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Temas Modernos de Nutrición Vegetal 2009 SMCS

Book · July 2009

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1 author:

Adalberto Benavides-Mendoza
Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN)
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Temas Modernos de Nutrición Vegetal

Compilador:
Adalberto Benavides Mendoza
Departamento de Horticultura
Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro

Sociedad Mexicana de la Ciencia del Suelo, A.C.


Texcoco, México, 2009

ISBN: 978-607-95106-2-6
Temas Modernos de Nutrición Vegetal

ISBN: 978-607-95106-2-6

Editor: Sociedad Mexicana de la Ciencia del Suelo, A.C.

Compilador: Adalberto Benavides Mendoza

Lugar de Edición: Saltillo, Coah.

Fecha de edición: Julio de 2009

Ejemplares: 250
PRESENTACIÓN

La presente obra proviene de los temas tratados en dos simposios organizados en el marco
de Congresos realizados bajo el auspicio de la Sociedad Mexicana de la Ciencia del Suelo,
A.C. El primero de ellos fue el simposio denominado “Suelos y Calidad Nutricional de los
Cultivos”, mismo que se llevó a cabo el 19 de septiembre del 2006 en el marco del XXXIII
Congreso Nacional de la Ciencia del Suelo en Ciudad Victoria, Tamaulipas. El segundo se
llamó simplemente “Nutrición Vegetal” y se realizó el 19 de septiembre del 2007 en León,
Guanajuato, como parte del XVII Congreso Latinoamericano de la Ciencia del Suelo que en
esa ocasión estuvo bajo la responsabilidad de la SMCS.
En ambos casos agradezco de nuevo a los ponentes la participación entusiasta que permitió
que los dos eventos fuesen un éxito y que se contara con una excelente asistencia y
participación en los dos simposios. Igualmente doy las gracias a los autores por la paciencia
hacia el compilador y a su trabajo de integrar este volumen.
Los trabajos incluidos tienen carácter desde básico hasta aplicado. Los rubros cubiertos se
integran con información actualizada en el momento y presentada por expertos en cada
tema. En ese sentido espero que los diversos lectores encuentren temas de su interés y su
lectura sea útil y enriquecedora.
Dentro de lo posible se respetó el texto original de los autores, pero por razones de facilitar al
lector la comprensión se llevaron a cabo cambios pequeños en la redacción respetando
escrupulosamente el fondo del mensaje y el contenido técnico.
ÍNDICE DE CONTENIDO

EL ESTRÉS OXIDATIVO EN PLANTAS……………………………………………………. Pág. 1


María de Lourdes Miranda-Ham* y Lizbeth Castro-Concha

Unidad de Bioquímica y Biología Molecular de Plantas, Centro de Investigación Científica de Yucatán.


Calle 43 # 130, Chuburná de Hidalgo, Mérida, Yucatán, México. 97200.

ANTIOXIDANTES EN LAS PLANTAS: ALGUNOS FACTORES EDÁFICOS Y


AMBIENTALES QUE LOS MODIFICAN………………………………………………..… Pág. 13
Adalberto Benavides-Mendoza*, Homero Ramírez, Valentín Robledo-Torres, Laura Olivia Fuentes-
Lara

Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, Departamento de Horticultura, Buenavista, Saltillo,


Coah. 25315. Tel. (844)411-0303, email: abenmen@uaaan.mx

CARACTERIZACIÒN NUTRIMENTAL DE FRUTOS DE TOMATE HÍBRIDOS DE


CULTIVARES COMERCIALES Y EXPERIMENTALES……………………………..…. Pág. 27
J. Siller Cepeda, M.D. Muy Rangel, M. Báez-Sañudo, L. Contreras-Angulo, R. Vélez de la Rocha, R.
Contreras-Martínez

Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo A.C. Unidad Culiacán. Carretera a Eldorado km.
5.5 Campo El Diez, Culiacán, Sinaloa, CP 80110, México

EFECTO DE LA NUTRICIÓN VEGETAL EN RENDIMIENTO Y VIDA POSCOSECHA


EN HORTALIZAS………………………………………………………………………..….. Pág. 40
Maritza Arellano Gil y Marco Antonio Gutiérrez Coronado*

Fisiología de Cultivos. Instituto Tecnológico de Sonora

NUTRICIÓN VEGETAL CON FERTILIZANTES INTELIGENTES:


CASO TOMATES…………………………………………………………………………… Pág. 68
Catalina Mungarro Ibarra y Marco Antonio Gutiérrez Coronado*

Fisiología de Cultivos. Instituto Tecnológico de Sonora


USO DE BIOSOLIDOS Y ESTIÉRCOLES EN LA NUTRICIÓN VEGETAL……….… Pág. 93
Juan Pedro Flores Márgez

Profesor-Investigador en Suelos y Estadística, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez


(www.uacj.mx), Instituto de Ciencias Biomédicas, Programa de Biología, Laboratorio de Ciencias
Ambientales (juflores@uacj.mx). Tel.656-285-8592, FAX: 656-688-1886.

FITORREMEDIACIÓN DE SUELOS CONTAMINADOS CON METALES


PESADOS…………………………………………………………………………………... Pág. 124
Hortensia Ortega-Ortiz 1, Adalberto Benavides-Mendoza2*, Roberto Arteaga Alonso2, Alejandro
Zermeño-González3
1
Centro de Investigación en Química Aplicada, Blvd. Enrique Reyna Hermosillo 140, CP 25253 Saltillo,
Coahuila México. Tel. (844) 438 98 30, Fax: 438 98 39. Email: hortega@ciqa.mx
2
Departamento de Horticultura, Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, Buenavista, CP 25315 Saltillo,
Coahuila México.
3
Departamento de Riego y Drenaje, UAAAN.

ENFOQUE INTEGRAL DE NUTRICIÓN EN FRUTALES…………………………..… Pág. 148


Jorge B. Retamales

Departamento de Horticultura, Facultad de Ciencias Agrarias, Universidad de Talca, Chile

Manejo de la Nutrición y Fertilización en el cultivo del Nogal Pecanero……..… Pág. 176


Dámaris L. Ojeda Barrios1, Victoria Fernández Fernández2, Esteban Sánchez Chávez1 y Homero
Ramírez Rodríguez3
1
Facultad de Ciencias Agrotecnológicas. Universidad Autónoma de Chihuahua Campus 1. Chihuahua, Chih.
México. 2Estación Experimental del Aula Dei. Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Apdo,
202, Zaragoza, España. 3Universidad Autónoma Agraria “Antonio Narro” Departamento de Horticultura.
Saltillo, Coah. México. dojeda@uach.mx

EL HIERRO EN LA NUTRICIÓN DE CULTIVOS AGRÍCOLAS…………………….… Pág. 200


Ranferi Maldonado Torres, María Edna Álvarez Sánchez, Edmundo Robledo Santoyo, Langen Corlay
Chee

Departamento de Suelos, Universidad Autónoma Chapingo, Texcoco, México.


EL ESTRÉS OXIDATIVO EN PLANTAS

María de Lourdes Miranda-Ham* y Lizbeth Castro-Concha

Unidad de Bioquímica y Biología Molecular de Plantas, Centro de Investigación


Científica de Yucatán. Calle 43 # 130, Chuburná de Hidalgo, Mérida, Yucatán, México.
97200.

*A quién debe dirigirse la correspondencia. E-mail: mirham@cicy.mx; Teléfono: 999 9813943;


Fax: 999 9813900

1
RESUMEN
El oxígeno apareció en la atmósfera de la Tierra hace 2200 millones de años y desde
entonces, los organismos han evolucionado de manera constante para contrarrestar los
efectos dañinos de este gas tóxico y mutagénico. Sin embargo ahora, la mayoría de los
organismos necesitan del oxígeno para producir eficientemente la energía necesaria para
realizar sus funciones vitales.
Las especies reactivas de oxígeno engloban tanto a los radicales libres que se forman de la
reducción incompleta de la molécula de oxígeno como a las especies relacionadas como el
oxígeno singulete y el peróxido de hidrógeno.
Las especies reactivas de oxígeno tienen en las plantas, papeles importantes en el
crecimiento, desarrollo e interacciones con el medio ambiente, y por tanto, se producen en
cantidades significativas durante la fotosíntesis y la respiración. Sin embargo, se mantiene la
homeostasis redox mediante mecanismos que controlan su síntesis y depuración. El
desbalance entre la producción y la eliminación de las especies reactivas en los organismos
conducen a lo que se conoce como estrés oxidativo.
Existen dos tipos de mecanismos antioxidantes que mantiene esta homeostasis: los
enzimáticos y los no enzimáticos. Dentro de los enzimáticos, podemos citar a la superóxido
dismutasa, la catalasa, las peroxidasas y entre los no enzimáticos, tenemos a compuestos
como el ascorbato y el glutatión.
Se discutirán los resultados obtenidos por nuestro grupo de investigación sobre ambos tipos
de mecanismos antioxidantes en dos modelos experimentales: Lycopersicon esculentum Mill
y Capsicum chinense Jacq. bajo condiciones ambientales bióticas y abióticas, que conducen
a la formación de especies reactivas de oxígeno.

PALABRAS CLAVE: Estrés oxidativo, plantas, enzimas antioxidantes, ascorbato, glutatión.

INTRODUCCIÓN
Desde la introducción del oxígeno molecular en nuestra atmósfera por las
cianobacterias capaces de realizar la fotosíntesis hace 2700 millones de años, las especies
reactivas de oxígeno (ROS, por sus siglas en inglés - Reactive Oxygen Species) han sido las
acompañantes incómodas de la vida aeróbica.
La necesidad que tienen los organismos por el oxígeno eclipsa el hecho de que puede
ser un gas tóxico y mutagénico; más aún, estos mismos organismos sobreviven ya que han
desarrollado mecanismos antioxidantes muy eficientes (Halliwell, 2006).
El término especies reactivas de oxígeno se refiere, tanto a los radicales libres del
oxígeno, como son el anión superóxido (•O2-), el hidroxilo (•OH-) y el peroxilo, así como a
otras moléculas que no son radicales, como el oxígeno singulete (1O2) y el peróxido de
2
hidrógeno (H2O2). Un radical libre es cualquier especie capaz de tener una existencia
independiente, que contiene uno o más electrones desapareados. Un electrón desapareado
es aquel que se encuentra solo y ocupando un orbital atómico o molecular. Los radicales
pueden formarse a través de numerosos mecanismos, entre los cuales se incluye la adición
de un electrón a un no-radical. El oxígeno molecular se considera un radical libre, ya que no
tiene completamente apareados sus electrones. Sus dos electrones tienen el mismo número
cuántico de spin, es decir, sus spins son paralelos; de aquí su gran capacidad para
reaccionar con la mayoría de las moléculas que no son radicales (Halliwell, 2006) (Figura 1).
Las ROS, que se producen durante los procesos de respiración y fotosíntesis bajo
condiciones fisiológicas normales, son depuradas a través de una serie de complejos
mecanismos enzimáticos y no enzimáticos. Cuando el equilibrio entre la producción y la
eliminación de especies reactivas de oxígeno es perturbado por una serie de factores medio-
ambientales adversos, ya sean bióticos o abióticos, se produce lo que se conoce como
estrés oxidativo.
Desde hace algunos años, se ha empezado a reconocer que las ROS tienen un papel
importante en los procesos de señalización en plantas, y que controlan procesos
fundamentales en las plantas, tales como el crecimiento, el desarrollo, la respuesta a
estímulos medio-ambientales y la muerte celular programada (Apel y Hirt, 2004, Bailey-
Serres y Mittler, 2006).

Figura 1. Principales especies reactivas de oxígeno.

3
ESTRÉS OXIDATIVO

Cada año el estrés ambiental causa pérdidas considerables en la calidad y


productividad de los cultivos, incluso bajo condiciones de producción protegida como
invernaderos y túneles.
Estas condiciones ambientales desfavorables pueden ser bióticas, impuestas por otros
organismos, o abióticas, promovidas por un exceso o déficit en el ambiente físico o químico
que las rodea. Los diferentes tipos de estrés disparan una amplia gama de respuestas en la
planta que pueden ocasionar una reducción en las tasas de crecimiento y productividad
como consecuencia de las alteraciones del metabolismo celular y la expresión genética. La
duración, severidad y velocidad de un estrés al que se ven sometidas las plantas influyen
directamente en sus respuestas.
Independientemente de su naturaleza, un factor común en todas las condiciones
adversas es la sobreproducción de especies reactivas de oxígeno (Inzé y Van Montagu,
1995). El estrés oxidativo es un estado alterado de la homeostasis de óxido-reducción
intracelular, es decir, el balance entre oxidantes y antioxidantes. Dada su gran reactividad y
en ausencia de mecanismos que las depuren, las ROS producen daños en la estructura y la
función de las células (Simontacchi et al., 2001).
ESTRÉS ABIÓTICO. En plantas, las ROS se producen continuamente en el cloroplasto,
mitocondria y peroxisomas. En condiciones normales, la producción y remoción de las ROS
está estrictamente controlada. Sin embargo, el equilibrio entre la producción y la depuración
de éstas puede ser perturbado por diversos factores fisicoquímicos, como son el déficit
hídrico, la salinidad, las temperaturas extremas, la excesiva o insuficiente radiación luminosa,
la anaerobiosis por encharcamiento o inundación, los factores mecánicos como el viento o la
compactación del suelo y las lesiones. Los factores químicos incluyen el estrés nutricional, o
la presencia de contaminantes inorgánicos (SO2, NOX, O3, o metales pesados) u orgánicos
como los CFC (compuestos clorofluorocarbonados), BPC (bifenilos policlorados) o HAP
(hidrocarburos aromáticos policíclicos). Frecuentemente, se presentan combinaciones de dos
o más de estas condiciones (Cabrera, 2006).
ESTRÉS BIÓTICO. Una de las más rápidas reacciones de defensa al ataque por patógenos
es la llamada explosión oxidativa, la cual constituye la producción de ROS, principalmente
•O2- y H2O2 en el sitio de invasión. La generación de •O2- ha sido identificada en un amplio
rango de interacciones planta-patógeno que involucran bacterias, hongos y virus (Low y
Merida, 1996). Este tipo de estrés también puede ser provocado por insectos y nematodos,
así como también por herbívoros.
La interacción planta-patógeno puede ser de tipo compatible, en la cual el patógeno
infecta la planta, provocando una enfermedad, o incompatible, en la que los mecanismos de
defensa de la planta impiden su entrada o establecimiento. En este último caso, las células
que están en contacto con el patógeno pueden enviar señales a las células y tejidos vecinos
para que se produzcan cambios bioquímicos destinados a evitar la diseminación del
patógeno. Este sistema se denomina resistencia sistémica adquirida (Cabrera, 2006).
Numerosas enzimas han sido implicadas en la producción apoplástica de ROS,
después del reconocimiento exitoso del patógeno. La utilización de inhibidores ha permitido
involucrar a las NADPH oxidasas de membrana plasmática y a las peroxidasas de pared
celular, como las principales fuentes de ROS (Torres et al., 2006). Las NADPH oxidasas
catalizan la producción de •O2- a través de la reducción del oxígeno, utilizando NADPH como
4
donador de electrones. El •O2- generado por esta enzima sirve como materia prima para la
producción de una gran cantidad de oxidantes (Apel y Hirt, 2004).
Las peroxidasas son un complejo grupo de proteínas que catalizan la óxido reducción
de varios sustratos que utilizan peróxido. En particular, las peroxidasas dependientes de pH
en la pared celular, pueden llegar a ser una fuente importante de H2O2, si están en presencia
de algún reductor que la célula libere en respuesta a algún estímulo (Torres et al., 2006).

MECANISMOS DE DEPURACIÓN DE LAS ROS


Las plantas han desarrollado estrategias para eliminar el exceso de ROS. Estos
mecanismos celulares son diversos, y tienen complejas relaciones entre ellos, dependiendo
de los compartimentos celulares en los que se encuentran.
Existen en las plantas mecanismos de protección enzimáticos y no enzimáticos que
atrapan e inactivan eficientemente las ROS. Los principales antioxidantes no-enzimáticos
incluyen a compuestos como el ascorbato y el glutatión, así como los tocoferoles, los
flavonoides, los alcaloides y los carotenoides que se encuentran en las plantas en altas
concentraciones y constituyen una primera línea de defensa. Mutantes que presentan niveles
de ácido ascórbico muy bajos o un contenido alterado de glutatión son hipersensibles al
estrés.

ASCORBATO. Es el antioxidante cuantitativamente predominante en las células vegetales,


se encuentra en todos los compartimentos subcelulares, incluido el apoplasto, en
concentraciones que oscilan entre 2-25 mM. El ascorbato es oxidado por el oxígeno, el anión
supeóxido, el oxígeno singulete y el peróxido de hidrógeno para dar lugar al radical
monodeshidroascorbato, el cual se desproporciona en ascorbato o deshidroascorbato
(Smirnoff, 2000) (Figura 2).
Desempeña un papel fundamental en la fotoprotección y la regulación de la
fotosíntesis, y preserva las actividades de enzimas que tienen iones metálicos de transición
(Cu2+, Fe2+) como grupo prostético. El ascorbato es también un poderoso antioxidante
secundario, ya que reduce la forma oxidada del α-tocoferol. Adicionalmente, es el reductor
utilizado para la hidroxilación de residuos de prolina de la extensina, una proteína de la pared
celular. También está implicado en la elongación de la raíz, el funcionamiento de los
estomas, y desempeña una función crítica asociada a los mecanismos a través de los cuales
las plantas sensan los cambios medio ambientales y responden a ellos (Noctor y Foyer,
1998; Foyer y Noctor, 2005).
GLUTATIÓN. Lo que comúnmente se conoce como glutatión es el glutatión reducido (GSH ó
γ−glutamil-L-cisteínglicina). Este tripéptido que existe abundantemente en los cloroplastos es
sintetizado en dos pasos, catalizados por la γ-glutamilcisteína sintetasa (γ-ECS) y la glutatión
sintetasa, siendo el primero de ellos el paso limitante de su biosíntesis en plantas (Ogawa,
2005). El glutatión se caracteriza por ser el compuesto tiólico no-proteico más abundante,
distribuido principalmente en células eucarióticas. Se encuentra en concentraciones
milimolares, y presenta una alta capacidad de donar electrones. El 90% del glutatión se
encuentra normalmente en su estado reducido. El glutatión oxidado puede de nuevo ser
reducido a GSH por acción de la glutatión reductasa que utiliza NADPH como poder reductor
(Figura 2) (Li et al., 2004).
5
Figura 2. Ciclo del ascorbato-glutatión. AA, ascorbato; DHA, deshidroascorbato; DHAR,
deshidroascorbato reductasa; GR, glutatión reductasa; GSH, glutatión reducido; GSSG,
glutatión oxidado; MDHA, monodeshidroascorbato; MDHAR, monodeshidroascorbato
reductasa.

Se ha encontrado que el glutatión está involucrado en diferentes procesos en las


plantas, entre los que destacan la diferenciación, la muerte celular programada, la
senescencia, la regulación del ciclo celular, la floración, la acumulación de pigmentos, y la
destoxificación de xenobióticos y metales pesados. Recientemente se le ha asignado un
papel como regulador del crecimiento y como inductor de genes de defensa (Ogawa, 2005).
Poco se conoce del papel que juegan los flavonoides y los carotenoides en la
destoxificación de ROS en las plantas. Sin embargo, se sabe que la sobreexpresión de la β-
caroteno hidroxilasa en Arabidopsis conlleva un aumento en la cantidad de xantofila en el
cloroplasto, dando como resultado una mayor tolerancia al estrés producido por alta
luminosidad (Apel y Hirt, 2004). Esto podría deberse a los sistemas de dobles enlaces
conjugados que se encuentran en estas moléculas.
Los principales sistemas antioxidantes enzimáticos en plantas son la familia de la
superóxido dismutasa (SOD), la ascorbato peroxidasa (APX), la glutatión peroxidasa (GPX) y
la catalasa (CAT) (Figura 3). Las SODs actúan como la primera línea de defensa contra el
ataque de las ROS, dismutando el superóxido a H2O2 (Figura 3a). La APX, la GPX y la CAT
subsecuentemente eliminan al H2O2 formado.
En contraste con la CAT (Figura 3b), la ascorbato peroxidasa requiere del ascorbato
reducido, e indirectamente de GSH, para regenerar el sistema en el ciclo del ascorbato-
glutatión (Figura 3c). La reducción del H2O2 hasta agua por acción de la APX involucra la
oxidación del ascorbato hasta monodeshidroascorbato (Ecuación 1 de la figura 3c), el cual
puede ser regenerado por acción de la monodeshidroascorbato reductasa (MDAR), utilizando
NADPH como poder reductor (Ecuación 2 en la figura 3c). El monodeshidroascobato puede
espontáneamente dismutar hasta deshidroascorbato. La regeneración del ascorbato está
mediada por la acción de la deshidroascorbato reductasa (DHAR), utilizando para esto la
oxidación del GSH hasta GSSG (Ecuación 3 en la figura 3c). Finalmente, la glutatión
6
reductasa (GR) puede regenerar el GSH a partir del GSSG. Al igual que la APX, la GPX
también reduce el H2O2 hasta agua, pero emplea directamente GSH como agente reductor
(Ecuación 1 en la figura 3d). El ciclo de la GPX se cierra con la regeneración del GSH, a
partir de GSSG por acción de la GR (Ecuación 2 en la figura 3d). A diferencia de la mayoría
de los organismos, las plantas poseen múltiples genes que codifican para la SOD y la APX.
Diferentes isoformas de estas enzimas se encuentran localizadas en el cloroplasto,
mitocondria, peroxisomas, así como en el citosol y el apoplasto. Por otro lado, la GPX es
citosólica y la CAT se localiza predominantemente en los peroxisomas (Apel y Hirt, 2004).
La asignación de funciones para las enzimas antioxidantes ha sido explorada por
medio de los organismos transgénicos. En el caso de tabaco, la sobreexpresión de la SOD
de cloroplasto no alteró su tolerancia al estrés oxidativo, lo cual sugiere que otros
mecanismos antioxidantes pueden ser los limitantes (Allen, 1995). Por otro lado, la expresión
de la SOD de cloroplasto de chícharo en tabaco aumenta su resistencia al daño de
membrana provocado por el metil viológeno, un poderoso oxidante utilizado para mimetizar
condiciones ambientales adversas (Allen, 1995). En el caso de la CAT, estudios realizados
con plantas transgénicas de tabaco han demostrado que resulta ser indispensable para la
tolerancia al estrés oxidativo, ya que plantas que no poseen actividad de CAT presentan
altos niveles de ROS en respuesta al estrés, tanto biótico como abiótico (Willekens et al.,
1997).

a) Superóxido dismutasa: b) Catalasa:

c) Ciclo del Ascorbato-glutatión:

1) H2O2 + Ascorbato APX H2O + Monodeshidroascorbato (MDHA)

2) MDHA + NADPH MDHAR Ascorbato + NADP+

d) Ciclo de la glutatión peroxidasa:

1) H2O2 + GSH GPX H2O + GSSG

Figura 3. Principales mecanismos enzimáticos de depuración de las ROS.


7
EL PAPEL DE LAS ROS EN EL CRECIMIENTO Y LA RESPUESTA HORMONAL.
Reportes recientes demuestran la importancia de las ROS como reguladores en el
desarrollo de las plantas. Existe evidencia que indica que las ROS desempeñan un papel en
el crecimiento y que la regulación de su producción en los diferentes compartimentos
celulares es un factor importante que regula la morfología y la formación de diferentes
órganos en la planta (morfogénesis) (Carol et al., 2005).
Se ha demostrado que las ROS que están involucradas en el desarrollo de las plantas
son producidas por las NADPH oxidasas, las cuales generan •O2-, utilizando NADPH como
donador de electrones. En Arabidopsis se ha demostrado que tres miembros de esta familia
de enzimas están involucrados en diferentes aspectos del crecimiento de la raíz (Gapper y
Dolan, 2006). Plantas que presentan mutaciones en el gen RHD2/atrbohC, que codifica para
una NADPH oxidasa involucrada en la elongación de la raíz, presentan una disminución en
su producción de ROS, y son 20% más bajas que las plantas normales (Foreman et al.,
2003). Además de su papel en la elongación de la raíz, existe evidencia que éstas
desempeñan un papel en el crecimiento de otros órganos, como sucede durante la
expansión de la hoja en maíz o en el control de la dominancia apical y la morfología de la
hoja en Lycopersicon esculentum (Gapper y Dolan, 2006).
Las ROS han sido implicadas como segundos mensajeros en respuesta a los
fitorreguladores. En el caso de raíces de maíz, estudios realizados demuestran que éstas
funcionan como un componente que disminuye la respuesta al gravitropismo mediado por
auxinas (Joo et al., 2001). Por otro lado, se ha sugerido también que el etileno y las ROS son
necesarios para el establecimiento y la función de los nódulos de raíz en leguminosas
semiacuáticas. Trabajos recientes han demostrado también que las ROS son señales
indispensables para el cierre estomático, mediado por ABA. En el caso de las células guarda
de Arabidopsis, ABA estimula la acumulación de ROS vía la activación de canales de calcio
en la membrana plasmática. La síntesis de ROS en respuesta a ABA también ocurre en Vicia
faba, pero la producción se da en la membrana plasmática y en el cloroplasto (Apel y Hirt,
2004; Kwak et al., 2006).

INVESTIGACIÓN REALIZADA EN EL GRUPO


El trabajo de nuestro grupo de investigación se ha centrado en los mecanismos que el
tomate, Lycopersicon esculentum Mill. utiliza para contender con el exceso de ROS
producidas durante la interacción con Phytophthora infestans.
Se utilizó como modelo experimental, cultivos de células en suspensión, generados a
partir de hojas jóvenes de Lycopersicon esculentum Mill. cv. Río Grande. Los cultivos se han
mantenido durante casi diez años, en el medio MS (Murashige y Skoog, 1962),
suplementado con las vitaminas del medio B5 (Gamborg et al. 1968), 2.24 µM 2,4-D, 0.049
µM cinetina, 3% sacarosa y 0.22% gelrite, pH 5.8.

8
La muerte celular es un aspecto fundamental a monitorear durante las primeras fases
de la interacción planta-patógeno y hay una serie de características que identifican a esta
respuesta inmediata, denominada como respuesta hipersensible, como son cambios en el
flujo de iones, cambios en el pH celular, la generación de especies reactivas de oxígeno, la
expresión de genes relacionados con la defensa, el fortalecimiento de paredes celulares y la
producción de compuestos antimicrobianos.
Sin embargo, se presentaban contradicciones en lo que se refería a la cuantificación
veraz de la viabilidad de las células en respuesta a la infección por un patógeno. Por esto se
realizó un análisis de cuatro diferentes métodos comúnmente utilizados para determinar este
parámetro: los ensayos con sales de tetrazolio, el ensayo de azul de Evans, el ensayo con
acetato de fluoresceína y por último, la observación microscópica. Al comparar estos
métodos, se determinó que el utilizar tan sólo un método para determinar los cambios
fisiológicos y bioquímicos que se presentan en las primeras horas de la interacción podría
conducir a conclusiones erróneas. Es por esto que cuando se adopta algún método para
determinar la viabilidad, debe tomarse en cuenta no sólo las características del cultivo celular
sino también la naturaleza de los mecanismos de entrada del patógeno, puesto que algunas
de las limitaciones intrínsecas de las determinaciones podrían enmascararlas. Los datos
obtenidos indican que el ensayo basado en la reducción de las sales de tetrazolio es el más
adecuado para monitoreare las respuestas primarias que tienen lugar en las primeras fases
de la interacción (Escobedo y Miranda-Ham, 2003).
Se realizó el análisis bioquímico de la respuesta al estrés en las células en suspensión
retadas con oligogalacturónidos (OGA), en términos de cambios en los niveles de ROS, del
ascorbato, y en las actividades específicas totales y los perfiles de isoenzimas de las SOD, la
CAT, la APX y las peroxidasa de guayacol (g-POX). Los oligogalacturónidos utilizados
proviene de Citrus y son pequeños oligosacáridos que son capaces de inducir la respuesta
hipersensible en células en suspensión.
En conjunto el análisis de los resultados permite sugerir que las células en suspensión
se encuentran normalmente bajo un estrés oxidativo constante, ocasionado posiblemente por
la agitación en la que se encuentran. No obstante, las células son competentes para percibir,
responder y amplificar la señal en respuesta a los OGA, que se manifestó por el rápido e
importante incremento en H2O2, así como una continua producción de •O2-. Esto da lugar a
una condición hiper-oxidante, resultado del incremento transitorio en las actividades de las
enzimas que producen H2O2, la reducción en cantidad del ascorbato reducido, y la
disminución en las actividades de las enzimas depuradoras del peróxido como la APX, la
CAT y las g-POX. Después de unas horas las células testigo, como consecuencia del
incremento en la poza de ascorbato, así como de las actividades de las enzimas
mencionadas. Estas células presentan una segunda “explosión oxidativa” de ROS,
observada por el aumento en la actividad total de SOD y la disminución de la actividad de la
APX después de 24 h de iniciado el tratamiento (Gracia-Medrano et al., 2005).
El uso de los homogeneizados de Phytophthora infestans, así como de los
oligogalacturónidos, representan una interacción de tipo incompatible, en la cual el
mantenimiento de la homeostasis de las ROS en los diferentes compartimentos celulares es
el resultado de una regulación muy fina de los sistemas antioxidantes, a través de la
comunicación concertada entre las actividades de las diferentes enzimas y las fluctuaciones
en el estado redox y el tamaño de la poza de ascorbato.

9
En resumen, los resultados obtenidos en el sistema de Lycopersicon esculentum
apoyan la existencia de interconexiones complejas entre la regulación secuencial y
concertada de las actividades de las enzimas antioxidantes y el status redox intracelular, que
a su vez están mediado el encendido y apagado de la síntesis de otras moléculas como el
ácido salicílico, el ácido jasmónico y el óxido nitroso, que amplifican y regulan otros
mecanismos de defensa. Es de notar que existen variaciones en la poza del ácido salicílico,
en coordinación con alteraciones en la acumulación de ROS que se han detectado en las
células de tomate durante el estrés (Vicinaiz, 2004).
Por lo que respecta a los estudios con células de chile habanero, aún cuando se
encuentran en sus primeras fases, se puede comentar que el glutatión se encuentra
principalmente en su estado reducido, tanto en las células testigo como en aquellas que han
recibo el homogeneizado de Phytophthora capsici. Esto indica que la glutatión reductasa se
encuentra activa para transformar al glutatión oxidado a reducido, y así mantener un
adecuado equilibrio en el reciclaje de las moléculas antioxidantes dentro del ciclo de
ascorbato-glutatión para evitar que se pierda la homeostasis celular (Cabrera, 2006).

CONCLUSIONES
En la última década, el estudio del estrés oxidativo ha suscitado gran interés, ya sea
por el hecho de que se cuenta con un arsenal de técnicas modernas que permiten obtener
respuestas que antes no hubiera sido posible obtener, o porque se ha alcanzado la madurez
necesaria para enfrentar la paradoja que constituye vivir en una atmósfera oxidante.
Sin lugar a dudas, en los años venideros, la cantidad de información que estará
disponible redundará en mejores y más eficientes maneras de aumentar la productividad en
los cultivos.

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12
ANTIOXIDANTES EN LAS PLANTAS: ALGUNOS
FACTORES EDÁFICOS Y AMBIENTALES QUE LOS
MODIFICAN

Adalberto Benavides-Mendoza*, Homero Ramírez, Valentín


Robledo-Torres, Laura Olivia Fuentes-Lara

Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, Departamento de Horticultura,


Buenavista, Saltillo, Coah. 25315. Tel. (844)411-0303, email: abenmen@uaaan.mx

*Correspondencia abenmen@uaaan.mx

13
RESUMEN
Los antioxidantes son compuestos que permiten la vida celular en un ambiente oxidante. Su
presencia es ubicua en los organismos aerobios, que son los responsables de la eliminación
de los radicales libres los cuales se producen, de manera natural, en los sitios de actividad
energética celular. Los perfiles relativos y la cantidad de antioxidantes son variables frente a
los estímulos ambientales ya que dependen, para su síntesis, de grupos de genes cuya
expresión se induce diferencialmente. Los antioxidantes son componentes importantes en la
dieta de los humanos, de allí la importancia de aumentar su cantidad en los alimentos. Se
enumeran algunos resultados que evidencian la forma como los caracteres del suelo
modifican la calidad nutricional de las plantas, en particular respecto a su contenido de
antioxidantes.

PALABRAS CLAVE: calidad nutricional, radicales libres, fitoquímicos.

INTRODUCCIÓN
En el transcurso de la evolución, las plantas desarrollaron mecanismos que permiten la
inducción de respuestas frente a los estímulos diversos del ambiente. Una parte de tales
respuestas, como la morfología de los estomas, la constitución de los tallos, el tipo de
metabolismo C3, C4 ó CAM, entre otras, son constitutivas, pues dependen de su patrimonio
genético particular; otras, en cambio, se manifiestan sólo bajo alguna condición inductiva
particular. Estas últimas respuestas son las que se observan, en el corto plazo, durante la
adaptación de las plantas al ambiente. Las citadas respuestas; se desencadenan por
factores biótico tales como patógenos, plagas y simbiontes, o por factores abióticos como
alta o baja temperatura, radiación, salinidad, entre otros, y no necesariamente en condiciones
que originan estrés. Las respuestas inducidas también pueden ser de largo plazo; son las
responsables de la conocida plasticidad fenotípica de las plantas, que resulta de la alteración
en los programas de desarrollo.
El ambiente de crecimiento es una fuente constante de información y recursos para las
plantas, las cuales se encuentran en un estado dinámico de cambio fisiológico y metabólico,
que resulta, a su vez, de recurrentes modificaciones en la expresión génica. Los fenotipos,
más que inmutables, son entonces dinámicos y cambiantes en escalas de tiempo que van de
unos pocos segundos a días o meses.
Las respuestas adaptativas que ocurren frente a cualquier factor ambiental dependen de la
acción de señalizadores (o inductores) que interaccionan con receptores específicos,
ubicados normalmente en las membranas que rodean al citoplasma, al tonoplasto, así como
a otros organelos. Normalmente, el receptor activado por el señalizador modifica la expresión
génica, e induce la síntesis y acumulación de ciertos metabolitos secundarios, fitoalexinas
proteínas u otros compuestos relacionados con las respuestas al estrés. Asimismo, los
señalizadores pueden inducir cambios modulatorios de corto plazo en las propiedades de la
membrana celular, o bien determinar modificaciones pos-traducción en ciertas proteínas, lo
que da lugar a una cadena de señalización o cascada de transducción de señales
ambientales (Benavides-Mendoza, 2002).

14
Entre los sistemas de respuesta mencionados, se encuentra la síntesis de fitoquímicos y
antioxidantes. Estos compuestos cumplen funciones importantes como atrapadores de
radicales libres, estabilizadores y protectores del DNA y proteínas frente al estrés por
oxidación (Inzé y Van Montagu, 1995) en todos los seres vivos aerobios. Queda por definir si
tales fitoquímicos y antioxidantes cumplen funciones adicionales a la resistencia al estrés
(Roitsch, 1999). Al respecto, se sabe que muchos fitoquímicos no muestran expresión
constitutiva, sino que dependen del trasfondo ambiental específico, probablemente porque
modifican la expresión génica al cambiar los programas de desarrollo de la planta y generar
patrones especiales de metabolismo y morfogénesis (Allen et al., 1995; Bohnert y Sheveleva,
1998). Véase la Figura 1.

ANTIOXIDANTES EN LAS PLANTAS


La función química de los antioxidantes es ceder potencial reductor a los compuestos
oxidantes capaces de dañar a los componentes celulares. Los productos finales de esta
reacción de disipación energética antioxidante-oxidante son comúnmente el O2 y el H2O,
acompañados de liberación de calor. Los compuestos oxidantes más abundantes en las
células vegetales se derivan de la activación de la molécula de dioxígeno (O2), lo que da
lugar a especies químicas parcialmente reducidas, como el oxígeno singlete O21 y el radical
superóxido (O2-), que constituyen las especies activas (o reactivas) de oxígeno (ROS)
primarias. Las reacciones posteriores de las especies activas de oxígeno primarias con los
componentes celulares, forman otros radicales libres (como el radical hidroxilo HO-) u otros
compuestos oxidantes como el peróxido de hidrógeno, H2O2, que tienen carácter oxidante
pero no son radicales libres (Mittler, 2002).

15
Figura 1. Resumen esquematizado del sistema de regulación ambiental de los programas de
desarrollo de las plantas. La acción de estos procesos da lugar a una planta con un fenotipo
particular.

Las ROS, en general, son producto de reacciones del metabolismo energético como la
fotosíntesis, la respiración y la fotorespiración. Otras reacciones de síntesis de ROS más
específicas y sujetas a control celular sobrevienen por la acción de enzimas como la NADPH
oxidasa, amino oxidasas y peroxidasas de la pared celular. La función de estas últimas
enzimas es producir ROS involucradas en la muerte celular programada y en la defensa
contra patógenos (Mittler, 2002).
El nivel normal de producción de ROS en las células vegetales de 240 µM s−1 O2− con un
nivel estacionario de 0.5 µM H2O2 en los cloroplastos, aumenta hasta 720 µM s−1 O2−, con un
nivel estacionario de 15 µM H2O2 en los cloroplastos por los factores ambientales que
inducen estrés osmótico, como el déficit hídrico, la salinidad y la baja temperatura, o bien por
el daño mecánico. Tanto en el caso de factores bióticos como abióticos, la sobreproducción
de las ROS causan estrés oxidativo celular, aunque tales compuestos también parecen
cumplir con la importante función de indicadores del estrés y segundos mensajeros en las
cadenas de transducción de señales de respuesta al estrés (Mittler, 2002).

16
La mencionada función dual de las ROS, por una parte como señalizadores del estrés, por
otra, como compuestos que causan la muerte celular, indica que el control de su
concentración por medio de sustancias antioxidantes, parece ocurrir debido, cuando menos,
a dos mecanismos: (i) uno que lleva a cabo el control fino de los niveles de los ROS para
propósitos de señalización y (ii) otro que se encarga de la desintoxicación de las ROS
producidas en exceso durante los eventos de estrés. Para el caso de la señalización parece
ser que tanto la concentración de una ROS específica, como la concentración relativa de
diferentes ROS, es determinante en la determinación de la respuesta celular. El cuadro 1
contiene un resumen de los principales sistemas bioquímicos que produce, elimina o
disminuye la producción de ROS.

Cuadro 1. Procesos de producción, eliminación y disminución de especies activas de


oxígeno en plantas.

MECANISMO LOCALIZACIÓN

Producción

O2− en fotosíntesis (transporte de


Cloroplasto
electrones y PSI y PSII)

O2− en respiración (transporte de


Mitocondria
electrones)

H2O2 por la glicolato oxidasa Peroxisoma

O21 por clorofila excitada Cloroplasto

O2− por la NADPH oxidasa Membrana plasmática

H2O2 por la β-oxidación de ácidos grasos Peroxisoma

H2O2 por la oxalato oxidasa Apoplasto

O2− por la xantina oxidasa Peroxisoma

H2O2 y O2− por peroxidasas, Mn2+ y NADH Pared celular

Eliminación

17
Cloroplasto, mitocondria, citoplasma,
O2− por superóxido dismutasa
peroxisoma, apoplasto

Cloroplasto, mitocondria, citoplasma,


H2O2 por la ascorbato peroxidasa
peroxisoma, apoplasto

H2O2 por la catalasa Peroxisoma

H2O2 y ROOH por la glutatión peroxidasa Citoplasma

H2O2 por peroxidasas Pared celular, citoplasma, vacuola

H2O2 por tioredoxina peroxidasa Cloroplasto, citoplasma, mitocondria

Cloroplasto, citoplasma, mitocondria,


H2O2 y O2− por ácido ascórbico
peroxisoma, apoplasto

Cloroplasto, citoplasma, mitocondria,


H2O2 por el glutatión
peroxisoma, apoplasto

ROOH y O2− por el α-tocoferol Membranas

O21 por carotenoides Cloroplasto

Disminución o Prevención

Adaptaciones anatómicas para disminuir


Epidermis foliar y mesófilo
la producción de H2O2 , O21 y O2−

Metabolismo C4 ó CAM para disminuir la


Cloroplasto, citoplasma, vacuola
producción de H2O2 y O2−

Migración de clorofila£ para disminuir la


Citoplasma
producción de H2O2 , O21 y O2−

Disminución o supresión de la fotosíntesis


para disminuir la producción de H2O2 y Cloroplasto
O2−

18
Modulación de los fotosistemas y
pigmentos antena para disminuir la Cloroplasto
producción de O21 y O2−

Oxidasas alternativas para disminuir la


Cloroplasto, mitocondria
producción de O2−

¥
Modificado de Mittler (2002).

£
Mullineaux y Karpinski (2002).

Los principales sistemas de eliminación de ROS en las plantas incluyen a las enzimas
antioxidantes superóxido dismutasa (SOD), ascorbato peroxidasa (APX) y a la catalasa
(CAT), así como la actividad de quelatación y secuestro de iones de metales, la cuales
disminuye o previene la formación de radicales hidroxilo, resultantes de reacciones Haber-
Weiss o reacciones Fenton. El balance de la actividad de los tres sistemas enzimáticos:
SOD, APX y CAT es crucial para determinar la concentración relativa estacionaria de
radicales superóxido y de peróxido de hidrógeno, lo cual, a su vez, controla la producción de
radicales hidroxilo. Tal parece que las diferencias en la afinidad al H2O2 de las enzimas APX
(afinidad en concentración de µM) y CAT (afinidad en concentración de mM), son resultado
de que las diferentes enzimas pertenecen a dos clases de sistemas de eliminación de ROS:
uno de control fino y otro de eliminación de exceso en condiciones de estrés (Mittler, 2002).
La disminución de producción de ROS, es un mecanismo preventivo para evitar el daño
oxidativo tan importante, como el de eliminación de ROS. Dado que muchos factores
abióticos inducen estrés y el consiguiente aumento en la concentración de ROS, cualquier
factor anatómico, morfológico, bioquímico o fisiológico que disminuya la intensidad del estrés,
será valioso desde el punto de vista de que reduce la producción de ROS.
En la naturaleza, el factor inductor de estrés más común es el exceso de captura de
radiación (que genera gran cantidad de poder reductor), versus la poca capacidad de
utilización del potencial reductor, dependiendo este último en gran cuantía de la
-1
concentración de CO2. En otras palabras, el nivel actual de CO2 (∼390 µL L ) permite que
las plantas C3 utilicen adecuadamente la radiación solo hasta en un tercio o la mitad de la
irradiancia normalmente alcanzada en muchas regiones del planeta. Cuando se rebasa este
nivel de saturación de la radiación electromagnética (ubicado para plantas C3 entre 500 y
900 µmol de fotones m-2 s-1), entonces se presenta un exceso de poder reductor que genera
radicales libres, como resultado de la reducción parcial del O2.
En ese sentido, cualquier cambio en la planta que le permita disminuir la captura de
radiación, disminuirá, a su vez, el estrés por saturación de radiación electromagnética.
Ejemplos de lo anterior son las adaptaciones fisiológicas observadas en plantas C4 y CAM, o
bien los movimientos násticos o de enrollamiento foliar que surgen en algunas especies C3.
Otras adaptaciones son: la acumulación de estructuras reflejantes en la superficie foliar o el

19
acomodo de los estomas en cavidades de la epidermis. Todo lo anterior provoca la
disminución de la captura de radiación electromagnética y la disminución de la transpiración.
Otro ejemplo lo constituye la disminución reversible de la densidad de pigmentos antena de
los centros fotosintéticos, respuesta que se traduce en una menor captura efectiva de
radiación.

FITOQUÍMICOS Y ALIMENTACIÓN HUMANA


¿Son importantes los compuestos antioxidantes en la alimentación humana? La respuesta es
positiva, ya que el estrés oxidativo se encuentra presente en todos los organismos aerobios,
y los humanos no son excepción. Los mismos compuestos fitoquímicos y antioxidantes que
se encuentran en las plantas, cumplen en nuestra especie importantes funciones de
protección y estabilización frente a las especies activas de oxígeno (Youdim y Joseph, 2001).
Se sabe que la ingesta de alimentos con altos niveles de compuestos antioxidantes y
fitoquímicos se relaciona con mayores niveles de los mismos compuestos en el cuerpo
humano. Del mismo modo, hay gran cantidad de reportes acerca de los diferentes efectos de
diversos fitoquímicos y antioxidantes vegetales sobre la capacidad antioxidante de los
órganos y tejidos del cuerpo humano (Cao et al., 1998), la resistencia a las enfermedades
(Gate et al., 1999), la prevención de accidentes vasculares, así como en algunos males
degenerativos (Youdim y Joseph, 2001).
La ingesta de 400 a 600 g día-1 de frutas y vegetales se asocia con la reducción de la
incidencia de muchas formas comunes de cáncer y enfermedades degenerativas. Los
compuestos responsables de este efecto benéfico son los compuestos fitoquímicos, que al
igual que modulan la expresión génica en las plantas, lo hacen en los humanos al inhibir
carcinogénesis de diversas formas (Heber y Bowerman, 2001).
Los siguientes mecanismos de acción de los compuestos fitoquímicos y antioxidantes los
describió Ferrari (2004):
1. Estabilizadores de membranas mitocondriales y promotores de la función
mitocondrial, esto es, agentes que disminuyen la muerte celular por apoptosis (muerte celular
programada) o necrosis.
2. Agentes quelatantes que disminuyen el daño oxidativo causado por metales libres
en forma iónica, los cuales son promotores de reacciones Fenton.
3. Antioxidantes que disminuyen el daño celular, estimulan la actividad antioxidante
intrínseca, protegen el DNA de la oxidación e inhiben la muerte celular en órganos clave.
4. Inductores de apoptosis en células prenoeplásicas o neoplásicas y agentes
promotores de necrosis de tumores.

Una forma práctica de reconocer la presencia de los fitoquímicos es el color. Los frutos y
vegetales de color rojo contienen licopeno (el pigmento precursor de los carotenoides, que se
encuentran en gran cantidad en los tomates), que se asocia con la salud de la próstata. Los
de color amarillo y verde-amarillo, como el maíz y varios vegetales de hoja, contienen luteína
20
y zeaxantina, pigmentos que se localizan en la retina y disminuyen el riesgo de degeneración
macular. Los frutos de color rojo y morado contienen antocianinas, antioxidantes potentes
que se encuentran en las manzanas rojas, las uvas, las fresas, las frambuesas, las cerezas y
en el vino de uva. Los alimentos vegetales de color naranja, como el mango, la zanahoria, la
calabaza y el durazno contienen beta-caroteno. El color amarillo-naranja como el encontrado
en naranjas, mandarinas y limones se asocia con los flavonoides. Los alimentos blancos del
tipo de la cebolla y el ajo contienen compuestos de sulfuro con gran actividad germicida y
antioxidante (Heber y Bowerman, 2001).
Los vegetales de la familia de las crucíferas como el brócoli, la col de Bruselas y el kale
contienen glucosinolatos (Heber y Bowerman, 2001); estos compuestos son convertidos en
isotiocianatos por una myrosinasa vegetal y por la microflora gastrointestinal. Los
isotiocianatos y algunos glucosinolatos bloquean de forma muy efectiva la carcinogénesis
inducida químicamente en animales. Los isotiocianatos también son inductores de las
proteínas de fase 2, un grupo de proteínas antioxidantes asociadas a la reducción de la
susceptibilidad a la carcinogénesis en los mamíferos, modelo para el estudio del cáncer
(Talalay y Fahey, 2001).
En la actualidad, gran cantidad de textos, productos y sistemas se proponen para que los
humanos aumenten la ingesta de fotoquímicos. Ocasionalmente ocurre confusión al hablar
del efecto de ciertos alimentos; para evitarla, Bloch y Thomson (1995) presentan los
siguientes conceptos de diversos compuestos y su modo de acción en la salud humana:

1. Agente quimiopreventivo: componente de los alimentos de carácter nutritivo o no


nutritivo que, de acuerdo a resultados científicos, ha demostrado inhibir la
carcinogénesis. Ejemplo: los polifenoles del té (Camelia sinensis), el resveratrol de las
uvas o el vino, los isoflavonoides de la soya, la curcumina de la hierba Curcuma
longa.
2. Alimento funcional: cualquier alimento o ingrediente alterado del mismo que produce
un efecto benéfico, más allá del que proveen los nutrimentos considerados
tradicionalmente como lo son las vitaminas, proteínas, etc.. Ejemplo, soya por su
asociación con la disminución de ciertos tipos de cáncer, té verde como antioxidante,
nueces por la disminución de accidentes vasculares, ajo por sus propiedades
antioxidantes y de quimioprevención, etc.
3. Fitoquímicos: sustancias que se encuentran en los frutos y vegetales comestibles que
pueden ingerirse diariamente en cantidades pequeñas. Tienen el potencial de modular
favorablemente el metabolismo humano y prevenir el cáncer, además de otras
enfermedades de tipo degenerativo. Ejemplos: isoflavonoides, resveratrol, licopeno,
quercetina, alil-sulfuros, etc.
4. Nutracéutico: cualquier sustancia considerada como alimento o parte de este, que
ofrece beneficios médicos o para la salud, y es útil para la prevención y el tratamiento
de enfermedades. Pueden ser extractos de alimentos o el alimento en sí considerando
su contenido de cierto compuesto activo. Ejemplos: las vitaminas como el ácido fólico,
los minerales (selenio), los extractos de plantas (ajo, Ginko biloba, jengibre) y los
extractos de origen animal (carosina, carnitina, quitosano).

