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SEMINARIO DIOCESANO DE CAMPECHE


“San José”

INSTITUTO SUPERIOR DE TEOLOGÍA


“San Juan de Ávila”

MATERIA: Historia de la Iglesia Contemporánea PROF: Pbro. Lic. José Luis Canto S.
PRESENTA: Fernando Sima Castillo. GRADO: 5to. Semestre
FECHA: 30 de Octubre del 2018.

LA IGLESIA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

Contexto histórico La Segunda Guerra Mundial fue un conflicto militar global que se
desarrolló entre 1939 y 1945. En él se vieron implicadas la mayor parte de las naciones del
mundo, incluidas todas las grandes potencias, mediante la creación de dos alianzas militares
opuestas: los Aliados y las Potencias del Eje. Fue la mayor guerra de la Historia, con más
de 100 millones de militares movilizados y un estado de “guerra total” en que los grandes
contendientes destinaron toda su capacidad económica, militar y científica al servicio del
esfuerzo de guerra, borrando la distinción entre recursos civiles y militares. El resultado
final de entre 50 y 70 millones de víctimas…

 De manera general que el conflicto comenzó el 1 de septiembre de 1939, con la


invasión alemana de Polonia y la consiguiente declaración de guerra de Francia y la
mayor parte de los países del Imperio Británico y la Commonwealth al Tercer
Reich. La Alemania nazi pretendía crear un gran imperio en Europa.
 Desde finales de 1939 hasta inicios de 1941, merced a una serie de fulgurantes
campañas militares y la firma de tratados, Alemania conquistó o sometió gran parte
de la Europa continental.
 En base a acuerdos entre los Nazis y los soviéticos, la nominalmente neutral Unión
Soviética ocupó o anexó territorios de sus seis naciones vecinas en Europa.
 El Reino Unido y la Commonwealth se mantuvieron como la única gran fuerza
capaz de combatir contra las Potencias del Eje en el Norte de África y en una
extensa guerra naval.
 En junio de 1941 las potencias europeas del Eje comenzaron una invasión de la
Unión Soviética, dando así inicio al más extenso teatro de guerra terrestre de la
Historia, donde desde ese momento se empleó la mayor parte del poder militar del
Eje.
 En diciembre de 1941 el Imperio del Japón, que había estado en guerra con China
desde 1937 y pretendía dominar una parte de Asia, atacó a los Estados Unidos y a
las posesiones europeas en el Océano Pacífico, conquistando rápidamente gran parte
de la región.
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 El avance del Eje fue detenido en 1942 tras la derrota de Japón en varias batallas
navales y de las tropas europeas del Eje en el Norte de África y en la decisiva
batalla de Stalingrado.
 En 1943, como consecuencia de los diversos reveses de los alemanes en Europa del
Este, la invasión aliada de la Italia Fascista y las victorias de los Estados Unidos en
el Pacífico, el Eje perdió la iniciativa y tuvo que emprender la retirada estratégica en
todos los frentes.
 En 1944 los aliados occidentales invadieron Francia, al mismo tiempo que la Unión
Soviética recuperó las pérdidas territoriales e invadía Alemania y sus aliados.
 La guerra en Europa terminó con la captura de Berlín por tropas soviéticas y polacas
y la consiguiente rendición incondicional alemana el 8 de mayo de 1945.
 La Armada Imperial Japonesa resultó derrotada por los Estados Unidos y la
invasión del Archipiélago japonés se hizo inminente. Tras el bombardeo atómico
sobre Hiroshima y Nagasaki por parte de los Estados Unidos, la guerra en Asia
terminó el 15 de agosto de 1945 cuando Japón aceptó la rendición incondicional.
 La Segunda Guerra Mundial alteró las relaciones políticas y la estructura social del
mundo. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) fue creada tras la
conflagración para fomentar la cooperación internacional y prevenir futuros
conflictos.
 La Unión Soviética y los Estados Unidos se alzaron como superpotencias rivales,
estableciéndose el escenario para la Guerra Fría, que se prolongó por los siguientes
46 años.
 La mayoría de los países cuyas industrias habían sido dañadas iniciaron la
recuperación económica, mientras que la integración política, especialmente en
Europa, emergió como un esfuerzo para establecer las relaciones de posguerra

Para algunos estudiosos, el papel del Papa Pío XII durante la II Guerra Mundial no se
correspondía con el que se presupone para un líder espiritual que ante todo debe defender la
paz y la vida de las personas. Desde diversos ámbitos se ha acusado a Pacelli de no hacer
para evitar el Holocausto de los nazis contra el pueblo judío. Montini escribió un artículo
en la revista The Tablet defendiendo la actuación del que era su jefe durante la guerra.

