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INTRODUCCIÓN
II. DESARROLLO DEL CONTENIDO
1. Los derechos reales y los de crédito forman las dos grandes ramas de
los derechos patrimoniales.
A pesar de que los derechos reales como los de crédito representan las dos
maneras básicas de poder dar satisfacción a un interés jurídicamente protegido,
es importante precisar que en el derecho real, el titular puede satisfacer su
interés sobre la cosa entregada en garantía; en cambio, en el derecho de crédito,
2. Como parte del análisis del estado de cuenta del saldo deudor, es de precisar
que el mandato de ejecución debe requerir el pago del monto capital, más los
intereses y gastos pactados, si fuere el caso; para lo cual, se requiere que los
intereses adeudados y otras obligaciones pactadas deban ser calculadas en la
etapa de ejecución de resolución definitiva, conforme lo dispone el artículo 746
del CPC, por lo que previamente a la admisión de la demanda, se puede requerir
de la parte actora cumpla con presentar el documento de saldo deudor donde se
precise el monto total por capital adeudado, con la deducción de las respectivas
amortizaciones, en rubro aparte de los intereses legales y otras obligaciones que
pudieran existir. Pudiera darse el caso que, por error material, la moneda
consignada en el mandato de ejecución no sea la que establece la liquidación
del saldo deudor. En ese supuesto, resulta acertado el pronunciamiento de la
Sala Comercial de Lima, que dice: No cabe declarar la nulidad del mandato de
ejecución, a pesar del error material en la anotación de una moneda diversa a la
que contiene el saldo deudor.
No pasa de ser un error material que, por su posibilidad de corrección y
corroboración con la liquidación presentada por la ejecutante, no enerva los
alcances sustanciales del precitado mandato, resultando inconsistente el
agravio, sin perjuicio de la corrección que debe producirse en razón del propio
error material citado.
Nótese que el rol procesal -como parte- lo asume el deudor, que ante la
renuencia al pago de este, forzará al acreedor ejecutante al remate del bien
El ejecutado, en el mismo plazo que tiene para pagar, puede contradecir con
arreglo a las disposiciones generales'
Con esta casación, la Sala Suprema, crearía una nueva causal para extinguir
una hipoteca sábana, como es, la transferencia del bien. La casación sostiene
que la hipoteca existirá mientras sea propietario quien afectó el bien, ello no es
correcto en opinión Ce Hundskopf: "Si bien al momento de la transferencia no se
adeudaba suma alguna, ello no implica que se extinguió la hipoteca, pues al ser
constituida mediante escritura pública, su extinción o resolución debe ser hecha
necesariamente de la misma forma, más aún, cuando por ser una sociedad
anónima la deudora, se recurrió a una hipoteca sábana que cubre cualquier
operación futura, sin importar si el bien es propio o ajeno". Coincidimos con la
opinión de Hundskopf, en la crítica de la citada casación, pues, en el fondo, "se
premia la negligencia del comprador del bien grabado al no exigirle al vendedor
3. El inciso 2 del artículo 720 señala que "el ejecutante anexará a su demanda
el documento que contiene la garantía, y el estado de cuenta del saldo deudor
Entendemos que la primera exigencia para anexar a la demanda es clara y
coherente con lo regulado en el inciso 1, en cuanto a la obligación garantizada,
pero ¿qué rol juega el estado de cuenta del saldo deudor, dentro del título?
Reiteradas casaciones califican al estado de cuenta de saldo deudor como la
operación en la que se muestra la situación del deudor respecto de las
obligaciones que ha contraído, verificando el acreedor si la deuda está impaga o
cancelada, ya sea en forma total o parcial, y si esta ha generado los intereses
respectivos (Casación Ns 3616- 2000-Cono Norte, del 4 de abril de 2001).
Si después del remate del bien dado en garantía, hubiera saldo deudor, se
proseguirá la ejecución dentro del mismo proceso, conforme a lo establecido
para las obligaciones de dar suma de dinero.
2. Consideramos que dicho criterio no contraviene las reglas del proceso civil,
pues el artículo 692 del CPC permite que el ejecutante pueda pedir alguna
medida cautelar sobre otros bienes del deudor. Con una sana interpretación de
los artículos 692y 724 del CPC podremos apreciar que se trata de dos vías que
se pueden utilizar a la vez para ejecutar la acreencia y no esperar que concluya
el proceso de ejecución de garantías para luego de liquidado el saldo proseguir
con el cobro de este, conforme a las reglas de las obligaciones de dar suma de
dinero.
No se trata de procesos idénticos, a los que se podría oponer la litispendencia,
sino de procesos que tienen una deuda en común, pero que su ejecución se
puede materializar simultáneamente, como el proceso ejecutivo de obligación de
dar suma dinero y el proceso de ejecución de garantía hipotecaria.
Las vías procedimentales son diferentes, pues en una ópera la ejecución del
crédito personal y en la otra, la ejecución de garantías. Las partes en ambos
procesos son diferentes, pues en el primero se integra por el ejecutado y posibles
fiadores; en la ejecución de garantía, solo se dirige al deudor hipotecario; y por
último, el monto también es diferente, pues en el caso de ejecución de garantías
solo responde hasta la suma otorgada en la hipoteca; en cambio, el proceso
ejecutivo puede cubrir todo el patrimonio del deudor no afectado con garantías
reales. Esto también va a generar que se dilucide la prevalencia de derechos (el
crédito personal y el crédito real).
3. El saldo deudor a que refiere el artículo 724 del CPC debe ser apreciado bajo
la luz del artículo 692 del CPC. Existen al respecto ejecutorias en casación que
señalan la existencia de procesos idénticos, cuando se ejecute paralelamente o
en forma antelada el crédito no hipotecario, como es el caso de la Casación Nro
2367- 98-Lima. Felizmente, en estos últimos tiempos, el análisis del tema
propuesto viene tomando un rumbo diferente. Hay pronunciamientos como la
III. CONCLUSIONES