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Adalberto Benavides-Mendoza
Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN)
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Compilador:
Adalberto Benavides Mendoza
Departamento de Horticultura
Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro
ISBN: 978-607-95106-2-6
Temas Modernos de Nutrición Vegetal
ISBN: 978-607-95106-2-6
Ejemplares: 250
PRESENTACIÓN
La presente obra proviene de los temas tratados en dos simposios organizados en el marco
de Congresos realizados bajo el auspicio de la Sociedad Mexicana de la Ciencia del Suelo,
A.C. El primero de ellos fue el simposio denominado “Suelos y Calidad Nutricional de los
Cultivos”, mismo que se llevó a cabo el 19 de septiembre del 2006 en el marco del XXXIII
Congreso Nacional de la Ciencia del Suelo en Ciudad Victoria, Tamaulipas. El segundo se
llamó simplemente “Nutrición Vegetal” y se realizó el 19 de septiembre del 2007 en León,
Guanajuato, como parte del XVII Congreso Latinoamericano de la Ciencia del Suelo que en
esa ocasión estuvo bajo la responsabilidad de la SMCS.
En ambos casos agradezco de nuevo a los ponentes la participación entusiasta que permitió
que los dos eventos fuesen un éxito y que se contara con una excelente asistencia y
participación en los dos simposios. Igualmente doy las gracias a los autores por la paciencia
hacia el compilador y a su trabajo de integrar este volumen.
Los trabajos incluidos tienen carácter desde básico hasta aplicado. Los rubros cubiertos se
integran con información actualizada en el momento y presentada por expertos en cada
tema. En ese sentido espero que los diversos lectores encuentren temas de su interés y su
lectura sea útil y enriquecedora.
Dentro de lo posible se respetó el texto original de los autores, pero por razones de facilitar al
lector la comprensión se llevaron a cabo cambios pequeños en la redacción respetando
escrupulosamente el fondo del mensaje y el contenido técnico.
ÍNDICE DE CONTENIDO
Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo A.C. Unidad Culiacán. Carretera a Eldorado km.
5.5 Campo El Diez, Culiacán, Sinaloa, CP 80110, México
1
RESUMEN
El oxígeno apareció en la atmósfera de la Tierra hace 2200 millones de años y desde
entonces, los organismos han evolucionado de manera constante para contrarrestar los
efectos dañinos de este gas tóxico y mutagénico. Sin embargo ahora, la mayoría de los
organismos necesitan del oxígeno para producir eficientemente la energía necesaria para
realizar sus funciones vitales.
Las especies reactivas de oxígeno engloban tanto a los radicales libres que se forman de la
reducción incompleta de la molécula de oxígeno como a las especies relacionadas como el
oxígeno singulete y el peróxido de hidrógeno.
Las especies reactivas de oxígeno tienen en las plantas, papeles importantes en el
crecimiento, desarrollo e interacciones con el medio ambiente, y por tanto, se producen en
cantidades significativas durante la fotosíntesis y la respiración. Sin embargo, se mantiene la
homeostasis redox mediante mecanismos que controlan su síntesis y depuración. El
desbalance entre la producción y la eliminación de las especies reactivas en los organismos
conducen a lo que se conoce como estrés oxidativo.
Existen dos tipos de mecanismos antioxidantes que mantiene esta homeostasis: los
enzimáticos y los no enzimáticos. Dentro de los enzimáticos, podemos citar a la superóxido
dismutasa, la catalasa, las peroxidasas y entre los no enzimáticos, tenemos a compuestos
como el ascorbato y el glutatión.
Se discutirán los resultados obtenidos por nuestro grupo de investigación sobre ambos tipos
de mecanismos antioxidantes en dos modelos experimentales: Lycopersicon esculentum Mill
y Capsicum chinense Jacq. bajo condiciones ambientales bióticas y abióticas, que conducen
a la formación de especies reactivas de oxígeno.
INTRODUCCIÓN
Desde la introducción del oxígeno molecular en nuestra atmósfera por las
cianobacterias capaces de realizar la fotosíntesis hace 2700 millones de años, las especies
reactivas de oxígeno (ROS, por sus siglas en inglés - Reactive Oxygen Species) han sido las
acompañantes incómodas de la vida aeróbica.
La necesidad que tienen los organismos por el oxígeno eclipsa el hecho de que puede
ser un gas tóxico y mutagénico; más aún, estos mismos organismos sobreviven ya que han
desarrollado mecanismos antioxidantes muy eficientes (Halliwell, 2006).
El término especies reactivas de oxígeno se refiere, tanto a los radicales libres del
oxígeno, como son el anión superóxido (•O2-), el hidroxilo (•OH-) y el peroxilo, así como a
otras moléculas que no son radicales, como el oxígeno singulete (1O2) y el peróxido de
2
hidrógeno (H2O2). Un radical libre es cualquier especie capaz de tener una existencia
independiente, que contiene uno o más electrones desapareados. Un electrón desapareado
es aquel que se encuentra solo y ocupando un orbital atómico o molecular. Los radicales
pueden formarse a través de numerosos mecanismos, entre los cuales se incluye la adición
de un electrón a un no-radical. El oxígeno molecular se considera un radical libre, ya que no
tiene completamente apareados sus electrones. Sus dos electrones tienen el mismo número
cuántico de spin, es decir, sus spins son paralelos; de aquí su gran capacidad para
reaccionar con la mayoría de las moléculas que no son radicales (Halliwell, 2006) (Figura 1).
Las ROS, que se producen durante los procesos de respiración y fotosíntesis bajo
condiciones fisiológicas normales, son depuradas a través de una serie de complejos
mecanismos enzimáticos y no enzimáticos. Cuando el equilibrio entre la producción y la
eliminación de especies reactivas de oxígeno es perturbado por una serie de factores medio-
ambientales adversos, ya sean bióticos o abióticos, se produce lo que se conoce como
estrés oxidativo.
Desde hace algunos años, se ha empezado a reconocer que las ROS tienen un papel
importante en los procesos de señalización en plantas, y que controlan procesos
fundamentales en las plantas, tales como el crecimiento, el desarrollo, la respuesta a
estímulos medio-ambientales y la muerte celular programada (Apel y Hirt, 2004, Bailey-
Serres y Mittler, 2006).
3
ESTRÉS OXIDATIVO
8
La muerte celular es un aspecto fundamental a monitorear durante las primeras fases
de la interacción planta-patógeno y hay una serie de características que identifican a esta
respuesta inmediata, denominada como respuesta hipersensible, como son cambios en el
flujo de iones, cambios en el pH celular, la generación de especies reactivas de oxígeno, la
expresión de genes relacionados con la defensa, el fortalecimiento de paredes celulares y la
producción de compuestos antimicrobianos.
Sin embargo, se presentaban contradicciones en lo que se refería a la cuantificación
veraz de la viabilidad de las células en respuesta a la infección por un patógeno. Por esto se
realizó un análisis de cuatro diferentes métodos comúnmente utilizados para determinar este
parámetro: los ensayos con sales de tetrazolio, el ensayo de azul de Evans, el ensayo con
acetato de fluoresceína y por último, la observación microscópica. Al comparar estos
métodos, se determinó que el utilizar tan sólo un método para determinar los cambios
fisiológicos y bioquímicos que se presentan en las primeras horas de la interacción podría
conducir a conclusiones erróneas. Es por esto que cuando se adopta algún método para
determinar la viabilidad, debe tomarse en cuenta no sólo las características del cultivo celular
sino también la naturaleza de los mecanismos de entrada del patógeno, puesto que algunas
de las limitaciones intrínsecas de las determinaciones podrían enmascararlas. Los datos
obtenidos indican que el ensayo basado en la reducción de las sales de tetrazolio es el más
adecuado para monitoreare las respuestas primarias que tienen lugar en las primeras fases
de la interacción (Escobedo y Miranda-Ham, 2003).
Se realizó el análisis bioquímico de la respuesta al estrés en las células en suspensión
retadas con oligogalacturónidos (OGA), en términos de cambios en los niveles de ROS, del
ascorbato, y en las actividades específicas totales y los perfiles de isoenzimas de las SOD, la
CAT, la APX y las peroxidasa de guayacol (g-POX). Los oligogalacturónidos utilizados
proviene de Citrus y son pequeños oligosacáridos que son capaces de inducir la respuesta
hipersensible en células en suspensión.
En conjunto el análisis de los resultados permite sugerir que las células en suspensión
se encuentran normalmente bajo un estrés oxidativo constante, ocasionado posiblemente por
la agitación en la que se encuentran. No obstante, las células son competentes para percibir,
responder y amplificar la señal en respuesta a los OGA, que se manifestó por el rápido e
importante incremento en H2O2, así como una continua producción de •O2-. Esto da lugar a
una condición hiper-oxidante, resultado del incremento transitorio en las actividades de las
enzimas que producen H2O2, la reducción en cantidad del ascorbato reducido, y la
disminución en las actividades de las enzimas depuradoras del peróxido como la APX, la
CAT y las g-POX. Después de unas horas las células testigo, como consecuencia del
incremento en la poza de ascorbato, así como de las actividades de las enzimas
mencionadas. Estas células presentan una segunda “explosión oxidativa” de ROS,
observada por el aumento en la actividad total de SOD y la disminución de la actividad de la
APX después de 24 h de iniciado el tratamiento (Gracia-Medrano et al., 2005).
El uso de los homogeneizados de Phytophthora infestans, así como de los
oligogalacturónidos, representan una interacción de tipo incompatible, en la cual el
mantenimiento de la homeostasis de las ROS en los diferentes compartimentos celulares es
el resultado de una regulación muy fina de los sistemas antioxidantes, a través de la
comunicación concertada entre las actividades de las diferentes enzimas y las fluctuaciones
en el estado redox y el tamaño de la poza de ascorbato.
9
En resumen, los resultados obtenidos en el sistema de Lycopersicon esculentum
apoyan la existencia de interconexiones complejas entre la regulación secuencial y
concertada de las actividades de las enzimas antioxidantes y el status redox intracelular, que
a su vez están mediado el encendido y apagado de la síntesis de otras moléculas como el
ácido salicílico, el ácido jasmónico y el óxido nitroso, que amplifican y regulan otros
mecanismos de defensa. Es de notar que existen variaciones en la poza del ácido salicílico,
en coordinación con alteraciones en la acumulación de ROS que se han detectado en las
células de tomate durante el estrés (Vicinaiz, 2004).
Por lo que respecta a los estudios con células de chile habanero, aún cuando se
encuentran en sus primeras fases, se puede comentar que el glutatión se encuentra
principalmente en su estado reducido, tanto en las células testigo como en aquellas que han
recibo el homogeneizado de Phytophthora capsici. Esto indica que la glutatión reductasa se
encuentra activa para transformar al glutatión oxidado a reducido, y así mantener un
adecuado equilibrio en el reciclaje de las moléculas antioxidantes dentro del ciclo de
ascorbato-glutatión para evitar que se pierda la homeostasis celular (Cabrera, 2006).
CONCLUSIONES
En la última década, el estudio del estrés oxidativo ha suscitado gran interés, ya sea
por el hecho de que se cuenta con un arsenal de técnicas modernas que permiten obtener
respuestas que antes no hubiera sido posible obtener, o porque se ha alcanzado la madurez
necesaria para enfrentar la paradoja que constituye vivir en una atmósfera oxidante.
Sin lugar a dudas, en los años venideros, la cantidad de información que estará
disponible redundará en mejores y más eficientes maneras de aumentar la productividad en
los cultivos.
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12
ANTIOXIDANTES EN LAS PLANTAS: ALGUNOS
FACTORES EDÁFICOS Y AMBIENTALES QUE LOS
MODIFICAN
*Correspondencia abenmen@uaaan.mx
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RESUMEN
Los antioxidantes son compuestos que permiten la vida celular en un ambiente oxidante. Su
presencia es ubicua en los organismos aerobios, que son los responsables de la eliminación
de los radicales libres los cuales se producen, de manera natural, en los sitios de actividad
energética celular. Los perfiles relativos y la cantidad de antioxidantes son variables frente a
los estímulos ambientales ya que dependen, para su síntesis, de grupos de genes cuya
expresión se induce diferencialmente. Los antioxidantes son componentes importantes en la
dieta de los humanos, de allí la importancia de aumentar su cantidad en los alimentos. Se
enumeran algunos resultados que evidencian la forma como los caracteres del suelo
modifican la calidad nutricional de las plantas, en particular respecto a su contenido de
antioxidantes.
INTRODUCCIÓN
En el transcurso de la evolución, las plantas desarrollaron mecanismos que permiten la
inducción de respuestas frente a los estímulos diversos del ambiente. Una parte de tales
respuestas, como la morfología de los estomas, la constitución de los tallos, el tipo de
metabolismo C3, C4 ó CAM, entre otras, son constitutivas, pues dependen de su patrimonio
genético particular; otras, en cambio, se manifiestan sólo bajo alguna condición inductiva
particular. Estas últimas respuestas son las que se observan, en el corto plazo, durante la
adaptación de las plantas al ambiente. Las citadas respuestas; se desencadenan por
factores biótico tales como patógenos, plagas y simbiontes, o por factores abióticos como
alta o baja temperatura, radiación, salinidad, entre otros, y no necesariamente en condiciones
que originan estrés. Las respuestas inducidas también pueden ser de largo plazo; son las
responsables de la conocida plasticidad fenotípica de las plantas, que resulta de la alteración
en los programas de desarrollo.
El ambiente de crecimiento es una fuente constante de información y recursos para las
plantas, las cuales se encuentran en un estado dinámico de cambio fisiológico y metabólico,
que resulta, a su vez, de recurrentes modificaciones en la expresión génica. Los fenotipos,
más que inmutables, son entonces dinámicos y cambiantes en escalas de tiempo que van de
unos pocos segundos a días o meses.
Las respuestas adaptativas que ocurren frente a cualquier factor ambiental dependen de la
acción de señalizadores (o inductores) que interaccionan con receptores específicos,
ubicados normalmente en las membranas que rodean al citoplasma, al tonoplasto, así como
a otros organelos. Normalmente, el receptor activado por el señalizador modifica la expresión
génica, e induce la síntesis y acumulación de ciertos metabolitos secundarios, fitoalexinas
proteínas u otros compuestos relacionados con las respuestas al estrés. Asimismo, los
señalizadores pueden inducir cambios modulatorios de corto plazo en las propiedades de la
membrana celular, o bien determinar modificaciones pos-traducción en ciertas proteínas, lo
que da lugar a una cadena de señalización o cascada de transducción de señales
ambientales (Benavides-Mendoza, 2002).
14
Entre los sistemas de respuesta mencionados, se encuentra la síntesis de fitoquímicos y
antioxidantes. Estos compuestos cumplen funciones importantes como atrapadores de
radicales libres, estabilizadores y protectores del DNA y proteínas frente al estrés por
oxidación (Inzé y Van Montagu, 1995) en todos los seres vivos aerobios. Queda por definir si
tales fitoquímicos y antioxidantes cumplen funciones adicionales a la resistencia al estrés
(Roitsch, 1999). Al respecto, se sabe que muchos fitoquímicos no muestran expresión
constitutiva, sino que dependen del trasfondo ambiental específico, probablemente porque
modifican la expresión génica al cambiar los programas de desarrollo de la planta y generar
patrones especiales de metabolismo y morfogénesis (Allen et al., 1995; Bohnert y Sheveleva,
1998). Véase la Figura 1.
15
Figura 1. Resumen esquematizado del sistema de regulación ambiental de los programas de
desarrollo de las plantas. La acción de estos procesos da lugar a una planta con un fenotipo
particular.
Las ROS, en general, son producto de reacciones del metabolismo energético como la
fotosíntesis, la respiración y la fotorespiración. Otras reacciones de síntesis de ROS más
específicas y sujetas a control celular sobrevienen por la acción de enzimas como la NADPH
oxidasa, amino oxidasas y peroxidasas de la pared celular. La función de estas últimas
enzimas es producir ROS involucradas en la muerte celular programada y en la defensa
contra patógenos (Mittler, 2002).
El nivel normal de producción de ROS en las células vegetales de 240 µM s−1 O2− con un
nivel estacionario de 0.5 µM H2O2 en los cloroplastos, aumenta hasta 720 µM s−1 O2−, con un
nivel estacionario de 15 µM H2O2 en los cloroplastos por los factores ambientales que
inducen estrés osmótico, como el déficit hídrico, la salinidad y la baja temperatura, o bien por
el daño mecánico. Tanto en el caso de factores bióticos como abióticos, la sobreproducción
de las ROS causan estrés oxidativo celular, aunque tales compuestos también parecen
cumplir con la importante función de indicadores del estrés y segundos mensajeros en las
cadenas de transducción de señales de respuesta al estrés (Mittler, 2002).
16
La mencionada función dual de las ROS, por una parte como señalizadores del estrés, por
otra, como compuestos que causan la muerte celular, indica que el control de su
concentración por medio de sustancias antioxidantes, parece ocurrir debido, cuando menos,
a dos mecanismos: (i) uno que lleva a cabo el control fino de los niveles de los ROS para
propósitos de señalización y (ii) otro que se encarga de la desintoxicación de las ROS
producidas en exceso durante los eventos de estrés. Para el caso de la señalización parece
ser que tanto la concentración de una ROS específica, como la concentración relativa de
diferentes ROS, es determinante en la determinación de la respuesta celular. El cuadro 1
contiene un resumen de los principales sistemas bioquímicos que produce, elimina o
disminuye la producción de ROS.
MECANISMO LOCALIZACIÓN
Producción
Eliminación
17
Cloroplasto, mitocondria, citoplasma,
O2− por superóxido dismutasa
peroxisoma, apoplasto
Disminución o Prevención
18
Modulación de los fotosistemas y
pigmentos antena para disminuir la Cloroplasto
producción de O21 y O2−
¥
Modificado de Mittler (2002).
£
Mullineaux y Karpinski (2002).
Los principales sistemas de eliminación de ROS en las plantas incluyen a las enzimas
antioxidantes superóxido dismutasa (SOD), ascorbato peroxidasa (APX) y a la catalasa
(CAT), así como la actividad de quelatación y secuestro de iones de metales, la cuales
disminuye o previene la formación de radicales hidroxilo, resultantes de reacciones Haber-
Weiss o reacciones Fenton. El balance de la actividad de los tres sistemas enzimáticos:
SOD, APX y CAT es crucial para determinar la concentración relativa estacionaria de
radicales superóxido y de peróxido de hidrógeno, lo cual, a su vez, controla la producción de
radicales hidroxilo. Tal parece que las diferencias en la afinidad al H2O2 de las enzimas APX
(afinidad en concentración de µM) y CAT (afinidad en concentración de mM), son resultado
de que las diferentes enzimas pertenecen a dos clases de sistemas de eliminación de ROS:
uno de control fino y otro de eliminación de exceso en condiciones de estrés (Mittler, 2002).
La disminución de producción de ROS, es un mecanismo preventivo para evitar el daño
oxidativo tan importante, como el de eliminación de ROS. Dado que muchos factores
abióticos inducen estrés y el consiguiente aumento en la concentración de ROS, cualquier
factor anatómico, morfológico, bioquímico o fisiológico que disminuya la intensidad del estrés,
será valioso desde el punto de vista de que reduce la producción de ROS.
En la naturaleza, el factor inductor de estrés más común es el exceso de captura de
radiación (que genera gran cantidad de poder reductor), versus la poca capacidad de
utilización del potencial reductor, dependiendo este último en gran cuantía de la
-1
concentración de CO2. En otras palabras, el nivel actual de CO2 (∼390 µL L ) permite que
las plantas C3 utilicen adecuadamente la radiación solo hasta en un tercio o la mitad de la
irradiancia normalmente alcanzada en muchas regiones del planeta. Cuando se rebasa este
nivel de saturación de la radiación electromagnética (ubicado para plantas C3 entre 500 y
900 µmol de fotones m-2 s-1), entonces se presenta un exceso de poder reductor que genera
radicales libres, como resultado de la reducción parcial del O2.
En ese sentido, cualquier cambio en la planta que le permita disminuir la captura de
radiación, disminuirá, a su vez, el estrés por saturación de radiación electromagnética.
Ejemplos de lo anterior son las adaptaciones fisiológicas observadas en plantas C4 y CAM, o
bien los movimientos násticos o de enrollamiento foliar que surgen en algunas especies C3.
Otras adaptaciones son: la acumulación de estructuras reflejantes en la superficie foliar o el
19
acomodo de los estomas en cavidades de la epidermis. Todo lo anterior provoca la
disminución de la captura de radiación electromagnética y la disminución de la transpiración.
Otro ejemplo lo constituye la disminución reversible de la densidad de pigmentos antena de
los centros fotosintéticos, respuesta que se traduce en una menor captura efectiva de
radiación.
Una forma práctica de reconocer la presencia de los fitoquímicos es el color. Los frutos y
vegetales de color rojo contienen licopeno (el pigmento precursor de los carotenoides, que se
encuentran en gran cantidad en los tomates), que se asocia con la salud de la próstata. Los
de color amarillo y verde-amarillo, como el maíz y varios vegetales de hoja, contienen luteína
20
y zeaxantina, pigmentos que se localizan en la retina y disminuyen el riesgo de degeneración
macular. Los frutos de color rojo y morado contienen antocianinas, antioxidantes potentes
que se encuentran en las manzanas rojas, las uvas, las fresas, las frambuesas, las cerezas y
en el vino de uva. Los alimentos vegetales de color naranja, como el mango, la zanahoria, la
calabaza y el durazno contienen beta-caroteno. El color amarillo-naranja como el encontrado
en naranjas, mandarinas y limones se asocia con los flavonoides. Los alimentos blancos del
tipo de la cebolla y el ajo contienen compuestos de sulfuro con gran actividad germicida y
antioxidante (Heber y Bowerman, 2001).
Los vegetales de la familia de las crucíferas como el brócoli, la col de Bruselas y el kale
contienen glucosinolatos (Heber y Bowerman, 2001); estos compuestos son convertidos en
isotiocianatos por una myrosinasa vegetal y por la microflora gastrointestinal. Los
isotiocianatos y algunos glucosinolatos bloquean de forma muy efectiva la carcinogénesis
inducida químicamente en animales. Los isotiocianatos también son inductores de las
proteínas de fase 2, un grupo de proteínas antioxidantes asociadas a la reducción de la
susceptibilidad a la carcinogénesis en los mamíferos, modelo para el estudio del cáncer
(Talalay y Fahey, 2001).
En la actualidad, gran cantidad de textos, productos y sistemas se proponen para que los
humanos aumenten la ingesta de fotoquímicos. Ocasionalmente ocurre confusión al hablar
del efecto de ciertos alimentos; para evitarla, Bloch y Thomson (1995) presentan los
siguientes conceptos de diversos compuestos y su modo de acción en la salud humana:
21
Los antioxidantes se encuentran dentro de las categorías de agentes quimiopreventivos y
fitoquímicos.
22
Obviamente, un factor ambiental tan importante como la radiación electromagnética, en sus
componentes de calidad e irradiancia, cambiará la calidad nutricional de las plantas. En
efecto, se sabe que Brassica juncea acumula diferentes perfiles de vitaminas si crece en
ambientes con luz solar completa o con sólo el 50%, resultante del uso de mallas sombra. La
disminución de la radiación causa disminución en el ascorbato (seguramente como resultado
de la menor disponibilidad de glucosa) y aumento en los carotenoides y en la clorofila, sin
modificar el ácido fólico (Lester, 2006). La respuesta anterior es un ajuste a la capacidad de
captura de radiación que da lugar a cambios en los componentes nutricionalmente
importantes de las hojas. Otros efectos descritos en varias especies hortícolas son: el
aumento de la concentración de ascorbato al utilizar fuentes de luz enriquecidas en la banda
del azul, el aumento en la cantidad de licopeno en tomate expuesto a radiación enriquecida
en el rojo y la respuesta contraria al enriquecer la radiación con rojo lejano. Del mismo modo,
la exposición a la radiación UV-B se asocia con la disminución de la concentración celular de
ascorbato y carotenoides (Lester, 2006). Esta última respuesta seguramente resulta del
aumento de la cantidad de radicales libres, resultado de la exposición a este tipo de radiación
electromagnética.
Las respuestas de las plantas a la radiación electromagnética ocurren en un contexto de
concentración celular de elementos minerales relacionados con las reacciones redox de
transferencia de electrones. En este sentido, el Fe, Zn, Cu, Mn, Ca y Mg son determinantes.
En general, la mayor disponibilidad de minerales en la matriz de intercambio del suelo
resultará en frutas y hortalizas con mayor concentración de ascorbato, ácido fólico y
carotenoides, a excepción del nitrógeno cuya concentración se asocia de forma negativa con
la ácido ascórbico (Lester, 2006). El cultivo en suelos arenosos dará lugar a frutas y
hortalizas con menor cantidad de vitaminas (Lester y Crosby, 2002).
Los elementos P, K, Mn, Cu, B y Zn presentan un efecto positivo sobre el ascorbato; los
elementos N, K, Mg, Mn, Cu, B y Zn se correlacionan con valores más altos de β-caroteno.
Por su parte, al disponerse de niveles adecuados de N, P y B, la concentración de vitaminas
del complejo aumenta (Lester, 2006).
Algo parecido sucede con el pH del suelo, ya que este factor causa diferencias en la
disponibilidad de nutrimentos minerales. Los extremos de pH disminuyen la concentración de
vitaminas: al aumentar el pH disminuye el ascorbato, mientras que los valores bajos de pH
dan lugar a cosechas con escaso contenido de carotenoides (Lester, 2006).
Un punto interesante a estudiar es si existe algún efecto sobre la calidad nutricional de los
frutos cuando los elementos minerales se aportan en forma sintética u orgánica. Los pocos
estudios rigurosos que se han realizado, indican que existe una diferencia real y que el
mayor contenido de vitaminas se obtiene con los fertilizantes orgánicos (Lester, 2006). Es
posible que tal diferencia se encuentre en la mayor disponibilidad de elementos minerales al
aportar diversos ácidos orgánicos, húmicos y fúlvicos, así como por la conocida capacidad de
la materia orgánica de disminuir el potencial redox del suelo y de aumentar la disponibilidad
de metales.
23
CONCLUSIONES
Los antioxidantes naturales encontrados en las plantas responden a señales ambientales.
Los factores ambientales mencionados son manipulables, en mayor o menor medida, en los
sistemas de producción comerciales, lo cual significa que se encuentra al alcance la
posibilidad de mejorar la calidad nutritiva de los productos vegetales que consumimos,
respecto al contenido de antioxidantes. Sin embargo, actualmente no existe un consenso en
el sentido de que la mayor calidad nutricional implique mayor valor comercial, lo que hace
difícil convencer a los productores de que eleven sus costos de manejo en campo para
conseguir mayor cantidad de antioxidantes. Es necesaria una estrategia conjunta que
abarque el manejo de los suelos, las variedades, el manejo del producto, el almacenamiento,
la comercialización y el consumo, para lograr que la población aumente su ingesta de
antioxidantes y vitaminas provenientes de fuentes naturales vegetales.
LITERATURA CITADA
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26
CARACTERIZACIÒN NUTRIMENTAL DE FRUTOS DE
TOMATE HÍBRIDOS DE CULTIVARES COMERCIALES Y
EXPERIMENTALES
Correspondencia: jsiller@ciad.edu.mx
27
RESUMEN
En el estado de Sinaloa se evalúan anualmente más de 100 híbridos de tomate
producidas por 22 compañías trasnacionales. Estos materiales experimentales son
evaluados y comparados con los materiales comerciales para encontrar los de mayor
rendimiento y productividad. A pesar de que los frutos de tomate son una fuente importante
de vitamina C, potasio, ácido fólico, licopeno y β-caroteno y de que numerosos estudios
epidemiológicos han demostrado la importancia de consumir este fruto para reducir la
aparición de enfermedades cardiovasculares y diversas formas de cáncer, no existe
información sobre el contenido nutrimental tanto de los materiales de tomate que se cultivan
actualmente en Sinaloa, como de los nuevos híbridos en etapa experimental. El objetivo del
presente trabajo consistió en caracterizar la calidad nutrimental de los frutos de tomate rojo
maduro de cultivares comerciales y experimentales y determinar si existen diferencias en el
contenido nutrimental de éstas. Se seleccionaron frutos de tomate bola en estado de
madurez comercial de 28 materiales híbridos, 14 de hábito de crecimiento determinado y 14
de indeterminado. Se evaluó el contenido proximal (proteínas, grasas, carbohidratos y
minerales) utilizando la metodología recomendada por el AOAC (1990). Se cuantificaron
vitamina C y β-caroteno por HPLC y licopeno por espectrofotometría.
