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El Origen del carbón actual comenzó durante el período carbonífero, conocido como
la primera edad del carbón, hace entre unos 290 y 360 millones de años. La
acumulación de lodo y otros sedimentos, junto con los movimientos en la corteza
terrestre, conocidos como movimientos tectónicos, enterraba pantanos y turberas
(humedales), a menudo a grandes profundidades. Con el entierro, el material
vegetal fue sometido a altas temperaturas y presiones. Esto causó cambios físicos
y químicos en la vegetación enterrada, transformándola en turba y luego en carbón.
Para explicar la formación del carbón lo primero es conocer cómo se forman las
rocas sedimentarias, ya que como vimos anteriormente el carbón es una roca de
este tipo. Puedes ver si te interesa el Ciclo de las Rocas. Las rocas sedimentarias
son aquellas que se forman por el desgaste del relieve de la naturaleza por la acción
del viento, del agua y de los seres vivos. Esta erosión provoca que se separen
pequeños fragmentos (de rocas, de animales o de vegetales) que son transportados
desde el lugar donde se desprenden hacia otros lugares, principalmente mares y
océanos, donde se acumulan en forma de capas, generalmente horizontales,
llamadas sedimentos o estratos de sedimentos. También puede que la erosión no
transporte los restos hacia otros lugares y forme igualmente rocas sedimentarias en
el mismo lugar, como es el caso del carbón que veremos más adelante. Con el paso
del tiempo los pesos de los materiales erosionados superiores aplastan a los
inferiores y estos últimos se van compactando (uniéndose) formando las rocas
sedimentarias (formadas por sedimentos). Conclusión las rocas sedimentarias son
aquellas formadas por restos de otras rocas, animales o vegetales. En el caso del
carbón nos interesan solo las formadas por restos de vegetales. El carbón es el
resultado de la acumulación de grandes restos de vegetales (hojas, maderas y
cortezas) en sitios con gran cantidad de agua estancada, como los pantanos, y que
con el paso del tiempo acaban transformándose en carbón. El agua estancada es
pobre en oxígeno y esto favorece que las plantas muertas no se descompongan en
su totalidad favoreciendo el proceso de formación lento del carbón con el paso del
tiempo en capas o estratos sedimentarios. Estos restos de vegetales están
formados principalmente por hidrogeno, oxígeno y carbono y al no encontrarse en
contacto con el aire, gracias el agua estancada, van perdiendo el hidrógeno y el
oxígeno por putrefacción y aumentando su 18 cantidad en carbono. Es por eso que
el carbón es rico en carbono y se usa como combustible. La calidad de cada tipo de
carbón se determina por la temperatura y presión a las que han estado sometidas
las capas de restos de vegetales en su formación, así como por el tiempo de
formación, a lo que nos referimos como “madurez orgánica”. Cuanto más tiempo
tiene el carbón más cantidad de carbono tiene y por lo tanto se le considera de
mayor calidad. Más adelante veremos los tipos de carbón. Según lo visto hasta
ahora, solo encontraremos carbón en sitios en los que hubo gran cantidad de
vegetación en zonas pantanosas en el periodo carbonífero.
Métodos estandarizados de clasificación de carbones
El carbón se forma por la descomposición, compactación, sedimentación y
endurecimiento de plantas prehistóricas. Comienza como turba y por efecto de la
presión, temperatura y tiempo se produce una maduración o transformación de la
materia orgánica en lignito, carbón sub-bituminoso, carbones bituminosos y
antracitas. El grado de madurez permite hacer una primera estimación de algunas
propiedades físicas y químicas del carbón. Por ejemplo, entre mayor es el grado de
madurez se puede esperar más contenido de carbono, un poder calorífico alto, un
bajo contenido de hidrógeno y bajo contenido de material volátil. El conocimiento de
las propiedades físicas y químicas del carbón permite buscar estrategias para
mejorar el rendimiento de los procesos energéticos donde estos son materia prima.
La clasificación de los carbones puede realizarse con base en diferentes parámetros
que van desde su composición y características hasta el porcentaje de abundancia
o su aplicación final, figura 3. De esta forma es posible construir diversos rangos de
clasificación que permiten identificar la génesis, edad, condiciones bioquímicas y
fisicoquímicas que caracterizan el desarrollo de carbón.
Turba: Es el de peor calidad y por tanto el que menos proporción de carbono tiene
(apenas el 55%). Es el primer carbón que se forma tiene un color verde parduzco y
el en momento de su extracción todavía contiene mucha agua, por eso debe ser
secado antes de usarse como combustible. Cuando arde desprende mucho humo
y cenizas. Se usa como combustible de baja calidad, en jardinería para mejorar los
suelos por su alta capacidad de retener el agua e incluso para pintar.
Hulla: La hulla contiene entre el 75% y el 85% en carbono y es duro, negro, opaco
y graso. Se forma cuando se comprimen las capas de lignito en la era primaria y es
el tipo de carbón más abundante y el llamado carbón de piedra más utilizado. Posee
un alto poder calorífico y es por eso que se utiliza principalmente para las Centrales
Térmicas en la producción de electricidad. También se usa 24 para producir carbón
de coque usado en los altos hornos. La elaboración de coque genera a su vez
muchos derivados que se utilizan en la industria química; benceno, naftaleno,
fenoles, cresoles etc. –
Antracita: Procede de la transformación de la hulla. Es el mejor de todos los tipos
de carbones con un porcentaje en carbono que puede llegar incluso al 95%. Es el
menos contaminante (desprende poco humo) y el que tiene mayor poder calorífico.
Es negro, brillante y muy duro (difícil de rayar). Se usa en las calderas de calefacción
para las viviendas y para generar electricidad, pero debido a su coste está siendo
desplazado por el gas natural. Su uso principal hoy en día es para producir coque.