21
Los antioxidantes se encuentran dentro de las categorías de agentes quimiopreventivos y
fitoquímicos.

MANIPULACIÓN DEL AMBIENTE Y CALIDAD NUTRICIONAL DE LAS PLANTAS


Trabajos recientes han demostrado que es posible manipular los mecanismos de defensa de
las plantas y los niveles de antioxidantes y fitoquímicos específicos, por medio de la
ingeniería de genes (Inzé y Van Montagu, 1995), con la manipulación ambiental (Pastori et
al., 2000), con la aplicación de fertilizantes químicos u orgánicos, o con inductores químicos
naturales o artificiales que funcionan como señalizadores, antioxidantes y promotores de
oxidación controlada (Beligni y Lamattina, 1999; Dietrich et al., 1999; Kocsy et al., 2001;
Benavides-Mendoza, 2002).
En otras palabras, el propio sistema de señalización y de regulación de la adaptación
ambiental es potencialmente útil para, en cierta forma, dirigir la respuesta de las plantas
hacia los fenotipos que se consideran adecuados, es decir, a aquellos que tienen altos
niveles de antioxidantes.
Surge entonces la pregunta de si el incremento en la cantidad de antioxidantes traerá
consecuencias indeseables sobre los consumidores humanos o sobre la misma planta. A la
fecha no se conocen efectos indeseables en los humanos asociados con un alto consumo de
antioxidantes naturales. En cuanto a las plantas, la información actual sobre el cambio en el
título de antioxidantes totales, no indica que su aumento cause cambios negativos sobre el
crecimiento, el desarrollo o la calidad de las plantas.
Un tema diferente es el cambio del perfil particular de uno o más de los antioxidantes de las
plantas. En efecto, si los antioxidantes cumplen funciones como señalizadores o promotores
de la actividad de ciertos genes, su presencia en mayor o menor concentración podría
cambiar el programa de desarrollo de la planta, lo que daría lugar a cambios fenotípicos
diversos. Algo parecido ocurre en las semillas cuando se busca cambiar la calidad o
composición de las proteínas que se almacenan en ellas. Surge el problema de que algunas
proteínas no se almacenan simplemente como fuente de N, sino que tienen papeles activos
en la defensa o en la adaptación al estrés (Wang et al., 2003).
Algunos trabajos recientes parecen indicar que es posible manipular algunos factores del
entorno de crecimiento de las plantas, de tal forma que se logre aumentar la capacidad
antioxidante total, sin que este cambio se relacione con respuestas negativas en el
crecimiento o desarrollo de las plantas. Ejemplo de ello es el uso de soluciones nutritivas con
un aumento moderado en los niveles de salinidad, con el propósito de producir frutos de
tomate con mayor cantidad de antioxidantes (De Pascale et al., 2001; D’Amico et al., 2003;
Sgherri et al., 2007). Otro ejemplo lo constituye el uso de pequeñas cantidades de elementos
traza como el selenio, la plata, etc. que al ser absorbidos por la planta, desencadenan una
respuesta oxidativa que, a su vez, se traduce en un incremento en la cantidad total de
antioxidantes en las plantas (Cabrera de la Fuente et al., 2006; Rosales-Velázquez et al.,
2006).

22
Obviamente, un factor ambiental tan importante como la radiación electromagnética, en sus
componentes de calidad e irradiancia, cambiará la calidad nutricional de las plantas. En
efecto, se sabe que Brassica juncea acumula diferentes perfiles de vitaminas si crece en
ambientes con luz solar completa o con sólo el 50%, resultante del uso de mallas sombra. La
disminución de la radiación causa disminución en el ascorbato (seguramente como resultado
de la menor disponibilidad de glucosa) y aumento en los carotenoides y en la clorofila, sin
modificar el ácido fólico (Lester, 2006). La respuesta anterior es un ajuste a la capacidad de
captura de radiación que da lugar a cambios en los componentes nutricionalmente
importantes de las hojas. Otros efectos descritos en varias especies hortícolas son: el
aumento de la concentración de ascorbato al utilizar fuentes de luz enriquecidas en la banda
del azul, el aumento en la cantidad de licopeno en tomate expuesto a radiación enriquecida
en el rojo y la respuesta contraria al enriquecer la radiación con rojo lejano. Del mismo modo,
la exposición a la radiación UV-B se asocia con la disminución de la concentración celular de
ascorbato y carotenoides (Lester, 2006). Esta última respuesta seguramente resulta del
aumento de la cantidad de radicales libres, resultado de la exposición a este tipo de radiación
electromagnética.
Las respuestas de las plantas a la radiación electromagnética ocurren en un contexto de
concentración celular de elementos minerales relacionados con las reacciones redox de
transferencia de electrones. En este sentido, el Fe, Zn, Cu, Mn, Ca y Mg son determinantes.
En general, la mayor disponibilidad de minerales en la matriz de intercambio del suelo
resultará en frutas y hortalizas con mayor concentración de ascorbato, ácido fólico y
carotenoides, a excepción del nitrógeno cuya concentración se asocia de forma negativa con
la ácido ascórbico (Lester, 2006). El cultivo en suelos arenosos dará lugar a frutas y
hortalizas con menor cantidad de vitaminas (Lester y Crosby, 2002).
Los elementos P, K, Mn, Cu, B y Zn presentan un efecto positivo sobre el ascorbato; los
elementos N, K, Mg, Mn, Cu, B y Zn se correlacionan con valores más altos de β-caroteno.
Por su parte, al disponerse de niveles adecuados de N, P y B, la concentración de vitaminas
del complejo aumenta (Lester, 2006).
Algo parecido sucede con el pH del suelo, ya que este factor causa diferencias en la
disponibilidad de nutrimentos minerales. Los extremos de pH disminuyen la concentración de
vitaminas: al aumentar el pH disminuye el ascorbato, mientras que los valores bajos de pH
dan lugar a cosechas con escaso contenido de carotenoides (Lester, 2006).
Un punto interesante a estudiar es si existe algún efecto sobre la calidad nutricional de los
frutos cuando los elementos minerales se aportan en forma sintética u orgánica. Los pocos
estudios rigurosos que se han realizado, indican que existe una diferencia real y que el
mayor contenido de vitaminas se obtiene con los fertilizantes orgánicos (Lester, 2006). Es
posible que tal diferencia se encuentre en la mayor disponibilidad de elementos minerales al
aportar diversos ácidos orgánicos, húmicos y fúlvicos, así como por la conocida capacidad de
la materia orgánica de disminuir el potencial redox del suelo y de aumentar la disponibilidad
de metales.

23
CONCLUSIONES
Los antioxidantes naturales encontrados en las plantas responden a señales ambientales.
Los factores ambientales mencionados son manipulables, en mayor o menor medida, en los
sistemas de producción comerciales, lo cual significa que se encuentra al alcance la
posibilidad de mejorar la calidad nutritiva de los productos vegetales que consumimos,
respecto al contenido de antioxidantes. Sin embargo, actualmente no existe un consenso en
el sentido de que la mayor calidad nutricional implique mayor valor comercial, lo que hace
difícil convencer a los productores de que eleven sus costos de manejo en campo para
conseguir mayor cantidad de antioxidantes. Es necesaria una estrategia conjunta que
abarque el manejo de los suelos, las variedades, el manejo del producto, el almacenamiento,
la comercialización y el consumo, para lograr que la población aumente su ingesta de
antioxidantes y vitaminas provenientes de fuentes naturales vegetales.

LITERATURA CITADA
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26
CARACTERIZACIÒN NUTRIMENTAL DE FRUTOS DE
TOMATE HÍBRIDOS DE CULTIVARES COMERCIALES Y
EXPERIMENTALES

J. Siller Cepeda, M.D. Muy Rangel, M. Báez-Sañudo, L. Contreras-


Angulo, R. Vélez de la Rocha, R. Contreras-Martínez

Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo A.C. Unidad Culiacán. Carretera


a Eldorado km. 5.5 Campo El Diez, Culiacán, Sinaloa, CP 80110, México

Correspondencia: jsiller@ciad.edu.mx

27
RESUMEN
En el estado de Sinaloa se evalúan anualmente más de 100 híbridos de tomate
producidas por 22 compañías trasnacionales. Estos materiales experimentales son
evaluados y comparados con los materiales comerciales para encontrar los de mayor
rendimiento y productividad. A pesar de que los frutos de tomate son una fuente importante
de vitamina C, potasio, ácido fólico, licopeno y β-caroteno y de que numerosos estudios
epidemiológicos han demostrado la importancia de consumir este fruto para reducir la
aparición de enfermedades cardiovasculares y diversas formas de cáncer, no existe
información sobre el contenido nutrimental tanto de los materiales de tomate que se cultivan
actualmente en Sinaloa, como de los nuevos híbridos en etapa experimental. El objetivo del
presente trabajo consistió en caracterizar la calidad nutrimental de los frutos de tomate rojo
maduro de cultivares comerciales y experimentales y determinar si existen diferencias en el
contenido nutrimental de éstas. Se seleccionaron frutos de tomate bola en estado de
madurez comercial de 28 materiales híbridos, 14 de hábito de crecimiento determinado y 14
de indeterminado. Se evaluó el contenido proximal (proteínas, grasas, carbohidratos y
minerales) utilizando la metodología recomendada por el AOAC (1990). Se cuantificaron
vitamina C y β-caroteno por HPLC y licopeno por espectrofotometría.
El mayor contenido de licopeno lo presentó la variedad Sharon con más de 60 µg/g. Las
variedades con mayor contenido de Vitamina C fueron R-494, GVS-51993, XP-12302 y TX-
9960, las cuales presentaron alrededor de 16 mg/100g. Estas cantidades cubren el 26% de la
ingesta diaria recomendada. Los minerales más importantes en todas las variedades fueron
calcio, fósforo y potasio. Se observaron diferencias marcadas entre variedades,
principalmente en el contenido de minerales, vitamina C, licopeno y β-caroteno. Los resultados
obtenidos serán útiles a los productores para seleccionar los materiales a cultivar y
comercializar en mercados que demandan productos con alto valor nutritivo.

Palabras Clave: Tomate, proximal, vitamina, licopeno, β-caroteno

INTRODUCCIÓN
La mayoría de las exportaciones de hortalizas mexicanas son encaminadas a
abastecer la demanda de los mercados estadounidenses y en menor proporción los de
Canadá. Sin embargo, la búsqueda de nuevos mercados de exportación ha dado en los
últimos años resultados positivos hacia algunos países de Europa y Japón. Estos
acontecimientos han mostrado que para competir en esos mercados es necesario llegar con
productos de excelente calidad que permitan sobresalir en estos mercados.
Ante la globalización de los mercados, el contenido nutrimental es una herramienta
que permitirá continuar siendo competitivo en los mercados internacionales. La calidad
nutrimental, definida por el contenido de nutrientes, vitaminas, minerales y antioxidantes tiene
desde este punto de vista, un importante significado en la comercialización, dado que su
conocimiento impacta en las preferencias del consumidor y ayuda a conseguir un mejor
precio. Aunado a esto, la evidencia clínica acumulada hasta el momento continúa mostrando
28
que el contenido de algunos nutrientes del tomate esta asociado con un menor riesgo de
desarrollar ciertas enfermedades crónicas y cáncer, lo cual ha incrementado su consumo e
interés por conocer su valor nutrimental. Esto demandó, que un punto central en la
investigación fuera estudiar el contenido nutrimental de los frutos de tomate para determinar
si existen diferencias entre variedades. Aquellos materiales que presenten frutos con alto
valor nutrimental, podrán ser promocionados en el mercado con una calidad distintiva y llegar
a ser más competitivos.

MATERIALES Y MÉTODOS
Se seleccionaron frutos de tomate bola en estado de madurez comercial de 28
materiales, 14 de hábito de crecimiento determinado y 14 de hábito de crecimiento
indeterminado (Cuadro 1). Los frutos fueron cosechados en estado rojo maduro del campo
experimental del INIFAP en Enero de 2004. Los materiales se seleccionaron en base a la
información de rendimiento y calidad física y química generada en el ciclo pasado por
Valenzuela (2003) y Siller et al. (2003). Una vez cosechados los frutos se trasladaron a los
laboratorios del CIAD Unidad Culiacán donde fueron seleccionados para obtener
homogeneidad en el tamaño, forma, color y en cuanto a que estuvieran libres de defectos,
plagas y enfermedades. El diseño experimental fue en 2 bloques (hábito de crecimiento) y un
factor totalmente al azar con 14 niveles (variedad). Los análisis se hicieron por triplicado.
Para el análisis de varianza se utilizó el paquete estadístico MINITAB 13.1. En los casos
donde se encontraron diferencias significativas se empleó la prueba de Tukey para la
comparación de medias, con un nivel de confianza del 95%.

Análisis proximal y de minerales. El análisis de la composición nutrimental de los frutos de


tomate se realizó de acuerdo a las técnicas recomendadas por el AOAC (1990). Las
determinaciones realizadas fueron contenido de humedad (920.39), proteína (988.05),
grasas, (920.39), fibra (962.09) y cenizas (942.05). El porcentaje de carbohidratos se
determinó por diferencia, substrayendo del contenido de humedad el resto de los
componentes. Se cuantificaron los minerales siguiendo la metodología oficial No. 955.06 del
AOAC (1990). Después de la digestión ácida de las cenizas, la muestra se filtró y se llevó a
100 ml con agua deionizada. Se utilizó un espectrofotómetro de absorción atómica Varian
Mod. AA220 para medir la absorbancia a la longitud de onda específica para cada mineral:
Ca (422.7nm), Na (589.6nm), K (769.9nm), Mg (285.2nm), Mn (279.5nm), Fe (248.3nm), Cu
(324.7nm) y Zn (213.9nm). Para cada mineral se construyó una curva de calibración con
estándares de referencia de concentración conocida.

Vitamina C. La extracción se llevó a cabo tomando 10 g de muestra homogenizada con 40


ml de agua HPLC filtrada y fría. La mezcla fue homogenizada usando una licuadora
convencional Osterizer a velocidad media por 2 minutos. La mezcla fue filtrada a través de
una malla de organza y posteriormente con papel filtro Whatman No. 41, el sobrenadante
clarificado se hizo pasar por un cartucho Sep-Pak C18. Del extracto obtenido se tomó una
alícuota de 1 ml a la cual se le adicionó 1 mg de Dithiothreitol, se mantuvo en reposo por 2
horas en la oscuridad, y se filtró finalmente a través de una membrana de Nylon de 0.45 µm
29
de tamaño de poro, para inyectase al sistema cromatográfico. Se utilizó un cromatógrafo de
líquidos Varian equipado con una bomba terciaria ProStar 230 y un detector de arreglo de
diodos ProStar330. Se empleó una columna Varian C18 de 5 µm 150 X 4.60 mm, operada a
temperatura ambiente y un inyector con capacidad de 20 µl. La fase móvil fue KH2PO4 0.2 M
y un flujo de 0.5 ml/min. La detección se determinó a una longitud de onda de 254 nm
aunque se registró el espectro de absorbancia en el rango de 200 a 400 nm. Para el análisis
de resultados se construyó una curva de calibración (R = 99.7%) con soluciones de estándar
de ácido ascórbico (Sigma-Aldrich) de concentraciones conocidas 0, 10, 20, 30, 40, 50, 60 y
70 ppm (Gökmen et al., 2000).

β-caroteno. Se utilizó la técnica descrita por Bushway y Wilson (1982). Cinco g de muestra
homogenizada se mezcló con 5 g de Na2SO4 y 0.5 g de MgCO3 y se sometió a tres
extracciones sucesivas con 30 ml de una mezcla de metanol-tetrahidrofurano 50:50 con
0.01% de BHT. Utilizando un homogenizador de tejidos Ultra Turrax T25 y filtrando a vacío
entre cada extracción; los tres filtrados se colocaron en un matraz volumétrico de 100 ml y se
utilizó la misma mezcla extractora para aforar. Se tomó una porción de esta solución y se
hizo pasar por una membrana de Nylon de 0.45 µm de poro y 25 mm de diámetro. El equipo
cromatográfico y la columna fueron los mismos que para vitamina C, la diferencia fue que se
utilizó como fase móvil una mezcla de Acetonitrilo:Metanol:Tetrahidrofurano en proporción
53:35:7, con una velocidad de flujo de 1.5 ml/min. La detección se realizó a 460 nm y la
cuantificación mediante una curva de calibración (R= 98.5%) construida con soluciones de
concentración conocida de un estándar de β-caroteno (Sigma-Aldrich).

Licopeno. El licopeno se cuantificó por medio de la técnica espectrofotométrica


recomendada por LycoRed (1995). La muestra se homogenizó y se tomaron 1.25 g dentro de
un tubo para centrífuga, se adicionaron 25 ml de mezcla extractora (éter de
petróleo:etanol:acetona 50:25:25 con 0.5 g/L de BHT). Se centrifugaron los tubos a 10000
rpm por 16 min, se adicionaron 6.25 ml de agua destilada fría y se centrifugo por 6 min más.
Se dejó en reposo para la separación de fases. En un matraz volumétrico se colocaron 5 ml
de la fase superior del tubo y 13 ml de una solución de BHT al 0.4% en éter, finalmente se
llevó el volumen hasta el aforo con éter de petróleo. Inmediatamente se midió la absorbancia
en un espectrofotómetro UV-Vis Cary 1E Varian a una longitud de onda de 472 nm. Los
resultados se calcularon considerando un coeficiente de extinción molar de 3 450. Todo el
proceso se llevó a cabo a baja temperatura y al abrigo de la luz blanca.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Antes de discutir los resultados es necesario resaltar que la variedad comercial con
hábito de crecimiento determinado es la R-494, mientras que para las variedades con hábito
de crecimiento indeterminado fueron las variedades comerciales Attention y Gironda.

Análisis Proximal. En el Cuadro 2 y Cuadro 3 se presentan los valores promedio del


porcentaje de cada uno de los componentes de los frutos de hábito de crecimiento
determinado e indeterminado respectivamente. Aunque los valores para cada variedad son
muy cercanos entre sí, se presentaron diferencias significativas en cuanto al contenido de

30
proteína y grasa entre algunas variedades; sin embargo, el aporte por ración de éstos
componentes no es muy importante, por lo que no se señalan. La utilidad de estos resultados
se debe a que con ellos se elaboró la etiqueta nutrimental de cada una de las variedades
estudiadas (datos no mostrados).

Vitamina C. En la Figura 1a se presentan los valores del contenido de Vitamina C (ácido


ascórbico) en frutos de tomate de hábito determinado. Las variedades con mayor contenido
de Vitamina C fueron R-494, GVS-51993, XP-12302 y TX-9960, presentando entre 14 y 17.2
mg/100 g, estas cantidades cubren entre el 23 y 28 % de la ingesta diaria recomendada de
vitamina C en México (NOM-051-SCFI-1994). Aunque la variedad comercial resultó con el
mayor contenido de vitamina C, no presentó diferencias significativas (p<0.05) con las otras 3
variedades experimentales. Por otro lado, los frutos con menor contenido de vitamina C
fueron los de las variedades L-219 y HMX-3824, las cuales presentaron diferencias
significativas con respecto a las variedades de mayores niveles de esta vitamina.
En la Figura 1b se ilustran los resultados de vitamina C en frutos de tomate de hábito
de crecimiento indeterminado. Los frutos con la mayor cantidad de esta vitamina fueron los
de la variedad Miramar con 18 mg/100g, Gironda (comercial), CLX 37125 y GVS 1025
también presentaron valores similares. Con base en esos resultados, estas variedades
experimentales pueden ser elegidas como altas en vitamina C, ya que una porción de 100 g
de estos frutos cubren entre el 25 y 30% del requerimiento diario (NOM-051-SCFI-1994).
Aunque la variedad Atenttion es comercial, no presentó niveles de vitamina C
importantes, al igual que los frutos de las variedades Charleston, Badro y GC-42031 que sólo
alcanzaron niveles entre 10 y 12 mg/100g. Algunos autores reportan en promedio 20
mg/100g de vitamina C para los distintos tipos de tomate, siendo los de tipo cherry los más
ricos en esta vitamina. Los valores encontrados en este estudio coinciden con otros autores
los cuales reportan distintas cantidades en un rango de 12.5 hasta 24 mg/100g (Schewfelt,
1986; Lee y Kader, 2000; Binoy et al., 2004).
Licopeno. En la Figura 2a se muestran los resultados del contenido de licopeno de los frutos
de tomate de las diferentes variedades evaluadas. Existen diferencias marcadas entre
variedades, sobresaliendo por su mayor contenido de licopeno la variedad Sharon con más
de 60 µ/g, seguida por la variedad GVS-51992, Soraya y TX-99960. Las variedades con
menor contenido de licopeno fueron la GVS-51993 y la PR-461, sobrepasando apenas los 30
µg/g. En este grupo se encontró la variedad comercial R-494 con 35 µg/g. El mayor
contenido de licopeno de las variedades experimentales mencionadas se puede explotar
como una mejor característica de comercialización.
Con respecto a los resultados de licopeno en frutos de tomate indeterminado (Figura
2b), los más altos niveles los presentó la variedad FA-1912 con cerca de 50 µg/g; pero en
general todas las variedades presentaron valores cercanos a 40 µg/g, sólo la GVS-51994
alcanzó apenas los 30 µg/g. En comparación con los frutos de hábito determinado, todas las
variedades de tomate indeterminado mostraron un menor contenido de licopeno. El
contenido de licopeno para tomate rojo maduro varía entre 30 y 77.4 µg/g, según lo que se
ha reportado en otros estudios. Los frutos de las variedades evaluadas se encuentran en el
promedio de éstos valores (Gross, 1991; USDA, 1998; Nguyen y Schwartz, 1999).

Beta-caroteno. El β-caroteno es el pigmento carotenoide con mayor actividad como


provitamina A, por lo que es muy importante para la dieta humana. Los frutos de tomate

31
evaluados en éste trabajo presentaron cantidades importantes de éste pigmento. Los
resultados se ilustran en la Figura 3a; en donde sobresalen por su mayor contenido de β-
caroteno los frutos de la variedad HMX-3824 con 2.7 µg/g, siendo ésta diferente
estadísticamente, aunque los frutos de las demás variedades alcanzaron valores de β-
caroteno entre 2.3 y 2.5 µg/g.
Los frutos de hábito de crecimiento indeterminado se comportaron de manera muy
similar, ya que todas las variedades tuvieron niveles de β-caroteno alrededor de 2.5 µg/g
(Figura 3b). El contenido de β-caroteno de ambos grupos de frutos es muy similar y
concuerda con lo reportado en la literatura, con valores para tomate entre 1.7 y 5.6 µg/g
(Azcon-Bieto y Talon, 1993; Tanamachi, 2002).

CONCLUSIONES
La información generada en este estudio permite clasificar en rangos las distintas
variedades en función de sus características nutrimentales. Esta información puede ser
explotada para promocionar su valor nutracéutico en la comercialización. Las características
que principalmente pueden resaltarse incluyen los contenidos de vitamina C, licopeno y β-
caroteno.
El análisis proximal y de minerales realizado marca pequeñas diferencias entre
variedades y es útil para identificar cada variedad con su etiqueta nutrimental y cubrir así en
un futuro inmediato los nuevos requisitos exigidos en los mercados internacionales.

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33
Cuadro 1. Materiales de tomate bola evaluados y compañía proveedora de
semillas.

V
COMPAÑÍA DETERMINADOS INDETERMINADOS COMPAÑÍA

Golden Valley GVS-51993 GVS-1025 Golden Valley

Golden Valley GVS-51992 GVS-51994 Golden Valley

LSL Zeraim
R-449N FA-1912
Biotechnologies Gedera

LSL Zeraim
R-494* TROFEO
Biotechnologies Gedera

LSL
L-219* PS-151052 Seminis
Biotechnologies

Zeraim Gedera SHARON MIRAMAR Seminis

Seminis XP-12302 ATTENTION* Enza Zaden

Seminis PR-461 GIRONDA* Enza Zaden

H - Test H-116 GC-42031 Syngenta

Sakata XTM-0225 ZUNI Syngenta

Harris Moran HMX-3824 CHARLESTON Syngenta

Harris Moran TX-99960 BADRO Enza Zaden

Syngenta SORAYA CAIMAN Enza Zaiden

Syngenta SEBRING CLX-37125 Harris Moran

34
Cuadro 2. Composición Proximal de Frutos de Tomate de Diferentes Materiales Híbridos de
Hábito de Crecimiento Determinado.

HUMEDAD PROTEINA GRASA CENIZAS FIBRA CARBOHIDRATOS


VARIEDAD
% % % % % %

GVS-51993 94.70 0.82 0.04 0.51 0.91 3.02

GVS-51992 95.36 0.73 0.03 0.55 0.35 2.98

R-449N 94.63 0.87 0.05 0.61 0.57 3.27

R-494 95.10 0.68 0.01 0.47 0.69 3.05

L-219 94.62 0.96 0.03 0.59 0.74 3.05

SHARON 95.36 0.69 0.02 0.50 0.72 2.70

XP-12302 94.65 0.91 0.03 0.51 0.79 3.11

PR-461 94.85 0.86 0.04 0.53 0.74 2.97

H-116 95.60 0.73 0.03 0.49 0.72 2.43

XTM-0225 94.70 0.85 0.02 0.58 0.70 3.15

HMX-3824 94.69 0.84 0.03 0.54 0.65 3.26

TX-99960 95.17 0.84 0.03 0.60 0.72 2.63

SORAYA 95.15 0.80 0.03 0.49 0.73 2.80

SEBRING 94.96 0.78 0.01 0.50 0.60 3.15

35
Cuadro 3. Composición Proximal de Frutos de Tomate de Diferentes Materiales Híbridos de
Hábito de Crecimiento Indeterminado.

HUMEDAD PROTEINA GRASA CENIZAS FIBRA CARBOHIDRATOS


VARIEDAD
% % % % % %

GVS-1025 95.04 0.58 0.02 0.47 0.94 2.94

GVS-51994 96.20 0.43 0.01 0 .3 4 0 .5 6 2.44

FA-1912 95.52 0.46 0.02 0.59 0.69 3 .7 2

TROFEO 94.37 0.59 0.04 0.82 0 .9 1 3.26

PS-151050 95.48 0.52 0.02 0.52 0.91 2.55

MIRAMAR 95.08 0.53 0.04 0.65 0.99 2.71

ATTENTION 94.67 0.60 0.03 1 .6 5 0.94 2 .1 1

GIRONDA 94.40 0.61 0.02 0.73 1 .0 2 3.22

GC-42031 94.97 0.53 0.02 0.59 0.82 3.07

ZUNI 95.20 0.54 0.03 0.55 0.87 2.81

CHARLESTON94.98 0.50 0.03 0.72 0.81 2.94

BADRO 94.75 0.59 0.03 0.63 0.93 3.06

CAIMAN 95.42 0.52 0.02 0.60 0.67 2.77

CLX-37125 95.27 0.48 0.02 0.51 0.75 2.96

36
b)
a)
Contenido de Vitamina C (mg/100g)
Contenido de Vitamina C (mg/100g)

0.0
2.0
4.0
6.0
8.0
10.0
12.0
14.0
16.0
18.0
20.0

0
2
4
6
8
10
12
14
16
18
20
GVS-1025 GVS-51993

GVS-51994 GVS-51992

FA-1912 R-449N

TROFEO R-494

PS-151052 L-219

MIRAMAR SHARON

ATTENTION XP-12302

GIRONDA
PR-461

GC-42031
H-116

ZUNI
XTM-0225

CHARLESTON
HMX-3824
BADRO
TX-99960
CAIMAN
SORAYA
CLX-37125
SEBRING
hábito de crecimiento determinado; b) hábito de crecimiento indeterminado
Figura 1. Contenido de Vitamina C en Frutos de Tomate de Diferentes Materiales Híbridos. a)

37
b)
a)
Contenido de Licopeno (µg/g) Contenido de Licopeno (µg/g)

0
10
20
30
40
50
60
0
10
20
30
40
50
60
G VS-1025

G VS-51994 GVS-51993
GVS-51992
FA-1912
R-449N
TRO FEO
R-494
PS-151052
L-219
MIRAMAR
SHARON
ATTENTIO N
XP-12302
G IRO NDA
PR-461
GC-42031 H-116
ZUNI XTM-0225
CHARLESTON HMX-3824
BADRO TX-99960

CAIMAN SORAYA
SEBRING
CLX-37125
hábito de crecimiento determinado; b) hábito de crecimiento indeterminado
Figura 2. Contenido de Licopeno en Frutos de Tomate de Diferentes Materiales Híbridos. a)

38
b)
a)
Contenido de ß-caroteno ( µg/g)
Contenido de ß-caroteno (µg/g)

0
0.5
1
1.5
2
2.5
3

0
0.5
1
1.5
2
2.5
3
GVS-51993
GVS-1025
GVS-51992
GVS-51994
R-449N
FA-1912
TROFEO R-494

PS-151052 L-219
MIRAMAR SHARON
ATTENTION XP-12302
GIRONDA PR-461
GC-42031 H-116
ZUNI
XTM-0225
CHARLESTON
HMX-3824
BADRO
TX-99960
CAIMAN
SORAYA
CLX-37125
SEBRING
hábito de crecimiento determinado; b) hábito de crecimiento indeterminado
Figura 3. Contenido de β-caroteno en Frutos de Tomate de Diferentes Materiales Híbridos. a)

39
EFECTO DE LA NUTRICIÓN VEGETAL EN RENDIMIENTO
Y VIDA POSCOSECHA EN HORTALIZAS

Maritza Arellano Gil y Marco Antonio Gutiérrez Coronado*

Fisiología de Cultivos. Instituto Tecnológico de Sonora

*Correspondencia: totono@itson.mx

40
RESUMEN
La producción de hortalizas en el sur de Sonora, se ha incrementado de manera significativa
en los últimos quince años, de manejarse un área de alrededor de 800 ha a mas de 15 mil ha
a la fecha, sobresaliendo en la diversidad de cultivos, los miembros de las solanáceas, tales
como el chile, el tomate y la papa y de las cucurbitáceas, la sandía, calabacita, melón y
pepino, además de áreas constantes de cebollas, brócoli y espárrago entre otras, liderando
en áreas de producción chile, papa y sandía a nivel Valle del Yaqui, Sonora. Dentro de los
factores de producción que inciden en el manejo de hortalizas en el sur de Sonora, la
nutrición vegetal y uso de fertilizantes juega un papel decisivo, sobre todo en el orden de las
relaciones entre los nutrimentos, el abuso de alguno de ellos, el desabasto de otros y la
influencia directa dentro de la fisiología y bioquímica poscosecha de los diversos productos
que se obtienen de ellas. Ya que al alterar en cualquier momento del desarrollo de este tipo
de cultivos, la cual es muy breve, sobre todo el período de emergencia a primeros frutos, el
aporte de nutrimentos debe ser de manera rápida y segura, cuidando estén los que se
necesiten en cada fase de su crecimiento, dentro de estos tenemos al nitrógeno, fósforo,
potasio, calcio, magnesio, fierro, cobre, zinc entre otros.

Palabras claves: Fertilizantes, relaciones nutrimentales, producción, calidad

NUTRICIÓN VEGETAL
La nutrición vegetal estudia y concilia las demandas nutrimentales y propiedades del medio
con métodos de mejoramiento en nutrición, su objetivo primordial, es analizar los factores y
procesos involucrados en la nutrición de los cultivos en relación con la producción en
cantidad y en calidad, sin afectar el ambiente y cuidando una buena relación costo -
beneficio; esto comprende aspectos fisiológicos, ecológicos y bioquímicos. La fertilización
como parte de la nutrición vegetal tiene como fin el lograr que la alimentación de la planta
satisfaga las expectativas de su cultivo, se le considera como el factor de producción más
importante después de la disponibilidad de agua y que junto con la temperatura y las
propiedades fisicoquímicas del suelo son los factores primarios que determinan la
productividad de éstas (Gutiérrez, 1995; Uvalle y Osorio, 1998).

Diagnóstico nutrimental. La práctica actual de decidir sobre la dosis de fertilización,


muchas veces se basa en amplias experiencias locales, lo cual ha sido útil para obtener
rendimientos aceptables, pero a veces no llega a ser efectiva ni económica. Los suelos
difieren ampliamente en su capacidad de suministro, lo cual depende de su reserva total,
movilización y/o dinámica de fijación, accesibilidad de la raíz a algún nutrimento, o cuando
uno o varios elementos se encuentran en cantidades excesivas (niveles tóxicos); por lo
anterior, es necesario utilizar diferentes métodos de diagnóstico en suelos y plantas, que
sean una herramienta efectiva para hacer un uso más adecuado de los fertilizantes; el
diagnóstico nutrimental tiene como finalidad predecir la deficiencia de un elemento dado y
adquiere su mayor valor cuando se emplea en forma preventiva, ya que la aparición de un
problema nutricional significa una disminución en el rendimiento (Etchevers, 1987; Alcántar y
Sandoval, 1999).

41
Los diferentes tipos de análisis que se pueden utilizar para llevar a cabo un diagnóstico
nutrimental son: sintomatología visual, análisis de suelo, de salinidad, de fertilidad, de
extracto de pasta saturada y análisis vegetal (Grageda, 1999). El análisis de extracto de
pasta nos indica la concentración de iones de elementos nutritivos disponibles en el suelo,
que nos ayuda en el ajuste de la solución nutritiva que se está utilizando (Burgueño, 1997).
El análisis vegetal denominado también análisis foliar de tejidos vegetales ó análisis mineral
de plantas, se ha convertido en una gran herramienta para identificar y/o confirmar
desórdenes nutricionales, ya que correlaciona el contenido de un nutrimento dado, con la
apariencia de la planta, rendimiento y/o calidad del producto cosechado. Su objetivo principal
es detectar con oportunidad el status de algún elemento con el fin de hacer las correcciones
pertinentes al programa inicial de fertilización (Grageda, 1999; Castellanos et al., 2000).
En los Cuadros 1 y 2 se indica una guía de niveles críticos de concentración en los
principales macro y micronutrimentos en tomate y para cultivos en general. Aún cuando el
objetivo principal del análisis vegetal es diagnosticar anomalías nutrimentales, también sirve
para ratificar un diagnóstico de síntomas visuales a través del estudio de la movilidad de los
nutrimentos, variaciones en forma, color, hábito y estado general de la planta sin olvidar los
factores suelo, clima, manejo e incidencia de plagas y enfermedades; identifica deficiencias
latentes en cultivos que aunque no presentan ninguna anomalía visual, sus rendimientos son
bajos y su calidad deficiente; proporciona evidencia de que los nutrimentos aplicados como
correctivos han sido absorbidos por la planta; provee una idea clara de la absorción y
acumulación de algunos nutrimentos que ayudan a interpretar los resultados de la
experimentación agrícola; además de reconocer una anomalía, ayuda en la identificación de
las causas; al analizar diferentes órganos u organelos celulares, colabora en el
entendimiento de los mecanismos de acumulación y movimiento de nutrimentos, así como su
participación en diversos procesos fisiológicos de los cultivos; por último, identifica
deficiencias cuando se presentan por efectos antagónicos o competencias nutrimentales no
específicas, tal es el caso de la deficiencia de fierro inducida por una absorción excesiva de
manganeso, la alta fertilización con fósforo que suele afectar la absorción de zinc o bien
cuando la asimilación de potasio se ve restringida por una aplicación de altas cantidades de
hidróxido de sodio (Alcántar y Sandoval, 1999; Castellanos et al., 2000; Salisbury y Ross,
2000).

42
Cuadro 1. Tabla de valores para interpretación del análisis vegetal en tomate en la etapa de
floración.

SUFICIENTE
CULTIVO ELEMENTO BAJO ALTO
%
N 1.50-1.79 1.80-2.5 >2.5
P 0.16-0.17 0.18-0.6 >0.7
K 3.00-3.49 3.50-6.0 >6.0
Ca 1.20-1.49 1.50-2.5 >2.5
Mg 0.28-0.32 0.33-0.9 >0.9
Tomate ppm
B 23-24 25-75 >75
Cu 3-4 5-50 >50
Fe 50-59 60-300 >300
Mn 40-49 50-250 >250
Zn 18-19 20-250 >250
Benton et al., 1991.

Cuadro 2. Niveles críticos de micronutrimentos (ppm) en el análisis vegetal para cultivos en


general.

MICRONUTRIMENTO DEFICIENTE SUFICIENTE TOXICO

Boro <15 20 - 100 >200

Cobre <4 5 - 20 >20

Fierro <50 50 - 250 no conocido

Manganeso <20 20 - 500 >500

Molibdeno <0.1 0.5 - ? no conocido

Zinc <20 25 – 150 >400

(Jones, 1983 citado por Grageda, 1999).

43
Relaciones nutrimentales. Uno de los aspectos más importantes a considerar en la
interpretación de resultados del análisis vegetal, se refiere a las relaciones nutrimentales,
pues es común que se presenten síntomas de deficiencia de algún nutrimento por un
desbalance, en cuanto a su concentración relativa con los demás. Esta relación es
importante, tanto en el sustrato donde crecen las plantas (suelo o soluciones nutritivas) como
dentro de la planta misma, ya que muchas veces altas concentraciones de algún elemento
pueden reducir la porción absorbida de otro causando así una deficiencia de forma indirecta
o inducida (Fageria et al., 1997; Alcántar y Sandoval, 1999).
Por lo anterior, son frecuentes las interpretaciones erróneas cuando se evalúa solamente la
concentración de un nutrimento, sin considerar su balance con otros que puedan ser
antagónicos entre sí. Por ejemplo una alta relación entre Mn/Fe en el medio nutritivo
favorece la deficiencia de fierro; esto indica que si, por ejemplo en manzana el análisis foliar
nos reporta una concentración de 150 ppm de fierro, no podemos con éste último dato inferir
si el cultivo está, o no, bien abastecido, ya que la suficiencia de fierro estará determinada, en
parte por la concentración de Mn; así el fierro será suficiente ó adecuado si el rango de Mn
oscila entre 60 y 80 ppm, pero si el nivel de éste se encuentra entre 100 y 200 ppm, es de
esperarse competencia de Mn en algunos sitios activos de fierro. Finalmente si al
manganeso tiene valores arriba de 250 ppm, es casi seguro que el exceso de éste límite de
forma significativa la absorción y actividad del fierro. Tanto en éste caso específico, como en
otros balances nutrimentales, además de considerar la relación Mn/Fe, habrán de
considerarse los aspectos antes descritos para la interpretación del análisis. De igual manera
es muy importante considerar algunas otras interacciones que pueden originar desbalances
entre pares iónicos: Zn/P, Zn/N, Cu/P, Fe/P, Mo/S, B/Ca, Zn/Fe, Fe/Mo, Cu/Fe, Cu/Mo,
Cu/Zn, Ca/Mg, K/Mg, y K/Ca (Mortvedt et al., 1972; Fageria, 2001).
Grageda (1999), señala que los resultados del análisis de suelo generan valores en los
nutrimentos que es conveniente relacionar, debido a que actúan muy ligados entre sí, y
pueden llegar a competir por sitios de intercambio en el suelo, lo cual define fuertemente su
disponibilidad y su desbalance influirá en la decisión de aplicar o no algún nutrimento. En
general para calcio es conveniente que el análisis de suelo arroje valores equivalentes al 65-
85% de la capacidad de intercambio catiónico (CIC) y para magnesio que ocupe el 10-15% y
que la relación Ca/Mg no sea menor a 2 ni mayor que 20 porque podrían ocurrir deficiencias.
La relación de potasio y magnesio (K2O/MgO) se aconseja que sea de 1, si supera 4 hay
riesgos de carencia inducida de magnesio (Burgueño, 1997; Fageria et al., 1997; Grajeda,
1999).
La interacción entre nutrientes en las plantas cultivadas ocurre cuando al abastecimiento de
uno de los nutrientes afecta la absorción y utilización de otros nutrientes, este tipo de
interacción es muy común cuando un nutriente tiene un exceso de concentración en el medio
de cultivo y pueden ocurrir en la superficie de la raíz o dentro de la planta. Las interacciones
pueden ser clasificadas en dos categorías principales; en la primera están los precipitados o
complejos que ocurren entre iones por su capacidad de formar vínculos químicos; y la
segunda es entre iones con propiedades tan similares que compiten por el sitio de adsorción,
absorción, transporte y función en la raíz de las plantas o dentro de sus tejidos; éste último
tipo de interacción es frecuente entre nutrientes de similar tamaño, carga, geometría de
coordinación y configuración electrónica, y ocurre comúnmente entre Ca2+, Mg2+, K+, y Na+.
(Benton et al., 1991; Fageria, 2001; Marschner, 2003).

44
Los balances adecuados entre nutrimentos varían con la etapa fenológica de la planta; así lo
que fue óptimo para el desarrollo de la plántula puede no serlo ya para el desarrollo y
cuajado de fruto, de ahí la importancia de conocer los equilibrios críticos para cada etapa
fenológica (Uvalle y Osorio, 1998; Grageda, 1999).
Las relaciones entre nutrimentos pueden ser positivas o negativas o bien que no haya
interacción. Cuando la respuesta del cultivo a la combinación de nutrientes es más grande
que la suma de sus efectos individuales, la interacción es positiva; cuando el efecto de la
combinación es más pequeño, la interacción es negativa; en el primer caso los nutrientes
presentan sinergismo y en el último caso es antagonismo. Si no hay diferencia de la
respuesta en la combinación con respecto a su aplicación separadamente, hay ausencia de
interacción. En la mayoría de los experimentos de nutrición en plantas es estudiado el efecto
de un solo nutriente en el crecimiento de las plantas, sin embargo las investigaciones que
analizan el efecto de más de un nutriente en el mismo experimento son limitadas; bajo ésta
situación, las interacciones entre los nutrientes pueden ser identificadas tomando en
consideración los efectos de incrementar concentraciones de nutrientes en la toma o
absorción de otro nutriente y su correspondiente respuesta del cultivo (Benton et al., 1991;
Fageria et al., 1997; Fageria, 2001).
La importancia de las interacciones nutrimentales en la producción de cultivos, es un reflejo
indirecto de su contribución al rendimiento, investigaciones al respecto muestran que los más
altos rendimientos han sido obtenidos donde los nutrientes y otros factores del crecimiento
están favorablemente balanceados, cuando uno se aleja de ese estado los antagonismos se
reflejan en reducción del rendimiento. Las interacciones antagónicas y sinérgicas están
determinadas por el nivel de cada nutriente en el suelo y la especie de la planta y algunas
veces entre cultivares de la misma especie, en suma, la física, química y las propiedades
biológicas del suelo también cambian los patrones de las interacciones de nutrientes en las
plantas. El mejor entendimiento de ésas propiedades del suelo nos puede conducir a reducir
las interacciones negativas y a hacer más eficiente la producción de los cultivos. Aunque han
sido reportados muchos estudios, las interacciones no están completamente caracterizadas.
Las interacciones entre macro y micro nutrientes necesitan mas estudio y caracterización,
especialmente bajo condiciones de campo (Salisbury y Ross, 2000; Fageria, 2001;
Marschner, 2003).
Mortvedt et al., (1972), hacen énfasis en la compleja naturaleza de las relaciones entre
crecimiento de la planta, la concentración de nutrimentos en solución y la concentración de
los mismos dentro de la planta; el crecimiento depende de varios factores que interactúan
entre sí, tales como: el abastecimiento de nutrimentos, el rango de absorción de los
nutrimentos, la distribución de éstos hacia sitios funcionales y la movilidad de los mismos.
Grandes progresos se han logrado a éste respecto, principalmente en lo relativo a los
problemas en los puntos de conexión entre factores interactuantes.
Los futuros enfoques de la nutrición vegetal probablemente estarán dirigidos a dilucidar los
mecanismos de las relaciones entre micronutrimentos a nivel celular y molecular. Por
ejemplo existe la necesidad de identificar los sitios de la planta en donde el fierro y el zinc
son metabólicamente activos y donde las concentraciones excesivas de fósforo pueden
interferir con la máxima actividad de ésos nutrimentos. Por ésta razón, un simple análisis de
fierro y zinc, en hojas, tallos y raíces, probablemente no será suficiente para interpretar sus
interacciones con fósforo (Alcántar y Sandoval, 1999; Castellanos et al., 2000).

45
El metabolismo del nitrógeno en las plantas requiere un contenido adecuado de potasio en el
citoplasma, sin embargo la influencia de NH4+ en la solución nutritiva y la toma de potasio por
la planta es controversial, bajo este contexto se llevó a cabo un estudio para identificar el
efecto de la forma del nitrógeno en la toma de potasio en chile bell pepper; se evaluaron
cuatro proporciones de NH4+ - N a NO3- -N: 0:6, 0.9:5.1, 1.8:4.2, y 3:3, y se concluyó que
cuando NH4+ - N ocupa entre el 15 a 30% del total del nitrógeno en la solución nutriente, el
rendimiento total del fruto se incrementa, junto con la eficiencia de la fertilización de potasio
en bell pepper (Gohua, 2002).
La aparición de necrosis apical o «blossom-end rot» (BER) en tomate está relacionada con
una disminución en la absorción y translocación del Ca debida, no solo a las condiciones
ambientales, sino también a su interacción con el potasio, nitrógeno, fósforo y boro
contenidos en la membrana permeable de la célula y en la estructura de la pared celular,
esto se pone de manifiesto cuando el BER se presenta incluso cuando se aportan las
necesidades totales de Ca2+, debido a la limitada capacidad de las plantas para regular su
distribución interna, fundamentalmente hacia los órganos de baja transpiración y rápido
crecimiento, como los frutos, esto puede ser potenciado por la inhibición de la absorción del
Ca en presencia de una elevada concentración de Mg (Zhu and Shu, 1991; Willumsen et al.,
1996; Sams and Conway, 2003).
La relación existente entre la absorción de Ca2+ y de agua por parte de la planta, tiene gran
influencia en la nutrición de las plantas; en tomate, al aumentar la presión de vapor en la
atmósfera, disminuye el flujo de transpiración, y por ende, la absorción de Ca2+, si además se
presenta una relación Ca2+ : (K+ + Mg2+ + NH4+) baja, es decir menor de 40 : 60 es muy
probable que se manifiesten algunos problemas fisiológicos derivados de un desbalance
nutrimental, como es el caso de la pudrición apical. Con base en la demanda de cationes por
parte de la planta de tomate, Lara (1999), expresa dicha relación, en porcentaje de mol cm-3,
y menciona que ésta disminuye al pasar de una etapa fenológica a otra, en la etapa
vegetativa el mayor desarrollo se presentó con la relación 42 : 58, al pasar a la etapa
reproductiva esta relación cambió a 35 : 65, y en la etapa de desarrollo de fruto la relación
que proyectó un incremento en el desarrollo de la planta fue 28:72.
Extracción de nutrientes. Las hortalizas son generalmente de crecimiento rápido y
producción intensiva, además, las exigencias de calidad (tamaño, color, textura, firmeza,
sabor, etc.), son mayores, por lo que tienen una demanda intensiva de la mayoría de los
nutrimentos en un período muy corto de tiempo, ya que la mayoría de las especies hortícolas
son de ciclo corto, completando su ciclo productivo entre 8 y 16 semanas. El estado
nutricional de ellas está relacionado con el rendimiento y calidad de la cosecha y se ve
afectado, por diversos factores como las propiedades físicas y químicas del suelo, la
fertilización aplicada, la precipitación y el riego, la demanda per se del cultivo y sus
interacciones con otros factores presentes en el suelo (Grageda, 1999; Maroto, 1992).
Conocer la cantidad óptima de un nutrimento de interés consumido diariamente durante la
estación de desarrollo de un cultivo, que resulte en un rendimiento óptimo y de calidad,
permitiría definir la cantidad mínima de este nutrimento por aplicar diariamente y que es
requerido para mantener una concentración estable del mismo, en el medio correspondiente,
que conjuntamente con la cantidad óptima de raíces y su distribución en el sistema, nos
aseguraría que las plantas absorben agua y nutrimentos de acuerdo a sus demandas (Ho
and Adams, 1995; Hochmuth, 1998).

