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Serían ejemplos de procedimientos que pueden iniciarse tanto de oficio como a instancia
del obligado:
Asimismo, los ingresos efectuados por el obligado tributario con posterioridad al inicio de
las actuaciones o procedimientos, en relación con las obligaciones tributarias y periodos
objeto del procedimiento, tendrán carácter de ingresos a cuenta sobre el importe de la
liquidación que en su caso se practique, sin que esta circunstancia impida la apreciación
de las infracciones tributarias que puedan corresponder. En este caso, no se devengarán
intereses de demora sobre la cantidad ingresada desde el día siguiente a aquel en que se
realizó el ingreso.
o Cuando se trate de documentos que no resulten exigibles por la normativa tributaria aplicable a
la actuación o procedimiento tributario de que se trate.
o Cuando se trate de documentos ya presentados por el obligado tributario y que se encuentren
en poder de la Administración actuante.
EJEMPLO 17
Iniciado un procedimiento de comprobación limitada respecto de la entidad S,
relativo al IS del año 200X, se le requiere la aportación de la siguiente
documentación:
Solución
EJEMPLO 18
Solución
No resulta procedente la negativa de la parte interesada, puesto que el artículo 99.2
de la LGT le reconoce solo el derecho a rehusar la presentación de documentos
previamente aportados y que se encuentren en poder de la Administración tributaria
actuante, pero siempre que hayan sido aportados por el propio obligado tributario al
que ahora se requiere. Consecuentemente, don X estaría obligado a atender el
requerimiento formulado por la Administración tributaria, de lo contrario, su conducta
podría llegar a ser calificada como resistencia, excusa o negativa a efectos de la
aplicación del régimen sancionador.
EJEMPLO 19
Para poder solicitar una determinada beca, un obligado tributario puede solicitar un
certificado, por ejemplo, de que no está obligado a presentar declaración. No
obstante, no podrá solicitar el certificado hasta que no termine el plazo establecido
para la presentación de la correspondiente declaración (esto último, art. 70.5 del
RGGI).
Derecho a obtener copia de los documentos que figuren en el expediente (arts. 99.4 de la LGT
y 95 del RGGI).
Límites de este derecho: que se trate de documentos que contengan datos que afecten a
intereses de terceros, que los documentos puedan afectar a la intimidad de otras personas o
cuando así lo disponga la normativa vigente.
EJEMPLO 20
EJEMPLO 21
Una vez finalizada una actuación inspectora, si en el expediente incoado existen
documentos que con posterioridad pudieran ser necesarios para el obligado
tributario, este podrá solicitar copias de los mismos (por ejemplo, de las actas
incoadas por haber perdido su ejemplar, a efectos de interponer contra las mismas
el correspondiente recurso o reclamación).
Según dichos preceptos, en los procedimientos tributarios se podrá prescindir del trámite
de audiencia previo a la propuesta de resolución cuando se suscriban actas con acuerdo
o cuando en las normas reguladoras del procedimiento esté previsto un trámite de
alegaciones posterior a dicha propuesta. De acuerdo con el artículo 96, apartado 3, del
RGGI, se podrá prescindir del trámite de audiencia cuando no figuren en el procedimiento
ni sean tenidos en cuenta en la resolución otros hechos ni otras alegaciones y pruebas
que las aducidas por el interesado.
EJEMPLO 22
Solución
EJEMPLO 23
Solución
10.4. LA PRUEBA
La nueva LGT establece en su artículo 105: «En los procedimientos de aplicación de los
tributos quien haga valer su derecho deberá probar los hechos constitutivos del mismo».
En cuanto a los medios de prueba que pueden utilizarse en el ámbito tributario, la LGT
establece (art. 106.1) que serán de aplicación las normas que sobre medios y valoración
de las pruebas se contienen en el Código Civil y en la Ley de enjuiciamiento civil.
Especial referencia al valor probatorio de las diligencias. El artículo 107 de la LGT dispone:
«Las diligencias extendidas en el curso de las actuaciones y los procedimientos tributarios
tienen naturaleza de documentos públicos y hacen prueba de los hechos que motiven su
formalización, salvo que se acredite lo contrario. Los hechos contenidos en las diligencias y
aceptados por el obligado tributario objeto del procedimiento, así como sus manifestaciones, se
presumen ciertos y solo podrán rectificarse por estos mediante prueba de que incurrieron en
error de hecho».