El mayor contenido de licopeno lo presentó la variedad Sharon con más de 60 µg/g. Las
variedades con mayor contenido de Vitamina C fueron R-494, GVS-51993, XP-12302 y TX-
9960, las cuales presentaron alrededor de 16 mg/100g. Estas cantidades cubren el 26% de la
ingesta diaria recomendada. Los minerales más importantes en todas las variedades fueron
calcio, fósforo y potasio. Se observaron diferencias marcadas entre variedades,
principalmente en el contenido de minerales, vitamina C, licopeno y β-caroteno. Los resultados
obtenidos serán útiles a los productores para seleccionar los materiales a cultivar y
comercializar en mercados que demandan productos con alto valor nutritivo.
INTRODUCCIÓN
La mayoría de las exportaciones de hortalizas mexicanas son encaminadas a
abastecer la demanda de los mercados estadounidenses y en menor proporción los de
Canadá. Sin embargo, la búsqueda de nuevos mercados de exportación ha dado en los
últimos años resultados positivos hacia algunos países de Europa y Japón. Estos
acontecimientos han mostrado que para competir en esos mercados es necesario llegar con
productos de excelente calidad que permitan sobresalir en estos mercados.
Ante la globalización de los mercados, el contenido nutrimental es una herramienta
que permitirá continuar siendo competitivo en los mercados internacionales. La calidad
nutrimental, definida por el contenido de nutrientes, vitaminas, minerales y antioxidantes tiene
desde este punto de vista, un importante significado en la comercialización, dado que su
conocimiento impacta en las preferencias del consumidor y ayuda a conseguir un mejor
precio. Aunado a esto, la evidencia clínica acumulada hasta el momento continúa mostrando
28
que el contenido de algunos nutrientes del tomate esta asociado con un menor riesgo de
desarrollar ciertas enfermedades crónicas y cáncer, lo cual ha incrementado su consumo e
interés por conocer su valor nutrimental. Esto demandó, que un punto central en la
investigación fuera estudiar el contenido nutrimental de los frutos de tomate para determinar
si existen diferencias entre variedades. Aquellos materiales que presenten frutos con alto
valor nutrimental, podrán ser promocionados en el mercado con una calidad distintiva y llegar
a ser más competitivos.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se seleccionaron frutos de tomate bola en estado de madurez comercial de 28
materiales, 14 de hábito de crecimiento determinado y 14 de hábito de crecimiento
indeterminado (Cuadro 1). Los frutos fueron cosechados en estado rojo maduro del campo
experimental del INIFAP en Enero de 2004. Los materiales se seleccionaron en base a la
información de rendimiento y calidad física y química generada en el ciclo pasado por
Valenzuela (2003) y Siller et al. (2003). Una vez cosechados los frutos se trasladaron a los
laboratorios del CIAD Unidad Culiacán donde fueron seleccionados para obtener
homogeneidad en el tamaño, forma, color y en cuanto a que estuvieran libres de defectos,
plagas y enfermedades. El diseño experimental fue en 2 bloques (hábito de crecimiento) y un
factor totalmente al azar con 14 niveles (variedad). Los análisis se hicieron por triplicado.
Para el análisis de varianza se utilizó el paquete estadístico MINITAB 13.1. En los casos
donde se encontraron diferencias significativas se empleó la prueba de Tukey para la
comparación de medias, con un nivel de confianza del 95%.
β-caroteno. Se utilizó la técnica descrita por Bushway y Wilson (1982). Cinco g de muestra
homogenizada se mezcló con 5 g de Na2SO4 y 0.5 g de MgCO3 y se sometió a tres
extracciones sucesivas con 30 ml de una mezcla de metanol-tetrahidrofurano 50:50 con
0.01% de BHT. Utilizando un homogenizador de tejidos Ultra Turrax T25 y filtrando a vacío
entre cada extracción; los tres filtrados se colocaron en un matraz volumétrico de 100 ml y se
utilizó la misma mezcla extractora para aforar. Se tomó una porción de esta solución y se
hizo pasar por una membrana de Nylon de 0.45 µm de poro y 25 mm de diámetro. El equipo
cromatográfico y la columna fueron los mismos que para vitamina C, la diferencia fue que se
utilizó como fase móvil una mezcla de Acetonitrilo:Metanol:Tetrahidrofurano en proporción
53:35:7, con una velocidad de flujo de 1.5 ml/min. La detección se realizó a 460 nm y la
cuantificación mediante una curva de calibración (R= 98.5%) construida con soluciones de
concentración conocida de un estándar de β-caroteno (Sigma-Aldrich).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Antes de discutir los resultados es necesario resaltar que la variedad comercial con
hábito de crecimiento determinado es la R-494, mientras que para las variedades con hábito
de crecimiento indeterminado fueron las variedades comerciales Attention y Gironda.
30
proteína y grasa entre algunas variedades; sin embargo, el aporte por ración de éstos
componentes no es muy importante, por lo que no se señalan. La utilidad de estos resultados
se debe a que con ellos se elaboró la etiqueta nutrimental de cada una de las variedades
estudiadas (datos no mostrados).
31
evaluados en éste trabajo presentaron cantidades importantes de éste pigmento. Los
resultados se ilustran en la Figura 3a; en donde sobresalen por su mayor contenido de β-
caroteno los frutos de la variedad HMX-3824 con 2.7 µg/g, siendo ésta diferente
estadísticamente, aunque los frutos de las demás variedades alcanzaron valores de β-
caroteno entre 2.3 y 2.5 µg/g.
Los frutos de hábito de crecimiento indeterminado se comportaron de manera muy
similar, ya que todas las variedades tuvieron niveles de β-caroteno alrededor de 2.5 µg/g
(Figura 3b). El contenido de β-caroteno de ambos grupos de frutos es muy similar y
concuerda con lo reportado en la literatura, con valores para tomate entre 1.7 y 5.6 µg/g
(Azcon-Bieto y Talon, 1993; Tanamachi, 2002).
CONCLUSIONES
La información generada en este estudio permite clasificar en rangos las distintas
variedades en función de sus características nutrimentales. Esta información puede ser
explotada para promocionar su valor nutracéutico en la comercialización. Las características
que principalmente pueden resaltarse incluyen los contenidos de vitamina C, licopeno y β-
caroteno.
El análisis proximal y de minerales realizado marca pequeñas diferencias entre
variedades y es útil para identificar cada variedad con su etiqueta nutrimental y cubrir así en
un futuro inmediato los nuevos requisitos exigidos en los mercados internacionales.
LITERATURA CITADA
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33
Cuadro 1. Materiales de tomate bola evaluados y compañía proveedora de
semillas.
V
COMPAÑÍA DETERMINADOS INDETERMINADOS COMPAÑÍA
LSL Zeraim
R-449N FA-1912
Biotechnologies Gedera
LSL Zeraim
R-494* TROFEO
Biotechnologies Gedera
LSL
L-219* PS-151052 Seminis
Biotechnologies
34
Cuadro 2. Composición Proximal de Frutos de Tomate de Diferentes Materiales Híbridos de
Hábito de Crecimiento Determinado.
35
Cuadro 3. Composición Proximal de Frutos de Tomate de Diferentes Materiales Híbridos de
Hábito de Crecimiento Indeterminado.
36
b)
a)
Contenido de Vitamina C (mg/100g)
Contenido de Vitamina C (mg/100g)
0.0
2.0
4.0
6.0
8.0
10.0
12.0
14.0
16.0
18.0
20.0
0
2
4
6
8
10
12
14
16
18
20
GVS-1025 GVS-51993
GVS-51994 GVS-51992
FA-1912 R-449N
TROFEO R-494
PS-151052 L-219
MIRAMAR SHARON
ATTENTION XP-12302
GIRONDA
PR-461
GC-42031
H-116
ZUNI
XTM-0225
CHARLESTON
HMX-3824
BADRO
TX-99960
CAIMAN
SORAYA
CLX-37125
SEBRING
hábito de crecimiento determinado; b) hábito de crecimiento indeterminado
Figura 1. Contenido de Vitamina C en Frutos de Tomate de Diferentes Materiales Híbridos. a)
37
b)
a)
Contenido de Licopeno (µg/g) Contenido de Licopeno (µg/g)
0
10
20
30
40
50
60
0
10
20
30
40
50
60
G VS-1025
G VS-51994 GVS-51993
GVS-51992
FA-1912
R-449N
TRO FEO
R-494
PS-151052
L-219
MIRAMAR
SHARON
ATTENTIO N
XP-12302
G IRO NDA
PR-461
GC-42031 H-116
ZUNI XTM-0225
CHARLESTON HMX-3824
BADRO TX-99960
CAIMAN SORAYA
SEBRING
CLX-37125
hábito de crecimiento determinado; b) hábito de crecimiento indeterminado
Figura 2. Contenido de Licopeno en Frutos de Tomate de Diferentes Materiales Híbridos. a)
38
b)
a)
Contenido de ß-caroteno ( µg/g)
Contenido de ß-caroteno (µg/g)
0
0.5
1
1.5
2
2.5
3
0
0.5
1
1.5
2
2.5
3
GVS-51993
GVS-1025
GVS-51992
GVS-51994
R-449N
FA-1912
TROFEO R-494
PS-151052 L-219
MIRAMAR SHARON
ATTENTION XP-12302
GIRONDA PR-461
GC-42031 H-116
ZUNI
XTM-0225
CHARLESTON
HMX-3824
BADRO
TX-99960
CAIMAN
SORAYA
CLX-37125
SEBRING
hábito de crecimiento determinado; b) hábito de crecimiento indeterminado
Figura 3. Contenido de β-caroteno en Frutos de Tomate de Diferentes Materiales Híbridos. a)
39
EFECTO DE LA NUTRICIÓN VEGETAL EN RENDIMIENTO
Y VIDA POSCOSECHA EN HORTALIZAS
*Correspondencia: totono@itson.mx
40
RESUMEN
La producción de hortalizas en el sur de Sonora, se ha incrementado de manera significativa
en los últimos quince años, de manejarse un área de alrededor de 800 ha a mas de 15 mil ha
a la fecha, sobresaliendo en la diversidad de cultivos, los miembros de las solanáceas, tales
como el chile, el tomate y la papa y de las cucurbitáceas, la sandía, calabacita, melón y
pepino, además de áreas constantes de cebollas, brócoli y espárrago entre otras, liderando
en áreas de producción chile, papa y sandía a nivel Valle del Yaqui, Sonora. Dentro de los
factores de producción que inciden en el manejo de hortalizas en el sur de Sonora, la
nutrición vegetal y uso de fertilizantes juega un papel decisivo, sobre todo en el orden de las
relaciones entre los nutrimentos, el abuso de alguno de ellos, el desabasto de otros y la
influencia directa dentro de la fisiología y bioquímica poscosecha de los diversos productos
que se obtienen de ellas. Ya que al alterar en cualquier momento del desarrollo de este tipo
de cultivos, la cual es muy breve, sobre todo el período de emergencia a primeros frutos, el
aporte de nutrimentos debe ser de manera rápida y segura, cuidando estén los que se
necesiten en cada fase de su crecimiento, dentro de estos tenemos al nitrógeno, fósforo,
potasio, calcio, magnesio, fierro, cobre, zinc entre otros.
NUTRICIÓN VEGETAL
La nutrición vegetal estudia y concilia las demandas nutrimentales y propiedades del medio
con métodos de mejoramiento en nutrición, su objetivo primordial, es analizar los factores y
procesos involucrados en la nutrición de los cultivos en relación con la producción en
cantidad y en calidad, sin afectar el ambiente y cuidando una buena relación costo -
beneficio; esto comprende aspectos fisiológicos, ecológicos y bioquímicos. La fertilización
como parte de la nutrición vegetal tiene como fin el lograr que la alimentación de la planta
satisfaga las expectativas de su cultivo, se le considera como el factor de producción más
importante después de la disponibilidad de agua y que junto con la temperatura y las
propiedades fisicoquímicas del suelo son los factores primarios que determinan la
productividad de éstas (Gutiérrez, 1995; Uvalle y Osorio, 1998).
41
Los diferentes tipos de análisis que se pueden utilizar para llevar a cabo un diagnóstico
nutrimental son: sintomatología visual, análisis de suelo, de salinidad, de fertilidad, de
extracto de pasta saturada y análisis vegetal (Grageda, 1999). El análisis de extracto de
pasta nos indica la concentración de iones de elementos nutritivos disponibles en el suelo,
que nos ayuda en el ajuste de la solución nutritiva que se está utilizando (Burgueño, 1997).
El análisis vegetal denominado también análisis foliar de tejidos vegetales ó análisis mineral
de plantas, se ha convertido en una gran herramienta para identificar y/o confirmar
desórdenes nutricionales, ya que correlaciona el contenido de un nutrimento dado, con la
apariencia de la planta, rendimiento y/o calidad del producto cosechado. Su objetivo principal
es detectar con oportunidad el status de algún elemento con el fin de hacer las correcciones
pertinentes al programa inicial de fertilización (Grageda, 1999; Castellanos et al., 2000).
En los Cuadros 1 y 2 se indica una guía de niveles críticos de concentración en los
principales macro y micronutrimentos en tomate y para cultivos en general. Aún cuando el
objetivo principal del análisis vegetal es diagnosticar anomalías nutrimentales, también sirve
para ratificar un diagnóstico de síntomas visuales a través del estudio de la movilidad de los
nutrimentos, variaciones en forma, color, hábito y estado general de la planta sin olvidar los
factores suelo, clima, manejo e incidencia de plagas y enfermedades; identifica deficiencias
latentes en cultivos que aunque no presentan ninguna anomalía visual, sus rendimientos son
bajos y su calidad deficiente; proporciona evidencia de que los nutrimentos aplicados como
correctivos han sido absorbidos por la planta; provee una idea clara de la absorción y
acumulación de algunos nutrimentos que ayudan a interpretar los resultados de la
experimentación agrícola; además de reconocer una anomalía, ayuda en la identificación de
las causas; al analizar diferentes órganos u organelos celulares, colabora en el
entendimiento de los mecanismos de acumulación y movimiento de nutrimentos, así como su
participación en diversos procesos fisiológicos de los cultivos; por último, identifica
deficiencias cuando se presentan por efectos antagónicos o competencias nutrimentales no
específicas, tal es el caso de la deficiencia de fierro inducida por una absorción excesiva de
manganeso, la alta fertilización con fósforo que suele afectar la absorción de zinc o bien
cuando la asimilación de potasio se ve restringida por una aplicación de altas cantidades de
hidróxido de sodio (Alcántar y Sandoval, 1999; Castellanos et al., 2000; Salisbury y Ross,
2000).
42
Cuadro 1. Tabla de valores para interpretación del análisis vegetal en tomate en la etapa de
floración.
SUFICIENTE
CULTIVO ELEMENTO BAJO ALTO
%
N 1.50-1.79 1.80-2.5 >2.5
P 0.16-0.17 0.18-0.6 >0.7
K 3.00-3.49 3.50-6.0 >6.0
Ca 1.20-1.49 1.50-2.5 >2.5
Mg 0.28-0.32 0.33-0.9 >0.9
Tomate ppm
B 23-24 25-75 >75
Cu 3-4 5-50 >50
Fe 50-59 60-300 >300
Mn 40-49 50-250 >250
Zn 18-19 20-250 >250
Benton et al., 1991.
43
Relaciones nutrimentales. Uno de los aspectos más importantes a considerar en la
interpretación de resultados del análisis vegetal, se refiere a las relaciones nutrimentales,
pues es común que se presenten síntomas de deficiencia de algún nutrimento por un
desbalance, en cuanto a su concentración relativa con los demás. Esta relación es
importante, tanto en el sustrato donde crecen las plantas (suelo o soluciones nutritivas) como
dentro de la planta misma, ya que muchas veces altas concentraciones de algún elemento
pueden reducir la porción absorbida de otro causando así una deficiencia de forma indirecta
o inducida (Fageria et al., 1997; Alcántar y Sandoval, 1999).
Por lo anterior, son frecuentes las interpretaciones erróneas cuando se evalúa solamente la
concentración de un nutrimento, sin considerar su balance con otros que puedan ser
antagónicos entre sí. Por ejemplo una alta relación entre Mn/Fe en el medio nutritivo
favorece la deficiencia de fierro; esto indica que si, por ejemplo en manzana el análisis foliar
nos reporta una concentración de 150 ppm de fierro, no podemos con éste último dato inferir
si el cultivo está, o no, bien abastecido, ya que la suficiencia de fierro estará determinada, en
parte por la concentración de Mn; así el fierro será suficiente ó adecuado si el rango de Mn
oscila entre 60 y 80 ppm, pero si el nivel de éste se encuentra entre 100 y 200 ppm, es de
esperarse competencia de Mn en algunos sitios activos de fierro. Finalmente si al
manganeso tiene valores arriba de 250 ppm, es casi seguro que el exceso de éste límite de
forma significativa la absorción y actividad del fierro. Tanto en éste caso específico, como en
otros balances nutrimentales, además de considerar la relación Mn/Fe, habrán de
considerarse los aspectos antes descritos para la interpretación del análisis. De igual manera
es muy importante considerar algunas otras interacciones que pueden originar desbalances
entre pares iónicos: Zn/P, Zn/N, Cu/P, Fe/P, Mo/S, B/Ca, Zn/Fe, Fe/Mo, Cu/Fe, Cu/Mo,
Cu/Zn, Ca/Mg, K/Mg, y K/Ca (Mortvedt et al., 1972; Fageria, 2001).
Grageda (1999), señala que los resultados del análisis de suelo generan valores en los
nutrimentos que es conveniente relacionar, debido a que actúan muy ligados entre sí, y
pueden llegar a competir por sitios de intercambio en el suelo, lo cual define fuertemente su
disponibilidad y su desbalance influirá en la decisión de aplicar o no algún nutrimento. En
general para calcio es conveniente que el análisis de suelo arroje valores equivalentes al 65-
85% de la capacidad de intercambio catiónico (CIC) y para magnesio que ocupe el 10-15% y
que la relación Ca/Mg no sea menor a 2 ni mayor que 20 porque podrían ocurrir deficiencias.
La relación de potasio y magnesio (K2O/MgO) se aconseja que sea de 1, si supera 4 hay
riesgos de carencia inducida de magnesio (Burgueño, 1997; Fageria et al., 1997; Grajeda,
1999).
La interacción entre nutrientes en las plantas cultivadas ocurre cuando al abastecimiento de
uno de los nutrientes afecta la absorción y utilización de otros nutrientes, este tipo de
interacción es muy común cuando un nutriente tiene un exceso de concentración en el medio
de cultivo y pueden ocurrir en la superficie de la raíz o dentro de la planta. Las interacciones
pueden ser clasificadas en dos categorías principales; en la primera están los precipitados o
complejos que ocurren entre iones por su capacidad de formar vínculos químicos; y la
segunda es entre iones con propiedades tan similares que compiten por el sitio de adsorción,
absorción, transporte y función en la raíz de las plantas o dentro de sus tejidos; éste último
tipo de interacción es frecuente entre nutrientes de similar tamaño, carga, geometría de
coordinación y configuración electrónica, y ocurre comúnmente entre Ca2+, Mg2+, K+, y Na+.
(Benton et al., 1991; Fageria, 2001; Marschner, 2003).
44
Los balances adecuados entre nutrimentos varían con la etapa fenológica de la planta; así lo
que fue óptimo para el desarrollo de la plántula puede no serlo ya para el desarrollo y
cuajado de fruto, de ahí la importancia de conocer los equilibrios críticos para cada etapa
fenológica (Uvalle y Osorio, 1998; Grageda, 1999).
Las relaciones entre nutrimentos pueden ser positivas o negativas o bien que no haya
interacción. Cuando la respuesta del cultivo a la combinación de nutrientes es más grande
que la suma de sus efectos individuales, la interacción es positiva; cuando el efecto de la
combinación es más pequeño, la interacción es negativa; en el primer caso los nutrientes
presentan sinergismo y en el último caso es antagonismo. Si no hay diferencia de la
respuesta en la combinación con respecto a su aplicación separadamente, hay ausencia de
interacción. En la mayoría de los experimentos de nutrición en plantas es estudiado el efecto
de un solo nutriente en el crecimiento de las plantas, sin embargo las investigaciones que
analizan el efecto de más de un nutriente en el mismo experimento son limitadas; bajo ésta
situación, las interacciones entre los nutrientes pueden ser identificadas tomando en
consideración los efectos de incrementar concentraciones de nutrientes en la toma o
absorción de otro nutriente y su correspondiente respuesta del cultivo (Benton et al., 1991;
Fageria et al., 1997; Fageria, 2001).
La importancia de las interacciones nutrimentales en la producción de cultivos, es un reflejo
indirecto de su contribución al rendimiento, investigaciones al respecto muestran que los más
altos rendimientos han sido obtenidos donde los nutrientes y otros factores del crecimiento
están favorablemente balanceados, cuando uno se aleja de ese estado los antagonismos se
reflejan en reducción del rendimiento. Las interacciones antagónicas y sinérgicas están
determinadas por el nivel de cada nutriente en el suelo y la especie de la planta y algunas
veces entre cultivares de la misma especie, en suma, la física, química y las propiedades
biológicas del suelo también cambian los patrones de las interacciones de nutrientes en las
plantas. El mejor entendimiento de ésas propiedades del suelo nos puede conducir a reducir
las interacciones negativas y a hacer más eficiente la producción de los cultivos. Aunque han
sido reportados muchos estudios, las interacciones no están completamente caracterizadas.
Las interacciones entre macro y micro nutrientes necesitan mas estudio y caracterización,
especialmente bajo condiciones de campo (Salisbury y Ross, 2000; Fageria, 2001;
Marschner, 2003).
Mortvedt et al., (1972), hacen énfasis en la compleja naturaleza de las relaciones entre
crecimiento de la planta, la concentración de nutrimentos en solución y la concentración de
los mismos dentro de la planta; el crecimiento depende de varios factores que interactúan
entre sí, tales como: el abastecimiento de nutrimentos, el rango de absorción de los
nutrimentos, la distribución de éstos hacia sitios funcionales y la movilidad de los mismos.
Grandes progresos se han logrado a éste respecto, principalmente en lo relativo a los
problemas en los puntos de conexión entre factores interactuantes.
Los futuros enfoques de la nutrición vegetal probablemente estarán dirigidos a dilucidar los
mecanismos de las relaciones entre micronutrimentos a nivel celular y molecular. Por
ejemplo existe la necesidad de identificar los sitios de la planta en donde el fierro y el zinc
son metabólicamente activos y donde las concentraciones excesivas de fósforo pueden
interferir con la máxima actividad de ésos nutrimentos. Por ésta razón, un simple análisis de
fierro y zinc, en hojas, tallos y raíces, probablemente no será suficiente para interpretar sus
interacciones con fósforo (Alcántar y Sandoval, 1999; Castellanos et al., 2000).
45
El metabolismo del nitrógeno en las plantas requiere un contenido adecuado de potasio en el
citoplasma, sin embargo la influencia de NH4+ en la solución nutritiva y la toma de potasio por
la planta es controversial, bajo este contexto se llevó a cabo un estudio para identificar el
efecto de la forma del nitrógeno en la toma de potasio en chile bell pepper; se evaluaron
cuatro proporciones de NH4+ - N a NO3- -N: 0:6, 0.9:5.1, 1.8:4.2, y 3:3, y se concluyó que
cuando NH4+ - N ocupa entre el 15 a 30% del total del nitrógeno en la solución nutriente, el
rendimiento total del fruto se incrementa, junto con la eficiencia de la fertilización de potasio
en bell pepper (Gohua, 2002).
La aparición de necrosis apical o «blossom-end rot» (BER) en tomate está relacionada con
una disminución en la absorción y translocación del Ca debida, no solo a las condiciones
ambientales, sino también a su interacción con el potasio, nitrógeno, fósforo y boro
contenidos en la membrana permeable de la célula y en la estructura de la pared celular,
esto se pone de manifiesto cuando el BER se presenta incluso cuando se aportan las
necesidades totales de Ca2+, debido a la limitada capacidad de las plantas para regular su
distribución interna, fundamentalmente hacia los órganos de baja transpiración y rápido
crecimiento, como los frutos, esto puede ser potenciado por la inhibición de la absorción del
Ca en presencia de una elevada concentración de Mg (Zhu and Shu, 1991; Willumsen et al.,
1996; Sams and Conway, 2003).
La relación existente entre la absorción de Ca2+ y de agua por parte de la planta, tiene gran
influencia en la nutrición de las plantas; en tomate, al aumentar la presión de vapor en la
atmósfera, disminuye el flujo de transpiración, y por ende, la absorción de Ca2+, si además se
presenta una relación Ca2+ : (K+ + Mg2+ + NH4+) baja, es decir menor de 40 : 60 es muy
probable que se manifiesten algunos problemas fisiológicos derivados de un desbalance
nutrimental, como es el caso de la pudrición apical. Con base en la demanda de cationes por
parte de la planta de tomate, Lara (1999), expresa dicha relación, en porcentaje de mol cm-3,
y menciona que ésta disminuye al pasar de una etapa fenológica a otra, en la etapa
vegetativa el mayor desarrollo se presentó con la relación 42 : 58, al pasar a la etapa
reproductiva esta relación cambió a 35 : 65, y en la etapa de desarrollo de fruto la relación
que proyectó un incremento en el desarrollo de la planta fue 28:72.
Extracción de nutrientes. Las hortalizas son generalmente de crecimiento rápido y
producción intensiva, además, las exigencias de calidad (tamaño, color, textura, firmeza,
sabor, etc.), son mayores, por lo que tienen una demanda intensiva de la mayoría de los
nutrimentos en un período muy corto de tiempo, ya que la mayoría de las especies hortícolas
son de ciclo corto, completando su ciclo productivo entre 8 y 16 semanas. El estado
nutricional de ellas está relacionado con el rendimiento y calidad de la cosecha y se ve
afectado, por diversos factores como las propiedades físicas y químicas del suelo, la
fertilización aplicada, la precipitación y el riego, la demanda per se del cultivo y sus
interacciones con otros factores presentes en el suelo (Grageda, 1999; Maroto, 1992).
Conocer la cantidad óptima de un nutrimento de interés consumido diariamente durante la
estación de desarrollo de un cultivo, que resulte en un rendimiento óptimo y de calidad,
permitiría definir la cantidad mínima de este nutrimento por aplicar diariamente y que es
requerido para mantener una concentración estable del mismo, en el medio correspondiente,
que conjuntamente con la cantidad óptima de raíces y su distribución en el sistema, nos
aseguraría que las plantas absorben agua y nutrimentos de acuerdo a sus demandas (Ho
and Adams, 1995; Hochmuth, 1998).
46
La demanda nutrimental de cada cultivo, está basada en la habilidad de absorber una
cantidad de nutrimentos necesarios para alcanzar una meta de producción y se contabilizan
por la concentración en la materia seca de los productos cosechados, es decir frutos y follaje.
Las plantas contienen prácticamente los 92 elementos naturales, pero sólo necesitan 16 para
un óptimo crecimiento. El contenido crítico de los macronutrimentos en la planta oscila en el
rango de 2 - 30 g kg-1 de materia seca, mientras que los micronutrimentos oscilan de 0.3 - 50
mg kg-1 de materia seca (Gutiérrez, 1995; Finck, 1998).
En condiciones de campo, en el Valle de Culiacán, Sinaloa, al analizar el efecto de tres dosis
de nitrógeno (250, 350 y 450), potasio y láminas de riego por goteo (LR), sobre la producción
de frutos de tomate, se midió la tasa de absorción (en mg planta-1 día-1) máxima y
acumulación de nitrógeno en hojas, tallo y raíz, y ésta ocurrió en el período de 30 a 70 días
después del transplante (ddt), posteriormente descendió debido a la demanda de frutos en
crecimiento; la acumulación fue mayor en hojas que en tallos, sin embargo a partir de los 70
ddt ocurrió un fuerte transporte de éstos hacia los frutos, el cual fue mayor en la dosis mas
baja del elemento. Dosis de nitrógeno superiores a 250 k ha-1 no mejoraron la producción del
fruto, y su contenido de sólidos solubles totales (grados Brix) y acidez tampoco se
incrementaron significativamente, además la firmeza, color y pérdida de peso se vieron
disminuidos significativamente. La dosis alta de potasio no incrementó la producción, ni los
parámetros de calidad arriba mencionados, excepto el color del fruto que si se mejoró. El
tratamiento que mostró alta producción del fruto, sin afectar la calidad del mismo fue el de
250 kg ha-1 de N + 150 kg ha-1 de K2O + 304 mm de lámina de riego (Villarreal et al., 1999).
En las especies de fruto y flor, la extracción de N, P y K es muy lenta en el primer mes de
desarrollo de los cultivos, pero a partir del segundo mes se incrementa drásticamente
(floración, amarre y desarrollo del fruto). En tomates y chiles los elementos extraídos se
localizan principalmente en los frutos para el caso del N y P, mientras que el K, en tallos y
hojas. Para obtener un rendimiento de 50 ton ha-1 el tomate requiere 180, 50 y 200 kg ha-1 de
N, P2O5 y K2O, respectivamente (Domínguez, 1997; Grageda, 1999).
