por la falta de igualdad en la división sexual del trabajo y la
jerarquía de los roles de género en la familia (…)

A causa de la discriminación [las mujeres] han visto seriamente


restringidas sus oportunidades de participar en el gobierno y en la vida
pública” (2011, p. 10).

Así mimo, la Comisión ha identificado una serie de obstáculos estructurales


que limitan la participación de las mujeres en la vida pública y política de
las mujeres, dentro de los que se encuentran:

“a) Las desventajas socio económicas, como el acceso limitado de


las mujeres al financiamiento para las campañas y candidaturas
en los partidos políticos y en la contienda a cargos públicos;
b) El mayor desconocimiento de las mujeres de sus derechos
políticos, especialmente en áreas rurales y marginadas; y
c) Distintas formas de violencia que impiden y anulan el
ejercicio de todos los derechos de las mujeres, incluyendo su
derecho de incursionar en la política, y su derecho al voto”
(Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 2011
197

En el caso Colombiano, la participación de las mujeres en la vida pública


está estrechamente relacionada con el reconocimiento del derecho al voto.
Sólo hasta 1954, mediante el Acto Legislativo No. 3 se estableció el derecho
de las mujeres a elegir y ser elegidas en cargos de representación política.
Derecho que se haría efectivo hasta el plebiscito de 1957, cuando por primera
vez, las mujeres asistieron a las urnas. Posteriormente, como se explicará
con mayor detalle en la primera sección de esta unidad, la Constitución
Política de 1991 reiteró el derecho de las mujeres a participar en las
instituciones del poder político.

Estas disposiciones constitucionales han sido desarrolladas en la legislación


nacional a través de la Ley 1581 de 2000 - más conocida como Ley de Cuotas
- y la reforma política de 2011 establecida mediante la Ley 1475 del mismo
año. Estas normas establecen obligaciones tanto para los nominadores de
cargos de libre nombramiento y remoción en las tres ramas del poder pública
y para los partidos y movimientos políticos que aspiran a participar en las
corporaciones de elección popular. En este sentido, la Ley de Cuotas
establece que mínimo el treinta por ciento (30%) de los cargos de máximo
nivel decisorio u otros niveles decisorios deberán ser desempeñados por
mujeres. Por su parte, la ley 1475 de 2011 ordena a los partidos y
movimientos políticos que mínimo el treinta por ciento (30%) de las personas
inscritas en sus listas deberán ser mujeres.

A pesar del reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres en la


legislación nacional, históricamente su presencia en los altos niveles
decisorios de las tres ramas del poder público, así como en los cargos de
elección popular ha sido limitada. Por ejemplo entre 1990 y 2000
198

aproximadamente sólo entre el 6.25% y el 13.3% de los Ministerios fueron


encabezados por mujeres. En el caso de los órganos de control, durante el
mismo tiempo ninguna mujer fue elegida como Contralora y Procuradora. De
igual forma, la representación política de las mujeres en los órganos de
representación política ha sido restringida. De acuerdo con cifras de la Misión
de Observación Electoral, en el Senado de la República, entre los años 1991 y
2010 el número de mujeres elegidas varió entre el 6% y el 13%. En las
elecciones para el período 2010 – 2014 el porcentaje de mujeres elegidas
ascendió al 17%. Así mismo, en la Cámara de Representantes la participación
de las mujeres en el mismo periodo se ha mantenido en un promedio de
solamente el 12% (2014).

A nivel local ”el incremento de la representación de la mujer en alcaldías y


gobernaciones, no ha superado históricamente el 10% y Asambleas y
Concejos la representación de la mujer ha oscilado entre el 5% y el 16%”
(Misión de Observación Electoral, 2013).