Especial referencia a las facturas. El artículo 106 de la LGT establece: «2. La ley propia de
cada tributo podrá exigir requisitos formales de deducibilidad para determinadas operaciones
que tengan relevancia para la cuantificación de la obligación tributaria». A continuación añade
que los gastos deducibles y las deducciones que se practiquen, cuando estén originados por
operaciones realizadas por empresarios o profesionales, deberán justificarse, de forma
prioritaria (importante matiz: de forma preferente, pero no exclusiva), mediante la factura
entregada por el empresario o profesional que haya realizado la correspondiente operación o
mediante el documento sustitutivo emitido con ocasión de su realización, y que se cumplan en
ambos supuestos los requisitos señalados en la normativa tributaria.
10.5. TERMINACIÓN DEL PROCEDIMIENTO
De conformidad con el artículo 100 de la LGT, pondrá fin a los procedimientos tributarios:
la resolución, el desistimiento, la renuncia al derecho en que se fundamente la solicitud, la
imposibilidad material de continuarlos por causas sobrevenidas, la caducidad, el
cumplimiento de la obligación que hubiera sido objeto de requerimiento o cualquier otra
causa prevista en el ordenamiento tributario.
Las liquidaciones tributarias pueden ser definitivas o provisionales: serán definitivas las
practicadas en el procedimiento inspector previa comprobación e investigación de la
totalidad de los elementos de la obligación tributaria, así como todas aquellas a las que la
normativa tributaria otorgue tal carácter; en el resto de casos, las liquidaciones tendrán
carácter de provisionales.
Ahora bien, es necesario destacar que el hecho de que una liquidación sea provisional no
quiere decir que pueda revisarse con posterioridad. Así, la LGT tiene tasados los casos
en los que una liquidación provisional de la Administración puede ser revisada con
posterioridad: tratándose de las liquidaciones provisionales que pongan fin a un
procedimiento de comprobación limitada o a un procedimiento de inspección de carácter
parcial, sus conclusiones en principio no podrán ser modificadas posteriormente en lo que
se refiere a los elementos que se han comprobado, salvo que en un procedimiento
posterior se llegasen a descubrir por la Administración tributaria nuevos hechos o nuevas
circunstancias que además se deriven de actuaciones distintas de las ya realizadas y
especificadas en la primera resolución (arts. 140 y 148.3 de la LGT).
EJEMPLO 24
Solución
10.5.3. La caducidad
La caducidad es la consecuencia del incumplimiento del plazo máximo fijado por las
normas para un determinado procedimiento.
Efectos del incumplimiento del plazo máximo de resolución, diferenciando según se trate de
procedimientos tributarios iniciados a instancia de parte o iniciados de oficio.
Cómo se computan dichos plazos máximos de resolución de los procedimientos tributarios.
Circunstancias que no se incluyen en el cómputo del plazo máximo de duración de un
procedimiento.
Efectos del incumplimiento del plazo máximo de resolución, diferenciando según se trate de
procedimientos tributarios iniciados a instancia de parte o iniciados de oficio.
Procedimiento de apremio.
Plazo máximo en que debe notificarse la resolución: el procedimiento de apremio queda
expresamente excluido de la regla del establecimiento de un plazo máximo, pudiendo
extenderse sus actuaciones hasta el plazo de prescripción del derecho de cobro (cuatro años).
La inmediata consecuencia que de ello se deriva es la imposibilidad de aplicar la caducidad en
este procedimiento.
Procedimiento sancionador.
Plazo máximo en que debe notificarse la resolución: seis meses.
Efectos del vencimiento del plazo máximo sin que se haya notificado, ni tácita ni expresamente,
la resolución: caducidad.
Una diferencia fundamental respecto de los restantes procedimientos de aplicación de los
tributos: producida la caducidad del procedimiento sancionador por el vencimiento del plazo sin
que se haya notificado la resolución, la caducidad impedirá la iniciación de un nuevo
procedimiento sancionador (art. 211 de la LGT).
Cómputo de los plazos máximos de resolución de los procedimientos tributarios. Centrándonos
en un procedimiento iniciado de oficio (puesto que es el caso más común), el plazo máximo se
computa desde la notificación del inicio al obligado tributario hasta la notificación de la
resolución que ponga fin al procedimiento (a estos efectos, y según el artículo 104.2 de la LGT,
será suficiente un intento de notificación de dicha resolución efectuado dentro del plazo
máximo).
Circunstancias que no se incluyen en el cómputo del plazo máximo de duración de un
procedimiento de gestión.
Son las dos siguientes: supuestos de interrupción justificada y dilaciones no imputables a la
Administración.
o Supuestos de interrupción justificada (art. 103 del RGGI). Son los siguientes: