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OBJETIVOS ESPECIFICOS
1.1. Autor
Porque es una inquietud santa y que debe procurar nuestra conciencia, que tantos
hermanos nuestros vivan sin la fuerza, sin la luz y el consuelo de la amistad con
Jesucristo, sin una comunidad de fe que los contenga, sin un horizonte de sentido
y de vida.
Para que seamos una “Iglesia en salida”, con la tarea de evangelizar las conciencias
en todos los ámbitos de la iglesia en especial: la pastoral ordinaria, el anuncio a los
que han abandonado la fe cristiana, y en particular aquellos que nunca han sido
alcanzados por el Evangelio de Jesús o que siempre lo han rechazado.
2.1. Introducción
La iglesia rejuvenece por medio del poder del evangelio y el espíritu continuamente
la renueva, edificándola y guiándola con diversos dones jerárquicos y carismáticos.
Es fundamental resaltar la maravillosa obra del Espíritu Santo que santifica al pueblo
de Dios, lo guía, lo adorna con virtudes y lo enriquece con gracias especiales para
su edificación. Es importante resaltar la libertad que tenemos por ser hijos de Dios
redimidos por Jesucristo y con la gracia constante del Espíritu Santo. La fuerza que
transforma a toda la iglesia suscitando los dones carismáticos en todo el pueblo de
Dios, que hace que su Santidad Francisco nos invita a ser una iglesia en salida.
2.2. Carisma en el nuevo testamento
Los dones carismáticos son concebidos por el Espíritu Santo para dar fruto en el
desempeño de las tareas que emanan del bautismo, confirmación y orden, para
poder dar testimonio con la misma vida.
Los dones carismáticos y los estados de vida están relacionados con una referencia
que es el sacerdocio común (todos) y el sacerdocio ministerial (uno), que hacen que
participen del sacerdocio de Cristo.
Oración
¡Oh Espíritu santo! Divino consolador de mi alma, fuego, luz y celestial ardor de los
corazones humanos, si es para gloria de vuestra majestad que yo consiga lo que
deseo. Llena de divina gracia los corazones que tú mismo has Creado. Tú eres
nuestro consuelo, don de Dios altísimo, fuente viva y espiritual unción
Cada carisma no es un don concedido a todos (1Co 12, 30), a diferencia de las
gracias fundamentales, como la gracia santificante, o los dones de la fe, la
esperanza y la caridad, que son indispensables para cada cristiano. Los carismas
son dones especiales que el Espíritu distribuye “como él quiere” (1Co 12, 11). Los
carismas son reconocidos como una manifestación de “la multiforme gracia de Dios”
(1Pe 4, 10). No son, por lo tanto, simples capacidades humanas. Su origen divino
se expresa de diferentes maneras: según algunos textos provienen de Dios (Rm 12,
3; 1Co 12, 28; 2Ti 1, 6; 1Pe 4, 10); según Ef 4, 7, provienen de Cristo; según 1Co12,
4-11, del Espíritu.
Profundización
Nos encontramos con una lista de dones, a veces resumida (1Pe 4, 10), otras veces
más detallada (1Co 12, 8-10.28-30). La lista de Rm 12, 6-8 presenta únicamente
carismas menos visibles, que tienen una utilidad constante para la vida de la
comunidad cristiana. Ninguna de estas listas pretende ser completa. Sus ejemplos
dependen del grado de desarrollo alcanzado por la Iglesia de la época y que son
por lo tanto susceptibles a otras adicciones. La Iglesia, en efecto, siempre crece en
el tiempo a través de la acción vivificante del Espíritu. A partir de estos resultados,
es evidente que no se da en los textos bíblicos un contraste entre los diferentes
carismas, sino más bien una conexión armónica y complementaria.
Canto: Caminaré
Lectura de la Carta del Apóstol San Pablo a los romanos: (Rm 12, 4-6)
Palabra de Dios
Reflexionemos
El carisma es una gracia, un don prodigado por Dios Padre, a través la acción del
Espíritu Santo. Y es un don que es dado a alguien no porque sea más bueno que
los otros o porque se lo haya merecido: es un regalo que Dios le hace para que, con
la misma gratuidad y el mismo amor, lo pueda poner al servicio de la entera
comunidad, para el bien de todos. Hablando un poco en modo humano, se dice así:
Dios da esta cualidad, este carisma a esta persona pero no para sí misma sino para
que esté al servicio de toda la comunidad.
Es decir, que cada miembro del cuerpo de Cristo tiene un don, y una función que
desempeñar. Y los dones son diferentes. Pero eso no quiere decir que algunos no
tengan dones. Cada individuo en la Iglesia tiene un don. Y el don es parte integrante
de la gracia de Dios para con nosotros. Cuando Dios lo salva, le coloca a usted en
el cuerpo de creyentes y usted debe funcionar como miembro del mismo. No
funciona como una máquina, sino como el miembro de un cuerpo, de un organismo
vivo.