46
La demanda nutrimental de cada cultivo, está basada en la habilidad de absorber una
cantidad de nutrimentos necesarios para alcanzar una meta de producción y se contabilizan
por la concentración en la materia seca de los productos cosechados, es decir frutos y follaje.
Las plantas contienen prácticamente los 92 elementos naturales, pero sólo necesitan 16 para
un óptimo crecimiento. El contenido crítico de los macronutrimentos en la planta oscila en el
rango de 2 - 30 g kg-1 de materia seca, mientras que los micronutrimentos oscilan de 0.3 - 50
mg kg-1 de materia seca (Gutiérrez, 1995; Finck, 1998).
En condiciones de campo, en el Valle de Culiacán, Sinaloa, al analizar el efecto de tres dosis
de nitrógeno (250, 350 y 450), potasio y láminas de riego por goteo (LR), sobre la producción
de frutos de tomate, se midió la tasa de absorción (en mg planta-1 día-1) máxima y
acumulación de nitrógeno en hojas, tallo y raíz, y ésta ocurrió en el período de 30 a 70 días
después del transplante (ddt), posteriormente descendió debido a la demanda de frutos en
crecimiento; la acumulación fue mayor en hojas que en tallos, sin embargo a partir de los 70
ddt ocurrió un fuerte transporte de éstos hacia los frutos, el cual fue mayor en la dosis mas
baja del elemento. Dosis de nitrógeno superiores a 250 k ha-1 no mejoraron la producción del
fruto, y su contenido de sólidos solubles totales (grados Brix) y acidez tampoco se
incrementaron significativamente, además la firmeza, color y pérdida de peso se vieron
disminuidos significativamente. La dosis alta de potasio no incrementó la producción, ni los
parámetros de calidad arriba mencionados, excepto el color del fruto que si se mejoró. El
tratamiento que mostró alta producción del fruto, sin afectar la calidad del mismo fue el de
250 kg ha-1 de N + 150 kg ha-1 de K2O + 304 mm de lámina de riego (Villarreal et al., 1999).
En las especies de fruto y flor, la extracción de N, P y K es muy lenta en el primer mes de
desarrollo de los cultivos, pero a partir del segundo mes se incrementa drásticamente
(floración, amarre y desarrollo del fruto). En tomates y chiles los elementos extraídos se
localizan principalmente en los frutos para el caso del N y P, mientras que el K, en tallos y
hojas. Para obtener un rendimiento de 50 ton ha-1 el tomate requiere 180, 50 y 200 kg ha-1 de
N, P2O5 y K2O, respectivamente (Domínguez, 1997; Grageda, 1999).
Programas de fertilización. Para el cultivo de tomate en el Valle del Yaqui se recomienda
de 200 a 250 kg/ha de nitrógeno, y de 60 a 100 k ha-1 de fósforo. Con relación a potasio, no
se ha encontrado respuesta a su aplicación en rendimiento de fruto; sin embargo, para
mejorar las características de calidad, y previo análisis de laboratorio, se puede suplementar
con 100 k ha-1 de este elemento. El fósforo y el potasio, así como la mitad del nitrógeno
deben ser aplicados antes del transplante, y el resto del nitrógeno antes o durante los dos
siguientes riegos, depositando al fertilizante en banda a un lado de las plantas. En riegos por
goteo, es conveniente aplicar el 40% de la dosis como fertilización base antes del
transplante, y el resto deberá dosificarse de acuerdo a un calendario de aplicación durante el
ciclo del cultivo (INIFAP, 2001).
En las recomendaciones generales de fertilización para riego por goteo y gravedad se
recomienda aplicar el fósforo en su totalidad en presiembra por sus características de
disponibilidad, en el mismo sentido, el nitrógeno debe fraccionarse a lo largo del ciclo, pero
reduciendo su aplicación en la etapa de amarre de frutos, en cucurbitáceas y en chiles es
recomendable aplicar la mayor parte antes de floración con el fin de tener una planta con
buen anclaje y desarrollo vegetativo para proteger los frutos de daños por radicación solar
principalmente (Grageda, 1999; INIFAP, 2001). En sistemas de riego rodado la sugerencia
de fertilización es 150 N, 80 P2O5 y 0 K2O. Para riego por goteo, el programa se basa en

47
recomendaciones para Florida Estados Unidos, realizadas por Hochmuth (1998); suponiendo
transplante como método de siembra y un espacio entre camas de 1.8 m, se propone la
distribución que se presenta en el Cuadro 3 de acuerdo al desarrollo del cultivo.
Con el objetivo de determinar la fertilización óptima en tomate, Gretchen y Barker (2002),
llevaron a cabo un estudio, donde evaluaron concentraciones de nitrógeno de 0 a 200 mg l-1
acompañado de incrementos proporcionales de otros macro nutrientes como: fósforo (0 a 44
mg l-1), potasio (0 a 160 mg l-1), calcio (0 a 200 mg l-1) y Mg (0 a 48 mg l-1). La concentración
de nutrientes extraíbles en el medio se incrementó linealmente con el incremento de
nutrientes en la solución, sin embargo al pasar el tiempo, subieron las concentraciones de
nitrógeno en el medio, pero fósforo, potasio, calcio y magnesio disminuyeron. La
concentración de nitrógeno, fósforo y potasio en las hojas se incrementó al aumentar las
cantidades de ésos nutrientes en la fertilización, pero magnesio y calcio no tuvieron cambios
significativos en hojas con el incremento en el abasto de nutrientes; con el tiempo las
concentraciones de nitrógeno, fósforo, calcio y magnesio en los tejidos disminuyó, pero
potasio ascendió. El máximo crecimiento, se dio con las siguientes concentraciones críticas
en la solución nutritiva (en mg kg-1): 30 NO3-N, 30 P, 300 K, 2600 Ca y 800 Mg y en hojas:
(en g kg-1): 35 NO3-N, 10 P, 70 K, 35 Ca y 20 Mg.
En condiciones de campo se evaluaron diferentes tratamientos de ferti riego para determinar
su efecto sobre el crecimiento, rendimiento y calidad del chile jalapeño. Los factores de
estudio fueron 3 con cuatro niveles cada factor: carga de tensión de humedad del suelo (30,
60, 90 y 120 kPa), fertilización nitrogenada (290, 340 390 y 440 kg ha-1) y potásica (10, 50,
90 y 130 kg ha-1). Los nutrimentos se aplicaron proporcionalmente a los requerimientos
hídricos del cultivo a través de su ciclo. Las variables de estudio fueron: tasa de crecimiento y
variables fisiotécnicas, rendimiento acumulado de 3 cosechas y calidad del fruto evaluada
con una escala de 1 a 10. Los análisis arrojaron diferencias altamente significativas y se
concluyó que el máximo crecimiento, se presentó con una carga de humedad del suelo de 90
kPa, 390 kg ha-1 de nitrógeno y 90 kg ha-1 de potasio; el rendimiento máximo de 5289.7 kg
ha-1 se obtuvo con: 120 kPa, 341.6 kg ha-1 de nitrógeno y 130 k ha-1 de potasio; la máxima
calidad del fruto con calificación de 10 se presentó en el tratamiento de 114.31 kPa, 435 kg
ha-1 de nitrógeno y 10 kg ha-1 de potasio (Báez et al., 2002).
La fertilización con micronutrimentos para hortalizas, se ha vuelto muy compleja debido a la
introducción de nuevas fuentes y al uso de nuevos métodos de aplicación. Generalmente,
son mas convenientes las aplicaciones foliares, debido a que se evitan reacciones de fijación
o bloqueo en suelos alcalinos, sin embargo el uso de quelatos a base de EDDHA en
nutrimentos como el fierro y zinc, dan excelentes resultados. En el Cuadro 4 se presentan
dosis generales de micronutrimentos para aplicaciones al suelo y foliares; en éstas últimas
normalmente se aplican de 200 a 400 l ha-1 de solución (Grageda, 1999). Las aportaciones
de micro elementos son de 100 a 1000 veces menores que las de macro elementos y se
hacen con soluciones madres de fabricación comercial, lo cual es muy común, ya que evita
pesar cantidades muy pequeñas de sales, lo cual es difícil de realizar y representa un riesgo
de error que puede convertirse en toxicidad (Burgueño, 1997).

Cuadro 3. Programa de inyección de fertilizantes a través del sistema de riego por goteo para
tomate.

48
DOSIS DE INYECCIÓN (kg ha-1
DESARROLLO DEL CULTIVO: ETAPA- dia-1)
(SEMANAS)
N K

Transplante - primeros brotes (2) 1.1 0.9

Primeros brotes - primeros racimos florales


1.7 1.4
(3)

Primeros racimos florales - primer corte (7) 2.2 1.8

Primer corte - 3° corte (1) 1.7 1.4

3° corte en adelante (3) 1.1 0.9

(Hochmuth, 1998).

RESULTADOS IMPORTANTES DE NUTRICIÓN VEGETAL EN EL ITSON


Dentro de los trabajos conducidos por el equipo de trabajo de fisiología poscosecha del
ITSON, se presentan algunos resultados.

49
Tratamientos y Diseño Experimental. Los tratamientos estudiados provienen de una matriz
San Cristóbal, estos tratamientos se detallan en el Cuadro 5, donde la dosis 4 se ubicó como
el testigo recomendado para la región. Las dosis de fertilización fueron diversas
combinaciones de N, P (P2O5), K (K2O) y 25 kg ha–1 de Ca (CaO) y Mg (MgO).
Cuadro 4. Dosis generales de micro nutrimentos para aplicaciones al suelo y follaje de
cultivos hortícolas.
DOSIS

NUTRIMENTO PRODUCTO Suelo (kg ha- Foliar (kg 100 lt-1


1
) agua)

Fierro Sulfato ferroso (FeSO4 7H2O) 15 - 50 1.25

Manganeso Sulfato de manganeso (MnSO4) 15 - 35 1.00

Zinc Sulfato de zinc (ZnSO4 7H2O) 5 - 50 1.25

Molibdato de amonio
Molibdeno 0.07 - 2.25 0.005 - 0.008
((NH4)6Mo7O24 4H2O)

Cobre Sulfato de cobre (CuSO4 5HO) 3 - 55 1.25

Tetraborato de sodio (Na2B4O7


Boro 22 - 55 0.25 - 0.625
10H2O)

(Grageda, 1999).

La adición de fertilizantes se realizó en tres etapas: pre trasplante (1/3 de N y 1/2 de P),
primeras flores (1/3 de N, 1/2 de P, K, Ca y Mg) y cuajado de frutos (1/3 de N, 1/2 de K, Ca y
Mg). Los fertilizantes usados fueron: urea, fosfato mono amónico, sulfato de potasio, nitrato
de calcio y sulfato de magnesio. El diseño experimental fue bloques al azar con cuatro
repeticiones; cada unidad experimental constó de cuatro surcos de 10 m de largo. Se
sembraron las siguientes hortalizas: tomate (Cv Tequila), chile caribe (Cv Santa Fe), pepino
(Cv Indio) y calabaza (Cv Rober’s), el primero a 2 metros y el resto a un metro de separación
entre surcos, la segunda semana de noviembre del 2004, así como papa (Cv Atlantic) bajo
condiciones de invernadero. Aquí se presentarán avances de investigación sólo en tomate,
pepino y papa.

50
Cuadro 5. Descripción de los tratamientos de fertilización.
Tratamiento N P K Ca Mg

Dosis de nutrimentos

- - - - - - - - - - - - - kg ha-1- - - - - - - - -

1 50 50 50 25 25

2 100 50 100 00 00

3 150 100 100 25 25

4 200 150 150 00 00

5 250 150 200 00 00

6 300 150 300 25 25

7 350 200 300 00 00

8 400 200 400 00 00

9 450 250 300 25 25

Variables evaluadas. Número y peso de frutos, Clorofila total con Spad (Soil Plant Analysis
Development 502 de Minolta) (Kantety et al., 1996; Rodríguez et al., 1998 y Swiader y Moore,
2002); Acidez titulable (% de ácido cítrico por titulación con NaOH), grados brix (sólidos
solubles en grados brix con refractómetro RHB-32), resistencia a la penetración (en kgf con
penetrómetro Fruti Pressure Tester FT-327 (sólo en tomate) y pérdida de peso por diez días.

51
RESULTADOS Y DISCUSIÓN

TOMATE

Número de frutos total. En el número de frutos total, es decir la suma de los once cortes, se
presentaron diferencias significativas, (Cuadro 6), y sobresalen los tratamientos 4 y 6 que
representan las dosis intermedias de las dosis de fertilización evaluadas, lo cual establece un
límite máximo de 300 kg ha-1 para la fertilización nitrogenada, resultados similares reportan
Elamin y Al-Wehaibi (2005) en el rendimiento del tomate con la dosis 368-70-175 bajo
condiciones de campo; Colla et al., (2001) no encontraron diferencias en rendimiento en
dosis de 80 a 160 kg ha-1 en tomate cultivado en suelo arenoso. Respecto a las dosis de
potasio aplicadas podemos observar que los tratamientos 1, 5 y 9 con 50, 200 y 300 kg ha-1
se comportaron de manera similar, por lo tanto se recomienda hacer un manejo racional de
este mineral para evitar posibles desbalances nutrimentales y adversos efectos ambientales
(Ho y Adams, 1995; Mulholland et al., 2001; Burgarín et al., 2002).
Peso de frutos total. Al analizar los frutos, se presentaron diferencias significativas (Figura
1) en el peso, y destacan los tratamientos 4 y 6 los cuales corresponden también al mayor
número de frutos; resultados similares en rendimiento de tomate reportaron Villarreal et al.,
(2002), con las dosis de 250 a 450 kg ha-1 de nitrógeno a campo abierto y suelo Pellustert de
Culiacán, Sin.; se han presentado evidencias del efecto benéfico del potasio en el
rendimiento (Valencia, 2003), pero en este estudio no se obtuvo respuesta, ya que no fue
requerido un alto abastecimiento de este nutriente para lograr altos rendimientos (Ho y
Adams, 1995), sin embargo Castellanos et al. (2000), recomiendan aplicaciones hasta de
150 kg ha-1 en suelos con muy altos contenidos de éste elemento en forma intercambiable
(Cuadro 1). Alrededor del 30% de los frutos se clasificaron como rezaga, donde uno de los
principales problemas fue pudrición apical, debida tal vez a que las plantas fueron expuestas
a alta temperatura durante la floración y llenado del fruto, lo cual se asocia con disminución
en el transporte de calcio, de tal manera que el problema de pudrición apical se observó por
igual en los tratamientos con y sin calcio en el estudio aquí presentado. Investigaciones
previas realizadas por Ho et al. (1999), sobre efectos de altas temperaturas, demostraron
que el polen muere, se bloquea la fotosíntesis y por ende el crecimiento general de las
plantas expuestas, además el proceso de maduración se interrumpe y puede promover
determinismo.

52
Cuadro 6. Número promedio de frutos de tomate en respuesta a la adición al suelo de
N, P, K, Ca y Mg.

Trat N P K Ca Mg Num. frutos

Dosis de nutrimentos en 4m2

- - - - - - -kg ha-1- - - - - - -

1 50 50 50 25 25 164.75 bc

2 100 50 100 00 00 163.25 bc

3 150 100 100 25 25 160.00 bc

4 200 150 150 00 00 180.25 a

5 250 150 200 00 00 155.25 c

6 300 150 300 25 25 174.5 ab

7 350 200 300 00 00 156.5 c

8 400 200 400 00 00 154.00 c

9 450 250 300 25 25 160.25 bc

C. V. (%) 4.53

Media 163.19

DMS 14.61

F Trat. 5.793

Medias con la misma letra dentro de cada columna no presentan diferencias significativas según DMS (P<0.05)

Clorofila. Las unidades SPAD medidas después de las dos primeras aplicaciones de los
tratamientos de fertilización al suelo (Cuadro 7) presentaron diferencias estadísticamente
significativas para el tratamiento 6, el cual presentó también los mayores rendimientos, y por
lo tanto la mayor eficiencia para el traslado de los fotosintatos hacia los frutos, aunque no se
presentaran diferencias en la tasa relativa de crecimiento (Ho, 1996 y 1999). Los niveles de
nitrógeno del tratamiento 6 coinciden con los recomendados por Villarreal et al. (2002) bajo
condiciones climáticas de la región de Culiacán, Sinaloa. Los valores de las unidades SPAD
53
encontradas se encuentran dentro de los rangos normales que oscilan de 40 a 60
(Rodríguez, et al., 1998), por lo que se deduce que no se vio afectado el transporte y/o
utilización de asimilados por limitación de fósforo, que al agudizarse, se ven afectadas la
respiración y fotosíntesis (De Groot et al., 2001).

18 REZAGA CHICO MEDIANO GRANDE

16 a a
ab ab
14
abc
bc bc
c ba
12
kg 4m-2

10

0
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Tratamientos

Figura 1. Peso total de fruto de tomate en respuesta a la adición al suelo de N, P, K, Ca y


Mg.
La media total fue 13.365 kg 4m-2, C.V. 10.6%, DMS = 2.06. Medias con la misma letra
dentro de cada barra no presentan diferencias significativas según DMS (P<0.05).

Cuadro 7. Unidades Spad en plantas de tomate en respuesta a la adición al suelo de N, P, K,


Ca y Mg.
Dosis de nutrimentos Clorofila (uc)

Tratamiento N P K Ca Mg
Pre transplante Primeras flores Cuajado de frutos
-1
- - - - - - - kg ha - - - - - -

1 50 50 50 25 25 54.52 ab 59.95 bc 58.52

2 100 50 100 00 00 52.17 cd 61.55 abc 58.15

54
3 150 100 100 25 25 52.70 abcd 62.65 ab 57.90

4 200 150 150 00 00 52.65 bcd 60.15 bc 57.79

5 250 150 200 00 00 54.70 ab 56.85 d 57.75

6 300 150 300 25 25 54.95 a 63.20 a 56.20

7 350 200 300 00 00 53.35 abcd 61.25 abc 57.34

8 400 200 400 00 00 51.52 d 59.62 cd 56.42

9 450 250 300 25 25 53.82 abc 56.85 abc 57.62

C. V. (%) 2.92 3.31 5.08

Media 53.37 60.23 57.52

DMS 2.27 2.93 2.58

F Trat. 2.3904 3.7033 0.2727

Medias con la misma letra dentro de cada columna no presentan diferencias significativas según DMS (P<0.05)

Acidez titulable. Se encontraron diferencias estadísticamente significativas en la acidez


determinada al momento del corte, los tratamientos evaluados presentaron valores que
promediaron entre 0.3 y 0.6% de acidez (Cuadro 8), pero para efectos del análisis estadístico
se transformaron a arcsen. Zambrano et al. (1996) no pudieron identificar una tendencia en el
porcentaje de ácido cítrico en frutos de tomate con diferentes estados de madurez desde la
fisiológica y completamente maduro y oscilaron de 0.39 a 0.46 % de acidez. En relación al
potasio, se observa una ligera tendencia entre la cantidad de fertilizante aplicado y el
porcentaje de ácido cítrico en cultivo de tomate, respecto a esto, Ho y Adams (1995),
encontraron que la acumulación de ácido cítrico, al igual que otros ácidos orgánicos, se debe
al mecanismo de balance de carga catión-anión que tiene lugar cuando el potasio es
transportado sin un anión acompañante hacia el interior del citoplasma (Marschner, 2003);
sin embargo, los tratamientos de fertilización nitrogenada y potásica evaluados en tomate a
nivel de campo por Villarreal et al., (2002), en Culiacán, Sinaloa, y bajo condiciones de
invernadero por Burgarín et al., (2002), no presentaron diferencias estadísticas en los valores
de acidez determinados por titulación; aunque éste último encontró una tendencia a la alza
en la acidez en un pequeño intervalo de incremento en las concentraciones de potasio. Es
importante denotar que ninguno de los tratamientos evaluados perturbaron la acidez de los
frutos, la cual es un componente clave en la calidad de la fruta de tomate y por lo tanto se
puede afirmar que esta no es afectada por las dosis de fertilización aquí estudiadas.

55
Sólidos solubles totales. En el Cuadro 8 se observa que todos los tratamientos
promediaron 5.5 grados brix, por lo que no fueron estadísticamente diferentes; Zambrano et
al. (1996), al analizar frutos con muy diferentes estados de madurez encontraron un rango
pequeño que oscilaba de 4.47 a 4.9 % de sólidos solubles. La concentración de azúcar es
determinada por el transporte de foto asimilados a los frutos y puede ser manipulada al
alterar las relaciones de agua en la planta a través del riego, además de la temperatura y la
cantidad de luz, sin embargo, ésta última no tiene limitaciones en la región del Valle del
Yaqui, Sonora; se ha relacionado directamente al potasio con la calidad y mas
específicamente con la migración de los glúcidos hacia los frutos y su condensación al
estado de azúcares (Ho, 1999; Marschner, 2003). En un estudio llevado a cabo en tomate
saladette de crecimiento determinado en 5 localidades del centro de California, no se
encontraron diferencias significativas entre las aplicaciones de hasta 370 kg ha-1 de potasio,
ya que los frutos promediaron 4 grados brix (Hartz et al., 1999), sin embargo Valencia (2003),
vio incrementados los sólidos solubles al combinar potasio con fertilizantes nitrogenados de
lenta liberación, en suelos pobres con bajos niveles nutrimentales. Las pequeñas variaciones
en los sólidos solubles observadas pueden estar relacionadas además de la disponibilidad de
potasio y magnesio, con las características del cultivar, los fertilizantes ó el manejo del riego
ya que es conocido que el potasio regula el potencial osmótico del fruto y la apertura de
estomas, lo cual influye en el intercambio de gases y la respiración; cuando se encuentran
altas concentraciones de potasio en frutos puede deberse a un déficit de agua y no al
incremento de la importación de potasio al fruto en si (Aydin y Yoltas, 2003; Burgarín et al.,
2002 y Ho et al., 1987).

Resistencia a la penetración. La resistencia a la penetración arrojó diferencias estadísticas


(Cuadro 8), los frutos de los tratamientos evaluados mostraron una firmeza promedio de 5 a
6 Kgf, los cuales son similares a los reportados por Araiza et al. (1997) en híbridos de tomate
con larga vida de anaquel, cosechados en el valle de Culiacán, Sinaloa; está firmemente
documentado que el calcio mejora este parámetro al proporcionar mayor rigidez a la pared
celular, además de protección contra el estrés hídrico y retardar la maduración del fruto
(Marschner, 2003; Hirschi, 2004), esto se comprueba al identificar los frutos de los
tratamientos 1, 3, 6 y 9 que contienen calcio en la misma cantidad con los valores más altos
de firmeza. Lozano et al., (1995), Brañas et al., (2001) y Villarreal et al., (2002) no hallaron
respuesta en la firmeza de los frutos de tomate, al variar grandemente las cantidades de
calcio aplicadas.

56
Cuadro 8. Parámetros de calidad y vida poscosecha de tomate en respuesta a la
adición al suelo de N, P, K, Ca y Mg.

Trat Dosis de nutrimentos Acidez ºBrix Resistencia Pérdida de peso

N P K Ca Mg (%) (Kgf) (%)

- - - - - - kg ha-1- - - - - -

1 50 50 50 25 25 0.55 c 5.5 6.47 a 10.06 ab

2 100 50 100 00 00 0.62 abc 5.6 5.70 d 12.05 bc

3 150 100 100 25 25 0.62 abc 5.5 6.30 ab 11.05 bc

4 200 150 150 00 00 0.57 bc 5.5 6.05 bc 9.06 a

5 250 150 200 00 00 0.59 abc 5.6 5.87 cd 10.06 ab

6 300 150 300 25 25 0.65 abc 5.4 6.32 ab 12.05 c

7 350 200 300 00 00 0.67 ab 5.5 5.37 e 9.06 a

8 400 200 400 00 00 0.60 abc 5.4 5.82 cd 13.04 c

9 450 250 300 25 25 0.69 a 5.6 6.30 ab 12.05 c

C. V. (%) 0.05% 3.1 3.58 0.83

Media 0.62 5.5 5.88 10.94

DMS 0.02 0.30 0.01

F Trat. 9 1.74 17.94 5.62

Medias con la misma letra dentro de cada columna no presentan diferencias significativas según DMS (P<0.05)

Pérdida de peso. Los tratamientos de fertilización disminuyeron entre el 6 y 7% de su peso


inicial y hubo diferencia estadística entre los tratamientos (Cuadro 8), aun cuando se utilizó
un cultivar con larga vida de anaquel (Tequila), valores similares de pérdida de peso se
encontraron en un estudio de calidad poscosecha realizado por Araiza et al. (1997) en el
valle de Culiacán. El tratamiento 7 (350-200-300-00-00) y 4 (200-150-150-00-00) fueron los
57
que perdieron menos peso, sin embargo no se puede observar una tendencia respecto a la
cantidad de nitrógeno y potasio, ya que el 7 tuvo la mayor pérdida y el nueve al igual que el 1
tuvieron un comportamiento intermedio; de tal forma que no se tuvo un efecto marcado de la
nutrición en este parámetro de calidad, aunque hubo tratamientos a los que se aplicó hasta
450 kg ha-1 de nitrógeno, lo cual podría generar frutos muy suculentos con más
probabilidades de perder el peso de ésa agua durante el período inmediato de poscosecha
(Tatabei et al., 2003). Por otra parte, Villarreal et al., (2002), no pudieron establecer una
relación clara entre la dosificación de nitrógeno y potasio con el comportamiento del peso de
los frutos en poscosecha, aún cuando esta comprobado que el potasio tiene un efecto
hidratante en la célula lo que disminuiría la pérdida de agua en poscosecha (Marschner,
2003). Respecto del calcio, no se reveló un efecto favorable hacia los tratamientos 1, 3, 6 y 9,
los cuales perdieron un porcentaje de agua intermedio o bajo.

PEPINO

Número de frutos. Presentó diferencia significativa (Tukey, p<0.05). Los tratamientos con
las mayores cantidades de frutos fueron el 2 y el 8 con casi 50 %, mas que el testigo (Cuadro
9), esto se atribuye a que la planta de pepino responde favorablemente a distintas dosis de
nutrimentos, pero en particular a una relación 2:1:2 de N P K. Baez et al., 2002, reporta
resultados favorables con dosis de N desde 290 a 440 y K de 10 a 130, lo cual es importante
para diseñar el esquema de fertilización que permita el adecuado balance de nutrimentos
que de como resultado un óptimo rendimiento (Salisbury y Ross, 2000). No hubo una
respuesta favorable en los tratamientos con Ca y Mg.

Peso de frutos. Los tratamientos 8 y 2 tuvieron estadísticamente los pesos más altos, al
igual que en número de frutos, mejorando en casi 60% el peso del tratamiento 4 designado
como testigo (Cuadro 9). En los tratamientos con Ca y Mg, y en aquellos donde las
concentraciones de N, P y K fueron pequeñas, se presentó un peso bajo, comportamiento
que se ha reportado en sandía (Murakami y Araki, 2001) cuando se utilizan entre 140 y 200
kg ha-1, sin embargo cuando se excede el nivel de N (tratamiento 9), se genera una condición
de exceso que se manifiesta con daños en el tejido vascular, restricción en la recepción de
agua y finalmente rendimientos bajos (Jones et al., 1991).

Peso seco. Se presentó una relación directa entre el peso seco y los tratamientos con las
mas altas cantidades de nutrimentos; la mayor diferencia estadística la marcó el tratamiento
8 con 47 % mas peso que el testigo, seguido de los tratamientos 6, 7 y 9 (Cuadro 9),
situación que se atribuye a los altos niveles de N, P y K suministrados, lo cual favorece la
multiplicación celular y el contenido proteico, manifestados en el desarrollo vegetativo de la
planta; esto debido a que N y el P son parte estructural de las moléculas de proteínas
(Rodríguez, 1989); sin embargo, las plantas que crecen con exceso de nitrógeno, muestran
un crecimiento excesivo de la zona aérea, pero frutos pequeños (Salisbury y Ross, 2000).

58
Resistencia a la penetración. No se obtuvo diferencia significativa, pero se presenta una
tendencia de aumento en los tratamientos que contienen calcio, magnesio y bajas cantidades
de nitrógeno, a excepción del 9, debido a que éste contiene cantidades elevadas de N y K
(Cuadro 10); el N promueve la existencia de frutos más suculentos y por lo tanto poco firmes
y el K genera problemas en la toma y asimilación de calcio, el cual contribuye a la integridad
de la membrana por lo tanto a la firmeza de los frutos. Al evaluar la textura del pepino, Sajnín
et al. (2003) comentan que los puentes de calcio entre los polímeros pépticos han
demostrado ser los responsables de la adherencia célula–célula y de la integridad del tejido
fino del mesocarpio del pepino.

Pérdida de peso. A pesar de no haber encontrado diferencias significativas, los tratamientos


que contienen calcio como el 3, 6 y 9 resultaron ser los mas consistentes en su
comportamiento bajo condiciones de almacenamiento, con 14, 10 y 11% menos pérdida de
peso que el testigo (Cuadro 10), situación que Marschner (2003), atribuye a que el contenido
adecuado de calcio es esencial para consolidar las paredes de la célula y los tejidos finos de
la planta, ya que al ser utilizado como pectato fortalece la lamina media de la pared celular.
Cuadro 9. Componentes de rendimiento en respuesta a la fertilización al suelo con
N, P, K, Ca y Mg en pepino.
Tratamiento Número de Peso de Frutos Peso seco
Frutos
N P K Ca Mg

- - - - - - - - kg ha-1- - - g 2m-2 g 0.5m-2


----

50 50 50 25 25 13.00 bcde 4152.63 ab 87.69

100 50 100 00 00 16.60 a 4792.31 a 108.79

150 100 100 25 25 13.60 abcd 4391.24 ab 95.89

200 120 120 00 00 10.60 de 3018.84 c 89.12

250 150 200 00 00 12.40 bcde 3538.10 bc 93.97

300 150 300 25 25 11.20 cde 3468.30 bc 101.55

350 200 300 00 00 14.40 abc 4706.32 a 96.65

400 200 400 00 00 15.20 ab 4926.23 a 105.77

450 250 300 25 25 10.00 de 2991.56 c 87.27

59
F Tratamientos 3.73 4.42 0.51

CV† % 19.52 20.23 22.53

Media 13.00 3998.39 95.52

† CV = coeficiente de variación. En la columna medias con la misma letra son


estadísticamente iguales (Tukey, 0.05).

Cuadro 10. Componentes de calidad y clorofila en respuesta a la


fertilización al suelo con N, P, K, Ca y Mg en pepino.
Clorofila

Tratamiento Resistencia Pérdida


Aplicación de
a la de fertilizante
penetración peso
N P K Ca Mg 1 2 3

- - - - - - - - kg ha-1- - - - - - - - - - - - - - - - uc†- -
Kgf g
---- ------------

50 50 50 25 25 9.82 15.95 34.21 ab 42.02 42.87

100 50 100 00 00 8.92 16.89 33.61 ab 43.23 44.39

150 100 100 25 25 9.10 13.40 32.46 b 42.29 45.90

200 120 120 00 00 2.10 15.65 30.21 ab 42.37 43.40

250 150 200 00 00 4.22 17.57 31.35 ab 44.13 47.73

300 150 300 25 25 8.25 14.04 34.76 a 42.21 42.08

350 200 300 00 00 8.72 13.34 34.67 a 44.25 42.04

60
400 200 400 00 00 8.60 15.72 35.29 a 43.91 42.70

450 250 300 25 25 4.20 13.88 32.15 ab 43.57 46.43

F Tratamientos 3.92 1.27 2.41 1.16 0.84

CV‡ % 39.76 20.29 6.74 3.84 10.18

Media 7.10 16.82 33.19 43.10 44.17

† uc = unidades clorofila. ‡ CV = coeficiente de variación. En la columna medias con la misma letra son
estadísticamente iguales (Tukey, 0.05).

Clorofila total. En las mediciones llevadas a cabo después de la primera aplicación de


fertilizantes, se encontró diferencia significativa, donde la respuesta a los nutrimentos
aplicados muestra rangos de 30.21 a 35.29 unidades de clorofila (uc), siendo los
tratamientos 8, 6 y 7 los mejores, superando al testigo con 17%, 15% y 14%
respectivamente, estos tratamientos manejan hasta 400 kg ha-1 de N, con excepción del 9,
por lo que se denota el estímulo en la molécula de clorofila, condición no alcanzada por el
testigo (Tratamiento 4). Después de la segunda aplicación de fertilizantes no se encontró
diferencia significativa, sin embargo se registraron mas de 10 uc que en la primera
aplicación, lo que demuestra que los nutrimentos fueron asimilados con el paso del tiempo.
En la tercera aplicación tampoco se observa diferencia estadística, debido a una posible
estabilización de la molécula de clorofila al no haber mas adiciones de nitrógeno (Cuadro 10).
El medidor SPAD ha sido ratificado como un método confiable para estimar con precisión la
relación entre las dosis ascendentes de fertilización nitrogenada y el nivel de clorofila, en
cultivares de melón y calabaza en diferentes tipos de suelo (Stewart, 2001; Swiader y Moore,
2002).

PAPA

Número de tubérculos. Los resultados obtenidos en el número de tubérculos se pueden


observar en el Cuadro 11, mostrando una diferencia estadísticamente significativa, en donde
el tratamiento 8 supera al testigo con un 15%, teniendo dosis altas en N, P y K, pero
careciendo de Ca y Mg. En el tratamiento 6 se puede observar un aumento en un 10% con
respecto al testigo, siendo las dosis de nutrientes similares al testigo pero con porcentajes de
Ca y Mg. El tratamiento 9 fue igual de efectivo que el testigo, con más del doble de
concentración en las dosis de N, P y K, e iguales dosis de Ca y Mg. Mientras que el
tratamiento 5 fue el más deficiente con un 55% por debajo del testigo en el número de
tubérculos, seguido del tratamiento 3 y 2, esto debido a que las dosis de nutrientes eran las

61
más bajas, siendo que durante las primeras etapas de tuberización es cuando se requiere la
mayor absorción de nutrientes.
Con un exceso de nitrógeno, la riqueza en fécula puede verse disminuida la podredumbre
encuentra un medio más favorable para su desarrollo y la madurez se retrasa. En general en
las dosis de nitrógeno se debe de tener especial cuidado, el rendimiento del cultivo se ve
muy afectado, aun antes de que aparezcan síntomas visibles de su deficiencia, no debe
añadirse ni en exceso, ni demasiado tarde para que no halla una vegetación demasiado
desarrollada en la última fase del ciclo vegetativo que impida o disminuya la tuberización
(Guerrero, 1990; Domínguez 1990).

Peso fresco. En el cuadro 11 se puede apreciar una diferencia significativa en el peso total
de los tubérculos por tratamiento. El tratamiento 7 el cual carece de Ca y Mg, superó a los
demás tratamientos en un 47.47% más con respecto al testigo, seguido por el tratamiento 8
el cual superó al testigo en un 24.21%, al igual que el tratamiento anterior carece de Ca y
Mg, pero con dosis más altas en N y K. Mientras que el tratamiento 6 superó al testigo en un
9.53% teniendo dosis similares a las anteriores pero con Ca y Mg. Los tratamientos 9 y 5 se
mantuvieron con resultados similares al testigo y los tratamientos 3, 2 y 1 obtuvieron
resultados por debajo del testigo, siendo el más deficiente este último con un 34.92% menos
que el testigo, con dosis bajas en N, P, y K, pero adicionado con Ca y Mg. Los
macronutrientes, sobre todo el nitrógeno es un factor determinante en el rendimiento, ya que
favorece el desarrollo de la parte aérea y la formación y engrosamiento de los tubérculos, por
lo que es de esperarse que dosis altas y balanceadas den como resultado mayor
consistencia y crecimiento del tubérculo. En muchas especies, el fósforo y el nitrógeno
interactúan estrechamente afectando a la madurez, de modo que el exceso de nitrógeno la
retarda y la abundancia de fósforo la acelera (Salisbury y Ross, 2000).

Peso volumétrico. Los resultados en cuando a esta variable mostraron una diferencia
estadísticamente significativa. El tratamiento 7 superó al testigo con un 46.49%, seguido por
el tratamiento 8 con un 23.56% y el tratamiento 6 con un 6.36%. Estos tratamientos
contenían dosis altas de nitrógeno, fósforo y potasio, y sólo el tratamiento 6 contenía dosis
de calcio y magnesio. Los tratamientos restantes estuvieron por debajo del testigo regional,
siendo el tratamiento 9 y el tratamiento 5 los más cercanos al testigo. Los tratamientos 3, 2 y
1 fueron en descenso, siendo este último el más deficiente en un 38.85% menos que el
testigo (Cuadro 11).

62
Cuadro 11. Componentes de rendimiento en respuesta a la fertilización al suelo con
N, P, K, Ca y Mg en papa en invernadero.
Número de Peso de Peso
Tratamiento tubérculos tubérculos volumétrico
totales de
Totales
tubérculos
N P K Ca Mg

- - - - - - - - kg ha-1- - - - - - - g m-2 cc

50 50 50 25 25 4.25 abc 105.7 c 96 c

100 50 100 00 00 3.5 bc 113.1 bc 106abc

150 100 100 25 25 2.5 c 136.7 cde 130 bcd

200 120 120 00 00 5.0 ab 162.3 bcd 157 bcd

250 150 200 00 00 2.25 c 147.6 bcde 141 bcde

300 150 300 25 25 5.5 ab 177.8 bc 167 bc

350 200 300 00 00 4.0 abc 239.9 a 230a

400 200 400 00 00 5.75 a 201.6 ab 194ab

450 250 300 25 25 5.0 ab 159.6 bcde 151 bcde

† CV = coeficiente de variación. En la columna medias con la misma letra son


estadísticamente iguales (Tukey, 0.05).

Algunas veces la planta de papa puede mostrar síntomas de deficiencia de magnesio, sobre
todo cuando los abonos son ricos en potasio, ya que el antagonista del magnesio es este
último, que al encontrarse en abundancia detiene la absorción magnésica (García y Garcia,
1982). Domínguez (1990), reitera esto al decirnos que el exceso de otros elementos como el
calcio y el potasio puede producir deficiencias en magnesio.

63
CONCLUSIONES
El reconocer la acción directa de cada nutrimento en el desarrollo de las hortalizas, sobre
todo en el rendimiento y fisiología poscosecha de sus frutos, es de vital importancia, ya que
ahí radica mucho del éxito en la producción de éstas.

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67
NUTRICIÓN VEGETAL CON FERTILIZANTES
INTELIGENTES: CASO TOMATES

Catalina Mungarro Ibarra y Marco Antonio Gutiérrez Coronado*


Fisiología de Cultivos. Instituto Tecnológico de Sonora

*Correspondencia: totono@itson.mx

68
RESUMEN
A nivel mundial las hortalizas, junto con las frutas ocupan actualmente el segundo lugar de
los productos agropecuarios apenas aventajados por los cereales y se estima que tan solo
dos hortalizas contribuyen con el 50% de la producción mundial: la papa y el tomate, lo cual
nos indica el enorme valor que representa éste último, no solo en el comercio, sino también
en el sistema alimentario. A nivel nacional, el tomate es el principal producto hortícola de
exportación, ya que representa el 37% del valor total de las exportaciones de legumbres y
hortalizas y el 16% del valor total de las exportaciones agropecuarias. Debido a la gran
demanda que se tiene de hortalizas, se ha visto la necesidad de buscar nuevas opciones
para el mejoramiento de las mismas, a fin de obtener mayor producción con calidad para
hacerlas más competentes en el mercado. Por otro lado, los elementos nutritivos de los
fertilizantes utilizados tradicionalmente, en gran parte pueden no estar disponibles para
planta reduciendo así su eficiencia. Así mismo, se conoce que en las plantas existe una
relación estrecha entre la presencia de ácidos orgánicos en la raíz y un aumento en la
absorción de iones, dando con ello una mejor eficiencia en la toma y distribución de los
nutrimentos. Un caso particular es en tomates, por lo tanto, la presente investigación está
enfocada a la evaluación del efecto de la adición del ácido polihidroxicarboxílico(PHCA), un
fitoestimulador que ha dado respuestas satisfactorias en rendimiento agronómico y calidad
de los cultivos, a fórmulas fertilizantes puras sobre la nutrición, desarrollo y rendimiento de
tomate (Lycopersicum esculentum Mill) de la variedad Quest. El trabajo se llevó a cabo en el
invernadero del Instituto Tecnológico de Sonora, unidad Nainari de ciudad Obregón. El día
29 de Septiembre de 2004 se sembró en charolas de hielo seco, utilizando una semilla de la
variedad Quest de tomate Saladette. Se transplanto a los 30 días en bolsas de plástico con
drenaje, colocándolas completamente al azar dentro del invernadero, bajo un diseño simple.
Habiendo 10 repeticiones para cada uno de los tratamientos efectuados en cada uno de los
cultivos, éstos fueron: T1: Aporte de nutrientes mediante programa estándar de fertilización;
T2: Aporte de nutrientes mediante programa estándar de fertilización enriquecidas con ácidos
polihidroxicarboxilicos; T3: Aporte de nutrientes mediante programa estándar de fertilización
enriquecidas con ácidos polihidroxicarboxilicos más sustrato adicionado con ensolve.
Además se aplicaron micronutrientes a razón de 50, 100 y 200 g/ha por día en el primer,
segundo y meses subsecuentes respectivamente. Las variables evaluadas fueron: Desarrollo
vegetativo, extracción de nutrientes y variables de rendimiento. Los resultados obtenidos más
sobresalientes fueron: la tasa relativa de crecimiento, se vio favorecida con el tratamiento 3
con más de 2 cm por día; en cuanto a grosor del tallo el tratamiento 2 se mostró por encima
de los demás tratamientos, con una diferencia altamente significativa a los 75 días con más
de 0.1 cm; el peso seco total a partir de los 120 días después del transplante, el tratamiento
con ácidos polihidroxicarboxilicos, despunto hasta llegar a los 900 g a los 160 días; el peso
seco de hojas se vio favorecido mayormente a los 160 días en el tratamiento con PHCA y
ensolve; la extracción de nutrimentos fue de más del 60% en los tratamientos 2 y 3 en el
caso de Nitrógeno, Fósforo, Potasio y Calcio, tanto a los 80, 120 y 160 días de monitoreo;
tanto el número y peso de frutos aumentaron en mas del 35% en los tratamientos 2 y 3 en
comparación con el 1.

Palabras clave: pH, nutrimento, disponibilidad, absorción.

69
INTRODUCCIÓN
De todos es conocida la importancia que representan las hortalizas para el hombre; aportan
divisas, son usadas como alimento, proporcionan vitaminas, ácidos orgánicos fácilmente
asimilables, sales minerales y aceites esenciales, entre otros; contribuyen al mejoramiento
del sabor de la comida, al aumento de la secreción de las glándulas digestivas y, con todo
ello, a la mejor digestión y asimilación de las sustancias nutritivas (Staub et al., 1996).
A nivel mundial las hortalizas, junto con las frutas ocupan actualmente el segundo lugar de
los productos agropecuarios apenas aventajados por los cereales y se estima que tan solo
dos hortalizas contribuyen con el 50% de la producción mundial: la papa y el tomate, lo cual
nos indica el enorme valor que representa éste último, no solo en el comercio, sino también
en el sistema alimentario (Rodríguez, 2000).
Debido a la gran demanda que se tiene de hortalizas, se ha visto la necesidad de buscar
nuevas opciones para el mejoramiento de las mismas, a fin de obtener mayor producción con
calidad para hacerlas más competentes en el mercado (Staub et al., 1996).
Por otro lado, los elementos nutritivos de los fertilizantes utilizados tradicionalmente, en gran
parte pueden no estar disponibles para planta reduciendo así su eficiencia. Así mismo, se
conoce que en las plantas existe una relación estrecha entre la presencia de ácidos
orgánicos en la raíz y un aumento en la absorción de iones (Mejía, 2003).
Por lo tanto, la presente investigación está enfocada a la evaluación del efecto de la adición
del ácido polihidroxicarboxílico (PHCA), un fitoestimulador que ha dado respuestas
satisfactorias en rendimiento agronómico y calidad de los cultivos, a fórmulas fertilizantes
puras sobre la nutrición, desarrollo y rendimiento de tomate (Lycopersicon esculentum Mill).