Programas de fertilización. Para el cultivo de tomate en el Valle del Yaqui se recomienda
de 200 a 250 kg/ha de nitrógeno, y de 60 a 100 k ha-1 de fósforo. Con relación a potasio, no
se ha encontrado respuesta a su aplicación en rendimiento de fruto; sin embargo, para
mejorar las características de calidad, y previo análisis de laboratorio, se puede suplementar
con 100 k ha-1 de este elemento. El fósforo y el potasio, así como la mitad del nitrógeno
deben ser aplicados antes del transplante, y el resto del nitrógeno antes o durante los dos
siguientes riegos, depositando al fertilizante en banda a un lado de las plantas. En riegos por
goteo, es conveniente aplicar el 40% de la dosis como fertilización base antes del
transplante, y el resto deberá dosificarse de acuerdo a un calendario de aplicación durante el
ciclo del cultivo (INIFAP, 2001).
En las recomendaciones generales de fertilización para riego por goteo y gravedad se
recomienda aplicar el fósforo en su totalidad en presiembra por sus características de
disponibilidad, en el mismo sentido, el nitrógeno debe fraccionarse a lo largo del ciclo, pero
reduciendo su aplicación en la etapa de amarre de frutos, en cucurbitáceas y en chiles es
recomendable aplicar la mayor parte antes de floración con el fin de tener una planta con
buen anclaje y desarrollo vegetativo para proteger los frutos de daños por radicación solar
principalmente (Grageda, 1999; INIFAP, 2001). En sistemas de riego rodado la sugerencia
de fertilización es 150 N, 80 P2O5 y 0 K2O. Para riego por goteo, el programa se basa en
47
recomendaciones para Florida Estados Unidos, realizadas por Hochmuth (1998); suponiendo
transplante como método de siembra y un espacio entre camas de 1.8 m, se propone la
distribución que se presenta en el Cuadro 3 de acuerdo al desarrollo del cultivo.
Con el objetivo de determinar la fertilización óptima en tomate, Gretchen y Barker (2002),
llevaron a cabo un estudio, donde evaluaron concentraciones de nitrógeno de 0 a 200 mg l-1
acompañado de incrementos proporcionales de otros macro nutrientes como: fósforo (0 a 44
mg l-1), potasio (0 a 160 mg l-1), calcio (0 a 200 mg l-1) y Mg (0 a 48 mg l-1). La concentración
de nutrientes extraíbles en el medio se incrementó linealmente con el incremento de
nutrientes en la solución, sin embargo al pasar el tiempo, subieron las concentraciones de
nitrógeno en el medio, pero fósforo, potasio, calcio y magnesio disminuyeron. La
concentración de nitrógeno, fósforo y potasio en las hojas se incrementó al aumentar las
cantidades de ésos nutrientes en la fertilización, pero magnesio y calcio no tuvieron cambios
significativos en hojas con el incremento en el abasto de nutrientes; con el tiempo las
concentraciones de nitrógeno, fósforo, calcio y magnesio en los tejidos disminuyó, pero
potasio ascendió. El máximo crecimiento, se dio con las siguientes concentraciones críticas
en la solución nutritiva (en mg kg-1): 30 NO3-N, 30 P, 300 K, 2600 Ca y 800 Mg y en hojas:
(en g kg-1): 35 NO3-N, 10 P, 70 K, 35 Ca y 20 Mg.
En condiciones de campo se evaluaron diferentes tratamientos de ferti riego para determinar
su efecto sobre el crecimiento, rendimiento y calidad del chile jalapeño. Los factores de
estudio fueron 3 con cuatro niveles cada factor: carga de tensión de humedad del suelo (30,
60, 90 y 120 kPa), fertilización nitrogenada (290, 340 390 y 440 kg ha-1) y potásica (10, 50,
90 y 130 kg ha-1). Los nutrimentos se aplicaron proporcionalmente a los requerimientos
hídricos del cultivo a través de su ciclo. Las variables de estudio fueron: tasa de crecimiento y
variables fisiotécnicas, rendimiento acumulado de 3 cosechas y calidad del fruto evaluada
con una escala de 1 a 10. Los análisis arrojaron diferencias altamente significativas y se
concluyó que el máximo crecimiento, se presentó con una carga de humedad del suelo de 90
kPa, 390 kg ha-1 de nitrógeno y 90 kg ha-1 de potasio; el rendimiento máximo de 5289.7 kg
ha-1 se obtuvo con: 120 kPa, 341.6 kg ha-1 de nitrógeno y 130 k ha-1 de potasio; la máxima
calidad del fruto con calificación de 10 se presentó en el tratamiento de 114.31 kPa, 435 kg
ha-1 de nitrógeno y 10 kg ha-1 de potasio (Báez et al., 2002).
La fertilización con micronutrimentos para hortalizas, se ha vuelto muy compleja debido a la
introducción de nuevas fuentes y al uso de nuevos métodos de aplicación. Generalmente,
son mas convenientes las aplicaciones foliares, debido a que se evitan reacciones de fijación
o bloqueo en suelos alcalinos, sin embargo el uso de quelatos a base de EDDHA en
nutrimentos como el fierro y zinc, dan excelentes resultados. En el Cuadro 4 se presentan
dosis generales de micronutrimentos para aplicaciones al suelo y foliares; en éstas últimas
normalmente se aplican de 200 a 400 l ha-1 de solución (Grageda, 1999). Las aportaciones
de micro elementos son de 100 a 1000 veces menores que las de macro elementos y se
hacen con soluciones madres de fabricación comercial, lo cual es muy común, ya que evita
pesar cantidades muy pequeñas de sales, lo cual es difícil de realizar y representa un riesgo
de error que puede convertirse en toxicidad (Burgueño, 1997).
Cuadro 3. Programa de inyección de fertilizantes a través del sistema de riego por goteo para
tomate.
48
DOSIS DE INYECCIÓN (kg ha-1
DESARROLLO DEL CULTIVO: ETAPA- dia-1)
(SEMANAS)
N K
(Hochmuth, 1998).
49
Tratamientos y Diseño Experimental. Los tratamientos estudiados provienen de una matriz
San Cristóbal, estos tratamientos se detallan en el Cuadro 5, donde la dosis 4 se ubicó como
el testigo recomendado para la región. Las dosis de fertilización fueron diversas
combinaciones de N, P (P2O5), K (K2O) y 25 kg ha–1 de Ca (CaO) y Mg (MgO).
Cuadro 4. Dosis generales de micro nutrimentos para aplicaciones al suelo y follaje de
cultivos hortícolas.
DOSIS
Molibdato de amonio
Molibdeno 0.07 - 2.25 0.005 - 0.008
((NH4)6Mo7O24 4H2O)
(Grageda, 1999).
La adición de fertilizantes se realizó en tres etapas: pre trasplante (1/3 de N y 1/2 de P),
primeras flores (1/3 de N, 1/2 de P, K, Ca y Mg) y cuajado de frutos (1/3 de N, 1/2 de K, Ca y
Mg). Los fertilizantes usados fueron: urea, fosfato mono amónico, sulfato de potasio, nitrato
de calcio y sulfato de magnesio. El diseño experimental fue bloques al azar con cuatro
repeticiones; cada unidad experimental constó de cuatro surcos de 10 m de largo. Se
sembraron las siguientes hortalizas: tomate (Cv Tequila), chile caribe (Cv Santa Fe), pepino
(Cv Indio) y calabaza (Cv Rober’s), el primero a 2 metros y el resto a un metro de separación
entre surcos, la segunda semana de noviembre del 2004, así como papa (Cv Atlantic) bajo
condiciones de invernadero. Aquí se presentarán avances de investigación sólo en tomate,
pepino y papa.
50
Cuadro 5. Descripción de los tratamientos de fertilización.
Tratamiento N P K Ca Mg
Dosis de nutrimentos
- - - - - - - - - - - - - kg ha-1- - - - - - - - -
1 50 50 50 25 25
2 100 50 100 00 00
Variables evaluadas. Número y peso de frutos, Clorofila total con Spad (Soil Plant Analysis
Development 502 de Minolta) (Kantety et al., 1996; Rodríguez et al., 1998 y Swiader y Moore,
2002); Acidez titulable (% de ácido cítrico por titulación con NaOH), grados brix (sólidos
solubles en grados brix con refractómetro RHB-32), resistencia a la penetración (en kgf con
penetrómetro Fruti Pressure Tester FT-327 (sólo en tomate) y pérdida de peso por diez días.
51
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
TOMATE
Número de frutos total. En el número de frutos total, es decir la suma de los once cortes, se
presentaron diferencias significativas, (Cuadro 6), y sobresalen los tratamientos 4 y 6 que
representan las dosis intermedias de las dosis de fertilización evaluadas, lo cual establece un
límite máximo de 300 kg ha-1 para la fertilización nitrogenada, resultados similares reportan
Elamin y Al-Wehaibi (2005) en el rendimiento del tomate con la dosis 368-70-175 bajo
condiciones de campo; Colla et al., (2001) no encontraron diferencias en rendimiento en
dosis de 80 a 160 kg ha-1 en tomate cultivado en suelo arenoso. Respecto a las dosis de
potasio aplicadas podemos observar que los tratamientos 1, 5 y 9 con 50, 200 y 300 kg ha-1
se comportaron de manera similar, por lo tanto se recomienda hacer un manejo racional de
este mineral para evitar posibles desbalances nutrimentales y adversos efectos ambientales
(Ho y Adams, 1995; Mulholland et al., 2001; Burgarín et al., 2002).
Peso de frutos total. Al analizar los frutos, se presentaron diferencias significativas (Figura
1) en el peso, y destacan los tratamientos 4 y 6 los cuales corresponden también al mayor
número de frutos; resultados similares en rendimiento de tomate reportaron Villarreal et al.,
(2002), con las dosis de 250 a 450 kg ha-1 de nitrógeno a campo abierto y suelo Pellustert de
Culiacán, Sin.; se han presentado evidencias del efecto benéfico del potasio en el
rendimiento (Valencia, 2003), pero en este estudio no se obtuvo respuesta, ya que no fue
requerido un alto abastecimiento de este nutriente para lograr altos rendimientos (Ho y
Adams, 1995), sin embargo Castellanos et al. (2000), recomiendan aplicaciones hasta de
150 kg ha-1 en suelos con muy altos contenidos de éste elemento en forma intercambiable
(Cuadro 1). Alrededor del 30% de los frutos se clasificaron como rezaga, donde uno de los
principales problemas fue pudrición apical, debida tal vez a que las plantas fueron expuestas
a alta temperatura durante la floración y llenado del fruto, lo cual se asocia con disminución
en el transporte de calcio, de tal manera que el problema de pudrición apical se observó por
igual en los tratamientos con y sin calcio en el estudio aquí presentado. Investigaciones
previas realizadas por Ho et al. (1999), sobre efectos de altas temperaturas, demostraron
que el polen muere, se bloquea la fotosíntesis y por ende el crecimiento general de las
plantas expuestas, además el proceso de maduración se interrumpe y puede promover
determinismo.
52
Cuadro 6. Número promedio de frutos de tomate en respuesta a la adición al suelo de
N, P, K, Ca y Mg.
- - - - - - -kg ha-1- - - - - - -
1 50 50 50 25 25 164.75 bc
C. V. (%) 4.53
Media 163.19
DMS 14.61
F Trat. 5.793
Medias con la misma letra dentro de cada columna no presentan diferencias significativas según DMS (P<0.05)
Clorofila. Las unidades SPAD medidas después de las dos primeras aplicaciones de los
tratamientos de fertilización al suelo (Cuadro 7) presentaron diferencias estadísticamente
significativas para el tratamiento 6, el cual presentó también los mayores rendimientos, y por
lo tanto la mayor eficiencia para el traslado de los fotosintatos hacia los frutos, aunque no se
presentaran diferencias en la tasa relativa de crecimiento (Ho, 1996 y 1999). Los niveles de
nitrógeno del tratamiento 6 coinciden con los recomendados por Villarreal et al. (2002) bajo
condiciones climáticas de la región de Culiacán, Sinaloa. Los valores de las unidades SPAD
53
encontradas se encuentran dentro de los rangos normales que oscilan de 40 a 60
(Rodríguez, et al., 1998), por lo que se deduce que no se vio afectado el transporte y/o
utilización de asimilados por limitación de fósforo, que al agudizarse, se ven afectadas la
respiración y fotosíntesis (De Groot et al., 2001).
16 a a
ab ab
14
abc
bc bc
c ba
12
kg 4m-2
10
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Tratamientos
Tratamiento N P K Ca Mg
Pre transplante Primeras flores Cuajado de frutos
-1
- - - - - - - kg ha - - - - - -
54
3 150 100 100 25 25 52.70 abcd 62.65 ab 57.90
Medias con la misma letra dentro de cada columna no presentan diferencias significativas según DMS (P<0.05)
55
Sólidos solubles totales. En el Cuadro 8 se observa que todos los tratamientos
promediaron 5.5 grados brix, por lo que no fueron estadísticamente diferentes; Zambrano et
al. (1996), al analizar frutos con muy diferentes estados de madurez encontraron un rango
pequeño que oscilaba de 4.47 a 4.9 % de sólidos solubles. La concentración de azúcar es
determinada por el transporte de foto asimilados a los frutos y puede ser manipulada al
alterar las relaciones de agua en la planta a través del riego, además de la temperatura y la
cantidad de luz, sin embargo, ésta última no tiene limitaciones en la región del Valle del
Yaqui, Sonora; se ha relacionado directamente al potasio con la calidad y mas
específicamente con la migración de los glúcidos hacia los frutos y su condensación al
estado de azúcares (Ho, 1999; Marschner, 2003). En un estudio llevado a cabo en tomate
saladette de crecimiento determinado en 5 localidades del centro de California, no se
encontraron diferencias significativas entre las aplicaciones de hasta 370 kg ha-1 de potasio,
ya que los frutos promediaron 4 grados brix (Hartz et al., 1999), sin embargo Valencia (2003),
vio incrementados los sólidos solubles al combinar potasio con fertilizantes nitrogenados de
lenta liberación, en suelos pobres con bajos niveles nutrimentales. Las pequeñas variaciones
en los sólidos solubles observadas pueden estar relacionadas además de la disponibilidad de
potasio y magnesio, con las características del cultivar, los fertilizantes ó el manejo del riego
ya que es conocido que el potasio regula el potencial osmótico del fruto y la apertura de
estomas, lo cual influye en el intercambio de gases y la respiración; cuando se encuentran
altas concentraciones de potasio en frutos puede deberse a un déficit de agua y no al
incremento de la importación de potasio al fruto en si (Aydin y Yoltas, 2003; Burgarín et al.,
2002 y Ho et al., 1987).
56
Cuadro 8. Parámetros de calidad y vida poscosecha de tomate en respuesta a la
adición al suelo de N, P, K, Ca y Mg.
- - - - - - kg ha-1- - - - - -
Medias con la misma letra dentro de cada columna no presentan diferencias significativas según DMS (P<0.05)
PEPINO
Número de frutos. Presentó diferencia significativa (Tukey, p<0.05). Los tratamientos con
las mayores cantidades de frutos fueron el 2 y el 8 con casi 50 %, mas que el testigo (Cuadro
9), esto se atribuye a que la planta de pepino responde favorablemente a distintas dosis de
nutrimentos, pero en particular a una relación 2:1:2 de N P K. Baez et al., 2002, reporta
resultados favorables con dosis de N desde 290 a 440 y K de 10 a 130, lo cual es importante
para diseñar el esquema de fertilización que permita el adecuado balance de nutrimentos
que de como resultado un óptimo rendimiento (Salisbury y Ross, 2000). No hubo una
respuesta favorable en los tratamientos con Ca y Mg.
Peso de frutos. Los tratamientos 8 y 2 tuvieron estadísticamente los pesos más altos, al
igual que en número de frutos, mejorando en casi 60% el peso del tratamiento 4 designado
como testigo (Cuadro 9). En los tratamientos con Ca y Mg, y en aquellos donde las
concentraciones de N, P y K fueron pequeñas, se presentó un peso bajo, comportamiento
que se ha reportado en sandía (Murakami y Araki, 2001) cuando se utilizan entre 140 y 200
kg ha-1, sin embargo cuando se excede el nivel de N (tratamiento 9), se genera una condición
de exceso que se manifiesta con daños en el tejido vascular, restricción en la recepción de
agua y finalmente rendimientos bajos (Jones et al., 1991).
Peso seco. Se presentó una relación directa entre el peso seco y los tratamientos con las
mas altas cantidades de nutrimentos; la mayor diferencia estadística la marcó el tratamiento
8 con 47 % mas peso que el testigo, seguido de los tratamientos 6, 7 y 9 (Cuadro 9),
situación que se atribuye a los altos niveles de N, P y K suministrados, lo cual favorece la
multiplicación celular y el contenido proteico, manifestados en el desarrollo vegetativo de la
planta; esto debido a que N y el P son parte estructural de las moléculas de proteínas
(Rodríguez, 1989); sin embargo, las plantas que crecen con exceso de nitrógeno, muestran
un crecimiento excesivo de la zona aérea, pero frutos pequeños (Salisbury y Ross, 2000).
58
Resistencia a la penetración. No se obtuvo diferencia significativa, pero se presenta una
tendencia de aumento en los tratamientos que contienen calcio, magnesio y bajas cantidades
de nitrógeno, a excepción del 9, debido a que éste contiene cantidades elevadas de N y K
(Cuadro 10); el N promueve la existencia de frutos más suculentos y por lo tanto poco firmes
y el K genera problemas en la toma y asimilación de calcio, el cual contribuye a la integridad
de la membrana por lo tanto a la firmeza de los frutos. Al evaluar la textura del pepino, Sajnín
et al. (2003) comentan que los puentes de calcio entre los polímeros pépticos han
demostrado ser los responsables de la adherencia célula–célula y de la integridad del tejido
fino del mesocarpio del pepino.
59
F Tratamientos 3.73 4.42 0.51
- - - - - - - - kg ha-1- - - - - - - - - - - - - - - - uc†- -
Kgf g
---- ------------
60
400 200 400 00 00 8.60 15.72 35.29 a 43.91 42.70
† uc = unidades clorofila. ‡ CV = coeficiente de variación. En la columna medias con la misma letra son
estadísticamente iguales (Tukey, 0.05).
PAPA
61
más bajas, siendo que durante las primeras etapas de tuberización es cuando se requiere la
mayor absorción de nutrientes.
Con un exceso de nitrógeno, la riqueza en fécula puede verse disminuida la podredumbre
encuentra un medio más favorable para su desarrollo y la madurez se retrasa. En general en
las dosis de nitrógeno se debe de tener especial cuidado, el rendimiento del cultivo se ve
muy afectado, aun antes de que aparezcan síntomas visibles de su deficiencia, no debe
añadirse ni en exceso, ni demasiado tarde para que no halla una vegetación demasiado
desarrollada en la última fase del ciclo vegetativo que impida o disminuya la tuberización
(Guerrero, 1990; Domínguez 1990).
Peso fresco. En el cuadro 11 se puede apreciar una diferencia significativa en el peso total
de los tubérculos por tratamiento. El tratamiento 7 el cual carece de Ca y Mg, superó a los
demás tratamientos en un 47.47% más con respecto al testigo, seguido por el tratamiento 8
el cual superó al testigo en un 24.21%, al igual que el tratamiento anterior carece de Ca y
Mg, pero con dosis más altas en N y K. Mientras que el tratamiento 6 superó al testigo en un
9.53% teniendo dosis similares a las anteriores pero con Ca y Mg. Los tratamientos 9 y 5 se
mantuvieron con resultados similares al testigo y los tratamientos 3, 2 y 1 obtuvieron
resultados por debajo del testigo, siendo el más deficiente este último con un 34.92% menos
que el testigo, con dosis bajas en N, P, y K, pero adicionado con Ca y Mg. Los
macronutrientes, sobre todo el nitrógeno es un factor determinante en el rendimiento, ya que
favorece el desarrollo de la parte aérea y la formación y engrosamiento de los tubérculos, por
lo que es de esperarse que dosis altas y balanceadas den como resultado mayor
consistencia y crecimiento del tubérculo. En muchas especies, el fósforo y el nitrógeno
interactúan estrechamente afectando a la madurez, de modo que el exceso de nitrógeno la
retarda y la abundancia de fósforo la acelera (Salisbury y Ross, 2000).
Peso volumétrico. Los resultados en cuando a esta variable mostraron una diferencia
estadísticamente significativa. El tratamiento 7 superó al testigo con un 46.49%, seguido por
el tratamiento 8 con un 23.56% y el tratamiento 6 con un 6.36%. Estos tratamientos
contenían dosis altas de nitrógeno, fósforo y potasio, y sólo el tratamiento 6 contenía dosis
de calcio y magnesio. Los tratamientos restantes estuvieron por debajo del testigo regional,
siendo el tratamiento 9 y el tratamiento 5 los más cercanos al testigo. Los tratamientos 3, 2 y
1 fueron en descenso, siendo este último el más deficiente en un 38.85% menos que el
testigo (Cuadro 11).
62
Cuadro 11. Componentes de rendimiento en respuesta a la fertilización al suelo con
N, P, K, Ca y Mg en papa en invernadero.
Número de Peso de Peso
Tratamiento tubérculos tubérculos volumétrico
totales de
Totales
tubérculos
N P K Ca Mg
- - - - - - - - kg ha-1- - - - - - - g m-2 cc
Algunas veces la planta de papa puede mostrar síntomas de deficiencia de magnesio, sobre
todo cuando los abonos son ricos en potasio, ya que el antagonista del magnesio es este
último, que al encontrarse en abundancia detiene la absorción magnésica (García y Garcia,
1982). Domínguez (1990), reitera esto al decirnos que el exceso de otros elementos como el
calcio y el potasio puede producir deficiencias en magnesio.
63
CONCLUSIONES
El reconocer la acción directa de cada nutrimento en el desarrollo de las hortalizas, sobre
todo en el rendimiento y fisiología poscosecha de sus frutos, es de vital importancia, ya que
ahí radica mucho del éxito en la producción de éstas.
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67
NUTRICIÓN VEGETAL CON FERTILIZANTES
INTELIGENTES: CASO TOMATES
*Correspondencia: totono@itson.mx
68
RESUMEN
A nivel mundial las hortalizas, junto con las frutas ocupan actualmente el segundo lugar de
los productos agropecuarios apenas aventajados por los cereales y se estima que tan solo
dos hortalizas contribuyen con el 50% de la producción mundial: la papa y el tomate, lo cual
nos indica el enorme valor que representa éste último, no solo en el comercio, sino también
en el sistema alimentario. A nivel nacional, el tomate es el principal producto hortícola de
exportación, ya que representa el 37% del valor total de las exportaciones de legumbres y
hortalizas y el 16% del valor total de las exportaciones agropecuarias. Debido a la gran
demanda que se tiene de hortalizas, se ha visto la necesidad de buscar nuevas opciones
para el mejoramiento de las mismas, a fin de obtener mayor producción con calidad para
hacerlas más competentes en el mercado. Por otro lado, los elementos nutritivos de los
fertilizantes utilizados tradicionalmente, en gran parte pueden no estar disponibles para
planta reduciendo así su eficiencia. Así mismo, se conoce que en las plantas existe una
relación estrecha entre la presencia de ácidos orgánicos en la raíz y un aumento en la
absorción de iones, dando con ello una mejor eficiencia en la toma y distribución de los
nutrimentos. Un caso particular es en tomates, por lo tanto, la presente investigación está
enfocada a la evaluación del efecto de la adición del ácido polihidroxicarboxílico(PHCA), un
fitoestimulador que ha dado respuestas satisfactorias en rendimiento agronómico y calidad
de los cultivos, a fórmulas fertilizantes puras sobre la nutrición, desarrollo y rendimiento de
tomate (Lycopersicum esculentum Mill) de la variedad Quest. El trabajo se llevó a cabo en el
invernadero del Instituto Tecnológico de Sonora, unidad Nainari de ciudad Obregón. El día
29 de Septiembre de 2004 se sembró en charolas de hielo seco, utilizando una semilla de la
variedad Quest de tomate Saladette. Se transplanto a los 30 días en bolsas de plástico con
drenaje, colocándolas completamente al azar dentro del invernadero, bajo un diseño simple.
Habiendo 10 repeticiones para cada uno de los tratamientos efectuados en cada uno de los
cultivos, éstos fueron: T1: Aporte de nutrientes mediante programa estándar de fertilización;
T2: Aporte de nutrientes mediante programa estándar de fertilización enriquecidas con ácidos
polihidroxicarboxilicos; T3: Aporte de nutrientes mediante programa estándar de fertilización
enriquecidas con ácidos polihidroxicarboxilicos más sustrato adicionado con ensolve.
Además se aplicaron micronutrientes a razón de 50, 100 y 200 g/ha por día en el primer,
segundo y meses subsecuentes respectivamente. Las variables evaluadas fueron: Desarrollo
vegetativo, extracción de nutrientes y variables de rendimiento. Los resultados obtenidos más
sobresalientes fueron: la tasa relativa de crecimiento, se vio favorecida con el tratamiento 3
con más de 2 cm por día; en cuanto a grosor del tallo el tratamiento 2 se mostró por encima
de los demás tratamientos, con una diferencia altamente significativa a los 75 días con más
de 0.1 cm; el peso seco total a partir de los 120 días después del transplante, el tratamiento
con ácidos polihidroxicarboxilicos, despunto hasta llegar a los 900 g a los 160 días; el peso
seco de hojas se vio favorecido mayormente a los 160 días en el tratamiento con PHCA y
ensolve; la extracción de nutrimentos fue de más del 60% en los tratamientos 2 y 3 en el
caso de Nitrógeno, Fósforo, Potasio y Calcio, tanto a los 80, 120 y 160 días de monitoreo;
tanto el número y peso de frutos aumentaron en mas del 35% en los tratamientos 2 y 3 en
comparación con el 1.
69
INTRODUCCIÓN
De todos es conocida la importancia que representan las hortalizas para el hombre; aportan
divisas, son usadas como alimento, proporcionan vitaminas, ácidos orgánicos fácilmente
asimilables, sales minerales y aceites esenciales, entre otros; contribuyen al mejoramiento
del sabor de la comida, al aumento de la secreción de las glándulas digestivas y, con todo
ello, a la mejor digestión y asimilación de las sustancias nutritivas (Staub et al., 1996).
A nivel mundial las hortalizas, junto con las frutas ocupan actualmente el segundo lugar de
los productos agropecuarios apenas aventajados por los cereales y se estima que tan solo
dos hortalizas contribuyen con el 50% de la producción mundial: la papa y el tomate, lo cual
nos indica el enorme valor que representa éste último, no solo en el comercio, sino también
en el sistema alimentario (Rodríguez, 2000).
Debido a la gran demanda que se tiene de hortalizas, se ha visto la necesidad de buscar
nuevas opciones para el mejoramiento de las mismas, a fin de obtener mayor producción con
calidad para hacerlas más competentes en el mercado (Staub et al., 1996).
Por otro lado, los elementos nutritivos de los fertilizantes utilizados tradicionalmente, en gran
parte pueden no estar disponibles para planta reduciendo así su eficiencia. Así mismo, se
conoce que en las plantas existe una relación estrecha entre la presencia de ácidos
orgánicos en la raíz y un aumento en la absorción de iones (Mejía, 2003).
Por lo tanto, la presente investigación está enfocada a la evaluación del efecto de la adición
del ácido polihidroxicarboxílico (PHCA), un fitoestimulador que ha dado respuestas
satisfactorias en rendimiento agronómico y calidad de los cultivos, a fórmulas fertilizantes
puras sobre la nutrición, desarrollo y rendimiento de tomate (Lycopersicon esculentum Mill).
GENERALIDADES DE LA FERTILIZACIÓN
Con lo que eliminamos los iones bicarbonato, para obtener agua y dióxido de carbono gas.
Esta es la principal reacción que nos va a gobernar el pH de una solución nutritiva cuyo pH
pretendemos controlar (Urrestarazu, 2005).
La aplicación de fertilizantes en terrenos cultivables, debe estar orientada al uso racional de
éstos, disminuyendo el impacto económico y al medio ambiente (Harrison, 1998). El manejo
de la fertilización debe ser cuidadoso, evitando la contaminación del suelo y del agua.
Los cuidados en el uso de fertilizantes abarcan desde el manejo en bodegas, la calibración
de los equipos, hasta la aplicación de fertilizantes en sí. Específicamente el tomate es una
hortaliza tolerante a la acidez, con valores de pH 6.8-5.0. En lo referente a la salinidad es
medianamente tolerante. Con respecto a la textura del suelo, el tomate se desarrolla en
suelos livianos (arenosos) y en suelos pesados (arcillosos), siendo los mejores los arenosos
y limo-arenosos con buen drenaje (Rodríguez, 1989).
La disponibilidad limitada de tierra adicional para la producción agrícola, junto con el
descenso del crecimiento de la producción de los principales cultivos, ha aumentado la
preocupación sobre la capacidad de la agricultura para alimentar a una población mundial
que, según se prevé, superará los 7.500 millones de habitantes en el 2020 (Araya et al.,
1995). La disminución de la fertilidad del suelo ha planteado asimismo la preocupación sobre
la sostenibilidad de la productividad agrícola al nivel actual. Las estrategias futuras para el
aumento de la productividad agrícola tendrán que concentrarse en un empleo más eficiente,
eficaz y sostenible que en el pasado de los recursos de nutrientes disponibles (Kuhn, 2002).
El manejo integrado de los nutrientes necesarios para el crecimiento adecuado de las
71
plantas, junto con la gestión eficaz de los cultivos, el agua, el suelo y la tierra, serán críticos
para el sostenimiento a largo plazo de la agricultura (Shainberg y Shalhevet, 1984).
El manejo integrado de los nutrientes (MIN) es una técnica que busca tanto el aumento de la
producción agrícola como la protección del medio ambiente para las futuras generaciones.
Se trata de una estrategia que incorpora nutrientes tanto orgánicos como inorgánicos de las
plantas para lograr una mayor productividad de los cultivos, prevenir la degradación del suelo
y ayudar por lo tanto a cubrir las necesidades futuras de provisión de alimentos. Se basa en
la aplicación y la conservación de nutrientes, las nuevas tecnologías para el incremento de la
disponibilidad de nutrientes para las plantas y la divulgación de conocimientos entre
agricultores e investigadores (Lindsey y Jones, 1992). El éxito del manejo integrado de
nutrientes dependerá de los esfuerzos combinados de los agricultores, los investigadores, los
agentes de extensión agrícola, los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales
(Araya et al., 1995).
pH Y DISPONIBILIDAD DE NUTRIMENTOS
La mayoría de la gente del medio agronómico sabe que el pH es un valor variable entre 0 y
14 que indica la acidez o la alcalinidad de una solución. Y, además, conoce que el
mantenimiento del pH apropiado en el flujo del riego ayuda a prevenir reacciones químicas
de fertilizantes en las líneas, que un valor de pH elevado puede causar obstrucciones en los
diferentes componentes de un sistema de fertirrigación debidas a la formación de
precipitados, que un adecuado pH asegura una mejor asimilabilidad de los diferentes
nutrientes, especialmente fósforo y micronutrientes, etc.
Partiendo de esto podemos afirmar que uno de los factores de mayor importancia que
afectan la disponibilidad de los nutrientes es el pH del suelo. El valor de pH de los suelos
puede variar ampliamente; valores normales son de 5 a 7 para zonas húmedas, y de 7.5 a 8
para zonas áridas como es el caso de nuestra región (Primo y Carrasco, 1981).
El pH puede afectar la disponibilidad de los nutrientes ya que para que el aparato radical
pueda absorber los distintos nutrientes, éstos obviamente deben estar disueltos. Valores
extremos de pH pueden provocar la precipitación de ciertos nutrientes con lo que
permanecen en forma no disponible para las plantas además de que todas las especies
vegetales presentan unos rangos característicos de pH en los que su absorción es idónea
(Navarro y Navarro. 2003). Fuera de este rango la absorción radicular se ve dificultada y si la
desviación en los valores de pH es extrema, puede verse deteriorado el sistema radical o
presentarse toxicidades debidas a la excesiva absorción de elementos fototóxicos (Rojas,
1991). Por ejemplo, con pH de suelos superiores a 7.5, se ve afectada la correcta
asimilabilidad de nutrientes como fósforo, hierro y manganeso.
Las distintas especies de cultivo muestran distinta adaptabilidad para su desarrollo en
función del pH del terreno, existen especies más acidófilas que otras y cada una presenta un
rango de pH del suelo ideal para su crecimiento. En la tabla 1 se muestran los valores
óptimos para los cultivos más ampliamente difundidos, conviene tener en cuenta que estos
valores son meramente aclaratorios, y que la mayoría de las especies presentan una notable
adaptabilidad a un amplio rango de pH, siendo este factor mucho más crítico respecto a la
influencia que ejerce sobre la dinámica de los nutrientes que han de ser absorbidos por las
plantas (Tan, 1992).
De este modo, el hierro, que es el elemento esencial cuya solubilidad resulta más afectada
por el pH, a menos que se adicione diariamente o en forma quelatada, se encentra en forma
iónica disponible para la planta en menos del 50% por encima de pH 7, mientras que a pH 8
72
no queda nada disponible debido a su precipitación en forma de hidróxido férrico. Por el
contrario, por debajo de pH 6.5, más del 90% del hierro permanece disuelto y disponible para
las plantas. El manganeso sigue una dinámica similar al hierro (Rodríguez, 1989).
De forma análoga, por encima de pH 6.5, la disponibilidad del fósforo y el calcio pueden
decrecer considerablemente debido al predominio de la forma HPO4-2 (que forma
precipitados insolubles en contacto con el calcio) sobre la forma H2PO4- (que forma
compuestos muy solubles con el calcio). Y por encima de pH 7 el riesgo de precipitación de
calcio y magnesio en forma de carbonatos, CaCO3 y MgCO3, es muy alto (Fuentes, 2006).
En resumen, en el rango de pH 5.0-6.5, la práctica totalidad de los nutrientes está en forma
directamente asimilable para las plantas, por encima de pH 6.5 la formación de precipitados
puede causar importantes problemas y por debajo de pH 5 puede verse deteriorado el
sistema radical, sobre todo en cultivo hidropónico, donde el poder tamponador del sustrato
suele ser muy pequeño (Muñoz, 2003).
El pH de la solución nutriente en contacto con las raíces puede afectar el crecimiento vegetal
de dos formas principalmente:
La primera es la disponibilidad de los nutrientes: para que el aparato radical pueda absorber
los distintos nutrientes, éstos obviamente deben estar disueltos. Valores extremos de pH
pueden provocar la precipitación de ciertos nutrientes con lo que permanecen en forma no
disponible para las plantas (Marschner, 2003).
Por otro lado, puede afectar al proceso fisiológico de absorción de los nutrientes por parte de
las raíces: todas las especies vegetales presentan unos rangos característicos de pH en los
que su absorción es idónea. Fuera de este rango la absorción radicular se ve dificultada y si
la desviación en los valores de pH es extrema, puede verse deteriorado el sistema radical o
presentarse toxicidades debidas a la excesiva absorción de elementos fitotóxicos (aluminio)
(Hofer, 1991).
El pH en las soluciones de fertirrigación, tanto en cultivo en suelo como en hidroponía, debe
ser tal que permita estar disueltos a la totalidad de los nutrientes sin dañar las raíces,
evitando de este modo la formación de precipitados (algunos de los cuales pueden
presentarse en forma de finísima suspensión invisible al ojo humano) que pudieran causar
obturaciones en los sistemas de riego e indisponibilidad para la absorción radical de dichos
nutrientes (Wohanka, 2002).
De este modo, el hierro, que es el elemento esencial cuya solubilidad resulta más afectada
por el pH, a menos que se adicione diariamente o en forma quelatada, se encuentra en forma
iónica disponible para la planta en menos del 50% por encima de pH 7, mientras que a pH 8
no queda nada disponible debido a su precipitación en forma de hidróxido férrico Fe(OH)3
(óxido, robín o herrumbre). Por el contrario, por debajo de pH 6.5, más del 90% del hierro
permanece disuelto y disponible para las plantas. El manganeso sigue una dinámica similar
al hierro (Hinsinger, 1998).
De forma análoga, por encima de pH 6.5, la disponibilidad del fósforo y el calcio pueden
decrecer considerablemente debido al predominio de la forma HPO4-2 (que forma
precipitados insolubles en contacto con el calcio) sobre la forma H2PO4- (que forma
compuestos muy solubles con el calcio). Y por encima de pH 7 el riesgo de precipitación de
calcio y magnesio en forma de carbonatos, CaCO3 y MgCO3, es muy alto, lo que puede
73
provocar importantes obturaciones de emisores y otros componentes en los sistemas de
fertirriego. En resumen, en el rango de pH 5.0-6.5, la práctica totalidad de los nutrientes está
en forma directamente asimilable para las plantas, por encima de pH 6.5 la formación de
precipitados puede causar importantes problemas y por debajo de pH 5 puede verse
deteriorado el sistema radical, sobre todo en cultivo hidropónico, donde el poder tamponador
del sustrato suele ser muy pequeño (Ascencio y Lazo, 2001).
Dentro de los factores más importantes que afectan la disponibilidad de P se han
identificado: el pH, reacciones de adsorción, contenidos de materia orgánica y la presencia
de agentes biológicos como actividad fosfatasa y ácidos orgánicos de bajo peso molecular
(Fuentes, 2006).
Los cambios en el pH inducido por las raíces están relacionados con la excreción de ácidos
orgánicos de bajo peso molecular y con la absorción diferencial de aniones y cationes.
Ambos mecanismos están asociados con la respuesta a la deficiencia de fósforo que
conduce a diferentes rangos de tolerancia en diversas especies (Ascencio y Lazo, 2001).
Otro mecanismo por medio del cual las plantas extraen el fósforo es a través del dióxido de
carbono desprendido por las raíces, el cual al reaccionar con el agua forma el ácido
carbónico, siendo una fuente de iones H+, que acidifican el medio, este proceso favorece la
disolución de los fosfatos insolubles en el suelo. Por eso al exponer a condiciones externas
idénticas pueden comportarse de manera diferente evidenciando procesos localizados de
alcalinización y acidificación (Hinsinger, 1998).
Por todo lo anteriormente expuesto, resulta imprescindible control del pH de la solución, de
esta forma se evitará la formación de precipitados y, sobre todo, se logrará un estado óptimo
para la nutrición mineral de los cultivos que se traducirá en un aumento de la productividad y
calidad de las cosechas (Navarro y Navarro, 2003).
Por qué acidifican los fertilizantes nitrogenados? Numerosos estudios han demostrado la
bondad de las técnicas nucleares (15N) para poder evaluar con precisión y rapidez, el aporte
de nitrógeno proveniente de fertilizantes químicos (época, fuente y forma), abonos verdes,
lodos y estiércoles, en los cultivos de importancia agrícola, pues permiten medir la cantidad
de nutrimento que la planta está tomando de las diferentes fuentes evaluadas (Bowen y
Zapata, 1990; Zapata, 1990).
Durante el proceso de nitrificación del NH4 del fertilizante a NO3 se liberan iones H+ que
pueden producir acidez en el suelo. El grado de acidez que induce depende de la fuente de
N que se utiliza. Entre los fertilizantes nitrogenados de uso mas frecuente se encuentran la
urea, el nitrato de amonio y el sulfato de amonio (Kirby y Mengel 1967). Durante su
transformación en el suelo, la reacción da como resultado la producción de igual cantidad de
nitrógeno con las tres fuentes, pero los protones liberados son mayores para el sulfato de
amonio. Así, tenemos que por cada mol de sulfato de amonio se liberan 4 unidades (moles)
de H+, mientras que cada unidad (mol) de urea y NA produce solo 2 moles de H+. Por lo
tanto, si a un suelo le agregamos una cantidad determinada de nitrógeno / ha con cada una
de estas tres fuentes, la acidez inducida por la nitrificación del producto debería seguir el
siguiente orden sulfato de amonio > urea = nitrato de amonio (Marschner, 2003).
74
(NH4)2SO4 + 4O2 4H+ + 2NO3- + 2H2O
Ácidos carboxílicos. Los ácidos carboxílicos se caracterizan por la existencia de uno o más
grupos carboxilos (-COOH) en su molécula. El átomo de hidrógeno de este grupo es activo y
puede aparecer como ión hidrógeno libre (hidronio), lo que justifica la calificación de ácido.
Los ácidos carboxílicos orgánicos, RCOOH, se dividen en alifáticos, alicíclicos, aromáticos y
heterocíclicos; saturados y no saturados; no sustituidos y sustituidos; monocarboxílicos,
dicarboxílicos, etc. (Luna, 2003). Estructuralmente, los ácidos polihidroxicarboxílicos se
consideran formados por sustitución de los tres átomos de hidrógeno de un carbono terminal
por un átomo de oxígeno y un grupo hidroxilo (Wood y Keenan, 1974).
Roman y Gutiérrez (1993), encontraron que las adiciones de los diferentes productos a base
de PHCA provocaron incrementos en rendimiento, calidad y vida poscosecha en tres tipos de
melón de manera significativa. La variedad Honey Dew presentó 176% de peso, 100.5% en
números de frutos y vida de anaquel de 33.3% más con respecto al testigo, en tanto que las
75
variedades Cantaloupe y Crenshaw presentaron también un aumento con respecto al testigo
del 72.3% y 36.7% más en peso, 117.7% y 79.9% más en números de frutos, 83.3% y 88.8%
más en vida de anaquel respectivamente.
Mejía et al., (2003), realizaron un estudio de los PHCL e HBA en el desarrollo vegetal de
granos, oleaginosas y hortalizas, obteniendo los siguientes resultados al aplicar solo PHCL:
La aplicación de PHCL en maíz, chile y tomate, incrementaron la clorofila en relación al
testigo con un 26.54%, 26.92% y 15.57% respectivamente. También estimularon la longitud
de la raíz del trigo con un 45.9%, garbanzo 73.37%, chile 53%, cebolla 79% más que el
testigo.
CASO TOMATE
Tratamientos.
T1: Aporte de nutrientes mediante programa estándar de fertilización.
T2: Aporte de nutrientes mediante programa estándar de fertilización enriquecidas con ácidos
polihidroxicarboxílicos.
T3: Aporte de nutrientes mediante programa estándar de fertilización enriquecidas con ácidos
polihidroxicarboxílicos. Sustrato adicionado con ensolve.
Las fertilizaciones previstas para cada tratamiento y etapa se especifican en el Cuadro 1:
76
PHCA
Además se aplicaron micronutrientes a razón de 50,100 y 200 g/Ha por día en el primer,
segundo y meses subsecuentes respectivamente.
Variables evaluadas.
1. Desarrollo vegetativo
a) Altura de planta: Con cinta métrica se midió la altura de la planta desde la base del
tallo hasta el punto de crecimiento más alto, cada cinco días desde el trasplante.
b) Grosor de tallo: Con vernier se tomo la lectura en la parte media del tallo de la planta,
quincenalmente desde el trasplante.
2. Extracción de Nutrientes:
Para evaluar estas variables se extrajo una planta completa por unidad experimental a los
40, 80 y 120 días después del trasplante.
a) Peso de materia seca: Cada planta se secciono en hojas, tallos, raíz y
fructificaciones y se colocaron en bolsas de papel, independientes y etiquetadas
posteriormente se secaron en la estufa a 60°C hasta peso constante. Finalmente
se procedió a pesar cada órgano en balanza analítica.
b) Contenido nutricional: A la muestra seca compuesta de cada planta
(homogenizada de los diversos órganos) se le realizo un análisis nutricional
completo de acuerdo a la técnica instrumental aceptada para cada nutriente.
3. Variables de rendimiento:
Para evaluar esta variable se cosecharan las plantas de cada unidad experimental registrándose
a) Rendimiento total: Se contará el número de frutos y se obtendrá el peso de la
producción de cada unidad experimental.
77
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
2,5
Tasa Relativa de Crecimiento (cm d-1)
1,5
0,5
1 2 3
Tratamientos
1,4
a
b b
1,2
a
Grosor de Tallo (cm)
1
b
b 45 dias
0,8 60 dias
75 dias
0,6 113 dias
128 dias
0,4
0,2
1 2 3
Tratamientos
Peso de materia seca. Aunque a los 60 días el tratamiento con la fertilización estándar
(testigo) se presento levemente por encima de los demás, a partir de los 120 días después
del transplante, el tratamiento con ácidos polihidroxicarboxilicos, despunto hasta llegar a los
900 g a los 160 días. Esto puede atribuirse a que en el arranque del cultivo, la planta no
requiere de gran cantidad de elementos, sin embargo, a partir del inicio de la floración se
requiere de un extra de nutrientes, para poder alcanzar el potencial genético del material.
Según lo reportado en investigaciones anteriores por Luna (2003), reportan que la adición de
PHCA, favorece la absorción de una mayor cantidad de nutrientes, y esto se traduce por lo
tanto en plantas con mayor material vegetal (Figura 3).
79
1000
900
800
Peso Seco (g)
700
600 80 dias
500 120 dias
400
160 dias
300
200
100
1 2 3
Tratamientos
Peso Seco de Hoja. Este parámetro se vio favorecido mayormente a los 160 días en el
tratamiento con PHCA y ensolve, aunque, el tratamiento que contenía solo PHCA, también
se mostró pro encima del testigo (Fig. 4). La adición de mejoradores y ácidos orgánicos
favorece la mayor absorción de nutrientes por las raíces y esto lleva a una mayor cantidad de
fotosintatos por parte de la planta, lo cual se ve reflejado en el área foliar.
Esto corresponde con lo reportado por Mejía (2003). El área foliar, se ve incrementada en un
88.18% en trigo, 48.68% en maíz, 196.13% en garbanzo 15% en chile, 20% en tomate y un
68% en cebolla comparado con el testigo.
80
160
140
Peso Seco Hoja (Gm)
120
100
80 dias
80 120 dias
160 dias
60
40
20
1 2 3
Tratamientos
Figura 4. Influencia de la adición de PHCA y ensolve, sobre el peso seco de la hoja a los 80,
120 y 160 días después del transplante del tomate.
140
120
Peso Seco Tallo (g)
100
80
80 dias
120 dias
60
160 dias
40
20
1 2 3
Tratamientos
Figura 5. Influencia de la adición de PHCA y ensolve, sobre el peso seco de la tallo, a los 80,
120 y 160 días después del trasplante del tomate.
Peso Seco Tallo. En esta variable no se mostró diferencias significativas entre tratamientos,
sin embargo, hay que mencionar que a los 120 días el tratamiento 1 se presento por encima
del tratamiento 2 y 3, sin embargo las mediciones a los 160 días, los tres tratamientos, dieron
81
valores similares, lo que se traduce en que hasta en la etapa de producción de fruto, las
plantas tratadas con ensolve y ácidos polihidroxicarboxilicos, engrosaron sus tallos, y el
testigo mantuvo un engrosamiento paulatino.
Peso Seco Raíz. La raíz reportó un mayor peso seco en los tratamientos a los cuales se les
adicionó PHCA, esto coincide con lo reportado por Mejía, 2003: La absorción de nutrimentos
por la raíz se incrementa al aportar fuentes proveedoras de H+ que exudan y se
intercambian con los cationes de la solución del suelo y se enlazan con los radicales
carboxílicos, que a su vez alteran la estructura de las membrana ocasionando una mayor
apertura de la misma y facilitándose su entrada (Fig. 6).
En las plantas tratadas con ácidos orgánicos y ensolve, se generaron raíces de mayor
tamaño, aunque esto se marco notoriamente en las etapas maduras de la planta, lo cual
sugiere que la adición de estos tratamientos produjo la absorción de nutrientes en mayor
escala en la edad adulta de la plantas (Fig. 6).
450
400
350
Peso Seco Raiz (g)
300
250 80 dias
120 dias
200
160 dias
150
100
50
1 2 3
Tratamientos
Figura 6. Influencia de la adición de PHCA y ensolve en el peso seco de la raíz, a los 80,
120 y 160 días después del transplante del tomate.
Contenido Nutrimental a los 80 días. Con respecto a los macro nutrimentos, estos se
reportan en porcentaje en peso y los micro nutrimentos, se reportan en mg/Kg.El contenido
de nitrógeno para el tratamiento 3 que corresponde a la adición de ácidos
polihidroxicarboxilicos y ensolve presentó un nivel mayor, seguido por el tratamiento 1 y
finalmente el tratamiento 2. En cuanto al de fósforo el tratamiento 2 y 3 presentaron mayor
82
cantidad que el testigo. Esto se explica porque los ácidos polihidroxicarboxilicos regulan el
pH de la rizosfera, en condiciones adecuadas para la absorción de este elemento (Fíg. 7).
6
Macronutrimentos 80 dias (%)
4
Nitrogeno
(N)
fosforo (P)
3
Potasio
(K)
2
Calcio
(Ca)
1
Magnesio
(Mg)
1 2 3
Tratamientos
Figura 7. Contenido de macro elementos, a los 80 días después del transplante del tomate.
83
200
Micronutrimentos 80 dias (ppm)
180
160
140
120
Fierro (Fe)
Cobre (Cu)
100
Manganeso (Zn)
80
Zinc (Zn)
60
40
20
1 2 3
Tratamientos
Figura 8. Contenido de micro elementos, a los 80 días después del transplante del tomate.
Contenido Nutrimental a los 120 días. En esta etapa que corresponde a la producción el
testigo mostró un mayor nivel de nitrógeno con 4% de este nutriente, mientras que el
tratamiento 2 y 3 pasaron ligeramente el 3% (Fig. 9).
Bowen y Zapata (1990), encontraron que la eficiencia del uso de nitrógeno en las plantas
varía de acuerdo a los tratamientos que se le den a la misma. De este modo, los ácidos
carboxílicos añadidos, ayudaron a la planta a utilizar el nitrógeno para una mayor
producción, caso contrario se observó en el testigo en donde el nutriente estaba presente
más no la cantidad de fruta producida.
Como era de esperarse y al igual que en el análisis para fósforo y potasio de los 80 días
después del transplante, aquí la absorción de fósforo fue mayor en el tratamiento 3 y 2, esto
se debe como ya se explico a la adición de ácidos polihidroxicarboxilicos. (Fig. 9).
Marschner (2003), explica que aún cuando el fósforo y el calcio sean minerales de poca
movilidad, con la acidificación, la rizosfera alcanza un pH justo para la absorción de estos.
En el análisis de micro nutrimentos, no se encontró amplia diferencia entre los tratamientos,
sin embargo hay que comentar que al igual que el la etapa de 80 días después del
transplante, el de mayor absorción de fierro (Fe), manganeso (Mn), cobre (Cu) y zinc (Zn),
fue el tratamiento 3, seguido por el 2 y finalmente el 1 (fig. 10).
84
7
Macronutrimentos 120 dias (%)
6
Nitrogeno (N)
4 fosforo (P)
Potasio (K)
3
Calcio (Ca)
Magnesio (Mg)
2
1 2 3
Tratamientos
Figura 9. Contenido de macro elementos, a los 120 días después del transplante del
tomate.
200
Micronutrimentos 120 dias (ppm)
180
160
140
120
Fierro (Fe)
Cobre (Cu)
100
Manganeso (Zn)
80
Zinc (Zn)
60
40
20
1 2 3
Tratamientos
Figura 10. Contenido de micro elementos, a los 120 días después del transplante del
tomate.
85
Contenido Nutrimental a los 160 días. En esta etapa el contenido de nitrógeno, fósforo y
potasio en los tratamientos 3 y 2, se presentaron con valores superiores al testigo, esto
puede explicarse por que de manera visual, las plantas correspondientes al tratamiento 1
mostraban signos de envejecimiento, mientras que las tratadas con ácidos
polihidroxicarboxilicos, se observaban vigorosas y con una producción en número de frutos,
mayor que el testigo (Fíg. 11).
Esto corresponde a lo reportado por Hofer (1991), en donde la acidificación, mantuvo a la
planta absorbiendo nutrientes por más tiempo que el testigo, presentando de esta manera,
raíces y plantas en general más vigorosas y productivas, por más tiempo.
Respecto a calcio y magnesio, los tratamientos se comportaron de igual manera que en los
80 y 120 días después del trasplante, esto es, sin diferencia significativa, pero con mayor
cantidad en el tratamiento 3, seguido por el 2 y finalmente el tratamiento 1 (Fig. 11).
7
Macronutrimentos 160 dias (%)
Nitrogeno (N)
4 fosforo (P)
Potasio (K)
3
Calcio (Ca)
Magnesio (Mg)
2
1 2 3
Tratamientos
Figura 11. Contenido de macro elementos, a los 160 días después del transplante del
tomate.
200
150
Fierro (Fe)
(ppm)
Cobre (Cu)
Manganeso (Zn)
100
Zinc (Zn)
50
1 2 3
Tratamientos
Figura 12. Contenido de micro elementos, a los 160 días después del transplante del
tomate.
Número de Frutos. Con respecto al número de frutos en cada corte, aunque en los primeros
cortes, el tratamiento con la fertilización estándar arrojó un mayor número de frutos, los
tratamientos con PHCA, se mostraron muy por encima del primer tratamiento en los cortes
subsiguientes (Fig. 13). Esto demuestra que solo la fertilización mineral no explota al cien por
ciento el potencial de producción de la planta de tomate.
A partir del corte número 4 las plantas adicionadas con ácidos polihidroxicarboxilicos se
presentaron hasta en 100 % por encima de testigo en el número de frutos producidos.
Según lo reportado por Luna (2003), al aplicar PHCA en tomate en campo, favoreció el
amarre de frutos, puesto que los tratamientos con fertilización estándar tuvieron una perdida
considerable de frutos a la cosecha.
87
60
50
corte 1
Corte 2
Numero de Frutos
corte 3
40
corte 4
corte 5
30
corte 6
corte 7
20
corte 8
corte 9
10
corte 10
1 2 3
Tratamientos
300
250
Numero de Frutos
200
150 Total
100
50
1 2 3
Tratamientos
88
Roman y Gutiérrez (1993), encontraron que las adiciones de los diferentes productos a base
de PHCA provocaron incrementos en rendimiento, calidad y vida poscosecha en tres tipos de
melón de manera significativa.
En el número total de frutos por tratamiento puede verse reflejado este efecto de manera
significativa (Fig. 14).
Peso de Frutos. En las siguientes figuras se muestra el peso de frutos en cada uno de los
cortes (fig. 15) y el peso de frutos en cada tratamiento (Fig. 16). Al igual que en el número de
frutos, el peso se mostró mayor en los primeros dos cortes para el tratamiento con la
fertilización estándar, pero después los otros tratamientos superaron por mucho a este
(Figura 15).
6000
5000
corte 1
corte 2
Peso de Frutos (g)
corte 3
4000
corte 4
corte 5
3000
corte 6
corte 7
2000
corte 8
corte 9
1000
corte 10
1 2 3
Tratamientos
Figura 15. Influencia de la adición de PHCA y ensolve en el peso de frutos de tomate por
corte.
Hay que hacer notar que en los cortes 7,9 y 10, cuando el testigo había bajado se sobre
manera su productividad las plantas tratadas, estuvieron en su carga máxima de fruta, mismo
patrón que mostraron físicamente cuando la plantas tratadas tenían aún mucho vigor y las
de testigo, presentaban signos de envejecimiento. En investigaciones anteriores se ha
reportado, que la adición de ácidos polihidroxicarboxilicos promueve un mayor transporte de
nutrientes en la planta, por lo tanto esto se ve reflejado en mayor número de frutos y más
peso en estos.
89
30000
25000
Peso de Frutos (g)
20000
15000
Total
10000
5000
1 2 3
Tratamientos
Figura 16. Influencia de la adición de PHCA y ensolve en el peso de frutos de tomate total
por tratamiento.
En la figura 16, se puede observar que mientras que el testigo no llego a los 2000gr en el
tratamiento 3 casi alcanzo los 3000 gr y el tratamiento 2 estuvo en 2500 gr. Marschner (2003)
escribió que una alta nutrición mineral, ayudada por la acidificación del suelo, ayudaría a las
plantas a su máxima expresión productiva, según las características de la variedad.
CONCLUSIONES
El manejo eficiente de las diferentes fuentes de fertilizantes químicos y el adecuado control
del medio circundante de la solución del suelo, traerá por consecuencia una mejor toma y
distribución de los nutrimentos por las plantas y por ende una mejor productividad y cosecha
de sus productos.
LITERATURA CITADA
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91
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G. Hardarson (ed.). FAO-OIEA. Viena, Austria.
92
USO DE BIOSOLIDOS Y ESTIÉRCOLES EN LA
NUTRICIÓN VEGETAL
93
RESUMEN
Los abonos orgánicos como biosólidos y estiércoles aportan macro y micronutrimentos
al suelo que además de contribuir sustancialmente a la nutrición de cultivos agrícolas,
también pueden mejorar las propiedades del suelo cuando se aplican en dosis apropiadas.