A pesar de que el 52% del total de la población apta


Sabia para votar en Colombia son mujeres, para el período
electoral 2014 -2018 sólo 31 mujeres (19%) fueron
Usted elegidas cómo Representantes a la Cámara y 23 (23%)
cómo Senadoras. (Misión de Observación Electoral,
que… 2014)

Teniendo en cuenta los retos que aún persisten para alcanzar la participación
paritaria (50 – 50) de mujeres y hombres en los escenarios públicos y
políticos, los jueces y juezas de la república que conozcan de casos en los que
la Ley de Cuotas y la Reforma Política sean desconocidas, tienen la
responsabilidad de abordarlos desde una perspectiva de género, de tal forma
que sus decisiones den cumplimiento a las medidas constitucionales y
legislativas establecidas para la promoción y garantía del derecho de las
199

mujeres a la participación en la vida pública. Con este propósito, la presente


unidad del módulo Género y Derecho brinda herramientas conceptuales para
la comprensión del derecho de las mujeres a la participación en la vida
pública, así como de las acciones afirmativas establecidas en la legislación
nacional para su garantía efectiva.

Ap Ap
Actividad pedagógica
Escriba el nombre de una mujer representante a la Cámara por
su departamento de origen, elegida para el período 2014 – 2018

Escriba el nombre de tres mujeres Senadoras de la República


elegidas para el período 2014 – 2018.

¿Fue fácil este ejercicio? ¿Qué impresiones le causa?

7.1. EL DERECHO DE LAS MUJERES A LA PARTICIPACIÓN EN


LA VIDA PÚBLICA

7.1.1. Instrumentos Internacionales de Protección del Derecho de las


Mujeres a la Participación en la Vida Pública.

Desde 1953, la normatividad internacional ha reconocido el derecho de las


mujeres a participar en la vida pública a través de diferentes instrumentos. El
primero de ellos fue la Convención sobre los Derechos Políticos de la
Mujer mediante el cual se reconoció los derechos de las mujeres a elegir
(artículo 1º) y a ser elegidas (artículo 2º) sin discriminación alguna, así como
el derecho a ocupar cargos públicos y ejercer funciones públicas en igualdad
de condiciones a los hombres (artículo 3º).
200

Posteriormente en 1979, la Convención para la Eliminación de todas


las formas de discriminación contra la Mujer (CEDAW) estableció la
obligación de los Estados de promover medidas que garanticen la equidad
de la mujer en las diferentes esferas de la sociedad (artículo 3º),
especialmente en la vida pública y política a través de la garantía de los
derechos a (artículo 7º):

“a. Votar en todas las elecciones y referéndums públicos y ser elegibles


para todos los organismos cuyos miembros sean objeto de elecciones
públicas;

b. Participar en la formulación de las políticas gubernamentales y en


la ejecución de éstas, Y ocupar cargos públicos y ejercer todas las
funciones públicas en todos los planos gubernamentales;

c. Participar en organizaciones y asociaciones no


gubernamentales que se ocupen de la vida pública y política del
país”.

En 1994, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y


Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención de “Belém do
Pará”) reiteró el derecho de la mujer “a tener igualdad de acceso a las
funciones públicas de su país y a participar en los asuntos públicos,
incluyendo la toma de decisiones” (literal j, artículo 4°).

Más recientemente, la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de


la Naciones Unidas – aprobada el 31 de Octubre de 2000 – instó a los
Estados partes a “velar por que aumente la representación de la mujer en
todos los niveles de adopción de decisiones de las instituciones y
201

mecanismos nacionales, regionales e internacionales para la prevención, la


gestión y la solución de conflictos“(párrafo 1º). Así mismo, la Carta
Democrática Interamericana - aprobada por la Organización de los
Estados Americanos en el año 2001 - insistió en la necesidad de que los
Estados promuevan “la plena e igualitaria participación de la mujer en las
estructuras políticas de sus respectivos países como elemento fundamental
para la promoción y ejercicio de la cultura democrática” (artículo 28).

Con el fin de promover la garantía del derecho a la participación de las


mujeres en la vida pública, la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos ha manifestado que los Estados deben adoptar medidas especiales
de carácter temporal para que las mujeres logren una plena representación y
participen activamente de las decisiones que se toman en todas las esferas
de la vida pública (2011). En este sentido, el Estado Colombiano ha
establecido acciones de carácter afirmativo con el fin de facilitar el acceso de
las mujeres a cargos decisorios y de representación política las cuales se
presentarán en este módulo.
202

Además de garantizar el derecho fundamental a la


Sabia igualdad y no discriminación, la inclusión de las
mujeres en todas las esferas de la vida pública
Usted fortalece la democracia, ya que promueve el
pluralismo político mediante la integración de las voces
que… y demandas de las mujeres, quienes constituyen
aproximadamente la mitad de la población en las
Américas (Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, 2011).