GENERALIDADES DE LA FERTILIZACIÓN

El crecimiento y desarrollo normal de los vegetales esta determinado por la disponibilidad de


ciertos elementos químicos esenciales para el metabolismo de sus organismos, los cuales
son: Nitrógeno, Fósforo, Potasio, Calcio, Magnesio, Azufre, Hierro, Cloro, Boro, Cobre,
Manganeso, Molibdeno y Zinc (Rodríguez, 1989).
En las prácticas agrícolas eficientes, el agricultor escoge la cantidad y el momento adecuado,
de manera que las plantas absorban los nutrientes tanto como sea posible. La cantidad y la
regulación de la absorción dependen de varios factores, tales como: La variedad del cultivo,
la fecha de siembra, la rotación de cultivos, las condiciones del suelo y el tiempo (Muñoz y
Castellanos, 2003).
Al momento de decidir que fuente de fertilizante conviene utilizar es necesario considerar,
entre otras cosas, las características del suelo, y las reacciones y transformaciones de los
productos. Algunas fuentes de fertilizantes nitrogenados como las amoniacales generan un
residuo que provoca cierta acidez al suelo (Hinsinger, 1998). Es conocido el mayor efecto
acidificante del sulfato de amonio respecto del nitrato de amonio y la urea. Sin embargo, no
se puede generalizar sobre este efecto en todos los suelos, normalmente la capacidad
amortiguadora de los suelos arcillosos hace que la acidez inducida por estos tres fuentes
sea menor, particularmente en el caso del sulfato de amonio (Rodríguez, 1989).
70
Para un aprovechamiento óptimo del cultivo y un potencial mínimo de contaminación del
medio ambiente, el agricultor debe suministrar los nutrientes en el momento preciso que el
cultivo los necesita. Esto es de gran relevancia para los nutrientes móviles como el nitrógeno,
que pueden ser fácilmente lixiviados del perfil del suelo, si no es absorbido por las raíces de
las plantas (Hofer, 1991). En los casos de aplicación de urea y de fosfato diamónico, las
pérdidas pueden darse a través de la emisión de amoníaco en el aire. Ambos fertilizantes
deben ser incorporados en el suelo inmediatamente después de la aplicación, si no hay una
lluvia inmediata o riego para incorporarlos en el suelo (Kirby y Mengel, 1967). Es de
importancia particular en los suelos alcalinos (calcáreos). Todos los nutrientes primarios y
secundarios deberían ser incorporados inmediatamente después de la aplicación en las
regiones en las que se esperan lluvias abundantes, para evitar pérdidas debidas al
escurrimiento y a la erosión (Hinsinger, 1998).
La acidificación de las soluciones nutritivas en fertirrigación es una práctica común y
ventajosa desde numerosos puntos de vista, como veremos a continuación. Aunque existe la
posibilidad de utilizar otro tipo de sustancias, en general, la acidificación de las soluciones
hasta alcanzar el pH deseado se efectúa mediante la aplicación de ácidos minerales
(Marschner, 2003).
De acuerdo con la composición química de las aguas de riego normalmente empleadas, el
poder tampón o amortiguador de éstas ante la adición de un compuesto ácido, depende casi
exclusivamente de la presencia de ion bicarbonato (HCO3-) (Wohanka, 2002). Este anión es
la especie predominante del equilibrio del ácido carbónico en disolución entre pH 4 y pH 8.3,
y es determinante en el valor de pH de la solución. Al adicionar un ácido, es decir, cualquier
sustancia capaz de aportar iones hidrógeno (H+), se produce la siguiente reacción de
neutralización:

HCO3- + H+ -- H2O + CO2

Con lo que eliminamos los iones bicarbonato, para obtener agua y dióxido de carbono gas.
Esta es la principal reacción que nos va a gobernar el pH de una solución nutritiva cuyo pH
pretendemos controlar (Urrestarazu, 2005).
La aplicación de fertilizantes en terrenos cultivables, debe estar orientada al uso racional de
éstos, disminuyendo el impacto económico y al medio ambiente (Harrison, 1998). El manejo
de la fertilización debe ser cuidadoso, evitando la contaminación del suelo y del agua.
Los cuidados en el uso de fertilizantes abarcan desde el manejo en bodegas, la calibración
de los equipos, hasta la aplicación de fertilizantes en sí. Específicamente el tomate es una
hortaliza tolerante a la acidez, con valores de pH 6.8-5.0. En lo referente a la salinidad es
medianamente tolerante. Con respecto a la textura del suelo, el tomate se desarrolla en
suelos livianos (arenosos) y en suelos pesados (arcillosos), siendo los mejores los arenosos
y limo-arenosos con buen drenaje (Rodríguez, 1989).
La disponibilidad limitada de tierra adicional para la producción agrícola, junto con el
descenso del crecimiento de la producción de los principales cultivos, ha aumentado la
preocupación sobre la capacidad de la agricultura para alimentar a una población mundial
que, según se prevé, superará los 7.500 millones de habitantes en el 2020 (Araya et al.,
1995). La disminución de la fertilidad del suelo ha planteado asimismo la preocupación sobre
la sostenibilidad de la productividad agrícola al nivel actual. Las estrategias futuras para el
aumento de la productividad agrícola tendrán que concentrarse en un empleo más eficiente,
eficaz y sostenible que en el pasado de los recursos de nutrientes disponibles (Kuhn, 2002).
El manejo integrado de los nutrientes necesarios para el crecimiento adecuado de las
71
plantas, junto con la gestión eficaz de los cultivos, el agua, el suelo y la tierra, serán críticos
para el sostenimiento a largo plazo de la agricultura (Shainberg y Shalhevet, 1984).
El manejo integrado de los nutrientes (MIN) es una técnica que busca tanto el aumento de la
producción agrícola como la protección del medio ambiente para las futuras generaciones.
Se trata de una estrategia que incorpora nutrientes tanto orgánicos como inorgánicos de las
plantas para lograr una mayor productividad de los cultivos, prevenir la degradación del suelo
y ayudar por lo tanto a cubrir las necesidades futuras de provisión de alimentos. Se basa en
la aplicación y la conservación de nutrientes, las nuevas tecnologías para el incremento de la
disponibilidad de nutrientes para las plantas y la divulgación de conocimientos entre
agricultores e investigadores (Lindsey y Jones, 1992). El éxito del manejo integrado de
nutrientes dependerá de los esfuerzos combinados de los agricultores, los investigadores, los
agentes de extensión agrícola, los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales
(Araya et al., 1995).

pH Y DISPONIBILIDAD DE NUTRIMENTOS

La mayoría de la gente del medio agronómico sabe que el pH es un valor variable entre 0 y
14 que indica la acidez o la alcalinidad de una solución. Y, además, conoce que el
mantenimiento del pH apropiado en el flujo del riego ayuda a prevenir reacciones químicas
de fertilizantes en las líneas, que un valor de pH elevado puede causar obstrucciones en los
diferentes componentes de un sistema de fertirrigación debidas a la formación de
precipitados, que un adecuado pH asegura una mejor asimilabilidad de los diferentes
nutrientes, especialmente fósforo y micronutrientes, etc.
Partiendo de esto podemos afirmar que uno de los factores de mayor importancia que
afectan la disponibilidad de los nutrientes es el pH del suelo. El valor de pH de los suelos
puede variar ampliamente; valores normales son de 5 a 7 para zonas húmedas, y de 7.5 a 8
para zonas áridas como es el caso de nuestra región (Primo y Carrasco, 1981).
El pH puede afectar la disponibilidad de los nutrientes ya que para que el aparato radical
pueda absorber los distintos nutrientes, éstos obviamente deben estar disueltos. Valores
extremos de pH pueden provocar la precipitación de ciertos nutrientes con lo que
permanecen en forma no disponible para las plantas además de que todas las especies
vegetales presentan unos rangos característicos de pH en los que su absorción es idónea
(Navarro y Navarro. 2003). Fuera de este rango la absorción radicular se ve dificultada y si la
desviación en los valores de pH es extrema, puede verse deteriorado el sistema radical o
presentarse toxicidades debidas a la excesiva absorción de elementos fototóxicos (Rojas,
1991). Por ejemplo, con pH de suelos superiores a 7.5, se ve afectada la correcta
asimilabilidad de nutrientes como fósforo, hierro y manganeso.
Las distintas especies de cultivo muestran distinta adaptabilidad para su desarrollo en
función del pH del terreno, existen especies más acidófilas que otras y cada una presenta un
rango de pH del suelo ideal para su crecimiento. En la tabla 1 se muestran los valores
óptimos para los cultivos más ampliamente difundidos, conviene tener en cuenta que estos
valores son meramente aclaratorios, y que la mayoría de las especies presentan una notable
adaptabilidad a un amplio rango de pH, siendo este factor mucho más crítico respecto a la
influencia que ejerce sobre la dinámica de los nutrientes que han de ser absorbidos por las
plantas (Tan, 1992).
De este modo, el hierro, que es el elemento esencial cuya solubilidad resulta más afectada
por el pH, a menos que se adicione diariamente o en forma quelatada, se encentra en forma
iónica disponible para la planta en menos del 50% por encima de pH 7, mientras que a pH 8
72
no queda nada disponible debido a su precipitación en forma de hidróxido férrico. Por el
contrario, por debajo de pH 6.5, más del 90% del hierro permanece disuelto y disponible para
las plantas. El manganeso sigue una dinámica similar al hierro (Rodríguez, 1989).
De forma análoga, por encima de pH 6.5, la disponibilidad del fósforo y el calcio pueden
decrecer considerablemente debido al predominio de la forma HPO4-2 (que forma
precipitados insolubles en contacto con el calcio) sobre la forma H2PO4- (que forma
compuestos muy solubles con el calcio). Y por encima de pH 7 el riesgo de precipitación de
calcio y magnesio en forma de carbonatos, CaCO3 y MgCO3, es muy alto (Fuentes, 2006).
En resumen, en el rango de pH 5.0-6.5, la práctica totalidad de los nutrientes está en forma
directamente asimilable para las plantas, por encima de pH 6.5 la formación de precipitados
puede causar importantes problemas y por debajo de pH 5 puede verse deteriorado el
sistema radical, sobre todo en cultivo hidropónico, donde el poder tamponador del sustrato
suele ser muy pequeño (Muñoz, 2003).
El pH de la solución nutriente en contacto con las raíces puede afectar el crecimiento vegetal
de dos formas principalmente:
La primera es la disponibilidad de los nutrientes: para que el aparato radical pueda absorber
los distintos nutrientes, éstos obviamente deben estar disueltos. Valores extremos de pH
pueden provocar la precipitación de ciertos nutrientes con lo que permanecen en forma no
disponible para las plantas (Marschner, 2003).
Por otro lado, puede afectar al proceso fisiológico de absorción de los nutrientes por parte de
las raíces: todas las especies vegetales presentan unos rangos característicos de pH en los
que su absorción es idónea. Fuera de este rango la absorción radicular se ve dificultada y si
la desviación en los valores de pH es extrema, puede verse deteriorado el sistema radical o
presentarse toxicidades debidas a la excesiva absorción de elementos fitotóxicos (aluminio)
(Hofer, 1991).
El pH en las soluciones de fertirrigación, tanto en cultivo en suelo como en hidroponía, debe
ser tal que permita estar disueltos a la totalidad de los nutrientes sin dañar las raíces,
evitando de este modo la formación de precipitados (algunos de los cuales pueden
presentarse en forma de finísima suspensión invisible al ojo humano) que pudieran causar
obturaciones en los sistemas de riego e indisponibilidad para la absorción radical de dichos
nutrientes (Wohanka, 2002).
De este modo, el hierro, que es el elemento esencial cuya solubilidad resulta más afectada
por el pH, a menos que se adicione diariamente o en forma quelatada, se encuentra en forma
iónica disponible para la planta en menos del 50% por encima de pH 7, mientras que a pH 8
no queda nada disponible debido a su precipitación en forma de hidróxido férrico Fe(OH)3
(óxido, robín o herrumbre). Por el contrario, por debajo de pH 6.5, más del 90% del hierro
permanece disuelto y disponible para las plantas. El manganeso sigue una dinámica similar
al hierro (Hinsinger, 1998).
De forma análoga, por encima de pH 6.5, la disponibilidad del fósforo y el calcio pueden
decrecer considerablemente debido al predominio de la forma HPO4-2 (que forma
precipitados insolubles en contacto con el calcio) sobre la forma H2PO4- (que forma
compuestos muy solubles con el calcio). Y por encima de pH 7 el riesgo de precipitación de
calcio y magnesio en forma de carbonatos, CaCO3 y MgCO3, es muy alto, lo que puede

73
provocar importantes obturaciones de emisores y otros componentes en los sistemas de
fertirriego. En resumen, en el rango de pH 5.0-6.5, la práctica totalidad de los nutrientes está
en forma directamente asimilable para las plantas, por encima de pH 6.5 la formación de
precipitados puede causar importantes problemas y por debajo de pH 5 puede verse
deteriorado el sistema radical, sobre todo en cultivo hidropónico, donde el poder tamponador
del sustrato suele ser muy pequeño (Ascencio y Lazo, 2001).
Dentro de los factores más importantes que afectan la disponibilidad de P se han
identificado: el pH, reacciones de adsorción, contenidos de materia orgánica y la presencia
de agentes biológicos como actividad fosfatasa y ácidos orgánicos de bajo peso molecular
(Fuentes, 2006).
Los cambios en el pH inducido por las raíces están relacionados con la excreción de ácidos
orgánicos de bajo peso molecular y con la absorción diferencial de aniones y cationes.
Ambos mecanismos están asociados con la respuesta a la deficiencia de fósforo que
conduce a diferentes rangos de tolerancia en diversas especies (Ascencio y Lazo, 2001).
Otro mecanismo por medio del cual las plantas extraen el fósforo es a través del dióxido de
carbono desprendido por las raíces, el cual al reaccionar con el agua forma el ácido
carbónico, siendo una fuente de iones H+, que acidifican el medio, este proceso favorece la
disolución de los fosfatos insolubles en el suelo. Por eso al exponer a condiciones externas
idénticas pueden comportarse de manera diferente evidenciando procesos localizados de
alcalinización y acidificación (Hinsinger, 1998).
Por todo lo anteriormente expuesto, resulta imprescindible control del pH de la solución, de
esta forma se evitará la formación de precipitados y, sobre todo, se logrará un estado óptimo
para la nutrición mineral de los cultivos que se traducirá en un aumento de la productividad y
calidad de las cosechas (Navarro y Navarro, 2003).

Por qué acidifican los fertilizantes nitrogenados? Numerosos estudios han demostrado la
bondad de las técnicas nucleares (15N) para poder evaluar con precisión y rapidez, el aporte
de nitrógeno proveniente de fertilizantes químicos (época, fuente y forma), abonos verdes,
lodos y estiércoles, en los cultivos de importancia agrícola, pues permiten medir la cantidad
de nutrimento que la planta está tomando de las diferentes fuentes evaluadas (Bowen y
Zapata, 1990; Zapata, 1990).
Durante el proceso de nitrificación del NH4 del fertilizante a NO3 se liberan iones H+ que
pueden producir acidez en el suelo. El grado de acidez que induce depende de la fuente de
N que se utiliza. Entre los fertilizantes nitrogenados de uso mas frecuente se encuentran la
urea, el nitrato de amonio y el sulfato de amonio (Kirby y Mengel 1967). Durante su
transformación en el suelo, la reacción da como resultado la producción de igual cantidad de
nitrógeno con las tres fuentes, pero los protones liberados son mayores para el sulfato de
amonio. Así, tenemos que por cada mol de sulfato de amonio se liberan 4 unidades (moles)
de H+, mientras que cada unidad (mol) de urea y NA produce solo 2 moles de H+. Por lo
tanto, si a un suelo le agregamos una cantidad determinada de nitrógeno / ha con cada una
de estas tres fuentes, la acidez inducida por la nitrificación del producto debería seguir el
siguiente orden sulfato de amonio > urea = nitrato de amonio (Marschner, 2003).

74
(NH4)2SO4 + 4O2 4H+ + 2NO3- + 2H2O

(NH2)2CO + 4O2 2H+ + 2NO3- + CO2 + H2O

NH4NO3 + 2O2 2H+ + 2NO3- + H2O

Ácidos orgánicos. En suelos cultivables, la adición de enmiendas orgánicas se utiliza entre


otras cosas, para mejorar la fertilidad y propiedades del suelo, tales como la agregación,
capacidad de retención de agua y efecto residual de herbicidas y productos
fitosanitarios(Pagliai et al., 2004). En la agricultura orgánica, el mejoramiento de las
condiciones físicas y químicas del suelo promueve un incremento en la diversidad,
desarrollo y actividad de microorganismos benéficos, los cuales forman asociaciones
simbióticas con las raíces de la mayoría de las plantas de interés agrícola (Schüssler et al.,
2001). Dicha simbiosis promueve una mayor eficiencia en la absorción radical de nutrientes
como N (Tobar et al., 1999) y especialmente aquéllos de lenta movilidad en el suelo como P
(Smith y Read, 1997), Cu y Zn (Tarafdar y Marschner, 1994). Esto permitiendo además, un
mejoramiento en la resistencia de las plantas a las enfermedades radicales (Pozo et al.,
2002).
En numerosos estudios se ha encontrado en las plantas una relación estrecha entre la
presencia de ácidos orgánicos en la raíz y la absorción de iones. Así cuando hay un alto
contenido de los ácidos hay una alta toma de cationes, mientras que en condiciones de baja
concentración de ácidos hay una toma de aniones (Gupta, 1997; Jackson y Coleman, 1959;
Kirby y Mengel, 1967; Sutcliffe, 1962).
La influencia de los ácidos orgánicos en la absorción de nutrientes, también ha sido
estudiada haciendo aplicaciones de ácidos orgánicos a la raíz. En cebada, la aplicación de
algunos ácidos incrementa la permeabilidad de las raíces a iones (Jackson et al., 1970).
Una de las funciones importantes de los ácidos orgánicos está en su relación con el
metabolismo del nitrógeno. Una vez absorbido el amonio del suelo, o producido por nitrato
en la raíz, reacciona con el ácido cetoglutárico para formar el primer aminoácido, el glutámico
(Salisbury y Ross, 1994).
Considerando lo anterior sería deseable modificar artificialmente la concentración de ácidos
orgánicos presentes en la solución del suelo mediante la aplicación exógena de ácidos
orgánicos.

Ácidos carboxílicos. Los ácidos carboxílicos se caracterizan por la existencia de uno o más
grupos carboxilos (-COOH) en su molécula. El átomo de hidrógeno de este grupo es activo y
puede aparecer como ión hidrógeno libre (hidronio), lo que justifica la calificación de ácido.
Los ácidos carboxílicos orgánicos, RCOOH, se dividen en alifáticos, alicíclicos, aromáticos y
heterocíclicos; saturados y no saturados; no sustituidos y sustituidos; monocarboxílicos,
dicarboxílicos, etc. (Luna, 2003). Estructuralmente, los ácidos polihidroxicarboxílicos se
consideran formados por sustitución de los tres átomos de hidrógeno de un carbono terminal
por un átomo de oxígeno y un grupo hidroxilo (Wood y Keenan, 1974).
Roman y Gutiérrez (1993), encontraron que las adiciones de los diferentes productos a base
de PHCA provocaron incrementos en rendimiento, calidad y vida poscosecha en tres tipos de
melón de manera significativa. La variedad Honey Dew presentó 176% de peso, 100.5% en
números de frutos y vida de anaquel de 33.3% más con respecto al testigo, en tanto que las
75
variedades Cantaloupe y Crenshaw presentaron también un aumento con respecto al testigo
del 72.3% y 36.7% más en peso, 117.7% y 79.9% más en números de frutos, 83.3% y 88.8%
más en vida de anaquel respectivamente.
Mejía et al., (2003), realizaron un estudio de los PHCL e HBA en el desarrollo vegetal de
granos, oleaginosas y hortalizas, obteniendo los siguientes resultados al aplicar solo PHCL:
La aplicación de PHCL en maíz, chile y tomate, incrementaron la clorofila en relación al
testigo con un 26.54%, 26.92% y 15.57% respectivamente. También estimularon la longitud
de la raíz del trigo con un 45.9%, garbanzo 73.37%, chile 53%, cebolla 79% más que el
testigo.

CASO TOMATE

El objetivo fue evaluar el efecto de la adición de ácidos polihidroxicarboxílicos (PHCA) a


fórmulas fertilizantes puras sobre la nutrición, desarrollo y rendimiento de tomate crecido en
sustrato inerte y con adición de suelo orgánico bajo condiciones de invernadero.

Ubicación del experimento. El trabajo se llevó a cabo en el invernadero del Instituto


Tecnológico de Sonora, unidad Nainari de Ciudad Obregón.
La siembra se realizó en bolsas de plástico con drenaje, colocándolas completamente al azar
dentro del invernadero, bajo un diseño simple al azar. Habiendo 10 repeticiones para cada
uno de los tratamientos efectuados en cada uno de los cultivos.

Tratamientos.
T1: Aporte de nutrientes mediante programa estándar de fertilización.
T2: Aporte de nutrientes mediante programa estándar de fertilización enriquecidas con ácidos
polihidroxicarboxílicos.
T3: Aporte de nutrientes mediante programa estándar de fertilización enriquecidas con ácidos
polihidroxicarboxílicos. Sustrato adicionado con ensolve.
Las fertilizaciones previstas para cada tratamiento y etapa se especifican en el Cuadro 1:

Cuadro 1. Tratamientos aplicados a tomate bajo condiciones de invernadero.


Tratamiento Etapa 1 Etapa 2 Etapa 3

0-30días post 30-60 días post 60-120díaspost


trasplante trasplante trasplante

T1 15-30-15 (standard) FEP (standard) FEP (standard)

T2 15-30-15 + 1.5 % FEP +1.0% PHCA FEP + 0.5% PHCA

76
PHCA

T3 Ensolve 15-30-15 + 1.5 % FEP + 1.0% PHCA FEP + 0.5% PHCA


PHCA

FEP = Fórmula especial a pedido para etapa 2 para tomate

Además se aplicaron micronutrientes a razón de 50,100 y 200 g/Ha por día en el primer,
segundo y meses subsecuentes respectivamente.

Variables evaluadas.

1. Desarrollo vegetativo
a) Altura de planta: Con cinta métrica se midió la altura de la planta desde la base del
tallo hasta el punto de crecimiento más alto, cada cinco días desde el trasplante.
b) Grosor de tallo: Con vernier se tomo la lectura en la parte media del tallo de la planta,
quincenalmente desde el trasplante.

2. Extracción de Nutrientes:
Para evaluar estas variables se extrajo una planta completa por unidad experimental a los
40, 80 y 120 días después del trasplante.
a) Peso de materia seca: Cada planta se secciono en hojas, tallos, raíz y
fructificaciones y se colocaron en bolsas de papel, independientes y etiquetadas
posteriormente se secaron en la estufa a 60°C hasta peso constante. Finalmente
se procedió a pesar cada órgano en balanza analítica.
b) Contenido nutricional: A la muestra seca compuesta de cada planta
(homogenizada de los diversos órganos) se le realizo un análisis nutricional
completo de acuerdo a la técnica instrumental aceptada para cada nutriente.

3. Variables de rendimiento:
Para evaluar esta variable se cosecharan las plantas de cada unidad experimental registrándose
a) Rendimiento total: Se contará el número de frutos y se obtendrá el peso de la
producción de cada unidad experimental.

77
RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Tasa Relativa de Crecimiento. Se evaluó la tasa relativa de crecimiento, aunque no


presento diferencia significativa estadísticamente, la parte aérea de la planta se vio
favorecida en tamaño con el tratamiento 3, que corresponde a la adición de ácidos
polihidroxicarboxilicos y el ensolve con una tasa relativa de crecimiento de más de 2 cm por
día (Figura 1), seguido este, por el tratamiento 2. Ambos tratamientos están por encima del
testigo el cual apenas rebasa el 1.5 cm por día.

2,5
Tasa Relativa de Crecimiento (cm d-1)

1,5

0,5

1 2 3

Tratamientos

Figura 1. Tasa relativa de crecimiento de tomate en respuesta a la aplicación de los 3


diferentes tratamientos a los 100 días.

Esto corresponde a lo reportado en otros trabajos realizados con ácidos


polihidroxicarboxilicos, los cuales muestran una mayor cantidad de biomasa generada con
este tratamiento. Román et al., 1998, encontraron resultados similares en melón, en donde
el tratamiento con ácidos polihidroxicarboxilicos, presento una tasa relativa de crecimiento
por encima del testigo.
Grosor de Tallo. Con respecto a este parámetro el tratamiento 2, correspondiente a la adición
de ácido polihidroxicarboxilico, se mostró por encima de los demás tratamientos, con una
diferencia altamente significativa a los 75 días, mientras que el testigo y tratamiento 3
78
presentaron valores estadísticamente iguales. No obstante, en los primeros 60 días después
del transplante, el tratamiento con una fertilización estándar (testigo) mostró diferencia
altamente significativa, con más de 0.1 cm que los otros tratamientos (Figura 2).

1,4
a
b b
1,2

a
Grosor de Tallo (cm)

1
b
b 45 dias
0,8 60 dias
75 dias
0,6 113 dias
128 dias
0,4

0,2

1 2 3

Tratamientos

Figura 2. Medición de grosor de tallo de tomate en respuesta a la aplicación en los tres


tratamientos.

Peso de materia seca. Aunque a los 60 días el tratamiento con la fertilización estándar
(testigo) se presento levemente por encima de los demás, a partir de los 120 días después
del transplante, el tratamiento con ácidos polihidroxicarboxilicos, despunto hasta llegar a los
900 g a los 160 días. Esto puede atribuirse a que en el arranque del cultivo, la planta no
requiere de gran cantidad de elementos, sin embargo, a partir del inicio de la floración se
requiere de un extra de nutrientes, para poder alcanzar el potencial genético del material.
Según lo reportado en investigaciones anteriores por Luna (2003), reportan que la adición de
PHCA, favorece la absorción de una mayor cantidad de nutrientes, y esto se traduce por lo
tanto en plantas con mayor material vegetal (Figura 3).

79
1000

900

800
Peso Seco (g)

700

600 80 dias
500 120 dias

400
160 dias

300

200

100

1 2 3

Tratamientos

Figura 3. Influencia de la adición de PHCA y ensolve en el peso seco total de tomate en


respuesta a la aplicación de cada tratamiento.

Peso Seco de Hoja. Este parámetro se vio favorecido mayormente a los 160 días en el
tratamiento con PHCA y ensolve, aunque, el tratamiento que contenía solo PHCA, también
se mostró pro encima del testigo (Fig. 4). La adición de mejoradores y ácidos orgánicos
favorece la mayor absorción de nutrientes por las raíces y esto lleva a una mayor cantidad de
fotosintatos por parte de la planta, lo cual se ve reflejado en el área foliar.
Esto corresponde con lo reportado por Mejía (2003). El área foliar, se ve incrementada en un
88.18% en trigo, 48.68% en maíz, 196.13% en garbanzo 15% en chile, 20% en tomate y un
68% en cebolla comparado con el testigo.

80
160

140
Peso Seco Hoja (Gm)

120

100

80 dias
80 120 dias
160 dias
60

40

20

1 2 3

Tratamientos
Figura 4. Influencia de la adición de PHCA y ensolve, sobre el peso seco de la hoja a los 80,
120 y 160 días después del transplante del tomate.

140

120
Peso Seco Tallo (g)

100

80
80 dias
120 dias
60

160 dias
40

20

1 2 3

Tratamientos

Figura 5. Influencia de la adición de PHCA y ensolve, sobre el peso seco de la tallo, a los 80,
120 y 160 días después del trasplante del tomate.

Peso Seco Tallo. En esta variable no se mostró diferencias significativas entre tratamientos,
sin embargo, hay que mencionar que a los 120 días el tratamiento 1 se presento por encima
del tratamiento 2 y 3, sin embargo las mediciones a los 160 días, los tres tratamientos, dieron
81
valores similares, lo que se traduce en que hasta en la etapa de producción de fruto, las
plantas tratadas con ensolve y ácidos polihidroxicarboxilicos, engrosaron sus tallos, y el
testigo mantuvo un engrosamiento paulatino.

Peso Seco Raíz. La raíz reportó un mayor peso seco en los tratamientos a los cuales se les
adicionó PHCA, esto coincide con lo reportado por Mejía, 2003: La absorción de nutrimentos
por la raíz se incrementa al aportar fuentes proveedoras de H+ que exudan y se
intercambian con los cationes de la solución del suelo y se enlazan con los radicales
carboxílicos, que a su vez alteran la estructura de las membrana ocasionando una mayor
apertura de la misma y facilitándose su entrada (Fig. 6).
En las plantas tratadas con ácidos orgánicos y ensolve, se generaron raíces de mayor
tamaño, aunque esto se marco notoriamente en las etapas maduras de la planta, lo cual
sugiere que la adición de estos tratamientos produjo la absorción de nutrientes en mayor
escala en la edad adulta de la plantas (Fig. 6).

450

400

350
Peso Seco Raiz (g)

300

250 80 dias
120 dias
200
160 dias
150

100

50

1 2 3

Tratamientos

Figura 6. Influencia de la adición de PHCA y ensolve en el peso seco de la raíz, a los 80,
120 y 160 días después del transplante del tomate.

Contenido Nutrimental a los 80 días. Con respecto a los macro nutrimentos, estos se
reportan en porcentaje en peso y los micro nutrimentos, se reportan en mg/Kg.El contenido
de nitrógeno para el tratamiento 3 que corresponde a la adición de ácidos
polihidroxicarboxilicos y ensolve presentó un nivel mayor, seguido por el tratamiento 1 y
finalmente el tratamiento 2. En cuanto al de fósforo el tratamiento 2 y 3 presentaron mayor

82
cantidad que el testigo. Esto se explica porque los ácidos polihidroxicarboxilicos regulan el
pH de la rizosfera, en condiciones adecuadas para la absorción de este elemento (Fíg. 7).

6
Macronutrimentos 80 dias (%)

4
Nitrogeno
(N)
fosforo (P)
3

Potasio
(K)
2
Calcio
(Ca)
1
Magnesio
(Mg)

1 2 3

Tratamientos

Figura 7. Contenido de macro elementos, a los 80 días después del transplante del tomate.

El caso similar con el fósforo lo presenta el potasio, ya que tratamiento 3 y tratamiento 2


encuentran muy por encima del testigo con valores de 4.5 % y 4.9 % respectivamente.
Mientras que el tratamiento 1 pasa ligeramente el 3% (Fíg. 7).
Aunque el nivel de calcio en los tres tramientos no muestras mucha diferencia es importante
mencionar que el tratamiento 3, esta por encima, seguido por el tratamiento 2 y finalmente el
testigo (Fíg. 7).
El contenido de microelementos a los 80 días después del transplante tuvo un
comportamiento muy parecido en todos los elementos, siendo el tratamiento 3 el de mayores
valores en fierro, cobre, manganeso y zinc, el segundo mejor tratamiento fue el 2, y
finalmente el tratamiento1 (testigo) (Fíg. 8).

83
200
Micronutrimentos 80 dias (ppm)
180

160

140

120
Fierro (Fe)
Cobre (Cu)
100

Manganeso (Zn)
80
Zinc (Zn)
60

40

20

1 2 3

Tratamientos

Figura 8. Contenido de micro elementos, a los 80 días después del transplante del tomate.

Contenido Nutrimental a los 120 días. En esta etapa que corresponde a la producción el
testigo mostró un mayor nivel de nitrógeno con 4% de este nutriente, mientras que el
tratamiento 2 y 3 pasaron ligeramente el 3% (Fig. 9).
Bowen y Zapata (1990), encontraron que la eficiencia del uso de nitrógeno en las plantas
varía de acuerdo a los tratamientos que se le den a la misma. De este modo, los ácidos
carboxílicos añadidos, ayudaron a la planta a utilizar el nitrógeno para una mayor
producción, caso contrario se observó en el testigo en donde el nutriente estaba presente
más no la cantidad de fruta producida.
Como era de esperarse y al igual que en el análisis para fósforo y potasio de los 80 días
después del transplante, aquí la absorción de fósforo fue mayor en el tratamiento 3 y 2, esto
se debe como ya se explico a la adición de ácidos polihidroxicarboxilicos. (Fig. 9).
Marschner (2003), explica que aún cuando el fósforo y el calcio sean minerales de poca
movilidad, con la acidificación, la rizosfera alcanza un pH justo para la absorción de estos.
En el análisis de micro nutrimentos, no se encontró amplia diferencia entre los tratamientos,
sin embargo hay que comentar que al igual que el la etapa de 80 días después del
transplante, el de mayor absorción de fierro (Fe), manganeso (Mn), cobre (Cu) y zinc (Zn),
fue el tratamiento 3, seguido por el 2 y finalmente el 1 (fig. 10).

84
7
Macronutrimentos 120 dias (%)
6

Nitrogeno (N)
4 fosforo (P)
Potasio (K)
3
Calcio (Ca)
Magnesio (Mg)
2

1 2 3

Tratamientos

Figura 9. Contenido de macro elementos, a los 120 días después del transplante del
tomate.

200
Micronutrimentos 120 dias (ppm)

180

160

140

120
Fierro (Fe)
Cobre (Cu)
100

Manganeso (Zn)
80
Zinc (Zn)
60

40

20

1 2 3

Tratamientos

Figura 10. Contenido de micro elementos, a los 120 días después del transplante del
tomate.

85
Contenido Nutrimental a los 160 días. En esta etapa el contenido de nitrógeno, fósforo y
potasio en los tratamientos 3 y 2, se presentaron con valores superiores al testigo, esto
puede explicarse por que de manera visual, las plantas correspondientes al tratamiento 1
mostraban signos de envejecimiento, mientras que las tratadas con ácidos
polihidroxicarboxilicos, se observaban vigorosas y con una producción en número de frutos,
mayor que el testigo (Fíg. 11).
Esto corresponde a lo reportado por Hofer (1991), en donde la acidificación, mantuvo a la
planta absorbiendo nutrientes por más tiempo que el testigo, presentando de esta manera,
raíces y plantas en general más vigorosas y productivas, por más tiempo.
Respecto a calcio y magnesio, los tratamientos se comportaron de igual manera que en los
80 y 120 días después del trasplante, esto es, sin diferencia significativa, pero con mayor
cantidad en el tratamiento 3, seguido por el 2 y finalmente el tratamiento 1 (Fig. 11).

7
Macronutrimentos 160 dias (%)

Nitrogeno (N)
4 fosforo (P)
Potasio (K)
3
Calcio (Ca)
Magnesio (Mg)
2

1 2 3

Tratamientos

Figura 11. Contenido de macro elementos, a los 160 días después del transplante del
tomate.

Como puede observarse en la fíg. 12, el tratamiento 3 presento mayor acumulación de


manganeso (Mn) y zinc (Zn), con respecto al testigo. Mientras que el testigo no llego a los
100 ppm de manganeso y zinc, el tratamiento 2 y 3 lo sobrepasaron. En el caso del cobre los
tres tratamientos mostraron la misma cantidad del metal.
Cabe mencionar en este apartado que no hubo referencias bibliografías para comparar los
niveles de nutrición, debido a que en este estudio se analizó, todas las partes de la planta
(hojas, tallos, raíz y fructificaciones) y los datos existentes son únicamente para el análisis de
hoja, pecíolo o savia.
86
250
Micronutrimentos 160 dias

200

150
Fierro (Fe)
(ppm)

Cobre (Cu)
Manganeso (Zn)
100
Zinc (Zn)

50

1 2 3

Tratamientos

Figura 12. Contenido de micro elementos, a los 160 días después del transplante del
tomate.

Número de Frutos. Con respecto al número de frutos en cada corte, aunque en los primeros
cortes, el tratamiento con la fertilización estándar arrojó un mayor número de frutos, los
tratamientos con PHCA, se mostraron muy por encima del primer tratamiento en los cortes
subsiguientes (Fig. 13). Esto demuestra que solo la fertilización mineral no explota al cien por
ciento el potencial de producción de la planta de tomate.
A partir del corte número 4 las plantas adicionadas con ácidos polihidroxicarboxilicos se
presentaron hasta en 100 % por encima de testigo en el número de frutos producidos.
Según lo reportado por Luna (2003), al aplicar PHCA en tomate en campo, favoreció el
amarre de frutos, puesto que los tratamientos con fertilización estándar tuvieron una perdida
considerable de frutos a la cosecha.

87
60

50
corte 1
Corte 2
Numero de Frutos

corte 3
40

corte 4
corte 5
30

corte 6
corte 7
20
corte 8
corte 9
10
corte 10

1 2 3

Tratamientos

Figura 13. Influencia de la adición de PHCA y ensolve en el número de frutos de tomate


por corte.

300

250
Numero de Frutos

200

150 Total

100

50

1 2 3

Tratamientos

Figura 14. Influencia de la adición de PHCA y ensolve en el número de frutos total de


tomate por tratamiento.

88
Roman y Gutiérrez (1993), encontraron que las adiciones de los diferentes productos a base
de PHCA provocaron incrementos en rendimiento, calidad y vida poscosecha en tres tipos de
melón de manera significativa.
En el número total de frutos por tratamiento puede verse reflejado este efecto de manera
significativa (Fig. 14).

Peso de Frutos. En las siguientes figuras se muestra el peso de frutos en cada uno de los
cortes (fig. 15) y el peso de frutos en cada tratamiento (Fig. 16). Al igual que en el número de
frutos, el peso se mostró mayor en los primeros dos cortes para el tratamiento con la
fertilización estándar, pero después los otros tratamientos superaron por mucho a este
(Figura 15).

6000

5000
corte 1
corte 2
Peso de Frutos (g)

corte 3
4000

corte 4
corte 5
3000

corte 6
corte 7
2000
corte 8
corte 9
1000
corte 10

1 2 3

Tratamientos

Figura 15. Influencia de la adición de PHCA y ensolve en el peso de frutos de tomate por
corte.

Hay que hacer notar que en los cortes 7,9 y 10, cuando el testigo había bajado se sobre
manera su productividad las plantas tratadas, estuvieron en su carga máxima de fruta, mismo
patrón que mostraron físicamente cuando la plantas tratadas tenían aún mucho vigor y las
de testigo, presentaban signos de envejecimiento. En investigaciones anteriores se ha
reportado, que la adición de ácidos polihidroxicarboxilicos promueve un mayor transporte de
nutrientes en la planta, por lo tanto esto se ve reflejado en mayor número de frutos y más
peso en estos.

89
30000

25000
Peso de Frutos (g)

20000

15000
Total

10000

5000

1 2 3

Tratamientos

Figura 16. Influencia de la adición de PHCA y ensolve en el peso de frutos de tomate total
por tratamiento.

En la figura 16, se puede observar que mientras que el testigo no llego a los 2000gr en el
tratamiento 3 casi alcanzo los 3000 gr y el tratamiento 2 estuvo en 2500 gr. Marschner (2003)
escribió que una alta nutrición mineral, ayudada por la acidificación del suelo, ayudaría a las
plantas a su máxima expresión productiva, según las características de la variedad.

CONCLUSIONES
El manejo eficiente de las diferentes fuentes de fertilizantes químicos y el adecuado control
del medio circundante de la solución del suelo, traerá por consecuencia una mejor toma y
distribución de los nutrimentos por las plantas y por ende una mejor productividad y cosecha
de sus productos.

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92
USO DE BIOSOLIDOS Y ESTIÉRCOLES EN LA
NUTRICIÓN VEGETAL

Juan Pedro Flores Márgez

Profesor-Investigador en Suelos y Estadística, Universidad Autónoma de Ciudad


Juárez (www.uacj.mx), Instituto de Ciencias Biomédicas, Programa de Biología,
Laboratorio de Ciencias Ambientales (juflores@uacj.mx). Tel.656-285-8592, FAX: 656-
688-1886.

93
RESUMEN
Los abonos orgánicos como biosólidos y estiércoles aportan macro y micronutrimentos
al suelo que además de contribuir sustancialmente a la nutrición de cultivos agrícolas,
también pueden mejorar las propiedades del suelo cuando se aplican en dosis apropiadas.
En México existe un potencial de producción de estos abonos para beneficiar la superficie
cultivable con estiércoles y biosolidos. El problema radica en que los abonos orgánicos son
aplicados al suelo sin conocimiento de sus contenidos nutrimentales y demás factores que
influyen en el cálculo de una dosis que permita suministrar las necesidades nutrimentales sin
contaminación por nitratos las aguas superficiales y profundas. La mayoría de las
investigaciones se han enfocado a N y se ha desarrollado la metodología de resinas de
intercambio iónico para el cálculo de la tasa de mineralización de N orgánico. El objetivo de
este documento consiste en describir la metodología de resinas sintéticas y el modelo de
cálculo para determinar la tasa de mineralización de N orgánico de estiércol y biosólidos para
una nutrición de cultivos adecuada. El método de resinas consiste en el uso de cilindros de
aluminio de 5 x 15 cm los cuales se llenan con la mezcla de suelo y estiércol ó biosolidos de
acuerdo a la dosis a evaluar. Las resinas utilizadas son: aniónica (ASB-1) y catiónica (C-249)
(www.ionac.com/ionexchange/tables.htm). Las bolsas con resinas son repuestas por bolsas
con resina nueva antes de cada riego y los tubos se colocan de nuevo en el mismo orificio
del suelo para medir in situ el N mineralizado en condiciones de campo. Los tubos
permanecen abiertos de la parte superior para permitir el flujo libre de agua y gases, de ésta
manera los productos de la mineralización se moverán a través de la columna de suelo y son
retenidos en las resinas. El N inorgánico se extrae con KCl 2 N y se puede determinar por la
técnica de arrastre de vapor. Una vez con los datos de tiempo (semanas) y concentración de
N inorgánico (mg/kg) se calculan los parámetros de una ecuación exponencial:
N m = N o (1 − e − kt ) . La tasa constante de mineralización (k) es proporcional a la cantidad de N
potencialmente mineralizable ( No ) para un período específico de tiempo (t). La solución de
la ecuación se logra utilizando un método iterativos de mínimos cuadrados no lineal, de
acuerdo a una iteración computacional de Gauss-Newton, así se estiman los parámetros
para el modelo de regresión no lineal, Proc NLIN, SAS Institute Inc. Los avances de
investigación en el Norte de Chihuahua, México, indican que la combinación de las técnicas
de resinas sintéticas y método de la diferencia son promisorios para determinar el porcentaje
de mineralización de N orgánico, el cuál de manera general en biosolidos estabilizados con
cal y estiércol de bovino lechero ha variado de 28 a 32% durante el ciclo agrícola primavera-
verano. La comparación de los resultados del método de las resinas y de la diferencia
permite obtener una mejor estimación del porcentaje de N orgánico mineralizado durante el
ciclo de cultivo, principalmente en suelos irrigados con aguas negras. La aplicación de dosis
apropiadas de estiércoles y biosolidos en suelos agrícolas requiere del conocimiento de la
tasa de descomposición de N durante el ciclo de cultivo para las condiciones edafo-
climáticas, tipos de abonos orgánicos y calidad del agua de riego
Palabras clave: Estiércol, Biosólido, Nitrógeno, Mineralización, Modelo Exponencial.

94
INTRODUCCIÓN
La producción de abonos orgánicos en México se ha incrementado como resultado del
crecimiento poblacional y de la ganadería. La producción estimada de biosolidos es de 2.6
millones de toneladas por año en peso húmedo (70%) con base en la capacidad instalada de
tratamiento de agua residual a nivel nacional, lo cual podría beneficiar 52 mil ha de suelos
agrícolas por año (Flores, 2003). Mientras que la estimación de estiércol de ganado bovino
de leche y carne es de 3.8 millones de toneladas por año, con base en 34 kg de estiércol por
día (Salazar et al., 2003) y una población de 30 millones de vientres (SAGARPA, 2007).
El problema potencial que se tiene con estos abonos orgánicos es que una aplicación
excesiva puede causar contaminación por nitratos (NO3) en aguas superficiales y profundas,
aunado a esto el uso de agua residuales en agricultura ha ocasionado altas aportaciones de
Nitrógeno (N), de tal manera que este nutriente ha sido el factor problema que ha llevado a
establecer legislación para ambos abonos (Ritter y Shirmohammadi, 2001). La utilización de
estiércol bovino, compostas y biosolidos, entre otros, es una práctica común en los sistemas
de producción agrícola que tienen la posibilidad de disponer de estos, sin embargo los
agricultores carecen de información adecuada para su aplicación óptima, es decir la
problemática se enfoca a que los estiércoles siguen aplicándose “al tanteo”, mientras que los
biosolidos tienen restricciones legales y tampoco se cuenta con las tecnologías para su
aplicación apropiada en suelos agrícolas.
La Figura 1 muestra una de las principales plantas de tratamiento de agua residual
(PTAR) en Ciudad Juárez, Chihuahua, con una capacidad de 2 m3 s-1 y en la Figura 2 se
indican los biosolidos estabilizados con cal, los cuales son enviados a un terreno para su
secado y posteriormente al relleno sanitario municipal. Aunque en algunas ciudades de
México como este caso el destino actual de los biosólidos es el confinamiento en rellenos
sanitarios (Flores, 2003), sin embargo en otros Países es común su aplicación en suelos
agrícolas, pastizales, bosques o elaboración de compostas (USEPA, 1999). Por ejemplo,
98% de los estiércoles y 75% de los biosólidos generados en los Estados Unidos son
aplicados en suelos agrícolas (Lindemann, 2004), mientras que los materiales orgánicos
ocupan el 40% del nitrógeno (N) utilizado en la producción agrícola.
La aplicación apropiada de abonos orgánicos en suelos agrícolas aumenta como
medio de disposición, reciclaje de nutrientes y conservación del agua. Aunque los biosólidos
y estiércoles son materiales muy distintos química y físicamente, tienen en común que su
utilización apropiada como fertilizantes orgánicos y mejoradores de suelos depende del
porcentaje de descomposición de sus estructuras orgánicas (Jarvis et al., 1996; Flores, 2001;
Flores et al., 2002). Es decir, la tasa de mineralización del N orgánico es la clave para el
cálculo de dosis apropiadas sin afectar el ambiente (Stanford y Smith, 1972).

95
Figura 1. Planta de tratamiento de agua residual Norte de Ciudad Juárez, Chihuahua,
México, con tratamiento primario avanzado.

Figura 2. Biosolidos estabilizados con cal (20%) generados en el tratamiento de agua


doméstica e industrial.

96
Los biosolidos son los residuos sólidos generados en el tratamiento de agua negra o
residual, de tal manera que el aumento en el consumo de agua y la reducción de su
disponibilidad en las principales zonas urbanas y rurales del País hacen patente la necesidad
de tratar el agua negra o residual para lograr su reúso y reducir la contaminación ambiental.
En la República Mexicana se cuenta con 1132 plantas de tratamiento de aguas residuales
(PTAR) municipales hasta el año 2001, con una capacidad instalada total de 80,622 litros por
segundo (L/s) y un caudal tratado de 50,809 L/s, mientras que la capacidad instalada de
PTAR industriales es de 41,909 L/s y un caudal tratado de 25,352 L/s (CNA, 2003). El total
de agua tratada es de 2,400 millones de m3 anuales a nivel nacional, lo cuál muestra que
este recurso hídrico y los sólidos generados en su tratamiento adquieren relevancia social y
económica principalmente para el sector agropecuario y forestal.
Con base en el volumen de agua anterior y asumiendo 0.2 g de material sólido seco
por litro de agua tratada (Jiménez, et al., 1998), la producción estimada de sólidos residuales
es de 480,363 toneladas por año, ó bien en base húmedo (70%) es de 1.6 millones de
toneladas. De acuerdo con Flores (2003), una dosis promedio de 50 t ha-1 alcanzaría para
aplicarse en 32,280 ha, ó bien para 51,981 ha si se considera la capacidad instalada de
tratamiento de agua nacional que generaría 2.6 millones de toneladas de sólidos en base
húmedo.
El problema potencial que se tiene tanto con los biosolidos como con los estiércoles
es que una aplicación excesiva puede causar contaminación de aguas superficiales y
profundas, aunado a esto el uso de agua residuales en agricultura ha ocasionado altas
aportaciones de N (Flores, 2006), de tal manera que este nutriente ha sido el factor problema
que ha llevado a establecer legislación para ambos abonos orgánicos en Los Estados Unidos
(Ritter y Shirmohammadi, 2001).
El destino actual generalizado de los biosólidos en algunas ciudades de México es el
confinamiento en rellenos sanitarios, tal es el caso de Ciudad Juárez, Chihuahua, donde se
generan 28,000 t por año en base a peso seco, lo cual representa el 5.8% de la producción
nacional (Flores et al., 2006). Sin embargo, la aplicación de biosolidos en suelos agrícolas,
pastizales, bosques o elaboración de compostas es común en otros países (US-EPA, 1999).
Por ejemplo, 98% de los estiércoles y 75% de los biosólidos generados en los Estados
Unidos son aplicados en suelos agrícolas (Lindemann, 2004), mientras que los materiales
orgánicos ocupan el 40% del nitrógeno (N) utilizado en la producción agrícola en Los Estados
Unidos de América (Havlin et al., 1999).
La aplicación apropiada de abonos orgánicos en suelos agrícolas aumenta como
medio de disposición, reciclaje de nutrientes y conservación del agua (Cameron et al., 1996).
Aunque los biosólidos y estiércoles son materiales muy distintos química y físicamente
(Flores et al., 2001; Figueroa et al., 2000), tienen en común que su utilización apropiada
como fertilizantes orgánicos y mejoradores del suelo depende del porcentaje de
descomposición de sus estructuras orgánicas. Es decir, la tasa de mineralización del N
orgánico es la clave para el cálculo de dosis apropiadas sin afectar el ambiente (Flores,
2001; Jarvis et al., 1996; Stanford y Smith, 1972; Pratt et al., 1973).
El reciclaje apropiado de los nutrientes contenidos en los abonos orgánicos tales como
estiércoles, compostas y biosólidos, entre otros, a través de su incorporación en suelos
agrícolas requiere del conocimiento del porcentaje de descomposición o también llamada
“tasa de mineralización”. Este porcentaje debe ser estimado para diferentes condiciones
97
edáficas y agro-ecológicas, de tal manera que puedan utilizarse de apoyo en el cálculo de
dosis del abono orgánico de interés. Una subestimación de la dosis puede ocasionar
deficiencia de nutrientes por el cultivo y una reducción en rendimiento y calidad del producto.
Por el contrario, una sobre-estimación de la dosis conduce a exceso de nutrientes, toxicidad
al cultivo y contaminación del suelo y agua (Flores, 2001; Flores et al., 2006).
En vista de que la mayoría del N en los residuos orgánicos está en forma orgánica, se
considera necesario la realización de trabajos de investigación para determinar la tasa de
mineralización y predecir la disponibilidad de nutrientes, particularmente N para un uso
adecuado y eficiente en la producción agropecuaria. Por tal razón, se requiere información de
campo para predecir la cantidad de N mineralizado en función del tipo de residuo, potencial
de agua del suelo y tipo de suelo para diferentes regiones de México. El presente documento
tiene como objetivo realizar una descripción de los factores que afectan la tasa de
mineralización de N, describir la metodología de resinas sintéticas y presentar avances de
investigación obtenidos en el Norte de México y sur de los Estados Unidos.

FACTORES QUE AFECTAN LA TASA DE MINERALIZACIÓN


La información necesaria para el cálculo de una dosis de abono orgánico incluye la
caracterización del sitio, conocimiento del suelo, aspectos nutricionales del cultivo,
características físico-químicas del abono y considerar otras fuentes de nutrientes que
pudieran ingresar al sistema suelo-planta de interés, tales como el riego con aguas
residuales ricas en nutrientes (Cogger y Sullivan, 1999). Con respecto al sitio se requiere
conocer la pendiente, áreas habitacionales cercanas, aplicaciones previas de abonos
orgánicos, rotación de cultivos, calidad del agua de riego o sistema agrícola de temporal,
cultivo a sembrar (gramínea o leguminosa), rendimiento potencial del sitio a través de
información del productor y demanda nutrimental del cultivo asociada a un potencial
productivo mediante referencias bibliográficas existentes.
En relación al suelo, los parámetros a considerar son la textura, pH, sales solubles,
materia orgánica, CIC, contenido de nutrientes, entre otros. Por ejemplo, el conocimiento de
las Series de suelo de una región es útil para mejorar el uso de abonos orgánicos mediante
la obtención de tasas de mineralización por Serie de suelo, tal es el caso del Valle de Juárez,
Chihuahua (Figura 3) donde se tienen una heterogeneidad muy marcada en tipo de suelos
dado su origen aluvial (CIEPS, 1970).
La información a considerar del abono orgánico puede incluir el tipo de abono:
estiércol, composta, biosólido, abono verde o residuo de cosecha; la condición del material:
fresco, grado de descomposición, textura, contenido de nutrientes en formas orgánicas e
inorgánicas, relación carbono-nitrógeno (C:N), contenido de agua y la taza de mineralización
al menos para el primer año (Jarvis et al., 1996).
Otras fuentes a considerar son la concentración de nutrientes en forma nativa en el
suelo, nutrientes presentes en el agua de riego a utilizar, efecto residual de abonos orgánicos
previos, posible utilización de un fertilizante químico como de arranque para el cultivo,
aplicación foliar, es decir un marco de referencia del sitio a beneficiar con abonos orgánicos.

98
Figura 3. Series de suelo en una porción del Valle de Juárez, Chihuahua (CIEPS, 1970).
Ejemplo, 23 en amarillo significa la Serie Juárez y textura arcillo-arenoso; 36 en rojo significa
Serie Caseta y textura franco-arcillo-arenoso.

