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Brown, Jonathan 2009 Breve historia de la Argentina. Prometeo. Buenos Aires.

Capítulo 5
La expansión agraria y la construcción de la nación 1820-1880
En 1816, los representantes de todas las provincias argentinas se reunieron en Tucumán, se declararon
independientes de España y formaron una nación a la que llamaron “Provincias Unidas del Río de la Plata”.
Los caudillos de la era revolucionaria organizaron sus propias milicias y gobernaron las provincias con mano de
hierro. Estos líderes autoritarios no toleraban oposición alguna y preferían mantener la neutralidad al menos de
las familias de élite, de las cuales provenían muchos de ellos. Comenzó a operarse un proceso electoral, pero
este no ganaría legitimidad sino a fines del siglo XIX.
Los argentinos lograron establecer las bases de la construcción de una nación moderna. El crecimiento
económico contribuyó a un acercamiento político entre las provincias. En 1853, la Argentina logró tener una
constitución más congruente con su realidad política, y su lucha en dos guerras, una contra Paraguay y la
batalla final contra los pueblos indígenas, forjó un ejército nacional, que finalmente, eclipsó a las perturbadoras
milicias locales.
La Argentina también comenzó a desarrollar oportunidades para su creciente población. La expansión de los
asentamientos de frontera solidificó el poder de una élite terrateniente.
La desunión y las políticas caudillistas
Buenos Aires procuró reivindicar para sí su derecho originario, de corte revolucionario y económico, para
dominar el resto de las desunidas provincias. Decretaron una y otra vez que todo comercio con Europa habría
de pasar por Buenos Aires. A las provincias, les parecía que la Buenos Aires de principios del siglo XIX los
trataba tal como la Corona española había tratado a la Buenos Aires colonial.
Cada jefe de gobierno debiera abandonar su cargo antes de la fecha fijada para el vencimiento del mandato.
Juan Martín Pueyrredón abandonó su cargo como director de las provincias unidas del río de la plata a
principios de 1819, fue sucedido por Rondeau, quien perdió su cargo luego de perder la batalla de Pavón
contra las fuerzas de Entre Ríos Santa Fe. La única figura no militar de la época Bernardino Rivadavia, llegó al
directorio de las Provincias Unidas en 1826.
La política caudillista del siglo XIX se identificó con el liderazgo político inestable,golpes y contragolpes, la
intimidación a las opiniones críticas y la desobediencia a la Constitución.
En 1825, buenos aires comenzó una dilatada guerra en la banda oriental contra el imperio de Brasil. Se
produjeron más reclutamientos militares forzosos, deserciones y bandolerismo. Solo el surgimiento de Juan
Manuel de Rosas como gobernador de Buenos Aires mejoró en algo la inestabilidad política de la primera mitad
del siglo XIX.
Los caudillos, con sus ejércitos montados personales, tomaron el control de los gobiernos provinciales,
persiguieron a sus enemigos y crearon aduanas en las fronteras comerciales.
El comercio internacional en Buenos Aires
La ciudad-puerto de Buenos Aires y las llanuras de su interior, había el sur y el oeste, representaban un refugio
de la prolongada decadencia económica. Buenos Aires fue la que cosechó más beneficios.
El exponencial crecimiento económico de Buenos Aires era parte integrante del industrialismo del siglo XIX de
Europa, porque la ciudad servía como cabecera de uno de los proveedores más importantes del mundo de
materias primas rurales. La primera mitad del siglo XIX también fue testigo de la usurpación del comercio de
importación-exportación por parte de comerciantes no españoles, principalmente británicos.
Según las normas navieras de la actualidad, el puerto de Buenos Aires era un lugar lamentable para cargar y
descargar las mercaderías que hacían al comercio internacional.
Poco después de 1810, un grupo de comerciantes no españoles, reemplazaron a los acaudalados españoles y
criollos que habían dirigido el comercio de importación y exportación de la Buenos Aires colonial. La producción
de las estancias se convirtió en una importante colocación de inversiones para el capital nativo.