7.1.2. Acciones afirmativas encaminadas a la garantía del derecho de


las mujeres a la participación en la vida pública en el ordenamiento
jurídico colombiano.

En línea con los instrumentos internacionales de protección de los


derechos de las mujeres, la Constitución Política de Colombia reconoce el
derecho de las mujeres a la participación en la vida pública a lo largo de su
articulado. En primer lugar, la Constitución reconoce el derecho a la igualdad
de todas las personas sin discriminación por razones de sexo (artículo 13) e
insta a las instituciones del Estado a implementar medidas de protección en
favor de los grupos discriminados, especialmente las mujeres (artículo 40).

Adicionalmente, en desarrollo del principio de igualdad, la Constitución


reconoce la necesidad de que las autoridades garanticen la adecuada
participación de las mujeres en los niveles decisorios de la administración
pública (artículo 40) y ordena a los partidos políticos adoptar la equidad
género como uno de sus principios rectores (artículo 107).
203

En desarrollo de los citados preceptos constitucionales y para garantizar


de manera efectiva del derecho de las mujeres a la participación en la vida
pública, el ordenamiento jurídico colombiano ha establecido un conjunto de
acciones afirmativas que buscan promover el acceso de las mujeres tanto a
los niveles decisorios de los órganos del poder público, así como a los cargos
de elección popular. Sobre estas medidas, la Corte Constitucional manifestó
en la Sentencia C-371 de 2000 que es “necesario remover los obstáculos
presentes que impiden la participación de la mujer con medidas que
produzcan un doble efecto: uno inmediato, consistente en paliar la
subrepresentación; y otro a más largo plazo, que incida en la transformación
de la mentalidad, incompatible con los propósitos trazados por una
Constitución igualitaria y democrática” (C-371, 2000).

7.1.2.1. Participación de la mujer en los niveles decisorios de las


diferentes ramas y órganos del poder público

El primer grupo de acciones afirmativas orientadas a garantizar el derecho


de las mujeres a la participación política fue establecido mediante la Ley 581
de 2000 o ley de cuotas. La finalidad de esta norma es crear mecanismos
para garantizar la efectiva participación de las mujeres en los niveles
decisorios de las tres ramas y órganos del poder público. Con este propósito,
la Ley 581 de 2000 estableció que mínimo el treinta por ciento (30%) de
los cargos de máximo nivel decisorio u otros niveles decisorios
deberán ser desempeñados por mujeres (artículo 4º).
De igual forma, la norma establece que en el proceso de “nombramiento
en los cargos que deban proveerse por el sistema de ternas, se deberá
incluir, en su integración, por lo menos el nombre de una mujer” (artículo
6º). Este artículo fue declarado condicionalmente exequible por la Corte
204

Constitucional mediante la sentencia C-371 de 2000 en el entendido de que

“cuando en la conformación de ternas concurren distintas personas o


entidades se procurará incluir mujeres, sin que ésta sea una obligación
inexorable” (C-371, 2000).

De acuerdo a esta normatividad, se entienden por cargos de máximo nivel


decisorio todos aquellos de “mayor jerarquía en las entidades de las tres
ramas y órganos del poder público, en los niveles nacional, departamental,
regional, provincial, distrital y municipal”

(artículo 2º). Así mismo, cargos de otros niveles decisorios son “los que
correspondan a cargos de libre nombramiento y remoción, de la rama
ejecutiva, del personal administrativo de la rama legislativa y de los demás
órganos del poder público, diferentes a los contemplados en el artículo
anterior, y que tengan atribuciones de dirección y mando en la formulación,
planeación, coordinación, ejecución y control de las acciones y políticas del
Estado, en los niveles nacional, departamental, regional, provincial, distrital
y municipal, incluidos los cargos de libre nombramiento y remoción de la
rama judicial” (artículo 3º)35.