La interpretación de los factores mencionados para el cálculo de una dosis adecuada


ó agronómica de estiércol o biosólidos requiere del entendimiento del proceso de
descomposición de los abonos orgánicos en los suelos agrícolas (Flores, 2001). La
descomposición de abonos orgánicos es un concepto general que incluye una secuencia
completa de procesos muy detallados en los cuales los organismos del suelo utilizan los
compuestos orgánicos como fuente de alimento (Ross, 1989). De acuerdo con la fuente de
energía principal, los organismos vivos se clasifican en fototrópicos, aquellos que utilizan la
radiación solar, ó quimiotróficos los que utilizan la energía liberada de oxidaciones químicas.
Además, los organismos pueden ser subdivididos con base en su fuente de carbono principal
en autótrofos los cuáles usan el carbono inorgánico (CO2) y heterótrofos los cuales utilizan
compuestos de carbono orgánico tales como carbohidratos (Figura 4).

99
Radiación Solar

CO2

Fotosíntesis
Foto-autótrofos
(plantas, algas)

Absorción radicular Compuestos


Respiración Aeróbica Orgánicos
Complejos
Quimio-heterotrofos Ingesta en el suelo
(Invertebrados del suelo, bacterias) (CHOs,
proteinas,
Lignina)
Nutrientes simples Compuestos excretados
(NH4+ , NO3-, SO42-, H2PO42-
Ca2+ , Mg2+ , K+ , Na+

Compuestos orgánicos

Figura 4. Relación entre organismos quimio-heterotrófos y foto-autotrófos en e


ecosistema suelo-planta (adaptado de Ross, 1989).

Los organismos responsables principalmente de la descomposición de la materia orgánica


del suelo son quimio-heterótrofos que incluye a todos los animales vertebrados e
invertebrados, principalmente bacterias y hongos, los cuales fraccionan las moléculas
orgánicas complejas para obtener ambos energía y nutrientes simples que requieren para
construir sus propios tejidos corporales (Tate, 1995). Los nutrientes excretados después de
la digestión quimo-heterotrófica pueden ser absorbidos por los foto-autotrófos (plantas
superiores y algas). Dentro del ciclo del N, la mineralización se define como el proceso de
transformación de N orgánico a N mineral. Los subprocesos son la amonificación y la
nitrificación. El primero consiste en la transformación de N orgánico (proteínas, ácidos
nucleicos) a N amoniacal (N-NH4 ) y el segundo es la oxidación de N amoniacal a N-nítrico
(N-NO3 ) donde participan dos especies de bacterias: nitrosomonas y nitrobacter. El otro
proceso consiste en la inmovilización del N mineral del suelo al ser transformado a tejido
microbiano, sin embargo ambos procesos ocurren simultáneamente en el suelo (Brady y

100
Weil, 1996; Havlin et al, 1999). La medición de la mineralización neta de N requiere tiempo
para cuantificar la proporción de N transformado o tasa de mineralización (Figura 5).
Pratt et al. (1973) mencionaron que la tasa de mineralización es la clave para la aplicación de
cualquier material orgánico al suelo. Los factores que afectan la mineralización pueden ser
ambientales, las características del residuo orgánico y de manejo del mismo. Entre los
factores ambientales destacan el tipo de suelo, aeración, temperatura y potencial de agua del
suelo, tipo y diversidad de microorganismos.
Las condiciones óptimas para una mineralización adecuada incluye: suelo franco, 30 a 35 oC
temperatura del suelo, -33 a -10 KPa de potencial de agua del suelo (80% del espacio poroso
está con agua), 15 a 20% de aeración (oxígeno), pH de 6 a 8 y diversidad de
microorganismos del suelo (Stanford y Epstein, 1973; Cassman y Munns, 1980; Tate, 1995).
La disponibilidad de agua en el suelo afecta el proceso de descomposición porque está
directamente relacionado con el movimiento de los microorganismos, nutrientes, exudados,
toxinas y difusión de gases en la solución del suelo (Papendick y Campbell, 1981; Jarvis et
al., 1996; Sierra, 1997; Flores, 2001).

Proceso de Descomposición de la Materia Orgánica

Abonos Orgánicos
Factores que controlan
El proceso:
•Tipo y Tamaño de
La población microbial
•Calidad y Cantidad
Del substrato
•Relación C:N Materia Orgánica Nativa
•Raíces de plantas y en el Suelo
Exudados
•Tipo de suelo
•Humedad, temperatura,
areación, pH, textura,
y prof.de suelo Micro-organismos
•Nutrientes presentes
•Tipo de labranza del Suelo
•Contaminantes orgánicos
e inorgánicos Mineralización Inmobilización
Plantas

N2, N2O Nutrientes Inorgánicos


NO3- (CO2- , NH4+ , SO42- , PO4-)
Arcillas
NO2-

101
Figura 5. Proceso de descomposición de la materia orgánica con énfasis en nitrógeno y
algunos factores que controlan el proceso.

Con respecto a las características óptimas del abono orgánico para favorecer la
mineralización, éste debe ser de partículas finas, fresco, mínimo grado de digestión, 40 a
50% humedad y relación C:N menor que 25:1, mientras que los factores de manejo incluyen
una nivelación del terreno, aplicación al voleo triturado lo que permite una distribución más
homogénea en el terreno y agua de buena calidad (Lindemann, 2004). De acuerdo con
Castellanos et al. (2000) la mineralización es mayor en suelos arenosos que en suelos
arcillosos, mientras que residuos con alta relación C:N (> 30:1) presentan una tasa de
mineralización baja (residuos carbonáceos de cereales) pero cuando el contenido de ligninas
y polifenoles del residuo es alto la mineralización es baja. Una mayor velocidad de
mineralización se presenta en residuos de leguminosas las cuales tienen una baja relación
C:N (< 20:1), es decir ricos en N.

Mineralización de N. Algunas metodologías han sido desarrolladas en condiciones de


laboratorio (in vitro), otras en campo (in situ) y métodos de la diferencia que consideran el N
orgánico (total) antes y después de la aplicación de un residuo orgánico (Castellanos y Pratt,
1981; Dou et al. 1996; Flores, 1988; Cabrera, 1993). Los métodos de laboratorio se
caracterizan por utilizar incubadoras donde las condiciones de humedad y temperatura son
controladas, utilizan substratos como arena, soluciones nutritivas, períodos de incubación
fijos y los datos pueden ser menos variables que en campo (Flores, 1988). Por el contrario,
las metodologías de campo generan mayor variabilidad de información por estar sujetas a los
cambios ambientales y períodos variables de incubación (Flores, 2001; Sierra, 1990).

Existe un reducido número de estudios que han evaluado la mineralización gruesa o


neta de N directamente en condiciones de campo en suelos agrícolas. Algunas técnicas han
propuesto la evaluación de la disponibilidad de N en el suelo tales como el método de la
bolsa enterrada (Eno, 1960). Esta técnica ha sido reportada que tiene potencial para
monitorear la disponibilidad de N durante la estaciones de cultivo y para la estimación del N
absorbido por los cultivos (Westermann y Crothers, 1980).

Binkley y Matson (1983) encontraron que la técnica de bolsa con resinas de


intercambio iónico resultó útil en la predicción de la disponibilidad de N. Este método tiene las
ventajas de sensibilidad a los factores del sitio, tales como humedad y temperatura del suelo,
los cuales fluctúan a través del año e influencian en la mineralización de N.
El método que utiliza una fracción de suelo y resinas de intercambio iónico fue
desarrollado por Distefano y Gholz (1986). Esta metodología se ha utilizado en algunos
estudios referentes a la disponibilidad de N en condiciones de campo y tiene varias ventajas
102
con respecto a otros métodos (Hart y Firestone, 1989; Rouppet, 1994; Hook y Burke, 1995;
Kolberg et al., 1997; Flores, 2001; Flores et al., 2006).
Las Figuras 6 y 7 muestran las resinas de intercambio iónico. El método de resinas
permite una obtención directa del lixiviado de N inorgánico (NO3- + NO2- + NH4+ ) en el flujo
vertical. La fracción de suelo utilizada está sujeta a los cambios de humedad y temperatura
del suelo, además existe un intercambio natural de gases en la solución del suelo. Por lo
tanto, este método es sensitivo a condiciones ambientales y refleja las condiciones reales
durante la medición del N inorgánico como resultado del proceso de descomposición de la
materia orgánica (Kjonaas, 1999).
Algunas desventajas del método de resinas de intercambio iónico consisten en que el
contacto hidráulico entre la resina y el suelo pueden alterar el flujo de agua como resultado
de la discontinuidad textural y efecto de gravedad (Figura 8). Esta condición puede afectar la
eficiencia de retención de las resinas ó bien no cuantificar el N inorgánico total (Schnabel,
1983). Además, Giblin et al. (1994) reportaron que las resinas tiene baja acumulación de N
en períodos largos de tiempo comparado a períodos cortos de incubación, lo cuál indica que
la eficiencia de absorción depende del tiempo.

Figura 6. Preparación de la mezcla Figura 7. Llenado de bolsas de nylon


de resinas de intercambio iónico con resinas.
(cationica y anionica)

103
Figura 8. Cilindro utilizado en el método de incubación con resinas de intercambio iónico
(Poncio, 2007).

Rouppet et al. (1994) concluyeron que el método de resinas de intercambio iónico in


situ fue aceptable para medir la mineralización de N en condiciones de campo, pero se
requiere de muchas repeticiones para obtener mayor confiabilidad en las tasas de
mineralización de N. Un nivel de alfa de 0.05 requirió de 28 a 36 muestras para obtener una
precisión de 1 mg kg-1.
Las características de resinas sintéticas de intercambio iónico (Figuras 6 y 7)
utilizadas en algunos estudios de campo para evaluar la mineralización de N orgánico en
estiércoles y biosólidos se presentan en el Cuadro 1 (Flores, 2001; Flores y Corral, 2004;
Flores et al., 2006).

104
Cuadro 1. Características de resinas de intercambio iónico para estudios de
mineralización de N en suelos agrícolas.
Fuente: www.ionac.com/ionexchange/tables.htm

Resina Tipo Forma Iónica Retención Capacidad


agua (%) de
Intercambio
total
(meq/ml)
C-249 Gel cation Sodio 44 - 48 2.0
ácido fuerte ( Na+ )
ASB-1 Gel anión Cloro 44 - 48 1.4
base fuerte ( Cl - )

Qian y Schoenau (2002) realizaron una extensa revisión de las aplicaciones prácticas de las
resinas de intercambio iónico en investigación con suelos agrícolas y aspectos ambientales.
Algunos son extracción secuencial de fósforo, especiación iónica en suelos, extracción de
fracciones bio-disponibles de compuestos orgánicos hidrofìlicos en suelos, estudios en
microbiología de suelos, medición del suministro de nutrientes en períodos cortos,
transformaciones de nutrientes en el suelo: mineralización- inmovilización, micronutrientes y
toxicidad de metales en suelos, entre otros. Los resultados son altamente influenciados por
las relaciones solución/suelo/resina, tiempo de extracción (agitación), tipo y saturación iónica
de las resinas, temperatura, método para retener la resina y el método utilizado para
recuperar los iones adsorbidos por las resinas.
El N inorgánico en las resinas puede ser extractado con KCL 2N (Flores et al., 2006) y
medido mediante el método de arrastre de vapor que utiliza oxido de magnesio para el N en
forma de amonio y aleación de devarda para el N en forma de nitratos (Aguilar et al., 1987;
Bremner, 1996; Mulvaney, 1996).
Los primeros estudios para simular la descomposición y acumulación de la materia
orgánica en el suelo rechazaron una relación lineal simple entre el peso del residuo o
substrato orgánico remanente y el tiempo (Figura 9) Aunque ésta relación parecía funcionar
para residuos frescos de fácil y rápida descomposición, se encontró que una función
negativa exponencial análoga a la cinética de primer orden de decaimiento para una
sustancia radioactiva era más apropiada (Figura 10). Esta última relación implica la pérdida
de una fracción constante de la cantidad de residuo que permanece en el suelo en lugar de
la pérdida de aumentos constantes de residuo en intervalos sucesivos iguales de tiempo
(Ross, 1989).

105
Xt = Xo – k t

Xt = cantidad del substrato orgánico residual

después de un tiempo, t.
X
Xo = cantidad del substrato orgánico al inicio

(t = 0)

t = tiempo

k = tasa constante de reacción


t

Figura 9. Relación lineal entre la cantidad de un substrato orgánico residual (X) y


el tiempo (t).

Xo

X
Xt = Xo e- k t

½ Xo

t
Figura 10. Relación exponencial entre la cantidad de un substrato orgánico
residual (X) y el tiempo (t).
106
De acuerdo con Alexander y Scow (1989) la mineralización de residuos orgánicos en el suelo
sigue una cinética de primer orden que es expresada por la ecuación:

dN
= − kN
dt

La taza constante de mineralización (k) es proporcional a la cantidad de N potencialmente


mineralizable (No) para un período específico de tiempo (t). la Integración de la ecuación
puede expresarse en logaritmos:

kt
ln( No − N ) = ln No −
2.303
Mediante el antilogaritmo de las funciones anteriores se obtiene:

Nm = No(1 − e − kt )

Este modelo fue propuesto por Stanford y Smith (1972) para describir la cantidad de N
inorgánico acumulado (Nm) en función del tiempo (t). Sin embargo, Ellert y Bettany (1988)
concluyeron que un modelo exponencial simple no puede describir la variación en los
patrones de mineralización (Figura 10). Lindemann y Cárdenas (1984) encontraron que un
modelo exponencial doble daba mejor ajuste que un modelo sencillo en suelos tratados con
biosólidos. Posteriormente, White y Marinakis (1991) reportaron que los modelos Richard’s
(Richards, 1959) comúnmente utilizados para describir patrones de crecimiento orgánico
pueden ajustar una variedad amplia de curvas de mineralización de N como el siguiente:

Nm = No(1 − e − kt ) (1− m )

107
Donde el parámetro m permite la flexibilidad de la curva y puede ser utilizado para comparar
patrones de mineralización de N entre sitios y tiempo (Brown y Rothery, 1993). La solución
de la ecuación se logra utilizando un método iterativo de mínimos cuadrados no lineal, de
acuerdo a una iteración computacional de Gauss-Newton, así se estiman los parámetros (k,
Noy m) para el modelo de regresión no lineal-Proc NLIN (SAS, 1997). La Figura 11 muestra
algunas tendencias de N mineralizado acumulado que pueden ser ajustadas con el modelo
mencionado anteriormente. Estas tendencias pueden ser causadas a diferencias en el tipo
de suelo, dosis de abono orgánico, humedad del suelo y temperatura, entre otros factores
que afectan el proceso de descomposición de la materia orgánica en el suelo.

140
Nt = No (1 – e – k t )1 / (1 – m)
120

100

80

60

40

20
N Mineralizado (mg / kg suelo)

0
0 50 100 150 200 250 300

Tiempo (días)

Figura 11. Tendencias de mineralización de nitrógeno en suelos agrícolas.

Una vez preparados los cilindros con la mezcla de suelo y el sustrato orgánico
(Biosólido o estiércol) a la dosis de evaluación, entonces se coloca la bolsa de nylon con la
resina en la base del cilindro (Figura 12) y de esta manera quedan listos para su instalación
en campo (Figura 13).

108
Figura 12. Cilindros de aluminio llenos con la mezcla de suelo y sustrato orgánico.

Figura 13. Instalación de cilindros en el suelo.

109
Las resinas son extractadas con KCL 2 N y se determina el N inorgánico obteniendo
resultados como los que se muestran a continuación:
Ejemplo de Datos Obtenidos de N Mineralizado

Incubaciòn Incubaciòn Incubaciòn


1 2 3
N inorg. suelo en N inorg. N inorg. suelo en N inorg. N inorg.
TRAT. (mg/resin) tubos (mg/kg) (mg/resin) tubos (mg/kg) (mg/resin)
3 9,469 323,90 29,234 8,581 323,90 26,493 1,304
2 7,951 331,40 23,992 6,865 331,40 20,715 1,236
4 6,289 272,10 23,111 6,590 272,10 24,220 0,549
1 8,023 299,60 26,780 5,698 299,60 19,018 0,481
4 5,204 281,90 18,462 2,952 281,90 10,471 0,412
1 7,689 293,60 26,188 3,227 293,60 10,989 1,030
3 4,394 309,50 14,196 3,844 309,50 12,421 0,481
2 7,483 325,70 22,974 5,355 325,70 16,440 2,059
1 3,982 337,10 11,811 5,972 337,10 17,717 1,785
2 3,364 292,00 11,520 7,895 292,00 27,036 2,540
4 8,787 279,90 31,394 3,432 279,90 12,263 1,510
3 6,041 288,20 20,962 5,286 288,20 18,341 0,549
4 7,139 300,50 23,759 3,570 300,50 11,879 0,686
2 6,590 308,90 21,335 3,844 308,90 12,445 0,618
3 8,856 334,60 26,467 2,815 334,60 8,412 2,197
1 9,817 329,50 29,793 3,227 329,50 9,792 1,167

Esta información se puede analizar con el Programa Estadístico SAS (SAS Institute, 1997)
para obtener los estimadores del modelo exponencial explicado anteriormente.

•data Nmin;
•input x y1 y2 y3 y4;
•cards;
•26 16.712 14.459 30.065 30.079
•47 39.747 39.911 54.692 52.817
•81 50.973 53.456 65.899 70.825
•110 57.082 62.464 73.56 78.767
•183 60.346 66.67 76.698 82.699
•;
•proc nlin best=100 method=marquardt;
•parms b0=0 to 2000 by 10 b1=.001 to 0.009 by .001;
•model y1=b0*(1-exp(-b1*x));
•der.b0=1-exp(-b1*x);
•der.b1=b0*x*exp(-b1*x);
•output out=b p=y1hat r=y1resid;
•proc plot data=b;
•plot y1*x='a' y1hat*x='p' / overlay vpos=25;
•plot y1resid*x / vref=0 vpos=25;
•Proc print data=b;
•title1 'Tratamiento 1';
•run;

110
MINERALIZACIÓN DE BIOSOLIDOS Y ESTIÉRCOLES
Los resultados de mineralización de N han sido extremadamente variables debido a
los factores ya mencionados que afectan el proceso de descomposición de materia orgánica.
Por esta razón a continuación se muestran algunos avances de investigación extranjeros y
las experiencias obtenidas en el Norte de México y Sur de los Estados Unidos.
De acuerdo con la bibliografía sobre el tema, las metodologías utilizadas en el estudio
de mineralización de N han incluido condiciones de laboratorio y campo, así como variables
del tipo de suelo y su relación con el manejo agronómico, suelos tratados con diferentes tipos
de abonos orgánicos y bajo diferentes períodos de incubación. La variación observada en los
valores de k y No ha sido muy amplia (Cuadro 2). Esto confirma la necesidad de estudios
locales para generar información de mayor utilidad en la utilización de abonos orgánicos. Es
importante aclarar que la cantidad de N mineralizado es calculada con ambos parámetros (k
y No) utilizando el modelo exponencial.

Cuadro 2. Valores de No and k reportados para suelos agrícolas y abonos orgánicos


(Flores, 2001).

Condición k (mg sem-1) No(mg kg-1) Referencia

Suelo agrícola 0.044-0.069 np Stanford and Smith (1972)

Estiércol bovino 0.039-0.054 255-429 Griffin and Laine (1983)

Suelo agríola 0.083-0.18 np Campbell et al. (1984)

Estiércol bovino 0.05 773 Chae and Tabatabai (1986)

Suelo agrícola 0.024-0.034 np El Gharous et al. (1990)

Composta 0.003 85-95 Hadas and Portnoy (1994)


(bovino)

Suelo agrícola 0.04-0.26 85-364 Broersma et al. (1996)

Mineralización de Estiércol Bovino. Flores (2001) realizó un estudio durante tres ciclos
agrícolas en suelos del Sur del Estado de Nuevo Mexico (EUA) en los cuales se evaluaron
diferentes abonos orgánicos y períodos variables de incubación utilizando resinas sintéticas
de intercambio iónico. En el sitio Las Cruces, los valores de k variaron de 0.0061 a 0.015 mg

111
N día-1 en los suelos tratados con estiércol bovino lechero, mientras que en el testigo fue de
0.009 mg N día-1.
Los valores de k para el sitio Artesia fluctuaron de 0.0064 a 0.0179 mg N día-1 en los
suelos tratados y 0.0133 mg N día-1 en el control. De tal manera que las tasas de
mineralización fueron de 2.8, 4.3, 4.0 y 6.6 mg N kg-1 semana-1 para el testigo, estiércol seco,
composta y estiércol fresco, respectivamente. La Figura 14 muestra el N mineralizado
acumulado y ajustado con el modelo exponencial. Las diferencias de N mineralizado entre el
testigo y cada tipo de abono orgánico fueron de 23, 16 y 51 mg N kg-1 suelo a los 250 días de
incubación en condiciones de campo.

Mineralización de Biosolidos. Los biosolidos son un tipo de abono orgánico con enorme
potencial para suelos agrícolas en México y se cuenta con avances en legislación
(SEMARNAT, 2002). El concepto de dosis agronómica ha sido definido como la cantidad de
N requerido por los cultivos para alcanzar un potencial productivo dado en un período de
crecimiento definido, de tal manera que la cantidad de N en los biosólidos que pase el perfil
radicular del cultivo sea minimizado para evitar un impacto negativo en la calidad del agua
freática (Barbarick e Ippolito, 2000). La dosis agronómica depende del contenido de N en el
biosólido, suelo y agua de riego, de la tasa de descomposición del N orgánico del biosólido y
de la demanda de N del cultivo asociado a un potencial de rendimiento (Cogger y Sullivan,
1999).

112
Figura 14. Nitrógeno mineralizado en tres tipos de abonos orgánicos (estiércol seco de varios
meses, composta y estiércol fresco de corral) y en dos contenidos de humedad del suelo
(Flores, 2001).

113
Algunos valores representativos de N mineralizable reportados para biosolidos en los
Estados Unidos son: 30% para biosólido estabilizado con cal, 15% para biosólido
anaerobicamente digestado y de 5% a 10% para biosólido composteado (NRC, 1996).
Particularmente, la adición de cal en el proceso de tratamiento de biosólidos puede aumentar
el pH del suelo, y las adiciones de biosólidos puede incrementar la capacidad
amortiguadora de pH de un suelo (Pierzynski, 1994). Las tasas de mineralización de N
orgánico en biosólidos secos o en compostas son menor que aquellas observadas en
biosólidos líquidos y biosólidos desaguados. Por ejemplo, los biosólidos con estabilización
alcalina pueden presentar de 50 a 55% de mineralización de N durante el primer año,
mientras que la mineralización de N en biosólidos composteados es de 10% annual.
Barbarika Jr., et al. (1985) reportaron valores de N orgánico mineralizado de 1.8 a 60.3% a
diferentes temperaturas del suelo (17 a 35 oC) y tiempos de incubación (5 a 16 semanas), el
parámetro que mejor correlacionó fue la relación C:N del biosólido y del suelo.
Garau et al. (1986) reportaron tasas de mineralización (k) de N de 0.0202 ± 0.0011 y
0.0650 ± 0.0068 por día, respectivamente para procedimientos de lixiviado y no lixiviado. El N
potencialmente mineralizable se incrementó con la dosis de biosólido aplicado. El porcentaje
neto de N mineralizable en relación al N orgánico agregado fue 43 ± 7.8 y 27.7 ± 4.0,
respectivamente. Rowell et al. (2001) relacionaron las tasas de mineralización de N de
biosólidos con su química inicial para encontrar parámetros de predicción. La mineralización
neta de N fue expresada como cantidad de N orgánico transformado por cantidad de materia
orgánica aplicada, la cual varió de 182 a 248 g kg-1 y la mineralización neta de N varió de
2.09 a 18.21 g N kg-1 de materia orgánica aplicada. Rogers et al. (2001) determinaron la tasa
de mineralización de N (TMN) con la siguiente formula: TMN (%) = { ( N inorgánico del suelo
con biosólido – N inorgánico del suelo sin biosólido – N inorgánico agregado inicialmente del
biosólido) / (N orgánico agregado del biosólido) } x 100.

114
50
Testigo
200 Kg NTK/ha
400 Kg NTK/ha
40
600 Kg NTK/ha

NO-3 + NH+4 (mg/kg)


30

20

10

0
0 20 40 60 80 100 120 140 160 180 200

Período de Incubación (días)

Figura 8. Nitrógeno inorgánico (NO3 + NH4 ) obtenido en un suelo franco


tratado con biosolidos en condiciones de campo, 2003.

100
N Mineralizado (mg kg suelo )

80
-1

60

40

Testigo
20 200 kg NTK/ha
400 kg NTK/ha
600 kg NTK/ha
Predicho
0
0 20 40 60 80 100 120 140 160 180 200

Tiempo de Incubación (dias)

Figure 9. Nitrogeno mineralizado acumulado (NH4 + NO3 ) para diferente


dosis de biosolidos estabilizados con cal en Primavera-verano,
Valle de Juarez, Chihuahua, Mexico, 2005.

115
Las investigaciones sobre biosolidos en el Estado de Chihuahua han sido realizadas
por Figueroa et al (2000), Uribe et al (2002) y Flores et al. (2001-2006). Los primeros dos
autores evaluaron dosis de biosolidos en suelos con algodonero y maíz forrajero, sin
embargo no evaluaron la tasa de descomposición, mientras que Flores et al (2001-2006)
incluyeron tanto la evaluación a nivel comercial como la determinación del porcentaje de
descomposición de biosolidos estabilizados con cal.
Flores et al (2003) evaluaron las dosis 0, 9.8, 19.7 y 29.5 Mg ha-1 biosólido base seca
que correspondieron a los tratamientos 0, 164, 328 y 492 kg NTK ha-1 y diseño experimental
en bloques al azar con ocho repeticiones. El N mineralizado fue afectado significativamente
por la dosis de biosólido (P<0.05). En promedio, los valores máximos de N mineralizado con
el método de las resinas sintéticas y el método de la diferencia fueron de 20% y 50% con la
dosis de 164 Kg NTK ha-1. Los porcentajes de N mineralizado con las dosis 328 y 492 Kg
NTK ha-1 fueron de 7 y 4% con valores similares entre métodos (Figura 8). Estos porcentajes
tan bajos se atribuyeron a que la temperatura del suelo fue menor a 15 oC lo que disminuyó
la actividad microbiana en el
suelo y a que las altas cantidades de N inorgánico suministradas por el agua de riego (33
mg N L-1) pudieron afectar el proceso de mineralización. Los autores concluyeron que la
mayor precisión del método de las resinas puede justificar la utilización de una tasa del 20%
como primera aproximación para cálculos de dosis de biosólidos estabilizado con cal de una
y su aplicación a nivel comercial en el ciclo agrícola otoño-invierno en el Valle de Juárez,
Chihuahua.
La Figura 9 muestra los resultados mas recientes de mineralización de N en un suelo
cultivado con sorgo forrajero (Flores et al, 2006). Resulta notorio que la cantidad de N
mineralizado es mayor que lo señalado en la Figura 8, es decir que la mineralización
aumenta durante el ciclo Primavera-Verano quizás al aumento en la temperatura del suelo.
Estos trabajos han tenido la particularidad de que se han realizado en suelos irrigados con
aguas negras, lo cual ha permitido definir la influencia del N del agua de riego en la
descomposición de biosolidos.

CONCLUSIONES

La falta de datos de mineralización de N para ciertas condiciones edafo-climáticas y


de manejo ha ocasionado que las dosis agronómicas para abonos orgánicos sean calculadas
con base en tasas de mineralización generalizadas, sin embargo la extrapolación de datos
puede ocasionar que se realicen aplicaciones excesivas o dosis con las que no se satisface
el requerimiento nutricional de los cultivos para obtener el potencial productivo. Es posible
concluir que la mineralización de N es un componente esencial para el cálculo de dosis
adecuadas de abonos orgánicos, así como la utilización de métodos in situ como el resinas
sintéticas que permiten generar información realista de las condiciones edafo-climáticas y de
116
manejo de cultivos, así como su utilidad para calibrar métodos de incubaciones en
laboratorio. Por ello resulta evidente la necesidad de mayor investigación sobre la
descomposición de abonos orgánicos en suelos agrícolas en México.

LITERATURA CITADA

Aguilar, S.A., J.D. Etchevers D. y J.Z. Castellanos R. 1987. Análisis químico para evaluar la
fertilidad del suelo. Sociedad Mexicana de la Ciencia del Suelo. Publicación especial No.1,
217 p.

Alexander, M., y K.M. Scow. 1989. Kinetics of biodegradation in soil. In: B.L. Sawhney, and
K. Brown (ed.). Reactions and movement of organic chemicals in soils. Soil Sci. Soc.
Am., Madison, WI. p. 243-303.

Barbarick, K.A. y J.A. Ippolito. 2000. Nitrogen fertilizer equivalency of sewage biosolids
applied to dry land winter wheat. J. Environ. Qual. 29:1345-1351.

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123
FITORREMEDIACIÓN DE SUELOS CONTAMINADOS CON
METALES PESADOS

Hortensia Ortega-Ortiz 1, Adalberto Benavides-Mendoza2*,


Roberto Arteaga Alonso2, Alejandro Zermeño-González3

1
Centro de Investigación en Química Aplicada, Blvd. Enrique Reyna Hermosillo 140,
CP 25253 Saltillo, Coahuila México. Tel. (844) 438 98 30, Fax: 438 98 39. Email:
hortega@ciqa.mx
2
Departamento de Horticultura, Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro,
Buenavista, CP 25315 Saltillo, Coahuila México.
3
Departamento de Riego y Drenaje, UAAAN.

* Autor para correspondencia: abenmen@uaaan.mx

124
RESUMEN

El suelo puede perder su valor para la producción de alimentos o diferentes productos o


servicios a causa de la acumulación de materiales peligrosos que pueden constituir un riesgo
para el ambiente y la salud, a niveles tales que repercuten negativamente en su
comportamiento. Los elementos que se consideran causantes de problemas de
contaminación son: Pb, Cr, Cd, Co, Ni, Cu, Zn, As, Mo, Sn, Ba, Hg. Los metales no se
degradan, así que pueden acumularse provocando efectos adversos en la mayoría de los
organismos. Las tecnologías tradicionales de remediación requieren remover físicamente el
suelo contaminado, debido a esto surge la necesidad de utilizar técnicas alternas como la
biorremediación, la cual promueve los procesos naturales para acelerar la recuperación de
suelos, como lo es la fitorremediación, que se basa en el uso de una especie de plantas
llamadas metalofitas que han desarrollado mecanismos fisiológicos para resistir, tolerar y
sobrevivir en suelos con altos niveles de metales.
Básicamente, hay dos tipos de fitorremediación aplicables a los suelos contaminados por
metales pesados: la fitoestabilización que se basa en el uso de plantas tolerantes a los
metales para inmovilizarlos y la fitoextracción, es la captación de iones metálicos por las
raíces de la planta y su acumulación en tallos y hojas. Además, las plantas denominadas
fitorremediadoras, poseen como atributos ideales la capacidad de acumular los metales de
interés, en la parte superior de la planta; son tolerantes a la concentración del metal
acumulado, crecen rápido y generan elevada producción de biomasa.
Como una área de estudio, surge la posibilidad de promover la formación de nanopartículas
metálicas en células de plantas o en condiciones de crecimiento de las plantas que hagan
óptima la absorción, la acumulación, la estabilidad y tamaño de los nanocristales en los sitios
de acumulación, la tasa de recuperación, así como los procesos involucrados con el
aislamiento y purificación de las nanopartículas metálicas.

Palabras clave: contaminación del suelo, biorremediación, plantas hiperacumuladoras,


nanopartículas metálicas.

INTRODUCCIÓN

El desarrollo económico que trajo consigo la revolución industrial iniciada hace más de 200
años llevo a considerar a las industrias como signo de prosperidad. No fue hasta los
descubrimientos de los daños ocasionados a los ecosistemas y a la alteración de la calidad
del aire, el suelo y el agua, que se tomo conciencia de que el crecimiento económico puede,
también, traer consigo efectos indeseables (Maqueda, 2003).
De los sistemas ambientales el suelo es el medio más estático, donde los contaminantes
pueden permanecer durante mucho tiempo. Esta permanencia a largo plazo es
especialmente grave en el caso de contaminantes inorgánicos, como los metales pesados,
125
que no pueden ser degradados. Su persistencia, acumulación progresiva y/o su transferencia
a otros sistemas supone una amenaza para la salud humana y la de los ecosistemas
(Becerril et al., 2007). La contaminación constituye uno de los aspectos más importantes en
la degradación de los suelos. La calidad de un suelo, es decir, su capacidad para sostener
efectivamente el crecimiento de las plantas y otros organismos, puede verse afectada
negativamente por la contaminación. (Maqueda, 2003).
La consecuencia directa de esta contaminación, es una ausencia inicial de vegetación o la
pérdida de su productividad. Puede ocurrir también disminución de la biodiversidad al
reemplazarse la vegetación natural con una cierta variedad de especies de plantas
(metalofitas) capaces de colonizar estos suelos degradados (Wong, 2003).
La recuperación de suelos contaminados mediante métodos físicos o químicos normalmente
rápida pero de alto costo económico. Esta puede realizarse in situ (tratando el suelo en su
lugar) o ex situ (tratamiento tras transporte del suelo). Las técnicas biológicas, o
biorremediación, tienen como objetivo básico promover los procesos naturales y desarrollar
técnicas para acelerar la recuperación de suelos y sedimentos contaminados. Dentro de las
técnicas biológicas o ecológicas, el uso de plantas (fitorremediación) se considera capaz de
dar soluciones in situ, con un gasto financiero y tecnológico relativamente bajo. Además, el
resultado, una cobertura “verde”, es más agradable estéticamente y más aceptable desde el
punto de vista ambiental (Bernal et al., 2007).
La fitorremediación de suelos contaminados se basa en el uso conjunto de metalofitas, y
técnicas agronómicas para eliminar, retener, o disminuir la toxicidad de los contaminantes del
suelo (Chaney, et al.; 1997). Este grupo de fitotecnologías reúne un gran número de
ventajas, especialmente la limpieza y la economía; no utilizan reactivos químicos peligrosos,
ni afectan negativamente a la estructura del suelo, sólo aplican prácticas agrícolas comunes
(Cunningham et al., 1995).
Las metalofitas son especies de plantas que han desarrollado los mecanismos fisiológicos para
resistir, tolerar y sobrevivir en suelos con altos niveles de metales y, por ello, son endémicas de
suelos con afloramientos naturales de minerales metálicos (Shaw, 1990). A pesar de que esas
plantas se conocían ya antes de los años de la década de 1970, no llamaron la atención de
la mayoría de los científicos hasta casi una década después. Desde entonces, ha emergido
en torno a ese grupo de plantas un interés multidisciplinario, además de científico, también
económico, y en disciplinas tan diversas como la fisiología vegetal, la arqueología, la
fitorremediación, la fitominería, etc. (Vázquez, 2003).
El gran interés despertado por las plantas hiperacumuladoras, especialmente para remediar
un ambiente contaminado, obliga también a resolver problemas relativos a otras disciplinas;
Brooks, (1998) hace hincapié en ello y destaca la importancia para el avance de la
fitorremediación de la integración de diversos campos como botánica, fisiología, agronomía,
química y genética.
Por esta razón diversas investigaciones se han enfocado a desarrollar técnicas que exploten
de forma conjunta los procesos biológicos dependientes de plantas y microorganismos, así
como procesos químicos como el uso de agentes quelatantes o secuestrantes para reducir el
uso inherente asociado con los suelos contaminados con metales (Maqueda, 2003).

126
Es muy importante recalcar que el objetivo último de un proceso de fitorremediación de
suelos contaminados no debe ser solamente eliminar el contaminante o, en su defecto,
reducir su concentración hasta límites marcados en la legislación, sino sobre todo recuperar
o acercarse al estado óptimo del suelo, entendido ésta como la capacidad de este recurso
para realizar sus funciones de forma sostenible (Garbisu et al., 2007).

CONTAMINACIÓN DEL SUELO

El suelo puede definirse como la materia, no consolidada, compuesta por partículas


inorgánicas, materia orgánica, agua, aire y organismos, que comprenden la capa superior de
la superficie terrestre hasta diferentes niveles de profundidad (Medina et al., 2001).
Un suelo contaminado es aquel donde se encuentran presentes uno o más materiales
peligrosos y/o residuos de índole tal que pueden construir un riesgo para el ambiente y la
salud (Medina et al., 2001).
La contaminación antrópica del suelo aparece cuando una sustancia está presente a
concentración superior a sus niveles naturales, y tiene un impacto negativo en alguno o todos
los constituyentes del mismo. Los niveles promedio de concentración de metales pesados y
metaloides en el suelo se anotan en el siguiente cuadro.

Cuadro 1. Contenido de metales y metaloides en suelos.

Contenido promedio Contenido en suelos Límites de acuerdo a


Elemento
(mg kg-1)€ ricos en el elemento¥ la NOM-147£

As 10.38 250-2500 22

Cd 0.097 20-800 37

Cr <100 - 280

Co 5-40 100-300

Cu 22 >2000

Hg 0.04 10-100 23

Pb 13-42 >1% 400

Mo 0.2-6 10-100

127
Ni 35 800-8000 1600

Se 0.29 7 390

Zn <3-790 >1%


He et al. 2005.
¥
Por contaminación o por efecto del material madre de donde se formó el suelo.
£
NOM-147-SEMARNAT/SSA1-2004. Los valores anotados son para uso agrícola.

Los niveles para considerar un suelo contaminado dependen del elemento en cuestión, uso
del suelo y la legislación de cada país (Bernal, 2007).

Efecto de los contaminantes del suelo

El suelo se puede degradar al acumularse en él sustancias a unos niveles tales que


repercuten negativamente su comportamiento. Los efectos desfavorables son (Porta et al.,
1994):

1. Destrucción del poder de autodepuración por procesos de regeneración biológica


normales, al haber superado la capacidad de aceptación del suelo.
2. Disminución cualitativa y cuantitativa del crecimiento normal de los microorganismos
del suelo, o bien alteración de su diversidad.
3. Disminución del rendimiento de los cultivos con posibles cambios en la composición
de los productos con riesgo para la salud de los consumidores, al entrar elementos a
la cadena trófica.
4. Contaminación de las aguas superficiales y freáticas por procesos de transferencia. se
alcanzan concentraciones superiores a las consideradas aceptables.
5. Disminución de las funciones de soporte de actividades de esparcimiento. Los
espacios contaminados presentan problemas de salubridad para los usuarios.

Remediación del suelo

Los metales no se degradan, así que pueden acumularse en el ecosistema a través del
tiempo provocando concentraciones elevadas, efectos adversos en la mayoría de los
organismos; por ello, se han desarrollado técnicas para remediar a los suelos contaminados
de metales pesados (Gardea-Torresday et al., 2002; Kärenlampi et al., 2000; Nelly et al.,
2000).

128
Las técnicas tradicionales de remediación del suelo contaminado con metales pesados
generalmente involucran prácticas convencionales de ingeniería civil, aplicadas
individualmente o en grupo. En estos procesos físicos, químicos y térmicos principalmente se
requiere remover físicamente el suelo del sitio contaminado o bien minimizar el riesgo de
exposición (Brennan y Shelley, 1999; McIntyre, 2003).

A. Contención, incluye a las técnicas denominadas de cobertura, barreras verticales y


barreras horizontales. Al aplicar estos procesos el material contaminado se mantiene
en su lugar, de manera que no entra en contacto con personas ni con el medio
ambiente (McIntyre, 2003; Mulligan et al., 2001; Seoane, 1999; US EPA, 1997).
B. Solidificación y estabilización, son procesos en los que se mezclan o inyectan
agentes de tratamiento al material contaminado para obtener residuos sólidos, reducir
la solubilidad del contaminante, disminuir el área de contaminación expuesta o limitar
el contacto entre fluidos y contaminantes. En esta categoría se incluyen técnicas como
mezcla de cemento, encapsulación con polímeros y vitrificación (Mulligan K. et al.,
2001; Seoane, 1999; US EPA, 1997, US EPA, 2003).

Las técnicas de remediación antes mencionadas tienen un alto costo, elevado consumo de
energía, destrucción del sitio contaminado y problemas de logística (Cunningham et al.,
1995; Henry, 2000; Kärenlampi et al., 2000; McIntyre, 2003, Nedelkoska y Doran, 2000;
Susarla et al., 2002).
Debido a las limitaciones que presentan las tecnologías tradicionales de remediación surge la
necesidad de utilizar técnicas alternas como la biorremediación (Nedelkoska y Doran, 2000;
Raskin et al., 1997).

Biorremediación

El término biorremediación fue acuñado a principios de la década de los 80`s, y proviene del
concepto de remediación, que hace referencia a la aplicación de estrategias físico-químicas
para evitar el daño y la contaminación en suelos.
La biorremediación surge como una rama de la biotecnología que busca resolver los
problemas de contaminación mediante el uso de seres vivos (microorganismos y plantas)
capaces de degradar o acumular compuestos que provocan desequilibrio en el medio
ambiente, ya sea suelo, sedimento, fango o mar (ArgenBio, 2007). Básicamente, los
procesos de biorremediación pueden ser de tres tipos.

Degradación enzimática. Este tipo de degradación consiste en el empleo de enzimas en el


sitio contaminado con el fin de degradar las sustancias nocivas (PQB, 2003).

129
Remediación microbiana. En este tipo de remediación se usan microorganismos
directamente en el foco de la contaminación. Los microorganismos utilizados pueden ser los
ya existentes (autóctonos) en el sitio contaminado o pueden provenir de otros ecosistemas,
en cuyo caso deben ser agregados o inoculados.

Fitorremediación. Es el uso de plantas para limpiar ambientes contaminados. Aunque se


encuentra en desarrollo, constituye una estrategia muy interesante, debido a la capacidad
que tienen algunas especies vegetales de absorber, acumular y/o tolerar altas
concentraciones de contaminantes como metales pesados, compuestos orgánicos y
radioactivos (PQB, 2003)).

Ventajas:
• Las plantas pueden ser utilizadas como entidades extractoras de bajo costo
económico para depurar suelos y aguas contaminadas.
• Algunos procesos degradativos ocurren en forma más rápida con plantas que con
microorganismos.
• Es un método apropiado para descontaminar superficies grandes o para finalizar la
descontaminación de áreas restringidas en plazos largos.

Desventajas:
• El proceso se limita a la profundidad de penetración de las raíces o aguas poco
profundas.
• Los tiempos del proceso pueden ser prolongados.

Mecanismos involucrados en la fitorremediación. La biodisponibilidad de los compuestos


o metales es un factor limitante de la captación de los mismos. Las plantas pueden
incorporar las sustancias contaminantes mediante los procesos que se representan en el
Figura 1 (PQB, 2003).

130
Figura 1. Mecanismos involucrados en la ffitorremediación (INE, 2007).

La fitorremediación contempla seis procesos básicos a través de los cuales las plantas
pueden contribuir a la recuperación de suelos, sedimentos y aguas contaminadas.
Dependiendo de la estrategia de recuperación, estos proces procesos
os darán lugar a la contención o
a la eliminación de los contaminantes del suelo. La fitoestabilización y la fitoinmovilización
corresponden a la primera de las dos estrategias, mientras que la fitoextracción,
fitodegradación, fitovolatilización y rizofilt
rizofiltración
ración representan procesos de eliminación (Cuadro
2) (Bernal, 2007).

131
Cuadro 2. Tipos de Fitorremediación, indicando la zona de la planta en donde ocurre este
proceso (PQB, 2003).
Tipo Contaminación Tratada
Proceso Involucrado
Fitoextracción

Las plantas se usan para Cadmio, cobalto, cromo,


concentrar metales en las partes níquel, mercurio, plomo,
que se cosechan (hojas y raíces) selenio, zinc

Rizofiltración

Las raíces de las plantas se usan Cadmio, cobalto, cromo,


para absorber, precipitar y níquel, mercurio, plomo,
concentrar metales pesados a plomo selenio, zinc isótopos
partir de efluentes líquidos radioactivos, compuestos
contaminados y degradar fenólicos
compuestos orgánicos

Fitoestabilización

Las plantas tolerantes a metales Lagunas de deshecho de


se usan para reducir la movilidad yacimientos mineros. Método
de los mismos y evitar el pasaje a Propuesto para compuestos
capas subterráneas o al aire. fenólicos y compuestos
clorados.

Fitoestimulación

Se usan los exudados radicales Hidrocarburos derivados del


para promover el desarrollo de petróleo y los poliaromáticos
microorganismos degradativos como benceno, tolueno,
(bacterias y hongos) antraceno, etc

Fitovolatilización

Las plantas captan y modifican Mercurio, selenio y solventes


metales pesados o compuestos clorados (tetraclorometano y
orgánicos y los liberan a la triclorometano)
atmósfera con la transpiración.

Fitodegradación

Las plantas acuáticas y terrestres Municiones (TNT, DNT, RDX,


captan, almacenan y degradan nitrobenceno, nitrotolueno),
compuestos orgánicos para dar antraceno, solventes
subproductos menos tóxicos o no clorados, DDT, pesticidas
tóxicos. fosfatados, fenoles y nitrilos,
etc.

Básicamente, dos tipos de fitorremediación son aplicables a los suelos contaminados por
metales pesados: la fitoestabilización y la fitoextracción.
132
La fitoestabilización se utiliza en los suelos donde la gran cantidad de contaminantes
imposibilita la fitoextracción, y se basa en el uso de plantas tolerantes a los metal
metales para
inmovilizarlos a través de su absorción y acumulación en las raíces o precipitación en la
rizosfera, reduciendo así su movilidad y su biodisponibilidad para otras plantas o
microorganismos.
Por otra parte, la fitoextracción, también conocida como ffitoacumulación,
itoacumulación, Es la captación de
iones metálicos por las raíces de la planta y su acumulación en tallos y hojas (Figura 2). Hay
plantas que absorben selectivamente grandes cantidades de metales acumulando en los
tejidos concentraciones mucho más altas qu quee las presentes en el suelo o en el agua. Este
proceso se ha utilizado para eliminar hidrocarburos de agua y suelo con cultivos de alfalfa,
álamos, enebro (Vázquez, 2003).
Un objetivo importante de la fitoextracción es maximizar el crecimiento de las plantas
naturalmente hiperacumuladoras. En algunos ensayos de fertilización del suelo se han
conseguido incrementos significativos de la biomasa de diferentes especies del género
Alyssum (Kidd et al., 2007).
). El cultivo puede ser, entonces, cosechado en el momento de
máxima acumulación metálica en la biomasa aérea, que frecuentemente se da en el estado
de media floración (Angle et al.. 2001). Robinson et al.. (1997) consiguieron aumentar tres
veces la biomasa de A. bertolonii (hasta 9 ton·ha-1) con fertilización NPK.
NPK La fertilización
también hizo multiplicar por un factor de diez la biomasa de A. serpyllifolium subsp.
lusitanicum desarrollada en suelos de mina contaminados con metales (Kidd y Monterroso,
2005).

Figura 2. Representación de la fitoextracción (INE, 2007).

133
Aunque estas técnicas han sido probadas y son de indudable ayuda, también presentan sus
limitaciones, ejemplificadas en el denominado efecto barrera: con algunas pocas
excepciones, las plantas pueden acumular un determinado elemento solamente hasta una
cierta concentración. De hecho, en el caso del mercurio, las raíces pueden actuar a modo de
barrera impidiendo que el elemento ascienda hacia los órganos superiores de la planta
(UCLM, 2007).
En este sentido las plantas pueden ser clasificadas en cuatro categorías:

• Sin efecto de barrera, las que concentran el elemento químico investigado sin
restricciones y de forma continua.
• Semi barrera, que concentran entre 30 y 300 veces la concentración del elemento
considerada normal en la planta.
• Con barrera, contenidos de hasta 3-30 veces la concentración del elemento
considerada normal en la planta.
• Con barrera de fondo, que no superan las concentraciones normales del elemento en
una determinada planta (UCLM, 2007).

Metales pesados. Se considera metal pesado a aquel elemento con densidad igual o
superior a 5 g/cm3 cuando esta en forma elemental, o cuyo número atómico es superior a 20
(excluyendo a los metales alcalinos y alcalino-térreos). Su concentración promedio en la
corteza terrestre es inferior al 0.1% y casi siempre menor del 0.01%. Junto a estos metales
pesados hay otros elementos químicos denominados metaloides y no metales que suelen
englobarse con ellos por presentar orígenes y comportamientos asociados; es el caso del As,
Sb, B, Ba y Se (García y Dorronsoro, 2001).

Los metales y metaloides que se consideran causantes de problemas de contaminación son:


Pb, Cr, Cd, Co, Ni, Cu, Zn, As, Mo, Sn, Ba, Hg (Porta et al., 1994).