En México existe un potencial de producción de estos abonos para beneficiar la superficie
cultivable con estiércoles y biosolidos. El problema radica en que los abonos orgánicos son
aplicados al suelo sin conocimiento de sus contenidos nutrimentales y demás factores que
influyen en el cálculo de una dosis que permita suministrar las necesidades nutrimentales sin
contaminación por nitratos las aguas superficiales y profundas. La mayoría de las
investigaciones se han enfocado a N y se ha desarrollado la metodología de resinas de
intercambio iónico para el cálculo de la tasa de mineralización de N orgánico. El objetivo de
este documento consiste en describir la metodología de resinas sintéticas y el modelo de
cálculo para determinar la tasa de mineralización de N orgánico de estiércol y biosólidos para
una nutrición de cultivos adecuada. El método de resinas consiste en el uso de cilindros de
aluminio de 5 x 15 cm los cuales se llenan con la mezcla de suelo y estiércol ó biosolidos de
acuerdo a la dosis a evaluar. Las resinas utilizadas son: aniónica (ASB-1) y catiónica (C-249)
(www.ionac.com/ionexchange/tables.htm). Las bolsas con resinas son repuestas por bolsas
con resina nueva antes de cada riego y los tubos se colocan de nuevo en el mismo orificio
del suelo para medir in situ el N mineralizado en condiciones de campo. Los tubos
permanecen abiertos de la parte superior para permitir el flujo libre de agua y gases, de ésta
manera los productos de la mineralización se moverán a través de la columna de suelo y son
retenidos en las resinas. El N inorgánico se extrae con KCl 2 N y se puede determinar por la
técnica de arrastre de vapor. Una vez con los datos de tiempo (semanas) y concentración de
N inorgánico (mg/kg) se calculan los parámetros de una ecuación exponencial:
N m = N o (1 − e − kt ) . La tasa constante de mineralización (k) es proporcional a la cantidad de N
potencialmente mineralizable ( No ) para un período específico de tiempo (t). La solución de
la ecuación se logra utilizando un método iterativos de mínimos cuadrados no lineal, de
acuerdo a una iteración computacional de Gauss-Newton, así se estiman los parámetros
para el modelo de regresión no lineal, Proc NLIN, SAS Institute Inc. Los avances de
investigación en el Norte de Chihuahua, México, indican que la combinación de las técnicas
de resinas sintéticas y método de la diferencia son promisorios para determinar el porcentaje
de mineralización de N orgánico, el cuál de manera general en biosolidos estabilizados con
cal y estiércol de bovino lechero ha variado de 28 a 32% durante el ciclo agrícola primavera-
verano. La comparación de los resultados del método de las resinas y de la diferencia
permite obtener una mejor estimación del porcentaje de N orgánico mineralizado durante el
ciclo de cultivo, principalmente en suelos irrigados con aguas negras. La aplicación de dosis
apropiadas de estiércoles y biosolidos en suelos agrícolas requiere del conocimiento de la
tasa de descomposición de N durante el ciclo de cultivo para las condiciones edafo-
climáticas, tipos de abonos orgánicos y calidad del agua de riego
Palabras clave: Estiércol, Biosólido, Nitrógeno, Mineralización, Modelo Exponencial.
94
INTRODUCCIÓN
La producción de abonos orgánicos en México se ha incrementado como resultado del
crecimiento poblacional y de la ganadería. La producción estimada de biosolidos es de 2.6
millones de toneladas por año en peso húmedo (70%) con base en la capacidad instalada de
tratamiento de agua residual a nivel nacional, lo cual podría beneficiar 52 mil ha de suelos
agrícolas por año (Flores, 2003). Mientras que la estimación de estiércol de ganado bovino
de leche y carne es de 3.8 millones de toneladas por año, con base en 34 kg de estiércol por
día (Salazar et al., 2003) y una población de 30 millones de vientres (SAGARPA, 2007).
El problema potencial que se tiene con estos abonos orgánicos es que una aplicación
excesiva puede causar contaminación por nitratos (NO3) en aguas superficiales y profundas,
aunado a esto el uso de agua residuales en agricultura ha ocasionado altas aportaciones de
Nitrógeno (N), de tal manera que este nutriente ha sido el factor problema que ha llevado a
establecer legislación para ambos abonos (Ritter y Shirmohammadi, 2001). La utilización de
estiércol bovino, compostas y biosolidos, entre otros, es una práctica común en los sistemas
de producción agrícola que tienen la posibilidad de disponer de estos, sin embargo los
agricultores carecen de información adecuada para su aplicación óptima, es decir la
problemática se enfoca a que los estiércoles siguen aplicándose “al tanteo”, mientras que los
biosolidos tienen restricciones legales y tampoco se cuenta con las tecnologías para su
aplicación apropiada en suelos agrícolas.
La Figura 1 muestra una de las principales plantas de tratamiento de agua residual
(PTAR) en Ciudad Juárez, Chihuahua, con una capacidad de 2 m3 s-1 y en la Figura 2 se
indican los biosolidos estabilizados con cal, los cuales son enviados a un terreno para su
secado y posteriormente al relleno sanitario municipal. Aunque en algunas ciudades de
México como este caso el destino actual de los biosólidos es el confinamiento en rellenos
sanitarios (Flores, 2003), sin embargo en otros Países es común su aplicación en suelos
agrícolas, pastizales, bosques o elaboración de compostas (USEPA, 1999). Por ejemplo,
98% de los estiércoles y 75% de los biosólidos generados en los Estados Unidos son
aplicados en suelos agrícolas (Lindemann, 2004), mientras que los materiales orgánicos
ocupan el 40% del nitrógeno (N) utilizado en la producción agrícola.
La aplicación apropiada de abonos orgánicos en suelos agrícolas aumenta como
medio de disposición, reciclaje de nutrientes y conservación del agua. Aunque los biosólidos
y estiércoles son materiales muy distintos química y físicamente, tienen en común que su
utilización apropiada como fertilizantes orgánicos y mejoradores de suelos depende del
porcentaje de descomposición de sus estructuras orgánicas (Jarvis et al., 1996; Flores, 2001;
Flores et al., 2002). Es decir, la tasa de mineralización del N orgánico es la clave para el
cálculo de dosis apropiadas sin afectar el ambiente (Stanford y Smith, 1972).
95
Figura 1. Planta de tratamiento de agua residual Norte de Ciudad Juárez, Chihuahua,
México, con tratamiento primario avanzado.
96
Los biosolidos son los residuos sólidos generados en el tratamiento de agua negra o
residual, de tal manera que el aumento en el consumo de agua y la reducción de su
disponibilidad en las principales zonas urbanas y rurales del País hacen patente la necesidad
de tratar el agua negra o residual para lograr su reúso y reducir la contaminación ambiental.
En la República Mexicana se cuenta con 1132 plantas de tratamiento de aguas residuales
(PTAR) municipales hasta el año 2001, con una capacidad instalada total de 80,622 litros por
segundo (L/s) y un caudal tratado de 50,809 L/s, mientras que la capacidad instalada de
PTAR industriales es de 41,909 L/s y un caudal tratado de 25,352 L/s (CNA, 2003). El total
de agua tratada es de 2,400 millones de m3 anuales a nivel nacional, lo cuál muestra que
este recurso hídrico y los sólidos generados en su tratamiento adquieren relevancia social y
económica principalmente para el sector agropecuario y forestal.
Con base en el volumen de agua anterior y asumiendo 0.2 g de material sólido seco
por litro de agua tratada (Jiménez, et al., 1998), la producción estimada de sólidos residuales
es de 480,363 toneladas por año, ó bien en base húmedo (70%) es de 1.6 millones de
toneladas. De acuerdo con Flores (2003), una dosis promedio de 50 t ha-1 alcanzaría para
aplicarse en 32,280 ha, ó bien para 51,981 ha si se considera la capacidad instalada de
tratamiento de agua nacional que generaría 2.6 millones de toneladas de sólidos en base
húmedo.
El problema potencial que se tiene tanto con los biosolidos como con los estiércoles
es que una aplicación excesiva puede causar contaminación de aguas superficiales y
profundas, aunado a esto el uso de agua residuales en agricultura ha ocasionado altas
aportaciones de N (Flores, 2006), de tal manera que este nutriente ha sido el factor problema
que ha llevado a establecer legislación para ambos abonos orgánicos en Los Estados Unidos
(Ritter y Shirmohammadi, 2001).
El destino actual generalizado de los biosólidos en algunas ciudades de México es el
confinamiento en rellenos sanitarios, tal es el caso de Ciudad Juárez, Chihuahua, donde se
generan 28,000 t por año en base a peso seco, lo cual representa el 5.8% de la producción
nacional (Flores et al., 2006). Sin embargo, la aplicación de biosolidos en suelos agrícolas,
pastizales, bosques o elaboración de compostas es común en otros países (US-EPA, 1999).
Por ejemplo, 98% de los estiércoles y 75% de los biosólidos generados en los Estados
Unidos son aplicados en suelos agrícolas (Lindemann, 2004), mientras que los materiales
orgánicos ocupan el 40% del nitrógeno (N) utilizado en la producción agrícola en Los Estados
Unidos de América (Havlin et al., 1999).
La aplicación apropiada de abonos orgánicos en suelos agrícolas aumenta como
medio de disposición, reciclaje de nutrientes y conservación del agua (Cameron et al., 1996).
Aunque los biosólidos y estiércoles son materiales muy distintos química y físicamente
(Flores et al., 2001; Figueroa et al., 2000), tienen en común que su utilización apropiada
como fertilizantes orgánicos y mejoradores del suelo depende del porcentaje de
descomposición de sus estructuras orgánicas. Es decir, la tasa de mineralización del N
orgánico es la clave para el cálculo de dosis apropiadas sin afectar el ambiente (Flores,
2001; Jarvis et al., 1996; Stanford y Smith, 1972; Pratt et al., 1973).
El reciclaje apropiado de los nutrientes contenidos en los abonos orgánicos tales como
estiércoles, compostas y biosólidos, entre otros, a través de su incorporación en suelos
agrícolas requiere del conocimiento del porcentaje de descomposición o también llamada
“tasa de mineralización”. Este porcentaje debe ser estimado para diferentes condiciones
97
edáficas y agro-ecológicas, de tal manera que puedan utilizarse de apoyo en el cálculo de
dosis del abono orgánico de interés. Una subestimación de la dosis puede ocasionar
deficiencia de nutrientes por el cultivo y una reducción en rendimiento y calidad del producto.
Por el contrario, una sobre-estimación de la dosis conduce a exceso de nutrientes, toxicidad
al cultivo y contaminación del suelo y agua (Flores, 2001; Flores et al., 2006).
En vista de que la mayoría del N en los residuos orgánicos está en forma orgánica, se
considera necesario la realización de trabajos de investigación para determinar la tasa de
mineralización y predecir la disponibilidad de nutrientes, particularmente N para un uso
adecuado y eficiente en la producción agropecuaria. Por tal razón, se requiere información de
campo para predecir la cantidad de N mineralizado en función del tipo de residuo, potencial
de agua del suelo y tipo de suelo para diferentes regiones de México. El presente documento
tiene como objetivo realizar una descripción de los factores que afectan la tasa de
mineralización de N, describir la metodología de resinas sintéticas y presentar avances de
investigación obtenidos en el Norte de México y sur de los Estados Unidos.
98
Figura 3. Series de suelo en una porción del Valle de Juárez, Chihuahua (CIEPS, 1970).
Ejemplo, 23 en amarillo significa la Serie Juárez y textura arcillo-arenoso; 36 en rojo significa
Serie Caseta y textura franco-arcillo-arenoso.
99
Radiación Solar
CO2
Fotosíntesis
Foto-autótrofos
(plantas, algas)
Compuestos orgánicos
100
Weil, 1996; Havlin et al, 1999). La medición de la mineralización neta de N requiere tiempo
para cuantificar la proporción de N transformado o tasa de mineralización (Figura 5).
Pratt et al. (1973) mencionaron que la tasa de mineralización es la clave para la aplicación de
cualquier material orgánico al suelo. Los factores que afectan la mineralización pueden ser
ambientales, las características del residuo orgánico y de manejo del mismo. Entre los
factores ambientales destacan el tipo de suelo, aeración, temperatura y potencial de agua del
suelo, tipo y diversidad de microorganismos.
Las condiciones óptimas para una mineralización adecuada incluye: suelo franco, 30 a 35 oC
temperatura del suelo, -33 a -10 KPa de potencial de agua del suelo (80% del espacio poroso
está con agua), 15 a 20% de aeración (oxígeno), pH de 6 a 8 y diversidad de
microorganismos del suelo (Stanford y Epstein, 1973; Cassman y Munns, 1980; Tate, 1995).
La disponibilidad de agua en el suelo afecta el proceso de descomposición porque está
directamente relacionado con el movimiento de los microorganismos, nutrientes, exudados,
toxinas y difusión de gases en la solución del suelo (Papendick y Campbell, 1981; Jarvis et
al., 1996; Sierra, 1997; Flores, 2001).
Abonos Orgánicos
Factores que controlan
El proceso:
•Tipo y Tamaño de
La población microbial
•Calidad y Cantidad
Del substrato
•Relación C:N Materia Orgánica Nativa
•Raíces de plantas y en el Suelo
Exudados
•Tipo de suelo
•Humedad, temperatura,
areación, pH, textura,
y prof.de suelo Micro-organismos
•Nutrientes presentes
•Tipo de labranza del Suelo
•Contaminantes orgánicos
e inorgánicos Mineralización Inmobilización
Plantas
101
Figura 5. Proceso de descomposición de la materia orgánica con énfasis en nitrógeno y
algunos factores que controlan el proceso.
Con respecto a las características óptimas del abono orgánico para favorecer la
mineralización, éste debe ser de partículas finas, fresco, mínimo grado de digestión, 40 a
50% humedad y relación C:N menor que 25:1, mientras que los factores de manejo incluyen
una nivelación del terreno, aplicación al voleo triturado lo que permite una distribución más
homogénea en el terreno y agua de buena calidad (Lindemann, 2004). De acuerdo con
Castellanos et al. (2000) la mineralización es mayor en suelos arenosos que en suelos
arcillosos, mientras que residuos con alta relación C:N (> 30:1) presentan una tasa de
mineralización baja (residuos carbonáceos de cereales) pero cuando el contenido de ligninas
y polifenoles del residuo es alto la mineralización es baja. Una mayor velocidad de
mineralización se presenta en residuos de leguminosas las cuales tienen una baja relación
C:N (< 20:1), es decir ricos en N.
103
Figura 8. Cilindro utilizado en el método de incubación con resinas de intercambio iónico
(Poncio, 2007).
104
Cuadro 1. Características de resinas de intercambio iónico para estudios de
mineralización de N en suelos agrícolas.
Fuente: www.ionac.com/ionexchange/tables.htm
Qian y Schoenau (2002) realizaron una extensa revisión de las aplicaciones prácticas de las
resinas de intercambio iónico en investigación con suelos agrícolas y aspectos ambientales.
Algunos son extracción secuencial de fósforo, especiación iónica en suelos, extracción de
fracciones bio-disponibles de compuestos orgánicos hidrofìlicos en suelos, estudios en
microbiología de suelos, medición del suministro de nutrientes en períodos cortos,
transformaciones de nutrientes en el suelo: mineralización- inmovilización, micronutrientes y
toxicidad de metales en suelos, entre otros. Los resultados son altamente influenciados por
las relaciones solución/suelo/resina, tiempo de extracción (agitación), tipo y saturación iónica
de las resinas, temperatura, método para retener la resina y el método utilizado para
recuperar los iones adsorbidos por las resinas.
El N inorgánico en las resinas puede ser extractado con KCL 2N (Flores et al., 2006) y
medido mediante el método de arrastre de vapor que utiliza oxido de magnesio para el N en
forma de amonio y aleación de devarda para el N en forma de nitratos (Aguilar et al., 1987;
Bremner, 1996; Mulvaney, 1996).
Los primeros estudios para simular la descomposición y acumulación de la materia
orgánica en el suelo rechazaron una relación lineal simple entre el peso del residuo o
substrato orgánico remanente y el tiempo (Figura 9) Aunque ésta relación parecía funcionar
para residuos frescos de fácil y rápida descomposición, se encontró que una función
negativa exponencial análoga a la cinética de primer orden de decaimiento para una
sustancia radioactiva era más apropiada (Figura 10). Esta última relación implica la pérdida
de una fracción constante de la cantidad de residuo que permanece en el suelo en lugar de
la pérdida de aumentos constantes de residuo en intervalos sucesivos iguales de tiempo
(Ross, 1989).
105
Xt = Xo – k t
después de un tiempo, t.
X
Xo = cantidad del substrato orgánico al inicio
(t = 0)
t = tiempo
Xo
X
Xt = Xo e- k t
½ Xo
t
Figura 10. Relación exponencial entre la cantidad de un substrato orgánico
residual (X) y el tiempo (t).
106
De acuerdo con Alexander y Scow (1989) la mineralización de residuos orgánicos en el suelo
sigue una cinética de primer orden que es expresada por la ecuación:
dN
= − kN
dt
kt
ln( No − N ) = ln No −
2.303
Mediante el antilogaritmo de las funciones anteriores se obtiene:
Nm = No(1 − e − kt )
Este modelo fue propuesto por Stanford y Smith (1972) para describir la cantidad de N
inorgánico acumulado (Nm) en función del tiempo (t). Sin embargo, Ellert y Bettany (1988)
concluyeron que un modelo exponencial simple no puede describir la variación en los
patrones de mineralización (Figura 10). Lindemann y Cárdenas (1984) encontraron que un
modelo exponencial doble daba mejor ajuste que un modelo sencillo en suelos tratados con
biosólidos. Posteriormente, White y Marinakis (1991) reportaron que los modelos Richard’s
(Richards, 1959) comúnmente utilizados para describir patrones de crecimiento orgánico
pueden ajustar una variedad amplia de curvas de mineralización de N como el siguiente:
Nm = No(1 − e − kt ) (1− m )
107
Donde el parámetro m permite la flexibilidad de la curva y puede ser utilizado para comparar
patrones de mineralización de N entre sitios y tiempo (Brown y Rothery, 1993). La solución
de la ecuación se logra utilizando un método iterativo de mínimos cuadrados no lineal, de
acuerdo a una iteración computacional de Gauss-Newton, así se estiman los parámetros (k,
Noy m) para el modelo de regresión no lineal-Proc NLIN (SAS, 1997). La Figura 11 muestra
algunas tendencias de N mineralizado acumulado que pueden ser ajustadas con el modelo
mencionado anteriormente. Estas tendencias pueden ser causadas a diferencias en el tipo
de suelo, dosis de abono orgánico, humedad del suelo y temperatura, entre otros factores
que afectan el proceso de descomposición de la materia orgánica en el suelo.
140
Nt = No (1 – e – k t )1 / (1 – m)
120
100
80
60
40
20
N Mineralizado (mg / kg suelo)
0
0 50 100 150 200 250 300
Tiempo (días)
Una vez preparados los cilindros con la mezcla de suelo y el sustrato orgánico
(Biosólido o estiércol) a la dosis de evaluación, entonces se coloca la bolsa de nylon con la
resina en la base del cilindro (Figura 12) y de esta manera quedan listos para su instalación
en campo (Figura 13).
108
Figura 12. Cilindros de aluminio llenos con la mezcla de suelo y sustrato orgánico.
109
Las resinas son extractadas con KCL 2 N y se determina el N inorgánico obteniendo
resultados como los que se muestran a continuación:
Ejemplo de Datos Obtenidos de N Mineralizado
Esta información se puede analizar con el Programa Estadístico SAS (SAS Institute, 1997)
para obtener los estimadores del modelo exponencial explicado anteriormente.
•data Nmin;
•input x y1 y2 y3 y4;
•cards;
•26 16.712 14.459 30.065 30.079
•47 39.747 39.911 54.692 52.817
•81 50.973 53.456 65.899 70.825
•110 57.082 62.464 73.56 78.767
•183 60.346 66.67 76.698 82.699
•;
•proc nlin best=100 method=marquardt;
•parms b0=0 to 2000 by 10 b1=.001 to 0.009 by .001;
•model y1=b0*(1-exp(-b1*x));
•der.b0=1-exp(-b1*x);
•der.b1=b0*x*exp(-b1*x);
•output out=b p=y1hat r=y1resid;
•proc plot data=b;
•plot y1*x='a' y1hat*x='p' / overlay vpos=25;
•plot y1resid*x / vref=0 vpos=25;
•Proc print data=b;
•title1 'Tratamiento 1';
•run;
110
MINERALIZACIÓN DE BIOSOLIDOS Y ESTIÉRCOLES
Los resultados de mineralización de N han sido extremadamente variables debido a
los factores ya mencionados que afectan el proceso de descomposición de materia orgánica.
Por esta razón a continuación se muestran algunos avances de investigación extranjeros y
las experiencias obtenidas en el Norte de México y Sur de los Estados Unidos.
De acuerdo con la bibliografía sobre el tema, las metodologías utilizadas en el estudio
de mineralización de N han incluido condiciones de laboratorio y campo, así como variables
del tipo de suelo y su relación con el manejo agronómico, suelos tratados con diferentes tipos
de abonos orgánicos y bajo diferentes períodos de incubación. La variación observada en los
valores de k y No ha sido muy amplia (Cuadro 2). Esto confirma la necesidad de estudios
locales para generar información de mayor utilidad en la utilización de abonos orgánicos. Es
importante aclarar que la cantidad de N mineralizado es calculada con ambos parámetros (k
y No) utilizando el modelo exponencial.
Mineralización de Estiércol Bovino. Flores (2001) realizó un estudio durante tres ciclos
agrícolas en suelos del Sur del Estado de Nuevo Mexico (EUA) en los cuales se evaluaron
diferentes abonos orgánicos y períodos variables de incubación utilizando resinas sintéticas
de intercambio iónico. En el sitio Las Cruces, los valores de k variaron de 0.0061 a 0.015 mg
111
N día-1 en los suelos tratados con estiércol bovino lechero, mientras que en el testigo fue de
0.009 mg N día-1.
Los valores de k para el sitio Artesia fluctuaron de 0.0064 a 0.0179 mg N día-1 en los
suelos tratados y 0.0133 mg N día-1 en el control. De tal manera que las tasas de
mineralización fueron de 2.8, 4.3, 4.0 y 6.6 mg N kg-1 semana-1 para el testigo, estiércol seco,
composta y estiércol fresco, respectivamente. La Figura 14 muestra el N mineralizado
acumulado y ajustado con el modelo exponencial. Las diferencias de N mineralizado entre el
testigo y cada tipo de abono orgánico fueron de 23, 16 y 51 mg N kg-1 suelo a los 250 días de
incubación en condiciones de campo.
Mineralización de Biosolidos. Los biosolidos son un tipo de abono orgánico con enorme
potencial para suelos agrícolas en México y se cuenta con avances en legislación
(SEMARNAT, 2002). El concepto de dosis agronómica ha sido definido como la cantidad de
N requerido por los cultivos para alcanzar un potencial productivo dado en un período de
crecimiento definido, de tal manera que la cantidad de N en los biosólidos que pase el perfil
radicular del cultivo sea minimizado para evitar un impacto negativo en la calidad del agua
freática (Barbarick e Ippolito, 2000). La dosis agronómica depende del contenido de N en el
biosólido, suelo y agua de riego, de la tasa de descomposición del N orgánico del biosólido y
de la demanda de N del cultivo asociado a un potencial de rendimiento (Cogger y Sullivan,
1999).
112
Figura 14. Nitrógeno mineralizado en tres tipos de abonos orgánicos (estiércol seco de varios
meses, composta y estiércol fresco de corral) y en dos contenidos de humedad del suelo
(Flores, 2001).
113
Algunos valores representativos de N mineralizable reportados para biosolidos en los
Estados Unidos son: 30% para biosólido estabilizado con cal, 15% para biosólido
anaerobicamente digestado y de 5% a 10% para biosólido composteado (NRC, 1996).
Particularmente, la adición de cal en el proceso de tratamiento de biosólidos puede aumentar
el pH del suelo, y las adiciones de biosólidos puede incrementar la capacidad
amortiguadora de pH de un suelo (Pierzynski, 1994). Las tasas de mineralización de N
orgánico en biosólidos secos o en compostas son menor que aquellas observadas en
biosólidos líquidos y biosólidos desaguados. Por ejemplo, los biosólidos con estabilización
alcalina pueden presentar de 50 a 55% de mineralización de N durante el primer año,
mientras que la mineralización de N en biosólidos composteados es de 10% annual.
Barbarika Jr., et al. (1985) reportaron valores de N orgánico mineralizado de 1.8 a 60.3% a
diferentes temperaturas del suelo (17 a 35 oC) y tiempos de incubación (5 a 16 semanas), el
parámetro que mejor correlacionó fue la relación C:N del biosólido y del suelo.
Garau et al. (1986) reportaron tasas de mineralización (k) de N de 0.0202 ± 0.0011 y
0.0650 ± 0.0068 por día, respectivamente para procedimientos de lixiviado y no lixiviado. El N
potencialmente mineralizable se incrementó con la dosis de biosólido aplicado. El porcentaje
neto de N mineralizable en relación al N orgánico agregado fue 43 ± 7.8 y 27.7 ± 4.0,
respectivamente. Rowell et al. (2001) relacionaron las tasas de mineralización de N de
biosólidos con su química inicial para encontrar parámetros de predicción. La mineralización
neta de N fue expresada como cantidad de N orgánico transformado por cantidad de materia
orgánica aplicada, la cual varió de 182 a 248 g kg-1 y la mineralización neta de N varió de
2.09 a 18.21 g N kg-1 de materia orgánica aplicada. Rogers et al. (2001) determinaron la tasa
de mineralización de N (TMN) con la siguiente formula: TMN (%) = { ( N inorgánico del suelo
con biosólido – N inorgánico del suelo sin biosólido – N inorgánico agregado inicialmente del
biosólido) / (N orgánico agregado del biosólido) } x 100.
114
50
Testigo
200 Kg NTK/ha
400 Kg NTK/ha
40
600 Kg NTK/ha
20
10
0
0 20 40 60 80 100 120 140 160 180 200
100
N Mineralizado (mg kg suelo )
80
-1
60
40
Testigo
20 200 kg NTK/ha
400 kg NTK/ha
600 kg NTK/ha
Predicho
0
0 20 40 60 80 100 120 140 160 180 200
115
Las investigaciones sobre biosolidos en el Estado de Chihuahua han sido realizadas
por Figueroa et al (2000), Uribe et al (2002) y Flores et al. (2001-2006). Los primeros dos
autores evaluaron dosis de biosolidos en suelos con algodonero y maíz forrajero, sin
embargo no evaluaron la tasa de descomposición, mientras que Flores et al (2001-2006)
incluyeron tanto la evaluación a nivel comercial como la determinación del porcentaje de
descomposición de biosolidos estabilizados con cal.
Flores et al (2003) evaluaron las dosis 0, 9.8, 19.7 y 29.5 Mg ha-1 biosólido base seca
que correspondieron a los tratamientos 0, 164, 328 y 492 kg NTK ha-1 y diseño experimental
en bloques al azar con ocho repeticiones. El N mineralizado fue afectado significativamente
por la dosis de biosólido (P<0.05). En promedio, los valores máximos de N mineralizado con
el método de las resinas sintéticas y el método de la diferencia fueron de 20% y 50% con la
dosis de 164 Kg NTK ha-1. Los porcentajes de N mineralizado con las dosis 328 y 492 Kg
NTK ha-1 fueron de 7 y 4% con valores similares entre métodos (Figura 8). Estos porcentajes
tan bajos se atribuyeron a que la temperatura del suelo fue menor a 15 oC lo que disminuyó
la actividad microbiana en el
suelo y a que las altas cantidades de N inorgánico suministradas por el agua de riego (33
mg N L-1) pudieron afectar el proceso de mineralización. Los autores concluyeron que la
mayor precisión del método de las resinas puede justificar la utilización de una tasa del 20%
como primera aproximación para cálculos de dosis de biosólidos estabilizado con cal de una
y su aplicación a nivel comercial en el ciclo agrícola otoño-invierno en el Valle de Juárez,
Chihuahua.
La Figura 9 muestra los resultados mas recientes de mineralización de N en un suelo
cultivado con sorgo forrajero (Flores et al, 2006). Resulta notorio que la cantidad de N
mineralizado es mayor que lo señalado en la Figura 8, es decir que la mineralización
aumenta durante el ciclo Primavera-Verano quizás al aumento en la temperatura del suelo.
Estos trabajos han tenido la particularidad de que se han realizado en suelos irrigados con
aguas negras, lo cual ha permitido definir la influencia del N del agua de riego en la
descomposición de biosolidos.
CONCLUSIONES
LITERATURA CITADA
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123
FITORREMEDIACIÓN DE SUELOS CONTAMINADOS CON
METALES PESADOS
1
Centro de Investigación en Química Aplicada, Blvd. Enrique Reyna Hermosillo 140,
CP 25253 Saltillo, Coahuila México. Tel. (844) 438 98 30, Fax: 438 98 39. Email:
hortega@ciqa.mx
2
Departamento de Horticultura, Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro,
Buenavista, CP 25315 Saltillo, Coahuila México.
3
Departamento de Riego y Drenaje, UAAAN.
124
RESUMEN
INTRODUCCIÓN
El desarrollo económico que trajo consigo la revolución industrial iniciada hace más de 200
años llevo a considerar a las industrias como signo de prosperidad. No fue hasta los
descubrimientos de los daños ocasionados a los ecosistemas y a la alteración de la calidad
del aire, el suelo y el agua, que se tomo conciencia de que el crecimiento económico puede,
también, traer consigo efectos indeseables (Maqueda, 2003).