Es importante aclarar que quedan excluidos de esta normatividad “los


cargos pertenecientes a la carrera administrativa, judicial u otras carreras
especiales, en las que el ingreso, permanencia y ascenso se basan
exclusivamente en el mérito” (artículo 5º). Sin embargo, la ley obliga que en
los procesos de selección de estos cargos los grupos encargados de efectuar
entrevistas, pruebas sicológicas y otros mecanismos de evaluación que se
fundan en criterios meramente subjetivos, estén conformados por hombres y
mujeres en igual proporción (artículo 7º) (C-371, 2000).
205

Se debe tener en cuenta que el legislador contempló que el


incumplimiento de las medidas establecidas en la ley 581 de 2000
“constituye causal de mala conducta, que será sancionada con suspensión
hasta de treinta (30) días en el ejercicio del cargo, y con la destitución del
mismo en caso de persistir en la conducta, de conformidad con el régimen
disciplinario vigente” (artículo 4º y artículo 7º).

Mediante la sentencia C-371 de 2000, la Corte Constitucional analizó la


constitucionalidad del proyecto de ley que posteriormente se convertiría en
la Ley 581 de 2000. En esta decisión, la Corte reconoció que a pesar de que
las mujeres poseen las mismas cualificaciones para ocupar cargos de nivel
decisorio en las tres ramas del poder público, en la práctica existe una
manifiesta desigualdad entre hombres y mujeres para acceder a estos
cargos. En este sentido, la Corte consideró que el establecimiento de una
cuota mínima de participación de las mujeres es una acción de carácter
afirmativo que se ajusta a los postulados constitucionales, por cuánto cumple
con los requisitos del juicio de proporcionalidad, a saber:

• Que la medida persiga una finalidad válida a luz de la Constitución:


La ley de cuotas tiene como objetivo aumentar “la participación de la
mujer en los cargos directivos y de decisión del Estado, de manera
que poco a poco se llegue a una representación equitativa”. Esta
finalidad es acorde con los principios constitucionales de una
democracia participativa y pluralista y la igual real y efectiva entre
todos los ciudadanos y ciudadanas.
6 9 %       (  ;;;   !      
 

   
   



  
             


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    %#
206

• Que la medida sea adecuada para lograr la finalidad perseguida: El


establecimiento de una cuota mínima es una medida adecuada para
aumentar la participación de las mujeres pues garantiza que por lo
menos el 30% de los cargos de nivel decisorio sean ocupados por las
mismas.

• Que la medida sea necesaria pues no existe otros mecanismos para


alcanzar el fin perseguido: La Corte constató que en la legislación
Colombiana no existen otros mecanismos que efectivamente
garanticen el acceso de las mujeres a los cargos de alto nivel
decisorio en las tres ramas del poder público.

El trato diferenciado que esta medida establece es proporcional frente a


los derechos que se vulneran: Frente al argumento de que el
establecimiento de una cuota mínima afecta el derecho de los hombres
a acceder en igualdad de condiciones a los cargos de alto nivel decisorio
en las tres ramas del poder público, la Corte consideró que esta
diferenciación es justificada por cuanto busca superar la baja
participación de las mujeres en estos cargos y erradicar las prácticas
discriminatorias en los procesos de selección. En palabras de la Corte
“esta política se justifica porque mejora la situación de un grupo
marginado -las mujeres- y, en general, de la sociedad en su conjunto”
(C-371, 2000).

Finalmente, con respecto al establecimiento de una cuota mínima del


30% la Corte aclaró que, “…esta cuota es de naturaleza "rígida", pues lejos
de constituir una simple meta a alcanzar, es una reserva "imperativa" de
207

determinado porcentaje; aunque entendido éste como un mínimo y no como


un máximo. Así mismo, la Corte entiende que es una cuota específica y no
global. Es decir que se aplica a cada categoría de cargos y no al conjunto de
empleos que conforman el "máximo nivel decisorio" y los "otros niveles
decisorios." A manera de ejemplo, significa que 30% de los Ministerios, 30%
de los Departamentos Administrativos, 30% de la Superintendencias, etc.
deben estar ocupados por mujeres y no, como algunos de los intervinientes
lo sugieren, que sumados todos los cargos, el 30% de ellos corresponde a la
población femenina, independientemente de si se nombran sólo ministras, o
sólo superintendentes, etc.” (C-371, 2000).