Dentro de los metales pesados hay dos grupos:

A. Oligoelementos o Micronutrientes.- Requeridos en pequeñas cantidades traza por


plantas y animales, y son necesarios para que los organismos completen su ciclo vital,
pasando cierto umbral son tóxicos. Dentro de este grupo se encuentra: As, B, Co, Cr,
Mo, Mn, Ni, Se, Zn (Dorronsoro, 2001; Nedelkoska y Doran, 2000).
B. Metales pesados sin función biológica conocida.- La presencia en determinadas
cantidades en seres vivos lleva a disfunciones en el funcionamiento de sus
organismos. Resultan altamente tóxicos y presentan la propiedad de acumularse en
los organismos vivos. Son Principalmente: Cd, Hg, Pb, Cu, Sb, Bi (Maqueda, 2003).

134
ACUMULACIÓN DE METALES EN EL SUELO

Los metales pesados incorporados al suelo pueden seguir cuatro diferentes vías (García y
Dorronsoro, 2001).

A. Quedan retenidos en el suelo, ya sea disueltos en la solución del suelo o bien fijados
por procesos de adsorción, complejación o precipitación.
B. Son absorbidos por las plantas e incorporados a las cadenas tróficas.
C. Se volatilizan a la atmósfera.
D. Pueden contaminar a las aguas superficiales o subterráneas

Dependiendo del metal en cuestión, las prácticas de manejo del suelo, como la modificación
del pH y la fertilización, pueden tener diferentes efectos sobre la absorción. Por ejemplo, se
ha demostrado que la acidificación del suelo favorece la hiperacumulación de Cd o Zn,
aunque un exceso de acidez puede inducir fitotoxicidad de Al o Mn (Brown, et al., 1999;
Wang, et al., 2006). Por el contrario, la absorción y acumulación aumentan con el incremento
del pH (Li, et al., 2003).

Proceso de acumulación de metales en las plantas. Aunque las plantas


hiperacumuladoras tienen una extraordinaria capacidad para absorber metales pesados, esta
capacidad depende de la biodisponibilidad de los metales en el suelo y, particularmente, del
suministro a partir de formas menos disponibles para la planta (McGrath, et al., 1997,
Wenzel, et al., 2003). Los metales aparecen en el suelo unidos a fracciones con distinto
grado de labilidad: cambiables, ligados a materia orgánica, a óxidos de hierro y manganeso,
y a estructuras minerales.
El concepto de biodisponibilidad se encuentra íntimamente relacionado con las condiciones
fisicoquímicas del ambiente, que determinan las relaciones entre las formas disueltas, lábiles
y no lábiles de los elementos. Por ello es fundamental al determinar el grado de
contaminación por metales pesados de un ambiente, conocer su biodisponibilidad, es decir,
la concentración del metal libre y lábil presente en la muestra (Brown et al., 1999; Kim et al.,
2002; Krishnamurti y Naidu, 2000; Lussier et al., 1999; Manson y Lawrence, 1999).
El equilibrio dinámico que se establece entre estas fracciones, más que el contenido total de
metales, determina la movilidad y biodisponibilidad, siendo el pH, el potencial redox, y la
cantidad y tipos de materia orgánica y arcillas los factores edáficos más importantes en su
control (Korcak y Fanning, 1985). Además, las condiciones de la interfase raíz-suelo
(rizosfera) pueden ser modificadas por la planta, a través de producción de exudados
radicales y la acción de deposiciones como mucílago y restos celulares (Adriano et al., 2001;
Lombi et al., 2001; Puschenreiter et al., 2003; Wenzel et al., 2003)
135
De acuerdo a Maqueda (2003), el proceso de acumulación de metales tiene en general los
siguientes mecanismos:

A. Los iones alcanzan la zona de absorción de la raíz por difusión a través de la


solución del suelo, son arrastrados por el movimiento del agua hacia la raíz o entran
en contacto con la zona de absorción a medida que la raíz crece. (Fernández y
Maldonado, 2000). Los iones metálicos son movilizados por la secreción de agentes
quelantes, proteínas que promueven la solubilidad del elemento o por la acidificación
de la rizosfera.
B. Las raíces capturan a los metales hidratados o a los complejos metal-quelante y los
internan al medio celular por medio de sistemas de transporte constituidos por canales
iónicos y transportadores. Dichos sistemas de transporte son energizados por bombas
de protones secundarias. Dentro de las células los metales son quelatados
principalmente por ácido orgánicos, ionóforos o fitoquelatinas; la vacuola o proteínas
especializadas como la ferritina o las metalotioneínas constituyen siempre un almacén
importante de metales.
C. Los metales se transportan a la parte aérea vía el xilema ya sea como iones
hidratados o principalmente como complejos con histidina o ácido cítrico, entre otros.
D. Después de penetrar el apoplasto foliar, los metales se distribuyen dentro de las
células, manteniendo en cada organelo las concentraciones dentro de rangos
fisiológicos específicos. El exceso de metales esenciales y no esenciales se
almacenan en la vacuola.

Mecanismos de resistencia a metales. Los vegetales que crecen en sitios naturalmente


enriquecidos con metales desarrollaron mecanismos de tolerancia a su medio ambiente, a la
fecha dichos mecanismos no han sido comprendidos en su totalidad; sin embargo, las
posibles estrategias se clasifican en dos categorías:

Exclusión, implica la formación de compuestos bioquímicos complejos en el medio ambiente


o en la pared celular de las plantas; precipitación de metales en el exterior, a través de
secreción de mucílagos y otros compuestos orgánicos; alteración de los sistemas de
membrana del transporte para reducir la entrada de metales y aumento en la actividad de
ciertas bombas iónicas (Lasat, 2002; Maiti et al., 2002; McGrath et al., 2002; Mejàre y Bülow,
2001; Raskin y Ensley, 2000; Salt et al., 1998).

Inclusión y acumulación, comprende la captura en el interior de las células donde no tiene


efectos tóxicos como en la vacuola y la pared celular; detoxificación interna de los metales a
través de la incorporación de proteínas, ácidos orgánicos, histidina y péptidos ricos en grupos
tiol denominados fitoquelatinas ; reacciones de oxido-reducción las cuales cambian el estado
reactivo de los metales a una forma menos tóxica (Chaney et al., 1997; Garbisu y Alkorta,
2001; Lasat, 2002; Maiti et al., 2002; McGrath et al., 2002; Mejàre y Bülow, 2001; Salt, et al.,
1998).

136
El uso de estos mecanismos naturales de tolerancia a los metales es la base de la selección
de especies para la fitoextracción de metales contaminantes o metales valiosos.

Fabricación biológica de nanometales. Las plantas denominadas fitorremediadoras,


poseen como atributos ideales la capacidad de acumular los metales de interés,
preferiblemente en la parte superior de la planta; son tolerantes a la concentración de metal
acumulado, crecen rápido; generan elevada producción de biomasa; resultan fácilmente
cosechables y contienen sustancias que impiden que los herbívoros las consuman, para
evitar la transferencia de metales pesados a la cadena alimenticia (Garbisu y Alkorta, 2001;
Gisbert et al., 2003; Kärenlampi et al., 2000; McIntyre, 2003).
Ya que la disponibilidad de metales de transición en los suelos es muy variable, aunque
normalmente tiende a ser baja, las plantas desarrollan mecanismos eficientes para su
captura, trasporte y asimilación. Las raíces son los sitios en donde normalmente ocurre la
captura de estos metales, para de allí ser transportados hacia el resto de la planta. El
mecanismo normal de absorción de metales involucra la acción de agentes quelatantes,
solubilizadores o facilitadores de la disponibilidad del metal en el suelo, los cuales forman
complejos que son transportados al interior de los tejidos radicales. Cuando los metales se
encuentran en solución en el agua del suelo en forma iónica no pueden formar estos
complejos, por lo cual deben ser reducidos por una reductasa de la membrana o de la pared
celular, para ser movilizados luego al interior de la célula por medio de una proteína
transportadora (Anderson y Beardall, 1991).
Al parecer los sitios naturales de almacenamiento de los metales son las vacuolas, los
cloroplastos y las mitocondrias, las cuales son de manera natural fábricas de nanoestructuras
de metales. La razón probable de ello es el mantenimiento de la concentración de iones de
metales dentro de límites seguros para disminuir la generación de radicales libres

Biotransformación. Para reducir la respuesta tóxica de una sustancia en un organismo hay


que disminuir la cantidad de sustancia en forma activa (tóxica) y el tiempo de permanencia
de la misma en el sitio de acción, incrementando la polaridad ya que ello aumenta la
difusibilidad del tóxico y por tanto puede incrementar la velocidad de excreción. Además,
muchas sustancias tóxicas que ven incrementada su polaridad se convierten en sustratos
accesibles para posteriores reacciones de detoxificación, reacciones que, por otra parte, no
serían posibles de no incrementar la polaridad. Con frecuencia pues, se trata de convertir un
xenobiótico (compuestos cuya estructura química en la naturaleza es poco frecuente o
inexistente debido a que son compuestos sintetizados por el hombre en el laboratorio) no
polar en un compuesto soluble en agua. Estas reacciones se agrupan en dos conjuntos
denominados Biotransformación Fase I y Biotransformación Fase II:

Fase I. Biotransforma los xenobióticos convirtiéndolos en substratos de los enzimas de la


Fase II, al mismo tiempo que los hace más hidrófilos.

137
Fase II. Agrega un grupo polar de tamaño relativamente grande a los productos de las
reacciones de la Fase I, o a los xenobióticos originales que contienen los grupos funcionales
apropiados para ser substratos de las reacciones de conjugación (Navarro-Aviño et al.,
2007).

Mecanismo de reparación celular. Estos mecanismos se activan para restablecer las


características iniciales de la célula. Los mecanismos mejor conocidos son los que participan
en la síntesis de componentes de pared, y aquellos mecanismos que participan en la
activación de procesos de reparación de errores rutinarios en la copia de ADN. Se sabe que
en los procesos de reparación activados después del daño causado por la presencia de
metales pesados están involucradas las metalotioneínas (proteínas de bajo peso molecular
inducidas por factores de estrés y capaces de ligar a metales pesados) y, sobre todo, las
proteínas de choque térmico. Estas últimas incrementan su expresión en gran variedad de
organismos en respuesta a factores de estrés como la subida de temperaturas por encima de
la óptima. También se expresan en respuesta a otros estreses como metales pesados, de
forma que actúan como chaperoninas para la protección y reparación de proteínas. Se ha
comprobado que un preacondicionamiento por exposición a corto tiempo con alta
temperatura antes de estrés por metales pesados induce un efecto de tolerancia,
disminuyendo o previniendo los daños celulares (Navarro-Aviño et al., 2007).

PLANTAS HIPERACUMULADORAS DE METALES

Brooks et al., (1977) establece el concepto de "planta hiperacumuladora" para describir a


aquellas plantas que contenían niveles de níquel equivalentes o superiores a 1000
microgramos de metal por gramo de materia seca (0,1% ó 1000 mg kg-1). Aunque el níquel
no está considerado como un elemento esencial para las plantas, sí se trata del elemento
hiperacumulado por el mayor número de especies vegetales y actualmente integra la lista de
elementos esenciales de las plantas.
Otros metales como Zn, Mg, Mn y Cu son requeridos por las plantas en, al menos, pequeñas
cantidades. No obstante, cuando la concentración de estos metales en las plantas sobrepasa
un determinado umbral, resultan tóxicos. Sólo determinadas especies pueden acumular
metales en alta concentración. Actualmente se conocen plantas hiperacumuladoras no sólo
de níquel, sino también de zinc, cobre, selenio, cadmio, manganeso y cobalto (Vázquez,
2003) (Cuadro 3).

138
Cuadro 3. Contenido de metales pesados en algunas plantas hiperacumuladoras.

Concentración Biomasa
-1
Especie (mg kg peso
Elemento (ton ha-1 año-1)
seco)

Cd Thlaspi caerulescens 3,000 4

Co Haumaniastrum 10,200 4

Cu H. katangense 8,356 5

Pb Thlaspi rotundifolium 8,200 4

Mn Macadamia neurophyila 55,000 30

Ni Alyssum bertolonii 13,400 9

Ni Berkheya coddii 17,000 18

Se Astragalus pattersoni 6,000 5

Ta Iberis intermedia 3,070 8

Zn Thalaspi Calaminare 10,000 4

La hiperacumulación es un fenómeno raro y su base evolutiva es motivo de discusión desde


su descubrimiento. Algunos estudios recientes sugieren que la acumulación inusual de
metales confiere a estas plantas la capacidad de limitar el herbivorismo y la patógenesis
(Boyd y Martens, 1998; Boyd et al., 1994; Pollard y Baker, 1997; Poschenrieder et al., 2006).
Las plantas hiperacumuladoras adecuadas para llevar a cabo acciones de fitoextracción
deben cumplir algunas características como la tolerancia al metal que se desea eliminar, que
la acumulación se produzca fundamentalmente en la parte aérea de la planta, y que
presenten un rápido crecimiento, así como una gran producción de biomasa en la parte
aérea. Una de las líneas de investigación actuales es la transferencia y mejora de los genes
de estas plantas hiperacumuladoras (Brooks, 1998).
Algunas especies comunes que se han ensayado con éxito como potenciales
fitorremediadoras son la alfalfa, la mostaza, el tomate, la calabaza, el esparto, el sauce y el
bambú. Incluso existen especies vegetales capaces de disminuir la alta salinidad en la capa
superficial del suelo, gracias a su capacidad para acumular el cloruro de sodio
(Wangensteen, 2002).
139
Recuperación de metales acumulados en las plantas. En general, hay plantas que
convierten los productos que extraen del suelo a componentes inocuos, o volátiles. Pero
cuando se plantea realizar un esquema de fitorremediación de un cuerpo de agua o un área
de tierra contaminados, se siembra la planta con capacidad (natural o adquirida por
ingeniería genética) de extraer el contaminante particular, y luego del período de tiempo
determinado, se cosecha la biomasa y se incinera. De esta forma, los contaminantes
acumulados en las plantas no se transmiten a través de las cadenas alimenticias a otros
organismos.
El movimiento de los constituyentes inorgánicos de la planta es controlado selectivamente,
de manera que algunos elementos son admitidos libremente mientras que otros son
rechazados en mayor o menor grado. Aunque las raíces rechacen selectivamente a algunos
elementos tales como el plomo, el vanadio o el mercurio, una parte significativa llega a los
órganos superiores de la planta y puede ser fácilmente detectada mediante análisis
químicos.
Esta capacidad de algunas plantas de acumular elementos químicos las hace doblemente
interesantes, ya que por un lado, nos permiten detectar anomalías en un determinado
elemento químico, y por otra, dada su capacidad de acumulación, pueden ser utilizadas para
“limpiar” un terreno contaminado.
Tras su cosecha, los restos vegetales pueden ser reciclados o confinados de una forma poco
costosa, lo que constituye una estrategia económica para la limpieza de suelos
contaminados. Una limitación importante de la aplicación práctica de la mayoría de las
especies hiperacumuladoras en la fitorremediación es su reducido tamaño y escasa biomasa.
Optimizar las prácticas de manejo del suelo y la cosecha, con el objeto de incrementar su
productividad y la concentración de metales en la biomasa, así como cultivar especies
hiperacumuladoras mejoradas, podría ser, por tanto, una combinación clave en el desarrollo
último de esta técnica (Kidd, 2007).

FABRICACIÓN DE NANOPARTÍCULAS METÁLICAS

La nanotecnología manipula materiales naturales y sintéticos a escala atómica y molecular.


Abarca todos los procesos que implican medición, manipulación y fabricación a escala de
entre 1 y 100 nanómetros. Las herramientas y procesos nanotecnológicos virtualmente se
pueden aplicar a todos los artículos manufacturados en todos los sectores de la industria.
Las aplicaciones comerciales son, por lo tanto, potencialmente ilimitadas (UITA, 2007).
Un campo potencial de estudio y aplicación potencialmente valiosa es la adecuación de
procesos biológicos como la acumulación de metales por las plantas para la síntesis de
nanopartículas, el cual se está convirtiendo en una rama importante de la nanotecnología.
Se espera que la nanotecnología abra nuevas vías para atacar y prevenir enfermedades
usando materiales a la medida en escala atómica. Entre los más promisorios nanomateriales
con propiedades antimicrobianas están las nanopartículas metálicas, las cuales exhiben una
140
notable actividad química debido a su alto cociente de superficie a volumen, característica
que les ofrece gran efectividad antimicrobiana (Furno et al., 2004). Sin embargo, un tema
importante que debe resolverse antes de la promoción de su uso industrial o doméstico es el
efecto de las nanopartículas de metales que se emitan en desechos o drenaje hacia los
ecosistemas.
Shankar et al. (2003) reportaron el uso de extractos foliares de geranio (Pelargonium
graveolens) para el tratamiento de soluciones de nitrato de plata, obteniendo una rápida
reducción de los iones plata, así como la formación de nanocristales de plata en la solución.
Los análisis de microscopia electrónica de transmisión indicaron que dichas partículas de
plata, en tamaños de 16 a 40 nanómetros, se ensamblaron en superestructuras
cuasilineales. La tasa de reducción de los iones plata por el extracto foliar de geranio fue
mayor a la reportada para hongos como F. oxysporum. Esto posibilita utilizar las plantas
como dispositivos de síntesis de nanopartículas.
Gardea-Torresdey et al., (2003) reportaron la obtención y aislamiento de nanopartículas
metálicas utilizando como modelo la planta de alfalfa. Los resultados de este trabajo son
importantes en el área ya que los autores reportaron la síntesis de nanopartículas en plantas
completas.
Utilizando un sistema de bioacumulación de plata en células de semillas, plántulas y plantas
de sandía Cabrera De la Fuente et al. (2006a, 2006b) obtuvieron nanopartículas de plata en
semillas de la especie mencionada. En el caso de las plántulas y plantas la aplicación de
plata en el substrato no dio lugar a la formación de nanoplata pero fue posible incrementar el
potencial antioxidante de los tejidos vegetales hasta tres veces sobre su nivel natural
utilizando la dosificación más baja de plata. Este último efecto fue particularmente interesante
ya que ilustra la posibilidad de mejorar la calidad nutricional de las plantas haciendo uso de
los metales pesados en baja concentración.
Resultados análogos fueron obtenidos por Rosales-Velázquez et al. (2006a, 2006b)
utilizando semillas y plantas de cebolla en donde se aplicó plata en el sustrato y en el tejido
foliar. La primera técnica no permitió la obtención de nanopartículas de plata pero de nuevo
se obtuvo tejido vegetal con un incremento sustancial en el potencial antioxidante respecto al
testigo. Por otra parte, la aplicación de plata foliar dio lugar a la obtención de nenopartículas
de plata en las hojas y en el bulbo, pero no dio lugar a cambios en el potencial antioxidante.
Se ha demostrado entonces que es posible la formación de nanopartículas metálicas en
células de plantas o en condiciones de crecimiento de las plantas que hagan óptima la
absorción, la acumulación, la estabilidad y tamaño de los nanocristales, los sitios de
acumulación, la tasa de recuperación, así como los procesos involucrados con el aislamiento
y purificación de las nanopartículas metálicas.
Este tema los autores los consideramos interesante en el sentido de su potencial aplicación
conjunta con las técnicas de fitorremediación por fitoextracción.

CONCLUSIONES

141
La sustentabilidad del sistema de vida de nuestra especie se liga a los suelos. Por desgracia,
en los últimos cientos de años, este recurso se ha degradado rápidamente como
consecuencia de una serie de actividades humanas derivadas de nuestro explosivo
crecimiento poblacional. Es clara la necesidad de estrategias de saneamiento y recuperación
duraderos y con el adecuado balance costo-beneficio, así como con la consideración de
todos los componentes bióticos del sistema suelo. Aunque con mayor costo en tiempo y
posiblemente mayor costo económico, la práctica de la fitorremediación, la cual contempla
procesos básicos a través de los cuales las plantas promete que contribuirá a la recuperación
de suelos, sedimentos y aguas contaminadas. Dependiendo de la estrategia de
recuperación, estos procesos darán lugar a la contención o a la eliminación de los
contaminantes del suelo.

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147
ENFOQUE INTEGRAL DE NUTRICIÓN EN FRUTALES

Jorge B. Retamales

Departamento de Horticultura, Facultad de Ciencias Agrarias,


Universidad de Talca, Chile

148
RESUMEN

Los frutales son plantas perennes leñosas que obtienen la mayor parte de sus nutrientes de
la solución suelo. El propósito fundamental de la producción frutícola es la obtención
sostenida de altos rendimientos de frutos de calidad. Los nutrientes tienen, en general, baja
incidencia en los costos totales del huerto, pero afectan fuertemente en la definición de la
cantidad y calidad de fruta a cosechar. Los diferentes órganos de un frutal demandan
nutrientes en diversas cantidades y oportunidades; dichas demandas deben ser satisfechas
en la cantidad y momento apropiado. El cálculo de las dosis de fertilizantes debe considerar:
los diversos aportes (reciclaje, agua de riego, aporte natural del suelo), la eficiencia de
aplicación de fertilizantes, así como la extracción por diversos órganos, especialmente frutos.
La eficiencia de aplicación, varía según nutriente, sistema de riego, fecha de aplicación, etc.
Para alcanzar una alta eficiencia de aplicación, se requiere hacer coincidir el aporte de
nutrientes con las demandas por los distintos órganos y con la máxima superficie de
absorción por parte de las raíces. El huerto es un sistema integrado en donde diversas
prácticas culturales (riego, poda, raleo, etc.) afectan no sólo un órgano definido y por un
período breve, sino alteran por un extenso lapso el equilibrio copa/raíz y el balance entre
crecimiento reproductivo y vegetativo, y con ello las necesidades y proporciones en las
demandas de nutrientes por parte de los diversos órganos. Así, paradójicamente, muchos
problemas nutricionales no se resuelven aplicando nutrientes. Se presentarán diversos
ejemplos de alteraciones en dichos equilibrios y su influencia en el manejo nutricional de
huertos de especies frutales de hoja caduca.

Palabras clave: Uso eficiente de fertilizantes, suelo, fruticultura, frutales de zonas


templadas.

INTRODUCCIÓN

La nutrición mineral vegetal involucra la captación y utilización por las plantas de la gran
mayoría de los elementos químicos que forman parte de su composición y la de sus
consumidores, incluidos nosotros los humanos. La mayor parte de los elementos que forman
parte de los seres humanos, se introducirán en la biosfera terrestre por las plantas mediante
la nutrición mineral de los cultivos. En la dieta humana, las frutas han ido adquiriendo
creciente importancia por los beneficios de su consumo para la salud. Por ser plantas
perennes, la nutrición mineral frutales involucra aspectos diferenciales en cuanto a la
absorción, distribución y reciclaje de los distintos elementos minerales.

149
INFLUENCIA DE LA NUTRICIÓN MINERAL

Cerca del 15% del peso fresco de una planta corresponde a la materia seca. De esa materia
seca, cerca de 10% representan el contenido mineralógico de la planta; por lo tanto los
componentes minerales alcanzan en promedio a 1,5 % del peso fresco.
Una deficiencia se puede desarrollar si la concentración de un elemento en el suelo o
sustrato es baja, o si el elemento está en formas químicas que impiden su disponibilidad para
ser absorbido. Así, en ciertas ocasiones, las concentraciones excesivas de otro elemento
pueden reducir la absorción de un nutriente y provocar una deficiencia. Tal déficit inducido
por una acción antagonista de otro elemento, se puede desarrollar aún cuando el nutriente
esté presente en el suelo en nivel adecuado. Cuando un tejido está deficitario en un
elemento esencial, se generan importantes cambios en su metabolismo y crecimiento. En
primer lugar, se reduce la tasa metabólica en los procesos donde dicho elemento participa.
Debido a que cada reacción metabólica es parte de un grupo interconectado de vías
bioquímicas, bajo condiciones de déficit prolongado o severo, se alterará gran parte del
funcionamiento de la planta.
La influencia de la nutrición mineral sobre el crecimiento, rendimiento y calidad de fruta de
una planta frutal dependerá de: 1.- el elemento en cuestión, 2.- el momento de ocurrencia del
déficit o exceso, 3.- la magnitud del desbalance, tanto en relación a su distancia proporcional
al óptimo, como en la duración en la condición de desbalance.

Nutrición mineral y crecimiento

La nutrición y el crecimiento son interdependientes. El crecimiento y el desarrollo alteran los


requerimientos nutricionales de una planta, pero también la nutrición mineral afecta el
crecimiento y desarrollo de la planta. En el caso de los frutales, estas pasan por una fase
juvenil en la cual no hay producción de fruta; por ello, los requerimientos nutricionales en esa
fase son distintos de cuando la planta es adulta.
Un alto porcentaje de la materia seca (75-85%) proviene de los carbohidratos formados en la
fotosíntesis. La capacidad fotosintética de una hoja (fotosíntesis neta a saturación luminosa),
está altamente correlacionada con el nivel de N, independiente que hayan variaciones en los
niveles de N por diferencias entre especies, edades de hojas o disponibilidades de N en el
suelo. Ello en parte se debe a que +/- 50% del N en la hoja está contenido en la enzima
Rubisco (ribulosa bifosfato carboxilasa oxigenasa), que es la encargada de asimilar el CO2
en frutales. En plantas adultas, un mayor nivel de N puede aumentar el crecimiento total de la
planta, pero ese mayor crecimiento de brotes puede reducir los carbohidratos disponibles
para producción de fruta. Lo anterior, puede causar mayor sombreamiento dentro de la copa
e inducir menor inducción de yemas florales y con ello, menor rendimiento en la planta
(Cuadro 1). En suma, el aporte de N debe usarse con cautela y ciertamente no sólo para
aumentar la tasa de fotosíntesis.

150
Las plantas regulan la distribución de materia seca (carbohidratos y nutrientes minerales)
mediante una intrincada interacción entre fuentes (“sources” en inglés) y receptáculos
(“sinks”), la cual se basa en tres criterios: 1.- Fuerza de los receptáculos, que corresponde al
efecto del tamaño y actividad de los mismos, 2.- Distancia entre fuentes y receptáculos, y 3.-
Prioridad, donde la prioridad es: Frutos/flores > brotes/hojas > tronco y ramas > raíces. Las
plantas usan diversos mensajeros químicos para vincular fuentes con receptáculos y así
coordinar crecimiento y desarrollo entre diversos órganos de la planta. Entre tales sustancias
están las hormonas vegetales clásicas (auxinas, giberelinas, citokininas, etileno y ácido
abscísico), así como otras descubiertas más recientemente: fitocromo, ácido jasmónico,
ácido salicílico, sistemin, factores Nod, y brasinoesteroides. Algunos nutrientes alteran la
respuesta de crecimiento de la planta en dos tipos de roles: 1. Como mensajeros, el más
prominente es el caso del Ca, pero el Mg tiene roles en servir de puente entre N y P, 2.-
Como reguladores. Por ejemplo, el nitrato regula la transcripción de RNAmensajero. Así
también, bajos niveles de fosfato inducen genes que favorecen la captación y reciclaje de
fosfato.

Cuadro 1. Influencia de la disponibilidad de radiación (% pleno sol) sobre el nivel de


producción (cantidad de frutos) y calidad de fruta en manzanos (Fuente: Rom, 1991).

Proceso Variedad % Pleno sol


Factor

Iniciación floral;
Cantidad Todas 30
cuaja

Desarrollo dardos Todas 30

Calidad Color rojo Delicious 70 – 80

Color verde Granny Smith 30 – 60

Sólidos solubles Delicious 60

Sólidos solubles Granny Smith 50

Tamaño frutos Todas 50

151
Nutrición mineral y rendimiento

El rendimiento es un concepto económico, que establece la proporción de la materia seca


producida por una planta que es destinada a los órganos cosechables. En los árboles
frutales, los órganos cosechables son los frutos. Dependiendo de la edad del frutal y su nivel
de rendimiento, estos pueden constituir 40-65% de la materia seca producida por un árbol
frutal en la temporada. La vinculación entre crecimiento y rendimiento puede ser negativa; es
decir, un mayor crecimiento puede reducir el rendimiento. Por ello, el rendimiento de un frutal
no sólo depende de la interacción de la planta con su medio ambiente, sino en buena medida
de los estándares comerciales que definan la proporción de la fruta que tendrá los atributos
para ser comercializados.
Al analizar la vinculación entre nutrición mineral y rendimiento, es útil usar el concepto de
componentes del rendimiento. Los componentes del rendimiento para un manzano serán:
número de ramas, número de dardos o brotes frutales/rama, número de inflorescencias/brote
o dardo, porcentaje de cuaja o amarre (proporción de flores que llegan a la cosecha), y
finalmente peso/fruto. La nutrición mineral puede incidir sobre todos y cada uno de estos
componentes del rendimiento. Dado que varios componentes del rendimiento se forman o
establecen en los años previos, el efecto de la nutrición sobre el rendimiento no solo ocurre
en la temporada de producción de fruta.
El efecto de la nutrición mineral sobre el rendimiento puede ser directo o indirecto. Un efecto
directo podría darse ante insuficiencias nutricionales para satisfacer los requerimientos de
determinados nutrientes en el crecimiento o desarrollo de los frutos (es decir sobre el
componente del rendimiento correspondiente al tamaño o peso por fruto). En tanto que un
efecto indirecto de la nutrición sobre el rendimiento podría darse por la incidencia de la
nutrición en la magnitud de cualquiera de los otros componentes del rendimiento, tanto en el
año de producción como en los años previos.

Nutrición mineral y calidad de fruta

La calidad de fruta es un concepto subjetivo definido por el mercado (compradores y


comercializadores). Dentro del concepto global de calidad de fruta se incluyen atributos tales
como: tamaño, forma, color, ausencia de golpes, infecciones, abrasiones, desórdenes
fisiológicos o heridas, aromas, consistencia de la pulpa, etc.
La nutrición de huertos frutales debe considerar el aporte de elementos a órganos
específicos, antes que a la planta como un todo. Así por ejemplo, para una máxima vida
postcosecha, los frutos deben tener ciertos niveles de minerales. Las técnicas para lograr
esto son diferentes de aquellas para nutrir las partes vegetativas del árbol. En este caso, los
nutrientes deben aplicarse al árbol y luego, manipular las variables que inciden sobre la
translocación y acumulación de dichos nutrientes en la fruta.

152
CRECIMIENTO RADICAL

Las raíces son la parte menos visibles de la planta, pero igualmente importante que las
estructuras aéreas. Las raíces anclan el árbol, absorben, transportan y ocasionalmente
almacenan nutrientes y agua, además de sintetizar compuestos que son esenciales para la
regulación de las actividades de la planta. Debido a que es menos visible y más difícil de
acceder, ha sido menos estudiada que los órganos aéreos.

Importancia del crecimiento radical

Los huertos frutales crecen y producen en un sitio por 15-50 años. La naturaleza perenne de
los frutales y sus altas producciones, imponen condiciones distintas a las de plantas anuales
o árboles forestales. La condición del sistema radical puede afectar el rendimiento aún
cuando no existan deficiencias minerales aparentes en el suelo.
Aún cuando las copas de los árboles se podan y manejan cuidadosamente, hay pocas
prácticas culturales que alteren directamente el sistema radical. Un árbol frutal tiene
demandas nutricionales variables durante el año, según la tasa de crecimiento de fruta y
brotes, la magnitud de reservas de nutrientes desde la temporada anterior y las condiciones de
crecimiento.

A veces, las altas demandas de nutrientes pueden no ser satisfechas por las raíces y
requieran ser suministradas mediante aplicaciones foliares.
Aún cuando las raíces de los árboles frutales tienen el potencial de desplegarse en el suelo,
a menudo 70% de las raíces crecen en los 0-30 cm de profundidad. La aireación del suelo
determina la profundidad máxima del sistema radical. La amplitud de las raíces generalmente
es mucho mayor a la que alcanzan las ramas. Árboles maduros de manzanos y peras
alcanzan 18-21 m2 amplitud, mientras los frutales de carozo logran amplitudes de 8-16 m2. La
densidad del largo de raíz varía entre 0,2 km/m2 en manzanos hasta 12 km/m2 en plantas de
kiwi (una diferencia de 60 veces).
La tasa de supervivencia de raíces al invierno depende de su diámetro; así, en manzanos
Red Chief Delicious/M 26, la tasa de supervivencia fue de 12% para raíces < 0,3 mm de
diámetro; 30% para raíces 0,3-0,5 mm diámetro; y 55-60% para raíces de 0,5 a 1,1 mm
diámetro. Por otra parte, las raíces más finas se encontraban en sectores más densamente
poblados y tenían mayor tasa de mortalidad que raíces más gruesas.

Crecimiento radical: plantas anuales vs. plantas perennes

Al comparar el crecimiento radical entre cultivos anuales y árboles frutales perennes, se


observan marcadas diferencias en la magnitud (largo, densidad), y arquitectura del sistema
153
radical. A pesar del potencial de extenderse a grandes distancias y profundidades, la
densidad del sistema radical de las plantas frutales es de varios órdenes de magnitud menor
al de especies anuales, tales como las gramíneas y dicotiledóneas (Cuadro 2). Ello implica
menor capacidad de la raíz para explorar, así como escasa interfase raíz/suelo. Si la
densidad radical es baja, es dable esperar una alta tasa de remoción de agua desde la zona
contigua a la raíz, a fin de satisfacer las demandas de agua por la transpiración de los
órganos aéreos. Ello crea fuertes gradientes en la superficie de la raíz. Así, las tasas de
ingreso de soluciones a la raíz de frutales serían 5-8 veces mayor que las medidas en
plantas anuales.

Cuadro 2. Relación crecimiento raíz/crecimiento foliar: La (cm raíz por cm2 hoja).
Cultivo La (cm cm-2)
Gramíneas 100 – 4.000
Dicotiledóneas herbáceas 53 – 310
Coníferas 69 – 126
Frutales 2–6
Fuente: Neilsen y Neilsen, 2003

Al comparar plantas anuales con árboles frutales, la escasa magnitud del sistema radical es
incrementada al considerar los pelos radicales. Así, mientras un manzano de 1 año posee
17 millones de pelos radicales y una largo total de 3 Km, una planta de cebada puede tener
17 mil millones de pelos radicales, con un largo total de 600 Km.
La variable más importante en definir la captación de nutrientes es el largo total del sistema
radical. La absorción de nutrientes inmóviles (P, Zn y Fe), es muy dependiente del área de
contacto de la raíz, la cual depende del largo de raíz, de pelos radicales y las hifas de
micorrizas. Se esperaría que árboles con mayor densidad de largo radical (km m-2), tuvieran
mayor capacidad de captar nutrientes y, con ello, mayor producción. Pero, al comparar
diversos frutales, no hay relación entre densidad del largo radical y potencial de producción
en condiciones ideales (Fig. 1). Los manzanos tendrían dinámicas de raíces muy eficientes;
así adquirirían más nutrientes y agua por unidad de C destinada a la raíz. Ello involucraría
ajustar las tasas de crecimiento radical, la longevidad de raíces y las tasas de respiración
radical. Así, la longevidad radical será mínima para raíces con baja eficiencia y máxima en
raíces con alta eficiencia.
Las estimaciones en eficiencia del sistema radical asumen que las plantas pueden
desprender las raíces cuando se hacen ineficientes; sin embargo, las raíces no se
desprenden de las raíces como los brotes se desprenden de las hojas, pues no hay zona de
abscisión clara en las raíces. Pero, existe evidencia que las plantas tienen control macro de
154
la longevidad de las raíces. Por ejemplo, hay mucha muerte de raíces dentro de 2 semanas
de la completa desfoliación de manzanos. Así también, alta producción de fruta se asocia
con alta mortalidad de raíces.

Figura 1. Comparación entre producción de fruta y largo de raíces en huertos de varios


frutales. A. Máximo rendimiento estable bajo condiciones ideales de cultivos frutales, B.
Largo máximo y mínimo de raíz/ unidad de área de huerto adulto (Fuente: Eissenstat et al.,
2002).

155
Coordinación del crecimiento

La optimización del crecimiento radical con la disponibilidad de nutrientes en el suelo, es


consistente con el concepto de equilibrio funcional entre raíz y parte aérea (brote). Este
concepto propone que las distancias entre fuentes y receptáculos regulan la distribución de
carbohidratos y nutrientes. Así, las raíces satisfacen más fácilmente sus requerimientos por
nutrientes minerales que por carbohidratos, mientras lo opuesto ocurre para los brotes.
Cuando los nutrientes están escasos, el crecimiento de la raíz y del brote estarán limitados
por los nutrientes; en esas condiciones hay amplia disponibilidad de carbohidratos para el
brote y se translocarán carbohidratos a las raíces. Cuando una raíz encuentra un volumen de
suelo rico en nutrientes, los nutrientes absorbidos inicialmente quedan en la raíz y
promueven el crecimiento. A medida que los nutrientes en la raíz alcanzan el nivel adecuado,
se translocan más nutrientes hacia el brote. A menudo, las conexiones vasculares
determinan que una parte del brote recibe una proporción significativa de sus nutrientes
desde una sección de la raíz, y en retorno, provee carbohidratos en primer lugar a esa raíz.
Esa sección del brote, que ahora tiene un nivel suficiente de nutrientes, llega a estar escasa
en carbohidratos y transloca una cantidad relativamente escasa de carbohidratos a la raíz;
así, el crecimiento de esa raíz llega a estar limitada por carbohidratos.
En especies forestales templadas hubo muy baja correlación entre vida media de hojas y
raíces, pero alta correlación entre largo radical específico (largo raíz/peso seco raíz) y área
foliar específica (área foliar/peso seco foliar). En manzanos existiría crecimiento asincrónico
de brotes y raíces. Así, rara vez se sobreponen períodos de fuerte crecimiento de brotes y
raíces, ello indicaría competencia por carbohidratos entre brote y raíz; pero, recientes
investigaciones muestran que ello no siempre ocurre (Figura 2).

Factores que afectan crecimiento radical

Diversos factores ambientales y de manejo afectan el crecimiento radical. Así, en manzanos


la producción de raíces es afectada por: portainjerto, edad de la planta, riego (tipo, frecuencia
y carga de agua), manejo del suelo, uso de mulch, fertilización (nutriente, dosis,
localización), poda aérea, poda radical y carga frutal. Por limitaciones de espacio, en este
texto nos concentraremos en la disponibilidad de nutrientes.

156
Figura 2.- Patrones de nacimiento de raíces a lo largo de 2 temporadas de crecimiento en
árboles de Gala/M9 en Summerland, BC, Canadá. Los árboles recibieron riego pleno en
ambos lados. Se indica fecha de plena flor (B) y cosecha (H) (Fuente: Eissenstat et al., 2006).

Disponibilidad de nutrientes. El crecimiento radical es mínimo en suelos infértiles por


limitación nutricional cerca del ápice radical. Al aumentar el contenido de nutrientes, las
raíces proliferan y forman una estructura más densa. Cuando los nutrientes exceden los
rangos óptimos, el crecimiento radical se inhibe por disponibilidad de carbohidratos y
eventualmente cesa.
El efecto de la nutrición sería indirecto y actuaría alterando las partes aéreas de los frutales.
En el caso del N, estimula el crecimiento primario de raíces absorbentes. En una planta con
adecuado N, el peso radical aumenta en 50% y la superficie radical absorbente se
incrementa en 200% respecto a un árbol con déficit. Por otra parte, N en exceso reduce el
crecimiento radical, pues promovería crecimiento de brotes e impidiría acumular materia seca
en la raíz. En plántulas de manzano (Red Chief Delicious), la adición localizada de N
(nitrato), aumentó la eficiencia radical al aumentar la absorción de N en mayor medida que lo
hizo el costo de la raíz. Consistente con ello, las raíces del sector donde se aplicó N tenían
mayor vida media. Ello sugeriría que la planta puede extender la longevidad de raíces más
eficientes con mayor asignación de carbohidratos y aumento en sistemas de defensa para
raíces que operan con mayor eficiencia (Fig. 3).
En cuanto a otros elementos, la adición de K y P aumenta la ramificación del sistema radical.
El K aumenta el peso radical de manera más eficiente que la parte aérea del árbol. El Ca es
esencial para que crezca el ápice radical; dichos ápices mueren más frecuentemente con
déficit leve o marcado de Ca. Aplicar P (foliar o suelo), reduce la infección radical por
micorrizas en frutales; ello se debería a inhibición de germinación de esporas del hongo o por
alteración de compatibilidad de micorriza con el huésped (árbol). En cualquier caso, una
menor infección de micorrizas puede alterar, entre otros: capacidad de planta a enfrentar
situaciones de estrés, resistencia a ataques por microorganismos fitopatógenos y
disponibilidad de nutrientes inmóviles: P, Zn y Cu.

157
Figura 3.- Vida mediana de raíces de manzano creciendo en macetas divididas. Las plantas
recibieron: nitrato en dosis alta (H; 8,0 mmol) o baja (L; 1,6 mmol) dos veces por semana
separadamente en cada maceta. Tratamientos: alto N en ambas macetas (HH), alto N en una
y bajo N en la otra (HL), y bajo N en ambas macetas (LL). Asterisco indica maceta medida.
Vida mediana de raíces se midió usando minirizotrones y tubo transparente rígido para 2
grupos de raíces. El grupo 1 son raíces nacidas antes de la primera cosecha (112 post-
transplante) y el grupo 2 son raíces nacidas entre primera y segunda cosecha (112 a 127
días post transplante).

DEMANDA DE NUTRIENTES

Los nutrientes cumplen diversas funciones, por lo que su demanda varía, entre otros, según:
especie y variedad frutal, edad de la planta, condición hídrica, carga frutal, condición
fitosanitaria y época del año. Según sus características (materia orgánica, pH, textura, CIC,
profundidad, etc.), cada suelo tiene cierta disponibilidad de nutrientes para su absorción por
la planta. Para evitar déficit, deberá suplirse la “oferta natural” de nutrientes con fertilizantes
(al suelo o follaje), en la forma y momento oportunos.

Elementos y órganos

Los diversos órganos en las distintas especies y variedades frutales, tienen ciertas
concentraciones de los diferentes elementos minerales. Hay alta extracción de K, Ca y N
(Cuadro 3). Hay alta remoción de K por los frutos. Existe similar distribución de N hacia los
distintos órganos de la planta. Gran parte del Ca está en ramas y brotes, en desmedro de
frutos; ello explica la baja acumulación de Ca en frutos y preponderancia de desórdenes
vinculados a déficit de este elemento en frutos de árboles frutales.
158
Cuadro 3: Distribución de nutrientes (kg/ha) en manzano cv. Golden Delicious con 500
plantas/ha y rendimiento de 90 ton/ha (Fuente: Neilsen and Neilsen, 2003).

Nutriente Ramas Hojas Raíces Frutos Total


Nitrógeno 39,7 32,6 27,6 21,3 121,2
Fósforo 6,0 3,9 5,6 4,0 19,5
Potasio 33,9 25,7 16,8 120,0 196,4
Calcio 83,5 53,5 21,0 4,4 162,4
Magnesio 8,0 6,7 3,5 3,7 21,9
Azufre 8,5 2,8 3,9 0,2 15,4
Cloro 4,5 24,3 1,3 15,2 45,3

DETERMINACIÓN DE LA CONDICIÓN NUTRICIONAL DEL HUERTO

En cultivos anuales, se usa regularmente el análisis de suelo para estimar aporte de


nutrientes del suelo y necesidades de fertilización. Pero en frutales, por ser plantas perennes
presentan reciclaje de nutrientes en la planta. Así, se requiere integrar información de
análisis de suelo, análisis foliar, de frutos y síntomas visuales.

Síntomas visuales

Los síntomas visuales se han usado extensamente en la nutrición mineral. Dado que los
niveles de un nutriente afectan ciertas vías metabólicas, el déficit/exceso de un nutriente
altera la fisiología y produce síntomas. Basar el manejo nutricional de un huerto sólo en
síntomas es problemático: 1.- Muchos síntomas sólo se expresan con déficit severos, por lo
que cuando se enmienda el problema, la planta ya ha tenido un período de desbalance con
efectos negativos sobre el rendimiento y calidad de fruta, 2.- Un síntoma puede deberse a
diversos problemas, algunos de los cuales pueden estar vinculados a la nutrición; incluso
aunque su causa fuera nutricional, hay desbalances en diversos elementos que producen
síntomas similares, 3.- Se requiere mucha experiencia para diferenciar entre diversos
síntomas, 4.- Es un método cualitativo, por lo que es difícil definir niveles de fertilización
basándose sólo en los síntomas.

159
Análisis de suelos

El propósito del análisis de suelo es proveer simultáneamente información sobre los


nutrientes solubles e intercambiables existentes en el suelo, y la cantidad de nutrientes
potencialmente disponibles a partir de componentes orgánicos e inorgánicos. Su efectividad
depende de la capacidad para simular las condiciones químicas del suelo que controlan la
disponibilidad de un nutriente, y para predecir la absorción de nutrientes por el cultivo. Aún
así, el análisis de suelo puede ser un útil indicador del aporte de nutrientes en huertos,
especialmente si se hace un seguimiento a través del tiempo. Aún más, es la única forma de
conocer posibles limitaciones de nutrientes antes de plantar el huerto; en este contexto, la
información de salinidad y, particularmente pH, puede ser importante para definir la
disponibilidad de nutrientes para la planta.
Existen dificultades para el uso regular del análisis de suelo en establecer pautas de
fertilización en frutales. Es difícil colectar una muestra representativa de la zona de
enraizamiento en árboles que tienen raíces profundas y distribuidas irregularmente. Además,
la distribución radical puede alterarse por la aplicación de agua y fertilizante, con lo que al
muestrear una pequeña porción del suelo puede no reflejar la realidad. Finalmente, los
valores críticos del suelo no han sido establecidos con exactitud en frutales, los cuales tienen
potencialmente un mayor período de captación de nutrientes que los cultivos anuales,
además de presentar almacenaje y reciclaje de nutrientes.
Una forma de tratar de reducir los problemas del muestreo de suelo es el uso de los llamados
lisímetros de succión, que son cápsulas porosas unidas a tubos de PVC de 60-120 cm de
largo que se insertan en la zona radical de frutales. Las cápsulas de 1,25 de diámetro,
emularían la raíz de los frutales (Fig. 4). Las muestras de nutrientes disueltos en agua de
riego (10-15 cc/muestra), deben colectarse 12-24 horas después del riego. Debe
estandarizarse el muestreo para reducir dispersión de los datos obtenidos.

Figura 4.- Lisímetro de succión usado para obtener muestras de solución de nutrientes en
zona de crecimiento radical en frutales.

160
Análisis de tejidos

En contraste con los análisis de suelos, el análisis de tejidos (incluido el análisis foliar),
integra variables que afectan la disponibilidad de nutrientes y, por ello, refleja los factores que
inciden en la disponibilidad de nutrientes (clima, manejo y carga frutal), antes que el
contenido del nutriente en el suelo. En frutales, las variaciones en niveles foliares son
menores que en anuales. Varios factores pueden alterar los niveles de nutrientes en tejidos.
La baja absorción de un nutriente puede deberse a poca aireación (baja respiración en raíz),
bajo nivel hídrico en el suelo o poca actividad metabólica en la raíz. En cambio, una alta
absorción de nutrientes puede reflejar condiciones óptimas de temperatura, sistema radical
amplio y activo, o alta capacidad fotosintética que entregue a la raíz suficientes carbohidratos
para un óptimo metabolismo radical.
Para que el análisis de tejidos pueda ser útil en determinar la condición nutricional de un
huerto, es preciso establecer criterios de muestreo que permitan comparar las muestras
obtenidas con los estándares establecidos para cada cultivo y variedad. Así, debe definirse el
momento de toma de muestra, el tipo y número de hojas, así como las características de las
plantas a muestrear. Se ha sugerido muestrear siempre de los mismos árboles, a fin de
poder correlacionar la condición mineral de las plantas con el crecimiento vegetal, así como
el nivel y calidad de la producción obtenida.
Considerando la diferente movilidad de los elementos entre los distintos órganos de una
planta, existen situaciones en que la condición nutricional del follaje no representa la
captación y acumulación de ciertos nutrientes por los frutos. Dado que la nutrición de ciertos
elementos minerales (en particular calcio) afecta la calidad y la vida postcosecha de la fruta,
en diversas especies ha sido necesario establecer la condición mineral de los frutos. Hay
bastante controversia sobre las partes del fruto que deben ser incorporadas en el análisis y
diversos laboratorios proponen variados métodos. Aquí también deben seguirse pautas
estrictas sobre el muestreo y manipulación de muestras.
Para tener un mayor conocimiento de la evolución de los niveles de N en la planta a lo largo
de la temporada, se han usado otros tejidos vegetales para hacer un seguimiento de este
elemento en la planta. Así, se ha postulado la determinación durante el receso de los niveles
de este elemento en dardo y raíces de manzano, así como en sarmientos y raíces de vid, ello
permite establecer el nivel de reservas de N y su disponibilidad para la brotación. En el caso
de la vid, se ha establecido una alta correlación (r = 0,92) entre los niveles del aminoácido
arginina y el N-total en raíces.