El comercio exterior que se desarrollaba a través del puerto de Buenos Aires empeoraba cada tanto como
resultado de cuatro bloqueos Navales por parte de potencias extranjeras dentro de los 40 años de su
independencia. Un escuadrón de la marina española mantuvo el bloqueo a Buenos Aires desde 1811 hasta
1816. La flota británica realizó el último bloqueo de 1845-48, mediante el cual intentó forzar el gobierno
provincial a abrir el río Paraná a la actividad naviera Internacional.
Buenos Aires era la protagonista de una de esas notables narraciones del éxito económico de la América
Latina de principios del siglo XIX.
La expansión de las estancias ganaderas
La producción y la comercialización de los productos rurales sostenían el desarrollo de una sociedad rural
diversificada. Las mejoras en la economía Argentina, en la primera mitad de siglo XIX, dieron como resultado
una sociedad rural en la pampa húmeda.
En la década de 1820, los políticos reformistas encabezados por Bernardino Rivadavia crearon un plan
conocido como de “enfiteusis”, en el que el estado daba en arriendo tierras de frontera en lugar de dárselas a
titulares privados. Juan Manuel de Rosas asumió el cargo de gobernador, vendió las tierras a los enfiteusis y a
sus amigos políticos con facilidades. El gobernador de Rosas también efectuó nuevos otorgamientos de tierras
a los soldados que participaron en las guerras de la frontera contra los indígenas.
La actividad ganadera en la Argentina del siglo XIX hacía necesaria la producción de grandes fincas.
Las tradicionales familias comerciantes, desplazadas del comercio de exportación por parte de mercaderes
extranjeros, convirtieron sus activos en tierra y ganado.
El comercio exterior en crecimiento representa una gran parte del margen de ganancias en la actividad rural,
los productores argentinos nos debieron modernizar y racionalizar la producción de ganado. Se produjeron
importantes avances, que permitían el ahorro de costos en la industria de la cría de ganado, en materia de
comercialización de animales y sus subproductos.
Las condiciones de trabajo en el campo
Además de las oportunidades económicas en el expansivo sistema de comercialización, los inmigrantes
también encontraron progreso como arrendadores o terratenientes. Las grandes estancias ganaderas se
subdividieron numerosas veces entre 1820 y 1850.
La estructura de la estancia siguió la organización patrimonial española tradicional.
La división racial de la mano de obra evolucionó en la pampa húmeda. Los mestizos y mulatos, nativos o
inmigrantes, por lo general manejan ganado. Los blancos inmigrantes se dedicaron a la cria de ovejas, al
trabajo de granja y a la comercialización. Los hombres nacidos en el territorio eran susceptibles de ser
llamados para el servicio militar, mientras que los extranjeros, que no eran convocados para esta tarea,
ahorraban dinero para comprar tierras.
La mano de obra en el interior de la Argentina siempre fue escasa en el siglo XIX. La escasez de mano de obra
significaba que los terratenientes tenían que posponer la marca y otros quehaceres, también generó
oportunidades para los trabajadores inmigrantes. Aceptaban empleos que los orgullosos gauchos no habrían
hecho, como cavar zanjas para proteger los huertos y los jardines del ganado que pasaba.
Las autoridades públicas sancionaron leyes contra la vagancia, con el objeto de disciplinar a los trabajadores;
requerían a los residentes rurales que llevarán certificados de empleo firmados por sus patrones.
La perpetua escasez de mano de obra en esta época de expansión favoreció a los trabajadores. Sus salarios
reales se elevaron. La mano de obra permanente, en contraposición a los trabajadores estacionales,gozaba en
efecto de estabilidad, y las relaciones satisfactorias entre peón y patrón, con frecuencia, se transmitían de
generación en generación.
Los hábitos laborales de los trabajadores nativos no parecían mejorar mucho con el crecimiento de la
economía provincial. No era posible dejar a los trabajadores nativos solos, sin supervisión.