Cada uno de nosotros, por lo tanto, es justo que se pregunte: “¿hay algún carisma
que el Señor ha hecho nacer en mí, en la gracia de su Espíritu? ¿Y cómo me
comporto yo con respecto a este don: lo vivo con generosidad, poniéndolo al servicio
de todos o bien lo descuido y termino por olvidarlo? O quizás ¿se transforma para
mí en motivo de orgullo, al punto que me lamento siempre de los otros y pretendo
que en la comunidad se haga a mi modo? Son preguntas que nos debemos hacer.
Meditemos
Dinámica
La pelota preguntona
El animador entrega una pelota a cada equipo, invita a los presentes a sentarse en
círculo y explica la forma de realizar el ejercicio.
Mientras se entona una canción la pelota se hace correr de mano en mano; a una
seña del animador, se detiene el ejercicio.
La persona que ha quedado con la pelota en la mano se presenta para el grupo:
dice su nombre y lo que le gusta hacer en los ratos libres.
El ejercicio continúa de la misma manera hasta que se presenta la mayoría. En caso
de que una misma persona quede más de una vez con la pelota, el grupo tiene
derecho a hacerle una pregunta.
Comentario
Pues bien, los laicos, impregnados de una fuerte vivencia de fe que les hace superar
su egoísmo para adoptar la actitud de servicio y salir de sí mismos, han de realizar
su especial contribución a la misión de todo bautizado, el compromiso a trabajar por
la misión de la Iglesia: con la oración, con el estudio, con la participación activa en
la vida eclesial, con una mirada atenta y positiva hacia el mundo, en la continua
búsqueda de los signos de los tiempos” y que no se cansen de afinar cada vez más
por medio de la formación su peculiar vocación de fieles laicos “llamados a ser
testigos valientes y creíbles en todos los ámbitos de la sociedad, para que el
Evangelio sea luz que lleva esperanza en las situaciones problemáticas, de
dificultad, de oscuridad, que los hombres de hoy encuentran a menudo en el camino
de la vida”
3.1.4. Compromiso
Leer 1 Cor 12, 1-12 y meditar que dones carismáticos tengo y como los estoy
viviendo en mi parroquia
Oración final
Oración
Espíritu Santo, Tu que me aclaras todo, que iluminas todos los caminos para que
yo alcance mi ideal. Tu que me das el don Divino de perdonar y olvidar el mal que
me hacen y que en todos los instantes de mi vida estás conmigo. Quiero en este
corto diálogo agradecerte por todo y confirmar que nunca quiero separarme de Ti,
por mayor que sea la ilusión material. Deseo estar contigo y todos mis seres
queridos en la gloria perpetua. Gracias por tu misericordia para conmigo y los míos.
Gracias Dios mío.
Los dones carismáticos concedidos por el Espíritu, “que sopla donde quiere” (Jn 3,
8), y distribuye sus dones «como quiere» (1 Co 12, 11), están objetivamente en
relación con la nueva vida en Cristo, porque “cada uno en particular” (1 Co12, 27)
es un miembro de su Cuerpo. Por lo tanto, la correcta comprensión de los dones
carismáticos sucede sólo en referencia a la presencia de Cristo y su servicio; como
lo ha afirmado Juan Pablo II, “los verdaderos carismas no pueden menos de tender
al encuentro con Cristo en los sacramentos”. Los dones carismáticos, por lo tanto,
aparecen unidos en referencia a la relación intrínseca entre Jesucristo y el Espíritu
Santo. El Paráclito es, al mismo tiempo, quién extiende eficazmente, a través de los
Sacramentos, la gracia salvadora ofrecida por Cristo muerto y resucitado, y quién
otorga los carismas. Así, la acción libre de la Santísima Trinidad en la historia llega
a los creyentes con el don de la salvación y, al mismo tiempo les motiva para que
correspondan libre y plenamente con el compromiso de la propia vida.
Profundización
“Pero todas estas cosas las obra un mismo y único Espíritu, distribuyéndolas a cada
uno en particular según su voluntad.”
Palabra de Dios
Reflexionemos
Los dones concedidos por el Espíritu son la capacidad para el servicio. Es una
función. Podemos explicarlo de otra manera. Un don en el sentido espiritual, quiere
decir que el Espíritu Santo está haciendo una obra, un servicio especial, por medio
de un creyente. Y la manifestación especial del Espíritu se la ha dado a cada uno
para el bien de todos, para el bien común. Eso es exactamente lo que significa un
don: es una manifestación del Espíritu.