Integración e interpretación de datos

Para efectuar recomendaciones de fertilización debe integrarse la información proveniente de


diversas fuentes. Dado que la nutrición afecta el funcionamiento de diversos procesos
vegetales, sus efectos no sólo se van a observar en el análisis foliar. Al momento de
establecer la condición nutricional del huerto, no sólo debe incorporarse los resultados de los
análisis de los diversos muestreos (foliar, fruto, suelo, etc), sino además información sobre:
161
cantidad y calidad de fruta (peso, color, golpe de sol, vida postcosecha, firmeza, etc.),
crecimiento vegetal (brotes y raíces), así como fecha de caída de hojas, niveles de cuaja o
amarre, síntomas en frutos, hojas y brotes.
Para interpretar el análisis foliar, normalmente se ocupan los rangos estándares, críticos u
óptimos de los nutrientes. Dado que los niveles de nutrientes varían durante la temporada y
entre diversos tejidos, dichos rangos estándares están definidos según: 1.- Época de
muestreo, 2.- Tipo de tejido, 3.- Especie (y a veces variedad y patrón). En esas condiciones,
el nivel foliar óptimo de un determinado elemento se vincula al máximo nivel de producción y
calidad de fruta; este nivel está definido para una determinada variedad y condición climática.
Diversos investigadores señalan que el uso del nivel crítico para la evaluación del estado
nutricional de cultivos es cuestionable, pues ese enfoque no define si la deficiencia es aguda
o no; además, en el caso que se hayan clasificado uno o más nutrientes como deficientes,
tampoco establece cual nutriente es el más limitante. Aún más, los niveles de los nutrientes
están influidos por la dilución o concentración debido a las variaciones en la cantidad de
materia seca producida por el crecimiento.
Un enfoque diferente en la interpretación de los análisis de tejidos lo constituye el sistema
integrado de diagnóstico y recomendación (en inglés: DRIS), el que compara relaciones
duales entre nutrientes en el huerto bajo muestreo (N/P, P/K, K/Ca, Ca/Mg, etc.) respecto a
un grupo de alto rendimiento, lo que entrega valores estándares o normalizados. El método
DRIS ha ayudado a establecer desbalances nutricionales en diversos árboles frutales
(cerezo, manzano, vid, durazno) y de nuez (pecana y avellano europeo), en relación al
rendimiento y calidad de fruta. Se señalan como ventajas del DRIS sobre el método del valor
crítico: 1.- la integración de interacciones entre los nutrientes, así como de estos con la
acumulación de materia seca y con las actividades metabólicas, 2.- Calcula índices de
balance de nutrientes según un orden de su déficit.
Por otra parte, el método M-DRIS, considera los contenidos de nutrientes, así como un índice
de materia seca y no sólo sus relaciones duales. Comparado con otros métodos
integradores, una ventaja de este método es su mayor sensibilidad a identificar grupos de
plantas con problemas no nutricionales. Este método puede ser particularmente útil cuando
los valores críticos disponibles no son satisfactorios. Finalmente, el método CND requiere
análisis de la composición estadística de los datos y se basa en el establecimiento de
variables multinutrientes (z), las que se consideran en términos relativos mediante la media
geométrica de la composición nutricional. Se ha reportado que la consistencia en la
interpretación del análisis aumenta en la medida que el enfoque univariado (nivel crítico)
aumenta hacia un enfoque de relaciones bivariadas (de dos en dos o DRIS, M-DRIS).
Progresivamente a través de un análisis multivariado, se incorporaría la completa estructura
de variación. No fue posible encontrar en literatura ensayos en que comparen los tres
métodos en frutales; sin embargo, un estudio de ese tipo realizado en Eucalyptus en Brasil
concluyó: “Dependiendo de la forma escogida de comparación y grado de concentración del
nutriente, se pueden obtener resultados muy diferentes en relación a la concordancia de los
métodos”. Por otra parte, se ha señalado que estos métodos han sido poco probados en
frutales y que el método DRIS frecuentemente no provee mayor información que el uso de
valores críticos.

162
FERTILIZACIÓN

En huertos frutales, los fertilizantes se aplican para elevar los niveles nutricionales si estos
son inadecuados para la producción en calidad y cantidad de fruta. También se aplican para
mantener la fertilidad del suelo, la que declinará si las cantidades removidas del suelo por
pérdidas (lixiviación, desnitrificación, volatilización) o por la absorción del cultivo, son
mayores a los nutrientes aportados por la degradación de material parental o la
mineralización de la materia orgánica.
La aplicación de fertilizantes puede hacerse directo al suelo, disuelto en el agua de riego y
aplicado por riego presurizado (fertigación), así como asperjados a la parte aérea (foliar) o
aplicado en postcosecha dirigido al fruto (aspersión o inmersión).

Determinación de dosis

Para estimar dosis de fertilizantes, se requiere conocer o calcular: 1.- la demanda del
elemento por la planta, 2.- el aporte del elemento por el suelo, y 3.- la eficiencia de
fertilización. La demanda proviene de los requerimientos de cada elemento para formar los
tejidos del frutal (Cuadro 3). Ello tiene relación con el crecimiento y distribución de la materia
seca y los nutrientes minerales entre diversos tejidos del frutal. Normalmente la carga frutal
incide fuertemente en esta variable. Para establecer el aporte de nutrientes minerales del
suelo, hay varios enfoques. Uno es considerar los niveles provenientes del análisis de suelo,
teniendo presente que este método es más aplicable a cultivos anuales. En el caso del N,
puede asumirse un factor de mineralización de la materia orgánica.
La eficiencia de fertilización puede ser estimada con cierta precisión para el caso del N,
mediante el uso de nitrógeno pesado (N15). El cual al ser aplicado como fertilizante, permite
conocer el nivel de pérdidas, el movimiento en el suelo y su distribución entre los diversos
tejidos vegetales. En el caso de los otros nutrientes, se trata de estimar las pérdidas por cada
una de las variables que afectan el aprovechamiento del fertilizante (Cuadro 4).

Cuadro 4. Valores promedio de cuatro años de la eficiencia de recuperación de nutrientes en


un huerto de kiwi cv. Hayward (Fuente: Buwalda and Smith, 1988).

Variable (Kg/ha N P K Ca Mg S Cl
Absorción 527 70 572 517 87 88 241
Uso fertilizante 331 92 430 3900 318 65 290
Entrada atmósfera 124 1 28 28 16 48 464

163
Nutriente reciclado 364 39 223 485 76 73 190
Eficiencia (%) 64 53 84 12 21 47 26

Así por ejemplo, los cálculos para estimar las necesidades de fertilizantes (dosis de
referencia) en un cultivo de manzano Rojo spur en función de la eficiencia de fertilización (%)
y los niveles de rendimiento, arrojan los siguientes valores (Cuadro 5)

Cuadro 5.- Dosis de referencia de N calculadas para distintas producciones alcanzables y


diferentes eficiencias de fertilización nitrogenada en manzano Rojo Spur (Fuente: Silva y
Rodríguez, 1995).

Dosis de N (Kg / ha)


Eficiencias Aplicación
de (%)
Rendimiento total 40 50 60 70
(ton/ha)
40 75 60 50 43
50 90 72 60 51
60 105 84 70 60
70 120 96 80 69

Fertilizantes: características y consideraciones para su elección y uso

Al momento de definir el fertilizante a emplear y su forma de aplicación, los principales


factores a considerar son: forma del nutriente, velocidad de acción, riesgo de pérdidas,
cambio en la reacción del suelo (pH), concentración de nutrientes, aporte de otros nutrientes,
costo de adquisición, transporte, almacenaje y aplicación.
164
La aplicación de fertilizantes sólidos al suelo, particularmente las formas menos solubles
como en el caso de fósforo y potasio, es muy conveniente antes de establecer el huerto, por
la posibilidad de incorporar fácilmente el fertilizante

Formas de fertilización: suelo vs. follaje

Aplicaciones al suelo. El nitrógeno es el fertilizante que es más frecuentemente aplicado en


huertos frutales. La adición de fósforo y potasio al suelo sólo se justificará cuando los análisis
de suelo, la respuesta de la planta o el análisis de tejido indiquen la necesidad de aplicar. Las
aplicaciones de calcio pueden ser importantes cuando se usa para aumentar el pH del suelo.
A veces se recomienda aplicar magnesio y boro, mientras que los otros micronutrientes rara
vez se aplican al suelo.
Los fertilizantes solubles, especialmente el nitrógeno, pueden ser repartidos sobre el piso del
huerto y pueden moverse hacia la zona radical mediante las lluvias o el riego. La aplicación
concentrada dentro de la banda de herbicida puede ayudar a reducir pérdidas por absorción
de la vegetación entre hileras. Dadas las dificultades en su implementación y su potencial
daño al sistema radical, la aplicación en bandas es poco usada en huertos frutales, a pesar
que potencialmente mejoraría la absorción, especialmente en suelos poco fértiles. Un
ejemplo de esta aplicación en bandas, es la colocación de fertilizante fosforado (fosfato
mono-amónico) en altas dosis en el hoyo de plantación, lo que puede estimular el
crecimiento inicial del sistema radical, siempre que no se alcancen niveles excesivos de
salinidad en el suelo.

Fertigación. La adición de fertilizantes con el agua de riego es una técnica reciente para
fertilizar huertos frutales. Esta técnica tiene diversas ventajas, las que incluyen la posibilidad
de transportar los nutrientes solubles directamente a la zona radical al momento de regar. De
esta forma, las cantidades y oportunidades de aplicación de fertilizante pueden ser ajustadas
para coincidir con las demandas reales de la planta, reduciendo el tráfico frecuente en el
huerto para distribuir el fertilizante. El sistema funciona mejor con sistemas de microriego de
baja presión: goteo, microjet y microaspersión, los que tienden a concentrar las raíces en un
menor volumen de suelo. La reducción de pH puede ser un problema serio, especialmente
cuando fertilizantes acidificadores se aplican repetidamente a suelos con baja capacidad
tampón o buffer.
Investigaciones que compararon aplicación al voleo vs. fertigación muestran que ambos
pueden lograr similar crecimiento y rendimiento, pero el fertiriego tiene mayor eficiencia y
requiere menos fertilizante. Ya que el N como NO3 se mueve con el agua, una programación
efectiva del riego que impida los excesos, logra también reducir las pérdidas por lixiviación de
N. Sólo fertilizantes altamente solubles pueden aplicarse vía fertigación al ser incorporados
con sifón o inyector al sistema de riego. La fertilización puede ajustarse por volumen o zona
de riego, antes que a árboles individuales.

165
Fertilización Foliar. Los nutrientes minerales pueden ser aplicados directamente de árboles
frutales mediante la aspersión de concentraciones diluidas al follaje, yemas e incluso corteza.
Las aplicaciones foliares son particularmente efectivas cuando se dan alguna de las
siguientes circunstancias: 1.- Baja disponibilidad de nutrientes en los suelos (especialmente
por problemas de pH), 2.- Suelo con bajo nivel de humedad, 3.- Disminución de actividad
radical durante la etapa reproductiva. En la actualidad, las aplicaciones foliares son parte del
manejo comercial de huertos frutales (Cuadro 6).

Cuadro 6. Época, dosis y concentración de los principales aplicaciones de nutrientes


recomendados para su aplicación foliar en manzanos. Neilsen and Neilsen, 2003.

Nutriente Forma Época Dosis Concentración


(Kg/ha) (g/100 l)
Macro
Nitrógeno Urea Postcosecha ; corregir déficit y 2-11 200-1000
bajar inóculo venturia
Magnesio Sulfato o Follaje temprano (4-6 semanas 45-90 1200-2000
Nitrato post flor); corregir déficit
Fósforo KH2PO4 Follaje y fruta temprana ; reducir 22 1000
degradación por baja temperatura
Calcio Cloruro o Al fruto, 6 sem. post flor y 6 sem. 14-21 300-500
Nitrato pre cosecha; reducción Bitter pit y
mejor guarda
Micro
Boro Solubor Pre floración, mantener 2,8-5,6 60-100
rendimiento y corregir déficit
Zinc Sulfato Botón plateado a yema hinchada; 4,5 -45 120-1200
(36% mantención o corregir déficit
sólido)
Hierro Quelato Corregir déficit 1,1-2,3 Según proveedor
Manganes Sulfato Corregir déficit 2-9 60-200
o
Cobre Oxisulfat Follaje temprano de plantas 1-2 50

166
o juveniles; puntas verdes en
árboles productivos

Las aplicaciones foliares de nutrientes minerales ofrecen la ventaja de una rápida respuesta
de la planta que la aplicación de nutrientes al suelo. Sin embargo, el suministro es mas
temporal y tiene algunos problemas: 1.- Baja tasa de penetración, particularmente en hojas
con cutículas gruesas (e.g. citrus y café), 2.- Escurrimiento desde superficies hidrofóbicas, 3.-
Lavado por lluvia, 4.- Secado rápido de soluciones, 5.- Cantidad limitada de un nutriente
(especialmente macronutriente), que puede ser aplicado cada vez, y 6.- Daño o necrosis
foliar. En fertilización foliar es importante la proporción de la aspersión que llega a cada
órgano de la planta. Esta variable debe necesariamente considerarse cuando se trata de
mejorar niveles de nutrientes poco móviles (como el calcio); así, si se pretende aumentar el
nivel de Ca en frutos, menos de 2 % de lo aplicado llega a ese órgano y, dado que es poco
móvil, habrá bajísima retranslocación desde otros órganos de la planta, aún cuando se
encuentren a escasa distancia del fruto en cuestión (Cuadro 7).

Cuadro 7. Efecto del volumen de mojamiento en la distribución de depósitos de pesticida


usado para aplicar la misma cantidad de producto/ha a un huerto maduro de manzano en
expansión foliar plena.

Area muestreada Volumen de aplicación (l ha-1)

3742 560

Porcentaje depositado por g aplicado


Area de destino
Follaje 44,3 58,3

Fruto 1,9 1,8

Corteza 8,4 9,7

Total 54,6 69,8

167
Deriva
Piso huerto 32,2 24,3

Otras* 13,2 5,9

Total 45,4 30,2

Fuente, Hall, 1991. * Representa todas las áreas fuera del huerto tratado.

ABSORCIÓN DE NUTRIENTES

El hecho que existe mucha diferencia entre la composición mineral del sustrato (suelo) y
aquella de las plantas, es indicativo que hay entrada selectiva de elementos a la planta. Así,
la concentración de potasio en la solución suelo es generalmente menor a 0,005% (50 ppm),
mientras que dicho elemento constituye normalmente cerca de 1% del peso seco de la
planta. La barrera que separa la planta del medio es la membrana plasmática de la célula.
Sin esta membrana, las células vegetales estarían inundadas por su ambiente externo. Por
cada gramo de materia seca que la planta acumula, transpira 50-2000 gramos de agua. Este
movimiento de agua por la planta acarrea los solutos disueltos en ese líquido a la superficie
radical (flujo masal). Aún cuando los solutos pueden estar diluidos en agua, los volúmenes
de agua son tan grandes que las cantidades de solutos acarreados a la superficie de las
raíces pueden ser considerables. La membrana plasmática es una barrera que evita la
entrada descontrolada de tales solutos.

Interacción raíz/sustrato

La absorción de nutrientes por las raíces de plantas ocurre por 3 vías: 1.- Flujo masal de
nutrientes disueltos en agua en contacto con la raíz, 2.- Intercepción directa de la raíz, y 3.-
difusión (si hay gradiente de concentración entre raíz y suelo circundante). Estudios en
gramíneas señalan que la difusión explica la mayor parte de la absorción de P (93%) y K
(78), mientras que el flujo de masa sería responsable del mayor porcentaje de la absorción
de N(99), Ca (72), Mg (87), Fe (53) y B (97). La intercepción radical explica un bajo
porcentaje de la absorción de Ca (28), Mg (13) y Fe (10). En frutales, por su baja densidad
radical, tendría menor importancia la intercepción directa.
La mayor cantidad de iones disueltos en agua es en la región ubicada pocos centímetros
detrás del ápice radical. Esta es la región con mayor actividad y en la cual los pelos radicales
son más numerosos. Los tejidos mas viejos de las raíces de los árboles frutales, se
suberizan progresivamente y se hacen menos permeables. Pero, esta impermeabilidad no es
absoluta, por lo que normalmente hay considerable flujo de agua y nutrientes a través de
168
estas regiones menos activas de la raíz. Las secciones no suberizadas de los árboles a
menudo no tienen la suficiente presencia en el tiempo y espacio como para proveer por si
solas los requerimientos de estas plantas.
Una vez que los nutrientes disueltos en agua ingresan a las células de la raíz, el movimiento
radial hacia los haces vasculares lo pueden hacer ingresando al interior de las células
(simplasto) o moviéndose entre las células (apoplasto). Se estima que la mayor parte del flujo
es por la vía de menor resistencia (apoplasto). En partes maduras de la raíz, la parte que se
movió vía apoplasto, debe ingresar al interior de las células al llegar a un grupo de células
conocidas como endodermis, en la cual la presencia de una formación llamada Banda de
Caspari impide el paso de sustancias por el apoplasto. Una vez que pasan la endodermis, la
solución con nutrientes llega a los haces vasculares y puede moverse hacia la partes aéreas
de la planta vía xilema gracias a las diferencias de presión generadas por la transpiración de
agua en las hojas.
El tejido vascular es el principal paso de agua en la raíz, a través del tallo, en los pecíolos y
venas de hojas. En la hoja, las venas traen nutrientes hasta células del mesófilo. El agua se
mueve por el mesófilo (a través del apoplasto como lo hizo antes de manera radial en la raíz)
y ahí se transpira desde la superficie foliar por los estomas.

Interacción hoja/solución fertilizante

Gran parte de los nutrientes aplicados al follaje son sales o compuestos polares. Para pasar
adentro de la hoja deben atravesar la epidermis (banda compacta con 1 o más capas de
células). Tiene dos estructuras vinculadas con ingreso y salida de sustancias: cutícula y
estomas (Figura 5). La cutícula contiene principalmente cutina (un polímero lípido) y cera, la
que cubre la pared externa (a menudo engrosada), de las células epidermales. En muchos
frutales, la cutícula está cubierta por una película de cera, que disminuye la pérdida de agua
y la entrada de sustancias.

169
Figura 5. Esquema de la cutícula de una hoja, indicando sus distintas partes (Fuente. Epstein
and Bloom, 2005).

La cutícula ofrece dos opciones para ingresar sustancias: la ruta lipofílica (no polar), apta
solo para ingresar compuestos no polares, por lo que tiene rol menor en el ingreso de
fertilizantes foliares. Las moléculas polares o cargadas eléctricamente, penetran la cutícula
mediante poros polares, los que están cargados negativamente (favorecen ingreso de
cationes y rechazan entrada de aniones).
En los últimos años, el rol de la vía estomática ha sido objeto de controversia. Se ha
demostrado que los estomas están protegidos contra el ingreso de agua líquida; ello se tomó
como evidencia contra la posibilidad de absorción de sustancias a través de los estomas.
Pero, estudios posteriores han demostrado que el ingreso ocurre en conexiones líquidas que
cruzan los estomas (conexión transestomática) provistas por agua adherida a las paredes de
los poros estomáticos. Los estomas serían importantes para el ingreso de sustancias
aplicadas foliarmente; en el caso de aplicación de N (como urea, nitrato o amonio), la vía
estomática significó 70-90% del total de solución absorbida vía foliar.

ESTUDIOS DE CASOS

Se analizará en mayor profundidad la fisiología y el manejo nutricional del calcio, elemento


de gran importancia en el rendimiento y calidad de fruta.

Nutrición con calcio

El calcio es tal vez el elemento mineral más importante para la calidad de los frutos. Frutos
con altos niveles de Ca tienen mayor y mejor vida postcosecha y menor tasa de maduración
(Cuadro 11). Las concentraciones de Ca en los tejidos necesarias para obtener estos
beneficios son mayores a las que se pueden alcanzar “naturalmente”. Por ello, el interés de
producir fruto con alto Ca es difícil de alcanzar y requiere manejar todos los factores que
afectan la absorción y acumulación de calcio por los frutos. La nutrición de calcio es
complicada, pues el Ca se necesita principalmente en frutos. Por ello, este no sólo debe
absorberse por la raíz, sino translocarse hacia el fruto.

Calcio en el suelo y la planta. La mayor parte de los suelos plantados con frutales
contienen altos niveles de calcio (3,5%, 35 ton/ha) como minerales de carbonato, silicato,

170
sulfato y fosfato. El Ca comprende normalmente a 65-85 % de los cationes intercambiables
adsorbidos a la materia orgánica y a coloides inorgánicos del suelo. El Ca tiene la mayor
concentración (50-100 ppm) de cualquier catión en el suelo. La disponibilidad de Ca en el
suelo tiene fuerte relación con su pH: a mayor pH, mayor saturación de cationes con Ca. Las
necesidades de Ca por la planta son satisfechas por el flujo masal de agua hacia la raíz. La
cantidad de Ca en el suelo generalmente es suficiente para el crecimiento vegetal.

Interacción con otros elementos. Hay competencia entre Ca, Mg y Na por los sitios activos
de absorción por las raíces en el suelo. Las relaciones ideales entre estos elementos serían:
Ca/Mg = 6:5:1 y Ca /K = 13:1, pero ello no siempre se cumple en la práctica y dichos valores
sólo serían indicativos. En cuanto al manejo de la fertilización, solo la adición de altas dosis
de K han tenido, en ciertas ocasiones efectos negativos sobre la absorción de calcio. El ión
NH4 es fuerte competidor en la absorción de Ca. Ello por su efecto sobre una reducción del
pH del suelo y su efecto antagónico en la absorción de calcio por las raíces. La adición de
250 unidades de urea/ha a manzanos, redujo el pH entre 0,5 y 2 unidades, dependiendo de
la época del año y profundidad de obtención de la muestra.

Calcio: roles, fisiología y efectos de déficit. El Ca es un macronutriente por su


requerimiento por la planta y niveles en la hoja; pero a nivel celular, funciona como
micronutriente. El Ca tiene roles fisiológicos y bioquímicos en apoplasto y citoplasma. Para
cumplir estos roles, la concentración en el apoplasto es de 1.000 a 5.000 µM, mientras que
en el citoplasma es de 0,1 a 1,0 µM.
El Ca tiene roles en la estructura de la pared celular e integridad de membranas; ello afecta
la firmeza de los frutos. Al formar parte de una proteína (calmodulina), tiene rol regulador en
diversas funciones celulares. El Ca controla la apertura estomática, lo que regula entrada de
CO2 (para la fotosíntesis) y salida de agua (transpiración). El Ca participa en la interpretación
de señales desde el ambiente. Muchas señales ambientales mediadas por el Ca se vinculan
con estrés biótico o abiótico (salinidad, anoxia, choques térmicos, perturbaciones mecánicas
y altas concentraciones de aluminio).
Aún cuando los síntomas de bajo Ca pueden observarse en diversos tejidos, en los frutales
los síntomas más importantes ocurren en los frutos. Un fruto con bajo nivel de Ca tiene
mayor incidencia de desórdenes fisiológicos (Bitter pit, cork spot, internal breakdown), menor
vida postcosecha, maduración más acelerada, caída mas brusca de la firmeza en
postcosecha y menor resistencia al transporte y manipulación (Cuadro 8).

171
Cuadro 8. Efecto de tratamientos con Ca sobre diversas variables de manzanas Golden
Delicious. Fuente: Glenn et al., 1988.
Nivel Ca (ppm) Firmeza (kg) Respiración Etileno
(ml CO2 kg-1 h-1) (µm kg-1 h-1)
- Ca 185 6,3 15 90
+Ca 350 8,6 10 40

Predicción de desordenes fisiológicos: el caso del Bitter pit. En frutales, los niveles
foliares de Ca raramente son deficientes, aún cuando puedan presentarse deficiencias de Ca
en frutos. Dado que existe escasa retranslocación de Ca desde brotes a frutos, la
determinación de los niveles de Ca en frutos debiera ser un mejor indicador de la
acumulación de este elemento que los niveles foliares. Pero, hay problemas (muestreo de
frutos y la elección de los tejidos del fruto en los cuales se analizará el calcio para determinar
Ca en el fruto) que dificultan su uso. Al respecto, debe considerarse que los niveles de Ca
varían entre árboles, dentro del árbol y dentro del fruto. Por lo tanto, es difícil conseguir una
muestra que sea representativa de todo el huerto.
Una vez definido el árbol y fruto que se colectará para análisis, debe considerarse que los
niveles de calcio (y otros elementos) fluctúan dentro del fruto, tanto al comparar diversas
zonas del fruto como durante su crecimiento en el árbol y en su vida postcosecha. Ello ha
generado que diversos laboratorios tomen muestras de diversa forma y midan diferentes
partes del fruto, así como también se establezcan diversos estándares. Por lo anterior, la
correlación entre niveles de calcio e impacto sobre la calidad de fruta (desórdenes
fisiológicos) puede ser baja (Cuadro 9).

Cuadro 9. Capacidad predictiva (R2)z de diversos métodos para estimar la incidencia de bitter
pit en manzanas.

Método predictivo R2 y

Infiltración frutos con Mg 0,671- 0,871

Inmersión frutos en Ethephon, 2000

172
ppm 0,601-0,841

Ethephon + Infiltración frutos con Mg 0,791

Largo brote terminal 0,381- 0,502

Análisis mineral de Frutos: K + Mg / Ca 0,123-0,401

: Ca 0,191-0,433

z
R2 (coeficiente de determinación): mide la proporción de incidencia de bitter pit en post
cosecha (90-120 d a 1-3 ºC), que es explicada por muestras colectadas dentro de 7 d de
cosecha

y
Fuentes: 1= Gajardo, 1996; 2= Retamales and Valdes, 2000; 3= Van der Boon, 1980.

Para obviar los anteriores problemas, el autor de este artículo ha liderado un grupo de
investigadores que ha usado el antagonismo natural entre algunos elementos y el Ca. Se
generó un método para predecir desordenes en manzanos (particularmente Bitter pit) que
induce a la fruta a expresar rápidamente su nivel de Ca. El método implica un cuidadoso
muestreo de frutos 20 o 40 días precosecha y su infiltración en MgCl2, para inducir luego de
16-20 días manchas “tipo Bitter pit” en la superficie de frutos. El número de frutos con
manchas “tipo Bitter pit” tiene alta correlación con la incidencia de Bitter pit en fruta después
de 3 meses en almacenaje refrigerado. El método ha sido ensayado con éxito en diversos
países: Chile, Polonia, Corea del Sur, Brasil y Sudáfrica.

Efecto de aplicaciones de Calcio: suelo vs. follaje. Aplicar Ca al suelo puede aumentar los
niveles foliares, pero no los del fruto. Por ello, aplicar Ca al suelo sólo se justifica en huertos
plantados en suelos muy ácidos.

173
Aún cuando una baja proporción de lo aplicado llega al fruto, los mejores efectos sobre los
niveles de Ca en frutos y su calidad se han obtenido con aplicaciones repetidas al follaje,
normalmente como cloruro, pues es barato y efectivo. Usualmente se usa 0,5%
(peso/volumen), pero aspersiones únicas al 4% justo antes de cosecha si bien queman el
follaje, han sido efectivas en reducir desordenes. El Ca absorbido por frutos tiene directa
relación con el número de aplicaciones, las que varían entre 4-10 (Cuadro 9). Hay mayor
efectividad al combinar aplicaciones tempranas (dentro de 6 semanas post cuaja) y tardías
(dentro de 6 semanas pre cosecha). Si hay condiciones predisponentes para bajo Ca en
frutos, las aspersiones foliares pueden complementarse con inmersión o ducha con hasta 2%
CaCl2 (peso/volumen)en postcosecha.

Manejo integral de la nutrición de Calcio. Un manejo integral de la nutrición de Ca debe


incorporar un conjunto de prácticas que alteren las diversas fases de acumulación de Ca por
los frutos. Entre ellas: 1.- Aumentar la absorción de Ca por la planta, 2.- Incrementar, dentro
de la planta, el aporte proporcional de Ca hacia el fruto, 3.- Evitar la dilución del calcio
acumulado, y 4.- Incrementar el tenor de calcio mediante aplicaciones dirigidas directamente
al fruto.
Respecto al primer punto, puede lograrse con: 1.- Mayor generación de nuevas raíces en
cada temporada, 2.- Mantener adecuado nivel hídrico en el suelo, evitar exceso o déficit, 3.-
Evitar altos niveles de NH4, K y Mg, los que compiten con Ca por su absorción por las raíces.
Respecto al segundo punto: Incrementar en la planta, el aporte proporcional de Ca al fruto
(Cuadro 3). Esto se puede lograr: 1.- Impidiendo crecimiento excesivo de brotes (manejo
hídrico, N, carga frutal), 2.- Evitando podas invernales severas, y 3.- Efectuando podas
veraniegas suaves. Respecto al tercer punto, puede alcanzarse: 1.- Evitando raleo (aclareo)
excesivo de frutos, 2.- Realizando buena polinización, para tener alto número de semillas,
mayor nivel de auxinas y mayor atracción de Ca hacia el fruto. El punto 4 ya ha sido tratado
en este documento.

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175
Manejo de la Nutrición y Fertilización en el cultivo del
Nogal Pecanero

Dámaris L. Ojeda Barrios1, Victoria Fernández Fernández2,


Esteban Sánchez Chávez1 y Homero Ramírez Rodríguez3

1
Facultad de Ciencias Agrotecnológicas. Universidad Autónoma de Chihuahua
Campus 1. Chihuahua, Chih. México. 2Estación Experimental del Aula Dei. Consejo
Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Apdo, 202, Zaragoza, España.
3
Universidad Autónoma Agraria “Antonio Narro” Departamento de Horticultura.
Saltillo, Coah. México. dojeda@uach.mx

176
Había bajado a los nogales

Para ver las flores del valle

Por ver si la viña, estaba brotando

Y florecían los granados

Cant 6, 11

177
INTRODUCCIÓN

El cultivo del nogal pecanero (Carya illinoinensis), también conocido como nueces de
pecana, nuez encarcelada o nogal de Illinois, es un árbol caducifolio de la familia
Juglandácea. Su origen se encuentra el Suroeste de Estados Unidos y el Norte de México,
región que contribuye con el 95% de la producción a nivel mundial. Los frutos de este árbol
son conocidos como “nuez americana”, son de forma oblonga y puntiaguda y se cosechan
secos; es una nuez de agradable sabor y alto nivel nutritivo que se consume principalmente
al natural como aperitivo, aunque se usa cada vez con mayor frecuencia como un buen
ingrediente para la elaboración de postres, tartas, pasteles y helados. Estados Unidos,
Canadá y México son los principales consumidores de nuez pecanera, aunque existen
mercados con fuerte desarrollo como Hong Kong, China y la Comunidad Europea. En
Estados Unidos la nuez pecanera ocupa el tercer lugar entre las nueces, detrás de la
almendra y la nuez de castaña (walnuts).
La producción mundial de nuez pecanera en el 2005 se estimo en 193,862 toneladas. Esto
significa el 3.6% de la producción mundial de nueces. Los principales productores de nuez
pecanera son Estados Unidos de Norteamérica y México. Representan el 95% del total
mundial, con el 59.3% y 35.7%. Otros países productores son Australia, Sudáfrica, Brasil y
Egipto. En México las plantaciones y los rendimientos se han incrementado en los últimos diez
años. Para 2005 se reportaron 65,685 hectáreas plantadas de las cuales 51,328 hectáreas se
encontraban en producción. Los principales Estados productores son Chihuahua y Coahuila
que en conjunto aportan el 75% de producción nacional. Destacan también Sonora, Durango y
Nuevo León. Actualmente, el cultivo del nogal pecanero ocupa el sexto lugar en importancia
económica por su valor en pesos de los cultivos agrícolas más importantes en el Estado de
Chihuahua con una superficie plantada de 42,685 hectáreas de las cuales 29,449 hectáreas se
encuentran en producción y el resto en desarrollo, con una producción de 44,472 toneladas
para el ciclo 2005, que equivale a un 56 % de la producción nacional, que lo hace el primer
productor de nuez en el país. Para Chihuahua existen cuatro regiones importantes productoras
de nuez: Jiménez-Valle de Allende, Delicias-Camargo, Chihuahua-Aldama y Buenaventura-
Ahumada regiones donde se produce la nuez de mayor calidad en el mundo (FIRA, 2006).

GENERALIDADES DE LA NUTRICIÓN

El nogal pecanero requiere de los 17 elementos esenciales para el crecimiento de las plantas.
No obstante el nitrógeno y el zinc son los nutrientes a los que presenta mayor respuesta en
crecimiento y calidad. En el norte de México las aplicaciones más frecuentes son de
nitrógeno, fósforo, potasio y zinc.

DIAGNÓSTICO NUTRICIONAL

178
Para reconocer las necesidades nutricionales de los nogales se utilizan diversos enfoques,
dentro de los cuales tenemos la tasa de extracción de nutrimentos, sintomatología visual,
análisis de suelos, análisis de agua y el análisis foliar.

EXTRACCIÓN DE NUTRIENTES

Esta técnica parte del supuesto de que dentro de la huerta todo es un sistema cíclico y que
se deben reponer únicamente los nutrientes que son extraídos por Ia cosecha. Los niveles
de extracción de nutrientes de acuerdo a Sparks (1977) en nogal se presentan en el
Cuadro 1. Como se puede apreciar las cantidades removidas por esta cosecha son bajas, y el
cultivo del nogal no puede desarrollarse satisfactoriamente si solo aplicáramos estas
cantidades.
Lo anterior es porque se requieren nuevos nutrimentos para la formación de nuevas
estructuras de los árboles, tomar en cuenta los nutrientes removidos por las podas, considerar
que la descomposición de los tejidos que se incorporan en el suelo no ocurre, al ritmo de
necesidades de las plantas, y por último tener en cuenta que la eficiencia de la aplicación de
los fertilizantes no es del cien por ciento.

SINTOMATOLOGÍA

El enfoque de la sintomatología visual de deficiencias y excesos de los nutrimentos y otros


elementos químicos se basa en la afectación de los procesos fisiológicos en los que
intervienen. La principal ventaja de este método es que con la participación de un técnico
capacitado se pueden realizar diagnósticos confiables a bajo costo.

179
Cuadro 1. Cantidad de nutrimentos removidos por una cosecha de 2000 kg de nueces.

Nutriente Kg de nutrientes

Nitrógeno 17.06

Fósforo 3.86

Potasio 7.38

Calcio 6.52

Magnesio 0.98

Manganeso 0.138

Hierro 0.054

Boro 0.020

Cobre 0.016

Zinc 0.056

Molibdeno 0.0036

Sparks, 1977

Por otro lado, la principal desventaja es que cuando se presentan los síntomas visuales, ya
ha ocurrido un daño a la fisiología de la planta que se traducirá en una reducción del
potencial de rendimiento.
A continuación se describen las funciones de los nutrientes y la sintomatología visual de
sus deficiencias y excesos.

Nitrógeno . El N es el cuarto elemento en la composición cuantitativa de los tejidos


vegetales, en ellos forma parte de distintas biomoléculas como aminoácidos, proteínas,
enzimas, ácidos nucleicos DNA y RNA, hormonas así como en la clorofila y otros
componentes celulares (Marshner, 1995 y Mengel y Kirkby, 1987). Es altamente móvil dentro

180
de las plantas por lo que su deficiencia se presenta en las hojas adultas. Como ningún otro
nutriente, es determinante del vigor, producción y calidad de la fruta. Por tal razón, el correcto
manejo de la fertilización nitrogenada requiere del conocimiento de los ciclos internos del
nitrógeno en el suelo y en el árbol. Afortunadamente, en los últimos años se ha enfatizado
mucho en comprender cómo las distintas especies frutales utilizan el nitrógeno y los
resultados obtenidos permiten un manejo mucho más racional del fertilizante y del sistema
suelo-planta en su conjunto (Ojeda et al., 2005).
Cuando este nutriente es deficiente, se reduce el crecimiento de los brotes y cuando los
crecimientos anuales no alcanzan más de 15 cm de longitud, es un síntoma de que la
planta puede requerir mayor cantidad de este nutriente. También se presentan fallas en el IIe-
nado de la almendra.
Por otro lado el exceso de este nutrimento provoca mucho crecimiento vegetativo que
puede afectar problemas en la calidad, sobre todo por la germinación de las nueces. El
mayor efecto de este nutrimento es en el número de frutos. Esto afecta directamente al
rendimiento (Sparks, 1994).
Niveles excesivos de N tienden a reducir las concentraciones de otros elementos en el árbol
principalmente K y en menor cantidad P, simplemente porque el crecimiento estimulado por
el N adicional, diluye la cantidad de K y P. Si la cantidad de K en hoja esta en nivel mínimo,
la aplicación de N induce lo que se denomina “quemado”. El “quemado de la hoja” causa
una severa defoliación que aparece primero en la parte basal de las hojas y brotes y
progresivamente aumenta hacia las puntas (Goff et al., 2000).
El nitrógeno y el potasio parecen estar involucrados en un desorden fisiológico conocido
como hoja corchosa, que se manifiesta como áreas necróticas en las hojas del nogal. Este
problema se presenta en huertas donde la fertilización nitrogenada es alta, y el suministro
de potasio es bajo. Las variedades más afectadas son Shoshoni, Desiderable, y Cheyenne.
No obstante, un estudio donde se evaluaban dosis de nitrógeno y potasio no se encontró
efecto significativo en la interacción de estos dos nutrientes. Solo en tres de 11 anos en
estudio se encontró que el síntoma se redujo cuando se incrementaban las dosis de potasio
(Worley, 1991).

Fósforo. Participa en los procesos energéticos de las plantas. Es móvil dentro de los tejidos
por lo que se trasloca a los tejidos jóvenes cuando hay bajos niveles de abastecimiento por
parte del suelo. Su deficiencia provoca palidez en las hojas más adultas las cuales se tornan
de un color rojizo. Síntomas de su exceso no han sido reportados, pero pudieran presentarse
problemas en el funcionamiento de otros nutrientes, especialmente con zinc. El fósforo
afecta la calidad de los frutos, incrementando el por ciento de almendra (Sparks, 1994). El N
y P están íntimamente involucrados en el metabolismo y crecimiento de las plantas, tienen
numerosos puntos de interacción y sus procesos son dependientes. El papel del P en el
metabolismo del N se ha estudiado con detalle, la asimilación de NO3- se ve alterada cuando
las plantas son privadas de P (Ruiz y Romero, 1999).

181
Potasio. El K es el segundo macronutriente más requerido por las plantas y en cultivo de
nogal donde es requerido para una mayor producción. No tiene una función estructural, pero
desempeña numerosos papeles catalíticos, que no están muy claramente definidos
(Marschner, 1995). Más de 50 enzimas, dentro de las que se encuentran la NR y otras que
participan en el metabolismo del N son estimuladas por este elemento, ya que induce
cambios en la conformación de las enzimas, aumentando las velocidad de las reacciones
catalíticas Vmax y en algunos casos aumenta la afinidad por el sustrato (Marschner, 1995)
en concentraciones adecuadas favorece los procesos de absorción y translocación de N
(Ruiz et al., 1999). Algunos autores mencionan que su papel principal es el de mantener la
turgencia de las células, la apertura y cierre de estomas está regulada por el contenido de K
en células guardia. Está involucrado también en el transporte de carbohidratos, regulación de
ósmosis y otros procesos fisiológicos en las plantas. Sus funciones más importantes están
en el transporte de azúcares y la regulación hídrica de la planta. Es un elemento móvil dentro
de las plantas por lo que su deficiencia se presenta en los tejidos más adultos. Las
deficiencias se manifiestan durante el verano como una necrosis marginal que inicia
primeramente en !as hojas más adultas. Estos síntomas son más aparentes en la variedad
Wichita. Síntomas de excesos no se han apreciado, pero pudiera provocar desbalances
nutricionales, sobre todo con magnesio. Al igual que fósforo también influye
positivamente en el por ciento de almendra de las nueces (Sparks, 1994).

Magnesio y Calcio. El primero participa estructuralmente en la clorofila, mientras que el


segundo es un elemento esencial en la pared celular y juega un papel importante en la
integridad de la membrana celular, interviene en muchas funciones celulares como
secreción, regulación del intercambio de gases, balance iónico, expresión genética,
metabolismo del carbono etc. La influencia del Ca en el metabolismo del N depende
principalmente de la fuente nitrogenada usada. Cuando la forma nitrogenada es NH4+, la
aplicación de Ca aumenta la absorción de NH4+ y mejora la utilización de N en la planta,
mejorando los rendimientos en producción y biomasa (Azcón-Bieto, 2000).

Hierro. Participa activamente en procesos enzimáticos, tanto en la fotosíntesis como la


respiración, y es también un elemento esencial en la síntesis de clorofila (Mengel y Kirkby,
1987). Este nutriente es poco móvil en el árbol. La carencia de fierro se presenta al inicio de
la estación de crecimiento (mediados de abril-principios de mayo) y se hace más evidente
conforme avanza el ciclo (Tarango, 2004).
Las deficiencias se manifiestan como una clorosis general de las hojas jóvenes, en las cuales
solo las nervaduras permanecen verdes; bajo condiciones severas la clorosis puede presentarse
en todas las hojas del brote, para posteriormente aparecer necrosis en los bordes de las
hojas y el color amarillo puede tornarse blanco. Asimismo, el potencial de producción de
flores y de amarre de los frutos se reduce (Nuñez, 2001).

Manganeso. Este elemento participa en diversos procesos enzimáticos. Su deficiencia no


es común, aunque la sintomatología en hojas de oreja de ratón, en la cual la nervadura
central sales de la lámina foliar ha sido relacionada con deficiencias de cobre o man-
182
ganeso. Sin embargo este problema es bastante complicado, atribuyéndosele a diversos
desordenes nutricionales y fisiológicos y se le ha encontrado relación con Fe, la relación N/S y
al calcio (Marschner, 1995) y últimamente se asocia a una deficiencia de Ni (Wood, 2002).

Cobre. Este elemento participa principalmente en procesos de oxidación-reducción. Al igual


que al manganeso se le ha relacionado con el síntoma de la oreja de ratón. No se han
reportado deficiencias de cobre en huertas de nogal (Tarango, 2004).

Boro. Participa en la formación y distribución de azucares en las plantas. Actualmente no se


han detectado deficiencias de este elemento en las huertas nogales. Uno de sus efectos
pudiera observarse en el amarre del fruto ya que participa en la germinación y crecimiento
del tubo polínico. En regiones áridas del suroeste de Estados Unidos no se ha encontrado
respuesta a la aplicación foliar de borato de sodio en dosis de 1.5 Kg por ha (Kilby et al., 1998).
Rara vez se encuentran los síntomas foliares de carencia de boro. En las regiones áridas,
generalmente hay suficiente B para los nogales. Un exceso de B puede ser más común que una
carencia (Tarango, 2004).

Zinc. Junto con el nitrógeno, este elemento es uno de los nutrientes claves en la
producción y calidad del nogal pecanero. Participa en la formación de triptófano un
precursor del ácido indolacético, auxina que promueve el crecimiento de los tejidos
vegetales (Mengel y Kirkby, 1987). Esta auxina promueve el crecimiento de las hojas y
entrenudos. Cuando los niveles de AIA, son bajos, los entrenudos son cortos y las hojas
pequeñas y lanceoladas dando la apariencia de una roseta. La deficiencia de este nutriente
también afecta la formación de la clorofila y el intercambio gaseosos por los estomas. El nivel
mínimo para alcanzar las máximas tasas de este proceso es de 15 ppm (Hu y Sparks, 1991).
La deficiencia de zinc provoca que la calidad de la nuez se reduzca (Hu y Spark, 1991). El peso
del ruezno, el peso de la cáscara de la nuez, el peso de la almendra, el por ciento de
almendra, el volumen por nuez, la densidad de la nuez, la longitud y ancho de la nuez y
el grosor de la cáscara de la nuez son afectados negativamente en árboles deficientes de
zinc. El número de nueces por brote se reduce de 2.2 en árboles normales a 1.3 en árboles
deficientes. Así mismo, la apertura del ruezno se puede retrasar hasta en 42 días en los
árboles con síntomas de deficiencia severa. Brotes con síntomas de roseta prácticamente no
presentan nueces (Nuñez, 2001).

Níquel. Recientemente se ha demostrado que el níquel es el causante del síntoma conocido como
“oreja de ratón” en nogal pecanero (Wood et al., 2002), aunque su función fisiológica aún no esta bien
definida. El níquel es parte de la estructura de la enzima ureasa, la cual afecta el metabolismo de N en el
árbol (Figueroa, 2006). De acuerdo a este autor, este síntoma se presenta comúnmente en huertas o
árboles replantados en sitios donde había nogales maduros, debido probablemente a una acumulación
excesiva de Zn. Aunque también se puede observar en árboles creciendo en suelos arenosos o con pH
tendiente a la acidez. En México no hay productos a base de Ni que se comercialicen para corregir esta
deficiencia (Figueroa, 2006).
183
ANÁLISIS DE SUELO

Esta técnica permite conocer las condiciones en las cuales las raíces toman los nutrientes
para su desarrollo. En los frutales, la relación entre la cantidad de nutrientes
determinados, pocas veces se relaciona con el desarrollo de las plantas. Esto se debe en
parte a que sus sistemas radicales tienen mayor grado de exploración. No obstante, si
se pueden, determinar satisfactoriamente los elementos o compuestos químicos que
producen toxicidad (salinidad). Por otro lado, las condiciones físicas, como textura, densidad
aparente, capacidad de infiltración, compactación del suelo, son determinantes para el
desarrollo de las raíces y por ende de las plantas (Herrera, 2005). A continuación se
presentan las condiciones óptimas del suelo para el desarrollo de los nogales.
Para el análisis de suelo se recomienda tomar muestras a tres profundidades, de 0 a 30, de 30 a
60 y de 60 a 90 cm. Durante la toma de la muestra se deberán apreciar características físicas y
químicas como la presencia de capas duras, capas de caliche, gravas, cambios repentinos en
textura, áreas con diferente coloración (rojiza, oscura, amarilla, blanca), contenido de
humedad, entre otras.
Estas observaciones serán de mucha utilidad durante la interpretación de los análisis.
La regla fundamental del muestreo es no mezclar dos unidades que no son homogéneas. Si la
persona que muestrea mezcla suelo de dos áreas con diferentes características- en
consecuencia no obtendrá resultados satisfactorios.
Generalmente, una superficie homogénea no mayor de 15 ha puede constituir una muestra.
Una muestra deberá constar de varias submuestras. Al menos 10 submuestras serán
requeridas para cada profundidad, las cuales se mezclaran y se obtendrá una muestra
(Glover, 1983). Estas muestras deben secarse a temperatura ambiente. El laboratorio
requerirá de dos kilogramo de suelo para correr los análisis rutinarios. A continuación, en el
Cuadro 2 se presentan los niveles adecuados para el desarrollo de este cultivo (Guerrero et
al., 2000).

184
Cuadro 2. Condiciones del suelo adecuadas para el nogal pecanero.

Características del suelo Valor adecuado

Textura Franco arenosa a Franco Arcillosa

Densidad aparente (g/cc) 1.10

Espacio Poroso % 1.10

Conductividad Hidráulica cm/hr 1.68

pH 6.2-7.5

Conductividad eléctrica, (extracto de saturación, < 2.00

dS/m)

CaCO3 (%) 2.1

Por ciento de sodio < 10.00

intercambiable (PSI)

Materia organica (%) 1.61

N-N03 (ppm) 40

Fósforo Olsen (ppm) 16

Potasio soluble (ppm) 41

Calcio Kg/ha 5626

DTPA - Fe (ppm)1 10

DTPA - Zn (ppm) 2.51

DTPA - Mn (ppm) 20.1

1
Micronutrimentos extractables con DTPA (dietilén triamino pentacético). Escala de clasificación
de las propiedades básicas del suelo propuestas por Uvalle-Bueno(1994) generadas mediante el
Diagnostico Diferencial Integrado (DDI) y adaptadas a los requerimientos del nogal pecanero.
(Guerrero et al, 2000)

185
El nogal puede prosperar satisfactoriamente, aun cuando no se presenten las
condiciones óptimas. Sin embargo la implementación de prácticas de manejo deberá
llevarse a cabo para lograrlo. Por ejemplo, en un suelo con pH de 8.0 se tendrá mayor
problema con deficiencias de zinc, por lo que se requerirán de una a dos aplicaciones más de
este elemento. Con relación a la textura, se puede cultivar nogal en suelos arenosos con un
buen suministro de agua, antes de que la humedad aprovechable del suelo se abata al 50 %;
mientras que en suelos arcillosos, la condición es que no se tengan problemas de
infiltración de agua. En el caso de los nutrientes, sí estos se encuentran en condiciones
bajas, se deben de adicionar al suelo (Nuñez, 2001).