En el plano cultural, el trabajo ofrecía ocasiones sociales familiares que se encontraban muy arraigadas en las
tradiciones de los gauchos.
Reorientación del comercio en el interior
El florecimiento económico de la provincia de Buenos Aires no alcanzó a las provincias del Interior en igual
medida. Apenas de logro la independencia del yugo colonial español. Desde 1810 a 1820, el intercambio
comercial entre Buenos Aires y Salta, casi se detuvo, y el comercio fluvial en la cuenca del río Paraná hasta
Paraguay se vio interrumpida.
Al principio el nuevo comercio internacional que sustentaba la expansión económica de Buenos Aires socavó el
comercio interno del Río de la Plata.
Las provincias del interior no comenzaron su prolongada recuperación de la depresión económica sino hasta la
década de 1830. El crecimiento del comercio de productos rurales en el puerto abrió mercados alternativos
para la capacidad productiva del interior. La recuperación fue más fuerte en las provincias cercanas de Buenos
Aires.
La inestabilidad política entre los caudillos del interior no ayudó al panorama. Cada gobierno provincial fijó
aduanas en las fronteras para cobrar impuestos sobre el intercambio de mercaderías registrado entre
provincias vecinas.
Córdoba recuperó parte de su importancia comercial hacía mediados del siglo. Se transformó en el punto clave
de transferencia para el comercio de productos textiles artesanales nativos.
La recuperación económica del comercio interprovincial dignificó el incremento continuo de la población del
interior.
Las provincias del interior sufrieron la emigración; cada caravana de carros se dirigía hacia el puerto contenía
trabajadores migrantes, la mayoría hombres.
Rosas, el restaurador de las Leyes
Un político se destaca en este periodo: Juan Manuel de Rosas fue el poder de la provincia de Buenos Aires en
su calidad de gobernador y cuasi dictador desde 1829 hasta 1852; la importancia comercial de su provincia lo
ayudó, también, a dirigir los destinos de las provincias del interior, aún cuando no los gobernara. Como político
federalista Rosas apoyó el derecho de los estados por encima de un gobierno fuerte y centralizado. El
gobernador Rosas cobraba los tributos portuarios para su propia provincia, y se reservaba los mejores hombres
para sus milicias.
Fue durante la crisis del 1829 que el general Rosas marchó triunfante hacia Buenos Aires. Renunció en 1833,
luego de un período exitoso como gobernador, y dirigió sus tropas en una campaña para pacificar a los indios.
La expansión agraria de la década de 1820 brindó fundamentos adicionales para la continuación de su
existencia. En medio de la escasez de mano de obra de la pampa húmeda, Rosas mismo había adquirido
esclavos en Córdoba para que trabajaban en sus propias estancias.
Rosas también fue responsable de la implantación del terrorismo de estado en la Argentina. Organizo una
policía secreta conocida como la “Mazorca”, se trataba de un grupo de matones políticos de clase media para
castigar a los que pudieran desafiar su forma de gobernar. Rosas justificaba el uso del terror de estado con el
argumento de que estaba salvando a la nación.
El terror trajo aparejada seguridad política para la joven nación por primera vez desde el estallido de la Guerra
de la Independencia, pero también dió como resultado el exilio de algunos de las estadísticas y literatos más
brillantes.
Rosas no sé propuso reformar el orden social. Jamás sugirió la idea de redistribuir las tierras, como lo hizo el
federalista José Gervasio de Artigas. Favoreció los intereses estancieros de la élite emergente de los
ganaderos de su clase. También permitió el comercio con todos los países que desearan comprar los
productos rurales argentinos, y mantuvo los derechos de propiedad privada de los ricos.
El interior contraataca
Las otras provincias como las repúblicas del Uruguay y Paraguay no aprobaron algo que les pareció ser una
política egoísta, demasiado a favor de Buenos Aires. Durante gran parte de la década de 1840, Rosas presentó
sus fuerzas a una facción uruguaya que sitió a un partido rival en Montevideo. El gobernador de Buenos Aires
indispuso a las élites locales de las provincias ribereñas contra los gobiernos de Francia y Gran Bretaña,
provocó que estos últimos enviaran flotas para bloquear el puerto de Buenos Aires en 1838 y en 1848.
