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El Dassein como posibilidad

Carolina Aguila Mejía


Antropología filosófica
27 - 12 - 17

Heidegger, considerado por muchos como el filósofo más importante del siglo XX, hace
una deconstrucción de la metafísica y responde respecto a la pregunta por el ser,
aterrizándolo a un plano ontológico, otorgando el ser se a los seres humanos. Hay un
cambio importante en la filosofía a partir de Heidegger, incluso de podría trazar una
división en el pensamiento a partir de este filósofo. En el presente escrito se explicarán
algunos conceptos heideggerianos para posteriormente ahondar en la idea del Dassein
como reformulación de la concepción del anthropos, para concluir sobre la
inautenticidad en la que se ha sumergido al Dassein por la tradición.

La filosofía de Heidegger es acerca de dejar de teorizar todo, dejar hacer una techné e
incluso dejar de hacer ismos con prácticamente todo; es menester recordar que él entró
en una etapa donde estaba en auge el positivismo, todo se sometía a una explicación
científica y lo demás era destartado,“…la «filosofía» se encuentra en la permanente
necesidad de justificar su existencia frente a las «ciencias»”(Heidegger, 2000, p.13). La
filosofía también se ha sometido a este juego enmarañoso de tener que justificarse, con
el temor de perder su prestigio y valor (cf. Íbid). Este filósofo habla de una esencia del
pensar, explica que hay un pensamiento original que se perdió en un punto de la
historia, y más específicamente, en la historia de la filosofía con Platón y Aristóteles,
luego afirma “para que aprendamos a experimentar puramente la citada esencia del
pensar[…] nos tenemos liberar de la interpretación técnica del pensar” (Heidegger,
2000, p. 13). Esta técnica del pensar son justamente los ismos y la inútil necesidad de
justificarse ya antes mencionada.

Con lo anterior dicho, es sencillo comprender porque la filosofía de Heidegger tiene un


tinte místico, no dejándose limitar por los tradicionales discursos filosóficos que
despreciaban cualquier cosa alejada de lo ‘racional’. Un concepto heideggeriano de

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vital importancia es la 'ex-sistencia', así separado, entendiéndose como un estar fuera;
lo que quiere decir, que estamos fuera en el mundo y somos interpelados por lo que nos
rodea y eso nos afecta. Es decir, nuestro contacto con el mundo no se traduce en un
sujeto-objeto, como una oración gramatical; sino que, por esta misma 'ex-sistencia' hay
muchos factores que forman nuestra relación con el mundo; es decir, estamos en el
mundo y por ello, una relación no acaba en un simple sujeto-objeto, al mismo tiempo se
encuentran millones de factores involucrados que dan el resultado de nuestra respuesta
ante ese objeto o estimulo.

En el mundo estamos caídos, aquí se podría relacionar con la muerte de Dios de


Nietzsche; donde se quita esta tela metafísica, dejando de lado lo trascendental y un
ideal que históricamente ha estado exterior a nosotros, este ideal se quita, o se cae, y
se interioriza; ahora asumimos nuestra propia existencia “la metafísica se cierra al
sencillo hecho esencial de que el hombre sólo se presenta en su esencia en la medida
en que es interpelado por el ser” (Heidegger, 2000, p. 27). Ahora, al estar caídos y
dejándonos sólo en esta travesía por el mundo, nos sentimos indigentes, por esta
misma soledad, no hay nada que nos cuide las espaldas o algo para liberarnos de
nuestra responsabilidad; se nos entrega la vida en nuestras manos y eso nos hace
sentirnos vulnerables ante las amenazas en el mundo. Estamos en una pobreza y eso
nos asusta, quizá eso es algo que es difícil de aceptar, la mala noticia de que: en
nosotros recae nuestra propia responsabilidad; pero esa es la buena noticia: en
nosotros recae nuestra propia responsabilidad; dicho de otro modo, en nosotros está el
rumbo de nuestras vidas.

“A estar en el claro del ser es a lo que yo llamo la ex-sistencia del hombre” (Heidegger,
2000, p. 27). El claro del ser son las posibilidades, al estar en el mundo
consecuentemente nos encontramos expuestos a múltiples posibilidades. Estamos
fuera, interpelados por el mundo y éste, determina la forma de los humanos de estar en
el mundo; no obstante, no determina la forma de ser “sólo el hombre tiene ese modo de
ser, sólo de él es propio” (Heidegger, 2000, p.27). Esa ex-sistencia nos brinda las
posibilidades y la esencia del hombre preserva el origen de su determinación.

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Para ser congruente con el término ‘ex-sistencia’ Heidegger llama al hombre ‘Das-sein’
que se traduce como ‘ser-ahí’. Ahí llamará Heidegger al anthropos para no cargar con la
concepción de ‘hombre’ en su filosofía ya que tiene toda una carga histórica. Este
Dassein ser relaciona con el termino que se ha venido mencionando, la ‘ex-sistencia’,
somos eyetados al mundo, hacia esas cosas el Dassein está arrojado, arrojado hacia
sus posibles. Ya que estamos expuestos a las interpelaciones del mundo, tenemos la
ex-sistencia, estamos caídos en el mundo y por ello tenemos una indigencia, nos
podemos perder, cayendo en una vida inauténtica, somos interpelados por la tradición,
no solamente afectados por lo que nos rodea en el estar, si no que también por el
intercambio de pensamientos en el ‘diálogo’. Sin embargo, no ha logrado entender que
el lenguaje no es un instrumento, piensa que sólo está para usarlo, como una
herramienta, sin embargo nosotros habitamos en él “el hombre se comporta como si
fuera el forjador y el dueño del lenguaje, cuando es éste, y lo ha sido siempre, el que es
señor del hombre” (Heidegger, 1994, p. 165).

El Dassein se ha dirigido a una vida inauténtica, se somete a la técnica y no da cuenta


del ser que se alberga en él y también el lenguaje; limitado a una simple cotidianeidad,
sometiendo su ser a esta carga tradicional que no logra soltar y no sólo eso, no sabe
que la está cargando porque no da cuenta de ello. La filosofía de Heidegger provoca y
suscita un darse cuenta de la vida que se lleva; aunque su escritura es compleja, su
filosofía es aterrizada a lo ontógico y versa sobre lo cotidiano. Es fácil perdernos en los
pensamientos que cargamos con la tradición y somos producto de ella y no sólo eso,
también dejamos la responsabilidad a alguien más, nos libramos de nuestras desiciones
dejando que alguien más se haga cargo; y es que “la esencia del actuar es el llevar a
cabo” (Heidegger, 2000, p. 11). Nuestro actuar ha visto afectado por nuestro pensar y
eso hace que llevemos una cotidianeidad apegada a lo que nos han dicho. La ‘ex-
sistencia’ del Dassein es constantemente influenciada por su entorno al dejar que las
determinaciones tomen el control, hemos cedido la batuta de nuestras vida y lo
homogeneizamos con la vida de los demás. Somos posibilidad y constantemente
tenemos el control de regresar a la vida auténtica que desde un inicio se nos posibilitó.

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BIBLIOGRAFÍA
HEIDEGGER, M.(2000). Carta sobre el humanismo. España: Alianza.
HEIDEGGER, M.(1994). Poéticamente habita el hombre. Conferencias y artículos.
(pags. 163-178) España: Odós.

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