Hay algo que debe quedar en claro y es que el Espíritu Santo es soberano en este
tema de los dones que Él concede. Sin embargo, creemos que tenemos el derecho
a desear y a orar pidiendo los dones mejores.
Meditemos
Dinámica
SI JESÚS TE NECESITA
Si Jesús te necesita da las palmas.
Da las palmas. Otra vez.
Si Jesús te necesita da las palmas.
Ahí donde estás parado dale un abrazo a tu hermano que está a tu lado.
Comentario
La diversidad de gracias y dones comunitarios no deben romper la unidad de la
comunidad, porque todos necesitamos tener algo fundamental, sin la cual no se es
nada: el Espíritu del Señor Jesús para confesar nuestra fe; sin el Espíritu no somos
cristianos, aunque creamos tener gracias extraordinarias y hablemos lenguas que
nadie entiende.
Los dones espirituales, los carismas, no son algo solamente estético, pero bien es
verdad que si no se viven con la fuerza y el calor del Espíritu no llevarán a la
comunión. Y una comunidad sin unidad de comunión, es una comunidad sin el
Espíritu del Señor.
Tienen el mismo origen y el mismo propósito. Son dones de Dios, del Espíritu Santo,
de Cristo, dados para contribuir de diferentes maneras, a la edificación de la Iglesia.
Quien ha recibido el don de guiar en la Iglesia también tiene la tarea de vigilar sobre
el correcto funcionamiento de los otros carismas, para que todo contribuya al bien
de la Iglesia y su misión evangelizadora, sabiendo que es el Espíritu Santo quien
distribuye los dones carismáticos en cada uno como quiere.
3.2.4. Compromiso
Oración Final
Señor, Dios nuestro y Padre celestial, habita con nosotros y deja resplandecer tu
presencia con nosotros, porque somos tus hijos. En medio de toda la planificación
humana somos tus hijos quienes te buscan sólo a ti, quienes buscan tu voluntad, tu
reino, y todo lo que le has prometido a la humanidad. Llena nuestros pensamientos
y sentimientos con tu poder para que nuestras vidas en la tierra pertenezcan a ti,
así con nuestra entera voluntad poner todo lo que tenemos para ser de tu dominio.
Porque nosotros queremos ser tus hijos, y tener una voluntad contigo; Dios
todopoderoso. Deseamos tu reino. Oh Señor y Dios nuestro, ésta es nuestra
voluntad y también tu voluntad. Por tanto, sucederá para la gloria de tu nombre.
Amén.
Oración
Los dones carismáticos, se distribuyen libremente por el Espíritu Santo, para que la
gracia sacramental lleve sus frutos a la vida cristiana de diferentes maneras y en
todos sus niveles. Los dones carismáticos, mueven a los fieles a responder
libremente y de manera adecuada al mismo tiempo, al don de la salvación,
haciéndose a sí mismos un don de amor para otros y un auténtico testimonio del
Evangelio para todos los hombres.
Profundización
Los carismas son gracias del Espíritu Santo, que tienen directa o indirectamente
una utilidad eclesial; los carismas están ordenados a la edificación de la Iglesia, al
bien de los hombres y a las necesidades del mundo”. Por tanto, los carismas son
gracias extraordinarias del Espíritu Santo que permiten actuar en aspectos o
circunstancias determinadas.
Dios los concede de forma incomparable dentro de la Iglesia, por los méritos de
Cristo, para el bien común, y para la renovación y construcción y utilidad de la
Iglesia. En cada carisma el Espíritu revela su presencia con un don que también es
un servicio.
Son gracias que pueden ser desde transitorias a más o menos constantes. El
Espíritu Santo los da y los quita según su beneplácito. Por eso se debe discernir
cada expresión de apariencia carismática si provienen de Dios, o no.
Teniendo en cuenta que no podemos elaborar un listado completo de carismas, si
se han realizado esquemas orientativos:
Los que se refieren a la instrucción de los fieles: el carisma de apóstol, de profeta,
de doctor, de evangelista y de exhortador, la palabra de sabiduría, la palabra de
ciencia, el discernimiento de espíritus, el don de lenguas, el don de interpretar las
lenguas.
Los que tiene que ver con el alivio de los fieles: el carisma de limosna, de la
hospitalidad, el don de asistencia, el de la fe, las gracias de curaciones, el poder de
milagros.
Hay muchos más carismas, como son por ejemplo, el carisma de la vida religiosa,
el carisma de la infalibilidad del Sumo Pontífice.