Justo José de Urquiza, de la provincia de Entre Ríos, logró unir a los oponentes provinciales para derrocarlo.
En enero de 1852, el gobernador Urquiza encabezó a un poderoso ejército gaucho hacia la provincia de
Buenos Aires y derrotó a las fuerzas provinciales de Rosas en la batalla de Caseros. Rosas abordo un barco
británico y escapó al exilio inglés.
Urquiza convocó un congreso en 1853 para ratificar la nueva Constitución, está prohibía de una vez y para
siempre la esclavitud y declaraba legal el comercio exterior directo en los ríos Paraná y Uruguay.
La Constitución contenía una disposición que operaba su propia suspensión en el llamado “estado de sitio”. La
estructura federal de las Provincias Unidas del Río de la Plata dió paso a la nueva República Argentina.
El redactor institucional, Juan B. Alberdi, desarrolló una nueva política para remediar los problemas de escasez
de mano de obra. Los extranjeros eran libres de practicar sus cultos religiosos en la Argentina.
La guerra contra Paraguay
El ejército nacional creado en los papeles por la Constitución de 1853, apenas existia cuando, en 1865, estalló
un conflicto internacional en Paraguay.
La guerra comenzó debido a tensiones fronterizas que surgieron de la expansión por parte de Brasil de sus
territorios del sur, lindantes con Paraguay, Uruguay y la Argentina. Solano López decidió atacar Brasil con una
invasión paraguaya que se desplazarían por el territorio argentino de Misiones. El gobierno argentino declaró la
guerra.
Uruguay se alió con Brasil y la Argentina en la guerra de la triple alianza contra Paraguay, que duró desde 1865
a 1870.
Para derrotar a este enemigo, el presidente argentino Bartolomé Mitre debió movilizar a su país a escala
masiva.
La guerra contra Paraguay permitió que el gobierno de la Argentina consolidara el control político sobre las
anteriormente autónomas provincias de la nación. El nuevo ejército argentino ayudaría a materializar las
intenciones de la Constitución de 1854. Domingo F. Sarmiento sucedió a Mitre como presidente en 1868.
El problema indio
Al igual que en tiempos coloniales, las relaciones existentes entre los colonos y los indígenas en el siglo XIX
alternaban entre el comercio pacífico y las hostilidades más sangrientas.
Se había desarrollado un prolifico comercio entre los españoles y los indígenas del Río de la Plata a lo largo de
los siglos. Los grupos de indios crecieron acostumbrados a los productos de los criollos, como artículos de
ferretería, caballos, vacas, tabaco y aguardiente, que se convirtieron en “artículos de primera necesidad”, no
existía intercambio del bien más preciado por los argentinos de ascendencia española: la tierra.
La “Conquista del Desierto” del general Julio A. Roca, en 1879, privó en definitiva, a los indigenas de los
ultimos vestigios de su autonomía. el general Roca no era caudillo provincial. Había ascendido por todos los
rangos durate la Guerra de la Triple Alianza.
El general Roca y el ejército nacional resolvieron el antiquismo conflicto fronterizo en 1879. La tecnología
contribuyó al rápido éxito de Roca. En su Conquista del Desierto empleo líneas telegráficas para comunicar
órdenes a cinco columnas militares diferentes.
Una vez que se quebró la resistencia indígena, quedó tierr disponible para establecer en la zona sur de la
pampa húmeda y en toda la Patagonia.
El crisol
Mientras las provincias del interior caían en el estacionamiento o avanzaban con lentitud, la economía rural de
Buenos Aires progresaba con decisión.