De los sistemas ambientales el suelo es el medio más estático, donde los contaminantes
pueden permanecer durante mucho tiempo. Esta permanencia a largo plazo es
especialmente grave en el caso de contaminantes inorgánicos, como los metales pesados,
125
que no pueden ser degradados. Su persistencia, acumulación progresiva y/o su transferencia
a otros sistemas supone una amenaza para la salud humana y la de los ecosistemas
(Becerril et al., 2007). La contaminación constituye uno de los aspectos más importantes en
la degradación de los suelos. La calidad de un suelo, es decir, su capacidad para sostener
efectivamente el crecimiento de las plantas y otros organismos, puede verse afectada
negativamente por la contaminación. (Maqueda, 2003).
La consecuencia directa de esta contaminación, es una ausencia inicial de vegetación o la
pérdida de su productividad. Puede ocurrir también disminución de la biodiversidad al
reemplazarse la vegetación natural con una cierta variedad de especies de plantas
(metalofitas) capaces de colonizar estos suelos degradados (Wong, 2003).
La recuperación de suelos contaminados mediante métodos físicos o químicos normalmente
rápida pero de alto costo económico. Esta puede realizarse in situ (tratando el suelo en su
lugar) o ex situ (tratamiento tras transporte del suelo). Las técnicas biológicas, o
biorremediación, tienen como objetivo básico promover los procesos naturales y desarrollar
técnicas para acelerar la recuperación de suelos y sedimentos contaminados. Dentro de las
técnicas biológicas o ecológicas, el uso de plantas (fitorremediación) se considera capaz de
dar soluciones in situ, con un gasto financiero y tecnológico relativamente bajo. Además, el
resultado, una cobertura “verde”, es más agradable estéticamente y más aceptable desde el
punto de vista ambiental (Bernal et al., 2007).
La fitorremediación de suelos contaminados se basa en el uso conjunto de metalofitas, y
técnicas agronómicas para eliminar, retener, o disminuir la toxicidad de los contaminantes del
suelo (Chaney, et al.; 1997). Este grupo de fitotecnologías reúne un gran número de
ventajas, especialmente la limpieza y la economía; no utilizan reactivos químicos peligrosos,
ni afectan negativamente a la estructura del suelo, sólo aplican prácticas agrícolas comunes
(Cunningham et al., 1995).
Las metalofitas son especies de plantas que han desarrollado los mecanismos fisiológicos para
resistir, tolerar y sobrevivir en suelos con altos niveles de metales y, por ello, son endémicas de
suelos con afloramientos naturales de minerales metálicos (Shaw, 1990). A pesar de que esas
plantas se conocían ya antes de los años de la década de 1970, no llamaron la atención de
la mayoría de los científicos hasta casi una década después. Desde entonces, ha emergido
en torno a ese grupo de plantas un interés multidisciplinario, además de científico, también
económico, y en disciplinas tan diversas como la fisiología vegetal, la arqueología, la
fitorremediación, la fitominería, etc. (Vázquez, 2003).
El gran interés despertado por las plantas hiperacumuladoras, especialmente para remediar
un ambiente contaminado, obliga también a resolver problemas relativos a otras disciplinas;
Brooks, (1998) hace hincapié en ello y destaca la importancia para el avance de la
fitorremediación de la integración de diversos campos como botánica, fisiología, agronomía,
química y genética.
Por esta razón diversas investigaciones se han enfocado a desarrollar técnicas que exploten
de forma conjunta los procesos biológicos dependientes de plantas y microorganismos, así
como procesos químicos como el uso de agentes quelatantes o secuestrantes para reducir el
uso inherente asociado con los suelos contaminados con metales (Maqueda, 2003).
126
Es muy importante recalcar que el objetivo último de un proceso de fitorremediación de
suelos contaminados no debe ser solamente eliminar el contaminante o, en su defecto,
reducir su concentración hasta límites marcados en la legislación, sino sobre todo recuperar
o acercarse al estado óptimo del suelo, entendido ésta como la capacidad de este recurso
para realizar sus funciones de forma sostenible (Garbisu et al., 2007).
As 10.38 250-2500 22
Cd 0.097 20-800 37
Cr <100 - 280
Co 5-40 100-300
Cu 22 >2000
Hg 0.04 10-100 23
Mo 0.2-6 10-100
127
Ni 35 800-8000 1600
Se 0.29 7 390
Zn <3-790 >1%
€
He et al. 2005.
¥
Por contaminación o por efecto del material madre de donde se formó el suelo.
£
NOM-147-SEMARNAT/SSA1-2004. Los valores anotados son para uso agrícola.
Los niveles para considerar un suelo contaminado dependen del elemento en cuestión, uso
del suelo y la legislación de cada país (Bernal, 2007).
Los metales no se degradan, así que pueden acumularse en el ecosistema a través del
tiempo provocando concentraciones elevadas, efectos adversos en la mayoría de los
organismos; por ello, se han desarrollado técnicas para remediar a los suelos contaminados
de metales pesados (Gardea-Torresday et al., 2002; Kärenlampi et al., 2000; Nelly et al.,
2000).
128
Las técnicas tradicionales de remediación del suelo contaminado con metales pesados
generalmente involucran prácticas convencionales de ingeniería civil, aplicadas
individualmente o en grupo. En estos procesos físicos, químicos y térmicos principalmente se
requiere remover físicamente el suelo del sitio contaminado o bien minimizar el riesgo de
exposición (Brennan y Shelley, 1999; McIntyre, 2003).
Las técnicas de remediación antes mencionadas tienen un alto costo, elevado consumo de
energía, destrucción del sitio contaminado y problemas de logística (Cunningham et al.,
1995; Henry, 2000; Kärenlampi et al., 2000; McIntyre, 2003, Nedelkoska y Doran, 2000;
Susarla et al., 2002).
Debido a las limitaciones que presentan las tecnologías tradicionales de remediación surge la
necesidad de utilizar técnicas alternas como la biorremediación (Nedelkoska y Doran, 2000;
Raskin et al., 1997).
Biorremediación
El término biorremediación fue acuñado a principios de la década de los 80`s, y proviene del
concepto de remediación, que hace referencia a la aplicación de estrategias físico-químicas
para evitar el daño y la contaminación en suelos.
La biorremediación surge como una rama de la biotecnología que busca resolver los
problemas de contaminación mediante el uso de seres vivos (microorganismos y plantas)
capaces de degradar o acumular compuestos que provocan desequilibrio en el medio
ambiente, ya sea suelo, sedimento, fango o mar (ArgenBio, 2007). Básicamente, los
procesos de biorremediación pueden ser de tres tipos.
129
Remediación microbiana. En este tipo de remediación se usan microorganismos
directamente en el foco de la contaminación. Los microorganismos utilizados pueden ser los
ya existentes (autóctonos) en el sitio contaminado o pueden provenir de otros ecosistemas,
en cuyo caso deben ser agregados o inoculados.
Ventajas:
• Las plantas pueden ser utilizadas como entidades extractoras de bajo costo
económico para depurar suelos y aguas contaminadas.
• Algunos procesos degradativos ocurren en forma más rápida con plantas que con
microorganismos.
• Es un método apropiado para descontaminar superficies grandes o para finalizar la
descontaminación de áreas restringidas en plazos largos.
Desventajas:
• El proceso se limita a la profundidad de penetración de las raíces o aguas poco
profundas.
• Los tiempos del proceso pueden ser prolongados.
130
Figura 1. Mecanismos involucrados en la ffitorremediación (INE, 2007).
La fitorremediación contempla seis procesos básicos a través de los cuales las plantas
pueden contribuir a la recuperación de suelos, sedimentos y aguas contaminadas.
Dependiendo de la estrategia de recuperación, estos proces procesos
os darán lugar a la contención o
a la eliminación de los contaminantes del suelo. La fitoestabilización y la fitoinmovilización
corresponden a la primera de las dos estrategias, mientras que la fitoextracción,
fitodegradación, fitovolatilización y rizofilt
rizofiltración
ración representan procesos de eliminación (Cuadro
2) (Bernal, 2007).
131
Cuadro 2. Tipos de Fitorremediación, indicando la zona de la planta en donde ocurre este
proceso (PQB, 2003).
Tipo Contaminación Tratada
Proceso Involucrado
Fitoextracción
Rizofiltración
Fitoestabilización
Fitoestimulación
Fitovolatilización
Fitodegradación
Básicamente, dos tipos de fitorremediación son aplicables a los suelos contaminados por
metales pesados: la fitoestabilización y la fitoextracción.
132
La fitoestabilización se utiliza en los suelos donde la gran cantidad de contaminantes
imposibilita la fitoextracción, y se basa en el uso de plantas tolerantes a los metal
metales para
inmovilizarlos a través de su absorción y acumulación en las raíces o precipitación en la
rizosfera, reduciendo así su movilidad y su biodisponibilidad para otras plantas o
microorganismos.
Por otra parte, la fitoextracción, también conocida como ffitoacumulación,
itoacumulación, Es la captación de
iones metálicos por las raíces de la planta y su acumulación en tallos y hojas (Figura 2). Hay
plantas que absorben selectivamente grandes cantidades de metales acumulando en los
tejidos concentraciones mucho más altas qu quee las presentes en el suelo o en el agua. Este
proceso se ha utilizado para eliminar hidrocarburos de agua y suelo con cultivos de alfalfa,
álamos, enebro (Vázquez, 2003).
Un objetivo importante de la fitoextracción es maximizar el crecimiento de las plantas
naturalmente hiperacumuladoras. En algunos ensayos de fertilización del suelo se han
conseguido incrementos significativos de la biomasa de diferentes especies del género
Alyssum (Kidd et al., 2007).
). El cultivo puede ser, entonces, cosechado en el momento de
máxima acumulación metálica en la biomasa aérea, que frecuentemente se da en el estado
de media floración (Angle et al.. 2001). Robinson et al.. (1997) consiguieron aumentar tres
veces la biomasa de A. bertolonii (hasta 9 ton·ha-1) con fertilización NPK.
NPK La fertilización
también hizo multiplicar por un factor de diez la biomasa de A. serpyllifolium subsp.
lusitanicum desarrollada en suelos de mina contaminados con metales (Kidd y Monterroso,
2005).
133
Aunque estas técnicas han sido probadas y son de indudable ayuda, también presentan sus
limitaciones, ejemplificadas en el denominado efecto barrera: con algunas pocas
excepciones, las plantas pueden acumular un determinado elemento solamente hasta una
cierta concentración. De hecho, en el caso del mercurio, las raíces pueden actuar a modo de
barrera impidiendo que el elemento ascienda hacia los órganos superiores de la planta
(UCLM, 2007).
En este sentido las plantas pueden ser clasificadas en cuatro categorías:
• Sin efecto de barrera, las que concentran el elemento químico investigado sin
restricciones y de forma continua.
• Semi barrera, que concentran entre 30 y 300 veces la concentración del elemento
considerada normal en la planta.
• Con barrera, contenidos de hasta 3-30 veces la concentración del elemento
considerada normal en la planta.
• Con barrera de fondo, que no superan las concentraciones normales del elemento en
una determinada planta (UCLM, 2007).
Metales pesados. Se considera metal pesado a aquel elemento con densidad igual o
superior a 5 g/cm3 cuando esta en forma elemental, o cuyo número atómico es superior a 20
(excluyendo a los metales alcalinos y alcalino-térreos). Su concentración promedio en la
corteza terrestre es inferior al 0.1% y casi siempre menor del 0.01%. Junto a estos metales
pesados hay otros elementos químicos denominados metaloides y no metales que suelen
englobarse con ellos por presentar orígenes y comportamientos asociados; es el caso del As,
Sb, B, Ba y Se (García y Dorronsoro, 2001).
134
ACUMULACIÓN DE METALES EN EL SUELO
Los metales pesados incorporados al suelo pueden seguir cuatro diferentes vías (García y
Dorronsoro, 2001).
A. Quedan retenidos en el suelo, ya sea disueltos en la solución del suelo o bien fijados
por procesos de adsorción, complejación o precipitación.
B. Son absorbidos por las plantas e incorporados a las cadenas tróficas.
C. Se volatilizan a la atmósfera.
D. Pueden contaminar a las aguas superficiales o subterráneas
Dependiendo del metal en cuestión, las prácticas de manejo del suelo, como la modificación
del pH y la fertilización, pueden tener diferentes efectos sobre la absorción. Por ejemplo, se
ha demostrado que la acidificación del suelo favorece la hiperacumulación de Cd o Zn,
aunque un exceso de acidez puede inducir fitotoxicidad de Al o Mn (Brown, et al., 1999;
Wang, et al., 2006). Por el contrario, la absorción y acumulación aumentan con el incremento
del pH (Li, et al., 2003).
136
El uso de estos mecanismos naturales de tolerancia a los metales es la base de la selección
de especies para la fitoextracción de metales contaminantes o metales valiosos.
137
Fase II. Agrega un grupo polar de tamaño relativamente grande a los productos de las
reacciones de la Fase I, o a los xenobióticos originales que contienen los grupos funcionales
apropiados para ser substratos de las reacciones de conjugación (Navarro-Aviño et al.,
2007).
138
Cuadro 3. Contenido de metales pesados en algunas plantas hiperacumuladoras.
Concentración Biomasa
-1
Especie (mg kg peso
Elemento (ton ha-1 año-1)
seco)
Co Haumaniastrum 10,200 4
Cu H. katangense 8,356 5
CONCLUSIONES
141
La sustentabilidad del sistema de vida de nuestra especie se liga a los suelos. Por desgracia,
en los últimos cientos de años, este recurso se ha degradado rápidamente como
consecuencia de una serie de actividades humanas derivadas de nuestro explosivo
crecimiento poblacional. Es clara la necesidad de estrategias de saneamiento y recuperación
duraderos y con el adecuado balance costo-beneficio, así como con la consideración de
todos los componentes bióticos del sistema suelo. Aunque con mayor costo en tiempo y
posiblemente mayor costo económico, la práctica de la fitorremediación, la cual contempla
procesos básicos a través de los cuales las plantas promete que contribuirá a la recuperación
de suelos, sedimentos y aguas contaminadas. Dependiendo de la estrategia de
recuperación, estos procesos darán lugar a la contención o a la eliminación de los
contaminantes del suelo.
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142
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147
ENFOQUE INTEGRAL DE NUTRICIÓN EN FRUTALES
Jorge B. Retamales
148
RESUMEN
Los frutales son plantas perennes leñosas que obtienen la mayor parte de sus nutrientes de
la solución suelo. El propósito fundamental de la producción frutícola es la obtención
sostenida de altos rendimientos de frutos de calidad. Los nutrientes tienen, en general, baja
incidencia en los costos totales del huerto, pero afectan fuertemente en la definición de la
cantidad y calidad de fruta a cosechar. Los diferentes órganos de un frutal demandan
nutrientes en diversas cantidades y oportunidades; dichas demandas deben ser satisfechas
en la cantidad y momento apropiado. El cálculo de las dosis de fertilizantes debe considerar:
los diversos aportes (reciclaje, agua de riego, aporte natural del suelo), la eficiencia de
aplicación de fertilizantes, así como la extracción por diversos órganos, especialmente frutos.
La eficiencia de aplicación, varía según nutriente, sistema de riego, fecha de aplicación, etc.
Para alcanzar una alta eficiencia de aplicación, se requiere hacer coincidir el aporte de
nutrientes con las demandas por los distintos órganos y con la máxima superficie de
absorción por parte de las raíces. El huerto es un sistema integrado en donde diversas
prácticas culturales (riego, poda, raleo, etc.) afectan no sólo un órgano definido y por un
período breve, sino alteran por un extenso lapso el equilibrio copa/raíz y el balance entre
crecimiento reproductivo y vegetativo, y con ello las necesidades y proporciones en las
demandas de nutrientes por parte de los diversos órganos. Así, paradójicamente, muchos
problemas nutricionales no se resuelven aplicando nutrientes. Se presentarán diversos
ejemplos de alteraciones en dichos equilibrios y su influencia en el manejo nutricional de
huertos de especies frutales de hoja caduca.
INTRODUCCIÓN
La nutrición mineral vegetal involucra la captación y utilización por las plantas de la gran
mayoría de los elementos químicos que forman parte de su composición y la de sus
consumidores, incluidos nosotros los humanos. La mayor parte de los elementos que forman
parte de los seres humanos, se introducirán en la biosfera terrestre por las plantas mediante
la nutrición mineral de los cultivos. En la dieta humana, las frutas han ido adquiriendo
creciente importancia por los beneficios de su consumo para la salud. Por ser plantas
perennes, la nutrición mineral frutales involucra aspectos diferenciales en cuanto a la
absorción, distribución y reciclaje de los distintos elementos minerales.
149
INFLUENCIA DE LA NUTRICIÓN MINERAL
Cerca del 15% del peso fresco de una planta corresponde a la materia seca. De esa materia
seca, cerca de 10% representan el contenido mineralógico de la planta; por lo tanto los
componentes minerales alcanzan en promedio a 1,5 % del peso fresco.
Una deficiencia se puede desarrollar si la concentración de un elemento en el suelo o
sustrato es baja, o si el elemento está en formas químicas que impiden su disponibilidad para
ser absorbido. Así, en ciertas ocasiones, las concentraciones excesivas de otro elemento
pueden reducir la absorción de un nutriente y provocar una deficiencia. Tal déficit inducido
por una acción antagonista de otro elemento, se puede desarrollar aún cuando el nutriente
esté presente en el suelo en nivel adecuado. Cuando un tejido está deficitario en un
elemento esencial, se generan importantes cambios en su metabolismo y crecimiento. En
primer lugar, se reduce la tasa metabólica en los procesos donde dicho elemento participa.
Debido a que cada reacción metabólica es parte de un grupo interconectado de vías
bioquímicas, bajo condiciones de déficit prolongado o severo, se alterará gran parte del
funcionamiento de la planta.
La influencia de la nutrición mineral sobre el crecimiento, rendimiento y calidad de fruta de
una planta frutal dependerá de: 1.- el elemento en cuestión, 2.- el momento de ocurrencia del
déficit o exceso, 3.- la magnitud del desbalance, tanto en relación a su distancia proporcional
al óptimo, como en la duración en la condición de desbalance.
150
Las plantas regulan la distribución de materia seca (carbohidratos y nutrientes minerales)
mediante una intrincada interacción entre fuentes (“sources” en inglés) y receptáculos
(“sinks”), la cual se basa en tres criterios: 1.- Fuerza de los receptáculos, que corresponde al
efecto del tamaño y actividad de los mismos, 2.- Distancia entre fuentes y receptáculos, y 3.-
Prioridad, donde la prioridad es: Frutos/flores > brotes/hojas > tronco y ramas > raíces. Las
plantas usan diversos mensajeros químicos para vincular fuentes con receptáculos y así
coordinar crecimiento y desarrollo entre diversos órganos de la planta. Entre tales sustancias
están las hormonas vegetales clásicas (auxinas, giberelinas, citokininas, etileno y ácido
abscísico), así como otras descubiertas más recientemente: fitocromo, ácido jasmónico,
ácido salicílico, sistemin, factores Nod, y brasinoesteroides. Algunos nutrientes alteran la
respuesta de crecimiento de la planta en dos tipos de roles: 1. Como mensajeros, el más
prominente es el caso del Ca, pero el Mg tiene roles en servir de puente entre N y P, 2.-
Como reguladores. Por ejemplo, el nitrato regula la transcripción de RNAmensajero. Así
también, bajos niveles de fosfato inducen genes que favorecen la captación y reciclaje de
fosfato.
Iniciación floral;
Cantidad Todas 30
cuaja
151
Nutrición mineral y rendimiento
152
CRECIMIENTO RADICAL
Las raíces son la parte menos visibles de la planta, pero igualmente importante que las
estructuras aéreas. Las raíces anclan el árbol, absorben, transportan y ocasionalmente
almacenan nutrientes y agua, además de sintetizar compuestos que son esenciales para la
regulación de las actividades de la planta. Debido a que es menos visible y más difícil de
acceder, ha sido menos estudiada que los órganos aéreos.
Los huertos frutales crecen y producen en un sitio por 15-50 años. La naturaleza perenne de
los frutales y sus altas producciones, imponen condiciones distintas a las de plantas anuales
o árboles forestales. La condición del sistema radical puede afectar el rendimiento aún
cuando no existan deficiencias minerales aparentes en el suelo.
Aún cuando las copas de los árboles se podan y manejan cuidadosamente, hay pocas
prácticas culturales que alteren directamente el sistema radical. Un árbol frutal tiene
demandas nutricionales variables durante el año, según la tasa de crecimiento de fruta y
brotes, la magnitud de reservas de nutrientes desde la temporada anterior y las condiciones de
crecimiento.
A veces, las altas demandas de nutrientes pueden no ser satisfechas por las raíces y
requieran ser suministradas mediante aplicaciones foliares.
Aún cuando las raíces de los árboles frutales tienen el potencial de desplegarse en el suelo,
a menudo 70% de las raíces crecen en los 0-30 cm de profundidad. La aireación del suelo
determina la profundidad máxima del sistema radical. La amplitud de las raíces generalmente
es mucho mayor a la que alcanzan las ramas. Árboles maduros de manzanos y peras
alcanzan 18-21 m2 amplitud, mientras los frutales de carozo logran amplitudes de 8-16 m2. La
densidad del largo de raíz varía entre 0,2 km/m2 en manzanos hasta 12 km/m2 en plantas de
kiwi (una diferencia de 60 veces).
La tasa de supervivencia de raíces al invierno depende de su diámetro; así, en manzanos
Red Chief Delicious/M 26, la tasa de supervivencia fue de 12% para raíces < 0,3 mm de
diámetro; 30% para raíces 0,3-0,5 mm diámetro; y 55-60% para raíces de 0,5 a 1,1 mm
diámetro. Por otra parte, las raíces más finas se encontraban en sectores más densamente
poblados y tenían mayor tasa de mortalidad que raíces más gruesas.
Cuadro 2. Relación crecimiento raíz/crecimiento foliar: La (cm raíz por cm2 hoja).
Cultivo La (cm cm-2)
Gramíneas 100 – 4.000
Dicotiledóneas herbáceas 53 – 310
Coníferas 69 – 126
Frutales 2–6
Fuente: Neilsen y Neilsen, 2003
Al comparar plantas anuales con árboles frutales, la escasa magnitud del sistema radical es
incrementada al considerar los pelos radicales. Así, mientras un manzano de 1 año posee
17 millones de pelos radicales y una largo total de 3 Km, una planta de cebada puede tener
17 mil millones de pelos radicales, con un largo total de 600 Km.
La variable más importante en definir la captación de nutrientes es el largo total del sistema
radical. La absorción de nutrientes inmóviles (P, Zn y Fe), es muy dependiente del área de
contacto de la raíz, la cual depende del largo de raíz, de pelos radicales y las hifas de
micorrizas. Se esperaría que árboles con mayor densidad de largo radical (km m-2), tuvieran
mayor capacidad de captar nutrientes y, con ello, mayor producción. Pero, al comparar
diversos frutales, no hay relación entre densidad del largo radical y potencial de producción
en condiciones ideales (Fig. 1). Los manzanos tendrían dinámicas de raíces muy eficientes;
así adquirirían más nutrientes y agua por unidad de C destinada a la raíz. Ello involucraría
ajustar las tasas de crecimiento radical, la longevidad de raíces y las tasas de respiración
radical. Así, la longevidad radical será mínima para raíces con baja eficiencia y máxima en
raíces con alta eficiencia.
Las estimaciones en eficiencia del sistema radical asumen que las plantas pueden
desprender las raíces cuando se hacen ineficientes; sin embargo, las raíces no se
desprenden de las raíces como los brotes se desprenden de las hojas, pues no hay zona de
abscisión clara en las raíces. Pero, existe evidencia que las plantas tienen control macro de
154
la longevidad de las raíces. Por ejemplo, hay mucha muerte de raíces dentro de 2 semanas
de la completa desfoliación de manzanos. Así también, alta producción de fruta se asocia
con alta mortalidad de raíces.
155
Coordinación del crecimiento
156
Figura 2.- Patrones de nacimiento de raíces a lo largo de 2 temporadas de crecimiento en
árboles de Gala/M9 en Summerland, BC, Canadá. Los árboles recibieron riego pleno en
ambos lados. Se indica fecha de plena flor (B) y cosecha (H) (Fuente: Eissenstat et al., 2006).
157
Figura 3.- Vida mediana de raíces de manzano creciendo en macetas divididas. Las plantas
recibieron: nitrato en dosis alta (H; 8,0 mmol) o baja (L; 1,6 mmol) dos veces por semana
separadamente en cada maceta. Tratamientos: alto N en ambas macetas (HH), alto N en una
y bajo N en la otra (HL), y bajo N en ambas macetas (LL). Asterisco indica maceta medida.
Vida mediana de raíces se midió usando minirizotrones y tubo transparente rígido para 2
grupos de raíces. El grupo 1 son raíces nacidas antes de la primera cosecha (112 post-
transplante) y el grupo 2 son raíces nacidas entre primera y segunda cosecha (112 a 127
días post transplante).
DEMANDA DE NUTRIENTES
Los nutrientes cumplen diversas funciones, por lo que su demanda varía, entre otros, según:
especie y variedad frutal, edad de la planta, condición hídrica, carga frutal, condición
fitosanitaria y época del año. Según sus características (materia orgánica, pH, textura, CIC,
profundidad, etc.), cada suelo tiene cierta disponibilidad de nutrientes para su absorción por
la planta. Para evitar déficit, deberá suplirse la “oferta natural” de nutrientes con fertilizantes
(al suelo o follaje), en la forma y momento oportunos.
Elementos y órganos
Los diversos órganos en las distintas especies y variedades frutales, tienen ciertas
concentraciones de los diferentes elementos minerales. Hay alta extracción de K, Ca y N
(Cuadro 3). Hay alta remoción de K por los frutos. Existe similar distribución de N hacia los
distintos órganos de la planta. Gran parte del Ca está en ramas y brotes, en desmedro de
frutos; ello explica la baja acumulación de Ca en frutos y preponderancia de desórdenes
vinculados a déficit de este elemento en frutos de árboles frutales.
158
Cuadro 3: Distribución de nutrientes (kg/ha) en manzano cv. Golden Delicious con 500
plantas/ha y rendimiento de 90 ton/ha (Fuente: Neilsen and Neilsen, 2003).
Síntomas visuales
Los síntomas visuales se han usado extensamente en la nutrición mineral. Dado que los
niveles de un nutriente afectan ciertas vías metabólicas, el déficit/exceso de un nutriente
altera la fisiología y produce síntomas. Basar el manejo nutricional de un huerto sólo en
síntomas es problemático: 1.- Muchos síntomas sólo se expresan con déficit severos, por lo
que cuando se enmienda el problema, la planta ya ha tenido un período de desbalance con
efectos negativos sobre el rendimiento y calidad de fruta, 2.- Un síntoma puede deberse a
diversos problemas, algunos de los cuales pueden estar vinculados a la nutrición; incluso
aunque su causa fuera nutricional, hay desbalances en diversos elementos que producen
síntomas similares, 3.- Se requiere mucha experiencia para diferenciar entre diversos
síntomas, 4.- Es un método cualitativo, por lo que es difícil definir niveles de fertilización
basándose sólo en los síntomas.
159
Análisis de suelos
Figura 4.- Lisímetro de succión usado para obtener muestras de solución de nutrientes en
zona de crecimiento radical en frutales.
160
Análisis de tejidos
En contraste con los análisis de suelos, el análisis de tejidos (incluido el análisis foliar),
integra variables que afectan la disponibilidad de nutrientes y, por ello, refleja los factores que
inciden en la disponibilidad de nutrientes (clima, manejo y carga frutal), antes que el
contenido del nutriente en el suelo. En frutales, las variaciones en niveles foliares son
menores que en anuales. Varios factores pueden alterar los niveles de nutrientes en tejidos.
La baja absorción de un nutriente puede deberse a poca aireación (baja respiración en raíz),
bajo nivel hídrico en el suelo o poca actividad metabólica en la raíz. En cambio, una alta
absorción de nutrientes puede reflejar condiciones óptimas de temperatura, sistema radical
amplio y activo, o alta capacidad fotosintética que entregue a la raíz suficientes carbohidratos
para un óptimo metabolismo radical.
Para que el análisis de tejidos pueda ser útil en determinar la condición nutricional de un
huerto, es preciso establecer criterios de muestreo que permitan comparar las muestras
obtenidas con los estándares establecidos para cada cultivo y variedad. Así, debe definirse el
momento de toma de muestra, el tipo y número de hojas, así como las características de las
plantas a muestrear. Se ha sugerido muestrear siempre de los mismos árboles, a fin de
poder correlacionar la condición mineral de las plantas con el crecimiento vegetal, así como
el nivel y calidad de la producción obtenida.
Considerando la diferente movilidad de los elementos entre los distintos órganos de una
planta, existen situaciones en que la condición nutricional del follaje no representa la
captación y acumulación de ciertos nutrientes por los frutos. Dado que la nutrición de ciertos
elementos minerales (en particular calcio) afecta la calidad y la vida postcosecha de la fruta,
en diversas especies ha sido necesario establecer la condición mineral de los frutos. Hay
bastante controversia sobre las partes del fruto que deben ser incorporadas en el análisis y
diversos laboratorios proponen variados métodos. Aquí también deben seguirse pautas
estrictas sobre el muestreo y manipulación de muestras.