Sabia De acuerdo con cálculos de las Naciones Unidas, si


Usted se mantiene el ritmo de crecimiento actual de 1 a 2%
en el acceso de las mujeres a cargos de dirección por
que… año, en el mundo existirá paridad de representación
hombre-mujer, en 400 años (C-371, 2000).

Ap Ap
Actividad pedagógica
Por favor lea con atención los siguientes hechos que dieron
origen a la interposición de una acción de nulidad electoral
por parte de la Corporación Sisma Mujer, El Centro de
Estudios Derecho, Justicia y Sociedad (De Justicia) y la Red
Nacional de Mujeres ante la Sección Quinta del Consejo de
Estado (2013)

Luego de la renuncia del Superintendente de Vigilancia y


Seguridad Privada en Agosto de 2012, El Presidente de la
República nombró en su remplazo a una persona de género
masculino.

Después de la renuncia del Superintendente, el Presidencia tenía


la obligación de nombrar en este cargo a una mujer con el fin de
208

cumplir con lo establecido en el artículo 4º de la ley 581 de


2000.

Como resultado del nombramiento de un hombre como


Superintendente de Vigilancia y Seguridad Privada, la
composición de los cargos en el alto nivel decisorio de las
Superintendencias no incluía mujeres.

Teniendo la normatividad y jurisprudencia analizada en


la presente unidad, responda las siguientes preguntas:

1.-¿Cuáles cree usted son los principales argumentos jurídicos


para sustentar la acción de nulidad mencionada anteriormente?
¿Es el cargo de Superintendente un cargo de máximo nivel
decisorio? ¿En qué normas jurídicas fundamenta su respuesta?

2.-Suponga que el demandado en este caso argumenta que ha


cumplido con lo establecido en la ley 581 de 2000 porque del
total de los cargos de máximo nivel decisorio, en los cuales él
tiene la potestad legal de nombramiento, el 30% de ellos están
ocupado por mujeres.

3.-¿Considera usted que este es un argumento jurídico valido a


la luz de legislación y la jurisprudencia? Sustente su respuesta.

7.1.2.2 Participación de las mujeres en los cargos de elección popular

Dado que los cargos de elección popular quedaron excluidos en las cuotas
mínimas establecidas en la ley 581 de 200036, el legislador tomó medidas
para promover la participación de las mujeres en las Corporaciones de
Elección Popular a través de la Ley 1475 de 2011, mediante la cual se
adoptaron reglas para la organización y funcionamiento de los partidos y
movimientos políticos, así como del proceso electoral
209

6 =

A lo largo de su articulado, la Ley 1475 de 2011 establece medidas para


promover la participación de las mujeres al interior de los partidos y
movimientos políticos, así como en el proceso electoral. En primer lugar, se
establece la equidad de género como uno de los principios fundamentales
para el funcionamiento de los partidos políticos. En aplicación de este
principio la ley indica que “los hombres, las mujeres y las demás opciones
sexuales gozarán de igualdad real de derechos y oportunidades para
participar en las actividades políticas, dirigir las organizaciones partidistas,
acceder a los debates electorales y obtener representación política” (numeral
4º, artículo 1º).

Así mismo, la Ley 1475 de 2011 estableció que mínimo el 30% de las
personas inscritas en las listas por los partidos y movimientos políticos que
aspiran a Corporaciones de elección popular deberán ser mujeres. Esta cuota
mínima aplica para aquellas circunscripciones electorales donde se elijan 5 o
más curules (artículo 28).