La transformación económica y social de la provincia de Buenos Aires agravaba su separacion de las
provincias del interior. En la década de 1830, la tendencia era clara: el comercio en el puerto de Buenos Aires
fue el único factor económico de trascendencia de toda la región. La provincia se convirtió en la más populosa
y la más rica.
El crecimiento económico también se produjo de manera desigual. Los terratenientes más importantes,
descendieron de los comerciantes coloniales españoles, favorecieron a los inmigrantes europeos que se
encontraban en posiciones subordinadas.
Los argentinos habían empezado el proceso de consolidación nacional. Con la caída de Rosas en Buenos
Aires, las provincias del interior encabezaron el trayecto hacía la nueva constitución.

Arata y Mariño lección 6: “El oficio de enseñar, una cuestión de Estado”


1) Generación del ´80
No se modificó el Bachillerato General. Personaje “Formador”: Domingo Faustino Sarmiento; el recorrer por
varios países le hizo tomar conciencia que la educación crece el país. Quiso una educación responsable para
brindar conocimientos sólidos.
Contexto social
Convoco a maestras estadounidenses, a pesar de que hubo voces en contra. Mediante el conocimiento, se
modificaría el actual estado de vida para una situación más conveniente. “El maestro siempre tiene la razón”.
El maestro
Figura del conocimiento teórico – practico. En sus manos estaba el futuro de sus alumnos. Debían ser los
verdaderos apóstoles de una nueva república. En la época de los 80 eran la herramienta eficaz para que se
independizaran por si solos, y trabajar un suelo prospero.
Época de Sarmiento
Corresponde a la etapa de la organización del país. Concurren hombres de otros países. Consolidar la
identidad propia, adquirir hábitos para salir de la mediocridad. Se estratifico las clases sociales: clase instruida
paso a ser clase dominante y poco instruida paso a ser case obrera.
Ley 1420
Llevó a debate la relación entre política y educación. “Obligatoria, gratuita, gradual y laica”. Disminuyo el
analfabetismo.
Ley Nacional 26.206
Igualdad de oportunidades, educación integral, garantizar el acceso a todos los niveles, comprende 4 niveles y
8 modalidades. Continuidad del Nivel Secundario. Fuerte perspectiva social.
Curriculum
Establece contenidos comunes: es el comunicador entre una teoría específica y la práctica de la enseñanza.
Manera eficaz de llevar a cabo una teoría pedagógica y ponerla en práctica en el aula de clases. Cada teoría
pedagógica es distinta y por ellos su plan de acción dentro del aula será diferente
2) Formación de maestros y maestras normales
Las escuelas normales fueron creadas por el Estado como instituciones formadoras de maestros y maestras.
La educación era una herramienta de transformación social y la escuela su espacio para ser llevada a cabo. El
normalismo configuró un discurso moderno sobre qué es y cómo se practica la educación.
Surgimiento del normalismo
Es un movimiento pedagógico surgido en Europa. Su función era la formación de sujetos de la nueva sociedad.
Los maestros y maestras normales eran nombrados como funcionarios del Estado Nacional. Las culturas
inmigrantes eran consideradas amenazas para el orden social y político. Se extendió por todo el territorio
nacional.
Un poco de historia
La educación establecía un nuevo orden social, pudiendo apartar las armas. Paraná fue la primera ciudad en
fundar una Escuela Normal en 1870. En 1869 Sarmiento sanciona la Ley de Creación de Escuelas Normales
Nacionales.
Consolidación del Normalismo
El normalismo se fundó en relación de diferentes tradiciones filosóficas, políticas y pedagógicas. Respondiendo
la tarea de alfabetización masiva. Combinando corrientes filosóficas el positivismo y el espiritualismo. Dentro de
la filosofía espiritualista surge el “krausismo”. El positivismo buscó la pedagogía con bases científicas.
Actores de la Educación
Introducción de las mujeres en la Educación: proceso de feminización. Inspectores: cambiaron la regulación
normativa y la intervención pedagógica; implementaron ciclos de conferencias pedagógicas; publicaron
gratuitamente materiales pedagógicos.

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