Hitler envía al ministro de asuntos exteriores a Moscú en agosto de 1939 para rubricar un
pacto de no agresión con el régimen de Stalin y a su vez, para repartirse Polonia. El 1 de
septiembre comienza la invasión y al día siguiente Francia y Gran Bretaña declaran la
guerra a Alemania. El 17 de septiembre de 1939 la URSS invade Polonia por el este. A
pesar de la situación bélica que se expandía por Europa, los países occidentales trataron de
negociar acuerdos de paz hasta el último momento con el apoyo y la mediación del Papa
Pío XII, en cuya secretaría de Estado trabajó Giovanni Battista Montini:
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Durante el invierno de 1939-1940 se tendieron hacia el Reino Unido múltiples cables tanto
desde la oposición en el interior de Alemania, como semioficiales de manera directa o a
través de mediadores oficiales, el principal de los cuales fue el Vaticano.

El 22 de junio, Petain firma el armisticio de Francia con Hitler, y el 1 de julio se constituye


el régimen pronazi de Vichy. Desde septiembre de 1940 Alemania intensifica los ataques
aéreos sobre Gran Bretaña. Mientras tanto, EE.UU y Gran Bretaña firman la Carta del
Atlántico en septiembre de 1941, acuerdo al que se sumaron los gobiernos que luchaban
contra la Alemania nazi.
Desde diversos sectores se criticó que el documento no hiciera referencia a la libertad
religiosa. El presidente norteamericano solicitó al embajador de la URSS en Washintong la
necesidad de reconocer este derecho. En octubre de 1941 los soviéticos proclamaron
públicamente la libertad de culto siempre y cuando no supusiese un desafío para la
autoridad del Estado. Tras esta declaración, el Papa no puso objeción para que los EE.UU.
apoyaran a la Unión Soviética.

Ante esta situación de guerra abierta, Giovanni Battista Montini, el futuro Pablo VI,
colaboró con la ofensiva pacificadora de Pío XII y mantuvo contactos con los italianos
implicados en el conflicto. Hizo de enlace con los diplomáticos acreditados en el Vaticano
y estableció conexiones con miembros del ejército y el ministro de Asuntos Exteriores del
Gobierno Mussolini.

El 10 de junio de 1940 Italia declara la guerra a Francia y al Reino Unido, pasa de ser país
no beligerante a actuar directamente en la contienda. Montini coordinaba la búsqueda de los
desaparecidos, especialmente italianos, tratando de poner en comunicación a las familias
con aquellos que se sospechaba podían estar muertos o prisioneros. Se ocupaba de la
Oficina de Información del Vaticano para la búsqueda e intercambio de noticias sobre
soldados, prisioneros y civiles.

El 10 de agosto del 43 los nazis penetraron en la capital italiana. Las murallas del Vaticano
permanecieron cerradas. Desde septiembre de 1943 hasta junio de 1944 Roma estuvo
ocupada por los alemanes, a pesar de lo cual el Papa permaneció en el Vaticano. Corrieron
rumores de que Hitler tenía previsto secuestrar al pontífice y deportarlo pero esta supuesta
acción nunca se llevó a cabo.

El 4 de junio de 1944, Roma es liberada por los aliados. Ese verano, moría el secretario de
Estado Luigi Maglione, Pío XII no quiso reemplazarlo y este puesto quedaría vacante
durante el resto de su pontificado. El trabajo diplomático lo llevaría él directamente
apoyándose en Montini y Tardini. Cabe destacar que durante este período mantuvo un
estrecho contacto con los embajadores acreditados ante la Santa Sede.
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El futuro Papa
En el otoño de 1942, en plena ocupación alemana, Karol Wojtyla decidió ingresar en el
seminario. Anteriormente intentó incorporarse a un convento carmelita pero los nazis
habían clausurado el noviciado. La incorporación de nuevos seminaristas también había
sido prohibida por las fuerzas de ocupación, pero el arzobispo de Cracovia había decidido
mantener abierto el seminario de forma clandestina.