Con el fin de determinar el alcance del artículo 28 de la Ley 1475 de 2011,


la Registraduría General del Estado Civil ha precisado que todas las listas
inscritas para la elección de miembros del Senado de la República deberán
estar conformadas al menos en un 30% por mujeres, dado que para esta
Corporación se eligen 100 curules. En el caso de la Cámara de
Representantes, los partidos que inscriban listas para elegir representantes
de los departamentos del país donde se elijan más de 5 curules deberán
cumplir obligatoriamente con esta cuota mínima (2014). Así mismo, “el
Consejo Nacional Electoral aclaró que en los casos en los que el 30% arroje
210

una cifra decimal, la aproximación deberá hacerse siempre “hacia arriba”. Por
ejemplo, si se va a inscribir una lista con 7 candidatos, el 30% es 2,1, pero
como no es posible inscribir a “2,1” mujeres, deben inscribirse al menos 3
candidatas en esa lista de 7 aspirantes, por tratarse de una norma que hace
discriminación positiva” (Registraduría General del Estado Civil, 2014).

Finalmente, esta normatividad otorga incentivos fiscales para aquellos


partidos que promuevan la participación de las mujeres, tal es el caso del
artículo 17 (numeral 6) que establece que el 5% del presupuesto estatal para
la financiación de los partidos y movimientos políticos será distribuido por
partes iguales entre todas estas organizaciones “en proporción al número de
mujeres elegidas en las corporaciones públicas”. En contraprestación, los
partidos y movimiento políticos deberán destinar al menos el 15% de los
recursos estatales recibidos para promover la inclusión efectiva de las
mujeres, los jóvenes y las minorías étnicas (artículo 18).

El análisis de constitucionalidad de esta norma fue adelantando por la Corte


Constitucional mediante sentencia C-490 de 2011. En esa oportunidad la
Corte manifestó que el establecimiento de una cuota mínima de mujeres
como candidatas en las listas de partidos y movimientos políticos que aspiran
a cargos de elección popular, no constituía una restricción desproporcionada
a la autonomía de los partidos y movimientos políticos, pues es una medida
que busca garantizar el derecho a la igualdad y a la participación política para
las mujeres, quienes históricamente han sido excluidas de los cargos de
elección popular. Esta decisión se fundamentó en las modificaciones que
sufrió el ordenamiento constitucional mediante las reformas consagradas en
los Actos Legislativos 1º de 2003 y 1º de 2009 en los cuales el legislador se
atribuyó nuevas competencias para intervenir en la organización de los
partidos y movimientos políticos (C-490, 2011). En palabras de la Corte:
211

“…la disposición contenida en el aparte final del artículo 28 del


proyecto analizado, resulta plenamente ajustada a la Constitución,
toda vez que promueve la igualdad sustancial en la participación
de las mujeres en la política, estableciendo una medida de
carácter remedial, compensador, emancipatorio y corrector a favor
de un grupo de personas ubicado en situación sistémica de
discriminación; realiza los principios democrático y de equidad de
género que rigen la organización de los partidos y movimientos
políticos, a la vez que desarrolla los mandatos internacionales y de
la Constitución sobre el deber de las autoridades de garantizar la
adecuada y efectiva participación de la mujer en los niveles
decisorios de la administración pública. Se trata además, de una
medida que si bien puede limitar algunos de los contenidos de la
autonomía de los partidos y movimientos políticos, persigue una
finalidad importante, es adecuada y necesaria para alcanzar dicho
fin, a la vez que resulta proporcional en sentido estricto” (C-490,
2011).

De acuerdo con información de la Misión de


Sabia Observación Electoral en los siguientes departamentos
no se ha elegido ninguna mujer como Representante a
Usted la Cámara desde el año de 1991: Guajira, Cesar, Norte
de Santander, Arauca, Casanare, Guaina, Guaviare,
que… Vaupés, Amazonas, Caquetá, Chocó, Risaralda y
Quindío (2014).
212

A
A Autoevaluación
Por favor Lea con atención los siguientes hechos que dieron
origen a la interposición de una acción de cumplimiento
presentada por la Secretaría de Gobierno de Bogotá en contra
de la Junta Administradora Local de la localidad Rafael Uribe
de la ciudad de Bogotá ante el Tribunal Administrativo de
Cundinamarca. Acción que fue conocida en segunda instancia
por la Sección Quinta del Consejo de Estado (CP Hernández
Pinzón, 2006)

Entre el 16 de mayo y el 16 de julio de 2005 fueron


conformadas las ternas para la designación de alcaldes y
alcaldesas locales de la ciudad de Bogotá, de conformidad con
el proceso establecido en el decreto 1350 de 2005.