Para tener un mayor conocimiento de la evolución de los niveles de N en la planta a lo largo
de la temporada, se han usado otros tejidos vegetales para hacer un seguimiento de este
elemento en la planta. Así, se ha postulado la determinación durante el receso de los niveles
de este elemento en dardo y raíces de manzano, así como en sarmientos y raíces de vid, ello
permite establecer el nivel de reservas de N y su disponibilidad para la brotación. En el caso
de la vid, se ha establecido una alta correlación (r = 0,92) entre los niveles del aminoácido
arginina y el N-total en raíces.
162
FERTILIZACIÓN
En huertos frutales, los fertilizantes se aplican para elevar los niveles nutricionales si estos
son inadecuados para la producción en calidad y cantidad de fruta. También se aplican para
mantener la fertilidad del suelo, la que declinará si las cantidades removidas del suelo por
pérdidas (lixiviación, desnitrificación, volatilización) o por la absorción del cultivo, son
mayores a los nutrientes aportados por la degradación de material parental o la
mineralización de la materia orgánica.
La aplicación de fertilizantes puede hacerse directo al suelo, disuelto en el agua de riego y
aplicado por riego presurizado (fertigación), así como asperjados a la parte aérea (foliar) o
aplicado en postcosecha dirigido al fruto (aspersión o inmersión).
Determinación de dosis
Para estimar dosis de fertilizantes, se requiere conocer o calcular: 1.- la demanda del
elemento por la planta, 2.- el aporte del elemento por el suelo, y 3.- la eficiencia de
fertilización. La demanda proviene de los requerimientos de cada elemento para formar los
tejidos del frutal (Cuadro 3). Ello tiene relación con el crecimiento y distribución de la materia
seca y los nutrientes minerales entre diversos tejidos del frutal. Normalmente la carga frutal
incide fuertemente en esta variable. Para establecer el aporte de nutrientes minerales del
suelo, hay varios enfoques. Uno es considerar los niveles provenientes del análisis de suelo,
teniendo presente que este método es más aplicable a cultivos anuales. En el caso del N,
puede asumirse un factor de mineralización de la materia orgánica.
La eficiencia de fertilización puede ser estimada con cierta precisión para el caso del N,
mediante el uso de nitrógeno pesado (N15). El cual al ser aplicado como fertilizante, permite
conocer el nivel de pérdidas, el movimiento en el suelo y su distribución entre los diversos
tejidos vegetales. En el caso de los otros nutrientes, se trata de estimar las pérdidas por cada
una de las variables que afectan el aprovechamiento del fertilizante (Cuadro 4).
Variable (Kg/ha N P K Ca Mg S Cl
Absorción 527 70 572 517 87 88 241
Uso fertilizante 331 92 430 3900 318 65 290
Entrada atmósfera 124 1 28 28 16 48 464
163
Nutriente reciclado 364 39 223 485 76 73 190
Eficiencia (%) 64 53 84 12 21 47 26
Así por ejemplo, los cálculos para estimar las necesidades de fertilizantes (dosis de
referencia) en un cultivo de manzano Rojo spur en función de la eficiencia de fertilización (%)
y los niveles de rendimiento, arrojan los siguientes valores (Cuadro 5)
Fertigación. La adición de fertilizantes con el agua de riego es una técnica reciente para
fertilizar huertos frutales. Esta técnica tiene diversas ventajas, las que incluyen la posibilidad
de transportar los nutrientes solubles directamente a la zona radical al momento de regar. De
esta forma, las cantidades y oportunidades de aplicación de fertilizante pueden ser ajustadas
para coincidir con las demandas reales de la planta, reduciendo el tráfico frecuente en el
huerto para distribuir el fertilizante. El sistema funciona mejor con sistemas de microriego de
baja presión: goteo, microjet y microaspersión, los que tienden a concentrar las raíces en un
menor volumen de suelo. La reducción de pH puede ser un problema serio, especialmente
cuando fertilizantes acidificadores se aplican repetidamente a suelos con baja capacidad
tampón o buffer.
Investigaciones que compararon aplicación al voleo vs. fertigación muestran que ambos
pueden lograr similar crecimiento y rendimiento, pero el fertiriego tiene mayor eficiencia y
requiere menos fertilizante. Ya que el N como NO3 se mueve con el agua, una programación
efectiva del riego que impida los excesos, logra también reducir las pérdidas por lixiviación de
N. Sólo fertilizantes altamente solubles pueden aplicarse vía fertigación al ser incorporados
con sifón o inyector al sistema de riego. La fertilización puede ajustarse por volumen o zona
de riego, antes que a árboles individuales.
165
Fertilización Foliar. Los nutrientes minerales pueden ser aplicados directamente de árboles
frutales mediante la aspersión de concentraciones diluidas al follaje, yemas e incluso corteza.
Las aplicaciones foliares son particularmente efectivas cuando se dan alguna de las
siguientes circunstancias: 1.- Baja disponibilidad de nutrientes en los suelos (especialmente
por problemas de pH), 2.- Suelo con bajo nivel de humedad, 3.- Disminución de actividad
radical durante la etapa reproductiva. En la actualidad, las aplicaciones foliares son parte del
manejo comercial de huertos frutales (Cuadro 6).
166
o juveniles; puntas verdes en
árboles productivos
Las aplicaciones foliares de nutrientes minerales ofrecen la ventaja de una rápida respuesta
de la planta que la aplicación de nutrientes al suelo. Sin embargo, el suministro es mas
temporal y tiene algunos problemas: 1.- Baja tasa de penetración, particularmente en hojas
con cutículas gruesas (e.g. citrus y café), 2.- Escurrimiento desde superficies hidrofóbicas, 3.-
Lavado por lluvia, 4.- Secado rápido de soluciones, 5.- Cantidad limitada de un nutriente
(especialmente macronutriente), que puede ser aplicado cada vez, y 6.- Daño o necrosis
foliar. En fertilización foliar es importante la proporción de la aspersión que llega a cada
órgano de la planta. Esta variable debe necesariamente considerarse cuando se trata de
mejorar niveles de nutrientes poco móviles (como el calcio); así, si se pretende aumentar el
nivel de Ca en frutos, menos de 2 % de lo aplicado llega a ese órgano y, dado que es poco
móvil, habrá bajísima retranslocación desde otros órganos de la planta, aún cuando se
encuentren a escasa distancia del fruto en cuestión (Cuadro 7).
3742 560
167
Deriva
Piso huerto 32,2 24,3
Fuente, Hall, 1991. * Representa todas las áreas fuera del huerto tratado.
ABSORCIÓN DE NUTRIENTES
El hecho que existe mucha diferencia entre la composición mineral del sustrato (suelo) y
aquella de las plantas, es indicativo que hay entrada selectiva de elementos a la planta. Así,
la concentración de potasio en la solución suelo es generalmente menor a 0,005% (50 ppm),
mientras que dicho elemento constituye normalmente cerca de 1% del peso seco de la
planta. La barrera que separa la planta del medio es la membrana plasmática de la célula.
Sin esta membrana, las células vegetales estarían inundadas por su ambiente externo. Por
cada gramo de materia seca que la planta acumula, transpira 50-2000 gramos de agua. Este
movimiento de agua por la planta acarrea los solutos disueltos en ese líquido a la superficie
radical (flujo masal). Aún cuando los solutos pueden estar diluidos en agua, los volúmenes
de agua son tan grandes que las cantidades de solutos acarreados a la superficie de las
raíces pueden ser considerables. La membrana plasmática es una barrera que evita la
entrada descontrolada de tales solutos.
Interacción raíz/sustrato
La absorción de nutrientes por las raíces de plantas ocurre por 3 vías: 1.- Flujo masal de
nutrientes disueltos en agua en contacto con la raíz, 2.- Intercepción directa de la raíz, y 3.-
difusión (si hay gradiente de concentración entre raíz y suelo circundante). Estudios en
gramíneas señalan que la difusión explica la mayor parte de la absorción de P (93%) y K
(78), mientras que el flujo de masa sería responsable del mayor porcentaje de la absorción
de N(99), Ca (72), Mg (87), Fe (53) y B (97). La intercepción radical explica un bajo
porcentaje de la absorción de Ca (28), Mg (13) y Fe (10). En frutales, por su baja densidad
radical, tendría menor importancia la intercepción directa.
La mayor cantidad de iones disueltos en agua es en la región ubicada pocos centímetros
detrás del ápice radical. Esta es la región con mayor actividad y en la cual los pelos radicales
son más numerosos. Los tejidos mas viejos de las raíces de los árboles frutales, se
suberizan progresivamente y se hacen menos permeables. Pero, esta impermeabilidad no es
absoluta, por lo que normalmente hay considerable flujo de agua y nutrientes a través de
168
estas regiones menos activas de la raíz. Las secciones no suberizadas de los árboles a
menudo no tienen la suficiente presencia en el tiempo y espacio como para proveer por si
solas los requerimientos de estas plantas.
Una vez que los nutrientes disueltos en agua ingresan a las células de la raíz, el movimiento
radial hacia los haces vasculares lo pueden hacer ingresando al interior de las células
(simplasto) o moviéndose entre las células (apoplasto). Se estima que la mayor parte del flujo
es por la vía de menor resistencia (apoplasto). En partes maduras de la raíz, la parte que se
movió vía apoplasto, debe ingresar al interior de las células al llegar a un grupo de células
conocidas como endodermis, en la cual la presencia de una formación llamada Banda de
Caspari impide el paso de sustancias por el apoplasto. Una vez que pasan la endodermis, la
solución con nutrientes llega a los haces vasculares y puede moverse hacia la partes aéreas
de la planta vía xilema gracias a las diferencias de presión generadas por la transpiración de
agua en las hojas.
El tejido vascular es el principal paso de agua en la raíz, a través del tallo, en los pecíolos y
venas de hojas. En la hoja, las venas traen nutrientes hasta células del mesófilo. El agua se
mueve por el mesófilo (a través del apoplasto como lo hizo antes de manera radial en la raíz)
y ahí se transpira desde la superficie foliar por los estomas.
Gran parte de los nutrientes aplicados al follaje son sales o compuestos polares. Para pasar
adentro de la hoja deben atravesar la epidermis (banda compacta con 1 o más capas de
células). Tiene dos estructuras vinculadas con ingreso y salida de sustancias: cutícula y
estomas (Figura 5). La cutícula contiene principalmente cutina (un polímero lípido) y cera, la
que cubre la pared externa (a menudo engrosada), de las células epidermales. En muchos
frutales, la cutícula está cubierta por una película de cera, que disminuye la pérdida de agua
y la entrada de sustancias.
169
Figura 5. Esquema de la cutícula de una hoja, indicando sus distintas partes (Fuente. Epstein
and Bloom, 2005).
La cutícula ofrece dos opciones para ingresar sustancias: la ruta lipofílica (no polar), apta
solo para ingresar compuestos no polares, por lo que tiene rol menor en el ingreso de
fertilizantes foliares. Las moléculas polares o cargadas eléctricamente, penetran la cutícula
mediante poros polares, los que están cargados negativamente (favorecen ingreso de
cationes y rechazan entrada de aniones).
En los últimos años, el rol de la vía estomática ha sido objeto de controversia. Se ha
demostrado que los estomas están protegidos contra el ingreso de agua líquida; ello se tomó
como evidencia contra la posibilidad de absorción de sustancias a través de los estomas.
Pero, estudios posteriores han demostrado que el ingreso ocurre en conexiones líquidas que
cruzan los estomas (conexión transestomática) provistas por agua adherida a las paredes de
los poros estomáticos. Los estomas serían importantes para el ingreso de sustancias
aplicadas foliarmente; en el caso de aplicación de N (como urea, nitrato o amonio), la vía
estomática significó 70-90% del total de solución absorbida vía foliar.
ESTUDIOS DE CASOS
El calcio es tal vez el elemento mineral más importante para la calidad de los frutos. Frutos
con altos niveles de Ca tienen mayor y mejor vida postcosecha y menor tasa de maduración
(Cuadro 11). Las concentraciones de Ca en los tejidos necesarias para obtener estos
beneficios son mayores a las que se pueden alcanzar “naturalmente”. Por ello, el interés de
producir fruto con alto Ca es difícil de alcanzar y requiere manejar todos los factores que
afectan la absorción y acumulación de calcio por los frutos. La nutrición de calcio es
complicada, pues el Ca se necesita principalmente en frutos. Por ello, este no sólo debe
absorberse por la raíz, sino translocarse hacia el fruto.
Calcio en el suelo y la planta. La mayor parte de los suelos plantados con frutales
contienen altos niveles de calcio (3,5%, 35 ton/ha) como minerales de carbonato, silicato,
170
sulfato y fosfato. El Ca comprende normalmente a 65-85 % de los cationes intercambiables
adsorbidos a la materia orgánica y a coloides inorgánicos del suelo. El Ca tiene la mayor
concentración (50-100 ppm) de cualquier catión en el suelo. La disponibilidad de Ca en el
suelo tiene fuerte relación con su pH: a mayor pH, mayor saturación de cationes con Ca. Las
necesidades de Ca por la planta son satisfechas por el flujo masal de agua hacia la raíz. La
cantidad de Ca en el suelo generalmente es suficiente para el crecimiento vegetal.
Interacción con otros elementos. Hay competencia entre Ca, Mg y Na por los sitios activos
de absorción por las raíces en el suelo. Las relaciones ideales entre estos elementos serían:
Ca/Mg = 6:5:1 y Ca /K = 13:1, pero ello no siempre se cumple en la práctica y dichos valores
sólo serían indicativos. En cuanto al manejo de la fertilización, solo la adición de altas dosis
de K han tenido, en ciertas ocasiones efectos negativos sobre la absorción de calcio. El ión
NH4 es fuerte competidor en la absorción de Ca. Ello por su efecto sobre una reducción del
pH del suelo y su efecto antagónico en la absorción de calcio por las raíces. La adición de
250 unidades de urea/ha a manzanos, redujo el pH entre 0,5 y 2 unidades, dependiendo de
la época del año y profundidad de obtención de la muestra.
171
Cuadro 8. Efecto de tratamientos con Ca sobre diversas variables de manzanas Golden
Delicious. Fuente: Glenn et al., 1988.
Nivel Ca (ppm) Firmeza (kg) Respiración Etileno
(ml CO2 kg-1 h-1) (µm kg-1 h-1)
- Ca 185 6,3 15 90
+Ca 350 8,6 10 40
Predicción de desordenes fisiológicos: el caso del Bitter pit. En frutales, los niveles
foliares de Ca raramente son deficientes, aún cuando puedan presentarse deficiencias de Ca
en frutos. Dado que existe escasa retranslocación de Ca desde brotes a frutos, la
determinación de los niveles de Ca en frutos debiera ser un mejor indicador de la
acumulación de este elemento que los niveles foliares. Pero, hay problemas (muestreo de
frutos y la elección de los tejidos del fruto en los cuales se analizará el calcio para determinar
Ca en el fruto) que dificultan su uso. Al respecto, debe considerarse que los niveles de Ca
varían entre árboles, dentro del árbol y dentro del fruto. Por lo tanto, es difícil conseguir una
muestra que sea representativa de todo el huerto.
Una vez definido el árbol y fruto que se colectará para análisis, debe considerarse que los
niveles de calcio (y otros elementos) fluctúan dentro del fruto, tanto al comparar diversas
zonas del fruto como durante su crecimiento en el árbol y en su vida postcosecha. Ello ha
generado que diversos laboratorios tomen muestras de diversa forma y midan diferentes
partes del fruto, así como también se establezcan diversos estándares. Por lo anterior, la
correlación entre niveles de calcio e impacto sobre la calidad de fruta (desórdenes
fisiológicos) puede ser baja (Cuadro 9).
Cuadro 9. Capacidad predictiva (R2)z de diversos métodos para estimar la incidencia de bitter
pit en manzanas.
Método predictivo R2 y
172
ppm 0,601-0,841
: Ca 0,191-0,433
z
R2 (coeficiente de determinación): mide la proporción de incidencia de bitter pit en post
cosecha (90-120 d a 1-3 ºC), que es explicada por muestras colectadas dentro de 7 d de
cosecha
y
Fuentes: 1= Gajardo, 1996; 2= Retamales and Valdes, 2000; 3= Van der Boon, 1980.
Para obviar los anteriores problemas, el autor de este artículo ha liderado un grupo de
investigadores que ha usado el antagonismo natural entre algunos elementos y el Ca. Se
generó un método para predecir desordenes en manzanos (particularmente Bitter pit) que
induce a la fruta a expresar rápidamente su nivel de Ca. El método implica un cuidadoso
muestreo de frutos 20 o 40 días precosecha y su infiltración en MgCl2, para inducir luego de
16-20 días manchas “tipo Bitter pit” en la superficie de frutos. El número de frutos con
manchas “tipo Bitter pit” tiene alta correlación con la incidencia de Bitter pit en fruta después
de 3 meses en almacenaje refrigerado. El método ha sido ensayado con éxito en diversos
países: Chile, Polonia, Corea del Sur, Brasil y Sudáfrica.
Efecto de aplicaciones de Calcio: suelo vs. follaje. Aplicar Ca al suelo puede aumentar los
niveles foliares, pero no los del fruto. Por ello, aplicar Ca al suelo sólo se justifica en huertos
plantados en suelos muy ácidos.
173
Aún cuando una baja proporción de lo aplicado llega al fruto, los mejores efectos sobre los
niveles de Ca en frutos y su calidad se han obtenido con aplicaciones repetidas al follaje,
normalmente como cloruro, pues es barato y efectivo. Usualmente se usa 0,5%
(peso/volumen), pero aspersiones únicas al 4% justo antes de cosecha si bien queman el
follaje, han sido efectivas en reducir desordenes. El Ca absorbido por frutos tiene directa
relación con el número de aplicaciones, las que varían entre 4-10 (Cuadro 9). Hay mayor
efectividad al combinar aplicaciones tempranas (dentro de 6 semanas post cuaja) y tardías
(dentro de 6 semanas pre cosecha). Si hay condiciones predisponentes para bajo Ca en
frutos, las aspersiones foliares pueden complementarse con inmersión o ducha con hasta 2%
CaCl2 (peso/volumen)en postcosecha.
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175
Manejo de la Nutrición y Fertilización en el cultivo del
Nogal Pecanero
1
Facultad de Ciencias Agrotecnológicas. Universidad Autónoma de Chihuahua
Campus 1. Chihuahua, Chih. México. 2Estación Experimental del Aula Dei. Consejo
Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Apdo, 202, Zaragoza, España.
3
Universidad Autónoma Agraria “Antonio Narro” Departamento de Horticultura.
Saltillo, Coah. México. dojeda@uach.mx
176
Había bajado a los nogales
Cant 6, 11
177
INTRODUCCIÓN
El cultivo del nogal pecanero (Carya illinoinensis), también conocido como nueces de
pecana, nuez encarcelada o nogal de Illinois, es un árbol caducifolio de la familia
Juglandácea. Su origen se encuentra el Suroeste de Estados Unidos y el Norte de México,
región que contribuye con el 95% de la producción a nivel mundial. Los frutos de este árbol
son conocidos como “nuez americana”, son de forma oblonga y puntiaguda y se cosechan
secos; es una nuez de agradable sabor y alto nivel nutritivo que se consume principalmente
al natural como aperitivo, aunque se usa cada vez con mayor frecuencia como un buen
ingrediente para la elaboración de postres, tartas, pasteles y helados. Estados Unidos,
Canadá y México son los principales consumidores de nuez pecanera, aunque existen
mercados con fuerte desarrollo como Hong Kong, China y la Comunidad Europea. En
Estados Unidos la nuez pecanera ocupa el tercer lugar entre las nueces, detrás de la
almendra y la nuez de castaña (walnuts).
La producción mundial de nuez pecanera en el 2005 se estimo en 193,862 toneladas. Esto
significa el 3.6% de la producción mundial de nueces. Los principales productores de nuez
pecanera son Estados Unidos de Norteamérica y México. Representan el 95% del total
mundial, con el 59.3% y 35.7%. Otros países productores son Australia, Sudáfrica, Brasil y
Egipto. En México las plantaciones y los rendimientos se han incrementado en los últimos diez
años. Para 2005 se reportaron 65,685 hectáreas plantadas de las cuales 51,328 hectáreas se
encontraban en producción. Los principales Estados productores son Chihuahua y Coahuila
que en conjunto aportan el 75% de producción nacional. Destacan también Sonora, Durango y
Nuevo León. Actualmente, el cultivo del nogal pecanero ocupa el sexto lugar en importancia
económica por su valor en pesos de los cultivos agrícolas más importantes en el Estado de
Chihuahua con una superficie plantada de 42,685 hectáreas de las cuales 29,449 hectáreas se
encuentran en producción y el resto en desarrollo, con una producción de 44,472 toneladas
para el ciclo 2005, que equivale a un 56 % de la producción nacional, que lo hace el primer
productor de nuez en el país. Para Chihuahua existen cuatro regiones importantes productoras
de nuez: Jiménez-Valle de Allende, Delicias-Camargo, Chihuahua-Aldama y Buenaventura-
Ahumada regiones donde se produce la nuez de mayor calidad en el mundo (FIRA, 2006).
GENERALIDADES DE LA NUTRICIÓN
El nogal pecanero requiere de los 17 elementos esenciales para el crecimiento de las plantas.
No obstante el nitrógeno y el zinc son los nutrientes a los que presenta mayor respuesta en
crecimiento y calidad. En el norte de México las aplicaciones más frecuentes son de
nitrógeno, fósforo, potasio y zinc.
DIAGNÓSTICO NUTRICIONAL
178
Para reconocer las necesidades nutricionales de los nogales se utilizan diversos enfoques,
dentro de los cuales tenemos la tasa de extracción de nutrimentos, sintomatología visual,
análisis de suelos, análisis de agua y el análisis foliar.
EXTRACCIÓN DE NUTRIENTES
Esta técnica parte del supuesto de que dentro de la huerta todo es un sistema cíclico y que
se deben reponer únicamente los nutrientes que son extraídos por Ia cosecha. Los niveles
de extracción de nutrientes de acuerdo a Sparks (1977) en nogal se presentan en el
Cuadro 1. Como se puede apreciar las cantidades removidas por esta cosecha son bajas, y el
cultivo del nogal no puede desarrollarse satisfactoriamente si solo aplicáramos estas
cantidades.
Lo anterior es porque se requieren nuevos nutrimentos para la formación de nuevas
estructuras de los árboles, tomar en cuenta los nutrientes removidos por las podas, considerar
que la descomposición de los tejidos que se incorporan en el suelo no ocurre, al ritmo de
necesidades de las plantas, y por último tener en cuenta que la eficiencia de la aplicación de
los fertilizantes no es del cien por ciento.
SINTOMATOLOGÍA
179
Cuadro 1. Cantidad de nutrimentos removidos por una cosecha de 2000 kg de nueces.
Nutriente Kg de nutrientes
Nitrógeno 17.06
Fósforo 3.86
Potasio 7.38
Calcio 6.52
Magnesio 0.98
Manganeso 0.138
Hierro 0.054
Boro 0.020
Cobre 0.016
Zinc 0.056
Molibdeno 0.0036
Sparks, 1977
Por otro lado, la principal desventaja es que cuando se presentan los síntomas visuales, ya
ha ocurrido un daño a la fisiología de la planta que se traducirá en una reducción del
potencial de rendimiento.
A continuación se describen las funciones de los nutrientes y la sintomatología visual de
sus deficiencias y excesos.
180
de las plantas por lo que su deficiencia se presenta en las hojas adultas. Como ningún otro
nutriente, es determinante del vigor, producción y calidad de la fruta. Por tal razón, el correcto
manejo de la fertilización nitrogenada requiere del conocimiento de los ciclos internos del
nitrógeno en el suelo y en el árbol. Afortunadamente, en los últimos años se ha enfatizado
mucho en comprender cómo las distintas especies frutales utilizan el nitrógeno y los
resultados obtenidos permiten un manejo mucho más racional del fertilizante y del sistema
suelo-planta en su conjunto (Ojeda et al., 2005).
Cuando este nutriente es deficiente, se reduce el crecimiento de los brotes y cuando los
crecimientos anuales no alcanzan más de 15 cm de longitud, es un síntoma de que la
planta puede requerir mayor cantidad de este nutriente. También se presentan fallas en el IIe-
nado de la almendra.
Por otro lado el exceso de este nutrimento provoca mucho crecimiento vegetativo que
puede afectar problemas en la calidad, sobre todo por la germinación de las nueces. El
mayor efecto de este nutrimento es en el número de frutos. Esto afecta directamente al
rendimiento (Sparks, 1994).
Niveles excesivos de N tienden a reducir las concentraciones de otros elementos en el árbol
principalmente K y en menor cantidad P, simplemente porque el crecimiento estimulado por
el N adicional, diluye la cantidad de K y P. Si la cantidad de K en hoja esta en nivel mínimo,
la aplicación de N induce lo que se denomina “quemado”. El “quemado de la hoja” causa
una severa defoliación que aparece primero en la parte basal de las hojas y brotes y
progresivamente aumenta hacia las puntas (Goff et al., 2000).
El nitrógeno y el potasio parecen estar involucrados en un desorden fisiológico conocido
como hoja corchosa, que se manifiesta como áreas necróticas en las hojas del nogal. Este
problema se presenta en huertas donde la fertilización nitrogenada es alta, y el suministro
de potasio es bajo. Las variedades más afectadas son Shoshoni, Desiderable, y Cheyenne.
No obstante, un estudio donde se evaluaban dosis de nitrógeno y potasio no se encontró
efecto significativo en la interacción de estos dos nutrientes. Solo en tres de 11 anos en
estudio se encontró que el síntoma se redujo cuando se incrementaban las dosis de potasio
(Worley, 1991).
Fósforo. Participa en los procesos energéticos de las plantas. Es móvil dentro de los tejidos
por lo que se trasloca a los tejidos jóvenes cuando hay bajos niveles de abastecimiento por
parte del suelo. Su deficiencia provoca palidez en las hojas más adultas las cuales se tornan
de un color rojizo. Síntomas de su exceso no han sido reportados, pero pudieran presentarse
problemas en el funcionamiento de otros nutrientes, especialmente con zinc. El fósforo
afecta la calidad de los frutos, incrementando el por ciento de almendra (Sparks, 1994). El N
y P están íntimamente involucrados en el metabolismo y crecimiento de las plantas, tienen
numerosos puntos de interacción y sus procesos son dependientes. El papel del P en el
metabolismo del N se ha estudiado con detalle, la asimilación de NO3- se ve alterada cuando
las plantas son privadas de P (Ruiz y Romero, 1999).
181
Potasio. El K es el segundo macronutriente más requerido por las plantas y en cultivo de
nogal donde es requerido para una mayor producción. No tiene una función estructural, pero
desempeña numerosos papeles catalíticos, que no están muy claramente definidos
(Marschner, 1995). Más de 50 enzimas, dentro de las que se encuentran la NR y otras que
participan en el metabolismo del N son estimuladas por este elemento, ya que induce
cambios en la conformación de las enzimas, aumentando las velocidad de las reacciones
catalíticas Vmax y en algunos casos aumenta la afinidad por el sustrato (Marschner, 1995)
en concentraciones adecuadas favorece los procesos de absorción y translocación de N
(Ruiz et al., 1999). Algunos autores mencionan que su papel principal es el de mantener la
turgencia de las células, la apertura y cierre de estomas está regulada por el contenido de K
en células guardia. Está involucrado también en el transporte de carbohidratos, regulación de
ósmosis y otros procesos fisiológicos en las plantas. Sus funciones más importantes están
en el transporte de azúcares y la regulación hídrica de la planta. Es un elemento móvil dentro
de las plantas por lo que su deficiencia se presenta en los tejidos más adultos. Las
deficiencias se manifiestan durante el verano como una necrosis marginal que inicia
primeramente en !as hojas más adultas. Estos síntomas son más aparentes en la variedad
Wichita. Síntomas de excesos no se han apreciado, pero pudiera provocar desbalances
nutricionales, sobre todo con magnesio. Al igual que fósforo también influye
positivamente en el por ciento de almendra de las nueces (Sparks, 1994).
Zinc. Junto con el nitrógeno, este elemento es uno de los nutrientes claves en la
producción y calidad del nogal pecanero. Participa en la formación de triptófano un
precursor del ácido indolacético, auxina que promueve el crecimiento de los tejidos
vegetales (Mengel y Kirkby, 1987). Esta auxina promueve el crecimiento de las hojas y
entrenudos. Cuando los niveles de AIA, son bajos, los entrenudos son cortos y las hojas
pequeñas y lanceoladas dando la apariencia de una roseta. La deficiencia de este nutriente
también afecta la formación de la clorofila y el intercambio gaseosos por los estomas. El nivel
mínimo para alcanzar las máximas tasas de este proceso es de 15 ppm (Hu y Sparks, 1991).