ANÁLISIS DE AGUA

El nogal pecanero es un cultivo considerado como sensible a la salinidad. Es conveniente


conocer el tipo y la cantidad de sales del agua de riego, particularmente cuando es de
pozo, para determinar las necesidades de acidificación y seleccionar adecuadamente los
fertilizantes. Los datos del análisis de agua y de suelo se usan conjuntamente, sobre todo
cuando se fertirriga (Tarango, 2004). Aguas de riego con 0.5 a 0.75 mmhos/cm son aptas para
la mayoría de los suelos agrícolas. En suelos arcillosos, valores más grandes afectan el
rendimiento y desarrollo de los nogales. Suelos arenosos con buen drenaje pueden tolerar
hasta 2.00 mmhos/cm. El RAS no debe exceder valores de 3 a 5 (Miyamoto, 1994). La muestra
de agua debe tomarse de la fuente de abastecimiento. Si esta proviene de un pozo es
conveniente tomar la muestra una vez que el pozo tenga al menos 24 horas funcionando. Se
debe colocar en un recipiente de plástico, envuelto en una bolsa de papel y enviarla lo más
pronto posible para su análisis.

ANÁLISIS FOLIAR

El principio de esta técnica se basa en la relación que existe entre la concentración de los
nutrimentos en el tejido de las plantas y su desarrollo y rendimiento. En nogal se han
establecido valores de referencia para determinar la condición nutricional de los nogales
(Herrera, 1983; Sparks, 1977; Nuñez, et al., 1991; Meraz, 1999, Chávez, 2005 y Ojeda, 2005).
Esto permite ajustar los programas de fertilización. En el Cuadro 3 se presentan estos
niveles (Meraz, 1999). Estos valores fueron generados para la zona sur del Estado de
Chihuahua para la variedad Western sobre la base de la concentración nutricional de
plantas altamente rendidoras con calidad de nuez excelente, y ajustados de acuerdo a
experiencias de otras regiones nogaleras (Kilby, 1986; Sparks, 1977). En general los valores
para Western pueden ser utilizados para Wichita, aunque esta última para nitrógeno su
intervalo óptimo de nitrógeno es de 2.5 a 2.8 %.

186
Cuadro 3. Generación de estandares nutricionales foliares en nogal pecanero “western schley”
mediante diagnostico diferencial integrado (DDI) para la región de Jiménez, Chih.

Nutriente Nivel Nutricional


Bajo Suficiente Alto Excesivo
Nitrógeno Total 1.62-2.42 2.66 2.90-3.70 4.28
(%)
372-728 856 934-1340 1570
Nitratos ppm
0.075- 0.121 0.167 .183
Fósforo (%) 0.105
0.74 0.90-1.44 1.84
Potasio (%) 0.44-0.58
1.20 1.50-2.54 3.30
Calcio (%) 0.62-0.90
0.39 0.50-0.98 1.37
Magnesio (%) 0.19-0.28
161 226-592 895
Sodio (ppm) 33-96
108 133-499 842
Hierro (ppm) 60-83
46 71-214 334
Zinc (ppm) 21
126 182-950 1664
Manganeso (ppm) 16-70
8.20 10.7-33.5 54.0
Cobre (ppm) 3.4-5.7

Meraz, 1999

187
En la condición "Bajo", los árboles pueden no mostrar síntomas visuales, pero puede
ocurrir respuesta a la aplicación de fertilizante. En el nivel "Alto", puede no afectarse el
rendimiento y calidad de la nuez, pero los costos de producción se incrementan. Niveles
deficientes serían los valores menores a los del intervalo "Bajo", y de "Exceso" corresponden a
valores mayores al intervalo 'Alto".
Tanto en "Deficiente", como en "Exceso" se presentan síntomas, y el rendimiento y calidad son
afectados.

Mediante el análisis foliar, se han realizado estudios para conocer la condición


nutricional de los huertos de nogal pecanero en Estado de Chihuahua (Sánchez, et al.,
2005 y Ojeda et al., 2005).
La toma de las muestras debe realizarse del 15 de julio al 15 de agosto de acuerdo a
diversos autores en el Estado de Chihuahua (Ojeda, 2003). Cuando el crecimiento y desarrollo
del fruto tienen una alta demanda por nutrientes de las hojas. Se recomienda tomar el tercer
par de foliolos de una hoja de la parte media del brote localizado a una altura de 1.50 a 2.00
m. Colectar de 60 a 80 foliolos de al menos 25 árboles típicos de una superficie
homogénea no mayor a 10 ha.
No es recomendable mezclar árboles de diferentes variedades, dado que existe efecto
varietal sobre la composición mineral. Así mismo, no obtener muestras de diferentes tipos de
suelo y su manejo. La superficie de muestreo no debe ser mayor a 10 ha. Es recomendable
lavar la muestra para eliminar los residuos de nutrientes aplicados foliarmente de
cualquier agroquímico en general. El polvo puede ser fuente de contaminación.
Hay un efecto varietal en la concentración de nutrimentos. Los mayores efectos se han
reportado para los micronutrientes Zn y Mn (Worley, 1991). En el Cuadro 4 se presenta el efecto
varietal en la composición mineral del nogal pecanero en la Costa de Hermosillo (Núñez y
Valdez, 1991). En este cuadro se pueden apreciar efectos significativos de la variedad en el
contenido de nitrógeno, potasio, y magnesio.

188
Cuadro 4. Composición mineral de siete variedades de nogal pecanero en la costa de Hermosillo.

Variedad N P K Mg Fe Mn Zn Cu
% % % % ppm ppm ppm ppm
Western 2.6 0.18 1.33 0.25 202 190 24 20

Wichita 2.3 0.17 1.66 0.26 162 230 19 18

Cheyenne 2.3 0.17 1.25 0.30 180 282 27 18

Mig 2.3 0.18 1.50 0.31 185 292 18 17

Shoshoni 2.2 0.16 1.12 0.36 247 210 21 18

Rincon 2.2 0.17 1.10 0.34 152 235 26 17

Mahan 2.2 0.16 1.18 0.33 207 212 22 17

La concentración es sobre la base de peso seco. Nuñez et al., 2001

El éxito de un diagnóstico depende de los procedimientos de muestreo realizados. Es


importante seguir un patrón de muestreo año con año. La concentración de nutrientes
varía entre variedades, época de muestreo, posición de la hoja muestreada y entre folíolos
dentro de una hoja.
Cada uno de los métodos antes descritos presentan ventajas y desventajas, la integración de
estos métodos conllevará a una mejor interpretación de los resultados y a la elaboración
de programas de manejo y fertilización más adecuados.
Existen diversos enfoque para interpretar los resultados del análisis foliar. Dentro de estos se
tiene el de valores críticos como el descrito actualmente. Otros enfoque han sido
desarrollados, el mas reciente es el denominado Sistema Integrado de Diagnóstico y
Recomendación (DRIS por sus siglas en ingles) el cual se basa en las relaciones que hay
entre los nutrientes y su efecto en el rendimiento y calidad de la cosecha. A estas relaciones
se le Ilama normas. Se han publicado algunas normas preliminares para el nogal las cuales
se obtienen de las siguientes concentraciones da nutrientes: N=2.72, P=0.14, K=1.02,
Ca=1.45, Mg=0.38, Fe=89, Mn=324, Zn=126, Cu=10, Mo=6, B=40, AI=1380. Los
macronutrientes se expresan en % y los micronutrientes en ppm (Beverly, et al, 1992). Este
sistema tiene la ventaja de que ordena los nutrimentos de acuerdo al requerimiento. Durante
dos años se generaron normas DRIS para la región de Jiménez, Chih de acuerdo a
diferentes dosis aplicadas de nitrógeno y fósforo encontrándose el requerimiento de la
siguiente manera Mn> Zn> N> P >K> Fe> Cu (Basurto et al., 1995).
189
FERTILIZACIÓN

Esta práctica consiste en adicionar al suelo los nutrientes que este no puede
proporcionar a las plantas. La fertilización de los árboles de nogal o de la huerta es una de
las prácticas más importantes durante el año y deberá ser integrada dentro del programa de
manejo general de la huerta (Nuñez, 2001).
En donde se tomarán en cuenta factores tales como la fuente del fertilizante, tiempo de
aplicación, frecuencia de las aplicaciones y métodos de aplicación. Aunado a estos factores
una estrategia de manejo apropiado incluye otros factores como pH de suelo (ácido, neutro o
alcalino), textura de suelo (fina, media) composición química del suelo (por ejemplo
cantidades de diferentes elementos en la solución del suelo; capacidad de intercambio
catíonico), atmósfera del suelo (aeróbica o anaeróbica), microflora del suelo (tipo y
abundancia de microorganismos), tipo y costo de la fuente a utilizar (urea, nitrato de amonio,
sulfato de amonio, amoniaco, etc.) tipo de cultivar (con alta alternancia o moderada
alternancia), humedad del suelo (saturado, húmedo, seco), movimiento del agua a través del
perfil del suelo, cubiertas en los huertos (cultivos limpios, pastos o legumbres), cantidad y
método de irrigación (inundación, goteo o aspersión), edad fisiológica de los árboles
(jóvenes, intermedios o viejos), nivel del nutriente en los árboles (bajo, moderado, alto),
periodos de demanda (desarrollo de follaje, llenado de almendra, dormancia), temperatura
del aire (frío, moderado, caliente) localización de las raíces absorbedoras en el perfil del
suelo (superficiales, medias o profundas ( Wood, 2002).
En las huertas adultas, los costos derivados por la fertilización corresponde alrededor
del 16 % del costo total de producción anual (SAGAR, 1998).
Existen cuatro factores base para asegurar el éxito de un programa de fertilización.
Primeramente se debe definir que tipo de nutrientes y fertilizantes se deben de utilizar,
en segundo termino aplicarlo en la época óptima, el tercer factor es colocar el
fertilizante en el lugar adecuado y por ultimo, utilizar la dosis que requieren las plantas
para su óptimo desarrollo (Kilby, 1990).
Los nutrientes más requeridos por los nogales a nivel mundial es el nitrógeno y el zinc. El
nogal, al igual que muchos frutales presentan gran habilidad para la absorción de fósforo y
potasio (Tarango, 2004). No obstante, bajo ciertas condiciones de suelo, la aplicación de
cualquiera de los 13 elementos que las plantas toman del suelo puede ser requerido y su
aplicación será necesaria. El resto de los nutrientes se aplica en menor cantidad, y no en
todas las huertas.
El periodo de máxima demanda de nutrientes es cuando ocurre el mayor crecimiento de las
plantas. Tomando en cuenta que los fertilizantes pasan por una serie de reacciones
químicas y biológicas antes de que puedan formar parte de la solución del suelo, que es
de donde las plantas los toman en forma de iones, estos deben aplicarse con anticipación.
Por otro lado, dado que Ias plantas perennes utilizan algunos de sus órganos como reservas de
nutrientes en forma de componentes orgánicos, lo óptimo es que entren al reposo, bien
abastecidos nutricionalmente, para que durante la brotación, cuando las raíces no presentan
al elevada actividad, el crecimiento y desarrollo de brotes se de satisfactoriamente con las
190
reservas de la planta. Por esto que fertilizaciones de postcosecha se han vuelto comunes en
la industria nogalera de Sonora, sin embargo en la zona nogalera de Chihuahua y Coahuila esta
práctica aún no es común, los resultados de estudios recientes nos muestran que es posible
observar que los árboles en etapa de producción muestran una tendencia positiva a la
fertilización tardía (Ojeda et al., 2005).

El sitio correcto donde se deben colocar el fertilizante varia de acuerdo a la movilidad del
nutriente, a las condiciones del suelo y sistema de riego utilizado. En general, el nitrógeno
presenta alta movilidad en el suelo, tanta que en suelos arenosos deben extremarse el
manejo del agua para evitar lixiviaciones. Potasio tiene movilidad moderada, mientras
que la del fósforo es muy restringida. Estudios acerca de la movilidad del este último
nutriente han demostrado que se puede desplazar 5 cm del sitio donde se aplico antes de que
sea inmovilizado como una forma de fosfato cálcico en suelos calcáreos, el cual no puede
ser utilizado por las plantas. Por otro lado, el nitrógeno puede presentar perdidas por
volatilización en forma de gas hacia el aire. Para esto también hay que considerar la
densidad de las raíces del nogal. Entre mayor sea la densidad de raíces mayor capacidad se
presentara para la absorción de nutrientes como el fósforo.
La cantidad del nutriente a aplicar será determinada por la edad de los árboles, su
desarrollo, eficiencia del fertilizante y las condiciones del suelo. Por supuesto que las
necesidades de las plantas es el punto más importante en determinar la dosis, sin embargo,
debemos de considerar la eficiencia del fertilizante. Esto se refiere a que no todo el nutriente
aplicado es aprovechado por las plantas, diversas porciones se pierden dependiendo de Ia
naturaleza del fertilizante. En el caso del nitrógeno pueden existir perdidas por volatilización
y lixiviación, o por el uso de otras plantas presentes en la huerta. Las perdidas pueden Ilegar
a ser hasta del 75 %, si no se Ilevan a cabo practicas de manejo, como el colocar, el
fertilizante debajo de la superficie del suelo el cual debe contener humedad suficiente para
solubilizarlo. Las fuentes amoniacales son las que presentan mas problemas de volatización,
mientras que en las fuentes nítricas este problema es casi nulo, a excepción de los suelos
muy arcillosos y húmedos.

DESCRIPCIÓN DEL SUMINISTRO DE DIVERSOS NUTRIENTES A LAS HUERTAS DE


NOGAL

Nitrógeno. Este nutriente es absorbido principalmente como ión nitrato (NO 3-), y en menor
cantidad como amonio (NH4+). La fertilización nitrogenada prácticamente puede iniciarse
desde el primer año de plantación. Los requerimientos por árbol son de 50 gramos de
nitrógeno para el primero, 150 para el segundo, 250 para el tercero, 400 en el cuarto y 550 en
el quinto ano. Si los árboles jóvenes presentan crecimientos mayores de 1.5 metros por año, se
recomienda reducir o eliminar el suministro de nitrógeno, por otro lado, si este es menor a 60
cm debe de ser incrementado. Después de esta etapa se puede tomar como guía general el
aplicar de 90 a 100 gramos de nitrógeno por cada cm de diámetro del tronco. Los árboles
adultos requieren de 150 a 250 unidades de nitrógeno por ha, dependiendo del tipo de suelo,
edad de la planta y rendimiento. En Georgia se evaluaron dosis de 112 a 224 Kg por hectárea y
se encontró que a largo plazo (8 años) no se tuvieron diferencias en el rendimiento pero
hubo una tendencia a producir más nuez con la dosis alta y los árboles más productivos
191
fueron aquellos que presentaron 2.50% de nitrógeno en el follaje (Worley, 1991). Las plantas
con mayor dosis de nitrógeno requirieron mayor dosis de potasio.
Si los crecimientos terminales, de la parte superior del árbol muestra crecimientos menores de
15 cm, es un indicativo de que el programa esta quedando corto y se debe incrementar
su suministro. Por otro lado si es mayor de 30 cm, entonces lo más probable es que se esta
aplicando de más. Fertilizaciones hasta de 300 unidades pueden recomendarse en huertos
donde se produzcan más de 3.0 toneladas por ha. El aplicar la cantidad de nitrógeno de
acuerdo a los requerimientos por la cosecha ayuda a reducir niveles de alternancia.
En árboles jóvenes se sugiere dividir la dosis anual en 4 o 5 partes durante los meses de
crecimiento, realizando también una aplicación antes de brotación. En condiciones de
sistemas de riego presurizado se puede dividir la dosis anual en los meses de riego y
aplicarlo a través del sistema. Es importante que al menos el 25% de la dosis total se aplique
antes de la brotación para permitir que se encuentre en la solución del suelo antes de que
sea requerido por la planta. En huertas podadas, la dosis del fertilizante se reducirá
directamente proporcional a la cantidad de madera podada. Si la poda elimino el 25 % de
la madera entonces hay que reducirla en un 25 % (Kilby, 1990).
En los árboles adultos, con un sistema de riego por gravedad, se recomiendan tres
épocas de fertilización nitrogenada, una en prebrotación, otra en abril y la final en mayo.
La proporción de las fertilizaciones es del 40 % para la primera, 20 % en la segunda y del 40
% en la tercera. Al igual que en los árboles jóvenes, si se cuenta con un sistema de riego
presurizado, puede fraccionarse la dosis durante la etapa de crecimiento del nogal.
Nuevamente, es conveniente aplicar al menos el 25 % de la dosis total en prebrotación
(Nuñez, 2001).
De acuerdo a Lombardini (2004) en lo que respecta a dosis y época de aplicación menciona
que la cantidad de N que se debe aplicar esta influenciada por el tamaño o edad de los
árboles, disponibilidad de N en el suelo y nivel de producción esperada. Las necesidades de
cada huerta son diferentes. No es recomendable fertilizar el primer año debido que es
preferible el establecimiento de raíces. Es recomendable solo en caso de suelos de baja
fertilidad y textura ligera, aproximadamente 100 g de N/árbol colocado alrededor del tronco
(20-30 cm). En huertas jóvenes se recomienda 200 g/de N/árbol para el segundo año, esta
dosis podrá incrementarse año con año hasta 700 g/árbol en el séptimo año. Para huertas en
producción se sugiere aplicación de 80-100 kg de N/ha por cada tonelada de nuez que se
espera cosechar. Se debe tomar en cuenta que aplicaciones de N en sistema de riego por
gravedad se tienen pérdidas más grandes (30-45%) y que aplicaciones de N en sistema de
riego presurizado tienen una eficiencia mayor. Se reportan tres importantes periodos de
aplicación: crecimiento primaveral, desarrollo de las nueces (junio-julio) y el almacenamiento
de N para el año siguiente (agosto).
La aplicación de nitrógeno debe de ser programada dependiendo del año que se trate (alta o
baja producción). En el año de alta producción se requiere una mayor aplicación de N a
finales de verano (para mantener un buen nivel de nutrientes en las hojas). En el año de baja
producción se debe fertilizar de manera mas moderada. La aplicación de primavera del año
siguiente al de baja producción se realizara por períodos ya que cada etapa necesita N de
acuerdo a las reservas acumuladas, en base a esto, no requieren aplicación inmediata. Esto
deberá hacerse hasta que el 75% del follaje esperado se haya desarrollado (abril-mayo) se
pueden aplicar 50 kg/ha. Para mayo se pueden aplicar 50 kg/ha de N y una tercera aplicación

192
con el objetivo de mantener saludable el follaje hasta (cosecha) esto es de 20-40 kg/ha.
Juntos o separados: 20 kg/ha en julio y 20 kg/ha en agosto. Aunque realmente no esta
comprobado que una aplicación en septiembre-octubre sea necesaria. Esta tercera
aplicación puede no ser necesaria en años de baja producción. La aplicación de N en
primavera cuando la huerta tuvo una alta producción, requieren aplicación inmediata con los
primeros retoños finales de marzo o principios de abril (50 kg/ha) debido a que no tienen N
almacenado. Esta fertilización es importante para asegurar un buen crecimiento, desarrollo
de la flor masculina y la formación del fruto. En mayo se recomiendan de 20-50 kg/ha de N
(si la producción es baja o nula, no es necesaria esta segunda aplicación).
Durante el llenado de la almendra un nogal requiere al menos del 30% del nitrógeno que
recibe en primavera. Al fertilizar con nitrógeno en agosto la almendra llena bien y no le
compite a las hojas por nutrientes, por lo que el árbol llega a la dormancia con
suficientes reservas de éste elemento. Así, con adecuadas reservas de carbohidratos y
nitrógeno, en la siguiente primavera el nogal estará en condiciones de formar las flores
necesarias para una buena cosecha, efecto que reduce el grado de la alternancia (Wood,
2002).
Huertos transplantados generalmente no requieren de fertilización nitrogenada durante el
primer año, a menos que el suelo sea arenoso. En los años subsiguientes se aplicara
nitrógeno sobre la base del desarrollo, y cuando inicie la producción se recomendara
aplicar sobre la base de la carga de nueces (Herrera, 1988).
Los fertilizantes más adecuados son aquellos que tengan una reacción ácida, como el
sulfato de amonio (20.5-00-00), fosfato diamónico (18-46-00), nitrato de amonio (33.5-00-00)
y la urea (46-00-00). También es recomendable utilizar fertilizantes con bajo índice de
salinidad. El nitrato de amonio presenta un índice salino alto, el resto de los fertilizantes
antes mencionados presentan índices salinos bajos. Por las condiciones de suelo alcalinas en
el norte de México, el fertilizante mas recomendable es el sulfato de amonio ya que es el que
presenta el mayor efecto residual de acidez.
En el caso del amoniaco anhidro, el cual es aplicado por algunos productores presenta el
inconveniente de que su reacción con el agua de riego provoca que el pH se incremente
considerablemente. Esto trae consigo que algunos elementos químicos presentar en el
suelo se precipiten. Este es el caso del calcio y el magnesio, de los cuales se forman
carbonatos. Dado que el sodio puede permanecer en solución, por que presenta índices
de solubilidad más altos, entonces la Relación de Adsorción de Sodio se incrementa
significativamente incrementando el potencial de sodificación de los suelos, que a la larga
pueden transformarse en problemas de pobre infiltración de agua en el suelo,
endurecimiento del mismo y toxicidad por sodio. Por otro lado, se han observado daños
momentáneos a plantas, sobre todo las anuales, ya que el amoniaco en si puede ser toxico
para las raíces, antes de que sea transformado a amonio. De hecho de la superficie de la
lámina de riego puede volatizarse amoniaco si esta permanece mucho tiempo en la
superficie.
La adición de ácidos como el sulfúrico durante la aplicación del amoniaco a ayudado a
reducir este problema. Estos ácidos neutralizan los iones hidroxilos que provocan el
incremento de pH, formados de la solubilización del amoniaco. En general, se sugiere aplicar 3
partes de ácido por cada parte de amoniaco aplicado, esto sobre la base de peso. Es decir, si
se aplican 100 kg de amoniaco anhidro se requerirán 300 kg de ácido sulfúrico.
193
En sistemas de riego presurizados se puede utilizar aquellos fertilizantes que presenten
alta solubilidad. Estos son nitrato de amonio, urea, sulfato de amonio y el nitrato de
potasio. Este último es adecuado donde se requiere la aplicación de potasio. Los índices de
solubilidad son altos, en el caso del nitrato de amonio y de potasio pueden solubilizarse
hasta 1 k g por litro de agua a temperatura ambiente.

La forma de aplicación de los fertilizantes depende en gran parte en la forma de acceso a


las raíces. El nitrógeno acceda a las raíces principalmente por flujo de masas, es decir que
por el flujo que provoca la transpiración de agua por las hojas y otros órganos de las
plantas. Entonces los iones de la solución del suelo son transportados a la raíz. Esto es
cierto para el caso del nitrato, el cual no puede ser retenido por la matriz del suelo, ni
forma parte de compuestos orgánicos. Entonces, en huertos adultos, donde las raíces
prácticamente ocupan toda la superficie del suelo (Núñez y Uvalle, 1992), su aplicación
en banda o al voleo es efectiva.
En árboles jóvenes se recomienda su aplicación en banda alrededor del arbol, e incorporados
a una profundidad de 15 a 20 cm. Durante los tres primeros anos el fertilizante no
deberá colocarse a distancias menores de 50cm del tronco, para evitar daños por toxicidad
a los árboles. Los fertilizantes amoniacales (los que contienen al ion amonio) y úricos
(como la urea) son los que presentan mayor toxicidad. En el caso de la fertilización a
través del sistema de riego.
En huertos adultos, la aplicación de nitrógeno puede ser al voleo, o aplicada en banda a
lo largo de las hileras. El fertilizante aplicado al voleo puede ser incorporado con rastra
o con el agua de riego. Para nitrógeno, la forma de aplicación determina en gran parte su
eficiencia. Por ejemplo, cuando el sulfato de amonio e incorpora con rastra
inmediatamente después de volearlo puede perderse de un 5 a 20 %, por volatización, bajo
nuestras condiciones de pH alto. En las mismas condiciones, volearlo e incorporar o con el
riego, representara perdidas de al menos el 40 % del fertilizante aplicado. El nitrato de
amonio, en la primera situación puede perderse menos del 5 %, y en el segundo de un 5 a
20 %. Para obtener la mayor eficiencia de los fertilizantes nitrogenadas es más
recomendable aplicarlo en banda a una profundidad de 25 cm (Traynor, 1980).

Fosforo y potasio. El fósforo se absorbe de la solución del suelo como ion ortofosfato
(H2PO4-, HP042-). El potasio es absorbido como ion (K+). La recomendación de estos
nutrimentos debe ser basada en los resultados de los análisis foliares. Si estos indican que los
niveles son bajos, entonces se sugiere aplicar de 80 a 100 unidades por Ha de cada uno de
ellos. Los fertilizantes fosforados mas recomendables son el fosfato monoamónico (11-52-
00), el fosfato diamónico (16-48-00), el superfosfato triple (00-00-46) y el ácido fosfórico (00-
00-52). Por la reacción ácida que representan, el fosfato monoamónico es el más adecuado
para las condiciones de suelos alcalinos. Entre los potásicos tenemos al sulfato de
potasio (00-00-50) y nitrato de potasio (14-00-44). El ácido fosfórico es el más adecuado
para realizar su aplicación a través de sistemas de riego presurizados (CFA, 1987).
El acceso de estos nutrientes a las raíces se da por difusión en el caso del fósforo y por flujo
de masa para el potasio. Dado que el movimiento por difusión es muy lento y depende en
gran parte de gradientes de concentración, lo más recomendable es aplicarlo en forma
localizada, en banda o en puntos. El potasio puede aplicarse al voleo o en banda. Bajo
194
condiciones alcalinas el fósforo reacciona rápidamente en el suelo para formar compuestos
altamente insolubles, los cuales no pueden ser aprovechados por las plantas. La aplicación
localizada retrasa esta reacción y permite su aprovechamiento por más tiempo. Estos
fertilizantes deberán ser aplicados antes de la brotación en banda y a una profundidad de
15 a 20 cm, a una distancia de 2.0 a 3.5 m del tronco. En condiciones deficientes hasta 150
unidades de estos nutrientes deben aplicarse. A través de sistemas de riego presurizados
pueden aplicarse desde antes de la brotación hasta antes del amarre del fruto.

Calcio y magnesio. Estos elementos son absorbidos por las plantas coma cationes divalentes
(Ca y Mg). Deficiencias de estos nutrientes no han sido detectadas en los huertos del norte de
México. La aplicación de calcio se realiza en algunas huertas, pero con la finalidad de
contrarrestar efectos dañinos del sodio, no propiamente como nutriente.

Micronutrientes

La mayoría de ellos, a excepción del molibdeno, presentan baja disponibilidad en


condiciones de suelos alcalinos. Esto se debe a que en condiciones de pH alcalino estos meta-
les reaccionan con los iones hidroxilos formando compuestos insolubles. Por lo anterior
aplicaciones de sales como los sulfatos y óxidos no han sido eficientes cuando se aplican al
suelo. En el ámbito comercial, se han realizado esfuerzos de aplicación al suelo acidificando
parte del suelo con ácidos, coma el sulfúrico. Los resultados no han sido satisfactorios. Existen
algunos compuestos orgánicos coma los quelatos que presentan diversos grados de
estabilidad en pH alcalinos. Su respuesta errática y su alto costo, no han permitido que se
comercialicen. Por lo anterior, la corrección de deficiencias de estos nutrientes, se
realiza aplicando los fertilizantes por vía foliar utilizando sales o quelatos.

Hierro y manganeso. Las formas en que la planta toma estos metales son Fe2+ y Mn2+. Estos
elementos no se aplican generalmente en los huertos nogaleros. Si se detectan niveles bajos
o deficiente; de estos nutrimentos mediante al análisis foliar, se sugiere realizar
aplicaciones foliares durante la época de crecimiento vegetativo . Existen diversos
productos comerciales que pueden asperjarse con resultados satisfactorios, dentro de estos
tenemos a las sales en forma de sulfatos u óxidos, y compuestos formulados con
quelatos, ácidos orgánicos, extractos de plantas marinas y húmicos, entre otros. Las
dosis comerciales varían del 0.10 al 0.25 %. La concentración de 0.10 % equivale a
aplicar 100 gramos o mililitros de material comercial por cada 100 litros de agua. La
variedad Wichita es la que ha presentado síntomas de deficiencia de fierro y
manganeso en suelo muy arcillosos.

195
Zinc. Es el nutriente clave de los nogales. Es tomado del suelo en forma de Zn 2+. A pesar
de requerirse en bajas cantidades, tal vez en ningún otro frutal la respuesta a su
aplicación sea tan aparente. En el norte de México las aplicaciones foliares de este
nutrimento son esenciales. Debe aplicarse desde el estado de punto verde en la
brotación hasta que los brotes han alcanzado su máximo desarrollo. Por las
condiciones de alta alcalinidad en el suelo, este elemento no puede aplicarse al suelo
ya que inmediatamente se transforma a compuestos insolubles, los cuales no puede
aprovechar la planta. Por lo anterior aplicaciones foliares se realizar a partir de la
brotación. Para el norte de México se ha encontrado que se requieren de al menos 5
aplicaciones de este nutriente para que los análisis foliares ubiquen a este nutriente
dentro de los niveles "óptimos" (Núñez, 1991). Estudios indican que el normal puede
requerir 50 ppm de zinc en base a peso seco para alcanzar los máximos rendimientos y
calidad, y crecimiento vegetativo (Sparks, 1993).
Existen diversos productos comerciales que pueden ser utilizados para abastecer de
este nutriente a los nogales. De los mas utilizados son el Agrozinc y el NZN, ambos
productos formulados con nitrógeno (nitrato de zinc). La dosis comercial es de 0.25 a
0.35 %. A pesar de que estos productos tienen capacidad de reducir el pH e la solución
asperjada, se recomienda utilizar un producto surfactante, para incrementar la
capacidad de absorción por parte de a planta. Otros productos pueden ser utilizados,
como las sales de zinc (sulfatos, fosfatos y óxidos), soluciones quelatadas (formulados
con citratos, EDTA, ácidos orgánicos), combinados con ácidos húmicos y ácidos
carboxílicos, entre otros. Para estos productos comerciales se sugiere utilizar las dosis
recomendadas por las compañías que los producen.
Las aplicaciones de sulfato de zinc (36 % zinc) mezcladas con uran (producto líquido con
32 % de nitrógeno). Este producto se utilizo durante los anos 70's para la corrección de
deficiencias de zinc. Después las formulaciones líquidas de nitrato de zinc como el NZN
vinieron a sustituir su uso (Nuñez, 2001).
Es muy importante cumplir con un programa de aplicaciones. Se recomienda la
primera cuando se presenta el punto verde, la segunda una semana después de la
primera, la tercera 15 días después de la segunda. Posteriormente se pueden realizar
aplicaciones cada 15 días, de acuerdo a los requerimientos establecidos por el
crecimiento de los brotes.
Durante cuatro años (2001-2004) en la región Lagunera de México se estableció un
experimento en árboles en producción con el objetivo de determinar la tecnología de
abastecimiento de micronutrientes para sostener una buena producción con calidad a través
del tiempo. Se realizaron aplicaciones tanto edáficas como foliares con fuentes como
quelatos, sulfatos y el producto de uso tradicional NZn. Cinco de los tratamientos consisten
en aplicaciones foliares utilizando diversos productos y uno de ellos (T2) consiste en una sola
aplicación anual edáfica de quelato de EDDHA, el cual ha probado ser efectivo y estable en
suelos calcáreos. Durante el primer, segundo, tercer y cuarto año de estudio, todos los
tratamientos han probado ser efectivos para mantener un nivel de concentración de Zn, Fe,
Mn y Cu. Adicionalmente a través de los años de estudio se ha presentado un efecto de
tratamientos similar en la producción y calidad de nuez (Chávez et al., 2005).

196
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199
EL HIERRO EN LA NUTRICIÓN DE CULTIVOS
AGRÍCOLAS

Ranferi Maldonado Torres, María Edna Álvarez Sánchez,


Edmundo Robledo Santoyo, Langen Corlay Chee

Departamento de Suelos, Universidad Autónoma Chapingo, Texcoco, México

Correspondencia: ranferimt@yahoo.com.mx

200
INTRODUCCIÓN

Más de un tercio de la población mundial padece deficiencia de hierro (Fe), especialmente


las mujeres en edad reproductiva y los niños (Robinson et al., 1999). Si la fuente principal de
hierro de la dieta humana proviene de las plantas, una estrategias para mejorar el nivel
nutrimental en éstos sería garantizando el consumo de vegetales con adecuado nivel de
hierro (Theil et al., 1997). De ahí surge la importancia del estudio de la deficiencia de Fe en
los cultivos, además de las mermas económicas que origina a la producción. Sin embargo, la
nutrición con Fe en las plantas es afectada por factores que promueven niveles subóptimos,
especialmente cuando desarrollan en suelos calcáreos.
Los suelos calcáreos, que suman más de un tercio de la superficie terrestre, se caracterizan
por poseer pH alto (7.0 a 8.5), un contenido de carbonatos mayor al 1.0% y niveles de Fe en
el suelos y en las plantas que promueven la clorosis férrica (Gildersleeve y Ocampaugh,
1989). Las plantas con deficiencia de Fe muestran una clorosis internerval por una
disminución en la concentración de clorofila. Los procedimientos utilizados para corregir este
problema son: el suministro de fertilizantes con Fe (sales y quelatos de Fe) vía foliar o al
suelo, soluciones de ácidos orgánicos e inorgánicos para modificar el pH de la solución del
suelo, selección de variedades de plantas con habilidad para absorber el Fe de formas poco
disponible (Olsen et al., 1981; Chen y Barak, 1982).

FUNCIONES METABÓLICAS DEL Fe

El Fe constituye diversas moléculas orgánicas del metabolismo vegetal, como: la ferredoxina


la cual participa en la reducción de NO3- y SO42-; es parte estructural de citocromos, catalasa,
peroxidas, etc., que a su vez intervienen en la fotosíntesis y respiración; activando enzimas
que promueven la síntesis del ácido ribonucléico y clorofila (Benett, 1993).
Por su participación en la formación de clorofilas, una deficiencia de Fe en las plantas
disminuye la concentración de éstas, carotenos y xantofilas, lo cual ocasiona una
disminución en la actividad de los transportadores de electrones y en los fotosistemas
(Römheld y Marschner, 1991), originando una merma significativa de la fotosíntesis neta y en
consecuencia una disminución del tamaño del follaje, disminución de la capacidad de fijación
y reducción de CO2 (Terry y Abadia, 1986).
En la mayoría de los cultivos un déficit de Fe se manifiesta visualmente por una clorósis
intervenal, que en casos extremos pueden llegar a tornarse amarillas hasta las nervaduras,
las hojas jóvenes reducen su tamaño, presentándose muerte regresiva de ramas, y aunque
las hojas viejas permanecen verdes, se origina disminución en el crecimiento de la planta y
rendimiento (Sadhu 1988; Weir y Sarooshi, 1991).

201
QUÍMICA DEL Fe EN SUELOS CALCÁREOS

El Fe es el cuarto elemento más abundante en la corteza terrestre (5.1% del peso) y se


encuentra en los suelos formando los minerales Fe(OH)3 (amorfo), Fe(OH)3, maghemita (δ
Fe2O3), lepidocrocita (δ- FeOOH), hematita (∝ Fe2O3) y goetita (∝FeOOH). Sin embargo, en
algunos suelos su disponibilidad es limitada para los cultivos, presentándose en ellos el
síntoma típico de la clorosis férrica (Vempati y Loeppert, 1988). Aunque la clorosis férrica en
los cultivos puede ser originada por excesiva humedad en el suelo, baja temperatura en éste,
exceso de fosfatos, deficiencia de potasio, exceso o deficiencias de magnesio, excesos de
sales solubles, excesos de cinc, cobre y/o manganeso, la causa más común es la
acumulación de altas cantidades de CaCO3 (>1.0) provenientes de minerales como la calcita
(CaCO3), magnesita (MgCO3), dolomita (CaCO3), dolomita (Ca.Mg.CO3) carbonatos de sodio
(Na2CO3), huntita [Mg3Ca(CO3)4] y/o aragonita en suelos de tipo calcimórficos (que
efervescen visiblemente al ser tratados con HCl 0.1 N.) (Veen y Arndt, 1973).
Los carbonatos provenientes de la calcita y aragonita, principalmente, reaccionan con el H2O
y liberan OH-, confiriéndole al suelo un pH entre 7.0 y 8.5, según la reacción siguiente:

- -
CaCO3 (calcita) ↔ Ca2+ + CO32- + H2O ↔ HCO3 + OH

HCO3- + H2O ↔ H2CO3 + OH-

H2CO3 ↔ CO2 + H2O

Este pH puede variar en el tiempo dependiendo de la concentración de CO32-, Ca2+, por la


solubilidad y fineza de la calcita, y por la presión parcial de CO2 (Rowell, 1994). Una vez
disuelta la calcita el Fe soluble nativo del suelo y/o el aplicado mediante los fertilizantes es
precipitado al reaccionar de la manera siguiente:

2Fe3+ + 3CaCO3 + 3H2O ↔ 2Fe(OH)3 + 4Ca2+ + 3CO2

4Fe2+ + 4CaCO3 + 2H2O + O2 ↔ FeOOH + 4Ca2+ + 4CO2

En esta reacción es importante la cantidad de Fe en solución, la superficie específica del


CaCO3 y la composición del aire, ya que en ambientes oxidados el Fe2+ cambia a Fe3+
202
favoreciéndose la formación de Fe no disponible y disminuyendo el disponible (a >10-20M),
mientras que a mayor CO2 disminuye la oxidación del Fe2+ y decrece el pH del suelo
(Loeppert and Hossner, 1984).
El elevado pH no sólo promueve un déficit de Fe sino también disminuye la disponibilidad de
P, Zn y elementos como el Co, Cd, Cu, Ni, Mn, Pb, Sr y U, quienes pueden sustituir al Ca en
los CaCO3 o precipitar dentro de éstos (Kobata-Pendias y Pendias, 1984; Fuehring, 1973).

CORRECCIÓN DE LA DEFICIENCIA DE FE EN CULTIVOS AGRÍCOLAS

El aprovechamiento de Fe por los cultivos presenta problemas complejos asociados a la


disponibilidad de éste en el suelo, en su absorción a nivel rhizosfera y dificultades en su
transporte y distribución dentro de la planta, lo cual hace muy difícil su corrección. Sin
embargo, la deficiencia de Fe en los cultivos se ha tratado de resolver mediante: (1)
aplicaciones de Fe (FeSO4 o Q-Fe) al suelo, (2) aplicaciones de mejoradores ácidos
((NH4)2SO4, S2 o H2SO4, H3PO4 y HNO3 diluidos) al suelo, (3) aspersiones foliares y/o
inyecciones de Fe (FeSO4 o Q-Fe) al tronco en el caso de árboles, (4) mediante el desarrollo
de genotipos de plantas Fe-eficientes y (5) el uso de ingeniería genética.

Aplicaciones de Fe al suelo. Las aplicaciones de Fe soluble (FeSO4 o Q-Fe: FeEDTA,


FeEDDHA o FeDDHMA) en suelos calcáreos ha resultado poco efectiva para corregir la
deficiencia de Fe, ya que el contacto de Fe soluble con los CaCO3 reacciona rápidamente
formando compuestos de baja solubilidad (Fe(OH)3 y FeOOH), mediante el mecanismo
discutido anteriormente. Además su aplicación resulta elevada (10 a 25 kg ha-1) y costosa,
sobre todo cuando se aplican quelatos (Bould et al., 1984; Loeppert, et al., 1984;Rowell,
1984).

Mejoradores ácidos. Las aplicaciones de mejoradores ácidos disminuyen el pH, aumentan


la CE, incrementan la disponibilidad de micronutrimentos (Fe, Mn, Zn y Cu) y de P. Según
Sutaria et al., (1992) en tres suelos de naturaleza calcárea se aplicaron tratamientos de 0,
25, 50 75 y 100% de saturación de la basicidad titulable con H2SO4. Los resultados indicaron
que con el tratamiento más alto de H2SO4 se promovió en las primeras 24 horas un
descenso del pH de 7.9 a 3.9, la CE aumentó de 0.54 a 4.81 dS m-1, el P-Olsen aumentó de
16.5 a 50 mg kg-1, el Fe aumentó de 8.9 a 107, mientras que el Mn de 33 a 234 mg kg-1. Se
sabe que la acción del H2SO4 sobre el Fe y P, es por reacción directa con los minerales que
contienen a estos nutrimentos. Generalmente se libera mucho Ca, el cual aumenta la CE y
neutraliza a los HCO -3 , disminuyendo la superficie de reacción y disolución de CO 23 - lo que
incrementa la concentración de óxidos de Fe solubles (Ryan et al., 1975; Sutaria et. al.,
1992). Sin embargo, los mejoradores ácidos son caros y se requieren en grandes cantidades
(de 100 hasta 1000 kg ha-1) para promover efectos positivos; se forman y acumulan nuevos
minerales (CaSO4) en el suelo que con el tiempo pueden afectar el crecimiento y desarrollo
de los cultivos, y aún más, la corrección del problema es temporal ya que el Fe soluble
rápidamente (seis días) vuelve a precipitar en formas pobremente cristalizadas y no
disponibles (Sutaria et al., 1992).
203
Aplicaciones foliares e inyecciones de Fe. Las aplicaciones foliares de Fe han resultado
más exitosas que las aplicaciones al suelo debido a que; (1) se impiden las complicadas
reacciones del Fe con los minerales del suelo, (2) no exige un adecuado nivel de humedad
en el suelo para su disolución, acceso, absorción y transporte, (3) resulta significativamente
más económico y (4) la respuesta es más rápida (Morvetd, 1972). Sin embargo, su efecto es
pasajero y costoso, sobre todo cuando se ha aplicado Fe-EDDHA y Fe-EDTA, los cuales son
muy estables y causan menos daño al follaje aún en dosis mayores a 500 mg L1 (Boult et al.,
1984).
Las inyecciones de Fe al tronco de los árboles, para corregir su deficiencia, comenzaron a
utilizarse en la época de los 50(s), aplicándose 400 mL de FeSO4 del 1 al 2 % por árbol. Sin
embargo, el efecto correctivo de la deficiencia de Fe en cultivos (durazno, manzana, pera y
ciruelo) que desarrollan en suelos calcáreos ha sido parcial. La clorosis se ha disminuido
cuando se inyectan a presión, de 2 a 8 L de solución de Fe, pero se han originado daños a
los árboles incrementándose los costos por árbol (Wallace, 1991).
El poco efecto correctivo de la deficiencia de Fe, mediante aplicaciones foliares e inyecciones
al tronco, se debe a que aún cuando el Fe haya sido absorbido por las plantas, las
condiciones de alcalinidad propias de suelos calcáreos, elevan el pH del apoplasto (xilema y
espacios intercelulares), precipitando el Fe en el interior, inactivando a las reductasas (que
convierten el Fe3+ a Fe2+) y a los transportadores de Fe (como el dicitrato y nicotianamida)
afectando el transporte y asimilación del Fe dentro de la planta (Pläker, 1991; Mengel y
Milissiovas, 1981; Holden et al., 1991; Stephan y Schols, 1993). Por lo que estos
procedimientos no ofrecen una solución definitiva al problema.

Selección de genotipos de plantas Fe-eficientes. En los últimos años se han identificado


plantas que desarrollan mecanismos cundo se cultivan bajo deficiencia de Fe (Olsen et al,
1981); Jauregui y Reisenauer, 1982), los cuales se conocen como estrategias I y II
(Marschner y Römheld, 1994).
La “estrategia I” que se muestra en la Figura 1, es realizada por todas las especies vegetales
(dicotiledóneas y monocotiledóneas), con excepción de los pastos, y consiste de tres
componentes: inducción de reductasa a nivel de membrana, incremento en la excreción de
protones y aumento en la liberación de quelatos reductores de Fe3+ (principalmente fenoles).
La excreción de H+ acidifica la rhizosfera e incrementa la solubilización de Fe no disponible, a
la vez que favorece la actividad de la enzima reductora de Fe3+ y en consecuencia la
excreción de fenoles que aumentan la absorción de Fe (Römheld y Marschner, 1981). Sin
embargo, en especies y genotipos que desarrollan en altos niveles de HCO3- puede
disminuirse la actividad de las enzimas reductoras y evitar que actué la estrategia I,
originando grandes variaciones en el aprovechamiento del Fe (Jolley et al., 1992).
La “estrategia II” que se muestra en la Figura 2, sólo es atribuida a los pastos, aunque se ha
cuestionado su posible funcionamiento en otras especies diferentes a éstos, siendo
caracterizada por dos componentes: liberación de fitosideróforos (ácido mugenéico y
avenico) y una alta afinidad de los transportadores de la membrana con los fitosideróforos
Fe3+ en las células de las raíces. Se ha estimado que una planta puede excretar por día
hasta 1 % (con base a peso seco de raíz) de fitosideróforos (ácido mugenéico), el cual es
204
hasta 1000 veces mayor a la concentración de Fe en la rhizosfera. Esta alta excreción de
fitosideróforos sirve para atenuar su disminución por descomposición microbiana y para
prevenir la precipitación del Fe en las cargas negativas de los fosfolípidos en la membrana.
(Wada et al., 1987; Mihashi et al., 1991).

Rhizoplano Apoplasto Citoplasma Rhizoplano Apoplasto Citoplasma

Fitosideróforo
NADH E
Fe3+FS Fe3+ R NAD+
Tr Zn2+ Fe3+
Fe2+ Fe2+
Mineral Mn2+
2+
Fe3+FS Tr Fe3+FS
H Fe3+ Cu
Fe3+ H+ R St +
Zn2+ Cu2+
Fe3+ Zn2+ Cu2+ Mn2+
Oxido Fe Mn2+
Quelato X
Fe3+
Reductor
Plasmalema

Figura 1. Estrategia I. Figura 2. Estrategia II.

La liberación de los fitosideróforos es estimulada bajo deficiencias de Fe y en presencia de


luz, y no es afectada por pH alcalino externo, pudiendo, además de poder quelatar Fe, Zn,
Cu, Mn (Treeby et al., 1989) e inclusive Ca y Mg (Singh et al., 1992; Marschner et al., 1986).
Aunque se conoce mucho de las estrategias I y II, aún no están completamente entendidos
algunos procesos que toman lugar en el apoplasto radical, ni el papel de exudados de bajo
peso molecular y sideróforos en la adquisición de Fe. También por el momento han sido
pocas las especies (sorgo, cebada, fríjol, especies forrajeras, pepino y algunos frutales)
donde se han seleccionado genotipos Fe-eficientes. Especialmente en el caso de frutales, el
proceso ha sido lento ya que requieren primero de una selección de capacidad reductora de
Fe y acidificación en soluciones nutritivas, después se necesita clasificar los genotipos en
condiciones de invernadero y finalmente realizar la validación en campo.

Ingeniería genética. Ya se conocen técnicas de biología molecular para incrementar los


mecanismos de Fe-eficiencia. Específicamente se esta trabajando con genes que inducen la
síntesis de nicotianamina para incrementar la velocidad de transporte de Fe dentro de la
planta y acelerar la producción de fitosideróforos y actividad de las reductasas en la
membrana de la raíz (Higuchi, et al., 1999).

205
CONCLUSIÓN

Conociendo las limitaciones de cada procedimiento de corrección de la clorosis férrica de


plantas cultivadas en suelos calcáreos, la selección de genotipos Fe-eficientes representa la
mejor alternativa de solución a este difícil problema a mediano plazo, aún cuando el proceso
para la identificación de genotipos sea complicado. A futuro, mediante el uso de la ingeniería
genética los tiempos para la obtención de materiales Fe-eficientes podrían ser menos
difíciles.
Para una región en particular, la implementación de estrategias de solución a la clorosis
férrica debería iniciarse, realizando un inventario regional que involucre: la caracterización de
las clases de suelo y su fertilidad, la caracterización de los portainjertos en cuanto a su
adaptación a los factores limitantes del suelo, clima, humedad del suelo, plagas y
enfermedades. Para ello es necesario trabajar de manera interdisciplinaria con especialistas
que buscan en el genotipo características deseables, como: más producción, mayor calidad
en el producto de interés, resistencia a ciertas plagas y enfermedades importantes en la
región, que la arquitectura de la planta facilite labores culturales y cosecha, que desarrolle
bien en condiciones de estrés nutrimental, que su ciclo de crecimiento y desarrollo permita
producir en épocas donde la cosecha tenga mayor precio, etc.
Una vez reunidos los genotipos más deseables deberá realizarse un programa de validación,
para evaluar su comportamiento, producción y calidad en los ambientes más comunes de la
región, en cuestión.

LITERATURA CITADA

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