 Luego del proceso de selección las Juntas Administradoras


Locales llevaron a cabo el proceso deliberatorio entre el 18
y el 27 de julio de 2005.

 El 28 de julio del mismo año, la Junta Administradora


Local de la localidad Rafael Uribe Uribe envío al Alcalde
Mayor la lista de aspirantes conformada por tres
candidatos de sexo masculino.

 El Alcalde Mayor solicitó a la Junta reconformar la terna


mediante la inclusión de al menos una mujer entre los
candidatos. La Junta de Acción no modificó la terna, ni
tampoco respondió la solicitud del Alcalde.

 Cómo consecuencia, el 8 de Septiembre de 2005, la


Secretaría de Gobierno de Bogotá instauro acción de
cumplimiento en contra de la Junta Administradora Local.

 Una vez admitida la demanda, el presidente de la Junta


dio contestación a la misma oponiéndose a las
pretensiones bajo el argumento de la que la Corte
Constitucional había declarado exequible condicionalmente
el artículo 6 de la ley 581 de 2000 en el entendido de que
el requisito de incluir el nombre una mujer en la terna no
213

puede exigirse cuando para la conformación de dicha


terna concurran diferentes personas o entidades. Así
mismo, la solicitud de la Alcaldía Mayor desconoce el
procedimiento de elección por cuociente electoral
establecido en el artículo 263 de la Constitución Política.

 El 18 de octubre de 2005, el Tribunal Administrativo de


Cundinamarca, negó las pretensiones de la demanda
argumentando que el sistema de cuociente electoral para
la selección de ternas de las Juntas Administradoras
Locales establecido en el artículo 263 de la Constitución
prevalece sobre las medidas de discriminación positiva
establecidas en la Ley de Cuotas.

La Secretaría de Gobierno de Bogotá impugnó el fallo del


Tribunal Administrativo bajo los siguientes argumentos:

• El sistema de cuociente electoral (Artículo 263) fue


sustituido por el sistema de listas únicas de los partidos
y de la cifra repartidora mediante el Acto Legislativo 1
de 2003.

• Las Juntas Administradoras Locales no se encuentran


dentro de la excepción señalada por la Corte
Constitucional en el proceso de conformación de ternas,
pues estas son una sola entidad al momento de toma de
decisione

Teniendo la normatividad y jurisprudencia analizada en


la presente unidad, responda las siguientes preguntas:

1.-¿Considera usted que la JAL de Rafael Uribe Uribe incumplió


con la normatividad establecida en la ley 581 de 2000? ¿En
qué argumentos jurídicos sustenta su respuesta? Tenga en
cuenta lo manifestado por la Corte Constitucional en la
Sentencia C-371 de 2000 con respecto a la conformación de
ternas.

2.-¿Cree usted que la excepción propuesta por la Corte para el


caso de inclusión de mujeres en las ternas es aplicable a las
Juntas Administradoras Locales? ¿Por qué?

3.-¿Cree usted que existe un conflicto normativo entre lo


214

establecido en el artículo 263 de la Constitución Política, sus


decretos reglamentarios y las disposiciones establecidas en la
ley 581 de 2000? ¿Por qué?

4.-En caso de existir este conflicto ¿Cuál legislación debería


prevalecer? Sustente su respuesta.

5.-Si usted fuera designado para conocer este caso, en calidad


de Magistrado Ponente del Consejo de Estado – Sección
Quinta. ¿Cuál sería su fallo? ¿En qué argumentos legales y
jurisprudenciales sustentaría su decisión?

Legislación Nacional

• Ley

• Ley

J Jurisprudencia Nacional

B Bibliografia
215

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