La deficiencia de zinc provoca que la calidad de la nuez se reduzca (Hu y Spark, 1991). El peso
del ruezno, el peso de la cáscara de la nuez, el peso de la almendra, el por ciento de
almendra, el volumen por nuez, la densidad de la nuez, la longitud y ancho de la nuez y
el grosor de la cáscara de la nuez son afectados negativamente en árboles deficientes de
zinc. El número de nueces por brote se reduce de 2.2 en árboles normales a 1.3 en árboles
deficientes. Así mismo, la apertura del ruezno se puede retrasar hasta en 42 días en los
árboles con síntomas de deficiencia severa. Brotes con síntomas de roseta prácticamente no
presentan nueces (Nuñez, 2001).
Níquel. Recientemente se ha demostrado que el níquel es el causante del síntoma conocido como
“oreja de ratón” en nogal pecanero (Wood et al., 2002), aunque su función fisiológica aún no esta bien
definida. El níquel es parte de la estructura de la enzima ureasa, la cual afecta el metabolismo de N en el
árbol (Figueroa, 2006). De acuerdo a este autor, este síntoma se presenta comúnmente en huertas o
árboles replantados en sitios donde había nogales maduros, debido probablemente a una acumulación
excesiva de Zn. Aunque también se puede observar en árboles creciendo en suelos arenosos o con pH
tendiente a la acidez. En México no hay productos a base de Ni que se comercialicen para corregir esta
deficiencia (Figueroa, 2006).
183
ANÁLISIS DE SUELO
Esta técnica permite conocer las condiciones en las cuales las raíces toman los nutrientes
para su desarrollo. En los frutales, la relación entre la cantidad de nutrientes
determinados, pocas veces se relaciona con el desarrollo de las plantas. Esto se debe en
parte a que sus sistemas radicales tienen mayor grado de exploración. No obstante, si
se pueden, determinar satisfactoriamente los elementos o compuestos químicos que
producen toxicidad (salinidad). Por otro lado, las condiciones físicas, como textura, densidad
aparente, capacidad de infiltración, compactación del suelo, son determinantes para el
desarrollo de las raíces y por ende de las plantas (Herrera, 2005). A continuación se
presentan las condiciones óptimas del suelo para el desarrollo de los nogales.
Para el análisis de suelo se recomienda tomar muestras a tres profundidades, de 0 a 30, de 30 a
60 y de 60 a 90 cm. Durante la toma de la muestra se deberán apreciar características físicas y
químicas como la presencia de capas duras, capas de caliche, gravas, cambios repentinos en
textura, áreas con diferente coloración (rojiza, oscura, amarilla, blanca), contenido de
humedad, entre otras.
Estas observaciones serán de mucha utilidad durante la interpretación de los análisis.
La regla fundamental del muestreo es no mezclar dos unidades que no son homogéneas. Si la
persona que muestrea mezcla suelo de dos áreas con diferentes características- en
consecuencia no obtendrá resultados satisfactorios.
Generalmente, una superficie homogénea no mayor de 15 ha puede constituir una muestra.
Una muestra deberá constar de varias submuestras. Al menos 10 submuestras serán
requeridas para cada profundidad, las cuales se mezclaran y se obtendrá una muestra
(Glover, 1983). Estas muestras deben secarse a temperatura ambiente. El laboratorio
requerirá de dos kilogramo de suelo para correr los análisis rutinarios. A continuación, en el
Cuadro 2 se presentan los niveles adecuados para el desarrollo de este cultivo (Guerrero et
al., 2000).
184
Cuadro 2. Condiciones del suelo adecuadas para el nogal pecanero.
pH 6.2-7.5
dS/m)
intercambiable (PSI)
N-N03 (ppm) 40
DTPA - Fe (ppm)1 10
1
Micronutrimentos extractables con DTPA (dietilén triamino pentacético). Escala de clasificación
de las propiedades básicas del suelo propuestas por Uvalle-Bueno(1994) generadas mediante el
Diagnostico Diferencial Integrado (DDI) y adaptadas a los requerimientos del nogal pecanero.
(Guerrero et al, 2000)
185
El nogal puede prosperar satisfactoriamente, aun cuando no se presenten las
condiciones óptimas. Sin embargo la implementación de prácticas de manejo deberá
llevarse a cabo para lograrlo. Por ejemplo, en un suelo con pH de 8.0 se tendrá mayor
problema con deficiencias de zinc, por lo que se requerirán de una a dos aplicaciones más de
este elemento. Con relación a la textura, se puede cultivar nogal en suelos arenosos con un
buen suministro de agua, antes de que la humedad aprovechable del suelo se abata al 50 %;
mientras que en suelos arcillosos, la condición es que no se tengan problemas de
infiltración de agua. En el caso de los nutrientes, sí estos se encuentran en condiciones
bajas, se deben de adicionar al suelo (Nuñez, 2001).
ANÁLISIS DE AGUA
ANÁLISIS FOLIAR
El principio de esta técnica se basa en la relación que existe entre la concentración de los
nutrimentos en el tejido de las plantas y su desarrollo y rendimiento. En nogal se han
establecido valores de referencia para determinar la condición nutricional de los nogales
(Herrera, 1983; Sparks, 1977; Nuñez, et al., 1991; Meraz, 1999, Chávez, 2005 y Ojeda, 2005).
Esto permite ajustar los programas de fertilización. En el Cuadro 3 se presentan estos
niveles (Meraz, 1999). Estos valores fueron generados para la zona sur del Estado de
Chihuahua para la variedad Western sobre la base de la concentración nutricional de
plantas altamente rendidoras con calidad de nuez excelente, y ajustados de acuerdo a
experiencias de otras regiones nogaleras (Kilby, 1986; Sparks, 1977). En general los valores
para Western pueden ser utilizados para Wichita, aunque esta última para nitrógeno su
intervalo óptimo de nitrógeno es de 2.5 a 2.8 %.
186
Cuadro 3. Generación de estandares nutricionales foliares en nogal pecanero “western schley”
mediante diagnostico diferencial integrado (DDI) para la región de Jiménez, Chih.
Meraz, 1999
187
En la condición "Bajo", los árboles pueden no mostrar síntomas visuales, pero puede
ocurrir respuesta a la aplicación de fertilizante. En el nivel "Alto", puede no afectarse el
rendimiento y calidad de la nuez, pero los costos de producción se incrementan. Niveles
deficientes serían los valores menores a los del intervalo "Bajo", y de "Exceso" corresponden a
valores mayores al intervalo 'Alto".
Tanto en "Deficiente", como en "Exceso" se presentan síntomas, y el rendimiento y calidad son
afectados.
188
Cuadro 4. Composición mineral de siete variedades de nogal pecanero en la costa de Hermosillo.
Variedad N P K Mg Fe Mn Zn Cu
% % % % ppm ppm ppm ppm
Western 2.6 0.18 1.33 0.25 202 190 24 20
Esta práctica consiste en adicionar al suelo los nutrientes que este no puede
proporcionar a las plantas. La fertilización de los árboles de nogal o de la huerta es una de
las prácticas más importantes durante el año y deberá ser integrada dentro del programa de
manejo general de la huerta (Nuñez, 2001).
En donde se tomarán en cuenta factores tales como la fuente del fertilizante, tiempo de
aplicación, frecuencia de las aplicaciones y métodos de aplicación. Aunado a estos factores
una estrategia de manejo apropiado incluye otros factores como pH de suelo (ácido, neutro o
alcalino), textura de suelo (fina, media) composición química del suelo (por ejemplo
cantidades de diferentes elementos en la solución del suelo; capacidad de intercambio
catíonico), atmósfera del suelo (aeróbica o anaeróbica), microflora del suelo (tipo y
abundancia de microorganismos), tipo y costo de la fuente a utilizar (urea, nitrato de amonio,
sulfato de amonio, amoniaco, etc.) tipo de cultivar (con alta alternancia o moderada
alternancia), humedad del suelo (saturado, húmedo, seco), movimiento del agua a través del
perfil del suelo, cubiertas en los huertos (cultivos limpios, pastos o legumbres), cantidad y
método de irrigación (inundación, goteo o aspersión), edad fisiológica de los árboles
(jóvenes, intermedios o viejos), nivel del nutriente en los árboles (bajo, moderado, alto),
periodos de demanda (desarrollo de follaje, llenado de almendra, dormancia), temperatura
del aire (frío, moderado, caliente) localización de las raíces absorbedoras en el perfil del
suelo (superficiales, medias o profundas ( Wood, 2002).
En las huertas adultas, los costos derivados por la fertilización corresponde alrededor
del 16 % del costo total de producción anual (SAGAR, 1998).
Existen cuatro factores base para asegurar el éxito de un programa de fertilización.
Primeramente se debe definir que tipo de nutrientes y fertilizantes se deben de utilizar,
en segundo termino aplicarlo en la época óptima, el tercer factor es colocar el
fertilizante en el lugar adecuado y por ultimo, utilizar la dosis que requieren las plantas
para su óptimo desarrollo (Kilby, 1990).
Los nutrientes más requeridos por los nogales a nivel mundial es el nitrógeno y el zinc. El
nogal, al igual que muchos frutales presentan gran habilidad para la absorción de fósforo y
potasio (Tarango, 2004). No obstante, bajo ciertas condiciones de suelo, la aplicación de
cualquiera de los 13 elementos que las plantas toman del suelo puede ser requerido y su
aplicación será necesaria. El resto de los nutrientes se aplica en menor cantidad, y no en
todas las huertas.
El periodo de máxima demanda de nutrientes es cuando ocurre el mayor crecimiento de las
plantas. Tomando en cuenta que los fertilizantes pasan por una serie de reacciones
químicas y biológicas antes de que puedan formar parte de la solución del suelo, que es
de donde las plantas los toman en forma de iones, estos deben aplicarse con anticipación.
Por otro lado, dado que Ias plantas perennes utilizan algunos de sus órganos como reservas de
nutrientes en forma de componentes orgánicos, lo óptimo es que entren al reposo, bien
abastecidos nutricionalmente, para que durante la brotación, cuando las raíces no presentan
al elevada actividad, el crecimiento y desarrollo de brotes se de satisfactoriamente con las
190
reservas de la planta. Por esto que fertilizaciones de postcosecha se han vuelto comunes en
la industria nogalera de Sonora, sin embargo en la zona nogalera de Chihuahua y Coahuila esta
práctica aún no es común, los resultados de estudios recientes nos muestran que es posible
observar que los árboles en etapa de producción muestran una tendencia positiva a la
fertilización tardía (Ojeda et al., 2005).
El sitio correcto donde se deben colocar el fertilizante varia de acuerdo a la movilidad del
nutriente, a las condiciones del suelo y sistema de riego utilizado. En general, el nitrógeno
presenta alta movilidad en el suelo, tanta que en suelos arenosos deben extremarse el
manejo del agua para evitar lixiviaciones. Potasio tiene movilidad moderada, mientras
que la del fósforo es muy restringida. Estudios acerca de la movilidad del este último
nutriente han demostrado que se puede desplazar 5 cm del sitio donde se aplico antes de que
sea inmovilizado como una forma de fosfato cálcico en suelos calcáreos, el cual no puede
ser utilizado por las plantas. Por otro lado, el nitrógeno puede presentar perdidas por
volatilización en forma de gas hacia el aire. Para esto también hay que considerar la
densidad de las raíces del nogal. Entre mayor sea la densidad de raíces mayor capacidad se
presentara para la absorción de nutrientes como el fósforo.
La cantidad del nutriente a aplicar será determinada por la edad de los árboles, su
desarrollo, eficiencia del fertilizante y las condiciones del suelo. Por supuesto que las
necesidades de las plantas es el punto más importante en determinar la dosis, sin embargo,
debemos de considerar la eficiencia del fertilizante. Esto se refiere a que no todo el nutriente
aplicado es aprovechado por las plantas, diversas porciones se pierden dependiendo de Ia
naturaleza del fertilizante. En el caso del nitrógeno pueden existir perdidas por volatilización
y lixiviación, o por el uso de otras plantas presentes en la huerta. Las perdidas pueden Ilegar
a ser hasta del 75 %, si no se Ilevan a cabo practicas de manejo, como el colocar, el
fertilizante debajo de la superficie del suelo el cual debe contener humedad suficiente para
solubilizarlo. Las fuentes amoniacales son las que presentan mas problemas de volatización,
mientras que en las fuentes nítricas este problema es casi nulo, a excepción de los suelos
muy arcillosos y húmedos.
Nitrógeno. Este nutriente es absorbido principalmente como ión nitrato (NO 3-), y en menor
cantidad como amonio (NH4+). La fertilización nitrogenada prácticamente puede iniciarse
desde el primer año de plantación. Los requerimientos por árbol son de 50 gramos de
nitrógeno para el primero, 150 para el segundo, 250 para el tercero, 400 en el cuarto y 550 en
el quinto ano. Si los árboles jóvenes presentan crecimientos mayores de 1.5 metros por año, se
recomienda reducir o eliminar el suministro de nitrógeno, por otro lado, si este es menor a 60
cm debe de ser incrementado. Después de esta etapa se puede tomar como guía general el
aplicar de 90 a 100 gramos de nitrógeno por cada cm de diámetro del tronco. Los árboles
adultos requieren de 150 a 250 unidades de nitrógeno por ha, dependiendo del tipo de suelo,
edad de la planta y rendimiento. En Georgia se evaluaron dosis de 112 a 224 Kg por hectárea y
se encontró que a largo plazo (8 años) no se tuvieron diferencias en el rendimiento pero
hubo una tendencia a producir más nuez con la dosis alta y los árboles más productivos
191
fueron aquellos que presentaron 2.50% de nitrógeno en el follaje (Worley, 1991). Las plantas
con mayor dosis de nitrógeno requirieron mayor dosis de potasio.
Si los crecimientos terminales, de la parte superior del árbol muestra crecimientos menores de
15 cm, es un indicativo de que el programa esta quedando corto y se debe incrementar
su suministro. Por otro lado si es mayor de 30 cm, entonces lo más probable es que se esta
aplicando de más. Fertilizaciones hasta de 300 unidades pueden recomendarse en huertos
donde se produzcan más de 3.0 toneladas por ha. El aplicar la cantidad de nitrógeno de
acuerdo a los requerimientos por la cosecha ayuda a reducir niveles de alternancia.
En árboles jóvenes se sugiere dividir la dosis anual en 4 o 5 partes durante los meses de
crecimiento, realizando también una aplicación antes de brotación. En condiciones de
sistemas de riego presurizado se puede dividir la dosis anual en los meses de riego y
aplicarlo a través del sistema. Es importante que al menos el 25% de la dosis total se aplique
antes de la brotación para permitir que se encuentre en la solución del suelo antes de que
sea requerido por la planta. En huertas podadas, la dosis del fertilizante se reducirá
directamente proporcional a la cantidad de madera podada. Si la poda elimino el 25 % de
la madera entonces hay que reducirla en un 25 % (Kilby, 1990).
En los árboles adultos, con un sistema de riego por gravedad, se recomiendan tres
épocas de fertilización nitrogenada, una en prebrotación, otra en abril y la final en mayo.
La proporción de las fertilizaciones es del 40 % para la primera, 20 % en la segunda y del 40
% en la tercera. Al igual que en los árboles jóvenes, si se cuenta con un sistema de riego
presurizado, puede fraccionarse la dosis durante la etapa de crecimiento del nogal.
Nuevamente, es conveniente aplicar al menos el 25 % de la dosis total en prebrotación
(Nuñez, 2001).
De acuerdo a Lombardini (2004) en lo que respecta a dosis y época de aplicación menciona
que la cantidad de N que se debe aplicar esta influenciada por el tamaño o edad de los
árboles, disponibilidad de N en el suelo y nivel de producción esperada. Las necesidades de
cada huerta son diferentes. No es recomendable fertilizar el primer año debido que es
preferible el establecimiento de raíces. Es recomendable solo en caso de suelos de baja
fertilidad y textura ligera, aproximadamente 100 g de N/árbol colocado alrededor del tronco
(20-30 cm). En huertas jóvenes se recomienda 200 g/de N/árbol para el segundo año, esta
dosis podrá incrementarse año con año hasta 700 g/árbol en el séptimo año. Para huertas en
producción se sugiere aplicación de 80-100 kg de N/ha por cada tonelada de nuez que se
espera cosechar. Se debe tomar en cuenta que aplicaciones de N en sistema de riego por
gravedad se tienen pérdidas más grandes (30-45%) y que aplicaciones de N en sistema de
riego presurizado tienen una eficiencia mayor. Se reportan tres importantes periodos de
aplicación: crecimiento primaveral, desarrollo de las nueces (junio-julio) y el almacenamiento
de N para el año siguiente (agosto).
La aplicación de nitrógeno debe de ser programada dependiendo del año que se trate (alta o
baja producción). En el año de alta producción se requiere una mayor aplicación de N a
finales de verano (para mantener un buen nivel de nutrientes en las hojas). En el año de baja
producción se debe fertilizar de manera mas moderada. La aplicación de primavera del año
siguiente al de baja producción se realizara por períodos ya que cada etapa necesita N de
acuerdo a las reservas acumuladas, en base a esto, no requieren aplicación inmediata. Esto
deberá hacerse hasta que el 75% del follaje esperado se haya desarrollado (abril-mayo) se
pueden aplicar 50 kg/ha. Para mayo se pueden aplicar 50 kg/ha de N y una tercera aplicación
192
con el objetivo de mantener saludable el follaje hasta (cosecha) esto es de 20-40 kg/ha.
Juntos o separados: 20 kg/ha en julio y 20 kg/ha en agosto. Aunque realmente no esta
comprobado que una aplicación en septiembre-octubre sea necesaria. Esta tercera
aplicación puede no ser necesaria en años de baja producción. La aplicación de N en
primavera cuando la huerta tuvo una alta producción, requieren aplicación inmediata con los
primeros retoños finales de marzo o principios de abril (50 kg/ha) debido a que no tienen N
almacenado. Esta fertilización es importante para asegurar un buen crecimiento, desarrollo
de la flor masculina y la formación del fruto. En mayo se recomiendan de 20-50 kg/ha de N
(si la producción es baja o nula, no es necesaria esta segunda aplicación).
Durante el llenado de la almendra un nogal requiere al menos del 30% del nitrógeno que
recibe en primavera. Al fertilizar con nitrógeno en agosto la almendra llena bien y no le
compite a las hojas por nutrientes, por lo que el árbol llega a la dormancia con
suficientes reservas de éste elemento. Así, con adecuadas reservas de carbohidratos y
nitrógeno, en la siguiente primavera el nogal estará en condiciones de formar las flores
necesarias para una buena cosecha, efecto que reduce el grado de la alternancia (Wood,
2002).
Huertos transplantados generalmente no requieren de fertilización nitrogenada durante el
primer año, a menos que el suelo sea arenoso. En los años subsiguientes se aplicara
nitrógeno sobre la base del desarrollo, y cuando inicie la producción se recomendara
aplicar sobre la base de la carga de nueces (Herrera, 1988).
Los fertilizantes más adecuados son aquellos que tengan una reacción ácida, como el
sulfato de amonio (20.5-00-00), fosfato diamónico (18-46-00), nitrato de amonio (33.5-00-00)
y la urea (46-00-00). También es recomendable utilizar fertilizantes con bajo índice de
salinidad. El nitrato de amonio presenta un índice salino alto, el resto de los fertilizantes
antes mencionados presentan índices salinos bajos. Por las condiciones de suelo alcalinas en
el norte de México, el fertilizante mas recomendable es el sulfato de amonio ya que es el que
presenta el mayor efecto residual de acidez.
En el caso del amoniaco anhidro, el cual es aplicado por algunos productores presenta el
inconveniente de que su reacción con el agua de riego provoca que el pH se incremente
considerablemente. Esto trae consigo que algunos elementos químicos presentar en el
suelo se precipiten. Este es el caso del calcio y el magnesio, de los cuales se forman
carbonatos. Dado que el sodio puede permanecer en solución, por que presenta índices
de solubilidad más altos, entonces la Relación de Adsorción de Sodio se incrementa
significativamente incrementando el potencial de sodificación de los suelos, que a la larga
pueden transformarse en problemas de pobre infiltración de agua en el suelo,
endurecimiento del mismo y toxicidad por sodio. Por otro lado, se han observado daños
momentáneos a plantas, sobre todo las anuales, ya que el amoniaco en si puede ser toxico
para las raíces, antes de que sea transformado a amonio. De hecho de la superficie de la
lámina de riego puede volatizarse amoniaco si esta permanece mucho tiempo en la
superficie.
La adición de ácidos como el sulfúrico durante la aplicación del amoniaco a ayudado a
reducir este problema. Estos ácidos neutralizan los iones hidroxilos que provocan el
incremento de pH, formados de la solubilización del amoniaco. En general, se sugiere aplicar 3
partes de ácido por cada parte de amoniaco aplicado, esto sobre la base de peso. Es decir, si
se aplican 100 kg de amoniaco anhidro se requerirán 300 kg de ácido sulfúrico.
193
En sistemas de riego presurizados se puede utilizar aquellos fertilizantes que presenten
alta solubilidad. Estos son nitrato de amonio, urea, sulfato de amonio y el nitrato de
potasio. Este último es adecuado donde se requiere la aplicación de potasio. Los índices de
solubilidad son altos, en el caso del nitrato de amonio y de potasio pueden solubilizarse
hasta 1 k g por litro de agua a temperatura ambiente.
Fosforo y potasio. El fósforo se absorbe de la solución del suelo como ion ortofosfato
(H2PO4-, HP042-). El potasio es absorbido como ion (K+). La recomendación de estos
nutrimentos debe ser basada en los resultados de los análisis foliares. Si estos indican que los
niveles son bajos, entonces se sugiere aplicar de 80 a 100 unidades por Ha de cada uno de
ellos. Los fertilizantes fosforados mas recomendables son el fosfato monoamónico (11-52-
00), el fosfato diamónico (16-48-00), el superfosfato triple (00-00-46) y el ácido fosfórico (00-
00-52). Por la reacción ácida que representan, el fosfato monoamónico es el más adecuado
para las condiciones de suelos alcalinos. Entre los potásicos tenemos al sulfato de
potasio (00-00-50) y nitrato de potasio (14-00-44). El ácido fosfórico es el más adecuado
para realizar su aplicación a través de sistemas de riego presurizados (CFA, 1987).
El acceso de estos nutrientes a las raíces se da por difusión en el caso del fósforo y por flujo
de masa para el potasio. Dado que el movimiento por difusión es muy lento y depende en
gran parte de gradientes de concentración, lo más recomendable es aplicarlo en forma
localizada, en banda o en puntos. El potasio puede aplicarse al voleo o en banda. Bajo
194
condiciones alcalinas el fósforo reacciona rápidamente en el suelo para formar compuestos
altamente insolubles, los cuales no pueden ser aprovechados por las plantas. La aplicación
localizada retrasa esta reacción y permite su aprovechamiento por más tiempo. Estos
fertilizantes deberán ser aplicados antes de la brotación en banda y a una profundidad de
15 a 20 cm, a una distancia de 2.0 a 3.5 m del tronco. En condiciones deficientes hasta 150
unidades de estos nutrientes deben aplicarse. A través de sistemas de riego presurizados
pueden aplicarse desde antes de la brotación hasta antes del amarre del fruto.
Calcio y magnesio. Estos elementos son absorbidos por las plantas coma cationes divalentes
(Ca y Mg). Deficiencias de estos nutrientes no han sido detectadas en los huertos del norte de
México. La aplicación de calcio se realiza en algunas huertas, pero con la finalidad de
contrarrestar efectos dañinos del sodio, no propiamente como nutriente.
Micronutrientes
Hierro y manganeso. Las formas en que la planta toma estos metales son Fe2+ y Mn2+. Estos
elementos no se aplican generalmente en los huertos nogaleros. Si se detectan niveles bajos
o deficiente; de estos nutrimentos mediante al análisis foliar, se sugiere realizar
aplicaciones foliares durante la época de crecimiento vegetativo . Existen diversos
productos comerciales que pueden asperjarse con resultados satisfactorios, dentro de estos
tenemos a las sales en forma de sulfatos u óxidos, y compuestos formulados con
quelatos, ácidos orgánicos, extractos de plantas marinas y húmicos, entre otros. Las
dosis comerciales varían del 0.10 al 0.25 %. La concentración de 0.10 % equivale a
aplicar 100 gramos o mililitros de material comercial por cada 100 litros de agua. La
variedad Wichita es la que ha presentado síntomas de deficiencia de fierro y
manganeso en suelo muy arcillosos.
195
Zinc. Es el nutriente clave de los nogales. Es tomado del suelo en forma de Zn 2+. A pesar
de requerirse en bajas cantidades, tal vez en ningún otro frutal la respuesta a su
aplicación sea tan aparente. En el norte de México las aplicaciones foliares de este
nutrimento son esenciales. Debe aplicarse desde el estado de punto verde en la
brotación hasta que los brotes han alcanzado su máximo desarrollo. Por las
condiciones de alta alcalinidad en el suelo, este elemento no puede aplicarse al suelo
ya que inmediatamente se transforma a compuestos insolubles, los cuales no puede
aprovechar la planta. Por lo anterior aplicaciones foliares se realizar a partir de la
brotación. Para el norte de México se ha encontrado que se requieren de al menos 5
aplicaciones de este nutriente para que los análisis foliares ubiquen a este nutriente
dentro de los niveles "óptimos" (Núñez, 1991). Estudios indican que el normal puede
requerir 50 ppm de zinc en base a peso seco para alcanzar los máximos rendimientos y
calidad, y crecimiento vegetativo (Sparks, 1993).
Existen diversos productos comerciales que pueden ser utilizados para abastecer de
este nutriente a los nogales. De los mas utilizados son el Agrozinc y el NZN, ambos
productos formulados con nitrógeno (nitrato de zinc). La dosis comercial es de 0.25 a
0.35 %. A pesar de que estos productos tienen capacidad de reducir el pH e la solución
asperjada, se recomienda utilizar un producto surfactante, para incrementar la
capacidad de absorción por parte de a planta. Otros productos pueden ser utilizados,
como las sales de zinc (sulfatos, fosfatos y óxidos), soluciones quelatadas (formulados
con citratos, EDTA, ácidos orgánicos), combinados con ácidos húmicos y ácidos
carboxílicos, entre otros. Para estos productos comerciales se sugiere utilizar las dosis
recomendadas por las compañías que los producen.
Las aplicaciones de sulfato de zinc (36 % zinc) mezcladas con uran (producto líquido con
32 % de nitrógeno). Este producto se utilizo durante los anos 70's para la corrección de
deficiencias de zinc. Después las formulaciones líquidas de nitrato de zinc como el NZN
vinieron a sustituir su uso (Nuñez, 2001).
Es muy importante cumplir con un programa de aplicaciones. Se recomienda la
primera cuando se presenta el punto verde, la segunda una semana después de la
primera, la tercera 15 días después de la segunda. Posteriormente se pueden realizar
aplicaciones cada 15 días, de acuerdo a los requerimientos establecidos por el
crecimiento de los brotes.
Durante cuatro años (2001-2004) en la región Lagunera de México se estableció un
experimento en árboles en producción con el objetivo de determinar la tecnología de
abastecimiento de micronutrientes para sostener una buena producción con calidad a través
del tiempo. Se realizaron aplicaciones tanto edáficas como foliares con fuentes como
quelatos, sulfatos y el producto de uso tradicional NZn. Cinco de los tratamientos consisten
en aplicaciones foliares utilizando diversos productos y uno de ellos (T2) consiste en una sola
aplicación anual edáfica de quelato de EDDHA, el cual ha probado ser efectivo y estable en
suelos calcáreos. Durante el primer, segundo, tercer y cuarto año de estudio, todos los
tratamientos han probado ser efectivos para mantener un nivel de concentración de Zn, Fe,
Mn y Cu. Adicionalmente a través de los años de estudio se ha presentado un efecto de
tratamientos similar en la producción y calidad de nuez (Chávez et al., 2005).
196
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EL HIERRO EN LA NUTRICIÓN DE CULTIVOS
AGRÍCOLAS
Correspondencia: ranferimt@yahoo.com.mx
200
INTRODUCCIÓN
201
QUÍMICA DEL Fe EN SUELOS CALCÁREOS
- -
CaCO3 (calcita) ↔ Ca2+ + CO32- + H2O ↔ HCO3 + OH
Fitosideróforo
NADH E
Fe3+FS Fe3+ R NAD+
Tr Zn2+ Fe3+
Fe2+ Fe2+
Mineral Mn2+
2+
Fe3+FS Tr Fe3+FS
H Fe3+ Cu
Fe3+ H+ R St +
Zn2+ Cu2+
Fe3+ Zn2+ Cu2+ Mn2+
Oxido Fe Mn2+
Quelato X
Fe3+
Reductor
Plasmalema
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CONCLUSIÓN
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