A partir de octubre de 1942, Karol Wojtyla pasó a formar parte de los seminaristas secretos
del arzobispo Sapieha. Debían seguir unas rigurosas pautas de comportamiento por su
seguridad y la de todos. Las clases se impartían en edificios religiosos o casas particulares,
pero los seminaristas debían llevar una vida normal sin que sospechara que serían futuros
sacerdotes, es decir, debían continuar con sus trabajos como si nada pasara.

Las dificultades durante la ocupación nazi se prolongaron durante los más de cinco años
que duró. Uno de los momentos más duros para Wojtyla como para el resto de polacos se
produjo en el verano de 1944, el “domingo negro”, día en que las tropas nazis reprimieron
con dureza extrema la sublevación de Varsovia. Las órdenes de Hitler fueron aniquilar
cualquier tipo de revuelta en todo el país. Las SS peinaron Cracovia registrando casa por
casa. Detuvieron a miles de personas. El pánico se apoderó de los estudiantes del seminario
clandestino entre los que se encontraba Karol pero escaparon del asedio refugiándose en el
palacio arzobispal.

La ansiada liberación se produjo en enero de 1945. Las tropas soviéticas entraron en


Cracovia terminando de este modo cinco años de dolorosa ocupación y dando paso a largas
décadas de dominación comunista. Wojtyla terminó los estudios de teología seis meses
antes que el resto de sus compañeros, por lo que fue ordenado sacerdote inmediatamente el
1 de noviembre de 1946 a la edad de 26 años.

Posguerra
Los pontífices de la segunda mitad del siglo XX promovieron el diálogo y el entendimiento
entre los pueblos y estados del mundo, para evitar de este modo que se repitiera una
situación tan trágica como la II Guerra Mundial. Roncalli, Montini, Luciani y Wojtyla,
vivieron directamente el conflicto armado: el futuro Juan Pablo I desde Italia, uno de los
miembros del Eje, trabajando en la estructura del Vaticano como Montini, en un país
neutral como Turquía en el caso de Roncalli, y desde un país invadido por los nazis y
posteriormente liberado por el ejército soviético, como fue la Polonia de Wojtyla.

Juan XXIII fue el Pontífice que sentó las bases y acercamiento al pueblo judío que tanto
sufrió en la II Guerra Mundial, con una serie de gestos, aunque durante su breve
pontificado no pudieron materializarse en hechos concretos. Roncalli convocó el Concilio
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Vaticano II y uno de los documentos que impulsó junto con el cardenal Bea, que en
principio no estaba previsto, era una declaración sobre las relaciones con los judíos. Para
ratificar este acercamiento al pueblo hebreo, se puede señalar que por primera vez el rabino
de Roma acudió a la Plaza de San Pedro para rezar por él mientras agonizaba.

En el caso de Montini, cabe destacar también la visita que realizó a la sede de la Naciones
Unidas. Se dirigió a todos los países del mundo haciendo un llamamiento por el progreso y
el entendimiento de todos los pueblos, contra el desarme y por la paz, para que nunca se
volviera a repetir una situación como la vivida en la década de los 40.

Juan Pablo II, el que más sufrió las consecuencias de la II Guerra Mundial, con los horrores
de la invasión nazi en Polonia y la posterior dependencia de la URSS, tenía claro que había
que superar aquella situación definitivamente. Culminó el proceso de acercamiento al
pueblo judío, y ejercicio una política diplomática contundente contra la situación
geopolítica que se fraguó tras la II Guerra Mundial, la división de Europa en dos bloques
antagónicos tras los acuerdos de Yalta.

Bibliografía

Pacheco Barrio, Manuel A., LA INFLUENCIA DE LA II GUERRA MUNDIAL EN


LA DIPLOMACIA VATICANA DEL SIGLO XX, Universidad de Valladolid, PDF. Pp.
175-194 / Dialnet-LaInfluenciaDeLaIIGuerraMundialEnLaPoliticaVatican-4500390.

https://thehistorystyle.wordpress.com/2011/11/07/la-segunda-guerra-mundial-1939-1945
contexto-histórico-internacional/

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