En cualquier caso, la Iglesia, prudentemente establece que “Por esta razón parece
siempre necesario el discernimiento de carismas. Ningún carisma dispensa de la
referencia y de la sumisión a los pastores de la Iglesia
Canto a la Palabra
Tu palabra me da vida
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios (12,7-12)
Palabra de Dios
Reflexión
Hay una variedad de regalos y varios momentos para llevar a cabo, pero todos
proceden de un solo Dios, un solo Señor, un solo Espíritu; es decir, del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo, el origen de todas las bendiciones espirituales. Nadie los
tiene sólo para sí mismo. Cuanto más se beneficia a otros, más se volverán a su
propia cuenta. Los dones mencionados parecen significar la comprensión exacta, y
profiriendo las doctrinas de la religión cristiana; el conocimiento de los misterios, y
la habilidad para dar asesoramiento y consejo. También el don de curar a los
enfermos, el hacer milagros, y para explicar la Escritura por un don peculiar del
Espíritu, y la capacidad de hablar e interpretar lenguas. Si tenemos algún
conocimiento de la verdad, o de cualquier poder para darla a conocer, debemos
darlo por el anuncio del Reino de Dios.
Meditemos
Dinámica
Tus Carismas
Se reparten a los catequizandos llamitas con los nombres, procurando que a nadie
le toque el suyo. Cada uno debe escribir un carisma que ha descubierto en el
compañero. Después se les pide que roten la llamita dos o tres puestos a su
derecha, el que la recibe observa y escribe lo que considere conveniente. Así se
procede una o dos veces más. Luego se recoge todo y se le entrega a cada uno su
llamita.
El mismo Espíritu Santo no solamente santifica y dirige al Pueblo de Dios por los
Sacramentos y los ministerios y lo enriquece con las virtudes, sino que "distribuye
sus dones a cada uno según quiere" (1Cor., 12,11), reparte entre los fieles de
cualquier condición incluso gracias especiales, con que los dispone y prepara para
realizar variedad de obras y de oficios provechosos para la renovación y una más
amplia edificación de la Iglesia según aquellas palabras: "A cada uno se le otorga
la manifestación del Espíritu para común utilidad" (1Cor., 12,7). Estos carismas,
tanto los extraordinarios como los más sencillos y comunes, por el hecho de que
son muy conformes y útiles a las necesidades de la Iglesia, hay que recibirlos con
agradecimiento y consuelo. (LG 12)
Comentario
Lumen Gentium pone de relieve la doble acción del Espíritu Santo en la Iglesia:
Santidad y Misión. Que son los dos remos que hacen que la barca de cada uno y la
de la Iglesia pueden navegar mar adentro: Santifica: esta es la forma primaria e
indispensable por la que el Hombre se convierte en objeto del amor salvífico y
santificador del corazón humano. Esta acción primordial la ejecuta a través de los
Sacramentos los cuales actualizan la gracia que significan y enriquecen a la persona
con virtudes y los frutos del Espíritu Santo Reparte carismas y dones entre todos
los fieles para enriquecerlos con prerrogativas especiales que llamamos carismas,
ordenados a la edificación del cuerpo. Para que con estas gracias especiales con
las que dispone y prepara para realizar variedad de obras y de oficios provechosos
para la renovación y más amplia y provechosa edificación de la Iglesia, según
aquellas palabras: "A cada uno se le otorga la manifestación del Espíritu para común
utilidad". Para enriquecer y para edificar el cuerpo. Podemos ver como este texto
habla sobre los carismas como expresión del carácter profético del pueblo de Dios.
3.3.4 Compromiso
Durante esta semana todas las mañanas voy a recordar cuales son mis carismas
que el Espíritu Santo me ha dado y voy a poner en practica uno de cada día, en mi
familia, sector o parroquia con el fin de lograr que mis carismas estén al servicio de
la Evangelización.
Oración final
Gracias te doy mi Dios porque eres bueno, tu misericordia es para siempre. Te pido
que tu paz gobierne en nuestros corazones, que seamos agradecidos porque nos
muestras tus bondades. Enséñanos a vivir hablando sabiamente, con una acción
de gracias en nuestros labios, en lugar de quejarnos por lo que no tenemos o por
las cosas que no nos salen bien. Gracias Señor por la vida que nos das, por todas
tus bendiciones que a diario vemos, gracias por ser nuestro protector, por cuidarnos
de noche y de día. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amen.
Como catequistas estamos llamados a dar testimonio de los carismas que nos ha
dado el Espíritu Santo, para hacerlos vida es necesario tener en cuenta los
siguientes elementos:
4.1. Carisma es gratuidad.
Santo Tomás afirma que: “Los milagros pueden ser obrados por quienquiera que
predique la verdadera fe e invoque el nombre de Jesucristo”.
5. Bibliografía